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LA COMUNICACIÓN EN LA MEDIACIÓN
Las dificultades más frecuentes en los procesos de mediación provienen de la relación entre las
partes, que se deteriora paralelamente a medida que el conflicto va aumentando en
intensidad.
Las partes suelen experimentar enojo, rabia, desconfianza y deseos de venganza por
una situación que consideran injusta.
El conflicto puede llegar a suponer una gran carga emotiva que puede causar una gran
preocupación, malestar y ansiedad en las personas. Aunque la manera en que se vive
el conflicto es diferente según la personalidad del individuo: hay personas que lo viven
con total naturalidad, mientras que para otras es un suplicio.
En consecuencia, debemos tener en cuenta que es importante trabajar las emociones antes de
iniciar el proceso de mediación, de otro modo, difícilmente las partes tendrán disposición a
negociar acuerdos.
Este componente emocional se concreta en una relación muy deteriorada, que puede haber
llegado a ser francamente mala o incluso inexistente. De hecho, la falta de diálogo entre las
partes implicadas suele ser un elemento común en cualquier conflicto, especialmente a
medida que se va polarizando.
debemos procurar el restablecimiento de puentes de diálogo, que solo serán posibles a través
del control emocional, el diálogo, la escucha activa y la adopción de una actitud empática.
BARRERAS EN LA COMUNICACIÓN:
Atendiendo a la disponibilidad de las partes para participar, nos encontramos con dos tipos de
barreras:
HABILIDADES DE COMUNICACIÓN
CAUCUS Y PAUSAS:
Mediante el caucus la persona libera mucha tensión, puede verbalizar sus deseos con mayor
libertad y experimenta un momento de reflexión. Tras él, la vuelta a la negociación se realizará
con mucha mayor tranquilidad y seguridad.
LAS PAUSAS: La persona mediadora, en línea con esta sensibilidad para tomar el pulso del
proceso, deberá identificar aquellos momentos en los que es necesario establecer pausas para
favorecer los procesos de reflexión.
A lo largo de todo el proceso de mediación, pero especialmente en los momentos más
trascendentes, alguna de las partes va a requerir espacios que la ayuden a recomponer o
replantearse la situación.
Es muy importante proporcionar estos espacios de silencio o pausa para cuando algunas de las
partes necesiten un tiempo para reflexionar sobre lo que se ha dicho o planteado, o bien para
aclarar las ideas. Hay que pensar que para alcanzar acuerdos satisfactorios es necesario que las
partes interioricen que estos acuerdos son beneficiosos y esto, a menudo, requiere tiempo.
TECNICAS DE MAPEO DE CONFLCTOS:
LA REESTRUCTURACIÓN COGNITIVA:
tiene como objeto identificar las distorsiones cognitivas y modificarlas o sustituirlas por
pensamientos adaptativos.
Existe una clara relación entre los pensamientos de la persona y las emociones y los
sentimientos que experimenta. A su vez, esta reacción emocional influirá en la reacción
comportamental de la persona ante esas situaciones, ante la conducta de otro, o ante los
síntomas que experimente, según el caso.
A menudo la deriva del conflicto genera una percepción distorsionada de la imagen de la parte
contraria y un alejamiento de una visión racional del conflicto. Lo que en definitiva conocemos
como distorsiones cognitivas o pensamientos no adaptativos.
Existen multitud de pensamientos no adaptativos, pero algunos de los más frecuentes en los
procesos de mediación son estos:
Tener la convicción inflexible de estar en posesión de la razón, sin ninguna base real
que lo avale.
Que la parte contraria es su enemigo y que le quiere mal. Suele considerarse víctima y
le atribuye la responsabilidad de los propios errores y la vivencia de otras
circunstancias negativas.
Desvalorizar por completo a la parte contraria, tanto a nivel humano, como físico,
profesional, etc.
Centrarse solo en los aspectos negativos de una situación.
Interpretar cualquier hecho o situación de manera extrema, sin término medio.
Extraer conclusiones generales a partir de hechos aislados o pequeños detalles, o
aplicar estas conclusiones a hechos que no están relacionados entre sí.
Exagerar o infravalorar las consecuencias de algún suceso, según quién lo protagonice.
EL PROCEDIMIENTO:
Una vez identificados los pensamientos, estos se analizan. Una buena manera de hacerlo es
mediante preguntas; el hecho de tenerlas que responder mentalmente nos obliga a
reflexionar.
Ultimo paso del procedimiento es buscar pensamientos alternativos que reflejan de manera
adecuada la realidad.