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DESISTO DEL RECURSO

Señores Jueces de Cámara:

José Luis Agüero Iturbe, Fiscal General Adjunto


a cargo de esta Fiscalía General ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Criminal y Correccional Federal de esta Capital Federal, en los autos CFP
1000/2021 del registro de esa Sala II, caratulados “MACRI, MAURICIO Y
OTROS s/AVERIGUACION DE DELITO”, manifiesto:

Que, de conformidad con la facultad que me


acuerda el artículo 443 “in fine” del Código Procesal Penal de la Nación, vengo
a desistir del recurso de apelación deducido contra la decisión a través de la cual
el señor juez de grado resolvió sobreseer a Gustavo Marcelo Hornos, Marino
Hernán Borinsky y a Mauricio Macri en orden a la causal prevista en el inciso
2do. del art. 336 del Código Procesal Penal de la Nación.

Ello toda vez que disiento con la postura asumida


por la Señora Agente Fiscal, en función al plexo probatorio acumulado en autos.
Así, conforme narraré, se encuentra acreditado que el hecho investigado no se
cometió; no en punto a la existencia de algunas de las reuniones acreditadas,
sino en cuanto a que mediante ellas se influyó en el actuar de la justicia para
dictar pronunciamientos con la intención de perjudicar y/o agravar la situación
procesal de algún encartado/a.

II

Previo a todo cabe efectuar referencia a dos


principios que coexisten en la actividad del Ministerio Público Fiscal. Me refiero
al principio de unidad de actuación de este organismo y al principio de
organización jerárquica.
En otra oportunidad sostuve, y aquí reitero, que es
cierto que al Ministerio Público lo rige el principio de unidad de actuación, el cual,
en términos jurídicos, consiste en imputar (en el sentido utilizado por Kelsen) la
opinión de un miembro del Ministerio Público a la totalidad del organismo. Pero
como es perfectamente admisible que los fiscales difieran de criterio, es
precisamente en virtud del principio de organización jerárquica, que cuando tales
disensos tienen lugar, la posición que prima y la que, por tanto, se tribuye al
Ministerio como un todo es la del fiscal con jerarquía superior. Ello, a modo de
ejemplo, es cuanto sucedió con el desistimiento del recurso de casación
presentado por esta parte que fuera materializado por el Fiscal de Casación en
autos CFP 8704/2019/CFC1.

En este marco, la articulación jerárquica, plasmada


legislativamente en las disposiciones del CPPN y en las normas de organización
del Ministerio Público Fiscal, permite que el Fiscal de Cámara pueda manifestar
una opinión diferente a la ya expresada por el fiscal de primera instancia. Por
ello resulta claro que, frente a la interacción de los principios de unidad de
actuación de organización jerárquica, es el último el que, en este caso,
corresponde que prevalezca, dado que es el que posibilita el cumplimiento de la
manda de rango constitucional (cfr. recurso de queja interpuesto en CFP
000579/2020/1).

No voy a reproducir en el presente el


correspondiente derrotero procesal concerniente a esta encuesta, ello y se
encuentra suficientemente graficado o narrada tanto en la recurrida como en la
recurrente, por lo que iterar tales acontecimientos solo serviría para engrosar sin
sentido esta presentación. Sin embargo los tengo presente y cuando sea
oportuno referirme a algún aspecto puntual así lo haré.

III
Ahora bien, analizados los argumentos blandidos
por la Señora Agente Fiscal al impugnar, pueden ser sistematizarlos de la
siguiente manera, para obtener una cabal comprensión de sus planteos:

1- Indica que los fundamentos expresados en el


resolutorio se sustentan en una valoración parcial y asilada de los elementos de
prueba incorporados y no alcanzan para descartar la certeza negativa.

2- Agrega que los datos hasta aquí reunidos no


permiten precisar la existencia de una fuente probatoria confiable respecto a los
registros de visitas a las sedes presidenciales.

3- Señala que las declaraciones testimoniales


recibidas tampoco suman información concreta acerca del sistema de
registración de visitas al presidente.

4- Sostiene que el informe labrado por Casa Militar,


como respuesta al pedido de información realizado, brinda los registros
manuales de tan solo cuatro de las veintiséis fechas consultadas. Para los
restantes registros remita a “sistemas informáticos” cuya posibilitad de consulta
aún no surge con claridad, aunque si habrían sido enviados ante pedidos de
información pública de la ONG Poder ciudadano y solicitudes de otros tribunales
como ser la causa en trámite ante el Jugado Federal n° 5 a partir de cuyo trámite
se originó ésta.

5- Sobre las pruebas solicitadas para determinar si


se produjo una influencia indebida sobre el trabajo de los magistrados se indicó:
a- testimoniales a personal que estuviera en funciones en el momento de los
hechos y que pudiera haber presenciado en todo o en parte esas reuniones, b-
incautación de registros informáticos de ambos edificios donde estuvieran las
constancia de ingreso y egreso, c- información acerca de otras personas que
hubieran entrado inmediatamente antes e inmediatamente después, d-
certificación del estado del trámite de las denuncias ante la Comisión de
Actuación y Disciplina del Consejo de la Magistratura y e- solicitud de informes
a otros juzgados en donde se lleven adelante causas vinculadas a este objeto.

6- El Ministerio Público Fiscal en el marco de la


audiencia pública del 1 de septiembre de 2021 ante el TOF 8 en la cusas
14305/2015 conocida como “Memorándum con Iran” disponible en el siguiente
enlace (…) tuvo por acreditadas a partir de la información oficial requerida
oportunamente por ese tribunal numerosas visitas que no han sido informadas
en este expediente por Casa Militar y en parte contenidas en el informe que
fundamentó la denuncia inicial.

7- Por último concluye en que las maniobras aquí


examinadas no pueden ser consideradas aisladamente porque habrían ocurrido
en el marco de circunstancias que son objeto de investigaciones en otras
actuaciones judiciales en trámite. Así el dictado de los sobreseimientos podría
influir de manera indeseada en el trámite y resolución de otros procesos y
procedimientos vinculados, como ser en la causa CFP 8991/2019 y su conexa
2357/2020.

IV

Como adelanté disiento con el criterio propugnado


por mi colega ante la anterior instancia, por eso es que, en uso de la facultad
conferida por el Código Procesal Penal de la Nación, daré por tierra la pretensión
impugnante. Ello toda vez que no comparto el razonamiento esgrimido en
conocimiento de los agravios enumerados, los que en modo alguno se dirigen a
comprobar la existencia de ilicitud acaecida sino solo la presencia de
magistrados en las respectivas sedes presidenciales, por lo que las medidas
propuestas no lucen conducentes a variar la conclusión adoptada en función del
plexo probatorio conformado.

En este punto es necesario indicar que la reunión


de un magistrado con quien ejerce el poder ejecutivo (de carácter unipersonal)
en un período determinado no representa de por sí acción u omisión alguna
reprimida por el catálogo penal de la nación. En tal sentido es posible afirmar
que cualquier reunión entre un integrante de la administración púbica nacional o
del Congreso de la Nación con un magistrado no se encuentra per sé prohibido
bajo sanción penal. Los motivos de tales encuentros pueden resultar de distinta
índole (sobre temas de coordinación, laborales, personales, etc.) sin que ello
importe encuadre punitivo alguno.

Ahora bien, la eticidad de algunos encuentros entre


miembros del poder judicial con el Presidente de la Nación no puede ser zanjada
en esta jurisdicción y queda reservada a los resortes propios que la organización
judicial previstos para analizar la conducta de sus magistrados, así como también
los posee el Ministerio Público Fiscal.

Sostener que de tales encuentros surge un


accionar delictivo importa comprobar una conspiración tendiente a perjudicar a
una persona sometida a proceso. Sin embargo, en ningún caso, ni en los
acreditados o en los supuestos, puede señalarse que las decisiones adoptadas
por los magistrados mencionados hayan sido carentes de fundamentación
acorde a las normas procesales que rigen su dictado o que resulten contrarias a
la lógica forense o a una indebida interpretación de la norma sustantiva. Más aún
frente a la posibilidad de que dichas decisiones sean recurridas por ante el
Máximo Tribunal de la República, órgano que no se expidió sobre la conducta de
los magistrados. Sin que permita variar tal afirmación la circunstancia fundada
en la recusación aceptada de un magistrado en función de algunas de las
causales previstas en el ritual.

Es cierto que el maridaje político-judicial no resulta


adecuado frente a la necesaria independencia judicial, pero ello no abarca a las
relaciones interpersonales que pueden existir entre miembros de distintos
poderes del Estado, sin que ello importe cometer un delito. Las motivaciones
personales que llevan a cada ser humano a entablar relaciones con otro, sin
importar el rango o jerarquía, no se encuentran prohibidas por el código punitivo.
Que resulte bien o mal visto que un magistrado se encuentre con un político no
es una cuestión que ataña a la justicia penal.

A no ser que se encuentren elementos que


acrediten la existencia de un contubernio dirigido a perjudicar de manera
intencional a un ciudadano sometido bajo la jurisdicción del magistrado. Extremo
que no se advierte en el caso.

En particular cabe indicar que la idea de que “los


argumentos expresados en el resolutorio se sustentan en una valoración parcial
y asilada de los elementos de prueba incorporados y no alcanzan para descartar
la certeza negativa” conlleva por una parte una valoración meramente personal
de la impugnante, la que discurre sobre la falta de acuerdo sobre la derivación
lógica que efectúa el magistrado, más no indica o puntualiza qué elementos
fueron valorados de manera aislada, por lo que la primera parte de su afirmación
no contiene fundamento que lo apoye quedando la misma en el terreno
meramente valorativo. Es decir, en el plano del gusto o disgusto que causa la
decisión notificada.

En esa misma dirección la afirmación sobre que


“los datos hasta aquí reunidos no permiten precisar la existencia de una fuente
probatoria confiable respecto a los registros de visitas a las sedes presidenciales”
carece de su debida relevancia, pues la confianza de un elemento probatorio no
deriva de la mera voluntad del “a quo” sin de una valoración conforme al principio
de la sana crítica racional en función al plexo de cargo reunido durante la
encuesta, sobre la que no se señaló, por lo demás, el motivo de la desconfianza
sustentada, que no sea otro que la falta de acreditación de la presencia de los
magistrados en las respectivas sedes presidenciales en todos los días
mencionados por los denunciantes.
En punto a que “las declaraciones testimoniales
recibidas tampoco suman información concreta acerca del sistema de
registración de visitas al presidente” representa de nuevo una disconformidad
con la interpretación de la prueba, la que de cuyos extremos, en este caso,
sindican como fuente fidedigna la registración en formato papel, y de los varios
cambios que hubo durante el periodo presidencial pesquisado en la manera de
registrar, pero siempre con respaldo en formato papel. Pero por lo demás del
punto B) de la prueba incorporada, según la decisión recurrida, se “…incorporó
en la solapa de “documentos digitales” de esta causa, el informe denominado
IF.2019-72127788-APN-DGTIT#SGP que resultó la fuente de las fechas de
visitas que consignaron los denunciantes y, según ellos, guarda relación con los
accesos a la “Casa Rosada” durante la Presidencia del Ing. Mauricio Macri. Los
datos se tomaron del link que, para su descarga fue indicado en la denuncia…”.

Asimismo, en punto a los ““sistemas informáticos”


cuya posibilitad de consulta aún no surge con claridad, aunque si habrían sido
enviados ante pedidos de información pública de la ONG Poder ciudadano y
solicitudes de otros tribunales como ser la causa en trámite ante el Jugado
Federal n° 5 a partir de cuyo trámite se originó ésta”, no puede pasarse por alto
que ellos fueron requeridos así del interlocutorio criticado surge, y con anuencia
del tribunal cito: “Resta consignar que, toda vez que esta causa se inició por
testimonios que envió el Juzgado Federal N° 5 en el marco de la causa 8991/19
(con su conexa n° 2357/20 (…) se cursó un pedido a esa sede judicial para que
informe si con motivo del avance investigativo y las probanzas allí recolectadas,
se obtuvo algún dato o información adicional o complementario en torno a las
visitas a la sede de la Casa de Gobierno (“Casa Rosada”) y a la Quinta
Presidencia ubicada en Olivos, Provincia de Buenos Aires por parte de los
Jueces de la Cámara Federal de Casación Penal Gustavo Hornos y Mariano
Borinsky. La respuesta fue en sentido negativo (ver oficio de la Fiscalía Federal
n° 5 incorporado el 28/12/2021).”.
En función a las medidas propuestas que
permitirían avanzar en la encuesta en un sentido contrario al aquí adoptado,
corresponde indicar que las testimoniales a personal que estuviera en funciones
en el momento de los hechos y que pudiera haber presenciado en todo o en
parte esas reuniones, importaría de ser el caso incurrir en un intento de
autoincriminación por cuanto menos serían partícipes del hecho que se indica
como hipótesis acaecido; asimismo la incautación de registros informáticos de
ambos edificios donde estuvieran las constancia de ingreso y egreso pasa por
alto que la información brindada en esta encuesta fue por integrantes la actual
coalición gobernante, otrora sindicada como perjudicada, por lo que presupone
que allegados a las supuestas víctimas estarían ocultando información, lo que
no se condice con el sentido común; en punto a la información acerca de otras
personas que hubieran entrado inmediatamente antes e inmediatamente
después, nada quita ni agrega a los hechos realmente acreditado y o sucedido
dentro de la reunión. Asimismo, la certificación del estado del trámite de las
denuncias ante la Comisión de Actuación y Disciplina del Consejo de la
Magistratura omite considerar que ello se realizó conforme el punto D) de la
prueba incorporada.

Punto aparte merece la solicitud de informes a


otros juzgados en donde se lleven adelante causas vinculadas a este objeto, por
cuanto se encuentra relacionado con lo puesto en resalto en el punto 7 de esta
sección referido a que las maniobras aquí examinadas no pueden ser
consideradas aisladamente porque habrían ocurrido en el marco de
circunstancias que son objeto de investigaciones en otras actuaciones judiciales
en trámite. Así el dictado de los sobreseimientos podría influir de manera
indeseada en el trámite y resolución de otros procesos y procedimientos
vinculados, como ser en la causa CFP 8991/2019 y su conexa 2357/2020. Al
respecto cabe remontarse al inicio de la presente encuesta se remonta a la
solicitud del Fiscal Federal titular de la Fiscalía N° 5, quien se encuentra a cargo
de la investigación en las actuaciones mencionadas.
En efecto, el 22 de febrero de 2021el magistrado
de este Ministerio Público Fiscal solicitó la extracción de testimonios y su
remisión a la Oficina de Sorteos de esa Cámara por cuanto entendió que el
contenido de la presentación referida a las visitas voluntarias que habrían
mantenido el Dr. Gustavo Hornos y el entonces Presidente de la Nación, en el
despacho presidencial, con el fin de acordar y/o definir decisiones judiciales,
sobre causas en trámite en las que intervenía el magistrado, en contra de
diversos funcionarios y personas vinculadas a la oposición política de ese
entonces, para perjudicarlos. Es decir, para dictar sentencias contrarias a sus
peticiones y/o situaciones procesales. En tal sentido enfatizó en que no coincidía
el objeto procesal, ya que la denuncia involucra como supuestos autores al Dr.
Gustavo Hornos y al Sr. Mauricio Macri, cuyo fin sería perjudicar judicialmente a
funcionarios o personas opositoras en causas desplegadas en su contra, mas no
a jueces o juezas, como ocurre en la investigación a su caso, denominada “mesa
judicial”, por lo que involucra a posibles víctimas diferentes. Si bien coincide una
única persona denunciada, el Sr. Mauricio Macri, la divergencia fáctica -tanto en
hechos, imputados y víctimas- impone estrategias investigativas distintas.

De ello se infiere que, al ser objetos procesales


diferentes, las consideraciones que corresponden a cada objeto también son
diferentes, pues no se ha sostenido dentro del objeto procesal del presente que
este sea una manifestación de alguna asociación ilícita derivada de la causa
madre. En consecuencia, no puede haber pronunciamientos contradictorios que
impacten mutuamente en investigaciones distintas. En otros términos, nada de
lo aquí decidido obtura el avance de la causa denominada “mesa judicial”, de la
que se desprendió la presente encuesta por no guardar relación con la misma.

Por último, en lo referido a lo acreditado por el TOF


8 en la causa 14305/2015 conocida como “Memorándum con Iran” disponible en
el siguiente enlace (…) tuvo por acreditadas a partir de la información oficial
requerida oportunamente por ese tribunal numerosas visitas que no han sido
informadas en este expediente por Casa Militar y en parte contenidas en el
informe que fundamentó la denuncia inicial. No se indican ni individualizan por
parte de la impugnante qué visitas entre las aquí pesquisadas fueron acreditada
en esa situación y que hagan variar el cuadró probatorio obtenido y en
consecuencia arribar a una conclusión diferente.

Entiendo que el precepto legal que reglamenta –


entre otros- la garantía constitucional de la defensa en juicio –artículo 18
Constitución Nacional- (Fallos: 276:368; 236:27; 238:550; 247:176; 253:133;
254:311; 262:459; 271:278) en cuanto exige que las decisiones judiciales sean
fundadas y constituyan una derivación razonada del derecho vigente con arreglo
a las circunstancias comprobadas en la causa, se encuentra satisfecho. Ello en
función de no haberse omitido valorar prueba dirimente, ni propuesto para su
materialización prueba conducente que nos permita arribar a una reconfiguración
de los acontecimientos investigados.

VI

Es así que considero que de continuar con esta


encuesta no arribaríamos a ningún puerto y solo profundizaríamos la ya
esmerilada dignidad del Poder Judicial al proseguir, sin sentido, una encuesta
que solo tiende a prolongarse sin aditamento delictivo alguno, más allá de las
cuestiones concernientes a la conducta ética de los magistrados que tramitan
por ante el Consejo de la Magistratura.

De un tiempo a esta parte, fácil se advierte la


recurrencia a esta Justicia Punitiva para dirimir o saldar diferencias
correspondientes o bien a otros estrados judiciales (v.gr. laboral, comercial,
administrativo) o bien dirimible en función de los respectivos procedimientos
preestablecidos para evaluar la conducta de funcionarios y magistrados desde
el plano de la ética (cfr. presentación de esta Fiscalía General en CFP
10038/2020/CA1) o para direccionar la política del gobierno de turno (cfr.
presentación de esta Fiscalía General CFP 8080/2020/CA1). También se
advierte la constante judicialización de toda la actuación administrativa
desarrollada por el gobierno saliente. Sea del color que sea o del singo político
que correspondiere, se acercan a esta sede cuestiones que deben ser dirimidas
en el plano de la política y no en el terreno judicial.

De una u otra manera, si advertimos la


acumulación de actuaciones de ambas fuerzas políticas iniciadas la mayoría bajo
el turno de la fuerza gobernante en contra de la opositora, fácil se advierte al
regreso en la historia pre institucional de nuestro país referida a los “juicios de
residencia”. En estos términos la institucionalidad se reciente y da paso a la
inviabilidad de políticas públicas sostenidas en el tiempo; pero lo pero es que
frente a una decisión judicial que ponga justo quicio de lo investigado deja en el
público en general un sinsabor sobre la falta de justicia o coloquialmente el “aquí
no pasa nada”, “nadie va preso”. Dicho fenómeno se presenta extramuros al
saber jurídico penal, por lo que no me corresponde a mí ensayar una solución.

Si debo señalar que el ahínco puesto por la señora


magistrada, que en otras oportunidades fuera apoyado por esta parte (cfr.
presentación en CFP 18346/2018), en el presente se ve sesgado por una lectura
del caudal probatorio analizado por el magistrado, lo que nos aleja del principio
de objetividad que deben regir los actos materializados por este Ministerio
Público Fiscal.

En este caso, conforme al modo en que se inició


las presentes actuaciones a pedido del Fiscal Federal titular de la Fiscalía
Federal n° 5 (principio de unidad de actuación del MPF), aunado a lo
materializado en la encuesta conforme su derrotero procesal e interpretado por
el “a quo” conforme lo manda la sana crítica racional, me veo compelido a
apartarme del criterio esgrimido por mi colega de grado en esta cusa, toda vez
que el andamiaje argumental empleado no se ve derruido por la crítica efectuada.

VII
Así las cosas, no es posible socavar la dignidad de
un integrante de un tribunal colegiado sin afectar la producción del mismo en la
decisión de los casos sometidos a su conocimiento. Y pretender otorgar
ascendencia de un integrante de una Sala por sobre el resto de sus colegas, lo
que va en contra de la igualdad y deliberación en los tribunales colegiados,
donde las decisiones se adoptan por unanimidad o mayoría de votos.
También socavar la investidura de un ex
mandatario, en este contexto, es derruir la estructura republicana y la división de
poderes, so pretexto de una conspiración para afectar a personas sometidas a
proceso, las que recurrían a esa instancia luego de obtener decisiones
desfavorables a sus intereses en los tribunales inferiores; sin que exista prueba
alguna que demuestre semejante afirmación.

De nuevo, luego de la compulsa y análisis de los


votos emitidos por los encartados en las distintas resoluciones adoptadas bajos
los períodos de sospecha sobre indebida influencia (cfr. CFP 777/2015/CFC2;
CFP 4723/2012/5/CFC2; CFP 4723/2012/5/CFC2; CFP10622/2010/PL1/2/CFC;
CFP 3017/2013/256/RH60; CFP 3017/2013/227/CFC9; CFP 12390/2009/TO1;
entre otras), no se advierte un apartamiento de la jurisprudencia imperante en la
materia, un decisión carente de fundamentación, o una errónea aplicación de la
norma convocada a regir el caso, menos aún surge una aviesa intencionalidad
por perjudicar a quien se encontrara sometido a proceso.

La intención de instalar en estas actuaciones la


idea del “enemigo político” nos aleja de toda finalidad del proceso penal conforme
la manda del art. 193 del ritual, nos retrotrae a etapas tristemente célebres de
nuestra historia institucional, y nos hecha a la arena del binomio amigo-enemigo,
del todo ajeno a la faena judicial. La lucha del Poder Judicial como integrante del
poder del estado, en este ámbito federal, es un accionar dirigido contra el
narcotráfico, la trata de personas, el lavado de activos y la corrupción. Los que
como fenómenos criminales socavan los cimientos de nuestra sociedad y de
nuestro Estado Constitucional de Derecho. En ese hacer se inscribe también la
actividad del Ministerio Público Fiscal como guardián de la legalidad del proceso,
en defensa de los intereses generales de la sociedad.

Entonces, es cierto que existieron los encuentros


entre los magistrados y el representante del Poder Ejecutivo Nacional, ello se
encuentra debidamente acreditado en autos; más allá de que no se corroboraron
que ellos fueran en las fechas sindicadas por los denunciantes. Ahora bien, de
lo acreditado no surge que estemos insertos en la denominada “guerra judicial”,
que se hayan motivado en la intención de perjudicar a adversario político alguno,
sino (y más allá del contenido de cada encuentro) que se trataron de decisiones
juridiciales de personas debidamente imputadas por este Ministerio Público
Fiscal y que se encontraban sometidas a distintos procesos por diferentes
accionares ilícitos, según el caso.

Sin óbice a todo lo dicho, cabe señalar que el Dr.


Mariano Borinsky fue designado por el art. 2 del Decreto Nacional 103/2017
como presidente de la comisión para reforma del Código Penal y está registrado
su ingreso a la residencia presidencial los días 5 de mayo de 2017 y 7 de mayo
de 2018, pero en su condición de presidente de dicha comisión. Su presencia en
estas ocasiones, de acuerdo a lo que surge de los registros y de las fuentes
públicas de información abiertas, estuvo vinculada con temas relacionados con
la tarea de la Comisión.

Por otra parte, y a pesar de que la situación de


Gustavo Hornos presenta particularidades, cabe señalar que de las primeras
seis visitas denunciadas a su respecto se pudo corroborar, de la lectura del
registro informático aportado, su concurrencia en tres de aquellas. (días
31/10/2017, 16/11/2017 y 13/8/2018, ver informe denominado IF-2019-
72137788-APN-DGTIT#SGP). De todas las restantes, de la información, datos y
constancias documentales que aportó la Casa Militar de la Presidencia de la
Nación, se advierte que ninguno de esos días indicados por los denunciantes,
surge registrado el Dr. Hornos en los ingresos y egresos asentados en el sistema
informático y manual aportado en la investigación.

Este Ministerio Público Fiscal tiene en su mandato


Constitucional una función esencial: promover la actuación de la justicia en
defensa de la legalidad de los intereses generales de la sociedad. No hace falta
ser un exégeta para comprender que esa entelequia impone obturar las
desvinculaciones de los funcionarios públicos bajo investigación cuando no
derivan del derecho basado en prueba legal y suficientemente producida (cfr.
dictamen en CFP 579/2020). Este, por todo lo dicho, no resulta el caso.

Por último, me dispenso ante esa Alzada por las


reiteradas autorreferencias formuladas en esta presentación. Ellas tienen por
finalidad demostrar que la actividad de esta Fiscalía General no se sustenta en
un doble baremo aplicable según sea el encartado.

Por ello solicito que, tengan por DESISTIDO el


recurso interpuesto.

PROVEER DE CONFORMIDAD,

SERA JUSTICIA.

José Luis Agüero Iturbe


Fiscal General Adjunto

Signature Not Verified


Digitally signed by JOSÉ LUIS
AGÜERO ITURBE
Date: 2022.06.10 08:46:27 ART

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