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HUGO QUINTERO BERNATE

Magistrado Ponente

SP931-2020
Radicación n° 55406
(Aprobado Acta n° 100)

Bogotá, D.C., veinte (20) de mayo de dos mil veinte


(2020).

ASUNTO

Resuelve la Sala el recurso de apelación interpuesto


por el procesado ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ y su defensor
contra la sentencia que profirió el Tribunal Superior de
Bucaramanga el 24 de abril de 2019, por medio de la cual lo
condenó como autor responsable del delito de acoso sexual
en concurso homogéneo, de que tratan los artículos 210 A y
31 del Código Penal.
HECHOS

Fueron sintetizados en el fallo de primera instancia en


los siguientes términos:
Desde noviembre de 2012, [ADOLFO MUÑOZ
GONZÁLEZ] mientras fungía como fiscal delegado ante los
jueces penales municipales o promiscuos de San Vicente de
Chucurí (Sder), valiéndose o aprovechándose de la autoridad
o poder que le confería este cargo, con ocasión de procesos
penales, acosó y/o asedió en distintas formas, física y
verbalmente, mediante besos, tocamientos o caricias
libidinosas, palabras, frases, preguntas u otras actitudes o
gestos insinuantes a mujeres que tenían interés en asuntos
ventilados en su dependencia, para que "colaboraran" en el
trámite de las causas, aceptando tener relaciones eróticas o
sexuales con él.

Así fue denunciado por María Angélica Parra Castro,


Yorley Nieto Gómez, Alba Liliana Rueda Arias y Ana
Francisca Becerra Pinilla, quienes acudieron a su delegada
en calidad de denunciantes de los procesos allí adelantados
y fueron objeto de estas propuestas que no decidieron
aceptar.

ACTUACIÓN PROCESAL RELEVANTE

1. Por los anteriores hechos, en audiencia presidida por


el Juez Doce Penal Municipal con función de control de
garantías de Bucaramanga - Santander, el 14 de abril de
2016, la Fiscalía Cuarta Delegada ante el Tribunal Superior
de Distrito con sede en esa misma ciudad, formuló
imputación contra ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ en calidad
de presunto autor de acoso sexual, en concurso homogéneo,
de que tratan los artículos 210 A y 31 del Código Penal.

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2. Presentado el escrito de acusación ante la Sala Penal
del referido Tribunal, el 28 de septiembre de 2016 se cumplió
la audiencia de formulación de acusación por idénticos
hechos y conductas punibles que versó la imputación.

3. Luego, durante los días 3 de mayo y 14 de junio de


2017, se llevó a cabo la audiencia preparatoria, en la que se
decidieron las solicitudes probatorias presentadas por las
partes.

4. El juicio oral se agotó en varias dilatadas sesiones1,


los días 20 de septiembre y 8 de noviembre de 2017; 31 de
enero, 21 de febrero, 4 de abril, 5 de julio, 3 de agosto, 19 de
septiembre, 17 de octubre y 6 de noviembre de 2018; 22 de
enero, 13 de febrero y 6 de marzo de 2019, fecha esta última
en la que presentaron alegaciones de conclusión las partes e
intervinientes.

En audiencia realizada el 2 de abril siguiente, el juez


colegiado anunció el sentido del fallo de carácter
condenatorio por todos los cargos de la acusación;
posteriormente, el día 9 de los mismos mes y año, se adelantó
diligencia en la cual se surtió el procedimiento previsto en el
artículo 447 de la Ley 906 de 2004.

5. Finalmente, el 24 de abril de 2019, la Sala Penal del


Tribunal Superior de Bucaramanga emitió la sentencia por

1Debido a múltiples aplazamientos e inasistencias de los apoderados, principal y


suplente, que tuvieron a cargo la defensa del acusado, no se pudieron realizar las
audiencias programadas en varias ocasiones, por lo que se compulsaron copias
para adelantar las correspondientes investigaciones disciplinarias.

3
cuyo medio condenó a ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ como
autor responsable del delito de acoso sexual en concurso
homogéneo, decisión contra la cual el procesado y su defensa
interpusieron recurso de apelación.

SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

En primer lugar, el A quo consideró que no existía duda


frente a la condición del sujeto activo y la autoridad que este
representaba sobre las víctimas a raíz de los procesos que
por inasistencia alimentaria adelantaba, de los cuales surgía
una relación con María Angélica Parra Castro, Yorley Nieto
Gómez, Alba Liliana Rueda Arias y Ana Francisca Becerra
Pinilla, de manera que realizó las conductas reprochables,
cuando cada una de ellas acudía a la Fiscalía a preguntar
por los procesos de su particular interés.

En ese contexto, se presentó una relación de


sometimiento sustentada en la posición de autoridad y poder
que condujo al abuso con connotación de acoso sexual, por
cuanto las circunstancias en que se desplegaron los actos
dan cuenta del aprovechamiento del cargo de fiscal delegado
para someter a las referidas víctimas a asedio verbal y físico
con fines sexuales.

Consideró, a ese efecto, que resultaban creíbles los


testimonios rendidos por María Angélica Parra Castro, Yorley
Nieto Gómez, Alba Liliana Rueda Arias y Ana Francisca
Becerra Pinilla. Así mismo, para descartar la tesis defensiva
de la existencia de un supuesto complot en contra del

4
procesado, se probó que no existía conocimiento previo entre
ellas.

Precisó que las conductas desplegadas por ADOLFO


MUÑOZ GONZÁLEZ se adecuan típicamente a los verbos
rectores de acosar, asediar física y verbalmente, inmersos en
el ilícito de acoso sexual, constatándose, además, la
vulneración del bien jurídicamente tutelado a la libertad,
integridad y formación sexual de las víctimas y el actuar con
culpabilidad dolosa.

En consecuencia, lo condenó como autor de acoso


sexual en concurso homogéneo, artículos 210 A y 31 del
Código Penal, a las penas de veintidós (22) meses de prisión;
inhabilidad para el ejercicio de derechos y funciones públicas
por igual término; pérdida del empleo o cargo público que
ostenta y la inhabilitación por dos años para desempeñar
cualquier cargo público u oficial. Finalmente, se le concedió
la suspensión condicional de la ejecución de la pena por un
periodo de dos (2) años.

Adicionalmente, ordenó compulsar copias con destino a


la Fiscalía General de la Nación para que se investigue la
posible ocurrencia de conducta punible en detrimento de
Ninfa Osorio Vargas; e, igualmente, para que se investigue la
posible ocurrencia de ilicitud por el ofrecimiento de dinero
para retirar la denuncia o retractarse a María Angélica Parra
Castro.

5
DE LAS IMPUGNACIONES

1. La defensa sustentó el disenso con fundamento en


los siguientes argumentos:

- De acuerdo con el artículo 381 del Código de


Procedimiento Penal, existe una tarifa legal negativa en
cuanto no es suficiente para condenar la prueba de
referencia porque con esta, por si misma, no se desvirtúa la
presunción de inocencia, sino que se requiere de otros
medios de prueba para verificar o corroborar el contenido del
relato indirecto.

No obstante, el Tribunal consideró reunidos los


requisitos del artículo 438 de la Ley 906 de 2004 y permitió
que se introdujeran como prueba de referencia la denuncia
formulada por María Angélica Parra Castro y declaraciones o
entrevistas que rindió a policía judicial, aunque la
admisibilidad excepcional del testimonio de referencia no era
procedente toda vez que no (sic) se trataba de un caso de
desaparición voluntaria de la declarante, ni de la
imposibilidad de su localización porque la Fiscalía logró
ubicarla, presentándose circunstancias que no pudieron ser
superadas para que compareciera a testificar en juicio; por
tanto, lo que ocurrió fue que ella desatendió el llamado de la
justicia.

- El a quo incurrió en contradicción porque al anunciar


el sentido del fallo adujo que no se tendría en cuenta la
prueba de referencia, porque eran suficientes los testimonios

6
de las demás presuntas víctimas de los hechos, pródigas,
claras y explícitas acerca del acoso sexual en que incurrió
ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ; sin embargo, en la sentencia
sí fue tenida en cuenta la versión de Angélica María Parra
Castro.

- Se vulneró el debido proceso porque personal de la


Fiscalía se desplazó hasta la vivienda de la señora Parra
Castro a recibirle declaración, cuando lo común y corriente
es que una víctima de delito acuda ante ese ente a formular
la respectiva denuncia; por eso se debe excluir la valoración
del testimonio que fue introducido como prueba de
referencia, por ser una prueba ilícita, nula de pleno derecho,
acorde con el artículo 29 de la Constitución Política.

- Con los testimonios rendidos por Yorley Nieto Gómez,


Alba Liliana Rueda Arias y Ana Francisca Becerra Pinilla, no
se puede edificar una sentencia de condena porque con sus
dichos no es posible estructurar a cabalidad ninguno de los
verbos rectores del tipo penal de acoso sexual.

De hacerse una cabal valoración probatoria que


implique un análisis crítico y de conjunto con los medios de
prueba, teniendo en cuenta las reglas de la experiencia, la
lógica, la dialéctica, la ciencia y la sana crítica, se advertiría
que en ningún momento estas deponentes fueron claras,
expresas y concisas ante las preguntas de la Fiscalía;
tampoco se probó que el acusado hubiese usado expresiones
para invitarlas a tener sexo o intimidad o ir a algún sitio con

7
ese objetivo, tratándose de intuiciones subjetivas las que
ellas tuvieron acerca de lo que él quería.

- El fallador colegiado, dice el recurrente, incurrió en


graves y trascendentes desatinos en la valoración de la
prueba y llegó a conclusiones que no están acreditadas,
porque no le dio ninguna credibilidad, importancia, ni
trascendencia a la prueba de descargo consistente en los
testimonios de dos jueces de la República, Kilia Jiménez
Castillo y Fabián Andrés Rincón Carreño, quienes de manera
unísona, clara, detallada y concordante expresaron que en
sus despachos se tramitaron los procesos de inasistencia
alimentaria promovidos por las quejosas, y dieron fe del
actuar recto del Fiscal procesado, sin que supieran que él
tuviese por costumbre acosar sexualmente a usuarios de la
institución en que trabajaba.

Tampoco se tuvieron en cuenta los testimonios de Luis


Infante, exesposo de Angélica María Parra, ni de Carlos
Miguel Rueda, quien desmintió totalmente el pasquín hecho
en contra del Fiscal ADOLFO MUÑOZ.

- No se estableció la continuidad o reiteración en la


conducta, para demostrar la persistencia por parte del
señalado acosador, porque no se supo con qué frecuencia las
presuntas víctimas acudían a la Fiscalía.

- No se tomó en consideración que las demás presuntas


víctimas no presentaron denuncia alguna y sólo acudieron
ante la Comisaría de Familia, en donde el supuesto acoso

8
sexual del que eran objeto fue tratado a título de comentario
nada más.

- Con las pruebas practicadas no queda claro que la


conducta del procesado alcance connotación ilícita, por todo
lo cual, solicita se reconozca la garantía in dubio pro reo y se
absuelva a su prohijado de los cargos formulados.

2. ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ alega de inicio que


una decisión no puede sustentarse tan solo en la
inferencia de que se cumplen los presupuestos que
estructuran un comportamiento típico, sino que debe
consultar las reglas de la experiencia y las
circunstancias que rodearon el presunto hecho ilícito,
porque no puede vulnerarse la libertad de un hombre a
partir de presupuestos meramente legales so pretexto
de que la víctima es convincente, apartando visión de la
realidad.

Con referencia a la providencia de esta Sala del 11


de abril de 2007, radicación 26128, considera la
incredibilidad de los testimonios de las presuntas
víctimas por el resentimiento evidente que demostraron
en su contra.

En ese sentido, aseguró que Angélica Parra dejó


ver su inconformidad antes de formular la denuncia,
porque él mantenía amistad con su excompañero,
dando a entender que como funcionario lo favoreció en
una diligencia de conciliación.

9
Respecto de Yorley Nieto adujo que es evidente su
enojo porque su exesposo fue absuelto antes que
denunciara al funcionario que condujo dicha
investigación.

Y Alba Liliana Rueda, mostró su inconformidad


con el sistema judicial por los largos años que dijo
haber estado acudiendo a reclamar alimentos para sus
hijos.

Adicionalmente, considera que las circunstancias


que rodearon los hechos según las mencionadas
testificantes, cuando menos generan duda, sin que
surja certeza de las ambiguas versiones repetitivas que
aquellas dieron sobre lo ocurrido.

Por tanto, solicita revocar el fallo apelado y, en


aplicación del principio in dubio pro reo, se le absuelva
de los cargos que le fueron formulados.

INTERVENCIÓN DE LOS NO RECURRENTES

1. La Fiscalía pide se confirme la sentencia impugnada


porque, considera, la autoridad de primera instancia
encontró suficientemente superada la tarifa legal negativa
que consagró el legislador para la prueba de referencia.

10
Asevera que María Angélica Parra Castro describió y
señaló el comportamiento reiterado, persistente y sistemático
del procesado, por el que fue hallado culpable.

Refiere que los testimonios de las servidoras de la


Comisaría de Familia de San Vicente de Chucurí, quienes
atendieron directamente a dicha víctima instantes después
de ser ultrajada; y de Luis Carlos Paredes Pradilla, miembro
de la Policía Nacional, a quien acudió aquella para que la
orientara por los vejámenes su contra, dieron cuenta del
comportamiento abusivo del fiscal.

Asegura que fueron múltiples los medios de prueba


presentados, apropiadamente controvertidos y analizados,
que conllevan a la conclusión inexorable a la que llegaron el
Tribunal y los intervinientes procesales, que unánimemente
y con argumentos consistentes y convergentes avalaron la
solicitud de condena que impetró la Fiscalía.

Respecto a la denuncia de María Angélica Parra Castro


que la defensa considera ilegal, adujo que la servidora de
policía judicial, Niño Gómez, que la recibió, informó las
razones o los motivos por los que debió llevar a cabo el
procedimiento en esas circunstancias, es decir, porque la
víctima no acudió directamente ante la Fiscalía en vista que
allí mismo se estaban materializando los graves
acontecimientos en su contra y era el lugar donde laboraban
el abusador y el asistente de este, Oscar Javier López Guarín,
señalado de congraciarse con la conducta de su superior y
ejecutar comportamientos semejantes.

11
La denuncia, indica, se realizó con acatamiento a la
normatividad que la regula y sin desconocer protocolo
especial alguno; de igual forma, de conformidad con el
artículo 205 del estatuto procesal penal, la Policía Judicial
no solo está habilitada para recibir la denuncia, querella o
informe de otra clase, sino facultada para realizar de
inmediato todos los actos urgentes a que haya lugar.

En relación con los testimonios rendidos por las demás


víctimas, asegura que basta con apreciarlos bajo los
derroteros de la sana crítica, la lógica y el sentido común,
para concluir que efectivamente la conducta que el fiscal
enjuiciado desplegó sobre ellas, la ejecutó de manera
consciente, deliberada, reiterada y persistente, con fines
sexuales no consentidos; todas ellas rechazaron los actos que
sobre cada una ejecutó el procesado y, si bien, la única que
denunció fue la señora Parra Castro, esto no significa que
esos comportamientos no se hayan llevado a cabo en las
circunstancias precisadas, porque su propio abusador
común aceptó que solía ejecutar ese tipo de actuaciones.

Expone que no es cierto que las cuatro agraviadas


hubiesen declarado contra el acusado con ánimo malévolo
alguno, o para buscar su relevo en las actuaciones penales
en las que aparecían como denunciantes por el delito de
inasistencia alimentaria, pues se logró acreditar que todas
ellas rindieron su testimonio con posterioridad a la
terminación o archivo de sus casos.

12
2. La Procuradora 58 Judicial II Penal, inicia por
recalcar la obligación de los funcionarios judiciales de aplicar
perspectiva de género en sus decisiones. En ese ámbito
afirma que el acoso sexual del cual es víctima una mujer es
una forma de violencia de género y constituye una forma
extrema de discriminación.

Refiere, por tanto, que no se pueden confundir los


estereotipos de género con las reglas de la experiencia, pues
estos son una construcción social equivocada que viola los
derechos humanos de las mujeres.

De otra parte, afirma que es disparatado el argumento


de la defensa al pretender demostrar que no hay acoso
porque no hubo petición expresa del actor, pues tanto los
instrumentos internacionales como la jurisprudencia hablan
de la insinuación, que debe ir acompañada de soportes y
argumentos, como se dio en el caso concreto que la
valoración que realizó la Sala de primera instancia fue seria
y rica en razones que construyen argumentos sólidos, en un
buen ejercicio de la sana crítica.

Añade que entre las víctimas había un común


denominador: eran mujeres vulnerables de escasos recursos
y se encontraban en procura de los alimentos de sus hijos a
través de procesos por inasistencia alimentaria.

Concluye que la prueba aportada por la defensa no es


completa y, en cambio, hay suficiencia probatoria sobre la
estructuración de la conducta ilícita dada, así como prueba

13
de que su autor es ADOLFO MUÑOZ que todo lo hacía para
su propio beneficio de tipo sexual. En ese contexto está
demostrado que había una relación de poder, que se valió de
su condición de fiscal y se aprovechó de la vulnerabilidad de
las mujeres que acudían ante él, así como que el acoso sexual
se dio con miradas lascivas, gestos sexuales, besos forzados,
preguntas sobre la vida personal, asedio físico y verbal.

Solicita la confirmación integral del fallo apelado.

CONSIDERACIONES

1. A la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de


Justicia le corresponde decidir los recursos de apelación
interpuestos contra las decisiones -autos y sentencias-
proferidas en primera instancia por los tribunales
superiores, numeral 3° del artículo 32 de la Ley 906 de 2004.

Compete el asunto a esta Corporación toda vez que se


trata de la impugnación interpuesta contra la sentencia
proferida por la Sala Penal del Tribunal Superior de
Bucaramanga que condenó a ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ,
con ocasión de hechos ilícitos cometidos valiéndose de su
calidad de Fiscal Delegado ante los Jueces Municipales o
Promiscuos del municipio de San Vicente de Chucurí
(Santander).

2. Los hechos que dieron origen al presente proceso, tal


y como expuso la Delegatura de la Fiscalía General de la
Nación en la audiencia de formulación de imputación de

14
cargos2, se contraen a que ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ,
aprovechándose del poder que le confería el cargo de Fiscal
Delegado ante los Jueces Municipales o Promiscuos con sede
en el municipio de San Vicente de Chucurí, a cargo de la
investigación por los presuntos delitos de ejercicio arbitrario
de custodia de hijo menor e inasistencia alimentaria contra
Luis Eduardo Infante Corredor, padre de los hijos de María
Angélica Parra Castro, en diferentes ocasiones que ella
concurrió a las instalaciones de esa entidad, a partir del mes
de noviembre del año 2012, en distintas formas, física y
verbalmente, mediante besos, tocamientos o caricias
libidinosas, palabras, frases, preguntas u otras actitudes, la
acosó y asedió para que aceptara tener relaciones sexuales
con él.

Por la misma época y en similares circunstancias, ese


servidor judicial también realizó comportamientos de esa
índole en detrimento de Yorley Nieto Gómez, Alba Liliana
Rueda Arias y Ana Francisca Becerra Pinilla, cuando
acudieron a su despacho para averiguar por el estado de las
investigaciones que por el punible de inasistencia
alimentaria tenía a su cargo y que se adelantaban contra los
padres de los hijos menores de aquellas.

Se atribuyó, en consecuencia, a ADOLFO MUÑOZ


GONZÁLEZ la comisión de la conducta punible de acoso
sexual en concurso homogéneo, por haber ejecutado actos
constitutivos de esa ilicitud respecto de cuatro personas,

2 CD audiencia 14 de abril de 2016, registro 00:06:50 y ss.

15
víctimas diferentes, fijando el marco jurídico en los artículos
210 A3 y 31 del Código Penal.

La descripción de los hechos y la calificación jurídica


asignada a estos en el escrito de acusación4, en la audiencia
en que se formalizó el llamado a juicio5 y en el fallo de
condena de primer grado6, se mantuvo invariable.

En ese contexto fáctico y jurídico, para la resolución del


recurso de alzada es necesario su abordaje desde una
perspectiva de género, pues de lo que dan cuenta uno y otro
factores es de una situación en la que se suman múltiples
hechos constitutivos de acoso sexual de los que, se afirma,
fueron víctimas cuatro mujeres distintas, caracterizadas en
común por ser personas de bajos recursos que acudieron
ante el Estado para reclamar respaldo de la administración
de justicia por el incumplimiento de unos hombres en las
obligaciones como padres de sus hijos.

Mujeres en situación de vulnerabilidad por su condición


económica, por su condición cultural y por el abandono
económico de los padres de sus hijos, fueron aún más
victimizadas al ser destinatarias de actos de acoso y asedio
con fines sexuales, ejecutados por un servidor público que
desde su posición de poder natural por la investidura que
ostentaba, Fiscal Delegado, y la función específica que

3 Adicionado por el artículo 29 de la Ley 1257 de 2008.


4 Carpeta n°. 1, folio 68 y ss. «3. Fundamento de la acusación (fáctico y
jurídico)».
5 CD audiencia 28 de septiembre de 2016, registro 00:14:05 y ss.
6 Carpeta 2, folios 167 a 185.

16
debería cumplir con respecto de ellas, encargado de
adelantar las investigaciones por hechos que habían
denunciado, usó esa superioridad manifiesta para
ejecutarlos.

2.1. La Corte Constitucional7, ha analizado la


«obligación de abordar con enfoque o perspectiva de género los
procesos judiciales atinentes o asociados a la violencia física,
psicológica, económica o de cualquier otra índole, ejercida en
contra de las mujeres8 dentro o fuera del ámbito familiar»9,
precisando que su cumplimiento debe buscar realización
más allá del «plano nominal o formal, pues su relevancia
práctica depende de las acciones concretas que se realicen
para cumplir el objetivo de erradicar todas las expresiones de
violencia de género, que constituye el propósito central de
varios tratados internacionales sobre derechos humanos
suscritos por Colombia.»10

Entre los diversos instrumentos de derecho


internacional aplicables por hacer parte del bloque de
constitucionalidad11, emanados de reuniones u organismos
de la Organización de las Naciones Unidas - ONU que se han
ocupado de la problemática que a nivel mundial representa
la violencia de género, se destacan la «Declaración sobre la
Eliminación de la Discriminación contra la Mujer» de 1967, la

7 Sentencias T-012 de 2016, T-027 de 2017, T-514 de 2017, T-462 de 2018, entre
muchas más.
8 «1 Aunque es claro que este enfoque también puede predicarse frente a otros grupos

sociales, tal y como se ha resaltado en la jurisprudencia relacionada en este


apartado.»
9 CSJ SP4135-2019, 1 oct. 2019, rad. 52394, entre otras decisiones.
10 Ídem.
11 Ver Corte Constitucional, sentencias C-355 y C-667 de 2006 y T-878 de 2014.

17
«Convención sobre la Eliminación de todas las formas de
Discriminación contra la Mujer - CEDAW» de 198112, y la
«Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la
mujer» aprobada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas el 20 de diciembre de 1993, cuyo artículo 1 establece
que

…por "violencia contra la mujer" se entiende todo acto de


violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que
tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento
físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las
amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria
de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como
en la vida privada.

A su turno, el artículo 2 de la misma Declaración


consagra las clases de violencia que se puede ejercer contra
las mujeres y los ámbitos a que se extiende, sin limitarse o
restringirse solamente a ellos, son:

a) La violencia física, sexual y sicológica que se


produzca en la familia, incluidos los malos tratos, el abuso
sexual de las niñas en el hogar, la violencia relacionada con
la dote, la violación por el marido, la mutilación genital
femenina y otras prácticas tradicionales nocivas para la
mujer, los actos de violencia perpetrados por otros miembros
de la familia y la violencia relacionada con la explotación;

b) La violencia física, sexual y sicológica perpetrada


dentro de la comunidad en general, inclusive la violación, el
abuso sexual, el acoso y la intimidación sexuales en el
trabajo, en instituciones educacionales y en otros lugares, la
trata de mujeres y la prostitución forzada;

12 Ratificada por Colombia mediante la Ley 51 de 1981.

18
c) La violencia física, sexual y sicológica perpetrada o
tolerada por el Estado, dondequiera que ocurra.

En el ámbito regional, la «Convención Interamericana


para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer»13, Convención de Belém do Pará de 1994, constituyó
un avance fundamental para ampliar la definición de los
actos de agresión contra las mujeres al señalar que se
entenderá por violencia contra la mujer cualquier acción o
conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el
ámbito público como en el privado.

La violencia contra la mujer puede consistir, entonces,


en cualquier acción, omisión, coacción o privación que cause
daño en la vida, integridad física, psicológica, sexual, o
cualquier tipo de perjuicio, los cuales pueden ocurrir en
cualquier momento y en el ámbito público o privado.

De tal manera, la violencia de género es un concepto


amplio que abarca una multitud de comportamientos
alejados del tipo afectivo, en que predomina el sometimiento
de la mujer a la voluntad del hombre.

Constituye una agresión directa a la dignidad de la mujer, a


la que se golpea --en su sentido más amplio-- por el mero
hecho de ser mujer. Más allá de la problemática social o
jurídica que entraña, es una cuestión de derechos humanos,
de violación de los derechos más elementales de la mujer, no
por otra cosa que por ser mujer. No es "violencia" sin más, la
violencia de género encarna un sentimiento, una actitud de
dominación sobre la mujer, de exhibición de poder sobre ella
13 Ratificada por Colombia mediante la Ley 248 de 1995.

19
como si fuera una mera posesión, una "cosa" de su propiedad.
Es un ataque a los derechos humanos. Derechos que
garantizan la existencia misma de las democracias,
presupuesto del Estado de Derecho, que se ve minado por la
presencia de un tipo de violencia irracional y desmedida que
destruye lo más sagrado de la persona, su dignidad.14

2.2. En adición a lo explicado en precedencia, debe


tenerse en cuenta que respecto de los deberes que tiene la
administración de justicia frente a las mujeres víctimas de
conductas características de esta clase de vejámenes, la
Corte Constitucional introdujo algunas reglas para analizar
los casos que involucren actos discriminatorios. El enfoque
de género permite evidenciar que en determinadas
circunstancias las consecuencias jurídicas pueden ir en
detrimento de los derechos de las mujeres: «De ahí que,
entonces, se convierta en un “deber constitucional” no dejar
sin contenido el artículo 13 Superior y, en consecuencia,
interpretar los hechos, pruebas y normas jurídicas con base
en enfoques diferenciales de género.»15

En ese contexto, la Corte Constitucional ha identificado


los siguientes deberes concretos de la administración de
justicia: a) desplegar toda actividad investigativa en aras de
garantizar los derechos en disputa y la dignidad de las
mujeres; b) analizar los hechos, las pruebas y las normas con
base en interpretaciones sistemáticas de la realidad, de
manera que en ese ejercicio hermenéutico se reconozca que
las mujeres han sido un grupo tradicionalmente

14 MARTIN SÁNCHEZ María, “Estudio integral de la violencia de género, un análisis


teórico-práctico desde el Derecho y las Ciencias Sociales”, Tirant lo Blanch, 2018,
epígrafe 2.
15 Corte Constitucional, sentencia T-012 de 2016.

20
discriminado y como tal, se justifica un trato diferencial; c)
no tomar decisiones con base en estereotipos de género; d)
evitar la revictimización de la mujer a la hora de cumplir con
sus funciones; reconocer las diferencias entre hombres y
mujeres; e) flexibilizar la carga probatoria en casos de
violencia o discriminación, privilegiando los indicios sobre las
pruebas directas, cuando estas últimas resulten
insuficientes; f) considerar el rol transformador o
perpetuador de las decisiones judiciales; g) efectuar un
análisis rígido sobre las actuaciones de quien presuntamente
comete la violencia; h) evaluar las posibilidades y recursos
reales de acceso a trámites judiciales e; i) analizar las
relaciones de poder que afectan la dignidad y autonomía de
las mujeres.16

Por su parte, esta Corporación ha entendido17 la


importancia de aplicar el derecho a la igualdad e introducir
un enfoque diferencial para disminuir situaciones de
violencia frente a grupos desprotegidos y débiles, como lo ha
admitido la Sala Civil de esta Corte, a efectos de «romper los
patrones socio culturales de carácter machista en el ejercicio
de los roles de hombre-mujer que, en principio son roles de
desigualdad»18, propósito que tiene como presupuesto la
desigualdad de la concreta relación que se juzga.

Acerca de la perspectiva de género con que se debe


abordar las decisiones penales la Sala ha planteado:

16 Ídem.
17 CSJ AP2070-2018, 23 may. 2018, rad. 51870.
18 CSJ STC4362-2018, 4 abr. 2018.

21
[…] resulta claro que el abordaje de los casos penales
con perspectiva de género no implica el desmonte de las
garantías debidas al procesado y la imposición automática
de condenas, pues ello daría lugar a la contradicción
inaceptable de “proteger” los derechos humanos a través de
la violación de los mismos, lo que socavaría las bases de la
democracia y despojaría de legitimidad la actuación estatal.

Este, sin duda, no es un postulado novedoso, pues


sobre el mismo descansa, en buena medida, la exclusión de
pruebas obtenidas con violación de derechos fundamentales,
prevista en el artículo 29 de la Constitución Política. El mismo
ha sido reivindicado recientemente por esta Corporación,
para concluir que la prevalencia de los derechos de los niños
y los deberes de protección a cargo del Estado no pueden dar
lugar a la violación de los derechos del procesado (CSJSP, 11
jul. 2018, Rad. 50637).19

2.3. Enmarcados así los conceptos de violencia y


enfoque de género, estrecha relación con ellos tiene la
incorporación al orden jurídico nacional del delito de acoso
sexual, respecto del cual en la exposición de motivos del
proyecto que dio origen a la Ley 1257 de 2008, «Por la cual se
dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de
formas de violencia y discriminación contra las mujeres, se
reforman los Códigos Penal, de Procedimiento Penal, la Ley
294 de 1996 y se dictan otras disposiciones», se expuso:

El problema de la violencia contra las mujeres como


manifestación de las relaciones de poder desigual
construidas históricamente entre hombres y mujeres,
establecidas y aceptadas por la sociedad, debe ser abordado
con una visión integral, que comprometa los procesos de
sensibilización, información y educación de toda la sociedad,

19 CSJ SP4135-2019, 1 oct. 2019, rad. 52394.

22
con la finalidad de erradicar este terrible flagelo que agobia
a la humanidad, impide la conformación de sociedades
auténticamente democráticas, obstaculiza el acceso al
desarrollo y afecta profundamente la salud mental de la
sociedad.

La violencia basada en las relaciones de subordinación que


viven las mujeres ocurre tanto en el ámbito público como en
el privado, esto es, en el lugar de trabajo, en los centros de
salud, en los centros educativos, en el espacio de la
comunidad en general, en la relación de pareja y en las
relaciones intrafamiliares.

Este tipo penal y la sanción que se atribuye a quien


incurre en su ejecución, son del siguiente tenor:

Artículo 210 A. Acoso sexual. El que en beneficio suyo o


de un tercero y valiéndose de su superioridad manifiesta o
relaciones de autoridad o de poder, edad, sexo, posición
laboral, social, familiar o económica, acose, persiga, hostigue
o asedie física o verbalmente, con fines sexuales no
consentidos, a otra persona, incurrirá en prisión de uno (1) a
tres (3) años.

Sobre la teleología de este dispositivo penal y su


configuración, la Sala ha considerado:

En principio, mirado el contexto dentro del cual se


inscribe el delito, podría advertirse, apreciadas también las
características históricas y de derecho internacional y
comparado, que la ilicitud busca proteger, en especial, a la
mujer, en cuanto víctima secular de discriminación y violencia
sexual en los contextos laboral, social y familiar.

Incluso, la Corte Constitucional cuando se ha referido al


tema lo ha hecho en clave de la protección de la mujer, al
punto de significar que (sentencia T-265 de 2016): “la
violencia contra la mujer, y específicamente el acoso sexual

23
en el ámbito laboral, constituye una forma de violación al
Derecho Internacional de los Derechos Humanos”.

Ello, sin embargo, no puede conducir a significar que el


delito sólo opera respecto de la mujer como sujeto pasivo,
pues, tal conclusión no se desprende del texto de la norma,
en cuanto remite al genérico “el que”, para referirse al
agresor, pero de igual manera, delimita que la víctima lo es
“otra persona”, sin definir género específico.

En consecuencia, es factible advertir que, si bien, el


delito en cuestión opera por lo general en contra de la mujer,
nada impide que en determinados casos específicos pueda
determinarse materializado el mismo respecto de víctimas de
otro género o identidad sexual, independientemente de que el
agresor lo sea otro hombre o una mujer y siempre y cuando
se cubran los presupuestos modales, objetivos y subjetivos,
que diseñan el tipo penal en examen.

Precisamente, en torno de estos elementos es necesario


señalar que el artículo 210 A, contiene una textura bastante
abierta, a la espera de consignar allí todas las posibilidades
de ejecución de la conducta e incluso de beneficiarios de la
misma, pues, se alude al “beneficio” propio o de un tercero.

En este sentido, se hace evidente que lo buscado es


superar el ámbito meramente laboral, educativo o de salud y
la relación de dependencia y subordinación que de los
mismos dimana, como quiera que alude no solo a la
superioridad manifiesta que pueda existir de parte del
perpetrador hacia la víctima, sin establecer en dónde puede
radicar esta, sino a las relaciones de “autoridad o de poder,
edad, sexo, posición laboral, social o económica”.

Tan variado catálogo imposibilita que pueda


aventurarse un listado de hechos que, aunque fuese a título
ejemplificativo, delimiten en cuáles circunstancias es factible
ejecutar el delito, sin que ello impida, desde luego, sostener
que no existe discusión acerca de la materialidad del punible
en escenarios de trabajo y que la esencia de la conducta
radica en las posibilidades que surgen de la asimetría entre
la víctima y el agresor, en cuanto permite a este último

24
subyugar, atemorizar, subordinar, amedrentar, coaccionar o
intimidar a la primera, permitiéndole agraviarla, humillarla o
mortificarla.20

Por consiguiente, en el proceso de tipificación de esta


especie delictiva, es necesario dilucidar dos conceptos
fundamentales en la estructura del delito de acoso sexual: de
una parte, el concerniente al sujeto activo de la conducta y a
la jerarquía que ostentaba sobre la víctima; y, de otra, el
relativo a los verbos rectores sobre los cuales se manifiesta
la conducta típica, aspecto este último sobre el que, valga
acotar, la Corte ha señalado existe:

[…] dificultad en la determinación del tipo penal,


advirtiéndose que, dada su textura abierta, el legislador
buscó superar las relaciones convencionales de jerarquía
surgidas en los ámbitos laborales, educativos o de salud y la
relación de dependencia y subordinación que de los mismos
dimana, para contemplar cualquier condición de superioridad
manifiesta que pueda existir de parte del perpetrador hacia
la víctima, lo que se desprende de las razones de
superioridad manifiesta o en relaciones de autoridad o de
poder, edad, sexo, posición laboral, social o económica.

Ese ámbito de protección penal en función de las


relaciones de subordinación, como forma de sometimiento, a
las que se puede ver abocada la mujer (o persona de otro
género o identidad sexual21), es lo que en últimas justificó la

20CSJ SP107-2018, 7 feb. 2018, rad. 49799.


21 «1Así lo aclaró la Sala: «[s]i bien, el delito en cuestión opera por lo general en
contra de la mujer, nada impide que en determinados casos específicos pueda
determinarse materializado el mismo respecto de víctimas de otro género o
identidad sexual, independientemente de que el agresor lo sea otro hombre o una
mujer y siempre y cuando se cubran los presupuestos modales, objetivos y
subjetivos, que diseñan el tipo penal en examen» (CSJ SP-107-2018, 7 feb. 2018,
rad. 49.799).»

25
inclusión en el Código Penal de una norma de prohibición
construida en términos tan amplios.22

Es por ello por lo que la Sala ha precisado que las


circunstancias concretas en que se desenvuelva el acoso
determinarán la presencia o no de las condiciones de
subordinación y desigualdad determinantes en el trato
violento, aflictivo del bien jurídico tutelado.

De manera que, en virtud de la infinidad de escenarios


en los que se podría manifestar una relación de
subordinación, desigualdad o predominio, es factible
concebir la hipótesis de que, entre un servidor público de la
justicia y un usuario de ese servicio, puede presentarse una
relación de sometimiento, sustentada en la autoridad o el
poder que per se ostenta aquel.

Asociados a estos criterios, se encuentran los que la


Sala en pretérita decisión plasmó acerca de la configuración
de los distintos verbos rectores del precepto en estudio, a
saber:

…[e]l tipo penal propone una enumeración exhaustiva


de los verbos rectores que conforman la conducta,
significando que ella se materializa en los casos en que el
sujeto activo “acose, persiga, hostigue o asedie física o
verbalmente”.

De dichos verbos rectores cabe anotar que todos


indican, en principio, una idea de actos persistentes o
reiterativos en el tiempo, pues, basta verificar las acepciones

22 CSJ SP834-2019, 13 mar. 2019, rad. 50967.

26
consagradas en el diccionario, para asumir dinámico y no
estático el comportamiento.

Así, en torno del término “acosar”, dice la RAE, en su


primera acepción: Perseguir, sin darle tregua ni reposo, a un animal o a
una persona”.

“Perseguir”, acorde con la misma obra, responde a:

“1. tr. Seguir a quien va huyendo, con ánimo de alcanzarle.

2. tr. Seguir o buscar a alguien en todas partes con


frecuencia e importunidad
3. tr. Molestar, conseguir que alguien sufra o padezca procurando

hacer el mayor daño posible.”

A su turno, “hostigar” se define como:

“1. tr. Dar golpes con una fusta, un látigo u otro instrumento, pa
ra hace mover juntar o dispersar.
2. tr. Molestar a alguien o burlarse de él insistentemente.
3. tr. Incitar con insistencia a alguien para que haga algo.”

Y, por último, “asediar”, se define como:

“1. tr. Cercar un lugar fortificado, para impedir que salgan quie
nes están en él o que reciban socorro de fuera. Asedió el castillo.

2. tr. Presionar insistentemente a alguien. La delantera asedió


al equipo contrario. “

Se ratifica, con lo transcrito, que el acoso sexual, en sus


varios verbos rectores, dice relación con una suerte de
continuidad o reiteración, que no necesariamente, aclara la
Corte, demanda de días o de un lapso prolongado de tiempo,
pero sí de persistencia por parte del acosador.

Ello, estima la Sala, para evitar que por sí misma una


manifestación o acto aislado puedan entenderse suficientes
para elevar la conducta a delito, independientemente de su
connotación o efecto particular, en el entendido que la

27
afectación proviene de la mortificación que los agravios
causan a la persona.

Desde luego, es posible advertir que el bien jurídico


tutelado –libertad, integridad y formación sexuales-, puede
verse afectado con un solo acto, manifestación o roce físico,
pero se entiende que para evitar equívocos el legislador, dado
que aplicó un criterio bastante expansivo de la conducta,
estimó prudente consagrar punibles solo los actos reiterados,
persistentes o significativos en el tiempo, y así lo plasmó en
la norma con la delimitación de dichos verbos rectores,
compatibles con la noción de acoso.

De haberse pretendido sancionar penalmente hechos


aislados o individuales, bastaba con así referenciarlo a
través de verbos como “insinuar”, “manifestar”, “solicitar” o
“realizar”, como así sucede en la ley penal española, donde
a más de circunscribirse el delito a ámbitos laboral, docente
o de prestación de servicios, directamente se sanciona a
quien “solicitare favores de naturaleza sexual para sí o para
un tercero”23.

Se resalta, eso sí, que el asedio, entre otros verbos


contemplados en la norma examinada, no reclama de
prolongación en el tiempo, sino de insistencia en el actuar,
que se traduce en la inequívoca pretensión de obtener el favor
sexual a pesar de la negativa reiterada de la víctima.

[…]

Por último, en lo que al tipo penal respecta, este contiene


lo que la doctrina denomina elemento subjetivo específico o
ánimo especial, referido a que el acoso tenga, en favor del
sujeto activo o de un tercero, “fines sexuales no consentidos”.

Debe precisarse aquí, que la conducta se consuma y el


daño es producido por razón del acoso, hostigamiento, asedio
o persecución emprendidas por el victimario, que en términos
generales genera zozobra, intimidación o afectación

23 «15 Artículo 184 de la Ley Orgánica 10 de 1995»

28
sicológica a quien lo padece, para no hablar de la limitación
que se produce respecto de la libertad sexual.

Vale decir, el acoso sexual opera ajeno a algún tipo de


acto sexual o acceso carnal que se produzca por ocasión de
los comportamientos del victimario, en tanto, cabe reiterar, lo
sancionado no es que se logre el propósito, sino que con tal
fin se emprendan conductas en sí mismas vejatorias que
directamente afectan a la persona, razón suficiente para
definir que no se trata de un delito de resultado, en lo que al
cometido eminentemente sexual respecta. 24

3. Sentadas estas premisas, se abordará el examen de


las alegaciones de los apelantes, procesado y su defensa,
agrupados bajo los siguientes temas: i) la prueba de
referencia y su carácter excepcional en la Ley 906 de 2004;
ii) la vulneración al debido proceso en la recepción de la queja
criminal de María Angélica Parra Castro; iii) la valoración
integral de las pruebas, de cargo y de descargo, practicadas
en el juicio oral en relación con la demostración de la
conducta punible de acoso sexual y la preservación de la
presunción de inocencia del procesado.

3.1. La prueba de referencia, su carácter excepcional


en la Ley 906 de 2004 y el análisis del caso concreto.

3.1.1. El artículo 437 de la Ley 906 de 2004 define la


prueba de referencia como toda declaración «…realizada
fuera del juicio oral y que es utilizada para probar o excluir
uno o varios elementos del delito, el grado de intervención en
el mismo, las circunstancias de atenuación o de agravación
punitivas, la naturaleza y extensión del daño irrogado, y

24 CSJ SP107-2018, 7 feb. 2018, rad. 49799.

29
cualquier otro aspecto sustancial objeto del debate, cuando no
sea posible practicarla en el juicio.»

Conforme con la definición legal, es criterio de la Corte


que esta especie de prueba debe cumplir con las siguientes
condiciones: i) que se trate de una declaración; ii) que haya
sido rendida por fuera del juicio oral; iii) que se utilice o se
pretenda utilizar como medio de prueba; y, iv) que verse
sobre uno o varios aspectos del tema de prueba25.

Su admisión excepcional está sometida a las


particulares situaciones contempladas en el artículo 438 del
Código de Procedimiento Penal26, lo cual obedece a los riesgos
propios de la valoración probatoria producidos por: i) la
ausencia de inmediación objetiva y subjetiva; ii) la
imposibilidad de confrontar al testigo; y iii) la falta de análisis
por parte del juez de los procesos de percepción,
rememoración y sinceridad del deponente27.

Para lo que es de interés en la resolución del presente


caso, debe recordarse en relación con la posibilidad de
admitir como prueba de referencia una declaración anterior
con fundamento en la presencia de «eventos similares» como

25 Cfr. CSJ SP5798-2016, 4 may. 2016, rad. 41667; CSJ AP5785-2015, 30 sep.
2015, rad. 46153; CSJ SP14844-2015, 28 oct. 2015, rad. 44056, entre otras.
26 Cuando el declarante: a) manifiesta bajo juramento que ha perdido la memoria

sobre los hechos y se corrobora pericialmente dicha afirmación; b) es víctima de


secuestro, desaparición forzada o evento similar; c) padece de una grave enfermedad
que le impide declarar; d) ha fallecido; y e) es menor de dieciocho (18) años y víctima
de los delitos contra la libertad, integridad y formación sexuales tipificados en el
Título IV del Código Penal, al igual que en los artículos 138, 139, 141, 188a, 188c,
188d del mismo código.
27 Cfr. CSJ. SP. de 2 de Julio de 2014, Rad. 34131.

30
cláusula residual incluyente, prevista en el literal b) del
artículo 438 ídem, que esta Sala ha señalado lo siguiente:

La expresión “eventos similares”, indica que debe


tratarse de situaciones parecidas a las previstas en las
excepciones tasadas, bien por su naturaleza o porque
participan de las particularidades que le son comunes, como
lo es, por ejemplo, que se trate de casos en los que el
declarante no se halle disponible como testigo, y que la
indisponibilidad obedezca a situaciones especiales de fuerza
mayor, que no puedan ser racionalmente superadas, como
podría ser la desaparición voluntaria del declarante o su
imposibilidad de localización.

La primera condición (que se trate de eventos en los


cuales el declarante no está disponible), emerge de la
teleología del precepto, pues ya se vio que la voluntad de sus
inspiradores fue la de permitir la admisión a práctica de
pruebas de referencia sólo en casos excepcionales de no
disponibilidad del declarante, y de no autorizarla en los
demás eventos propuestos por el proyecto original (eventos
de disponibilidad del declarante y de pruebas ungidas por
particulares circunstancias de confiabilidad), con la única
salvedad de las declaraciones contenidas en los registros de
pasada memoria y los archivos históricos, que quedó
incluida”.

La segunda (que la indisponibilidad obedezca a casos


de fuerza mayor), surge del carácter insuperable de los
motivos que justifican las distintas hipótesis relacionadas en
la norma, y de su naturaleza eminentemente exceptiva, que
impone que la admisión de la prueba de referencia por la vía
discrecional se reduzca a verdaderos casos de necesidad, y
que la excepción no termine convirtiéndose en regla, ni en un
mecanismo que pueda ser utilizado para evitar la
confrontación en juicio del testigo directo.28

28CSJ SP, 6 mar. 2008, rad. 27.477. En el mismo sentido, CSJ SP, 14 dic. 2011, rad.
34.703; CSJ AP, 18 abr. 2012, rad. 38.051; CSJ AP, 27 jun. 2012, rad. 34867; CSJ
AP, 22 may. 2013, rad. 41.106. A su vez, la Corte Constitucional en sentencia C-
144 de 2010 al declarar la exequibilidad de la mencionada norma, luego de traer a
colación la precitada decisión de esta Corporación, relievó la interpretación restrictiva

31
En cuanto a la incorporación de la prueba de referencia,
la Sala es del criterio que: i) deben ser objeto de
descubrimiento la declaración anterior y los medios que se
pretenden utilizar en el juicio oral para demostrar su
existencia y contenido; ii) en la audiencia preparatoria la
parte interesada debe solicitar el decreto de la declaración
que pretende incorporar como prueba de referencia y los
medios que utilizará para demostrar su existencia y
contenido; iii) se debe acreditar la circunstancia excepcional
de admisibilidad de prueba de referencia, en los términos
previstos por el artículo 438 del Código de Procedimiento
Penal; y iv) en el juicio oral la declaración anterior debe ser
incorporada, según los medios de prueba que para tales
efectos haya elegido la parte.

Además, si la circunstancia excepcional es


sobreviniente, esto es, ocurre después de haberse realizado
la audiencia preparatoria o durante el trámite del juicio oral,
se deben acreditar los presupuestos legales con el fin que el
juez decida su procedencia29.

que del literal “b” del artículo 438 de la Ley 906 de 2004 se hizo en aquella
oportunidad, al considerar lo siguiente: «Con todos estos elementos es fácil concluir
que el legislador, al emplear la expresión “o evento similar”, no ha introducido una
opción que abra en exceso los contornos de la facultad excepcional del juez para
decretar este tipo de pruebas. En el marco de su poder de libre configuración legislativa,
ha contemplado un elemento adicional que aunque por sus características no permite
que su aplicación se reduzca a un simple proceso de subsunción, permite sí al juez una
adecuada comprensión y aplicación. Esto es, la incorpora de modo tal en el precepto,
que hace posible reconocer racionalmente otras circunstancias próximas al secuestro y
a la desaparición forzada que justifiquen admitir una declaración de tal naturaleza. 96.
Con base en lo anterior, la Corte declarará la exequibilidad de la expresión “o evento
similar”, contemplada en el art. 438 literal b) del CPP.»

29CSJ AP5785-2015, 30 sep. 2015, rad. 46153; CSJ SP14844-2015, 28 oct. 2015,
rad. 44056; CSJ SP606-2017, 25 ene. 2017, rad. 44950.

32
3.1.2. El reparo de la defensa tiene relación con la
introducción como prueba de referencia de la denuncia y las
declaraciones de María Angélica Parra Castro previas y
ajenas al juicio, bajo la consideración que su admisibilidad
excepcional no era procedente toda vez que se trataba de un
caso de desaparición voluntaria y no se estaba ante la
imposibilidad de su localización.

3.1.2.1. La decisión proferida en el curso de la


audiencia de debate oral30, mediante la cual el a quo decretó
como prueba de referencia las declaraciones rendidas por
María Angélica Parra Castro antes del juicio oral, se sustentó
en que correspondía a un testimonio ordenado en audiencia
preparatoria, respecto del que la parte solicitante -Fiscalía-
refirió haber agotado los trámites legales para hacerla
comparecer, propósito fallido por variadas razones en las
distintas oportunidades que se intentó recibir su atestación.

Esta determinación, encuentra la Sala, debe ser


examinada en correlación con los antecedentes procesales,
de los cuales se destaca, en primer lugar, cómo en la
audiencia del 4 de abril de 201831, el Fiscal informó que tanto
para esta como para las anteriores fechas en que se había
fijado por el Tribunal la realización del debate oral32, había
procedido a citar a la señora Parra Castro por variados

30 CD audiencia de 3 de agosto de 2018, registro 00:26:57 y ss.


31 CD audiencia 4 de abril de 2018, registro 01:31:15 y ss.
32 La audiencia de juzgamiento se instaló el 20 de septiembre de 2017 y continuó el

8 de noviembre de la misma anualidad, y los días 31 de enero, 21 de febrero y 13 de


marzo de 2018.

33
medios: llamadas telefónicas a su celular, mensajes por vía
de la aplicación WhatsApp, correos electrónicos e incluso por
conducto de investigadores de policía judicial que le
entregaron citaciones que ella recibió, estando siempre
enterada de su deber de asistir a testificar, según se podía
corroborar con los informes rendidos por los encargados de
efectuar todas estas, a disposición de la judicatura, las
partes e intervinientes.

Sin embargo, la testigo manifestó diferentes excusas


para no comparecer, entre otras, carecer de medios
económicos para desplazarse desde la ciudad de
Barranquilla, donde había fijado su residencia, ante lo cual
se le ofreció suministrarle “lo del trasporte” con el fin de que
viajara a Bucaramanga, sede del Tribunal; y, añadió, en otra
ocasión manifestó que no podía asistir por motivos de índole
laboral.

Para la fecha indicada, 4 de abril de 2018, enfatizó la


Fiscalía, dando lectura al informe rendido por la
investigadora del CTI que se contactó con ella en
Barranquilla, María Angélica Parra Castro explicó que no
podía asistir porque ese día celebraba el cumpleaños de sus
hijos; también dijo que en reiteradas ocasiones había
solicitado que la audiencia se programara un lunes, por
razones de su trabajo, sin que se atendieran sus peticiones.

Dadas las circunstancias, solicitó la Fiscalía se


autorizara la recepción del testimonio a través de medio
virtual con el apoyo de las autoridades judiciales y

34
administrativas de la capital del Atlántico; empero, teniendo
en cuenta que la persona requerida manifestaba su
disposición de comparecer personalmente siempre y cuando
se fijara el primer día de la semana laboral, se prefirió por el
Tribunal esta opción, sin objeción de las partes, señalando
para continuar el juicio oral el lunes 21 de mayo de 2018.

La diligencia programada para esa jornada no se pudo


llevar a cabo porque no hizo presencia María Angélica, ni
otras personas cuya conducción para testificar había
ordenado el a quo a petición de la Fiscalía también,
informando en esa ocasión el titular de la acusación sobre
una comunicación telefónica con aquella sostenida dos
semanas atrás, en la cual indicó que para ese mismo día
estaba citada a rendir declaración por la Sala Disciplinaria,
sin precisar de qué lugar, lo que le dificultaría presentarse a
testificar aunque haría lo posible para acudir al llamado de
la justicia.

Sumada a esta, añadió el Fiscal, se le hizo una nueva


llamada el viernes previo, 18 de mayo, en la que manifestó
no contar con dinero para viajar desde Barranquilla; y si bien
se le ofreció colaboración para el desplazamiento, la rechazó
porque, en últimas, no deseaba declarar por razones de
fuerza mayor, las cuales concretó en que no quería tener más
problemas con el acusado ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ, aun
a pesar de advertírsele las consecuencias legales que tendría
su renuencia a comparecer; esto igualmente lo consignó
María Angélica Parra Castro en un mensaje de correo

35
electrónico que envió al representante del ente acusador, que
lo leyó para el conocimiento de los asistentes a la diligencia.

Por estas razones consideró el Delegado procedente


pedir la orden de conducción, medida a la que no accedió el
Tribunal en tanto estimó de mejor provecho agotar la opción
de recibir de manera virtual su testimonio en Barranquilla,
como alternativa que ya se había propuesto, evitando así
afectarla con el traslado a la sede del juicio que implicaría, a
la vez, separarla de su núcleo familiar y su trabajo.

Se fijó, entonces, como nueva fecha de audiencia el 13


de junio de 2018, oportunidad en la cual María Angélica sí
se presentó en las instalaciones dispuestas para recibir su
declaración en Barranquilla, acompañada de un Fiscal de
apoyo, al igual que fueron llevadas al tribunal las demás
personas cuya conducción se había dispuesto con idéntico
fin; pero no concurrieron a la diligencia el defensor principal
ni el suplente como tampoco el acusado, por lo que se frustró
la continuación del debate oral.

Convocada la vista pública para el 5 de julio siguiente,


comparecieron ante el juez colegiado las partes,
intervinientes y testigos de cargo pendientes de ser
interrogados a excepción de María Angélica Parra Castro,
quien no llegó al sitio destinado para recibir la declaración
por vía virtual, según notició el funcionario de la Fiscalía
designado para el debido acompañamiento.

36
Así mismo, dio a conocer el Delegado acusador un
informe en esa fecha presentado por la investigadora de
campo que acudió a la residencia de la testigo en
Barranquilla con el fin de trasladarla al recinto judicial,
reportando que no la encontró porque, dijo una hermana
suya que atendió la visita, estaba en Bucaramanga; enterado
de ello el propio Fiscal del caso se comunicó al abonado
celular de la pretendida declarante, quien le respondió que
ciertamente se encontraba allí, pero se negó a dar alguna
dirección específica de su ubicación, colgó la llamada y no
volvió a contestar el móvil.

Esas novedades motivaron a deprecar, otra vez, la


conducción de la señora Parra Castro por su renuencia a
comparecer, reclamación que el Tribunal encontró ajustada
a los parámetros del artículo 384 del Código de
Procedimiento Penal, ordenando librar las comunicaciones
de rigor a través de su Secretaría. En todo caso, se recibieron
los testimonios de las demás personas que sí fueron
conducidas ante el juez colegiado, disponiéndose para la
continuación del juicio el día 3 de agosto de 2018.

A pesar de contar con la orden de conducción emitida


por el a quo, en esta ocasión no se logró materializar la
presentación de María Angélica Parra Castro, porque, explicó
la Fiscalía33, el personal de policía judicial encargado de
hacer cumplir el mandato judicial rindió informe acerca de
no haberla encontrado en la vivienda donde residía en

33
CD audiencia de 3 de agosto de 2018, registro 00:03:53 y ss.

37
Barranquilla con su hermana Delcy Parra Castro, a quien se
le pidió noticia de su paradero, el cual adujo desconocer;
tampoco se le pudo contactar o ubicar a través de otro medio
debido a que no volvió a atender, siquiera, las llamadas en el
abonado celular al que repetidamente se marcó
infructuosamente porque el aparato fue apagado.

El recuento precedente, es demostrativo de que se


justificó una situación insuperable que imposibilitó al órgano
acusador obtener la comparecencia de la señora Parra Castro
por los medios legales a disposición, aun admitiendo que su
desaparición fue voluntaria, como plantea la defensa,
eventualidad que, en todo caso, la jurisprudencia de la Corte
ha considerado constituye motivo excepcional para la
admisión de la prueba de referencia y que, por demás,
encuentra razonable explicación en la desconfianza y temor
surgidos en quien fue víctima de la conducta ilícita cometida
por un servidor de la Fiscalía General de la Nación, esto es,
por un miembro de la misma institución que pretendía
presentarla como testigo en el juicio oral.

Nótese como, de la detallada relación que viene de


hacerse, surge evidente que se contó con acreditación
irrefutable de la no disponibilidad de la testigo, que,
conforme a la decantada jurisprudencia de la Sala,
estructura una de las circunstancias excepcionales que
hacen admisible la prueba de referencia en los términos del
literal b. del artículo 438 de la Ley 906 de 2004.

38
En efecto, tal como lo ha señalado la jurisprudencia de
la Sala, dentro del concepto de “evento similar” que contiene
el precepto en cita, cabe la situación del <testigo no
disponible> cuya construcción conceptual no se limita a
casos de simple fuerza mayor o de causas exógenas a la
voluntad del testigo sino que incluye los actos voluntarios de
éste para no estar disponible.

Ese concepto puede rastrearse por lo menos desde el 14


de diciembre de 201134 y fue decantándose hasta precisarse
con mayor detalle en 2017 así: “En tal sentido, la
disponibilidad del testigo no puede asociarse únicamente a
su presencia física en el juicio oral. Así, por ejemplo, no
puede hablarse de un testigo disponible para el
contrainterrogatorio cuando, a pesar de estar presente en el
juicio oral, se niega a contestar las preguntas, incluso frente
a las amonestaciones que le haga el juez.

“Mirado desde la perspectiva de la parte que solicita la


práctica de la prueba, no es aceptable decir que el testigo está
disponible cuando se niega rotundamente a contestar el
interrogatorio directo, así el juez le advierta sobre las
consecuencias jurídicas de su proceder, porque ante esa
situación no es posible la práctica de la prueba.

“En el derecho comparado, ese tipo de situaciones se


tiene como una de las causales de no disponibilidad del
testigo, a la par de su fallecimiento o de una enfermedad que

34
. Casación. MP. Augusto J. Ibañez Guzmán. Radicado 34703.

39
le impida declarar. Por ejemplo, en Puerto Rico la Regla 806
dispone:

(A) Definición: No disponible como testigo incluye situaciones en


que la persona declarante:
(...)

(2) insiste en no testificar en relación con el asunto u objeto


de su declaración a pesar de una orden del Tribunal para
que lo haga.

(…)

(4) al momento del juicio o vista, ha fallecido o está imposibilitada


de comparecer a testificar por razón de enfermedad o impedimento
mental o físico…35

“Desde la perspectiva de la parte contra la que se aduce


el testimonio, es claro que no existe ninguna posibilidad de
ejercer el derecho a interrogar o hacer interrogar a los
testigos de cargo (elemento estructural del derecho a la
confrontación), cuando el testigo se niega a responder las
preguntas.

35
Reglas de Evidencia de Puerto Rico.

40
“Ante esa situación, la declaración anterior del testigo
tiene el carácter de prueba de referencia, según lo indicado a
lo largo de este proveído”36.

Bajo ese panorama, se constatan satisfechas las


pautas trazadas por la jurisprudencia de la Sala, en vista que
las declaraciones previas fueron descubiertas por la Fiscalía,
la señora Parra Castro era una testigo no disponible y su
testimonio había sido decretado como prueba de cargo en la
debida oportunidad procesal, accediéndose a la prueba de
excepción para que los funcionarios de policía judicial que
las recibieron u obtuvieron comparecieran a dar fe de su
existencia y contenido, como en efecto aconteció en vista
pública en la que testificaron Nidia Patricia Rodríguez Niño,
Lucy Adriana Rodríguez Rodríguez y Liliana Duarte
Delgado37, investigadoras del Cuerpo Técnico de la Fiscalía
General de la Nación, dando explicación de las labores
adelantadas y lectura integral a la noticia criminal, las
entrevistas y las declaraciones juradas de la prenombrada,
fechadas 27 de octubre de 2014, 16 de febrero, 13 de julio y
8 de septiembre de 2015, que se allegaron a la actuación para
hacer parte del caudal probatorio.

De otra parte, en lo que atañe a verificar si las


exposiciones incorporadas como prueba de referencia son el
único fundamento de la sentencia condenatoria proferida en
contra ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ, o si, por el contrario,

36
. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal. Casación del 25 de enero de
2017. Radicación. 44950. M.P. Patricia Salazar Cuellar
37 Audiencia de 19 de septiembre de 2018.

41
se tuvieron en cuenta otros diferentes medios probatorios, en
armonía con lo prescrito en el artículo 381 de la Ley 906 de
2004, la simple lectura del fallo atacado muestra que la Sala
Penal del Tribunal Superior de Bucaramanga tuvo en cuenta
no solamente las referidas declaraciones de María Angélica
Parra Castro, sino también y en especial los testimonios de
personas a quienes ella recurrió buscando consejo o ayuda
ante la situación que vivía.

En ese sentido, se examinaron las exposiciones de


varios testigos, de los cuales esta Sala encuentra oportuno y
necesario hacer énfasis a lo narrado por:

- Olga Lucía Gualdrón Mantilla auxiliar administrativa


de la Comisaría de Familia de San Vicente de Chucurí,
rememoró cómo la señora Parra Castro llegó un día a esa
dependencia, visiblemente afectada, furiosa, con mucha
rabia, y manifestó a los allí presentes que había estado en la
oficina del Fiscal ADOLFO MUÑOZ averiguando por un
proceso de insistencia alimentaria, y él se había sobrepasado
y besado a la fuerza en la boca38.

- Brihitte Zulima Corzo Acevedo, Psicóloga al servicio en


la misma comisaría, informó que también estuvo presente en
el momento en que llegó María Angélica muy alterada porque
el fiscal ADOLFO MUÑOZ la había besado en la boca; refirió
que como Psicóloga percibió su afectación, la escuchó decir

38 CD audiencia de 20 de septiembre de 2017, registro 02:08:05 y ss.

42
que se sentía vulnerada e intentó calmarla, sugiriéndole que
denunciara lo sucedido39.

- Omaira Rodríguez León, quien igualmente prestaba


sus servicios como Trabajadora Social en dicha comisaría,
narró conocer a la señora Parra Castro y recordar que en
alguna ocasión llegó llorando, muy afectada y contó, en su
presencia y de las dos antes mencionadas, que el doctor
MUÑOZ la había tomado por sorpresa y besado en la boca;
que la presionaba para que se dejara acariciar o manosear
por él a cambio de ayudarla con el proceso que estaba
adelantando; que no era la primera vez que algo así ocurría
porque con anterioridad incluso la había invitado a salir40.

- Y Luis Carlos Paredes Pradilla, quien fue efectivo de la


Policía Nacional en San Vicente de Chucurí, conoció a María
Angélica Parra Castro quien, en una comunicación
telefónica, le pidió consejo sobre qué hacer a raíz del abuso
cometido en su perjuicio por el fiscal ADOLFO MUÑOZ, que
en repetidas ocasiones cuando acudía a su despacho, la
miraba, la intentaba tocar y le había hecho insinuaciones
para sostener una relación sentimental41.

Aunados a estos, se citaron y encuentran los


testimonios rendidos por las demás víctimas acreditadas en
la actuación, Yorley Nieto Gómez, Alba Liliana Rueda Arias y

39 CD audiencia de 8 de noviembre de 2017, registro 00:06:10 y ss.


40 Ídem, registro 00:33:40 y ss.
41 CD audiencia de 31 de enero de 2018, registro 00:40:08 y ss.

43
Ana Francisca Becerra Pinilla, que más adelante serán
examinados a profundidad.

Y los de investigadores de policía judicial que


cumplieron labores propias de su cargo en este caso, Nidia
Patricia Rodríguez Niño, Lucy Adriana Rodríguez Rodríguez y
Liliana Duarte Delgado, primordialmente.

En consecuencia, para la Sala no tiene cabida la


censura que busca rebatir la prueba admitida
excepcionalmente, porque se advierten razonables y
ajustadas, tanto a la ley procesal como a los parámetros de
la jurisprudencia tal como atrás se describió detalladamente,
las particularísimas circunstancias que dieron lugar a su
decreto y porque, en todo caso, tuvo la oportunidad de
conocer y controvertir en el marco del juicio oral las pruebas
practicadas, incluida una de referencia, a cuya evaluación se
procederá luego al abordar otro de los puntos de
impugnación relacionado con la valoración intrínseca y
extrínseca del recaudo probatorio.

3.2. Vulneración al debido proceso en la recepción


de la queja criminal de María Angélica Parra Castro.

Según la defensa se vulneró el debido proceso porque la


Fiscalía se desplazó hasta la vivienda de María Angélica Parra
Castro con el fin de recibirle la denuncia de los hechos,
cuando lo normal y corriente es que sea la víctima quien
acuda ante esa institución a formularla, situación por la que
solicita, en sus palabras, la exclusión de la valoración que

44
dio el Tribunal a esa prueba de referencia, por ser una
prueba obtenida de manera ilícita.

Interrogada en el juicio oral la investigadora


criminalística del CTI Nidia Patricia Rodríguez Niño42,
manifestó que recibió la respectiva orden de policía judicial
de parte de la directora regional de esa institución, con el
propósito que viajara a San Vicente de Chucurí y ubicar a
María Angélica Parra Castro para recibirle denuncia sobre
sucesos que eran de su conocimiento; agregó que cuando
recibió la asignación de la tarea se le advirtió que se trataba
de un caso delicado de acoso sexual que requería para el
efecto pretendido de una persona ajena a dicho municipio.

Refirió que una vez llegó a esa localidad ubicó a la


señora Parra Castro, quien le indicó que estaba muy
indignada con la Fiscalía, pero quería denunciar unos hechos
que decía había cometido el Fiscal ADOLFO MUÑOZ
GONZÁLEZ, por lo que procedió a tomarle la denuncia en su
residencia.

Acerca de la razón que explicó aquella para no haber


acudido directamente ante la entidad a presentar la queja,
dando lectura al documento que se le puso de presente y
reconoció, fechado el 27 de octubre de 2014, dijo: «Quiero
manifestar que yo no lo denuncié porque era la palabra del
fiscal con la mía (sic), pues él es reconocido en el pueblo y no

42 CD audiencia de 19 de septiembre de 2018, registro 06:00 y ss.

45
me iban a creer; también porque para denunciarlo tenía que ir
a la Fiscalía donde él está permanentemente»43.

En el entendido que es deber de todo ciudadano


denunciar los delitos de cuya comisión tenga conocimiento y
que deban investigarse de oficio, artículo 67 de la Ley 906 de
2004, las formalidades previstas en ese cuerpo normativo
para su recepción, comunes a la querella y la petición
especial, artículo 69 ídem, no limitan, impiden o prohíben
hacerlo en un lugar, sitio o recinto determinado, en tanto lo
relevante es que sea posible identificar a su autor dejando
constancia del día y hora de la presentación de la noticia
criminal y, por supuesto, de la relación detallada de los
hechos que la motivan.

Considera la Sala, por consiguiente, que contrario a lo


que asume como normal y corriente la defensa para la
recepción de la denuncia, ninguna irregularidad reviste en
este caso que la noticia criminal haya sido recibida a María
Angélica Parra Castro en su propia residencia, máxime si se
tiene en consideración que se está ante una mujer que, a no
dudarlo, resentía haber sido defraudada por la
administración de justicia porque uno de sus integrantes se
convirtió en vulnerador de sus derechos.

Téngase presente que de conformidad con el relato de la


señora Parra Castro, traído a la actuación por vía referencial,
fue precisamente en las instalaciones de la Fiscalía de San

43 Ídem.

46
Vicente de Chucurí en donde se materializó la conducta
ilícita del funcionario que adelantaba la investigación por el
delito de inasistencia alimentaria contra el padre de sus
hijos; esas particularidades, obvio resulta concluir, la
llevaban a desconfiar de la institución toda y no querer
acudir a presentar la denuncia en el mismo lugar en que
había sufrido comentarios, insinuaciones, miradas lascivas y
un beso a la fuerza de parte del fiscal ADOLFO MUÑOZ
GONZÁLEZ.

Así las cosas, no se podía esperar, pretender o exigir que


se presentara directamente a denunciar tales actos, que a
cualquier mujer le generan vergüenza e impotencia, en las
propias dependencias de la entidad donde uno de sus
miembros destacados había actuado en su perjuicio.

Por lo tanto, antes que criticar la forma en que se


procedió proactivamente a desplazar una investigadora del
CTI para recibir la noticia criminal, es de resaltar el deber
cumplido por la autoridad instructora en aras de evitar la
revictimización de la mujer que sufrió el agravio y, a partir de
ello desplegar con diligencia todas las actividades
investigativas posibles con el fin de restaurar y garantizar sus
derechos y, en especial, su dignidad, desde los albores del
proceso.

Pero es que, además, la actuación de la Fiscalía en ese


punto se resalta encomiable porque conforme a los
precedentes jurisprudenciales atrás referidos, obró con
perspectiva de género al reconocer la especial gravedad de la

47
situación y facilitar la recepción de una denuncia que
involucraba el abuso de poder de uno de sus Delegados en
contra de una mujer en situación de vulnerabilidad.

3.3. La valoración integral de las pruebas, de cargo


y de descargo, practicadas en el juicio oral en relación
con la demostración de la conducta punible concursal de
acoso sexual y la presunción de inocencia del procesado.

Las críticas de los impugnantes sobre supuestos


desatinos y omisiones graves y trascendentes en la
valoración probatoria que, afirman, llevaron al juez colegiado
a adoptar conclusiones infundadas o no acreditadas, impone
elucidar si se realizó la ponderación individual e integral de
los medios de convicción practicados en juicio oral, incluidos
los testigos que la bancada defensiva echa de menos, para
establecer la materialidad delictiva y la responsabilidad del
acusado en su ejecución.

3.3.1. En ese orden, ha de tenerse presente que desde


el anuncio del sentido del fallo el Tribunal explicó
sumariamente haber superado cualquier duda posible
acerca de esos aspectos y, con sustento en los medios
cognoscitivos acopiados, llegado a la conclusión de que la
tesis del órgano acusador había logrado cabal
demostración44.

44 Audiencia de 2 de abril de 2019.

48
Consecuente con ello, en la sentencia de instancia se
analizaron los cargos de la acusación con referencia a cada
una de las víctimas acreditadas, en su orden, María Angélica
Parra Castro, Yorley Nieto Gómez, Alba Liliana Rueda Arias
y Ana Francisca Becerra Pinilla.

El abordaje de los hechos concernientes a la primera,


se inició con la prueba de referencia admitida -denuncia,
entrevistas y declaraciones juradas- de María Angélica Parra
Castro y, como ya se expuso, los testimonios de personas a
las que narró lo que le había ocurrido en varias ocasiones
que había acudido al despacho del fiscal ADOLFO MUÑOZ
GONZÁLEZ, dígase, Olga Lucía Gualdrón Mantilla, Brihitte
Zulima Corzo, Omaira Rodríguez León, trabajadoras de la
Comisaría de Familia de San Vicente de Chucurí - Santander;
y Luis Carlos Paredes Pradilla exfuncionario de la Policía
Nacional del mismo municipio.

De sus relatos, extrajo el A quo la mención que hizo la


ofendida, al menos, a tres momentos distintos en que al
acudir a la oficina del fiscal MUÑOZ GONZÁLEZ para saber
del proceso seguido contra su exesposo por inasistencia
alimentaria, el funcionario le dijo que si se portaba bien con
él le ayudaría a que le pagaran los alimentos de sus niños;
en otra ocasión le manifestó que tenía un busto muy bonito
al tiempo que le propuso que pasaran un rato juntos; y, en
la última, le indicó que le gustaban sus senos y al despedirse
le pidió que le diera la mano, de súbito la haló hacia su
cuerpo y le dio un beso en la boca.

49
Prosiguió el juzgador de primer grado con la evaluación
de lo atestado por las demás víctimas, Yorley Nieto Gómez,
Alba Liliana Rueda Arias y Ana Francisca Becerra Pinilla, de
cuyos relatos, que serán analizadas en detalle más adelante,
coligió que en diferentes y repetidas oportunidades, cada vez
que una de ellas asistió al despacho del prenombrado fiscal
a averiguar por el avance de los procesos que habían
promovido contra los padres de sus hijos por incumplir las
obligaciones alimentarias a su cargo, estando a solas, en
cambio de la esperada información o asesoría fueron
acosadas y asediadas por el fiscal que, fuera de lugar, les
decía frases alusivas o que destacaban sus atributos físicos;
les hizo invitaciones a encontrarse con él en otros sitios para
“tomar algo” e insinuaciones “a colaborarle” para que de él
recibieran correlativa colaboración en la gestión
investigativa. Miradas morbosas, gestos obscenos, lametazos
y apretones en las manos, fueron acciones adicionales que
todas percibieron como hostigamientos y asedios con el
propósito definido de obligarlas a sostener relaciones
sexuales con ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ.

Concluyó el Tribunal, por ende, como cierto, creíble,


coherente y prolijo lo manifestado por las quejosas, sin
encontrar fundamento para descartar sus testimonios por
evidenciar en ellas ánimo confabulado de incriminar
falsamente al procesado, como sostuvo en las alegaciones de
cierre el defensor, habida cuenta que se logró establecer que
ellas no se conocían previamente, que no tenían vínculo o
afinidad alguna entre sí, excepto haber sido víctimas de sus
protervos actos.

50
En contraste, a pesar de lo argüido por la bancada
defensiva, se descartó por el colegiado de primer grado que
las pruebas de descargo, en general, mermaran el mérito o
poder de convicción asignado a las pruebas referenciadas,
precisando que ninguno de los testigos escuchados por
petición de esa parte procesal supo de lo acontecido de
manera específica con las enunciadas víctimas.

Y con relación a lo atestiguado, en particular, por Kilia


Ximena Castañeda Granados y Fabián Andrés Rincón
Herreño, Jueces promiscuos de San Vicente de Chucurí, el
Tribunal precisó que se limitaron a mencionar que conocían
al inculpado como cumplidor de sus deberes profesionales;
mientras que Luz Stella Saavedra Rueda, usuaria de la
Fiscalía, apenas se destaca que refirió el trato respetuoso que
recibió de parte de ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ.

3.3.2. No obsta lo explicado para que la Sala escrute los


medios de convicción a que se contrae la censura, con el fin
de esclarecer si asiste respaldo a la conclusión adoptada por
el juzgador a quo acerca de la nula incidencia que tienen los
medios cognoscitivos defensivos en la demostración de una
verdad diferente a la declarada en el fallo impugnado.

3.3.2.1. Luis Eduardo Infante Corredor45, excompañero


sentimental de María Angélica Parra Castro, afirmó que
sostenía una amistad con el Fiscal MUÑOZ GONZÁLEZ ya

45 CD audiencia de 22 de enero de 2019, registro 00:05:05 y ss.

51
que departían, eran compañeros ocasionales del juego de
tejo; además, aseguró que el comportamiento de su amigo
era cortés y trataba a su excónyuge con respeto y decencia.

Refirió que, en efecto, estuvo vinculado a una


investigación por inasistencia alimentaria según denuncia
que presentó la señora Parra Castro, la cual tramitó el
mentado servidor y culminó por conciliación; agregó que no
le consta si ella visitaba al Fiscal en su oficina, ni conocía de
comentarios en contra de este.

3.3.2.2. Fabián Andrés Rincón Herreño46, Juez Primero


Promiscuo Municipal de San Vicente de Chucurí, aseveró
conocer al Fiscal MUÑOZ GONZÁLEZ, a quien calificó como
acucioso y del que nunca tuvo reparo alguno en cuanto a sus
actuaciones en los procesos tramitados en ese despacho.

En lo personal describe que es honorable, formal,


respetuoso; no recibió queja alguna sobre su conducta y de
haber sabido que estaba involucrado en hechos como los
investigados en esta causa, lo habría denunciado
inmediatamente.

3.3.2.3. Kilia Ximena Castañeda Granados47, Juez


Segundo Promiscuo Municipal de San Vicente de Chucurí,
refirió que el Fiscal ADOLFO MUÑOZ era una persona
puntual, responsable y cumplidora de su deber; que ante las

46 CD audiencia de 17 de octubre de 2018, registro 00:42:00 y ss.


47 Ídem, registro 01:19:05 y ss.

52
decisiones que eran adversas a sus intereses interponía los
recursos de ley.

Así mismo, afirmó que nunca supo o se dio cuenta de


quejas de usuarias de la justicia relacionadas con su
comportamiento hacia ellas.

3.3.2.4. Carlos Miguel Rueda Rueda48, conocido como


líder comunitario en San Vicente de Chucurí, en lo esencial
y relevante refirió que ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ es una
gran persona y servidor público, honrado y transparente.
Aclaró que no interpuso queja alguna contra él y negó ser
autor de un escrito anónimo sobre la conducta del
funcionario por el que se le interrogó.

3.3.2.5. Estos testimonios, es evidente, provienen de


personas que dijeron conocer el correcto proceder del
inculpado, con énfasis en los ambientes sociales y laborales
que les eran comunes; en esos ámbitos, dan cuenta de las
características de su personalidad que percibieron y
manifiestan su opinión en cuanto a su labor como Fiscal.

Empero, no se acreditó por su conducto algún motivo o


razón para colegir que los testimonios rendidos por las
mencionadas víctimas fueran contrarios a la verdad,
indignos de credibilidad, fantasiosos, mendaces, etcétera,
máxime que a ninguno de estos deponentes le consta
concretamente cuál era el tratamiento que ADOLFO MUÑOZ

48 Ídem, registro 01:40:15 y ss.

53
GONZÁLEZ daba a las referidas mujeres usuarias de la
Delegada que estaba bajo su dirección, cuando ellas acudían
a preguntar por las investigaciones que por el delito de
inasistencia alimentaria tenía por función adelantar.

Por consiguiente, para la Sala resulta lógico y


consecuente que el Tribunal no diera valor alguno a tales
atestaciones para asumir una decisión distinta, como
reclaman los censores, por cuanto ni en todo ni en parte
tienen la capacidad de controvertir o desvirtuar el contenido
material de las pruebas presentadas por conducto de la
Fiscalía para demostrar los hechos acusados y su autor.

Y menos aún se puede aceptar la alegación en el sentido


de que no fueron apreciadas en conjunto o que se
tergiversaron sus notas esenciales en perjuicio del
procesado, visto que del examen tanto individual como
integral de las mismas, no surge nada distinto a lo que se ha
sintetizado en precedencia, en consonancia con las
conclusiones del fallador de primera instancia.

3.3.3. En la misma línea, para resolver las críticas de


los impugnantes a la falta de demostración de la continuidad
o reiteración de las conductas de acoso sexual reprochadas
a ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ, esto es, la persistencia del
comportamiento acosador, se remitirá la Sala en lo
pertinente y al detalle a elementos de comprobación en que
se encuentra corroboración suficiente de la forma en que se
desarrollaron los hechos ilícitos enjuiciados.

54
3.3.3.1. En primer orden, en la denuncia interpuesta
por la señora María Angélica Parra Castro, prueba de
referencia que fue traída al expediente por conducto de la
investigadora judicial Nidia Patricia Rodríguez Niño49, se
encuentra mención a los repetidos actos de acoso sexual
cometidos por el fiscal acusado en su perjuicio, a partir de
un primer suceso que se remonta, acorde con la víctima, al
mes de noviembre de 2012.

En esa época fue a preguntarle qué pasaba con el


proceso adelantado contra su excompañero Luis Eduardo
Infante Corredor y pedir colaboración porque ya había
pasado mucho tiempo y no se le daba solución al asunto;
entró al despacho del fiscal, ubicado en el tercer piso de la
edificación donde funciona la Fiscalía de San Vicente de
Chucurí, conversó con ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ y al
despedirse, este se le acercó y le dio un beso en la mejilla, lo
cual le generó asombro porque no tenían ninguna confianza,
a la par que le dijo que pasara en ocho días para ver qué
respuesta le daba.

Pasado ese tiempo regresó a hablar con el Fiscal que en


esa ocasión la saludó con un beso en la mejilla y bajó su
mirada al busto, con morbo; acto seguido le dijo que tenía
«unas teticas muy lindas y que le gustaría verlas», ella se
apartó y entonces MUÑOZ GONZÁLEZ dijo que «le gustaría
tener algo conmigo».

49 CD audiencia de 19 de septiembre de 2018, registro 00:14:34 y ss.

55
Asustada, María Angélica reaccionó insistiendo en
saber qué pasaba con el proceso, interrogante que el
funcionario respondió diciendo que, si se portaba bien con
él, le ayudaría con eso; desconcertada decidió salir y al
despedirse le dio la mano, ocasión que aprovechó el acusado
para halarla hacia su cuerpo y darle un beso en la boca, lo
cual la llenó de enojo, actitud que notó al retirarse del recinto
Oscar Javier López Guarían, auxiliar del fiscal.

En segundo lugar, la declaración juramentada tomada


a María Angélica Parra Castro por la servidora de policía
judicial Delma Liliana Duarte Delgado, con quien fue
incorporada en el juzgamiento oral50.

Reiteró ante la investigadora haber acudido varias veces


a la Fiscalía Local de San Vicente de Chucurí a averiguar por
un caso de inasistencia alimentaria que llevaba el fiscal
ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ, quien la atendía a puerta
cerrada en su oficina. En alguna de esas ocasiones él miró
su busto de forma morbosa, lo que le causó mucho malestar
e incomodidad; mientras que en otra oportunidad la tomó de
la mano y le dio por sorpresa un beso en la boca sin que ella
lo hubiera permitido o querido, sintiéndose molesta, afectada
por su actitud.

Y mencionó, también, que le hacía insinuaciones de


portarse bien con él, para recibir su colaboración en el
trámite del proceso que estaba interesada.

50 Ídem, registro 01:21:45 y ss.

56
3.3.3.2. En adición, según se anunció, en este apartado
se ofrecen oportunas y dignas de mención las exposiciones
de las demás víctimas, para despejar, por contera, las críticas
relativas a que con los testimonios rendidos por Yorley Nieto
Gómez, Alba Liliana Rueda Arias y Ana Francisca Becerra
Pinilla, no se puede edificar la sentencia de condena.

3.3.3.2.1. Yorley Nieto Gómez51, en cuanto a la


conducta del acusado MUÑOZ GONZÁLEZ para con ella
manifestó que:

Yo iba a averiguar cómo iba el proceso porque eso fue muy


demorado, entonces para averiguar si ya habían recogido las
pruebas, como iba el proceso…Cuando yo iba allá a la oficina,
pues realmente me sentía muy incómoda por algunas
actitudes del doctor hacia mí…me tocaba las manos, me
saludaba de beso en la mejilla, me hacía preguntas
personales que no venían al caso…que si era soltera, que
tenía ojos bonitos. Como yo soy estilista el doctor me dijo que
si podía ir al apartamento de él a cortarle el cabello o a
arreglarle las uñas y yo le dije que no, que yo no hacía
domicilios, que si quería con mucho gusto en el local lo podía
atender…Pero el tono de voz era insinuante, me sentía muy
incómoda.

Interrogada a qué se refería la expresión «insinuante»


explicó que no se trataba de charlas normales, que notaba
un tono de voz y una mirada inusuales en el fiscal MUÑOZ
GONZÁLEZ que la hacían sentir incómoda; y agregó que las
insinuaciones se sucedieron en repetidas ocasiones, cuando
acudía a averiguar por el estado de los procesos que había

51 CD audiencia del 20 de septiembre de 2017, registro 00:22:20 y ss.

57
promovido, porque fueron varias las denuncias que presentó
contra el padre de uno de sus hijos.

En adición, preguntada si conocía a las demás mujeres


víctimas en este proceso, aseguró que las distinguió desde
que inició su trámite cuando fueron a rendir declaración, sin
que hubiera tenido o surgido trato o amistad con ellas; así
mismo, indicó que en varias oportunidades escuchó
comentarios que la gente hacía sobre comportamientos
impropios del Fiscal en el año 2015, aproximadamente.

Explicó que las intenciones de ese Funcionario,


entendió como mujer, tenían por finalidad que estuvieran
juntos de una manera sexual. Añadió que se sentía desnuda
ante él cuando le hablaba y la miraba, y que cuando quiso
denunciar fue informada que debía acudir a las instalaciones
de la Fiscalía en San Vicente de Chucurí, lo cual le generó
desagrado porqué allá trabajaba, justamente, ADOLFO
MUÑOZ GONZÁLEZ.

3.3.3.2.2. Alba Liliana Rueda Arias52, acerca de la


conducta que percibió del fiscal MUÑOZ GONZÁLEZ dijo:

“(…) Primero que todo el doctor Adolfo [le decía] ¡Ay usted si
está linda, como está de linda, como está de bella! …Yo le
decía que por qué se demoraba tanto un caso de esos, que los
muchachos se estaban haciendo mayores y los casos nunca
salían. Entonces [él respondía] “Pero es que, si ustedes
colaboraran, si usted me colaborara yo te podría colaborar”.
Entonces yo le decía, pero colaborar en qué don Adolfo,
porque usted me ha dicho que traiga registros civiles, que

52 CD audiencia del 5 de julio de 2018; registro 00:20:35 y ss.

58
traiga toda la papelería y yo se la he traído “No¡ Tú sabes, tú
eres muy linda, si tú quieres salir a tomar algo, eh si me
aceptas salir nos tomamos algo, este es tu teléfono el mismo,
o tenés otro”…yo siempre pues, de manera no grosera, yo le
sacaba el quite…[Y continuaba] “Reina, pero si tu
colaboraras, yo te podría colaborar, salir y tomarte algo
conmigo…”…Una es mujer y una no es boba y un fiscal no le
va a estar llevándolo a tomar una limonadita solo por
tomársela, entonces yo sabía las insinuaciones de él para
donde iban…Es que si a uno de mujer un hombre llega y le
dice “Uy como tiene esos senos de grandes y lindos”, eso me
lo decía él a mí, entonces yo sabía las insinuaciones de él
para donde iban y siempre fue así…

Como episodio destacado, refirió lo que sucedió en una


audiencia en un juzgado de San Vicente de Chucurí a la que
no acudió el apoderado defensor público de víctimas, razón
por la cual preguntó al fiscal MUÑOZ GONZÁLEZ que, como
ella no sabía de leyes, quién iba a defender los derechos de
su hijo, y él le respondió que eso «…me lo había ganado
porque no había querido colaborarle, que muchas veces me
había dicho que le colaborara y que yo sabía de qué manera»;
abandonó la sala llorando, muy afectada y se dirigió a la
Comisaría de Familia de la localidad donde narró lo ocurrido
a la persona que estaba de turno, quien le recomendó grabar
al fiscal con un celular o una cámara y denunciarlo, a la vez
que le dijo que no era la única mujer del pueblo que iba a dar
quejas de ADOLFO MUÑOZ pues ya lo habían denunciado
por acoso otras personas.

Interrogada por la frecuencia con que se presentaron las


insinuaciones del referido funcionario, afirmó que desde la
fecha en que puso la primera denuncia por inasistencia
alimentaria contra el padre de dos de sus hijos, el Fiscal

59
siempre le insinuaba cosas similares, pero con ella no logró
nada, aunque, aclaró, se comentaba en San Vicente que con
otras mujeres sí, manifestando de manera contundente: «…Él
quería sexo, con las insinuaciones que él me decía, él quería
era que yo me le acostara.»

Finalmente, se destaca de su testimonio la percepción


que como mujer tiene de la administración de justicia, en
casos semejantes al suyo:

…cuando fueron estos señores, creo del CTI, a mi casa a


tomar mi declaración, que fue la última declaración que yo di
en San Vicente, yo había dejado por escrito que no quería
venir a un tribunal, no quería estar en audiencias, no quería
porque eso, lo que yo había dicho, lo que había declarado es
verdad. Pero yo tengo hijos y uno no sabe, de pronto si por yo
estar echando al agua a alguien, mis hijos sean de pronto los
paganos más adelante, no sé…

Y enfatizó:

Lo que pasa es que siempre la ley colombiana, no es ley. Los


echan dos meses a la cárcel, les quitan la investidura o el
carné o lo que digan, y a los dos meses, dos meses de casa
por cárcel…les devuelven su carné y siguen siendo el doctor
Adolfo y la que quedó pintada, la que mire, la que habló, la
que me señaló en un tribunal y eso, fue la señora Alba…Por
eso no quería venir acá.

3.3.3.2.3. Ana Francisca Becerra Pinilla53, expuso


respecto del comportamiento que percibió de ADOLFO
MUÑOZ GONZÁLEZ hacia ella en las repetidas visitas que
hizo a la Fiscalía para saber cómo iba el trámite del proceso

53 Ídem, registro 01:36:58 y ss.

60
por inasistencia alimentaria contra el papá de sus hijos, en
un principio, fue respetuoso. Sin embargo, recuerda en
especial una ocasión que estuvo con su hermana Irma
Becerra en la oficina del Fiscal y luego de hablar con él, al
despedirse:

…en el momento en que le di la mano me la cogió, no me la


soltaba y me hacía gestos obscenos, o sea se lamía, me lamía
la mano, se lamió él, así como cosas provocativas y hacía
esos gestos como quien dice…yo lo único que hice fue tirar la
mano, hasta luego y salí. En ese instante queda uno como:
¿qué pasó? Sinceramente va uno por una ayuda y como quien
dice le cogen la mano y ya uno dice esto ya no es normal…

En la misma fecha, refirió, MUÑOZ GONZÁLEZ le dijo


«...pórtese bien que yo le ayudo…», de todo lo cual entendió
que buscaba el Fiscal sostener relaciones sexuales con ella
porque, como mujer, no encuentra otra explicación a los
gestos obscenos y las palabras de aquel.

Y describió la sensación que le produjo la situación:

…una degradación terrible porque piensa uno que un señor


de ley, de justicia que está para ayudarlo a uno por qué tenía
que hacer eso, se siente uno degradado, se siente uno
horrible, la sensación que da es muy fea, como mujer se
siente como discriminada, como no sé, una sensación muy
fea.

4. De los medios de prueba examinados concluye la


Sala sin lugar a equívoco que, contrario a lo predicado por
los recurrentes, están demostrados más allá de toda duda los
presupuestos para condenar a partir de la acreditación de los
elementos estructurales del delito de acoso sexual, en sus

61
verbos rectores de asediar y acosar, y quién fue su ejecutor,
como bien concluyó el Tribunal.

Se probó que la conducta asumida por ADOLFO


MUÑOZ GONZÁLEZ en perjuicio de María Angélica Parra
Castro, Yorley Nieto Gómez, Alba Liliana Rueda Arias y Ana
Francisca Becerra Pinilla, consistió en que, prevalido del
cargo de Fiscal delegado que ostentaba, mediante lascivas y
repetitivas acciones y expresiones verbales, las apremió y
presionó en forma insistente para obtener de ellas favores
sexuales no consentidos, cuando, en distintas fechas,
acudieron a su oficina con la finalidad de obtener ayuda y/o
saber el avance de los procesos por inasistencia alimentaria
que habían promovido contra los padres de sus hijos.

No cabe duda alguna que la conducta ilícita múltiple se


consumó y causó efectivo daño denigrando y cosificando a
las mujeres destinatarias de los actos de acoso y asedio
desplegados por ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ, como así lo
dejaron en claro al manifestar que se sintieron, algunas
molestas e incómodas; otras enojadas, frustradas,
impotentes y desconcertadas en cuanto asumía una actitud
de dominación desde su posición de poder, y abusiva
marcadamente machista al relacionarse con ellas, con
evidente incidencia en su libertad sexual visto que el fin
último que buscaba era que aceptaran someterse a sus
apetencias sexuales.

En este punto necesario es precisar que, si bien nunca


las invitó, les pidió o les exigió expresamente sostener

62
relaciones sexuales, como afirman las propias víctimas, es
incuestionable que, de forma tácita, implícita, sí lo hizo.

A veces con un lenguaje velado que fue por todas ellas


entendido inequívocamente, como cuando les decía que, si
ellas se mostraban colaboradoras él, a su vez, les colaboraría;
o al hacer comentarios respecto de su belleza o atributos
físicos, formularles preguntas personales, invitarlas a verse
fuera de las instalaciones de la Fiscalía para tomar algo, etc.
En otras oportunidades, con acciones físicas como tomar sus
manos y lamerlas, hacer lo propio con las suyas, gesticular
morbosamente o dar un sorpresivo beso en la boca.

Por tanto, para la Sala es irrefutable que los actos del


Fiscal MUÑOZ GONZÁLEZ tenían connotación sexual porque
se advierte que la forma en que se dieron no deja espacio para
concluir, ex ante, una finalidad diversa como busca que se
acoja la alegación defensiva al aseverar que carecieron de
ilicitud, esto es, que estuvieron desprovistos de ánimo
dañoso cual si fuesen simples muestras de cortesía para
generar un ambiente de confianza con las usuarias del ente
que representaba, como dijo el procesado en su atestación
dentro del juicio oral, pretendiendo hacer creer que las
expresiones que usó eran ingenuas muestras de
cordialidad54.

El entorno fáctico ilícito, encuentra la Corte, está


demostrado de manera irrefutable a partir de escenarios y

54 CD audiencia del 13 de febrero de 2019, registro 00:15:22 y ss.

63
características comunes en que se desplegó la conducta
plural asumida por ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ que es
cierto, usó su condición de Fiscal Delegado ante los Juzgados
Promiscuos Municipales de San Vicente de Chucurí, para
asediar y acosar a mujeres humildes que acudían ante su
despacho buscando ayuda y diligencia en las investigaciones
penales que adelantaba en contra de los padres de sus hijos
por inasistencia alimentaria.

Se concluye, también, a partir de la prueba recaudada,


que el comportamiento asumido por el Fiscal MUÑOZ
GONZÁLEZ es absolutamente reprochable pues constituye
una traición flagrante a sus deberes oficiales y a lo que la
sociedad espera y desea de un funcionario judicial, en tanto
su deber misional, entre otros, es el de velar por el respeto,
garantía y protección de los derechos de las víctimas, los
testigos y demás intervinientes en los respectivos procesos
bajo su cargo, de conformidad con el artículo 250-7 de la
Constitución Política. Actuar en contra de la libre disposición
de la sexualidad de mujeres que, en estado especial de
vulnerabilidad, por su extracción social o simplemente por
las necesidades de la situación que enfrentaban y se reflejaba
en las acciones judiciales que iniciaron, acudían a su
despacho oficial por razón del servicio, es más que un error
de comportamiento, es como lo declaró el Tribunal y aquí se
confirmará, un crimen.

Mayormente significativo resulta esto si en cuenta se


tiene, según se destacó en líneas previas, la negativa
impresión que causó a las señoras Parra Castro, Nieto

64
Gómez, Rueda Arias y Becerra Pinilla, la conducta asumida
por el Servidor Público que, por esa vía, defraudó el principio
de confianza legítima de la ciudadanía en el servicio público
de administración de justicia, en contravía del principio
constitucional que consagra que las autoridades de la
República están instituidas para proteger a todas las
personas en su vida, honra, bienes, creencias, derechos y
libertades.

5. En suma, un análisis objetivo de los hechos, las


pruebas directas relativas a su ocurrencia y las normas
aplicables al caso, conduce a concluir acierto y legalidad en
la sentencia de primera instancia confutada, en tanto se ha
demostrado que lo ocurrido es un vivo ejemplo de la violencia
de género materializada en perjuicio de cuatro humildes
mujeres que acudían a reclamar los derechos alimentarios de
sus hijos y se convirtieron en víctimas de actos de acoso
sexual cometidos por un servidor público vinculado a la
administración de justicia, que se valió de su cargo con el fin
de obtener de ellas favores sexuales no consentidos.

Conductas que, resalta la Sala, afectaron su dignidad y


autonomía sexual dado el marco de desigualdad en que se
encontraban respecto del agresor en un entorno que la
posición de dominio que este tenía, evidente por la jerarquía
institucional y social que ostentaba el actor como titular del
cargo de Fiscal delegado, las obligaba a acudir a su presencia
para obtener información y deprecar resultados efectivos en
las respectivas investigaciones que habían promovido contra

65
los padres de sus hijos que no cumplían el deber alimentario
a su cargo.

6. Consecuencia obligada de lo viene de exponerse,


será confirmar, en cuanto fue motivo de apelación, la
sentencia proferida por la Sala Penal del Tribunal
Superior de Bucaramanga, por medio de la cual
condenó a ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ en calidad de
autor del delito de acoso sexual en concurso
homogéneo.

En mérito de lo expuesto, la SALA DE CASACIÓN


PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA,
administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la ley,

RESUELVE

CONFIRMAR, en cuanto fue objeto del recurso de


apelación, la sentencia condenatoria proferida la Sala Penal
del Tribunal Superior de Bucaramanga, en contra de
ADOLFO MUÑOZ GONZALEZ por el delito de acoso sexual en
concurso homogéneo.

Contra la presente decisión no procede recurso alguno.

Notifíquese y devuélvase al Tribunal de origen.

66
JOSE FRANCISCO ACUÑA VIZCAYA
Salvamento Parcial de Voto

Salvamento Parcial de Voto

67
68
NUBIA YOLANDA NOVA GARCIA
Secretaria

69
Radicado 55406.

Salvamento parcial de voto


Mag. EUGENIO FERNÁNDEZ CARLIER
Procesado: ADOLFO MUÑOZ GONZÁLEZ
Delito. Acoso sexual en concurso homogéneo.
Tema: Prueba de referencia inadmisible

La denuncia y las declaraciones previas al juicio de María Angélica


Parra Castro, que la Sala mayoritaria tiene como prueba de referencia
admisible, son en mi sentir prueba de referencia inadmisible, por lo
que ha debido absolverse al procesado por la conducta relacionada
con aquélla.

El artículo 437 del Código de Procedimiento Penal define la prueba de


referencia como “toda declaración” realizada fuera del juicio oral,
otorgándole en el artículo 438 ídem el carácter de admisible cuando
media alguna de las causas allí establecidas, que, para el caso, la

1
situación ha de examinarse con fundamento en la situación de un
“evento similar”.

Conforme al Manual de Procedimientos de la Fiscalía en el Sistema


Penal Acusatorio, la declaración debe ser rendida bajo la gravedad del
juramento ante “el fiscal delegado que dirige la investigación” o ante
un alcalde, inspector de policía o notario, tema que se da por superado
en este caso pues en la ponencia aprobada no ha sido puesta en
entredicho esa naturaleza ni el cumplimiento de tales exigencias en la
denuncia y las declaraciones de la señora Parra.

La admisión de la prueba de referencia, para demostrar con una


persona los datos conocidos a través de un testigo presencial de los
hechos, es excepcional, por razón que a éste último se le ha presentado
una situación insuperable que le impide declarar en el juicio oral (ha
perdido la memoria, padece de una grave enfermedad, ha sido víctima
de un delito, ha fallecido, o en eventos similares). Cuando las
declaraciones consten en escritos de pasada memoria o archivos
históricos, no se condicionan a la posibilidad o no de concurrencia del
declarante.

Acerca de los eventos similares a que se refiere la norma, la Sala Penal


de la Corte Suprema de Justicia 1, en sentencia del 6 de marzo de 2008,
precisó:

1 C.S. de J., Sen. de Cas., 06/03/2008, Rdo. 27.477, Mg. Pon. AUGUSTO J. IBAÑEZ GUZMÁN.

2
Paralelamente a ello, la norma introdujo una excepción residual
admisiva o cláusula residual incluyente, de carácter discrecional,
en la hipótesis prevista en el literal b), al dejar en manos del Juez
la posibilidad de admitir la práctica en el juicio, pruebas de
referencia distintas de las allí reseñadas, frente a eventos
similares.

La expresión eventos similares, indica que debe tratarse de


situaciones parecidas a las previstas en las excepciones tasadas,
bien por su naturaleza o porque participan de las particularidades
que le son comunes, como lo es, por ejemplo, que se trate de casos
en los que el declarante no se halle disponible como testigo, y que
la indisponibilidad obedezca a situaciones especiales de fuerza
mayor, que no puedan ser racionalmente superadas, como podría
ser la desaparición voluntaria del declarante o su imposibilidad
de localización.

La primera condición (que se trate de eventos en los cuales el


declarante no está disponible), emerge de la teleología del
precepto, pues ya se vio que la voluntad de sus inspiradores fue
la de permitir la admisión a práctica de pruebas de referencia
sólo en casos excepcionales de no disponibilidad del declarante, y
de no autorizarla en los demás eventos propuestos por el proyecto
original (eventos de disponibilidad del declarante y de pruebas
ungidas por particulares circunstancias de confiabilidad), con la
única salvedad de las declaraciones contenidas en los registros de
pasada memoria y los archivos históricos, que quedó incluida.

La segunda (que la indisponibilidad obedezca a casos de fuerza


mayor), surge del carácter insuperable de los motivos que
justifican las distintas hipótesis relacionadas en la norma, y de
su naturaleza eminentemente exceptiva, que impone que la
admisión de la prueba de referencia por la vía discrecional se
reduzca a verdaderos casos de necesidad, y que la excepción no
termine convirtiéndose en regla, ni en un mecanismo que pueda
ser utilizado para evitar la confrontación en juicio del testigo
directo.

3
Se precisa además por la Sala de Casación Penal de
la Corte:

Ya se dijo que a la par de las excepciones a la regla general de


prohibición de la prueba de referencia, que expresamente
establece el artículo 438, el legislador introdujo una excepción
residual de carácter discrecional, que le permite al juez decidir
potestativamente sobre la admisión de pruebas de referencia en
casos distintos de los allí previstos, cuando se esté frente a
eventos similares, y que del estudio de las características de las
excepciones tasadas, surgía que los nuevos eventos debían
cumplir, en principio, dos condiciones, (i) que el declarante no
esté disponible, y (ii) que su indisponibilidad derive de
circunstancias especiales de fuerza mayor, racionalmente
insuperables.

Esta prueba de referencia, tiene una tarifa legal negativa para efectos
del fallo condenatorio, por si misma no constituye fundamento válido
para adoptar decisión de condena, lo cual significa que si concurren
otros elementos de juicio, como pruebas directas o indiciarias
(construidas con pruebas directas), en conjunto, pueden determinar la
orientación para un juicio de reproche penal, para acreditar la
materialidad y la responsabilidad en un delito.

En el presente caso, el testimonio de María Angélica Parra Castro, es


prueba de referencia inadmisible, pues fue oportunamente informada
para rendir declaración en juicio oral y a pesar de habérsele citado
por diferentes medios y estando disponible, utilizó argucias, acudió a
evasivas para no concurrir, fue renuente a comparecer a la justicia
aduciendo falta de medios, a pesar que se le ofreció el suministro
requerido para el traslado, en otra ocasión alegó inconvenientes
laborales, después el cumpleaños de sus hijos, otras veces pidió que

4
se programara la audiencia un lunes, luego no concurrió a rendir
testimonio por medio virtual. Finalmente sostuvo que no quería
declarar por razones de fuerza mayor que hizo consistir en que no
quería tener problemas con el procesado.

La causa que determinó la imposibilidad de declarar de María Angélica


Parra Castro, valoradas en el caso concreto, con base en la reseña
acabada de hacer, de cuyo registro da cuenta la decisión aprobada
mayoritariamente, no permiten sostener que exista una situación de
fuerza mayor que impidiera a la testigo declarar.

A la señora PARRA CASTRO se le ofrecieron todas las oportunidades


para que cumpliera con su deber de declarar, pero ella por su propia
voluntad, no lo hizo, presentándose ocasiones en que las excusas
aducidas rayan con lo baladí y hasta con la mentira, si no se
trasladaba por medios económicos y le fueron ofrecidos, por qué no los
aceptó si era cierta la situación aducida, por qué no concurrió a
declarar por medio audio visual, que situación de imposibilidad de
fuerza mayor es que los hijos estén cumpliendo años para no atender
el llamado de la justicia en un hecho de la que ella es presuntamente
víctima.

El testimonio de referencia admisible parte de un supuesto


fundamental, que el órgano de prueba no esté disponible por una
situación de fuerza mayor, esto es, un imprevisto o suceso no evitable
de carácter irresistible, lo que implica que el motivo no haya sido
ocasionado por voluntad de quien lo alega. Premisas estas a las cuales
no se ajustan las circunstancias con base en las cuales señala la

5
decisión mayoritaria que María Angélica Parra Castro no concurrió a
declarar, éste no lo hizo porque no quiso, sin razón atendible, su
querer era no atender el llamado de la fiscalía y de la justicia, por
tanto el estado de indisponibilidad fue creado por la testigo y esa
conducta no puede utilizarla la justicia para crear situaciones
jurídicas en contra del procesado, a quien no se le puede reprochar,
porque no hay aprueba que haya incidido en el comportamiento de la
testigo.

La providencia no revela prueba demostrativa que la conducta de la


señora PARRA estuviese precedida de amenazas, coacciones,
situaciones ajenas a su voluntad para haber obrado como lo hizo, lo
que se suma como razón de apoyo para señalar que no puede ser
calificada dentro de los eventos similares del artículo 438 del C.P.P.

En lo demás comparto la decisión.

Respetuosamente,

Magistrado.

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