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como arroz, pueden tener aflatoxinas, metabolitos secundarios de los hongos (mohos)
llamados Aspergillus flavus y A. parasiticus, principalmente, y se consideran el cancerígeno
biológico más potente que se conoce.
“Lo que comemos es la principal causa de riesgo de cáncer (36 por ciento), seguida por el
tabaco (31 por ciento) e infecciones (11 por ciento)”, indicó Magda Carvajal Moreno,
investigadora del Instituto de Biología (IB) de la UNAM.
Dentro de esos productos contaminados están los cereales (maíz, arroz, cebada y sorgo),
oleaginosas (cacahuate, cacao, nueces y pistaches), así como frutas secas y especias (pimienta y
chiles secos, entre otros).
Ese hongo se reproduce con facilidad en granos mal almacenados. Las aflatoxinas, producidas
por mohos del género Aspergillus flavus,no se ven, carecen de sabor y olor, son resistentes al
calor (soportan entre 260 y 320 grados centígrados sin descomponerse) y a procesos como
cocción, ultrapasteurización, nixtamalización y fermentación.
2. BPA o bisfenol A
, el bisfenol A o BPA, es un elemento del plástico comúnmente encontrado en envases
comerciales de comida y bebida. De este modo, alimentos como el agua embotellada o los
enlatados de carne, pez o pollo, suelen contener esta toxina gracias al contacto con los recipientes
en que los venden.
Hasta ahora los estudios han demostrado que el consumo de BPA diario no debe sobrepasar los 50
mcg/kg. De otra manera, el cuerpo puede experimentar estas consecuencias:
Pese a que es un elemento nocivo muy vetado, algunos estudios indican que aún es común
encontrar BPA en distintos alimentos comerciales, con lo cual no es mala idea dejar un poco de lado
los productos vendidos de esta forma.
6.-Lectinas
Los frijoles y otras legumbres son considerados la panacea de los vegetarianos.
Para las personas que no consumen proteína animal, es una gran alternativa para
complementar una dieta sana.
Los frijoles, lentejas, garbanzos, arvejas, maní, soja y sus derivados proporcionan una
buena cantidad de proteína, son altos en fibra y producen una sensación de llenura.
Además son una fuente constante de glucosa –que da energía- tienen alto contenido de
hierro, ácido fólico y cantidades apreciables de magnesio, manganeso y antioxidantes.
No obstante, también proporcionan lectinas, que no son procesadas por el sistema
digestivo humano.
Las lectinas están implicadas en el síndrome de intestino irritable, que se manifiesta con el
estreñimiento, vómito, diarrea e hinchazón.
También pueden causar artritis, esclerosis múltiple, úlceras pépticas, alergias y diabetes
tipo 2.
Sin embargo, para muchos de los afectados, el malestar no va más allá de una indigestión.
Para los que disfrutan de un buen plato de frijoles, "esta sustancia tóxica puede destruirse
sometiendo el frijol a un remojo completo y al cocinado a alta temperatura", señala el
Centro para la Seguridad Alimentaria de Hong Kong
7.-Nitratos
Nada mejor que una fresca ensalada de hortalizas y herbáceas.
Siempre se recomienda comer verduras frescas, pues son ricas en nutrientes que pueden
ayudar a prevenir el cáncer y las enfermedades cardiovasculares.
Pero estas verduras contienen nitratos que provienen del agua que se utiliza para
irrigarlas y los fertilizantes en los cultivos, particularmente el estiércol.
Entre las que tienen un alto contenido de nitratos están la lechuga, remolacha, zanahoria,
espinaca, perejil, repollo, rábanos, apio y col.
Según estudios recientes, son beneficiosos para la salud. Los nitratos actúan controlando
la producción de glóbulos rojos que, al tiempo, evita la formación de coágulos que
pueden generar serios riesgos, como los derrames cerebrales.
Pero altos niveles de nitrato pueden resultar tóxicos y son particularmente dañinos durante
la infancia