TIERRA

Revista fundada en 1921

santa 1 21-2021
Nueva serie– Año IX

Septiembre •
Octubre 2020

9 Num 53
(866)
La revista de los Santos Lugares

XVI
centenario de
S. Jerónimo
biblista
el

santo de Belén
MUJERES BÍBLICAS p. 10 ITINERARIOS p. 52

RAJAB Y YAEL (CON DINA) DE MEGUIDO A

UNAS MUJERES A ARMAGEDÓN UN VIAJE
CONTRACORRIENTE A TRAVÉS DE LOS SIGLOS
Xabier Pikaza Claire Burkel
 Ayuda a

TIERRA
santa
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que pertenece a los Franciscanos de la Custodia.

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- Más de mil viviendas sociales para familias desfavorecidas.
- Ayuda a refugiados de Siria y ayuda directa a la
población siria para reconstrucción y asistencia sanitaria.
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• Ayuda al sostenimiento de los Santuarios y viviendas
sociales.
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tierrasanta.suscripciones@gmail.com

En nombre de Tierra Santa y de los cristianos de

todo el Medio Oriente, ¡Gracias de corazón!
EDITORIAL
Inma R. Torné
Directora Tierra Santa.
Fratelli tutti
E
l Papa Francisco acaba de entre-
garnos una nueva encíclica: Fratelli
tutti. Toda una declaración de inten-
ciones en el mismo título: “todos
hermanos”. Un texto inspirado en el
santo de Asís, a cuyos pies ha querido firmarla,
a la vista de todo el mundo. Nadie mejor que el
Poverello podía apadrinar esta encíclica.
Ha habido algunos que la han criticado antes
de que saliera. Son los mismos a los que no
les gustó la declaración conjunta que se firmó
en los Emiratos Árabes el año pasado. Quizás
no sepan que el abrazo del Papa con el Gran
Imán de Al-Azhar no hacía más que actualizar
el abrazo de San Francisco con el sultán Malik
al-Kamil, cuyo VIII centenario celebrábamos
precisamente en 2019.
A veces edulcoramos a los santos. Los rodeamos
de flores y pájaros y les quitamos la fuerza y la
profecía que les caracteriza. Y olvidamos que
fueron contracorriente en su tiempo, incluso
entre los propios cristianos y la Iglesia de su
época. Estos meses de septiembre y octubre
celebramos la memoria de S. Jerónimo (en el
XVI centenario de su muerte), Sta. Teresita del
Niño Jesús, S. Francisco, Sta. Teresa de Jesús…
todos ellos cristianos aguerridos, esforzados,
que salieron de su zona de confort, de sus co-
Crédito fotografía de portada:
Imagen de S. Jerónimo encima de su epitafio en las
© Fr. Juan David R. Barahona OFM
modidades, de sus familias aburguesadas en
pos de Jesucristo pobre y humilde. Algunos,
como S. Jerónimo, fueron hasta Tierra Santa; a
Sta. Teresa la llaman “la Santa andariega”, y eso
que era de clausura; Santa Teresita es patrona
de las misiones sin salir de su convento carmelita
y S. Francisco revolucionó la Iglesia inmovilista
de su época con su estilo fraterno y sencillo. ¡Y
con sus abrazos! Recordamos especialmente su
abrazo al leproso y su abrazo al sultán: Dios en
el pobre, en el marginado, en el otro.
La revolución de los santos nos abre camino a
nosotros. Los santos fueron seguidores de Jesús
que no quisieron quedarse en su zona de con-
fort. En estos tiempos de pandemia sabemos
bien, por desgracia, lo que es estar aislados
físicamente. De lo que tenemos que huir es del
confinamiento mental y relacional: salgamos de
nuestros circuitos cerrados, nuestros esquemas
esclerotizados y nuestras aburridas cerrazones
para salir no a ver, sino a mirar, no a oír, sino
a escuchar. Y aunque ahora no podamos físi-
camente, vayamos por la vida con mentalidad
de “abrazo”. Queriendo acoger la verdad que
Dios, en el otro, en el distinto, en el diferente,
quiere ofrecernos. Porque el otro, como bien
simbolizó la Biblia en la figura de Caín, aunque
creamos que es nuestro peor enemigo, es en
verdad nuestro hermano.
Grutas de Belén. SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 3
 SUMARIO
MUJERES BÍBLICAS

JUDAÍSMO
3 EDITORIAL 17 JUDAÍSMO
Fratelli tutti El judaísmo y sus prácticas
Inmaculada R. Torné Luis F. Girón Blanc

4 SUMARIO 25 DOSSIER
XVI centenario de S. Jerónimo
el biblista santo de Belén
6 NOTICIAS 26 San Jerónimo, y Tierra Santa
DE LA CUSTODIA Fray Ulises Zarza OFM
16 jóvenes franciscanos hacen su
profesión solemne en Jerusalén
38 Las grutas de San Jerónimo en Belén
Claire Burkel
Traducción Fr. Aquilino Castillo, OFM Traducción Fr. Aquilino Castillo, OFM

48 Jerónimo y las tradiciones judías

8 IN MEMORIAM Fray Frédéric Manns OFM
Studium Biblicum Franciscanum
La afable sonrisa de un “pillo” Traducción Fr. Aquilino Castillo, OFM
Fr. Aquilino Castillo, OFM

52 ITINERARIOS
10 MUJERES BÍBLICAS: De Meguido a Armagedón.
Rajab y Yael (con Dina). Un viaje a través de los siglos
Unas mujeres a contracorriente Claire Burkel
Xabier Pikaza Traducido y releído por Fr. Aquilino Castillo, OFM

Num 53. (866) Septiembre-Octubre 2020

TIERRA SANTA, Ediciones de Tierra Santa Edición portuguesa
la Revista de los Santos Lugares Maria de Lurdes Nunes
Primera época: 1921-2011 (n.º 1-814) . Edición italiana mariadelurdes_cn@yahoo.com.br
Segunda época, año IX – N. 53 (866) Giuseppe Caffulli
direttore@terrasanta.net Edición inglesa
Suscripción anual 2020 Giampero Sandionigi Gregory Friedman
España papel: 25 €. PDF: 20 € sandionigi@terrasanta.net greg.f@myfranciscan.com
Concurso: 12 adicionales a la suscripción ordinaria.
Edición francesa
Amigo: 50 € (incluye concurso)
Marie-Armelle Beaulieu
Benefactor: 80 € (incluye concurso)
Marie-Armelle@custodia.org
Banco Popular:
IBAN ES33 0075 0123 5206 0023 8278 Edición árabe
tierrasanta.suscripciones@gmail.com Abdel Masih Fahim
n.° atrasado: 5,00 € masihofm@yahoo.com
 2020
Septiembre-Octubre

RECETAS
DOSSIER

60 NOTICIAS
Recortes de prensa
Claire Burkel y A. C. Álvarez
ITINERARIOS
64 APÓCRIFO
DE LAS CRIATURAS
La pequeña nube que salvó al mundo
Antonio Moreno

66 RECETAS DE TIERRA SANTA

Pastel de espinacas y queso
DE LAS CRIATURAS

Pilar Málaga y Ángel Romo

LA VIÑETA
DE PACO CATALÁN
APÓCRIFO

67 SOPA DE LETRAS
68 SUSCRIPCIÓN

TIERRA
santa www.centrotierrasanta.com
Dirección Colaboradores Edita Depósito Legal
Inmaculada Rodriguez Torné Eugenio Alliata, Franciscanos OFM | M-37351-2012 |
tierrasanta.redacción@gmail.com Emilio Bárcena, Centro Tierra Santa ISSN: 0333-6212
Enrique Bermejo, (Madrid)
Vicedirección Aquilino Castillo, Portada
Fray Aquilino Castillo Manuel Crespo, Propietario Imagen de S. Jerónimo
Custodia de Tierra Santa (Jerusalén) encima de su epitafio
Mª José Fernández Martín,
Consejo de redacción en las Grutas de Belén.
Pilar Málaga, Redacción y administración © Fr. Juan David R. Barahona
Inmaculada Rodriguez,
Aquilino Castillo, Pedro González, Fréderic Manns, C/ Joaquín Costa, 36A, bajo A. OFM
Luis Quintana, Emilio Bárcena José Antonio Merino, 28002 Madrid |
Xabier Pikaza, Tel. +34 644 444 178
Administrador Ángel Romo, tierrasanta.suscripciones@gmail.com
Fray Aquilino Castillo y José Luis Sicre. https://www.centrotierrasanta.com/
 NOTICIAS DE LA CUSTODIA
© Nadim Asfour/CTS

6 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

 12 de octubre 2010

16 jóvenes franciscanos
hacen su profesión solemne
en Jerusalén

Traducción
FR. AQUILINO CASTILLO, OFM

¿Qué está pasando en Jerusalén? Desde el equipo de animación vocacional estamos

El pasado 12 de octubre la fraternidad francis-
cana de Tierra Santa se llenó de alegría al poder
celebrar la Profesión solemne de estos 16 jóvenes
franciscanos que estudian teología en el Studium
Theologicum Ierosolimitanum STJ de Jerusalén.
muy contentos de que el coraje de muchos jóvenes
siga renovando la faz de la Iglesia en Tierra Santa.
¿A qué esperas? Llámanos, Infórmate… ¿no
escuchas tu corazón?

¿Qué tienen estos 16 jóvenes, de 11 países Web site: www.vocationsholyland.com

diferentes, de 4 continentes?
Tienen amor, pasión, alegría y sobre todo mucho
valor para decirle al Mundo: Se puede ser muy
feliz dando tu corazón allí donde Jesús vivió su
vida y hoy nos llama a seguirlo.
Mail: franciscanvocations@yahoo.com
Facebook: Franciscan vocations
Whatsapp: +972 549 549 021
Instagram: ofm_cts

¡Enhorabuena a los nuevos protectores de los Santos Lugares!

Gracias por cuidar de la Memoria de Jesús
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 7

La afable
sonrisa
de un “pillo”
Fray Emilio Bárcena
H
ace casi 70 años,
apenas termina-
da la filosofía, tus
superiores te die-
ron la noticia que
irías, junto a otros jóvenes frai-
les, a estudiar Teología a Jerusa-
lén. Saldríais para Alejandría, y
desde allí alcanzaríais la Tierra
Santa. Tu avidez de saber, innata
y cultivada, te llevó presuroso a
la biblioteca del convento; había
que buscar toda la información
sobre esas tierras, sus gentes, su
cultura, clima, tradiciones… y ahí
empezaste por Egipto: “el país
donde nunca llueve”, aseveraba el
autor del primer libro que llegó
a tus manos.
Pasados los meses la nave
echó el ancla en el puerto de
Alejandría, la capital de los
Ptolomeos, de Cleopatra, de la
gran biblioteca, de san Cirilo
y san Antanasio. Según escri-
bías tú mismo, caía un inmenso
aguacero, como si estuvieses
en tu Cantabria natal. Uno de
tus compañeros estudiantes te
pregunto: “¿Qué te parece Emi-
lio?” A lo que tú aseveraste: “No
está mal para un país donde
nunca llueve…”.
FR. AQUILINO CASTILLO, OFM
Representante de la Custodia de Tierra Santa en España y
responsable de vocaciones.
8 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
Quien te ha conocido te encua-
dra, quien te ha conocido sabe
que en ese momento esbozaste
una sonrisa algo torcida hacia
el lado izquierdo, la sonrisa de
un niño pillo, pero que como
siempre, Emilio, dejaba tras de
sí un análisis agudo, un perti-
nente comentario, cargado de
información, de lectura, de una
elucubración de ese cerebrito que
no paraba de observar, sintetizar,
ver más allá. Eso permitió que tus
artículos en esta Revista tuviesen
la mayor introspección. ¡Claro,
hasta Israel secuestró toda la
tirada de un número! Y es que
decías las cosas muy claras, ¡y
en dos frases! No te ibas por las
ramas, aunque se enfadase algún
superior: mira que escribirle a
un Custodio y sus bien avenidos
Discretos, que parecían una lata
de sardinas; todos muy juntitos…
y sin cabeza. Y ahí quedó para
la posteridad, publicado en un
número. Y tú, pues, con tu son-
risa de niño pillo y los ojos medio
cerrados al reír, ¡qué regocijo!
De la Revista fuiste director
del 1971 al 1977 y, después, del
2005 al 2012. Ahí, mano a mano
con Ignacio Peña, llevasteis la
IN MEMORIAM
publicación a cotas muy altas,
eran tiempos en los que abunda-
ban los buenos frailes, como tú,
de oración, de fuerte convicción
religiosa, moral y estudio. Y de
mucha virtud, pues fuiste muy
virtuoso en tu vida religiosa,
tuviste una buena formación.
En Egipto, el árabe; aprendiste
también inglés, italiano, fran-
cés, portugués, le diste batalla
al hebreo, ¡corregiste incluso la
versión en latín del Quijote! Y
por su puesto, sobreabundaste
en don de gentes. Todo lo cual
hizo posible que desarrollases
un gran servicio para la Custodia,
primero como formador, en el
Colegio Seráfico de Emaús, des-
pués como maestro de clérigos
sirios, libaneses y egipcios, en
Nicosía, Chipre, pues tras la gue-
rra de “los Seis días” no podían
entrar en Jerusalén.
Doctorado por Com i l las,
maestro de formación, director
de escuela y párroco Jafa, tan
pronto andaban tus pasos por
Siria, como aparecías de Guar-
dián en Nazaret, San Pedro de
Jafa o la Comisaria General de
Buenos Aires.
Tus dotes como persona, tu
competencia con las lenguas, la
corrección en tu saber estar, te
llevaron a desarrollar importan-
tes servicios en los encuentros
internacionales de la Orden, con-

sejos plenarios, consejos inter-
nacionales de Justicia y Paz, de
Formación, y sobre todo, el Capi-
tulo General de la Orden en 1991,
en San Diego, California.
Mucho trabajo, mucha dedica-
ción, una vida intensa de la que
supiste sacar partido, llenan-
do tu curiosidad intelectual de
vivencias infinitas, al tiempo que
derramabas tu sonrisa de niño
pillo por doquier.
Pero, además de sonreír, cul-
tivaste con acierto otro hábito,
sabías bajarte del caballo. No
importa que los frailes te eligie-
sen como Discreto conventual en
San Salvador, o como Vicario de
la casa. Cuando decidías que tu
edad no era la que podía dotar
de fuerzas un cargo… te bajabas
del caballo y pedías que no se te
nombrase.
Incluso en esta casa, en Tierra
Santa, “La Revista de los Santos
Lugares”, a la que diste esplen-
dor, llegado lo que consideraste
el momento adecuado, pediste
ser relevado de la dirección, tra-
bajando siempre, hasta el último
día, aconsejando, dando datos de
interés que almacenabas en tu
mente prodigiosa, pero no que-
riendo figurar como Director,
porque sabías bajarte del caba-
llo y ceder el testigo, buscando
quien pudiese continuar la labor,
e inaugurando una nueva etapa
donde la dirección no tenía por
qué estar a cargo de un religioso.
Siempre dos pasos por delante
de tu tiempo.
El 9 de agosto pasado te
bajaste otra vez del caballo,
de tu boca sólo salían palabras
de agradecimiento, gracias a
los médicos, a los enfermeros,
al hermano responsable de la
enfermería, a tu guardián, al
Custodio…
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
© Enrique Bermejo/CTS
Enrique Bárcena
riendo junto al
gran arqueólogo
franciscano
Michele Piccirillo
Con casi 70 años de profesión
religiosa, casi 70 años de tu lle-
gada a Tierra Santa, partiste en
silencio, sin molestar, con esa cla-
se que tienen los grandes, sabien-
do que era el momento de tomar
otra nave, de arribar a otro puerto.
A muchos nos dejas huérfanos,
sin padre espiritual, sin confesor,
sin consejero, sin el archivo de
tu memoria, sin ese amigo fiel
que has sabido ser siempre. Pero
estás junto a los tuyos, también
junto a tantos y tantos pere-
grinos que te han conocido, los
que repetían cada año, los que
tú cariñosamente llamabas “los
aficionaos”, ahí en la eternidad
infinita les pondrás al día con tus
acertados juicios, entre bromas y
chascarrillos, y siempre, siempre,
hacia el lado izquierdo, tu sonrisa
de niño pillo.
Hasta pronto Emilio, fraile (de
verdad) de la Tierra Santa.
TIERRA SANTA 9
MUJERES BÍBLICAS

MUJERES BÍBLICAS

James Tissot, La prostituta de Jericó

10 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 y los dos espías, 1896-1902.
Rajab y Yael (con Dina)
Unas mujeres a contracorriente
En el frontispicio del pueblo de Israel puede ponerse un letrero: Éste es un
pueblo mixto (mestizo) forjado por mujeres, y mujeres extranjeras: Rajab y Yael.
Con ellas quiero vincular la historia de Dina, una israelita intrépida, condenada
por un tipo de intransigencia de su pueblo.
1. Rajab,
“hospedera” de Jericó
E
ntre las “heroínas” del
principio de la con-
quista de la tierra de
Canaán por los israe-
litas ocupa un lugar
especial una cananea llamada
Rajab, en la que se centra el relato
de la toma de Jericó por Josué. La
raíz hebrea de su nombre (rjb)
significa ensancharse o anchura:
aquello que es dilatado, espacio-
so. Por eso se utiliza para indicar
una calle abierta y sobre todo una
plaza, rejob, (pudiéndose aplicar
para una prostituta en el sentido
de mujer abierta).
Pero ese nombre puede tener
un sentido teóforo: Dios ensancha
(cf. Rejabyah: 1 Cron 23, 17; 24, 21),
Dios “hospeda” por Rajab a Israel
en la tierra de Canaán. Rajab, la
“cananea abierta” acogió (hospe-
dó) en su casa de Jericó a los espías
que venían a explorar la tierra
y con ella a todos los israelitas,
contribuyendo así a la conquista
de la ciudad y de la tierra.
XABIER PIKAZA
Teólogo y biblista
“Los espías fueron y entraron
en casa de una zonah, llamada
Rajab y se hospedaron allí. Y le
avisaron al rey de Jericó dicien-
do: “Unos israelitas han entrado
aquí de noche para espiar el país”.
Entonces el rey de Jericó mandó
decir a Rajab: “¡Echa fuera a esos
hombres!”. (Pero ella les escon-
dió para liberarles, y después al
despedirse de ellos, les dijo):
Rajab fue una extranjera (cananea) que
acogió y ayudó a los israelitas, como
mujer activa, cabeza de familia
– “Sé que Yahvé os ha dado esta
tierra, porque el miedo a vosotros
ha caído sobre nosotros. Todos
los habitantes de esta tierra se
han desmoralizado a causa de
vosotros. Porque hemos oído
que Yahvé hizo que las aguas
del mar Rojo se secaran delan-
te de vosotros cuando salisteis
de Egipto […] ¡Y ahora juradme
por Yahvé que, así como yo he
tenido compasión de vosotros,
también vosotros tendréis com-
pasión de la casa de mi padre [...]
y guardaréis la vida de mi padre,
mi madre, mis hermanos, mis
hermanas y a todos los suyos y
libraréis nuestras personas de
la muerte”! (Js 2, 2-3.9-10.12-13)
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
Muchos comentarios consideran
a Rajab una prostituta, conforme
al sentido que la palabra zonah ha
tomado en la teología posterior
israelita y cristiana (cf. Heb 11,
31; Sant 2, 25). Algunos piensan
incluso que se trataba de una
prostituta sagrada (sacerdoti-
sa del templo pagano de Jericó),
aunque el término empleado
en ese caso debería haber sido
distinto (quedesha: cf. Dt 23,
18-19). Pero, conforme a la raíz
de la palabra y de acuerdo a una
antigua visión matrimonial,
zonah significa más bien una
mujer libre, señora de sus bienes
y familia, matriarca o dueña de
su casa, una mujer que puede, por
tanto, actuar con libertad y hos-
pedar en su casa a otras personas
(hombres o mujeres), sin tener
que pedir permiso a su marido.
Por eso es preferible presen-
tarla como «hospedera», como
cabeza de familia, dueña de casa,
que acoge en ella a los israeli-
tas, en contra del resto de los
habitantes de Jericó que quieren
matarles. Éste pasaje nos sitúa
TIERRA SANTA 11
MUJERES BÍBLICAS
por tanto ante un tipo de familia
matriarcal, que la ley israelita
posterior ha rechazado, pero que
ha debido conservarse durante
siglos en la zona de Jericó, un
matriarcado acogedor y abierto,
creador de verdadera comunión
entre gentes y pueblos.
1. Mujer con casa propia. Puede
quizá tener marido, pero no está
sometido a él, sino que gobierna
su familia, en matrimonio uxori–
o matri–local, de manera que la
vivienda donde habita es suya y
no de su esposo. Esto le permite
tener independencia y recibir a
quienes quiera (a riesgo de que
la supongan prostituta, aunque
nuestro texto nada diga en esa
línea).
2. No está integrada en la estruc-
tura patriarcal de Jericó, dominada
por un rey y una administración
de varones. Conforme al relato
bíblico, ella aparece al interior
de una ciudad “adversa” (cuya
estructura no quiere defender).
En ese sentido, es normal que los
exploradores de Israel confíen en
ella y se hospeden en su casa, pues
no forma parte del entramado de
relaciones exclusivistas de Jericó.
3. Ella les esconde y protege,
y por su parte ellos la salvan, la
conservan viva, con su familia
y sus bienes, con su estructu-
ra matriarcal cuando toman la
ciudad más tarde, al filo de la
espada. En esa línea, al ponerse
al servicio de los israelitas inva-
sores, Rajab no es una traidora,
sino una liberadora, pues abre la
ciudad a nuevos habitantes como
los hebreos liberados de Egipto.
4. Conforme al texto actual
ella aparece como “profeta”. Las
noticias del paso de Israel en el
desierto (viniendo de Egipto) le
han convencido de la grandeza de
su Dios, y así acepta así la visión
12 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
yahvista de la historia, repitiendo
unas palabras que habían sido
previamente proclamadas por
el mismo Dios, cuando afirmaba
que, por fidelidad a sus prome-
sas, él concedería a los israelitas
la tierra de los cananeos (Js 1, 2-3;
2, 9-11).
5. Los espías israelitas, a quienes
ella ha salvado, le prometen que
respetarán su vida y la vida de su
familia cuando Jericó sea des-
truida, y así han hecho. Conforme
al comentario del narrador, la
familia de Rajab «habita en Israel
hasta el día de hoy» (Js 6, 25).
Esto indica que mucho después
de la entrada de los israelitas
(quizá en el siglo VI o incluso en
el V a.C.), en el entorno de Jeri-
có se conservaba una población
mezclada, con cananeos que se
habían vuelto israelitas, pero
manteniendo su propia identi-
dad matriarcal como “familia o
casa de Rajab”.
En el Nuevo Testamento, Mt 1, 5 cita
a Rajab como una de las “abuelas”
de Jesús, junto a otras mujeres
“especiales”: Tamar, Betsabé y Rut
7. Rajab no aparece como “madre”
en el sentido de engendradora, y sin
embargo es “cabeza” de estirpe.
Éste es quizá el hecho más signi-
ficativo de su historia. Un grupo
de habitantes de la zona de Jericó
sigue apelando a ella para justifi-
car su identidad israelita, aunque
no fueran descendientes de los
hebreos “salidos de Egipto”; no
son “hijos de de Rajab”, sino par-
tidarios de una nueva estructura
social, conservada y recreada en
un momento en que los judíos
del entorno de Jerusalén (tras el
exilio) sienten un gran recelo por
las mujeres extranjeras, a las que
acusan de destruir la identidad
israelita.
El testimonio de Rajab se man-
tiene en Israel, en contra de la
tendencia xenófoba del grupo de
Nehemías, en el siglo V–IV a. C.
Ella fue una extranjera (cananea)
que acogió y ayudó a los israeli-
tas, como mujer activa, cabeza de
familia. En esa línea, el judaísmo
no podrá rechazar a las mujeres
extranjeras en general. Más aún,
ya en el Nuevo Testamento, Mt
1, 5 cita a Rajab como una de las
“abuelas” de Jesús, junto a otras
mujeres “especiales”: Tamar,
Betsabé y Rut.
2. Yael, la victoriosa
Rajab y Yael son distintas, pero
tienen algo en común: Son muje-
res “independientes” (libres,
dueñas de su casa) y extranjeras
(en principio no forman parte de
la alianza de las tribus de Yahvé),
y cada una en su línea opta por
Israel (en contra de los cananeos).
Rajab era una cananea matriar-
cal del entorno de Jericó. Yael es
una mujer quenita, integrada
en Canaán, que ayudó también
a los israelitas en su lucha por
el control de la tierra de Canaán,
matando en su propia casa/tien-
da a Sísara, que había venido a
refugiarse en ella.
Yael (cuyo nombre significa
cabra montesa) estaba relacio-
nada con los israelitas (lo mismo
 Julius Schnorr von Karolsfeld,
Escapando de la casa de Rahab,
grabado para “Die Bibel in Bildern”, 1860.
que Jobab/Jetró, suegro de Moi-
sés), pero pertenecía al clan de
los quenitas (que parecen vincu-
lados a Caín, cf. Gen 4), herreros
trashumantes, sin tierra propia.
Pues bien, ella y su grupo habían
acampado en una tierra domi-
nada por los cananeos de Sísara,
con quienes habían pactado (cf.
Jc 4, 17). Ella estaba casada con
Jeber, el quenita, pero el texto la
presenta como mujer indepen-
diente, que tiene dominio sobre
su tienda/casa y sobre el futuro
de su clan en un tiempo de guerra
por la posesión de la zona norte
de la tierra de Canaán.
La iniciativa la tomó Sísara,
general cananeo del rey Yabin
de Jasor, ciudad poderosa que
imponía su poder sobre todo
el norte de la tierra de Canaán.
De forma sorprendente, en un
momento de lluvias, con la tierra
encharcada (de manera que no
podían maniobrar por ella los
carros de combate) los infantes
israelitas vencieron a los cana-
neos y Sísara, que venía huyendo,
buscó refugio en la tienda de Yael,
su aliada:
“Sísara huyó a pie hacia la tienda
de Yael, esposa de Jéber, el queni-
ta, porque había buenas relacio-
nes entre Yabín, rey de Jasor, y la
familia de Jéber, el quenita. Yael
salió a su encuentro y lo invitó:
—Pasa, señor; pasa, no temas.
Sísara pasó a la tienda, y Yael
lo tapó con una manta. Sísara
le pidió:
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
—Por favor, dame un poco de
agua, que me muero de sed.
Ella abrió el odre de la leche, le
dio de beber y lo tapó. Sísara le
dijo:
—Ponte a la entrada de la tienda,
y si viene alguno y te pregunta si
hay alguien, le respondes que no.
Pero Yael, esposa de Jéber, agarró
un clavo de la tienda, tomó un
martillo en la mano, se le acercó
de puntillas y le hundió el clavo
en la sien, atravesándolo hasta la
tierra. Sísara, que dormía rendi-
do, murió. Barac, por su parte, iba
en persecución de Sísara. Yael le
salió al encuentro y le dijo: Ven,
te voy a enseñar al hombre que
buscas. Barac entró en la tienda:
Sísara yacía cadáver, con el clavo
en la sien”. (Jc 4,17-23).
TIERRA SANTA 13
MUJERES BÍBLICAS
Yael aparece como esposa de
Jeber el quenita, pero ese nom-
bre puede interpretarse quizá
de manera simbólica, pues ella
actúa como mujer libre, dueña de
su tienda. El nombre de su espo-
so es Jeber, que significa amigo
o asociado y, en esa línea, Yael
puede tomarse como Mujer Aso-
ciada (=Mujer amiga), vinculada
en pacto con los cananeos. Pues
bien, en el momento clave de la
lucha por el control del norte de
la tierra de Canaán, ella se puso
de parte de los israelitas, matan-
do al general enemigo, actuando
como “soberana” de su tienda
(como Rajab, dueña de su casa),
con gestos cargados de fuerte
simbolismo erótico.
El texto supone que Sísara le
pide sólo agua (¡como en los rela-
tos matrimoniales, junto a un
pozo (Gen 24 y 29; Ex 2, 11-25) y
ella le ofrece aquello que la ley y
la costumbre suponían que una
mujer ha de dar al guerrero, reci-
biéndole, curándole, cubrién-
dole del frío, alimentándole con
leche... El pasaje citado invierte
el sentido de esos símbolos, de
forma que ella, mujer de la casa,
rompiendo la alianza anterior
con Sísara, le recibe de forma
engañosa en su tienda, para allí
matarle, pasándose al bando de
los israelitas, que la declaran
bendita:
“¡Bendita entre las mujeres Yael,
mujer de Jéber, el quenita!
¡Bendita entre las mujeres que
habitan en tiendas! [... ]
Con la izquierda agarró el clavo,
con la derecha el martillo,
golpeó a Sísara, machacándole
el cráneo” (Jc 5, 24-26).
Este canto (atribuido a Débora,
mujer inspiradora de esta guerra)
define a Yael como bendita entre
14 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
las mujeres (lo mismo que se dice
de Judit en Jud 13, 18, después que
ha degollado al general enemigo).
Es bendita por haber matado al
enemigo de Israel, rompiendo el
pacto que la tenía atada a su poder,
en gesto de poderoso engaño: le
acoge en su tienda y le da leche,
para que duerma escondido en
la intimidad de su tienda; pero
después le mata con la destreza
de un nómada acostumbrado a
clavar en tierra los puntales de la
tienda, cuando estaba dormido,
debajo de la estera donde se había
refugiado (4, 20) “para que nadie
le encontrara”.
El silencio de
Dina, es decir, de
las mujeres
No hay que buscar los motivos
morales de esa conducta, ni en el
relato en prosa de Jc 4, ni en el
canto de Jc 5. En un momento de
peligro, aprovechando la derro-
ta de los cananeos, Yael cambia
de alianza, matando al general
cananeo y poniéndose de parte
del “juez” israelita (Barac), por
lo que ella se alía con Débora, la
profetisa y “madre” de Israel,
que está en el fondo de toda esta
escena (Jc 4–5).
Este gesto de ruptura de la
alianza con los cananeos pare-
ce más difícil en un hombre (al
menos desde una perspectiva
israelita). Para una mujer es
más simple. Ella no conoce más
alianzas que el servicio a la vida.
Pertenece a un grupo marginado
por todos, y así se pone de parte
de los que vencen, para mante-
ner su vida y la vida del grupo.
De todas formas, en el fondo del
gesto de Yael pueden verse otras
dos razones.
– Un tipo de fe yahvista. Los que-
nitas, emparentados con los
madianitas, parecen haber sido
adoradores antiguos de Yahvé (en
ese contexto se sitúa la historia
de Ex 3). Para vivir en una tierra
dominada por los cananeos, la
familia de Yael había tenido que
pactar con ellos, pero ella se ha
podido sentir más vinculada a
sus aliados naturales, los israe-
litas yahvistas, que provienen de
su mismo entorno.
– En segundo lugar, puede haber
una decisión especial de Yael, como
mujer que se alza en contra de los
guerreros cananeos, a favor de
los israelitas, dirigidos por una
profetisa llamada Débora. Yael
habría estado quizá sometida a
la violencia de esos guerreros,
representados en Sísara, de for-
ma que al matarle quiere ven-
garse de los soldados opresores
(¿violadores?) de Yabín, rey de
Jasor/Hazor.
La colaboración del clan de
Rajab había sido importante
para la conquista israelita del
sur de Canaán. La de Yael lo será
para la conquista del norte de
Canaán; en esa línea, la tradición
ha recordado la “gesta” (militar
y política) de esta mujer quenita,
al servicio de Israel. Los israe-
litas posteriores han recorda-
do a guerreros como Josué y los
grandes jueces (Jefté, Sansón,
Barac…), pero también ha sido
muy importante la colaboración
de mujeres como Rajab y Yael.
3. Dina, una mujer frustrada
Rajab y Yael son protagonistas
de historias logradas, de mujeres
que han optado por el “pacto de
Israel”, integrándose en el pue-
blo de Yahvé. Por el contrario,
Dina es protagonista de un relato

de venganza y de fracaso, en el
entorno de Siquem, en el centro
de la Tierra Prometida:
“Dina, la hija que Lía había dado
a Jacob, salió a ver a las mujeres
del país. Siquem, hijo de Jamor el
jeveo, príncipe de aquella tierra,
la vio, se la llevó, se acostó con
ella y la “violó…”.
Siquem, con su padre Jamor (rey
de Siquem) y con Jacob, padre de
Dina, quieren resolver el tema, a
través de un pacto matrimonial.
Pero dos hijos de Jacob (herma-
nos de Dina) actúan con false-
dad, exigiendo la circuncisión
de los habitantes de Siquem (que
así entrarían a formar parte de
la alianza de Jacob). Según este
relato, los siquemitas aceptan,
James Tissot, Yael mata a Sísara, 1896-1902.
y estaban recién circuncidados,
con la fiebre y dolores postope-
ratorios, cuando ocurre que:
«Simeón y Leví, hermanos de
Dina, blandieron cada uno su
espada y entrando en la ciudad
sin peligro mataron a todo varón.
También mataron a Jamor y a
Siquem a filo de espada, y toman-
do a Dina de la casa de Siquem,
salieron” (cf. Gen 34, 1-31).
Esta historia matiza el hecho
de la violación, porque empieza
diciendo que Dina “salió a ver a
las mujeres del país”, abando-
nando el espacio resguardado
del clan de Jacob, con sus normas
y leyes de matrimonio, y vin-
culándose de algún modo con las
mujeres cananeas, apareciendo,
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
así, como un “puente” entre los
dos grupos: por un lado, quiere
estar con los siquemitas (sien-
do como una de sus mujeres);
por otro lado, ella forma parte
de los israelitas (que siguen una
ley endogámica distinta).
El texto reconoce que Siquem,
hijo de Jamor, príncipe del país,
“la agarró, se acostó con ella y la
violó”. Pero después dice que la
amó y que quiso casarse con ella.
Siquem es un nombre simbólico
(es la ciudad), como es también
simbólico el nombre de Jamor su
padre (el Asno, Dios de la Alian-
za de Siquem). Ciertamente, el
texto es duro y supone un tipo
de violencia (violación) contra
Dina. Pero esa violencia respon-
de a las costumbres sociales de
una tierra donde el matrimonio
TIERRA SANTA 15
MUJERES BÍBLICAS
puede realizarse por rapto, lega-
lizado a posteriori, si el padre de
la violada lo acepta (cf. Jc 21; Ex
22, 16-17).
Se trata, probablemente, de una
violencia que Dina ha previsto y
quizá “deseado”: ha ido a visitar
a las mujeres de Siquem, querien-
do ser como ellas… Pero lo más
importante en aquel contexto
es que los padres (uno cananeo
y otro israelita) quieren concer-
tar el matrimonio entre Dina y
16 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
James Tissot,
La seducción de Dina,
hija de Lía, 1896-1902.
Siquem, con el consentimiento
de los hombres de la ciudad, que
deciden aceptar la ley de Israel
(circuncidarse) para integrarse
así en la alianza de las tribus de
Yahvé. Pero Simeón y Leví (apo-
yados por el resto de los herma-
nos) les atacan a traición y los
pasan a cuchillo, matando a todos
los varones (con Siquem y Jamor).
Este relato recoge tradicio-
nes antiguas en torno a la “con-
quista” israelita de Siquem. En
contra de lo que hará más tarde
el libro de Judit, este relato no
ha querido valorar la venganza
de Simeón y Leví y deja que la
historia tenga un final ambiva-
lente. Simeón y Leví apelan a la
venganza; «¿Íbamos a dejar que
a nuestra hermana la trataran
como a una prostituta?» (34,
31). Su padre Jacob, en cambio,
se lamenta: «Me habéis arrui-
nado, haciéndome odioso a los
habitantes del país…» (34, 30).
Desde nuestra perspectiva, lo
más hiriente no es la violencia
de Simeón y Leví, ni el lamento
de Jacob, sino el silencio de Dina,
es decir, de las mujeres. Rajab
y Yael hablan y deciden. Dina,
en cambio, queda totalmente
marginada. El texto afirma que
Siquem la amaba apasionada-
mente y que buscó la forma legal
de casarse con ella, pero no dice
nada de los sentimientos y de la
voluntad de Dina, de manera que,
cuando matan a su amante, a ella
la llevan la fuerza a su “casa”
antigua, sin dejar que salga “a
ver” más a las cananeas, como
si su voluntad no contara.
El camino de Rahab y de Yael,
mujeres con palabra y gesto acti-
vo, ha quedado así descalificado
en el nuevo Israel. Los herma-
nos de Dina, israelitas duros, no
quieren que ella (las mujeres de
Israel) se emparenten con los
siquemitas, a pesar de que ellos
(los siquemitas cananeos) han
querido integrarse en la alian-
za de Israel. Simeón y Leví son
partidarios de un Yahvé cuya
ley prohíbe que los israelitas se
mezclen con los cananeos. Su
gesto ha sido “canonizado” por
el libro de Judit (Jud 9, 2), en el
que se retoma la perspectiva de
los “vengadores” (aunque es ya
la misma Judit la que realiza la
venganza).
 JUDAÍSMO

El
judaísmo
y sus
prácticas
LUIS F. GIRÓN BLANC
Catedrático emérito de Hebreo
de la Universidad Complutense de Madrid

Elementos
© iStock

tradicionales
del shabbat.

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 17

JUDAÍSMO

Frente a lo que muchas veces puede

parecer en virtud del desarrollo de
una normativa detallada, el judaísmo
es un movimiento de una profunda
espiritualidad apoyada en el principio
de que “todo lo que te resulte odioso
para ti no se lo hagas a tu prójimo” y
de que “todos los preceptos fueron
dados al hombre para que viva por
ellos y no para que muera por su
cumplimiento”.

D
edicamos este artí- o varón, su nacimiento de una
culo a un hacer un madre judía, solamente para los
recorrido lineal por varones está establecido un rito
lo que son las prác- de “incorporación” a la alian-
© Yoav Ari Dudkevitch/FLASH90

ticas judías a lo largo za de Abraham, tal como está

de la vida del individuo: naci-
miento, incorporación respon-
sable a la comunidad, matrimo-
nio y familia, y muerte, con una
referencia a la cíclica aparición
semanal del sábado.
La circuncisión
El nacimiento de una criatura
es motivo de alegría en todas
las culturas. Aunque los tex-
tos antiguos, inmersos en una
cultura agrícola y a veces gue-
rrera, hacen especial hincapié
en la bendición que supone un
hijo varón, la concepción israeli-
to-judía recogida en los primeros
capítulos del Génesis expresa sin
lugar a dudas la igual dignidad
del varón y la mujer. Y así, mien-
tras la “esencia de la judeidad”
se la confiere al individuo, mujer
recogido en Gn 17,9-14. Se trata
de la operación denominada cir-
cunsión, en hebreo brit milá, que
consiste en el corte del prepucio
del niño. En circunstancias nor-
males de salud se realiza al octa-
vo día del nacimiento. La solicita
el padre del recién nacido y la
realiza un especialista denomi- Bar Mitzvá celebrada en Jerusalén
nado mohel, mientras el padrino,
sandak mantiene al niño sobre
sus rodillas. En esta ceremonia, durante la semana que sigue al
que puede celebrarse en la sina- nacimiento en una ceremonia
goga, en la maternidad o en el en la que se convoca al padre a
domicilio familiar, se le impone leer la Torá en la sinagoga y se
al niño el nombre. A las niñas recitan oraciones por la salud de
se les puede imponer el nombre la madre y de la recién nacida.
El judaísmo se apoya en el principio de
que “todo lo que te resulte odioso para
ti no se lo hagas a tu prójimo

18 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

Bar mitsvá
También es originariamente
una ceremonia para los varo-
nes; se celebra al cumplir los 13
años, que es el momento en que
el varón deja de ser considerado
un menor frente a la ley religiosa.
El nombre significa “hijo del pre-
cepto” o sujeto a los preceptos.
La ceremonia consiste en que el
muchacho, tras una instruc-
ción religiosa y litúrgica básica,
es convocado a leer los textos
sagrados en el oficio semanal de
la sinagoga y a recitar las bendi-
ciones correspondientes. A veces,
si su formación es mayor, puede
hacer incluso una pequeña homi-
lía interpretativa. En el caso de
las niñas se considera que quedan
sujetas a las leyes religiosas, bat
mitsvá, al cumplir los 12 años,
pero no hay ceremonia prescrita
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
para conmemorarlo. Tanto uno
como otro suelen celebrarse con
una fiesta social.
Matrimonio
La ceremonia del matrimonio
tiene dos partes que pueden
separarse en el tiempo, pero
que generalmente se celebran
juntas. La primera es el despo-
sorio o kidushín con la entrega del
TIERRA SANTA 19
JUDAÍSMO

anillo; la segunda -nissún, término de difícil tra-

ducción- podría entenderse como la consumación
del compromiso, que se simboliza colocándose los
contrayentes bajo un palio o dosel (jupá) mientras
se recitan siete bendiciones.

El judaísmo admite el
divorcio como último y
trágico recurso
Toda la ceremonia se realiza ante una copa de
vino de la que los desposados beben al final. En la
celebración matrimonial ocupa un lugar importante
la lectura del contrato matrimonial o Ketuvá en el
que se establecen las condiciones económicas de
los esposos. El judaísmo admite el divorcio como
último y trágico recurso cuando se han agotado
todos los demás. Entre las prescripciones antiguas
que hoy se encuentran prácticamente en desuso
está el llamado matrimonio de “levirato” o yibbum,
por el cual el hermano o pariente más próximo de
un difunto debía contraer matrimonio con la viuda
de éste cuando el matrimonio no había tenido hijos.
El primer hijo de este matrimonio de levirato se
consideraba hijo del difunto.

Fallecimiento y duelo

La tradición israelito-judía se ha enfrentado siem-

pre con la muerte desde una perspectiva realista
y optimista. No es la muerte en sí lo malo, sino
que pueden serlo las circunstancias que la acom-
pañan o la forma en que se produce. La muerte en
ancianidad, “repleto de días”, es una bendición
de Dios. La muerte del individuo no es problema
pues es necesario que unos mueran para que otros
vengan al mundo y el pueblo subsista y se renueve.
En terminología bíblica morir es con frecuencia
“acostarse con los padres”. La evolución del pensa-
miento en torno a una resurrección es multilineal
y complicada en el judaísmo.
Dos principios básicos están presentes en el caso
de la muerte: el honor y el respeto que se debe al
cadáver, y la atención emocional y espiritual de
los dolientes. El cadáver debe envolverse en un
sudario blanco simple. El entierro debe realizarse
dentro de las 24 horas siguientes al fallecimiento
la sepultura ha de ser en tierra “ya que polvo eres
y al polvo volverás” (Gn 3,19).

20 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

 © Yaakov Lederman/Flash90

Boda de judíos ultraortodoxos.

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 21

JUDAÍSMO

Moritz Daniel Oppenheim, La boda, 1866.

22 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
 El primer signo de duelo es el desga-
rramiento de una prenda que uno está
vistiendo. Esta prenda se utilizará durante
los siete días (shivá) que dura el duelo.
Durante este período los dolientes no se
sientan en sillas sino en taburetes bajos
o en el suelo, no salen apenas de casa, no
usan zapatos, los varones no se afeitan
y las mujeres no se maquillan, aunque
todo lo referente a la higiene corporal
está permitido.
En torno a la muerte y el duelo se ha
hecho tradicional la recitación de una
oración llamada kadish. Se trata de una
doxología u oración de alabanza a Dios
que no tiene en sí misma nada que ver
con los difuntos. La recita en el funeral
el hijo primogénito del difunto y durante
todo el período de duelo, incluso durante
un año, la recitan los parientes. Algún
comentarista explica que el sentido de
esta recitación es el siguiente: la expresión
de la alabanza a Dios por parte de hijos y
parientes es un reconocimiento del mérito
del difunto que enseñó y transmitió esa
piedad a su entorno familiar.
El sábado (shabbat)
Es una de las grandes instituciones de
la tradición israelito-judía. La tradición
bíblica presenta a Adonai descansando
el día séptimo tras seis días de “arduo”
trabajo creador. En el decálogo del Sinaí
ocupa un lugar preminente como cuarto
mandato de los que hacen referencia a
Dios y no tiene tanto el sentido de día de
descanso sino el de día dedicado al Señor.
La instauración del sábado con carácter
civil es atribuida por tradiciones poste-
riores a Moisés que sugiere a Faraón que
conceda un día de descanso a los obreros
israelitas para que rindan más.
El sábado es un día de la semana, pero el
shabbat es una institución, es un precepto,
pues, además de ser un día de descan-
so semanal para el trabajo ordinario, lo
cual no distinguiría al judío del que no
lo es, añade una serie de prohibiciones
específicas, que están perfectamente
definidas y entre las que destacan por
ejemplo la prohibición de cocinar, la de
encender o apagar fuego, la de transpor-
tar objetos, etc.
La tradición israelito-judía se ha
enfrentado siempre con la muerte
desde una perspectiva realista y
optimista
El shabbat pretende ser un día de libe-
ración, en el que, junto con el reconoci-
miento y el goce de la creación, se recuer-
da al éxodo de Egipto. El shabbat comienza
con la caída del sol del viernes. El primer
acto festivo es el encendido de las lám-
paras que corresponde en principio al
ama de casa, aunque lo puede realizar
cualquier otro miembro de la familia. Se
encienden dos velas conmemorando los
preceptos de “recordar” y “guardar” el
shabbat (Ex 28,8 y Dt 5,12). Tras ello las
personas se saludan con una expresión
especial, shabbat shalom. En el servicio
religioso de la tarde hay plegarias espe-
ciales denominadas “la recepción del
shabbat” al que se compara con una novia.
El sábado es un día de la semana,
pero el shabbat es una institución
La cena de shabbat es una cena espe-
cialmente festiva de carácter familiar.
Se suele preparar una bonita mesa y se
hacen bendiciones, con el vino (Kiddush)
y con un pan especial para esta ocasión
denominado Jalá. La sobremesa suele
ser animada. La tradicional hospitali-
dad judía se muestra en shabbat con la
costumbre de invitar a amigos, judíos
o no judíos, especialmente transeúntes
que estén de paso en la ciudad. El resto
del shabbat, hasta la puesta del sol del
sábado, es un día festivo, de ocio, en el
que poder hacer todo aquello que relaja
el espíritu y lo prepara para una nueva
semana de trabajo.
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 23
JUDAÍSMO

Moritz Daniel Oppenheim,

El regreso del voluntario judío
de las Guerras de Liberación
a su familia que aún vive
según la tradición ancestral
(fragmento), 1833-34.

24 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

 DOSSIER
XVI
centenario de
S. Jerónimo
biblista el

santo de Belén
26 San Jerónimo, y
Tierra Santa
Fray Ulises Zarza OFM

38 Las grutas de San

Jerónimo en Belén
Claire Burkel

48 Jerónimo y las
tradiciones judías
Frédéric Manns
Studium Biblicum
Franciscanum
© iStock

Escultura de S. Jerónimo en el claustro franciscano de Belén.

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 25

DOSSIER
S. Jerónimo
C
on ocasión del 1600º
a n iver s a r io de l a
muerte de san Jeróni-
mo han tenido lugar
v a r ia s i n iciat iv a s
para conmemorarle. De hecho,
varios estudiosos se reunieron en
Roma, en el Institutum Patristicum
Augustinianum y en la Universidad
de La Sapienza, para reflexionar
sobre la relación del monje de
Belén y la ciudad de Roma. El Papa
Francisco, con la carta Apostó-
lica en forma de Motu proprio
Aperuit illis del 30 de septiembre
del 2019, instituyó para la Iglesia
universal el domingo de la Pala-
bra de Dios, «dedicado a la cele-
bración, reflexión y divulgación
de la Palabra de Dios» (Aperuit
illis, 3). Como vemos, después de
1600 años, la austera figura de
Jerónimo continúa suscitando
el interés de la Iglesia, lo que es
loable para no olvidar sus pro-
pias raíces y aquellos a los que
considera Padres. Veamos ahora
cómo fue la vida de san Jerónimo
en Belén y lo que supuso para este
Padre latino estar en contacto
directo con los lugares de nuestra
redención.
Peregrino en Tierra Santa
Cargado de amistades y de expe-
riencias, después de tres años de
estancia en la ciudad de Roma,
Jerónimo, que contaba ya
con treintaiocho años de
edad, se embarca rumbo
a Tierra Santa. Deja a sus
FRAY ULISES ZARZA OFM
Patrólogo. Doctorando en Teología y Ciencias Patrísticas
en el Instituto Patrístico Augustinianum de Roma
26 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
y Tierra Santa
espaldas la ciudad que le había
visto crecer en su formación
retórica y comenzar su vida cris-
tiana después de haber recibido
el bautismo; se aleja no sólo de
Roma sino también de Tréveris
y de Aquileya, dos importan-
tes ciudades en la maduración
monástica del Estridonense.
En Tréveris había comenzado
su deseo de servir a Dios junto a
Bonoso en torno al 370, tal vez
guiado por el ejemplo de los
monjes dejados por Atanasio de
Alejandría en uno de sus exilios.
En Aquileya, en cambio, había
comenzado a saborear algo así
como una experiencia cenobítica
junto al coro de los bienaventura-
dos de dicha iglesia, probable-
mente alrededor del año 374.
Ahora le recibe nuevamente el
Oriente cristiano, donde había
comenzado su acercamiento a
la exégesis, a las traducciones
y sobretodo a la vida en soledad
en Calcis de Antioquía.
Con treintaiocho años de edad
Jerónimo deja Roma y se embarca
rumbo a Tierra Santa
Antes de establecerse definiti-
vamente en Belén hasta el día de
su muerte, Jerónimo realiza una
larga peregrinación, siguien-
do un itinerario preciso: viaja a
Antioquía, pasando por Sicilia,
las islas Jónicas y Chipre. El pri-
mer contacto de Jerónimo con
Tierra Santa se lleva acabo a
finales del invierno del 385 hasta
el verano del 386, y tiene como
meta dos grandes áreas: Palesti-
na y Egipto, es decir, la tierra de
la Biblia y la tierra del monacato.
En Antioquía le alcanza la matro-
na romana Paula junto a su hija
Eustoquia y fueron huéspedes
del obispo Paulino. Paula había
conocido a Jerónimo en Roma
y había participado del círcu-
lo bíblico que éste dirigía en la
ciudad eterna. Es claro que Paula
pagó la peregrinación de nues-
tro autor, ella que pasando por
Chipre y «recorriendo todos los
monasterios de aquella comarca,
dejó cuanto pudo para ayuda del
sustento de los hermanos que el
amor del varón santo (Epifanio,
obispo de Salamina) había con-
gregado allí de todo el mundo»
(Carta 108, 7). Cuando Jerónimo
escribe el elogio fúnebre de santa
Paula, aunque no quiere «escribir
un diario de viaje» (Carta 108, 8),
nos deja sin embargo un álbum
fotográfico de ese primer con-
tacto con Tierra Santa, y a pesar
de que hayan pasado dieciocho
años hasta el momento de la
redacción, aún esos recuerdos
se conservaban vívidos en la
memoria del anciano monje bet-
lemita. Experiencia que puede
corroborar cualquier cristiano
que pisa la Tierra elegida.
 Jerónimo, Paula, Eustoquia y
todo el séquito se despiden de
Paulino, obispo de Antioquía,
y emprenden la peregrinación
«en pleno invierno» y montados
en borriquillos, según el testi-
monio del santo. Naturalmente
Jerónimo se limita a mencionar
sólo los lugares bíblicos cuando
traza el itinerario sobre la Via
Maris: dejando Antioquía pasan
por Berito (actual Beirut), Sidón,
Sarepta, Tiro hasta Acre (que en
tiempos de Jerónimo se llamaba
Ptolemaida), Cesarea de Pales-
tina, Lidda, Joppe y de ahí hasta
Emaús Nicópolis «donde el Señor
consagró la casa de Cleofás en
iglesia», ya adentrándose en
dirección a Jerusalén.
Finalmente, nuestros pere-
grinos llegaron, cargados de
ilusiones y de fe, a «la ciudad de
los tres nombres: Jebús, Salem
y Jerusalén», como la define
nuestro autor. Aquí gozaron de
la hospitalidad del procónsul de
Palestina que conocía muy bien a
la familia de Paula, aunque según
Jerónimo, ésta última habría ele-
gido una modesta celdilla en vez
de una habitación en el pretorio.
Movidos por el fervor corren a
venerar los santos lugares, pri-
mero se postran ante la cruz,
luego entran «en el sepulcro de
la Anástasis». Jerónimo no esca-
tima tinta al describir la devoción
de su bienhechora, la cual besaba
las piedras santificadas con la
presencia del Verbo encarna-
do, entre lágrimas de emoción
y gemidos de dolor, como si el
Señor aún estuviera presente
en esos lugares. En cierto sen-
tido el fervor de Paula es tam-
bién el reflejo de los sentimien-
tos de Jerónimo en este primer
encuentro con la Tierra Santa. De
la Anástasis van hacia el monte
Sión donde veneran la columna
de la flagelación y la sala donde
tuvo lugar Pentecostés. Nuestros
peregrinos no se contentan con
venerar los lugares santos, sino
que movidos por la caridad cris-
tiana «distribuyen dinero entre
pobres y monjes».
Luego se dirigen hacia Belén,
donde besan «el pesebre en que
lloró el Señor cuando era peque-
ño» y oran «en la cueva donde la
Virgen Madre dio a luz al Señor
niño» (Carta 108, 10). También
llegando a Belén no faltan las
lágrimas y el júbilo, tanto que
Paula se deshace en un cántico
en honor de la ciudad que vio
nacer al Salvador. Es interesante
notar que en dicho cántico Paula
manifiesta todo lo que aprendió
del biblista Jerónimo que en ese
momento la acompañaba.
Nuestros peregrinos no se contentan
con venerar los lugares santos, sino
que movidos por la caridad cristiana
«distribuyen dinero entre pobres y monjes»
De Belén parten rumbo a Gaza
pasando por diferentes lugares
bíblicos. Luego regresan a Jeru-
salén y «vieron la cruz sobre el
Monte de los Olivos, de donde el
Salvador subió al Padre» (Carta
108, 12). Ningún santuario de los
alrededores escapa a la devoción
de estos peregrinos, de hecho,
fueron hasta Betania y «entraron
en el sepulcro de Lázaro», luego
vieron la morada acogedora de
María y Marta. De ahí fueron a
Betfagé «donde el asnillo nuevo
de la gentilidad recibió el fre-
no del Señor y, cubierto con los
vestidos de los apóstoles, ofreció
como silla sus blandos lomos»;
aquí es evidente la interpretación
alegórica usada por Jerónimo,
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
muy apreciada por los Padres,
para explicar el misterio cele-
brado en Betfagé.
Dejando a sus espaldas el Mon-
te de los Olivos, se dirigen hacia
Jericó mientras en el camino
meditan la parábola del Buen
Samaritano «pensando en aquel
herido del Evangelio, en la dureza
de corazón de los sacerdotes y los
levitas que pasaron junto a él, y
en la compasión del samaritano,
es decir, del guardián, que car-
gándolo medio muerto sobre su
jumento lo llevó a la posada de
la Iglesia».
A las afueras de Jericó «vie-
ron el sicómoro de Zaqueo», y
nuevamente recurriendo a una
interpretación alegórica Jeróni-
mo comenta: «vimos las buenas
obras de penitencia por las que
éste logró pisotear sus pecados
pasados, crueles y llenos de rapi-
ñas, y contemplar al Señor excel-
so desde lo excelso de las virtu-
des». Hacen también memoria de
los dos ciegos que se encontra-
ban junto al camino y que fue-
ron sanados por Jesús. Después
de visitar Jericó, emprenden la
marcha rumbo al río Jordán por
la mañana «en medio de un calor
tórrido» y a las orillas del río
conmemoran los hechos narra-
dos en el Antiguo Testamento y el
bautismo del Señor. De ahí par-
ten hacia «Siquén, que ahora se
llama Neapolis (actual Nablus)»
y visitan «una iglesia construida
en la ladera del monte Garizim
junto al pozo de Jacob; sobre el
TIERRA SANTA 27
DOSSIER

José de Ribera, San Jerónimo,

28 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 1646, National Gallery, Praga.
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 29
DOSSIER
cual se sentó el Señor, sediento
y hambriento y quedó saciado
por la fe de la samaritana». Es
preciso señalar que toda la geo-
grafía de Tierra Santa sorprendía
y era ocasión de reflexión para
nuestros peregrinos, tal como
lo evidencia el mismo Jerónimo.
En Belén construyen un albergue para
peregrinos
Partiendo de allí visitan Sebas-
te y luego se dirigen a visitar los
lugares santos de Galilea. Deje-
mos que sea el mismo Jerónimo
quien narre estas andanzas: «A
buen paso recorrimos Nazaret, la
nutricia del Señor; Caná y Cafar-
naúm, familiarizadas con sus
milagros; el lago de Tiberiades,
santificado por la navegación
del Señor, y el desierto, en el que
muchos miles de personas fueron
saciados con unos pocos panes,
y de los restos de los comensa-
les se llenaron doce canastos de
las tribus de Israel. Escalamos el
monte Tabor, donde el Señor se
transfiguró». Desde las alturas
del Tabor contemplaron a lo lejos
los montes Hermón y Hermo-
niim, los campos de Galilea y el
pueblo de Naím. En Galilea visi-
taron muchos lugares y, según el
testimonio de Jerónimo, lo hicie-
ron «con fe increíble». Antes de
instalarse definitivamente en
Belén, visitan también Egipto,
cuna del monacato, donde se
hubieran quedado con gusto si
no les «hubiera retraído su gran
amor a los santos lugares» (Carta
108, 14). Cuando llegan a Belén
se instalan en unas pequeñas
viviendas, mientras se termi-
nan de construir las celdas y los
monasterios, y de peregrinos se
convierten en moradores. Con
30 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
la experiencia del viaje mandan
también a construir un albergue
para peregrinos, porque, decían
«María y José no habían encon-
trado posada».
Cabe destacar que fue tan
grande la fe de este pequeño gru-
po de peregrinos que, al entrar
en contacto con los lugares de
nuestra redención, éstos se con-
vierten para ellos en una especie
de sacramento, cual signo de la
presencia de Dios. Tanto que
cuando se postran en adoración
ante la cruz «adoraban al Señor
como si todavía lo estuvieran
viendo colgado de ella» (Carta
108, 9); con fe besan la piedra
que había removido el ángel y
el lugar «donde había yacido el
cuerpo del Señor» (Carta 108, 9);
así mismo en Belén Paula «jura-
ba que podía ver con los ojos de
la fe al niño envuelto en pañales
y llorando en el pesebre» y los
demás misterios de la Navidad
(Carta 108, 10) y en Galilea revi-
ven hechos no sólo del Antiguo
Testamento sino sobretodo de la
vida de Jesús. Gracias a la pre-
paración bíblica de Jerónimo,
el cual seguirá visitando los
lugares santos con «hebreos
eruditos» para profundizar en
la geografía y en las Sagradas
Escrituras (PL 29, 423A), este
pequeño grupo de peregrinos
recorre la Tierra Santa con la
Palabra de Dios en los oídos y
en el corazón, y escrutando con
los ojos cada mínimo detalle de
su geografía. Todo esto contri-
buye a acrecentar «el amor a
los santos lugares» como dice
el santo, y no quedará en una
simple experiencia religiosa,
sino que será coronada con la
consagración de todos a la vida
de silencio, oración y estudio de
las Sagradas Escrituras, además
de la atención a los peregrinos
en el albergue que habían man-
dado construir, gesto concreto
de caridad cristiana. Todos estos
elementos marcan la diferen-
cia, para nuestros días, entre un
peregrino y un turista religioso.
Apostolado en Tierra Santa
Después de tres años, gra-
cias a la generosidad de Pau-
la, se terminaron de construir
los monasterios destinados a
las mujeres y a Jerónimo y sus
hermanos. Todo podría haber
terminado en el silencio de los
muros monásticos, pero no fue
así para nuestro autor. Para él los
muros del monasterio no fue-
ron un impedimento sino más
bien un motivo para iniciar un
fecundo apostolado entre sus
conocidos y no conocidos. Por
lo tanto, Belén se convierte en el
centro de irradiación apostólica
del Dálmata. El ritmo dentro del
monasterio jeronimiano estaba
marcado por la oración, la sal-
modia y sobretodo por el estudio
de las Sagradas Escrituras. Por
la mañana, las horas de tercia,
sexta y nona; por la tarde y a
media noche, cantaban el Sal-
terio. Además, un componente
esencial en la vida de Jerónimo
y que permeó la existencia de
su comunidad fue el estudio y la
meditación de la Palabra de Dios
porque «el desconocimiento de la
Escritura es desconocimiento de
Cristo» (Comentario a Isaías 17B).
Eso mismo Jerónimo había reco-
mendado al monasterio de santa
Paula: «Ninguna de las hermanas
debe ignorar los salmos ni dejar
de aprender de memoria cada día
algo de las Sagradas Escrituras»
(Carta 108, 20). Jerónimo mis-
mo seguirá profundizando sus
conocimientos bíblicos poniendo
énfasis en el estudio del hebreo,
aventura que había comenza-
do en el desierto de Calcis con
el judío convertido y en Roma
con otro judío que le prestaba los
libros de la Sinagoga; en total,
durante su vida, el Estridonen-
se tuvo cinco maestros hebreos
que le ayudaron en el estudio del
idioma y de las Sagradas Escri-
turas.
Durante toda su vida, S. Jerónimo
tuvo cinco maestros hebreos que le
ayudaron en el estudio del idioma y de
las Sagradas Escrituras
El maestro de Belén
En época patrística escribir
un libro requería de muchos
medios económicos, y eso era
posible gracias a la ayuda de
bienhechores. Baste pensar al
rico Ambrosio convertido por la
prédica de Orígenes, que puso a
disposición del maestro alejan-
drino todo lo necesario para sus
obras. Por lo general, las per-
sonas a las que se dedicaba una
obra (y es el caso de Jerónimo)
ponían a disposición del autor
taquígrafos, copistas y todo lo
necesario para que el Padre plas-
mase sus conocimientos en el
libro (Cfr. Carta 71). Este fue un
motivo que afianzó la relación
de Jerónimo con la Iglesia en
Occidente, de hecho, muchos de
sus amigos le interpelaban por
cuestiones bíblicas a través de
cartas o pidiendo directamente
comentarios a libros enteros de
la Escritura.
En su epistolario es posible
encontrar cartas de marcado
corte exegético, donde el monje
de Belén plasma todo su conoci-
miento filológico, bíblico, espi-
ritual y de la geografía de Tierra
Santa. En un arco de 20 años se
cuentan 17 cartas exegéticas.
Destinatarios de dichas cartas
son laicos, presbíteros y obispos
que importunaban al monje de
Belén sobre variadas cuestiones
bíblicas. Testimonio de esto son
las palabras de Dámaso, obispo
de Roma: «porque estás dur-
miendo, y porque enfrascado en
la lectura te olvidas de escribir,
por eso vengo a despertarte con
algunas preguntas. No es que no
hayas de leer, pues ése es el ali-
mento diario que nutre el espí-
ritu; pero el fruto de la lectura se
prueba escribiendo» (Carta 35, 1).
Nuestro autor se dedicó tam-
bién a la traducción de los tex-
tos bíblicos directamente del
hebreo al latín y a la corrección
de los Evangelios; y por pedido
de personajes importantes como
Cromacio, obispo de Aquileya,
comentó casi todos los libros
sagrados. En el monasterio de
Belén habrían visto la luz, de
las obras que se conservaron:
25 comentarios bíblicos, 91 car-
tas, 25 prólogos a traducciones y
libros de la Escritura, 2 biogra-
fías, 11 homilías, varias traduc-
ciones y otras 7 obras.
Tanto fue el empeño que puso
en esta labor que la enferme-
dad y la muerte lo encontrarán
comentado el libro del profeta
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
Jeremías, el cual quedará inaca-
bado. Como dicho anteriormente,
el mérito de toda esta tarea no es
sólo de Jerónimo sino también
de sus amigos que solventaban
gastos y le animaban a escribir.
Con esto se entiende por qué los
artistas lo retratan absorto en
el estudio, en la lectura y en la
escritura. Baste con pensar las
dos obras del Caravaggio, en las
cuales Jerónimo es representado
en su celda monástica leyendo
y escribiendo. Esto contribui-
rá al imaginario de estudioso y
penitente que se le dará al Dál-
mata en la Iglesia. Sin embargo,
Jerónimo no se dedicaba sólo
al estudio. Dejemos que sea él
mismo el que nos cuente cómo
vivía su jornada en el monaste-
rio de «su querida aldea», como
llamaba cariñosamente a Belén:
«Cuanto a continuación se añade,
hermano Eusebio, te revelará la
razón por la que he hecho uso de
esta introducción. Estando yo
ocupado por las ingentes multi-
tudes de personas que, venidas
de todo el mundo, aquí acudían
y por las preocupaciones de los
santos hermanos y del monas-
terio, iba dictando a intervalos
estos Comentarios a Jeremías, con
intención de superar mediante
el trabajo la falta de descanso…»
(Comentario a Jeremías, Prólogo
IV, 2). El monje de Belén, con casi
setenta años, en el 414 comien-
za a escribir los comentarios al
profeta Jeremías, dedicados a su
entrañable y fiel amigo Euse-
bio de Cremona. Jerónimo, no
sólo se dedicaba al estudio sino
también, como se evidencia de
sus palabras, también atendía
a los peregrinos que llegaban a
Belén y a los “refugiados” que
escapaban de las invasiones bár-
baras y buscaban refugio por esas
latitudes, se preocupaba tam-
TIERRA SANTA 31
DOSSIER

Antonio del Castillo Saavedra,

32 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 San Jerónimo, 1635, Museo del Prado.
bién en la formación y atención
a sus monjes y el monasterio que
estaba a su cargo. En medio de
tantas actividades el de Estri-
dón arañaba tiempo para poder
seguir con su tarea de estudioso.
Esta intensa actividad literaria
de Jerónimo hará de Belén un
faro y un importante punto de
referencia para todo el mundo
latino: hombres y mujeres, mon-
jes, sacerdotes, obispos, laicos y
personajes de la talla de Agus-
tín de Hipona se daban cita en
Belén para consultar y aprender
de Jerónimo a través de sus cartas
y comentarios.
Hombres y mujeres, monjes,
sacerdotes, obispos, laicos y personajes
de la talla de Agustín de Hipona se
daban cita en Belén para consultar y
aprender de Jerónimo a través de sus
cartas y comentarios
Contagiando el amor a los
Santos Lugares
La providencia había conducido
Jerónimo a Tierra Santa después
de la muerte del Papa Dámaso y
algunos infortunios sufridos en
Roma por parte de sus adversa-
rios. Uno podría pensar que llegó
a Tierra Santa casi escapando
de los problemas, pero, aunque
hipotéticamente haya sido ese el
motivo, de sus escritos podemos
ver cómo el santo se convierte en
un gran promotor de la devoción
a la Tierra del Señor.
El primer motivo que Jerónimo
nos da para visitar la Tierra Santa
es que contemplando los luga-
res de nuestra redención resul-
tará más fácil comprender las
Sagradas Escrituras: «Así como
las historias de los griegos las
entienden los que han visitado
Atenas y el libro tercero de la
Eneida de Virgilio, los que han
navegado desde la Tróade por
Leucate... así también compren-
derá más claramente la Santa
Escritura quien ha contemplado
con sus ojos la Judea y ha conoci-
do los monumentos de sus anti-
guas ciudades y los nombres, ora
los mismos, ora cambiados, de
sus lugares» (Prólogo al libro de
los Paralipómenos, PL 29, 401A).
En sus cartas, en cambio, reve-
la más motivos para emprender
dicho viaje. En torno al año 386,
recién llegados a Tierra Santa,
Paula y Eustoquia escriben una
carta a Marcela, que se había
quedado en Roma, invitándo-
la a visitar la Tierra Prometi-
da. Detrás de esas líneas es fácil
descubrir la mano de Jerónimo.
De todas formas, el objetivo era
convencer a Marcela de salir de
Roma y de comenzar una pere-
grinación, y para eso recurren
a un pasaje del Antiguo Testa-
mento: «Sal de tu tierra y deja
tu parentela y marcha a la tierra
que yo te mostraré» (Gen 12, 1) y
la invitan a visitar «esta tierra
montañosa y situada en lo alto,
que, si bien carece de los delei-
tes del mundo, sobreabunda de
gozos espirituales». Además,
vale la pena peregrinar a Tierra
Santa porque «todo el misterio
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
de nuestra religión tiene origen
en esta provincia (Palestina) y en
esta ciudad (Jerusalén)».
Casi adivinando las objeciones
de la matrona romana, nuestros
remitentes le dan aún más moti-
vos para visitar la Tierra bendita:
Jesús amó esta Tierra y por eso
lloró por Jerusalén, tal como lo
había hecho por Lázaro; a través
del tiempo ha venido a ser más
venerable lo que antiguamente
fue; y citando la profecía de Isaías
11, 10: «Y su morada será glorio-
sa», argumentan que el profeta se
refería al honor que los cristianos
tributarían al Sepulcro del Señor;
también porque esta Tierra fue
bendita por la sangre de Jesús y
si Roma es venerada porque los
apóstoles derramaron su sangre
allí, mucho más tendría que ser
esta Tierra regada con la san-
gre de Jesús. Y entre los motivos
agregan también el hecho de que
muchos cristianos santos pasa-
ron por ahí para «adorar en el
lugar en que pisaron sus pies»
(Sal. 131, 7).
Después de enumerar una serie
de motivos bíblicos y de la tra-
dición que tendrían que mover
a Marcela a emprender el santo
viaje, le ofrecen un programa de
peregrinación al estilo de una
agencia moderna de viajes: la
peregrinación parte del Santo
Sepulcro y luego de «besar el
madero de la cruz» se visitará
el Monte de los Olivos, Betania
y el río Jordán «purificado por
el bautismo del Señor». Luego
«iremos a Nazaret, y conforme
al sentido que se atribuye a su
nombre, veremos la “flor” de
Galilea. No lejos de allí se divisa
Caná, en la que fue convertida el
agua en vino. Luego subiremos
al monte Tabor y las tiendas del
Salvador, y lo contemplaremos
no con Moisés y Elías, como quiso
TIERRA SANTA 33
DOSSIER
Pedro en otro tiempo, sino con el
Padre y el Espíritu Santo. De allí
descenderemos al lago de Gene-
saret y veremos cómo con cinco
y siete panes fueron alimenta-
dos en el desierto cinco y cuatro
mil hombres, respectivamente.
Aparecerá el pueblo de Naín, a
cuyas puertas fue resucitado el
hijo de la viuda. Veremos Her-
monín y el torrente de Endor,
donde fue vencido Sísara. Se
divisará también Cafarnaúm,
lugar ordinario de los milagros
del Señor, y juntamente toda la
Galilea. Luego en compañía de
Cristo, pasando por Silo y Betel
y demás lugares en que se han
levantado iglesias como estan-
dartes de otras tantas victorias
del Señor, volveremos a nuestra
cueva…» es decir, a Belén, donde
concluiría la peregrinación de
Marcela (Carta 46).
Ésta es la primera carta en la
que el monje de Belén, junto a
Paula y Eustoquia, “promocio-
nará” una peregrinación en Tie-
rra Santa y no será la única vez.
En efecto, en el 394 escribe una
carta a Desiderio y a su esposa
Serenila, y le suplica que «visiten
los Lugares Santos… y aunque
nuestra compañía os disgustara,
dice Jerónimo, adorar la tierra
que hollaron los pies del Señor
forma parte de nuestra fe; lo mis-
mo que contemplar las huellas,
aún recientes como quien dice,
de su natividad, de su cruz y de
su pasión» (Carta 47, 2). Es inte-
resante el hecho de que Jerónimo
en esta misiva destaque que ado-
rar, entiéndase venerar, los luga-
res donde estuvieron los pies del
Señor forma parte de nuestra fe.
En el 397 un piadoso ciego de
Panonia, llamado Castriciano, no
pudo cumplir su deseo de pere-
grinar a Tierra Santa a causa del
fatigoso y largo viaje. A él nuestro
34 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
autor le dirige una carta llena
de consolación y le invita cuan-
do le resulte posible emprender
nuevamente su viaje, ya que
Jerónimo en Belén «no dejará
de esperar su venida» (Carta 68,
2). Un año más tarde, en el 398,
Lucinio Bético y su esposa comu-
nicaron a Jerónimo el deseo de
consagrase totalmente a Dios.
Ante tal noticia el monje de Belén
les invita no sólo a visitar Tierra
Santa sino también a establecer-
se definitivamente en ella: «Tú
mismo entiendes con qué inten-
ción reitero estas cosas y que, con
otras palabras, te estoy invitando
a que establezcas tu morada en
los lugares santos» (Carta 71, 4).
Al parecer no era suficiente una
peregrinación. Nuestro autor,
tan familiarizado con la Palabra
de Dios y con los lugares don-
de esta Palabra se había hecho
carne, desde Belén, se convierte
en un ferviente promotor de la
veneración y de la peregrinación
a los santos lugares, los cuales,
según sus palabras, «forman
parte de nuestra fe». El amor de
Jerónimo por la Tierra del Señor
quedó impreso en sus obras que
rápidamente recorrieron y con- onomástico u Onomasticon de
tagiaron Occidente. nombres hebreos de persona y
un índice toponímico hebreo
Santos lugares y locus de nombres de lugares hebreos;
theologicus estas obras serán empleadas por
Jerónimo a lo largo y a lo ancho
Los lugares de la redención no de su producción literaria para
dejaron indiferente a Jerónimo, mejor interpretar las Escritu-
es más, se valió de este quinto ras y comprender la geografía de
Evangelio para anunciar la Buena Tierra Santa (Cfr. Comentario al
Noticia. Tanto que ni bien lle- profeta Jonás). Con esto el maestro
gado en Tierra Santa compuso de Belén pretendía demostrar su
algunas obras que ayudarían a originalidad entre sus contem-
comprender mejor dicha tierra y poráneos de habla latina y entre-
las Escrituras. Alrededor de los gar al Occidente herramientas
años 389-392 escribe las Cues- útiles para la justa interpretación
tiones Hebraicas sobre el Génesis de los textos sagrados.
y revisa dos obras etimológicas También en el campo homilé-
conocidas y usadas: un índice tico el monje betlemita se sirve

de los lugares santos para trans-
mitir el mensaje de salvación.
De este modo, predicando una
homilía sobre la Natividad del
Señor, en la gruta de Belén y ante
el obispo de Jerusalén, Jerónimo
contemplando el lugar santo saca
una interpretación espiritual.
De hecho, dice: «¡Ay, si pudiera
contemplar aquel pesebre en el
cual reposó el Señor! Hoy en día,
en honor a Cristo, hemos lim-
piado la suciedad de aquel lugar
y lo hemos adornado con objetos
de plata, aunque para mí tiene
más valor aquello que se quitó.
Propio es de paganos el oro y la
plata; la fe cristiana prefiere, en
cambio, aquel otro pesebre lleno
de estiércol» (Homilía sobre la
Natividad del Señor, 393).
Más allá del pauperismo
jeronimiano habría que fijar la
atención en la interpretación
espiritual que el padre latino,
enriquecido por la herencia ori-
geniana, da al pesebre de Belén.
Antes que nada, el pesebre es
cumplimiento del vaticinio pro-
fético: «Conoció el buey a su amo
y el asno el pesebre de su Señor»
(Isaías 1, 3), colocándose de esta
forma en la línea de la tradición
interpretativa que veía en el asno
y en el buey a los dos pueblos,
paganos y judíos, reconciliados
por la venida del Mesías. El niño
nacido en Belén, según nuestro
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
Jean-Léon Gérome,
San Jerónimo durmiendo
sobre su mascota, 1874.
autor, «no halló morada alguna
en el sancta sanctorum que reful-
gía de oro, piedras preciosas,
sedas y plata; no nace entre el
oro y las riquezas, sino entre el
estiércol, es decir, en un establo
(pues en todo establo hay estiér-
col), donde se hallaban nuestros
vicios más inmundos» (Homilía
sobre la Natividad del Señor 393).
Contemplando el misterio de
Navidad Jerónimo exclama «Si
eres hombre, aliméntate con
pan; si eres animal, acércate al
pesebre». Pensando en la etimo-
logía de Belén, casa del pan, donde
nació el verdadero Pan del Cielo
invita a sus oyentes a alimen-
tarse de él: «El fruto de nues-
TIERRA SANTA 35
DOSSIER

Giuseppe Bottani, La partida de Tierra Santa

de Santas Paula y Eustoquia, 1745.

36 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

tra Tierra es el Pan de Vida, que
nos nació en Belén. Y este Pan,
que se nos mostró en Belén, nos
descendió del cielo, y los ángeles
desean penetrar en sus misterios
(Tratado sobre los Salmos 84, *44).
Sin embargo, si eres animal/peca-
dor y estás en el establo «donde
se hallan nuestros vicios más
inmundos/estiércol» también
puedes acercarte al pesebre sin
temor para ser reconciliado. En
un mismo lugar y en la persona
del Niño recién nacido el santo
puede alimentarse del Pan bajado
del cielo y el pecador recibir el
perdón.
El exegeta de Belén tiende a
interpretar las Escrituras y los
lugares santos en sentido his-
tórico, aunque no le tiembla el
pulso cuando tiene que recurrir
al sentido espiritual para ilu-
minar su interpretación. Esto es
debido a que Jerónimo siempre
nutrió una gran admiración hacia
Orígenes, incluso después de la
polémica origenista, aunque en
modo velado. La lectura que hace
del Salmo 91, 11: «Mi vejez en la
abundante misericordia», resulta
ser una prueba. El santo, hablan-
do en primera persona, sostie-
ne que la vejez tiene necesidad
del óleo de Dios: «y del mismo
modo que la luz en una lucerna
se extingue si no se le echa acei-
te, así también la luz de mi vejez
necesita del aceite de la miseri-
cordia de Dios para mantenerse
viva». Inmediatamente Jerónimo
une la interpretación bíblica a un
lugar específico de Tierra Santa
que él conocía bien: «También
los apóstoles suben al monte de
los Olivos para verse ilumina-
dos por el óleo de Dios, ya que
estaban cansados y sus lucer-
nas precisaban de ese aceite… ¿es
que no había ningún otro monte
desde el cual el Señor ascendiera
al reino de los cielos, más que
el monte de los Olivos? ¿Acaso
no había un monte más alto en
Galilea, como era el Tabor? ¿Qué
necesidad había de que el Señor
ascendiese al reino de los cielos
desde el monte de los Olivos?
Observa, sin embargo, lo que
nos enseñan las Escrituras. Si
no pusieras aceite en ti y en tus
lámparas, no podrías ascender al
reino de los cielos. Debes estar en
el monte de los Olivos… Así, pues,
roguémosle al Señor que nuestra
vejez, todas nuestras fatigas y
nuestras tinieblas brillen con el
aceite del Señor». De esta forma,
la interpretación del Salmo se
une a un lugar santo, en este caso
el monte de los Olivos. Donde es
necesario estar, según Jerónimo,
para ser ungidos por el aceite de
la misericordia de Dios, el cual
tiene que iluminar la vida, las
obras e incluso las tinieblas del
cristiano, y así ascender al reino
de los cielos.
Por lo tanto, el Estridonense
no se contentó con visitar, vivir
o promocionar la Tierra Santa,
sino que se sirvió de Ella para
interpretar mejor las Escrituras y
sacar enseñanzas para sus oyen-
tes conjugando conocimientos
históricos, geográficos y bíblicos
para realizar una buena cateque-
sis a los cristianos que tuvieron
la dicha de escucharlo, y tam-
bién para los que a lo largo de
los siglos han leído sus obras.
Como en nuestro presente lo hace
todo buen guía de Tierra Santa.
La devoción a estos lugares final-
mente hará exclamar a Jerónimo:
«¡Dichoso aquel que porta en su
pecho la cruz, la resurrección y el
lugar del nacimiento de Cristo y
el de la ascensión! ¡Dichoso aquel
que tiene a Belén en su corazón,
y en cuyo corazón Cristo nace a
diario!» (Tratado sobre los Salmos
95, 138). Palabras de augurio para
quien ha concluido una peregri-
nación en la Tierra del Señor.

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Madrid 2012.
Opelt I., San Girolamo e i suoi maestri ebrei en Augus-
tinianum 28 (1988), 327-338.

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 37

© Fr. Juan David R. Barahona OFM DOSSIER

Cenotafio donde estuvieron los restos de S. Jerónimo y altar, n. 5 en el plano en 3D.

Al fondo de la imagen se observa el cenotafio donde estuvieron los restos de S. Jerónimo
antes de llevárselos a Roma con un bajorrelieve del Santo. La inscripción a su izquierda, en
la pared, dice: “Olim locus S. Hieronymi presbyteri et ecclesiae doctoris” (“Alguna vez lugar
de S. Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia”. En el propio cenotafio está grabado el
Sal 132,14 de la Vulgata Latina: “Haec est requies mea in sempiternum hic habitabo quia
desideravi eam” (Éste es mi reposo para siempre: aquí habitaré, porque la he deseado”.

38 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

 Las grutas de
San
Jerónimo
en Belén

CLAIRE BURKEL
Profesora de la École Cathédrale-Paris

Traducción
FR. AQUILINO CASTILLO, OFM

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 39

40
© Raffaella Zardoni / ProTerraSancta / Fr. Aquilino Castillo (ampliación)

TIERRA SANTA
DOSSIER

en
Las

12
3D
Grutas

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
13
2

4
1
11

5
10 8

El segundo tesoro de la
Basílica de Belén es su
subsuelo. Donde vivió
7 y trabajó San Jerónimo,
9
Padre de la Iglesia, el más
cercano al lugar de la
Natividad.

C
uando vamos a Belén
queremos buscamos
encontrarnos con el
Cristo naciente, rezar
a la Sagrada Familia,
6 comprender mejor la Escritura en
su cumplimiento y admirar una
magnífica basílica. Después de
una espera, a veces larga, des-
cendemos a la Gruta de la Nati-
vidad, donde María dio a luz a su
hijo Jesús. No siempre nos damos
cuenta de que esta cripta, sobre
la que se erigió la basílica cons-
tantiniana, forma parte de una
red de varias grutas y cisternas
1 Capilla de los inocentes antiguas que, si bien presentan
algunos añadidos de mampos-
2 Entrada original tería, están talladas en la roca, y
son de mayor antigüedad. Desde
3 Escaleras entre la iglesia de Santa Catalina y las Grutas el lugar de la Natividad, debe-
4 Altar en memoria de Santas Paula y Eustoquia y mos subir de nuevo a la basílica,
Eusebio de Cremona salir de ésta y entrar en la Iglesia
latina de Santa Catalina, para
5 Cenotafio de San Jerónimo tomar otra escalera que conduce
a las grutas adyacentes a la Santa
6 Altar de San José
Gruta.
7 Pesebre y Altar de los Magos
La antigüedad
8 Entrada
9 Altar de la Natividad El territorio de Belén fue ocupa-
do desde el tercer milenio a.C. y
10 Salida sus pobladores siempre usaron
y dispusieron de estas grutas
11 Tumbas de los santos inocentes a modo de refugios naturales
12 Celda u oratorio de S. Jerónimo para hacer de ellos almacenes
y moradas. El más famoso de
13 Escaleras que dan acceso al claustro estos residentes eligió estar lo
más cerca posible del lugar del

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 41

 DOSSIER
© Marie-Armelle Beaulieu/CTS

El Pesebre, enfrente
del Altar de los Magos.
© Marie-Armelle Beaulieu/CTS

Altar de los Magos, justo

42 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
enfrente del Pesebre.
© Fr. Juan David R. Barahona OFM
San Jerónimo escribió: “¡Qué
hermoso sería para mí si la
estrella se quitase! ¡un pesebre
sería mejor para la fe cristiana!“.
nacimiento, y al mismo tiempo,
debajo de la basílica ornada con
todo el esplendor de sus nuevos
mosaicos y rica decoración. San
Jerónimo se trasladó a Belén en
el 384. La basílica fue consagrada
el 31 de mayo del 339, los trabajos
de su construcción respetaron
lo que entonces no era sino el
subsuelo, incluso colocando un
bloque pétreo, que permitía en un
mismo lugar veneración y cele-
bración. Lo atestigua el Pere-
grino de Burdeos, en el 333, que
vio la construcción de la basíli-
ca, comenzada en 325; sería ya
imponente ocho años después:
“En Belén se hizo una basílica por
orden de Constantino”. También
lo atestigua la peregrina espa-
ñola Egeria en 387: “En la iglesia
que está en Belén hay una mesa
donde Santa María comió con el
tres Reyes que buscaban a Cristo,
el hijo de Dios. Hay 64 columnas Jesús nació en esta gruta”, escribió
en la iglesia”. Orígenes hacia el 215. La primera
gruta visitada, la de la Natividad,
La visita se extiende a lo largo. Telas deco-
radas y ​​ lámparas ocultan la roca
Aunque ningún texto del Evan- natural, pero la forma es en ver-
gelio menciona explícitamente dad la original: justo a la derecha
una gruta, la piedad popular fijó, de la escalera que bajamos brilla
desde muy temprano, el empla- la estrella de plata que indica el
zamiento en “la gruta donde nació lugar del nacimiento. Jerónimo
y, en esta gruta, el pesebre donde ya lamentó esta magnificencia:
estuvo envuelto en paños. Lo que se “¡Qué hermoso sería para mí si la
demuestra de esta manera es que estrella se quitase! La plata y el oro
el lugar era muy conocido por estos son buenos para los paganos, ¡un
lares, hasta el punto que incluso pesebre de arcilla sería mejor para
los ajenos a nuestra fe saben que la fe cristiana! “.
La Gruta de la Natividad, sobre la que
se erigió la basílica constantiniana,
forma parte de una red de varias grutas
y cisternas antiguas
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 43
DOSSIER
Altar de S. José.
A nuestra izquierda, a un
nivel algo inferior, el altar de
los Magos, lugar de las cele-
braciones eucarísticas diarias.
Por supuesto, no hay evidencia
arqueológica de la presencia de
los Magos en este lugar preciso,
pero como en cualquier sitio de
gran veneración, se han acu-
mulado personas y eventos que
enriquecen el significado de lo
ocurrido. El Evangelio de Mateo
es el único que evoca la Epifa-
nía, los Magos de Oriente y sus
presentes y la frase más sobria:
“Entrando en la casa, vieron al niño
con María, su madre” (Mt 2, 11).
En el fondo de la gruta, un anti-
guo aljibe llamado “pozo de la
Sagrada Familia” y una puerta
que impide la comunicación con
las grutas contiguas.
Volviendo al pie de la escalera
que da acceso desde Santa Cata-
44 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
lina, descendemos hasta la cripta
de San José. Es esta sala la que
da acceso a todas las demás. A
la izquierda, una hendidura con
numerosos sepulcros excava-
dos, está dedicada a los Santos
Inocentes, todos aquellos niños
varones menores de 2 años a
quienes Herodes quiso asesinar
para asegurar la muerte del que
se había sido nombrado ante él
como “Rey de la Judíos” (Mt 2,
2). Delante de la sala de entra-
da se llega al altar de los Santos
Inocentes a unos pocos pasos.
En cambio, hacia la derecha se
entra en otra estancia que sirvió
de sepulcro a la patricia Paula y
su hija Eustoquio y al discípulo
y sucesor de Jerónimo Eusebio
de Cremona y finalmente al del
propio Jerónimo. Sobre la tum-
ba de Paula, fallecida en el año
406, está grabado este epitafio
© Fr. Juan David R. Barahona OFM
“Paula, de ilustre nacimiento,
quien prefirió a los esplendores
de Roma la belleza de Cristo y
los campos de Belén”. La última
estancia que está casi a la vuel-
ta de la escalera de acceso tiene
fama de ser el oratorio-estudio
del ilustre traductor; es allí donde
habría trabajado más de un tercio
de siglo, estudiando los manus-
critos griegos y hebreos, pero
también las costumbres judías y
todos los elementos topográficos
para dotar a la cristiandad de la
Vulgata (cuyo nombre significa
“común” o “generalizada”) que
estará en uso hasta el Concilio
Vaticano II y sería, para el mun-
do católico, la única traducción
autorizada.
Las reliquias de Jerónimo fue-
ron transportadas a Roma en la
Edad Media, al parecer a Santa
María la Mayor, pero es aquí,
 © Fr. Juan David R. Barahona OFM
El llamado “oratorio de S. Jerónimo”, con el mosaico de S. Jerónimo, las
Stas. Paula, Eustoquia y Eusebio de Cremona encima del altar.
Corresponde al n. 12 en el plano en 3D.
Hipótesis
Las raras indicaciones dejadas por san Jerónimo en sus cartas sobre las
condiciones de su trabajo en Belén no nos permiten afirmar que estuviera
tan cerca de la Iglesia de la Natividad. La arqueología tampoco tiene una
garantía definitiva. Pero algunas pistas literarias y arqueológicas han
llevado a la hipótesis de una instalación del santo en las inmediaciones.
© Fr. Juan David R. Barahona OFM

Altar de los Inocentes. SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 45

 DOSSIER

A esta escalera
se accede
© Fr. Juan David R. Barahona OFM

desde el
claustro y
comunica con
el llamado
“oratorio de
S. Jerónimo”.
Corresponde
en el plano en
3D al n. 12.

en Belén, donde hablamos de su la gruta es bastante estrecha. El

presencia, su obra, la gran obra
de su vida. Testigo lacónico, el
Peregrino de Piacenza que viajó
a Tierra Santa a mediados del
siglo VI nos dice: “Belén es un
lugar espléndido, los siervos de
Dios son numerosos allí. Y allí está
la gruta donde nació el Señor, don-
de está el pesebre mismo, ador-
nado con oro y plata; día y noche
arden lámparas. La entrada a
sacerdote Jerónimo excavó la roca
en la entrada misma de la gruta e San Jerónimo
hizo una tumba donde fue depo-
sitado”. es Confesor,
Padre de la
Venid, adoremos al Señor
Iglesia, Doctor
Cada una de estas pequeñas y patrón de los
salas excavadas en la roca tiene
un altar y ofrece la posibilidad, traductores
incluso a grupos numerosos, de

46 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

 © Fr. Juan David R. Barahona OFM
Claustro conventual franciscano que data del 1347.

celebrar la eucaristía. La cos-
tumbre en Tierra Santa es la de
usar textos litúrgicos específi-
cos de un lugar determinado, las
misas votivas, cualquier día del
año; aquí obviamente los tex-
tos son los de la Natividad y la
Epifanía. Pero también se pue-
de simplemente meditar con el
Prólogo del Evangelio de Juan:
“El Verbo se hizo carne y habitó
entre nosotros, y vimos su glo-
ria” (Jn 1, 14). O la epístola de San
Pablo a los Filipenses: “Cristo, a
pesar de su condición divina, no
hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos”. (Fil
2, 6-7).
En el centro del claustro con-
ventual franciscano, que data
del 1347, con hermosas colum-
nas románicas, se encuentra una
estatua de San Jerónimo Confe-
sor [es decir, que da testimonio
de fe], Padre de la Iglesia [título
otorgado a pensadores, exege-
tas, escritores en griego o latín]
y Doctor [título oficial conferi-
do por el magisterio a teólogos
cuyos escritos y enseñanzas se
reconocen como recta doctrina
y conforme a la fe de la Iglesia].
¡Y, por supuesto, es el patrón de
los traductores!

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 47

DOSSIER

Jerónimo
tradiciones
y las

judías

FRAY FREDERICK MANNS, OFM

STUDIUM BIBLICUM FRANCISCANUM

Traducción
FR. AQUILINO CASTILLO, OFM

Bartolomé Esteban Murillo,

48 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 San Jerónimo leyendo, 1650-1652.
 Las sutilezas de las traducciones de San Jerónimo muestran que era un verdadero
trilingüe, apasionado del latín, buen conocedor del griego y del hebreo, del Antiguo
Testamento y de sus comentarios tradicionales más actuales en su época.

E
n un momento en que
la Iglesia se esforza-
ba por dejar de lado su
origen judío, Jerónimo
no dudó en seguir un
doble proceso de retorno a sus
raíces, primero eligiendo la Biblia
hebrea, después buscando en sus
comentario el apoyo exegético en
las tradiciones rabínicas. Cabe
señalar que, a corto plazo, sus
esfuerzos no fueron unánime-
mente apreciados. Incluso por
la parte judía, el Talmud, en el
tratado Sanedrín 59a, establece
que un no judío que estudia la
Torá está expuesto a la muerte.
Sabemos que uno de los proble-
mas de la Iglesia primitiva fue
el de ponerse frente a frente al
judaísmo del que procedía. Jeró-
nimo, siguiendo a Tertuliano y
Orígenes, buscó las raíces de
su fe en el judaísmo. Para él, el
cristiano es un auténtico judío
(Ep 78, 2) y es de la idea de que
la Iglesia nace de su identidad
judía y fluye hacia la identidad
cristiana. No hace falta recordar
que Marción en el siglo II trató
de que la Iglesia renunciara a la
lectura el Antiguo Testamento.
Curiosamente, mientras aban-
dona el método alegórico de Orí-
genes, Jerónimo, que prefiere la
lectura literal del texto, suele
recurrir a la exégesis judía que
conocía dos niveles de lectura: el
peshat (lectura literal) y el derash
(lectura espiritual). Sin embargo,
para el traductor de Belén, las
tradiciones judías debían pro-
porcionar evidencia bíblica que
atestiguara el mesianismo de
Jesús de Nazaret.
Fue en el 386 cuando Jeróni-
mo entró en contacto con los
maestros judíos de Tiberíades,
la ciudad donde se había escrito
la Mishná. Para el libro de Cró-
nicas, Jerónimo no se conformó
con traducir el texto griego de la
Hexapla de Orígenes1 al latín, sino
que observó diferencias entre
el griego de la Septuaginta y el
hebreo original2, especialmente
en la transcripción de nombres
propios. Así, comenzó a releer
cuidadosamente el texto hebreo
con la ayuda de un judío de Tibe-
ríades. Posteriormente dejará de
traducir la Septuaginta al latín,
prefiriendo trabajar a partir del
texto hebreo del Antiguo Tes-
tamento.
Jerónimo enfatiza el significado
mesiánico de ciertos textos. Allí
donde el texto hebreo proclama
la salvación y la justicia, él verá
el anuncio del Mesías: “Cielos,
extended como el rocío la victoria,
que las nubes la hagan llover. Que
se abra la tierra para que madure la
salvación”. Is 45, 8 es traducido de
la siguiente manera: “Que lluevan
las nubes sobre los justos. Que la
tierra se abra y haga germinar al
Salvador”. Asimismo, la profecía
de Isa 12: 3: “Con gozo sacarás agua
de las fuentes de la salvación” es
traducido: “Con gozo sacarás agua
de las fuentes del Salvador”.
Traducir es interpretar
Jerónimo, que a veces sigue la
versión griega de la Septuaginta,
se deja guiar algunas veces por
Aquila. El caso más famoso es
el de Ex 34,29: “Cuando Moisés
descendió del monte (del Sinaí)
no sabía que su rostro estaba res-
plandeciente (qaran)”. De la plu-
ma de Jerónimo este texto se
convierte en: “Ignorabat quod
cornuta (qeren) esset facies sua”.
Su traducción es el origen de los
cuernos en el rostro de Moisés
tallados por Miguel Ángel. El
texto consonántico aún no estaba
provisto de los signos vocálicos
que los masoretas empezarían a
agregar a partir del siglo VI. Era
fácil leer qeren (cuerno) en lugar
de qaran (irradiar).

1. La Hexapla, producida por Origenes, que la inició hacia el 212, es una compilación en seis columnas paralelas (Hexapla
en griego) del texto del Antiguo Testamento:
• Versión en hebreo
• Versión en hebreo pero con caracteres griegos (importante por la pronunciación)
• Versión griega de Aquila
• Versión griega de Símaco
• La Septuaginta (traducción hecha en Alejandría, y versión oficial judía)
• Versión griega de Teodoción
2. Jonás en el texto hebreo dice “En cuarenta días Nínive será destruida (3, 4)”, mientras que la Septuaginta dice “En tres
días Nínive será destruida”. Agustín reconocía que el discurso de Jonás es el del texto hebreo, pero la Septuaginta, de
hecho, siendo compilada mucho más tarde, podría haber interpretado este texto acortando los días. Según este sentido
espiritual, Jonás simboliza a Cristo, los tres días son los de la resurrección, los cuarenta días el tiempo que pasó con sus
apóstoles después de la resurrección. Ante esto Jerónimo elegirá el texto hebreo.

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 49

DOSSIER
A veces fueron los Targumim,
las versiones arameas de la
Biblia, los que influyeron en el
traductor. Hay muchos ejemplos
de préstamos del Targum. Basta-
rá con nombrar dos: en Génesis
4,16 el texto hebreo señala que
después del asesinato de Abel,
Caín se retiró de la presencia del
Señor y residió en la tierra de
Nod, al este de Edén. Los Targu-
mim habían traducido el término
geográfico de Nod por la palabra
“vagabundo” de la raíz (nwd)
presente en Génesis 4,14: Caín
habitó como un exiliado en el este
del Edén. Es esta lectura la que
retomará Jerónimo, en Quaes-
tiones 7. El segundo, en Dt 26, 5:
la profesión de fe del peregrino
que presenta las primicias dice:
“Mi padre era un arameo errante
(ʼbd) “. Jerónimo sabe de la tra-
dición judía que desde el exilio
se había traducido: “El arameo
quería matar (ybd) a mi padre”.
Es esta versión, con un pequeño
cambio en la consonante inicial,
lo que lleva a un significado dife-
rente de la frase, la que usará. No
sigue el texto hebreo de manera
servil. Bardy y Lagrange, grandes
biblístas, han dado con nume-
rosas variaciones de Jerónimo
debido a su conocimiento y uso
de los Targumim.
A veces, el cambio que hace
Jerónimo tiene un significado
doctrinal. El proto-evange-
lio de Génesis 3,15 anunciaba:
“Pondré enemistad entre ti y la
mujer, entre tu linaje y el de ella.
Él te aplastará la cabeza y tú le
alcanzarás el talón “. Jerónimo
introduce un sujeto femenino en
la penúltima cláusula: “Ipsa con-
teret caput tuum”, donde hebreo
y griego tenían un masculino. El
texto se aplica así a María en la
3. La Haggadah es un relato que comenta un pasaje bíblico determinado.
50 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
Iglesia latina. Así aparece citado
en la fachada de la Basílica de
Nazaret.
A veces, Jerónimo cita el
Midrash. Dos ejemplos lo con-
firman: en Ep 49, 19 Jerónimo
repite una interpretación judía:
“Según el original hebreo en el
segundo día de la creación no
se agrega como en el primero y
tercero el siguiente estribillo ‘Y
Dios vio que era bueno’. El texto
nos deja entender que el doble no
es bueno porque divide la unidad
... Aquila, Símaco y Teodoción
confirman mi testimonio ”. Si
bien la Septuaginta había restau-
rado el estribillo incluso para el
segundo día, Jerónimo prefiere
ceñirse a la tradición judía y al
comentario rabínico de Géne-
sis 4, 6: el segundo día es el del
establecimiento de la división
que conduce a la confusión. No
merece el estribillo: “Y vio Dios
que era bueno”.
En Ep 73, 7-8 Jerónimo comen-
ta sobre el nombre de Salim de
Gen 33, 18 y ve allí el nombre de
una ciudad: “Como informan los
hebreos, es en este lugar donde
la pierna coja de Jacob se fortale-
ce y ‘fue sanado’. De hecho, esta
tradición judía se menciona en
el Midrash GenR 79.
Un pródigo epistolario
Jerónimo menciona la Mishná
y los rabinos Aquiba y Hillel en
Ep 121, 10. No sólo menciona los
nombres de los rabinos, sino
que a veces refleja los métodos
de los haggadistas3 palestinos.
Una de las técnicas exegéticas
llamada atbash juega con la per-
mutación de letras. Las letras
hebreas deben sustituirse por
sus opuestas en el alfabeto: así
la letra aleph debe leerse tav, la
letra beth debe leerse sin y así
sucesivamente. En Jr 51, 1 el tex-
to dice: leb qamai (el corazón de
mis adversarios). que, siguiendo
este proceso de permutación de
letras, reemplazaría a la palabra
Kashdym, los caldeos. Pero Jeró-
nimo traduce literalmente “qui
cor suum levaverunt contra me”
(“cuyo corazón se levanta contra
mí”). Tiene la intención de captar
la exégesis judía en letra y espíri-
tu. Los maestros hebreos se citan
a menudo en sus Cartas y en los
Prefacios de sus traducciones. “El
sabio enseña” es una expresión
muy familiar (Ep 121), lo que no
le impide hablar de las concep-
ciones delirantes (deliramenta)
de algunos rabinos (Ep 121, 10).
Una última tradición judía reto-
mada por Jerónimo en su Intro-
ducción al Eclesiastés es la siguien-
te: “Los escritores hebreos dicen
que Salomón escribió el Cantar de
los Cantares cuando era joven,
los Proverbios en su madurez y el
Eclesiastés en la vejez”. El Midrash
Rabbah Ct 1,10 ya conocía esta tra-
dición. En resumen, Jerónimo está
convencido de que la “veritas” del
Nuevo Testamento debe tener su
fuente en la veritas hebraica. Las
vituperaciones ocasionales con-
tra la sinagoga se explican por el
hecho de que Jerónimo corría el
riesgo de ser llamado judaizan-
te por sus contemporáneos. De
hecho, Rufino de Aquilea afirmó
que el regreso al hebreo llevó a
cuestionar la novedad del cris-
tianismo.
Finalmente, san Agustín, el
defensor de la Septuaginta, ataca
a menudo a Jerónimo. Un ejemplo
ilustra esta afirmación. En Ep 112,
Jerónimo desconcierta a Agus-
tín: “En el profeta Jonás, dices,

traduje mal un pasaje y - como
resultado el pueblo embravecido
reclama violentamente, debido
a la diferencia de una palabra
– un obispo casi pierde su ofi-
cio sacerdotal. Pero, en cuan-
to a señalar qué palabra habría
malinterpretado, tú la eludes; me
quitas la oportunidad de defen-
derme y de dar una solución a
tu alegación con mi respuesta.
A menos que después de tantos
años, la historia de la calabaza
vuelva a la vida: los Cornelius y
los Asinius Pollion de esa época
me acusaron de traducir “hie-
dra” en lugar de “calabaza”. A
esta objeción hemos respondido
en gran medida en el comentario
del profeta Jonás. Ahora digamos
que, en este pasaje, han traducido
los setenta intérpretes (Septua-
ginta) por “calabaza”, y Aquila y
todos los demás como “hiedra”,
y en la versión hebrea encontra-
mos “ciceion”, que los siríacos
comúnmente llaman “ciceia”. Es
una especie de planta trepadora
que tiene hojas anchas, como una
enredadera. En cuanto se plan-
ta, se yergue como un arbusto,
sin ningún soporte de tallos o
ramas, - de los cuales necesi-
tan las calabazas y las hiedras
- sostenido por un único tronco.
Si, por tanto, me ciñese estric-
tamente al significado, palabra
por palabra, hubiera querido tra-
ducir “ciceion” y nadie lo hubiera
entendido; si hubiera traducido
“calabaza” habría dicho algo que
no existe en hebreo; le puse “hie-
dra” para coincidir con todos los
demás traductores”.
Jerónimo desea desviarse lo
menos posible de la tradición, o al
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
A. de Pereda y Salgado,
San Jerónimo, 1643,
Museo del Prado.
menos es consciente de los pro-
blemas que plantea una versión
que se desvía significativamente
de versiones anteriores.
Lo que hizo famoso a Jerónimo
fue su traducción de la Biblia al
latín, la Vulgata. Su apego a la
veritas hebraica fue considerado
un mérito en la Iglesia católica
latina. Es a él a quien los cris-
tianos le deben hoy el lenguaje
moderno en sus Biblias, un texto
que reproduce el mensaje reve-
lado tanto de la Antigua Alianza
como de la Nueva. La elección
que hizo Jerónimo de los textos
originales tiene un valor teoló-
gico: el Antiguo Testamento es
la palabra de Dios en sí misma.
Es importante que el cristiano
pueda leer la Palabra de Dios
en toda su pureza y en toda su
verdad.
TIERRA SANTA 51
 ITINERARIOS
Montes de Gilboa

De Meguido a
Armagedón
Un viaje a través
de los siglos
Valle de Jezrael

Construcciones públicas

Cámaras funerarias
Templos

Palacio

Establos

Puerta Israelita

Palacio Cananeo

Puerta Cananea

52 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

 Campamento de la Legión Romana

Silo

Palacio Sur Establos

Túnel de agua
Ciudadela Asiria

El yacimiento visto desde el cielo

Desde su altura, sobre el valle más
fértil de la región, el tell destaca
© AVRAMGR

nítidamente y muestra la
continuidad de los asentamientos
humanos en este lugar.

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 53

 ITINERARIOS

La puerta de tenaza
La solidez de esta
puerta de la Edad del
Bronce, punto
neurálgico de toda

©Stanislao Lee/SBF
defensa, queda
asegurada por estos
enormes bloques
que afianzan las
piedras de relleno.

Meguido es una de las ciudades más importantes de la Biblia. Aunque

nunca se la menciona en el Evangelio, en el Apocalipsis se habla de ella
como Armagedón (que algunos consideran que proviene de Har Meguidó o
Monte Megido). Su localización es fabulosa: se sitúa en un monte que mira
hacia el Valle de Jezrael o llanura de Esdrelón, en un punto estratégico de
la Via Maris (el Camino del Mar, una de las principales rutas comerciales de
la Antigüedad). Este tell de 20 niveles ofrece un concentrado de historia,
arqueología y política de la Antigüedad. Es conocida, fundamentalmente,
por ser el lugar donde se desarrollará la «Batalla del Fin de los Días».

CLAIRE BURKEL
Profesora de la École Cathédrale-Paris
Traducido y releído por FR. AQUILINO CASTILLO, OFM

H
acia finales del siglo XVI a.C.,
Egipto se libera del yugo
extranjero y emprende una
expansión territorial que lo
lleva a ocupar toda la franja
costera de Canaán. Durante cuatro siglos
los faraones mantienen el control desde
el Delta del Nilo hasta el río Orontes, pero
lo perderán con la llegada de los filis-
teos; de hecho, en el siglo XI la ciudad
es filistea sin duda alguna. En el siglo
VII, Asiria, que ha conquistado territo-

54 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

 La maqueta
Después de la taquilla de entrada, en una
pequeña sala se exhibe esta maqueta de los
estratos principales de la ocupación de
© BeStirredNS

Meguido a lo largo de los siglos. Es

interesante echarle un vistazo antes de subir
al yacimiento y valorar toda su amplitud.

rios demasiados extensos, sufre

un período de debilitamiento.
El rey de Judá, Josías, aprove-
cha la situación para recuperar
una pequeña parte del reino del
Norte y gana terreno en Galilea.
En Mesopotamia los reinos se
enfrentan, medos y babilonios
destruyen la gran Nínive en el 612
y amenazan Asiria erguida sobre
cimientos “de arcilla”; Egipto
busca entonces reequilibrar
las fuerzas medio-orientales
para evitar la aparición de una
superpotencia en la región. En
este contexto el pequeño estado
judío tiene poco peso, y Josías, el
rey que “hacía lo correcto ante
los ojos del Señor” (2 Re 22, 2),
es asesinado en Meguido por
el faraón en el año 609. Es el
segundo rey al que se le otor-
ga el calificativo de “rey justo”:
antes lo fue Joás (835-796), ase-
Meguido tiene 20 estratos desde el
Calcolítico (3500-3300 a.C.) y muestra
25 niveles de ocupación
sinado también por un complot
de sus propios oficiales (2 Re 12,
21-22), y el segundo en morir en
Meguido, después de Ocozías,
que sólo reinó en el año 841 y fue
muerto por Jehú, rey de Israel (2
Re 9, 27-29).
Para el viajero es imposible no
ver el tell, que se alza al oeste
del valle de Jezrael, antes de la
cordillera del Carmelo. Se trata
de la encrucijada principal de la
Via Maris, donde confluyen la ruta
que cruza de sur a norte, des-
de Egipto hacia Fenicia y que se
bifurca hacia el este para llegar al
Jordán, el Golán y Siria. Megui-
do controla un desfiladero por
el que pasaron con éxito desde
Tutmosis III en 1468 a.C. hasta el
general Allenby en 1918, el cual
tomó allí el título de Lord Allenby
de Meguido. Los arqueólogos
comenzaron a excavar el Tell
el-Mutesellim, “del gobernador”,
en 1903; desde entonces varias
campañas estadounidenses,
entre 1925 y 1939, e israelíes, a
partir de 1960, se han enfrentado
a la complejidad del Armagedón,
que cuenta con 20 estratos desde
el Calcolítico (3500-3300 a.C.) y
muestra 25 niveles de ocupación.
Tras observar las tres puertas
todavía visibles, nos centraremos
en cuatro áreas muy significati-

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 55

 ITINERARIOS

ción gran cantidad de placas de

marfil finamente talladas y obje-
tos de metales labrados; por ello
se dedujo que esto sería un pala-
cio. Estos tesoros, actualmente
depositados en el Museo de Israel
en Jerusalén, son muy famosos:
“Los que duermen en camas de
© Yonatan Sindel/Flash90

marfil y se recuestan sobre sus

divanes; y comen los corderos del
rebaño y los becerros tomados
del establo” (Am 6, 4). La misma
riqueza en cada región producía
las mismas injusticias.
En las proximidades, dentro de
este sector norte, encontramos
un segundo palacio del mismo
período cananeo. Más al este se
alza un palacio de época israe-
lita: varias estancias alrededor
de un patio cuadrado, 600 m2 de
prestigio. Finalmente, un cuarto
palacio, del mismo formato y
edificado según el mismo pla-
no, ocupa la parte sur del tell;
aquí se encontró un sello con el
nombre de “Shem’a, servidor
de Jeroboam”. ¿Sería Jeroboam
I (931-909), si el palacio data del
siglo X? Es más probable que se
trate de Jeroboam II (784-747),
pues las últimas dataciones
©Stanislao Lee/SBF

arqueológicas se inclinan por

El silo
una construcción del siglo VIII.
Los muros de este gran pozo no están revestidos, por lo
que no se trata de una cisterna, sino de un silo donde se Tras la caída del reino de Israel
almacenaban los cereales que provenían del valle. en 721, los asirios administran
la satrapía de Magidu: vemos
en el centro del tell restos de
construcciones asirias, una
vas: un conjunto palaciego, los visitante penetra en la ciudad red de calles y dos residencias
“establos”, un espacio de culto algo más arriba, por una puerta administrativas. La riqueza de la
y uno subterráneo. israelita de triple tenaza, de la ciudad y de la región, su impor-
Partiendo del norte del yaci- Edad del Hierro, inserta dentro tancia estratégica, no les habían
miento, en lo alto de una rampa de una muralla, que da acceso a pasado desapercibidas.
de pendiente suave, encontra- un patio. Cerca de cada uno de los “pala-
mos una puerta cananea de doble cios”, pero en un estrato supe-
tenaza; estamos en la Edad del Palacios y administraciones rior, se construyeron los famosos
Bronce, la ciudad no está for- establos, como se puede deducir
tificada y las cuatro cámaras, a Todavía dentro de esta parte nor- por la disposición de los espacios:
modo de baluarte, garantizan te, un gran edificio con varias doce compartimentos delimita-
la seguridad de la entrada. El estancias desveló en la excava- dos por dos hileras de abrevade-

56 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

© Chen Leopold/Flash 90
El sinnor
A lo largo de la bajada se perciben
claramente los golpes de picos y
cinceles que horadaron y cortaron
la roca. Un trabajo colosal necesario
para garantizar a toda la ciudad el
suministro de agua de manantial.
Meguido es conocido en el
Apocalipsis como Armaguedón,
el lugar donde se desarrollará la
«Batalla del Fin de los Días»
ros y pilares. Pero, al observarlos
más de cerca, otros arqueólogos
han calculado que estos espa-
cios eran demasiado estrechos
para los caballos, que no habrían
podido siquiera moverse. Quizá
hubieran leído demasiado rápi-
do 1 Re 9, 15: “Hatsor, Megui-
do, Gézer y todas las ciudades
almacén que tenía Salomón, las
ciudades de carros y de caballos”.
Salomón podría tener una caba-
llería e importantes escuadras de
carros de guerra, pero el lugar
no se presta a estos sueños de
grandeza. En cambio, al pie de
Meguido se extiende una riqueza
completamente regia: la llanura
de Jezrael. En esta región mon-
tañosa, donde las tierras arables
son escasas y difíciles, esta lla-
nura hace honor a su nombre:
¡“Dios siembra”! Tiene 25 km
de ancho, entre las montañas de
Samaria y los altos de Galilea, y
60 km de largo de este a oeste,
de Beth Shean, cerca del Jordán,
hasta el Carmelo; bien irrigada,
la atraviesa el río Kishón, y tie-
ne una tierra fértil. Se entiende
que los soberanos de todas las
épocas hayan querido acumular
cereales y cosechas cultivados en
este valle. En el siglo XIX a.C. el
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
faraón Sesostris III (1876-1838)
no sólo instaló una guarnición en
Meguido, sino también granjas;
de ello da testimonio su corres-
pondencia con un “encargado
del ganado”, Yuhutyhotep, y más
tarde con un “mayordomo res-
ponsable del ganado”, Iufseneb.
La ciudad es mencionada en las
cartas de el-Amarna, intercam-
bios epistolares entre las ciu-
dades bajo control egipcio en el
siglo XIV y el faraón, que encon-
traba allí una fuente de apro-
visionamiento algo lejana pero
abundante. En medio del yaci-
miento vemos un silo empedrado
de 7 metros de profundidad y 11
de diámetro, que podía contener
450 m3 de grano, es decir, 1000
toneladas. Está equipado con dos
escaleras de caracol para bajar y
volver a subir; al no formar parte
de los almacenes reales, debía
de ser para uso de la población.
TIERRA SANTA 57
© Stefano Cavalli/CTS
ITINERARIOS

Este altar redondo de piedra sin pulir, del Bronce

Antiguo, se sitúa en el área sagrada que fue testigo
de un milenio de sacrificios y miles de oraciones.

Mediante la palabra del profe-
ta Oseas en el siglo VIII Dios se
comprometió: “Yo responderé
a los cielos y ellos responderán
a la tierra, la tierra responderá
al trigo, al vino nuevo y al acei-
te fresco, y estos responderán a
Jezrael. Yo la sembraré en esta
tierra, tendré piedad de la No
amada (Lo Ruhamah)” (Os 2,
23-35).
Instalar el palacio en el norte permitió
evitar los calores intensos y aprovechar
los vientos refrescantes
La vida religiosa
Al noreste del yacimiento se
extiende el área de los templos,
el primero de los cuales data
del cuarto milenio; el cuarto y
último templo no se ha utiliza-
do desde el 2000 a.C., pero sor-
prende esta constancia: en este
único punto de la ciudad, hacia
el sol naciente, se mantuvieron
durante 1000 años oficios, sacri-
ficios y adoraciones. Cada uno
de los cuatro templos se com-
pone de una sala más o menos
larga y posee un altar frente a
la entrada, que debía de estar a
cielo abierto; hacia el año 2500
también se erigió un altar redon-
do de 1,80 m de altura y 8 m de
diámetro, hecho de piedras no
talladas. ¿Será este el origen de
la prescripción de Ex 20, 25: “¿Si
me eriges un altar de piedras, no
lo construyas de piedras talladas,
pues al trabajarlas con el cincel lo
profanarás”? Este altar cananeo,
más antiguo que el escrito bíbli-
co, da testimonio de una costum-
bre que el autor bíblico justifica
a raíz de este precepto. La can-
tidad de huesos carbonizados
de animales que se hallaron en
estos espacios no deja ninguna
duda sobre el tipo de sacrificios
en vigor durante todo el período
del Bronce Antiguo (3200-2200
a.C.). También se han encontrado
hígados en recipientes de cerá-
mica que debían de servir para
ejercicios de hepatoscopia, una
ciencia adivinatoria basada en el
examen de hígados de animales.
Ezequiel narra las perspectivas
guerreras del rey de Babilonia,
que “observó el hígado” (Ez 21,
26), método practicado entonces
en Mesopotamia.

58 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020


El abastecimiento de agua
Queda la cuestión crucial de
todo el Oriente Próximo: ¿cómo
obtener y conservar suficiente
agua para la supervivencia de
una ciudad? Para que la fuente
del suroeste del tell estuviera
sólo a disposición de la ciudad,
en la época de la monarquía,
igual que en Jerusalén, Hatsor
y Gézer, se talló en la roca un
pozo vertical de 30 m de profun-
didad y un túnel horizontal de 70
m que permitía acceder al agua
totalmente a cubierto, y para
más seguridad se camufló la
resurgencia. El sinnor1, el túnel
de agua, hoy en día es practi-
cable y está bien iluminado; a
la salida nos encontramos en el
lado completamente opuesto al
1. Sinnor o tsinnor es una palabra de raíz ugarítica que luego pasó al hebreo. Se encuentra en 2 Sm 5,8 y se suele traducir
por túnel o canal de agua.
pabellón de entrada, al oeste del
yacimiento.
Entre esta pequeña construc-
ción y la base del tell hay zonas
de césped y bancos que permiten
a los peregrinos releer los textos
bíblicos sobre Meguido y, sobre
todo, retomar la pregunta que
surgió aquí tras la muerte en
el 609 del rey Josías, aquel que,
según Flavio Josefo (Antiq X, 5)
“había hecho siempre lo que es
correcto a los ojos del Señor”:
¿es Dios justo si no recompensa
a quien le es fiel? ¿Cómo pudo
permitir que aquel que le hon-
raba, que había emprendido
una reforma política y religiosa
según la Ley, fuera deshonro-
samente asesinado en medio de
viles maniobras extranjeras? La
riqueza del lugar, debida a su
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
© Stefano Cavalli/CTS
Zona de los
templos y altar del
Bronce Antiguo.
posición estratégica y económi-
ca, le trajo también la desgracia,
ya que por las rutas circulaban
tanto los bienes como los ejér-
citos y los saqueadores. Cuan-
do el Apocalipsis contempla el
último combate del mundo en
Armagedón, no hace más que
cristalizar en este codiciado
lugar la aspiración de toda la
humanidad a la expulsión defi-
nitiva del Mal. Esto no se logrará
sin lucha, pero ¿con qué armas?
“Vistiendo la armadura de Dios,
con la Verdad por cinturón, la
Justicia por coraza, calzando el
celo por propagar el Evangelio
de la paz, el escudo de la fe, el
yelmo de la Salvación y la espada
del Espíritu, es decir, la Palabra
de Dios” (Ef 6, 12-17): las armas
de Cristo.
TIERRA SANTA 59
 NOTICIAS CLAIRE BURKEL y
A. C. ÁLVAREZ
Recortes de prensa

Electricidad a base de vapor

© Hillel Maeir / Flash90
Un equipo de investigadores de
la Escuela de Ciencias Ambien-
tales y de la Tierra de la Universi-
dad de Tel Aviv ha desarrollado
un dispositivo eléctrico alterna-
tivo que funciona con el vapor
de agua contenido en el aire.
Según ellos, el método se puede
utilizar especialmente para la
iluminación nocturna y en áreas
de países tropicales en desarro-
llo, que no están conectadas a
la red eléctrica, pero donde la
humedad es alta durante todo
el año.
“Intentamos explorar la posibi-
lidad de generar electricidad a
partir del agua, como ocurre en la
naturaleza en el caso de los rayos”,
explica el Prof. Precio.
FUENTE: UNIVERSIDAD DE TEL AVIV

La Arqueología, otra víctima de la covid

© Miriam Alster / FLASH90
Israel tiene alrededor de 30.000
sitios arqueológicos y cada ve-
rano, y en menor medida en
otras épocas del año, las uni-
versidades locales e interna-
cionales del país llevan a cabo
decenas de excavaciones.
Sin embargo, la crisis del co-
ronavirus ha llevado al colapso
del sistema, como dijo al Jeru-
salem Post Gideon Avni, jefe de
la división arqueológica de la
Autoridad de Antigüedades
de Israel.
“A nivel general, en este mo-
mento deberíamos tener 50 año todo ha sido cancelado”. práctica para los estudiantes
excavaciones organizadas por Avni explicó que la situación de arqueología, sino también
universidades del extranjero, tenía profundas implicaciones el equivalente a un curso por el
en su mayoría de Estados Uni- para las instituciones académi- que han pagado tasas de ma-
dos y Europa, con unos 2.000 cas. Participar en excavacio- trícula y han recibido créditos.
estudiantes y voluntarios. Este nes no es sólo una experiencia FUENTE: JERUSALEM POST

60 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

© Nati Shohat / Flash90

Cartografía de tejados y
potencial solar
Mientras el Ministerio de
Energía considera elevar
el objetivo de energía
renovable para 2030 del
17% al 30% y fomentar un
mayor uso de paneles so-
lares, los investigadores
de la Universidad Ben
Gurion, en el Negev, han
señalan un sistema que
podría ayudar a los pla-
nificadores a determinar
dónde es mejor colocar
los paneles solares en los
tejados de la ciudad para
obtener la máxima ener-
gía solar.
Debido a la compleja
geometría de los techos,
a partir de fotografías de
altísima resolución, los in-
vestigadores han creado
un algoritmo para clasifi-
car los edificios.
Después de combinar los
datos, han producido un
mapa del aspecto de las
pendientes que se puede
utilizar con una precisión
del 97,39% para determi-
nar la orientación y el gra-
do de pendiente de todos
los techos en la ciudad de
prueba de Kiryat Malakhi.
FUENTE: TIMES OF ISRAEL

Santa Sofía convertida en mezquita:

reacciones en Tierra Santa
© VvoeVale/iStock
Ante el anuncio por parte del
gobierno turco del cambio en el
status de Santa Sofía, el Patriarca
Teófilo III del Patriarcado Griego
Ortodoxo de Jerusalén emitió
una declaración con el objetivo
de hacer razonar al gobierno tur-
co. Basándose en 2000 años de
historia y existencia de las religio-
nes abrahámicas en Tierra Santa,
declaró que “la accesibilidad pro-
mueve la paz y el respeto mutuo,
mientras que las actitudes de ex-
clusividad promueven el conflicto
y la amargura”.
Por su parte, el arzobispo Pierba- porque la Catedral de Santa So- Al-Azhar protestó por la decisión,
ttista Pizzaballa OFM, Adminis- fía es un símbolo no sólo para la nosotros también podemos. De-
trador Apostólico del Patriarcado Iglesia Ortodoxa sino para todos bemos ser firmes en nuestra ac-
Latino, declaró que la decisión los cristianos. “Debemos evitar titud hacia nuestros hermanos y
“reabre heridas en las relaciones adoptar una actitud de ira hacia los amigos musulmanes.
entre cristianos y musulmanes”, musulmanes”, continuó. “Así como FUENTE: LPJ.ORG

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 61

NOTICIAS
Recortes de prensa
Un sello cananeo de 3500 años
Un niño de seis años, que iba de
excursión con su familia, descu-
brió una pieza pequeña y única,
de 3.500 años de antigüedad, que
mostraba una representación de
un prisionero cananeo humillado
y desnudo y su guardián.
Es probable que esta impresión
de arcilla de 2,80 x 2,80 ctms.
haya sido un recuerdo de la victo-
ria, similar a una medalla de honor,
dice Saar Ganor, arqueólogo de
la Autoridad de Antigüedades
de Israel. Según Ganor, la escena
62 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
representa a dos cananeos. Las
manos del prisionero, delgadas
y desnudas, están atadas a la es-
palda con tanta violencia que se
pone erguido como una estaca.
Es el cautivo de un guardián ves-
tido, algo regordete, con cabello
rizado y bien cortado y barba. Son
dos cananeos, dice Ganor, pero
este término general se refiere a
una mezcla ecléctica de personas
locales de diferentes tribus “que
luchaban por lo que luchamos
hoy: agua, tierra”. Al comparar
© Autoridad de Antigüedades de Israel
su hallazgo con otros hallazgos
realizados anteriormente, los in-
vestigadores de la Autoridad de
Antigüedades de Israel estiman
que el sello data de finales de la
Edad del Bronce (entre los siglos
XV y XII a. C.). Ganor explica que
la Edad del Bronce fue uno de
los estratos arqueológicos más
representativos durante las exca-
vaciones realizadas en el sitio de
Tel Jemmah (también conocido
como Tel Gama).
FUENTE: TIMES OF ISRAEL
 APÓCRIFO DE LAS CRIATURAS
La pequeña
nube
que salvó al
mundo
–¿Y tú cómo te llamas y de
donde vienes chiquitina?
La gran nube de tipo cúmu-
lo, casi centuplicaba el tamaño
de la pequeña nubecilla que,
tímidamente, arrastrada por
una brisa suave, se acercaba a
la formación nubosa que des-
cansaba mar adentro.
–Me llamo Jamsa, y soy de muy
cerca de aquí, señora. Nací justo
a los pies del Monte Hermón, en
el manantial de Banias.
–Jamás oí cosa igual ¿Cómo
vas a nacer en ese manantial
tan pequeño? ¡Si apenas es una
charca! Mírame a mí, parezco
hecha de la mismísima espuma
del Gran Mar. Mira cómo suben
arrogantes mis rizos hasta lo
más alto del cielo.
–¿Y para qué quiere usted lle-
gar tan alto? –Le preguntó con
adorable inocencia la nubecilla–
¿No es al suelo adonde tenemos
que llegar? Nos están esperan-
do las plantas, los animales, los
hombres… ¡Todos ellos necesitan
nuestra agua para vivir!
–¡Uy, calla, calla, qué cosas
dices! Bajar a la tierra, de eso
64 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020
nada. Todas estas que ves lle-
vamos por lo menos tres años
de aquí para allá, pero de caer a
la tierra… ¡Ni hablar!
–Pero, y entonces, ¿para qué
viven ustedes?
–Vaya pregunta, ¿que para qué
vivimos? Pues hija, ya nos ves,
para mirarnos, para admirar-
nos, para volar de aquí para allá,
para… ¡Qué preguntas haces!
–¿Tienen miedo?
–¿Miedo? De qué bonita. ¡Mido
más de dos kilómetros! –pre- var por la Ruah llegaré a un sitio
sumió– mejor.
–Miedo de cambiar, miedo de –¿La Ruah? ¿Has dicho la Ruah,
evolucionar, miedo de… ¡morir! pequeña? –saltó enseguida un
–Al instante, sonó un pequeño titánico y aparentemente ame-
trueno y un ligero relámpago nazador nimbo que permanecía
iluminó el interior de la gran cercano–. ¡Hacía mucho tiempo
nube– que aquí nadie hablaba de ese
–¡Ups, perdón! Se me ha esca- viento!
pado –se disculpó mirando a –No le hagas caso –replicó
derecha e izquierda–. la gigante– la chiquitina tiene
–Perdóneme usted a mí – mucha fantasía.
replicó candorosa la pequeña–. –No es fantasía, señora. Yo
No era mi intención violentarla. creo que fue ella la que me eva-
Pero yo creo que mi vida tiene un poró de aquellas aguas, las más
sentido, un para qué… Apenas limpias e inmaculadas de todo
tengo unos días de vida, pero Israel; ella me subió hasta lo alto
confío en que dejándome lle- y ella me trajo hasta ustedes.

Seguro que ella también se encargará de guiarme
hasta mi destino.
Dicho y hecho, la nube comenzó a separarse del
grupo, como movida por un susurro, emprendien-
do rumbo hasta la costa. Las demás, desconcer-
tadas, y guiadas más por la curiosidad que por el
auténtico deseo de acompañarla, comenzaron a
seguirla.
Enseguida divisaron tierra firme y el imponente
monte Carmelo. El criado de Elías subía y bajaba
de la cima oteando el horizonte hasta que se per-
cató de la presencia de la pequeña Jamsa que iba
al frente del batallón. Salió entonces corriendo,
dando saltos de alegría.
La reacción del muchacho excitó aún más la
curiosidad de las nubes más negras que, al no
poder seguir el ritmo de Jamsa, empezaron a soltar
lastre en forma de lluvia. Así se adentraron sobre
© iStock
Monte Carmelo con santuario Stella Maris.
el continente, regocijándose al ver la reacción de
los hombres, de las cabras, de las aves… Todos
brincaban de alegría y chapoteban en los charcos,
los imponentes cedros parecían abrir sus ramas
como brazos para coger más agua. Hasta la gran
nube blanca se dejó caer movida por el gozo de
sus compañeras.
Nunca había sido tan feliz, no sabía que la vida
se ganaba dándola. Se lo enseñó la más pequeña
y humilde*, la más sencilla nube de todo Israel.
* La tradición ha visto en la nubecilla que divisa el criado
de Elías (1Re 18, 42ss) la figura de la Virgen María que
nos trae la salvación, y este es el origen de la advocación
de Ntra. Sra. Del Monte Carmelo (Carmen) patrona de las
gentes del mar, que celebramos el 16 de julio.
ANTONIO MORENO
Periodista, autor de “La caja de los hilos”.
SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 65
 RECETAS DE TIERRA SANTA

Pastel de espinacas
y queso
INGREDIENTES:

- 100 gr de mantequilla.
- 2 cucharadas soperas de leche.
- 1 yogur griego.
- 3 huevos.
- Sal.
- Pimienta negra.
- 1 cebolla.
- Aceite de oliva virgen extra.
- 1 Kg de espinacas frescas.
- 200 gr de queso de rulo de
cabra.
- 200 gr de queso feta.
- Hojas de masa filo.
- Semillas de sésamo.
La espinaca es una de las verduras más empleadas en la cocina
de Oriente Próximo, así como en todo el norte de África y en las
orillas del Mediterráneo. Es habitual que se utilice como relleno de
empanadillas o tartas, mezclándolas con otros ingredientes, como
cualquier variedad de queso o de masa, dependiendo de la zona. Así,
son famosos los fatayer (uno de los mezzes o entrantes más famosos
de la cocina de Oriente Próximo), el spanakopita (pastel griego de
espinacas, pasas y queso feta), el borek o los pides turcos (también
con espinacas y queso). La receta de hoy es una variación sencilla
de los paquetitos de espinaca y queso típicos de la cocina libanesa
llamados Sabanekh wa jibneh.

Se funde la mantequilla en una
sartén a fuego lento y se pasa a un
bol grande, reservando un poco
para pintar la fuente y las hojas de
masa filo.
Cuando la mantequilla se haya
enfriado un poco, se añaden al bol
la leche, el yogur griego, los huevos
batidos, sal y pimienta negra recién
molida. Se mezclan bien todos los
ingredientes y se reserva la salsa.
Se corta la cebolla en juliana fina.
En la misma sartén, se sofríe la
cebolla en aceite de oliva hasta
que quede transparente. Después
se añaden las espinacas y se salpi-
mienta. Cuando las espinacas
hayan reducido el volumen, se
retiran del fuego y se deshacen los
quesos por encima de ellas, mez-
clando bien. Se escurre la mezcla
de espinacas y queso, presionan-
do ligeramente sobre ella, para
que suelte el líquido.
Se pinta con mantequilla el fondo
y los laterales de la fuente de
horno que se vaya a usar. Se colo-
ca la primera hoja de masa filo, de
manera que sobre por todos los
lados. Se pinta con mantequilla. Se
dobla en 2 ó 3 otra hoja, cubriendo
la base de la fuente. Se vierten 3
cucharadas soperas de la salsa de
mantequilla, queso y huevo, repar-
tiéndola por toda la masa filo.
Encima se coloca otra hoja dobla-
da. Sobre esta última, se dispone
el relleno de espinacas y queso
bien escurrido. Se cubre con una
hoja doblada de filo, se pinta con
mantequilla y se cierra con la parte
de la primera hoja de filo que
rebosaba por los lados de la fuen-
te. Por encima, se vierte el resto de
la salsa. Se decora con semillas de
sésamo.
Se precalienta el horno a 180°C.
Se introduce la fuente y se hornea
durante 40 minutos, hasta que la
superficie esté dorada.
Se puede servir caliente o frío.
Admite añadir otros ingredientes
al relleno, como pasas, piñones,
tomates cherry cortados a la
mitad, así como hierbas aromáti-
cas o especias, por ejemplo, enel-
do, perejil, cebollino o nuez mos-
cada. Puede acompañarse de una
ensalada de hojas verdes o unos
tomates aliñados.
PILAR MÁLAGA
Y ÁNGEL ROMO

66 TIERRA SANTA SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020

 MANUEL CRESPO
SOPA DE LETRAS
Localizar diez nombres bíblicos que responden a
E F E S E N I O S O S P estas definiciones:
P R O F E S T A N D E N 1. Ministro del Faraón que compró a José como
esclavo (Gn 37,36)
E U F A S A C R A I D O 2. Isla griega donde san Juan escribió el Apocalipsis.
3. Pan sin levadura que comían los judíos en la
M A T C R T I H E R O M Pascua.
A P R I M E R C A S A R 4. Ciudad donde Jesús dijo: “¿No era preciso que
el Mesías padeciera esto y entrase en su gloria?”
R H V M F J A R O D F E 5. Famosa ley del A.T. según la cual, cuando un
hombre moría sin descendencia, la viuda debía
P E C O L A N E S N R H casarse con su cuñado.
L R A S H E R M A S I C 6. Monte bíblico cuyo “rocío desciende sobre los
montes de Sión”. (Salmo 133).
M I R R A B L A N E S O 7. Carta del N.T. que es una exposición doctrinal
y una exhortación dirigida a los judeocristianos.
O S T C E R B U F O T S 8. Ciudad de Asia Menor donde Pablo y Bernabé
R E C H A D E S U C O T sufrieron la resistencia de los judíos. Hoy es
conocida como Konya.
A R T E P A T M O S C A 9. Grupo religioso judío que habitó en el monas-
Hebreos, Iconio, Esenios, Mirra.
terio de Qumrán.
10. Gomorresina aromática y medicinal, citada en
el pasaje de los Reyes Magos.
SOLUCIÓN: Putifar, Patmos, Ácimo, Emaús, Levirato, Hermón,

LA VIÑETA
@pacocatt
de Paco Catalán

SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2020 TIERRA SANTA 67

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