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Pedrito era un pequeño caracol de bosque que deseaba encontrar a un amigo o amiga.
Caminó y caminó hasta llegar a un huerto. Allí había unas babosas que se rieron de su
caparazón.
Pedrito, triste, se ocultó en su caparazón. Tras unos cuantos días descansando, llovió, y
Pedrito salió dispuesto a irse a vivir a otro lugar, pero al sacar la cabeza vio a una pequeña
babosa que se había asustado al verlo.
El oso Santilin
Santilin es un osito muy inteligente, bueno y respetuoso. Todos lo quieren mucho, y
sus amiguitos disfrutan jugando con él porque es muy divertido.
Le gusta dar largos paseos con su compañero, el elefantito. Después de la merienda se
reúnen y emprenden una larga caminata charlando y saludando a las mariposas que
revolotean coquetas, desplegando sus coloridas alitas.
Siempre está atento a los juegos de los otros animalitos. Con mucha paciencia trata de
enseñarles que pueden entretenerse sin dañar las plantas, sin pisotear el césped, sin destruir
lo hermoso que la naturaleza nos regala.
Cuando llegó al lugar de donde venía la música, se encontró que allí vivía un perro que se
llamaba Franklin, el cual le dijo que él tenía mucha hambre y que si ella no había pasado
por algún lugar adonde hubiera comida abundante.
Ella le dijo: 'tranquilo amigo, yo te voy a ayudar a conseguir comida. Cuando tu dueño se
ponga a comer me avisas'. Así fue, cuando el señor José se iba a llevar un muslo de pollo a
la boca, vino la tortuguita Ruby y le mordió el dedo gordo del pie.
Del dolor que le produjo la mordedura de la tortuga, soltó el muslo de pollo de inmediato,
llegó el perro y se lo llevó corriendo para comérselo lejos porque tenía mucha hambre.
El señor José se puso a llorar; de inmediato su esposa, la señora María le preguntó que por
qué daba tantos gritos. Él le mostró la herida que le había hecho la tortuguita y le pidió que
llenara una olla grande con agua y la pusiera en el fogón a calentar para meter a la
tortuguita dentro del agua caliente y poderla comer.
Después llegó el perro y escuchó que la señora María buscaba afanada a la tortuguita
porque el agua ya estaba caliente, pero Franklin, el perro, sabía que matarían a su amiga la
tortuguita Ruby por haberlo ayudado a conseguir comida.
Olfateó dónde se encontraba la tortuguita que se encontraba debajo de una cama y le dijo:
'Sssssh..., no te preocupes, que cuando se acuesten yo te abro la puerta para que salgas'.
Cuando oscureció la tortuguita Ruby salió y el perro se despidió de ella en la puerta.
La tortuguita tuvo mala suerte porque un señor que iba paseando por la calle la vio y la
metió en un saco, pero como el perro vio que Ruby la tortuguita estaba en peligro, corrió
muy deprisa y mordió en la nalga al señor.
Luego el señor soltó el saco y el perro Franklin ayudó a salir a Ruby, la tortuguita, del saco,
cuando de pronto vieron que la mamá de la tortuguita venía, llamándola, junto con sus
hermanitas.
La tortuguita Ruby le prometió a su mamá que la obedecería, ya que casi pierde la vida por
desobedecerla. Y además, no había sido tan responsable dejando a sus hermanitas solitas.
FIN
Enseñanza: A los padres siempre hay que obedecerle porque ellos quieren el bien para sus hijos.
El patito feo
aUna pata tiene varios patitos, pero uno de ellos es mucho más feo, tosco y torpe que el
resto, por lo que todos le dan de lado y se burlan de él.
El patito
decide huir de allí y se enfrenta solo y triste a los problemas del invierno. Al llegar la
primavera, encuentra un grupo de cisnes que, para su sorpresa, son amables con él.
Estos le hacen ver su reflejo en el estanque, y así descubrir que en realidad él era un
bello cisne y no un pato desgarbado.
Enseñanza: debemos ser tolerante los unos con los otros, no podemos rechazar a las
personas por su condición física, debemos valorar su esencia interior.
A los otros dos les pareció una buena idea, y se pusieran manos a la obra, cada uno construyendo
su casita.
Los tres cerditos hacen sus casas, pero para tardar menos y jugar, los dos primeros las
hacen de paja y maderas, mientras el mayor se esfuerza más y la hace de ladrillo.
Cuando llega el lobo, soplando tira las casas del primero y luego del segundo, que se
refugian en la del tercero. Como no puede tirar la última casa soplando, trata de entrar por
la chimenea, pero los cerditos preparan un caldero y el lobo huye abrasado.
Enseñanza: cuando tengamos que realizar un trabajo hay que realizarlo bien hecho.
El cachorro perdido
Érase una vez un pequeño cachorrito que está jugando con su familia muy feliz.
Un día salió de paseo y cuando regreso toda su familia se había mudado y no los
encontró.
El cachorro se quedó muy triste porque estaba solo y los echaba de menos.
Pasaron los días y el perrito seguía solo. Vivía en un parque para ver pasar a la
gente y que jugaran con él. De repente una niña lo vio, lo cogió y dijo:
EL LEÓN Y EL RATÓN
Un día un gran león dormía al sol. Un pequeño ratón tropezó con su zarpa y lo despertó. El gran
león iba a comérselo cuando el pequeño ratón gritó:
-Oh, por favor, déjame ir. Algún día puedo ayudarte.
El león rió ante la idea de que el pequeño ratón pudiera ayudarle, pero tenía buen corazón y lo dejó
en libertad.
Poco después el león quedó atrapado en una red. Tiró y rasgó con todas sus fuerzas pero las cuerdas
eran demasiado fuertes. Dio un potente rugido. El ratón le oyó y corrió hacia ese lugar.
Lo que dijo la rana se hizo realidad, y la reina tuvo una niña tan preciosa que el rey
no podía ocultar su gran dicha, y ordenó una fiesta. Él no solamente invitó a sus
familiares, amigos y conocidos, sino también a un grupo de hadas, para que ellas
fueran amables y generosas con la niña. Eran trece estas hadas en su reino, pero
solamente tenía doce platos de oro para servir en la cena, así que tuvo que
prescindir de una de ellas.
La Cenicienta era una hermosa muchacha huérfana de madre desde la niñez. Su padre
se había vuelto a casar con una mujer que tenía dos hijas bellas, pero ociosas. Al morir él,
la madrastra y las hermanastras llenas de envidia por su dulzura y belleza, la tratan con
gran desprecio y le obligan a hacer las tareas más sucias; pero ella sigue manteniéndose
dulce y serena.
El príncipe organiza un baile para buscar esposa pero a pesar de ser su mayor ilusión, la
madrastra impide asistir a Cenicienta. Mientras llora aparece su hada madrina, que la
transforma en una princesa para ir al baile, advirtiendo que el hechizo se deshará a
medianoche. C enicienta y el príncipe se enamoran y bailan sin parar, pero al dar la
medianoche Cenicienta sale corriendo, perdiendo uno de su zapato. El príncipe decide
probárselo a todas las jóvenes y casarse con aquella a quien le sirva. Y a pesar de los
malvados intentos de la madrastra y sus hijas, finalmente el zapato le sirve a Cenicienta,
que se casa con el príncipe.
CAPERUCITA ROJA
En un pueblo lejano vivía una niña hermosa a la cual todos conocían por Caperucita Roja,
porque siempre usaba una caperuza de ese color.
Un día recibe de su madre el encargo de llevar una cesta a su abuela enferma que vive en el
bosque, advirtiéndole que no hable con desconocidos. Pero por el camino se encuentra un
lobo y se para a hablar con él, dándole detalles de lo que va a hacer.
El lobo aprovecha para engañar a caperucita y llegar antes a casa de la abuelita, a quien se
come, y luego ocupa su lugar para engañar a caperucita y comérsela también.