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¿Porqué Escuela de Gobierno “Floreal Ferrara”?

A continuación les proponemos la lectura de un documento de trabajo que se encuentra en la


página de Nuestra Escuela de gobierno en Salud Florear Ferrara, el mismo será orientador para
poder comprender el porqué de esta denominación así como los propósitos ético-políticos-
sanitarios y educativos que orientan las acciones que se llevan adelante desde aquí.

http://www.ms.gba.gov.ar/sitios/capacitacion/

Año del Bicentenario

Gobierno de la Provincia de Buenos Aires

Ministerio de Salud

Escuela de Gobierno en Salud “Floreal Ferrara”

Una carta Institucional…(izante)

Documento de trabajo setiembre 2020

“Queremos impulsar una transformación cultural de y en los servicios de salud y espero ver a la
Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara, promoviendo ese proceso” Daniel Gollán
Este trabajo está dedicado a las personas fallecidas, por la pandemia de Covid 19 a sus familias y
seres queridos y muy especialmente al personal de salud que expuso y expone su vida para salvar
la de los demás.

El surgimiento de la Escuela de Gobierno en Salud “Floreal Ferrara” requirió una etapa exploratoria,
más prolongada de lo imaginado, para dimensionar el marco político, social económico, cultural e
institucional, en el que nace y da sus primeros pasos.

Una primera aproximación nos indica que la concepción de Escuela aquí empleada excede el uso
familiar de este término y que, traducido en pocos trazos, nos dice que no solo se trata de “ser una
Escuela” sino sobre todo de “hacer Escuela”. Para que este nombre adquiera las resonancias y las
consecuencias de ello, de manera analógica promovemos que todos los hospitales e instituciones
provinciales de salud adquieran este rasgo, es decir el de ser/hacer escuela.

Los motivos para la utilización de la palabra Gobierno requieren también ser explicitados. En su
etimología (kybernéin ‘pilotear un barco’ también ‘dirigir, “gobernar”) ya trae marcas de la idea de
conducir, de señalar o de marcar el rumbo, lo que supone una tarea que deviene y articula con el
quehacer colectivo, especialmente aquel que requiere coordinación y direccionalidad. Nuestras
instituciones, que no viajan en el espacio pero sí en el tiempo, requieren de coordinación y
direccionalidad para que el esfuerzo colectivo alcance los resultados que la sociedad espera de ellas.

Por otra parte, resulta necesario argumentar que Gobierno y Gestión no son términos que se
intercambian. Cuando los sistemas se encuentran en un período de reproducción, -característico de
los gobiernos conservadores-, las diferencias se hacen poco visibles y entonces gobernar puede
llegar a ser o parecer sinónimo de gestionar (con frecuencia aplicando dispositivos acríticamente
“importados” desde el management del sector privado).

En los procesos de transformación Gobierno y Gestión se diferencian de manera sustancial y


significativa.. En procesos de transformación el Gobierno se enfrenta a la necesidad de
descubrir/construir políticas, proyectos e iniciativas detectando nuevas necesidades, poniendo en
discusión y en revisión sistemática que es lo que hay que hacer, especialmente cuando el rumbo
que habían tomado los acontecimientos exige un cambio sustancial de dirección.. La Gestión se
centra en lograr que las cosas ocurran asume la agenda de lo que hay que hacer y se legitima
intentando aportar a hacerlo en una forma más efectiva.

Las esferas que exigen esos cambios pueden ser muy diferentes, pero habitualmente se sistematizan
en tensiones que surgen de la estructura social, ii. Del sistema de valores iii. Del sistema científico
tecnológico. Normalmente estas esferas o dimensiones estructurales de la realidad permanecen
ocultas o poco visibles, pero uno de los rasgos de las crisis es que develan, que transparentan, que
hacen fenoménico los rasgos estructurales de una sociedad. ¿Cómo se expresa?

Estructura social: En el año que la pandemia “nos mandó a parar” podemos visualizar con bastante
claridad como la enfermedad “viajó” no solo por el mundo sino como viajo dentro de cada una de
las sociedades entre los sectores de mayores ingresos, los que habitualmente pueblan los vuelos
internacionales. Atravesó clases y fracciones de clase, pero generando impactos diferenciados
según edad, género, nivel socioeconómico, condición étnica, estatus migratorio, etc.

Sistema de valores: Del mismo modo la pandemia puso en tensión el sistema de valores de nuestras
sociedades que de una manera sobre simplificada se pone de manifiesto entre proteger la vida o
proteger la economía y las diversas combinaciones en esta polaridad que diferencia a los países, a
los gobiernos y a la “opinión pública” en todo el planeta.

Sistema científico tecnológico: Desde el momento que el peligro fue detectado y reconocido se
desencadena un proceso de magnitud, de velocidad y de complejidad de interacciones inéditos en
el mundo de la ciencia y la tecnología. En 6 meses patrones epidemiológicos de contagiosidad,
estructuras virales y mecanismos de afectación intracelular, desarrollo de kits diagnósticos,
mecanismos inmunológicos, incidencias y prevalencias, modelos matemáticos, fármacos,
inmunidad pasiva (plasma de convaleciente, suero hiperinmune) o más de 150 vacunas en
desarrollo (6 en fase 3).

Pero quizás lo más importante es verificar cómo las tres esferas se encuentran en permanente
interacción entre ellas.

Si esta breve explicación ayuda a comprender la diferencia entre Gobierno y Gestión existen aún
otras dimensiones que explicitar para que la idea de Gobierno no se encuentre confinada a la
preparación de una capa o instancia de élite en quienes concentrar todos los esfuerzos. Podemos
apelar entonces a Bertold Bretch y su esclarecedora frase “Hay un dirigente en cada uno de
nosotros”.

Surge así otra asociación ahora entre Gobierno, -de muy diferentes dimensiones de la realidad-, y
Liderazgo que requiere ser brevemente develada.

Alejada de una visión elitista se entiende que los fenómenos de Liderazgo no son rasgos o atributos
con los que algunas personas cuentan sino fenómenos sociales que pueden quedar sintéticamente
expresados en la noción que “el/la líder no se nace se hace”. Estos fenómenos sólo pueden ocurrir
en forma contextualizada en tiempo y espacio. El liderazgo no es un lugar por fuera de un grupo o
de un colectivo social sino por dentro mismo de su existencia. Las posiciones de liderazgo se ven en
la necesidad sistemática y permanente de validarse y de legitimarse. Las organizaciones
estructuradas en red brindan más y mayores oportunidades para que, sino todos/as, muchos de sus
miembros puedan ejercerlo de diversas formas, promoviendo liderazgos múltiples, rotativos,
flexibles, centrados en la tarea, entre otros.

Estas deconstrucciones afectan también el mundo de la Administración, el mundo de la gestión.


Desde aquel mandato fayoliano de la administración moderna de fines del siglo XIX: “la autoridad
es el cemento de la organización” hacia el enfoque más contemporáneo y estratégico: “la unidad de
mando no es imprescindible para la producción” o “la visión compartida es el cemento de la
organización” se ha recorrido ya más de un siglo de producción en Ciencias de la administración. Se
desliza cada día más desde aquella idea de centrar las expectativas de transformación desde “las
cabezas gerenciales” , hacia la construcción de una cultura compartida en la que cada trabajador/a,
cada equipo se forme y tome parte de un entramado de una gestión de calidad centrada
básicamente en las necesidades de las y los ciudadanos a quienes se dedican y a quienes se deben
todos los esfuerzos institucionales.

Es necesario explicitar también aquí el enfoque educativo de la Escuela de Gobierno, identificada


con los enfoques afines a la Pedagogía crítica para llevar adelante procesos de transformación. La
Escuela actúa hoy como una “universidad oculta”, con más de 20.000 alumnos de nivel secundario,
técnico y de posgrado. Todos estos procesos educativos merecen ser analizados y redefinidos en
función de este enfoque transformador antes mencionado. Es prioridad de la Escuela promover,
coordinar y desencadenar procesos educativos que lleguen a todos/as los/as trabajadores/as de
salud de la Provincia de Buenos Aires.

La noción de Salud que la Escuela adopta requiere también una explicitación. La histórica definición
de la Organización Mundial de la Salud (OMS), habitualmente tildada de utópica, ha generado sin
embargo un sinnúmero de efectos entre los cuales quisiéramos resaltar ese juego lingüístico que se
expresa en el “no solo la ausencia de enfermedad”. Una llave que abrió el campo de la salud hacia
nuevas dimensiones como las de la promoción, la salud mental o la atención primaria, entre otras.
La noción de “salud para todos” abrió camino comunicacionalmente a la noción del derecho a la
salud y al concepto de equidad, como perfeccionamiento de lo que es justo.

De este modo puede conceptualizarse que, el derecho a la salud incluye, pero a su vez excede, el
construir i. equidad en el acceso a un servicio de salud de calidad y complejidad adecuada a la
necesidad de cada persona, de cada grupo poblacional. Necesario pero insuficiente, el derecho a la
salud requiere adicionalmente ii. equidad en la circulación del saber y del poder. A través de la
democratización del conocimiento y de la capacidad de decidir por parte de la población en general
y de sus formas organizativas comunitarias y también requiere iii. equidad en la protección, o en la
no exposición frente a riesgos evitables de enfermar, de discapacitarse o de morir por causas
“evitables”.

El derecho a la salud sólo puede consolidarse, como expresa Alicia Stolkiner, en el marco de un plexo
de derechos que se refuerzan y del que forma parte consustancial. De allí también se desprende el
porqué se verifica una sistemática sinergia y sincronía entre los movimientos de derechos humanos,
la salud mental y diversas causas de la salud que devienen derechos (derechos sexuales y
reproductivos, derechos de los/as pacientes, etc.)

La palabra evitables que hemos resaltado en el anteúltimo párrafo también requiere una
explicitación. Por un lado, por las dimensiones jurídicas implícitas en la existencia de daños que
alguien podría impedir que ocurrieran, lo que deviene en un problema de responsabilidad. Por otro
lado, por el carácter evitable que puede devenir en parte por la existencia y disponibilidad de
tecnologías (en el sentido más amplio del término) para que algo no ocurra en un momento dado.
En consecuencia, se puede afirmar que el derecho a la salud en este sentido es un objetivo móvil.
Para expresarlo en términos comunicacionales, cada vez que surge una tecnología eficaz para
impedir o resolver un problema de salud, nace un derecho. Esto puede ilustrarse actualmente, por
las pujas que han surgido por la disponibilidad de vacunas contra el Coronavirus, aún bastante antes
que hayan demostrado su eficacia.

Una última consideración sobre la definición de la OMS se refiere a las críticas que ha recibido por
su carácter inocultablemente idealista o utópico de aquel “…completo bienestar físico, mental y
social…”. El Ex Director de la OMS, Halfdan Mahler, se ocupó de develar que, lejos de ser utópico, el
concepto buscaba expresar un sentido constructivista de interacción entre estas esferas que
justamente alcanzaría aquel estado de completo bienestar como algo a lo que se anhela y a lo que
se accede por la coherencia entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace.

Y allí es donde ingresa nuestra última explicitación, ¿Por qué Floreal Ferrara?. Una explicitación
necesaria para las nuevas generaciones que afortunadamente pueblan nuestros servicios de salud.
La mención a una personalidad como Floreal, dos veces Ministro de Salud de la Provincia; profesor;
gestor y militante es vivida por parte de la Escuela menos como un homenaje que él mismo
rechazaría que como un mandato. Un mandato a continuar su obra, a continuar su prédica de un
concepto de salud, que lejos de ser idealista, entrama profundamente con las luchas sociales y con
las dimensiones políticas de la construcción del derecho a la salud.

Dos pinceladas para una introducción necesariamente breve que pueden ayudar a caracterizar su
aporte y estimular a leer una prolífica obra escrita que nos legó. Una referida justamente a su
polémica con la definición de salud de la OMS que podría simplificarse en su frase: “se lucha por el
derecho a la salud, pero la lucha misma es salud”. Esta frase pone el énfasis en el grado de
sufrimiento y alienación que padecen quienes, sobre-adaptados a cualquier circunstancia renuncian
a ser protagonistas de su época. La segunda deviene de la recurrente apelación que hacía Floreal,
con inocultable sentido didáctico, respecto a una discusión entre Ramón Carrillo y Eva Perón sobre
si los hospitales eran del Estado o eran del Pueblo. Una tensión de ésas que no se resuelven por sus
extremos y a las que Paulo Motta denominaba tensiones creativas y que por su capacidad de
producir efectos y sentidos invitaba a no resolver.

Presentada así, bienvenidos a todos y a todas a ser parte de la Escuela de Gobierno en Salud Floreal
Ferrara.

En http://www.ms.gba.gov.ar/sitios/capacitacion/2021/03/16/una-carta-institucionalizante/

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