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(Objetividad entre paréntesis)

Introducción

En la vida cotidiana del mundo moderno se ha adaptado el modo de hacer todo


inmediato, rápido, automático, lo que ha provocado el dejar de pensar, de
cuestionarse, de reflexionar ante los sucesos de la vida y la experiencia. Así
mismo, está sucediendo con el quehacer del psicólogo clínico, que se ha
permeado por la teoría, la técnica y los diversos modelos aplicados en psicología,
olvidando la esencia y el trasfondo más profundo de aquellas áreas, muchas
veces dejando de lado la subjetividad de cada caso en específico, y al contrario
aplicando la objetividad e imponiendo criterios ya establecidos.

Al psicólogo se le ha otorgado el poder como profesional de poder definir


conductas como normales o anormales, ya que es acreedor de conocimientos
objetivos que le dan la facultad de discriminar ante estos principios, categorizando
entre una persona sana o enferma. Sin embargo, pude suceder que la persona
discrepe con este diagnóstico y que tenga otra visión acerca de lo que le pasa. Del
mismo modo, puede ocurrir esta disyuntiva en un conflicto de parejas, en donde
ambas partes tienen su propia visión acerca de lo que los aqueja. Entonces, que
sucede en estos casos con la realidad objetiva, aquí se abre paso a una doble
percepción sobre la realidad en sí, independiente de la que tenga en este caso el
psicólogo.

Es por esto que se desarrollará a continuación lo que es la realidad objetiva versus


la objetividad entre paréntesis, y que es lo más adecuado para utilizar como
herramienta en psicoterapia.
Desarrollo

Todo ser humano es dueño de su propia experiencia y realidad, sin embargo a


partir de esta individualidad, algo hace pensar que existe otra realidad que es la
correcta u objetiva. En psicología por ejemplo, existen teorías e investigaciones
que permiten clasificar (como mencionamos anteriormente) a un individuo como
sano o insano, o también podemos observar la amplia gama de corrientes
psicológicas, escuelas de pensamiento, que hacen pensar que hay una realidad
objetiva, que se encuentra fuera de nosotros. Esta falta de acuerdo, se puede
definir como falta de conocimiento, la que a la vez muestra la incapacidad
intrínseca de conocer lo que hay fuera independiente de nosotros, o más bien con
la no existencia de una realidad en sí.

Por lo tanto, a partir de lo anterior es que se puede observar un error


epistemológico, que es el postulado de objetividad, a lo que se abre un nuevo
concepto llamado objetividad entre paréntesis. Esta nueva terminología es la que
se determina como adecuada para adaptar en psicoterapia, dejando atrás la
objetividad pura.

Para establecer una diferencia en cuanto a lo anterior, es importante definir ambos


términos a partir del texto de objetividad entre paréntesis.

La objetividad sin paréntesis exige un universo (la necesidad de un modelo


válido, de la verdad única y objetiva, por lo tanto la unicidad nos lleva al
fanatismo).

La objetividad en paréntesis admite lo multiverso (la legitimidad de tantos


universos como dominios de distinción hechos por distintas operaciones de
distinción).

En referencia a este postulado, la objetividad entre paréntesis resulta ser idónea


como herramienta de un psicólogo, ya que permite validar la realidad de cada
sujeto, a pesar de ser diferente y tal vez no acorde a la propia, ya que nadie tiene
la facultad de decidir por otro, como tampoco basado en un conocimiento objetivo.
Sin embargo, si existe un poder para tratar ciertas conductas que por consenso
internacional son vistas como problemáticas. Es así, como el psicólogo no puede
determinar sobre lo que está bien o mal, normal o anormal, se le otorga esta
facultad a los involucrados para que definan estos criterios y partir de aquellos es
que el psicólogo operará, tomando en cuenta las diferentes visiones para acordar
un consenso. Es por lo mismo, que la objetividad entre paréntesis, es fundamental
aplicarla a terapias de pareja, como también en terapia familiar, ya que cada
integrante es un universo diferente, y deben ser capaces de comprender que
todos son seres individuales con perspectivas distintas conviviendo en un mismo
sistema. Al no ser así opera la objetividad de cada uno y se forma una rivalidad,
que se verá traducida en una batalla por quien tiene la razón y quien es el
equivocado.

Dentro de la terapia familiar se habla de síntoma en referencia de uno de los


integrantes de la familia, en el cual habita el problema, y a partir de él es que todo
el resto que conforma el sistema están influenciados por esta conducta
problemática del sujeto. El síntoma cumple una función homeostática dentro de la
familia, por lo que este síntoma es mantenido por la organización familiar, lo que
contribuye a una desestabilidad orientada al sufrimiento de ella y la destrucción de
aquel sistema. Por lo tanto el trabajo del psicólogo clínico es desintegrar esta
estructura para dar paso a una nueva construcción de la familia, en donde las
relaciones dejen de ser tortuosas y dañinas. Sin embargo este acompañamiento
terapéutico, no es ceñido a lo que el psicólogo imponga sobre cómo debe ser esta
nueva alianza, sino lo que surja de ellos, al contrario no estaría funcionando la
denominada objetividad entre paréntesis.
Conclusión
A partir de lo anteriormente expuesto, es que podemos concluir que muchas veces
los terapeutas cometen el error de imponer una visión como verdad absoluta, o
guían una terapia enfocados en su objetividad, sin visualizar que él es un
acompañante y debe orientarse a lo que está fuera de ellos, ósea a los individuos.

Cada ser humano es un universo diferente y único, y tan solo ese hecho hace que
cada uno sea válido, por lo que el terapeuta debe respetar esta individualidad y no
puede inducir al paciente desde su perspectiva. A sí mismo en la terapia de pareja
o familiar, cada integrante posee su propia realidad, la que es válida y no debe
enjuiciarse, ni determinar quién está en lo correcto y quien en el error.

Es por esto que la relación psicólogo-paciente se acomoda en la creencia del


multiverso, como también en la objetividad entre paréntesis, que permite legitimar
las diversas verdades y nunca considerar que existe una verdad única y objetiva.

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