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La teocracia

Una teocracia es una forma de gobierno no democrática. En esta, los representantes administran su gobierno en
nombre de Dios.

En las teocracias, los gobernantes son, simultáneamente, jefes del gobierno y jefes espirituales. De este modo, el líder
religioso es también el líder político. Estos sistemas no contemplan una separación entre el  Estado y la institución
religiosa.

El gobernante en la teocracia está en el cargo por la gracia de dios, y lleva a cabo su gobierno con base en
la religión predominante. El libro y los textos sagrados son los que rigen el funcionamiento estatal, puesto que son la
fuente de inspiración divina.

El poder está concentrado en una sola institución, no hay división de poderes y es el monarca o el líder teocrático
quien imparte gobierno y justicia. El argumento es el siguiente: yo represento a Dios y su fe, por tanto, las decisiones
que yo tome están respaldadas por él y se pueden considerar como su voluntad. Así, todas mis decisiones son
incuestionables, puesto que son las que Dios realizaría en el caso de ser terrestre y corpóreo. 

Historia de la teocracia y su origen

El origen de la teocracia lo encontramos en las tribus antiguas. En las que el chamán de la tribu, el más sabio, estaba
considerado como una encarnación de las figuras divinas, y cuyo destino era satisfacer a los dioses y guiar a la tribu
en su supervivencia. 

Con la aparición de las civilizaciones, como el antiguo Egipto, los gobernantes seguían una línea dinástica, cuya
perpetuación en el trono se daba por cuestiones divinas. Cabe destacar que, durante la Edad Media, aunque los reyes
tenían un elemento divino, era el Papa quien detentaba el liderazgo religioso. Se establecía así una separación del
poder entre Roma y el Estado, teniendo el rey que someterse a los principios divinos que establecía el papado.

Tal fuerza era de la que disponía, que Enrique VIII, ante sus desencuentros con el Papa, se desvinculó de la Iglesia.
Estableciendo el protestantismo en Inglaterra y proclamándose como jefe religioso.

Características de la teocracia

Los regímenes teocráticos presentan las siguientes características:

 No hay separación entre Estado y religión: El jefe del gobierno es, también, el jefe espiritual.
 Poder autocrático: Todo el poder se concentra en una sola persona. Además, este poder no conoce límites, puesto
que están marcados por él. Esto, por el hecho de que sus acciones son la voluntad de Dios.
 La ley se fundamenta en la religión: Las leyes que se desarrollan, y todos los aspectos de la vida pública y privada,
están inspiradas en los textos y dogmas divinos.
 Religión única: Las teocracias no aceptan ni respetan la pluralidad que puede haber en otros Estados. Esta es
considerada como contraria al régimen y a los mandamientos divinos, por lo que solo se permite la religión imperante.
 No hay democracia: Para que la población acate y respete la voluntad del gobernante y, por extensión, la de Dios, se
ha de reprimir y perseguir a quienes no procesen las leyes y los dictados de la fe. Recurriendo así, las minorías
perseguidas, al exilio.

Ejemplos de teocracia
Hay numerosos ejemplos de teocracias que han existido y se han desarrollado a lo largo de la historia de la
humanidad.

Algunas de ellas son:

 Los Incas: Asentados en la costa oeste de América del Sur. La forma de gobierno que regía la civilización inca era la
de una monarquía teocrática. El Inca era la máxima autoridad, y estaba asesorado por el consejo imperial.
 Arabia Saudí: El país saudita es uno de los regímenes más autocráticos que existe. Se trata de una teocracia, cuyo
respeto por las libertades civiles y derechos políticos es nulo. El rey es la máxima y única figura de autoridad del país.
Y la ley emana del Corán, siendo este el texto sagrado islámico.

 En el Antiguo Egipto los faraones no sólo eran los dirigentes políticos


más importantes, sino que también estaban considerados como
representantes de las divinidades e incluso eran sacerdotes.

En el Antiguo Egipto existía una teocracia donde el faraón era líder político
y representante de las divinidades.

 El Tíbet fue otro ejemplo de teocracia hasta 2011. El líder de esta región en el


exilio recibe el título de Dalái Lama: se trata del máximo referente religioso y,
hasta 2011, de la principal autoridad política. En dicho año, Tenzin
Gyatso (el 14º Dalái Lama) tomó la decisión de declinar todos los cargos de tipo
político.

Tendzin Gyatso, el actual Dalai Lama

El Vaticano, por su parte, es una teocracia que sigue en pleno


funcionamiento. El Papa (actualmente Francisco) es el jefe del Estado y,
además, la autoridad máxima a nivel religioso.

El Vaticano es una teocracia.

 En el Imperio islámico, hasta que en el año 1924 fue abolido el califato otomano, la figura del califa ejercía el
gobierno máximo y, al mismo tiempo, representaba la jerarquía más alta del islam (era el «príncipe de los
creyentes»); de todos modos, cabe aclarar que no lo reconocía el pueblo entero, sino el grupo de los musulmanes
denominado suníes, el más numeroso de su comunidad a nivel mundial y caracterizado por su devoción a los
hechos y dichos que se atribuyen al profeta Mahoma.

Un sistema antidemocrático
Es importante tener en cuenta que las teocracias no son democráticas: el pueblo no elige a sus representantes. Las
personas, por otra parte, no pueden postularse para representar a sus compatriotas, ya que la característica principal
de la teocracia es que los dirigentes no son más que emanaciones de Dios, o bien representantes suyos en la Tierra.
Esta particularidad, a su vez, anula la posibilidad de ejercer la oposición debido a que, si el dirigente es  Dios o su
representante, nadie puede reemplazarlo.

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