Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CRIMINOLÓGICAS
CHAPULTEPEC
EQUIPO No. 1
Los presocráticos fueron los primeros filósofos del canon occidental y produjeron una gran
variedad de teorías diferentes que intentaban explicar la naturaleza del universo. Los
fundamentos de la ciencia y la filosofía se establecieron con estos primeros pensadores.
El presente trabajo nos permitirá explorar a los filósofos presocráticos más importantes
de la antigua Grecia.
Este término no denota solamente una clasificación cronológica, ya que entre los
presocráticos se incluyen también filósofos contemporáneos de Sócrates pero que
siguieron las orientaciones teóricas de los filósofos de los siglos VI y V a.C. (anteriores a
la renovación conceptual realizada por Sócrates, que se toma como un punto de inflexión
que marca la historia del pensamiento de forma decisiva).
Los filósofos presocráticos fueron los primeros pensadores que rompieron con las formas
míticas de pensamiento para empezar a edificar una reflexión racional. Es decir, fueron
los primeros que iniciaron el llamado “paso del mito al logos”, proceso propiciado por las
especiales características de espíritu crítico y condiciones sociales que permitieron una
especulación libre de ataduras a dogmas y textos sagrados. En este sentido, son tanto
filósofos como cosmólogos, físicos o, más en general, “sabios”. Y, aunque comparten
algunas características comunes, no forman un grupo bien definido sino que se dividen en
diversas escuelas de pensamiento, a veces muy alejadas unas de otras.
Otro criterio que se ha propuesto divide a los presocráticos entre naturalistas (o físicos) y
antropólogos. A su vez, los primeros se dividirían entre monistas (milesios, pitagóricos,
Heráclito y los eleatas) y pluralistas (Empédocles, Anaxágoras y los atomistas) según
acepten un único arkhé o una pluralidad de principios explicativos. Entre los naturalistas
estarían todos los primeros presocráticos, hasta los sofistas, que encarnarían el grupo de
los pensadores marcados por un giro antropológico.
Tipos de Saber
Saber común o saber irreflexivo. Es el saber de la vida cotidiana, donde solo se atiende a
lo casi instintivo e impulsivo. Es un solo atender a los estímulos diarios y momentáneos.
Ejemplo: Abrir la puerta al oír que tocan.
Ejemplos
Por ejemplo:
a) Saber común
práctico
irreflexivo
TODO ES AGUA
La filosofía griega parece iniciarse con una ocurrencia extravagante, con la tesis de que
el agua es el origen y la matriz de todas las cosas. ¿Es realmente necesario mantener la
calma y la seriedad ante semejante afirmación? Sí, y por tres razones: la primera, porque
la tesis enuncia algo acerca del origen de las cosas; la segunda, porque lo enuncia sin
imagen o fabulación alguna; y, finalmente, la tercera razón, porque en ella se incluye,
aunque sólo en estado de crisálida, el pensamiento «Todo es uno». La primera de las
razones enunciadas deja aún a Tales en compañía de la religión y la superstición,
mientras que la segunda, sin embargo, lo excluye ya de tal compañía y nos lo muestra
como un investigador de la Naturaleza; pero, a causa de la tercera razón, puede
considerarse a Tales el primer filósofo griego […] Tales intuyó la unidad absoluta del ser,
y cuando la quiso comunicar, ¡habló del agua!.
Lo más seguro es que la creencia de que todo está compuesto de agua se deriva de la
idea de que la Tierra descansa sobre agua. Este principio cosmológico podría haber sido
recogido durante alguno de los hipotéticos viajes de Tales a Egipto, pues no existía en
Grecia una idea semejante.
Aristóteles cuestionará las conclusiones de Tales al preguntarse por aquello que sostiene
al agua subterránea.
EL HÁLITO VITAL
Además de la idea del agua como principio constituyente de la realidad material, también
se le atribuye a Tales una suerte de animismo según el cual todos los objetos de este
mundo, incluidos los inertes, albergarían en su interior una suerte de vida.
Ya sea como agua, como un hálito vital o bajo cualquier otra forma, puede concluirse que
la relevancia de Tales dentro de la historia de la filosofía reside en su intento por
establecer un principio explicativo universal que diera cuenta de todos los fenómenos del
entonces estrecho universo.
Tales se alejó del pensamiento mítico que predominaba en su época y se esforzó por dar
explicaciones proto-científicas a los fenómenos que observaba a su alrededor.
ANAXIMANDRO DE MILETO
EL ÁPEIRON
Esta “indefinición” hace referencia a que el ápeiron no designa ninguno de los elementos
fundamentales ,agua, aire, tierra o fuego,.
Parece que el filósofo milesio le otorgó los mismos atributos que Homero le asignó a sus
dioses, esto es, la inmortalidad y un poder ilimitado.
Basándose en los textos de Aristóteles, los comentaristas vinculan este poder a una
fuerza motriz que regiría el universo, algo así como un principio rector que atravesaría la
totalidad de los seres vivientes y no vivientes y a partir de la cual, desde un principio, se
habrían instituido el cambio y el movimiento.
Anaximandro creía que el mundo tenía forma cilíndrica, que su altura era un tercio de su
anchura y que los seres humanos habitaban una de las dos caras de esta “moneda” no
cabe inferir que Anaximandro considerara que también la otra cara estaba habitada.
Una de las ideas más extraordinarias que le han sido atribuidas a Anaximandro es la de
los mundos infinitos.
Se ha discutido mucho si del análisis que hace Teofrasto se deriva la idea de mundos
sucesivos o mundos coexistentes, pero los helenistas modernos parecen haber
concluido que de las palabras de Teofrasto no puede deducirse la existencia simultánea
de diferentes mundos, sino la creación y destrucción de mundos sucesivos.
LA EVOLUCIÓN NATURAL
De acuerdo con los testimonios de Plutarco, Hipólito y otros, Anaximandro habría pensado
que la vida animal surgió de una suerte de cieno o limo, las primeras especies estarían
rodeadas de una escama protector exterior y, cuando esta corteza cayó, éstas habrían
colonizado el planeta Tierra.
Especialmente perspicaz es la observación por parte del filósofo milesio de que el ser
humano necesita de un periodo de crianza extraordinariamente extenso, lo cual lo habría
llevado a pensar que, en su origen, las personas habríamos surgido del interior de algún
tipo de pez, del cual habrían salido los primeros miembros de nuestra especie que fueron
capaces de alimentarse y reproducirse por sí mismos.
ANAXÍMENES DE MILETO
VIDA Y OBRA
Muy poco se sabe de la vida de este filósofo milesio, más que fue unos veinte años más
joven que Anaximandro, hay quien dice que fue su discípulo y que escribió al menos un
libro en un estilo «simple y conciso», en contraste con la terminología un tanto poética de
su predecesor.
TODO ES AIRE
La argumentación de Anaxímenes podría hacer que nos preguntásemos por qué el agua
tendría que ser una versión densificada del principio material y no, al contrario, como
quizá podría haber pensado Tales, el aire una versión rarificada de dicho principio.
INTERPRETACIONES
Por un lado, algunos comentaristas han querido ver en los procesos de condensación y
rarefacción una dinámica, más bien, de calentamiento y enfriamiento. De acuerdo con
esta perspectiva, las cosas se enfriarían conforme se condensase la materia de la que
están compuestas, mientras que se calentarían con el proceso inverso.
Por otra parte, también ha querido verse en el aire de Anaxímenes un carácter divino en
el sentido de que los dioses están compuestos de aire, lo cual anticiparía las críticas de
Jenófanes y Heráclito a la religión tradicional griega. No obstante, es improbable que
Anaxímenes plantease una crítica de este tipo y es mucho más plausible que esta
divinidad fuera análoga a la que se atribuía al agua de Tales.
Basándose sin duda en la idea de Tales de que la Tierra “flota” en una gran masa de
agua, Anaxímenes consideraba que era ancha, plana, poco profunda y que “se apoyaba”
en una cantidad ilimitada de aire, de manera análoga a como el viento “sostiene” las
hojas de los árboles cuando caen, en este caso, Anaxímenes parece haber obviado el
hecho de que la Tierra es considerablemente más densa que el aire.
HERÁCLITO DE EFESO
VIDA Y OBRA
1. Se sabe que Heráclito desarrolló su vida unos años después que Jenófanes y
Pitágoras y algo antes que Parménides. No obstante, no conocemos demasiados
detalles de su vida más allá de la constancia de que vivió en Éfeso (Jonia), que
provenía de una familia aristocrática y que mantuvo una relación extremadamente
conflictiva con sus conciudadanos.
INTERPRETACIÓN
EL PRINCIPIO UNIFICADOR
Heráclito designó al principio que unifica al cosmos con el nombre de logos y le otorgó un
significado que podría traducirse como “medida” o “proporción”. Esta proporción ejercería
como principio rector de un equilibrio cósmico que unificaría todo aquello que en
apariencia se nos muestra en oposición.
PANTA REI
Esta tensión o “discordia” estaría expresada en el continuo cambio que las personas
percibimos en el mundo que nos rodea y es la razón por la cual Heráclito ha sido
comúnmente conocido como el “filósofo del cambio”. «Heráclito dice en alguna parte que
[…] no te podrías sumergir dos veces en el mismo río». Tal es la sentencia más conocida
del filósofo efesio y en la cual se centran buena parte de sus interpretaciones posteriores.
La cita sugiere que “todo cambia”, pero algunos comentaristas le dieron una vuelta de
tuerca y lo interpretaron de la siguiente manera: es necesario que “todo cambie” y que el
río fluya para que se mantenga la unidad, el orden y la coherencia del cosmos.
EL FUEGO CÓSMICO
El “principio cósmico” en el que Heráclito centró su filosofía es el fuego, pero no por ello
debería pensarse inmediatamente que posee el mismo significado que el agua o el aire
en las teorías de Tales y Anaxímenes, respectivamente. Heráclito, por ejemplo,
consideraba que en buena parte del mundo se encuentra el fuego “extinguido”, como en
los casos de la tierra y del mar.
JENÓFANES DE COLOFÓN
VIDA Y COSMOLOGÍA
1. Jenófanes nació en Colofón hacia el año 570 a.C., pero muy pronto abandonó
Jonia y emprendió una vida errante que lo llevaría por diferentes partes de
Grecia.
CRÍTICAS A LA RELIGIÓN
Jenófanes es generalmente reconocido por haber sido el primer autor que cuestionó el
antropomorfismo de los dioses humanos. Sus argumentos al respecto son de sobra
conocidos:
Si los bueyes, los caballos o los leones tuvieran manos y fueran capaces de pintar con
ellas y de hacer figuras como los hombres, los caballos dibujarían las imágenes de los
dioses semejantes a las de los caballos y los bueyes semejantes a las de los bueyes y
harían sus cuerpos tal como cada uno tiene el suyo. (Clemente; citado en Kirk, Raven y
Schofield,2017: 228).
RELATIVISMO EPISTEMOLÓGICO
«Si dios no hubiese hecho a la miel amarilla», nos dice, «los hombres dirían que los higos
son mucho más dulces». Es decir, no solo criticó la religiosidad popular de sus
contemporáneos, sino que cuestionó la forma general por la cual el ser humano cree
acceder al conocimiento verdadero.
En este punto vuelve a relucir el contraste entre physis y nomos, y, aunque quizá sea
aventurarse demasiado, de algunos comentarios puede deducirse que Jenófanes
anticipó, al menos en parte, el relativismo epistemológico que más tarde sería
ampliamente desarrollado por los sofistas.
PITÁGORAS DE SAMOS
VIDA Y OBRA
1. Al igual que Jenófanes, también Pitágoras emigró desde su Jonia natal, la colonia
marítima de Samos, hacia el sur de Italia. Y de forma todavía más significativa
que en el caso del primero, sus orientaciones religiosas se encuentran muy
alejadas de la preocupación física tan característica de los pensadores jonios.
2. Influido quizá por el ambiente social, cultural e intelectual del occidente griego,
llegó a establecer una suerte de secta que perduraría en el tiempo mucho
después de su muerte. Esta circunstancia, unida al hecho de que el propio
Pitágoras nunca escribió nada, hace que resulte extremadamente difícil distinguir
los planteamientos pitagóricos originales de aquellos que se desarrollaron
posteriormente bajo la bandera del “pitagorismo”.
Estas colecciones llevaban por nombre acusmata (“cosas oídas”), de lo cual es legítimo
inferir que eran transmitidas verbalmente y posiblemente jugaron un papel fundamental
en la organización, los ritos iniciáticos y las dinámicas de las sociedades pitagóricas.
REGLAS DE ABSTINENCIA
La purificación del alma y la práctica de una vida virtuosa exigían una serie de
prohibiciones y reglas de abstinencia que los pitagóricos estaban obligados a seguir de
manera estricta. Entre estas prohibiciones se encuentran las de no comer habas, no tocar
un gallo blanco, no quebrar el pan, etc.
NÚMERO Y HARMONÍA
Lo que sí es seguro es que la música fue también un importante medio a través del cual
purificar el alma.
CONCLUSIONES
En conclusión, puede decirse que Pitágoras no fue un filósofo típico e incluso hay quien
no lo considera un filósofo en absoluto, sino más bien un “líder carismático religioso”.
En cualquier caso, sus reflexiones matemáticas y musicales, así como su concepción del
alma humana, ocupan un lugar privilegiado dentro de la historia de la filosofía por su
influencia en los autores posteriores y, con especial relevancia, en la filosofía de Platón.
PARMÉNIDES DE ELEA
VIDA Y OBRA
1. Parménides nació a finales del siglo VI a.C. en Elea —sur de Italia— y pocos
detalles más conocemos de su vida, salvo que, junto a su discípulo Zenón, pudo
haber realizado un viaje hasta Atenas donde un joven Sócrates habría conocido a
ambos.
EL POEMA
El poema está dividido en un proemio y dos partes subsiguientes, cada una de ellas
dedicada al «corazón sin temblar de la Verdad persuasiva» y a «las opiniones de los
mortales», respectivamente.
En el proemio, Parménides relata el viaje del investigador, en un carro tirado por yeguas,
hasta «la puerta de los caminos de la Noche y del Día». Allí es recibido por «la diosa»,
que lo congratula por su llegada y le advierte de que su deber es conocer tanto el
«imperturbable corazón de la “Verdad bien redonda” como «las opiniones de los
mortales». Al investigador, por lo tanto, se le presentan dos “vías” excluyentes de estudio.
LA VÍA DE LA VERDAD
La vía de la Verdad es descrita por la diosa como la investigación de «lo que es» —el
“Ser”—, es decir, de todo cuanto existe. Esta afirmación, ciertamente, no sería
demasiado útil para el investigador si no se limitara más la definición de «lo que es»,
pues las cosas que estudia ya son siempre algo que existe. Pero la diosa, más adelante,
define con mayor precisión el objeto de estudio propio de la vía de la Verdad.
INGÉNITO E IMPERECEDERO
«Lo que no es» —el “No-Ser”—, nos dice Parménides, no es, no ha sido nunca ni jamás
será. Por lo tanto, el Ser no puede tener un origen ni tampoco un final, pues en tales
casos provendría del No-Ser o bien se convertiría en él, respectivamente.
UNO Y CONTINUO
El Ser tiene que ser único y homogéneo, pues de lo contrario estaría compuesto por
parcelas de No-Ser, el cual ni existe ni puede llegar a existir.
INVARIABLE
Más inmutable dentro de los límites de poderosas cadenas existe sin comienzo ni fin,
puesto que el nacimiento y la destrucción han sido apartados muy lejos y la verdadera
creencia los rechazó. Igual a sí mismo y en el mismo lugar está por sí mismo y así
quedará firme donde está; pues la poderosa Necesidad lo mantiene dentro de las
cadenas de un límite que por todas partes lo aprisiona. (Simplicio; citado en Kirk, Raven y
Schofield, 2017: 333).
PERFECTO
El último rasgo que Parménides atribuye al ser, en parte como consecuencia de todos
los anteriores, es el de la perfección. En un oscuro pasaje, el eléata nos dice que «es
correcto que lo que es no sea imperfecto; pues no es deficiente —si lo fuera, sería
deficiente en todo».
LA VÍA DE LA OPINIÓN
Lo que pretende Parménides en este punto es mostrar cómo algo que la primera vía ha
demostrado que es falso —la generación, el cambio, la imperfección, etc.— puede ser
presentado bajo una forma creíble y aceptable.
ZENÓN DE ELEA
VIDA Y OBRA
1. Conocemos pocos detalles de la vida de Zenón, más que nació hacia 490- 485
a.C., probablemente vivió toda su vida en Elea y es posible que fuera discípulo de
Parménides.
NEGACIÓN DE LA PLURALIDAD
Para negar la pluralidad de los seres, Zenón ofrece una serie de antinomias que llevan al
absurdo la posibilidad de que existan muchas cosas reales y no una sola, como creía
Parménides. Estas antinomias no han llegado a ser realmente convincentes —al menos
para los comentaristas modernos—.
NEGACIÓN DEL MOVIMIENTO
EL ESTADIO
AQUILES Y LA TORTUGA
LA FLECHA
Esta última paradoja describe la situación de una flecha que está en movimiento. De
acuerdo con la argumentación de Zenón, la flecha, analizada en un momento
determinado, se encuentra realmente en reposo. Es decir, el movimiento de la flecha
estaría compuesto por una serie de “ahoras” sucesivos, en los cuales se encontraría en
situación de reposo.
Aunque esta aporía fue resuelta por Aristóteles con su distinción entre el ser “en acto” y
el ser “en potencia”, lo cierto es que resultó muy impactante para los contemporáneos de
Zenón y potenció su imaginación para definir el tiempo con mayor precisión.
CONCLUSIONES
EMPÉDOCLES DE ACRAGAS
De acuerdo con los fragmentos que nos han llegado de su obra física, la composición de
todas las cosas de este mundo podría reducirse a cuatro elementos básicos mezclados
en diferentes proporciones: el agua, el fuego, la tierra y el aire.
Más adelante, Empédocles nos dice que estos cuatro elementos atraviesan
continuamente un proceso cíclico que los une en una totalidad única —y esférica— y,
sucesivamente, los vuelve a descomponer por separado.
EL «AMOR» Y LA DISCORDIA
De acuerdo su teoría evolutiva, una vez que la Discordia ha descompuesto los elementos
fundamentales de la Esfera primigenia, el Amor los va componiendo progresivamente
hasta conformar los seres naturales.
En este proceso, largo y penoso, brotaron al principio «numerosas cabezas sin cuellos,
erraban brazos sueltos faltos de hombros y vagaban ojos solos desprovistos de frentes».
Más tarde, con la unión amorosa, estos miembros se componían aleatoriamente y
«nacían numerosos seres con dos cabezas y dos pechos, seres bovinos con rostros
humanos y viceversa, creaturas, mezcla de elementos masculinos y femeninos».
Finalmente, a través de un proceso de selección natural regido por el azar—no hace falta
señalar los paralelismos con la teoría de la evolución darwiniana—, se desarrollaron las
especies animales tal y como hoy las conocemos.
En Las purificaciones, Empédocles adopta un tono mucho más místico y religioso que en
Sobre la naturaleza.
Este poema, posiblemente el último escrito por Empédocles, constituye un relato del
penoso ciclo de reencarnaciones que el protagonista, como cualquier otro ser
pecaminoso —aquel que confía «en la furiosa Discordia»—, debe atravesar en sus vidas
sucesivas.
Por ello aparecen el sacrificio y el consumo de carne animal como los peores de los
pecados, pues nunca se sabe si podría uno estar comiéndose a un familiar.
ANAXÁGORAS DE CLAZOMENE
VIDA Y OBRA
2. Todo indica que Anaxágoras fue autor de una sola obra, más bien breve, que nos
ha llegado fragmentada gracias a las citas de Simplicio.
LA RESPUESTA DE ANAXÁGORAS
¿Cuál fue la posición de Anaxágoras con respecto a las tesis parmenídeas? En las
primeras líneas de su libro encontramos ya dos posicionamientos muy explícitos.
Por un lado, admite la idea de que nada nace ni perece, sino que cada cosa «se
compone y se disuelve a partir de las [cosas] existentes». Pero, por otro lado, se opone
frontalmente a la unidad del Ser de Parménides, asumiendo una pluralidad infinita de
seres.
Anaximandro y Heráclito habían dibujado esta multiplicidad como una lucha entre los
opuestos; Empédocles la perfiló con la consideración de cuatro elementos básicos;
Anaxágoras, finalmente, llevó esta tradición al grado más extremo posible y afirmó la
infinita pluralidad —y divisibilidad— del Ser.
LA MENTE
LAS «SEMILLAS»
VIDA
Sobre Demócrito se escribieron muchos más detalles, pero la inmensa mayoría de ellos
no dejan de ser anécdotas falsas sobre su vida.
En cualquier caso, puede afirmarse con bastante seguridad que Leucipo fue mayor que
Demócrito y es posible que éste, en algún sentido, fuera discípulo del primero.
LA RESPUESTA ATOMISTA
Al igual que Anaxágoras, los atomistas trataron de reconciliar la metafísica eleática con
las evidencias empíricas que percibían a través de los sentidos, esto es: la pluralidad y el
movimiento.
Pero, para ello, trataron de demostrar dos postulados habían sido radicalmente
descartados por Parménides, Zenón y compañía y que, significativamente, nadie antes
se había atrevido a defender: la existencia del vacío y la indivisibilidad de las partículas
últimas.
Difícilmente podrían haberse dado dos soluciones más diferentes a un mismo problema.
Mientras que Anaxágoras hizo a la materia, al igual que a la magnitud, infinitamente
divisible, los atomistas sostuvieron que estaba compuesta de mínimos indivisibles; y
mientras que aquél eliminó tanto la llegada al ser como la derivación de la pluralidad a
partir de la unidad, postulando ab initio una ilimitada variedad de sustancias, los
atomistas consideraron a toda sustancia absolutamente homogénea y explicaron la
aparente variedad de los fenómenos mediante simples diferencias de forma, tamaño,
posición y orden. Las dos soluciones están llenas de ingeniosidad, tanto en sus líneas
generales como en sus detalles. A pesar de ello y a de todas sus diferencias, son cada
una de ellas el resultado tanto de la paradoja eleática como de la capacidad inventiva de
sus respectivos autores. (Kirk, Raven y Schofield, 2017: 488-489)
EL VACÍO
Los cuerpos que percibimos los seres humanos serían seres compuestos de átomos y
vacío —en diferentes proporciones y/o de naturalezas diversas—, el cual garantizaría la
posibilidad de que existan la pluralidad y el movimiento —el vacío separa a los átomos al
tiempo que es susceptible de ser ocupado por ellos, con lo cual estos varían su posición.
¿De qué manera se componen y se disuelven los cuerpos físicos? Al parecer, los átomos
circularían en el vacío hasta que llegaran a colisionar con otros átomos “afines” en
tamaño y forma, momento en el cual se vincularían para conformar un cuerpo compuesto
más grande. Al contrario, una colisión desafortunada provocaría la descomposición de
los cuerpos nuevamente en átomos, los cuales volverían a circular a través del vacío
hasta que se diera un nuevo “encuentro”.
LA ÉTICA ATOMISTA
Preciso es, pues, ocuparse de lo que se puede y contentarse con lo que se tiene, mostrar
escaso interés por los que son envidiados o admirados y no estar cerca de ellos con el
pensamiento; uno debería dirigir su mirada hacia los desgraciados y pensar en la
fortaleza con la que sufren, de modo que lo que uno tiene a su alcance le parezca grande
y envidiable y no le ocurra que sufre en su alma por la apetencia de más cosas. Pues,
quien admira a los que tienen y son considerados felices por los demás hombres y los
tiene presentes constantemente en su recuerdo se ve siempre obligado a emprender
novedades y a lanzarse, por causa del deseo, a acciones irremediables que las leyes
prohíben. Por esta razón no se deben buscar las apetencias de éstos, sino que uno debe
tener buen ánimo, al comparar su propia vida con la de los que lo pasan peor. Debe uno
congratularse a sí mismo con la reflexión sobre cómo obra y soporta mejor que los otros
sus sufrimientos. Si te adhieres a este parecer, vivirás con mejor ánimo y evitarás no
pocas calamidades en la vida: la envidia, los celos y la malevolencia. (Estobeo; citado en
Kirk, Raven y Schofield, 2017: 554)
LOS SOFISTAS
PROTÁGORAS DE ABDERAS
Considerado como uno de los sofistas griegos más famosos. Conocido por su trabajo
sobre retórica y ética. Se le atribuye la célebre frase «el hombre es la medida de todas las
cosas», que resume su visión relativista de la realidad. Según Protágoras, todo lo que
podemos conocer está sesgado por nuestra propia perspectiva, lo que significa que la
verdad es subjetiva.
SOFISTA
Obras: Sus principales obras, de las que sólo perduran algunos fragmentos, fueron
tituladas Verdad y Sobre los dioses. Entre sus labores profesionales, se le encomendó la
elaboración de un código penal para Turios.
CONCLUSIONES
Los filósofos presocráticos fueron la base de la filosofía moderna, fue con ellos que inicio
el saber filosófico en su búsqueda del arjé, el cual es un concepto cuyo significado era el
comienzo del universo o el principio de todas las cosas, según filósofos posteriores a los
presocráticos, este concepto se le conoce como el estudio del ser o de Dios.
Desde Tales de Mileto hasta Demócrito pudimos entender que cada teoría iba relacionada
en ocasiones con la anterior, por ejemplo Tales mencionaba que la vida se había creado
en el agua, Anaxímenes que se había creado en el aire, Heráclito de Efeso que es el
fuego o la energía, Empédocles afirmaba que eran los 4 elementos juntos los que
originaban el arjé y Anaxágoras las Homeomerías, las cuales son los antecedentes del
átomo.
Asimismo existió una corriente sofista, la cual se veía como la contraparte del estudio
filosófico y el objetivo de la filosofía, ya que la filosofía manejaba dos conceptos en su
quehacer de enseñanza, areté y fronesís, las cuales significaban la ética con la que se
tenía que regir un filósofo y el conocimiento sin pedir nada a cambio. La enseñanza
sofista se dirigía al logro del adorno en la expresión verbal, al éxito mediante la
elocuencia, sin importarles realmente un sentido ético, de perfeccionamiento humano, ni
menos la búsqueda de una verdad fundamentada. La característica de la Sofística
consiste en enseñar que el hombre debe lograr el poder más que la obtención de la
verdad. Uno de los principales sofistas fue Protágoras, quien fundamenta su filosofía en
falacias, es decir, mentiras disfrazadas de verdad: el ejemplo más claro es el fundamento
de su filosofía y la frase “El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son, en
tanto que son, y de las que no son, en cuanto que no son”. Con base en esta teoría se
han logrado gobernar tierras y ganar gobiernos, aun hasta nuestros tiempos.