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10 claves para entender a:

Thomas Hobbes: materialismo filosófico y filosofía política

El filósofo inglés Thomas Hobbes nació en 1588 y murió en 1679. Imagen de


dominio público distribuida por Flickr, Ann Longmore-Etheridge.
Filósofo político inglés, Thomas Hobbes fue un teórico del Estado, pero
también trabajó en otros campos como las matemáticas o la física. Su
filosofía es la doctrina materialista del siglo XVII, aunque su fama se
debe principalmente a sus teorías políticas y sociales.

Por Amalia Mosquera

El siglo XVII en el que vive Hobbes está marcado por grandes


guerras. Esta circunstancia es decisiva en el pensamiento del filósofo inglés.
Escribe varios libros sobre su visión política y organizativa de la sociedad, pero es
su Leviatán el que le ha hecho destacar en la historia de la filosofía.

10 claves del pensamiento de Thommas Hobbes

Origen del filósofo político

Thomas Hobbes, considerado uno de los fundadores de la filosofía política


moderna, nace el 5 de abril de 1588 en el condado de Wiltshire. Tiene una vida
larga: muere el 4 de diciembre de 1679, a los 91 años. «Mi madre dio a luz
gemelos: yo mismo y el miedo», escribe años después de ese momento el ya
filósofo Hobbes. En el momento del nacimiento del pequeño Thomas, su madre
vive atemorizada porque la Armada Invencible española de Felipe II se acerca a
Inglaterra. Su padre, pastor anglicano, abandona a su familia y Thomas es criado
por un tío, que se ocupa de su formación.

Estudia en Oxford. A los 15 años entra en el Magdalen Hall, un prestigioso centro


donde aprende la lógica escolástica y la filosofía de Aristóteles, en contra de la que
está a lo largo de toda su vida. Se gradúa en 1608 y ese mismo año se convierte
en tutor de William Cavendish, conde de Devonshire. Esto le permite codearse con
la nobleza y las élites intelectuales de la época. Junto a su discípulo comienza a
viajar por Europa a partir de 1610.

Representante del materialismo mecanicista, Hobbes defiende que la


realidad es mecánica y dice que son las causas materiales las que
determinan las acciones del ser humano
La teología, irracional

Tiene oportunidad de estar en contacto con grandes figuras de las ciencias y las
humanidades. En 1618, Hobbes conoce a Francis Bacon, con quien comparte
muchas ideas, como el posicionamiento en contra de las teorías de Aristóteles o
de los argumentos teológicos. Bacon critica la filosofía idealista por estar al
servicio de la teología y considera la experiencia como fundamento del proceso de
conocimiento. Hobbes hace una clara distinción entre filosofía y teología, a la que
considera irracional.

Materialismo frente a idealismo

Representante del materialismo, Hobbes no tiene interés por la sustancia


espiritual, solo por el material. Son las causas materiales, dice, las que
determinan las acciones del ser humano. El conocimiento procede de la percepción
sensorial. La corriente filosófica del materialismo afirma que todo es material, no
existe un mundo inteligible.

La visión materialista del hombre que tiene Hobbes se basa en que cree que los
cuerpos son los únicos objetos reales de consideración racional, que pueden
actuar o bien sufrir la acción de otros. Es mecanicista: defiende que la realidad es
mecánica. No existe nada oculto que pueda explicar las cosas, la explicación está
en la superficie y en el movimiento de los cuerpos.

Filosofía, ciencia de los cuerpos

Cuando muere William Cavendish, en 1628, Hobbes pasa a trabajar como tutor
del hijo de Gervase Clifton. Con él reanuda sus viajes por Europa. En 1636 visita a
Galileo Galilei en la prisión cercana a Florencia donde el italiano cumple condena
por su convencimiento de que es la Tierra la que gira alrededor del Sol, y no al
revés, como mantenía la Iglesia.

Galileo influye a Hobbes en su creación de una filosofía social con base en las
ciencias naturales y la geometría. Su pensamiento es una transcripción de la física
del movimiento de Galileo a toda la realidad: no hay más que cuerpos en
movimiento, y esto se refiere no solo a la materia, sino también al hombre y a la
propia sociedad.

De Galileo aprende Hobbes que la realidad física se construye con la interacción de


cuerpos en movimiento, y aplica la fórmula a la ciencia política: entiende la
sociedad como un campo de fuerzas de individuos que se mueven por sus
pasiones y sus necesidades. Para Hobbes, los pensamientos, las emociones, los
deseos del ser humano son el resultado de esa actividad de la materia. Todo
cuanto existe es material, todo es cuerpo, y la filosofía es la ciencia de los
cuerpos. Hay cuerpos naturales, físicos o humanos, y de ellos trata la filosofía de
la naturaleza, y cuerpos artificiales, como el Estado, y de ellos trata la filosofía
política.

Para Hobbes la realidad física se construye con la interacción de cuerpos en


movimiento, y aplica la fórmula a la ciencia política: entiende la sociedad
como un campo de fuerzas de individuos que se mueven por sus pasiones y
sus necesidades

Soberanía absoluta

Aunque regresa a su Inglaterra natal en 1637, decide exiliarse a Francia: acaba de


publicar Elementos del derecho natural y político, en el que defiende la necesidad
de la soberanía absoluta, y teme las consecuencias que este escrito traiga
consigo. En 1642 publica De Cive, tratado político-religioso para fijar los derechos
de los Estados y los deberes de los ciudadanos. Esta será la primera obra de una
trilogía sobre el conocimiento humano; después llegan De corpore  y De Homine.
En De Cive escribe:

«Debemos concluir que el origen de todas las sociedades grandes y estables ha


consistido no en una mutua buena voluntad de unos hombres para con otros, sino
en el miedo mutuo de todos entre sí».

Teoría política

Hobbes expone su teoría política en Elementos del derecho natural, De cive  y,


más adelante, en el Leviatán. Se atribuye a sí mismo ser el iniciador de la filosofía
política, igual que Galileo lo es de la física y Harvey de la fisiología. Para la filosofía
anterior, basada en las aportaciones de Aristóteles, el hombre es un «animal
político» o un «animal social», que tiende de forma natural e instintiva a la
sociabilidad; para Hobbes, al contrario, esta no es natural, sino que es un acuerdo
artificial, interesado y egoísta que nace del temor a los demás y tiene como
objetivo de conseguir la seguridad.

Si Aristóteles creía que el hombre es un «animal político» o un «animal


social», que tiende de forma natural e instintiva a la sociabilidad, para
Hobbes, esta no es natural, es un acuerdo artificial, interesado, que nace del
temor a los demás y tiene como objetivo de conseguir la seguridad

Leviatán

En 1651, Hobbes publica la que será su obra más conocida: Leviatán, o La


materia, forma y poder de un estado eclesiástico y civil. El título hace referencia al
nombre de un monstruo gigantesco e invencible que aparece en la Biblia.
En Leviatán, Hobbes compara el Estado con un gran organismo compuesto por
todos los individuos que forman la comunidad. Su teoría política defiende el
Estado y el poder absolutos, aunque dice que cada persona tiene unos derechos
individuales y que la sociedad procede de un contrato social; el poder no emana
de Dios. 

Contrato social

El hombre necesita un pacto o contrato social que ponga fin a esta situación y le
permita ganar seguridad. Es un acuerdo realizado entre los miembros de un
grupo. Se parte de la idea de que todos estos miembros están de acuerdo por
voluntad propia con el contrato social y admiten la existencia de unas leyes a las
que se someten.

A cambio tienen que ceder parte de su libertad y sus derechos al gobernante, que
es el depositario de los derechos de la colectividad. Con el contrato social se
levanta el Leviatán, al que le son transferidos los derechos y el poder de ejercer la
violencia en caso necesario, una violencia legitimada por el propio pacto, puesto
que esta es la que garantiza, bajo amenaza de castigo, que el pacto será
respetado. Se construye así artificialmente la sociedad civil y un orden jerárquico
de leyes.

El Estado es como un gigantesco hombre artificial, como Leviatán, compuesto por


todos los individuos, creado para defender al hombre natural, que sin la existencia
de este Estado estaría condenado a la guerra permanente. Este Estado está
creado por el propio hombre. No es natural, sino artificial, como una máquina. Con
este pacto, el hombre deja de ser un lobo para el hombre. Dentro de esta
sociedad ya no hay lobos, solo hombres; los únicos lobos que quedan son los que
están fuera del orden y tienen una posición de excluidos de ella.

En el caso de que el gobernante no sea capaz de proporcionar seguridad a la


colectividad, sus miembros pueden considerar roto el pacto.

El hombre es un lobo para el hombre

En Leviatán recoge Hobbes su famosa frase «el hombre es un lobo para el


hombre», que toma, a su vez, de la obra Asinaria, de Plauto, en la que el autor
dice que «cuando una persona te es desconocida, es para ti como un lobo y no
como un hombre» (lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit).
Esto es, que no es de fiar.

En estado natural, y sin la existencia de la sociedad y el Estado, el hombre no


tiene limitación a su libertad, sin embargo vive en una continua inseguridad
producida porque se guía por el instinto de supervivencia y el deseo de dominio
sobre los demás. A esto Hobbes lo llama «estado de naturaleza». El hombre que
retrata Hobbes busca su propio bien. El hombre sin Estado, o sin una sociedad
oficialmente constituida, se encuentra en un estado de «guerra de todos contra
todos».
«Encontramos tres causas principales de riña en la naturaleza del hombre.
Primero, competición; segundo, inseguridad; tercero, gloria.

El primero hace que los hombres invadan por ganancia; el segundo, por
seguridad; y el tercero, por reputación. Los primeros usan de la violencia para
hacerse dueños de las personas, esposas, hijos y ganado de otros hombres; los
segundos, para defenderlos; los terceros, por pequeñeces, como una palabra, una
sonrisa, una opinión distinta, y cualquier otro signo de subvaloración, ya sea
directamente de su persona, o por reflejo en su prole, sus amigos, su nación, su
profesión o su nombre.

Es por ello manifiesto que durante el tiempo en que los hombres viven sin un
poder común que les obligue a todos al respeto, están en aquella condición que se
llama guerra; y una guerra como de todo hombre contra todo hombre. Pues la
guerra no consiste solo en batallas, o en el acto de luchar; sino en un espacio de
tiempo donde la voluntad de disputar en batalla es suficientemente conocida».
Leviatán

El hombre necesita un contrato social que le permita ganar seguridad. Es un


acuerdo realizado entre los miembros de un grupo. Se parte de la idea de
que todos estos miembros están de acuerdo por voluntad propia con el
contrato social y admiten la existencia de unas leyes a las que se someten

Leyes naturales

En un estado de naturaleza el hombre no deja de ser racional, y esa razón le


impulsa a querer salir de este estado, a observar unas leyes naturales, diecinueve,
pero especialmente remarcables por su importancia las tres primeras:

 El hombre ha de buscar la paz por todos los medios posibles.


 El hombre ha de saber renunciar a sus derechos y a parte de su libertad,
de acuerdo con la regla tradicional de no hacer a los demás lo que no
quieras que te hagan a ti.
 Los hombres han de cumplir los pactos establecidos.
Para que estas leyes se puedan cumplir es necesario establecer la fuerza
coercitiva de un tercero, el Estado, que obligue a mantener los pactos. El mejor
contrato es aquel en que se ceden los propios derechos en compensación a la
cesión que la otra parte hace igualmente de los suyos, a favor de un tercero,
llamado República, Civitas, Leviatán o Dios mortal. Al que acepta el resultado se le
llama súbdito, y al que acepta la carga del poder, soberano.

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