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INTRODUCCIÓN

A LOS
ESTUDIOS DE GÉNERO

Monografía
"Salud trans: igualdad instituyente"

Prof. Adj. Reg. a cargo: ​Débora Tajer


Prof. de trabajos prácticos: ​María Luján Costa, Facundo Blanco y
Lucia Fronza.
Comisión: ​5
Alumna: ​Jacqueline Michelle Lavorel
Índice
Introducción ………………………….. pag. 3
Desarrollo …………………………….. pag. 4
Conclusión …………………………… pag. 8
Bibliografía …………………………… pag. 9
Introducción
En concordancia con el recorrido temático que se viene realizando en la materia
"Introducción a los estudios de género", podemos decir que la sociedad se
encuentra estructurada por un orden binario y que, para que esto se modifique hacía
una lógica inclusiva, es necesario que los cambios legales sean acompañados por
cambios culturales. Es necesario que se logre agrietar lo instituido, ese conjunto de
significaciones que conforman en el imaginario social y atraviesan los modos en que
somos subjetivados.
Enmarcándonos en la Ley 26.743 de Identidad de género y centrándonos en el
ámbito de la salud, el presente trabajo tiene como interés principal dar cuenta de las
barreras que el discurso binario/heteronormativo impone a las identidades trans que
intentan acceder a los servicios de salud. Si bien dicha ley surge como un intento de
solución a los problemas de discriminación y estigmatización de las identidades
diversas que escapan la lógica binaria, por sí sola no construye igualdad. El sistema
de salud y las instituciones necesitan actualizar y/o modificar sus protocolos a fines
de garantizar que las personas trans y disidentes puedan gozar plenamente del
acceso a la atención integral de salud tal como el marco legal dispone.
Desarrollo
A partir de los años 60, comienza a gestarse desde el campo de los estudios de la
mujer, los primeros escritos que darían lugar al campo interdisciplinario denominado
"Estudios de Género". Las Ciencias Sociales retoman y teorizan los debates que
giran entorno a la diversidad sexual y los roles de género, desnaturalizando toda
asignación sexo/genérica directa posible y exponiendo su construcción
histórico-social, cuya reproducción determina la efectividad política de opresión que
sostiene al sistema patriarcal. Así, estos estudios vienen a develar el mecanismo
por el que cada sociedad controla y sostiene ésta opresión: asignación de roles de
género dónde se juegan asimetrías de poder, justificada a partir de la atribución
histórica binaria de funciones sexuales reproductivas, jerarquizadas para cada
género.
Pese al debate instaurado por las teorizaciones producidas por este nuevo campo
de estudio y que aportaron a poner bajo cuestionamiento al paradigma médico-
biológico, alrededor del año 1973, John Money propone el concepto de "disforia de
género" para referirse al malestar que una persona tendría en relación con el sexo
que le fuera asignado al nacer​. De esta manera, se reemplaza el concepto de
“transexualidad” que Harry Benjamin había instalado en 1953, pero apuntando a los
mismos fines: la patologización de la diferencia. Así, la psiquiatría empezó a
promover la terminología de Money, la cual sigue vigente en muchos países y
circuitos institucionales hasta la actualidad. Ésto obliga culturalmente a las personas
trans a percibirse a través de un diagnóstico psiquiátrico, desde la anomalía, que lxs
estigmatiza en vez de "[...] exponer, denunciar y criticar las condiciones
institucionales heterosexistas y patriarcales que todavía regulan las lecturas binarias
de género y dictaminan, irreflexivamente, la atribución de lo femenino a cuerpos con
vagina y de lo masculino a cuerpos con pene" (Capicúa, 2004, pag. 17). Por esta
razón, para la comunidad trans acudir al sistema de salud implicó siempre una gran
complejidad ya que el discurso médico-psiquiátrico, como se viene desarrollando,
tiende a patologizarlxs. En la mayoría de los casos está basado en una clara
perspectiva biologicista que sostiene una corriente heteronormativa y patriarcal. Sin
embargo, si tomamos el concepto de salud que propone la OMS entendemos que
se corre de ésta perspectiva y que hace referencia al concepto como salud integral,
con lo cual "Estar saludable constituye un proceso que abarca toda la vida de las
personas y que se define de acuerdo a diferentes valores culturales y distintas
subjetividades" (Gutiérrez, 2005, pag. 72). Es decir que la salud es un proceso que
se construye en relación a las condiciones de la vida cotidiana, en la que se
entrecruzan diversas categorías como son las condiciones materiales de
subsistencia, el acceso a los servicios de salud, a la educación, a la justicia, al
trabajo, etc. Entonces, para realizar un análisis de las posibilidades que tiene la
comunidad trans de llevar una vida saludable, se deben tener en cuenta dos
aspectos: por un lado, las limitaciones y posibilidades del sistema público de salud
y, por otro, la lucha en contra de la discriminación y vulneración de derechos que
padecen a nivel institucional cada vez que intentan acceder a dicho sistema.
El ejercicio del derecho a la salud fue una demanda que siempre estuvo presente en
la lucha de las organizaciones trans. Muchas fueron las movilizaciones del activismo
dirigidas a detener la estigmatización ejercida sobre el colectivo. Algunas conquistas
a nivel de reconocimiento institucional por parte del Estado fueron "[...]en 2007 por
Resolución Nº 2272/07, el Ministerio de Salud de la caba determinó que todos los
servicios de salud debían respetar la identidad de género autopercibida de quienes
concurrieran. En 2009, se sancionó la Ley Nº 3062, mediante la cual se debe
respetar la identidad de género adoptada por travestis y transexuales y, a su solo
requerimiento, el nombre adoptado debe ser utilizado para la citación, registro,
legajo, llamado y cualquier otra gestión administrativa en el ámbito de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires"(Ruiz et al., 2017). Un caso que marcó jurisprudencia en
la materia es el cambio registral de "b.r" en 2011, el cual destacó en su fallo
innecesario someter a una persona a fines de obtener reconocimiento médico.
Finalmente, tanto los reclamos por el reconocimiento de la identidad de género de
cada persona y por la despatologización de las identidades trans, fueron las bases
en las que se asentó el proyecto de Ley de Identidad de Género en Argentina
(aprobada y promulgada en 2012), dando un salto de perspectiva del paradigma
médico hacia el de los derechos humanos. Dicha ley no sólo garantiza el cambio
registral sino también el acceso al sistema de salud sin interponer dependencias de
evaluación ni diagnósticos médicos, psiquiátricos y/o psicológicos, lo cual logra
respetar el derecho a la identidad y también la autonomía de las personas.
Haciendo una comparación entre la situación previa en lo que confiere al cuidado y
acceso al sistema de salud -año 2005, cuando se publica "La gesta del Nombre
Propio"- y, posteriormente a la sanción de la Ley de identidad de género -tomando
como reseña lo expuesto en "La Revolución de las Mariposas"1 (2017)- se puede
observar que el paradigma de derechos humanos propuesto ha mejorado el
ejercicio del derecho a la salud pero que, para hacer efectiva la una atención
integral de salud tal como la norma dispone, aún falta la formación y capacitación de
los equipos de salud. La discriminación es la primera causa por la cual personas
trans aún no logran acceder por completo a la salud pública.
Es en este punto que creo pertinente destacar la perspectiva de género como
necesaria para instruir a aquellos trabajadores del sistema sanitario y organismos
públicos ya que incorporar una mirada de género en salud implica ser conscientes
del modo en que las asimetrías sociales determinan diferencialmente el proceso de
salud-enfermedad-atención-cuidados. Y no solo entre los cuerpos que cumplen una
función en el sistema heteronormado, sino también en aquellos cuerpos que son
expulsados de él. Considerando esta dimensión, se puede comprender que los
resultados y los riesgos sanitarios pueden ser diferentes. Las personas trans aún se
encuentran en una situación de vulnerabilidad en relación a la educación, el trabajo,
la economía y la vivienda, lo cual va a determinar modos de vivir y enfermar
distintos. Entonces, es necesario ser conscientes de estas diferencias y apelar no
solo a una perspectiva que tome en cuenta la diferencia binaria, sino a una
perspectiva que visibilice la diversidad y que permita construir una agenda de
género y diversidad en las políticas públicas de salud (Tajer, 2012). Una perspectiva
que de a poco vaya rompiendo las cristalizaciones de sentido que crean formas
sociales y definen los modos de subjetivación, los cuales, entendidos como "una
construcción conceptual que se refiere a la relación entre las formas de
representación que cada sociedad instituye para la confirmación de sujetos aptos
para desplegarse en su interior, y las maneras en que cada sujeto constituye su
singularidad" (Bleichmar 2015 citado en Tajer 2009), son el resultado de una

1
Esta investigación fue llevada a cabo a fines de ver los avances en materia de derechos y políticas
públicas en comparación con los datos relevados en el informe de 2005 "La Gesta del Nombre
Propio".
atribución de sentido que una vez se instituyó. Visibilizar y cuestionar estas
cristalizaciones, vienen a poner en juego la actividad propia del imaginario social
instituyente, proponiendo nuevos sentidos que permitan la constitución de un nuevo
sistema interpretativo. Apelar al paradigma de la diversidad es aceptar que existe
una pluralidad de existenciarios, cambiar la forma binaria de interpretar las
subjetividades y acercarnos a una estructura que fomente la igualdad para evitar
situaciones de marginación, violencia e injusticia.
Conclusión
En el presente trabajo se ha buscado dar cuenta de cómo el conjunto de
significaciones imaginarias propias de una época delimita las formas de
interpretación que una sociedad tiene sobre el mundo en el que vive. Siguiendo esta
línea, y considerando que el sistema que rige el orden social en el que estamos
inmersos es el sistema patriarcal, sabemos que la corriente heteronormativa y
biologicista sigue siendo la forma en que se interpreta a los existenciarios. Pero
"Cuando la ruptura con la cultura biológica del género se hace visible, el hogar
expulsa" (Máximo, 2017). El sistema expulsa. Y pese al avance que implican las
regulaciones a nivel nacional, es necesaria la implementación de una educación
desde la perspectiva de la diversidad para expandir ese universo de significaciones
hacía una pluralidad instituyente. Dinámica e instituyente.
Bibliografía
- Bellucci, M. (1992). ​De los Estudios de la Mujer a los Estudios de Género:
has recorrido un largo camino mujer​. En Fernández, A.M. (Comp) Las
Mujeres en la Imaginación Colectiva (pp. 27-50). Buenos Aires, Argentina:
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- Berkins, L. y Fernández, J. (Coord.)(2005). ​La gesta del nombre propio.
Informe sobre la situación de la comunidad travesti en Argentina​. Buenos
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- Capicua. (2014). ​Aportes para pensar la salud de personas trans.
Actualizando el paradigma de derechos humanos en salud.
www.capicuadiversidad.org
- Castoriadis, C. (1988). ​Prefacio y Lo imaginario. La creación en el dominio
histórico social. En Los dominios del hombre, las encrucijadas del laberinto,
(pp. 9-15 y 64- 75). Barcelona: Gedisa.
- Máximo, M. (2017). ​La revolución de las mariposas. ​Recuperado en:
http://cosecharoja.org/la-revolucion-de-las-mariposas/
- Ruiz, A., Fuster Pravato, L., Wayar, M.,; Mansilla, G.,; Nazábal, K., Otto
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https://www.mpdefensa.gob.ar/publicaciones/la-revolucion-las-mariposas-a-di
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- Tajer, D. (2009). ​Modos de subjetivación: modos de vivir, de enfermar y de
morir. En Tajer D. Heridos Corazones. Vulnerabilidad Coronaria en Varones y
Mujeres (pp 47 – 58). Buenos Aires, Argentina: Paidós.
- Tajer, D. (2012) Construyendo una agenda de género en las políticas
públicas en salud. En Tajer, D. (comp.). Género y Salud. Las Políticas en
acción (pp. 27 – 39). Buenos Aires, Argentina: Lugar.

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