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El primero de los tres nivel, señalado como Fundamental, comprende los pactos y
tratados internacionales en igual orden de importancia que la Constitución, como la
suprema norma; el siguiente nivel es el Legal, donde se posicionan las leyes
orgánicas y espéciales, continuamente las leyes ordinarias y decretos de ley; sigue
el nivel sub-legal o base que integra los reglamentos, a las ordenanzas y finaliza la
pirámide con las sentencias.
El Derecho, como conjunto de normas que regulan las relaciones entre los seres
humanos, no puede ser un conjunto de leyes usadas al azar, sin orden ni precisión.
La Pirámide de Kelsen establece un orden prioritario, atendiendo a la importancia
de las leyes, sin menoscabo de las inferiores, las cuales se subsumen dentro de la
ley inmediatamente superior.
Todos los juristas deben estar muy compenetrados con el orden jerárquico
establecido por Kelsen y que se mantiene vigente, pues ha funcionado hasta el
presente. De igual manera, la Pirámide Kelsiana al establecer el orden jerárquico
de las leyes, también determina la aplicación de las distintas normas en Derecho y
hasta la competencia de los juzgados, toda vez que, buscando siempre el mejor
interés de las partes, es imperativo que los litigantes y decisores judiciales sepan
cuál es la norma que se debe aplicar en un determinado caso.
Se hace necesario destacar que en todos los sistemas jurídicos existen múltiples
leyes, algunas de aplicación ordinaria o especial, que al momento de decidir sobre
alguna situación controvertida se debe tener muy en claro la correcta aplicación de
las mismas, su campo de acción y preponderancia, ya que de la ley o norma que
esté siendo efectivamente infringida o lesionada, saldrá la justa sanción que
corresponda al que transgredió la ley.
No. Esa jerarquía está caracterizada por la relevancia de las leyes que, por tanto,
interesan en mayor o menor grado a toda una sociedad regulada legalmente. Es
bueno recordar que las leyes son el instrumento que ha sido creado por las
naciones, a través de sus órganos legislativos, con la finalidad de establecer pautas
para que la colectividad pueda convivir socialmente. Aun cuando son creadas por
el hombre, son para el hombre, y son impuestas, de obligatorio cumplimiento, y su
inobservancia acarrea penas o sanciones, convirtiéndose la pena, según Kelsen,
en “un elemento motivador para el cumplimento de las mismas”.
De allí se puede atribuir que el ordenamiento jurídico tiene un orden que debe
seguirse y respetarse, pues es lo que sienta las bases del Estado de Derecho y el
debido proceso. Las leyes y normas son la columna vertebral que sostiene todo el
sistema jurídico de un país, por lo que su orden, correcta aplicación y correlatividad
debe ser garantizado por el Estado y sus órganos de justicia como un principio
mayor.