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La educación

en la cultura náhuatl: tlacahuapahualiztli


(el arte de criar y educar a los hombres)
Julio César Félix Lerma

La voz tlacahuapahualiztli, de tlaca “hom- reducida ración de alimentos para en- JULIO CÉSAR FÉLIX LERMA

1975. Egresado de la carrera de


bres” y huapahualiztli “crianza” o “edu- señarles a controlar su apetito. Esto lo


Lengua y Literatura Hispánicas de


cación”, nos refleja la conciencia de los podemos ver ilustrado en el Códice

la facultad de Filosofía y Letras de


nahuas (hablantes o pertenecientes del Mendocino, que también nos muestra la UNAM, institución en cuyo Cen-

mundo azteca o náhuatl) sobre lo que los primeros quehaceres de tipo domés- tro Universitario de Teatro impar-

actualmente llamaríamos “un arte de tió Lengua Española e Historia de


tico: el acarreo de agua o leña.

las Ideas. Becario del Fondo Esta-


educar”. En todos los pueblos cultos, El padre de familia juega el papel


tal para la Cultura y las Artes de


la educación es el medio por el cual se de educador en el hogar: no sólo cría a Baja California Sur con su poe-

mario Espejos de la memoria (en


comunica o se trata de comunicar a los los hijos, atendiendo el aspecto mera-


prensa). Ha publicado De noche los


nuevos seres humanos la experiencia y mente biológico; su misión principal

amores son pardos (Tierra Adentro)


herencia intelectual de las generaciones está en enseñarlos y amonestarlos. Es y Tentación de decir (UNAM). Ha co-

pasadas, con el fin de capacitarlos y for- el concepto de que el padre es el pri- laborado, entre otras revistas, en

Etcétera, Tierra adentro, Milenio, Pa-


marlos en el plano personal e incorpo- mero que amonesta y enseña a sus hi-

norama, Alternativa y Cascabel. Ac-


rarlos eficazmente a la vida de la comu- jos a conocerse y gobernarse a sí mis-

tualmente es profesor de la Escue-


nidad. Entre los nahuas, especialmente mos. Aquí podríamos utilizar una me- la de Escritores de la Laguna

en el imperio azteca, se atendía de pre- táfora aplicada también al tlamatini (sa- “José Carlos Becerra”.

ferencia el aspecto de la incorporación cerdote sabio): el padre pone delante a


de los nuevos seres humanos a la vida sus hijos un “gran espejo” para que

y objetivos supremos del grupo. Debe aprendan a conocerse y hacerse dueños



destacarse el interés que demostraban de sí mismos. Se trata pues de dos prin-


los dirigentes en que este proceso se rea-


cipios fundamentales que guían la edu-


lizará lo más pronto posible. De ahí en cación náhuatl impartida ya desde el



adelante, este nuevo miembro activo hogar: el del autocontrol por medio

de la comunidad desempeñará un pa- de una serie de privaciones a que debe


pel esencial. acostumbrarse el niño y el del conoci-



La primera educación dada a los ni- miento de sí mismo y lo que debe lle-

ños consistía en inculcarles, de manera gar a ser, inculcado a través de repeti-



práctica y por vía de consejos, la idea das exhortaciones paternas.


de fortaleza y control de sí mismos. A Una segunda etapa en el proceso de



estos infantes se les proporcionaba una la tlacahuapahualiztli se inaguraba con



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A c e q u i a s

la entrada del pequeño a los centros


de educación. De acuerdo con el Códi-



ce Mendocino, a los quince años ingresa-



ban los jóvenes nahuas, ya sea al Tel-



pochcalli, casa de jóvenes o al Cal-


mécac, escuela de tipo superior en don-



de se educaban los nobles y los futu-



ros sacerdotes. En desacuerdo con este



códice, parece que la educación pura-


mente familiar cesaba mucho antes. Al-



gunos padres llevaban a sus hijos al Cal-



mécac desde el momento en que eran



capaces de andar y en todo caso, los


infantes ingresaban a la escuela entre



los seis y nueve años (este dato lo hace



notar Jacques Soustelle en La vie quoti-



diene dés Aztéques, p. 199). Pero los dos


tipos de escuela no implicaban un cri-



terio discriminatorio desde el punto



de vista de lo que actualmente llama-


mos clases sociales. O sea que no pre-


cisamente por ser hijo de macehua-

les (gente del pueblo) el niño debía in-



gresar al Telpochcalli, o por descender



de nobles, al Calmécac.

Según el Códice Florentino el ingreso



a uno u otro de los centros educativos



dependía originalmente de la elección



y consagración de los padres a la divini-



dad protectora del Telpochcalli o del


Calmécac. El padre llevaba al niño al



Calmécac para que llegara a ser sacer-



dote, o al Telpochcalli para que fuera



un guerrero. La educación impartida


en los Calmécac era superior, ya que se



fijaba más en el aspecto de la formación



intelectual del estudiante. En este sen-



tido puede afirmarse que estos centros


educativos eran donde los tlamatinime



(sabios) comunicaban lo más elevado



de la cultura y el pensamiento náhua-



tl, y por esta razón no es de extrañar



que en ellos estuvieran los hijos de re-


yes, nobles y gente rica. Pero la gran ma-



yoría de las personas, siguiendo tal vez



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A c e q u i a s

una arraigada tradición, consagraba a matl (libros o códices de años), en los


sus hijos al Telpochcalli, de donde sal- que se anotaba fechas, hechos y circuns-



drían convertidos en guerreros. tancias mediante pinturas y signos nu-



El punto fundamental es que todos méricos.



los niños y jóvenes nahuas, sin excep- Es necesario hacer notar el hecho


ción, acudían a una u otra forma de es- de que la enseñanza de los aconteci-



cuela. La educación intelectual que da- mientos pasados contenidos en los xiu-



ban en el Calmécac, aparte de ciertas hámatl, formaban parte de la educa-



reglas impuestas, consistía en enseñar- ción intelectual de los nahuas. En esta

les a los muchachos a hablar bien, salu- forma es como los tlamatinime cum-

dar y dar reverencia. Aprendían todos plían su misión de ixtlamachiliztli (hacer



los versos de cantos divinos, como tam- sabios los rostros ajenos o sabiduría

que se transmite a los rostros ajenos).


bién la astrología, las interpretaciones


de los sueños y la cuenta de los años… La rigidez del Calmécac se dirigía



Estos puntos mencionados referen- precisamente a vigorizar el aspecto di-



tes a la enseñanza intelectual, tratan an- námico de la personalidad en dos ám-



te todo de la forma de hablar y de ex- bitos fundamentales: 1. dando sabidu-


presarse. O sea que —insisto— la educa- ría a los rostros y 2. dando firmeza a

ción comenzaba en el plano intelectual. los corazones.



Hay una notable diferencia entre esta El tlacahuapahualiztli se impone a



forma culta o “noble” de hablar y la or- toda distinción social: se fija en lo más

dinaria utilizada por el pueblo. Exis- elevado del hombre, su persona: su co-

tían dos términos para designar estos razón bueno, humano y firme (in qua-

distintos modos de expresión: macehua- lli yiollo, in tlapaccahioviani, in iollótetl) y



llatolli (forma de hablar del pueblo) y te- al traducirse, tenía a Dios en su cora-

zón (tutl yiollo) convirtiéndose en sabio


pillatolli (lenguaje noble o cultivado).


El aspecto de la enseñanza de los en las cosas divinas (in tlateumatini). És-



cantos o cantares (cuícatl), especialmente te era el supremo ideal humano al que



de los cantos divinos (teocuícatl), contri- se dirigía la enseñanza de los hombres


en el mundo náhuatl. A

buía a infundir a los momachtique (estu-


diantes) en las doctrinas religiosas y fi-



losóficas nahuas que se expresaban



siempre por el camino de la poesía: flor Bibliografía


León Portilla Miguel, La filosofía náhuatl, Méxi-


y canto (xóchitl in cuícatl). En los canta- co: UNAM, 1979, p. 412.


res se encerraba lo más elevado del pen-


, La herencia náhuatl, México: ISSSTE, 1999.


samiento de los tlamatinime, y junto



con ellos, los momachtique eran ins-



truidos en las artes de la cronología y


la astrología, adiestrándolos en el co-



nocimiento y manejo de sus sistema



cronológico–astronómico, eran fami-



liarizados con la rigidez del pensamien-



to matemático. Y a esta doble forma-


ción del pensar se añadía la enseñanza



de la historia contenida en sus xiuhá-



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