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INTRODUCCIÓN.

La idea de escrito surge a partir del posicionamiento en primera plana del debate público
por la legalización del aborto en nuestro país, valorando la relevancia que adquiere en el
contexto nacional esta problemática, y la necesidad de que sea incluido como práctica en el
sistema público de salud. Desde las Prácticas Profesionales cursadas en el Centro de Salud
“El Gaucho” durante 2015-2016, es preocupación propia tanto como del equipo de
profesionales, esta temática que se presenta en múltiples rasgos y con diversas
expresiones en instancias de consultorio. Es interesante destacar la atención integral de las
situaciones que particularmente en ese momento de la institución se llevaba a cabo, así
como también insistir sobre los aspectos sociales que pueden manifestarse en usuarios/as
al momento de decidir sobre salud sexual y (no) reproductiva. Específicamente allí tiene el
Trabajo Social su labor y su foco.

Instalar el debate público sobre la interrupción del embarazo demandó largos años de
organización y movilización por parte de mujeres que lucharon para visibilizar sus motivos.
En ese marco, en nuestro país se constituye en 2005 la Campaña por el Aborto legal,
seguro y gratuito que, en su principal proclama “educación sexual para decidir,
anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, contiene algunas concepciones
que pueden ser deconstruidas a modo de análisis.

Uno de los principales motivos de la Campaña es que la condición del aborto como práctica
clandestina, por permanecer en el sistema penal, ha provocado elevadas cifras de muertes
maternas: mujeres cuyo embarazo no deseaban. ¿Qué implica esta condición? Su
penalización es ineficaz, ya que “la persecución judicial y policial del delito es muy baja en
relación a la frecuencia de su práctica” (CELS, 2015). Sin embargo, ella persiste “bajo un
velo”, impuesto por la estigmatización social y la vulneración de derechos. Este
sojuzgamiento tiene sus raíces en la inhabilitación de decidir sobre cómo continuar sus
vidas…

“El consenso político universal acordó reconocer a la mujer como sujeto de


derechos a la salud sexual y a la salud reproductiva en el marco de la
planificación familiar. La reconoce como ciudadana pero no en plenitud, tiene
derecho a tener sólo algunos derechos de libertad individual pero no la libertad
del cuerpo. Esa libertad del cuerpo es concebida como pertenencia social:
fundamento de reproducción de la especie y desarrollo social de base familiar.”
(Levín, 2010:139)

El aborto legal habilitaría el acceso a una práctica de salud evitando su clandestinidad, es


decir abriendo un marco de legalidad y dignidad. Por otra parte, se concibe la educación
sexual (integral) como puesta en valor de ciertos discursos y cuidados entorno a las formas
de vivir la sexualidad y la reproducción (tanto como la no reproducción), para así poder
tomar decisiones sobre la vida propia. Fundamentalmente la intención de esta tesina es
profundizar sobre las dimensiones que atraviesan los métodos anticonceptivos, en tanto
instrumento para poder controlar cuándo y cómo procrear.

De aquí se desprenden algunos disparadores que motivan el desarrollo del escrito: ¿desde
cuándo es reconocido por el Estado el derecho al acceso a métodos anticonceptivos? ¿en
qué medida inciden los mandatos culturales sobre la relación madre-hijo?

El abordaje parte desde un enfoque de derechos: el acceso a la anticoncepción pone en


pista una serie de derechos entrelazados de más alta categoría, como ser: planificación
familiar, salud sexual, salud (no) reproductiva, derechos humanos. Es así comprendido y
sostenido por regulaciones legales nacionales e internacionales, pero es fruto de un arduo
camino de disputa de sentido. A partir de la construcción de estos pisos normativos, las
nociones de garantía y vulnerabilidad actúan como binomio determinante en relación al
cumplimiento o incumplimiento de estos derechos mencionados. En estos términos, la
perspectiva integral en salud marca que las lentes de los/as profesionales deben enfocarse
no sólo en las manifestaciones biológicas del malestar, sino también en sus aspectos
psíquicos, ambientales y sociales.

Este trabajo se propone, entonces, la problematización acerca del acceso a métodos


anticonceptivos como derecho, poniendo en tensión las nociones de sexualidad y políticas
públicas, contrastando con la realidad de la ciudad de Rosario. Para esto, se toman los
aportes de la teoría feminista y el movimiento de mujeres que instalaron la disputa en la
agenda pública, traccionando el sentido político de la lucha por los derechos sexuales y (no)
reproductivos, que es en sí misma la lucha por el reconocimiento de ciudadanía, de poder
decir y decidir.
TEMA DE INTERÉS.​ Los métodos anticonceptivos desde un enfoque de derechos.

PROBLEMA.​ ¿Cómo es el recorrido histórico que impulsó el proceso de lucha por el


reconocimiento de los derechos sexuales y (no) reproductivos para llegar a impactar, en los
años 90, las políticas públicas que permitieron la provisión universal de métodos
anticonceptivos en los efectores de salud de Rosario?

OBJETIVO GENERAL.​ Conocer cuál es el proceso histórico recorrido para que actualmente
los métodos anticonceptivos​…(algunos pq el aborto no es legal)...​sean provistos en un
efector de salud.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS.​ - Profundizar el conocimiento sobre los motivos del


movimiento de mujeres para instalar la problemática; - reconocer cómo están implicadas las
construcciones socio-culturales de sexualidad y anticonceptivos; - evaluar cómo se
tradujeron las demandas del movimiento de mujeres en las políticas públicas.

HIPÓTESIS. ​Se aproxima la hipótesis de que la lucha del movimiento de mujeres respecto
del acceso a métodos anticonceptivos, impactó en las incipientes políticas públicas de los
años 90 de la ciudad de Rosario1, a diferencia de otras localidades, promoviendo el acceso
universal a la salud sexual y (no) reproductiva y desarmando mandatos socio-culturales que
asientan el foco de atención sobre la relación de madre-hijo. Sin embargo, el acceso al
cuidado en ​salud sexual y (no) reproductiva​ adquiere similares rasgos de inequidad de
género que atraviesan a la ciudadanía, reproduciendo así pautas sociales machistas.

1
Ordenanza Nº 6244, año 1996, de creación del “Programa de Salud Sexual y Procreación
Responsable” en el marco de la Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario.
JUSTIFICACIÓN.
El ejercicio de construcción-deconstrucción-reconstrucción de las problemáticas que
atraviesan las situaciones conflictivas, es una de las potencialidades del oficio del/a
Trabajador/a Social. Por eso, interesa destacar, desde esta doble posición social de varón y
profesional, que los discursos y decisiones deben evitar reforzar únicamente en las mujeres
el cuidado y la responsabilidad en salud sexual y (no) reproductiva.

Desde el Trabajo Social, es fundamental posicionarse desde un enfoque de derechos, que


garantice el ejercicio más cercano a altos umbrales de ciudadanía. En un sistema social en
que proliferan las injusticias y vulnerabilidades por la que atraviesan los/as usuarios/as con
quienes trabajamos, es importante problematizar las prácticas institucionalizadas que dan
continuidad a esos rasgos de discriminación y estigmatización por clase y/o género: esas
prácticas culturales que marcan la desigualdad en las relaciones de poder y se asientan
como absolutas, naturales, perpetuas.

ESTADO DE LA CUESTIÓN.
Al indagar las tesinas de grado de Licenciatura en Trabajo Social de la UNR, se pueden
citar tres antecedentes que refieren a la misma temática que aquí se trabaja.

El trabajo más reciente, de 2016, pertenece a María Victoria Sosa, titulada “La salud sexual
y reproductiva desde la intervención del Trabajo Social en Hospital Eva Perón durante los
años 2015-2016”. Busca reconstruir la salud sexual y reproductiva desde las formas
discursivas y las diferentes estrategias de intervención del Trabajo Social que se llevan a
cabo en función de las demandas en un Hospital público. Desarrolla un marco legal con las
reglamentaciones claves en cuanto a la temática, y desde allí revisa las prácticas del equipo
de salud.

“Salud reproductiva y procreación responsable. Representaciones sociales acerca de la


maternidad y paternidad en familias en situación de pobreza”, fue realizada por Marisa
Mascani en 2009. Realiza un recorrido por las concepciones de salud reproductiva y
procreación y las condiciones sociales y culturales que a ellas atraviesa. Elabora un
posicionamiento crítico respecto de la cuestión de género: tanto a mujeres como a varones
compete el involucramiento y responsabilidad respecto de esta temática; además,
de que suele enfocarse y reducirse la salud de las mujeres a su capacidad reproductiva.
En 2007, fue publicada “Salud reproductiva y sexual: una cuestión de derechos humanos”,
por Rosa Verónica Langbein. Hace foco en el concepto de salud sexual y reproductiva y su
vinculación directa con una concepción de salud integral, como derecho humano. Desarrolla
un recorrido histórico desde las concepciones hegemónicas de la medicina en el tratamiento
de la salud de las mujeres, ligado a la relación madre-hijo/a y al cuidado de la fuerza de
trabajo masculino. Esta tesina citada se liga directamente con el presente trabajo en cuanto
al enfoque de derechos humanos y su análisis desde el abordaje en salud.

MARCO CONCEPTUAL.
Anticonceptivos - Sexualidad - Perspectiva de género - Políticas públicas

El acceso a métodos anticonceptivos provistos por el Estado parte de la condición de


garantía de derechos que promulgan las regulaciones jurídicas nacionales e
internacionales. Si bien actualmente es ejercido como un derecho, no siempre fue
reconocido como tal. Históricamente se utilizaron métodos anticonceptivos que eran
transmitidos de generación en generación, adquiridos como técnicas para no provocar un
embarazo. “Desde la antigüedad y con métodos primero mágicos y luego científicos, la
humanidad se preocupó por dos cosas aparentemente opuestas: asegurar e impedir la
fertilidad y la fecundación.” (Maffia, 2010:1)

Aquellos fenómenos poblacionales que conllevan la reproducción humana (como ser


natalidad, fecundidad, morbilidad), desde siglo XVIII fueron puestos en relieve y tomaron
direccionamiento de acuerdo a las ambiciones políticas de los Estados y los mandatos
religiosos de las iglesias. Según Diana Maffia (2010:3),

“la fertilidad de las mujeres, lejos de ser una cuestión personal, siempre fue una
cuestión económica y política de gran magnitud. [...] Ya en el inicio de la
anticoncepción en la antigüedad la sexualidad fue separada de la reproducción.
[...] Aunque sin duda en el siglo XX se produce el impacto social más importante
para las mujeres, que tuvo que ver con el acceso masivo a la píldora
anticonceptiva en la década del 60.”

Sexualidad y reproducción son nociones determinadas por cuestiones culturales, sociales,


políticas y de género. Son construcciones categoriales que fueron adquiriendo distintos
rasgos a lo largo de la historia. Marisa Miranda (2011) concibe a la sexualidad como
práctica social estructurante de los sujetos y de sus lazos sociales, que atraviesa todos los
procesos de subjetivación y de producción, reproducción y transformación de los lazos
sociales porque no hay relación social, en nuestro sistema social, que no sea sexuada.

Esta aproximación teórica también adopta un sesgo foucaultiano, ya que analizando los
aspectos socio-culturales, los valores puestos sobre concepciones ideales de familia y
reproducción social, reducen a un plano de constreñimiento la sexualidad vivida como
derecho al goce y al placer. Se dejan ver una serie de normas que, sostenidas por las
relaciones sociales, condicionan las libertades individuales. En este registro de la
sexualidad se inscribe el plano jurídico, que opera moldeando cierta relación entre lo
permitido y lo prohibido, lo reconocido y lo marginal.

Aquella sociedad del siglo XVIII, de inccapitalismo industrial y burgués incipiente, no basó
su mecanismo de poder en la represión al sexo sino que,

“al contrario, puso en acción todo un aparato para producir sobre él discursos
verdaderos. No sólo habló mucho de él y constriñó a todos a hacerlo, sino que
se lanzó a la empresa de formular su verdad regulada. Como si lo sospechase
de poseer un secreto capital. Como si tuviese necesidad de esa producción de
la verdad. Como si fuese esencial para ella que el sexo esté inscrito no sólo en
una economía del placer, sino en un ordenado régimen de saber.” (Foucault,
1998:87)

Según Maffia (En línea:2) “no todos los sujetos se encuentran en la misma condición con
respecto a su ciudadanía”, por eso este escrito se aborda desde una perspectiva de género
que genere un posicionamiento crítico en relación al acceso a los derechos sexuales y (no)
reproductivos.

“A partir de poder distinguir entre el sexo biológico y lo construido socialmente


es que se empezó a generalizar el uso de género para hacer referencia a
muchas situaciones de discriminación de las mujeres, que han sido justificadas
por la supuesta anatomía diferente, cuando en realidad tienen un origen social.”
(Lamas, 1996:7)
Se retoman los estudios de Diana Maffia (2005:20), que piensa la idea de que “el pacto
sexual, que es previo al pacto social, queda escondido en el lenguaje universal de derechos
y explica por qué las mujeres han quedado fuera de la ciudadanía”, atributo al que
solamente un grupo restringido de hombres privilegiados alcanzaban. Desde la antigüedad,
las creencias filosóficas marcan una clasificación de virtudes como esencia del ser varón
(racional) y del ser mujer (emocional) y eso regía en la jerarquización social. La sociedad se
pensaba como un cuerpo, cuya célula básica era la familia, y su conservación dependía de
que cada jerarquía cumpliera su función. Ello respeta y da lugar a la sexualización de los
roles sociales y genera estereotipos que deben cumplirse como condición excluyente. En
este orden, las mujeres, por su capacidad reproductiva, tienen marcado su destino social.

Desde el Estado moderno, entonces, esta jerarquización se plasma en la escisión entre lo


público y lo privado, como dos ámbitos en que prevalece la diferencia de sexo. El ámbito
doméstico para las mujeres, y el público para el hombre, como patriarca y representante de
la familia ante el poder. Esta lógica se plasma también como continuidad en la división
sexual del trabajo. Se constituyen así relaciones de poder que demarcan las desigualdades
donde el Estado no tiene posibilidades de intervenir. A esta concepción se opone el
feminismo de la “tercera ola”,

“con el eslogan de ‘lo personal es político’, las radicales identificaron como


centro de la dominación áreas de la vida que hasta entonces se consideraban
‘privadas’ y revolucionaron la teoría política al analizar las relaciones de poder
que estructuran la familia y la sexualidad.” (Varela, 2005:106)

En base a estos aportes, las políticas sociales intervienen guiando y regulando la vida en
sociedad y tienen crucial incidencia las demandas que provienen desde los movimientos
sociales y políticos. Andrenacci y Soldano (2006:48) definen las políticas públicas como
“esa intervención de la sociedad sobre los modos de funcionamiento de los vectores a
través de los cuales individuos y grupos se integran, con grados variables de intensidad y
estabilidad a la sociedad.” Interesa en estas palabras destacar el diálogo que existe, en
determinada coyuntura histórica, entre aquellas cuestiones enunciadas como insoslayables
desde las demandas políticas y sociales organizadas, y las respuestas o decisiones que el
Estado supone prioritarias para intervenir.
DISEÑO METODOLÓGICO.
Se escoge el diseño cualitativo como metodología que permite enfrentarse a un mundo de
observación y análisis de las categorías indagadas, suscitar problemas con respecto al
mismo y formular proposiciones e incorporarlas al sistema teórico planteado. (Vasilachis,
1992)
El análisis del campo teórico, el marco legal y la historización que se plantea de la
problemática pretende ser contrastado con una mirada desde un/a actor/a influyente de la
política pública en salud de la ciudad de Rosario. Para ello se prevee la realización de una
entrevista abierta que permitirá la obtención de información para su posterior análisis y
brindará nociones considerables para los planteos que propone esta tesina.

BIBLIOGRAFÍA.
ANDRENACCI, Luciano y SOLDANO, Daniela (2006). “Aproximaciones a las teorías de la
política social a partir del caso argentino”, en Luciano Andrenacci (comp.), “Problemas de
política social en la Argentina contemporánea”, UNGS-Editorial Prometeo, Buenos Aires.

CENTRO DE ESTUDIOS LEGALES Y SOCIALES, CELS (2015). “Aportes a los debates


legislativos sobre derechos sexuales y reproductivos”, Buenos Aires, 1a edición.

FOUCAULT, Michel (1998). “Historia de la sexualidad. La voluntad de saber”, Méjico, 25a


edición, Siglo XXI editores.

LAMAS, Marta (1996). “La perspectiva de género”, disponible en:


http://www.inesge.mx/pdf/articulos/perspectiva_genero.pdf

LEVÍN, Silvia (2010). “Derechos al revés. ¿Salud sexual y salud reproductiva sin libertad?”,
Buenos Aires, Editorial Espacio.

MAFFIA, Diana (2010). “Tecnología y control social de los cuerpos sexuados”, Mimeo.

-------------------- {En línea, sin fecha} “Derechos sexuales y reproductivos: algo más que
procreación”, disponible en:
http://dianamaffia.com.ar/archivos/Derechos-sexuales-y-reproductivos.-Algo-m%C3%A1s-qu
e-procreaci%C3%B3n.pdf

-------------------- (2005) “El contrato moral”, ​en Elisa Carrió y Diana Maffía (comp.)
Búsquedas de Sentido para una nueva Política, Buenos Aires, Paidós.

MIRANDA, Marisa (2011). “Controlar lo incontrolable. Una historia de la sexualidad en la


Argentina”, Buenos aires, Editorial Biblos.

ORDENANZA Nº 6244 (1996), Municipalidad de Rosario, disponible en:


https://ssl.rosario.gov.ar/mr/normativa/otras-normas/ordenanzas/ordenanza-6244-1996

VARELA, Nuria (2005). “Feminismo para principiantes”, Barcelona, Ediciones B.


VASILACHIS DE GIALDINO, Irene (1992). “Métodos cualitativos 1”, Buenos Aires, Centro
Editor de América Latina.

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