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Fragmento de guardia externa de Hospital de niños Dr.

Ricardo Gutiérrez

Para iniciar, me gustaría ubicar sobre el eje institucional los movimientos producidos
en la institución debido al contexto de la pandemia. La admisión de pacientes en
Salud Mental tanto en este hospital como en muchos de Buenos Aires estuvo
detenida, lo que conlleva como consecuencia inmediata una sobrecarga en la
guardia debido a las urgencias insistentes de la población.
En la actualidad, de a poco se va restaurando la atención en los distintos hospitales
y se abren los distintos espacios dedicados a la Salud Mental que habían tenido que
pasar a la virtualidad o cerrarse. Es por ello que incluso podemos realizar esta
práctica.
En el funcionamiento del servicio del Hospital Gutiérrez se ve reflejado, en el recorte
del caso a continuación, cómo la crisis sanitaria repercutió directamente en los
recursos disponibles para brindar atención y dar seguimiento de los pacientes que
ingresan a una guardia.
Siguiendo con el eje profesional, actualmente la institución desarrolla atención en
salud mental en diversas las Áreas que conforman el Servicio de Salud Mental:
consultorios externos (organizado en cuatro áreas, según la franja etárea de los
niños que se atienden), interconsulta, internación psiquiátrica, guardia y hospital de
día. Los alumnos podrán rotar por el dispositivo de guardia.
La guardia de Salud mental, funciona las 24 horas. No depende del Servicio de
Salud Mental, sino del Departamento de Urgencias. Se encuentra ubicada
físicamente dentro de la guardia General. Cuenta con un psiquiatra y un psicólogo
de guardia de planta y un residente de psicología y uno de psiquiatría por día.
Atiende tanto las consultas externas (tales como excitaciones psicomotrices,
descompensaciones psicóticas, episodios de angustia, sospechas de abuso sexual
y maltratos, entre otros); como la demanda interna que puede ser solicitada por las
distintas Unidades de Clínica Médica.
En el marco de la práctica profesional, se asiste a la guardia donde se puede
acompañar al equipo a recibir un paciente traído a la guardia por el SAME, tras un
incidente en la escuela donde habría tenido un brote psicótico. Se indica que el
paciente toma risperidona habitualmente y que el día anterior no la habría tomado.
El SAME pide la admisión del paciente a la guardia por lo que se consulta a la
trabajadora social y esta comienza a reunir al equipo para atender la consulta. En
ese momento no se encuentran disponibles la psicóloga ni la psiquiatra de guardia,
pero se indica que el paciente se encuentra dormido en una camilla acompañado
por su madre, por lo que la trabajadora social reúne un equipo compuesto por una
residente de Psicología y dos residentes de Psiquiatría.
El equipo revisa la historia clínica del paciente, ubicando su última evolución en
septiembre del año anterior (actualmente abril), donde había entrado a esta misma
guardia.
El intercambio se da en uno de los pasillos del hospital, dirigido por la trabajadora
social, en la salida de un ascensor, donde Alan, de 11 años, permanece dormido
durante los aproximadamente 40 minutos de conversación con su madre. Es decir
que la consulta viene por parte de su madre a partir de un suceso dado en la
escuela durante esa jornada.
La madre de Alan, María, manifiesta haber sido llamada por la escuela tras un
“brote” en el cual se habría enojado con sus compañeros y habría reaccionado de
manera violenta. La madre describe que al ser de contextura grande todos le tienen
miedo. Alan le habría dicho que lo estaban molestando.
Se interroga sobre el motivo del llamado al SAME, dado que es habitual en escuelas
que esas cosas sucedan, pero no se ubica con precisión respuesta al
cuestionamiento. La mujer se muestra angustiada y sobrepasada por la situación,
narra de manera verborrágica y con lujo de detalles sobre Alan y su historia de vida.
Alan estaría medicado con risperidona, medicación dada por el psiquiatra de guardia
de este mismo hospital cuando el niño había ingresado en septiembre del año
anterior por un intento de suicidio: intenta colgarse de una ventana de su casa.
También habría querido tirarse del techo de la casa de su abuela.
En dicho momento, se habría indicado la medicación y habría sido derivado a
consultorios externos del hospital Ameghino. La mamá comenta que allí no fueron
admitidos, que no pudo conseguir turno y que se acerca al CESAC 25 del barrio 31
para renovar la receta de la medicación cuando necesita comprarla. Es decir, que no
hay psiquiatra tratante que la controle y regule. La madre afirma haber vuelto al
hospital en octubre, pero eso no está cargado en la evolución que visualizó el
equipo.
Ella agrega, tras la intervención del psiquiatra, que el día anterior a la fecha no tomó
la medicación, y que a veces si lo encuentra somnoliento y decaído le da la mitad de
la medicación indicada.
Al interrogar sobre por qué motivo Alan se encuentra dormido, se cuenta que está
cansado porque a la noche no durmió. Esto sería recurrente por lo que hay días que
no duerme, anteriormente una de las consultas en la guardia habría sido por estar
36 horas sin dormir, lo cual era preocupante. Es interesante esta parte del relato,
dado que Alan no podía dormir la noche anterior pero tampoco tomó la medicación,
siendo que su madre reducía la medicación cuando lo veía cansado o decaído.
Cuenta brevemente que a veces Alan le cuenta sueños extraños que tiene, que para
él son ciertamente la realidad, como por ejemplo que en la plaza cercana a su casa
hay un bunker debajo de la tierra.
Como datos relevantes narrados por la madre del paciente, podemos mencionar
que Alan convive con su mamá y sus 2 hermanas más pequeñas. Comenta que a
menudo Alan asusta a sus hermanas con tijeras o en la oscuridad, amenazandolas
de muerte. Su mamá cuenta como quien no quiere la cosa que en su domicilio no
tienen cuchillos y que las puertas no tienen cerraduras para que no vuelva a
suceder lo acontecido en septiembre pasado. La madre dice encontrarse
sobrepasada porque a pesar de querer defender y proteger de todo a Alan, aun así
no puede entender algunas conductas de su hijo y muchas otras no lo reconoce.
Sobre el papá de Alan, este se habría suicidado cuando el niño tenía 6 meses. La
madre rehizo su vida con el papá de las hermanas de Alan y a quien el también
llamaría papá. Actualmente se encuentra separada de dicha persona y tendría una
nueva relación, lo cual traería asperezas con la familia de su ex pareja (no se
entiende si de él papá de Alan o el papá de las niñas). Cuando Alan visita a su
familia estos “le llenan la cabeza” en contra de su madre.
Según su madre, Alan manifiesta querer quitarse la vida constantemente porque
“nadie lo quiere” refiriéndose a su familia en general y porque se siente “feo”.
Cuando se cuestiona sobre estos dichos, la mujer manifiesta que Alan se habría
enterado de que el padre de sus hermanas no era realmente su padre biológico
hace algún tiempo. Tiempo que coincide con el comienzo de las manifestaciones
extrañas que mantiene. Aparentemente, en una familia donde se habla de todo, sin
regular la información dada a menores, se habrían olvidado de informar a Alan
sobre sus orígenes.
Hábilmente, la residente de Psicología interviene preguntando a esta madre si veía
en su hijo conductas similares a las que tenía su papá antes de suicidarse, dado el
nexo lógico de que el niño intentaba hacer lo mismo. Fue el único momento en el
que la mujer se quedó callada, la pregunta la descolocó totalmente y era claro que
nunca lo había pensado de esa manera.
Allí cuenta que días antes de lo sucedido, el papá de Alan tenía problemas para
dormir también y que muchas veces se quedaba mirando fijo en la oscuridad,
diciendo que veía a alguien. Luego Alan pasa unos días internado por una
enfermedad que no recuerdo pero del estilo de la bronquitis, y su mamá lo cuida
mientras su padre va a verlo en el horario de visitas. El último día que visitó a Alan
se despidió diciendo que él tenía que “entregarse para salvarlo, para que se lo
lleven a él en su lugar”. Al día siguiente a Alan le darían el alta y su padre sería
encontrado sin vida, dejando una carta que esta madre nunca se animó a leer.
En medio del relato de esto último, Alan se despierta y se interrumpe la
conversación para que el equipo decida los pasos a seguir en el caso. Mientras se
evalúa qué estrategia tomar, la trabajadora social se comunica con un contacto del
CESAC 25 para ver si Alan estaba allí admitido, lo cual fue denegado. Tras la vuelta
de la psiquiatra de guardia, se pacta evaluar a Alan en breve ahora que ya está
despierto.
Queda pendiente ubicar entonces, si la urgencia subjetiva que trae la madre
coincide con la urgencia subjetiva del paciente, o si el síntoma toma otra dimensión
no contemplada. Ver de qué manera pasar de la urgencia generalizable a la
urgencia subjetiva.
Como se menciona en el escrito “Un niño se ha perdido” de Maria Marta Rodriguez
y Carlos Pelaez (año), un niño puede enfrentarse a diferentes formas de
desamparo, situaciones en las cuales un niño se enfrenta al desamparo ya que el
adulto que le hace de espejo no lo reconoce como sujeto perteneciente al “mundo
infantil” y queda expuesto a cuestiones que deberían quedar de lado. Ese niño se ha
perdido porque pasa a ser un adulto en miniatura que se ha caído de la escena de
la infancia.
En la infancia debe haber un Otro que haga de función de sostén y lo aloje para su
constitución subjetiva. Sin embargo, la característica de la población de los niños
que acuden al servicio de Salud Mental del Hospital de Gutiérrez es justamente la
de estos niños que se han perdido, donde el desamparo es notable y las cuestiones
familiares son importantes dado que no pueden valerse solos.
Es este también el caso de Alan, que dadas las condiciones de vulnerabilidad
presentadas queda expuesto al desamparo, e incluso sus conductas de riesgo
pueden ser pensadas como forma de llamado a un Otro que desfallece en su
función. Y ante esto, se acude al Hospital en busca del sostén de un Otro que lo
aloje, donde haya un amparo posible. Viviana Garaventa (año) dirá que allí se busca
un tercero en apelación donde re-habilitar la función de la ternura
Se resalta la importancia de la función que cumple el Servicio de Salud Mental del
Hospital Gutiérrez con la población que acude a él si el hospital, y el impacto que
tiene en ella que la crisis sanitaria no permita brindar un servicio adecuado a la
demanda.

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