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1. Composición Química del Cuerpo Humano en su Funcionamiento.

Los seres vivos están caracterizados, entre otras cosas, por poseer una

organización molecular, es decir, determinadas moléculas se organizan de una

forma particular y precisa e interactúan entre sí para establecer la estructura

celular. Así como las células son los ladrillos con los que se construyen los

tejidos y los organismos, las moléculas son los bloques con que se construyen

las células.

Dentro del cuerpo, existen sustancias químicas y elementos. Los átomos son

las unidades básicas de la materia; su conjunción da como resultado los

elementos químicos. Una persona se compone de más de 20 elementos, los

cuales son materia constituida por un único tipo de átomo y que no pueden ser

descompuestos en sustancias más simples por procesos químicos ordinarios.

Un 99 por ciento del cuerpo se compone de oxígeno, carbono, nitrógeno,

hidrógeno, fósforo y calcio, en tanto el resto de los elementos consiste en

sodio, cloro, potasio, azufre y magnesio. En un cuerpo adulto se halla hasta un

65 por ciento de oxígeno, un 18 por ciento de carbono, un 10 por ciento de

hidrógeno, un 3 por ciento de nitrógeno y el resto del porcentaje corresponde a

otros. Sin embargo, un adulto sano puede llegar a tener más de 60 elementos,

algunos de los cuales no tienen una función esencial para su vida. Cuando los

átomos de distintos elementos se combinan, forman moléculas que pueden ser

orgánicas, o moléculas de compuestos inorgánicos como el agua.


Ahora bien, la célula es la unidad viva más pequeña y elemental de toda persona,

formada por moléculas orgánicas. La sustancia más importante dentro de una

célula es el ADN (ácido desoxirribonucleico), constituido por moléculas que dictan

instrucciones para crear las proteínas, que son moléculas de gran importancia

puesto que se encargan de ejecutar un número grande de tareas: construir

células, integrar tejidos, controlar reacciones químicas, recibir señales en la célula,

etcétera.

En promedio, un adulto sano puede tener entre 5 y 5.5 litros de sangre, el líquido

rojo que circula por venas y arterias. En concordancia con su peso corporal, su

edad, su sexo y otros factores específicos en cada persona, esta tiene alrededor

de 57 por ciento de agua. Los bebés pueden contener más, y los adultos obesos,

menos agua. La organización del cuerpo humano es similar a la de los demás

animales: las células componen tejidos, estos órganos y estos a su vez, sistemas.

No obstante, algunas células no se unen, sino que tienen funciones aisladas. Los

espermatozoides y las células de la sangre son claros ejemplos, ya que los

primeros están encargados de fecundar los óvulos (células sexuales femeninas) y

las segundas, de transportar oxígeno a través del cuerpo.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la

Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) un varón adulto sano, bien alimentado,

está estructurado en tres compartimentos: un 15 por ciento de grasa corporal,

un 55 por ciento de masa celular corporal (partes del cuerpo formadas por

componentes celulares) y un 30 por ciento de tejido de soporte

extracelular (plasma sanguíneo, esqueleto y demás estructuras de soporte). Es


importante saber que la composición corporal en términos de sangre, agua, grasa

y masa dependen de cada individuo.

Conocer cómo y de qué elementos se compone el cuerpo humano es algo

fundamental para comprender su funcionamiento, sus mecanismos fisiológicos

y la forma en que sus estructuras interactúan.

A continuación, ampliaremos algunos detalles:

 Oxígeno (65%): Todos sabemos cuán importante es el agua para la

vida y el 60% del peso del cuerpo se constituye por agua. El oxígeno

(O,8) ocupa el primer lugar de la lista y compone el 65% del organismo.

 Carbono (18%): El carbono (C,6) es uno de los elementos más

importantes para la vida. Mediante los enlaces carbono, que pueden

formarse y romperse con una mínima cantidad de energía, se posibilita

la química orgánica dinámica que se produce a nivel celular.

 Hidrógeno (10%): El carbono (C,6) es uno de los elementos más

importantes para la vida. Mediante los enlaces carbono, que pueden

formarse y romperse con una mínima cantidad de energía, se posibilita

la química orgánica dinámica que se produce a nivel celular.

 Nitrógeno (3%): Presente en muchísimas moléculas orgánicas, el

nitrógeno (N,7) constituye el 3% del cuerpo humano. Se encuentra, por

ejemplo, en los aminoácidos que forman las proteínas y en los ácidos

nucleicos de nuestro ADN.


 Calcio (1.5%): De los minerales que componen el organismo, el calcio

(Ca,20) es el más abundante y es vital para nuestro desarrollo. Se

encuentra prácticamente a lo largo de todo el cuerpo, en los huesos y

por ejemplo en los dientes. Además, son muy importantes en la

regulación de proteínas.

 Fósforo (1 %): El fósforo (P,15) también es muy importante para las

estructuras óseas del cuerpo en donde abunda. No obstante, igualmente

predominan en las moléculas de ATP proporcionándole energía a las

células.

 Potasio (0.25 %): Aunque ocupa apenas el 0.25% de nuestro

organismo, el potasio (K,19) es vital para el funcionamiento del mismo.

Ayuda en la regulación de los latidos del corazón y a la señalización

eléctrica de los nervios.

 Azufre (0.25 %): El azufre (S,16) es igual de esencial en la química de

numerosos organismos. Se encuentra en los aminoácidos y es

fundamental para darle forma a las proteínas.

 Sodio (0.15 %): Se trata de otro electrolito vital en lo que refiere a la

señalización eléctrica de los nervios. El sodio (Na,11) también regula la

cantidad de agua en el cuerpo, siendo un elemento igual de esencial

para la vida.
 Cloro (0.15 %): El cloro (CI,17) normalmente se encuentra en el cuerpo

humano a modo de ion negativo, es decir como cloruro. Se trata de un

electrolito importante para mantener el equilibrio normal de líquidos en el

organismo.

 Magnesio (0.05 %): Nuevamente, se encuentra en la estructura ósea y

de los músculos, siendo muy importante en ambas. El magnesio

(Mg,12), a su vez, es necesario en numerosas reacciones metabólicas

esenciales para la vida.

 Hierro (0.006 %): Aunque el hierro (Fe,26) ocupa el último lugar de la

lista, no deja de ser primordial. Es fundamental en el metabolismo de

casi todos los organismos vivos. Se encuentra en la hemoglobina, es el

portador de oxígeno en las células rojas de la sangre.

Otros elementos químicos


Otros elementos químicos que constituyen el cuerpo humano son el cobre, zinc,

selenio, molibdeno, flúor, yodo, manganeso, cobalto, litio, estroncio, aluminio,

silicio, plomo, vanadio y arsénico, entre otros en proporciones ínfimas. En realidad,

poco se sabe sobre las funciones que muchos de estos elementos cumplen en

nuestro cuerpo.

2. Mecanismos Fisiológicos del Cuerpo Humano y la Forma en que su

Estructura Interactúa.

La fisiología es la ciencia que estudia la función de los organismos. El objeto de la

fisiología es explicar cómo los sistemas, las células, e incluso las moléculas,
interactúan para mantener una función normal. La característica distintiva de la

fisiología es el concepto del homeostasis, que es el mantenimiento de un ambiente

interno normal ante perturbaciones externas o internas, de modo que se

mantengan las funciones de las células y los sistemas de cuerpo. Esto se logra

sobre todo por medio de sistemas de retroalimentación, de modo que cuando un

sistema queda alterado, varias respuestas locales, reflejos sistémicos (reacciones

rápidas, automáticas, a estímulos) y ajustes a largo plazo se activan para regresar

el sistema a su valor establecido normal. Al entender cómo funcionan las cosas en

condiciones normales, es posible apreciar cuándo hay un mal funcionamiento y

por qué. Esto se llama fisiopatología, una alteración duradera de la función

normal causada por enfermedad o lesión. Por ende, la fisiología es uno de los

fundamentos de las ciencias de la salud.

La Célula: La célula es el bloque de construcción básico de los órganos del

cuerpo. la estructura general de una célula nucleada (eucariota); está rodeada por

una membrana celular compuesta de una bicapa lipídica, proteínas de

membrana, y carbohidratos en asociación con lípidos (glucolípidos) o

proteínas (glucoproteínas). La membrana celular es el portero para cualquier

cosa que entre o salga de la célula, y es una barrera que ayuda a mantener la

composición interna de la célula. Algunas proteínas y glucoproteínas de

membrana funcionan como sensores, o receptores, que detectan el ambiente y

señales químicas externos, y después emiten señales al interior de la célula, por lo

general mediante sustancias químicas que actúan como segundos mensajeros, o

por medio de cambios de la actividad eléctrica de la membrana. Otras proteínas


de membrana funcionan como transportadores, que regulan la entrada o la salida

de sustancias hacia la célula o hacia afuera de la célula.

Al nivel del organismo, la fisiología se encuentra íntimamente ligada a la

anatomía. La estructura de un tejido u órgano debe proporcionar una base física

eficiente para su función; por esta razón resulta casi imposible estudiar la fisiología

de un sistema del cuerpo sin comprender la anatomía subyacente. Debido a la

interrelación entre anatomía y fisiología, en este libro se incluyen resúmenes

anatómicos. Dichas características especiales de revisión ilustran la anatomía de

los sistemas fisiológicos en distintos niveles de organización.

En el nivel más simple de organización, los átomos de los elementos se unen para

formar moléculas. Las células son conjuntos de moléculas de los organismos

vivos. La célula es la unidad estructural más pequeña capaz de llevar adelante

todos los procesos vitales. La membrana celular (o plasmática) es una barrera de

lípidos y proteínas que separa las células de su entorno. Los organismos simples

están formados por una sola célula, pero los complejos tienen muchas de ellas,

con especializaciones estructurales y funcionales diferentes. Los grupos de células

que llevan a cabo funciones relacionadas se conocen como tejidos. Los tejidos

forman unidades funcionales y estructurales llamadas órganos, y los grupos de

órganos integran sus funciones para crear sistemas.

El aparato tegumentario (integumentum, cubierta), constituido por la piel, forma un

límite protector que separa al medio interno del cuerpo del medio externo (el

mundo exterior). El aparato locomotor proporciona soporte y movimiento corporal.

Cuatro aparatos intercambian sustancias entre el medio interno y el externo. El


aparato respiratorio (pulmonar) intercambia gases, el aparato digestivo

(gastrointestinal) toma nutrientes y agua y elimina desechos, el aparato urinario

(renal) elimina el exceso de agua y sustancias de desecho y el aparato

reproductor produce óvulos o espermatozoides.

Los cuatro aparatos restantes se extienden por todo el cuerpo. El aparato

circulatorio (cardiovascular) distribuye las sustancias bombeando la sangre por los

vasos. Los sistemas nervioso y endocrino coordinan las funciones orgánicas.

Definimos la fisiología como el funcionamiento normal del cuerpo. No obstante, los

fisiólogos son cautos al distinguir entre función y mecanismo. La función de un

sistema o acontecimiento fisiológico es el “porqué” de ese sistema o

acontecimiento: ¿por qué una cierta respuesta ayuda a un animal a sobrevivir en

una situación determinada? En otras palabras, ¿cuál es la importancia adaptativa

de dicho acontecimiento para el ser humano?.

El enfoque teleológico aplicado a la ciencia consiste en considerar un

acontecimiento fisiológico de acuerdo con su importancia adaptativa. El enfoque

mecanicista de la fisiología examina los procesos. Aunque la función y el proceso

parecen ser las dos caras de una misma moneda, es posible estudiar procesos,

especialmente en el nivel celular y el subcelular, sin comprender su función en la

vida del organismo.

La integración de la estructura y la función se extiende a través de todos los

niveles de organización, desde el nivel molecular hasta el cuerpo intacto. Este

tema se subdivide en dos ideas principales: interacción molecular y

compartimentación.
Interacciones moleculares: La capacidad de las moléculas individuales de unirse

o reaccionar con otras moléculas es esencial para las funciones biológicas. La

función de una molécula depende de su estructura y forma, y aun un cambio

pequeño en estos aspectos puede tener efectos importantes sobre la función. El

ejemplo clásico de este fenómeno es el cambio en un aminoácido de la proteína

de la hemoglobina (la hemoglobina es el pigmento de la sangre que transporta el

oxígeno).

Ese pequeño cambio en la proteína convierte la hemoglobina normal en la forma

asociada con la anemia drepanocítica. Muchas de las interacciones moleculares

de importancia fisiológica se relacionan con la clase de moléculas biológicas

denominadas proteínas. Los grupos funcionales de proteínas incluyen las enzimas

que aceleran las reacciones químicas, las moléculas de señalización y las

proteínas receptoras que unen las moléculas de señalización y las proteínas

especializadas que funcionan como bombas, filtros, motores o transportadores

biológicos.

Las interacciones entre las proteínas, el agua y otras moléculas influyen sobre la

estructura celular y las propiedades mecánicas de las células y los tejidos. Las

propiedades mecánicas que se encuentran en el estudio de la fisiología incluyen la

adaptabilidad (capacidad de estiramiento), la elasticidad (rigidez o la capacidad de

retornar al estado anterior al estiramiento), la resistencia, la flexibilidad y la fluidez

(viscosidad).

Compartimentación: Es la división del espacio en compartimentos separados.

Los compartimentos permiten a la célula, el tejido o el órgano especializarse y


aislar funciones. Cada nivel de organización se asocia con diferentes tipos de

compartimentos. A nivel macroscópico, los tejidos y órganos del cuerpo forman

compartimentos funcionales separados, tales como las cavidades del cuerpo o el

interior de los órganos huecos. A nivel microscópico, las membranas celulares

separan las células del líquido extracelular y crean también pequeños

compartimentos dentro de las células, denominados orgánulos.

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