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FABULAS
La corneja fugitiva
Tras mucho tiempo intentando dar caza a una corneja, un hombre consiguió al
fin su premio. Para evitar que se escapara su tan codiciada pieza, le anudó un
filo hilo a una de sus patas y se la llevó a su hijo como regalo.
A pesar de que su pequeño dueño se desvivía por darle los mejores cuidados
del mundo, la corneja no acababa de sentirse cómoda en su nuevo hogar. Una
tarde, mientras el pequeño limpiaba la jaula que le servía como hogar,
la corneja aprovecho que nadie la vigilaba para salir por la ventana y volar
hacia el lugar en que estaba construido su nido.
Tan emocionada estaba por recobrar su libertad, que al posarse sobre su árbol,
el hilo que colgaba de una de sus patas se enredó terriblemente en varias
ramas. Al darse cuenta de la situación, comenzó a aletear con todas sus
fuerzas, enredándose cada vez más. Prisionera en el lugar que tanto añoraba,
dijo con resignación:
-¡Que tonta he sido! Por culpa de mis deseos de vivir de nuevo en libertad, voy
a terminar mis días en el árbol que me vio nacer.
MORALEJA
Cuanto más grande sea lo que deseamos, mayores son los riesgos.
Tal y como todos los gallos hacen nada más ver un pequeño rayo de sol,
nuestro gallo se puso a cantar enérgicamente para anunciar la llegada de un
nuevo día. Escuchó tan melodioso cántico una zorra y en un abrir y cerrar de
ojos se plantó a los mismos pies del árbol. Localizado el objeto de su deseo, le
gritó desde abajo que deseaba poder verle más de cerca y besar la cabeza del
intérprete de tan encantadora melodía. Una invitación a la que contestó el
gallo, que antes de bajar, hiciera el favor de despertar al portero que había
debajo del árbol.
Antes de que la zorra pudiera decir nada, el perro se lanzó sobre ella, no
dejando de ella nada más que el rabo.
MORALEJA
Si vencer a un enemigo poderoso no puedes, busca a alguien más fuerte que
quiera ayudarte
El pastor y la flauta
Miguel era un pastor amado por sus amos, quienes le confiaban sus rebaños
con la seguridad de que sabría vigilarlos y cuidarlos de cualquier peligro.
Mas esto le hizo descuidar el rebaño y un día se le perdió una oveja, siendo
seriamente regañado. Como el extravío siguió repitiendose varias veces, sus
amos se vieron obligados a despedirlo.
MORALEJA
Aprende a separar tu tiempo para cada actividad distinta que hagas de lo
contrario tarde o temprano te perjudicará
El niño glotón
Había una vez un niño glotón, que sólo comía chucherías y golosinas.
Un día se encontró una vieja lupa y de inmediato la utilizó para ver una
pequeña hormiga. Pero al dejar de mirar la hormiga a través de la lupa,
comprobó que ésta no volvía a hacerse pequeña, y se quedaba del tamaño que
la había visto.
Muy sorprendido, el niño hizo la prueba con otros objetos y comprobó que
cualquier cosa que mirara a través de aquella lupa se agrandaba pero ya no
volvía a su tamaño original.
Desde ese día el niño ya no quiso oír hablar de grandes cantidades de comida,
lo que puso muy contentos a sus papás, que gracias a su glotonería, ahora
tenían la despensa llena. Además el niño dejó de ser un glotón que sólo comía
golosinas y dulces, porque había aprendido la lección.
MORALEJA
Es la gula un feo pecado que debe ser evitado
El león y el delfín
Caminaba tranquilamente el león por una playa a la orilla del mar, cuando de
repente apareció la brillante cabeza de un delfín saliendo del agua. Al ver a tan
fantástico animal, el león se acercó hasta él para decirle:
- Quizá te parezca muy atrevido, pero puesto que ambos somos los reyes en
nuestros diferentes ambientes, creo que deberíamos hacernos aliados.
Accedió de buena gana el delfín, pues nada tenía que perder con ello. Días más
tarde, el león se vio atacado por un enorme loro de cola gris. Incapaz de
defenderse por sí mismo, imploró al delfín que acudiera a su rescate, pero este,
al tener aletas no pudo salir del agua en su socorro. Al ver que su aliado no
llegaba, el león comenzó a reprocharle su cobarde actitud.
MORALEJA
Antes de aliarte con alguien, sopesa bien sus habilidades, no vaya a ser que
cuando los necesites no estén capacitados para ayudarte
Canciones Infantiles
Letra de la canción Palmas palmitas
Palmas, palmitas,
higos y castañitas,
azúcar y turrón
para mi niño/a son.
Palmas, palmitas,
que viene papa
palmas palmitas
que luego vendrá
Palmas, palmitas,
que viene papa
palmas palmitas
que en casa ya está
Una me da leche,
otra me da lana,
y otra me mantiene
toda la semana.
Caballito blanco
llévame de aquí.
Llévame hasta el pueblo donde yo nací.
¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.
Que siga lloviendo
los pájaros corriendo
florezca la pradera
al sol de primavera
¡Qué si!
¡qué no!
que caiga un chaparrón,
con azúcar y turrón,
que rompa los cristales de la estación.