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Caries: la presencia de caries es una de las principales causas que provoca dolor
en los dientes. Si no es muy profunda, podemos tratarla con un empaste. Pero si
se extiende al nervio, deberemos realizar una endodoncia, es decir, tratar el
nervio.
Fractura del diente: debido a un traumatismo, se puede crear una fisura que
puede llegar a fracturar la pieza. Dependiendo de la gravedad de la fractura,
realizaremos un tratamiento conservador o extraeremos la pieza dental.
Enfermedad periodontal: el origen de la dolencia está en la encía que envuelve el
diente y si está muy avanzada puede llegar a provocar la movilidad de los dientes
originando dolor. El tratamiento puede ir desde una higiene sencilla hasta un
raspado periodontal más profundo. Por eso es muy importante mantener las encías
sanas con una buena higiene oral en casa y visitas de revisión recurrentes al
dentista.
En general, el dolor de dientes es causado por las caries dentales y sus consecuencias.
La caries causa dolor cuando la lesión se extiende a través del esmalte hacia la dentina
(lo que produce una desmineralización suficiente de la estructura dental para causar una
cavitación en la superficie externa del esmalte). En general, aparece después de la
estimulación por frío, calor, comidas o bebidas dulces, o el cepillado; estos estímulos
hacen que el líquido se mueva a lo largo de los túbulos de la dentina para inducir una
respuesta en la pulpa. Si el dolor no persiste una vez eliminado el estímulo, es probable
que la pulpa esté sana. A esto se le llama sensibilidad dentinaria normal, pulpalgia
reversible o pulpitis reversible.
La pulpitis es la inflamación de la pulpa, típicamente debida a caries avanzadas,
acumulación de daño pulpar menor por arreglos previos grandes, un arreglo inefectivo o
traumatismos. Puede ser reversible o irreversible. La pulpitis puede provocar necrosis
por presión. El dolor puede ser espontáneo o en respuesta a la estimulación, en
particular por calor o frío. En ambos casos, dura un minuto o más. Una vez que la pulpa
se necrosa, el dolor se acaba (en horas o semanas). Posteriormente, aparece la
inflamación periapical (periodontitis apical) o un absceso.
Después de una caries sin tratar o una pulpitis, puede aparecer un absceso periapical.
El diente es exquisitamente sensible a la percusión (con una sonda odontológica o un
bajalenguas) y a la masticación. Los abscesos pueden dirigirse hacia el interior de la
boca y finalmente drenar, o pueden provocar una celulitis.
Los traumatismos de los dientes pueden dañar la pulpa. El daño puede manifestarse
rápidamente después de la lesión o hasta varias décadas más tarde.
Evaluación
Anamnesis
Al recabar los antecedentes de la enfermedad actual, deben establecerse la
localización y la duración del dolor y si es constante o sólo está presente después de un
estímulo. Los factores específicos que deben revisarse incluyen calor, frío, comidas y
bebidas dulces, masticación y cepillado. Cualquier traumatismo precedente o trabajo
odontológico debe registrarse.
El examen físico debe buscar síntomas de complicaciones, incluidos dolor y/o edema
en la cara (absceso odontológico, sinusitis); dolor debajo de la lengua y dificultad para
tragar; y elevación o protrusión de la lengua (infección del espacio submandibular); dolor
al inclinarse hacia adelante (sinusitis); y cefalea retroorbitaria, fiebre y síntomas visuales
(trombosis del seno cavernoso).
En los antecedentes médicos deben registrarse los problemas y tratamientos
odontológicos previos.
Examen físico
Evaluar los signos vitales en busca de fiebre.
Signos de alarma
Los hallazgos que plantean preocupación son
Cefalea
Fiebre
Edema o dolor en el suelo de la boca
Anomalías en los nervios craneales
Estudios complementarios
La radiografía odontológica es la piedra angular de la evaluación, pero puede derivarse
a un dentista.
Medicamentos tópicos
Los productos como la benzocaína aplicada directamente al diente también pueden
proporcionar un alivio temporal del dolor. Para ello, su dentista le podría recomendar una
crema dental con benzocaína, una sustancia que proporciona alivio clínicamente
comprobado para el dolor ocasionado por la irritación de la boca.
Compresas de hielo
Sostener una compresa de hielo o un paquete de verduras congeladas contra la cara
puede tener un efecto sorprendentemente positivo. El frío ayuda a adormecer el dolor.
Aplíquese hielo durante un par de minutos cada vez, y después haga una pausa.
Evite los alimentos duros
Muchas veces, los dolores de dientes son causados ya sea por un diente fracturado o por
una cavidad dental, así que lo mejor es tomar precauciones hasta que conozca la
verdadera causa de dolor. Mientras espera el tratamiento para el dolor de dientes y justo
después del mismo, comer solo alimentos blandos le ayudará a evitar dañar más los
dientes frágiles o sensibles.
Mantenga una buena higiene
Es de suma importancia que mantenga una buena higiene dental aún cuando tenga dolor
de dientes. Si realizar su rutina diaria de cepillado y uso de hilo dental es demasiado
dolorosa, pruebe usar enjuagues bucales especiales, que ayudan a limpiar y a aliviar la
molestia y ayudan a la curación.
No siempre es fácil obtener el tratamiento que necesita en el momento preciso, pero estas
opciones le ayudarán a reducir el dolor lo suficiente como para sobrellevar el tiempo
necesario hasta que reciba ayuda profesional.
Absceso dental: síntomas, causas y tratamiento
Son muchas las afecciones dentales las que se esconden detrás de las infecciones
bacterianas. El absceso dental es uno de estos problemas. En la Clínica dental
Acacias estamos comprometidos al cien por cien con tu salud bucal, por ello te animamos
a que nos visites periódicamente. De esta forma podrás disfrutar de una sonrisa
saludable, libre de infecciones y patologías orales.
Qué es un absceso dental
Pese a lo que pueda parecer el absceso dental es una de las afecciones más comunes
que vemos en la clínica dental. Se trata, básicamente, de una acumulación de pus en las
estructuras orales. El origen de este problema es bacteriano, es decir, son las bacterias
de la boca las que están detrás de la aparición de estas lesiones tan desagradables.
Normalmente nos enfrentamos a dos tipos de abscesos dentales distintos, en función
del lugar en el que se origina la infección:
Absceso periapical: la infección bacteriana ataca a los dientes, generando una lesión
grave en la raíz dental. Normalmente este absceso dental surge a consecuencia de
traumatismos orales o debido a caries profundas, que no se han tratado con eficacia. Ante
la presencia de cualquier síntoma de caries, es conveniente que acudas
al dentista cuanto antes. El propósito es evitar la formación del absceso en la medida de
lo posible.
Absceso periodontal: a esta lesión bucal también se la conoce como bolsa periodontal.
Se trata de un acúmulo de pus a nivel del periodonto, generalmente provocado por
patologías periodontales, como la periodontitis. Llevar un buen control y mantenimiento
periodontal es clave para evitar estas enfermedades.
Debes tener en cuenta que el absceso dental es un problema grave, que surge a raíz de
las bacterias de la boca. Esto significa, que prevenir el problema es relativamente fácil.
Basta con que sigas una buena higiene dental, visites al odontólogo periódicamente y
apuestes por llevar una buena alimentación, para evitar la formación del absceso.
Es importante que sepas que las bacterias orales son muy peligrosas, debido a que ha
quedado demostrado que son capaces de moverse por el cuerpo a través de la sangre.
De ahí la importancia de mantener una sonrisa saludable, limpia y bien cuidada.
Las causas del absceso dental
Con el objetivo de curar la presencia de abscesos dentales, lo primero que tenemos que
tener claro es cuál es la causa de ese acúmulo de pus. En la Clínica Dental Acacias
apostamos siempre por el diagnóstico, ya que es lo que nos permite planificar
tratamientos dentales de éxito en todo momento. Concretar el origen del absceso dental,
es decir, la causa primaria, es nuestra prioridad.
Patologías periodontales: las enfermedades periodontales surgen a consecuencia de la
acción bacteriana en el periodonto. Comienzan atacando a las encías, durante
la gingivitis, y su evolución natural hace que se pongan en riesgo el resto de las
estructuras dentales. Una periodontitis avanzada puede hacer que se pierdan los dientes.
Evitar la piorrea es tan sencillo como mantener una buena higiene dental y acudir
al periodoncista para realizarte revisiones periódicas.
Caries en los dientes: las caries dentales también están detrás del absceso oral. Cuando
existe una caries profunda, la pulpa del diente puede verse comprometida. De esta
forma se genera ese acúmulo de pus, originado por las bacterias de la boca. Si notas una
caries incipiente es importante que visites la clínica dental. En las fases primarias es más
fácil planificar tratamientos de odontología conservadora, mucho menos invasivos.
Golpes en los dientes: una lesión bucodental, a causa de un golpe en la boca, puede
provocar el absceso dental. Es muy común que aparezcan fisuras orales después de un
traumatismo. Por ello, si te has dado un golpe en los dientes debes visitar a tu dentista.
En esta revisión rutinaria podrá comprobar que tu sonrisa está libre de grietas o fisuras.
Síntomas del absceso bucodental
Las infecciones bacterianas están detrás de la formación del absceso dental. Sus
síntomas son muy numerosos y bastante claros. Por ello, desde Acacias, te aconsejamos
que acudas al odontólogo si notas uno o varios de estos signos en tu boca:
Molestias dentales: el principal síntoma del absceso dental es el dolor en las piezas
dentales dañadas. A veces, incluso, se trata de molestias que irradian hacia zonas
cercanas, como el cuello o la cabeza.
Hipersensibilidad: una de las consecuencias de los abscesos es la sensibilidad dental.
Si tus dientes están sensibles a los alimentos fríos o calientes acude al dentista cuanto
antes.
Cuadros febriles: las infecciones ocasionadas por bacterias también pueden provocar
fiebre alta.
Mal aliento: uno de los síntomas de los abscesos es la halitosis, generada por las
bacterias orales.
Flemón dental: en ocasiones aparecen flemones en la cara o el cuello.
Inflamación de encías: si notas tus encías enrojecidas, hinchadas o sangrantes, es signo
de que algo no marcha bien en tu salud bucodental.
Pus: es probable que el absceso dental dé la cara mediante una fístula en la zona
dañada.
Tratamiento de los abscesos dentales
Nuestra prioridad ante un absceso dental es salvar el diente dañado. Para ello, es
importante tener clara la causa de la infección y ponerle remedio cuanto antes.
Posteriormente planificamos un tratamiento conservador, en la medida de lo posible,
que nos permita eliminar el problema con seguridad.
Antibióticos: las infecciones bacterianas se tratan con antibióticos, que solo debes tomar
bajo prescripción médica. En el caso de los abscesos dentales, el Rhodogil es uno de los
fármacos más extendidos.
Endodoncia: si estamos ante un absceso periapical, la planificación de una endodoncia
suele ser el procedimiento de elección. Mediante esta técnica drenamos la infección y
sellamos los conductos, con el fin de evitar que vuelva a ver la luz.
Exodoncia: la extracción dental es el último recurso para tratar un absceso. No obstante,
cuando nos enfrentamos a infecciones bacterianas muy graves es posible que sea la
solución.
Curetaje dental: el curetaje dental o raspado y alisado radicular nos ayuda a eliminar
con éxito las bolsas periodontales. Se trata de una limpieza dental en profundidad muy
efectiva.
Mantenimiento periodontal: ante el absceso dental periodontal, llevar a cabo un buen
mantenimiento del periodonto tras el tratamiento es la clave del éxito
Los abscesos dentales, que son conocidos también con el nombre de flemones, es una
enfermedad oral muy común y que destacan por ser especialmente dolorosos.
Es de vital importancia conocer la causa que lo origina puesto que es lo que va determinar
su tratamiento en las Clínicas dentales Propdental de Barcelona y Madrid.
De esta forma y con el objetivo de seguir ampliando la información acerca de esta
afección a continuación vamos a hablar de los diferentes tipos de abscesos dentales.
Absceso periodontal
El absceso periodontal hay que decir que es un resultado a una enfermedad periodontal
no tratada. Siendo esta una infección que puede permanecer activa mientras que se
propaga desde la raíz dental hasta el hueso.
Provoca una amplia variedad de síntomas como por ejemplo inflamación, dolor intenso
o fiebre
Absceso periapical
El absceso periapical y en este caso estamos ante una patología que aparece debido a
una caries dental muy profunda y que afecta al nervio.
Aparece debido a una caries muy profunda y avanzada que afecta al nervio del diente, o
bien aparece después de un traumatismo dental.
Como hemos podido ver ambos tipos de abscesos dentales, independientemente del que
sea, son infecciones que pueden llegar a ser muy perjudiciales. Y, por ello es necesario
actuar en consecuencia, siendo imprescindible visitar el dentista para que nos someta a
un tratamiento en función de tu caso en particular. Si tienes algún problema dental de este
tipo consulta con los dentistas de Clínicas dentales Propdental en Barcelona, Badalona y
Madrid Centro.
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Consideraciones generales
Traumatismo de dientes temporales
Los traumatismos pueden producirse tanto en dientes temporales (dientes de leche) como en los
dientes definitivos o permanentes.
Los dientes temporales tienen el ápice radicular muy próximo al germen del diente
permanente. Por ello, un traumatismo grave del diente temporal puede tener consecuencias en los
dientes permanentes como malformaciones dentales, que queden impactados y también
alteraciones de la erupción.
Traumatismo de dientes inmaduros
Los traumatismos son más frecuentes en niños y adolescentes, cuando los dientes tienen el ápice
inmaduro y no han terminado su desarrollo radicular. Es importante preservar la vitalidad de la
pulpa para permitir el desarrollo radicular. Además, la pulpa de estos dientes tienen una gran
capacidad para la curación tras un traumatismo.
Instrucciones para pacientes y padres
Para conseguir una curación óptima tras el traumatismo dental, es fundamental el cumplimiento de
las revisiones programadas con el odontólogo, así como evitar realizar deportes de contacto,
realizar una higiene oral de la zona meticulosa y aplicar enjuagues con agentes antibacterianos
de clorhexidina al 0.12%.
Diagnostico
El diagnóstico de las lesiones producidas por trauma requiere la atención urgente por el
profesional, que realizará un examen clínico y radiográfico, que se complementará con otra serie
de pruebas. La documentación fotográfica inicial y en cada una de las revisiones, permite
monitorizar la evolución de la lesión.
En cuanto al examen radiológico, las radiografías son necesarias para establecer el diagnóstico
de las lesiones y realizar su seguimiento. Normalmente se realizan radiografías periapicales en
varias proyecciones, ya que algunas lesiones pueden no detectarse cuando sólo se realiza una
proyección.
La tomografía computarizada de haz cónico (CBCT), a diferencia de las radiografías, aporta
información en las tres dimensiones del espacio, proporcionando una mejor visualización de los
traumatismos dentales, especialmente en casos de fracturas radiculares, corono-radiculares y de
las luxaciones laterales.
Otras pruebas complementarias son los test de sensibilidad y vitalidad pulpar. Son pruebas que
se emplean para determinar el estado de la pulpa. La prueba de sensibilidad pulpar al frío o las
pruebas eléctricas evalúan la actividad nerviosa de la pulpa. La falta de respuesta (resultado
negativo) no es concluyente porque puede haber una pérdida temporal de sensibilidad debido al
trauma. Por eso, deben realizarse inicialmente y en las sucesivas revisiones.
Las pruebas de vitalidad pulpar miden la presencia del flujo vascular de la pulpa pero son
complicadas de aplicar en clínica.
La Asociación Internacional de Traumatología Dental (IADT, International Association of Dental
Traumatology) ha desarrollado una aplicación móvil gratuita denominada ToothSOS (disponible en
Google Play y App Store) con el fin de poner a disposición de los pacientes, y también de los
profesionales, las recomendaciones de actuación ante posibles traumatismos dentales.
Colocar el diente en su sitio dentro del alveolo y morder una gasa, servilleta o pañuelo para
mantenerlo en su lugar.
Acudir de forma inmediata a un odontólogo.
En casos en que no se puede reimplantar inmediatamente, hay que guardarlo en leche, suero o
saliva y acudir lo antes posible a un odontólogo. El agua no es un medio adecuado, pero es mejor
que dejar que se seque el diente.
El odontólogo realizará el tratamiento y los seguimientos de control que serán fundamentales.
Los dientes temporales no se pueden reimplantar.