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¿EN QUÉ CONSISTE LA ODONTALGIA?

La odontalgia o también conocido comúnmente como dolor dental es una de las


manifestaciones más típicas en la cavidad oral y uno de los motivos de visita más
frecuentes en las clínicas dentales. Este tipo de dolor es un dolor de tipo no somático y no
neurógeno.  
El término dolor dental se agrupa a un conjunto de sensaciones desagradables cuyo
origen puede ser tan diverso como su relevancia clínica. 
La sintomatología típica es un dolor de tipo intenso, pulsátil y continuo. Suele referirse
como una sensación personal de molestia que obliga al individuo a reaccionar en forma
refleja para poder suprimir dicho estímulo doloroso.
La odontalgia suele ser un dolor que puede variar la intensidad y
carácter dependiendo de los factores asociados y si están provocados o no.  
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA ODONTALGIA? 
Se sabe que la odontalgia presenta un carácter de tipo multifactorial, es decir existen
numerosos factores y causas por las que puede existir un tipo u otro de dolor dental. 
La causa más común del dolor dental es la existencia de caries, aunque también puede
estar causado por otros factores como un absceso dental. La odontalgia también puede
ser sinónimo de hipersensibilidad dental la cual puede ser producida después de una
profilaxis profesional donde los depósitos de cálculo presentes en la raíz se han eliminado
y esta se ha visto expuesta provocando este tipo de dolor dental. 
El dolor dental puede ser dentario, el cual es un tipo de dolor intenso que dura poco, que
no está bien localizado y que se debe a una amplia variedad de estímulos externos, como
cambios de temperatura, entornos químicos, entre otros. Este tipo de dolor no siempre
implica la existencia de una patología, sino que algunos estímulos pueden
desencadenarlo. 
El dolor pulpar puede tener un origen interno, como infeccioso, y no está directamente
relacionado con estímulos externos. Se trata de un dolor muy variable que puede
aparecer de manera espontánea con respuestas variables.
El dolor pulpar agudo puede volverse crónico si se mantiene el deterioro de la pulpa y la
inflamación de esta. 
El dolor de tipo periodontal es de más fácil localización. Al ser un proceso patológico que
puede proceder o bien de una inflamación pulpar que afecta con el tiempo al periodonto, o
de una afectación desde el exterior al periodonto – como una gingivitis o periodontitis. 
Otra causa de la odontalgia es la erupción de los dientes primarios,
provocando molestias de intensidad muy variable, incluyendo dolor y fiebre.  
La sensación de dolor dentario se origina en los receptores situados en la pulpa (que está
dotada de fibras nerviosas) o la dentina; por el contrario, el cemento y el esmalte, son
insensibles. Casi siempre, la causa del dolor dentinario es la caries. Una restauración en
mal estado, la pérdida de un empaste, abrasiones del esmalte, entre otras, son
situaciones que pueden hacer que el diente esté más sensible al dolor.  

LOS TRATAMIENTOS DE LA ODONTALGIA 


Los analgésicos convencionales poseen una eficacia y una seguridad ampliamente
acreditadas en las odontalgias. También puede abordarse mediante la utilización tópica
de anestésicos locales. Los más utilizados son la benzocaína y la lidocaína. 
En los cuadros de hipersensibilidad dentinaria, el tratamiento debe establecerse tras el
correspondiente diagnóstico por parte del odontólogo. Sin embargo, en casos leves
puede recomendarse la utilización de dentífricos con actividad en hipersensibilidad
dentinaria, los cuales pueden contener nitrato de potasio. 
En los dolores y molestias asociados a la erupción dental se puede aplicarse un
anestésico local en la mucosa que recubre el diente que erupciona con un aplicador de
algodón en la punta.  

Odontalgia. Significado y tratamiento


La odontalgia es lo que comúnmente se conoce como “dolor de dientes”.
Es de una de las principales causas por la que los pacientes acuden al dentista y puede a
llegar a ser muy intensa e incluso extenderse a la zona del oído y del cuello.
Síntomas de la Odontalgia
Pero antes de llegar a ser una dolencia como tal, la odontalgia puede presentar síntomas
previos como:
– Sensibilidad dental: al frío y al calor.
– Sangrado de la encía e hinchazón.
– Mal sabor de boca debido a una posible infección.
Causas más comunes de una odontalgia
Son varias las causas que pueden provocar un dolor de dientes y por ello debemos acudir
a nuestra clínica dental para realizar un buen diagnóstico y poder tratar la odontalgia de la
forma más adecuada.
Entre las más comunes encontramos:

 Caries: la presencia de caries es una de las principales causas que provoca dolor
en los dientes. Si no es muy profunda, podemos tratarla con un empaste. Pero si
se extiende al nervio, deberemos realizar una endodoncia, es decir, tratar el
nervio. 
 Fractura del diente: debido a un traumatismo, se puede crear una fisura que
puede llegar a fracturar la pieza. Dependiendo de la gravedad de la fractura,
realizaremos un tratamiento conservador o extraeremos la pieza dental.
 Enfermedad periodontal: el origen de la dolencia está en la encía que envuelve el
diente y si está muy avanzada puede llegar a provocar la movilidad de los dientes
originando dolor. El tratamiento puede ir desde una higiene sencilla hasta un
raspado periodontal más profundo. Por eso es muy importante mantener las encías
sanas con una buena higiene oral en casa y visitas de revisión recurrentes al
dentista. 

Bruxismo: es el rechinamiento de los dientes de forma involuntaria que se produce


sobre todo durante las horas de sueño. Esta fricción provoca una mayor tensión en la
articulación temporomandibular y puede llegar a producir dolor sobre todo en las muelas. Con la
confección de una férula de descarga podemos evitar que el bruxismo sea una dolencia.
Dolor dental e infección
El dolor en y alrededor de los dientes es un problema común, especialmente entre pacientes que tienen
una mala higiene bucal. El dolor puede ser constante, sentirse luego de una estimulación (p. ej., calor,
fría, comidas o bebidas dulces, masticar o cepillarse) o ambos.
Etiología
Las causas más comunes de dolor de dientes (véase tabla son Algunas causas de dolor
de dientes) son
 Caries dentales
 Pulpitis
 Absceso periapical
 Traumatismo
 Erupción de la muela del juicio (que causa pericoronitis)

En general, el dolor de dientes es causado por las caries dentales y sus consecuencias.
La caries causa dolor cuando la lesión se extiende a través del esmalte hacia la dentina
(lo que produce una desmineralización suficiente de la estructura dental para causar una
cavitación en la superficie externa del esmalte). En general, aparece después de la
estimulación por frío, calor, comidas o bebidas dulces, o el cepillado; estos estímulos
hacen que el líquido se mueva a lo largo de los túbulos de la dentina para inducir una
respuesta en la pulpa. Si el dolor no persiste una vez eliminado el estímulo, es probable
que la pulpa esté sana. A esto se le llama sensibilidad dentinaria normal, pulpalgia
reversible o pulpitis reversible.
La pulpitis  es la inflamación de la pulpa, típicamente debida a caries avanzadas,
acumulación de daño pulpar menor por arreglos previos grandes, un arreglo inefectivo o
traumatismos. Puede ser reversible o irreversible. La pulpitis puede provocar necrosis
por presión. El dolor puede ser espontáneo o en respuesta a la estimulación, en
particular por calor o frío. En ambos casos, dura un minuto o más. Una vez que la pulpa
se necrosa, el dolor se acaba (en horas o semanas). Posteriormente, aparece la
inflamación periapical (periodontitis apical) o un absceso.
Después de una caries sin tratar o una pulpitis, puede aparecer un absceso periapical.
El diente es exquisitamente sensible a la percusión (con una sonda odontológica o un
bajalenguas) y a la masticación. Los abscesos pueden dirigirse hacia el interior de la
boca y finalmente drenar, o pueden provocar una celulitis.
Los traumatismos de los dientes pueden dañar la pulpa. El daño puede manifestarse
rápidamente después de la lesión o hasta varias décadas más tarde.

Muelas de juicio retenidas

La pericoronitis es la inflamación del tejido entre el diente y el colgajo de encía que lo


rodea (opérculo). En general, aparece en una muela del juicio que erupciona (casi
siempre una inferior).
Complicaciones
Rara vez se produce una sinusitis por una infección odontológica maxilar sin tratar. Más
comúmente, el dolor proviene de una infección del seno y se irradia hacia un diente
sano, adyacente al seno, lo que hace creer erróneamente que su origen es
odontológico.
Rara vez se produce una trombosis de los senos cavernosos o una angina de Ludwig
(la infección del espacio submandibular); estos trastornos pueden ser mortales y
requieren intervención inmediata.

Evaluación
Anamnesis
Al recabar los antecedentes de la enfermedad actual, deben establecerse la
localización y la duración del dolor y si es constante o sólo está presente después de un
estímulo. Los factores específicos que deben revisarse incluyen calor, frío, comidas y
bebidas dulces, masticación y cepillado. Cualquier traumatismo precedente o trabajo
odontológico debe registrarse.
El examen físico debe buscar síntomas de complicaciones, incluidos dolor y/o edema
en la cara (absceso odontológico, sinusitis); dolor debajo de la lengua y dificultad para
tragar; y elevación o protrusión de la lengua (infección del espacio submandibular); dolor
al inclinarse hacia adelante (sinusitis); y cefalea retroorbitaria, fiebre y síntomas visuales
(trombosis del seno cavernoso).
En los antecedentes médicos deben registrarse los problemas y tratamientos
odontológicos previos.
Examen físico
Evaluar los signos vitales en busca de fiebre.

El examen se enfoca en la cara y la boca. Se inspecciona la cara en busca de edema y


se palpa para detectar induración y dolor.

El examen oral incluye la inspección en busca de inflamación de las encías y caries, y


cualquier hinchazón localizada en la base de los dientes que pueda representar un signo
de un absceso apical. Si no hay un diente claramente comprometido, se percuten los
dientes del área dolorosa con un abatelenguas. Además, se apoya brevemente un cubo
de hielo sobre cada diente, retirándolo en cuanto se siente dolor. En los dientes sanos,
el dolor cesa casi de inmediato. El dolor que se prolonga más de unos pocos segundos
es signo de daño pulpar (p. ej., una pulpitis irreversible o una necrosis). El suelo de la
boca se palpa en busca de induraciones y dolor, lo que podría indicar una infección del
espacio profundo.
En los pacientes con fiebre, cefaleas o edema facial, se realiza un examen neurológico,
enfocándose en los nervios craneales.

Signos de alarma
Los hallazgos que plantean preocupación son
 Cefalea
 Fiebre
 Edema o dolor en el suelo de la boca
 Anomalías en los nervios craneales

Interpretación de los hallazgos


La cefalea sugiere sinusitis, en especial si duelen varios molares y premolares
superiores (posteriores). Sin embargo, la presencia de síntomas visuales o anomalías
en las pupilas o en la motilidad ocular sugiere una trombosis del seno cavernoso.
La fiebre es rara en las infecciones odontológicas habituales, a menos que haya una
significativa extensión local. El dolor y el edema bilateral del piso de la boca sugiere
una angina de Ludwig.
La dificultad para abrir la boca (trismo) puede aparecer con cualquier infección molar
inferior, pero es común con la pericoronitis.
Problema dental aislado: los pacientes sin hallazgos de alerta o hinchazón facial
probablemente tienen un problema odontológico aislado, el cual, aunque molesto, no es
grave. Los signos clínicos, en especial la naturaleza del dolor, ayudan a determinar la
causa (véase tabla Algunas causas de dolor de dientes y Características del dolor
dental). Debido a su inervación, la pulpa puede percibir los estímulos (p. ej., calor, frío,
dulce) sólo como dolor. Una distinción importante es si el dolor es continuo o sólo con la
estimulación, y en este caso, si sigue una vez retirado el estímulo.
El edema o la hinchazón en la base de un diente o en la mejilla indica infección, sea
celulitis o un absceso. Un área dolorosa y fluctuante en la base de un diente sugiere un
absceso.

Estudios complementarios
La radiografía odontológica es la piedra angular de la evaluación, pero puede derivarse
a un dentista.

Los casos raros en que se sospecha una trombosis de los senos cavernosos o


una angina de Ludwig, pueden requerir estudios por imágenes, normalmente TC o RM.
Tratamiento
 Analgésicos tópicos u orales

 En ocasiones, enjuagues o antibióticos sistémicos

Los analgésicos (véase Tratamiento del dolor) se pueden administrar según la


evaluación odontológica y el tratamiento definitivo. Para el dolor dental intenso, las
inyecciones locales para bloqueo nervioso con clorhidrato de bupivacaína y adrenalina
1:200.000 pueden aliviar el dolor durante muchas horas hasta que el paciente recibe
atención dental definitiva. Un paciente que es visto frecuentemente por emergencias
pero que nunca recibe un tratamiento odontológico definitivo a pesar de la disponibilidad
puede estar buscando opiáceos.

Tratamiento y remedios caseros para aliviar el dolor de dientes


El dolor de dientes es desagradable y tiene el mal hábito de aparecer en los momentos
menos convenientes. No siempre es posible acudir de inmediato al dentista e, incluso
cuando se puede, a veces el tratamiento recomendado por su dentista toma tiempo. La
buena noticia es que hay varias medidas que puede tomar en casa para aliviar un poco el
dolor. Consulte a su dentista acerca de estos consejos antes de ponerlos en práctica para
asegurarse de que no entren en conflicto con el plan de tratamiento.

Aliviar el dolor de dientes


Paracetamol
Para tratar el dolor de dientes puede usarse un medicamento de venta sin receta como el
paracetamol, el medicamento más frecuentemente recetado para después de un
tratamiento dental, de acuerdo con la Asociación Dental Americana. Según el Instituto
Nacional de Salud de los EE. UU., el paracetamol es un analgésico que cambia la manera
en que su cuerpo percibe el dolor, lo que hace que este se vuelva tolerable.
Antiinflamatorios no esteroideos
Los dolores dentales a menudo van acompañados por inflamación, hinchazón y
enrojecimiento de las encías, así como irritación en otras partes de la boca. Estos
síntomas podrían mejorar con la toma de un antiinflamatorio como naproxeno, ibuprofeno
o algún otro medicamento antiinflamatorio no esteroideo (también conocidos como
AINES). Tome estos medicamentos solo si tiene la seguridad de no ser alérgico a ninguno
de los ingredientes. Además, asegúrese siempre de tomar un AINES junto con los
alimentos para evitar una irritación estomacal.

Medicamentos tópicos
Los productos como la benzocaína aplicada directamente al diente también pueden
proporcionar un alivio temporal del dolor. Para ello, su dentista le podría recomendar una
crema dental con benzocaína, una sustancia que proporciona alivio clínicamente
comprobado para el dolor ocasionado por la irritación de la boca.
Compresas de hielo
Sostener una compresa de hielo o un paquete de verduras congeladas contra la cara
puede tener un efecto sorprendentemente positivo. El frío ayuda a adormecer el dolor.
Aplíquese hielo durante un par de minutos cada vez, y después haga una pausa.
Evite los alimentos duros
Muchas veces, los dolores de dientes son causados ya sea por un diente fracturado o por
una cavidad dental, así que lo mejor es tomar precauciones hasta que conozca la
verdadera causa de dolor. Mientras espera el tratamiento para el dolor de dientes y justo
después del mismo, comer solo alimentos blandos le ayudará a evitar dañar más los
dientes frágiles o sensibles.
Mantenga una buena higiene
Es de suma importancia que mantenga una buena higiene dental aún cuando tenga dolor
de dientes. Si realizar su rutina diaria de cepillado y uso de hilo dental es demasiado
dolorosa, pruebe usar enjuagues bucales especiales, que ayudan a limpiar y a aliviar la
molestia y ayudan a la curación.
No siempre es fácil obtener el tratamiento que necesita en el momento preciso, pero estas
opciones le ayudarán a reducir el dolor lo suficiente como para sobrellevar el tiempo
necesario hasta que reciba ayuda profesional.
Absceso dental: síntomas, causas y tratamiento

Son muchas las afecciones dentales las que se esconden detrás de las infecciones
bacterianas. El absceso dental es uno de estos problemas. En la Clínica dental
Acacias estamos comprometidos al cien por cien con tu salud bucal, por ello te animamos
a que nos visites periódicamente. De esta forma podrás disfrutar de una sonrisa
saludable, libre de infecciones y patologías orales.
Qué es un absceso dental
Pese a lo que pueda parecer el absceso dental es una de las afecciones más comunes
que vemos en la clínica dental. Se trata, básicamente, de una acumulación de pus en las
estructuras orales. El origen de este problema es bacteriano, es decir, son las bacterias
de la boca las que están detrás de la aparición de estas lesiones tan desagradables.
Normalmente nos enfrentamos a dos tipos de abscesos dentales distintos, en función
del lugar en el que se origina la infección:
Absceso periapical: la infección bacteriana ataca a los dientes, generando una lesión
grave en la raíz dental. Normalmente este absceso dental surge a consecuencia de
traumatismos orales o debido a caries profundas, que no se han tratado con eficacia. Ante
la presencia de cualquier síntoma de caries, es conveniente que acudas
al dentista cuanto antes. El propósito es evitar la formación del absceso en la medida de
lo posible.
Absceso periodontal: a esta lesión bucal también se la conoce como bolsa periodontal.
Se trata de un acúmulo de pus a nivel del periodonto, generalmente provocado por
patologías periodontales, como la periodontitis. Llevar un buen control y mantenimiento
periodontal es clave para evitar estas enfermedades.
Debes tener en cuenta que el absceso dental es un problema grave, que surge a raíz de
las bacterias de la boca. Esto significa, que prevenir el problema es relativamente fácil.
Basta con que sigas una buena higiene dental, visites al odontólogo periódicamente y
apuestes por llevar una buena alimentación, para evitar la formación del absceso.
Es importante que sepas que las bacterias orales son muy peligrosas, debido a que ha
quedado demostrado que son capaces de moverse por el cuerpo a través de la sangre.
De ahí la importancia de mantener una sonrisa saludable, limpia y bien cuidada.
Las causas del absceso dental
Con el objetivo de curar la presencia de abscesos dentales, lo primero que tenemos que
tener claro es cuál es la causa de ese acúmulo de pus. En la Clínica Dental Acacias
apostamos siempre por el diagnóstico, ya que es lo que nos permite planificar
tratamientos dentales de éxito en todo momento. Concretar el origen del absceso dental,
es decir, la causa primaria, es nuestra prioridad.
Patologías periodontales: las enfermedades periodontales surgen a consecuencia de la
acción bacteriana en el periodonto. Comienzan atacando a las encías, durante
la gingivitis, y su evolución natural hace que se pongan en riesgo el resto de las
estructuras dentales. Una periodontitis avanzada puede hacer que se pierdan los dientes.
Evitar la piorrea es tan sencillo como mantener una buena higiene dental y acudir
al periodoncista para realizarte revisiones periódicas.
Caries en los dientes: las caries dentales también están detrás del absceso oral. Cuando
existe una caries profunda, la pulpa del diente puede verse comprometida. De esta
forma se genera ese acúmulo de pus, originado por las bacterias de la boca. Si notas una
caries incipiente es importante que visites la clínica dental. En las fases primarias es más
fácil planificar tratamientos de odontología conservadora, mucho menos invasivos.
Golpes en los dientes: una lesión bucodental, a causa de un golpe en la boca, puede
provocar el absceso dental. Es muy común que aparezcan fisuras orales después de un
traumatismo. Por ello, si te has dado un golpe en los dientes debes visitar a tu dentista.
En esta revisión rutinaria podrá comprobar que tu sonrisa está libre de grietas o fisuras.
Síntomas del absceso bucodental
Las infecciones bacterianas están detrás de la formación del absceso dental. Sus
síntomas son muy numerosos y bastante claros. Por ello, desde Acacias, te aconsejamos
que acudas al odontólogo si notas uno o varios de estos signos en tu boca:
Molestias dentales: el principal síntoma del absceso dental es el dolor en las piezas
dentales dañadas. A veces, incluso, se trata de molestias que irradian hacia zonas
cercanas, como el cuello o la cabeza.
Hipersensibilidad: una de las consecuencias de los abscesos es la sensibilidad dental.
Si tus dientes están sensibles a los alimentos fríos o calientes acude al dentista cuanto
antes.
Cuadros febriles: las infecciones ocasionadas por bacterias también pueden provocar
fiebre alta.
Mal aliento: uno de los síntomas de los abscesos es la halitosis, generada por las
bacterias orales.
Flemón dental: en ocasiones aparecen flemones en la cara o el cuello.
Inflamación de encías: si notas tus encías enrojecidas, hinchadas o sangrantes, es signo
de que algo no marcha bien en tu salud bucodental.
Pus: es probable que el absceso dental dé la cara mediante una fístula en la zona
dañada.
Tratamiento de los abscesos dentales
Nuestra prioridad ante un absceso dental es salvar el diente dañado. Para ello, es
importante tener clara la causa de la infección y ponerle remedio cuanto antes.
Posteriormente planificamos un tratamiento conservador, en la medida de lo posible,
que nos permita eliminar el problema con seguridad.
Antibióticos: las infecciones bacterianas se tratan con antibióticos, que solo debes tomar
bajo prescripción médica. En el caso de los abscesos dentales, el Rhodogil es uno de los
fármacos más extendidos.
Endodoncia: si estamos ante un absceso periapical, la planificación de una endodoncia
suele ser el procedimiento de elección. Mediante esta técnica drenamos la infección y
sellamos los conductos, con el fin de evitar que vuelva a ver la luz.
Exodoncia: la extracción dental es el último recurso para tratar un absceso. No obstante,
cuando nos enfrentamos a infecciones bacterianas muy graves es posible que sea la
solución.
Curetaje dental: el curetaje dental o raspado y alisado radicular nos ayuda a eliminar
con éxito las bolsas periodontales. Se trata de una limpieza dental en profundidad muy
efectiva.
Mantenimiento periodontal: ante el absceso dental periodontal, llevar a cabo un buen
mantenimiento del periodonto tras el tratamiento es la clave del éxito

Tipos de abscesos dentales


Como ya hemos adelantado anteriormente un absceso dental es un acumulo localizado
de pus que se manifiesta en la encía. Existen varios tipos de abscesos dentales en
función de su origen.

Los abscesos dentales, que son conocidos también con el nombre de flemones, es una
enfermedad oral muy común y que destacan por ser especialmente dolorosos.
Es de vital importancia conocer la causa que lo origina puesto que es lo que va determinar
su tratamiento en las Clínicas dentales Propdental de Barcelona y Madrid.
De esta forma y con el objetivo de seguir ampliando la información acerca de esta
afección a continuación vamos a hablar de los diferentes tipos de abscesos dentales.

¿Cuáles son los tipos de abscesos dentales que existen?


Son una patología que se puede originar por una amplia variedad de causas. Como por
ejemplo debido a una periodontitis, caries avanzada que afecte a la pulpa dental, infección
dentaria, fracturas…
En función de la causa que lo origina existen diferentes tipos de abscesos dentales.
Podemos resumir en el absceso periodontal que es provocado por problemas en tus
encías y por el absceso periapical que viene provocado por un problema en tu
diente.

Absceso periodontal
El absceso periodontal hay que decir que es un resultado a una enfermedad periodontal
no tratada. Siendo esta una infección que puede permanecer activa mientras que se
propaga desde la raíz dental hasta el hueso.
Provoca una amplia variedad de síntomas como por ejemplo inflamación, dolor intenso
o fiebre
Absceso periapical
El absceso periapical y en este caso estamos ante una patología que aparece debido a
una caries dental muy profunda y que afecta al nervio.
Aparece debido a una caries muy profunda y avanzada que afecta al nervio del diente, o
bien aparece después de un traumatismo dental.
Como hemos podido ver ambos tipos de abscesos dentales, independientemente del que
sea, son infecciones que pueden llegar a ser muy perjudiciales. Y, por ello es necesario
actuar en consecuencia, siendo imprescindible visitar el dentista para que nos someta a
un tratamiento en función de tu caso en particular. Si tienes algún problema dental de este
tipo consulta con los dentistas de Clínicas dentales Propdental en Barcelona, Badalona y
Madrid Centro.

Hemostasia: ¿Qué hacer ante una hemorragia dental?


Una hemorragia dental es cualquier pérdida sanguínea del torrente vascular de manera
espontánea, por una herida cutánea o en la cavidad oral. Se caracteriza por una
intensidad y duración anormal.
Asimismo, se trata de un posible agravamiento en la actividad diaria del dentista, ya que,
una hemorragia dental en la mayoría de los casos surge como una complicación
durante un procedimiento quirúrgico, aunque también puede desencadenarse tras
una herida accidental o un fuerte traumatismo.
Al ser un problema relativamente común en la práctica odontológica, desde DVD Dental,
os contamos los motivos por los que suelen producirse una hemorragia dental y os damos
algunos consejos para actuar frente a ellas mediante el mecanismo más habitual: la
hemostasia.
¿Por qué se produce la hemorragia dental?
Después de una exodoncia
De manera posterior o durante una intervención quirúrgica, habitualmente en
las extracciones dentales, la zona en cuestión está especialmente sensible. Por este
motivo, en algunos casos se produce una hemorragia dental y es esencial seguir las
indicaciones del odontólogo.
Por un fuerte traumatismo
Otro de los motivos por los que se origina una hemorragia dental es por un golpe en la
raíz dental o en las zonas próximas a los dientes, para lo cual, también se debe acudir a
la clínica dental cuanto antes y ponerse en manos de un profesional para evitar el
sangrado.

¿Qué hacer ante una hemorragia dental?


Aunque una de las claves más importantes es la prevención, en ocasiones es inevitable
que el dentista se encuentre con una hemorragia dental durante un tratamiento
odontológico.
En este sentido, es fundamental estudiar previamente el caso individual de cada
paciente y realizar un historial clínico detallado donde se indique si la persona ha tenido
algún tipo de antecedente con problemas hemorrágicos.
Sin embargo, en la mayoría de los casos, una hemorragia dental puede estar motivada
por el consumo de fármacos anticoagulantes orales, antiagregantes plaquetarios o
fármacos ingeridos de forma crónica. Los pacientes con la enfermedad de von Willebran y
con hemofilia verdadera también son propensos a sufrir una hemorragia dental.
La hemostasia es el mecanismo defensivo cuyo objetivo es el de obstruir de forma
voluntaria las lesiones vasculares para evitar la pérdida de sangre. Durante la fase
primaria, se trata la zona de sangrado constriñendo las paredes afectadas y agregando
plaquetas para formar un tapón.
Posteriormente, en la fase de coagulación, se amplían las restricciones enzimáticas
secuenciales con el fin de producir trombina, una proteasa que transforma el fibrinógeno
plasmático en fibrina insoluble.
Por último, en la fase de fibrinólisis, se limita todo el proceso gracias a los inhibidores
plasmáticos que neutralizan dicha trombina.
Esponjas hemostáticas para frenar una hemorragia dental
Para frenar una hemorragia dental pueden utilizarse diferentes agentes hemostáticos que
se dividen en químicos, térmicos y mecánicos: Los agentes químicos son los que
permiten que las plaquetas se adhieran y pueda formarse el coágulo con facilidad.
Los agentes térmicos permiten el sellado y la coagulación de los tejidos.
Y, por último, tenemos los agentes mecánicos, que logran la detención de la pérdida
sanguínea bloqueando de forma mecánica los vasos que permanecen abiertos. Algunos
ejemplos son la cera de hueso, las pinzas y esponjas hemostáticas.
Es fundamental resaltar la importancia de las esponjas hemostáticas en las hemorragias
dentales, ya que, se trata de una de las mejores soluciones mecánicas para frenarlas.
En DVD Dental trabajamos para cubrir las necesidades de los dentistas desde hace más
de 30 años y por eso queremos presentarte las nuevas esponjas Gelatamp Forte.

Hemostasia en Odontología: las soluciones más eficientes en la clínica


dental
Algunos procedimientos odontológicos pueden causar sangrado de difícil control y
como odontólogo sabemos que siempre debes estar preparado para afrontar la situación.
En este artículo queremos hacer un breve, pero práctico recordatorio sobre los agentes
hemostáticos que se utilizan más habitualmente en la clínica dental y cuáles son
los productos de última generación que debes conocer para frenar de forma efectiva y
rápida el sangrado en los distintos procedimientos odontológicos. ¿Estás listo? ¡Vamos!
Hemostasia y hemorragia
¿Qué te parece si repasamos los conceptos?
Hemostasia
La hemostasia es el proceso fisiológico que tiene la función de mantener la sangre
líquida dentro de los vasos sanguíneos y si estos se lesionan, de inducir la formación de
un tapón hemostático para detener la extravasación. Suena muy sencillo, pero es un
proceso complejo que involucra tres componentes principales: la pared vascular
(endotelio), las plaquetas y la cascada de la coagulación.
Podemos dividir el proceso de la hemostasia en:
Hemostasia primaria: ocurre después de la lesión inicial y comienza con
una vasoconstricción regulada por la endotelina, un vasoconstrictor derivado del
endotelio y además por mecanismos de reflejo neurógeno. Simultáneamente se expone la
matriz extracelular (MEC) para facilitar la adhesión de plaquetas al endotelio y formar un
tapón hemostático mediante la agregación plaquetaria.
Hemostasia secundaria o coagulación: se activa la cascada de la coagulación por la
interacción del fibrinógeno y los productos secretados por las plaquetas, luego se activa
la trombina que convierte el fibrinógeno soluble en fibrina insoluble que es capaz de
entrelazarse para construir un coagulo estable secundario.
Hemorragia
La hemorragia podemos definirla como la extravasación de sangre a causa de la rotura
de un vaso sanguíneo. Las razones por las cuales puede romperse un vaso sanguíneo
pueden ser traumatismos, aterosclerosis o erosiones inflamatorias o neoplásticas.
Existen muchos parámetros para clasificar las hemorragias, entre ellos: por su
localización, por el vaso afectado, por su etiología, por su tamaño y extensión y por el
volumen de la extravasación.
La hemostasia en la clínica dental
El sangrado oral leve es una circunstancia normal en la consulta dental, sin embargo,
cuando la intensidad y la duración aumentan de manera espontánea, tenemos
una hemorragia. Detener esta perdida sanguínea es clave para garantizar la seguridad
del paciente y para continuar con el procedimiento.
El control del sangrado en la clínica dental resulta todo un reto porque su descontrol
puede suponer una emergencia médica. Para comenzar con buen pie, es imprescindible
realizar una buena anamnesis del paciente teniendo en cuenta sus antecedentes
personales y/o familiares que nos hagan sospechar de un trastorno de la hemostasia,
debemos considerar además los procesos sistémicos que nos puedan indicar alguna
alteración de su mecanismo hemostático. Es crucial valorar muy bien a los pacientes con
antecedentes de hemopatías, hepatopatías crónicas o trombocitopenia.
Existen diversos materiales hemostáticos que nos pueden ayudar a controlar un
sangrado profuso, a efectos prácticos hablaremos de ellos según su aplicación clínica.
Control de la hemostasia en cirugía oral
La extracción de un diente o cualquier otro procedimiento quirúrgico bucal pueden
ocasionar un sangrado abundante y la primera acción que debemos realizar para
controlarlo es la compresión intensa y prolongada con un apósito. También como
medidas locales podemos mencionar la aplicación de frío que favorece la
vasoconstricción evitando además del sangrado, el edema. Adicionalmente, también
suelen utilizarse métodos eléctricos como la electrocauterización o el láser CO2.
En cuanto a los materiales que se pueden utilizar en cirugía oral para el control del
sangrado, destacamos:
Cloruro de aluminio, sulfato férrico y ácido tánico: son astringentes-estípticos, actúan
precipitando las proteínas y creando una obstrucción mecánica de la hemorragia.
Gelatinas absorbibles: pueden presentarse en forma de polvo, láminas o esponjas.
Facilitan la agregación plaquetaria, estabilizan el coagulo y en poco tiempo se absorben
por completo, por lo cual no es necesario abrir nuevamente la herida.
Un claro ejemplo de este tipo de productos son las esponjas Gelatamp de Coltene que
están compuestas por gelatina espumosa y plata finamente dispersa (coloidal), la plata
tiene eficacia antibacteriana por lo cual son ideales para prevenir la aparición de
infecciones en la herida. Son muy fáciles de utilizar, en el caso de una exodoncia se debe
dejar sangrar el alveolo, cortar una esponja con el tamaño apropiado, poner al interior del
alveolo, suturar ¡Y ya está!.

Esponjas de colágeno: el colágeno absorbible se posiciona sobre la zona de la


hemorragia leve o moderada y se comprime unos 2 a 5 minutos, su mecanismo de acción
consiste en atrapar las plaquetas en su estructura, favoreciendo la adhesión.
Las esponjas de colágeno Octocolagen de la marca Clarben son perfectas para este fin,
ya que además cuenta con una estructura porosa que facilita una mejor absorción de
fluidos llegando a asimilar hasta 35 veces su peso y además es completamente
reabsorbible por el organismo en 15 días.
Control de la hemostasia en odontología estética adhesiva
Si tu área de especialización es la odontología adhesiva, sabrás que el manejo de tejidos
gingivales, hemostasia y control del fluido crevicular son claves para conseguir
restauraciones libres de microfiltraciones y decoloraciones progresivas.
En odontología adhesiva los agentes hemostáticos cumplen estas tres funciones. ¡Lo
cual es muy práctico! Todo en uno.
1. Control de la hemostasia, por el taponamiento local de los capilares epiteliales lesionados.
2. Control del fluido crevicular gingival gracias a la disminución de la permeabilidad capilar a nivel
de la adherencia epiteial y epitelio sulcular.
3. Retracción gingival, disminuyendo la elasticidad de las fibras colágenas del tejido conectivo
gingival.
Soluciones hemostáticas / astringentes en odontología adhesiva
El uso de soluciones hemostáticas mejora notablemente la calidad de la
adhesión preservando la integridad y longevidad de las restauraciones. El hemostático
más utilizado ha sido la epinefrina, sin embargo, por sus efectos adversos locales y
cardiovasculares hoy muchos odontólogos se inclinan más por el uso de soluciones como
el sulfato férrico o el cloruro de aluminio. ¿Quieres saber más sobre cada uno? ¡Te lo
contamos!
Sulfato férrico: se caracteriza principalmente por ser un astringente mineral que causa
una hemostasia profunda. Su modo de acción es una reacción química de la sangre con
los iones de hierro y sulfato que consigue que las proteínas de la sangre se aglutinen y se
forme un coagulo.
Se puede utilizar el sulfato férrico para una gran variedad de procedimientos
odontológicos, entre ellos la odontología restauradora, prostodoncia fija y tratamientos
periodontales.
Dentaltip para una impresión perfecta: recuerda que el sulfato férrico o el sulfato de
aluminio cuando lo utilizas impregnando el hilo retractor puede inhibir la polimerización de
las siliconas por adición, por lo tanto antes de tomar la impresión es muy importante que
te asegures de lavar la zona y eliminar estas soluciones por completo.
Si buscas un hemostático de 5 estrellas para controlar el sangrado y el fluido sulcular en
pocos segundos, te recomendamos:
ViscoStat: gel de sulfato férrico al 20% de Ultradent

Con ViscoStat no hace falta repetir la impresión, basta con un intento para obtener la
impresión perfecta.
 Gel viscoso para coagulación instantánea.
 Suavidad inigualable hacia tejidos duros y blandos.
 Es tixotrópico, es decir no se derrama ni se desplaza y permite una aplicación selectiva.

Cloruro de aluminio: al igual que el sulfato férrico, también es un astringente mineral.


Está indicado para detener sangrados menores actuando por la precipitación de proteínas
del tejido, es un agente que causa muy poca irritación y tiene la ventaja de mantener con
mayor eficiencia el surco abierto luego de la remoción del hilo retractor.
Al igual que el sulfato férrico, el cloruro de aluminio interactúa con los materiales de
impresión tipo polivinilsiloxano y poliéter, inhibiendo su polimerización, la recomendación
es la misma, lavar muy bien antes de tomar la impresión.
Si necesitas un hemostático ideal para restauraciones en dientes anteriores, te
recomendamos:
ViscoStat Clear: Gel 25% de Cloruro de Aluminio de Ultradent
 Detiene sangrados leves y controla el fluido sulcular.
 No deja residuos ni provoca manchas, y se enjuaga fácilmente.
 Fácil de aclarar.
 No se forman coágulos.
 El gel facilita la entrada del hilo en el surco.
 No interfiere con la adhesión.

La hemostasia en odontología es muy importante y siempre debemos tener muy


presente a los pacientes con historia personal o familiar de hematomas y hemorragias
para prevenir cualquier complicación en pacientes con coagulopatías hereditarias como
la hemofilia, la enfermedad de Von Willebrand o coagulopatías adquiridas como
pacientes con déficit de vitamina K, antiagregados o anticoagulados.

En Dentaltix tenemos muchos hemostáticos dentales disponibles para que puedas elegir


el más apropiado para cada situación. Recuerda que si tienes dudas sólo debes
contactarnos y estaremos encantados de ayudarte. Si quieres seguir enterándote de
todas las novedades y los últimos avances en el sector dental, te esperamos en nuestras
redes sociales.

Traumatismo dental es una lesión que se produce en los dientes y/o periodonto (encía,


ligamento periodontal, hueso alveolar) y se puede acompañar con lesiones en los tejidos blandos
adyacentes como los labios, lengua, etc.
Las lesiones traumáticas dentales ocurren con frecuencia en niños y adultos jóvenes, suponiendo
el 5% de todas las lesiones traumáticas. Constituyen una situación de urgencia que requiere
tratamiento inmediato, ya que el tiempo desde que se produce el traumatismo constituye un factor
pronóstico.

Consideraciones generales
Traumatismo de dientes temporales
Los traumatismos pueden producirse tanto en dientes temporales (dientes de leche) como en los
dientes definitivos o permanentes.
Los dientes temporales tienen el ápice radicular muy próximo al germen del diente
permanente. Por ello, un traumatismo grave del diente temporal puede tener consecuencias en los
dientes permanentes como malformaciones dentales, que queden impactados y también
alteraciones de la erupción.
Traumatismo de dientes inmaduros
Los traumatismos son más frecuentes en niños y adolescentes, cuando los dientes tienen el ápice
inmaduro y no han terminado su desarrollo radicular. Es importante preservar la vitalidad de la
pulpa para permitir el desarrollo radicular. Además, la pulpa de estos dientes tienen una gran
capacidad para la curación tras un traumatismo.
Instrucciones para pacientes y padres
Para conseguir una curación óptima tras el traumatismo dental, es fundamental el cumplimiento de
las revisiones programadas con el odontólogo, así como evitar realizar deportes de contacto,
realizar una higiene oral de la zona meticulosa y aplicar enjuagues con agentes antibacterianos
de clorhexidina al 0.12%.
Diagnostico
El diagnóstico de las lesiones producidas por trauma requiere la atención urgente por el
profesional, que realizará un examen clínico y radiográfico, que se complementará con otra serie
de pruebas. La documentación fotográfica inicial y en cada una de las revisiones, permite
monitorizar la evolución de la lesión.
En cuanto al examen radiológico, las radiografías son necesarias para establecer el diagnóstico
de las lesiones y realizar su seguimiento. Normalmente se realizan radiografías periapicales en
varias proyecciones, ya que algunas lesiones pueden no detectarse cuando sólo se realiza una
proyección.
La tomografía computarizada de haz cónico (CBCT), a diferencia de las radiografías, aporta
información en las tres dimensiones del espacio, proporcionando una mejor visualización de los
traumatismos dentales, especialmente en casos de fracturas radiculares, corono-radiculares y de
las luxaciones laterales.
Otras pruebas complementarias son los test de sensibilidad y vitalidad pulpar.  Son pruebas que
se emplean para determinar el estado de la pulpa. La prueba de sensibilidad pulpar al frío o las
pruebas eléctricas evalúan la actividad nerviosa de la pulpa. La falta de respuesta (resultado
negativo) no es concluyente porque puede haber una pérdida temporal de sensibilidad debido al
trauma. Por eso, deben realizarse inicialmente y en las sucesivas revisiones.
Las pruebas de vitalidad pulpar miden la presencia del flujo vascular de la pulpa pero son
complicadas de aplicar en clínica.
La Asociación Internacional de Traumatología Dental (IADT, International Association of Dental
Traumatology) ha desarrollado una aplicación móvil gratuita denominada ToothSOS (disponible en
Google Play y App Store) con el fin de poner a disposición de los pacientes, y también de los
profesionales, las recomendaciones de actuación ante posibles traumatismos dentales.

Clasificación de los traumatismos dentales en dentición permanente


Lesiones coronarias
Infracción del esmalte
Es la fractura incompleta (crack) del esmalte sin pérdida de estructura dental.
Se producen principalmente en los incisivos. El diente afectado no tiene sensibilidad a la
percusión o a la palpación, y las pruebas de sensibilidad pulpar normalmente se encuentran
dentro de los parámetros de normalidad (positivas).
No requieren tratamiento. Sin embargo, si la infracción del esmalte es severa se puede restaurar
con composite.
Fractura coronaria no complicada
Es una fractura que conlleva la pérdida de estructura dentaria, que involucra el esmalte o esmalte
y dentina, sin llegar a exponer la pulpa del diente. El odontólogo realizará la evaluación del diente
para descartar otra lesión asociada, como luxación o fractura radicular, especialmente si hay dolor
asociado. También examinará los tejidos blandos, como labios y mejillas, en busca de los
fragmentos del diente fracturado.
El tratamiento de elección es la adhesión del fragmento al diente. Es importante encontrar el trozo
o fragmento y conservarlo en leche, suero, saliva o agua, y visitar al dentista lo antes posible para
que lo pueda adherir. Si no se ha encontrado el fragmento, el diente se restaurará con composite,
o se pulirá la línea de fractura si la fractura es pequeña.
Fractura coronaria complicada
Es una fractura coronaria en la que se afecta el esmalte y dentina, y se expone la pulpa del diente
o tejido pulpar.
La pulpa expuesta presenta gran sensibilidad al aplicar aire y a las variaciones de temperatura. En
dientes inmaduros (con ápices abierto por el desarrollo incompleto) es muy importante preservar
la vitalidad pulpar para permitir el desarrollo completo de la raíz, por lo que se recomiendan
tratamientos conservadores la pulpotomía parcial o recubrimiento directo del tejido pulpar. En
dientes permanentes maduros también está indicado realizar una pulpotomía conservadora, es
decir, una pulpotomía parcial, o extirpación parcial del tejido pulpar.  Si el fragmento está
disponible se puede adherir de nuevo al diente, y en caso de que no, se ha de restaurar el diente.4
Fractura corono-radicular no complicada
Afecta a esmalte, dentina y cemento, y no hay exposición pulpar. Este tipo de fracturas se suelen
extender por debajo de la encía. Normalmente el fragmento coronal está presente en el diente,
pero móvil.
Tras las pruebas complementarias necesarias, el odontólogo, en un primer momento sellará la
dentina con material de restauración y posteriormente valorará las diferentes opciones de
tratamiento de acuerdo a cada caso particular: extrusión ortodóncica del fragmento apical seguido
de una restauración, extrusión quirúrgica, tratamiento de conductos o endodoncia, extracción del
diente, autotrasplante, entre otras.
Fractura corono-radicular complicada
Afecta a esmalte, dentina y cemento, y hay exposición de la pulpa dental. Normalmente se
extiende por debajo del margen gingival o encía. Tras las pruebas complementarias necesarias, el
odontólogo estabilizará el fragmento y realizará el tratamiento de la pulpa de acuerdo al estadio de
desarrollo del diente. Posteriormente valorará las diferentes opciones de tratamiento de acuerdo a
cada caso particular: extrusión ortodóncica del fragmento apical seguido de una restauración,
extrusión quirúrgica, tratamiento de conductos o endodoncia, extracción del diente, autotrasplante,
entre otras.
Fractura radicular
Es una fractura de la raíz, que involucra la dentina, cemento y pulpa, y puede ser horizontal,
oblicua o una combinación de ambas.
El odontólogo realizará una evaluación radiográfica utilizando diferentes angulaciones. El CBCT
puede ser necesario pues proporciona información sobre la localización, extensión y dirección de
la fractura.  El fragmento coronal puede estar desplazado o con movilidad, por lo que deber ser
reposicionado y ferulizado lo antes posible. El estado de la pulpa se monitorizará durante un año,
ya que se puede desarrollar necrosis e infección, generalmente en el fragmento coronal.
Lesiones de los tejidos de soporte
Los traumatismos pueden afectar a los tejidos de soporte del diente, es decir, aquellos que
mantienen el diente en su alveolo: el cemento radicular, el ligamento periodontal, el hueso
alveolar y la encía. Estas lesiones se clasifican en las siguientes:
Concusión
Es una lesión de los tejidos de sostén del diente, sin llegar a producir desplazamiento ni movilidad
dentaria. Sin embargo, el diente muestra dolor a la masticación.
No requiere tratamiento, pero sí revisar el estado de la pulpa durante un año.
Subluxación
Es una lesión de los tejidos de sostén del diente con incremento de la movilidad, pero sin
desplazamiento del diente. El diente presenta dolor al tocarlo o percutirlo ligeramente, y puede
tener sangrado gingival. La apariencia radiográfica es normal. La mayoría de los casos no
requieren tratamiento, únicamente la observación durante un año. En ocasiones el odontólogo le
realizará una ferulización flexible durante dos semanas sobre todo si el diente tiene mucha
movilidad o duele al ocluir.
Luxación extrusiva
Lesión que produce un desplazamiento parcial del diente fuera del alveolo en dirección axial.
El diente estará elongado respecto a los dientes vecinos y tendrá movilidad. Probablemente no
tendrá respuesta a las pruebas de sensibilidad. Cuanto mayor es el grado de extrusión mayor es
la probabilidad de que el paquete vasculo-nervioso se haya seccionado.
El tratamiento de urgencia consistirá en la reposición del diente presionándolo al interior del
alveolo y su posterior ferulización. En las revisiones el odontólogo realizará la monitorización el
estado pulpar. Si la pulpa se necrosa (necrosis pulpar), estará indicado el tratamiento pulpar de
acuerdo al estadio de desarrollo radicular.
Luxación lateral
Desplazamiento del diente en dirección no axial, generalmente asociado a una fractura ósea o
compresión de las paredes del alveolo o de la cortical. Normalmente el diente se desplaza en
dirección vestíbulo/palatino. El diente está inmóvil al estar su ápice trabado por la fractura ósea. El
tratamiento consistirá en la reposición del diente y su ferulización. Se requiere un periodo de
ferulización mayor porque la fractura del hueso alveolar necesita mayor tiempo para su
cicatrización. Debe monitorizarse el estado de la pulpa y realizar la evaluación endodóntica. Es
muy probable la necrosis pulpar, por lo que será necesario el tratamiento de conductos. En
dientes con ápice inmaduro puede ocurrir la revascularización.
Luxación intrusiva
Desplazamiento del diente hacia apical, dentro del hueso alveolar.
En un primer momento hay que permitir la re-erupción espontánea del diente. En los casos en los
que el diente no vuelve a su posición, el tratamiento indicado es la extrusión ortodóncica o
quirúrgica. En dientes con ápice cerrado, cuando el grado de intrusión es mayor (> 3 mm) la
reposición quirúrgica está indicada. En dientes inmaduros (con formación radicular completa) será
fundamental monitorizar el estado pulpar, pues en caso de necrosis o de reabsorción el
tratamiento de conductos debe realizarse lo antes posible. En dientes con ápice cerrado, el
tratamiento de conductos debe iniciarse a las dos semanas o tan pronto como la posición del
diente lo permita.
Avulsión
La avulsión dental es la salida por completo del diente del alveolo.
Es una de las lesiones dentales más serias y su pronóstico depende de las acciones que se lleven
a cabo en el momento de la lesión.3
El reimplante intencional o colocar el diente en su posición original inmediatamente tras el
accidente, es el mejor tratamiento que se puede realizar. Para que el pronóstico sea favorable,
hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones.

 Comprobar que es un diente definitivo, ya que los dientes temporales, o de “leche” no se


reimplantan.
 Encontrar el diente y sujetarlo por la corona (no por la raíz). Si el diente está sucio, lavarlo
ligeramente sin frotar la raíz, con saliva del accidentado, suero o leche antes de reimplantarlo.

 Colocar el diente en su sitio dentro del alveolo y morder una gasa, servilleta o pañuelo para
mantenerlo en su lugar.
 Acudir de forma inmediata a un odontólogo.
 En casos en que no se puede reimplantar inmediatamente, hay que guardarlo en leche, suero o
saliva y acudir lo antes posible a un odontólogo. El agua no es un medio adecuado, pero es mejor
que dejar que se seque el diente.
El odontólogo realizará el tratamiento y los seguimientos de control que serán fundamentales.
Los dientes temporales no se pueden reimplantar.

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