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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA

FACULTAD DE CIENCIA QUÍMICAS Y FARMACIA


ESCUELA DE QUÍMICA FARMACÉUTICA
DEPARTAMENTO DE FARMACOLOGÍA Y FISIOLOGÍA
ÁREA DE FISIOLOGÍA
CURSO DE ANATOMÍA Y FISIOPATOLOGÍA I
LICDA. GLORIA ELIZABETH NAVAS ESCOBEDO

RREBISIÓN BIBLIOGRÁFICA
LAS ENFERMEDADES MENTALES
INDICE

INTODUCCIÓN..................................................................................................................................... 3
CONTENIDO ........................................................................................................................................ 3
La Depresión ................................................................................................................................... 5
La esquizofrenia .............................................................................................................................. 5
CONCLUSIONES ................................................................................................................................... 6
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................................................... 7
ANEXOS ............................................................................................................................................... 8
INTODUCCIÓN
El presente trabajo trata es una revisión bibliográfica de las enfermedades mentales y como es que
el cerebro funciona en estas enfermedades.

La enfermedad mental es una alteración de los procesos cognitivos y afectivos del desenvolvimiento
considerado como normal con respecto al grupo social de referencia del cual proviene el individuo.
Esta alteración se manifiesta en trastornos del razonamiento, del comportamiento, de la facultad
de reconocer la realidad y de adaptarse a las condiciones de la vida. Las enfermedades mentales
tienen en común, el que las relaciones interpersonales y sociales se ven afectadas y las personas no
pueden llevar una vida social adecuada1.

El origen de las enfermedades mentales puede ser de varios tipos. Así entre los problemas mentales
y en función de la gravedad y de su origen, se pueden distinguir los ocasionados por daños orgánicos
como el retraso mental, las enfermedades psicóticas y las neuróticas. Los trastornos psicóticos o
psicosis se caracterizan por una pérdida del contacto con la realidad y los casos de esta enfermedad
son muy escasos. Entre ellos están la esquizofrenia, la paranoia y las formas extremas de depresión,
como la psicosis maniaco-depresiva4.

El cerebro funciona de diferente forma en las enfermedades mentales, a como lo aria un cerebro
normal. Las funciones del cerebro se ven afectadas de diferentes formas en cada enfermedad
mental, estos malos funcionamientos son provocados ya sea por un desequilibrio en la producción
de neurotransmisores9 o por una estructura anatómica anormal, que repercuten en las
enfermedades mentales7.

CONTENIDO
Los trastornos mentales se caracterizan por alteraciones en la cognición, la emoción o el humor, o
los aspectos integradores del comportamiento más elevados, como las interacciones sociales o la
planificación de las actividades futuras. Todas estas funciones mentales están mediadas por el
cerebro. De hecho, un dogma central de la ciencia moderna es que el comportamiento y nuestras
vidas mentales subjetivas reflejan la actividad global del cerebro. Por tanto, los síntomas
relacionados con el comportamiento o nuestras vidas mentales refleja variaciones o alteraciones de
la función cerebral1.

El mundo exterior y el mundo interior están unidos inseparablemente en nuestros cerebros, La


enfermedad es un proceso real aun cuando pueda ser imaginaria, es decir, un proceso cerebral quizá
anómalo pero no necesariamente enfermizo. El substrato del pensamiento, la conciencia, la
emoción es el cerebro, es la organización de su estructura en sistemas la que sostiene, procesa y
conduce los contenidos y los procesos psíquicos. El cerebro, es el substrato de nuestra vida interior2.

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Antiguamente se creía que lo mental era inmaterial pues aún no había nacido la neurociencia. La
comprensión del mecanismo de las enfermedades se produjo a partir del desarrollo de la biología
celular, la bioquímica, la farmacología, la bacteriología, todas ellas nacidas en el siglo XIX y que
fundamentaron los tratamientos médicos que obran sobre las fuentes de los padecimientos. La
medicina actual estudia y trata los trastornos mentales como enfermedades cerebrales y como
dijimos éstas no constituyen trastornos del alma inmaterial2.

Los procesos mentales son cerebrales; la cognición es una función de la corteza cerebral; lo
emocional es una función de estructuras cerebrales subcorticales conectadas con la corteza; la
conducta es controlada por la cognición y la emoción. En todo caso, el estado de nuestra evolución
actual es el resultado de dos evoluciones: la biológica y la social2.

Hay una gran variedad de trastornos mentales, cada uno de ellos con manifestaciones distintas. En
general, se caracterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las
emociones, la conducta y las relaciones con los demás. Entre ellos se incluyen la depresión, el
trastorno afectivo bipolar, la esquizofrenia y otras psicosis, la demencia, las discapacidades
intelectuales y los trastornos del desarrollo, como el autismo3.

El origen de las enfermedades mentales puede ser de varios tipos: Por problemas genéticos que
presenten daño orgánico en alguna zona del cerebro que tiene que ver con el comportamiento y/o
aprendizaje humano. Por trastornos orgánicos, funcionales o fisiológicos, provocados por diversos
factores. Por algún problema sufrido en el cerebro, durante el parto. Por problemas ambientales,
que pueden ser ocasionados por algún contaminante o como resultado de vivencias de situaciones
violentas, emocionales, estresantes o traumáticas, sobre todo durante la infancia y adolescencia.
Como resultado de un estilo de vida que implique situaciones educativas violentas o antisociales.
Por problemas seniles que van deteriorando y limitando las funciones mentales. Por el uso y
consumo de drogas o fármacos no recomendados. Como consecuencia de accidentes y lesiones
cerebrales. Los trastornos mentales no son causados por falta de carácter. No tienen nada que ver
con ser flojo o débil4.

Las personas que padecen cualquiera de los trastornos mentales graves se presentan con una
variedad de síntomas entre los que se pueden incluir ansiedad inapropiada, alteraciones del
pensamiento y la percepción, disregulación del estado de ánimo y disfunción cognitiva. Muchos de
estos síntomas pueden ser relativamente específicos de un diagnóstico particular o de una
influencia cultural. Por ejemplo, las alteraciones del pensamiento y la percepción, o psicosis, se
asocian más comúnmente con la esquizofrenia. De forma similar, las alteraciones graves en la
expresión del afecto y la regulación del estado de ánimo se ven más comúnmente en la depresión y
el trastorno bipolar. Sin embargo, no es infrecuente ver síntomas psicóticos en pacientes
diagnosticados de trastornos del estado de ánimo o ver síntomas relacionados con el estado de
ánimo en pacientes diagnosticados de esquizofrenia. Síntomas asociados con el estado de ánimo, la
ansiedad, los procesos del pensamiento o la cognición pueden aparecer en cualquier paciente en
cualquier momento durante su enfermedad1.

4
La Depresión
La depresión encuentra su origen en desequilibrio de los neurotransmisores como la serotonina y
la dopamina. La serotonina se encarga de regular el hipotálamo en el cerebro y éste a su vez regula
los ciclos de hambre y sueño, así como la respuesta física a las emociones (acelera el pulso, dilata
las pupilas ante el peligro…). Cuando la serotonina baja, la actividad del hipotálamo aumenta
descontroladamente5. En la depresión, los neurocientíficos descubrieron que mientras más
episodios depresivos sufre una persona, más pequeño era su hipocampo, un área del cerebro
vinculada con la memoria a largo plazo, la formación de recuerdos y la conexión de estos con las
emociones6. Además que este trastorno estaba vinculado con una reducción considerable de la
densidad de materia gris en tres zonas del cerebro: el hipocampo, la amígdala y la corteza
prefrontal6. Todo parece indicar que en la persona deprimida la amígdala, una zona relacionada con
el procesamiento de las emociones, se desacopla de la red emocional. Esto haría que procesen con
menos precisión las situaciones que tienen un impacto emocional y, por ende, que perciban los
hechos neutros como negativos. En práctica, sería el mecanismo que les hace ver el mundo de color
gris6.
Una teoría para explicar la reducción de volumen que experimenta el cerebro como resultado de la
depresión apunta al aumento de cortisol, que desencadena una respuesta inflamatoria en el
organismo y provoca daños a nivel molecular. De hecho, el cerebro de las personas que padecen
depresión mayor muestra un 30% más de inflamación que un cerebro sano. El proceso inflamatorio
está vinculado a las citoquinas, unas moléculas que son capaces de traspasar la barrera sangre-
cerebro y afectar las funciones cerebrales. Las citoquinas pueden llegar a dañar las sinapsis
reduciendo la disponibilidad de monoaminas, cuya disfunción se encuentra en la base del
mecanismo patofisiológico de la depresión. Además, expone las células nerviosas al estrés oxidativo,
causando su muerte7.
La depresión tiene consecuencias graves, pero la plasticidad cerebral juega a favor de las personas
que sufren este trastorno. En 1996 se descubrió la neurogénesis, el crecimiento de nuevas células
nerviosas, que comienza precisamente en el hipocampo, donde se desarrollan las células madre que
más tarde se dividen y forman nuevas células nerviosas especializadas en distintas funciones. En un
cerebro sano los procesos de degeneración y regeneración están equilibrados, pero en las personas
que sufren demencia y depresión prevalece la degradación. Sin embargo, combatir la depresión, ya
sea a través de la psicoterapia, los antidepresivos o incluso el ejercicio físico, puede revertir algunos
de los daños a nivel cerebral que provoca este trastorno, estimulando el nacimiento de nuevas
células nerviosas7.

La esquizofrenia
La esquizofrenia es una de las alteraciones mentales más dramáticas y devastadoras. Los individuos
con este padecimiento presentan una perturbación severa de la personalidad, caracterizada en sus
etapas más críticas por una pérdida del sentido de la realidad8. En el interior del cráneo es donde se
encuentra el encéfalo, que forma parte del sistema nervioso, y donde se localizan las pautas de
organización de nuestro pensamiento y comportamiento diarios. La esquizofrenia es una

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enfermedad cerebral compleja en la que existe un funcionamiento defectuoso de los circuitos
cerebrales con un desequilibrio entre los neurotransmisores. La evidencia acumulada ha conducido
a una hipótesis de disconectividad: que la esquizofrenia puede implicar una comunicación anormal
o ineficiente entre las regiones funcionales del cerebro y las alteraciones en el patrón subyacente
de la organización estructural de la materia blanca (WM). Los estudios genéticos e histopatológicos
revelan anomalías de oligodendrocitos y mielina en la esquizofrenia10. Como resultado de ello, se
verán afectadas algunas de las funciones que rigen el pensamiento, las emociones y la conducta. El
funcionamiento defectuoso se asocia con: Anomalías estructurales en determinadas áreas del
sistema nervioso central. Uno de los principales neurotransmisores implicados en esta enfermedad
es la dopamina, y muchos de los fármacos utilizados intentan actuar sobre ella. También existen
otros neurotransmisores implicados, como la serotonina y el glutamato9.

Las enfermedades que afectan directamente al cerebro pueden producir cambios de todo tipo:
cognitivo, emocional, conductual. A veces los cambios incluso se pueden ver a simple vista al
diferenciarlos entre un cerebro normal y un cerebro enfermo. Esto sucede por ejemplo con el
Alzheimer y la esquizofrenia, donde se pueden observar una estructura anormal del cerebro11, (ver
anexo 1)

Analizando estas enfermedades mentales se observa que las enfermedades mentales, son
enfermedades del cerebro2 estas afectan el pensamiento, los sentimientos, estado de ánimo y
comportamiento1. Estos pueden ser provocados por un desequilibrio hormonal de
neurotransmisores como es el caso de la depresión, el estrés7 o por diferencias en la anatomía de
un cerebro normal como en la esquizofrenia, las discapacidades intelectuales y los trastornos del
desarrollo, como el autismo9. Las cuales pueden afectar la capacidad de relacionarse con la sociedad
y poder llevar una vida normal, por lo que es de gran importancia realizar investigaciones acerca de
lo que sucede en el cerebro y porque se presentan las diferentes enfermedades mentales, para
lograr comprender el funcionamiento y las anomalías del cerebro y poder buscarles tratamientos a
estas enfermedades mentales.

CONCLUSIONES
 Cada enfermedad mental trae consecuencias que no dejar llevar una vida normal, al
individuo que las padece, ya que no le deja desempeñarse normalmente es su vida social.

 Las enfermedades mentales tiene diversos orígenes estos poder ser genéticos o
hereditarios, que pueden ser incurables, así como también por desequilibrios en la
producción de neurotransmisores en el sistema nervioso central, estos suelen tener cura.

 El cerebro actúa de diferente forma en cada enfermedad mental, ya sea por una mala
comunicación neuronal, por falta de neurotransmisores o por una malformación en su
estructura anatómica.

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BIBLIOGRAFÍA
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https://www.medicina21.com/Articulos-V63-
Salud_Mental_y_Enfermedades_Mentales.html
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https://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs396/es/
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5. Lüllmann, H., Mohr, K. y Hein, L. (2010). Farmacología: texto y atlas. España: Panamericana
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estrés? Arco Gen Psiquiatría. 65 (10): 1156-1165. doi: 10.1001 / archpsyc.65.10.1156
8. Oliván, C. (2016). Genética De La Esquizofrenia: serotonina, dopamina e interleukinas.
España: Editorial Área de Innovación y Desarrollo, S.L.
9. Javier Arnedo, Daniel Mamah, David A. Baranger, Michael P. Harms, Deanna M. Barch,
Dragan M. Svrakic, Gabriel A. de Erausquin, C. Robert Cloninger , Igor Zwir. (2015).
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http://dx.doi.org/10.1016/j.neuroimage.2015.06.083
10. kelly, S., Jahanshad, N. y Donohoe, G. (2018). Diferencias microestructurales generalizadas
de la sustancia blanca en la esquizofrenia en 4322 individuos: resultados del Grupo de
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doi:10.1038/mp.2017.170; 2017
11. Guerri, M. (s.f). Las diferencias cerebrales en enfermedades mentales. Recuperdado de:
https://www.psicoactiva.com/blog/las-diferencias-cerebrales-enfermedades-mentales/

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ANEXOS
Anexo 1. Estructura morfológica de un cerebro con Alzheimer

En esta primera imagen se puede ver


los cerebros de abajo que presentan
un aspecto diferente, por ejemplo
tienen un tamaño más reducido, ya
que los cerebros de enfermos de
Alzheimer pesan menos, también
presenta más agujeros en el cerebro
(surcos cerebrales), más espaciados y
la región posterior, que es la
encargada del juicio, está más
reducida11.

En esta segunda imagen se puede apreciar


nuevamente el tamaño reducido y los surcos
más anchos del cerebro con Alzheimer.
También se puede apreciar la diferencia
entre el cerebro sano y el enfermo en las
zonas de memoria y lenguaje, bastante
afectadas con la enfermedad de
Alzheimer11.

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