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El teléfono:
Este ladrón de hoy en día tiene más de un truco bajo la manga. Llamadas
interminables, advertencias por correo electrónico que entretienen el trabajo en
curso, tonos de llamada en el momento más inoportuno, juegos en abundancia,
parámetros que se pasan horas afinando, tiempo dedicado a dominar las funciones
del dispositivo, etc. Si no estableces reglas para el uso de tu móvil, ni siquiera te
dará tiempo para pensar en ello.
Situación de crisis:
La secuencia de eventos no deseados que conducen a la incertidumbre en el lugar
de trabajo se llama crisis. La crisis es un gran desperdiciador de tiempo. Conduce
a grandes malas sorpresas que disturbe la rutina diaria. Hay muchos tipos de crisis
en el trabajo. Puede ser como un despido inesperado de un jefe o empleado, una
relación laboral, o material, como inundación en una parte de la oficina afectando la
instalación eléctrica e informática.
Las interrupciones:
Las interrupciones durante la jornada laboral no sólo te quitan el tiempo, sino que
también tienen un impacto secundario, ya que cuestan valiosos minutos al volver a
lo que estabas haciendo antes de la interrupción. Algunas interrupciones en el lugar
de trabajo pueden ser inevitables, pero muchas no lo son y no debe sentirse
culpable por reducir su exposición a las interrupciones, ya que el resultado será un
aumento de su eficiencia general.
Delegación insuficiente:
Además de ser una pérdida de tiempo, la falta o mala delegación puede tener
efectos adversos como baja moral, dudas, falta de confianza y caídas de
productividad. La clave aquí es confiar en que el empleado realice la tarea por sí
mismo. Puede que requieran alguna orientación al principio, pero no sean una
presencia autoritaria.
Reuniones no planificadas:
En general las reuniones promueven la colaboración y pueden ser la forma más
eficaz de compartir información vital. Por otro lado, se convierte en un
desperdiciador de tiempo si no están planificadas. Y el peor de todo es si ocurren
de manera habitual y continuamente espontanea. Este tipo de reuniones, ya sea en
persona o por conferencia telefónica, simplemente hacen el trabajo más difícil.
Escritorio desorganizado:
Este es un clásico, a pesar de ser muy obvio, muchos olvidan y no son conscientes
de cómo la importancia de su escritorio en relación con su eficiencia de trabajo. En
un escritorio desordenado, no sólo pasas el tiempo buscando tus cosas, sino que
también gastas energía de la memoria para recordar dónde las colocaste. Podemos
escribir páginas sobre el escritorio, pero para hacerlo simple, un escritorio
desordenado es otro desperdiciador de tiempo.