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2 3: Títulos nobiliarios
¿ Qué son?
Son privilegios concedidos por los Reyes para distinguir a los miembros de
la nobleza. En la actualidad, tales privilegios son sólo protocolarios, pero
durante la Edad Media constituyeron la base del feudalismo. Hoy
sobreviven casi exclusivamente en las monarquías: España, Reino Unido,
Bélgica, Países Bajos, Suecia, etc.
El origen de los títulos nobiliarios se encuentra en las recompensas que los
caudillos concedían, antes de la formación de los Estados modernos, a los
jefes de tropa por sus gestas militares. Estas recompensas podían consistir
en una parte de los territorios conquistados, sobre la que pasaban a ejercer
una dominación patrimonial con amplias facultades jurídicas y económicas.
Otros títulos fueron creados por los monarcas para delegar su autoridad en
determinadas regiones.
Con la Revolución Francesa desapareció la sociedad estamental y sus
privilegios, con lo que se vació de contenido el hecho de poseer un título
nobiliario. Hoy siguen existiendo, y de hecho la Constitución española de 1978
otorga al Rey la facultad para concederlos, pero su único contenido es el de
otorgar a su titular el derecho a usarlos y protegerlos frente a terceros. No son
susceptibles de compra ni venta, ysu uso indebido está perseguido por la ley.
Actualmente, la posesión de un título
nobiliario no otorga ningún privilegio, sino
que se trata de una distinción meramente
honorífica
Categorías vigentes
Las cinco categorías que perduran son las siguientes,
ordenadas de mayor a menor rango:
Duque. El dux (capitán o caudillo, en latín) tenía dominio sobre un gran
territorio, y era por tanto el título de más alto relieve. En todos los sistemas
nobiliarios actuales, es el de mayor rango después del Rey y de los Príncipes.
En España este título incluye de por sí la Grandeza de España, lo que no
sucede con ninguno de los demás.
Marqués. El término procede de una palabra germánica que significa frontera,
ya que los marqueses eran gobernadores y defensores del territorio señalado
por ciertos límites, las marcas, que separaban el mundoromano del germánico.
Conde. El comes (compañero) era la persona que acompañaba y atendía al
rey, es decir, el dignatario más próximo al soberano, en cuyo nombre pasaron
después a ser gobernadores de pequeños territorios. A pesar de noser su
rango el más elevado, es un título muy vinculado a la Corona de España; el
propio padre, ya fallecido, del rey Juan Carlos, don Juan de Borbón y
Battenberg, era conde de Barcelona.
Vizconde. Era el sustituto del conde, quien hacía las veces de éste. Entre la
nobleza europea, el vizcondado se convirtió en un título de cortesía que se
daba a los hijos de los condes, en espera de que heredaran el título de sus
padres. En nuestro país goza de plena vigencia, como título propio e
independiente del de conde.
Barón. Las baronías están consideradas como los títulos nobiliarios más
antiguos, y la palabra tiene su origen en un término germánico que significa
hombre libre y guerrero. A pesar de tratarse del título de menor rango, tiene un
valor especial, por ser menos común que otros títulos nobiliarios, como el
marquesado.
La Grandeza de España fue instituida, como la máxima categoría de la
nobleza, por el emperador Carlos I de España y V de Alemania, en 1520, año
de su coronación en Aquisgrán. Aunque sólo implicaba privilegios honoríficos a
sus titulares (como ser tratados de primos por el monarca y poder permanecer
cubiertos en su presencia) gozó de un gran prestigio en la Europa de los siglos
XVI a XVIII.
Aun hoy, el Rey de España puede, al otorgar un título, concederle el honor
adicional de la Grandeza. El título de duque incluye de por sí la Grandeza.
Consortes y sucesión
Consortes. Los consortes legales de quienes ostentan las dignidades
nobiliarias así como los cónyuges viudos, mientras permanezcan en
este estado, disfrutan del mismo tratamiento y honores que sus
cónyuges.
Sucesión. Los títulos nobiliarios pueden ser hereditarios o no. Los más
comunes son los hereditarios, en cuyo caso a la muerte del titular son
transmitidos a sus familiares o descendientes. De hecho, se suele
considerar que otra de las finalidades de los títulos nobiliarios es la de
mantener vivo el recuerdo histórico al que se debe su otorgamiento, y
por esta razón la sucesión en el título queda vinculada a las personas
que pertenecen al linaje del beneficiario.
Los títulos no hereditarios, de carácter excepcional, son vitalicios, personales e
intransferibles. En cuanto a la sucesión de los títulos, históricamente se venía
concediendo preferencia al varón sobre la mujer, con independencia de la edad
de cada uno, pero esto ha cambiado completamente con la aprobación de la
Ley 33/2006, de 30 de octubre, sobre igualdad del hombre y la mujer en el
orden de sucesión de los títulos nobiliarios, conforme a la cual "el hombre y la
mujer tienen igual derecho a suceder en las Grandezas de España y títulos
nobiliarios, sin que pueda preferirse a las personas por razón de su sexo
en el orden regular de llamamientos".
La sucesión no se produce automáticamente por el fallecimiento del titular sino
que el título queda vacante, y la persona que se considere con derecho debe
tramitar un expediente ante el Ministerio de Justicia para acreditar su
parentesco y su derecho a sucederle. Para esto existe el plazo de un año.
Cuando un título vacante no es objeto de transmisión en un periodo de tiempo
superior a cinco años, entra en la situación denominada caducidad, de la que
puede salir si, antes de transcurrir 40 años en dicho estado, es solicitada su
rehabilitación por un pariente del último poseedor legal (se admite hasta el
sexto grado civil).
2 4: Los tratamientos
Nociones generales
Los tratamientos son títulos de cortesía, de carácter honorífico, que se utilizan
al dirigirse a determinadas personas, ya sea de palabra o por escrito.
¿Q u i é n e s s o n s u s t i t u l a r e s ?
Pueden ostentarlos tanto las personas físicas (un ministro, por ejemplo) como
entidades o instituciones (una Diputación), aunque esta segunda modalidad
tiende a desaparecer. Y, a su vez, las personas físicas pueden disfrutar de
tratamiento por ocupar un determinado cargo (mismo ejemplo del ministro, o un
alcalde) o bien por sus propios méritos (por ejemplo, por haber recibido una
condecoración).
Duración
El honor de ser distinguido con un tratamiento siempre es intransferible, pero
su duración varía. Cuando se posee a título particular, se disfruta
vitaliciamente, pero, si tiene su origen en el hecho de ostentar un cargo, el
derecho al tratamiento cesará al mismo tiempo que se abandona tal
responsabilidad, con algunas excepciones señaladas en las leyes, por ejemplo:
El tratamiento de los consejeros que forman el Consejo de Estado es el de
"excelencia" y lo conservarán después de cesar en el cargo, salvo que fuera
por separación (Reglamento orgánico del Consejo de Estado, artículo 23).
Los senadores tendrán tratamiento de "excelencia", que conservarán con
carácter vitalicio (Reglamento del Senado, artículo 23).
E n t r a n s f o rma c i ó n p e rma n e n t e
Se trata de una materia muy cambiante, con una regulación dispersa, pues
muchos organismos han dictado y siguen dictando normas por las que
atribuyen tratamientos diversos a sus miembros. Las Comunidades
Autónomas, por ejemplo, han reconocido a sus autoridades distintas clases de
tratamientos, según lo que en cada caso consideraron oportuno, puesto que no
existe una normativa común a nivel nacional que unifique o coordine la
cuestión. Los tratamientos que derivan de la concesión de una condecoración
varían mucho de unos casos a otros, y habrá que estar a lo que se establezca
en las disposiciones por las que se rigen y conceden.
Además, se constata una tendencia a elevar los rangos, de manera que cada
vez existen más autoridades con la dignidad de excelencia. No obstante, esta
inflación de tratamientos no pasa con frecuencia del plano teórico, pues se
vienen utilizando menos en la comunicación verbal, salvo que sea
con personas de muy elevada jerarquía. En la comunicación escrita
(encabezamiento de cartas, por ejemplo), es donde mantienen aún una mayor
vigencia. En caso de duda sobre el tratamiento a aplicar, se aconseja realizar
una consulta previa.
Tratamientos en España
Los tratamientos más usuales en España, clasificados de mayor a menor
rango, son los siguientes:
Excelencia. Es el más importante de todos, y por ello corresponde a las
autoridades de superior categoría, tanto civiles como militares.
Por escrito se utiliza "Excelentísimo señor" o sus abreviaturas "Excmo. Sr.", "S.
E." o "V. E.". Oralmente, se dirá "Su excelencia" o "Vuestra excelencia"
("Vuecencia" es sinónimo de esta última expresión, pero está en desuso).
Señoría ilustrísima . Es el segundo nivel de tratamiento, propio solo del
ámbito civil. Por escrito: "Ilustrísimo señor" o en abreviatura"Ilmo. Sr.". De
palabra: "Su ilustrísima" o "Vuestra ilustrísima".
Señoría. El tercer rango de tratamiento se utiliza cada vez menos, salvo en
ámbitos específicos como el judicial o el militar, en los que goza de gran
tradición, y suele confundirse con el de "Señoría ilustrísima" pese a ser
distintos. Su forma escrita es "Ilustre señor" (poco empleada, y diferente a
"Ilustrísimo señor") o simplemente"Señor". Oralmente se dice "Su señoría",
"Vuestra señoría" o el apócope "Usía".Veremos ahora, brevemente, los
principales tratamientos existentes en España.
Tratamientos de la Familia Real
Rey y Reina.
Escrito: Su Majestad, Sus Majestades, S.M., SS.MM.
Hablado: Vuestra Majestad, Vuestras Majestades, Señor, Señora.
Príncipe y Princesa de Asturias.
Escrito: Su Alteza Real, Sus Altezas Reales, S.A.R., SS.AA.RR.
Hablado: Vuestra Alteza, Vuestras Altezas, Alteza, Altezas, Señor,
Señora.
Infantas de España; hermanas y tías del Rey; hijos de los
Príncipes de Asturias, y duque de Calabria.
Igual a los Príncipes de Asturias.
Tratamientos en las Administraciones central, autonómica y
local
A dmi n i s t r a c i ó n C e n t r a l
La casuística es muy variada, como ya hemos dicho, por lo que muchas veces
será necesario consultar el tratamiento aplicable a determinadas autoridades o
miembros de órganos o entidades públicas. Como regla general, el presidente
del Gobierno, los ministros y los titulares de los órganos másimportantes del
Estado han gozado siempre del tratamiento de "excelencia", correspondiendo
el de "señoría ilustrísima" a otras autoridades de alto nivel pero inferior al de los
mencionados con anterioridad.
No obstante, hay que mencionar en este punto la reciente aprobación del
Código del Buen Gobierno de los miembros del gobierno y de los altos cargos
de la Administración General del Estado, por acuerdo del Consejo de
Ministros del 18 de febrero de 2005. Este documento prescribe, entre otros
extremos, que "el tratamiento oficial de carácter protocolario de los miembros
del gobierno y de los altos cargos será el de señor/ señora, seguido de la
denominación del cargo, empleo o rango correspondiente. En misiones
oficiales en el extranjero les corresponderá el tratamiento que establezca la
normativa del país u organización internacional correspondiente".
Los ex presidentes del Gobierno gozan de un estatus especial, regulado en el
Real Decreto 405/1992, de 24 de abril, según el cual"gozarán del tratamiento
de Presidente y ocuparán el lugar protocolario que oficialmente les corresponda
conforme al Ordenamiento General de Precedencias en el Estado". En efecto,
el Real Decreto 2099/83 contempla esta figura y le asigna una precedencia
destacada.
En el caso de la diplomacia, aunque en realidad no es más que un
departamento de la Administración del Estado, su dilatada trayectoria
histórica en materia de protocolo le ha llevado a disfrutar de un desarrollo
minucioso de los tratamientos, que se recoge en el Reglamento Orgánico de la
Carrera Diplomática. Así, los embajadores son "excelencia" y los consejeros
de Embajada "señoría ilustrísima".
C omu n i d a d e s A u t ó n oma s
Las Comunidades Autónomas han aprobado sus propias normas en materia de
protocolo y tratamientos, las cuales, lógicamente, serán las que deban
aplicarse en el territorio de cada Comunidad. Junto con los tratamientos
habituales que venimos mencionando, algunas Comunidades han recuperado
otros más antiguos y tradicionales: por ejemplo "Muy honorable señor" y
"Honorable señor" que se utilizan en Cataluña, Comunidad Valenciana e Islas
Baleares.
A dmi n i s t r a c i ó n L o c a l
En el caso de la Administración local, es tradición muy arraigada reconocer el
tratamiento de "excelencia" para los alcaldes de Madrid y Barcelona; el de
"señoría ilustrísima" para los de las demás capitales de provincia; y el de
"señoría" para los de los restantes municipios. Un esquema similar se aplica
para las Diputaciones (órgano que en Madrid no existe). Hay que decir que
algunos Ayuntamientos y Diputaciones tienen reconocido legalmente el
tratamiento de "excelentísimo- a" o "ilustrísimo- a", aunque estos títulos
corporativos e impersonales tienen escasa eficacia práctica.
Sobre este régimen general ha venido a incidir la Ley 57/2003, "de grandes
ciudades", que concede el tratamiento de Excelencia a los alcaldes de estos
municipios, y el de Ilustrísimo a los tenientes de alcalde.
Tratamientos en el Parlamento español
Los presidentes de las Cámaras tienen el tratamiento de "excelencia". No
coincide, en cambio, el de los miembros de aquellas, pues los diputados
reciben el de "señoría" mientras que a los senadores corresponde el
de "excelencia". En la práctica, es habitual que los diputados del Congreso
sean tratados también como "excelencia".
Tratamientos en la Administración de Justicia
Se reserva el de "excelencia" para los cargos más altos (presidentes y
magistrados del Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo, Consejo
General del Poder Judicial, etc.), correspondiendo a los demás
magistrados y fiscales el de "señoría ilustrísima". Los jueces gozarán
del tratamiento de "señoría". El Consejo General del Poder Judicial
aprobó, con fecha 23 de noviembre de 2005, el Reglamento de
Honores, Tratamientos y Protocolo en los actos judiciales solemnes,
donde se regulan con detalle los tratamientos que corresponden a los
distintos titulares de órganos judiciales.
Tratamientos militares
Según establecen las Reales Ordenanzas de los ejércitos, en el ámbito militar
sólo se emplearán los tres tratamientos siguientes:
Excelencia. Para los oficiales generales, que incluyen: capitán general,
general, teniente general, almirante, vicealmirante y contralmirante jefe.
Señoría. Para los coroneles y capitanes de navío, que incluyen: coronel,
teniente coronel, capitán de navío y capitán de fragata.
Usted. Para los demás miembros de las Fuerzas Armadas.
Tratamientos eclesiásticos
El Papa es "Santidad". Escrito: Santísimo Padre. Hablado: Su Santidad,
Vuestra Santidad, Padre Santo o Santo Padre. A todos los efectos es
jefe de Estado y recibe este tratamiento en sus viajes internacionales.
Los cardenales, en cuanto príncipes de la Iglesia, son "Eminencia".
Escrito: Eminentísimo señor o Excelentísmo y reverendísimo señor.
Hablado: Su Eminencia, Vuestra Eminencia.
Los arzobispos son Excelencia (por escrito: Excelentísimo señor, y en
ocasiones Excelentísimo y reverendísimo señor); y los obispos Señoría
ilustrísima.
Tratamientos universitarios
Conforme a la Ley orgánica 4/2007, de 12 de abril, por la que se modifica la
Ley orgánica 6/2001, de 21 de diciembre de Universidades, "Las autoridades
universitarias recibirán el tratamiento de señor o señora, seguido de la
denominación del cargo. Los Rectores de las universidades recibirán, además,
el tratamiento académico de Rector Magnífico o Rectora Magnífica".
Tratamientos derivados de distinciones sociales
Como ya hemos dicho, la concesión de un título nobiliario o de una
condecoración no tiene más efecto que el derecho a utilizarlos y protegerlos
ante terceros. El derecho a utilizarlos incluye casi siempre la posibilidad de usar
un determinado tratamiento, que se concreta en la misma disposición por la
que se concede el premio.
2.5 Honores militares
El Ejército es un colectivo donde todo lo relativo a protocolo, honores y
tratamientos está minuciosamente regulado. Las normas principales son las
Reales Ordenanzas de cada uno de los tres ejércitos y el Reglamento de
Honores Militares, aunque en diversas leyes sobre la milicia se contienen
disposiciones de interés protocolario.
El saludo, sin armas o con ellas; la rendición de honores a autoridades o a la
bandera; las honras fúnebres, etc., son algunas de las modalidades más
frecuentes de honores en el ámbito militar.
Las Fuerzas Armadas, representando a la nación y en nombre de los poderes
del Estado, serán las encargadas de rendir los honores de ordenanza en los
actos o ceremonias oficiales.
En concreto, se rendirán honores a:
La bandera de España.
SS.MM. los Reyes, y SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias y los Infantes de
España.
Las autoridades civiles de superior rango: presidente del Gobierno,
vicepresidentes y ministros, presidentes del Congreso y el Senado, del Tribunal
Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial.
Las autoridades militares que se determinan en el Reglamento de Honores
Militares: hasta el rango de tenientes generales y almirantes.
Las autoridades extranjeras del máximo rango: jefes de Estado, presidentes de
Gobierno, ministros de Defensa y determinadas autoridades militares.
La gradación de los honores se manifiesta por la posición de las armas, por la
interpretación de Himno Nacional o de la Marcha de Infantes y por el número
de caonazos y voces de ¡"Viva España!"
Así, la escala de honores, de mayor a menor, es la siguiente:
Arma presentada e Himno Nacional versión completa (cincuenta
y dos segundos).
Arma presentada e Himno Nacional versión breve (veintisiete
segundos).
Arma presentada y Marcha de Infantes.
Arma sobre el hombro y Marcha de Infantes.
Arma descansada y Marcha de Infantes.
Arma descansada.
Formación sin armas.
A partir de este esquema general, se van concretando los honores militares
que corresponden en cada caso. Por ejemplo:
A la bandera de España y a S.M. el Rey se rendirán los honores máximos:
arma presentada e Himno Nacional completo, salva de 21 cañonazos y siete
voces de ¡"Viva España!"
Al presidente del Gobierno: arma presentada e Himno Nacional (versión breve),
salva de 19 cañonazos y cinco voces ¡"Viva España!"
Los honores sólo se rendirán, salvo orden expresa en contra, desde las ocho
de la mañana, hora en que se iza la bandera nacional, hasta el ocaso. Si el
Gobierno decreta luto nacional por un período de tiempo
determinado, la bandera permanecerá a media asta ininterrumpidamente día y
noche y no se rendirán honores.
S i s t ema s d e o r d e n a c i ó n
A efectos de protocolo, las banderas se ordenan igual que las personas, ya sea
conforme al sistema de alternancia o al lineal, y rige asimismo el principio que
establece la derecha como lugar de honor.
Ordenación en alternancia
Si el número de banderas es par, el primer lugar de los dos centrales será el de
la derecha (izquierda del observador), y el segundo el de la izquierda (derecha
del observador). La tercera en rango se situará a la derecha de la primera, la
cuarta a la izquierda de la segunda, y así sucesivamente.
Si el número de banderas es impar, la central es la que preside, y las demás se
van alternando a derecha e izquierda.
Ordenación lineal
Las banderas se ordenan en fila india, siendo el primer lugar el más próximo a
la presidencia del acto, a la puerta o a algún elemento singular de la estancia;
las demás se colocan simplemente por el orden que corresponda, iniciando el
recorrido desde la que preside.
Es bastante habitual el recurso a peanas triples, en las que se insertan tres
banderas, pues resultan muy cómodas para todo tipo de actos y situaciones.
Oficialesynooficiales
Cuando en un acto coinciden banderas oficiales y no oficiales (por ejemplo, la
bandera de una empresa en una ceremonia organizada por ella) no deben
ondear juntas. La solución para ordenarlas es disponerlas en dos grupos
diferenciados: por un lado, las oficiales, ordenadas entre sí de acuerdo a las
reglas ya expuestas, y por otro, las privadas.
PrincipiodeigualdadentreEstados
En la práctica internacional se considera que la soberanía de todos los países
es equivalente, con independencia de su población, poder político o
económico, de manera que unos no son más que otros. A la hora de disponer
banderas en un acto, este principio implica que todas serán iguales en tamaño
y categoría, ordenándose entre ellas de acuerdo a las reglas que antes hemos
expuesto.
A ello se suma una norma de cortesía diplomática según la cual, en visitas de
Estado, suele concederse una alta consideración a la bandera del país
visitante. En ocasiones se le cede incluso el puesto central
del juego de mástiles, aunque entonces se flanquearía con dos banderas
españolas, una a cada lado. De esta forma se otorga un elevado rango a la
bandera del país visitante, sin por ello hacer de menos a la nacional.
5: Los himnos y su protocolo
Concepto. Cómo se escuchan e interpretan
Conceptoyversiones
El himno es uno de los símbolos máximos de un país, que se interpreta en
actos solemnes, o con ocasión de visitas oficiales realizadas por autoridades
nacionales o extranjeras. También se utiliza en acontecimientos deportivos, en
la rendición de honores militares, y en otras situaciones que preveen las
leyes.
El himno nacional español se regula por Real Decreto 1560/1997, de 10 de
octubre, que dispone que "es el conocido tradicionalmente por Marcha
Granadera o Marcha Real Española". Su partitura oficial figura en el anexo del
mencionado Real Decreto.
Hay dos versiones del himno: completa y breve, pero en cualquiera de ellas, se
interpretará siempre íntegramente y una sola vez.
La versión íntegra dura 52 segundos, y consta de 16 compases, divididos en
dos secciones de cuatro compases repetidos cada una.
La versión breve dura 27 segundos, y consta de los cuatro compases de cada
sección, sin repetición.
C ómo s e e s c u c h a n e i n t e r p r e t a n
¿Cómo se escucha? Los miembros de los ejércitos deben escucharlo firmes y
en posición de saludo. Los civiles no están sujetos a ninguna obligación sobre
este particular, pero se considera cortés escuchar el himno del propio país en
pie y en actitud respetuosa.
¿Cuándo se interpreta? El himno nacional será interpretado, cuando proceda:
En versión completa:
En los actos de homenaje a la Bandera de España.
En los actos oficiales a los que asista Su Majestad el Rey o Su Majestad la
Reina.
En los demás actos previstos en el Reglamento de Honores Militares.
En versión breve:
En los actos oficiales a los que asistan Su Alteza Real el Príncipe de Asturias,
Su Alteza Real la Princesa de Asturias o Sus Altezas Reales los Infantes de
España.
En los actos oficiales a los que asista el Presidente del Gobierno.
En los actos deportivos o de cualquier otra naturaleza en los que haya una
representación oficial de España.
En los demás casos previstos en el Reglamento de Honores Militares.
Ordenación de himnos
Losprincipales
Si en un acto celebrado en un Ayuntamiento estuviera prevista la interpretación
de los himnos nacional, autonómico y local, por concurrir altas autoridades de
los tres ámbitos, el orden sería el siguiente:
Al inicio del acto: nacional, autonómico y local.
Al final del acto: local, autonómico y nacional.
Asimismo, en los actos y visitas de carácter internacional celebrados en
territorio nacional, cuando deban interpretarse himnos, en primer lugar se
ejecutarán los extranjeros y después el español. En las despedidas se aplicará
el orden inverso, siendo por tanto el himno español el primero en sonar.
Por supuesto, sólo podrán interpretarse las partituras oficiales vigentes, y los
músicos, que por lo general serán orquestas o bandas de música, estarán
ubicados en algún lugar discreto. En el caso de honores militares, la banda
forma con el resto de las compañías.