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Presentación

Nombre: Karilenny feliz feliz

Matrícula: 2019-0193

Asignatura: psicología contemporánea

Tema: teoría psicoanalítica, psicodinamica y humanista de los exponentes Sigmund


freud y Abraham Maslow.

Maestra: Deyanira camacho


Universidad Católica Tecnológica de Barahona
(UCATEBA)

Articulo de las teorías psicoanalítica, psicodinamica y humanista de los exponentes


Sigmund Freud y Abraham Maslow

Alumna: Karilenny feliz feliz


Maestra: Deyanira Camacho

9no semestre, 20222


Índice

Resumen……………………………………………………………………………4-5
Introducción …………………………………………………………………………6
Teoría psicoanalítica ……………………………………………………………..7-12
Teoría psicodinámica……………………………………………………………12-13
Teoría humanista………………………………………………………………..13-17
Glosario……………………………………………………………………………..18
Conclusión ………………………………………………………………………….19
Resumen

Cuando hablamos de psicoanálisis todos tendemos a pensar en Sigmund Freud y


efectivamente fue él el que creó esta teoría psicológica, que además es una técnica de
tratamiento y un método de investigación.

El psicoanálisis, por lo tanto, es una alternativa de tratamiento de las enfermedades


mentales que fue creada por Sigmund Freud durante el siglo XX. Freud fue médico y
neurólogo y se le considera como el padre del psicoanálisis.

El psicoanálisis se puede definir como una teoría de análisis clínico que analiza el
inconsciente de las personas para tratar de entender comportamientos, sentimientos y
formas de pensar. Además, como decíamos anteriormente, el psicoanálisis es un método
de terapia y un tratamiento.

En base a lo anterior, podemos distinguir tres elementos fundamentales en el


psicoanálisis:

El método para explorar los procesos mentales inconscientes de la persona.


La técnica para tratar enfermedades mentales.
Las teorías que se derivan de la aplicación de los dos puntos anteriores.

El psicoanálisis parte de la base de que nuestros comportamientos, forma de expresarnos,


sentimientos, recuerdos y voluntades tienen una relación directa con procesos de nuestra
mente que no se regulan de forma lógica porque nacen en el inconsciente.

Para aplicar el psicoanálisis se analizan elementos no conscientes de las personas como


los sueños, los deseos, los miedos, las pasiones, las voluntades, los recuerdos y los
traumas. Todos estos elementos forman la personalidad del paciente.

La terapia psicodinámica es un tipo de terapia psicológica que toma como referencia los
conocimientos de psicólogos tan importantes como Jung, Lacan, Freud o Klein. Su
objetivo es estudiar el inconsciente de la mente humana porque es este el responsable de
la mayoría de las cosas que hacemos.

Aunque para algunos la terapia psicodinámica puede ser similar a la psicoanalítica, lo


cierto es que guardan algunas diferencias. Por ejemplo, la terapia psicodinámica suele ser
más breve que la psicoanalítica, hay evidencia científica que avala su eficacia y utiliza
técnicas de otras corrientes (cognitiva, conductual, etc.). Aun así, no se puede negar la
influencia que tiene y ha tenido el psicoanálisis y Freud en este tipo de terapias.

Como en todas las terapias, el objetivo principal es que exista un equilibrio en la mente
del ser humano. Para ello, se busca que la persona pueda expresar los problemas del
inconsciente con el fin de seguir hacia delante.
El terapeuta psicodinámico lo que hará será ayudarte a que analices y a que le des
significado a traumas, miedos, creencias irracionales, etc. Porque solo de esta manera la
persona podrá recuperar su equilibrio mental.

En el marco de la teoría de las necesidades humanas de Maslow, una necesidad satisfecha


no motiva ningún comportamiento; sólo las necesidades no satisfechas influyen en el
comportamiento y lo encaminan hacia el logro de objetivos individuales. El individuo
nace con un conjunto de necesidades fisiológicas innatas o hereditarias. Al principio, su
comportamiento gira en torno a la satisfacción cíclica de ellas (hambre, sed, ciclo sueño
actividad, sexo, etc.).

A partir de cierta edad, el individuo comienza un largo aprendizaje de nuevos patrones de


necesidades. Surge la necesidad de seguridad, enfocada hacia la protección contra el
peligro, contra las amenazas y contra las privaciones. Las necesidades fisiológicas y las
de seguridad constituyen las necesidades primarias del individuo, y se relacionan con su
conservación personal.

A medida que el individuo logra controlar sus necesidades fisiológicas y de seguridad,


aparecen de manera lenta y gradual necesidades más elevadas: sociales, de autoestima y
de autorrealización. Cuando el individuo logra satisfacer sus necesidades sociales surgen,
por último, las necesidades de autorrealización; esto significa que las necesidades de
autoestima son complementarias de las necesidades sociales, en tanto que las de
autorrealización complementan las de autoestima.
Introducción

En el siguiente articulo se estarán desarrollando tres teorías con las aportaciones y


definiciones de los exponentes Sigmund freud y Abraham Maslow. Las teorías de las que
habláremos aquí son la teoría psicoanalítica, la teoría psicodinamica y la teoría humanista.

Como sabemos cada teoría tiene diferentes aportes de diferentes autores o exponentes que
en algún tiempo de su vida se dedicaron a realizar aportaciones a diferentes corrientes
psicológicas, pero en este articulo la diferencia es que solo tomaremos los aportes y las
definiciones de dos exponentes muy conocidos en la historia de la psicología y las
corrientes psicológicas los cuales ya han sido mencionados.

Comenzaremos con un breve resumen el cual les va a permitir tener una pincelada de lo
que estaremos tratando en este trabajo, luego seguiremos con las definiciones y las
aportaciones que realizan estos exponentes en las diferentes teorías y de paso veremos
cada una de las etapas que tienen estas teorías en cuanto al desarrollo de la conducta y
personalidad de la persona se refiere.

Son de gran importancia estos aportes que realizaron aquellos esponentes en algún tiempo
de su vida pensando en nuestro bienestar, ya que con ellos podemos entender mejor el
proceso de nuestra mente y cómo influye está en lo que es nuestro desarrollo personal así
como en nuestra conducta.

Aquí vamos a poder ver cada uno de los puntos que plantean estos exponentes en estas
corrientes psicológicas, los cuales nos servirán de apoyo para entender mejor estas tres
teorías las cuales son fundamentales en la psicología.

Con esta investigación y estos aportes espero que puedan solucionar cada una de las dudas
que tienen en cuán al desarrollo de la personalidad y la conducta se refiere.
Teoría psicoanalítica

El psicoanálisis surgió de un método terapéutico para determinadas enfermedades


nerviosas que Sigmund Freud y su colega y compatriota Josef Breuer elaboraron
conjuntamente hacia 1890 y que daría como fruto la obra Estudios sobre la histeria (1895).
La primera preocupación de Freud, dentro del campo del psiquismo humano, fue el
estudio de la histeria, a través del cual llegó a la conclusión de que los síntomas histéricos
eran causados por conflictos psíquicos internos reprimidos. Con los años llegaría a la
convicción de que los trastornos mentales tienen su origen en la sexualidad, y de que la
vida sexual comienza ya en la primera infancia (mucho antes de lo que en aquellos
momentos se pensaba), tesis que había de concitar numerosas críticas y oponentes a su
teoría.

Partiendo del presupuesto de que aquella afección era debida a la acción de determinados
hechos del pasado, los cuales, a manera de traumas, habían perturbado la personalidad
psíquica del sujeto, el tratamiento de la histeria debía centrarse en que el paciente
reprodujera los sucesos traumáticos que habían ocasionados tales conflictos. Las intensas
reacciones emotivas provocadas por aquellos hechos no habían tenido manera, en su
momento, de manifestarse libremente; habían sido inhibidas, y hasta su recuerdo había
desaparecido de la conciencia del paciente.

Para hallar el rastro de los hechos del pasado responsables de todo el proceso morboso,
Freud uso primero la hipnosis, con la cual se podían eludir los mecanismos de defensa
que determinaban el olvido del hecho traumático. Una vez restablecido el recuerdo de
aquel hecho, las reacciones emotivas conexas con él encontraban su normal vía de
desahogo, descargándose en aquellos comportamientos (llanto, actitudes mímico-
expresivas y actividades motoras de géneros diversos) con los cuales habitualmente se
expresan los sentimientos más intensos; ello conducía a una atenuación progresiva o
incluso a una anulación de la hipertensión emotiva. De esta manera desaparecían también
las manifestaciones sintomáticas y se producía la normalización del enfermo. Breuer y
Freud llamaron «catártico» a ese método, pues la acción terapéutica consistía en una
liberación de estados afectivos enquistados.

Finalizada por profundas desavenencias su colaboración con Breuer, Freud introdujo otra
técnica de tratamiento: la asociación libre. Al principio era paralela al uso de la hipnosis,
que acabó desechando por considerarla menos efectiva y fiable, y también porque no
podía ser usada en toda clase de pacientes. En las asociaciones libres, el paciente es
llevado a un estado de pasividad y relajación de la atención en el que expresa sin censuras
todo aquello que de forma espontánea le viene a la conciencia (imágenes, recuerdos,
ideas, impresiones).

El trabajo resultaba más largo de esta manera, pero también más seguro y completo. El
material así descubierto era mucho más abundante, y permitía descubrir no sólo hechos
aislados y episódicos (los hechos traumáticos), sino también diagnosticar aquellas
deformaciones generales de la personalidad causadas por los mismos. Con todo, el
objetivo del método de las asociaciones libres (que es el del psicoanálisis propiamente
dicho) es análogo al del método catártico: se trata en ambos casos de obtener la cura por
medio de una exploración de elementos del pasado encubiertos por un olvido más o
menos total, y siempre activos, aunque inconscientes, en el psiquismo del sujeto.

El tratamiento psicoanalítico se enriquecería posteriormente con la interpretación de los


sueños; para Freud, el sueño expresa, de forma latente y a través de un lenguaje de
símbolos, el conflicto que ha originado el trastorno psíquico. La interpretación de los
sueños es una ardua tarea en la que el terapeuta ha de vencer la «resistencia» inconsciente
del sujeto, que censura su trauma como forma de defensa ante la ansiedad que causaría la
mera evocación del mismo. Otro aspecto clave de la terapia psicoanalítica es el análisis
de la «transferencia»: en el curso del tratamiento, los deseos, actitudes y sentimientos
primitivos e infantiles del paciente hacia sus progenitores o hacia las figuras más
representativas de su infancia suelen ser transferidos o proyectados sobre el terapeuta o
sobre otras figuras de su entorno actual (por ejemplo, su jefe o su cónyuge). Su análisis
permitirá al paciente comprender a qué obedecen dichos sentimientos, deseos y
emociones, y reinterpretarlos sin que ocasionen angustia.

❖ El inconsciente

El psicoanálisis no es únicamente un método terapéutico; es también una doctrina


psicológica completa sobre la personalidad y el funcionamiento de la mente humana. Las
investigaciones de Freud sobre la histeria no perseguían inicialmente otro objetivo que
delimitar sus causas y su tratamiento, pero le condujeron a la elaboración de un conjunto
de hipótesis que explicaban la vida mental del hombre, tanto en su desarrollo normal
como en sus alteraciones y trastornos. En diversas etapas y con algunas revisiones o
matizaciones, Freud acabaría trazando una teoría general del dinamismo psíquico, de su
evolución a través de los sucesivos períodos de desarrollo y del impacto de la sociedad,
la cultura y la religión en la personalidad.

En su formulación topográfica, Freud incluyó en el psiquismo tres sistemas: uno


consciente; otro preconsciente, cuyos contenidos pueden pasar al anterior; y otro
inconsciente, cuyos contenidos no tienen acceso a la conciencia. La represión es el
mecanismo que hace que los contenidos del inconsciente permanezcan ocultos. La vida
psíquica se desenvuelve, pues, en tres regiones propias: la conciencia, lo preconsciente y
el inconsciente, las cuales no están separadas entre sí, sino en íntimo y constante contacto.
Lo inconsciente, fundamentalmente constituido por impulsos y tendencias, ejerce
constantemente su acción sobre nuestra vida consciente, expresándose en ella y buscando
formas de apaciguamiento.

No solamente los síntomas neuróticos, sino otras muchas manifestaciones que pueden
encontrarse en individuos sanos (y que tienen apariencia de elementos accidentales de
nuestra vida psíquica) constituyen en realidad la expresión de tendencias subconscientes.
En algunas obras que siguen siendo fundamentales para el psicoanálisis, Freud ilustró los
mecanismos por los cuales las tendencias del subconsciente se expresan en nuestros
sueños (La interpretación de los sueños, 1900), en los lapsus, olvidos y leves trastornos
momentáneos que se producen con mayor o menor frecuencia en la vida de cada cual
(Psicopatología de la vida cotidiana, 1904), en los chistes que se nos ocurren (El chiste y
su relación con lo inconsciente, 1905) e incluso en las creaciones que poetas y artistas
producen para nuestro deleite.

❖ El Yo, el Ello y el Superyó

Freud no podía limitarse a examinar cómo se expresa el inconsciente en las diversas


producciones de la actividad psíquica; necesariamente hubo de plantearse tanto el
problema de los mecanismos que mantienen inconscientes determinados impulsos y
tendencias como el de la naturaleza de esos impulsos. En los años 20, en obras como El
Yo y el Ello (1923), Freud expuso un nuevo análisis del psiquismo que complementa al
anterior; en esta formulación estructural, el aparato psíquico está formado por tres
instancias. La primera, el Ello, es la instancia inconsciente que contiene todas las
pulsiones y se rige por el denominado principio de placer. La segunda, el Yo, tiene
contenidos en su mayoría conscientes, se rige por el principio de realidad y actúa como
intermediario entre el Ello y el Superyó, la tercera instancia del aparato psíquico. El
Superyó, por último, representa las normas morales e ideales.

El Ello, presente desde el nacimiento, es la base de la personalidad; contiene todos los


instintos y recibe su energía de los procesos corporales. Que el Ello ser rija por el principio
de placer significa que evita el dolor y busca el placer mediante dos procesos: las acciones
reflejas y un modo de acción que se denomina proceso primario. Los reflejos son acciones
innatas que reducen la incomodidad de inmediato, como por ejemplo un estornudo. Un
proceso primario puede ser, por ejemplo, la fantasía, es decir, crear una imagen
satisfactoria de lo que se desea. Por ejemplo, si se tiene hambre, se puede comenzar a
imaginar la comida preferida; obviamente, la fantasía no basta para satisfacer el hambre
ni cualquier otra necesidad posible.

Así pues, es función del Yo tratar con la realidad y satisfacer las demandas del Ello, ya
que éste no puede determinar la diferencia entre lo que existe en realidad y lo que está en
la mente. El Yo, en cambio, puede establecer esta distinción, y opera según el principio
de realidad, haciendo de mediador entre los deseos del Ello y las realidades del mundo
exterior.

El Yo intenta satisfacer las urgencias del Ello del modo más apropiado y eficaz. Por
ejemplo, el Ello puede urgir a la persona a ir a dormir de inmediato, sin que importe dónde
se encuentre; el Yo retrasa el sueño hasta encontrar un momento y lugar convenientes.

Según Freud, el proceso de represión que impide al inconsciente expresarse en la


conciencia se produce por el hecho de que ciertas tendencias contrastan con lo que
quisiéramos ser, razón por lo cual las rechazamos y no queremos reconocerlas como
propias. Este yo ideal no incide en nosotros como un modelo que tenemos presente, sino
que se erige en referencia de una instancia autónoma, el Superyó, autoridad interior que
nos hace sentir sus imperativos y ejerce en nosotros su dominio. Algunas veces se deja
sentir abiertamente como voz de la conciencia, sentido del deber, remordimiento, etc.
Pero actúa también inconscientemente en forma automática y silenciosa, produciendo
precisamente, entre otras cosas, la represión.
Freud considera el Superyó como el heredero interior de aquella autoridad exterior que
en la infancia está constituida por los padres. Por un lado, los padres representan para el
niño un ideal, lo que el niño aspira a llegar a ser. Por otro, y por medio de la acción
educativa y de las limitaciones impuestas al niño, los padres constituyen el primer freno
exterior a los impulsos instintivos. Debido a la identificación con los padres, la primitiva
autoridad exterior se torna autoridad interior, en un proceso denominado «introyección».

Tanto el Superyó como el Ello actúan autónomamente en nuestra vida psíquica, haciendo
sentir incesantemente su acción y agitación sobre el Yo. Los conflictos interiores se
desenvuelven precisamente entre estas tres instancias en sus relaciones con aquella otra
constituida por las exigencias del mundo exterior. En obras como Inhibición, síntoma y
angustia (1926), Freud describió la neurosis como una opresión sobre el Yo ejercida por
la excesiva aspereza del Superyó o por la violencia de las tendencias del Ello.

❖ Pulsiones y sexualidad

Paralelamente a este examen de la dinámica de la psique, Freud indagó en la naturaleza


de los contenidos del inconsciente. En este campo, el concepto fundamental en la teoría
freudiana es la «pulsión» (triebe, en alemán), tensión o impulso que tiende a la
consecución de un fin y deriva en distensión y placer cuando el fin es obtenido; es la pieza
básica de la motivación. El placer viene dado por la ausencia de tensión y el displacer por
la presencia de la misma; el organismo, inicialmente, se orienta hacia el placer (principio
de placer) y evita las tensiones, el displacer y la ansiedad.

Inicialmente, Freud diferenció dos tipos de pulsiones: los impulsos del yo o de


autoconservación y los impulsos sexuales. El estudio de la sexualidad (infantil y adulta,
perversa y normal, en el hombre sano y en el neurótico) indujo a Freud a concebir el
impulso sexual como una energía, la «libido», que tiende a polarizarse hacia un objeto
(un individuo del sexo opuesto) con la finalidad específica de la actividad sexual.

No obstante, dicha energía o libido subsiste aunque no se encamine hacia su objeto y


finalidad específicas, y puede orientarse entonces a objetos y finalidades impropias. De
este modo, incluso lo que se llama amor ideal o asexual (o «sublimado», como
técnicamente lo designa el psicoanálisis) o el conjunto de los sentimientos que enlazan al
hombre con los demás hombres (sentimientos sociales) pueden entonces aparecer como
expresiones de la libido. La atenuación de los sentimientos sociales en el hombre
enamorado o la disminuida importancia de la sexualidad en los individuos capaces de
grandes sublimaciones son ejemplos que justifican este concepto de una energía única
que puede canalizarse en variadas direcciones, ser diversamente utilizada y asumir formas
distintas.

Consideraciones análogas permiten establecer una conexión entre los instintos sexuales
y las fuerzas instintivas por las cuales el individuo procura su propia conservación,
defensa y valorización personal, puesto que la potenciación de los impulsos de
conservación se realiza en detrimento de los sexuales, y viceversa. Por esta razón, en
obras ulteriores como Introducción al narcisismo (1914), Freud ensanchó el concepto de
libido, considerándola como una energía que, en las muy variadas formas antes
mencionadas, puede proyectarse al exterior, sobre un objeto (libido objetual), o bien
reconcentrarse hacia el interior, es decir, hacia la defensa y la protección del propio yo
(libido narcisista).
La teoría de los impulsos experimentaría todavía nuevas revisiones en ensayos como Más
allá del principio del placer (1920), en el que aparece un segundo grupo de instintos, los
instintos de muerte, difíciles de identificar, ya que muy a menudo su acción es más
silenciosa y oscura. De este modo, la globalidad de la doctrina freudiana distingue entre
«pulsiones de vida» (Eros), que propician la supervivencia y la reproducción y que
incluyen las dos de la formulación anterior, y «pulsiones de muerte» (Thánatos),
entendidas como la tendencia a la reducción completa de tensiones. También la pulsión
de muerte, como la libido, puede ser derivada al exterior y manifestarse como agresividad
hacia los hombres y las cosas. Sin embargo, a menudo se concentra sobre el yo como
autoagresión; las neurosis graves poseen siempre un fortísimo componente autoagresivo.

❖ El desarrollo de la sexualidad

Freud aportó asimismo una visión evolutiva respecto a la formación de la personalidad al


establecer una serie de etapas en el desarrollo sexual. En cada una de la etapas, el fin es
siempre común: la consecución de placer sexual, que apacigua las tensiones de la libido.
La diferencia entre cada una de ellas está en el objeto que proporciona el placer. El niño
recibe gratificación instintiva desde diferentes zonas del cuerpo en función de la etapa en
que se encuentra; de este modo, a lo largo del crecimiento, la actividad erótica del niño
se centra en diferentes zonas erógenas.

La primera etapa de desarrollo es la etapa oral, en la que la boca es la zona erógena por
excelencia; es la fase del lactante, en la que se configura un primer objeto de placer, el
pecho de la madre, y comprende el primer año de la vida. A continuación se da la etapa
anal, que va hasta los tres años: el niño empieza a objetivarse a sí mismo como foco de
placer y, a la vez, a ejercitarse en el autocontrol; el placer se encuentra en la liberación de
productos de desecho, que reduce la tensión.

Le sigue la etapa fálica, alrededor de los cuatro años, en la que el niño comienza a
desarrollar el interés por el padre del sexo opuesto y pasa por el llamado «complejo de
Edipo». Después de este período, la sexualidad infantil entra en una etapa de latencia
(desde los cinco a los doce años de edad aproximadamente), en la que los instintos
sexuales se reprimen hasta que se reactivan por los cambios fisiológicos que se producen
en el sistema reproductivo durante la pubertad.

Con la pubertad comienza la etapa genital, en la que el individuo desarrolla la atracción


hacia el sexo opuesto y se interesa por formar una unión amorosa con otro. Éste es el
estadio más largo, pues dura desde la adolescencia hasta la senilidad; se caracteriza por
la socialización, la planificación vocacional y las decisiones acerca del matrimonio y la
formación de una familia. Freud sugiere que, dentro de este proceso evolutivo de nuestras
capacidades eróticas, algunos conflictos son especialmente centrales; así, el citado
complejo de Edipo es un crucial nudo de tensiones: el deseo de apropiarse del primer
objeto erótico (la madre) entra en conflicto con la figura paterna, que encarna la autoridad.

A través de estas fases se va constituyendo nuestra compleja identidad: la honda capa del
Ello se compone de impulsos y deseos, muchas veces aún informes o que no encuentran
objetos a los que orientarse; la superior capa de los ideales e imposiciones normativas
constituye el Superyó. En medio, el fluctuante mundo del Yo, que integraría, en sus
expresiones maduras, un equilibrio tanto erótico como estético o moral y que, en las
personalidades dañadas o patológicas, naufraga entre los impulsos no canalizados del
deseo y las normas sólo represivas de la autoridad. Paralelamente a esta evolución
intrapsíquica, se va dando en el sujeto un proceso de socialización en el que se moldean
las relaciones con los demás; para la formación de la personalidad son de suma
importancia los procesos de identificación (habitualmente, con los padres o figuras
relevantes en la infancia), que permiten al individuo incorporar las cualidades de otros en
sí mismo.

Teorias Psicodinámicas

La teoría de la psicodinámica argumenta que la conducta es la consecuencia de fuerzas


psicológicas inherentes al individuo que se da fuera de la conciencia. La teoría
psicodinámica aduce 5 proposiciones ellas son.

1. Que nos comportamos de forma inconsciente


2. En nuestra mente surgen conflictos
3. La personalidad se empieza a formar por experiencias tempranas en la niñez.
4. La manera en como pensamos sobre nosotros mismos influye en como sociabilizamos
con los demás.
5. Tener una personalidad desarrollada influye en como manejamos los sentimientos
sexuales o agresivos si somos dependiente en lugar de independiente.

La orientación psicodinámica en el campo de la salud mental sigue una línea que recoge
el pensamiento psicoanalítico, basándose en que el acto de conducta es siempre un acto
con sentido y con finalidad, con independencia de que el sujeto posea, o no, conocimiento
de los mismos. La metodología derivada de esa concepción apunta, consecuentemente, a
la exploración y objetivación de ese mundo interno del que el sujeto no tiene
conocimiento, considerando lo inadvertido o inconsciente de la conducta como un
componente esencial de la misma, precisamente por considerar que es lo inconsciente lo
que da sentido y soporte a la conducta manifiesta.

Sigmund freud

El ello (id): Conjunto de impulsos y deseos inconscientes que continuamente buscan


expresión. Opera acorde al principio de placer.

El yo (Ego).- Mediador de la realidad, consciente y necesidades instintivas. Opera acorde


al principio de realidad: por medio de razonamiento inteligente, el yo trata de demostrar
la satisfacción de los deseos del id hasta que pueda hacerse de manera segura y exitosa.
Opera en los niveles consciente, subconsciente e inconsciente.

El súper yo (Superego).- No nacemos con él, lo desarrollamos con el tiempo. Son los
estándares sociales que el individuo ha interiorizado, la consciencia y el yo ideal (como
le gustaría ser a la persona).

Mecanismos de defensa.- Cuando el ego es incapaz de controlar los impulsos del id de


manera aceptable para el superyó, experimenta ansiedad. La ansiedad causa sentimientos
de desasosiego, aprensión o preocupación. El ego recurre al uso de una variedad de
mecanismos de defensa para reducir la incomodidad causada por la ansiedad.
• Negación: Rehusarse a reconocer una realidad dolorosa o amenazante.
• Represión: Excluir de la consciencia pensamientos incomodos
• Proyección: Atribuir a otros los propios motivos, sentimientos o deseos
reprimidos.
• Identificación: Adoptar las características de alguien más para evitar sentirse
incompetente.
• Regresión: Volver a la conducta y las defensas infantiles.
• Intelectualización: Pensar de manera abstracta acerca de problemas estresantes.
• Reacción formativa: Expresión de ideas exageradas que son lo opuesto de las
creencias o sentimientos reprimidos.
• Desplazamientos: Cambiar los motivos reprimidos de un objeto original a un
objeto sustituto.
• Sublimación: Reorientar los motivos y sentimientos reprimidos en canales
socialmente más aceptables.

La teoría de Freud del desarrollo de la personalidad es psicosexual, se concentra en la


forma en la que satisfacemos el instinto sexual en el curso de la vida. Hay varias etapas,
cada una es enfocada en diferentes partes del cuerpo:

• -Etapa oral
• -Etapa anal
• -Etapa fálica
• -Etapa de latencia
• -Etapa genital

Teoría humanista

La Teoría de las Necesidades Humanas de fue propuesta por Abraham Maslow (1908-
1970), psicólogo estadounidense, conocido como uno de los fundadores y principales
exponentes de la Psicología Humanista. Maslow se opuso firmemente a los modelos
predominantes hasta la época: el modelo Conductista y el Psicoanálisis. Fue en el S.XX,
entre los años 40 y 50, cuando aparece una nueva corriente psicológica: la Psicología
Humanista. Es una corriente psicológica que postula la existencia de una tendencia
humana básica enfocada hacia la salud mental. Su postura se suele clasificar en psicología
como una «tercera fuerza».

El trabajo más conocido de Maslow es la Pirámide de las Necesidades enmarcada dentro


de la Teoría de las Necesidades Humanas. Este modelo plantea una jerarquía de las
necesidades humanas, en la que la satisfacción de las necesidades más básicas o
subordinadas da lugar a la generación sucesiva de necesidades más altas o superiores. Así
pues, según Maslow, la necesidad es lo que si no se cubre o se satisface, la persona se
pondrá enferma o se morirá.

De acuerdo con Maslow y su teoría de las necesidades humanas, nuestras necesidades


están distribuidas en una pirámide, dependiendo de la importancia e influencia que tengan
en el comportamiento humano. En la base de la pirámide se encuentran las necesidades
más elementales y recurrentes (denominadas necesidades primarias), en tanto que en la
cima se hallan las más sofisticadas y abstractas (las necesidades secundarias).

• Autorrealización

Maslow afirma que tenemos una tendencia innata hacia la autorrealización: la motivación
innata de todo ser humano para realizar su potencial utilizando sus aptitudes y
capacidades. Es decir, lo que nos mueve o los motivos que tenemos para actuar, es la
voluntad que para tener cubiertas aquellas necesidades que desarrollamos. Por lo tanto,
para llegar a la autorrealización, debemos satisfacer necesidades inferiores para ir
subiendo de nivel en la Pirámide de Maslow.

La idea básica de esta jerarquía es que las necesidades más altas ocupan nuestra atención
sólo cuando se han satisfecho las necesidades inferiores de la pirámide. Las fuerzas de
crecimiento dan lugar a un movimiento ascendente en la jerarquía, mientras que las
fuerzas regresivas empujan las necesidades prepotentes hacia abajo en la jerarquía. Según
la pirámide de Maslow:

Las necesidades fisiológicas, las de seguridad y protección, y las de amor y pertenencia


(las 3 necesidades empezando por la base de la pirámide) se consideran motivaciones de
carencia y de reconocimiento y autorrealización son consideradas motivaciones de
conocimiento.

De esta manera, tenemos que satisfacer cada necesidad empezando por la base de la
pirámide, antes de que la siguiente necesidad nos motive. Finalmente llegaremos a la cima
de la pirámide: la autorrealización, un momento de la vida donde te sientes feliz y
totalmente autorrealizado.

❖ Tipos de Comportamientos

Para satisfacer las necesidades encontramos tres tipos de comportamientos:

• Constructivos: se consigue satisfacer las necesidades y todo el mundo se


beneficia.
• Destructivos: se consigue satisfacer las necesidades pero no todo el mundo se
beneficia.
• Fallidos: no se alcanza el objetivo de satisfacer las necesidades.

En la práctica, esta teoría consiste en buscar un comportamiento constructivo,


evitando los destructivos y fallidos para cada uno de los niveles de la pirámide. A
continuación os vamos a explicar con ejemplos en qué consiste cada necesidad y
los posibles tipos de comportamientos: Constructivo, destructivo y fallido.

1. Primer nivel: necesidades fisiológicas

Las necesidades fisiológicas constituyen el nivel más bajo dentro de la teoría de las
necesidades humanas. Son las necesidades innatas, como la necesidad de alimentación,
sueño y reposo, abrigo, o el deseo sexual. También se denominan necesidades biológicas
o básicas, que exigen satisfacción cíclica y reiterada para garantizar la supervivencia del
individuo. La vida humana es una búsqueda continua y constante de la satisfacción de
estas necesidades elementales, pero inaplazables. En el momento en que alguna de ellas
no puede satisfacerse, domina la dirección del comportamiento de la persona.

Este es el nivel inferior, donde se encuentra la necesidad de satisfacer los impulsos


biológicos o fisiológicos más básicos, como la comida o la vivienda.

• Constructivo: Una chica llega al piso de estudiantes y no hay nada de comida, así
que decide ir comprar la comida para ella y para todas sus compañeras de piso,
para que ellas también puedan comer
• Destructivo: Una chica llega al piso de estudiantes y no hay nada de comida, así
que decide ir a comprar la comida justa y necesaria para que pueda comer, sin
pensar en sus compañeras.
• Fallido: Una chica llega al piso de estudiantes y no hay nada para comer, pero no
tiene tiempo de ir a comprar porque tiene que coger el tren. Así que hace las
maletas y marcha sin comer nada.

2. Segundo nivel: necesidades de seguridad y protección

Constituyen el segundo nivel dentro de la teoría de las necesidades humanas. Llevan a


que la persona se proteja de cualquier peligro real o imaginario, físico o abstracto. La
búsqueda de protección frente a la amenaza o la privación, la huida ante el peligro, la
búsqueda de un mundo ordenado y previsible, son manifestaciones típicas de estas
necesidades. Surgen en el comportamiento humano cuando las necesidades fisiológicas
están relativamente satisfechas.

Al igual que aquéllas, también están estrechamente ligadas con la supervivencia de las
personas. Las necesidades de seguridad tienen gran importancia, ya que en la vida
organizacional las personas dependen de la organización, y las decisiones administrativas
arbitrarias o las decisiones inconsistentes o incoherentes pueden provocar incertidumbre
o inseguridad en las personas en cuanto a su permanencia en el trabajo.

En el segundo nivel sitúa la necesidad de vivir en un entorno estable y sin amenazas.

• Constructivo: Suben el sueldo a todos los trabajadores de un restaurante, gracias


al buen funcionamiento del mismo.
• Destructivo: El funcionamiento del restaurante empieza a desfallecer, así que
despiden a una parte del personal para está bien económicamente.
• Fallido: El funcionamiento del restaurante no va bien, así que se ven obligados a
cerrarlo.

3. Tercer nivel: necesidad de afecto y pertenencia

Están relacionadas con la vida del individuo en sociedad, junto a otras personas. Son las
necesidades de asociación, participación, aceptación por parte de los colegas, amistad,
afecto y amor. Surgen en el comportamiento cuando las necesidades elementales
(fisiológicas y de seguridad) se hallan relativamente satisfechas. Cuando las necesidades
sociales no están suficientemente satisfechas, la persona se torna reacia, antagónica y
hostil con las personas que la rodean.
La frustración de estas necesidades conduce, generalmente, a la desadaptación social y a
la soledad. La necesidad de dar y recibir afecto es un motivador importante del
comportamiento humano cuando se aplica la administración participativa. En el tercero,
la necesidad de afiliación, el interés por vivir en sociedades, de relacionarse con los demás
o tener amigos.

• Constructivo: Una madre muy cariñosa, cada día abarca a sus tres hijos.
• Destructivo: Una madre muy cariñosa, cada día abarca sólo a dos hijos, al otro
nunca le muestra amor y afecto
• Fallido: Una madre nunca abraza ni da afecto a sus hijos

4. Cuarto nivel: necesidad de reconocimiento

Están relacionadas con la manera como se ve y se evalúa la persona, es decir, con la


autoevaluación y la autoestima. Esta necesidad ocupa el cuarto lugar de la pirámide de la
teoría de las necesidades. Incluye la seguridad en sí mismo, la confianza en sí mismo, la
necesidad de aprobación y reconocimiento social, de estatus, prestigio, reputación y
consideración. La satisfacción de estas necesidades conduce a sentimientos de confianza
en sí mismo, valor, fuerza, prestigio, poder, capacidad y utilidad.

Su frustración puede provocar sentimientos de inferioridad, debilidad, dependencia y


desamparo, los cuales a la vez pueden llevar al desánimo o a ejecutar actividades
compensatorias. A continuación aparece la necesidad de autoestima, de valoración y
reconocimiento personal:

• Constructivo: Una profesora de instituto se hace valer y respetar por sus alumnos,
dentro de un ambiente armonioso.
• Destructivo: Una profesora de instituto se hace valer y respetar gritando y
ridiculizando a sus alumnos.
• Fallido: Una profesora de instituto no es respetada por sus alumnos por falta de
autoridad.

5. Quinto nivel: autorrealización

La autorrealización es la necesidad más elevada dentro de la teoría de las necesidades y


se hallan en la cima de la jerarquía de la pirámide. Estas necesidades llevan a las personas
a desarrollar su propio potencial y realizarse como criaturas humanas durante toda la vida.
Esta tendencia se expresa mediante el impulso de superarse cada vez más y llegar a
realizar todas las potencialidades de la persona. Las necesidades de autorrealización se
relacionan con autonomía, independencia, autocontrol, competencia y plena realización
del potencial de cada persona, de los talentos individuales.

En tanto las cuatro necesidades anteriores pueden satisfacerse mediante recompensas


externas (extrínsecas) a la persona, que tienen una realidad concreta (dinero, alimento,
amistades, elogios de otras personas), las necesidades de autorrealización sólo pueden
satisfacerse mediante recompensas intrínsecas que las personas se dan a sí mismas (por
ejemplo, sentimiento de realización), y que no son observables ni controlables por los
demás.
Y por último, en el nivel superior se encuentra la necesidad de autorrealización personal.
Va señalar que estas necesidades están jerarquizadas de forma que primero se satisface la
necesidad más básica para ir ascendiendo progresivamente hasta llegar a la necesidad de
autorrealización, como más arriba de la pirámide, más motivado está el individuo.

• Constructivo: Un buen actor que realiza una película americana muy famosa.
• Destructivo: Una modelo hace caer a una su compañera, para quedarse ella con su
sitio.
• Fallido: Una chica que su deseo es ser bailarina, ensaya durante mucho tiempo
por un casting, pero no la termina superando.
• Las demás necesidades no motivan el comportamiento cuando se han satisfecho;
por su parte, las necesidades de autorrealización pueden ser insaciables, puesto
que cuanto más recompensas obtenga la persona, más importante se vuelven y
deseará satisfacer dichas necesidades cada vez más. No importa qué tan satisfecha
esté la persona, pues ésta siempre querrá más.
Glosario

• formulación topográfica: formulación descrita detalladamente incluyendo cada


uno de los elementos que la componen.

• Antagónica: Un antagonista es una sustancia química o un fármaco que se une a


los receptores del cerebro y evita que un agonista tenga una reacción. Los
antagonistas se adhieren a los receptores del cerebro y bloquean el efecto de los
agonistas

• Hostil: es una actitud cognitiva negativa, es decir gracias a esta emoción nosotros
evaluamos a las otras personas negativamente considerándoles causantes de las
situaciones agresivas que sufrimos.

• Intrapsíquica: Que ocurre dentro de la mente o psique.

• Edipo: se refiere a la existencia simultánea de sentimientos amorosos y hostiles


hacia sus padres o cuidadores.

• Eros: es vida y vitalidad, dinamismo, sexualidad y búsqueda de placer y


supervivencia.

• Thanatos: representa el deseo inconsciente de muerte, de vuelta a lo inorgánico,


de regresión, reposo y disolución

• Libido: Es una parte que dirige nuestro comportamiento de forma inconsciente en


búsqueda de ese deleite. En psicología es el deseo sexual de una persona.

• Inconsciente: es la parte más primitiva y originaria del psiquismo y al mismo


tiempo la parte más próxima, a las fuentes de las pulsiones.

• Subconsciente: que intermedia entre el inconsciente y el consciente, donde pueden


acceder ciertos contenidos.
Conclusión

Al concluir este articulo pudimos ver como cada uno de estos exponentes define y da sus
aportaciones a las teorías que se dedicaron estudiar o que más les interesaron.

Freud con el psicoanálisis lo que busca es poder estudiar la mente humana y buscar
posibles tratamientos a las enfermedades mentales, pero este a diferencia de los demás se
centra más en estudiar el inconsciente ya que según su teoría la mayoría de nuestras
conductas estan relacionadas con nuestro inconsciente.

Más sin embargo la teoría psicodinamica y la teoría psicoanalítica tienen cierta relación
ya que ambas estudian el inconsciente y su mayor exponente es Sigmund freud. Esta
teoría también nos dice que mayoría de las cosas que hacemos provienen de nuestro
inconsciente, es decir al teorías estudian lo más profundo de la psique humana. Pero
además de esto también tienen algunas diferencias ya que la teoría psicodinamica es más
breve que la teoría psicoanalítica y también utiliza técnicas de otras teorías.

Ahora bien Maslow con la teoría humanista nos explica que cada uno de nosotros los
seres humanos tenemos necesidades las cuales al no ser satisfechas influyen en lo que es
nuestro comportamiento. Cada necesidad humana que tenemos deben ser satisfecha para
tener un buen desarrollo de nuestra conducta. También pudimos observar que una
necesidad básica satisfecha le da lugar a la otra necesidad siguiente y si las necesidades
no se cubren o no se satisfacen la persona se podría enfermar e incluso morir.

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