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Hablaremos de moisés

La Biblia presenta a lo largo de sus 66 libros un número importante de


personajes que han sido parte de la historia de la humanidad y del pueblo
de Dios. Este es el caso de Moisés, un hombre que cambió por completo la
historia de un pueblo esclavo y que es un ejemplo para cada uno de los
cristianos aún en la actualidad.

Cuando se observa por las Sagradas Escrituras la vida de Moisés, un


creyente encuentra como Dios transforma un hombre, a lo largo de su vida.
Es por esto que en este artículo encontrarás la historia de Moisés, su
nacimiento y vida en Egipto, su huida a Madián, el llamado de Dios, su
regreso a Egipto, el liderazgo del pueblo y su muerte.

Moisés fue el hombre elegido por Dios para guiar al pueblo de Israel
en la liberación de la esclavitud de Egipto. Moisés recibió los Diez
Mandamientos de Dios y preparó a los hebreos para conquistar
Canaán. Además, Moisés escribió los primeros cinco libros de la Biblia
como lo son Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

Moisés es uno de los principales personajes del Antiguo Testamento. Él


fue gobernador del pueblo de Israel elegido por Dios y fue quien condujo a
la nación a los límites de la Tierra Prometida. De esta forma, fue Moisés
quien con la ayuda del Señor liberó a Israel de 430 años de esclavitud y lo
introdujo en la tierra prometida después de pasar 40 años en el desierto.

El significado del nombre «Moisés» es incierto, ya que su origen no se


conoce con exactitud. Algunos creen que este nombre es de origen
semítico, en hebreo Mosheh, que significa «sacado» (cf. Éxodo 2:10). Otros
entienden que este nombre es de origen egipcio, quizás derivado de Mose,
que significa «nace».
Nacimiento y vida de Moisés en
Egipto

La historia de Moisés es bastante conocida, en especial su


nacimiento. Al nacer en Egipto, el faraón ordenó que todos los niños
hebreos fueran arrojados al río. Sin embargo, sus padres desafiaron este
decreto y escondieron al niño. Más tarde, lo colocaron en el río dentro de
una canasta de juncos sellada con brea (Éxodo 2:3).

Cuando la hija del faraón fue al río a bañarse, vio una canasta flotando y
encontró a Moisés, del cual tuvo compasión. La hermana de Moisés vigiló
siempre la canasta y vio cuando la princesa la recogió. Inmediatamente,
se ofreció a buscar a alguien que pudiera criar a ese niño y le diera buenos
principios. En este caso, la mujer elegida fue su propia madre biológica.
Al crecer un poco, el niño fue llevado a la hija del faraón a vivir en la
corte egipcia. Aunque se sabe poco sobre su vida en Egipto, lo que se
sabe es que fue «instruido en toda la sabiduría de los egipcios, y era
poderoso en palabra y en obra» (Hechos 7:22).

Cuando llegó a la edad adulta, Moisés demostró su preocupación por su


pueblo de origen. Al defender a un hebreo golpeado injustamente, Moisés
mató al agresor egipcio. Pero, pensó que nadie había visto su acto, sin
embargo, el otro día, al intentar intervenir en la discusión entre dos
hebreos, uno de ellos lo acusó de asesinato (Éxodo 2:11-14).

Cuando el faraón se enteró de de ese asesinato, intento matar a


Moisés. Sin embargo, Moisés huyó al desierto de Sinaí y se estableció en
Madián, lugar donde ayudó y protegió a las hijas de Jetro.

Moisés se casó con una de las hijas de Jetro, Séfora. Con ella tuvo dos
hijos: Gersón y Eliezer (Éxodo 2:22; 18: 4). Además se encargó de los
rebaños de su suegro cerca de Horeb en la península del Sinaí.

Dios llama a Moisés


Moisés pastoreaba ovejas cuando Dios lo llamó a guiar al pueblo de Israel
en la liberación de la esclavitud de Egipto. Estaba cuidando el rebaño en el
desierto cuando vio una zarza ardiendo. 

De esta forma extraordinaria, Moisés conoció al Dios vivo y


verdadero. Dios lo llamó a regresar a Egipto y aunque no quería hacerlo,
Moisés recibió de Dios la seguridad de su presencia como una señal de que
había sido enviado por el Todopoderoso, cuyo nombre es, “Yo soy el que
soy” (Éxodo 3:13-15). 

Moisés lidera al pueblo de


Israel
Después de enviar las plagas consecutivas que apuntaban al poder del
Dios de Israel, el faraón permitió que los israelitas salieran de
Egipto. Sin embargo, antes de la última plaga, que fue la muerte del
primogénito en Egipto, Dios le ordenó a Moisés que instituyera la
celebración de la Pascua (Éxodo 12:27).

Después de que el pueblo de Israel salió de Egipto, el faraón aún trató


de perseguirlo. Probablemente creía que los israelitas quedarían atrapados
por el mar. Sin embargo, Dios abrió las aguas del Mar Rojo para que
pasaran los israelitas y luego las cerró sobre el ejército de Faraón.

Después de eso, la gente partió hacia el Sinaí, siendo alimentada por


el maná que Dios envió desde el cielo. Fue allí en el Sinaí donde Moisés
recibió la Ley de Dios (Éxodo 20-23). Permaneció cuarenta días y cuarenta
noches en el monte Sinaí para recibir las tablas de piedra que contenían los
diez mandamientos (Éxodo 24:12-18
¿Cuáles son los 10 Mandamientos?
Los Diez Mandamientos o Decálogo son las «diez palabras» que
recogen la Ley dada por Dios al pueblo de Israel durante la Alianza
hecha por medio de Moisés (Ex 34, 28). El Decálogo, al presentar los
mandamientos del amor a Dios (los tres primeros) y al prójimo (los
otros siete), traza, para el pueblo elegido y para cada uno en
particular, el camino de una vida liberada de la esclavitud del pecado.

Jesucristo se refiere a los Diez Mandamientos cuando un joven le pregunta


cómo conseguir la vida eterna: “Maestro, ¿qué he de hacer yo de bueno para
conseguir la vida eterna?”. Jesús responde: “Si quieres entrar en la vida,
guarda los mandamientos”. Y cita a su interlocutor los preceptos que se
refieren al amor del prójimo: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás,
no levantarás testimonio falso, honra a tu padre y a tu madre”. Finalmente,
Jesús resume estos mandamientos de una manera positiva: “Amarás a tu
prójimo como a ti mismo” (Mt 19, 16-19). (Catecismo de la Iglesia Católica,
2052)

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