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1. Antecedentes Históricos.

(ESTA PARTE SE LEE COMO EXTRAIDO DEL


TEXTO)para la correcciòne

No confundir citar con la fuentes

todo lo copiado con rojo y lo que nosotras escribamos en negro

paradigmático es cuando uno sustituye modelo piyama o beibidor

sintacmatico

chosnky hablaba de dos modelos del lenguaje

EL SISTEMA DEWEY EJ. 1- 1.1-

En el siglo V a. C (hacia el año 450) Corax de Siracusa diseño un sistema de


comunicación para expresarse en público ante la asamblea política y tribunales de
justicia, con fines persuasivos considerando el primer tratado de Retórica. Esto
debido a los conflictos ocasionados con la expropiación de tierras pertenecientes a
los ciudadanos, planteándose así que la retórica no está vinculado a lo literario
sino a lo judicial y estrechamente a lo político. La retórica de Córax es una
retórica del sintagma, del discurso y no del rasgo, de las figuras, expone las cinco
grandes partes de la oratio que durante siglos formarán el “plan” del discurso
oratorio:
1) el exordio;
2) la narración o acción, o relación de los hechos;
3) la argumentación o prueba, o demostración;
4) la digresión
5) el epílogo.
Con el primer libro Europeo La Ilíada, surgió el primer mercado del libro en Atenas,
provocando la lectura masiva de Homero, convirtiéndose en el primer libro de
texto. Los atenienses aprendieron a leer todas sus lecturas en voz alta y a escribir
y preparar discursos y cartas.

Los sofistas revolucionaron toda esta costumbre ya consagrada, al introducir el


pensamiento como cultura para orientar la vida de los hombres antes de cualquier
autoridad consagrada. Por primera vez en occidente el pensamiento paso a ser
ante cualquier cosa formar personas autónomas que pudiesen intervenir en los
asuntos públicos mediante el discurso y ante todo lo que tuviese sentido y vigencia
para ellos, a lo que llamaron cultura filosófica y formación en las normas de la
elocuencia (Hegel 1985, tomo 11 pág., 13).

Se sustituye a los poetas y adivinos por las actividades del pensamiento y el


razonamiento profundo del conocimiento ademá
PREGUNTAS PARA LA ENTREVISTA A LOS ESTUDIANTES DE

¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrentas a la hora de una disertación?

En de su expresión. El orador ateniense sube siempre a la tribuna con la


invocación de los dioses y de los héroes que moran en el país. Los oradores
repiten a cada momento “La diosa así lo ordena” esto para que prevalecieran sus
criterios (1965, pág., 266).
Es así entonces como este grupo de hombres cultos, creativos y llenos de
iniciativa, se transforman en solidos oradores, verdaderos pensadores sociales,
ofrecen sus servicios e imparten sus enseñanzas a cambio de un honorario. Con
gran capacidad dominan y recrean todo el saber de su época, interpretan las
grandes obras de los poetas helénicos, establecen algunas distinciones conforme
a la nueva gramática apenas fundada y se plantean la génesis del conocimiento.
El saber estaba destinado a desenvolverse en la vida pública con la retórica. O
sea que los sofistas son maestros de la elocuencia (Hegel 1985, tomo II, pág., 14).

La retórica no es una materia más de estudio sino la más importante. Esto


convirtió a los sofistas en representantes de la profesión más apreciada.

La elocuencia, (del latín eloquentiene) es la capacidad de expresarse en público


de forma fluida, elegante y persuasiva. Es una manera de expresar emociones de
tal forma que produce convicción o persuasión en el oyente, mediante la lengua
hablada o escrita, de una forma llamativa y apropiada.
El concepto de elocuencia surgió en la antigua Grecia. En la mitología
griega, Calíope (una de las nueve hijas de Zeus y Mnemósine) era la musa de
la poesía épica y la elocuencia. Así mismo, la elocuencia era considerada la forma
más elevada de la política por los antiguos griegos.
El término "elocuencia" proviene de la raíz latina loqu o loc que significa "hablar".
Así, ser elocuente es tener la capacidad de comprender y ordenar el idioma de tal
manera que sea empleado de forma agradable y con gran poder de persuasión
2.-Simbología
Se representaba a veces la elocuencia con una hermosa ninfa adornada
con guirnaldas y coronada de perlas, teniendo un cetro en la mano y en la otra un
libro abierto sobre el cual hay un reloj de arena. Otras veces se figura con una
respetuosa matrona. La cinta que le ciñe la frente indica su dominio sobre los
espíritus. El rayo y las flores que algunos ponen en una de sus manos demuestran
la fuerza de la razón y el encanto de la misma que emplea con igual suceso.
El caduceo, símbolo de la persuasión, yace a sus pies. Una columna rostral da la
idea de la tribuna de las arengas en la cual se ven escritos los nombres
de Demóstenes y de Cicerón. Algunas veces está armada de pies a cabeza
como Palas, y con uno de sus brazos arremangado hasta el codo arroja piedras,
emblema de una elocuencia austera y rápida.
La elocuencia poética se expresa con el símbolo de Orfeo cuyos sonidos
armoniosos traen y encadenan a sus pies a los animales más feroces. Cada
género de poesía tiene una elocuencia que le es propia. (Diccionario histórico
enciclopédico, p 245, 1833)
La retórica consistía en la técnica del buen decir, de encantar y seducir al auditorio
a través del discurso. Es una capacidad que surge de la aplicación de un saber y
no de un talento. Es una práctica basada en reglas generales y conocimientos
seguros. Aristóteles definió la retórica como la facultad de considerar
teoréticamente los medios posibles de persuadir o de pensar verosimilitud a
cualquier asunto (Retórica, I, 2, 1355 b).

3.-Críticas

Platón criticaba a los sofistas por su formalismo y sus trampas dialécticas,


pretendiendo enseñar la virtud y a ser hombre, cuando nadie desde un saber
puramente sectorial, como el del discurso retórico, puede arrogarse tal derecho.
La primera exigencia de esa areté era el dominio de las palabras para ser capaz
de persuadir a otros. «Poder convertir en sólidos y fuertes los argumentos más
débiles», dice Protágoras. Gorgias dice que con las palabras se puede envenenar
y embelesar. Se trata, pues, de adquirir el dominio de razonamientos engañosos.
El arte de la persuasión no está al servicio de la verdad sino de los intereses del
que habla. Llamaban a ese arte «conducción de almas». Platón dirá más tarde
que era «captura» de almas.
Según algunos autores, no eran, pues, propiamente filósofos. Para quienes son de
esa opinión, tenían sin embargo en común con los filósofos una actitud que sí
puede llamarse filosófica: el escepticismo y relativismo. No creían que el ser
humano fuese capaz de conocer una verdad válida para todos. Cada quien tiene
«su» verdad.
Por el contrario, hay quien sostiene que sí lo eran, y que las ácidas críticas
de Platón corresponden a una disputa por un mismo grupo de potenciales
discípulos y a sus diferencias políticas y filosóficas.
Aristóteles estudio el término “falacias” en sus refutaciones sofisticas e identifico y
clasificó trece clases de falacias : 1. Descalificación: desacreditar un argumento,
descalificando a la persona que lo fórmula   2. Apelar a la ignorancia (ad
ignorantiam): 3. Apelar a la autoridad: 4. Apelar a la misericordia

(ad misericordiam): 5. Apelar al temor (ad baculum): 6. Pregunta Compleja: 7.


Accidente y accidente inverso: Utilización incorrecta del los modos de
razonamientos deductivos e inductivos.8. Causa falsa (Non causa pro causa): 9.
Petición de principios (Petitio principi –tautología- circularidad): 10. Premisa
contradictoria (Ignorantio elenchi): 11. K. Equivoco: 12. Ambigüedad
(Anfibología): 13. Falsa analogía. ( Instituto Nacional “José Miguel Carrera”.
Lengua Castellana y Comunicación. Tercero Medio, Ramón Moraga).

En lógica, una falacia (del latín fallacia, ‘engaño’) es un argumento que


parece válido, pero no lo es. Hamblin, Charles Leonard (1970). Groarke, Leo,
«Informal Logic», en Edward N. Zalta (en inglés), Stanford Encyclopedia of
Philosophy (Spring 2013 Edition) Algunas falacias se
cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que
otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. En ocasiones las
falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, por lo que se debe poner mucha
atención para detectarlas.  Hansen, Hans Vilhelm (2002). «The Straw Thing of
Fallacy Theory: The Standard Definition of 'Fallacy'». Argumentation 16 (2):
pp. 133-155.
El que un argumento sea falaz no implica que sus premisas o su conclusión sean
falsas. Un argumento puede tener premisas y conclusión verdaderas y aún así ser
falaz. Lo que hace falaz a un argumento es la invalidez del argumento en sí. De
hecho, inferir que una proposición es falsa porque el argumento que la contiene
por conclusión es falaz es en sí una falacia conocida como argumento ad logicam.
Kenneth (2003). «Logical Fallacies in Psychology: 22 Types

Premisa

En lógica, una premisa es cada una de las proposiciones anteriores a


la conclusión de un argumento. (Introducción a la lógica. Buenos Aires: Eudeba,
2006) En un argumento válido, las premisas implican la conclusión, pero esto no
es necesario para que una proposición sea una premisa: lo único relevante es su
lugar en el argumento, no su rol. (Robert Audi, ed., «argumento») Al ser
proposiciones, las premisas siempre afirman o niegan algo y pueden
ser verdaderas o falsas.

Considérese el siguiente argumento:

1. O es martes o es miércoles.
2. Si es martes, entonces tengo que ir a trabajar.
3. Si es miércoles, tengo que ir a trabajar.
4. Por lo tanto, tengo que ir a trabajar.
En este argumento, las proposiciones 1, 2 y 3 son las premisas, y la proposición 4
es la conclusión. Un argumento puede tener cualquier número (en general finito)
de premisas, incluso 0 (en cuyo caso la conclusión suele ser un teorema y
una verdad lógica ( la introducción de Mates, Benson,1972 )
1. Todos los hombres tienen el cabello corto.
2. David es hombre.
3. Por lo tanto, David tiene el cabello corto.

Hay razonamientos de una premisa (hubo al menos un testigo o Juan lo vio todo),


y razonamientos con más de una premisa. Así sucede con
los silogismos ordinarios de dos premisas: una «premisa mayor» (que contiene el
término mayor, predicado de la conclusión) y una «premisa menor» (que contiene
el término menor, que hace de sujeto en la conclusión). Por ejemplo:
1. Todos los mamíferos son animales de sangre caliente. (Premisa mayor)
2. Todos los humanos son mamíferos. (Premisa menor)
3. Por tanto, todos los humanos son animales de sangre caliente. (Conclusión)

En los razonamientos inductivos, la conclusión se obtiene por generalización, a


partir de varias premisas particulares. Por ejemplo, a partir de una serie de
observaciones (el cobrees un metal y es buen conductor de la electricidad;
el hierro es un metal y es buen conductor de la electricidad, etc.) se concluye, por
inducción, que todos los metales son buenos conductores de la electricidad.

En ocasiones, para alcanzar la conclusión de un razonamiento es necesario


utilizar premisas subsidiarias, esto es, suponer más información de la que el
razonamiento contempla. Por ejemplo, partir de lo contrario de lo que se desea
demostrar. Si de dicho supuesto se deduce un absurdo, entonces se puede
afirmar la conclusión sin problemas. la premisa es la que toma en cuenta una
decisión y la vuelve más clara y superficial así se podrá tomar una decisión
adecuada.
Aristóteles, a mediados del siglo IV a.C., distinguió entre tres tipos de retórica
teniendo en cuenta el receptor del discurso y su posibilidad de reacción. Si el
auditorio ha de juzgar sobre hechos del pasado en el marco de un tribunal de
justicia, nos encontramos ante la retórica forense. Si el auditorio ha de juzgar
sobre hechos que han de suceder en el futuro en el ámbito de la asamblea
política, nos encontramos ante la retórica deliberativa. Y, finalmente, si el auditorio
asiste como espectador y no como juez que ha de tomar una decisión, nos
encontramos ante la retórica epidíctica, demostrativa o "de aparato.

En sus libros distingue tres tipos de persuasión, la basada en el orador, es decir,


aquella que surge de las cualidades propias del orador; aquella que proviene de
mover las emociones y pasiones de los oyentes; y la que se basa en la lógica, en
el intelecto y los argumentos.  (http://suite101.net/article/la-retorica-de-aristoteles-
a26342).

Por otra parte escribe dos tratados concernientes a los hechos del discurso la
Techné rhétoriké o retórica, que trata del arte de la comunicación cotidiana, del
discurso en público, con progresión del discurso de idea en idea; y la Techné
Poiétiké, o Poética, arte de la evocación imaginaria, donde la obra progresa de
imagen en imagen. La retórica aristotélica es una retórica del “buen sentido”, que
hoy llamaríamos de cultura de masas, donde reina lo verosímil aristotélico,
concebido como “lo que el público cree posible”

La téchne de la persuasión solo puede ser concebida en un contexto


interpersonal, unida a la capacidad de descubrir el momento adecuado en cada
situación para actuar e intervenir en el tiempo preciso de la conversación. A este
momento oportuno los griegos le llamaban el Kairós o según Gorgias en su
célebre dialogo el arte del momento oportuno, como una distinción central de su
concepción de la retórica.

En un texto de Gorgias sostiene que en el discurso reside un gran poder, dado


que con él podemos realizar las obras más divinas, por medio de la palabra, que
es su elemento más pequeño.

Platón, como siempre, engrandece y eleva su asunto conducido por el examen de


lo que realmente es y de lo que debe ser la retórica a consideraciones superiores
acerca de lo justo y lo injusto, de lo bello y de lo feo considerados en ellos mismos;
después de la impunidad y del castigo, y por lo último del bien, no sólo en los
discursos de un orado, sino en la vida entera. De estas alturas adonde le ha
llevado el buscar los principios que dominan y gobiernan el arte de persuadir, sabe
descender sin esfuerzo a todos los estados y a todas las acciones de la vida para
aplicar las verdades generales, y después de haber establecido de este modo y en
nombre de la razón su doctrina moral, invoca en su apoyo las tradiciones de los
pueblos transmitidas de siglo en siglo, bajo la forma de un mito de un sentido no
menos profundo que el de Fedón, tal es el plan general: he aquí la continuación de
la discusión.

Platón postulo que la mayoría de las personas viven en la ignorancia la mayor


parte del tiempo, y lo peor es que ni si quiera saben que son ignorantes. En su
texto la república explora cómo debería de ser una sociedad ideal. Por otra parte
agrega tener presente a quién se le presenta el discurso, lo que hace mención al
tipo de público al cual se dirige el orador, y se presenta la siguiente dicotomía:
Ignorantes v/s Instruidos.

La disputa entre filosofía y retórica se remonta en realidad a los tiempos de la


antigua Grecia, y más concretamente a la confrontación que entonces se dio entre
Isócrates y Platón. Ambos autores se oponían a la manipulación, la amoralidad y
la “charlatanería” en la que caían algunos sofistas en su búsqueda del éxito como
oradores, pero lo iban a hacer desde extremos diferentes. Si de un modo
preliminar nos fijamos en que tanto Isócrates como Platón escriben desde lo que
consideran filosofía, podremos comprender la separación entre retórica y filosofía
como un resultado posterior de este enfrentamiento, más que su causa. 

En Contra los sofistas, Isócrates echa en cara a los socráticos –o, como también
los llama, “los disputadores”– su ambición a la hora de prometer la obtención de la
verdad, de un conocimiento puro, sin tener en cuenta las consecuencias
omnipotentes de dichas promesas imposibles (Carlos Garcia Gual, Los temas
centrales del Gorgias, del Fedón y de El Banquete, 41, Madrid 2007).

En otro sentido, Isócrates ligará la verdad a la experiencia política práctica, a la


contingencia y el kairós, al sentido común y a la fácil comprensión. Se alejaría por
tanto de las aspiraciones de objetividad y del modelo dialéctico, a su entender
demasiado formal y teórico, abstruso y a menudo confuso en sus términos. En
realidad, para Isócrates la abstracta filosofía platónica no atiende a la complejidad
de la vida, pues para Platón todo es tan simple como encontrar los significados
“correctos”, los cuales se supone que “existen en el mundo, a la espera de que los
reconozcamos, y de que encontremos la manera de expresarlos”. 

Para evitar que sus propuestas desembocaran en la falsa opinión relativista, como
nos muestra Werner Jaeger, Isócrates trató de encontrar un sustento ético, “una
línea intermedia entre la indiferencia moral de la educación retórica anterior y el
criterio platónico consistente en reducir la política a ética, y que prácticamente nos
volvería de espaldas a toda política”. Sobre el carácter ético, Isócrates nos indica
que no es transmisible, no se puede inyectar; resulta indispensable poseer
aptitudes naturales para él. Sí que se puede fomentar la virtud, así como
ejercitarla desde el cultivo del discurso político (logoi politikoi) y desde el cuidado
de la vida práctica. La ética además es una tarea plenamente filosófica, pues para
Isócrates esta última incluye todas las modalidades que contribuyen a la formación
general del espíritu. 

Aristóteles por su parte, a partir de su obra sobre Retórica, supondría para algunos
una mediación en esta querella; otros sin embargo creen que dicho tratado sitúa
las bases para comprender una phrónesis más amplia a partir de la retórica.
Efectivamente, Aristóteles trata de quitar el estigma de la persuasión a la retórica
cuando afirma “que su objeto no es persuadir, sino ver los argumentos propios de
cada asunto”. Y sin embargo, no le otorga una posición entre las virtudes del alma.
Ni a ella ni a “su contrapartida”, la dialéctica, le otorgará rango de ciencias. Serán
así meras facultades para proporcionar razones: la una para considerar lo
convincente, la otra para llevar adelante un razonamiento lógico. 

En el relato de esta vieja disputa, por tanto, Isócrates resulta casi un punto de
partida, pues la línea que le une a Marco Tulio Cicerón y Marco Fabio Quintiliano
es la que posteriormente recuperará el humanismo del Renacimiento y, más
adelante, autores como Giambattista Vico. Para Stanley Fish ésta es la línea de la
retórica que se rebelará frente a la filosofía platónica y sus continuadores. En este
mismo sentido se expresa Hans G. Gadamer: “Se repitió en la época del
Renacimiento un debate similar al que se había producido en la antigüedad clásica
entre retórica y filosofía. Pero ya no fue tanto la filosofía, sino la ciencia moderna y
la correspondiente lógica de juicio, conclusión y demostración la que cuestionó los
derechos y la validez de la retórica y con el tiempo salió victoriosa”

Quintiliano trató con tanto acierto de la oratoria, que su autoridad en este punto es
decisiva y corre pareja con la del mismo Cicerón: y con tanta dignidad, y tan de
propósito (en lo que tal vez le saca alguna ventaja), que de los preceptos que
prescribe para formar un orador perfecto, claramente se colige que el que aspire a
serlo debe estar abastecido del conocimiento de todas las ciencias.
Las Instituciones de Quintiliano son como un lienzo, donde con los colores más
vivos retrata al orador, no como vulgarmente se le concibe, sino con toda la
perfección  de que es capaz. Desvaneciendo la idea común de que el oficio del
orador sólo se reduce a hablar en público, ayudado de ciertas reglas pueriles, nos
le pinta tan recomendable por su ciencia y conducta, que no menos triunfe del
corazón humano por la persuasiva de las costumbres, que por el nervio de las
razones. Miradas por este lado, hallamos en ellas una cosa que, cierto, arrebata la
admiración de cualquiera; al ver que un hombre nacido en el seno del paganismo
prescriba reglas tan acertadas, que no menos cuadran al que ha de ocupar
dignamente la cátedra del Espíritu Santo, que al que ha de manejar con loa la
elocuencia en las causas forenses. Los primeros hallarán en Quintiliano unos
preceptos tan ajustados para el desempeño de tan alto ministerio, como si para
ellos solos se enderezasen: lo que no tendrá reparo en conceder el que vaya
careando la doctrina de nuestro paisano con la del padre de la elocuencia
española fray Luis de Granada en su Retórica eclesiástica. Por lo que hace a los
abogados, ocioso parece el decirles que no pueden ejercer la oratoria forense sin
la doctrina de tan sabio maestro: puesto caso que para ellos principalmente
encaminó sus preceptos.

Quintiliano, como que tenía bastante práctica en las contiendas del foro, hace ver
cuánto se distingue el abogado perfecto del mediano; el que posee una elocuencia
nerviosa y varonil del que va fiado en una retórica pueril, y que no pasa de la
corteza de las palabras; el que defiende al reo con cierta no mal fundada
esperanza de enseñorearse del corazón del juez, del que fría y secamente hace
su oficio, granjeándole su misma ineptitud el desprecio y la risa; finalmente, el que
sabe valerse de las riquezas del arte para vencer con una fuerza irresistible la
repugnancia de la humana voluntad, del que por falta de caudal no puede sacar a
salvo al reo, si ya no empeora la causa. Y como en estos choques de los
tribunales es donde más campa y luce la destreza del abogado (tratándose, no ya
de un asunto político, no del mejor acierto en una deliberación, sino de los
intereses, honor y vida de un hombre), por tanto Quintiliano adiestra y provee,
digamos así, de todo género de armas defensivas y ofensivas a su orador, no para
un lance solo, sino para cuantos son imaginables; y a la manera que un astuto
general, desviándose tal vez de la especulativa de la táctica militar, ordena su
gente según las circunstancias que le rodean para salir con la victoria, así nuestro
insigne maestro advierte al abogado los lances en que, con alabanza suya y
utilidad del reo, debe apartarse de los preceptos del arte, disimular el artificio y
caminar con cierta sencillez, que teniendo tanto más de astucia cuanto menos lo
aparenta, le conduce al vencimiento por los mismos pasos que al parecer le
apartan del fin principal.

Para esto no solamente se vale de las observaciones y práctica de los más hábiles
oradores y abogados griegos y romanos acomodadas a todos los géneros de
elocuencia, sino de innumerables lances y ejemplos particulares: haciendo ver
cómo se manejaron para vencer dificultades insuperables; cuándo negaban el
hecho sobre que se litigaba; cuándo lo confesaban llanamente, pero con mayor
ventaja; cuándo convenían con el contrario en ciertas menudencias, para merecer
el crédito del juez en el punto cardinal de la causa; cuándo combatían 
abiertamente al adversario, y cuándo con estratagemas y medios disimulados;
cuándo manifestaban cierta flaqueza y falta de fuerzas para hacer más odiosa la
prepotencia y presunción de la parte contraria, y cuándo asestaban contra ella
toda la artillería de la oratoria; finalmente, cuándo convenía usar de cierto disimulo
con aquélla, y cuándo manifestar que calaban sus más secretas intenciones.

Esto se llama elocuencia: en esto la pone Quintiliano, y en todo aquello que en


cualquier asunto que trate el orador, contribuye para persuadir sin resistencia; no
en los preceptillos de escuela y de las retóricas vulgares, tolerables solamente en
los jovencitos, cuyos estómagos no pueden llevar tan grueso manjar ni digerir tan
sólida doctrina como los robustos y varoniles. Esto le movió a Quintiliano a escribir
susInstituciones, fruto de veinte años de enseñanza y muchos de práctica: el ver
que la elocuencia, habiendo degenerado no poco de su antiguo vigor y brío, iba
tomando un aire de puerilidad, afeminación y locuacidad impertinente. Pensaban
muchos que el buen decir consistía en ciertos conceptillos, agudezas, retruécanos,
juguetes de palabras y flores del lenguaje; veían que semejantes pueriles adornos
y pensamientos, que no pasaban de la corteza, no sólo caían en gracia a muchos
destituidos del buen paladar para discernir entre el mucho hablar y bien decir, sino
que merecían los aplausos en tanto grado que ya se tenían por bellezas del arte lo
que en tiempo de Augusto ni aun en los principiantes hubiera sido tolerable.
Porque cuando llega a corromperse el gusto en una facultad (cualquiera que sea),
sucede poco menos   que con los estómagos estragados, que para nada tienen
más despierto el apetito que para lo que les daña. Animó a muchos este buen
suceso para llevar adelante su corrompido sistema. Formose en poco tiempo una
como secta de corrompedores de la verdadera elocuencia, mancomunándose, al
parecer, para destruirla del todo.

Lo hubieran logrado muy a su placer, según el séquito que tenían, y según esta
facultad se hallaba ya debilitada y sin fuerzas; pero prevaleció la razón contra el
error, como es justo que así suceda. Y si bien Séneca, español, fue, como quiere
Rollin, el corifeo de esta corrompida escuela, tenemos la gloria de que otro
español (disputen lo que quieran en este punto los extranjeros), manteniendo los
fueros de la elocuencia, no sólo la libró de su total ruina, sino que resarció muy
cumplidamente los daños que había recibido. Así fue: levantó la cabeza por los
esfuerzos de Quintiliano, respiró y logró por fin, valiéndose de sus armas
naturales, enseñorearse de sus mismos enemigos. (Instituciones oratorias, tomo
II, Ignacio Rodríguez y Pedro Sander, 1887)

En la actualidad es difícil imaginar una cultura que valore tanto su idioma. Sin
embargo en el contexto de una cultura oral los griegos sentían un fuerte orgullo
por su lengua, la que marcaba la diferencia respecto a los animales y los pueblos
bárbaros. Manejar bien el idioma, hacer sutiles distinciones, razonar con
propiedad, elaborar y pronunciar hermosos discursos, no eran desde luego cosas
triviales, pasaron a ser una parte esencial de la paideia griega.

La posibilidad que la elocuencia pudiera ser desarrollada intencionadamente por


los sofistas, según Jacob Burckhardt, tiene su base en los hábitos de un pueblo
todavía poco acostumbrado a leer, pero deseoso de oír, que participaba
activamente en las asambleas y los tribunales, (1965, pág., 434). Todo esto en un
periodo como afirma Jaeger, en que la “palabra no tenía el sentido puramente
formal que tuvo más tarde, sino que abrazaba el contenido mismo”, (1967, pág.,
267).

Los sofistas fueron más que una educación por y para el pensamiento, más bien
elaboraron una serie de conceptos en favor de la sociedad para que todos
pudiesen ejercer la educación ante la moral y las costumbres del hogar y la
familia. Además contemplaron por medio de una fábula de los dioses, se
construye una realidad que solo puede ser alcanzada por el acuerdo. No es la
sabiduría divina o la vocación natural del hombre la que crea la arquitectura, y el
soporte que da vida a la comunidad sino que todo es obra del pensamiento.

Es preciso que todos se persuadan de que estas virtudes no son un presente de la


naturaleza, ni un resultado del azar, sino fruto de reflexiones y de preceptos, que
constituyen una ciencia que puede ser enseñada, que es lo que ahora me
propongo demostrar, (323 c).

Protágoras no se limitó a hacer un buen discurso con estas ideas, sabemos que
Pericles le confió la tarea de redactar una constitución para la colonia de Turios,
recién creada en el sur de Italia. En ella el sofista definió una democracia que
garantizaba la existencia y permanencia de la clase media, mediante un límite que
establecía una extensión máxima en la propiedad de la tierra. Sin embargo el
aspecto de esa constitución fue la incorporación de un nuevo concepto de
responsabilidad social en la educación. La carta fundamental creada por
Protágoras, establecía la instrucción escolar obligatoria para todos los hijos de los
ciudadanos, financiada enteramente con cargo al estado, (Nestle, 1987, cap., IX).

El joven Fedro comenta a Sócrates, en el dialogo del mismo nombre, que ha oído,
decir que no es necesario al futuro orador conocer los que es justo, sino lo que
parece justo a los demás. Así como tampoco se requiere saber lo que es
realimente útil o bueno, sino lo que aparecerá como tal, pues en último término la
persuasión reside en la verosimilitud y no en la verdad, (Fedro, 260 a).

Decir que sobre cada tema hay viabilidad de varias propuestas, aun en perfecta
antítesis, cabe renunciar a cualquier criterio de objetividad abriendo un espacio a
la comunicación y a la libertad del pensamiento. Quizás esta es una de las claves
de la fuerza persuasiva del discurso de los sofistas.

Trabajo de un sofista desconocido escrito en lenguaje dórico, proporciona un


bosquejo de un notable método consistente en considerar las cosas por ambos
lados, ya sea para defenderlas o para atacarlas. Se divide en cinco capítulos que
se titulan: “Sobre el bien y el mal, “Sobre lo bello y lo feo”, “Sobre lo justo y lo
injusto”, “Sobre lo verdadero y lo falso”, “Sobre la sabiduría y la virtud, si pueden
enseñarse”, (Llanos, 1968, pág. 330).

No es posible el conocimiento sin relación a un sujeto que conoce. “La verdad


acontece a una idea” decía James, (1967, pág.168). Una idea es verdadera
cuando puede ser asimilada y validada en un sistema de realidades humanas.
“Un nombre nuevo para viejos modos de pensar” (Libro el pragmatismo, James).

Nestle reconoce la influencia de Protágoras en el pensamiento de trágico de


Eurípides cuando dice: “Si lo bueno y lo prudente fueran lo mismo para todo el
mundo, no habría ningún litigio en este mundo. Pero lo único que coincide y es
igual entre los hombres son las palabras. Lo pensado es diverso” (1987, pág. 118).

1.1. La oratoria en la educación.

La oratoria es el arte de hablar bien, de la expresión oral a través la persuasión y


la elocuencia. Es transmitir de forma coherente los conocimientos, las ideas y la
enseñanza que queremos entregar hacía nuestro público hambriento de
conocimientos.

La oratoria ha sido desde tiempos inmemorables, la validación del lenguaje, del


valor y orgullo de la lengua oral para expresar y transmitir enseñanzas con toda la
cultura de los pueblos, ciudades y/o países.

La oratoria ha sido la herramienta y puente para enfrentar los discursos, para la


expresión del lenguaje oral con la característica de persuadir por propia voluntad
al público. Con el encantamiento del lenguaje en la expresión de ideas la
elocuencia circula entre la argumentación del locutor, siempre con el propósito de
cautivar a con la enseñanza a través del enriquecimiento de la lengua en su total
expresión. El dialogo por consecuencia es en definición un proceso persuasivo y
educativo. No existe en él nada que se parezca a la imposición o a la amenaza.
Por el contrario, el diálogo evoluciona en la medida en que los interlocutores se
dejan seducir por los argumentos, acogiendo determinadas propuestas o admiten
algún tipo de contradicción.
¿QUIEN ES UN BUEN ORADOR?

El buen orador es:

1. El que informa bien. Informar, del latín informâre, significa enterar. Dar forma
sustancial a algo.

2. Argumenta sólidamente. Argumentar, del latin argumentâre, argüir sacar en claro,


descubrir, probar. Aducir, alegar, poner argumentos. Disputar, discutir, impugnar una
opinión ajena.

Sólidamente, con solidez, con razones verdaderas y firmes.

3. Hace presente las fuentes que utiliza, fuente, del latin. fons, -ntis, manantial de
agua que brota de la tierra. Principio, fundamento u origen de algo.

4. Trasmite credibilidad, confianza. Con ello logra ganarse el respeto de la audiencia.

Por el contrario, NO PUEDE considerarse BUEN ORADOR a quién sabe hacer citas,
recita poesía, mueve las manos o alza la voz, Pero,

1.- Mentir, del latín mentîri, decir o manifestar lo contrario de lo que se sabe, cree o
piensa. Inducir a error, mentir a alguien los indicios, las esperanzas. Fingir,aparentar.

2.- Manipula: manipular, del latin manipûlus. Operar con las manos o con cualquier
instrumento. Intervenir con medios hábiles y, a veces, arteros, en la política, en el
mercado, en la información, etc., con distorsión de la verdad o la justicia.

3. Elude expresar sus puntos de vista verdaderos. Esto es, evita informar de sus
intenciones reales.

Entre los oradores más destacados encontramos a Demóstenes (en griego,


Δημοσθένης: Dēmosthénēs) fue uno de los oradores más relevantes de la historia
y un importante políticoateniense. Nació en Atenas, en el año 384 a. C. y falleció
en Calauria, en el año 322 a. C.
Sus dotes de oratoria constituyen la última expresión significativa de las proezas
intelectuales atenienses, y permiten el acceso a los detalles de la política y la
cultura de la Antigua Grecia durante el siglo IV a. C. Demóstenes
aprendió retórica mediante el estudio de los discursos de oradores anteriores.
Pronunció sus primeros discursos judiciales a los veinte años de edad, cuando
reclamó a sus tutores que le entregaran la totalidad de su herencia. Durante un
tiempo, Demóstenes se ganó la vida como escritor profesional de discursos
judiciales y como abogado, redactando textos para su uso en pleitos entre
particulares.
Demóstenes se interesó por la política durante esa época, y fue en
el 354 a. C. cuando dio sus primeros discursos políticos en público. Dedicó sus
años de plenitud física e intelectual a oponerse a la expansión del reino de
Macedonia. Idealizaba a su ciudad y luchaba por restaurar la supremacía
ateniense y motivar a sus compatriotas para oponerse a Filipo II de Macedonia.
Buscó preservar la libertad de Atenas y establecer una alianza contra Macedonia
en un intento sin éxito de impedir los planes de Filipo de expandir su influencia
hacia el sur, conquistando las ciudades-estado griegas. Dos años antes de la
muerte de Filipo, Demóstenes tuvo un papel capital en el levantamiento
de Atenas y Tebas contra el rey macedonio y su hijo, Alejandro III, en la batalla de
Queronea, si bien sus esfuerzos no tuvieron éxito cuando la revuelta se encontró
con una enérgica reacción macedonia. Más aún: para prevenir una revuelta similar
contra su propio líder, el sucesor de Alejandro, el diádoco Antípatro, envió a sus
hombres para que acabaran con Demóstenes. Demóstenes, sin embargo, se
suicidó con el fin de evitar caer en manos de Arquias, confidente de Antípatro.

El llamado Canon Alejandrino, compilado por Aristófanes de Bizancio y Aristarco


de Samotracia, reconoce a Demóstenes como uno de los 10
mayores logógrafos y oradores áticos. Según Longino, Demóstenes "perfeccionó
al máximo el tono del discurso idealista, pasional, abundante, preparado, rápido".
(Longino, De lo sublime, 34.4) Cicerón le aclamó como "el orador perfecto" al que
no le faltaba nada y Quintiliano le alabó dirigiéndose a él como "lex orandi" ("la
norma de la oratoria") y diciendo de él que "inter omnes unus excellat" ("se
encuentra solo entre el resto de oradores"). (Cicero, Brutus, 35
Quintilliano, Instituciones, X, 1, 6 and 76)
Cuando era niño, Demóstenes tenía un defecto de elocución en el habla
(Demosthenes», Encyclopaedia Britannica), 2002 llevó a cabo un estricto
programa para superar esas deficiencias y mejorar su locución. Trabajó la dicción,
su voz y sus gestos (Plutarco, Demóstenes, 6–7) hasta el punto que su ahínco y
su devoción se volvieron proverbiales. Sin embargo, no se sabe con certeza si
estos relatos son verdaderos hechos de la vida de Demóstenes o meras
anécdotas utilizadas para ilustrar su perseverancia y determinación.
(
Demosthenes», Encyclopaedia The Helios, 1952)
Algunos ciudadanos, sin embargo, sí que se dieron cuenta de su talento. La
primera vez que abandonó apesadumbrado la Ekklesía (la asamblea ateniense),
un anciano llamado Eunomo le animó diciendo que su dicción era muy parecida a
la de Pericles. En otra ocasión, después de que la Ekklesía se negase a
escucharle y mientras marchaba a casa habiendo sido rechazado, un actor
llamado Sátiro le siguió y le entretuvo en una amistosa conversación.
(Plutarco, Demóstenes, 7).
Esquines (en griego, Αἰσχίνης) fue un político y orador ateniense nacido
en Atenas en 389 a. C. y muerto en Samos en 314 a. C.Fue uno de los
diez oradores áticos. Esquines fue un duro rival de Demóstenes, al que se
enfrentó política y judicialmente. Esquines representaba la facción pro-macedonia
de Atenas, mientras que Demóstenes reclamaba la guerra contra Filipo II.
Dentro de los sofistas se distingue Protágoras (completar, ver documento)

Uno de los grandes oradores del siglo XX fue Winston Churchill, de. Se afirma
que él es tan citado como Shakespeare, por la profundidad, la pasión y el humor
que esgrimía en sus discursos. Churchill se dio cuenta de la relación entre
lenguaje y liderazgo en su juventud. Escribió un tratado sobre oratoria, llamado
The Scaffolding of Rhetoric (El andamiaje de la retórica), publicado después de su
muerte, aunque fue escrito a los 23 años, en el que afirma que «de todos los
talentos concedidos al hombre, ninguno es más preciado que el don de la
oratoria. Quien lo detente, esgrime un poder más perdurable que el de un gran
rey». En este texto, Churchill describió cinco elementos que debían utilizarse
para preparar un buen discurso, aunque yo creo que pueden distinguirse seis.
Veamos en rápida síntesis, cada uno de ellos:

1. Estilo. Para él «no hay elemento más importante en la técnica de la retórica


que el uso permanente de la mejor palabra posible». Por ello, es esencial disponer
de un vocabulario variado y amplio.

2. Ritmo. Este se basa en el «equilibrio particular» entre las frases, el cual da


como resultado una cadencia más cercana al verso blanco, composición cuyos
versos no riman entre sí, que a la prosa. El gran estadista británico, acostumbraba
a dictar sus discursos y los pronunciaba una y otra vez, para apreciar su cadencia.

MANUAL DE RETORICA, ORATORIA Y LIDERAZGO DEMOCRATICO

3. Argumentos. Churchill acumulaba argumentos, refiriéndose a hechos que


sustentaban una conclusión lógica. Tenía la convicción que escribir era
comparable a la tarea de construir edificios: «Hay que sentar las bases y juntar
datos; las premisas deben soportar el peso de las conclusiones».

4. Analogías. Consideraba a las analogías como una de las armas más


formidables de un retórico», según expresa en su obra sobre este tema. Sus
discursos alentando al pueblo inglés en horas muy dramáticas estaban llenas de
ellas: «La muerte y la congoja serán nuestros compañeros de viaje; las penurias,
nuestras vestimentas; la perseverancia y el valor, nuestro único escudo. Nuestras
cualidades y nuestros actos deben arder y brillar en la penumbra de Europa hasta
que se conviertan en la verdadera luz de su salvación».

5. Extravagancia. Churchill sostiene que los comunicadores necesitan un toque


de «extravagancia salvaje». Por eso, su vocabulario y forma de armar las frases
era particular y llamativo. La sexta característica que él le agregaba, en mi opinión,
era el vínculo afectivo entre el orador y el auditorio. La audiencia y el disertante
deben involucrarse emocionalmente. Para que los oyentes lloren es necesario que
el disertante sienta el dolor; para despertar la indignación, hay que transmitir la ira.
El hábil empleo de las herramientas básicas de la retórica, explican el vigor y
llegada de la oratoria de Churchill. Pero todo eso llevaba tiempo.

Entre algunos más actuales encontramos a Fernando Fernández-Savater


Martín (San Sebastián, 21 de junio de 1947) es un filósofo, activista y
prolífico escritor español. Novelista y autor dramático, destaca en el campo
del ensayo y el artículo periodístico. Sus obras han sido distinguidas con
numerosos premios.

A nivel nacional (…)

CONDICIONES PARA APRENDER ORATORIA


1º.Estar dispuestos a decir lo que se cree

El mayor capital de una persona no es el de hablar bien, sino ser capaz de


generar confianza y credibilidad. Se respeta, en general, a quién expone lo que
cree, aunque se esté en desacuerdo con él. «Las mentiras tienen piernas cortas «
y « más pronto se pilla a un mentiroso que a un ladrón» son frases hechas pero no
por ello menos certeras. Utilizar la mentira para obtener un éxito inmediato puede
transformarse en un lastre que impida el desarrollo futuro de una persona. Por ello
es esencial sentirse exigido a decir lo que se piensa y se actúe en consecuencia.
Un pueblo culto no acepta el mensaje Haz lo que digo y no lo que hago.

2º.Tener ganas de aprender y ser perseverante


Muchas cosas se pueden aprender sin que nos agrade, lo que hace que todo
cueste más. Ser FUNCIONARIO PUBLICO O PROFESIONAL, por ejemplo,
muchas veces implica una vocación de servicio, no sólo un medio de ganarse la
vida. Se debe intentar ser el mejor en esta misión, incrementando su propio
potencial de comunicación, asumiendo la tareas de formación y preparación con
alegría y entusiasmo.

Para comunicar bien, es necesario pronunciar bien, aprender más vocabulario.


Leer diarios, libros, revistas, manuales, poemas e informes. se puede convertir en
una práctica motivadora, si se recuerda siempre que el orador debe cooperar para
elevar el nivel del debate en que participa. Es necesario evitar actitudes
provocativas o utilizar conceptos que afecten el clima de todo dialogo o debate.

NO OLVIDAR:

• Pensar en los temas que se debaten

• Estudiarlos

• Elegir otros que ayuden a ampliar la visión.

• Hablar con los que saben menos:

Una persona que ocupa una posición relevante o de dirigente debe estar siempre
disponible para dialogar.

3º.Hablar solo de lo que se sabe.

Es uno de los requisitos más difíciles. No hay que hablar siempre para que se note
cuando uno está, ya que esta actitud» figurativa» puede transformarse en un
factor negativo, por cuanto es fácil reconocer a estas personas porque no tienen
nada que trasmitir, repiten casi siempre lo mismo , lo que se contrasta fácilmente
frente a otra persona que sí se ha informado y preparado.

4º. Tener confianza en sí mismo.

Cumplidas las etapas anteriores, se puede estar más seguro cuando llegue el
momento de comunicar sus ideas. Saber que uno ha estudiado ayuda a enfrentar
el natural nerviosismo que hablar en público genera.

Por cierto no hay garantía que uno podrá controlar todos los nervios.

Sensaciones que percibirán: Retorcijones de estómago, la boca se pondrá seca,


las manos traspirarán y sentirá el impulso de arrancar, etc.

• Pero lo podrán superar si recuerdan que eso le pasa a los más grandes
oradores y que Ustedes están preparados para el desafío.

• Por cierto que ayuda ir antes al baño, tener agua para enfrentar la sequedad de
la boca, disponer de un esquema o un texto del discurso que se aprestan a dar.

5 . Practicar, practicar y practicar.

Es muy común sostener que nadar se aprende nadando, pero debe tenerse en
cuenta que a hablar se aprende:

• Meditando, leyendo, escuchando y hablando.

Aprender palabras nuevas, pero no aisladas, es muy eficiente ya que cambian de


sentido en otro contexto y pueden facilitar el cometer errores. Es indispensable
consultar el diccionario, leer las palabras en silencio primero y luego en voz alta y
escucharlas. Esta trilogía es esencial, ya que utiliza todas los tipos de memoria.
Debe recordarse que hay expresiones con significado especial en determinadas
áreas del conocimiento. Si además, pretende emplear palabras en otros idiomas,
preocúpese de pronunciar bien y conocer su significado.

• Graben lo que quieran decir. Así podrán corregir errores de pronunciación y se


acostumbrarán a escuchar su propia voz que tiene un sonido distinto

• Párense frente a un espejo: observen la ropa que van a usar y su presentación


personal. Es importante sentirse cómodos, confiados, seguros, también en este
aspecto. Winston Churchill practicaba de este modo.

• Cuidado con las cremalleras, los botones, las enaguas largas o las faldas
cortas

• Practiquen que hacer con las manos. Descartemos amputarlas, así que mejor
las usamos para tener un esquema, tomar los lentes o las hojas con el texto.

• Practicar puede ser entretenido. Inténtenlo con alguien que tenga la misma
motivación, así podrán corregir, entre otras cosas, las muletillas. Esto es, las eeee,
aaahhh, u otras palabras que se repiten inconscientemente.

RECOMENDACIONES DE UN EXPERTO EN EL HABLAR.

Dale Carnegie, un norteamericano que se hizo conocido por sus cursos de oratoria
y por sus libros, ha señalado algunas características que deben tenerse en cuenta:

1. Cada vez que hablamos, determinamos la actitud de nuestros oyentes hacia


lo que decirnos. Si nos sentirnos lánguidos, ellos se sentirán lánguidos. Si nos
mostramos poco interesados, ellos se mostrarán poco interesados. Si estamos
entusiasmados, nuestro entusiasmo se contagiará a los oyentes. El entusiasmo es
uno de los factores importantes -si no el más importante de todos- en el discurso.

2. «El genuino orador, sagrado o profano no es el que mejor discurre, ni el que


más ideas lúcidas y precisas lleva al espíritu de sus oyentes, sino el que mueve,
arrebata y subyuga, sin que se sepa cómo ni por que.»

3. A pesar de la gran importancia de esta cualidad que es la convicción y el


entusiasmo contagiosos, muchos oradores carecen de ella.

4. «La esencia de un buen discurso es que el orador tenga algo que

fervientemente desee decir.»

5. Meditemos nuestros datos, fundemos su valor real en nuestra mente.


Creemos nuestro propio entusiasmo antes de querer convencer a otros.

6. Pongamos en contacto la cabeza con el corazón. El auditorio quiere, no que


le demos datos solamente, sino que revelemos nuestra actitud hacia esos datos.

7. «Cualquiera sea el lenguaje que empleemos, nunca lograremos decir sino lo


que somos.» Lo más importante en un discurso no son las palabras, sino el
espíritu del hombre que hay- detrás de esas palabras.

8. Para acrecer la vehemencia, para sentir entusiasmo, procedamos con


entusiasmo. Mantengámonos activos, miremos al auditorio de hito en hito.
Hagamos ademanes enfáticos.

9. Sobre todo, abramos la boca y hablemos para que nos oigan. A muchos
oradores no se les puede escuchar a más de diez metros.

10. Cuando un sacerdote de aldea preguntó a un famoso predicador qué era


bueno para evitar que los feligreses se durmieran, éste le respondió: «Tener un
ujier armado de un arpón, para que pinche al sacerdote de vez en cuando.» Este
es uno de los mejores consejos que se hayan dado sobre el arte de hablar en
público.

11. No debilitemos nuestro discurso con «palabras comadrejas» tales como yo


creo que, tengo para mí, es ‘mi humilde opinión, etc.

12. Simpaticemos con el auditorio..

EL PROCESO DE RESPIRACION Y EL ORADOR

El proceso de respiración es parte esencial de la expresión oral. Nuestro


organismo está dotado naturalmente para ello y sólo requerimos saber usar en
forma adecuada los distintos órganos. En esta parte del trabajo hacemos
referencia a aspectos básicos del aparato respiratorio para que nos demos cuenta
la función que cumple cada órgano. No debemos olvidar que las cuerdas vocales
son parte importante del sistema de producción de la voz y que, como cualquier
otra parte del cuerpo humano puede afectarse si se usa mucho y sin la
preparación adecuada.

Los que practican deportes saben que no pueden iniciar esta práctica sin elongar,
esto es, preparar los músculos que queremos usar. También incluimos un ejercicio
que debe ser practicado habitualmente para lograr un mejor desempeño en la
actividad de la comunicación oral.

EJERCICIO VOCAL. DOMINIO DE LA RESPIRACION

Inspirar profundamente expandiendo la cintura a la altura del diafragma.

Diga ahora, tantas palabras como pueda, sin respirar de nuevo, y mantenga el aire
con los músculos adyacentes del diafragma; sin contraerse ni tratar de desalojarlo.
La vocal más difícil es A, ya que hace abrir más la garganta, lo que facilita que el
aire se escape. Por esto, comience las prácticas con las vocales: o, u, a, e, i, una
tras la otra.

Otra vez, Inspirar profundamente. Inicie un bostezo mientras aspiramos aire de


manera profunda; hay que sentir que los pulmones se inflan como si fueran
globos; se sentirá que empujan las costillas inferiores por los costados y la
espalda, aplastando ese músculo arqueado y suave que se llama diafragma, el
que necesitamos ejercitar.

Antes de terminar en un bostezo, comencemos a pronunciar la letra A. Hagámoslo


hasta que se sienta que no hay más aire en los pulmones.

Winston Churchill 1874-1965. Político británico.

• Las actitudes son más importantes que las aptitudes.

• Valor es lo que se necesita para levantarse y hablar; pero también es lo que se


requiere para sentarse y escuchar.

• Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad, un pesimista ve una


calamidad en toda oportunidad.

• Con el espíritu sucede lo mismo que con el estómago: sólo puede confiársele
aquello que pueda digerir.
• La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los
consuela de lo que son.

• La cometa se eleva más alto en contra del viento, no a su favor.

• Una buena conversación debe agotar el tema, no a los interlocutores.

• Me gustaría vivir eternamente, por lo menos para ver cómo en cien años las
personas cometen los mismos errores que yo.

• El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana, el mes próximo
y el año que viene; y de explicar después por qué fue que no ocurrió lo que el
predijo.

• La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre. Con


excepción de todos los demás.

• El precio de la grandeza es la responsabilidad.

• El diplomático es una persona que primero piensa dos veces y

finalmente no dice nada.

• La salud es un estado transitorio entre dos épocas de enfermedad y que,


además, no presagia nada bueno.

• A menudo me he tenido que comer mis palabras y he descubierto que eran una
dieta equilibrada.

• El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse.

22 Carnegie, Dale, Como hablar bien en público, Editorial Sudamericana, 47ª


edición, Buenos Aires 198968

MANUAL DE RETORICA, ORATORIA Y L

2. Antecedentes del problema.

2.1. Número de estudiantes de español


El inglés, el francés, el español y el alemán, en este orden, son los idiomas más
estudiados como lengua extranjera según el Primer informe Bertliz sobre el
estudio del español en el mundo, elaborado en el año 2005.
Aunque no existen datos universales, completos y comparables, se estima que al
menos 18 millones de alumnos estudian español como lengua extranjera. Este es
el resultado de sumar el número de estudiantes de español existentes en la
actualidad en 86 países que no tienen el español como lengua oficial. Las cifras se
refieren a todos los niveles de enseñanza –incluida la no reglada– y se ciñen a los
Datos disponibles en cada uno de los países. Esos datos no son completos ni
exhaustivos y apenas reflejan información de los centros de enseñanza privada.
Por ello, el Instituto Cervantes ha calculado que la demanda real de español es,
como mínimo, superior en un 25% a los datos que a continuación se detallan en
los cuadros (Francisco Moreno Fernández y Jaime Otero Roth (2007), op. cit
(Gráfico 2 y cuadro 5).
Existen indicadores parciales de que la demanda de español ha crecido en los
últimos años. Brasil, según estimaciones de su Gobierno, contará con unos 30
millones de personas que hablarán español como segunda lengua en tan solo una
década.

El número de matrículas de español de los centros del Instituto Cervantes de todo


el mundo se multiplicó por trece entre 1993 y 2011, y la demanda sigue creciendo
(Francisco Moreno Fernández y Jaime Otero Roth (2007), op. cit. En el curso
2010-2011, el número de matrículas de español fue un 8 % mayor que la del curso
anterior (Gráfico 3).
Por otra parte, los Diplomas de Español como Lengua Extranjera (DELE) son los
títulos oficiales acreditativos del grado de competencia y dominio del idioma
español que otorga el Instituto Cervantes en nombre del Ministerio de Educación
de España.
La oferta de los DELE abarca más de 110 países9. En el curso 2010-2011 la red
de centros de examen creció hasta alcanzar los 700 centros, lo que supone un
incremento del 13% con respecto al curso anterior.
El número de aspirantes a la obtención de los Diplomas de Español como Lengua
Extranjera (DELE) también experimentó un incremento significativo con 62.293
candidatos inscritos, frente a los 56.982 del curso anterior, lo que supone un
aumento del 8,5% (Ibídem) (Gráficos 4 y 5 y cuadro 6).

Grafico 2 Gráfico 3
Grafico 4 Grafico 5

Gráfico 6

Mejorar las destrezas de expresión oral de los estudiantes de los últimos cursos
de Secundaria y Bachillerato es el objetivo que persigue el "Programa Oratoria",
iniciativa que la Consejería de Educación puso en marcha el año pasado de forma
experimental y que ha ampliado al actual curso 2014-2015.
(http://www.lagacetadesalamanca.es/)

La Municipalidad de San Salvador de Jujuy ofrece a todos los estudiantes de


Turismo, a los interesados y al público en general participar del Taller de teatro a
cargo de la Prof. Gabriela Ibañez y el Curso de Expresión Oral y Corporal a cargo
del Director de Deportes de la comuna capitalina Prof. José Crespo
(http://www.jujuyaldia.com.ar /)
Los alumnos del Liceo Juan Bautista Contardi, Felipe Canales y Antonia Sánchez,
ganaron el VII Concurso “Vida y obra del Libertador Capitán General Bernardo
O`Higgins Riquelme”, modalidad ensayo histórico, en un duro enfrentamiento con
representantes de otros trece establecimientos educacionales de la comuna
El concurso fue organizado por la Escuela Bernardo O`Higgins, como adhesión y
homenaje a los 236 años del natalicio del Padre de la Patria y convocó a trece
establecimientos de Punta Arenas, públicos, privados y subvencionados. En un
acto organizado por esa comunidad educativa se expusieron los cinco mejores
trabajos para luego dar paso a la deliberación del jurado.
El jurado tuvo la misión de decidir los lugares ganadores, teniendo en cuenta los
indicadores del uso de tecnología, claridad de ideas y argumentos, capacidad de
comunicación oral, habilidad de persuasión al público y creatividad en la
presentación. http://elpinguino.com
-Con escuela de verano y clases de oratoria: Así el PC forma a sus dirigentes
políticos

La comisión de educación organiza campamentos o “escuelas de formación” todos


los veranos, dirigidas a los más jóvenes. “Son un espacio de encuentro de los
militantes, para que escuchen una exposición de un profesor o dirigentes del
partido y sobre ese tema se realizan debates o incluso pruebas. Las escuelas de
cuadro que organiza la comisión nacional son de carácter más riguroso, tienen
malla curricular, se cumplen horarios pedagógicos. Es una instancia de formación
y preparación política e ideológica de los militantes comunistas”, señala César
Quiroz, histórico miembro del PC, ex vocero del Frente y quien dio la charla a los
alumnos del Nacional.
Estas instancias consideran la formación de los futuros dirigentes políticos del
partido, por lo que deben abordar amplios temas.“Se incluye la oratoria y una serie
de cosas que contribuyen a que los cuadros representen y expresen la política del
partido de la mejor forma”, señala un miembro de las JJ.CC. Así lo afirma también
César Quiroz: “Siempre hemos dicho que la cartera de renovación del partido es la
juventud, por lo que es tremendamente necesario que se formen y eduquen como
militantes. Y los que tenemos más años contribuimos en esa formación”

Fuente: El Dínamo http://www.eldinamo.cl/2014/09/23/con-escuela-de-verano-y-


clases-de-oratoria-asi-el-pc-forma-a-sus-dirigentes-politicos/ 

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