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Contratos
Sumario: PARTE TERCERA: Los contratos típicos más usuales: 1. Compraventa. 1.1 Concepto. 1.2
Caracteres. 1.3. Precio. 1.4. Cosa. 1.5. Compraventa de inmuebles y boletos de compraventa. 1.6.
Compraventa de cosas muebles. 1.7. Cláusulas en las ventas internacionales. 1.8. Cláusulas que pueden
ser agregadas al contrato de compraventa. 2. Cesiones. 3. Locación. 3.1. Disposiciones para
locaciones de toda clase de cosas. 3.2. Locaciones de inmuebles. 4. Contratos de obra y servicios. 5.
Mandato. 6. Fianza. 7. Otros contratos nominados. 7.1. Donación. 7.2. Depósito. 7.3. Mutuo. 7.4.
Comodato. 7.5. Permuta.
PARTE TERCERA: Los contratos típicos más usuales
El legislador ha regulado distintos tipos o modelos de contratos. En el Código Civil y
Comercial podemos encontrar los contratos más usuales, como los de compraventa,
permuta, donación, cesión de créditos, mandato, depósito, mutuo, comodato, etc. A
ellos se suman los contratos propios de la actividad mercantil y empresaria como el
corretaje, agencia, concesión, suministro, contratos bancarios, etc.
Son especies de modelos que sirven para programar las cláusulas contractuales y
suplir lo que las partes no hubieren previsto de una manera especial. La regulación
legal resulta una buena ayuda para los contratantes que no tienen que prever, en el
momento de contratar, todas las cláusulas y reglas que ya están previstas por la ley.
Ello otorga un marco de mayor seguridad jurídica y facilita la celebración de estos
contratos típicos sobre la base de las cláusulas ya previstas por el legislador.
Sin embargo, en algunos casos, esos modelos no se adaptan a las necesidades de
los contratantes, que son libres para utilizar total o parcialmente o directamente
apartarse completamente de la regulación legal o de las cláusulas contractuales
previstas por el legislador (a las que hemos caracterizado como elementos naturales
del contrato). Esto último es lo que ha sucedido en los negocios que van
apareciendo como consecuencia de las nuevas realidades económicas y avances de
la tecnología.
Los contratos regulados por la ley son calificados como “típicos” y los que no, como
“atípicos”.
Algunos contratos que no habían sido previstos por la legislación (y por lo tanto
atípicos), se van repitiendo en la realidad social, cobrando con el tiempo una
importancia tal, que el legislador decide regularlos legalmente. En estos casos se
convierte un contrato atípico en uno típico, como sucedió con el contrato de leasing,
que no estuvo regulado en nuestra legislación hasta el año 1994 (lo reguló en ese
año la ley 24441 luego la ley 25248 que modificó la anterior y actualmente se
incorporó al CCC en los arts. 1227 y sigtes.).
A continuación, nos referiremos sintéticamente a los principales tipos contractuales
más usuales o clásicos, a los que denominamos de esta manera por ser los que han
sido regulados tradicionalmente por el Derecho Civil desde la antigüedad. Son
contratos propios de la vida cotidiana y que celebra usualmente cualquier persona
en el marco de la convivencia social. Damos prioridad y mayor extensión en nuestra
consideración a los contratos que resultan más cercanos a la práctica empresaria.
Vale aclarar que el contrato económicamente más importante desde que se inventó
la moneda, que es la compraventa de mercaderías, se encuentra hoy regulado como
un capítulo especial dentro del contrato de compraventa (el CCC regula la
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establecido para fijarlo (CCC, art. 1133). Hay muchos productos que se cotizan en
bolsas y mercados de valores que sirven a los contratantes como parámetros para
determinar el precio de las cosas vendidas, lo cual está permitido por el artículo
comentado.
Por último, se suele agregar a los dos requisitos anteriores que el precio debe ser
serio, no siendo tal el precio ficticio o precio simulado (*), ni el precio irrisorio (*). En
cambio. sí se considera serio al precio vil (*) sin perjuicio que en este caso el contrato
puede verse afectado por el vicio de lesión (CCC, art. 332) al que nos hemos referido
en un capítulo anterior (ver: vicios de la voluntad).
1.4. Cosa
Pueden ser objeto del contrato todas las cosas (*), salvo prohibiciones por las personas
o por las propias cosas. Un crédito no es una cosa y por lo tanto no podría ser objeto
de un contrato de compraventa, sino de otro contrato (cesión de créditos).
Ejemplos de estas prohibiciones legales que se vinculan con las situaciones de
algunas personas o de algunas cosas son las siguientes: a un juez se le impide adquirir
bienes correspondientes a litigios en los que hubiere intervenido y a un corredor (*)
adquirir para sí cosas que se le ha encargado negociar (para mayor ilustración se
pueden ver las prohibiciones que enumera el art. 1002 del CCC). Tampoco podrían
venderse alucinógenos, uranio enriquecido, ni un misil militar, lo que está prohibido por
la propia naturaleza y peligrosidad de estos elementos (CCC, arts. 234 y 1004).
Los requisitos que deben tener las cosas para poder ser objeto del contrato de
compraventa son: 1°) Determinación: La cosa debe estar determinada o ser
determinable; 2°) Deben ser enajenables, o sea cosas que estén en el comercio
(CCC, art. 234) y cuya enajenación no estuviere prohibida. 3°) Existencia: no puede
ser objeto del contrato una cosa que no puede jamás existir. Sí pueden serlo las cosas
futuras (CCC, art. 1131), como una cosecha, en cuyo caso el contrato está sometido a
una condición (que la cosa efectivamente llegue a existir) y se convierte en un contrato
aleatorio.
Si el contrato tiene por objeto el cambio de bienes inmateriales por precio, estamos
frente a un contrato diferente a la compraventa, que se llama cesión de derechos, al
cual nos referimos en otro punto más adelante. Sin embargo, cuando esos derechos se
encuentran instrumentados en un título valor, el contrato que tiene por objeto trasmitir
su titularidad se rige por las reglas de la compraventa (CCC, art. 1124, inc. B). El
tratamiento legal de esta categoría especial de derechos (denominados títulos de
créditos, títulos circulatorios, papeles de comercio o títulos valores) se hace equivalente
al de las cosas muebles.
Por último, vale tener presente que el Código permite la compraventa de cosa ajena a
la cual declara válida, indicando al respecto que el vendedor se obliga a trasmitir o
“hacer trasmitir” (por el dueño que es un tercero), su dominio al comprador (CCC, art.
1132 que remite al art. 1008).
1.5. Compraventa de inmuebles y boletos de compraventa
La mayor parte de los contratos de compraventa tienen por objeto bienes muebles y
son realizados en forma masiva en el ámbito de la actividad comercial y empresaria.
El otro ámbito que reviste una fundamental importancia económica, se encuentra en la
compraventa de inmuebles, actividad que históricamente estuvo apartada de los
negocios mercantiles y de sus reglas, situación que ha ido cambiando con el tiempo.
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en el contrato (CCC, art. 1211). En caso de haberse prohibido y el locatario las hace
violando la prohibición, se considera incumplimiento de la obligación de
conservación de la cosa y causal de extinción del contrato (y desalojo si se trata de
un inmueble) (CCC, art. 1212).
No puede cederse el contrato sin el consentimiento de las partes (como lo prevé el
art. 1636 para cualquier contrato de duración). La violación a la prohibición por el
locatario se considera un incumplimiento a la obligación de no cambiar el destino de
la cosa y, por lo tanto, causal de extinción del contrato y desalojo si se trata de un
inmueble (CCC, art. 1213). La cesión del contrato por el locador se produce
legalmente por la enajenación de la cosa objeto del contrato (CCC, art. 1189, inc. B).
Y la trasmisión a los herederos de la posición contractual se produce por causa de
muerte de cualquiera de las partes (CCC, art. 1189 inc. A).
Se permite la sublocación parcial si las partes no lo prohíben en el contrato (CCC,
art. 1214).
3.2. Locaciones de inmuebles
Los contratos de locación de cosas más comunes e importantes, son los que tienen
como objeto inmuebles urbanos y rurales. Dichas relaciones, si bien se rigen por las
normas del contrato de locación establecidas en el Código, han sido reguladas
sucesivamente por leyes especiales, habiéndose establecido en varias
oportunidades la aplicación de leyes de emergencia económica, en las que se
establecieron disposiciones tales como la congelación del precio de los alquileres o
la prórroga automática de los plazos de los contratos.
El Código incluye reglas particulares para la locación de inmuebles, principalmente
para los que tienen destino habitacional. Se trata por este medio de dar alguna
protección a los inquilinos frente a posibles abusos de los propietarios. A estos fines
se ha dispuesto una serie de restricciones a la libertad de contratación (reglas de
orden público), como las siguientes:
1°) Plazo mínimo de duración del contrato de tres años (CCC, art. 1198), cualquiera
fuera su destino. Si se celebrara por un plazo mínimo menor, el inquilino tiene la
facultad de considerarlo celebrado por tres años;
2°) Plazo máximo de 20 años para las locaciones con destino habitacional y plazo
máximo de 50 años para locaciones con otro destino (CCC, art. 1197);
3°) Intimación previa al desalojo de inmueble con destino habitacional. La principal
obligación que tiene el locatario es pagar el precio de la locación. Aún frente al
incumplimiento de esta obligación se protege adicionalmente al inquilino de inmueble
con destino habitacional. El locador puede demandar el desalojo por falta de pago de
los alquileres, para lo cual el locatario además de estar en mora en el pago de dos
períodos consecutivos (CCC, art. 1219, inc. C que se aplica a todas las locaciones
de inmuebles); debe ser intimado fehacientemente otorgando para cancelar la deuda
en un plazo que nunca será inferior a 10 días corridos contados a partir de la
recepción de la intimación, consignando el lugar de pago (CCC, art. 1222).
Remarcamos que esta protección especial se otorga solamente para las locaciones
con destino a vivienda y no rige para las que tienen otros destinos (como comercial o
industrial).
Estos recaudos no tienen otra finalidad que la de proteger al inquilino de la actitud
desaprensiva en que pudiera incurrir el locador, brindándole a aquél la oportunidad,
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inmueble con el cargo que sea destinado a un hospital, estamos frente a un ejemplo
de donación con cargo.
En las donaciones de inmuebles, cosas muebles registrables y las de prestaciones
periódicas o vitalicias el contrato es formal porque debe ser hecho por escritura
pública (CCC, art. 1017, inc. A y 1552).
Algunas empresas privadas destinan una parte de sus ganancias a efectuar
contribuciones a organismos de bien público (son fomentadas por las leyes
impositivas). El acto en el cual se efectivizan dichas dádivas encuadran en este
contrato.
7.2. Depósito
El Código ha definido el contrato de depósito en el art. 1356. Sin embargo existen dos
tipos de depósito: depósito regular y depósito irregular; definiéndose en dicho artículo
sólo el primero, surgiendo el segundo del art. 1367. La diferencia entre ambos radica
en la naturaleza de la cosa entregada en depósito. Si la cosa es cierta y determinada y
se debe restituir la misma cosa el depósito es regular. Si la cosa es consumible y
depositario la puede usar con obligación de restituir igual cantidad y especie, el
depósito es irregular.
Para que exista depósito deben existir los siguientes elementos: 1°) una persona
denominada depositario, se obliga a recibir de otra otra (el depositario) una cosa. 2°)
Cuando esa cosa es cierta y determinada se trata de un depósito regular y el
depositario se obliga guardar conservar, custodiar y luego a restituir la misma cosa que
fue entregada. 3°) Cuando las cosas son consumibles, se trata de un depósito
irregular, y las cosas pueden ser usadas por el depositario, con obligación de restituir
igual cantidad y especie. 4°) La devolución de las cosas, en ambos casos, deberán
efectuarse en el plazo convenido o cuando el depositante lo pida (CCC, art. 1359), ya
que éste es el principal interesado en este contrato.
Presenta los siguientes caracteres: es un contrato no formal. La ley lo presume
oneroso (aunque puede ser gratuito conf. CCC, art. 1357) y bilateral. Las normas del
depósito se aplican también a otras relaciones
En la normativa legal se comprende también el denominado depósito necesario, que
es una aplicación del régimen legal a situaciones de hecho en que alguien se ve
obligado a confiar la custodia de bienes a otra persona, en forma inevitable, como
sucede con el equipaje que un huésped ingresa a un hotel (CCC, arts. 1368 y 1369).
Asimismo se aplican las reglas de la ley sobre depósitos a los hospitales, garajes,
playas de estacionamiento, etc. (CCC, art. 1375).
7.3. Mutuo
Se trata de un contrato que participa del género de los préstamos o empréstitos.
Para distinguirlo de otros préstamos, se le denomina también préstamo “de
consumo”. El comodato, en cambio, es un préstamo “de uso”.
Estamos frente a este contrato, cuando una parte (mutuante) se compromete a
entregar a otra (mutuario) una cantidad de cosas que esta última está autorizada a
consumir, comprometiéndose a devolver igual cantidad de cosas de la misma especie
y calidad (CCC, art. 1525).
Puede tener por objeto cosas fungibles (como cereales, bonos, mercaderías, etc.),
aunque el más común en la práctica es el mutuo de dinero, en especial el que se
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realiza como operación bancaria (aunque en este último caso tiene reglas propias que
veremos más adelante). Nos referimos especialmente al mutuo dinerario sin excluir los
otros bienes que pueden ser objeto de este contrato.
Para tener por celebrado un contrato de mutuo no hace falta entregar efectivamente el
dinero, sino solamente comprometerse a entregarlo (conforme lo indica el art. 1525).
Cuando la entrega del dinero se deja para un momento posterior, se permite al
mutuante dejar sin efecto el contrato si el mutuario incurre en una situación de
insolvencia o si se presenta un cambio en la situación del mutuario que hace incierta la
restitución del dinero (CCC, art. 1526).
El mutuo es un contrato que la ley presume oneroso (CCC, art. 1527) y por tanto
bilateral (aunque puede ser gratuito si así lo prevén las partes en forma expresa), de
ejecución diferida (ya que por su propia naturaleza implica la existencia de un período
de tiempo entre la recepción y devolución del dinero), conmutativo y no formal.
La onerosidad reside en la obligación de pagar intereses compensatorios en dinero que
tiene el mutuario, aunque no se hubiera previsto expresamente en el contrato. También
se ha previsto que el pago de los intereses se haga por trimestre vencido o con cada
amortización total o parcial del capital (CCC, art. 1527), reglas que por cierto son
supletorias de lo que las partes acuerden.
Por su naturaleza es de ejecución diferida lo que se refleja en el art. 1528 que indica
que, si no se ha previsto plazo para la restitución y el mismo no surge de los usos, el
mutuario debe hacerlo dentro de los diez días de requerirlo el mutuante, en el domicilio
del deudor (remite en cuanto al lugar de cumplimiento a lo dispuesto por el art. 874 del
Código).
Finalmente, para dar mayor seguridad en la organización de actividades empresariales,
el Código permite expresamente algunas modalidades del contrato de mutuo
previéndolas en el art. 1531. Aparecen allí variantes tales como la obligación de
destiunar los fondos solamente a una actividad comercial específica del mutuario, fijar
la retribución del prestamista con una parte o un porcentaje de las utilidades del
negocio, etc. Estas modalidades resultan sumamente interesantes si se quieren
evitar relaciones más comprometidas para el mutuario, como una sociedad.
7.4. Comodato
Al igual que el mutuo, el comodato también participa del género de los préstamos.
Para distinguirlo del mutuo se lo denomina préstamo o empréstito de uso. Existe este
contrato cuando una persona (comodante) se compromete a entregar a otra
(comodatario) gratuitamente alguna cosa no fungible, mueble o inmueble, con facultad
de usarla (CCC, art. 1533).
Se trata de un contrato que siempre es gratuito, para evitar su confusión con la
locación que siempre es onerosa. El comodato es un contrato no formal, ya que sus
particularidades usualmente impiden cumplir cualquier formalidad
Si bien este contrato es de menor importancia en la actividad empresarial debido a ser
gratuito, se utiliza en algunas actividades como el préstamo de los carritos de los
supermercados, tanques de almacenamiento de gas y envases retornables usados
para la comercialización de algunos productos. En estos casos el contrato de
comodato está vinculado a una compraventa realizada por un consumidor a una
empresa (se prestan los envases para vender el contenido).
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En razón que se trata de un contrato gratuito, se prohíbe que lo celebren los tutores,
curadores y apoyos y los administradores de bienes ajenos, sobre cosas que están
administrando, salvo autorización expresa (CCC, art. 1535).
Las principales obligaciones del comodatario son usar la cosa conforme a su destino,
pagar los gastos ordinarios de conservación y restituirla al vencimiento del contrato
(CCC, art. 1536).
7.5. Permuta
El art. 1172 indica que hay permuta si las partes se obligan recíprocamente a
transferirse el dominio de cosas que no son dinero. Se lo denomina también
“trueque”. Las reglas que se aplican al mismo son para ambas partes las que se
prevén para el vendedor en el contrato de compraventa (CCC, art. 1175),
presentando los mismos caracteres.
(*) Ver glosario.
Bibliografía
CURÁ, José María (director) y otros: Código Civil y Comercial de la Nación
Comentado, Orientado a contadores, La Ley Bs. As., 2014.
FUSHIMI, Jorge F. (Director) y otros: Manual de Derecho Comercial y Contratos, Asoc.
Cooperadora Facultad de Ciencias Económicas, U.N.C., Córdoba, 2016.
RIVERA, Julio C., MEDINA, Graciela (directores) y otros: Código Civil y Comercial de
la Nación comentado, La Ley, Bs.As. 2014.
Glosario
Accesorio: Característica que presenta un acto cuando depende totalmente de otro
al cual se considera principal.
Aparcería rural: Contrato en el que una de las partes se obliga a entregar a otra
animales, o un predio rural con o sin plantaciones, sembrados, animales, enseres o
elementos de trabajo, para la explotación agropecuaria en cualesquiera de sus
especializaciones, con el objeto de repartirse los frutos (conf. ley 13246, art. 21).
También se los denomina contratos de mediería.
Corredor Público: Profesión liberal de carácter comercial que desempeña quien se
encarga de la tarea de buscar interesados para contratar a pedido de un comitente,
realizando las negociaciones preliminares y todas las gestiones necesarias para que
las partes perfeccionen el contrato, sin representar a ninguna de ellas (ley 25028).
Cosa (objeto de compraventa): Objeto material susceptible de tener un valor
determinado o determinable. La cosa es determinada cuando es cosa cierta y, cuando
fuese cosa incierta, si su especie y cantidad hubieren sido determinadas (CCC, art.
762).
Endoso: Forma utilizada para transmitir los derechos que representa un título de
crédito nominativo, confiriéndole legitimación al endosatario para ejercer todos los
derechos que surgen de dicho título. Cumple también una función de garantía de
cumplimiento de las obligaciones que surgen del título. El endoso puede ser completo
cuando se indican todos los datos de endosante y endosatario antes de la firma del
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primero. O puede ser en blanco, cuando sólo consta sólo la firma del endosante al
dorso del título.
Fecha cierta: Elemento que extiende el valor probatorio de los instrumentos privados
con respecto a terceros (CCC, art. 317).
Fianza judicial: Garantía otorgada por un tercero en un proceso judicial, respecto a los
perjuicios que pueda causar un embargo u otra medida cautelar.
Fianza legal: Garantía de un tercero exigida por la ley.
Incoterms: Acrónimo del inglés “international commercial terms” que podemos
traducir como cláusulas del comercio internacional.
Notificación fehaciente: Indica la necesidad de que se aleje toda duda sobre su
veracidad y fecha.
Precio irrisorio: Importe que, por su propio monto insignificante o exiguo, hace
evidente que no se trata de un precio, como si se vendiera un automóvil cero
kilómetro en un peso.
Precio simulado: Importe que se ha hecho constar falsamente como pagado en un
contrato.
Precio vil: Importe que expresa una notoria desproporción con la prestación a cargo
del otro contratante, por resultar sumamente bajo. Se trata de uno de los elementos
esenciales para poder anular un contrato por lesión (CCC, art. 332) o imprevisión
(CCC, art. 1091).
Razonable: Referido al plazo de preaviso significa que no resulte intempestivo o de
manera tal que no cause perjuicios a la otra parte o de manera que ocasione el
menor perjuicio posible.
Representación: Fenómeno jurídico que se produce cuando un individuo (el
representante) ejecuta un negocio jurídico en nombre de otro (el representado), de
modo que el negocio se considera celebrado directamente por el representado y los
derechos y obligaciones emergentes del acto pasan al representado. Para que
exista representación, la actuación del representante debe ser por cuenta (interés)
ajena y en nombre ajeno.
Título valor: Título de crédito o circulatorio. Documento necesario para ejercer el
derecho literal y autónomo en él expresado (Vivante). El derecho de crédito queda
objetivado o incorporado a un papel, como si fuera una cosa, trasmitiéndose con
relativa certeza. Son ejemplos de títulos de crédito el pagaré y el cheque.
Tracto sucesivo: Característica que presentan los contratos cuando por su
naturaleza no son de ejecución instantánea o su ejecución se prolonga
sucesivamente en el tiempo.