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Facultad de ciencias de la salud

Escuela de Psicología

EFECTOS DESENCADENANTES EN EL DETERIORO


DE LA SALUD MENTAL
POST ESTALLIDO SOCIAL EN CHILE

Integrantes: Nicolás Salas y Gabriela Salas.


Cátedra: Neurociencias y comportamiento
Profesor: Sebastián Corral
Sección: 23
Hoy en día, en Chile, se está desarrollando un estallido social; lo que a generado una
partida colectiva, que a repercutido gravemente en la salud mental de las personas en
diversos factores, tales como, vivencias post traumáticas a partir de experiencias
anteriormente vividas, incertidumbre en las nuevas generaciones, opiniones con
diferentes perspectivas de la situación. Viéndose afectada en estos casos a raíz del
estallido social, la cual ha resultado ser muy dañino para una salud mental óptima,
produciéndose una gran cantidad casos de descompensación en las personas debido a
todo lo acontecido, afectando a este componente integral y esencial en el bienestar de
los seres humanos.

Toque de queda, saqueos, evasión del metro, marchas históricas, abuso policial o
informes sobre violaciones de DD. HH, son algunos de los hechos que han marcado las
protestas del 14 de octubre de 2019 en el país. Todos estos hechos han sido causa del
deterioro de la salud mental, dando como resultado ansiedad, depresión, estrés
postraumático y violencia, implicando estructuras cerebrales y áreas de la corteza
cerebral que participan en dichos trastornos.

Ansiedad

La ansiedad es un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante
sucesos comprometidos. Por ejemplo, cuando estamos esperando el puntaje psu,
cuando esperamos que nos acepten un puesto de trabajo, etc. Algunos tipos de
ansiedad son el trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico(o ataque de
angustia), trastorno fóbico, trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno por estrés
postraumático; y se puede desarrollar ya sea por causas genéticas, causas
circunstanciales, consumo de drogas o experiencias vitales significativas, y se
manifiesta a través de síntomas mentales o físicos.

“La ansiedad produce sensaciones de pérdida de control, malestar, tensión y angustia.


A ellas se suma la percepción de síntomas fisiológicos que alteran la frecuencia
cardíaca, la respiración, la sudoración, la digestión o incluso la temperatura corporal.
Es una afección que puede llegar a impedirnos trabajar y llevar una vida normal” Marta
Campo Ruano, Psicóloga y jefa de servicio de psicología del Hospital de la Zarzuela.

No existe una región única encargada de la integración de la ansiedad pero, por el


contrario, hay numerosos centros nerviosos que participan en su producción y
modulación, y que en su mayor parte constituyen al llamado sistema límbico. Entre
ellas destacan diversas porciones de la corteza cerebral (región que, como su nombre
sugiere, envuelve al cerebro), el septo lateral, localizado en la parte medial de los
hemisferios cerebrales, y la amígdala, una región situada a ambos lados de la base del
cerebro la cual es la encargada de alertar el resto del cerebro de posibles amenazas y
de activar una respuesta de ansiedad. Destacan asimismo el hipocampo, estructura
involucrada en la memoria, fundamental para la consolidación del aprendizaje que se
encarga de almacenar los sucesos peligrosos en forma de recuerdos.

Depresión

La depresión es un trastorno mental frecuente, se caracteriza por la presencia de


tristeza, pérdida de interés, sentimientos de culpa, falta de autoestima, trastornos del
sueño, apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Los tipos de depresión
son trastorno depresivo mayor, distimia, trastorno ansioso-depresivo, depresión atípica,
trastorno bipolar, ciclotimia; y se puede desarrollar ya sea por diferencias biológicas,
química del cerebro, hormonas y rasgos hereditarios.

“La tristeza es algo que todos sentimos en algún momento. Es una reacción normal a
los tiempos difíciles de la vida y, por lo general, se va en poco tiempo. Sin embargo,
cuando una persona tiene depresión, ésta interfiere con la vida diaria y el
funcionamiento normal. Puede causar dolor, tanto para el que tiene depresión como
para aquellos que se preocupan por él. Los médicos lo llaman un "trastorno depresivo"
o "depresión clínica". La depresión es una enfermedad real. No es una señal de
debilidad o un defecto de carácter. No se puede simplemente "salir" de la depresión
clínica. La mayoría de las personas que tienen depresión necesitan recibir tratamiento
para poder mejorar.” Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.,
Institutos Nacionales de Salud, Instituto Nacional de Salud Mental. (2015) Depresión
(Publicación NIH No. 15-3561). Bethesda, MD: Imprenta del Gobierno de los Estados
Unidos.

Las estructuras cerebrales que adquieren una mayor importancia en el desarrollo de


este trastorno son la corteza orbitofrontal, la cual es una región cerebral responsable de
la integración sensorial, la expectativa y la toma de decisiones mientras que el sistema
de memoria del hipocampo, es el cual se ve afectado por una tiene una mayor dificultad
para recuperar memorias de tiempos felices o positivos.

Este hipocampo está ubicado en la parte medial del lóbulo temporal, constituye una
estructura cerebral que juega un papel crucial tanto en la memoria como en la
regulación neuroendocrina de las hormonas del estrés, Es necesario para la formación
de memoria declarativa (explícita) estable en humanos, y el equivalente en roedores
(memoria espacial, o relacional/contextual). Además, es una de las dianas de las
hormonas del estrés, con una de las mayores concentraciones de receptores para
corticosteroides del cerebro de los mamíferos. Una función del hipocampo es participar
en la terminación de la respuesta de estrés por medio de una retroalimentación
negativa que inhibe el eje hipotálamo-hipófiso-adrenal (Eje HHA); Mientras que la
corteza orbitofrontal es capaz de inhibir las acciones inapropiadas, vetando el impulso
emocional inmediato producido por la amígdala (dolor) o circuito de recompensa
(placer) que nos puede liberar de la tiranía del impulso.

Estrés Postraumático

El estrés postraumático es una enfermedad de salud mental desencadenada por una


situación aterradora, ya sea experimentada o presenciada, por ejemplo, una agresión,
accidentes automovilísticos, violencia doméstica, encarcelamiento, y más
específicamente asociados a los casos del estallido social, recuerdos y vivencias de
muchas personas que vivieron en su etapa adulta o niñez durante la dictadura de 1973,
viéndose envueltas ciertas memorias traumáticas de esas experiencias a raíz del
estallido social del 18 de octubre de 2019, desarrollándose ciertos síntomas como lo
pueden ser reviviscencias, pesadillas y angustia grave, hasta pensamientos
incontrolables sobre la situación.

“El sistema Noradrenérica (NA) juega un papel importante en el estrés, el miedo, la


ansiedad, la vigilancia y la atención selectiva. El locus coeruleus, donde se localizan la
mayoría de las neuronas NAs tiene conexiones con estructuras involucradas en el
aprendizaje y memoria, como el lóbulo temporal, hipocampo, hipotálamo y corteza
prefrontal. Se sabe que el incremento del gasto cardíaco, de la presión arterial y
conducta de alerta en situación de peligro, está mediado por el sistema NA cerebral
(7,8). La activación del hipocampo, amígdala y corteza prefrontal, involucradas en la
memoria y aprendizaje, es una parte importante de la respuesta del estrés. El
hipocampo y la amígdala participan en la reacción emocional, cognitiva y de alerta del
estrés. En el estrés agudo se provoca una aumentada liberación de NA en hipocampo,
hipotálamo, locus coeruleus y otras áreas cerebrales.” J. Américo Reyes Ticas,
Neurobiología del trastorno de estrés postraumático.

Violencia

La violencia es una actitud que se asocia a mecanismos generados en el sistema


nervioso central. En la cual la participación del SNC en la conducta violenta genera
actividad somática y visceral, ya que participan los sistemas sensorial, motor y
autónomo, además de los sistemas endocrino e inmune, que forman parte de la
reacción de alarma ante una situación de estrés. Sin embargo, mecanismos de
aprendizaje y memoria, que también dependen del SNC, pueden aumentar, disminuir o
eliminar la conducta violenta.

“La violencia siempre parte en el interior del ser humano, en su psiquis, muchas veces
producto del miedo al otro. Para ejercer violencia contra otro ser humano, tengo que
negarlo como un ser tal como yo, como podría ser mi hijo, una hermana, mis padres;
lo niego y desde ahí es que puedo ejercer violencia. Por lo tanto, aquí hay una
negación de lo humano, hay un bloqueo afectivo natural que se da entre los seres
humanos y eso destruye por dentro a la persona que lo ejerce, y destruye la dignidad
del otro. Quizás las personas se pueden acostumbrar a vivir con niveles más altos de
violencia, pero con un alto costo en el sentido sicológico y social, porque, por un lado,
la violencia siempre trae otras emociones aparejadas. Trae miedo, autoprotección,
encerrarse en pequeños guetos protegidos. Y, por otro lado, trae problemas graves de
salud mental. Todo eso ocurre en los lugares donde hay violencia, y finalmente
comienza a degradarse el tejido social, las relaciones comunitarias y la posibilidad de
gestar un país en entendimiento. Por eso, sería súper grave acostumbrarse a niveles
altos de violencia”. Patricia May, Antropóloga.

El resultado de la puesta en juego de todo el SNC conduce a hacer manifiestos los


patrones de conducta apropiados con el substrato psicológico correspondiente. En el
ser humano y en algunos modelos animales se ha logrado esclarecer la significación
funcional de cada una de las estructuras participantes en las respuestas emocionales.
La amígdala, una de cuyas funciones incluye la memoria emocional, es
indudablemente la estructura básica en la valoración de los estímulos a los que se
enfrenta el individuo y a la generación de las respuestas emocionales a cada una de
las experiencias, agradables o desagradables, intrínsecas o extrínsecas, que ingresan
al SNC.

A partir de esto reflejándose en el caso de manifestaciones sociales, el individuo


actuará netamente por instinto, dejando de lado el pensamiento racional o crítico,
debido la tensión de la situación que pueda verse sometida en riesgo su integridad
física o de otros individuos que se encuentre en su alrededor, viéndose claramente
alterado el sistema nervioso del individuo, en un una situación simple donde sus
acciones agresivas se verán impulsadas a partir de sentimientos de miedo o ira.

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