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L LOS LUG_A RES SOCT ALFS

DE LA POBREZA
Ángel Belzunegui, Ignasi Brunet

Todo lugar es el lugar donde no está otro lugar.


ToMY JUDT, El refugio de la memoria

Sobre d concepto de pobreza


La pobreza es un fenómeno social que podríamos denominar total;
pertenece a ese tipo de fenómenos que abarcan diversas dimensiones
de lo social: la económica, la relacional, la simbólica, la cultural y la
política. «Estar en» o «padecer» una situación de pobreza es habitar
los lugares sociales de las pobrezas, aunque parezca una tautología.
Al estado de pobreza se le asocian, en diferente grado, las situaciones
funcionales de vulnerabilidad, de riesgo y de privación, que soportan
las personas que estadísticamente denominamos pobres.
Habitualmente, la investigación sobre pobreza parte de la con-
sideración de la existencia de una pobreza absoluta, en la que los
individuos pobres son etiquetados como tales en base a disponer
de determinados recursos monetarios. El resultado final de esta
aproximación es la división de la sociedad entre aquellos que son
pobres y aquellos que no lo son. El criterio divisorio es arbitrario,
convencional y arroja una visión estática y artificial de la dinámica
\ del empobrecimiento.
A nivel académico persiste el debate sobre cuáles deben ser
las necesidades que una persona o un hogar ha de tener cubiertas
para no ser consideradas pobres. Esta delimitación de necesidades
pretende aproximarse a la caracterización de la pobreza y se resuelve
con el cálculo del coste monetario de una canasta de productos
esenciales que asegure la satisfacción de necesidades. Esta visión
parte de la idea de que en las sociedades contemporáneas la ma-
yoría de recursos para satisfacer necesidades se pueden calcular

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en función de la cantidad de dinero disponible (ingresos, renta o sociedades tardo modernas es un fenómeno que hay que entenderlo
consumo). Esta perspectiva ha sido la dominante hasta la década dentro del esquema más general de la desigualdad entre individuos
de los años setenta del siglo xx. Este enfoque absoluto es plausible y los grupos sociales. De esta manera la pobreza se entiende en su
todavía para medir la pobreza en sociedades en vías de desarrollo, dimensión social orientada a la posición que el individuo ocupa en
donde la pobreza está ligada al hambre y la miseria, mientras que, la estructura social y a la disposición y despliegue de recursos de
por el contrario, su utilización plantea dudas razonables cuando tipo material y simbólico.
se trata de medir la pobreza en las sociedades desarrolladas, en las Muy ligado al enfoque ~elativo se encuentra el planteamiento del
que la falta de recursos no se debe a la insuficiencia productiva desarrollo de capacidades de Sen (1985, 1999,2000) Y su relación
sino a su desigual distribución. con la pobreza. Desde la perspectiva de Sen, la pobreza no recae en
A partir de la década de 1980 se abre paso el enfoque relativo de la insuficiencia de ingresos sino en la incapacidad de los individuos
la pobreza, acompañado de un cambio en la definición de los pobres, de alcanzar un suficiente bienestar humano, es decir, de convenir los
definición que incorpora aspectos relacionados con el acceso a recur- recursos en hechos prácticos a través de las capacidades. Sen además
sos no estrictamente monetarios como, por ejemplo, el acceso a la critica el enfoque utilitarista que relaciona el nivel de vida con el
vivienda, a servicios de salud, a otros servicios públicos como agua, consumo de L.iene1:. En cambio, el nive~ :',:: vida de los individuos
educación, cultura, salud, etc. A partir de estas «nuevas necesidades» vendría determinado por sus capacidades, entendiendo que lo que
se pasa a definir como pobres a aquellas personas, familias o grupos, realmente preocupa en el análisis de la pobreza no es la cantidad de
cuyos recursos (materiales, culturales y sociales) son tan limitados ingresos, ni sus características, ni la utilidad que pueden generar,
que los excluyen del mínimo de vida aceptable en los estados donde sino la capacidad de los individuos de transformar estos ingresos en
residen, incorporando, así, los valores de cada sociedad de referencia hechos prácticos y finalidades.
en la definición de pobreza. En el enfoque de Sen se observan diferencias sociales en la
El enfoque relativo de la pobreza parte de la base de considerar forma de obtención de estas capacidades (nivel relativo), es decir,
no solo los ingresos de los hogares o individuos particulares, sino la relatividad recae en las posibilidades sociales de acceder a las
también los ingresos del conjunto de la 'comunidad de referencia, capacidades para funcionar, lo que le aproxima a la considera-
yes que: ción de la desigualdad como factor explicativo de la pobreza.
La perspectiva de las capacidades, pues, enfatiza la necesidad de
Las personas caen en la pobreza cuando sus ingresos, aunque comprender mejor «la naturaleza y las causas de la pobreza y la
sean suficientes para sobrevivir, quedan muy por debajo de los privación, trasladando el problema de los medios (renta) a los fines
ingresos de la comunidad. En este caso, no pueden disponer que los individuos tienen razones para perseguir y, por tanto, a las
de lo que el conjunto de la sociedad considera el mínimo ne- libertades necesarias para alcanzar estos fines» (Sen, 1999: 117). A
cesario para la dignidad. Y no pueden escapar del todo de esta un mayor nivel de capacidad le corresponde un nivel superior de
condición, por lo que el juicio del resto de la sociedad es que libertad, por lo que el individuo gozará de mayores posibilidades
son indignos. (Wagle, 2002: 29) de elección o alternativas.
El concepto de privación se entendería también en esta lógica
En el enfoque relativo de la pobreza los individuos evalúan de falta de capacidades .. La privación como falta de capacidad para
su bienestar material en función de un imaginario de expectativas llegar a cienos niveles esenciales de logros humanos o de funcio-
sobre los recursos que deberían poseer en su contexto social. Por namientos, que son constitutivos del estado de una persona y la
tanto, exige una valoración sobre qué es lo que se debe abarcar estimación de la que ha de formar parte de cualquier evaluación
para no ser considerado pobre. Bajo esta premisa la pobreza en las del bienestar de esa persona.

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En los últimos años se ha ampliado el abanico de aproxima- máticamente a privación, a necesidades no cubiertas o pobreza,
ciones en los estudios sobre la pobreza que han introducido nuevas si bien reconoc~ que es un agravante clave para entende~la. Ade-
dimensiones a tener en cuenta corno las siguientes: más, desarrolla un conjunto de indicadores de privación objetiva,
desde carencias en los hogares hasta la posibilidad de participar
a) La perspectiva subjetiva: orientada a conocer cómo es vivida en actividades donde participa la mayoría de la población.
la pobreza por las personas pobres y a la percepción social de
tal fenómeno. En el Capítulo VII de este libro exponernos los
relatos de las mujeres pobres desde este enfoque. Vulnerabilidad social y Estado del bienestar
El reconocimiento de la experiencia y de la subjetividad de la En los procesos de vulnerabilidad social tienen participación diferen-
persona lleva a tener en cuenta el papel activo de los individuos tes procesos que se han ido agudizando en las últimas décadas del
en la construcción de sus vidas y el análisis se orienta hacia la siglo XX y en la primera del siglo XXI. Algunos de estos factores que
comprensión de la propia situación e identidad. Desde esta óp- se relacionan de una u otra forma con la pérdida de estabilidad de
tica, dos individuos con los mismos recursos materiales pueden los individuos en el sistema social y económico son los siguientes:
vivir ¿oC forma muy diferente su posición.
b) La perspectiva multidimensional: el centro de interés se desplaza 1) Las estrategias de segmentación en el mercado de trabajo. Los
más allá de las condiciones económicas ya que se tienen en cuen- cambios en la organización del trabajo tienen que ver con
ta las condiciones sociales de existencia de la población pobre, el tratamiento que se dispensa a los diferentes colectivos de
considerando la pobreza corno el resultado de un conjunto de empleados, marcados por el lugar que ocupan en la cadena
carencias tanto a nivel material (ingresos, renta, consumo, otros productiva, por su vulnerabilidad a la competencia y por su
bienes materiales no monetarios) corno a nivel no material (salud, sustituibilidad. La doble segmentación, por un lado la dispo-
debilidad social, marginación, exclusión, falta de información, de sición de los trabajadores en distintas ocupaciones y, por otro,
formación, de derechos ciudadanos y políticos o de la posibilidad el lugar que ocupan en la organización como resultado del
de ejercerlos, de participación en los mecanismos de redistribu- desarroll.o propio de su trabajo, produce una primera división
ción, fragilidad de relaciones sociales, etc.). En este sentido, el entre los trabajadores con un estatus económico privilegiado y
concepto de pobreza es definido como una multitud de déficits y los trabajadores rutinarios, más fácilmente prescindibles. Estos
no corno una estricta falta de ingresos, incorporando en el análisis últimos se encuentran sometidos a la constante amenaza de una
diversas dimensiones tanto materiales corno no materiales con la competencia internacional creciente, especialmente la proce-
voluntad, así, de integrar la multidimensionalidad del fenómeno dente de los denominados países de bajos salarios, así como el
e identificar los procesos que están en el origen. efecto de los procesos de automatización de las tareas. Es por ello
c) La perspectiva de privación relativa de ~ownsend (1979). En que su actividad se desarrolla en unas condiciones organizativas
su estudio sobre las condiciones de vida· en el Reino Unido, muy exigentes, sometidas a un grado de flexibilidad creciente,
Townsend define la privación relativa (deprivation) corno una además de a una férrea disciplina salarial. Es entre estos últimos
situación de desventaja relativa respecto del estilo de vida dado trabajadores donde se ha producido un incremento del riesgo de
en una sociedad, tanto en sus formas materiales como sociales, pobreza, dejando de ser la ocupación para parte de este colectivo
desplazando así la literatura sociológica de la pobreza hacia una garantía contra la depresión social. 1
posturas claramente relativas y centradas en la desigualdad en
la sociedad y la privación no estrictamente monetaria. El autor
argumenta que la falta de recursos monetarios no equivale auto- 1. García Espejo e Ibáñez Pascual (2011).

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2) La creciente flexibilidad del trabajo y su imposición a la mano de que aquella norma garantizó durante décadas un cierto grado de
obra que lo realiza. El tiempo de trabajo se distribuye cada vez cohesión social, a través de la distribución de rentas entre los dife-
más de forma irregular a lo largo del año, en función de las cir- rentes colectivos sociales, garantizada además por la negociación y
cunstancias productivas de cada momento, por lo que se produce por la interlocución colectiva en modelos tripartitos. La crisis de
una creciente intermitencia de entrada y salida del mercado de la norma salarial ha supuesto para los trabajadores considerados
trabajo que no garantiza rentas estables a las unidades familiares. individualmente la pérdida de una seguridad que en el fondo no
Parte de la fuerza de trabajo es desplazada cada vez con menores es otra que la seguridad del bienestar (Gallie y Paugam, 2000). La
obstáculos administrativos a lo largo del grupo segmentado para actual crisis del empleo tiene una doble dimensión: la dificultad
atender requerimientos puntuales de mano de obra. para encontrar empleo y la dificultad para encontrar una buena
3) La reducción de los costes del trabajo, acompañada del au- ocupación, es decir, segura y con ciertas garantías.
mento de la productividad y la intensificación de los ritmos de La baja calidad del empleo ha aumentado regularmente durante
producción, yel uso de modalidades contractuales de duración las últimas décadas, y ello en un marco de baja ocupación y en un
determinada y de la contratación a tiempo parcial, favorecen la contexto de globalización, donde la amenaza de deslocalización
eliminación de los costes directos e indirectos derivad;...s de la es p~!rmanente. Las nuevas c.::!Jiciones de empleo conduCf".n a
rescisión de la relación laboral. Y todo ello sin olvidar el impacto ciertos colectivos a situaciones de debilidad social, entre ellos a las
que sobre el objetivo de la reducción de costes laborales tienen mujeres con escasos estudios, dependientes de otros miembros de
los procesos de automatización y capitalización intensiva a los la familia, especialmente de sus cónyuges, hecho que las conduce a
que estamos asistiendo, y de deslocalización del trabajo rutinario una situación de minorización social como captadoras de recursos
(más o menos cualificado) hacia países de bajos salarios. adicionales en la estructura familiar. En el Capítulo III se muestra el
4) Las relaciones mercantiles vienen marcadas por la proliferación del diferencial de recursos que captan hombres y mujeres en el mercado
trabajo autónomo y el recurso a las subcontratas y a la externaliza- de trabajo. Los datos son concluyentes: si las mujeres dependieran
ción de funciones. Se trata de otra forma de flexibilizar las relaciones exclusivamente de las remuneraciones que captan en el mercado de
de trabajo al hacer desaparecer cualquier vínculo laboral que ligue trabajo, más de la mitad serían consideradas pobres en España. En
a las personas que producen, por un lado, y las que conciben y el Capítulo IV analizamos la situación de las mujeres y su riesgo de
dirigen el proyecto por otro. Con esto se consiguen dispersar los pobreza en el supuesto de autonomía de recursos.
costes de un ajuste entre los que integran la red de empresas. En último término, la creciente vulnerabilidad experimentada por
5) El cambio en la relación salarial como consecuencia de que los personas y colectivos enteros, desemboca en exclusión social como
sistemas de remuneración se individualizan y se empresarizan, resultado de una acumulación de desventajas económicas y sociales
arrinconando las salidas colectivas y el poder de las institucio- inherentes a la lógica de la desigualdad de recursos en nuestras socie-
nes intermedias, como por ejemplo los sindicatos. El salario se dades tardomodernas y la pérdida de vínculos sociales, desafiliación,
flexibiliza en función de criterios unilaterales de competitividad desconexión o marginación social. A partir de la década de 1980, la
entre trabajadores, se eliminan los componentes del salario que idea de exclusión social se consolida como un avance en la compren-
tienen que ver con variables no económicas (por ejemplo, la sión y la explicación de los nuevos procesos de empobrecimiento,
antigüedad), haciendo que la remuneración final dependa de las nuevas desventajas y vulnerabilidades sociales aparecidas en los
la consecución de determinados objetivos individuales. países industrializados, superando, así, el concepto de pobreza abso-
luta que se va arrinconando progresivamente al ámbito estrictamente
Estos cambios han provocado la crisis de la norma salarial de económico. El concepto de exclusión no constituye el paradigma
empleo, crisis que tiene una trascendencia social en la medida en mayoritario en el análisis de la cuestión social y de las desigualdades

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hasta su plena consolidación durante la década de 1990. En esta adquirir los bienes y recursos sociales que hasta ahora eran prestados
década, especialmente de la mano de autores como Castel (1997 a; por el Estado. En la práctica, es un modelo que reserva a personas y
1997b), surgen las definiciones de exclusión social más asumidas en colectivos más vulnerables a los sistemas de beneficencia.
la actualidad, asociadas a la ruptura de la relación social fordista y de La respuesta institucional al conflicto entre capital y trabajo
los vínculos sociales y familiares. La exclusión social para este autor incluyó intervenciones del Estado encaminadas a producir pleno
define una situación que va más allá de la privación económica y que empleo, bien garantizando las condiciones necesarias para producirlo
supone desventajas generalizadas en educación, vivienda, empleo, por parte del sector privado, bien mediante la producción de empleo
incapacidad para el ejercicio de los derechos sociales y enajenación público. La producción de pleno empleo aparece como una de las
debido a la ruptura de los vínculos sociales y familiares. intervenciones más importantes del Estado del bienestar keynesiano,
Esta misma idea es la que expresa Tezanos (2001,2002) cuando ya que la ocupación condiciona para la mayoría de los ciudadanos
señala que el término exclusión hace referencia a todas aquellas per- los medios para asegurarse su nivel de vida. Es más, el empleo es
sonas o grupos que se encuentran fuera de las oportunidades vitales definido como trabajo remunerado normal mientras que se trata de
que definen hoy en día una ciudadanía social plena. De esta forma, una actividad que se hace y que hay que hacer en un determinado
lo opuesto a la exclusión sería la ciudadanía social que representaría ordenamiento social.
el conjunto de derechos que se han logrado gracias al desarrollo del Es más, la norma social del empleo en el entramado social del
Estado del bienestar: derechos políticos, laborales, económicos y capitalismo regulado no es la de una norma cualquiera del orden
sociales que han sido sancionados por las diferentes Constituciones social sino la de una norma social central en la sociedad salarial ge-
en los países democráticos. nerada por el Estado keynesiano; centralidad que no es otra que:
La exclusión social no puede concebirse como un problema
individual, de déficits particulares o como resultado de la inadap- La de la fuerza social que es, en último término, la que se encuentra
tación social de cada uno de los individuos que la padecen. Sin en el origen histórico: la del movimiento obrero y la «cuestión
negar la existencia de desajustes de carácter psicológico que pueden social obrera». Las dos caras de la moneda de la centralidad del
estar relacionados con determinadas formas de exclusión social, empleo serán así, por un lado, la del trabajo (pero trabajo social y
desde el análisis sociológico, la exclusión forma parte del carácter políticamente regulado) y, por otro, la de la figura del trabajador
estructural de la desigualdad social. Estaríamos hablando de un asalariado (pero trabajador social y políticamente protegido),
proceso estructural, dinámico, y de gran complejidad en el que individual y colectivamente contemplado. (Prieto, 2002: 92)
además pueden establecerse grados de exclusión, así como grados
de bienestar o inclusión. La norma social del empleo es generadora de renta, la variable
Las propuestas flexibilizadoras han tenido su impacto en el que configura con mayor intensidad la existencia del individuo, su
ejercicio de los derechos sociales y han implicado cuestionar los manera de ser y existir, y la mayoría de sus relaciones sociales. En
sistemas de prestación social y la cultura del Estado del bienestar. A realidad el empleo, esto es, el pleno empleo de buena ocupación,
este respecto, la exclusión social se ha de entender en la lógica del aunque solo para hombres, durante el keynesianismo es un bien
cuestionamiento del sistema de protección universal que puso en colectivo, hasta tal punto que el nivel de riqueza de un país dependía
marcha el Estado social. Contrariamente a este, el Estado neoliberal en gran medida del número de trabajadores que una sociedad tenía.
o Estado mínimo cuya función principal es garantizar el correcto Por tanto, la institución central del Estado del bienestar keynesiano
funcionamiento del mercado, aboga por la libre economía con es el pleno empleo, y aunque implica beneficios para el trabajador
el menor número de restricciones institucionales que permita la como una situación de menor competencia en el mercado laboral y
generación de ocupación y que los individuos vayan al mercado a una mayor capacidad de motivación, responde fundamentalmente

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a una lógica de producción y rentabilidad económica. Está conce- Otro grupo sería el de países pertenecientes al régimen del bienestar
bido como mecanismo que asegura un óptimo de producción y de conservador, caracterizado por el corporativismo, clientelismo y fa-
ganancia más que un instrumento de redistribución progresiva del miliarismo, donde el bienestar social está orientado hacia la familia y
ingreso, aunque ciertas formas de empleo público tendieran a este donde se observa una gestión pasiva del empleo (Alemania, Austria,
fin. El pleno empleo y salarios crecientes que eleven la demanda Italia, España, Francia, Bélgica y Países Bajos). El último grupo se
efectiva y a través de ella la utilidad empresarial son elementos que en refiere al Estado del bienestar socialdemócrata, caracterizado por des-
la distribución primaria complementan la función de redistribución familiarismo y el igualitarismo, donde el bienestar social se provee a
realizada por el Estado del bienestar keynesiano. través de las políticas públicas del Estado (países escandinavos).
Desde esta óptica, la norma salarial del empleo recoge los ejes La anterior clasificación se apoya en torno al debate de si el Estado
interrelacionados sobre los que van a girar los rumbos del modelo de del bienestar es un tipo de Estado que no se limita a salvaguardar una
Estado a lo largo de la segunda mitad del siglo xx, y que permitió llegar sociedadJeconomía de mercado supuestamente autorregulada, sino
al pleno empleo, altas tasas de beneficios, crecimiento continuado de que debe ser el regulador decisivo de una sociedad del bienestar y debe
salarios, así como a una red de cobertura de riesgos para la ciudadanía. asumir la obligación de constituirla e institucionalizarla (apoyándose
Sin embargo, en el largo período de vigencia de este, ,lOdelo de Estado, -;,:n la idea que el mere,,' ) no alcanza el pleno empleo c.e los recursos
se distingue una primera etapa, correspondiente a los primeros 15 productivos ni tampoco logra un óptimo social, en contra se aleja de
años en los que tiene lugar el desarrollo y creciente consolidación del este para que en los mercados prevalecen las formas monopólicas y
Estado del bienestar keynesiano - a lo largo de la década de 1950 y oligopólicas). Pero otro debate clave que se plantea es si resulta po-
hasta mediados de la década de 1960-, y una segunda etapa-hasta sible la existencia de una sociedad del bienestar en el marco de una
mediados de los años setenta- en la que la riqueza de las diversas sociedad de mercado, es decir, de una sociedad regulada por la lógica
experiencias de políticas sociales en los diferentes países lleva a reco- capitalista del beneficio individual, ya que el problema de hacer viable
nocer diferentes modelos y tipos de Estado del bienestar. la democracia en el interior de un sistema social en el que el valor per-
Esta diversidad de modelos y tipos de Estado del bienestar ex- sonal está íntimamente asociado con la propiedad de bienes muebles
plica que, para Esping-Andersen (1990, 2000), no exista una única e inmuebles y con la obtención de poder y riqueza, se presenta como
perspectiva teórica sobre este, porque este Estado obedece más a una un problema fundamental que no puede ser sesgado, pues afecta al
realidad práctica que a una mera teoría. En todo caso, este autor habla modelo de sociedad en el que queremos vivir.
de teorías sobre el Estado del bienestar vinculadas a diferentes posiciones Los defensores del «Estado mínimo» contemplan el Estado
político-ideológicas. Concretamente, Esping-Andersen ha analizado las como un instrumento auxiliar del mercado, al servicio de su lógica
diferentes teorías sobre estados del bienestar en función del reparto de de racionalización. Así, el mercado es el principio sobre el que debe
responsabilidades existentes entre el Estado, el mercado y la familia. pivotar lo social, esto es, una suerte de determinismo económico en
Para tal objetivo, Esping-Andersen ideó el concepto de régimen de base a los principios del coste y beneficio de las acciones sociales.
bienestar para referirse a la combinación de elementos que definen la El Estado debería gestionar en exclusiva los considerados bienes
producción acumulativa de bienestar alcanzada por una sociedad en públicos puros, como son la defensa, la justicia, el orden público,
función de los aportes del mercado, las familias y el Estado. y el marco normativo y legal requerido para el funcionamiento de
En este sentido, Esping-Andersen distingue tres regímenes de las actividades económicas. Adicionalmente, el Estado debe asumir
Estado del bienestar: el liberal, el conservador y el socialdemócrata. las tareas de la gestión macroeconómica, para propiciar condiciones
Así, un primer grupo sería el Estado del bienestar liberal, caracteriza- para la estabilidad y el crecimiento. En el ámbito de la promoción
do por unas limitadas prestaciones sociales, donde el bienestar social de la equidad, las tareas mínimas del Estado, además de las que se
está orientado hacia el mercado (Australia, Canadá, Estados Unidos). deriven de la prestación de los servicios de salud pública, las con-

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forman los programas singulares de lucha contra la pobreza extrema de pobreza) y de aspectos cualitativos (cambios en la composición
y las actividades de socorro y asistencia en caso de emergencia o interna de los grupos con mayor vulnerabilidad).
catástrofe. Asimismo, se enfatiza la labor del Estado de orientación El concepto de nuevas pobrezas se entiende solo si se pone
para el fomento de los mercados, para la coordinación y comple- en conexión, tal como venimos haciendo hasta ahora, en primer
mentariedad de los procesos inversores o para el apoyo al desarrollo lugar, con los cambios en la relación que tienen las personas y los
de un determinado sector estratégico. grupos sociales con el mercado de trabajo, esto es, con el tema
Esta representación tendente a minimizar el rol del Estado en central de la relación salarial. En un segundo lugar, pero no me-
diferentes esferas de la actividad económica y social, ha legitimado nos importante, las nuevas pobrezas tienen que ver con procesos
los procesos de desregulación, reordenación y privatización del sec- de pérdida de capital relacional y de capital social. Asimismo, las
tor público; procesos dirigidos a reducir el sector público a través nuevas expresiones de la pobreza tienen que ver también con pro-
del movimiento de reforma de la public choice. Reforma que busca cesos más globales generados en la sociedad tardomoderna, como
limitar el grado de capacidad de imposición del Estado, para evitar por ejemplo la creciente incertidumbre y el creciente riesgo que
que el poder de grabar se transforme, según este movimiento, en experimentan los individuos por los procesos de individuación
el poder de confiscar. Así, desde la década de 1980, la acentuada (Martuccelli,2002).
proclamación del individualismo y la puesta en marcha de solu~iones Wacquant (2006: 259) plantea la emergencia de un nuevo
alternativas de carácter privado al bienestar social constituyeron las régimen de marginalidad avanzada alimentada por la inestabilidad
bases del eslogan antifiscal. estructural del trabajo asalariado, el retroceso del Estado Social y la
El actual cuestionamiento del modelo de Estado del bienestar pro- concentración, en distritos desprestigiados, de sectores desprovistos
duce un retraimiento de las políticas sociales y un avance del desarrollo de una lengua compartida que les permita forjar una identidad
de los mecanismos de mercado en terrenos como la salud, la educación, común y afirmar reivindicaciones colectivas. Esta concentración y
la vivienda, etc., en los que e;l Estado se inhibe progresivamente. A aislamiento es producto de un proceso activo de desidia institucional
la progresiva precarización del empleo y la retirada progresiva de la y de segregación favorecido la descomposición avanzada del sector
universalización de las prestaciones sociales se le une una crisis en el público. Se sigue de ello:
modelo de democracia política, que ha dado lugar a una creciente dis-
puta social entre las fuerzas que pugnan por la reducción a su mínima Que sus fuentes no son solo económicas, ligadas a la reestruc-
expresión del Estado en la cuestión económica y social y las fuerzas turación posfordista del mercado laboral metropolitano, son
que pugnan por el mantenimiento de los derechos universales histó- también, y sobre todo, propiamente políticas, ancladas en el
ricamente conquistados. La creciente conflictividad social en Grecia, abandono del gueto por parte del Estado, hecho posible por la
España, Francia o Estados Unidos dan cuenta de la confrontación que si marginación del subproletariado urbano en los campos políticos
bien no se expresa ahora como el resultado de la lucha de clases (como locales y nacional.
en el origen de los estados del bienestar), sí como el resultado de la
reivindicación de una ciudadanía social sustentada en unos principios Tortosa {1993: 21-22) ofrece un resumen de la literatura sobre
de una ciudadanía política más activa y participativa. la nueva pobreza en los países occidentales en tres líneas:

1) En los Estados Unidos el debate se centra en el término under-


Las nuevas pobrezas class (infraclase), que se define como el conjunto de marginados
El concepto de nuevas pobrezas remite a la consideración de aspectos del sistema productivo. Tiene relación con el incremento de la
cuantitativos (nuevos grupos sociales en los que se acrecienta el riesgo desigualdad de rentas por el aumento de los dos extremos de

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la escala social. Tezanos (2001) apunta que con el término «in- que entre pobreza/no pobreza y exclusión/inclusión se dan situacio-
fraclase» los sociólogos pretendían llamar la atención sobre los nes intermedias que comportan una diversidad de trayectorias en
efectos sociales de la política de recortes sociales y de los fracasos ambos sentidos. Por otra parte, la pobreza integrada hace referencia
de los programas de lucha contra la pobreza en los EE UU. a la idea tradicional de pobreza como debilidad económica (rentas
A este respecto, Wacquant (2006) argumenta que el análisis de bajas) y como un estado permanente y fácilmente reproducible,
la infraclase no puede ignorar uno de los rasgos más flagran- habitual en territorios generalmente pobres, como es el caso de los
tes de la pobreza en la metrópolis estadounidense, a saber, el países del sur de Europa. En este tipo de pobreza, no es adecuado
hecho de que se trata ante todo de una pobreza racionalizada, hablar de exclusión social ya que se dan mecanismos consolidados
infligida a los negros (y, cada vez más, a las otras «minorías» de integración de la población vulnerable en la sociedad, especial-
que ocupan posiciones cercanas) en razón del lugar subalterno mente gracias a la solidaridad familiar. Allí donde se da, se trata
que ocupan estos últimos en la estructura de las relaciones de una tipología de pobreza extendida y que no se diferencia de
étnicas y de clase del país, tal como lo demuestran su duradera otros estratos «no pobres» de la sociedad. Por lo tanto, tampoco se
segregación, su tasa prácticamente nula de matrimonios mixtos produce una estigmatización, ya que si bien el nivel de vida es bajo
y su truncado acceso a los instrumentos I.le reproducción y (y generalizado), se tr.:--" .:Íenen los lazos sociales.
movilidad sociales. La pobreza marginal, o residual, o cuarto «mundo», está constitui-
2) En Europa, en los afios ochenta, aparece el concepto de nueva da por una pequeña franja de población que figuran en la conciencia
pobreza, definida por: a) el aumento de personas que subsisten colectiva como los inadaptados de la sociedad; se trata de aquellos
gracias a las ayudas públicas, b) el desempleo y la inseguridad que no han podido seguir el ritmo de crecimiento y las normas im-
del empleo, que afectan cada vez a más miembros de la clase puestas por las exigencias sociales de productividad y de actividad
media, e) el aumento de familias monoparentales, especialmente en la generación de riqueza. Este tipo de pobreza es característica
sensibles a las situaciones de desempleo, y ti) el aumento del de sociedades industrialmente desarrolladas, que otorga un estatus
número de vagabundos (homeless) que sobreviven al margen de social muy deteriorado a sus miembros: son lo que en el argot del
los vínculos familiares y sociales. trabajo social se denomina como «casos sociales». Precisamente por
3) Finalmente, el concepto de nueva pobreza estructural, que no debe este hecho, y por la voluntad de no poner en duda los fundamentos
confundirse con el de nueva pobreza, sigue la línea del argumen- del funcionamiento del sistema económico y social establecido, la
tario del concepto de infraclase, pero con un mayor componente acción social recalca la idea de que se trata de una pobreza al margen
ideológico contrario a la protección pública. La estructuralidad de la sociedad, incapaz de integrarse de forma autónoma. Es, pues,
de esta nueva pobreza vendría generada por la cronificación de un tipo de pobreza habitualmente minimizada y, al mismo tiempo,
la pobreza en los individuos que optan por caer en la situación estigmatizada, en la que ya se contemplan de forma equilibrada tanto
de dependencia del sistema de ayudas públicas. el concepto de pobreza como el de exclusión social, ligado este último
" a las recientes conceptualizaciones sobre nueva pobreza.
Por su parte, Paugam (2007a), a través del estudio cuantitativo Finalmente, la pobreza descalificadora afecta cada vez a mayores
de la pobreza en Europa en los últimos afios, sintetiza tres formas capas de población (y amenaza a muchas más, generalizando una
elementales o tipos ideales de pobreza en función del tipo de rela- percepción de incertidumbre y angustia en el horizonte social), que
ción de interdependencia entre la población pobre y el conjunto se enfrentan a la precariedad en el trabajo, que están debilitadas para
de la sociedad: pobreza integrada, pobreza marginaly pobreza desca- hacer frente al riesgo de sufrir situaciones desfavorables: tienen bajos
lificadora. Esta última es la que más se aproxima a la idea de nueva ingresos, gozan de un bajo nivel de vida y de situaciones de mal esta-
pobreza. Una de las hipótesis principales que Paugam presenta es do de salud, sufren fragilidad en las relaciones sociales y en la partici-

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pación comunitaria. Se trataría de un tipo de pobreza propio de las social. En este sentido, la exclusión surge a raíz del debate sobre la
sociedades tardomodernas, fruto de la crisis de la sociedad «salarial», cuestión social, sobre el funcionamiento de la sociedad, no solo por
principalmente por tres factores: 1) un nivel elevado de desarrollo el hecho de abarcar a capas cada vez más numerosas de población
económico, ligado a un fuerte deterioro del mercado de trabajo, 2) que se ven expulsadas del progreso económico del capitalismo pos-
una mayor fragilidad de los vínculos sociales de tipo institucional industrial, sino por la extensión de la inseguridad en colectivos
(instituciones mediadoras), y 3) unos modelos estatales de protec- que tradicionalmente tenían asegurada una posición de protección
ción social que van siendo minimizados. Esta conjunción genera social, lo que Castel (2004) denomina colectivización de los riesgos
una fuerte desvalorización social en sus miembros (con el agravante o resurgimiento de la incertidumbre. .
de que, a diferencia de los otros dos tipos anteriores, muchos de sus Las nuevas pobrezas dan cuenta de la socialización de la pobre-
miembros no han conocido anteriormente situaciones de pobreza a za, en la medida en que <<nuevos sectores sociales» emergen como
lo largo de su vida y serán, literalmente, nuevos pobres). «nuevos sectores vulnerables». En algunos casos, las nuevas pobrezas
La idea central de la descalificación es que concibe la exclusión se conectan con la exclusión social a medida en que aquellas se
social como un proceso dinámico y no irreversible que afecta a un cronifican y se clausuran en sí mismas. Pobreza y exclusión llegan
mayor y más diversificado número de gente procedente,> de diferen- a retroalimenlcúse en un proceso en el q:..<' ,e ven abocados grupos
tes categorías sociales. En el Capítulo III de este libro abordamos cada vez más numerosos. Paugam (2007a) apunta que la decadencia
la pobreza descalificadota en conexión con la idea que proponemos material y la dependencia de la asistencia respecto a las transferencias
de socialización de la pobreza, para denotar que la nueva pobreza sociales se traducen en la sensación de estar atrapados en un meca-
se abre camino por vía de la descalificación social de cada vez más nismo que lleva a la inutilidad social. Por otra parte, Castel (1997b)
sectores sociales que hasta ahora habían quedado protegidos frente argumenta que el trabajo es más que el empleo, dado que constituye
a la vulnerabilidad. Entre ellos, los jóvenes pos-universitarios y los una fuente de identidad para el individuo. Así, el no-trabajo es algo
adultos de entre 30 a 49 años, sobresalen en los últimos años como más que el desempleo. De hecho, la precarización del trabajo y el
colectivos que han aumentado su presencia entre los pobres en aumento del desempleo conllevan un déficit de puestos (posición
España. En nuestro país convive una extensa pobreza tradicional e social con reconocimiento público) ocupables en la estructura social.
integrada (en términos comparativos con otras realidades europeas, De esta manera el actual modelo de organización del trabajo genera
un modelo muy visible en regiones como Andalucía, Extremadura un conjunto de población «inútil para el mundo», inutilidad social
o Canarias) con la emergencia de una nueva pobreza descalificadora que la descalifica también en los ámbitos cívico y político.
más propia de las grandes concentraciones urbanas. El modelo de eficacia y de competitividad en nuestra sociedad
La vulnerabilidad laboral está en el denominador común de una puede tener y tiene efectos no deseados como una máquina de vul-
buena parte de esta pobreza descalificadota que afecta ahora sí, a lo nerabilizar, e incluso como «una máquina de excluir». En el seno de
que podríamos llamar las nuevas pobrezas, que en el caso de España la empresa, la competitividad excluye a los trabajadores menos aptos
son aquellas que afectan a jóvenes con forma~ión media o superior, para la productividad o menos experimentados, individuos desva-
familias nucleares cuyos miembros principales están entre los 30 y lorizados y desposeídos de puestos de trabajo que podrían ocupar
los 49 años y finalmente una parte de los inmigrantes (sobre todo debido a la sobrecualificación imperante en el mercado laboral. El
en el período de crisis iniciado en 2008). Esta vulnerabilidad laboral dinamismo económico produce, así, efectos trágicos desde el punto
(a la que acompaña, como no puede ser de otra forma, la insegu- de vista de la cohesión social. La ruptura del modelo de integración
ridad económica), se traduce en un debilitamiento de los vínculos social basado en el pleno empleo y en la solidaridad familiar y co-
sociales y en una deficiente integración en el sistema social que, munitaria ha puesto en cuestión el modelo de funcionamiento de la
en su extremo, puede llevar a los individuos al borde de la ruptura sociedad salarial, yel modelo de funcionamiento de la organización

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fordista del trabajo, sustituido por las nuevas formas de organización comunes inherentes al hecho de ser una mujer dentro de una sociedad
flexible del trabajo. determinada. Por lo tanto, hay que situar a hombres y mujeres en
Quizás sea obvio pero es necesario recordar que una sociedad múltiples sistemas de dominación y explicar por qué hay mujeres y
no puede fundarse exclusivamente en un conjunto de relaciones hombres que lo tienen todo y mujeres y hombres que no tienen nada.
contractuales entre individuos libres e iguales, pues entonces excluye De una manera más específica, no todos los individuos se encuentran
a todos aquellos con condiciones de existencia tales que no pueden igualmente vulnerables, ya que la serie de fenómenos que resultan ser
asegurarse la independencia social necesaria para entrar en paridad factores estructurales de la exclusión social no afectan por igual a toda
en orden contractual. No todo es contractual en el contrato, como lo la población. En el contexto español, las personas más vulnerables
vio tan bien Durkheim, testimonio particularmente lúcido de fines son los más jóvenes, las discapacitadas, las inmigrantes, las mujeres
del siglo XIX de la quiebra de la modernidad liberal, y que fundó y los hombres mayores de 40 años. Por tanto, no se puede hablar de
la sociología precisamente para dar respuestas a esta situación: la pobreza y exclusión como algo uniforme, y aunque las mujeres están en
sociología, o la toma de conciencia de la fuerza de los colectivos. La mayor riesgo de pobreza (según las tasas de riesgo que presentaremos
inscripción o la reinscripción de los individuos en el seno de sistemas posteriormente), es necesario considerar que hablar exclusivamente de
de organización colectiva: dos géneros pue¿.- .:ontribuir a esencializar las dif.- .rencias e ignorar la
complejidad de las identidades sociales relacionadas con la pobreza.
Es la respuesta a los riesgos de disociación social que conlleva la Hay un conjunto de factores de exclusión o vulnerabilidad
modernidad, y la respuesta a la cuestión de las protecciones tal social que se repiten en la investigación sobre pobreza: el paro, la
como se impone a partir de una toma de conciencia de la impo- enfermedad, la discapacidad, el nivel formativo muy bajo, la falta
tencia de los principios del liberalismo para fundar una sociedad severa de recursos económicos, la falta de experiencia laboral de-
estable e integrada. Esta respuesta pasa por la constitución de bido al trabajo doméstico, la precariedad económica asistida en el
los derechos sociales y por la implicación creciente del Estado hogar y las dificultades económicas en el hogar. Las mujeres suelen
en un rol social, en la que el derecho y el Estado representan la acumular un mayor número de factores de exclusión y estas, al igual
instancia del colectivo por excelencia. (Castel, 2008: 53) que los jóvenes o ancianos, poseen factores de exclusión específicos
determinados por las experiencias vividas (en el Capítulo VII, los
relatos biográficos dan cuenta de estas vulnerabilidades). La edad, la
Pobreza y género procedencia social y el género producen dinámicas de agravamiento
En los análisis de la pobreza la variable género ha jugado un papel o modulación de los factores anteriormente señalados.
finalista y, además, por su carácter dicotómico ha llevado a interpre- Factores claves como la inclusión/exclusión del empleo, el acceso
taciones sobre la pobreza un tanto reduccionistas. Lo que intentamos a la vivienda, los recursos económicos que captan los individuos y
mostrar en los capítulos que siguen (Capítulo II, III y IV) es que los hogares y la existencia de redes sociales, son algunos de los fac-
la variable género se ha de inscribir en un cbnjunto de factores que tores que presentan algunas características específicas para hombres
determinan los riesgos de pobreza y, por consiguiente, el género «en y mujeres:
sí mismo» tiene poco poder explicativo de las distintas formas de
vulnerabilidad si no se conecta con la posición de hombres y mujeres 1) Respecto al trabajo, las mujeres se caracterizan por tener mucho
en el entramado de las relaciones sociales. trabajo y poca ocupación remunerada, es decir, se ocupan casi en
Las variaciones que existen entre mujeres de diferentes clases, exclusiva del trabajo doméstico no remunerado y para una buena
orientaciones sexuales y de diferentes orígenes étnicos son tan im- parte de mujeres, el trabajo remunerado sigue siendo entendido
ponantes para la posición social de la mujer como los elementos como un complemento adicional para la provisión de ingresos

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al hogar. Este hecho general se traduce en posiciones sociales convivencial al utilizar todo su tiempo de trabajo y su esfuerzo
para las mujeres marcadas por las siguientes características: en el cuidado de los demás, dejando siempre en un segundo
a) La mayor tasa de paro femenina, para todos los sectores de plano otros desarrollos como persona (de empleo, de disfrute
actividad y en todos los tramos de edad. del tiempo de ocio, de relaciones sociales, etc.).
b) La segmentación en el mercado de trabajo, que reparte a las 3) Respecto al reparto de los recursos en el hogar, se observa que lo
mujeres en ocupaciones con escaso salario y con condiciones que aportan las mujeres a la economía doméstica suele utilizarse
contractuales que llevan a la intermitencia en el mercado para cubrir las necesidades básicas del hogar (comida, vestimenta,
de trabajo. etc.), mientras que lo aportado por el hombre, suele usarse para
c) La segregación vertical, que hace que las mujeres accedan a de- otro tipo de destinos como pueden ser la compra de un coche,
terminados puestos laborales con menor responsabilidad. el ahorro o las vacaciones. En muchos entornos familiares, la re-
d) Las diferencias salariales, dotando a las mujeres de menores muneración que aportan las mujeres sigue siendo valorada como
ingresos que a los hombres en los mismos sectores de acti- un complemento adicional a los ingresos de la persona principal,
vidad y para similares ocupaciones (consultar tabla 3.1 del que insistentemente sigue siendo todavía el hombre.
Capítulo nI).
e) Las mujeres son quienes ocupan la mayor parte de los traba- Estas situaciones combinadas y relacionadas con los hogares y
jos a tiempo parcial, lo que les aboca a la doble jornada (el los individuos pobres, ha llevado a algunos autores a considerar el
empleo y el trabajo doméstico). Así pues, la división sexual concepto de feminización de la pobreza, que hizo fortuna a finales de
del trabajo que existe en nuestras sociedades según la cual la década de los noventa y que sigue utilizándose en la actualidad en
los hombres tienen más posibilidades y facilidades para tener investigaciones de ámbito internacional. Se trata de una perspectiva
una ocupación remunerada y las mujeres para desarrollar un que constata que las mujeres son más pobres que los hombres, y
trabajo no remunerado, explica que las mujeres vivan en mayor el concepto de feminización se utiliza para indicar que la pobreza
porcentaje que los hombres situaciones de vulnerabilidad. tiene una mayor incidencia en la mujer que en el hombre, o que la
2) Respecto a la redes sociales dentro y fuera del entorno familiar, la pobreza de las mujeres es más severa que la de los hombres, o que
familia destaca como la principal red de ayuda, apoyo y protec- la incidencia sobre las mujeres está creciendo en comparación con
ción en las situaciones de empobrecimiento, sin desestimar otras los hombres. Pero la expresión feminización de la pobreza no deja
redes de apoyo tej idas en el vecindario y con los servicios sociales de ser problemática ya que se formula como si tuviera un contenido
(públicos o privados). En el papel de nudo central en el haz de suficiente y reconocido, y únicamente señala que la proporción
relaciones suelen aparecer las mujeres. De esta manera, lo que de mujeres sobre el total de pobres es mayor. Esta problemática la
para los hombres es fuente de ayuda y apoyo, para las mujeres abordamos con mayor profundidad en el Capítulo In.
es la principal fuente de trabajo no re~erado y escasamente Hay una segunda orientación analítica que orienta el estudio a la
valorado socialmente. La solidaridad farrÍ.iliar y relacional como relación entre el proceso de empobrecimiento y el género en combi-
fuente de producción de recursos, supone para las mujeres un nación con los factores que distribuyen a la población en diferentes
coste en tiempo, esfuerzo, salud, yen consecuencia también, posiciones sociales. Parece sensato afirmar que la experiencia de la
una pérdida de otras oportunidades. pobreza y exclusión está condicionada por las identidades de género
Sobre las espaldas de las mujeres recaen los costes del sistema y esto nos remite a analizar a hombres y mujeres cada uno de ellos
de bienestar familiar, y este hecho ha llevado a considerar un con sus propias oportunidades, roles y responsabilidades. Y esto tiene
cierto círculo vicioso de la pobreza femenina ya que las muje- que ver con la división del trabajo, que es fundamentalmente división
res se empobrecen a sí mismas en el seno de su propia unidad sexual, observable no solo en el empeoramiento de las condiciones de

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trabajo, sino también en el contenido y las condiciones de trabajo que La actividad económica se ha interpretado a través de categorías
experimentan mujeres y hombres en la sociedad tardomoderna. masculinas mediante valores androcéntricos. En sentido estricto, la
En el contexto español destaca el hecho de que las políticas con- naturaleza del trabajo tiene una clara base en el sexo, dado que no es
tra la pobreza y la exclusión han registrado una notable expansión exclusivamente la división del trabajo lo que explica la subordinación
durante los últimos años, principalmente mediante el desarrollo de de las mujeres, ya que es la desigualdad entre hombres y mujeres
un sistema centralizado de asistencia no contributiva y de un sistema lo que se incorpora como factor estructurante en las relaciones de
descentralizado de protección general de los hogares más pobres a producción yen la división del trabajo. Desde este punto de vista,
través de las rentas mínimas autonómicas. La cobertura social hacia son las desigualdades de género las que determinan la posición que
las mujeres palia en parte el deterioro de su posición económica que hombres y mujeres ocupan en la producción de la existencia, dado
viene afectada por su situación en el mercado laboral, en el trabajo que todavía hoy el proceso de socialización está organizado jerárqui-
doméstico y por el escaso acceso a la protección contributiva. camente en torno a los géneros, el cual produce y reproduce la vida
Las relaciones entre el género y el volumen de trabajo total, son humana, yel que produce y administra los medios que permiten
claves para comprender la situación social y económica de las mujeres, la ampliación de la vida humana. Esta organización forma parte de
ya que al ser estas las encar~.Jas de realizar el trabajo domé.;,:;.co, cuen- u!" .; :stema de dominación mascL; l;na.
tan con un doble problema. Por un lado, la dedicación al cuidado de Lo anterior da cuenta también que en las empresas las mujeres
personas mayores, enfermos o niños obliga a reducir o suprimir toda sean consideradas trabajadoras que dedican solo una parte de sus
actividad remunerada. Esto supone una pérdida de la independencia esfuerzos al trabajo y a la carrera profesional, y que solo buscan un
económica a la vez que empobrece su red de relaciones sociales. Por trabajo complementario al del marido. De ahí que la disponibilidad
otro lado, el hecho de que las mujeres sean dependientes del ingreso de temporal sea un principio no gradualmente distribuido entre los
sus cónyuges las sitúa automáticamente en una situación muy vulne- géneros que se apoya en diferencias sociales, sustentada en desiguales
rable, cuando cualquier acontecimiento vital afecte al cónyuge (véase distribuciones sociales del tiempo. Desigualdad en tanto que las
más extensamente el análisis que realizamos en el Capítulo IV). mujeres siguen siendo fuerza de trabajo preferente para determinados
La pobreza y la exclusión social se están acentuando en la ac- puestos de trabajo porque no han dejado de ser fuerza de trabajo
tualidad por la degradación de las condiciones de empleo, aspecto más económica que los hombres. Además de más económicas, las
que explica la generalización de una insuficiencia relativa de recursos mujeres son más flexibles y, por tanto, convenientes en mercados
por parte de determinados tipos de mujeres para disfrutar de unas laborales que son cada vez menos rígidos. En este sentido, el empleo
condiciones de vida aceptadas por la sociedad de referencia. Insu- a tiempo parcial vendría a ser la respuesta de la sociedad al tema de
ficiencia relativa de recursos que afecta a las mujeres de forma muy la reproducción de la propia especie tras la incorporación masiva de
desigual y que se debe a que la responsabilidad de compatibilizar las mujeres a tareas productivas dentro del mercado de trabajo.
la vida familiar con la vida laboral recae aún hoy en las mujeres. La La concepción del empleo a tiempo parcial ofrecido específi-
estructura aún hoy patriarcal de la famil'ia impone la inscripción camente a mujeres es el reflejo más evidente del modelo familiar
social de las mujeres en el espacio doméstico en el que están a car- «hombre cabeza de familia». El empleo asalariado y la salarización
go de las responsabilidades familiares. La fuerza de esta ideología no tienen el mismo significado para las mujeres y para los hombres,
familiar explica, asimismo, que el trabajo a tiempo parcial haya sido y más aún cuando en la actualidad no se puede ocultar la tendencia
construido como una forma de ocupación socialmente destinada a de las mujeres a labrarse una identidad basada en la dimensión la-
las mujeres y que, más allá del tiempo, se trata en realidad del estatus boral. Lo que caracteriza a nuestra sociedad ya no es la ausencia de
profesional y social de las mujeres mientras que el trabajo a tiempo las mujeres de la vida profesional, sino la implicación femenina en
parcial ha constituido esencialmente en su dimensión sexuada. el trabajo remunerado, la norma laboral se encuentra masivamente

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interiorizada en las mujeres. Sin embargo, la concentración de las
mujeres en ocupaciones secundarias y mal pagadas, su posición
de subordinación en el mercado de trabajo, hay que interpretarlo
como una consecuencia del sistema de segregación sexo-género y
de la ideología familiar patriarcal.
El paro y el desarrollo del empleo a tiempo parcial a iniciativa
del empleador acentúan la lógica segregativa (horizontal y venical)
de la actividad femenina. Lógica que responde a factores endógenos
(la segmentación del mercado laboral que aprovecha las condiciones
sociales específicas de las mujeres para incrementar la productividad,
el control de la gestión y los beneficios, la consideración de la mano
de obra femenina como «secundaria» , la construcción del concep-
to de «cualificación», la semantización del trabajo femenino como
«ayc~-_,), y a factores exógenos a la "rganización de la prnducción
(la oferta laboral femenina condicionada por el trabajo reproducti-
vo, la informacionalización, la interconexión y la globalización de
la economía). Factores que hay que situar en un contexto en el que
el tiempo de trabajo y el contrato que fija el tiempo completo y el
tiempo parcial están en el centro de un «mercado» social que define
el estatuto de las diferentes categorías de asalariados, que distingue
a los hombres de las mujeres, los jóvenes de los menos jóvenes, a
los y a las asalariadas calificadas de los trabajadores no cualificados,
y que contribuye a construir la calificación, el modelo de carrera y
la estabilidad o la precariedad del empleo.
Concentración, feminización, descalificación son, actualmente,
las principales características de los empleos a tiempo parcial, y ello
en un contexto en el que la norma social de empleo keynesiana de
integración y cohesión social va siendo sustituida por una norma
de empleo precarizada y favorecedora de la vulnerabilidad. Así, las
crecientes exigencias de un mercado segmentado, desregulado,
flexibilizado y precarizado han puesto a 'mujeres, pero también
crecientemente a los hombres, en posiciones vulnerables en los
mercados de trabajo que tiene efectos sobre los riesgos de pobreza
que presentan los individuos y los grupos sociales que comparten
características como la formación, la salud, la dependencia, la clase
social y la combinación de diferentes capitales sociales, económicos
y relacionales que puedan desplegar en la sociedad.

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