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COLISIÓN DE PARADIGMAS
El planeta tierra viéndose como un paralelismo del cerebro humano ha destinado oriente al
hemisferio derecho del cerebro y occidente al hemisferio izquierdo. Durante mucho tiempo
el desarrollo de la estructura social se ha visto polarizada en uno de los dos extremos,
siendo occidente un proclamador del desarrollo del pensamiento científico, la individualidad
y el conocimiento del mundo externo, y oriente, un gran buscador del mundo interior,
amante de la metáfora y la disolución del ego.

Colisión de paradigmas estudia el camino recorrido por la humanidad en sus numerosas

formas de caminar hacía la verdad, incluyendo las diversas ciencias y religiones. En la
actualidad se refleja la necesidad de la interconectividad entre extremos para hallar el
camino de enmedio que guía a la persona hacia la máxima autorrealización en todos los
ámbitos.
La ciencia y el conocimiento objetivo es visto como herramienta práctica para el
enraizamiento y manejo en la tierra en el día a día. Así mismo, la interiorización y práctica
meditativa es apreciada como la vía hacia la elevación y reorganización de la energía
psíquica, favoreciendo así el desarrollo de los metavalores, ética hacia la cual
evolucionamos como especie. En pocas palabras, la armonía entre lo masculino y lo
femenino, la realización del ser andrógeno, pasa por una reconciliación entre lo interno y lo
externo como dos caras de la misma moneda.

Al ser un libro muy extenso abarca numerosos aspectos que van haciendo un recorrido
desde las distintas vías de llegar al conocimiento interno y externo hasta centrarse en la
historia de las cuatro fuerzas de la psicología contemporánea, enfocándose
progresivamente en la rama transpersonal y sus distintas perspectivas y autores.

Antes de abordar la trama transpersonal en sí misma, se me hace necesaria una breve

explicación de las distintas fases del desarrollo de la conciencia, según la autora, a modo de
contextualización. Siguiendo el desarrollo cíclico en cada etapa de la vida se gesta un nivel
de conciencia más complejo que la anterior y que a su vez integra el conjunto de los
anteriores, este proceso puede bloquearse si las condiciones del contexto no son
saludables.

- Etapa de diferenciación, esfera biológica, estructura mágica- pre-reflexiva. Se

ubica de los 5 meses a los 3 años, es el nivel más simple y reducido de
autoconsciencia en el que el proceso de diferenciación sujeto-objeto es todavía muy
primitivo. Empieza a percibir que hay algo fuera de sí. El ser vive estados
momentáneos y experiencias cósmicas ya que son indefinidas e ilimitadas. Esta
etapa se caracteriza por la naturaleza inconsciente, la fisiología, los instintos, la
percepción mesozóica y las descargas emocionales rudimentarias. Por la
acausalidad, sensoriomotricidad primitiva, la euforia oceánica, el instinto primario de
supervivencia, el temor primordial y los reflejos alimentarios.
Conducta: motivada por las necesidades fisiológicas y afectivoemocionales
primitivas y la única manera de acceder al mundo es la sensoriomotriz.
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Valores: supervivencia, homeostasis, conservación, placer y el poder y la

acumulación de seres y objetos ya que a medida que se domina el medio ambiente y
aumentan las posesiones la autoestima y autovaloración se afirman.

- Esfera psicológica-etapa de individualización- estructura reflexiva. Entre los 4 y

7 años. En esta etapa la conciencia empieza su proceso de desidentificación del
cuerpo y pasa a ser una conciencia mental-racional.
Tres etapas: a) diferenciación cuerpo y mente b) trascendencia del cuerpo y c)
capacidad de operarlo, controlarlo y dirigirlo.
Características: cristalización del ego, apego al cuerpo, sus funciones y
necesidades, así como al ego mental con el que ahora se identifica. La identificación
incluye el autoconcepto de persona (buena imagen de sí y rechazo de la sombra).
Pensamiento dual, imaginación activa, concepción dual de la realidad, conciencia
clara de las polaridades y una buena ubicación en el espacio-tiempo lineal. Mente
representativa, cuantitativa y con orientación hacia el pasado/futuro, así como para
resolver problemas que enfrenta a través del ensayo-error, establecimiento de
relaciones interpersonales autocéntricas y objetales, basadas en las carencias y
necesidades biopsicológicas. Iniciativa, curiosidad, individualismo, posesividad,
autoafirmación, combatividad-competitividad, defensividad, deseo de poder y
dominio y comunicación abierta y demandante.
Valores: bienestar personal, pertenencia, seguridad, aceptación, aprobación,
reconocimiento y afecto por parte de las personas que le rodean. Se mueve desde la
carencia, la persona es realista y ritualista.

- Esfera personal - etapa de humanización - estructura intencional. Tres etapas.

- Etapa de latencia (7 - 11 años)

Características: reconocimiento de la estabilidad lógica del mundo físico,
consciencia de que los elementos se pueden transformar y aun así conservar
sus características originales, comprensión del principio de reversibilidad que
consiste en la capacidad para manejar el pensamiento bidireccional. El
desarrollo de estas capacidades tiene como resultado la formación de un
sistema de pensamiento completo y lógico, aún sujeto a la realidad física.
Esto permite una interacción con el ambiente que, según sus resultados, dota
de sentimientos de seguridad, confianza y autoestima o de vergüenza e
inferioridad a la persona.
Se vive un reto social y la necesidad de descubrir la propia identidad. Las
relaciones interpersonales se empiezan a establecer, dependiendo del éxito
en este ámbito generará impactos emocionales importantes para el
desarrollo de la persona. Además, los padres empiezan a ser vistos desde la
objetividad dejando atrás la idealización previa.

- Etapa adolescencia
Características: desarrollo de habilidades para resolver problemas abstractos
en forma lógica, coordinar variables, desarrollar y probar hipótesis e imaginar
otros mundos. El estilo cognoscitivo es sintético-creativo-social y el
pensamiento verbal-dialogante e interrelacional.
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Esta etapa se mueve hacia el dominio personal, propia del autoconcepto o la

integración de la constelación de autoconceptos (subpersonalidades).
Búsqueda consciente de la propia identidad. Esta puede ser obstaculizada o
favorecida por el entorno pero no lo determina.
“Por la influencia que la historia de vida tiene en el individuo, el self -que
naturalmente tiende hacia desarrollo pleno de su potencial- se distorsiona
ante la dualidad valoración-interna frente valoración-externa, provocando la
represión y el desarrollo de un yo débil, la proyección, formación de la
polaridad persona-sombra o apego a las etapas egoicas y pre-personales por
incapacidad o miedo a correr el riesgo de trascenderlas. La crisis provocada
por la confrontación de polaridades se trasciende cuando la valoración
interna-externa logran integrarse a la conciencia no como polos opuestos y
contradictorios, sino como una síntesis que trasciende la dicotomía.”

- Adolescencia temprana, pubertad (12 - 16 años)

Características: cambios corporales y psicológicos, el individuo se
divide entre seguir siendo niño y adentrarse en el mundo de los
adultos, entre el narcisismo y el encuentro con el otro y los otros,
entre querer relacionarse afectivamente y el miedo al rechazo, y
entre ser él mismo o ser lo que los demás quieren que sea.

- Adolescencia tardía, síntesis parcial (17 - 21 años)

Características: la conciencia se expande pues la persona se
reconoce como ser bio-psico-social, además el concepto de sí mismo
se amplía ya que las dicotomías (cuerpo-mente, lógica-intuición,
individuo-sociedad..) se van resolviendo positiva (se encuentran
puntos de convergencia y síntesis) o negativamente (surgen apegos y
fronteras que obstaculizan el desarrollo pudiendo llegar a generar
alteraciones psicológicas o patologías).
El cuerpo vuelve a coger importancia, necesidades psicológicas
básicas: atención, amor, valoración y aceptación vuelven con fuerza y
la necesidad de pertenencia a grupos sociales es más importante que
nunca.

- Etapa personal
Surge una reflexión profunda y cuestionamiento vinculado con el sí mismo y
con la realidad circundante, el ser humano se identifica consigo mismo, con
su experiencia y con su existencia, búsqueda de sentido y significado
existencial. La significación surge desde la reflexión y discernimiento a través
de la expresión intersubjetiva, artística, simbólica y lingüística.
Características: autoexploración, autodescubrimiento y autoaceptación que
permite a la persona ir más allá de las dimensiones biológicas y psicológicas,
trascendiendo los prejuicios, preferencias, roles sociales y patrones de
conducta con los que se identificaba previamente.
La intencionalidad, esta lleva a la persona a hacerse a sí misma. Se alcanza
una nueva dimensión más compleja, centrada y consciente cuando la
persona pasa del mero experimentar al esfuerzo por entender lo
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experimentado. La conciencia se transforma contemplándose como parte de

un todo.
La conquista del mundo interno de sentimientos, que la intención hace
posible convierte a las relaciones interpersonales en promotoras del
desarrollo propio y ajeno. El desarrollo de la voluntad responsable y
búsqueda de sentido permiten la trascendencia de los instintos, reflejos e
impulsos primarios, del autocentrismo, de los condicionamientos…
Permitiendo establecer un compromiso libre y responsable consigo misma y
con el entorno.
A medida que la persona va cobrando conciencia de sí misma, su existir y su
hacer en el mundo, se libera gradualmente del individualismo alienante de un
mundo deshumanizado que encadena a esta en sus etapas anteriores.
Descubre la libertad personal y la responsabilidad que esta implica. Es
entonces cuando su capacidad de elegir responsablemente le permite
responder en vez de reaccionar, para así tomar las riendas de su vida. Esta
etapa es muy difícil y dolorosa ya que confronta al ser con la muerte, la
soledad existencial, angustia y la incertidumbre. Si el entorno ha
obstaculizado el desarrollo de las etapas anteriores, cuando esta se
descubre libre, experimenta, a la vez que gozo, desorientación y ansiedad, y
se enfrenta con grandes dificultades para resolver la crisis que el despertar
existencial trae consigo: dificultades que le conducen a negar sus
características existenciales, así como a dificultarle el reconocimiento y la
aceptación consciente de los nuevos retos que le pone la vida.
La concepción del tiempo se sitúa en el presente dentro de una linealidad, la
persona se descubre a sí misma como única creadora de su pasado,
presente y futuro.

- Esfera organísmico-social - etapa de unanimización - estructura

personal-universal
Corresponde al límite superior de cognición social, la persona se da cuenta de que
no puede ser si los otros no son, que no puede llegar a ser más si no es con y para
los demás. La búsqueda -como vocación de ser- que hasta este momento se había
centrado en él mismo, motivada por intereses de desarrollo personal, se trasciende
para transformarse en una búsqueda social-comunitaria. Esta búsqueda es un acto
personal de voluntad, pero al verse como ser histórico y social por naturaleza, no
puede realizarse sino a través de las relaciones con el mundo y la comunidad
humana.
Características: interacción consciente con el mundo, relaciones interpersonales
solidarias, que implican el ser con y para los demás, la solidaridad en la que el
compartir se convierte en motivo de alegría, marcado interés y compromiso abierto
por la búsqueda de la justicia social, trascendencia de las barreras
socio-económico-culturales, políticas e ideológicas entre razas y creencias a través
de las actitudes de aceptación positiva incondicional, empatía y congruencia.
Resignificación de valores sociales que en otros momentos fueron contemplados
como obligaciones y condiciones que la sociedad impone y/o motivados por la
necesidad de aceptación y pertenencia, sumándose estos como propios y capacidad
de amar expandida hasta abrazar a la humanidad entera.
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Valores: auto-consciencia, desapego, transparencia, interdependencia, apertura al

cambio y a la experiencia, sinergia, significación a través de las distintas vías
expresivas, libertad, justicia social, solidaridad, servicio, bondad, armonía, voluntad
de sentido, coordinación, simplicidad, equidad, compasión, conocimiento y amor
interpersonal.
La persona cruza por diferentes grados de autoexploración, autoaceptación y
autovaloración que la llevan hasta lo ultrahumano, la realidad de una prolongación
más allá del ser humano.

- Esfera transpersonal - etapa de planetización - estructura planetaria

Se rige por el principio de la comunión (común unión) y del amor fraternal. Valores
universales, aspiraciones más elevadas y causas más nobles, es la dimensión
donde penetran los dominios espirituales de la raza humana.
Características: la vida se vuelve un proceso contínuo de síntesis de polaridades, la
persona se encuentra desapegada de los elementos de las dimensiones anteriores,
sin ignorarlos, rechazarlos ni negarlos, sino otorgándoles su justo lugar y valor, y
contemplándolos como instrumentos al servicio del ser que se realiza. Profundo
deseo de autenticidad, indiferencia por los bienes materiales, interés genuino por ser
útil a los demás, búsqueda consciente de nuevas formas de convivencia más
comprometidas en el deseo de un mayor acercamiento e intimidad, deseo de
explorar el mundo interior y vivir en armonía con la naturaleza.
Las relaciones interpersonales son comprometidas, solidarias y significativas, se
tiende hacia la conciencia de Unidad.
El proceso personal y social-comunitario es contemplado como un movimiento
constante y dinámico en el que se presentan elementos de progreso e involución,
pero que, en cada giro de la espiral, la conciencia se expande. La persona mantiene
un espíritu crítico para examinar sus respuestas intencionales y sus actitudes con
relación a los valores y su jerarquización, y permanece abierta a aprender de los
demás, de la situación, del momento.
Se identifica con el testigo-observador, es trans-temporal, trans-espacial,
trans-mental y trans-empírico trascendiendo todos los objetos físicos, mentales,
emocionales y sociales, la sombra y la persona. Recupera la intuición fundamental y
exprimenta un profundo sentimiento de unidad con la comunidad humana. Desapego
del egocentrismo que se manifiesta a través de las metanecesidades y
metamotivaciones.

- Conciencia trascendente- omegalización

Se realiza el misterio de la unidad en la multiplicidad, esto es viable a medida que la
persona habiendo adquirido una identidad personal es capaz de trascenderla para
abrazarse al todo. Al diluirse todas las fronteras y polaridades, el desarrollo de la
conciencia humana alcanza su plena realización. La Conciencia Unitaria constituye
la esencial del ser que integra en sí todas las dimensiones, estados y niveles de
consciencia humana. Es la conciencia natural que habita en el interior de la persona
y espera a ser descubierta.

Concretizando “la represión que ejerce el ego sobre el inconsciente es el mecanismo que
dispara el proceso de desarrollo. La autorrealización es un proceso progresivo, individual,
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responsable y liberador que permite a la persona ir más allá del mundo material, trascender
los opuestos que dicotomizan a su sí mismo: el cuerpo y la mente, la razón y la intuición, lo
femenino y lo masculino, la mente y el espíritu, al sujeto y el objeto, al organismo y el
mundo, al mundo y el cosmos. La unificación de los opuestos que crean las fronteras entre
el mundo del ser - lo que la persona cree que es- y el mundo de su sí mismo-, que se
realiza a través de las etapas del desarrollo humano que constituyen el camino hacia la
autorrealización y la trascendencia…. Esta se refiere al acto a través del cual la conciencia
personal va más allá de sí misma, elevándose a un nivel más centrado, complejo y
consciente. Este acto implica la superación de las cadenas que esclavizan al ser humano
(apegos) a través del desasimiento y la desidentificación, con el objeto de alcanzar la
perfecta unión de la propia voluntad con la voluntad del Ser Esencial.”

El proceso evolutivo aunque es natural, no evoluciona por sí mismo. Necesita la

consciencia, voluntad, intencionalidad, opción libre y compromiso de cada ser humano para
alcanzar la máxima realización. Cuando a lo largo de este, el ser humano permanece
apegado a alguna de las etapas desarrollo y no logra integrarlas y transcenderlas, nos
encontramos con individuos que pueden tener cuerpo de adulto pero viven y se relacionan
como niños o adolescentes.

La psicología transpersonal, según Walsh y Vaughan, se puede ver como el área de la

psicología que se centra en el estudio de las experiencias transpersonales y los fenómenos
con éstas relacionados. Estos fenómenos incluyen las causas, efectos y correlaciones de
las experiencias transpersonales y el desarrollo, así como las disciplinas y prácticas que se
inspiran de éstas. Por otro lado, la primera definición de la Asociación de Psicolgía
Transpersonal dice:
“La psicología transpersonal…se ocupa de estudiar (empírica y científicamente), y de
promover de manera responsable, lo que se ha venido llamando la vida espiritual, las
necesidades innatas de trascendencia (meta-necesidades) y los valores últimos de la raza
humana. Promueve asimismo la conciencia, la comprensión, el éxtasis, la experiencia
mística, la actualización del sí, el conocimiento cósmico, la sinergía individual y de la
humanidad entera, la meditación, los fenómenos trascendentes y el humorismo cósmico.”

Como estudiante de esta rama de la psicología, desde mi perspectiva y experiencia aún

muy limitadas, para mí la psicología transpersonal es el arte de una presencia que sostiene
a otra en un movimiento bidireccional de expansión de la conciencia haciendo uso del amor
incondicional como herramienta curativa por excelencia.