Está en la página 1de 9

Universidad Nacional Mayor de San Marcos,

Universidad del Perú. Decana de América


FACULTAD DE PSICOLOGÍA

La consciencia

CURSO:

Psicofisiología

ALUMNAS:

Ibarra Chuquizuta, Merci

Melgarejo Monago, Beatriz

DOCENTE

García Pizarro, Pedro

PRÁCTICA:

Lima, Perú

2022
1. Introducción

En la actualidad, tal vez ningún aspecto de la mente sea más familiar o


desconcertante que la conciencia y nuestra experiencia consciente del yo y del
mundo. Podría decirse que el problema de la conciencia es el tema central en la
teoría actual sobre la mente. A pesar de la falta de una teoría de la conciencia
acordada, existe un consenso generalizado, aunque menos que universal, de que
una descripción adecuada de la mente requiere una comprensión clara de ella y su
lugar en la naturaleza.

A lo largo de la historia ha habido múltiples intentos por parte de filósofos


pertenecientes a diferentes escuelas que daban su definición de qué era la
consciencia, lo mismo pasa con los científicos, sin embargo, ninguno se ha acercado
a resolverlo.

Probablemente, ha surgido de una secuencia de 100 millones de años de


innumerables micro pasos, que juntos han pavimentado el camino para formar una
gradiente de consciencia. En este trabajo nos preguntamos, ¿cuál fue el primer
paso?, ¿cómo se pasó de la no consciencia a la consciencia básica que finalmente
condujo a la consciencia enrevesada que los humanos disfrutamos hoy? Mediante
los tópicos a tratar en este tema tan amplio, trataremos de responder a estas
preguntas.

2. La evolución de la consciencia

Según Mashour et al. (2018), es posible que la conciencia no haya surgido de la


necesidad de hacer una representación interna del mundo exterior, sino más bien
como una extensión de influencias emocionales primitivas o primordiales muy
básicas. Tales influencias emocionales generarían una respuesta de excitación en
un organismo y prepararían su cerebro para la acción. Esta hipótesis está bien
elaborada por Denton (2004) en su libro sobre las emociones primordiales. Plantea
que los instintos más básicos, como la sed, el hambre y el deseo sexual, son los
puntos de partida que definen la evolución de un cerebro consciente. Esta idea
contiene el concepto de selección de intención, deseo y acción, donde la intención
básica de un movimiento está al servicio de cumplir un deseo. Como señaló Darwin
(1872), “nuestras intenciones y movimientos están tan fuertemente asociados entre
sí, que si ansiosamente deseamos que un objeto se mueva en cualquier dirección,
difícilmente podemos evitar mover nuestros cuerpos en la misma dirección, aunque
podemos ser perfectamente conscientes de que esto no puede tener ninguna
influencia…”

El comportamiento básico de un organismo está impulsado por una necesidad


fisiológica fundamental de mantener la homeostasis. Aquellas células y sistemas
utilizados para monitorear y mantener el medio interno se denominan interoceptores.
Los comportamientos básicos que impulsan la homeostasis son evidentes desde los
primeros organismos multicelulares que necesitaban un sistema vascular para
proporcionar nutrientes a aquellas células que ya no estaban expuestas
directamente al medio ambiente. Las criaturas que podían satisfacer sus
necesidades homeostáticas básicas son las que sobrevivieron; los que no sufrieron
extinción. Las estructuras cerebrales necesarias para generar excitación y
respuestas emocionales primitivas generalmente se encuentran en el tronco
encefálico, el mesencéfalo y el sistema límbico y son tan antiguas como la propia
radiación de los vertebrados.

Examinando lo antes
mencionado, podemos
determinar que la
consciencia pudo haber
empezado de un ser
vivo, entendiéndolo
como parte del universo
que se sostiene a sí
misma y hace más de
su clase, para hacer
esto necesita energía y es ahí donde una consciencia del mundo es útil. La función
original de la consciencia era probablemente dirigir un ser vivo que carecía de
energía a un suministro fresco de alimentos.
Según Glasgow (2018), el primer gran paso hacia la consciencia fue probablemente
dado cuando los seres móviles comenzaron a moverse direccionalmente, debido a
que si se movían tenían más probabilidades de buscar y encontrar comida, por lo
tanto, sobrevivir y reproducirse.

Por otro lado, se dice que el siguiente paso en la escalera de la consciencia implicó
agregar algo de percepción a distancia, como es la visión. La visión agrega contexto
y profundidad a nuestro mundo, debido a que un aparato óptico como un ojo nos
permite visualiza nuestro objetivo y fijarlo. Pero incluso en esta etapa un ser vivo
solo puede perseguir su alimento mientras lo vea, por lo tanto, para visualizar la
comida en su ausencia un ser vivo necesita crear algún tipo de representación
interna del mundo.
Otro aspecto fundamental en el desarrollo de la consciencia, es la memoria, gracias
a esto los seres vivos pueden distraerse de la búsqueda durante unos segundos,
pero luego continúan su camino, este fenómeno se relaciona con la permanencia del
objeto (las cosas continúan existiendo incluso cuando no podemos verlas), esta
habilidad cognitiva es disfrutada por algunos mamíferos y aves, quizás también por
otros animales. Los bebés humanos tienden a desarrollar esta habilidad alrededor
de los ocho meses. Esta habilidad implica un sentido del tiempo que es un gran paso
en la escalera de la consciencia.

Entonces, ¿cuál es el origen de nuestra consciencia? Probablemente, comenzó


como el movimiento dirigido de un ser hambriento hacia una fuente de alimento, con
los beneficios de supervivencia, esto le dio a los competidores que se movieron más
posibilidades de sobrevivir. A manera de conclusión podemos decir que todo
comenzó con la necesidad de tener más comida.

3. La teoría de la Consciencia según G.M. Edelman

Basándonos en la teoría de la selección del grupo de neuronas de G.M. Edelman se


prolonga hasta intentar elaborar una hipótesis de cómo puede emerger la conciencia
del cerebro. Edelman asume la conciencia como la experiencia fenoménica descrita,
para lo cual en el marco de un planteamiento evolutivo tanto filogenético como
ortogenético, le lleva a distinguir entre dos niveles de conciencia:

Conciencia Primaria: Compuesta de experiencia fenoménica, limitada al tiempo


medible como presente y cae bajo el informe directo, individual y descriptivo de su
punto de vista. Se experimenta como una “imagen mental” de los eventos
categorizados en el momento. Es un tipo de “presente recordado”.
Propiedades de la Conciencia Primaria

Entre las principales propiedades encontramos que es un proceso personal,


relacionado con el yo biológico, que está en constante cambio, porque está basado
en estados homeostáticos internos y en mapas dinámicos globales. Es continuo. Es
intencional, tienen que ver con objetos independientes del yo, es decir, está basado
en una reentrada constante con las categorizaciones perceptivas en proceso. Es
selectivo; como lo son las categorizaciones perceptivas y la operación del sistema
de valor del que depende. Depende de la voluntad, en la medida en que depende de
cartografías globales que conllevan categorización por acciones relacionadas con
objetivos y no solo del movimiento de partes del cuerpo.

Conciencia Superior: Se basa en la ocurrencia de una conciencia directa de un ser


humano que tiene lenguaje y una vida subjetiva narrable.
Para adquirir una conciencia superior, los sistemas de memoria deben relacionarse a
una representación conceptual de un yo verdadero (yo social) que actúa sobre un
medio y viceversa, un yo que resulta ser un yo social fruto de las interacciones del
sujeto con otros sujetos que, como en un espejo le devuelven una imagen de
identidad. Debemos, pues, construir un modelo conceptual de la identidad personal,
también tener un modelo del pasado.

4. Aportaciones de la neurobiología

El estudio de la corteza cerebral a través de la neurobiología avanza de manera muy


rápida, esto es debido a que los investigadores cuentan con instrumentos
poderosos: los microelectrodos que permiten explorar lo que ocurre en el interior de
neuronas individuales, la electroencefalografía refinada, la resonancia magnética, la
tomografía y otros que permiten
explorar en forma muy puntual la
estructura y la función de los sistemas
neurales. Gracias a estas técnicas, se
han abordado con éxito aspectos de la
mente como la atención, la percepción,
la memoria, el aprendizaje y también el
más elusivo de todos los fenómenos de
la naturaleza: la conciencia.
De acuerdo con De la fuente (2002), el
avance más espectacular en el estudio
neurobiológico de la conciencia es el
trabajo de Rodolfo Llinás, neurobiólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad
de Nueva York. Basado en sus propios registros, Llinás propone que en efecto, son
señales eléctricas las que dan lugar a la conciencia. Utilizando el
magnetoencefalógrafo ha medido indirectamente, pero con gran precisión, los
potenciales eléctricos en el cerebro y ha descubierto que en las neuronas de los
núcleos intralaminares del tálamo se generan oscilaciones eléctricas de 12.5
milisegundos perfectamente sincronizadas en el tiempo que los conectan con la
totalidad de la corteza cerebral. Estas ondas son la función de un sistema de
conexiones tálamo-corticales en ambas direcciones. Las oscilaciones que se
generan en las neuronas del tálamo y lo ligan con todas las regiones de la corteza
cerebral, explican que nuestras imágenes conscientes estén integradas. Sus
estudios muestran que en algunos síntomas psiquiátricos y neurológicos hay una
pérdida de la sincronía en este sistema. Su teoría es que las oscilaciones
tálamo-corticales constituyen la base funcional del fenómeno mediante el cual el
individuo es capaz de tener una experiencia consciente unificada de sus
percepciones del mundo exterior, no obstante que el cerebro las codifica en sitios
distintos y a tiempos distintos.
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Feinberg, T. E., & Mallatt, J. (2013). The evolutionary and genetic origins of consciousness

in the Cambrian Period over 500 million years ago. Frontiers in Psychology, 4, 667.

https://doi.org/10.3389/fpsyg.2013.00667

Fuente, Ramón de la (2002). El estudio de la conciencia: estado actual . Salud Mental,

25(5),1-9 https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=58252501

Glasgow, R. (2018). Minimal selfhood and the origins of consciousness. Würzburg University

. https://doi.org/10.25972/WUP-978-3-95826-079-

Investigación Y Ciencia (2019) ¿Qué es la consciencia? ¿Cómo la crea el cerebro?

https://www.investigacionyciencia.es/blogs/psicologia-y-neurociencia/37/posts/qu-es-l

a-consciencia-cmo-la-crea-el-cerebro-18107

Manrique Castaño, Daniel, & Londoño Salazar, Pamela. (2012). El problema de la

consciencia y su brecha explicativa en la psicología. Diversitas: Perspectivas en

Psicología, 8(2),

375-389.http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1794-99982012

000200013&lng=en&tlng=es.

Mashour, G. A., & Alkire, M. T. (2013). Evolution of consciousness: phylogeny, ontogeny, and

emergence from general anesthesia. Proceedings of the National Academy of

Sciences of the United States of America, 110 Suppl 2(supplement_2),

10357–10364. https://doi.org/10.1073/pnas.1301188110

The physical evolution of consciousness. (2018, julio 22). Psychology Today.

https://www.psychologytoday.com/us/blog/finding-purpose/201807/the-physical-evolu

tion-consciousness
Van Gulick, R. (2021). Consciousness. En E. N. Zalta (Ed.), The Stanford Encyclopedia of

Philosophy (Winter 2021). Metaphysics Research Lab, Stanford University.

Zumalabe-Makirriain, José M. (2016). El estudio neurológico de la conciencia: una

valoración crítica. Anales de Psicología, 32(1), 266-278.

https://dx.doi.org/10.6018/analesps.31.3.184411

También podría gustarte