Está en la página 1de 3

1.

PRINCIPIOS QUE RIGEN EL PROCESO PENAL:


Son aquellos que regulan fundamentalmente las formalidades y actuación
procesales que deben de observarse.
1.1 Oralidad
El expediente en papel desaparece y los planteos que realizan las partes son
resueltos por el juez en audiencia.
1.2 Publicidad
Las audiencias serán abiertas al público, salvo que se presente alguna de las pocas
excepciones previstas legalmente.
1.3 Contradicción
Es el método de conocimiento para el descubrimiento de la verdad, en el que las
partes desde posiciones equivalentes plantean su visión del caso al juez o tribunal,
que decidirá con imparcialidad.
1.4 Concentración
Debe desarrollarse la mayor actividad procesal posible en las audiencias. Su
interrupción sólo puede suceder por razones debidamente justificadas.
1.5 Inmediación
La prueba debe ser producida por las partes en presencia de los jueces que luego
adopten las decisiones.
1.6 Simplicidad y Celeridad
Las etapas del proceso tendrán plazos breves y se desarrollarán de manera ágil y
dinámica, sin demoras innecesarias, procurando únicamente obtener la información
útil para la solución del caso.
1.7 Desformalización
Las investigaciones se llevarán a cabo de manera eficiente, sin ritos excesivos que
atenten contra la eficacia de las medidas adoptadas.
2. FORMA DE VALORACIÓN DE LA PRUEBA EN EL PROCESO PENAL:
La valoración de la prueba es el ejercicio mediante el que se determina el valor
probatorio de cada medio de prueba en relación con un hecho específico y tiene por
objeto establecer cuándo y en qué grado puede ser considerado como verdadero,
sobre la base de las pruebas relevantes.
El destinatario de la prueba es, naturalmente, el juzgador. La prueba se valora por
él o se fija por el tribunal y las operaciones se plasman en la sentencia.
La valoración de la prueba viene siempre determinada por las máximas de la
experiencia, por los juicios hipotéticos y generales en que éstas se resuelven.
En cuanto a los sistemas cabe establecer los siguientes. En primer lugar el sistema
libre, o la sana crítica, en el que la ley deja al juez que aplique las máximas que éste
ha adquirido por su experiencia personal en la vida. En segundo lugar el sistema de
prueba legal, o la tasada, en el que la ley hace establecer la máxima de la
experiencia en la propia norma, e imponerla al juez en el momento de la valoración
de la prueba. Y en tercer lugar el sistema de libre convicción, en el que la ley no
establece regla alguna para la apreciación de las pruebas; el juez es libre de
convencerse según su íntimo parecer, de la existencia o inexistencia de los hechos
de la causa valorando aquellas según su leal saber y entender.
3. FASE DE INSTRUCCIÓN O FASE DE INVESTIGACIÓN PRELIMINAR:
La fase de introducción sirve para preparar el juicio oral, en esta fase de instrucción
hay que investigar a través de las pertinentes diligencias, pero no menos importante
es tomar las medidas cautelares oportunas para asegurar esta investigación. El
inicio y desarrollo de la fase de instrucción se encuentran supeditados a la existencia
de uno o varios hechos concretos y de apariencia delictiva.
El protagonista indiscutible de esta fase inicial es el juez de instrucción que ostenta
la dirección y es quien decide qué diligencias de investigación han de llevarse a
cabo, quien acuerda la adopción de las medidas cautelares y a quién corresponde
realizar la imputación formal.
El nombre que se le da a la fase de introducción si estamos en un procedimiento
ordinario por delitos graves se llamará sumario; si el procedimiento es abreviado
se llamará diligencias previas; y, si es un enjuiciamiento rápido estaremos ante
diligencias urgentes.
En el procedimiento por delitos leves, no existe propiamente una fase de instrucción.
La fase de introducción se investiga a través de actos o diligencias de investigación.
3.1 Diligencias de investigación ordinarias
Estos actos no suponen una limitación a los derechos fundamentales de la persona.
Dentro de éstas, están:
 Diligencias para la comprobación del delito: inspección ocular, autopsia, solicitar
los antecedentes penales del investigado.
 Diligencias para la comprobación de la identidad del delincuente: ruedas de
reconocimiento, edad, determinación del perfil de ADN.
 Declaración del investigado.
 Declaración de los testigos y de la víctima.
 Careo entre los testigos e investigados entre sí o entre aquellos y éstos.
 Informe pericial.
3.2 Diligencias restrictivas de derechos fundamentales
Siempre se debe de respetar el principio de proporcionalidad que conlleva: tomar
medidas idóneas y necesarias para el caso concreto y para un tiempo determinado,
siempre que la medida tomada sea la menos gravosa para el sujeto afectado.
• Entrada y registro en lugar cerrado.
• Registro de libros y papeles.
• Detención y apertura de correspondencia.
• Medidas de investigación tecnológica.
• Intervención, inspecciones y registros corporales.
• Circulación y entrega de drogas y otras circunstancias o bienes.
• Infiltración policial o agente encubierto.

4. Fases del proceso penal guatemalteco

4.1 Investigación o procedimiento preparatorio


4.2 Procedimiento intermedio
4.3 Debate
4.4 Impugnaciones
4.5 Ejecución de la Sentencia.

5. EL JUICIO O DEBATE
Esta etapa está dirigida a obtener un pronunciamiento judicial de culpabilidad o
absolución en relación con una persona que se encuentra sujeta a un proceso penal.
En esta etapa se observa de manera preponderante las garantías del debido
proceso, que consisten en que toda persona tiene derecho a ser oída y juzgada
dentro de un plazo razonable, por un tribunal competente, imparcial e independiente
que se encuentre establecido con anterioridad a la comisión del hecho materia del
asunto, basado el juicio sobre una acusación por parte del Ministerio Público, que
será el objeto del mismo, en donde se observen los principios de concentración,
contradicción, continuidad, inmediación, publicidad, entre otros, los cuales se hacen
efectivos a través de la oralidad.
En esta etapa deben prevalecer las garantías judiciales que establecen de manera
explícita los artículos 8 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 14
del Pacto Internacional de Derechos Civiles Y Políticos; y 10 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, las garantías del debido proceso legal, los cuales
abarcan las condiciones que deben cumplirse para asegurar la adecuada defensa
de aquellos cuyos derechos y obligaciones están bajo consideración judicial.

También podría gustarte