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Instituto Tecnológico de Las Américas

Asignatura:
Ética 1

Tema:

La conciencia

Participante:

Pedro José Rodríguez Sánchez

Matricula:

2022-0627

Facilitador:

Victtor Hilario

FECHA:
7/07/2022
Introducción

Desde Descartes y Locke, varios filósofos lucharon por comprender la naturaleza


de la conciencia y aislar sus propiedades esenciales. Problemas que ocupan a la
filosofía de la conciencia son: si el concepto en sí es fundamentalmente coherente,
si la conciencia es en la metafísica necesaria o contingente, si la conciencia puede
ser explicada en términos físicos que no requieran una distinción dualista, si existe
la conciencia no humana, si se puede reconocer y de qué forma, si los zombis
filosóficos son posibles, cómo se relacionan la conciencia y el lenguaje, cómo se
relaciona la conciencia y la conducta; la conciencia y la inteligencia; y si es posible
que máquinas como computadoras o robots sean conscientes.

Investigaciones médicas y psicológicas actuales sobre la conciencia se basan en


experimentos psicológicos incluyendo, por ejemplo, el estudio de efectos de
primado usando estímulos subliminales y en estudios de casos de alteraciones de
la conciencia producidas por traumas, enfermedades o drogas. A grandes rasgos,
las aproximaciones científicas se basan en dos conceptos centrales. El primero
identifica las experiencias conscientes con el contenido de lo que reporta el sujeto
y el segundo hace uso del concepto de conciencia que fue desarrollado por
neurólogos y otros profesionales de la salud que tratan pacientes con trastornos de
la conducta. El fin de estos estudios es definir la conciencia y describir los
mecanismos que la subyacen.

Los trabajos de laboratorio durante las últimas décadas del siglo XX, con nuevas
tecnologías, sobre todo la resonancia magnética, mostraron de qué modo se
organiza la memoria, en qué zonas del cerebro se producen las imágenes, cómo
los individuos reconocen unos objetos de otros, cuál es la región cerebral de las
decisiones, cómo se comportan los neurotransmisores, el papel de procesos
fisiológicos en el desarrollo de trastornos mentales y, en general, las bases
biológicas de la psiquis humana, incluyendo la ética, que parece tener su lugar en
la corteza cerebral.
La conciencia

La conciencia es la cualidad o el estado de conocimiento de objetos externos o de


algo interno a uno mismo. En un sentido más básico es la experimentación bruta de
cualquier sensación, incluso en ausencia de significado o conceptualización sobre
la relación entre el sujeto y las cosas. Puede ser definida como subjetividad, punto
de vista en primera persona, capacidad para sentir, cómo se siente ser algo o lo que
produce significado. Se ha dicho que la conciencia es constitutiva de todo estado
mental, a diferencia de la intencionalidad.

A pesar de la dificultad que conlleva definirla y estudiarla, algunos filósofos


consideran que hay una intuición generalizada sobre lo que es, y que une a todas
las definiciones anteriores. Esta intuición se puede compartir con gran eficacia
apelando a la diferencia entre dormir sin sueños y el estado de vigilia: cuando la
conciencia se desvanece es como si toda posible realidad se esfumara, desde el
punto de vista del sujeto. La conciencia no debe ser confundida con la vida,
el razonamiento, la inteligencia o la memoria. Para muchos de sus estudiosos
tampoco es equivalente a la atención ni a la percepción; aunque están íntimamente
relacionadas.

Durante varias décadas, la conciencia fue evitada como tema de investigación por
la mayoría de los científicos por una concepción generalizada de que un fenómeno
definido en términos subjetivos no podría ser estudiado con propiedad usando
métodos experimentales objetivos.

Los Estados Unidos, donde el psicoanálisis no hizo escuela tan fuertemente como
en otras partes del mundo, fueron la cuna de estudios científicos sobre la
conciencia. Incluso predominaron posturas que desdeñaban la oposición
conciencia-inconsciente y la idea general de conciencia. En las primeras décadas
del siglo XX, algunos psicólogos se volcaron sobre la conducta como objeto de
estudio. Para John B. Watson, lo cognoscible de la psicología está en el
comportamiento. De hecho, escribió que se podría estudiar la psicología humana
sin hacer una sola mención a la conciencia. Watson creó la escuela de psicología
conocida como conductismo.

Hacia la década de 1950, el estudio científico del sueño descubrió que éste no
implica la desaparición de la conciencia, sino otro tipo de actividad cerebral cercana
a aquella. Los movimientos oculares rápidos REM, por las siglas de las palabras
inglesas Rapid Eye Movement se producen durante el sueño con intervalos de unos
90 minutos. El estudio de esta fase reveló que en esos momentos las ondas
registradas por un electroencefalograma son similares a las de la vigilia. Esto sugirió
la posibilidad de ampliar el concepto de conciencia. En esos años, apareció la idea
de estados alterados de conciencia, que se difundió rápidamente en la cultura
estadounidense.
En 1975, George Mandler publicó un estudio en psicología en el que distinguió
procesos conscientes lentos, seriales y limitados, y procesos inconscientes rápidos,
paralelos y extensivos. En la década de 1980, una comunidad creciente de
neurocientíficos y psicólogos se había asociado a un campo llamado "Estudios de
la conciencia", dando lugar a una serie de trabajos experimentales publicados tanto
en libros como en periódicos como Consciousness and cognition conciencia y
cognición.

Investigaciones médicas y psicológicas actuales sobre la conciencia se basan en


experimentos psicológicos incluyendo, por ejemplo, el estudio de efectos
de primado usando estímulos subliminales y en estudios de casos de alteraciones
de la conciencia producidas por traumas, enfermedades o drogas. A grandes
rasgos, las aproximaciones científicas se basan en dos conceptos centrales. El
primero identifica las experiencias conscientes con el contenido de lo que reporta el
sujeto y el segundo hace uso del concepto de conciencia que fue desarrollado por
neurólogos y otros profesionales de la salud que tratan pacientes con trastornos de
la conducta. El fin de estos estudios es definir la conciencia y describir los
mecanismos que la subyacen.

Los trabajos de laboratorio durante las últimas décadas del siglo XX, con nuevas
tecnologías, sobre todo la resonancia magnética, mostraron de qué modo se
organiza la memoria, en qué zonas del cerebro se producen las imágenes, cómo
los individuos reconocen unos objetos de otros, cuál es la región cerebral de las
decisiones, cómo se comportan los neurotransmisores, el papel de procesos
fisiológicos en el desarrollo de trastornos mentales y, en general, las bases
biológicas de la psiquis humana, incluyendo la ética, que parece tener su lugar en
la corteza cerebral.

Las neurociencias, observando los cerebros en actividad, comenzaron así a librar


una batalla con las ideas de Freud y el psicoanálisis, en especial la de la existencia
del inconsciente y el trauma infantil como explicación dogmática del malestar
neurótico. En el terreno de los medios de difusión, esta polémica se expresó en la
oposición maniquea entre el uso de psicofármacos y los métodos del psicoanálisis.

Corresponde a la hipotética explicación de las características que presentan y


definen a la conciencia a través de los fenómenos cuánticos que se posturan que
podrían estar presente en los procesos biológicos que original la conciencia.

Este concepto comenzó a darse a conocer popularmente en el año 2003, fecha en


la cual se realizó el congreso Quantum Mind 2003, realizado por personas
interesadas en el conocimiento acerca de la comprensión de la conciencia. En el
congreso participaron curiosos y pseudocientíficos como Deepak Chopra, pero su
impacto en la comunidad científica fue muy limitado. Se centró en la idea de que los
procesos cuánticos como la superposición de estados, la no localización, el
entrelazado de partículas, pueden llevar a cabo la eventual explicación de la
conciencia como una manifestación más de los procesos cuánticos de la materia.
Se cree que la conciencia se comporta de igual manera que las partículas cuánticas;
al igual que algunas de las funciones presentes en la biología molecular, que
presentan procesos cuánticos, siendo su principal hipótesis, la hipótesis de la
Reducción Objetiva Orquestada, relacionada con las estructuras celulares
denominadas Microtúbulos. Actualmente en los seres vivos solo se ha encontrado
evidencia científica de efectos cuánticos observables en ciertos
procesos fotosintéticos. Igualmente, de manera indirecta se sospecha de efectos
cuánticos en el sistema olfativo y en la orientación aviar. Así actualmente la
comunidad científica no considera que se tenga evidencia sustentable de efectos
cuánticos en el sistema nervioso.

El problema fácil y difícil de la conciencia

El filósofo australiano David J. Chalmers (1966) diferencia entre los problemas


fáciles considerar la conciencia como una capacidad mental más, que incluye la
focalización de la atención, la integración de nueva información, y el problema
difícil cómo la conexión física entre neuronas mediante impulsos eléctricos puede
producir la experiencia subjetiva que llamamos conciencia.

Pero básicamente la conciencia se podría explicar como el entendimiento o


conocimiento que un ser vivo tiene de sí mismo de su propia existencia y de su
capacidad para actuar sobre su entorno. Es lo que sentimos al tener contacto con
nuestra realidad, y está nutrida por nuestro sistema de creencias adquirido en la
cultura que nos ha tocado vivir.

La conciencia es un estado mental sólo accesible por el propio sujeto, que le permite
analizar cómo se percibe a sí mismo como ser autónomo, interactuando con los
estímulos externos que le rodean a través de sus sentidos, para después poder
reflexionar e interpretar esos estímulos relacionándolos con su memoria y construir
su realidad.

El continuo de la conciencia

La conciencia anida dentro de un continuum entre inconsciencia y diversos niveles


de conciencia, dependiendo del grado de inactividad o actividad neuronal del
cerebro el coma constituye el nivel mínimo, la pérdida total de conciencia. El estado
de vigilia equivale a la conciencia misma la autoconciencia, en contraposición al
estado fisiológico del sueño.

La conciencia garantiza un proceso continuo de información y adaptación entre


nuestro yo subjetivo, nuestro sistema nervioso y nuestro entorno perceptivo.
Además, suele diferenciarse entre conciencia sensorial o primaria seguramente
habitual en el mundo animal y conciencia de nivel superior o metacognición ser
conscientes de nuestra conciencia, que se cree única en la raza humana. Es
necesario un cierto nivel de conciencia para poder experimentar sentimientos.

Pero sigue siendo una incógnita para la ciencia cómo surge la conciencia a partir de
un órgano físico, el cerebro, compuesto de células activadas mediante impulsos
eléctricos que crean recuerdos vívidos, pensamientos abstractos o sentimientos tan
variados y confusos como el amor, la ira o la tristeza. Cómo construye imágenes
mentales, acumula recuerdos, crea emociones o clasifica la realidad.

Hay múltiples teorías sobre la conciencia, a menudo basadas en parte en otras


teorías que las precedieron. Algunos ejemplos son: El filósofo
estadounidense William James (1842-1910) la definía como una función evolutiva
que salvaguardaba una secuencia de experiencias concretas conscientes. Es la
capacidad de grabar en nuestra memoria lo que estamos viviendo en una secuencia
temporal para poder prever el futuro.

El filósofo austriaco Karl Popper (1902-1994) creía que la conciencia emergió con
el lenguaje por la necesidad de comunicarse unos con otros. Es la última
herramienta del proceso de evolución del Homo sapiens que le incita a ser
consciente de sí mismo. El neurobiólogo estadounidense Gerald Edelman (1929-
2014) plantea que la conciencia brota como consecuencia de la interacción entre
grandes grupos de neuronas que se coordinan entre sí en el cerebro, manteniendo
conexiones continuas con el cuerpo y el ambiente. La conciencia nace cuando el
cerebro se da cuenta de sí mismo. Distingue entre conciencia primaria, construida
de experiencias vividas en el presente e interpretadas según las categorizaciones
conceptos que creamos de nuestras experiencias y que asignamos con palabras
hechas por el individuo: es un “presente recordado”; y conciencia superior, que se
basa en la emergencia del lenguaje en el ser humano que nos permite relatar
subjetivamente nuestra vida pasada. Una parte importante de lo que somos es
producto de nuestro diálogo interior.

Para el neurólogo portugués Antonio Damásio (1944) la conciencia es un proceso


gradual que se asocia con una secuencia de tres tipos de yoes que conforman
nuestra identidad:

1- el Proto-Yo:

Es una secuencia temporal inconsciente y coherente de pautas neuronales que


simbolizan el estado de nuestro cuerpo momento a momento. Es lo que permite
distinguirnos del medio exterior (facultad propia de la mayor parte de seres vivos).

2- El Yo central:

Somos conocedores de este yo, puede activarse ante cualquier elemento natural y
va experimentando pequeños cambios a lo largo de su vida. Solo experimenta el
presente separando nuestro yo como entidad propia frente a otras cosas externas
que nos afectan.

3- El Yo autobiográfico:
Es la memoria autobiográfica, compuesta por memorias implícitas de las
experiencias vividas en el pasado y también de la previsión de un futuro incierto.
Esta memoria nos proporciona la conciencia de un yo enriquecido por los archivos
de nuestra experiencia vital.

La conciencia ha sido uno de los fundamentos categoriales de toda la construcción


de la teología moral y lo que hace posible un comportamiento humano responsable.
Al formular un juicio ético concreto estamos ya afirmando la misma posibilidad
humana de comprometerse moralmente, la íntima responsabilidad moral de la
persona. Se evidencia, entonces, la inevitable eticidad de la trama humana, desde
el momento que estamos ante una opción que compromete la conciencia de cada
uno de nosotros. Es lo que permite señalar, entonces, que la conciencia moral es
una de las mediaciones que se constituye en el punto de convergencia de otras en
el proceso de salvación de la persona humana.

En el actual debate sobre la naturaleza de la moralidad, la cuestión de la conciencia


se ha convertido en el punto crucial de la discusión, especialmente en el campo de
la teología moral católica. El debate gira en torno a los conceptos de libertad y de
norma, de autonomía y de heteronomía, de autodeterminación y de determinación
desde el exterior mediante la autoridad. En él a la conciencia se la presenta como
baluarte de la libertad frente a las limitaciones de la existencia impuestas por la
autoridad. En dicho contexto están contrapuestas de este modo dos concepciones
del catolicismo: por una parte, la comprensión renovada de su esencia, que explica
la fe partiendo de la libertad y como principio de la libertad y, por otra, un modelo
superado, preconciliar, que somete la existencia cristiana a la autoridad, la cual
mediante normas regula la vida hasta en sus aspectos más íntimos y trata de esta
manera de mantener el poder de control sobre los hombres. A la luz de lo expresado
podríamos decir pareciera que nos encontramos ante dos modelos de respuestas:
una moral de la conciencia o una moral de la autoridad. Volveremos sobre el tema.

Por otra parte, la conciencia es el punto de referencia de muchos otros temas


cruciales para la moral: pecado y conversión, estructura de la respuesta moral,
enfoque deontológico o teleológico. Es lo que explica la centralidad que le
otorga Veritatis Esplendor al estudio de la conciencia, en su relación con la verdad,
con la ley moral, con la libertad, con la opción fundamental, con el acto mora.

Interesa aquí plantear la conciencia como la mediación personal de la salvación y


desde este punto de arranque, iluminar algunas de las dimensiones enunciadas.
Por razones de ordenación pedagógica.

Este esquema será la base de reflexión y de él desprenderemos diversas


consideraciones que apunten al núcleo del tema. Conviene, sin embargo, hacer una
precisión muy importante que es necesario tener presente a lo largo de todo el
trabajo: la distinción entre las dos primeras columnas no es una oposición. Ello se
expresa en la tercera columna al hablarse de relaciones.
Tipos de conciencia

Conciencia individual: Esta alude a la conciencia del individuo y de la forma en


que el entorno puede perjudicarlo o favorecerlo en las distintas circunstancias de la
vida. Por medio de esta, la persona establece qué es lo bueno y lo malo para sí. El
poner en marcha esta distinción se la conoce bajo el nombre de instinto de
supervivencia. Además, por medio de esta el individuo cae en la cuenta de que debe
usar su libre albedrío y capacidades para crear y también dirigir su propio plan de
vida.

Conciencia social: Esta apunta a la conciencia de cuál es el estado del resto de la


comunidad y de cómo el entorno puede favorecerla o perjudicarla. Por medio de la
conciencia social se establece aquello que es malo o bueno para la comunidad
como un todo y cuando esta distinción se pone en marcha se la conoce bajo el
nombre de instinto de protección.

Conciencia emocional: A partir de los datos emocionales, esta conciencia


dictamina qué es bueno y qué malo, así como también de cómo la forma en que el
individuo y su comunidad actúen afectará el estado emocional de la comunidad en
sí. A la realización acertada de dicha distinción se la conoce bajo el nombre de
inteligencia emocional.

Conciencia temporal: Por medio de esta el individuo toma conciencia sobre el


ambiente que lo rodea y de cómo lo afecta tanto a él como al resto a lo largo de la
línea del tiempo. Por medio de esta se distingue aquello que es malo o bueno para
la comunidad como un todo con respecto a su futuro. Cuando esta distinción se
ejerce correctamente se la conoce como inteligencia racional.

Conciencia psicológica: Por medio de esta, la persona advierte su propia


presencia, de los hechos y objetos que se ubican fuera del propio yo y la reflexión
de los actos propios.

Conciencia moral: Esta es el conocimiento que cada individuo debería tener sobre
las reglas morales y las normas. Por medio de esta, la persona se da cuenta de si
la propia conducta moral es valiosa o no. Los actos morales son aquellos orientados
hacia los demás, el mundo y el exterior.

Conciencia sexual: Se propone que la sexualidad es un sistema de la vida humana


que se compone de cuatro características, que significan sistemas dentro de un
sistema. Estas características interactúan entre sí y con otros sistemas en todos los
niveles del conocimiento, en particular en los niveles biológico, psicológico y social.
Las cuatro características son: el erotismo, la vinculación afectiva, la reproductividad
y el sexo genético genotipo y físico fenotipo. El erotismo es la capacidad de sentir
placer a través de la respuesta sexual, es decir a través del deseo sexual, la
excitación sexual y el orgasmo.
Conciencia ambiental: Hablamos siempre sobre la crisis ambiental, su gravedad,
sus efectos, y críticas, y también ya nos hemos planteado un poco la necesidad de
hacer una mirada introspectiva sobre el grado de compromiso con el ambiente y/o
de responsabilidad con la huella ecológica que generamos a diario.

Conciencia de género: Continúan los avances en la incorporación de la


perspectiva de género mediante los aspectos siguientes: Los mecanismos
nacionales, es decir, pasantes que completaron su capacitación en materia de
fortalecimiento de la conciencia de género y análisis de género, incluso planes
desarrollo; El sector de las organizaciones no gubernamentales y las
organizaciones de estudiantes designaron para ocuparse de las cuestiones de
género a personas que completaron su capacitación en materia de fortalecimiento
de la conciencia de género; El Foro de mujeres Unión realizó actividades de
cooperación y completó la capacitación

Trastornos de la confianza

Los trastornos del estado de conciencia son padecimientos donde el estado de


alerta o de vigilia se encuentran alterados. Esto puede variar desde la confusión
leve no poder pensar claramente hasta encontrarse totalmente inconsciente
desmayado. El estado de conciencia es normalmente controlado por diferentes
partes del cerebro. Estos sistemas mantienen a una persona alerta y consciente de
sí misma y de su ambiente.

• Coma: Este es un estado de conciencia como el sueño. El paciente no


responde o no puede ser despertado mediante ningún estímulo, como la voz,
un toque ligero o el dolor.
• Estado vegetativo: Este es un estado en el que el paciente se encuentra
despiertos ojos abiertos, pero no consciente de sí mismo o de su alrededor.
El paciente se mueve por reflejos reacciones automáticas solamente y no por
sí mismo.
• Estado de conciencia mínima: El paciente es capaz de realizar ligeros
movimientos, como el movimiento de los ojos, por sí mismo. Él podrá ser
capaz de seguir indicaciones sencillas, responder si o no, o hablar un poco.
• Mutismo acinético: Este es un estado donde el paciente está despierto con
conciencia limitada. El paciente puede ser capaz de seguir con los ojos, pero
no habla ni se mueve por sí mismo.
• Delirio: Este es un estado de confusión súbito con desorientación,
pensamiento y memoria desordenados y cambios en el nivel de conciencia.

Los trastornos del estado de conciencia pueden ser causados por alguno de los
siguientes:

Traumatismo de la cabeza: Los traumatismos de la cabeza pueden lesionar las


partes del cerebro que mantienen la conciencia.
Aporte de oxígeno disminuido al cerebro: El aporte de oxígeno al cerebro es muy
importante. La falta de oxígeno puede dañar o matar las cuelas cerebrales. La
conciencia puede afectarse cuando el flujo sanguíneo al cerebro o a una parte de
éste se interrumpe. Esto podría suceder durante un ictus derrame cerebral o cuando
haya sangrado intenso o inflamación en el cerebro. Un tumor cerebral puede
presionar algunas partes del cerebro y afectar sus vasos sanguíneos. Las
convulsiones, los ataques cardiacos o los problemas pulmonares también pueden
disminuir el aporte de oxígeno al cerebro.

Medicamentos, drogas o alcohol: Ciertos medicamentos, especialmente los


anestésicos, actúan en el cerebro para mantener a un paciente completamente
dormido o libre de dolor. Algunas drogas de la calle también tienen efectos en el
cerebro lo que afecta el estado de conciencia. Demasiado alcohol en el organismo
también puede afectar la actividad normal del cerebro.

La conciencia moral es aquella que nos señala si las acciones o actitudes que
tomamos son correctas o incorrectas. Como tal, la conciencia moral está sustentada
en el conjunto de valores morales que ostenta el individuo. Son los valores los que
orientan el comportamiento y las acciones de las personas, siendo que quien se rige
por ellos procura obrar bien, correctamente, de conformidad con sus principios. La
ausencia de valores, por el contrario, implica un vacío de conciencia según el cual
el individuo no se sentirá impelido a actuar de tal o cual manera. Por su parte, aquel
que, a pesar de actuar a conciencia, obra malamente, empieza a experimentar
aquello que llamamos cargo de conciencia.

Para la Psicología, como conciencia se denomina el acto mediante el cual una


persona es capaz de percibirse a sí misma en el mundo. En este sentido, la
conciencia implica el hecho en sí de un individuo darse cuenta de aquello que ocurre
a su alrededor, fuera del Yo, como resultado de un conjunto de reflexiones sobre
las propias acciones y las realidades presentes en su entorno.

Uno de los valores que todo aquel que aspire a mejorar la democracia debe
proclamar es el sentido de la responsabilidad. La responsabilidad resulta un
ejercicio individual que puede ser ejercido colectivamente, pero no vale emboscarse
en el grupo para rehuir obligaciones propias. Es un imperativo moral que permite la
convivencia, facilita las relaciones y faculta la libertad. Después del denigrante
espectáculo de impedir la entrada de los diputados en el Parlament no sólo con
insultos, sino incluso con violencia física por parte de un sector de los llamados
indignados, lo que más deslegitima a los que desde la buena fe han participado en
este movimiento es la falta de asunción de responsabilidades. En todo el proceso
del 15-M se ha visto que la voluntad asamblearia de los concentrados impedía hacer
emerger la autoridad moral de la razón y la autocrítica a los abusos. Que la corriente
mayoritaria de este movimiento haya sido desmarcarse de las agresiones a los
parlamentarios, criticar presuntas manipulaciones y relativizar lo sucedido es un
ejercicio de Peter panismo que los deslegitima como colectivo.
Conclusión

Este tema de la conciencia es muy importante, ya que lo llevemos presente a diario


con todo lo que pensamos y hacemos, es importante que siempre sea un tema de
que hablar.

A pesar de la dificultad que conlleva definirla y estudiarla, algunos filósofos


consideran que hay una intuición generalizada sobre lo que es, y que une a todas
las definiciones anteriores. Esta intuición se puede compartir con gran eficacia
apelando a la diferencia entre dormir sin sueños y el estado de vigilia: cuando la
conciencia se desvanece es como si toda posible realidad se esfumara, desde el
punto de vista del sujeto. La conciencia no debe ser confundida con la vida, el
razonamiento, la inteligencia o la memoria. Para muchos de sus estudiosos tampoco
es equivalente a la atención ni a la percepción; aunque están íntimamente
relacionadas.

La conciencia es la capacidad propia de los seres humanos de reconocerse a sí


mismos, de tener conocimiento y percepción de su propia existencia y de su
entorno. En este sentido, la conciencia está asociada a la actividad mental que
implica un dominio por parte del propio individuo sobre sus sentidos. Así,
una persona consciente es aquella que tiene conocimiento de lo que ocurre consigo
y en su entorno, mientras que la inconsciencia supone que la persona no sea capaz
de percibir lo que le sucede ni lo que pasa a su alrededor.

En las personas no es muy común que se hable de este tema, ya que lo tomamos
como que, si existe, pero no se le da la importancia que se debería, ya que esto es
bastante importante.
Bibliografía

la conciencia:

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o,relaciones%20y%20faculta%20la%20libertad.

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