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La Ley Nacional 594 de 2000 - Ley General de Archivos, reguló en su Título V: Gestión de
documentos, la obligación que tienen las entidades públicas y privadas que cumplen funciones
públicas, en elaborar programas de gestión de documentos, independientemente del soporte
en que produzcan la información para el cumplimiento de su cometido estatal, o del objeto social
para el que fueron creadas. En su artículo 24 refiere entre otros aspectos, la obligación
de la elaboración y adopción de las Tablas de Retención Documental, instrumento
archivístico que identifica para cada entidad, de acuerdo con sus funciones y procedimientos, los
documentos que produce, recibe y debe conservar, con sujeción al principio de eficiencia
que rige la función administrativa, y al de racionalidad, que rige para los archivos como
elementos fundamentales de la administración pública, agentes dinamizadores de la acción estatal
y sustento natural de sus procesos informativos.
¿Qué es una tabla de retención documental, como se elaboran y cuál es su importancia dentro de
una organización o empresa ya sea de carácter público o privado?
Las Tablas de Retención Documental (TRD) son un instrumento archivístico que fortalecen
y apoyan las estrategias de gestión documental al interior de las empresas, definido por la
norma ISADG (Norma Internacional de Descripción Archivística) que sirve para determinar el valor
del documento, la información contenida en ellos, la categorización, optimización de los procesos
y controlar el ciclo de vida de los documentos en una organización. Teniendo lo anterior claro, uno
de los instrumentos más utilizados y que mayor utilidad le ofrece a la gestión documental en
una empresa, las son Tablas de Retención Documental o TRD, las cuales se caracterizan
por ser una herramienta que permite, por medio de la identificación serial de la información y
su respectiva tipificación, establecer los tiempos de permanencia de los documentos, así como su
disposición final.
Beneficios de su aplicación
Cada empresa produce (a su ritmo) diferentes tipos de información en distintos formatos. De este
modo, si no se lleva un correcto manejo de la gestión documental, la empresa podría ir
perdiendo control sobre lo que produce. Esto se ve reflejado en los gastos relacionados al manejo
documental, así como el tiempo que se invierte en la búsqueda, archivo y modificación de los
documentos. Es por ello que, dentro de las estrategias planteadas desde la gestión documental y
del manejo de las Tablas de Retención Documental, se prioriza el orden y el correcto uso de la
información, todo con la finalidad de optimizar tiempos, automatizar tareas y mejorar la eficacia y
la eficiencia, y de este modo contribuir al crecimiento económico de la empresa. En el IDT se adoptó
el formato de Tabla de Retención Documental del Archivo de Bogotá y se encuentra normalizada en
el SIG.
Las TRD forman parte de las herramientas de gestión documental de las instituciones productoras
y cumplen con las siguientes funciones:
Identifican las funciones de la institución productora de los documentos.
Visibilizan y transparentan la producción documental de la institución mediante la
presentación y manejo de un listado de series y subseries documentales.
Facilitan el proceso de organización documental en las distintas fases de los documentos.
Documentan los tiempos en que los documentos deben permanecer en los diferentes
archivos, de acuerdo al ciclo vital de los documentos (retención).
Facilitan la toma de decisión en relación a la disposición final de los documentos, previo
análisis y determinación de sus valores.
Regulan las transferencias desde las instituciones productoras al Archivo Nacional
como consecuencia de su aplicación.
Otorgan seguridad a los procesos de valoración y eliminación de los documentos de archivo,
de acuerdo a la normativa vigente.
Procedimiento para la elaboración de tablas de retención documental
Este procedimiento aplica a todas aquellas instituciones públicas que se encuentran afectas al DFL
N°5.200 de 1929, que estén obligadas a transferir sus documentos al Archivo Nacional, así como
a todas aquellas que voluntariamente deseen transferir sus documentos a esta institución.
Para iniciar el trabajo de elaboración de las TRD, es necesario que la institución conforme una
Comisión de Archivos (CDA) que será la responsable de llevar a cabo este procedimiento. Esta
comisión debe ser coordinada y articulada por el archivero o encargado del sistema de gestión
documental. Este comité debe estar conformado por:
El responsable (s) de la producción y/o gestión de los documentos.
Un técnico jurídico administrativo u otro funcionario que tenga conocimiento específico de
la organización desde el punto de vista organizacional y del marco jurídico institucional y
sectorial.
Un especialista de la institución en finanzas y legislación relacionada, que maneje los
plazos de auditorías y fiscalizaciones.
Un experto en tecnologías de la información y comunicación de la institución, que pueda
dar su opinión principalmente relacionado a los soportes, formatos e interoperabilidad del
sistema que contiene la serie evaluado.
Encargado de la oficina de partes.
Archivero del sistema. Es el alma del sistema, pero también el técnico que aporta un
conocimiento de la organización a través del tiempo, con una visión a largo plazo tanto
hacia el pasado como hacia el futuro, y el que puede hacer los estudios comparativos con
otros sistemas de valoración.
Recoger el trabajo resultante de valoración documental, una vez determinados los valores
primarios y secundarios de los documentos
Establecer tiempos de permanencia en las diferentes fases de archivo.
Presentar a la dirección la propuesta y los documentos de la TRD.
Participar en el Comité de Valoración del Archivo Nacional.
Esta etapa tiene como objetivo analizar la información reunida a través de la recopilación de la
legislación, actos administrativos, historias institucionales y de la información proporcionada por las
personas entrevistadas o productores de los documentos con el objeto de sustentar la
relación funciones/documentos. 1. Una vez analizada la información, confirmar que las series y
subseries documentales correspondan a las del Cuadro de Clasificación Documental y su respectiva
codificación.
2. En caso de no contar con este instrumento, consultar el instructivo para la elaboración del Cuadro
de Clasificación Documental. Como se indicó de este instructivo
Una vez finalizada la propuesta, el Comité de Archivos (CDA) deberá presentarla a los directivos
de la institución para su aprobación. La presentación de la propuesta de TRD a esta instancia
deberá estar a cargo del archivero para explicar las decisiones que se tomaron para realizar el
instrumento. La aprobación o rechazo de la TRD deberá constar en un acta de reunión donde se
expliciten los criterios utilizados para evaluar, aprobar o rechazar el documento y los acuerdos a que
haya llegado esta instancia. Una vez aprobada la propuesta, enviar la TRD con sus antecedentes
a la Dirección de Archivo Nacional en formato electrónico.
El Archivo Nacional a través del Comité de Valoración será la única instancia responsable de validar
las TRD de las instituciones productoras de la administración pública. Este comité recibirá la
propuesta de TRD y tendrá como misión analizar, aprobar o rechazar la propuesta presentada por
la institución. El Comité de Valoración estará integrado por el o la Director (a) del Archivo Nacional,
representantes de la Coordinación Técnico Normativa, la jefatura de la unidad de Valoración
Documental, un representante de la Contraloría General de la República, un representante
de la institución que presenta su TRD para aprobación. En caso de existir reparos y
observaciones a la TRD, estos deberán quedar registrados en el acta de reunión y la institución
tendrá un plazo de 30 días hábiles para subsanarlos y presentar nuevamente todos los
documentos pertinentes. En caso de no cumplir con esta obligación, Archivo Nacional no
emitirá el acto administrativo y por lo tanto, no validará ningún procedimiento que pueda afectar
los documentos.
La producción documental, pese a ser una actividad normalizada en las empresas, requiere de
ciertos protocolos para que no ralentice los procesos y para que a la larga no termine convirtiéndose
en una carga fuera de control. Por falta de lo anterior, es que, en algunas ocasiones, sin
importar los formatos de los documentos, éstos terminan ensanchando las listas y los
espacios de almacenamiento. Pongámoslo de esta manera: te has preguntado por cuánto
tiempo se debería mantener un documento en archivo, y lo más importante, ¿qué hacer con él
cuando su ciclo de vida haya terminado? Es en estas cuestiones que radica la importancia de las
Tablas de Retención Documental, ya que una adecuada administración de las mismas, puede
ayudarte a definir y gestionar la información, manteniendo un control y una categorización
eficiente. También porque es una herramienta útil, ya que su aplicación, facilita el manejo de la
información al contribuir con la racionalización de la producción documental, además de
ayudar a la administración a prestar un servicio efectivo, teniendo una facilidad de control y acceso
a los documentos generados durante los tiempos de retención estipulados.
Conclusiones
Para concluir en la realización de este ensayo tengo que resaltar que me enseño más detalles sobre
esta útil herramienta que son las tablas de retención documental (TRD) que contribuyen
a las empresas que aplican este método.
Que cada documento producido por la empresa, se encuentre respaldado por unas actividades y
funciones congruentes con la realidad administrativa.
Facilidad de la gestión documental de los trámites ya que la tabla de retención documental
especifica las agrupaciones documentales con base en las funciones que dan resolución a dichos
tramites.
Disminución de fuga de la información cuando algún empleado renuncia, si tenemos en cuenta la
tabla de retención documental identifica el que hacer a partir de los documentos y captura de la
Información que se genera.
Reducción de tiempo para la búsqueda de información y muy importante, agilidad en los
procesos administrativos al contar con la información al alcance y de manera oportuna.