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Una mirada psicoanalítica

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1'1'111, y 1·11 l.1 1iQyャGイセ、。@ Autónoma de Madr-id,
fé;p.lrl.r. h 11\ll 1nbro tiwbr en función did:íctica
dl' 1.1 r\·.ucmion Psicoanalítica Argentina,
;¡dscnpta a la Asoci;¡ción Psicoanalítica
lntern;¡cional. y miembro fundador del Centro
Psicoanalítico Celes Cár-camo en Quilmes, filial
rle la Asociaoón Psico;¡nalítica Argentina. En
セュッ。ウ@ instituciones se dedica a la docencia.
1j,¡ publrc;H.lo ar·ticulos en diferentes revistas
d1· l.1 '"·I'<'CJ;llr<brl
fi:.Jtl11'.111' '· ··•· cf,",t'IIIIWJ)(J como con·csponsal
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Índice

Reisfeld, Silvia

1
1
Tatuajes: Una mirada psicoanalítica.-1' ed.· Buenos Aires: Paidós, 2004
176 p.; 23xl5,5 cm.· (Diagonales)

ISBN 950-12-0505-3

l. Psicología. Procesos mentales conscientes e inteligencia. Comunicación


CDD 153.6

Cubierta de Gustavo Macri

ZセᄀGN@ ,, 1' edición, 2004


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¡1'.!. : La rrproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma que sea, idénttca o
modificada, escrita a máquina, por el sistema "multigraph", mimeógraio, impreso por
Reconocimiento ............................................................................... .. 11
fotocopia, fotoduplicación, etc., no autorizada por Jos editores, viola dererhos reserva-
dos. Cualquier utilización debe ser previamente solicitada.
Algunas palabras preliminares ............................................. ,........ . 13

Gセ@セ@ セ@ 1
© 2004 de todas las ediciones
Editorial Paidós SA!CF
Defensa 599, Buenos Aires
e-mail: literaria@editorialpaidos.com.ar
Prólogo

l. Orígenes, historia y ::-.ctualidad


15.

21
www.paidosarge;,tina.com.ar
2. El cuerpo, un enfoque interdisciplinario ............................... .. 33
11
) Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723
3. Piel 45
Impreso en la Argentina. Printed in Argentina

4. La mirada 57
,, Impreso en Talleres Gráficos D' Aversa
! Vicente López 318, Quilmes, Buenos Aires
5. Tatuaje y adolescencia: ¿moda o síntoma?.............................. 65
en marzo de 2004

6. El primer tatuaje 75
Tirada: 2000 ejemplares

7. Tatuaje y escritura....................................................................... 89
/
8 SILVIA REISFELD

8. Tatuaje y erotismo....................................................................... 95

9. El tatuaje y la experiencia del dolor ......................................... 105

10. Tatuajes múltiples ....................................................................... 117

11. Tatuaje y adicciones .................................................................... 127

12. Tatuaje y discurso de los medios .............................................. 149

Anexo: Entrevista al Mago Ilustrado ............................................. 161

A Álvaro
y mis hijos, Santiago y Camila.
セj@

· Reconocimiento

Quiero agradecer en primer lugar a todos aquellos que se mostra-


ron tan dispuestos a responder mis preguntas y cuyas entrevistas
sirvieron de estímulo y soporte a la realización de este libro; en
particular, al"Mago Ilustrado", quien me concedió generosamente
su tiempo. Al Dr. Noel Altamirano, por alentarme a emprender es-
ta aventura intelectual y haberse tornado el trabajo de leer atenta-
mente cada capítulo y aportar sus observaciones; a mis amigas,
Mirta Segoviano, colega que participé desde el inici0 、セ@ mis in-
ᄀセA@ quietudes, y a Débora Wiskitski, que no dejó de enviarme por e-
?.'Z|セ@ 2 rnail cuanta información aparecía sobre el terna. Y por cierto, a mi
ᄋ_セ@ familia, por su apoyo constante.
,"'1.1
Algunas palabras
preliminares·

Este libro se basa en una investigación de campo iniciada en 1996,


a partir de entrevistas a jóvenes tatuados de ambos sexos y profe-
sionales dedicados a esta práctica. Más que elaborar teorizaciones
a priori, mi intención fue abrirme a un universo experiencia! dife-
rente, descubrir quiénes se tatuaban y por qué lo hacían a partir de
sus tatuajes mismos. Por lo tanto, las entrevistas no siguieron un
patrón determinado y las preguntas surgieron de acuerdo con la
mayor o menor disposición del entrevistado para dialogar conmi-
go y el clima emocional del encuentro. La mayoría fueron realiza-
das en distintos locales de tatuaje o abordando a los jóvenes en las
¡; inmediaciones de éstos. Con el tiempo, también conté con la cola-
h
;1 boración de amistades o colegas que, conociendo mi proyecto de

セ@
trabajo, me remitieron a personas tatuadas dispuestas a ser entre-
vistadas.
Del total de entrevistas, seleccioné fragmentos de aquellas que
permitían ilustrar las hipótesis que esbozo a lo largo del libro. Casi
todos los capítulos ejemplifican testimonios diferentes. No me
preocupé en indagar sobre datos personales salvo algunos de índo-
le general, como la edad y qué hacía el sujeto en ese momento de
su vida. No sólo ignoro los apellidos, sus nombres también han si-
14 SILVIA REISFELD

do modificados. Mi exploración giró específicamente en torno al


tatuaje. Esta actitud posibilitó que los sujetos se sintieran más
Prólogo
libres de comentar sus impresiones, e incluso que aportaran espon-
táneamente aspectos de su intimidad. La única excepción es la en-
trevista al"Mago ilustrado" (véase Anexo), material que expresa-
mente no analizo sino presento a modo de cierre.
Una segunda fuente de ilustración proviene de diversos medios:
revistas o libros dedicados al tema, programas de televisión, pelí-
culas de cine, notas breves o artículos periodísticos, avisos publici-
tarios y sitios de Internet. Desde otra vertiente, dedico un capítulo
a la presencia del tema del tatuaje en la obra de algunos escritores
de amplio reconocimiento.
Por último, en los capítulos 2, 3 y 4 desarrollo las temáticas del
cuerpo, la piel y la mirada, a la luz de contribuciones tanto psicoa-
nalíticas como de otras disciplinas. Se trata de nociones esenciales
a la comprensión del fenómeno del tatuaje. Los diferentes enfoques
tratados constituyen un sustento teórico que facilita el seguimiento
de los demás capítulos.

A MODO DE UNA POÉTICA DEL CUERPO, LA PIEL Y EL TATUAJE

Este libro, Tatuajes. Una mirada psic:oanalítica, nos lleva a conocer di-
mensiones insospechadas que se entretejen en un simple diseño
alojado en la piel. El subtítulo indica que se hará una aproximación
1 psicoanalítica sobre el tatuaje, lo cual es rigurosamente cierto, pero
un recorrido por UQ⦅セAZG@ distintos capftulos nos hace concluir que su
Bゥセ@
セ@ abordaje sobrepasa lo estrictamente psicoanalítico y, en no poca
セᄋQ@
medida, se convierte en un enfoque multidisciplinario. En este sen-
セG@ tido cabe señalar que la recolección del material investigado se ba-
sa en un trabajo de campo hecho con acuidad.
Lo más profundo es la piel, ha dicho Paul Valéry. Es posible que es-
ta aseveraCión paradójica sea compartida por las personas tatuadas
C.:
y los tatuadores, quienes consideran que la piel es un lienzo huma-

! セ@
f,
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' no donde se dibuja y pinta el arte milenario del tatuaje. También la
debe de compartir Silvia Reisfeld, quien nos sorprende al demos-
trarnos que existe una gran riqueza connotativa en una superficie
í 1
somática tatuada.
Freud resuelve la paradoja en cuestión cuando nos dice que el
ti yo es una esencia-cuerpo o la proyección de una superficie. Desde
16 NOEL ALTAMIRANO PRÓLOGO 17

el plano filosófico Gilles Deleuze (en Conversaciones, Pre-textos, Cuando ustedes le hayan fabricado un cuerpo sin
1;
1996) concibe la filosofía como una dermatología general o arte de órganos le habrán emancipado de todos sus
automatismos y habrán hecho recobrar
las superficies. Y concluye con una frase que puede ser válida para
"'¡
,,:i·¡
""l una teoría general del tatuaje: «La arqueología es la construcción
su auténtica libertad.
de una superficie de inscripción». Esta aserción hace resonancia en
La frase «Cuerpo sin órganos» es tomada por Gilles Deleuze y
las ideas del escritor cubano Severo Sarduy (1999), quien piensa
Félix Guattari, primero en el libro El Antiedipo. Capitalismo y esqui-
que su autobiografía puede ser reconstruida a partir de las inscrip-
zofrenia (Barra!, 1973) y luego en Mil mesetas (Pre-textos, 2000) y la
ciones en su cuerpo en forma de cicatrices y suturas producidas
convierten en una ideación con diversas ramificaciones. En el pri-
Gaセ@ por accidentes o enfermedades, las que constituyen una verdadera
mer libro establecen el estatuto del cuerpo sin órganos, en cone-
arqueología de la piel. Estas citas incluyen alusiones a lo que po-
xión con lo que ellos designan como esquizoanálisis. En el segun-
dría llamarse el trípode que sostiene al tatuaje: el cuerpo, la piel y

l,,r
do libro se refieren a la producción de distintas clases de cuerpo:
la mirada, que son, precisamente, los títulos de los capítulos 2, 3 y
cuerpo paranoico, cuerpo esquizofrénico, cuerpo drogado, cuerpo
4 de este libro.
masoquista, etcétera. Resulta llamativa la receta que dan para obte-
Más allá de su condición carnal y orgánica, el cuerpo deviene
ner un cuerpo masoquista. Aclaran que no se trata de una fantasía
en constructo en diversas disciplinas, como la antropología, la so-
sino de un programa, para cuya consecución es necesario el pasaje
ciología, la política, el psicoanálisis, etcétera. Es así que el cuerpo
por nueve etapas de terribles tormentos físicos. Resultado: el ma-
¡:: es trabajado y producido socialmente: para Foucault existe una
soquista se ha hecho un cuerpo sin órganos y está sólo habitado
,¡¡,1 tecnología política del cuerpo; Terry Eagleton habla de una <<nue-
por ondas doloríficas, por intensidades de dolor.
l:
f
va somática» debido al retroceso de las energías revolucionarias
A propósito del «cuerpo masoquista», en el capítulo 9 Silvia
f1 que se mudan en una preocupación excesiva por el soma; Jean
r:. Reisfeld aborda el tema del masoquismo en su relación con el ta-
Baudrillard se refiere a una economía política del cuerpo y Pierre
ᄋセ[@ 1
1
Bourdieu a la construcción social de los cuerpos.
tuaje de un modo sumamente novedoso, apelando a las innovado-
セGZ@
ras ideas del psicoanalista francés Benno Rosenberg. La autora
セ@ Para el psicoanálisis el cuerpo es ante todo cuerpo erógeno y
セ@セ@ libidinal. A propósito de la poética del cuerpo, nada más oportu-
afirma que en el tatuaje están implícitos «programas» y «fanta-
sías», siendo un ejemplo paradigmático el caso del «Mago Ilustra-
セ@!it no que recordar a la psicoanalista Piera Aulagnier, quien confiere
do», cuyo abordaje se despliega en el anexo. En cuanto a lo que
セ@ a la palabra materna un poder poético capaz de replasmar el f
f¡l sugiere la idea del «cuerpo drogado», Reisfeld lo estudia a la luz
エセ@ cuerpo de su bebé en tanto cuerpo hablado y el placer por quien
.j de las contingencias del tatuaje en los drogadictos (capítulo 11) en
lo habla.
セ@ lo que constituye seguramente uno de los capítulos más conmove-
セ@ Para los poetas en general el cuerpo es fuente de inspiración; por
dores, dado el entorno de marginalidad, familias carenciadas y
lo mismo, objeto del atravesamiento por la retórica. El lírico canta
destruidas, la ingesta de alcohol y diversas sustancias desde la ni-
principalmente al cuerpo de la persona amada y otras veces a su
ñez. Estos rasgos parecen estar alegorizados en sus tatuajes case-
propio cuerpo como expresión de su narcisismo positivo. Pero la
ros, a los que denominan «escraches».
condición anatómica es, algunas veces, motivo de lucubraciones
En el capítulo 5 la autora se refiere a la adolescencia como al
que bordean la metafísica, como ocurre en Vallejo, Neruda, Artaud,
período de mayor incidencia del tatuaje. Tanto en este capítulo co-
y otros. El caso de Artaud constituye un ejemplo porque poetiza el
mo en ellO («Tatuajes múltiples») se puede hablar del «trabajo»
cuerpo hasta hacerlo carne de su palabra. En un texto que se hizo
del tatuaje, puesto que funciona como coadyuvante a la elabora-
célebre, incluido en su libro Para terminar con el juicio de Dios, ha di-
ción de una amplia gama de conflictos propios de dicha edad; al
cho que hay que recomponer la anatomía del hombre porque está
ponerlos en la superficie del cuerpo, se les da perceptibilidad a di-
mal edificada:
chos conflictos. Asimismo, el tatuaje puede constituirse en el pro-
18 NOEL ALTAMIRANO PRÓLOGO 19

yecto existencial de un sujeto, como en el citado caso del «Mago aparece en el espejo
Ilustrado». un laberinto de estratos
superpuestos: garabatos
El capítulo 6 aborda el primer tatuaje. La autora extrae una am-
nocturnos, emblemas mudos,
plia variedad de significaciones; así, el primer tatuaje, la inicia- cuerdas, arabescos, nudos,
ción, tiene el sentido del pasaje de un estado inferior a otro estado anclas, madejas que apresan:
superior, de un estadio de minoridad a otro de adultez, esto es, enigmas que se enderezan
tiene el significado de un pasaje iniciático. セ@ en nuestros cuerpos desnudos
Otro tema que capturará la atención del lector es la relación en-
tre tatuaje y erotiswv (capítulo 8). Se analiza la película IreZümi, la En estos versos se destaca la presencia del espejo, que cumple
mujer tatuada, en la que el acto de tatuar se unimisma con el acto una función ambigua de piel y de superficie reflejante. En tanto
venéreo, y el tatuaje tanto corno la piel que lo porta devienen en piel, es lugar de inscripción de una gran variedad de tatuajes que
una joya, un objeto de adoración, en promesa de la completud an- aparentan ocupar diferentes estratos del cuerpo, y en cuanto espejo
helada, en fetiche. permite reflejar dichos tatuajes, los cuales se tornan inestables,
móviles, ocupando diversos planos de profundidad («laberinto»),
razón por la que el poeta los compara con relatos inconexos o gara-
En la literatura puede observarse una poética propiamente di- batos, madejas o nudos. En síntesis, el autor nos dice que un ta-
cha del tatuaje, en la obra del escritor Severo Sarduy, quien además tuaje incluye -por incipiente que sea- una narrativa, una novela
11,,
'" autobiográfica que conlleva un enigma y que éste sólo puede ser
de novelista, dramaturgo, pintor y poeta es un agudo ensayista. En
1 セ@ su poemario Un testigo fugaz y 、ゥセヲイ。コッ@ dice: descifrado por el que sabe leer un texto escrito sobre un cuerpo.
1 セ@ Las referencias al cuerpo-texto nos remiten al filme de Peter
'l
Sirva mi cuerpo cifrado Greenaway Escrito en el cuerpo, que Reisfeld analiza en el capítulo 3
de emblema o de silogismo con agudeza haciendo resaltar el texto corpóreo como acto creativo
de una heráldica en abismo. complejo a la vez que como vehículo de una intensa sensualidad
La piel es un blasón vivo: que las grafías marcan en la piel, es decir, la escritura como metáfo-
se descifra en negativo ra del amor físico y, más generalmente, la caracterización del cuer-
y se lacera a sí misma.
po como cuerpo erógeno.
セ@ " Pero nada es más elocuente para conocer la ligazón de la litera-
セャ@ セM
ES tos versos Sull ··- ZQMセᄋN\@ セMjNQ@ f" _; '- -·
セ@ uua HU"LLCI\.1Un \.UUUl uc una a Irmauou y_ue
....l-
tura y el tatua¡e que el ensayo de Sarduy Escrito sobre un cuerpo

セ@
Sarduy despliega en su escrito autobiográfico El Cristo de la rue Ja-
donde afirma categóricamente que «la literatura es un arte del ta-
cob, respecto de que el cuerpo humano, para acceder al sentido, tie- tuaje, que inscribe, cifra en la masa amorfa del lenguaje informati-
セ@ ne que transformarse en texto móvil, en la marca de un descifra-
vo los verdaderos signos de la significancia [.,.]. Para que la masa
fi miento y una inscripción. Luego el hablante lírico del poema está
i' informativa se convierta en texto, para que la palabra comunique,
セャ@ enfatizando el secreto abismal implicado en un cuerpo tatuado, al
{1 el escritor tiene que tatuarla ... La escritura sería el arte de esos gra-
tiempo que este carácter otorga al diseño una riqueza simbólica y
fos, de lo pictural asumido por el discurso».
una lógica ínsita que se devela, paradójicamente, por su no figura-
Lo que interesa subrayar de esta cita es la concepción audaz de
ción («en negativo») pero al mismo tiempo por su trazo cutáneo
Sarduy, en la cual se superponen y fusionan la literatura, la pintu-
(«blasón vivo»).
ra y el tatuaje. Es más, confiere al tatuaje una dimensión equipara-
Pasemos a otra décima, quizás más compleja que la anterior:
ble a la literatura, e incluso sostiene que ésta debe ser moldeada
Como distintos relatos por la operatoria del diseño dérmico, que implica circunscripción,
sin ilación ni cotejo punción, dolor y coloración. Claramente se privilegia lo visual, lo
20 NOEL AL TAMIRANO

espacial y lo táctil. En suma, para Sarduy la literatura es el arte de 1


lo pictural. Reisfeld se ha ocupado de estos aspectos en el breve y
muy atractivo capítulo 7 sobre tatuaje y escritura.
Orígenes, historia y actualidad
Finalmente, estas palabras sólo procuran reflejar las emociones e
ideas que suscitan la lectura de este libro y los momentos fulguran-
tes que alcanza en el decurso de su configuración. Libro pionero en
su género en la Argentina, es posible que el tema que trata cubra
un vacío, en tiempo y espacio, mucho más vasto en el campo psi-
coanalítico que lo imaginado.

j NOEL ALTAMIRANO
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セ@ Buenos Aires, octubre de 2003
1

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!. セN@
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Un cuerpo sin tatuar
es un cuerpo estúpido.
PROVERBIO POLINESIO

1 セ@
La palabra tatuaje procede de la antigua lengua de Tahití, dondt
esa práctica se denominó tatan, acto de dibujar.l Su origen se pier-
セ@
l de en la noche de los tiempos y, aun cuando empezara siendo sólo
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j
)
un adorno, su empleo se enhebra profundamente con las creencias,
セ@
Nセ@
'
: los modos de organización social y las costumbres de los pueblos
que lo practicaron.
A lo largo de la historia, el tatuaje fue concebido como un ritual
artístico complejo o como una mera decoración pagana. Según el
contexto, fue un arte prohibido, informativo, popular o erótico. El
legado de registros de distintas épocas por parte de historiadores,
médicos, novelistas y expedicionarios, así como diferentes descu-
brimientos antropológicos (el «Hombre de Bronce» hallado en los
Alpes suizos o su utilización por los mayas, por citar dos ejem-

l. Véase Enciclopedia Universal Ilustrada Espasa Ca/pe, Madrid, 1989.


22 SILVIA REISFELD
DRÍGENES, HISTORIA Y ACTUALIDAD 23

plos), indican que el tatuaje ha estado presente en culturas muy di-


costumbre de los primeros cristianos de tatuarse una cruz, el nom-
versas y alejadas en tiempo y espacio, por lo cual es im1egable que
bre de Cristo, un pescado o un cordero, como signo de identifica-
su estudio adquiere un valor etnológico importante. Nos revela,
ción y ー・イエョセゥ。@ religios?. Así como los cruzados medievales se
además, un rasgo esencial del ser humano, a saber, la necesidad de
hacían tatuar la cruz como un recuerdo de su permanencia en Tie-
procesar y significar sus vivencias y experiencias, y de darles algu-
rra Santa, los cristianos coptos adoptaron la misma costumbre co-
na forma de expresión. Más que abarcar a todas estas culturas, mi
mo señal de su peregrinación a Jerusalén.
intención es presentar cierto recorrido y ahondar en ªlgunas de las
Dentro de la cultura árabe, fue principalmente practicadp -y
significaciones atribuidas al エ。セ・N@ En efecto, sus funciones fueron
aún se lo ve hoy en día- por las mujeres. El tatuaje, conocido como
múltiples: se utilizó como señal de realeza¡ símbolode devoció_n
dagg o daqq, consistía en hacerse un punto o una pequeña cantidad
religiosa; para marcar la transición del joven a la 。、オャAセ[@ como
de puntos. Además de ser un elemento ornamental, abarcaba otros
distintivo del clan o tribu; como un medio de identificación perso-
fines: se lo usaba como método terapéutico contra el dolor de cabe-
nal o una forma de demostrar valor o virilidad; como estímulQde
za, enfermedades de los ojos, el reumatismo, torceduras o esguin-
atracción sexual; como talismán para alejar a los_malos espíritus;
ces; para lograr cumplimentar un deseo como el intento de preser-
como parte necesaria de los ritos funerarios: r-ara 、ゥヲ・イセdNᅮMᆰA@ . JÜa
var el amor del hombre o, en especial, facilitar la inducción de un
mujer ..casada de la casadera; como_muestra de amor; como forma
embarazo. Así, la mujer se tatuaba un simple punto o un pequeño
de marcar e identificar esclavos. marginados y convictQs.. También
diseño de 3 ó 5 puntos debajo del ombligo al tercer día de la mens-
fue lJSado con ヲセョ・ウ@ curativos o preventivos. !::()s temas representa-
truación. Un punto en la nariz de un niño permitía protegerlo con-
dos eran eróticos, guerreros, イ・ャゥァッウセ@ alusivos a mitos o leyen-
tra la muerte, algo muy importante en una cultura que privilegia la
das, a plantas, animales o escenas de la vida cotidiana. Una carac-
descendencia de varones.
terística inherente a su práctica es la presencia de un pensamiento
Res.pecto de su uso entre los antiguos hebreos, generalmente se
mágico animista en el que el hombre y la naturaleza se fusionan en
invoca un pasaje del AnJiguo Testamento en el cual se prohíben el
una misma cosmovisión. La gama de pigmentos para tatuar ha si-
tatuaje o las escarificaciones. En Levttico 19:28 leemos: «No haréis
do amplísima: hollín, resina, cenizas, sustancias vegetales o anima-
incisiones en vuestra carne por un muerto; no os haréis tatuajes». 2
les, mezclados con agua, sangre, orina, esperma o saliva.
Este verso ha merecido distintas interpretaciones. Algunos consi-
Aun cuando fuera mencionado en numerosos escritos de la épo-
deran que se refiere específicamente a la prohibición de llevar a ca-
ca (Gilbert, 2000), los griegos y los romanos no consideraron alta-
bo ritos de duelo asociados al paganismo. Otros entienden que el
tuaje una práctica respetable y: lo usaron para marcar a escl?.yos y
tatuaje no habría sido prohibido de no ser é<:ta una costumbre am-
criminales. La palabra latina para el tatua¡e era stzgma, traducida en
pliamente practicada por los judíos, lo cual es muy probable. Lo
los modernos diccionarios corno marca por haber caído en estado
cierto es que, según la concepción religiosa tradicional, el judaísmo
de desgracia o desaprobación. Cuando Constantino declaró al cris-
no admite ningún tipo de marcación en el cuerpo.
tianismo religión oficial del Imperio Romano en el325 d.C., decre-
El tatuaje polinesio se desarrolló durante .J.TI.iles de años a lo lar-
tó que sólo quien fuera condenado a pelear como gladiador o a tra-
go de las islas del Pacífico y alcanzó un elevado grado de elabora-
bajar en las minas debía ser tatuado en las piernas o en las manos
ción y belleza en sus diseños geométricos (Gilbert, 2000). La se-
pero no en la cara, dado que eso suponía mancillar una creación
cuencia de estos trazos estaba predeterminada y cada parte tenía
hecha a imagen de la belleza divina. En el año 787 d.C., el papa
su nombre. El diseño se elegía con sumo cuidado y cumplía la fun-
Adriano 1 prohibió todo tipo de tatuajes y los siguientes papas
ción de signo de identificación personal. Las agujas, hechas de
mantuvieron la misma tradición.
hueso, medían entre 2 y 4 cm de longitud y se agregaban al final
Si bien históricamente la Iglesia lo consideró una señal de paga-
nismo a erradicar o una manifestación de los poderes de Satanás,
muchas referencias en los textos antiguos indican que era común la
2. Véase Nueva Biblia de jerusalén, Bilbao, Ed. Desclée de Brouwer, 1998.
24 SILVIA REISFELD ORÍGENES, HISTORIA Y ACTUALIDAD 25

de un mango de madera. El artista sumergía el instrumento en un Una creación singular fue el tatuaje facialQmokr, ejercitado por
pigmento negro hecho de hollín y agua y ejecutaba el tatuaje gol- los maoríes de Nueva Zelanda. Los diseños del moko, en forma de
peándolo con un pequeño mazo. Era un procedimiento muy dolo- espirales, suponían una serie de componentes en los que se halla-
roso. Los guerreros de Tonga, por ejemplo, eran tatuados por sa- ba el nombre de cada ー・イウッョセN@ Ningún rostro era del todo igual.
cerdotes que, tras un largo entrenamiento, ejercían la práctica Los jefes maoríes eran capaces de dibujar de memoria sus propios
siguiendo estrictos rituales y tabúes. En la Antigua s。ュッセL@ el oficio rostros tatuados y lo usaban como una firma personal. El tatuaje
del tatuador era heredado y ocupaba una posición privilegiada. Su facial tenía el propósito de volverlos más aterradores frente a los
paga era acorde a la complejidad del diseño. Se tatuaban grupos enemigos, así como más atractivos para las mujeres. Distinguía,
de seis a ocho jóvenes en una ceremonia a la que concurrían fami- además, al hombre libre del esclavo. Por otra parte, entre sus
liares y amigos que participaban con cánticos u oraciones especial- creencias ligadas a la muerte, imaginaban que después de la
mente asociados al ritual. El tatuaje en elvill:Ón marcaba una tran- muerte se encontrarían con una hechicera que se entretenía devo-
sición a la adultez y era una prueba de virilidad y coraje. El joven rando las espirales mientras el alma accedía a la inmortalidad. Pe-
que no estuviera tatuado -y eventualmente no importaba la edad ro si el difunto carecía de estos tatuajes protectores, la hechicera
Qセ@ que tuviese- era todavía considerado un chico al que no se le per- se comía sus globos oculares. Así, al quedar ciega, el alma no po-
mitía hablar en presencia de hombres adultos. Las mujeres lo ridi- día encontrar el camino a la inmortalidad y perecía. Agregarse ta-
culizaban y ningún padre aceptaba como yerno a un hombre no ta- tuajes en el cuerpo otorgaba honorabilidad, a la vez que consti·
⦅エオセッN@ El proceso, que en una primera etapa podía llevar meses, se tuía un registro de las batallas en las que se había participado. Los
prolongaba durante años hasta cubrir todo el cuerpo. Para toda la maoríes fueron grandes guerreros y las escaramuzas tribales eran
Z0!1íULtUQ§_genitales y_dil_no, el tatuador era asistido por ayudañ- comunes; no tanto por una necesidad de tierras, sino por la cos-
tes. Cuando se trataba del hijo de un jefe, la ceremonia era aún más tumbre de obtener cabezas tatuadas según la creencia de que
solemne. Todas las mujeres, incluso la madre, tenían prohibido ver traían suerte o alejaban los malos espíritus. No fue sino hasta
al joven mientras durara la operación. En cuanto a éstas, se las ta- principios del siglo XIX que los europeos tomaron contacto con
tuaba con flores delicadas siguiendo un mismo patrón geométrico los nativos y muy pronto éstos descubrieron que podían vender
en las manos y en la parte inferior del cuerpo. En Las Marquesas, esas cabezas a cambio de armas. Las cabezas tatuadas eran luego
donde el diseño geométrico alcanzó su más alto grado de comple- vendidas a colecciones privadas o museos de Europa. Incluso los
jidad, también se tatuaba la nariz para castigar un crimen ウ・カセッN@ esclavos o rehenes capturados tras un enfrentamiento eran prime-
En la isla de Borneo, el tatuaje en la mano era un símbolo de ca- ro tatuados antes de ser eliminados.
t.s!gg1@ sociqJ y cumplía una función importante después de la Hay que señalar que todas estas islas desarrollaron no sólo sus
muerte. Se suponía que iluminaba la oscuridad mientras el alma propios dialectos, mitos y costumbres, sino también diferentes esti-
erraba en búsqueda del Río de la Muerte. Un espíritu llamado Ma- los de tatuar. La llegada de las sucesivas expediciones europeas
ligang custodiaba el río. Si el alma podía mostrarle una mano ta- tendientes a su colonización terminaron por colapsar las culturas
tuada, se le permitía cruzar el río sobre un tronco. De no ser así, nativas, privándolas de ritos ancestrales. En líneas generales, los
Maligang volcaba el tronco, el alma caía al agua y era devorada misioneros rechazaron el tatuaje al asociarlo con prácticas religio-
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por gusanos. Entre los Kayans existía la creencia de que los tatua- sas teñidas de hechicería o supersticiones. Esta prohibición, sobre
jes actuaban como antorchas en el otro mundo y, a falta de éstos, el todo en las islas del Pacífico, sirvió también a los fines políticos de
alma del muerto quedaba en la oscuridad total. セ@ mujer debía es- la conquista. Los nativos fueron obligados a cubrir sus cuerpos y a
tar tatuada antes de quedar embarazada. También practicaban セQ@ trabajar en tareas inferiores. Si bien en algunos lugares el tatuaje se
piercíng y se estiraban los ]óhnlos de las orejas u otras partes del siguió llevando a cabo en forma clandestina, su práctica devino en
cuerpo. El piercing en el pene era considerado un medio para acre- una forma de rebeldía y, con el correr del tiempo, fue perdiendo
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centar el placer sexual de la pareja. significados vinculados a las tradiciones.
セ@
26 SILVIA REISFELD ORÍGENES, HISTORIA Y ACTUALIDAD 27

Este hábito, prácticamente desconocido en Europa hasta enton- investigaciones publicadas por un destacado cirujano de la Mari-
ces, arribó a través de los marineros que retornaban de estas expe- na, Jean-Adam Berchon (1861), concluyeron que las infecciones se
diciones con sus tatuajes corno souvenirs. Paradójicamente, mientras debían a agujas contaminadas por bacterias del ambiente adheri-
la práctica agonizaba en las islas, se volvió popular en el mundo oc- das a ellas. Aun cuando Berchon no pudo precisar cómo aparecían,
cidental, especialmente en Inglaterra. En 1862. el príncipe de Gale_s sus ideas se adelantaron a la época e influyeron en la ulterior pro-
visitó Tierra Santa y se hizo tatuar la cruz de Jerusalén en el brazo; hibición de la Marina y la Armada de tatuarse.
más adelante, convertido en el rey Eduardo VII, se agregó otros ta- En Italia, César lッョ⦅Zャセイウァe・。ゥコ￳@ el ーュセオ・ァゥウエNイッ⦅。、■」@
tuajes. Lo mismo sucedió luego con sus dos hijos. El tatuaje, por de tatuajes en convictos. acompañado de dibujos, y publicó en
tanto, fue estimulado en la Marina británica para promover un es- 1876 su libro El hombre delincuente. Como P-Siquiatra y criminalista,
píritu de cuerpo y facilitar un modo de identificación. elaboró una serie de teorías tendientes a trazar un perfil del crimi-
Durante la primera parte del siglo XIX en Francia, se hizo popu- nal: sujetos con una conducta primitiva, crueles e insensibles y, por
lar entre marineros, trabajadores y convictos. Asimismo, en la lite- .... セ@
tanto, moralmente menos desarrollados. Incluso llevó a cabo medi-
ratura el tatuaje funcionó corno una manera de corroborar la iden- ciones anatómicas, determinando que poseían un cráneo más pe-
tidad de los personajes. Así, en la novela Los miserables de Victor queño. Estudiar los tatuajes en el convicto permitía un primer reco-
Hugo, el ex convicto Jean Valjean prueba su identidad ante la corte nocimiento del tipo de personalidad y, por ello, recomendó tales
al describir los tatuajes de dos presos que conoció mientras estuvo registros en las prisiones. Así, era importante determinar si el pre-
en prisión. Alexander Lacassagne, un profesor de medicina legal, so portaba inscripciones o imágenes obscenas, si llevaba motivos
se dedicó a estudiar los tatuajes en las prisiones (1880) y a recolec- que expresaran un rechazo o venganza hacia la autoridad, si se los
tar sus diseños. Como eran difíciles de fotografiar, ideó un método hacía en el pene (propio de un criminal severo), si se tatuaba pala-
original al colocar una pieza de tela transparente sobre el tatuaje bras crípticas que implicaran mensajes secretos o que formaba par-
para luego trazarlo. Se encontró con una amplia gama de diseños: te de una organización criminal.
anclas, animales, flores, dagas, corazones atravesados por flechas, En Oriente, el tatuaje se desarrolló como un arte sumamente
nombres, iniciales y fechas. Había tatuajes sobre escenas de Los tres elaborado en el Japón. Para la cultura china, en cambio, constituía
mosqueteros (Alejandro Dumas), figuras mitológicas corno Venus, un signo de barbarie y se lo usó solamente como castigo. En el si-
Baco y Apolo, hasta retratos de Napoleón, Juana de Arco y otras fi- glo VII, era talla influencia china en Japón que el tatuaje decorati-
guras históricas; también tatuajes eróticos (alas alrededor del pene, vo fue desaprobado. No obstante, determinadas marcas se em-
una serpiente que bajaba por la espalda y cuya cabeza apuntaba plearon como forma de identificar a criminales o marginados. Así,
hacia el ano, etcétera) y todo tipo de inscripciones alusivas. Por úl- a los primeros se los tatuaba con una variedad de símbolos que
timo, registró una variedad de lemas que atravesaban la espalda: designaban los crímenes cometidos, y los individuos que porta-
«Muerte a la mujer infiel», «Libertad o muerte», etcétera. ban esas marcas eran rechazados por sus familias y se les impedía
En Francia, el tatuaje no sólo contQ.._cQlJ.J? oposición de la Iglesta participar de la vida en comunidad. Hacia el siglo XVII, 、・ウ。ーイセᆳ
Catófu:a. sino también con la de los médicos, quienes desalentaron ce corno forma de castigo y emerge el tatuaje decorativo. Como
su práctica al advertir sobre los peligros de infección y contagio de los criminales cubrieron sus marcas con diseños ornamentales, se
enfermedades como la sífilis. Era habitual que el tatuador utilizara piensa que esto dio lugar a la asociación del tatuaje con el crir11.en
rutinariamente las mismas agujas sin limpiarlas, que las humede- organizado (los yakuza).
ciera con su saliva o diluyera la tinta con ésta. El tatuaje reciente En The Total Tattoo Book1_ Amy Krakow (1994) hace referencia al
solía lavarse con jugo de tabaco, saliva u orina. Sin embargo, las estudio de Donald Richie («The Japanese Art of Tattooing» ). Allí se
condiciones de asepsia de la práctica médica no eran mucho mejo- relata que hacia 1700, debido a que sólo se autorizaba a la realeza a
res. Los cirujanos no se lavaban las manos al operar ni usaban usar ropa muy adornada, los miembros de otras clases recurrieron
guantes. Tampoco esterilizaban sus instrumentos. Finalmente, las al tatuaje ornamental (bodlf suit). Estos tatuajes evocaban al kimono
r
1 28 SILVIA REISFELD ORÍGENES, HISTORIA Y ACTUALJDAD 29

1
pero, como había que ocultarlos, las personas sólo se tatuaban des- primeros tres años e inicialmente practicó en su propia pierna. Su
de los codos hacia arriba y de la cintura para abajo. Para permitir la maestro tenía una gran área negra en la pierna donde los estudian-
salida de demonios o malos espíritus, mantenían el kimono tatuado tes hacían sus prácticas. Tras cinco años de aprendizaje, la costum-
parcialmente abierto, con un sector de la piel no marcado. bre era abrir un estudio propio. Para Ogori, la mayoría de la gente
La literatura oriental influyó enormemente en la difusión del ta- va en pos de un tatuaje bello, pero el verdadero tatuaje debe ser al-
tuaje. Por la misma época, cierta literatura erótica popular presen- go más que una linda ilustración: debe captar el espíritu vivo del
taba personajes como cortesanos, prostitutas o sacerdotes portando diseño. En su opinión, muchos tatuadores que se inician sin haber
tatuajes. Otro ejemplo es una novela china muy reconocida de me- estudiado con un maestro cometen errores o meramente copian los
diados del siglo XVIII, traducida al japonés como Suikoden, en la diseños sin entender su significado. Son amateurs pero no artistas.
que se narran las aventuras de una banda que desafía la corrup- La mayoría utiliza plantillas para delinear el diseño y él es el único
ción de las autoridades chinas entre los años 1117 y 1121. Muchos que sigue el método de su maestro: hace todo a mano. Dibuja pri-
de sus héroes estaban profusamente tatuados y el tema del antiau- mero un poquito y luego tatúa, dibuja otro poco y tatúa, hasta
toritarismo no era ajeno al pueblo japonés. Sus ilustraciones consti- completar el diseño. Para lograr esto, hay que imaginar todo el di-
tuyeron todo un suceso. De hecho, como una manera de dar publi- seño antes de empezar.
cidad a las novelas, surgieron ilustradores sumamente destacados Con respecto a ャセウ@ '§__stados Unidos, basta evocar la imagen po-
cuyos diseños originales sirvieron de motivos para los artistas ta- pularizada de pセ@ con su ancla en el brazo, para advertir que
セM el tatuaje era común entre los matinero_s u otros miembros de la
111 tuadores. Bajo la forma de un arte pictórico, el tatuaje floreció e11
conexión con otras expresiones de la cultura, tales como el Teatro Armada. A fines del siglo XIX, Samuel O'Reilly,__ un conocido ta-
Kabuki, el Bunrako (títeres) o el Sumo. tuador de Nueva York, inventó y patentó la primera máquina
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El tatuaje clásico japonés está limitado a un repertorio específico eléctrica para tatuar. Por otro lado, la difusión del tatuaje se debió
Gセ@ ·:; ;
de diseñQUiue representan héroes legendarios o cuestiones religio- en gran parte al éxito de los circos. En efecto, éstos fueron los pri-
sas. Difiere-del tatuaje occidental en que consiste en u!}_único dise- meros en emplear sujetos completamente tatuados para sus espec:
ño completo que cubre la espalda y se extiende a los_Q!azos, las táculos y muchos tatuadores acompañaban al circo durante sus
piernas y el pecho. Cada diseño está asociado con atributos como viajes. Los diseños preferidos eran generalmente motivos pé!trióti-
coraje, lealtad, devoción u obligación y, al tatuarse, el sujeto simbó- セ@ (la bandera americana, la Estatua de la Libertad) o religiosos
licamente hacía de esas virtudes una parte de sí. En 1867, el último (la Crucifixión, María y el Niño). Un personaje muy exitoso de la
de los ウィqァオョセ@ fue depuesto y se reinstaló...La figura del emperador. época fue el Gran Omi, tatuado con rayas de cebra en todo el
1 Las puertas a Occidente se abrieron y las leyes contra el tatuªje se cuerpo y la cabeza. En palabras de George bオイ」ィ・エセ@ (Gilbert,
reforzaron ante el temor de que fuera visto como una costumbre 2000), quien fuera su tatuador en Londres, la motivación principal
1! bárbara. Los tatu¡¡dores podían tatuar únicamente a extrétnj_eros. de estos sujetos para convertirse en piezas raras de exhibición era
Tras la Segunda Guerra Mundial, la práctica fue nuevamente legal, el dinero. La declinación de los circos y, por ende, del empleo de
1' aunque se mantuvo la costumbre de trabajar en forma privada. estas personas, ocurrió ante la creciente competencia del cine y la
1
En una entrevista concedida a sエ⦅セケ・ァェャ「イ@ (2000), el reconoci- televisión. Además, el público ya no veía con el mismo agrado es-
do tatuador Kawo Ogo___r! relata que, tradicionalmente, el oficio se tas extrañas exhibiciones humanas.
aprendía entrando como aprendiz en la casa de un maestro. Du- Un nuevo impulso al tatuaje provino de la música, sobre to9_o
rante su formación, Ogori observaba cada día durante dos horas del rock and roll (Krakow, QYTセN@ En sus inicios, el rock and roll
cómo trabajaba su maestro con cada cliente. No preguntaba nada 1 también fue mal visto y representaba un modo de rebelarse contra
ni aquél le explicaba nada: ésa era la forma de aprender cualquier el establishment. En los Estados Unidos, este tipo de música estuvo
tipo de arte. Diariamente se le presentaba un dibujo que luego de- muy vinculado a los motociclistas, quienes además de llevar una
bía copiar de memoria. No se le permitió tatuar hasta pasados los particular filosofía de vida, habitualmente portaban «tatuajes roe-
SILVIA REIS FE LD ORÍGENES, HISTORIA Y ACTUALIDAD 31
30

keros». Así, grupos que alcanzaron fama internacional, como los res), exhibiciones en galerías, y existen muchas revistas dedicadas
Red Hot Chili Peppers, Aerosmith, Guns n'Roses, Bon Jovi o Los al tema así corno sitios en Internet. La fotografía se ha visto muy
Ramones, mostraban a sus integrantes con tatuajes. Llevar un ta- beneficiada con todo esto. La actividad en sí misma resulta suma-
tuaje con ellogo de estos conjuntos o el retrato de algunos de sus mente lucrativa. No sólo genera empleo, también hay grandes em-
miembros suponía una identificación con el mensaje de protesta presas proveedoras de insumas y accesorios.
inherente a sus canciones. Con la llegada de los video clips, esta in- Esta comercialización ha dado lugar a controversias. Algunos
fluencia no hizo más que acentuarse. que se autodenominan artistas, y no tatuadores, opinan que es un
En estas latitudes, los primeros tatuajes se conocieron en el Bra- arte que se ha degenerado: no sólo la práctica ha pasado a conver-
sil en la década del setenta y, a partir de ahí, la práctica se extendió tirse en una moda, sino que además abunda el plagio de diseños o
por toda Sudamérica. En la Argentina empezó a tener mayor re- una gran mayoría de tatuadores desconoce el significado origina-
percusión en la década del noventa, hasta convertirse en un verda- rio de muchos de ellos. Por caso, el tatuaje en Samoa aún conserva
dero boom. Las posibles razones de ello y las características que un simbolismo asociado a la cultura tradicional y los tatuadores lo-
asume esta práctica se analizarán en un capítulo aparte. cales se resisten a ser copiados por occidentales que no están im-
Actualmente, el auge del tatuaje le debe mucho a todo tipo de buidos de su historia. Por otra parte, también existe la mala praxis.
artistas o figuras importantes que lucen tatuajes. Los diversos me- En un intento de profesionalizar la actividad, se crearon en Europa
dios de comunicación se han ocupado con frecuencia del tema. Un y los Estados Unidos asociaciones que procuran asegurar un están-
aspecto que también contribuyó fue el avance de los procedimien- dar de higiene y control a través de un listado de profesionales,
tos para tatuar. La máquina eléctrica utiliza agujas descartables y cursos de formación (técnicas, procedimientos de esterilización y
funciona a una mayor velocidad que una aguja de coser. Para el co- prevención) y asesoramiento a la población. Incluso proveen de se-
loreado de fondo, se suele usar una máquina distinta. El tatuador guros de salud o planes de retiro a los tatuadores y se ocupan de
lleva guantes y mascarilla. Por otra parte, el tatuaje se masifica en situaciones médico-legales. En la Argentina estamos lejos de ello.
el marco de una época en la que el impacto visual y el cuidado o la Si bien se creó la Asociación de Tatuadores Argentinos Profesiona-
modificación de la imagen exterior adquieren suma importancia. les, la práctica carece de mecanismos de control y aún no se ha lo-
En opinión de Gilbert, más allá de las interpretaciones que pueden grado una regulación a escala nacionaP
atribuirse al hecho de tatuarse, prevalece un aspecto esencial y
constitutivo del ser humano: la vanidad. Así, una variante de la
práctica es el make up permanente en las cejas, los párpados o los.
pómulos. Otro derivado es su uso para la micropigrnentación en
tratamientos de enfermedades de la piel como el vitiligo o como ci-
rugía reparadora para crear areolas y pezones después de una
mastectomía (Krakow, 1994).
En la escena contemporánea, el tatuaje devino en un movimien-
to que generó distintas tendencias homologables a la pintura, don-
de se combinan elementos de todas las formas artísticas, y se abo- 3. Por ejemplo, no existen campañas de información. Se suele desconocer que,
antes de tatuarse o perforarse, es importante contar con una vacuna antitetánica o
ga por su pleno reconocimiento como un arte en piel. El tatuaje
·- que ningún método de remoción de tatuajes (véase el capítulo 12) asegura la ple-
moderno puede ser de inspiración religiosa, erótica, violenta, natu- na restitución de la piel. Según Lidia E. Valle, presidente de la Asociación Argen-
ralista o abstracta; ser surrealista, realista, tribal, arte cartoon o arte tina de Dermatología, los riesgos a contemplar son «las infecciones localizadas en
pop. También ha estado muy influido por el arte japonés. En dis- las zonas expuestas, las reacciones alérgicas locales y las lesiones con alteración de
tintos países se realizan convenciones anuales (en el año 2002, se la pigmentación de la dermis», así como la transmisión de enfermedades virósi-
llevó a cabo el primer encuentro de esta naturaleza en Buenos Ai- cas como la hepatitis o el HIV (véase Clarín, Revista Viva, 27 de junio de 2003).
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1 2
El cuerpo, un enfoque
interdisplinario

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¡ ¿Para qué sirve llegar a un ser en espfritu
si no se ha llegado a él en cuerpo?
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1 ANTONIN ARTAUD

t La atención del cuerpo y su cuidado acompañan al hombre desde


i· los albores de la humanidad. Objeto de marcas y rituales de diver-
sa índole, como interioridad y exterioridad simultánea, el cuerpo
nos remite a una dimensión histórica atravesada por las ideolo-
l
r_
gías y diferentes concepciones elaboradas acerca de él a lo largo
del tiempo. Habitualmente concebido como lo tangible y aparente
del individuo, puede ser designado como el aspecto somático,
セᆳ
! orgánico o físico. Sin embargo, el cuerpo trasciende su realidad
11
anátomo-fisiológica y también se halla incluido en el orden de la
cultura. Y al hablar de cultura en tanto producción simbólica, en-
tramos en la intrincada relación, siempre presente, entre el cuerpo
1
セ@ '
y la psique.
En lo que sigue, haré un breve recorrido conceptual desde dife-
,.
1 ¡ rentes disciplinas hasta arribar al singular estatuto del cuerpo en
psicoanálisis. La articulación entre todos estos enfoques servirá co-
mo l:elón de fondo al estudio que este libro se propone.
34 SILVIA REISFELD EL CUERPO, UN ENFOQUE INTERDISPLINARIO 35

UNA VISIÓN DESDE LA ANTROPOLOGÍA Y LA SOCIOLOGÍA su integridad subjetiva si ésta acarrea algún tipo de estigmatiza-
ción social (sida, o en el pasado lepra). Por consiguiente, la identi-
A partir de un estudio comparativo, David Le Breton (1995) dad del hombre se erige a partir de su experiencia corporal, que le
confronta la noción de cuerpo en las sociedades tradicionales con otorga sentido y significación a sus más simples hábitos cotidia-
la del mundo contemporáneo. En las primeras, el cuerpo no se nos.
distingue de la persona. El sujeto sólo existe en función de su rela- Así como cada sociedad recrea un imaginario en torno a un mo-
ción con los demás y su cuerpo resulta un elemento más, indiscer- delo deseable de cuerpo, otro tanto ocurre con las prácticas que
nible del conjunto simbólico que lo engloba. Se trata de socieda- instituye. Influyen los distintos saberes alrededor del cuerpo, las
des con un funcionamiento holista, donde el cuerpo no resulta un fantasías y los'temores que f;Uscita y las creencias religiosas en bo-
signo de individuación sino que se funde en un continuo con el ga. En efecto, en siglos anteriores, la preocupación religiosa incluía
cosmos, la naturaleza y la comunidad. En cambio, el cuerpo en la un cuidado del cuerpo que suponía alcanzar otros logros: el go-
modernidad remite a un orden diferente. Comporta la ruptura del bierno del alma y las pasiones. Es decir, se apuntaba a un control
sujeto con los otros, acprde a un funcionamiento social de tipo in- del deseo. En cambio, en un contexto donde tales ideas dejan de
dividualista. También se ha disociado del cosmos, pues las mate- ser preponderantes, nos hallamos ante una motivación diametral-
rias primas que constituyen el cuerpo no conservan ninguna refe- mente opuesta. Así, dentro de lo que hoy en día es la cultura del
rencia fuera de su campo específico. Y por último, se ha alienado consumidor, el cuerpo se torna un vehículo de placer, es deseable y
respecto del sujeto mismo, quien, más que ser un cuerpo, ha pasa- deseante, y por consiguiente hay que trabajarlo y producirlo.
do a poseer un cuerpo.
Por su parte, Pierre Bourdieu (2000) nos habla de «la construc-
ción social de los cuerpos». Existen «esquemas de percepción», en CUERPO y POLÍTICA
tanto matrices de pensamientos y acciones que operan en todos los
miembros de una sociedad y que, al ser compartidos, se vuelven El pensamiento de Michel Foucault (1988), y su enfoque de his-
en sí mismos naturales. Tal es el caso de la división de géneros, que toricidad del cuerpo como resultado de las intrincadas relaciones
adquiere su especificidad inserta únicamente en una red relacional entre el poder y el saber, marcó una decisiva influencia en toda
y se realiza esencialmente sobre el cuerpo (costumbres, roles, divi- una generación de pensadores contemporáneos. En efecto, para
sión del trabajo, conducta sexual, representaciones del cuerpo) FOllcault, «el cuerpo está directamente inmerso en un campo polí-
creándose así un hombre viril o una mujer femenina. Se trata en- ti,co», lo que va unido a su utilización económica; es decir, está de-
tonces de la incorporación de ciertos «habitus» (inclinaciones), in- terminado pnr la idPn!ogía. Existe unn «tecnología política del
separables de las estructuras que los generan y que, a partir de la cuerpo», cuyos mecanismos se' ejercen de forma sutil e impercep-
educación, la vestimenta, las posturas corporales, los modelos de tible en toda la trama social y que, sin ser aplicados con violencia,
apariencia física, expectativas, actitudes, juegos y deportes, dan co- apuntan a crear cuerpos productivos a la vez que sometidos. No
mo resultado una «definición diferenciada». hay que buscar estos. mecanismos en los grandes sucesos sino en
Para Bryan Turner (1989), el cuerpo es aquello que encarna al los hechos pequeños, discontinuos, fragmentados. Se trata de un
hombre y le presta arraigo concreto a su existencia. N o sólo se tie- poder que no puede adscribirse únicamente a los aparatos de Es-
ne un cuerpo, también se es un cuerpo. Más allá de tener un cuer- tado, la clase dirigente o las instituciones, aun cuando éstos hagan
po, el hombre lo produce a través de sus actos, lo modifica o pre- uso de él. Es más bien una «microfísica del poder» que, merced a
serva, en tanto que su presencia corporal hace a su persona, a la determinadas tácticas o funcionamientos, «encuentra el núcleo de
forma de vincularse y ser reconocido o aceptado por los demás. A los individuos, alcanza su cuerpo, se inserta en sus gestos, en sus
pesar de ser quien gobierna su cuerpo, puede a veces vivirlo como actitudes, sus discursos, su aprendizaje, su vida cotidiana» (Fou-
algo alienado de sí al contraer una enfermedad o ver amenazada cault, 1992: 97).
36 SILVIA REISFELD EL CUERPO, UN ENFOQUE INTERDISPLINAR!O 37

Por su parte, Jean Baudrillard (1993) nos habla de «una econo- ha pasado a ser una preocupación fundamental para el hombre
mía política del cuerpo que se instaura sobre las ruinas de su eco- contemporáneo.
nomía simbólica». Se trata de una idea compleja, de la cual toma- Desde una postura crítica, Le Breton (1995) subraya que, si bien
ré uno de sus sentidos. Para este autor, todo el trabajo actual sobre la aplicación de recursos más sofisticados ha permitido incremen-
el cuerpo -y se refiere tanto al maquillaje, los modos de vestir o la tar el nivel de vida, este avance traduce dos tendencias simultá-
mayor desnudez corporal, como al empleo de cinturones, joyas, neas respecto al cuerpo. Por un lado, un afán de trascender sus lí-
cadenas, etcétera- tiene por finalidad una escenificación de la te- mites e interferir en sus procesos; así, el cuerpo en cuanto lugar de
mática de la castración, escenificación que no remite a la angustia la precariedad, la muerte y el envejecimiento, debe ser dominado;
ante la falta y al reconocimiento de la diferencia sexual, sino que, por otro, el auge de una medicina fascinada por los procesos orgá-
por el contrario, está para ser negada y conjurada. Análogamente nicos. Dos tendencias que parecen apuntar más a una preocupa-
a un fetiche, la parte del cuerpo realzada reviste una doble signifi- ción por el cuerpo que por el homb,re.
cación: el horror a la castración y su desmentida. Partiendo de este Por su parte, gゥャセD⦅lーッカ・エウォケ@ (1986) seí\ala como rasgo rele-
análisis, diferencia el trabajo de inscripción corporal realizado en vante un individualismo hedonista, expresión de un nuevo tipo de
las sociedades primitivas respecto a su empleo contemporáneo, narcisismo, en el cual el sujeto se mueve más en función de bús-
'J dado que ambos suelen confundirse «bajo la categoría general de quedas propias que guiado por objetivos colectivos o universales.
"expresión simbólica del cuerpo"». No hablamos de la misma Un proceso de «seducción» imrregna todo el funcionamiento so-
il concepción de cuerpo y por ende tampoco se trata de la misma cial r_ regula el COf!S_t:gnoLlas costumbres, las o;rg_ani-0lciones, la
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significación en cuanto al tatuaje u otros ornamentos corporales.
En efecto, en las primeras, «el marcado del cuerpo, como la prácti-
educación y la información. De ahí, la multiplicación de prácticas
cotidianas: la preocupación ror el envejecimiento, una atenció_n o_b-
!l ca de las máscaras [... ], tienen por función la actualización inme- sesiva 2or la salud y la alimentación, los rituales de control y mai}-
;¡: diata del intercambio simbólico, del intercambio/ don con los dio- tenimiento (qeportes, gimné!.sia, etcétera), el consumo de meqica-
ses o dentro del grupo; intercambio que no es negociación por parte mentos o el__セ⦅Aャァ・@ de las 」ゥイャN⦅ァ■MᆰウセーBZ。ッ@ eャ⦅」オセーッ@ ha perdido
del sujeto de su identidad[ ... ] sino en el que, por el contrario, él con- su estatuto de alteridad y se confunde con el ser-sujeto, con la per-
sume su identidad ... ». Es decir, mediante el acto de tatuarse, el indi- sona. Estos cuidados, incentivados por un contexto que funciona
viduo encarna concretamente los códigos, las tradiciones y los va- según los designios de una moda, hacen prevalecer el sentido esté-
lores que fundamentan su existencia misma como miembro del tico y la satisfacción de anhelos narcisistas. El «individuo-moda»
¡ grupo. Fundamentalmente, no es un bien de consumo ni una
apropiación privada del cuerpo, sino una situación en la que está
(Lipovetsky, 1990), sin lazos profundos ni mayores adhesiones, os-
cilante en sus gustos, se guía por el imperativo de la apariencia.
¡, en juego la identidad total del sujeto. Por su parte, Terry Eagleton (1998) subraya la pérdida de una
dimensión político-social como consecuencia del predominio de
1 un modelo liberal de Estado que promueve el individualismo co-
CUERPO Y POSMODERNIDAD mo único referente posible. Así, el repliegue de un interés social
propicia el surgimiento de una <<nueva somática», donde el cuerpo
La noción de cuerpo se ve afectada por variables sociocultura- se convierte en el principal vehículo de cambio y transformación.
les. Son tiempos de globalización, de predominio de una economía La atención dirigida al cuerpo, como realidad más 」ッョイセ[。@ e inme-
liberal, de caída de las utopías e ideologías, de avances prodigiosos diata, aparece como contrapartida de una época carente de ses-
en la tecnología y los medios de comunicación, de consUmo masi- puestas para los gm.d.e.s_p_mblemas sociale? y en la que la activi-
vo. Asimismo, de profundas modificaciones en nuestra forma de dad política ha perdido su sentido de proyección comunitaria.
concebir la temporalidad y el espacio. Todos los trabajos que ver-
san sobre el posmodernismo coinciden en destacar cómo el cuerpo
38 SILVIA REISFE LD EL CUERPO, UN ENFOQUE INTERDISPLINARIO 39

CUERPO Y PSICOANÁLISIS QJJ En el pasaje a la segunda tópica, el ello adviene como reser-
vorio pulsional y es representado, en uno de sus extremos, abierto
Un hito que signa el nacimiento del psicoanálisis es el descubri- a lo somático.
miento del cuerpo como escenario para el montaje de una variedad @En El yo y el ello (1923 ), caracteriza al yo como «una esencia-
de síntomas. Entendido como un lenguaje de cuerpo que esconde cuerpo; no es sólo una esencia superficie, sino él mismo la proyec-
un discurso propio, Freud (1894) procura en sus primeros historia- ción de una superficie». El yo debe su génesis a la experiencia pro-
les clínicos descifrar la expresión simbólica del síntoma. Así, las pia de cuerpo.
sensaciones olfativas de Lucy R., el olor a «pastelillos quemados», @En sus hipótesis desarrolladas en «Sobre la conquista del fue-
remite a su amor prohibido hacía el dueño de la casa donde traba- go» (1932) y Totem y tabú (1912-13) examina la relación entre cuerpo
jaba como institutriz, o el caso de Anna 0., atendida inicialmente y cultura. En el primero, Freud explica la domesticación del fuego a
por Breuer, lo pone sobre la pista de la transferencia. Vale la pena partir de la renuncia del hombre primitivo a apagarlo con el chorro
reseñar el relato de Ernest Jones (1979) sobre este último caso. de su orina, «renuncia pulsional que equivale a una domesticación
Breuer -reconocido psiquiatra en aquel entonces-, agobiado por el del cuerpo» (Assoun, 1998: 257). En el segundo, plantea el surgi-
peso de este tratamiento al que se había abocado por completo, de- miento de la cultura como resultado de la interdicción paterna. Y
cide su finalización. Sin embargo, el mismo día en que se despide remite al mito de la horda primitiva y a la muerte del padre primor-
de la paciente, es solicitado nuevamente, encontrándola en un esta- dial a manos de sus hijos como el origen de la conciencia de culpa-
do de gran excitación, presa de fuertes dolores y movimientos que bilidad y las restricciones morales. As( el culto al animal totémico o
semejaban un falso parto histérico. Freud supuso que el embarazo Dios-padre y los dos principales mandatos del totemismo, la conde-
imaginario de Anna O. y su enamoramiento de Breuer revelaban la na del parricidio y del incesto, se instituyen merced a la represión
presencia de una fantasía reprimida de índole sexuat un «falso en- de una consecución directa de mociones agresivas y sexuales.
lace» con la figura del médico. Por lo tanto, Freud postula no sólo Assoun (1994) también refiere diferentes registros 」ッイー。ャ・セN@ El
una dimensión inconsciente del cuerpo, sino también el lugar de la cuerpo セオイ￳エゥ」ッL@ propio de la histeria, revela «la evocación del re-
sexualidad en la etiología histérica. Si cualquier parte o superficie cuerdo a partir de hacer "charlar" al cuerpo» (el conflicto psíquico
del cuerpo es susceptible de erigirse en sede de una excitación se- se transfiere al cuerpo dando lugar al síntoma conversivo). El cuer-
xual y transformarse virtualmente en una zona erógena, puede de- po psicótico remite a 1m lenguaje de órgano, donde «el ーウゥ」qAセ⦅\_@
cirse que todo el cuerpo es erógeno. torna el significante al pie de la letra del cuerpo» (p. 242), esto es, el
A partir de un recorrido por la obra freudiana, Paul-Laurent As- síntoma no alude a una expresión simbólica, sino que es experi-
soun (1998) postula la idea de un cuerpo previo a la me±apsicolo- mentado por el sujeto de manera concreta. En el cuerpo perverso
gía, cuyo funcionamiento estaría delimitado por la actividad ーオャセ@ prevalece un «culto del órgano» como sostén del goce (es el caso
sional. Citando la definición de Freud de la pulsión, en cuanto del fetichista que, por un lado, acepta la diferencia sexual y desa-
medida de la exigencia de trabajo que se impone a lo psíquico co- rrolla un temor a la castración; por el otro, desmiente esta diferen"
mo resultado de su correlación con lo corporal, concluye: «el cuer- cia, dando lugar al surgimiento del fetiche). Por último, el síntoma
1.' po hace trabajar al alma y ese complemento se inscribe como pul- somático opera como «el momento fisico del proceso inconsciente»
sión» (Assoun, 1998: 131). Desde este punto de partida, enumera (p. 8). Se trata de una inscripción directa en el cuerpo como 」セョウ・ᆳ
cuatro momentos que atañen a la consideración del cuerpo: cuencia de una falla simbólica. Así, «lo que no puede encontrar su
G) Con la introducción del narcisismo y la distinción entre libido lugar en el texto vuelve( ... ) en lo real del cuerpo» (p. 246).
del yo y libido objeta!, Freud postula que el individuo empieza por Para Piera Aulagnier (1997t la palabra materna tiene el12ode:c
tomarse él mismo y a su propio cuerpo como objeto de amor. Esta de plasmar el cuerpiLdel infante. Al referirse al momento inaugu-
erotización que remite al «cuerpo-Narciso» (p. 248) da comienzo a ral de la «situación de encuentro» entre el bebé y la madre, dice:
una «teoría de la corporeidad». «la primera representación que la psique se forma de sí misma co-
!1' i
1

SILVIA REISFELD EL CUERPO, UN ENFOQUE INTERDISPLINARIO 41


40

mo actividad representante se realizará a través de la puesta en re- Desde otra vertiente, Franc;oise Dolto (1986) diferencia el esque-
lación de los efectos originados en su doble encuentro con el cuer- ma corporal y la imagen del cuerpo. En el primer caso se trata del
po y con las producciones de la psique materna» (p. 31), es decir, cuerpo biológico con todos sus recursos potenciales para actuar en
los enunciados con los que habla del niño y le habla al niño. Se tra- el mundo físico; en el segundo, nos remitimos a una dimensión in-
ta de una «violencia primaria» necesaria y estructurante, toda vez consciente y, por ende, propia de la historia personal. La imagen
que ella, como portavoz de un discurso ambiental, se anticipa en del cuerpo, en su entrecruzamiento con el esquema 」ッイーᄎセ。ャL@ da
sus palabras y acciones a un conocimiento que él aún no posee. cuenta de la forma de comunicarnos con el otro. Soporte del narci-
Así, esta temprana interacción entre el cuerpo del niño y los cuida- sismo, se configura en el campo de una intersubjetividad signada
dos maternos es descrita como «el cuerpo hablado y el placer por por el vínculo con los padres y mediante el lenguaje como medio
quien lo habla» (p. 251). Esto es, la importancia de una madre cu- de simbolización.
yas palabras comporten una cualidad erógena que, al nombrar las En cuanto a la noción del cuerpo en las afecciones psicosomáti-
distintas partes de su cuerpo y sus funciones, lo inscriba en la red cas, si bien se trata de un campo que excede a nuestra intención,
del deseo. La gradual integración de las zonas erógenas hará surgir mencionaré algunos puntos que guardan cierta similitud con hipó-
una imagen unificada del cuerpo a la vez que el niño se irá apro- tesis que se han de exponer en otros capítulos. Me remito a la ・セᆳ
piando de estas palabras; goce de un cuerpo unificado que puede cuela de psicosomática de P?JÍS, cuyo principal exponente es Pie-
también verse representado en el cuerpo del otro. En cambio, si en rre Marty, y también a las ideas de Joyce McDougall. Para Marty
¡F,I este «cuerpo hablado» falta un término que designe una función y (1995), las enfermedades somáticas constituyen una estructura psi-
セZ@ una zona erógena, o si éste existe pero no conlleva para el niño y copatológica de base con características propias. De todas las que
セ[@ describe, me limito a considerar:@ el concepto de pensamiento
para la madre una vivencia placentera, «esta función y ・ウセ@ place!
セG@ operatorio -que luego extiende al de «vida operatoria»-, que con-
セMZ@ p...u.e..d.enlle.gar a ヲ。}エl・ョN⦅ャ■Zuイーqjセ@ (p. 25).
i', En su conocida obra Imagen y apariencia del cuerpo humano, Paul templa la disminución del pensamiento a favor de un predominio
Schilder (1958) denomina «imagen corporal» a la representación de comportamientos. Las representaciones pueden ser escasas, po-
11 mental que nos hacemos de nuestro cuerpo. Los factores que lle- bres y referidas únicamente a lo actual y fáctico. セャ。@ idea de una
van a su constitución son múltiples: impresiones táctiles, térmicas, «depresión esencial» (depresión sin objeto), como secuela de even-
de dolor; sensaciones provenientes de distintas funciones corpora- tos traumáticos que desorganizan algunas funciones psíquicas y
les, de la actividad muscular y de las zonas erógenas. La imagen desbordan sus posibilidades de elaboración. McDougall (1983) pri-
corporal «no es una estructura sino una estructuración» en perma- vilegia el papel de los afectos como punto de encuentro entre la
;1 nente cambio, que se construye «sobre la base de una experiencia psique y el soma. En los síntomas psicosomáticos, el afecto perma-
social». Desde los más tempranos vínculos, importa cómo nos per- nece «congelado» en su capacidad de ser representado. Así, el pen-

cibimos frente a los demás y cómo éstos nos perciben, su interés samiento operatorio que tipifica a estos pacientes constituye una
1
por nuestro cuerpo, las sensaciones que provocan cuando nos to- defensa contra intensas angustias psicóticas. Plantea dos hipótesis
can e, incluso, toda palabra que incida en prestar mayor atención a principales:
ciertas partes del cuerpo. Ligado entonces a esta «apariencia pro- (D Un pasaje al acto en detrimento del mecanismo de represión,
pia del cuerpo», se constituye un sentimiento de identidad y auto- que posibilitaría almacenar representaciones y afectos. Lo que ocu-
valoración. Por otra parte, el individuo recurre continuamente a di- rre es una expulsión directa a través del cuerpo y «la psique eva-
ferentes medíos con el fin de modificar su imagen corporal. Asf cua sus tensiones sin palabras».
corno.Jos tatuajes «alteran la parte óptica de nuestro ser» y afectqp @Un déficit en «la función materna de para-excitación», lo que
de forma objetiva la imagen corporal, las ropas o el maquillaje supone estados de afectos desbordantes que no acceden a una tra-
también representan un anclaje de la libido narcisista que acompa- mitación psíquica.
ña los sucesivos cambios de la imagen corporal. Por último, Juan David Nasio, en la introducción a su libro Los
42 SILVIA REISFELD EL CUERP0 1 UN ENFOQUE INTERDISPLINARIO 43

gritos del cuerpo (1997), en un diálogo con Ana M. Gómez, opina: posición de todos, observable en la ropa (el cuero negro, los zapa-l
«Quiero decir que el cuerpo está como estallado; este cuerpo no es tos de tacón de aguja), los adornos (cadenas, clavos), las fotografías
el mismo que aquel de mil años atrás. Nuestro cuerpo no es más el de moda que sugieren relaciones sadomasoquistas, etcétera, «las
mismo, aunque tenga la misma forma» (p. 10). Por lo que las enfer- prácticas del movimiento para "modificar el cuerpo" tienen un cer-'
medades del cuerpo varían «según la teoría con la que se avanza cano parentesco a la veta sadomasoquista ... Éste no sólo incluye 1
para conocerlo y curarlo. Esa teoría modifica la realidad de ese· proliferación de las modas del tatuaje y el piercing, sino también 1
cuerpo» (p. 11). Se trata de una postura nominalista, según la cual corsetería, las marcas con hierro candente, y las cicatrices realiza
el nombre no sólo designa la cosa sino que transforma la cosa de- das con cuchillos» (p. 16).
signada; no sólo cambian las visiones del cuerpo sino también su Otro tanto sucede con la valoración por la estética del cuerpo.
entidad concreta y carnal. Desde esta perspectiva, existen dos ana- En efecto, desde que Freud postulara que el destino es la anatomía,
tomías: una real, de la que nos habla la medicina vigente, y otra han ocurrido una serie de cambios. Por nombrar un ejemplo: la
psíquica, que surge a partir de una teoría de la representación del modificación de las formas actuales de apariencia corpQral, .donde
cuerpo que se forma en la percepción interna de cada uno. Por tan- las イ・ーセェッョウ@ referidas a la masC!llinidad y la feminidad, los
to, «será la imagen psíquica del sujeto la que investida afectiva- modos de concebir la bisexualidad las dif énero han
mente crea modificaciones en el cuerpo del sujeto habitado por . 」セゥ←ョ、ッウ・@ más amb.iguos sus líD1!t.e?. Esto se ve clara-
ella» (p. 13). mente en la elección de los diseños de tatuajes.

セQ@ No cabe duda de que el cuerpo ha pasado a ser un vehículo im-


portante en la expresión de los actuales conflictos psíquicos, no só-
ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES EN TORNO AL CUERPO lo desde una vertiente francamente patológica (las afecciones psi-
,ll cosomáticas o los trastornos de la alimentacj{m como la anorexia o
Zセᄀ@ Los aportes presentados permiten una primera reflexión, y es bulimia), sino también a través del auge de ¡¿rácticas que, como el
que existe una pluralidad de concepciones referidas al cuerpo que tatuaje, posibilitan la canalización de una amplia gama re .situado-.
de por sí dan cuenta de la complejidad y los alcances de esta no- nes 1i1cüi1sdeñtes, j\sí, en contraposición a «la personalidad neuró-
ción. Un denominador común entre estos variados enfoques y el tica de nuestro tiempo» que postulara Karen Horney, los autores
psicoanálisis es el hecho de que desde nuestra disciplina el cuerpo del posmodernismo -que por cierto recurren al psicoanálisis- nos
también se presenta como un constructo. En efecto, partimos de la presentan una concepción ampliada del narcisismo, un narcisismo
idea de un cuerpo erógeno o libidinal; no operamos con el cuerpo social que tipifica al hombre actual: un ideal compartido y centra-
real biológico. El cuerpo así entendido es fundamentalmente porta- do en el afán de procurarse gratificaciones. sobre todo a través del
dor de un símbolo, tal como ocurre en la histeria. cuerpo. Aquí lo predominante sería la retraducción de una reali-
111 Por otra parte, en la medida en que el psicoanálisis también dad externa vivida de manera cada vez más compleja y menos in-
construye una visión del cuerpo, ésta ha de contextualizarse en el clusiva, en términos de una inmediatez de la experiencia que el su-
marco científico y cultural en que surge. Un ejemplo de la gravita- jeto sí puede controlar. Esto me lleva a una última cuestión, que es
ción de la cultura en la comprensión psicoanalítica de los hechos el lugar que ocupa una práctica corporal dentro de un determina-
clínicos es abordada por Ethel Spector Person (2000) en su intro- do funcionamiento social. En el caso del tatuaje, concurren diver-
ducción a la última compilación de trabajos en torno al artículo de sos factores que serán tratados en el contexto de los distintos capí-
Freud, «Pegan a un niño». Entre las distintas consideraciones acer- tulos. Sólo quiero señalar que resulta un emergente más de una
ca de la vigencia de las fantasías de flagelación tal como las abordó cultura que prioriza la noción del cuerpo-imagen como vía de va-
Freud, la autora plantea un aspecto sumamente interesante, asa- loración soéial.
ber, cómo las expresiones sadomasoquistas forman cada vez más
parte de nuestra cultura. Así, más allá de una «iconografía» a dis-
3
Piel

1
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Lセ@

l!
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Todo está aquí, en mi piel;
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セA@ no hay más que mirar.
RAY BRADBURY, El hombre ilustrado

1 «Es una cuestión de piel», solemos decir, cuando hacemos alusión a


una muy particular experiencia de contacto, que puede implicar
'1 tanto atracción como rechazo hacia el otro. Comunicación no verbal
que emerge de la mera sensibilidad para expresar algo que se deco-
1¡ difica a nivel de la piel. Es decir, la piel siente. Y tal como sucede
con otras expresiones del habla común, pasa a representar a la per-
sona. Por sus mismas características de color, tono, y sus variacio-
11
nes a lo largo del tiempo -los gestos faciales, las arrugas o cicatri-
1
ces-, la piel resulta un medio de individuación y es única para cada
1
sujeto. Manifestaciones como el rubor, la transpiración o la palidez
traducen estados emocionales.Y en un extremo, los trastornos de la
piel (la psoriasis, el vitiligo o las alergias en general) dan cuenta de
que se trata de un órgano complejo que sirve a la expresión de los
conflictos psíquicos. La historia atestigua el valor otorgado a un de-
terminado color de piel para legitimar condiciones de marginación
o superioridad racial. Diferentes marcaciones también fueron usa-
46 SILVIA REISFELD PIEL 41

das como formas de condenar o ubicar el estatus social de los indi- dolor o placer que experimenta el bebé en la superficie de su piel
viduos. Por último, hay un concepto estético inherente a cada cultu- son un .recurso importante para el descubrimiento y la exploración
ra que hace de la piel un asiento importante de todo tipo de prácti- de su cuerpo a través de las manos. Por ejemplo, la piel se irrita
cas de embellecimiento. En particular, la consideración del tatuaje con suma facilidad, produce escozor e impulsa la acción de tocar-
como un elemento decorativo o, más abarcativamente, en cuanto se. El infante necesita tanto ser tocado como tocar, y es a partir de
corriente artística que utiliza la piel como un lienzo humano. los variados contactos con las personas de su entorno que irá enri-
queciendo una imagen de su propio cuerpo. Debido a que la piel
sufre distintas modificaciones, los cambios en la apariencia externa
PIEL Y PSICOANÁLISIS no sólo repercuten en la representación del esquema corp'oral, sino
que también reflejan la forma en que un individuo se ve a sí mis-
La piel qJle recubre el cuerpo opera como un primer límite entre mo y en cómo se muestra ante los demás.
el organismo y el mundo externo. Al mismo tiempo, recibe estímu- En esta línea, existe un desplazamiento simbólico entre la piel y
los que provienen tanto del interior como del exterior. Es a partir el uso de vestimentas que hace al modo en que cada uno se repre-
de esta doble faz que cumple múltiples Iunciones para el desarro- senta. Al reflexionar en torno al origen de los vestidos y del tatua-
llo del aparato psíquico. je, Ángel Garma (1970) plantea la hipótesis de que ambos イ・ーウョセ@
En Tres ensayos sobre una teoría sexual (1905), Freud afirma que la tarían la protección de la madre primitiva para con el recién
"'1 piel es una zona erógena «por excelencia» ya que cualquier sector nacido, tal como éste aparecería cubierto por las membranas feta-
de ella puede tornarse en sede de excitaciones placenteras. Plantea les. Una forma de hacer menos dolorosa la separación entre lama-
dos tipos de estimulación: uno interno, que se expresa como ten- dre y el niño habría sido el cubrirlo con el sustituto de una piel o el
l' 11¡
sión displacentera que se proyecta en la piel, y otro externo, en el
que destaca el contacto de piel a piel-el acariciar, por ejemplo- co-
cueró de un animal. Nos dice: «Originariamente el tatuaje pudo in-
tentar reproducir el aspecto de la piel del recién nacido, teñida por
セ@
. mo un componente de la pulsión sexual. Un rasgo característico de la sangre materna y el meconio, así como su arrugamiento provo-
la sexualidad infantil, el autoerotismo, aparece en la forma del fro- cado por el paso a través del estrecho conducto genital materno.
tamiento rítmico de ciertas partes del cuerpo (gratificación mastur- [... ] la finalidad primaria del tatuaje, como la de los vestidos, sería
batoria). La piel también reviste particular erogeneidad en el caso conservar el amor y protección maternos» (p. 204). Así, el empleo
de los impulsos de crueldad (sadismo) y dolor (masoquismo), am- de ropa ajustada puede representar una piel adicional que no sólo
bos constitutivos de la pulsión sexual. ayuda a dar mayor relieve al cuerpo, sino también permite al que
Una ウセァオョ、。@ aproximación freudiana es la idea de que la piel la usa tener la sensación de estar «apretadamente envuelto» (Bi-
es una barrera limitante de estímulos. Así, en Más allá del principio ven, 1982).
del placer (1920), al exponer sus hipótesis acerca de la evolución del La concepción de una piel en tanto representación mental que
organismo vivo a partir del modelo de una primitiva vesícula in- adquiere una función de continente posibilitó fecundos desarro-
diferenciada, describe la constitución de una corteza exterior como llos. Si bien Wilfred Bion no trabajó específicamente acerca de la
protección frente al impacto de los estímulos externos, lo que per- piel, sus aportes constituyeron un primer empuje en esa dirección.
mite dosificar el ingreso de grandes cantidades de excitación, que Bion (1996) concibió el vínculo entre la madre y el bebé en térmi-
de otra forma desorganizarían al incipiente organismo. Esta mis- nos del modelo de continente-contenido y el empleo por parte
ma función de para-excitación también opera ante los estímulos del bebé de la identificación proyectiva realista (normal) como
internos. primitivo medio de comunicación. Mediante este mecanismo,
Para Paul Schilder (1977), las tempranas experiencias táctiles y el niño se libera de sentimientos intolerables para su rudimenta-
de contacto cálido con la madre hacen de la piel un significativo rio aparato psíquico (contenido) y busca suscitar en su madre
medio de comunicación emocional. Las diferentes sensaciones de (continente) una respuesta adecuada. La madre con capacidad de
48 SILVIA REISFELD PIEL 49

reveríe1 actúa mitigando las tensiones del bebé, de manera que éste presión, dolor, tacto) a la par que mantiene una relación estrecha
pueda tolerarlas. con los restantes órganos de los sentidos (visión, olfato, gusto y
Esther Bick (1970) aplicó estas ideas a la observación sistemática oído) y las sensaciones kinestésicas y de equilibrio. Esta variada
de lactantes en su temprana relación con la madre. Observó que el sensibilidad resulta difusa e indiferenciada para el bebé durante
contacto con la piel del bebé y su estimulación constituían el aspec- mucho tiempo. Por tanto, es a partir de la piel de la madre y su
to más importante del vínculo y sentaban las bases de las primerí- contacto con ella que éste aprende a reconocer y discriminar los
simas introyecciones del yo. Bick formuló el concepto de «segunda límites de una piel propia. Así, «en circunstancias favorables, la
piel» para dar cuenta de una fallida adquisición de la función pri- piel se convierte en la frontera entre el «yo» y el «no yo?>, o, para
maria de contención. Así, «en su forma más primitiva, las partes decirlo de otro modo, la psique ha entrado a vivir dentro del so-
de la personalidad son vividas como si estuviesen carentes de una ma, dando lugar a una vida psicosomática individual» (p. 70).
fuerza capaz de unirlas, por lo cual resulta necesario asegurar su Entre las distintas contribuciones mencionadas, Anzieu s.e apo-
cohesión en una forma que se experimenta pasivamente, mediante ya en B.owlb)lt quien, en The Nature of the Chíld Ties to hís Mother
el funcionamiento de la piel, que obra como un límite». Pero esta (1958) postula la hipótesis de una pulsión セ・@ apego primari?, de-
función interna de contener partes del self depende inicialmente de terminante en el vínculo inicial entre madre e hijo, independiente
la introyección y posterior identificación con la función contenedo- de la pulsión oral. También cita el estudio de Harlow y colabora-
;'¡I ra del objeto, lo cual origina «la fantasía del espacio externo y del dores sobre la conducta de primates pequeños ante una madre
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!.

espacio interno». El objeto, que hace las veces de continente, es
sentido «Concretamente como una piel». Las dificultades en esta fa-
creada artificialmente con alambres, en contraposición a otra cu-
bierta con pelaje. Se observó que, más allá de que la primera pu-
;¡ se se traducen en la falta de la noción de un espacio dentro del self, diera presentar un biberón para alimentarlos, los primates se acer-
セ@ 1 lo que da lugar a un uso masivo de identificaciones proyectivas y a caban y buscaban refugio en el bienestar proporcionado por el
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セ@
la conformación de una «Segunda piel» como sustituto del conti- contacto con la suavidad del pelaje de la segunda. Estas investiga-
w
セ@ nente-piel adecuado. En este caso, una normal dependencia res- ciones pusieron de relieve el papel esencial de la función primaria
pecto del objeto es reemplazada por una seudoindependencia y el de apego y cómo la privación de un contacto adecuado con la ma-
empleo de ciertas funciones mentales o habilidades que asumen en dre o un sustituto, daba lugar a perturbaciones irreversibles que
adelante un papel de contención. Desde la clínica, esto se observa incidían en el posterior desarrollo afectivo, cognitivo y social. Así,
bajo la forma de una coraza muscular (rigidez, actividad hiperki- la constitución de un yo-piel adecuado requiere que el lactante
nética) o su equivalente verbal, donde el habla (en torrente de pa- pueda satisfacer sus necesidades de aferramiento en el marco de
labras) permite envolverse en el sonido de las propias palabras. experiencias cálidas y estables con la madre.
lf, Didier Anzieu (1994) trabajó la noción del «yo-piel y sus fun- Con respecto a su evolución, el yo-piel está signado por dos mo-
1 ciones de correspondencia con la piel», donde la piel psíquica en- mentos: ·
¡, cuentra un apuntalamiento en la piel corporal. El yo-piel designa (D La fantasía -de una piel común a partir del continuo contacto
una «figuración de la que el niño se sirve en las fases precoces de con la madre (noción de un pecho-piel), que posibilita «una identi-
l¡ su desarrollo, para representarse a sí mismo como yo que contie- ficación primaria con un objeto soporte e interiorización de la fun-
1 ne los contenidos psíquicos a partir de su experiencia de superfi- ción de continente». Esto es, un estado de simbiosis donde uno en-
cie del cuerpo» (p. SO). Anzieu describe la piel como un complejo vuelve al otro (narcisismo primario).
sistema en el que confluyen distintas sensibilidades (de calor, @ La gradual separación y desaparición de esta piel común,
merced a experiencias de presencia-ausencia materna junto con un
paulatino reconocimiento de que cada uno posee su propia piel y
l. Término que utiliza Bion para hablar de la aptitud materna de contención, su propio yo. En esta transición pueden surgir fantasías de piel
junto con una adecuada decodificación de las conductas del bebé. arrancada, robada o magullada, que, de ser セッュゥョ。、ウL@ ー・イュゥエセョ@
セ@
ᄀセ@
50 SILVIA REISFELD PIEL 51

i que el yo-piel sentido como propio devenga «una envoltura psí- eróticur cálida a través 、セ@ la ウセヲゥNエZ@ de la piel permite 、セ_j。」イ@
;¡ quica continente de los contenidos así como la interiorización del los límites 、・セャァ⦅」ッイpYAI@ y イセウA。ャ⦅@ un sentimiento cQhe-
' セ@ entorno materno se convierte en el mundo interno de los pensa- sivo del self. En un nivel mucho más extremo, las mutilaciones d_g
\ mientos, imágenes y palabras» (p. 73). Por tanto, hay que diferen- la piel remiten a esa misma finalidad.

' ciar el decurso de un yo-piel asentado fundamentalmente en una eセ。LM・ウエッョヲ」ゥオ、@ de la extensión y riqueza
vertiente narcisista, en el que «la fantasía de una piel común se de la noción de piel tanto en su función normal como para la com-
transforma en la fantasía secundaria de una piel reforzada e invul- prensión de fenómenos psicopatológicos. Paso ahora a analizar so-
nerable))' o si éste se constituye principalmente en un plano maso- meramente una película que ilustra muy bien las distintas varian-
quista, en cuyo caso surgirá «la fantasía de una piel común desga- tes que puede adoptar el erotismo en la piel. En particular, nos
rrada o herida>> (p. 55). El fracasa de la función contenedora 、セャ@ permite trazar una conexión entre estos aspectos y el tatuaje en
ob"eto ori ina dos ti os de an ustia: · tanto escritura corporal.
a La referida a «un estado de excitación pulsional permanente
y difuso», que se intenta manejar mediante una corteza sustitutiva
de dolor físico o angustia psíquica, donde el individuo «Se envuel- ESCRITO EN EL CUERPO (THE PILLOW BOOK)
ve en el sufrimiento» y que traduce la idea de «sufro, luego existo».
aウセ■@ el cuerpo obtiene vía el sufrimiento su indicio de objeto real. dゥイセ、。@ por Peter Greenaway, quien es incluso autor del guión
). La envoltura existe, pero como no hubo continuidad estable origina\ el filme despliega una gran belleza visual y recurre a imá-
se a vive con agujeros, y la vivencia es la de un yo-piel colador genes que condensan aspectos significativos de una trama comple-
donde los pensamientos o recuerdos se conservan con dificultad y ja. La protagonista, Nagiko, es una joven cuya vida se ve marcada
predomina la ansiedad de tener un interior que se vacía. por una obra clásica de la literatura japonesa, El libro de la almohada.
Por su parte, Barrie Biven (1982) analiza el rol de la piel en la Su autora, Sei Shünagon (200lt lo escribió durante su servido en la
obra de la poetisa Sylvia Plath. Mencionaré algunos aportes teóri- Corte imperial a lo largo de la década de 990 y se trata de un diario
cos a los que se refiere. La proyección de la piel -normal o patoló- íntimo. Cabe seí1alar que Sei Shónagon es descripta corno una mu-
gica- es un hecho frecuente que abarca objetos tanto animados co- jer intelectualmente atractiva, que se destacó en un medio culto
rno inanimados. Algunas proyecciones pueden permanecer como abocado al intercambio epistolar -sobre todo entre los amantes-,
un proceso psíquico mientras que otras se traducen en una forma donde se valoraban tanto la retórica como la caligrafía y el tipo de
de acción. Tal es el caso de la creación del artista, donde el lienza se papel utilizado. aセオ■@ se presentan dos vertientes. Por un lado, al-
constituye en una piel simbólica, mientras que la mano o los ojos gunas pinceladas e la vida de Nagiko y cómo desde pequeña
libidinizan este sustituto a la manera de las tempranas experien- desarrolla una afición por la escritura gue se irá entremezclando,
cias autoeróticas. Desde una vertiente patológica, una separación conforme crezca, con un intenso -y ・セ⦅Aャエオ。iョ@ ・ク」ャオケョエセ@ ero-
precoz de los objetos primarios puede llevar a incrementar la acti- tismo ubicado en su piel; en particular, su ョセ」⦅_ゥ、。@ de ser esc;¡.:üa
vidad autoerótica. Así, la piel que mejor conoce el bebé durante los por cualquier tipo de inscripciones corno condición ineludible_ para
primeros meses de su vida corresponde a las manos y al pecho de tener una relación セ・クオ。ャN⦅@ Por el otro, se detiene en la relación amq-
la madre y una escasa o excesiva estimulación atentan contra un rosa que entabla con Jero me. Tomaré algunos tramos del relato.
normal desarrollo yoico. Por tanto, es probable gue la ュッ、。ャゥセ@ Nagiko proviene de una f"amilia tradicional culta y es hija ú.nica.
de incorporación más primigenia ocurra no a través de la boca sino De su infancia, pueden consignarse:
a partir del contacto de piel: El deseo de compensar un déficit de セsオ@ admiración por el padre, que es escritor.
estas experiencias puede, por ejemplo, observarse en las prácticas セuョ。@ bendición que éste le otorga en cada cumpleaños y que
sadomasoquistas. Biven cita el trabajo dg セエッイャキ@ (1975), quien deviene en algo anhelado e imprescindible para ella. El padre le
afirma セ■Aウッァオゥュ@ la búsqueda de una estimulación pinta, con tinta roja, letras en la espalda, la frente y ambas mejillas,

1
52 SILVIA REISFELD PIEL 53

colorea sus labios con el dedo y le dice: «Cuando Dios hizo al pri- piel escrita. Además nos habla de una fijación sensual a la escena
mer modelo en arcilla del ser humano, le pintó los ojos, los labios y infantil del ritual paterno. Si por un lado los trazos de Jerome no la
el sexo. Luego pintó el nombre de cada persona para que el dueño excitan, por otro éste la incita a escribir: le ofrece su piel como una
no lo olvidase. Si Dios aprobaba su creación, Él le daba vida al mo- página en blanco. Para N agiko es un giro importante: «Ahora seré
delo de arcilla firmando su propio nombre». la lapicera, no sólo el papel». Veamos entonces: la escritura reviste
@ A los cuatro años, recibe de regalo El libro de la almohada y se plenamente el carácter de un acto sexual; luego, la identificación
despierta su fascinación por Sei Sh6nagon. Se propone escribir su en los roles activo (la pluma como equivalente fálico) y pasivo (el
ーイセゥッ@ libro de la almohada. papel), esto es, el componente bisexual de Nagiko. Por su parte, Je-
0::} En su sexto cumpleaños, se ve al padre iniciándola en la ca- rome revela un aspecto pasivo femenino, consonante -como se
ligrafía y comentando que debe visitar -como en cada cumplea- descubre luego- con una práctica bisexual. .
íi.os de Nagiko- a su editor. Nagiko lo acompaíi.a y, mientras espe- Un primer texto, escrito en la piel de un desconocido, será re-
ra fuera de una oficina, observa una escena (que no comprende) chazado por un prestigioso editor. Nagiko descubrirá que se trata
alusiva a un acto homosexual entre su padre y el editor. del mismo editor de su padre y que Jerome es amigo suyo, inicio
Ya adolescente, escribe regularmente. Se hace evidente su cre- de una situación triangular de consecuencias imprevisibles para
ciente identificación con la figura de Shónagon: «Como Sei Shóna- todos:
gon mi sentido del olfato era muy fuerte. Yo disfrutaba del olor a ,19 Nagiko se enamora por primera vez; Jerome demuestra cum-
tod,a tiP-o de tillpel. Me recordaba el aroma a piel». Es un primer in- plir con las dos condiciones infructuosamente buscadas hasta en-
'ill dicador de un interjuego sensual entre la piel y el papel: Tras un tonces: es un hábil calígrafo, capaz de llenar su cuerpo con distin-
1: matrimonio fallido y convertida en una modelo exitosa, sus rela- tos.-Y. hasta exóticos caracteres y, además, es un buen amante.
セ@
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ciones con los hombres son efímeras y la sexualidad se tiñe de es- @ Ante un posible nuevo rechazo, el siguiente texto tendrá co-
¡Ji critura: «... yo había decidido tener amantes que me recordaran los mo portador al cuerpo de Jerome, quien se exhibe desnudo ante la
placeres de la caligrafía. No podía estar segura de qué era más im- mirada excitada del editor. En él, la condición fetichista de la piel
portante. Un calígrafo indiferente que fuese un buen amante o un se hace más evidente: no sólo lee el texto, sino también, y como
excelente amante que fuese mal calígrafo». Asimismo, la actividad parte del juego sexual, acaricia la piel de Jerome como si probara la
11 de escribir revela una intensa cualidad erótica: «El aroma a papel textura de un papet y la lame para apreciar la tinta.
blanco es como el aroma de la piel de un nuevo amante quien aca- @Resignificación del vínculo entre el padre y el editor: Nagiko
ba de hacer una visita sorpresa en un jardín mojado. Y la tinta ne- descubre en pleno acto sexual a Jerome y al editor, y pone fin a su

rr gra es como el pelo laqueado. ¿Y el quill? Bueno, la pluma es ese


instrumento de placer cuyo propósito nunca está en duda pero cu-
relación con Jerome. Siendo su libro aceptado, otros escritos en
cuerpos elegidos al azar son enviados al editor.
J
¡
ya sorprendente eficacia uno siempre olvida». @Jerome se suicida. No sólo Nagiko lo llora; también el editor,
. Su primer encuentro con Jerome -traductor y aspirante a escri- aunque su duelo es más complejo: manda a desenterrar el cadáver,
i tor- ilustra una seducción que responde esencialmente a nivel de lo despelleja él mismo y se consuela atesorando la piel, ahora con-
l
)
. piel. N agiko dice: «Necesito la escritura. N o me preguntes por qué. vertida en un libro. En un tramo ulterior lo vemos practicarse un
11 \Saca tu lapicera y por favor escribe tu nombre en mi bra.zo». Esta haraquiri.
11 セ、・ュ。ョ@ pone en evidencia el componente de fetichización 2 de la
il
l. nimado (ciertas prendas, por ejemplo). En cuanto a las perversiones sexuales, el
2. La excitación y consiguiente meta sexual sólo pueden alcanzarse si se fetiche como sustituto de un objeto sexual normal se erige como defensa frente a
acompañan de un aspecto específico del partenaire, ya sea una parte del cuerpo la temprana vivencia de castración, esto es, el temor a la pérdida del pene en el
(tipo de cabello, determinados rasgos físicos) o por la presencia de un objeto ina- varón o la constatación de su falta en la niña.
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l 54 SILVIA REISFELD PIEL 55


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e) Una última escena muestra a Nagiko vestida tradicionalmen- considerar dos aspectos: el primero, de índole histórico-social, esto
il
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te. Lleva un bebé en brazos (hijo de Jerome), a quien recita en su es, un retorno a sus orígenes (el uso del kimono y el tipo de tatua-
";¡ je); el segundo, de carácter más primario: que esta nueva piel le
¡'1
primer cumpleaños la bendición paterna. Al darle de lactar, exhibe
su pecho y sus brazos tatuados. ofrecería un sostén en su reciente rol materno. El colorido bien
puede simbolizar un sentimiento reactivo a los duelos que hubo de
elaborar o el anhelo de infundirse vitalidad. En este contexto, su
COMENTARIO tatuaje, en tanto escritura corporal, adquiere un valor metafórico.

Es indudable que Greenaway apunta esencialmente al valor de


la escritura, revestida aquí de varias significaciones. Ya desde el
inicio, la bendición paterna ubica a Dios como un escritor que fir-
ma sus creaciones. Así, el padre, homologado a la figura de Dios,
le está dando vida a Nagiko a través de sus trazos. Se ve también
cómo la escritura adquiere para Nagiko un claro tinte incestuoso; a
la vez que asume un significado visual muy importante, resaltado
por la piel del cuerpo desmido de los hombres que sirven como
páginas. Esta piel debe reunir determinadas características y forma
parte del texto en sí, tal como en épocas de Shonagon se aprecia-
ban la calidad del papel y su presentación. Por último, el filme con-
nota una idea sugestiva, y es que la escritura se despliega a través
de la condición bisexual y que, en su origen, le son inherentes tan-
1
to lo masculino como lo femenino.
El com onente eró eno de la · ado ta distintas modalidades:
@} un disparador privilegiado del deseo sexual, como ve 1cu o
de impulsos voyeuristas y exhibicionistas& su conformación co-
mo fetiche (la piel escrita). Esto último queda particularmente des-
tacado en el personaje del editor. Él también, a la manera de un es-
critor, de un Dios omnipresente, pone su firma y signa el devenir
de todos.
Por último, el ritual de la bendición paterna pasa a una siguien-
te generación cuando la recibe el hijo de Nagiko. En dicha escena,
ella viste tradicionalmente y luce un tatuaje. Aquí el tatuaje advie-
ne como un equivalente de la escritura y en ese sentido ambos con-
セZ@ 1
fluyen y se superponen. Aun así, por qué Nagiko se tatúa, conside-
! '
rando que es una marca para siempre -una página escrita que ya
no se borrará-, abre distintas especulaciones. Su tatuaje, colorido
y de formas abstractas, es un diseño que formó parte de las cos-
tumbres japonesas (véase el capítulo 1). No obstante, es posible
i, pensarlo como un intento de procurarse una nueva piel, hito que
marcaría el inicio de un momento vital distinto. Cabría entonces
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¡,

4
La mirada
l.

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セ@ '1:.

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Basta adentrarse en el pensamiento de Jean-Paul Sartre para enten-


der cómo la mirada configura nuestro modo de estar en el mundo.
"1
En El ser y la nada, Sartre fundamenta toda relación humana a partir
de la experiencia de mirar o ser mirado. El sujeto es siempre un
objeto (en un sentido literal) para la mirada del otro. Así, «en cada
instante el prójimo me mira» (Sartre, 1943: 337). Y es el otro quien
determina todas mis posibilidades, sea por una noción de espaciali-
dad, de temporalidad, o por las apreciaciones que haga de mí: «Con
la mirada ajena, la situación me escapa [... ]:ya no soy dueño de la si-
tuación» (p. 342). Por este mismo hecho las reacciones subjetivas a la
mirada son básicamente el sentir miedo ante el peligro de la liber-
tad ajena o la vergüenza frente a la posibilidad de que se descubra
lo no-revelado de mi ser. Sartre discrimina al ojo en cuanto órgano
de la visión y la mirada en sí. De ahí, «lo que nos mira nunca son
ojos sino el prójimo como sujeto» (p. 355).
En El ojo y el espíritu, un ensayo acerca de la creación en el arte
y en particular la pintura, Maurice Merleau-Ponty (1986) se remi-
te a una experiencia frente a la naturaleza, algo que resuena en el
interior del pintor y lo captura: «el ojo es eso que se ha conmovido
por cierto impacto del mundo y lo restituye a lo visible por los tra-
58 SILVIA REISFELD LA MIRADA 59

,:
zos de la mano». Para el autor, existe un narcisismo inherente ato- miembro en la mujer. La conducta perversa de mirar y ser mirado
da visión, por lo que no se sabe si es el sujeto quien ejerce una vi- conforma un par de opuestos en su modalidad activa y pasiva,
sión sobre las cosas o si son ellas las que lo ven: «entre él y lo visi- aunque Freud subraya: «quien en el inconsciente es exhibicionista,
ble los papeles se invierten. Por lo que tantos pintores han dicho es al mismo tiempo voyeur» (p. 152).
que las cosas los miran» (p. 25). Esta idea de continuidad reapare- En el placer de ver y exhibirse, el ojo cumple la función de vna
ce en Lo visible y lo invisible Hm・イ}。オMpョエセVTIZ@ «la mirada en- zona erógena. Como ulterior derivado y a propósito de los cam-
11
vuelve, palpa y se ciñe a las cosas visibles. Como si tuviera con bios en la pubertad, nos dice:
ellas una relación de armonía preestablecida ... de tal manera que
es imposible decir quién manda, la mirada o las cosas» (p. 165). El ojo, que es quizá lo más alejado del objeto sexual, puede
Para Freud (Psicología de las masas y análisis del yo, 1921), el mi- ser estimulado casi siempre en la situaCión de cortejo dei ob-
rar deriva originariamente del tocar. Así, «el niño espera de las jeto, por aquella particular cualidad de la excitación cuyo sus-
personas amadas todas las ternuras que le son conocidas, quiere citador en el objeto sexual llamamos "belleza". [... ] Con esta
abrazarlas, tocarlas, contemplarlas, siente curiosidad por ver sus excitación se conecta ya, por una parte, un placer; por la otra,
partes genitales y estar presente durante sus actividades de excre- tiene como consecuencia aumentar el estado de excitación se-
ción». xual o provocarlo cuando todavía falta» (Freud, 1905: 191).
En Tres ensayos sobre una teoría sexual (1905), aborda el descubri-
En esta línea de ideas, Paul-Laurent Assoun refiere: «digamos
miento de la diferencia sexual y los avatares del complejo de castra-
más precisamente que, para la función de autoeonservación, basta
ción, conectando la pulsión de ver con el voyeurismo y el exhibicio-
con el ojo ... La mirada sobreviene en el o¡o para cum Iir su función
nismo. Aquí, la fijación sexual a metas sexuales provisorias resulta
decisiva. Refiriéndose a la cualidad erógena de la vista, afirma: de objeto erótico» 1997, p. 29 .
Por su parte, Hervé Huot describe el papel del ojo en el mito de_
. La impresión óptica sigue siendo el camino más frecuente Edipo y su conexión con el temor a la castración: «Si el ojo puede
¡
por el cual se despierta la excitación libidinal. [... ]la oculta- ser alcanzado por un" castigo" a causa de su actividad sexuat es
) ción del cuerpo, que progresa con la cultura humana, man-
por constituir el lugar de la formación de la imagen» (Hout, 1987:
tiene despierta la curiosidad sexual, que aspira a completar 155). Para este autor, los objetos sexuales (pecho, genitales, fetiches,
al objeto sexual mediante el desnudamiento de las partes
etcétera) deben su existencia al ojo. Es decir, «el ojo es la condición
ocultas. Empero, puede ser desviada ("sublimada") en el ám-
bito del arte, si uno puede apartar su interés de los genitales del deseo».
para dirigirlo a la forma del cuerpo como un todo. La mayo- En «Pulsiones y destinos de pulsión» (1915), Freud retoma el te-
ría de las personas normales se demora [... ] en esa meta in- ma del weurismo y el ・クィゥ「」ッ⦅QZウュセL@ estableciendo distintos
termedia que es el mirar teñido sexualmente. Y esto les da la tiempos en el decurso de la pulsión de ver:
posibilidad de dirigir cierto monto libidinal a metas artísticas
más elevadas (Freud, 1905: 142). @ el ver como actividad dirigida a un objeto ajeno;
@
1
'·· la resignación del objeto y la vuelta de la pulsión a una parte
Sin embargo, el placer de ver se transforma en perversión si: del propio cuerpo; por tanto, mudanza en pasividad y surgi-
{!¿¡se hmlta a la visión de los genitales;
miento de una nueva meta: ser mirado;
®va unido a la superación del asco, en cuyo caso existe el pla- @la inserción de un nuevo sujeto al que uno se muestra para
cer d.e mirar a otro en sus funciones excretorias y, por último, ser mirado.
@si reemplaza la meta sexual normal, dejando de ser un placer
preliminar. Así, el exhibicionista necesita mostrar y ver los genita- Freud aclara que, en rigor, a la primera meta activa (a) debe an-
les del otro como una manera de confirmar la integridad de los su- teponerse una fase autoerótica que, más tarde, por vía de la compa-
yos y reiterar la experiencia de satisfacción infantil ante la falta de ración, cambia a un objeto análogo en el cuerpo ajeno.
60 SJLVJA REJSFELD
LA MJRADA 61

Tal como sucede con el par antitético sadismo-masoquismo, la la pulsión de ver, n_o sólo en lo tocante a una redefinición de la pul-
transformación de la meta activa a una pasiva y el retorno sobre la sión en sí misma, sino fundamentalmente por el hecho de que ésta
propia persona «nunca afecta enteramente todo el monto de la mo- queda supeditada al lugar que ocupa, dentro de su pensamiento,
ción pulsional»; por consiguiente, el componente pulsional antiguo la noción del objeto a como causa del deseo. La pulsión escópica1
subsiste junto con el predominante.
por lo tanto, es una de las cuatro pulsiones parciales 、・ウ」イゥ⦅セァN@ por
Por su parte, .Paul-Laurent Assoun_agrega que si el fin activo Lacan, cuyo objeto es la mirada. La mirada y no la visión. Así, la
de ver presupone un abandono del narcisismo, el retorno a una mirada es una de las formas en gue es figurado (adquiere repre-
meta pasiva constituye una forma de «salvar la posición narcísi- sentación) el objeto a, que por definición es irrepresentable. Tal co-
ca» (Assoun, 1997: 62). El autor se interroga acerca del momento rno lo explica Lacan, este último adviene como un «símbolo de la
en que «el sujeto entra en una lógica de la mirada» (p. 77), mo- falta, es decir, del falo, no en tanto tal, sino en tanto hace falta» (La-
,,,11
mento que UDica en la «escena (pre) originaria de ウセ。イ」ゥ￳ョ@ y la can, 1964: 110). La mirada es deseo activado desde el Otro. 2
,¡ pérdida de vista» de la mad..re...donde «la mirada recibe su il1J12ronta Esta idea de la mirada no necesariamente asociada-a ia función
セQ@ primitiva, de dolor». Es decir, nos habla de «Un trauma escópico de
origen». Luego introduce «la mirada de envidia» (p. 82), remitién-
del ojo como órgano de la visión tiene sus raíces filosóficas en las
formulaciones de Sartre, aunque Lacan traza sus diferencias. Con-

dose a un texto de San Agustín (citado por Lacan}_gue describe los signo una de ellas, a saber, si para Sartre la mirada ocurría junto al
celos de un niño que contempla lactar a su hermanito. En un si- acto de mirar, Lacan los separa; la mirada no está más del lado アセャ@
,, guiente tramo, la mirada descubre la diferencia entre los sexos.
Aquí, el varón primeramente no cree en lo que ve y luego parece
sujeto, SÜ}(:)_g:Yg es siempre la Il].irada delQ_t:r_Q,.
Refiriéndose a esta distinción, Juan David Nasio afirma: «Ver va
aceptar lo que ve aunque identifica la ausencia de pene en la mu- del yo -imagen fálica, falo imaginario- a la imagen de la cosa. Mi-
セ@
t jer como una «falta» provisoria: «Ha mirado pero en lo esencial no rar es un acto provocado por una imagen que viene de la cosa ha-
ᄋセ@
:1¡
vio» (p. 84). La niil.a, en cambio, percibe el pene, sabe que no lo tie- cia nosotros. Contrariamente al ver, el mirar se despierta fuera de
ne y quiere tenerlo. «El "juicio" está allí, es literalmente "escópi- nosotros ... » (Nasio, 1994: 47). Ver, por lo tanto, es ir al encuentro de
co". No juzga solamente por medio de la mirada: su mirada es jui-
cio» (p. 87). lo especular, オョセ⦅NcMvGZ^A「ャ・@ que イ・ヲャェセーッゥ⦅Aョ。ァG@ y ante la
cual el yo se reconoce aunque alienado de sí.. En cambio, la mirada
Finalmente, hay una mirada propia del narcisismo. Se trata de no nace en el ケッセオ・@ «lo ウッイーセョ、・ᄏ@ y ウオセァ・@ en pn ュッ・セエ@
una experiencia de seducción desde una captación escópica. Esto particular: «el momento de la ヲ。ウ」ゥョ￳セ@ (p. 26).
r nos remite a Narciso, quien queda «seducido por otro ... que se re- Por último y desde una teorización distinta, Lean J. Saul (1952)
vela idéntico a su propia imagen» (p. 93). De igual modo, la histo- plantea la idea de una movilidad de impulsos tanto escoptofílicos
ria de Pigmalión «describe cómo el artista, seducido por el objeto
1 de su propia creación, con los ojos fijos sobre su objeto, recibe el
como exhibicionistas a partir del uso de mecanismos proyectivos.
Así, el proyectar en el otro la tendencia a mirar puede ser usado
brillo fascinante de éste y se prenda ... de esa parte de sí mismo a la como una defensa contra, o una compensación de, formas indi-
que ha dado forma» (ibíd.).
rectas de satisfacer necesidades exhibicionistas propias. Desde es-
Si bien Lacan retoma las ideas de Freud que ligan el mirar a la ta perspectiva, uno podría decir que ambas modalidades se pre-
temática de la castración, en realidad introduce modificaciones im-
portantes que hacen a un desarrollo teórico distinto. En efecto, la
«pulsión escópica» 1 instala una conceptualización 、ゥヲセZイョエ@ a la de significa observar, examinar. Así, skopos y skopia son terminaciones griegas deri-
vadas de este verbo.
1
t:
2. Término que designa una alteridad que trasciende al individuo y que La-
1 can equipara con el lenguaje y la ley. Por tanto, es representativo del orden de lo
l. El término «escópico>>, como aclara Serge Leclaire (1978), inexistente en
simbólico (Evans, D., Diccionario introductorio de psicoanálisis lacaniano, Buenos Ai-
francés y en español, es acuñado, por Lacan a partir del verbo griego skopein, que
res, Paidós, 1977).
セᄋ@ 1 63
1 62 SILVIA REISFELD ;l LA MIRADA

: l\
G
@セ sentan activamente aunque una de ellas es disociada y ubicada
,¡ rimentar un fuerte rechazo hacia sus tatuajes; la vivencia es la de
u 1 sentirse «mirado» por éstos. Aquí son las mismas proyecciones
rJ en el otro. ·¡
ubicadas en dichos tatuajes las que inciden en generar una ansie-
セ@ ,,j
'
;,

セ@
セ@ COMENTARIO N￁セL﾿@
¡ dad típicamente persecutoria.

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'セ@
.
l,
Tal como iré ilustrando en los próximos capítulos, la mirada de-
1•

viene un vector esencial en la práctica del エ。アᄀ[ェセN@ Aquí me limito a


esbozar algunas ideas en función de los aportes presentados:
{!)En el marco de lo formulado por Sartre, aunque con un senti-
do diferente, la expansión actual del tatuaje nos habla de un deter-
minismo de la mirada, que de manera más amplia parece regir el 1
comportamiento del hombre contemporáneo; esto es, una tenden-
cia activa a procurar ser mirado y reconocido como entidad subje-
tiva. En este caso, es el sujeto quien busca exponerse a la mirada
1
del otro para ser descubierto. El tatuaje, aun cuando se lo conciba l
meramente como un adorno corporal, ha pasado a constituirse en
un símbolo de identificación personal.
@En lo que respecta a la experiencia subjetiva de portar un ta-
tua¡e, la mirada contempla el interjuego de tres movimientos: la
posibilidad de mirar(se) el propio tatuaje (placer de autocontem-
plación), ser mirado (placer de exhibirse) o mirar otros tatuajes
(placer de ver). Aun cuando forman parte de una misma dinámica
-el componente erógeno subyace a los tres-, cada uno de ellos re-
vistirá distintas significaciones.
(}) El narcisismo también participa de la mirada, ya sea en tanto
vivencia de completud (el tatuaje ha pasado a formar parte del
propio cuerpo y por ende, del selj) o como apuntalador de la au-
toestima (por identificación con la mirada que se espera suscitar en
・ャセッIN@
(jP Si bien no me voy a ceñir a la diferenciación del enfoque laca-
ruano entre el ver y el mirar, los comentarios 、セ@ algunos entrevista-
dos (los casos del Sr. A y de Javier del capítulo 5) dan cuenta de có-
mo un tahtaje puede ejercer un efecto de seducción que activa en el
sujeto mociones psíquicas desconocidas para él, desencadenando
su motivación· a tatuarse. Este impacto visual suele quedar adscri-
to al colorido de un diseño, sus dimensiones, o a cierta imagen de
1 movimiento del tatuaje cuando el cuerpo se moviliza.
1 @) En algunos casos donde se revela la presencia de conflictos
más severos (véase el capítulo 11), la persona puede llegar a expe- t
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5
Tatuaje y adolescencia:
¿moda o síntoma?

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,,セQ@

¡; Si, en términos de la personalidad, tanto las tempranas experien-


'f1 cias corporales como la presencia de un entorno cálido y consis-
tente resultan importantes para la co¡1stitución de una imagen cor-
poral que forma parte de nuestra manera de ser y actuar en el
mundo, no menos relevante es que el cuerpo responde a un dis-
curso social que nos hace partícipes de un imaginario colectivo.
1 Esto se aplica al セオ・L@ ampliamente publicitado, 1 devino en
i :¡
los hechos en algo natural y sobre todo セ\ZャNRイ・ゥ￳ョ@ ele una ac-
tual cultura adolescente. Incluso no es infrecuente encontrarnos
con padres que en actitud resignada -por decirlo de algún modo-
aceptan acompañar a sus hijos menores de edad a los locales de
tatuaje.

l. Veáse «Los tatuajes: una marca eterna que ya trasciende edades y clases so-
ciales>>, Clarúz, informe especial, 30 de marzo de 2003: <<Si bien no hay cifras ofi-
ciales que den cuenta de la tendencia, buena parte de los tatuadores -algo más
de 100 en condiciones legales- sostiene que en los últimos cuatro años la deman-
da de tatuajes creció /zasta un 500%. Así, por cada uno que en el '99 se animaba a
incluir en su organismo altas dosis de tinta, ahora hay cinco argentinos que ya
transformaron una expresión de pocos en una estética de muchos>>.
66 SILVIA REISFELD TATUAJE Y ADOLESCENCIA: ¿MODA O SÍNTOMA? 67

Si bien es cierto que la incidencia de esta práctica es dominante cuencia y a fin de evitar el aislamiento, es común la asunción de
en la adolescencia, también es significativa su gravitación en el conductas imitativas que posibiliten una pertenencia grupal. La
adulto joven. Corresponde entonces aclarar que tomaré como pun- importancia del grupo de pares ha sido seíi.alada por Meltzer
to de partida las vicisitudes que fundamentalmente caracterizan (1998) no sólo en su rol de contención sino como vía de identifica-
dicha etapa, asumiendo que los aspectos no resueltos de ella inci- ciones proyectivas. Al mismo tiempo, se observan oscilaciones en
dirán eventualmente en una ulterior decisión a tatuarse. No trataré el ánimo, conductas de repliegue o de expansión y una alternancia
aquí el tema de la influencia ambiental (véase el capítulo 12). Mi desde actitudes pasivo-dependientes hacia otras más activas e in-
interés es esbozar un marco general que sirva de apoyo a las ideas dependientes (a menudo bajo la forma de acciones inmediatas).
que iré exponiendo. En ocasiones, pueden surgir dificultades en la capacidad de ver
セ@ ¡
objetivamente la realidad. Las actitudes de desafío o transgresiQ.I}
1 comportan no sólo un cuestionamiento de los marcos familiares e,
PERFIL PSICOLÓGICO DEL ADOLESCENTE institucionales -lo que habla de un propósito creativo e innova-
dor-, sino también el intento de contrarrestar temores de depen-
La adolescencia está signada por los cambios que introduce la dencia y sumisión al entorno.
pubertad, esto es, la irrupción de las distintas manifestaciones físi- Veamos las distintas situaciones de duelo por las que transita el
¡1 cas que acompañan la maduración sexual. Peter Blos (1971) la defi- adolescente:
.'1 ne como una «segunda etapa de separación e individuación», to- (!)la pérdida del cuerpo infantil en el pasaje a la adquisición de
セャN@ mando como modelo lo que el niño experimenta hacia el final del un cuerpo adulto;
,.
セ[GAᄀ@
segundo año de vida, cuando empieza a diferenciar su yo de los GY la resignación de los padres edípicos (como objetos de elec-
objetos que lo circundan. Así, durante la adolescencia se reeditan ción amorosa) junto con los modos infantiles de relación (idealiza-
1 ,! situaciones de la infancia y las temáticas de la autonomía y el logro ción y dependencia), que incluye tanto a las imagos interiorizadas
1 1 de un sentido de identidad ocupan un primer plano. La noción de como a las fjguras reales,
identidad comprende una experiencia de captación セオエッウ「ェ・ゥカ。@ (])la caída de la propia omnipotencia (el pensamiento mágico
(¿quién soy yo?), así como la afirmación de una identidad sexual. infantil).
' 1 Estos cambios corporales, de enorme impacto emocional y no Estos duelos conforman, siguiendo a Jeammet, más que un cua-
siempre de aparición uniforme, exigen una constante adaptación dro depresivo sintomático, una problemática depresiva con carac-
tanto física como mental: no sólo varía la representación de la pro- terísticas propias. Esto es, temas vinculados a la amenaza de pérdi-
1 pia ·imagen sino también se la reevalúa a la luz de dichos cambios. da de amor, abandono y 1o disminución de la autoestima (sean
í il Por tanto, gran parte de la autoestima depende de esta valoración,
セ@ situaciones reales, fantaseadas, conscientes o inconscientes), las
セ@ siendo inevitable la comparación con el desarrollo físico alcanzado
por otros. Autores como Peter Blos y Phillippe Jeammet (1990), en-
dificultades de separación y ambivalencia, y/ o el déficit o la au-
! tre otros, coinciden en destacar el factor de la pubertad y sus efec-
sencia de figuras parentales. Así, «contrariamente al adulto, el ado-
lj lescente no se queja directamente de que está deprimido. Esto su-
1, tos en términos de crisis de desorganización y reorganización de la pondría confesar una debilidad y reconocer una dependencia,

personalidad. Así, en la medida en que el yo no adquiera estabili- contra la que está justamente tratando de luchar. [... ]El adolescente
1
,'!
dad, prevalecerán maniobras defensivas que apuntan a preservar acepta la angustia con mayor facilidad, y también aquí, contraria-
una cohesión psíquica. mente al adulto, es necesario buscar, detrás de la angustia, la reac-
!! 1 Por otra parte, se modifican los intereses, el comportamiento ción depresiva ... » (Jeammet, 1990: 394). El autor también plantea
1;
social y la vida afectiva. Un hecho significativo es que aun cuando una tesis interesante, a saber, que el adolescente no posee los recur-
las amistades tengan la misma edad cronológica, no sucede así sos internos necesarios cmno para organizar una respuesta depre-
respecto del crecimiento físico o el tipo de intereses. Como conse- siva que implique la cabal aceptación de las pérdidas. Las razones
セ@' '
.f!
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¡;

!,
@セ
68 SILVIA REISFELD
' TATUAJE Y ADOLESCENCIA: ¿MODA O SÍNTOMA? 69
1:
1,

セ@
son varias: aun cuando tenga alguna proyección profesional o la- cuerpo infantil. Así, a falta de una elaboración mental que requiere
boral, no se trata de un rol afianzado que sirva como provisión au- otros tiempos, la naciente representación de un cuerpo adulto es
¡;
セ@ tónoma para su autoestima; sus actividades sublimatorias, que tramitada a través de un acto concretizado en la P-iel. Por citar al-
1'


:r
';
pueden procurarle placer, todavía son frágiles y conflictivas. Tam- gunas frases: «es !'Ili cZャN⦅・イーqᄏセᆱケッ@ hago con mi cuerpo lo que q_gje-
poco habría renuncia edípica sino alejamiento físico y espacial, ra» o «yo le ・クーャゥァセ←⦅。@ mi madre que ←セエ。・ウ@ IIl.i__ qec!siQ_r:t, que por
[ porque el adolescente no puede establecer una distancia psíquica más que se ponga a llQrar,_me grite o le_grite, yo me カッケ⦅ᆰセ・ァオゥイ@
セ@
11
J!
ff
simbólica frente a padres que todavía se viven como excitantes. Un tatuando». Esta decisión, invocada como un hecho activo e inde-
セ@
último factor es que requiere de figuras externas referenciales que pendiente, conlleva paradójicamente una fantasía inconsciente de
cumplan la función de sostener sus investiduras. En suma, más entrega a una suerte de autoridad que, al incursionar en el cuerpo,
! セ@
,¡ 1 que de verdaderas vivencias de pérdida, se trata de movimientos deja una marca ァALeuゥエセ←ャコ。@ セQ@ pasaje a una condición adulta.
¡:
depresivos o sus equivalentes actuados o somatizados; en rigor, de En cuanto al procesamiento de las mociones edípicas, la elec-
defensas contra la depresión. ción del diseño ilustra el predominio de ciertas identificaciones.
Por ejemplo, tatuajes que rev.:elan un simbolism.QJ.álü;o en las mu-
jeres (véase la fantasía _Qg_Y.era ge tatuarse una cobra, capítulo 6) o
CONSIDERACIONES CLÍNICAS tendencias pasivo-femeninas en los ィッセ⦅i・ウ@ (el gatito de «Hello

ZセL@
Kitty» de Pedro, capítulo 10). O, por el contrario, el dibujo consti-
En líneas generales, el tatuaje posibilita externalizar un amplio tuye una manera de contrarrestar un conflicto subyacente en el ar-
:J; espectro de situaciones afectivas a la vez que constituye, bajo ciertas mado de la identidad sexual. Otra posibilidad hace a fantasías de
ALNセ@
1
circunstancias, un medio eficaz para ligar y dotar de representabili- bisexualidad (diseí1os de seres ュゥエッャ￳ァ」P_⦅YᄃANZ。セI@ Por otra
dad a estados internos de tensión o angustia. Por lo tanto, cumple parte, las inscripciones alusivas alllQl1J)2re_Qg_ll.Dª_O_ª-.f!ll?.as _tigY.Jas
"l parentales o el tatuar su rostro1 nos habla]) ge la persistencia de la-
11, l esencialmente la función de un «operador psíquico» de distintos al-
cances. Se podría decir, siguiendo a Donald W. Winnicott (1951),
que la piel se utiliza como un espacio irtermedio donde el dibujo
zos edípicos. Por ejemplo, en una entrevista ofrecida a Clarín, el jo-
ven Romagnoli, de 18 años, figura central del egl.lipo 、セMᆰd⦅ャLN」^Zエ・ョᆳ
adquiere un carácter de transicionalidad. Su aparición en la adoles- zo, al ser ゥョエ・イッセ、N■ZA⦅sウM s_ll_ C9StllJ1lb_re _de ヲ・セAゥ。イ@ sus goles
cencia responde, a mi entender, a dos vertientes principales: el pro- levantándose la camiseta_J_J!l9_strªndo el tatuaje de la_cara de su
cesamiento de duelos y la temática de la identidad. Si bien resultan mamá que se hizo ・セFr」ァlイウーッョ、Z@ «El エ。オセッイァ⦅Qャ@
difíciles de separar, a los fines expositivos iré desglosando diversos amo y cada vez que hago un ァッャNセ⦅」^、ゥᄏR@
aspectos que en rigor forman parte de una totalidad. Asimismo, cierta cuota de la omnipotencia infantil tiende a con-
Veamos primero el punto de los duelos. Hemos visto que los servarse en la cualidad mágica del tatuaje, a veces expresada explí-
1 cambios puberales inciden en la experiencia corporal inmediata citamente; esto es, desde adquirir las cualidades que se le atribuyen
セ@ (modificaciones de )a apariencia ・クエセゥッイI@ y en la representación («me hace sentir seguro tener un dragón en mi cuerpo») hasta vi-
mental del cuerpo (la ゥャNセMァョ@ corporal). Que este crecimiento físico vendar que mediante el エ。⦅AZᄃェセ@ ⦅qcZNャjAセ@ ャjNョ⦅←AエーZセヲ_qイMᆰ」ゥ￳@ radical
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1
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pueda ser asimétrico-y que haya un resultado final incierto o, en (ᆱ」。ュ「ゥ£セャNᄃ⦅ー・イウッョY_、ᄏ@ ). Incluyo aquí los motiyos .cl.e_hadéls,
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última instancia, insatisfactorio, supone de por sí un motivo im- duendes, ー・イウッョ■Zャェセ@ 」ゥセ⦅、「エェーウ@ a!Jirnados, ィゥウエッイAセ。@ () セ。イゥ」エオ_ウL@
セ@
portante de frustraciones. Es en este contexto, en el que aún preva- sean de contenido tierno ()_agresivO,.-fQJ1lO ingicatiyQs de_ tenden-
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1'
lecen vivencias de ajenidad, cuando más probablemente tenga lu- cias regresivas o 。_NャセB」⦅エqᄀ[ゥョQ、オイッウ@ qe la personalid_ad. O..tros.di-
:! gar la inclinación a tatuarse. En efecto, un aspecto presente en las seños que r_epresentan⦅jiNqAャセスエヲ[・L@ sean de unión familiar, ·de
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'1 entrevistas es que el tatuaje comporta un ヲキセ⦅イエMョjZゥュェ・ッ@ qe
1
¡ il apropiación セl・⦅Mᄎᄋ@ Esto apoyaría la idea de un desfase entre
! セ@
los cambios corporales y la posibilidad de duelar la pérdida del 2. Véase Clar(n, suplemento Deportes, 8 de febrero de 2000.
1 ¡
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セ@ 70 SILVIA REISFELD TATUAJE Y ADOLESCENCIA: ¿MODA O SÍNTOMA? 71


セ@p
11
la pareja, un nacimiento, etcétera, estarían expresando un modelo compensar sentimientos de desvalorización (complemento narci-
セ@
1 idealizado de vida así como la fantasía de perduración de dichos sista de la personalidad). Otro aspecto a tener en cuenta es la nece-
¡ momentos. Veamos un ejemplo. Una breve leyenda periodística en sidad de identificarse con algo o alguien y, ligado a ello, la búsque-
セ@ torno al casamiento de Natalia Oreiro -actriz y cantante-_yfficar_do da de una pertenencia grupal. Estos dos últimos rasgos merecen
Mollo Mァオゥエ。イセ⦅Y@ grl!po Divididos-, 3 」ッョウゥNァ。アQhセ@ «en Q|Nャセwイ@ particular atención porque, ya sea por referentes significativos del
de anii'iOS,Se tatuaron». Las palabras de Mollo fueron: «Es para エッセ@ ámbito artístico o deportivo que exhiben tatuajes, o a través de la
da la vida». Aquí aparece el tema de la temporalidad y el hecho de música y difusión de videoclips, o por el hecho de que una de las
que comúnmente se diga que «el tatuaje es para siempre:>. Lo que amistades ya se ha tatuado, los fenómenos de seducción visual por
prevalece es una tendencia a contrarrestar temores más profundos un lado, y de inducción por el otro, han cobrado, a mi entender,
カゥョ」オセjQエ、L⦅@ el paso del エゥ・セ⦅e@ cambios exteriores una dimensión extraordinaria.
del cuerpp. Así, un joven entrevistado expresaba: «Yo J?ienso en el En efecto, hay una especie de fascinación y captura que lleva al
hoy, セAZ←ャ⦅￱。ᄋ@ No me preocupa pensar qué va a pasar cuan- tatuaje. Incluso puede llegar a determinar la elección· de un dise-
do, qué sé yo, tenga 70 años. No pienso en eso. Hoy me gustan y ño, y sólo a posteriori se le otorga un significado (y no siempre lle-
me los hago». ga a tenerlo para la persona). Veamos un par de ejemplos. El Sr. A,
El tatuaje también aparece frente a pérdidas reales. Por ejemplo, un reconocido tatuador, refiere respecto de su primer tatuaje, un
en una nota de La Nación Revista, dedicada a la modelo Sol a」ュ}NセL@ barco hecho en forma casera a los 14 años que luego tapó con otro,
leemos: «Ella tiene U:t:\a bandaJlamada Voodoo, en ィッュセイエYMェ⦅ᆰャ。@ lo siguiente: «Yo エイ。「ェ←セャ}⦅ーA@ nQcturno y un alemán vino con
セ⦅、・@ los Rolling Stones,_ 」セ⦅ャョァオ。@ tiene tatuada en el brazo iz- un tatuaje, un barco, en el brazo izquierdo, de color... Me impre-
quierdo, junto con el nombre de su hermano fallecido, Juan Pablo, sionó ese tatuaje de color... N o porque yo haya querido, quería te-
fanático derrocky 」ゥァ⦅セ・D{LエーッᄏN@ Otras experiencias de pérdida ner un tatuaje de color; pero no sé por qué me llamó la aten-
pueden deberse tanto a la ausencia o el déficit de alguna figura pa- ción ... ». El segundo concierne a Javier, セM・@ セq⦅←ャヲN■ウZ@ «Yolos dibujQs
rental (véase el ejemplo de Tadeo del próximo capítulo) como a los veo, los encuentro, me ァオウエM。ョケセ・@ l()s hagoJª.tlJiir. No les
ciertos ideales que se intentan recapturar (véase el comentario de pongo slgmflcado>>:-AquTocurre--un impacto visual que engarza
Iván, capítulo 10). con mociones fundamentalmente inconscientes para el sujeto. Por
Ahora bien, consideremos el tema de la identidad. Una primera ...,,.
. otra parte, este mirar y ser mirado por los tatuajes traduce no sólo
cuestión es que, por sus mismas características cambiantes, la ado- ¡ un placer de ver y exhibirse; también intervienen mecanismos
¡,
lescencia es una etapa de crisis en la identidad que normalmente ( identifica torios y una búsqueda de reconocimiento de que se tiene
¡ culmina en una mayor estabilidad yoica. Por lo tanto, son espera-
セ@
't. una identidad. Así, narío, de 19 。￱ッdGNMセ@ dos tatuajes, describe
bles y deseables los intentos de autoafirmación. El punto pasa por l uno de ellos: «es un セ・ョ、@ ... lo vi, me ggst<)_J'j_odQel mundo dijo
! ij
cómo el tatuaje advino en uno de los medios privilegiados para ex-
presarla. La muestra evidencia un acento colocado en lo vivencia!:
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1
セᄀZ@

rセ@
que era igua!_ a mí y me lo hice ... Es un duende raro, negro. Le
puse este palo porque lo quería hacer más cavernícola ... como más
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«el tatuaie es un sentimiento», «es algo muy personal», «una mar- aguerrido». Estos diseños que lucen agresivos no hacen sino mos-
1
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1 i.
ca registrada», «es algQ.pi!r.a,__mí y no lQ_comparto con nadie». Pare- trar la importancia de una agresión vital y cerradora de la identi-
il ciera entonces que hay una experiencia subjetiva que refuerza un dad.
セ@ sentido de mismidad. Una segunda cuestión atañe a un efecto de
11
Tal como veremos más adelante, el primer tatuaje reviste las ca-
。ーオョエャ←AMpZᅵセdNッ@ de la autoestima («no 」オ⦅セャアゥ・イ。@ se ィセ⦅\ZM U[l tatua- racterísticas de un rito iniciático. Respecto a los Vé!_!Ones, la toleral'1-
11

¡¡
je»), donde el dibujo representado asume a menudo la función de cia al dolor 。、アオゥ・イセ⦅ヲャAᅪーョエ@ la sig1_1ificªci91}_ cie una ーイャAセ「。@
iil i '1
de hombría (lo que incluye el 」ッョェァイᆰMNjdエ。ウ■ャセ@
cuanto a las mujeres, prevalecería un se!lt_ido de Iiberación_porque
cie s:_astradón); en

. セ@ 3. Clarín, suplemento Espectáculos, 9 de enero de 2002. el tatuaJe suele asocíars.e 。セオョ⦅|l・イゥZt￱エ@ erótica, más precisamente,
1
1
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72 SILVIA REISFELD TATUAJE Y ADOLESCENCIA: ¿MODA O SÍNTOMA? 73

a una fantasía de liberación sexual. Un deno,.ruin_é!.9_or común es la una huida inmediata a un recurso externo, tal como sucede con el
noción de formar parte ァセャj_N@ __m_o.Y:id.aJransgiTsora, como expre- tatuaje. Veamos este comentario aparecido en Internet:
sión de una generación distinta. En particular, se refuerza o posibi-
lita una inclusión grupal. Este factor, que desarrollaré en otro capí- «Una razón secundaria para hacerse tatuajes y piercing es el aburri-
tulo (véase «Tatuaje y adicciones»), resulta de enorme importancia miento, la misma causa que hace que yo me tiña constantemente el pelo,
en jóvenes en los que las carencias son múltiples y que experimen- la experiencia de reconocerme por completo y no gustarme ese sentimien-
tan desde la infancia un marcado déficit del entorno familiar. En to. No soporto la idea de que mi apariencia nunca cambie, el horror de
estos casos, el grupo (que a menudo comporta la modalidad de verme siempre igual. Pero por extraño que parezca, no siento lo mismo
una pandilla) cumple una función esencial de contención y si bien con los tatuajes. Una vez que los tengo, es como si hubieran estado siem-
el código de tatuarse para.p.nderfo.rmªr_part_e puede ser vivido co- pre ah{ y aun as( resultan siempre nuevos ante mis ojos. El sentimiento de
mo «Un precio a pagan>, se trata de un tema menor comparado con que un tatuaje se convierte en otra parte tuya hace que muchas personas
los beneficios que conlleva la asunción de una identidad delimita- argumenten que "no podés tener solamente uno". Es como tratar de re-
da. Pero visto desde una perspectiva ampliada, el aspecto del con- capturar una y otra vez una novedad que se esfuma muy pronto para al-
tagio o las conductas imitativas otorgan la tranquilidad que produ- go que te ha marcado para siempre».
ce el estar haciendo lo mismo que otros: se ・Nᄃr←qZエセ⦅Aャオケ。@
familia»..n.llermandad_(el grupo de los tatuados). Esto constituye, Llegados a este punto, voy a diferenciar dos grandes grupos a
desde mi punto de vista, una de las contradicciones inherentes al partir de una distinción entre el «tener tatuajes», por un lado, y la
empleo 'actual del tatuaje: se lo busca como un medio de indbi- idea de «ser mis tatuajes», por el otro. E_lprimero, de una vertiente
duación y, al mismo tiempo, opera_ 、セョエイッ@ de lo ァエjセbャッウ@ describe más neurótica, lo conforman jóvenes que se hacen uno o algunos
cüma·;;defensas de uniformismo». En esta línea de ideas, el tatuaje tatuajes. Aquí lo central son temáticas edípicas (identidad sexual) y
puede coñsiderarse セョMQ。@ de p_asaje_ al acto. los duelos concomitantes. Al momento de elegir dónde tatuarse
Aquí también entran a tallar vivencias de ab$.rrimiento y el prevalece un criterio de realidad: hay un cuidado de no verse lue-
afán de probar situaciones nuevas. Así, lo común es hablar de a!!i- go limitados en una inserción ャ。「ッセN@ Son conscientes (e incons-
marse al tatuaje, aludiendo con ello a una experiencia diferente, di- cientemente partícipes) de que el tatuaje conlleva una dosis de pre-
vertida, que vale la pena transitar. Visto desde otro ángulo, no es juicio social y por ello suelen procurar que éste pueda ocultarse
infrecuente la tendencia a セ。イ@ ⦅エQヲAj。Nセ・@ con ッエイセ@ esto es, un di- bajo la vestimenta. ·
seño que pierde su sentido originario (sea por lo estético o por el El segundo grupo, al cual me referiré en el capítulo 10, está
significado atribuido) y se lo reemplaza por otro vinculado a la constituido por jóvenes con un potencial riesgo adictivo que con-
experiencia inmediata. Un ejemplo ilustrativo son las inscripcio- vierte al tatuaje en un hábito con características afines a cualquier
nes del nombre de la ー。イ・ェ⦅セ_NャAxョZエqゥ￳QスッjᆰMオ」、@ otro tipo de adicción: el apremio por tatuarse, cierto estado de de-
cesa la relación. 4 sesperación cuando no se satisface, la dependencia y restricción
11 ,¡
Desde una vertiente más extrema, el pánico de caer en estados de intereses y la reorganización del self en función de ello, pudien-
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de vacío interno (vividos como una muerte psíquica) promueve do en casos extremos terminar con el cuerpo cubierto de tatuajes.
En estas personas, es probable que exista una falla en la temprana
estructuración del self, como consecuencia de algún déficit origi-
rtado en la relación diádica. Los tatuajes devienen en el soporte de
4. Otro ejemplo es referido por el presidente de la Sociedad Jujeña de Derma- una nueva identidad ligada a lo corporal. Son un tramo necesario
tología, Dr. Nicolás Bellincioni, quien a propósito de la frecuencia de consultas
para la 'Simbolización. El tema de la memoria y la historicidad
afirma: «la mayoría son jóvenes que quieren ingresar a las fuerzas de seguridad,
pero no pueden hacerlo porque están tatuados>>. Véase Clarín, 28 de julio de aparecen en primer plano. Se trataría de un intento restitutivo,
2001. donde las ansiedades psicóticas logran ser contenidas a través de
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@セセ@ 74 SILVIA REISFELD

¡
' los sucesivos tatuajes. De ahí los componentes obsesivo-compulsi-
vos en el acto de tatuarse. El universo social y laboral se restringe:
6
«Podés tener tatuajes pero cuando yo me tatué las manos y el cue- El primer tatuaje
llo, la cara, ahí es corno que realmente te marcaste».
En el capítulo 9 me abocaré extensamente al terna del dolor en
el tatuaje. Basta señalar que posibilita canalizar tendencias maso-
quistas, no sólo desde su vertiente erógena, sino también corno un
regulador necesario de tensiones que de otra manera adquirirían
un sesgo autodestructivo. Cuando existe un franco compromiso
patológico, el procurarse un dolor corporal puede ayudar a evitar ·fl
un desborde de intensos estados de angustia que de otra manera ¡
セZ@

desorganizarían al psiquismo. Mi conclusión general es que el ta- t


¡
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tuaje comporta una intencionalidad elaborativa y su valor debe ¡
considerarse en el contexto de una economía psíquica. La narcisi- r
zación del cuerpo (corno apuntalador de la identidad) participa en
todos los casos; pero hay que diferenciar la idea de resarcir aspec-
tos parciales del self, de una dinámica que busca refundar una
identidad y donde lo que está en juego es un narcisismo que hace a
la constitución misma del ser.
Ahora bien, ¿cuál es la perspectiva desde el tatuador? El Sr. A
responde: No digo que haya la banda de los
tatuados y de los no tatuados pero
((Muclws vienen sin saber bien para qué se están tatuando, como una uno se tiene que identificar con algo.
moda [... ]. Conozco chicos que se hicieron un tatuaje chiquito que después
GUILLE (ENTREVISTADO)
vinieron a tapárselo y arrepentidos de haberse hecho un tatuaje chiquito, y
otros, que les agarra como placer para seguir haciéndose. Uno se hace un En The Total Tattoo Book, la norteamericana Amy Krakow (1994)
tatuaje, uno chiquito, no le gustó, le agrega otro al lado, después le va afirma que la práctica del· tatuaje se ha extendido considerable-
buscando un paisaje pero es un vicio. Siempre vienen y se van haciendo mente y detalla un listado de locales de tattoo repartidos en mu-
otro y otro y van tomando el cuerpo. Es como si les faltara algo. Siempre chqs países, incluyendo la Argentina. Es interesante consignar su
hay algo que completar, mejorar. Conozco chicos que vienen y nos tiran la punto de vista dado que, como ella refiere, su propia investigación
bronca por la razón que sea, que les falta algo y nosotros siempre decimos: de campo la lleva a realizarse un tatuaje. Ya en el prólogo leemos
"no, vos sos un masoquista y por eso te querés tatuar". Hay chicos que que no podía seguir como una persona «no decorada» porque tal
vienen y están como desesperados por tatuarse. Y eso que el tatuaje es ca- actitud habría sido entendida como un rechazo o incluso devenido
ro, es un vicio caro». en un «karma» para el logro de su objetivo.
Más allá de abocarse al tema en sí, Krakow intercala una serie
El Sr. A sintetiza algunas vicisitudes que, si bien suelen mante- de circunstancias personales representativas de un proceso que me
!i
l nerse puertas adentro, también forman parte del universo delta- parece muy ilustrativo rescatar. En efecto, su primer tatuaje la en-
¡
l. !¡
tuaje. De lo dicho hasta aquí, valga una observación: no me he pro-
puesto sentar un criterio normativo en torno a la práctica, sino
frenta a múltiples vacilaciones: el hecho de que el tatuaje se lleva
para siempre; que siendo judía estaría transgrediendo un mandato
i considerar sus posibles alcances. religioso que prohibe la marcación en el cuerpo y, por ende, podría
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1,

76 SILVIA REISFELD EL PRIMER TATUAJE 77

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no ser enterrada en un cementerio judío; su preocupación por có- problemática del sida. Asimismo, los prejuicios hacia el tatuaje
¡ mo reaccionaría su familia; el temor a que sea doloroso o que con han disminuido dando lugar a una «forma aceptable de arte». Por
el tiempo el diseño elegido pierda su significación presente; si no lo tanto, se ha producido un cambio en la concepción del tatuaje
sería mejor optar por un diseño discreto y que quedara oculto; has- como «Un estigma»: hoy en día se tatúan personas reconocidas de
ta referir, por último, cómo sus amigos tatuados la instaban a dar distintos ámbitos profesionales.
el paso. En suma, más allá del tono entusiasta de sus páginas, la necesi-
Al momento de tatuarse está asustada, nerviosa, y se decide fi- dad de dar cuenta de cómo llegó a tatuarse indica que esta expe-
nalmente por un pequeño tatuaje en la pierna: su signo del horós- riencia comporta aspectos bastante más complejos de lo que co-
copo. Tanto la idea como el diseño provienen del tatuador (un ami- múnmente aparentan ser. Aun cuando tales aspectos no puedan
go). En otro tramo relata cómo sus padres descubren de manera alcanzar una generalización, es posible destacar algunos temas sig-
casual su tatuaje y el rechazo inicial de la madre -pese a su condi- nificativos. En función de ello, presentaré material de cuatro entre-
ción de adulta, Krakow no lo cuenta abiertamente-. Tras haberse vistas, de las que únicamente se transcriben las respuestas referi-
tatuado, sus dudas y temores se reorganizan en una franca actitud das a qué impulsó a cada uno a realizar su primer tatuaje. En un
militante que mantiene a lo largo del libro. Destaquemos algunos análisis ulterior, haremos un cotejo entre estas respuestas y lo ex-
aspectos. presado por Krakow.
Su primer tatuaje opera no sólo como si hubiera llevado a cabo
una gran hazaña personal; ahora pertenece a un movimiento que
la fortalece: «Y lo que más me gusta de los tatuajes es que, una vez LA EXPERIENCIA DEL PRIMER TATUAJE
que obtienes uno, automáticamente formas parte de una familia.
En este caso, la tinta es más espesa que el agua». 1 Krakow torna l. Vera (20 años): Tiene la intención de tatuarse. Estudia Derecho.
su propia experiencia en un ejemplo de cómo se pueden trasponer
barreras internas y ofrece al lector cuantiosas recomendaciones «Tengo un grupo de amigos muy unidos y todos tienen un tatuaje. Es
para procurarse un buen tatuaje. Advierte que aunque se trate de una forma de identificación porque cuando ves una persona tatuada podés
un tatuaje pequeño, la decisión es importante porque supone un hablar de determinadas cosas, tienen más libertad, hay más gustos en cn-
compromiso crucial: el cuerpo quedará permanentemente altera- mún, como la música ... rack, heavy rack, como Guns n'Roses, Rolling
do. A su entender, la experiencia de tener un tatuaje favorece una Stones. Siempre quise tatuarme pero mis padres eran dominantes, se opo-
¡セ@ mejor conexión con el cuerpo, y que las mujeres se animen ata- nían y yo tampoco disponía de plata. Después de que me casé, me siento
tuarse habla de una mayor liberación. Aun cuando muchas opten más liberada de mis padres y de la sociedad en general. Ahora tengo el di-
l
n
inicialmente por una pequeña flor o mariposa, no hay ningún nero para hacérmelo. Hace dos aiios murió una íntima amiga en un acci-
セ@
¡
límite respecto a la elección del diseño o el lugar que se desee ta- dente. Engordé después. unos 20 kilos. Ahora estoy bajándolos. Las dos
1 tuar: el cuerpo, en estos tiempos, está habilitado para ser mos- planeábamos hacernos un tatuaje. Para mí es autoafirmación, algo propio,
!:
trado. Paradójicamente, nos ilustra acerca de la impronta de con- una marca registrada, te da más fuerza, como un talismán. Te da carácter.
dicionamientos culturales: la posibilidad de que un tatuaje La primera vez que vi un tatuaje fue a los 15 años con los Guns n'Roses.
permanezca oculto constituye «una perfecta y permanente rebe- Ellos son mis ídolos y llevan tatuajes. Para mí, el rack fuerte va junto con
lión contra la represión sexual» en una generación afectada por la el tatuaje ... El tatuaje es como una religión y las personas se sienten más
fuertes con la religión. Esto sería como mi propia religión. Tengo dos ideas
en mente. Una, de la película Asesinos por naturaleza. Uno de los per-
l. <<And what I like most about tattoos is that once you get one, you,automa- sonajes tenía dos serpientes tatuadas y me encantó el diseño. Me gustan
tically become part of a family. In this case, ink is thicker than water>> (Krakow, mucho las cobras. Mi papá me hablaba mucho de ello porque siendo solte-
1994: 49). ro vivía en una granja y tenía una cobra. Me contaba cómo se la enrosca-
í
1
'

78 SILVIA REISFELD EL PRIMER TATUAJE 79

ba por el cuello y el cuerpo. La otra idea es de la película Drácula, un cru- tinta china y te sirve como un cargador. Después te pinchás y te pinchás
cifijo. Siempre me gustaron mucho los crucifijos. Para mí, crucifijo signi- la piel. Del hilo sale la gota de tinta china y entra en un agujero. Lo tenés
fica muerte.» que hacer varias veces y profundo para que quede en la piel. Se te hincha
después un poco y se va bajando solo. Tenía 12 aiios cuando me lo hice,
2. Martín (21 años): Lleva cuatro tatuajes (ocultos). Estudia en había visto a los chicos hacerlo. Paraoamos en un rancho en el barrio y se
un instituto terciario y trabaja en un negocio. tatuaban. Era una onda tatuarse así y nos tatuaoamos. Había pibes que se
hacían tatuar por otros pero no me gustaba. Me gustaba hacerme yo el ta-
«El primero me lo hice a los 16 años, una cruz en el brazo. Fue al año tuaje, pincharme yo. Era una forma de ser igual a otros, que yo también
de morir mi papá, como un homenaje a él... Así me inicié, con un objetivo. me lo hago, que no era un blando. Cualquiera no se hacía un tatuaje. Era
No me voy a arrepentir nunca de lo que me hice ... Yo ya me manejaba, era entrar en un núcleo que me aceptaba. No es que te dedan pero vos te da-
un tipo bastante maduro y mi vieja me dijo que ya era responsable de lo bas cuenta. Y era lo que uno hacía: estar del otro lado de un 'pibe bien'.
que hacía. Conocí a R., un chico que tatúa, y bueno, digamos .¡ue él me Me reconocían por mi apellido ... mi viejo no estaba. Hubo toda una histo-
inició en esto, vimos juntos revistas ... Yo traje amuchos amigos que re- ria con el apellido de mi papá. Una noche me dijo que no era mi viejo, des-
cién cuando me vieron tatuado se animaron a hacerlo y ahora ya le aga- pués de que yo me lo hice. Yo creo que lo incrusté en mí, a Campo, porque
rraron el gustito y van por seis o siete tatuajes.» tenía un montón de inseguridades ... »

3. Ana (18 años): Se hizo dos tatuajes al mismo tiempo. Está fi-
nalizando la secundaria. Fue a hacérselos acompañada por un ami- COMENTARIO
go que le habló todo el tiempo para «distraerla del dolor». Duran-
te un tiempo los mantuvo en secreto. Venía de colocarse un aro en Como se puede apreciar, el material refleja una gran riqueza en
el ombligo. cuanto a contenidos y motivaciones. Un aspecto que aparece, tanto
explícita como implícitamente, es que el primer tatuaje adquiere la
«Me tatué hace unos meses en el omóplato. Un Mickey y un bebé Plu- significación de un «pasaje iniciático». Algo cambia y se vivencia
to. Mickey me encanta, tengo muchas cosas de Mickey, en general de Dis- como diferente. Hay una modificación subjetiva vinculada no sólo
ney. Me dan una sensación de ternura. Además, en mi grupo de amista- al cuerpo sino también a la personalidad. La experiencia se aseme-
des todos decidieron hacerse un tatuaje con personajes Disney. Somos tres ja a un ritual que marca el エイ£ョセゥッ@ a un estado más trascendente.
chicas y seis varones y todos se fueron tatuando. Eso me encanta, sentir En sus orígenes y tal como aún hoy se lo practica en ciertas socie-
que el grupo está unido con los mismos tatuajes, compartiendo todos algo dades, el tatuaje ha cumplido un rol claramente iniciático. La an-
en común. También es una forma de ser diferente a otros. Tatuarse es algo tropología nos brinda abundante literatura al respecto. Entre los ri-
distinto, te ven distinto.» tos de iniciación que describió Mircea Eliade (1985: 312-313), se
1
encuentran los que realizan el paso del estado de niño al de adoles-
4. Tadeo (24 años): Tiene tres tatuajes. Trabaja como chofer de re- cente o- adulto: ritos de pubertad, circuncisión o excisión. El ritual
mise y está terminando la secundaria. Asiste a una comunidad te- contempla tres tiempos: 1) la separación del grupo primario; 2) el
rapéutica de día, tras haber obtenido un alta de internación por ríto de transformación, mediante el cual ocurre una operación sim-
consumo de drogas. Su primer tatuaje es visible y ocupa todo un bólica que provoca el paso de un estado inferior a otro socialmente
antebrazo. superior, y 3) la reagregación, donde el joven iniciado participa de
festejos con toda la comunidad.
«Mis tatuajes son caseros, me los hice yo. El primero es mi apellido. Así, las expectativas de Vera alrededor de ese primer tatuaje
¡,:¡ Agar:é cuatro o cinco agujas de coser comunes, se juntan todas con un abarcan los tres tiempos descritos. El rito de separación incluye no
hilo que se pasa alrededor hasta taparlas casi hasta la punta. Lo majás con sólo un nuevo sentido de pertenencia (el grupo), sino también la

1
1
80 SILVIA REIS FELD EL PRIMER TATUAJE 81

.1 posibilidad de disponer de su cuerpo. La transformación ocurriría es compen,sada con R., en tanto figura sustitutiva de identifica-
con el tatuaje, a partir del cual adquiriría un sentimiento de fortale- ción. Este «Ver juntos revistas» de tatuajes parece simbolizar el
za interna («autoafirmación» ). La reagregación, estando ya «inicia- despertar sexual, y evoca la curiosidad del adolescente por mirar
ji
li
da» por el tatuaje, supone poseer una «marca registrada» (consoli- revistas eróticas. Por otra parte, existe un elemento activo de ín-

ji
dación de su identidad) y su reincorporación al grupo de los ducción: no sólo él es incentivado a tatuarse, sino que también es-
•'
tatuados. Toda la experiencia es concebida en términos de futuros timula a que otros lo hagan. Hay un despliegue de tendencias vo-
:t:
grandes cambios en pos de una verdadera realización personal. yeuristas y exhibicionistas: Martín mira otros tatuajes y, a su vez,
!
Otro punto a resaltar es la importancia asignada al grupo. Un ras- «muchos amigos» se animan «recién cuando lo vieron» tatuado a
go que los une es el tatuaje, lo cual sugiere la fantasía de una «piel él. Un comentario importante es que «ya le agarraron el gustito y
,.¡
común» que sostiene y refuerza al mismo tiempo una vivencia van por seis o siete». Es decir, cóino un primer tatuaje puede des-
fusiona! «donde uno envuelve al otro» (véase Anzieu, 1994, capítU- pertar en algunos casos una disposición adictiva a seguir tatuán-
lo 3). El grupo hace las veces de un objeto materno continente y so- dose.
porte de la identidad. " Sus ídolos. -tomados como referentes iden- Vayamos al caso de Ana. El grupo de amistades también esta-
tificatorios- son cantantes de rock que «llevan tatuajes»: aquí el . blece un ritual propio: compartir el mismo tipo de tatuaje .(figuras
efecto de la mirada evoca una experienci¡¡t de captación escópica de Disney). Aquí el sentimiento de identidad se ve apuntalado por
(Assoun, 1997). También es relevante su afirmación de que «el rock la vivencia de pertenencia grupal: se es parte de una nueva her-
Gセ@
fuerte va junto con el tatuaje», lo cual habla de una tendencia en mandad. La noción de temporalidad no es tornada en cuenta; de
boga (véase el capítulo 1). El acto de tatuarse se asocia a una trans- otra forma, cabría preguntarse si ella ha pensado acerca de cómo
·gr.esión (oposición a su familia) que le posibilitaría recrear una se sentirá dentro de algunos años portando a Mickey y a un bebé
:t

nueva ideología en pos de sentirse más fuerte y libre. Es interesan- Pluto: Otro aspecto interesante es el contenido de los diseños, des-
j te ver cómo vivencia este contenido ideológico: «[el tatuaje] es co- pojados de cualquier connotación erótica. Por tanto, el cuerpo, uti-
1
mo una religión ... sería como mi propia religión». En consonancia lizado en forma adulta (dado que decide libremente tatuarse), se
ji coh ello, aparece un pensar típicamente mágico: «te da carácter», convierte en un medio para satisfacer el deseo de prolongar la in-
es «como un talismán». La situación de duelo por la muerte de su 'l
fancia (Disney en sí representa «un mundo mágico»). Por otra par-
amiga (iban a tatuarse juntas) también es un dato significativo. El te, tatuarse la hace diferente de otros, así como sentirse percibida
cuerpo aparece como lugar privilegiado para la tramitación de de un modo distinto. Esta vivencia de un cambio en el self ilustra
afectos: primero engorda 20 kilos; luego, la identificación con el ob- acerca del componente iniciático de la experiencia. La dimensión
jeto perdido subsiste a través del tatuaje. Respecto a los diseños corporal ocupa en ella un lugar preponderante si considerarnos
que tiene en mente, cabe seña1ar cómo conflictos no resueltos pue- que también se realizó un piercing (el aro en el ombligo). Cabe
den influir en la ・セ」ゥ￳ョ@ de los mismos. Se puede entrever la iden- mencionar la presencia del arri.igo durante la sesión de tatuaje para
tificación fálica con. la figura del padre en el símbolo. de la serpiente «distraerla del dolor», situación que evoca una escena típicamente
y la presencia de rasgos depresivos en torno a la idea del crucifijo. infantil, a saber, el ser asistida por una figura parental mientras
En el segundo caso, el factor desencadenante en Martín para ta- ocurre alguna intervención médica, por caso, una vacunación.
tuarse está relacionado con la muerte de su padre, acaecida el año También importa que los mantuviera por un tiempo en secreto,
anterior. La cruz que se tatúa «como un homenaje» da cuenta de porque presentar los tatuajes corno un hecho consumado suele ser
la posible culminación de un proceso de duelo, sintiéndose con un más común de lo qué se piensa (y no sólo en los jóvenes, si recor-
self renovado: «así me inicié, con un objetivo». Vuelvo al punto de damos a Krakow ).
,'1 cómo este tránsito se canaliza mediante un sentimiento de apro- Por último, Tadeo explica vívidarnente la práctica «casera» de
piación del cuerpo. Un segundo factor es R., su amigo tatuador: tatuarse. Este esfuerzo reiterado de pinchar la piel implica, en lo
1 ;¡ ᄀセ@

i ' セ@ «él me inició en esto, vimos juntos revistas». La pérdida del padre tocante a1 dolor, una cualidad distinta de la que conlleva el empleo
!,id!ij,
t i セZ@
82 SILVIA REiSFELD EL PRIMER TATUAJE 83

de una máquina eléctrica. En efecto, quienes así se tatúan no vaci- dad de quien lo realiza. Lo común, entonces, es encontrar tatuajes
lan en responder que les fue doloroso. Además está el aspecto acti- !
1
de palabras o símbolos fáciles de ejecutar. Es difícil considerar en
vo de la situación, dado que él mismo es quien se lo está infligien- :¡ estos casos el tatuaje en términos estéticos. Por otra parte, se plan-
1
·.1
do. La «iniciación» remite a la virilidad («yo también me lo hago, 1 tea cierta correlación entre la edad cronológica y el deseo de ta-
no era un blando») y está teñida de componentes sexuales: «Se te
hincha después un poco y se va bajando solo»; habría aquí una ac-
·1·¡ tuarse, dado que el inicio de la adolescencia o el paso a la joven
adultez aparecen como hitos que implican, como vimos, distintos
titud autoerótica -no sin componentes masoquistas- que recrea 1 niveles de procesamiento psíquico (duelos) y la necesidad de res-
1
fantasías de.castración o la escenificación del coito, en la que se ¡ ponder a desafíos nuevos.
identifica con ambas figuras parentales. El componente ideológico ,;¡ De la muestra se desprenden dos cuestiones: la motivación al
se desprende del código grupal: «era una onda tatuarse así y nos 1 tatuaje está sobredeterminada por factores que abarcan un regis-
tatuábamos», donde soportar el 、ッセイ@ de un tatuaje casero es en sí tro tanto consciente como inconsciente; y luego, cómo una de sus
una prueba de hombría. Esta «onda imitativa» incluye mecanismos funciones es el servir como un «Operador psíquico» (véase el capí-
de identificación. Acceder al grupo es importante: «Era entr1:1r en tulo 10) con algún alcance elaborativo. Un punto que quiero enfa-
un núcleo que me aceptaba». Su identidad también está en juego: tizar es que el cuerpo aparece como un primer andaje en la bús-
se es alguien porque se está tatuado. La experiencia de estar ta- queda de individuación. Pero aquí cabe una aclaración: no se trata
tuándose con otros y el recíproco interjuego de miradas nos hace ·
pensar en una situación de fascinación escópica (grupal), en la que
,¡ del cuerpo como vehículo de un accionar orientado a la realidad
externa, sino que se detiene en sí mismo en un intento de narcisi-
se gratifican impulsos tanto voyeuristas -implicando la escena pri- i! zación. Por tanto, lo セ・ョエイ。ス@ es el tema de la identidad, y el tatuaje
maria de la cual se sentiría expulsado por el padre- como exhibi- 1 parece contribuir a modificar un sentimiento de mismidad inesta-
t
cionistas. Las dudas acerca de su identidad determinan qué se ta- ,,
¡
ble o p"oco consistente;
túa: las letras que componen el apellido del padre. Esta inscripción La elección del diseíi.o, si bien vinculada a la historia singular de
posiblemente lo resguarde de caer en un estado 、セ@ desorganiza- cada sujeto, comporta otras consideraciones. Así, el nivel de abs-
ción psíquica. Así, el acto de «incrustrarse» a «Campo» en la piel tracción y complejidad de ideas inherentes al simbolismo o a la de-
subraya la importancia de la metáfora paterna.2 Además, se trata cisión de tatuarse varía según los casos. Al respecto, cabe compa-
de una inscripción muy visible, cori un claro sentido transgresor: rar la respuesta de Vera con la 'de Ana. Pero también hay que
no sólo «estar del otro lado de un pibe bien» sino también como diferenciar si el componente ideológico, presente de manera más o
denuncia al padre ausente. menos estructurada en todos los entrevistados, se limita a una ac-
Al considerar las entrevistas en conjunto es posible delinear ción con fines propios (Vera, Tadeo), adquiere un matiz de induc-·
puntos de reflexión más abarcativos. En efecto, ¿existe una rela- ción al otro (Martfu)"o deriva, como en el caso de Krakow, en la es-
ción unívoca entre el nivel de estudios alcanzado, el contexto so- critura de un libro que alaba el tatuaje.
cioeconómico y el hecho de tatuarse? Indudablemente no, pero sí El material analizado indica que hay una tendencia a seguir ta-
: 11.
cabe señalar algunos aspectos. El tatuaje casero, tal como se lo tuándose una vez franqueada la frontera del primer tatuaje. Esto es
practicó Tadeo, es frecuente en jóvenes de escasos イセ」オウッ@ econó- relevante porque obliga a pensar sobre las implicancias del auge
micos. Este hecho limita la posibilidad de un diseño elaborado, el de la práctica. Aquí se conjugan el deseo de inclusión grupal y la
1
uso de colores, además de depender de la mayor o menor habili- necesidad de referentes identificatorios. En este contexto, Chtisto-
pher Lash (1999) destaca la importancia del grupo de pares y la
modificación operada en el rol de las instituciones y la familia co-
2. Siguiendo a Lacan, la inscripción del Nombre del Padre, como garante de mo transmisoras de la cultura. Existe una mayor dependencia de la
la identidad del sujeto (lo nombra y posiciona en un orden simbólico) y de la in- «visibilidad» y el «manejo de la imagen» como forma de reconoci-
terdicción edípica. miento social. Dentro de lo que caracteriza como «cultura del nar-
84 SILVIA REISFELD EL PRIMER TATUAJE 85

cisismo», Lash plantea la coexistencia de una «tecnología avanzada de entrega, cierta cuota de idealización ubicada en la figura del ta-
con una espiritualidad primitiva» (1999: 294). Esto nos remite a la tuador, la creencia en algún poder sobrenatural otorgado a través

l1
impresión que generan algunos locales de tatuaje, desde el confort
ofrecido hasta el instrumental utilizado, en franco contraste con al-
'!
del tatuaje, concurren en una modalidad de pensamiento con ras-
gos arcaicos. Luego de tatuarse, tras dudas y temores, asume una

'
1
'1
gunos de los significados atribuidos a esta práctica y a la vivencia
de una experiencia iniciática. ·
franca actitud a favor del tatuaje. Ahora ha accedido a una nueva
familia que la acoge en su seno, por lo que reencontramos la fanta-
l · Las afirmaciones de Krakow revelan que, más allá de la edad y sía de una envoltura sostenedora. Para ella, la tinta es más espesa
1
las diferencias culturales en juego, existen muchos elementos en que el agua, con lo que posiblemente quiera significar que la tinta
·:'
1 común con los casos presentados. Por lo pronto, la complejidad de \ -el tatuaje- otorga una identificación y una identidad que perdu-
factores que confluyen en un primer tatuaje. La autora plantea que ran y protegen. No deja de ser llamativa esta analogía entre la tin-
investigar el tema la indujo a tatuarse, lo que nos da a entender ta y el agua, que sugiere la idea de un bautismo, del cual renace
que se produjo una suerte de contagio. El hecho de que expresara con una nueva identidad o una nueva religión. Siguiendo esta lí-
que no podía continuar su proyecto por sentirse extraña a ese nea, existiría una conexión con las afirmaciones vertidas por Vera
mundo al no tener su cuerpo «decorado» (idea del karma) sugiere (primer caso). Me refiero al lugar que parece llenar el tatuaje una
una serie de creencias tanto conscientes como inconscientes. Una vez que queda constituido corno un sistema de creencias al que de
actitud notoria es su vacilación a la hora de tatuarse. Primero afir- alguna manera se lo sigue corno una religió1,1: la vivencia de Kra-
ma que se trata de una decoración del cuerpo, pero luego siente kow que al tatuarse transgrede mandatos judaicos y concibe su ini-
1.· temor al pensar que el tatuaje es una marca que se lleva para siem- ciación a la manera de un bautismo, o la fantasía de Vera de que el
pre; además agrega consideraciones de índole religiosa. Aquí resal- tatuaje sería como crearse una «propia religión». Es decir, la para-
! tan algunas ideas significati'vas: el tatuaje es imborrable, otorga la
fantasía de prestar al cuerpo un sesgo de indestructibilidad, pero
doja dé que el tatuaje, que implica una liberación y úna ruptura
respecto a ciertas ataduras (la religión es impuesta inicialmente por
también un estigma. El carácter de estigma se evidencia cuando los padres), devenga en otra forma de culto, al parecer, más consis-
afirma que incluso su cadáver sería objeto de discriminación. Otro tente. Por consiguiente, cabe pensar que se produce un cambio en
punto mencionado es el miedo al dolor. También surge la preocu- el marco formal de expresión religiosa, pero no en la necesidad de
pación de que el diseño elegido pierda con el tiempo el valor que desplegar una religiosidad en sí.
tiene al momento de su elección. Esta cuestión resulta importante Otro aspecto que nos trae es que el cuerpo quedará permanente-
porque, como veremos más adelante, puede constituirse en un dis- mente alterado, implicando así que este cuerpo está en otra dimen-
parador para la realización de más tatuajes en pos de alcanzar el sión (acaso trascendente) en comparación con un cuerpo común y
diseño ideal (en un extremo los sujetos con tatuajes múltiples). corriente. Asimismo, gracias al sello liberador del tatuaje, el cuerpo
Sus dudas acerca de si debe quedar visible u oculto nos ilustran de la mujer está más posibilitado para su mostración (connotación
acerca de una paradoja inherente al tatuaje: por un lado, eumple la de exhibicionismo y voyeurismo ). Pero también le otorga al tatua-
función de decorar el cuerpo, algo para ser mostrado y exhibido; je incluso oculto una función de reinvindicación de la libre expre-
pero, por otro, se trata de algo a ocultar. El aspecto de inducción sión sexual. Más aún, el tatuaje oculto adviene como representa-
también está presente cuando refiere cómo sus amigos tatuados la ción del falo o la vagina y sé contrapone al símbolo de la castración
instan a dar el paso. Otro punto importante es el sentido de un pa- y la muerte (sida) ..
saje iniciático que, como vimos, aparece en todos los casos. Es inte- Me interesa su alusión al término «estigma» porque, si bien el
resante que el diseño -su signo en el horóscopo- fuera finalmente tatuaje se ha vuelto una práctica común, el que sea o no visible de-
elegido por un amigo (quien la tatúa). Krakow incluso afirma que muestra que aún existe un grado de aprensión respecto a la ima-
hacerse un tatuaje es como un ritual donde el tatuador oficia como gen generada en los otros. Esto reviste mayor importancia cuando
un «chamán» que ofrece la «magia» (Krakow, 1994: 17). Su actitud se trata, corno lo evidencia la propia autora, de decidirse a un pri-
86 SILVIA REISFELD EL PRIMER TATUAJE 87

mer エ。オェ・セ@ Al respecto, Erving Goffman (1998) analiza la proble- • Modalidad del tatuaje: casero (hecho por uno mismo o por
mática del estigma y su incidencia en el sentimiento de identidad. otro); profesional (hecho en un local de tatuajes).
Toda sociedad, nos dice, determina sus medios para categorizar a • Si la persona se continuó tatuando o tiene esa expectativa.
los individuos según un conjunto de atributos percibidos como • Tipo de diseño elegido. Simbolismo.
corrientes y naturales. El estigma es básicamente un atributo desa- • El tatuaje en tanto operador psíquico.
creditador (cualquier tipo de prejuicio) que afecta la necesidad de • La experiencia iniciática.
reconocimiento social. En cuanto a las situaciones manifiestas o • La pertenencia grupal.
encubiertas de discriminación y sus efectos en la conducta de • Temática de la identidad y dela identificación.
quien se vive como portador de un estigma, algunas de las con- • Componente ideológico.
clusiones de Goffl'}1an coinciden con las ideas hasta aquí expues- • El sentido de la transgresión.
tas: «la tendencia a agruparse bajo una "envoltura común"» (1998: • El mirar y ser mirado (voyeurismo y exhibicionismo; la se-
11

34), el recurrir a actitudes de «encubrimiento» tanto en un nivel ducción escópica).


! • El pensamiento mágico.
'·,i¡: consciente como inconsciente (p. 98), o cómo determinado estig-
ma deriva en un motivo de militancia (institucionalización del es- • La vivencia de dolor.
tigma). • Fantasías que hacen a la identidad sexual.
Ahora bien, a lo largo de la historia de la cultura occidental el • La noción de memoria y temporalidad.
tatuaje fue preponderantemente una práctica marginal. No en va- • Los fenómenos de inducción.
no Krakow plantea que· existe una mayor aceptación, dando a en- • La marcación indeleble: el estigma.
tender que el tatuaje en sí mismo aparece como un atributo desa-
creditador. De ahí que preocupe su ocultamiento. Pero, al mismo Todos estos aspectos dan cuenta de los alcances del hecho de ta-
tiempo, debemos subrayar que el tatuaje ha devenido en el imagi- tuarse y su complejidad ligada a la historia personal del sujeto.
nario social en un símbolo de mayor libertad. Así, para Vera ¡ Más aún, algunos de ellos son emergentes de una modalidad de
funcionamiento propio de la sociedad contemporánea.
«cuando ves una persona tatuada puedes hablar de determinadas
cosas» o, siguiendo a Tadeo, de transgresión de modelos estereoti- :1
pados («estar del otro lado de un pibe bien»).
Muy a pesar de los tatuadores nativos de la Polinesia, que con- :J
¡ sideran que se ha desvirtuado la verdadera esencia de la práctica,
la motivación a tatuarse parece encontrar precisamente un fuerte
.ill'!, ¡¡

•l セAゥ@
"
, 1
' asidero en rescatar formas más auténticas de espiritualidad y lazos
de pertenencia. Como si a través del tatuaje hubiera un anhelo de
«retorno a las fuentes originarias», lo que hace que el cuerpo, su
' 1
apropiación y más concretamente el lenguaje de cuerpo, el contac-
J1
ᄋセ@
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li
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to con la piel o la captación de un dibujo a través de la mirada ocu-
pen un lugar privilegiado. j
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1•,!'.
En suma, en un intento de ordenar el material desplegado a lo
largo del capítulo, cabe considerar que en todo tatuaje se hacen
!!i' 1
il presentes los siguientes aspectos:
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:!j • Factores desencadenantes .
• Incidencia de la edad, los estudios alcanzados y la ocupación.
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Tatuaje y escritura
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Las agujas danzaban sobre la piel ...


FRANZl<AFKA

La referencia al tatuaje en el campo de la literatura no ha estado


ausente. En efecto, diversos autores lo tomaron como punto de
partida para el despliegue de reflexiones propias o la creación de
relatos que iluminan otras miradas sobre el tema. Empecemos por
Sylvia Plath, cuya poesía y !!.arrativa son consideradas un hito im-
portante.
En uno de sus relatos, «El águila de quince dólares» (Plath,
1995), nos narra la visita de sU: personaje a un conocido lugar don-
de se hacen tatuajes. Es un establecimiento pequeño cuyas paredes
r: 1 セ@
están repletas de fotografías de tatuajes y donde se respira un cli-
''l セ@
ma que mezcla la fascinación con una dosis de transgresión. Aun-
que breve, se trata de un verdadero compendio de esta práctica.
セ@ por la vigencia misma de algunas de las ideas que transitan a lo
i!
セ@ largo del cuento.
!11 En el bello lenguaje de Plath, Carmey, el tatuador, «es un autén-
; セA@
tico poeta con la aguja y el tinte» (1995: 137). Veamos de qué mane-
'1'
',1
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ra transmite Carmey su mística por el tatuaje: «Si tienes un sueño,
90 SILVIA REJSFELD
TATUAJE Y ESCRITURA 91
!!'

[... ], si tienes una .rosa en el corazón, un águila en el músculo, al dora, había imaginado «visitas íntimas de Laura en casa de Car-
dulce Jesús en persona, ven a mí. Lleva el corazón sobre la piel en mey, [una mujer] esbelta y flexible, con una mariposa dispuesta
esta vida, soy la persona capaz de hacerlo realidad» (ibíd). La piel para el vuelo en el pecho; rosas floreciéndole en las nalgas; en la
deviene un lienzo abierto a la creación donde, como sigue expli- espalda un dragón guardián de tesoros y Simbad el Marino en seis
cando, «Si se tiene una espalda disponible, ahí está Cristo en la colores sobre el vientre: una mujer con experiencia escrita por todo el
cruz, un ladrón a cada lado y por encima ángeles a izquierda y de- cuerpo, una mujer con mucho que enseñar» [la bastardilla es mía). Por
recha sosteniendo un cartel en que se lee "Monte Calvario" en cali- tanto, parece evidente que estaba en juego la fantasía de una mujer
grafía inglesa antigua ... » (p. 138). Él mismo se encuentra totalmen- de gran experiencia sexual, presumiblemente una prostituta.
te cubierto de tatuajes, por lo que «es un vivo anuncio de su arte» Ahora bien, es esta vinculación entre tatuaje, creación y escritu-
(ibíd). La posibilidad de comercializar la piel tatuada no escapa en ra, que queda esbozada en el arte de Carmey, la que encontramos
el comentario de otro personaje presente en el lugar, quien afirma: magistralmente desarrollada en la obra del escritor cubano Severo
«Imagino que esas pieles, extendidas sobre una tabla, [... ] serían Sarduy. En su relato autobiográfico, «El Cristo de la rue Jacob»
más valiosas que muchos cuadros» (p. 140). (1999, t. I: 51-102), Sarduy hilvana una serie de viñetas a partir de
En otro tramo, Carmey relata la visita de.dos chicas que, vaci- las indelebles huellas físicas o mentales que marcaron su existen-
lando, le dicen: «El problema no es lo que queremos sino dónde lo cia. Lasprimeras, y más importantes, son inscripciones visibles
queremos» (p. 141), a lo cual responde: «Soy como un médico, [... ]. que han quedado escritas en su cuerpo por medio de cicatrices y
Trabajo con tantas mujeres que eso no significa nada para mí» suturas producidas por accidentes o enfermedades. Como él mis-
(ibíd). Aquí se puede ver cómo la figura del tatuador aparece in- mo expresa: «Recorriendo esas cicatrices, desde la cabeza hasta los
vestida de una autoridad que garantiza una intervención confiable pies, esbozo lo que pudiera ser una autobiografía, resumida en una
y eficiente. arqueología de la piel. Sólo cuenta en la historia individual lo que
Plath nos presenta una vívida impresión de lo que ocurre du- ha quedado cifrado en el cuerpo y que por ello mismo sigue ha-
rante el tatuaje: «En cuanto deja de trabajar con la aguja, la piel blando, narrando, simulando el evento que lo inscribió. La totali-
del tatuado lanza sus cuentas de sangre» (p. 150). La temática del dad es una maqueta narrativa, un modelo: cada uno podría, leyen-
dolor también está presente, aunque el no reconocerlo explícita- do sus cicatrices, escribir una arqueología, descifrar sus tatuajes en
otra tinta azul» (p. 51). Lo importante entonces son esas inscripcio-
セ@ᄀ mente forme parte del ritual. En este caso, como prueba de hom-
bría, en un joven que se tatúa el nombre de su novia en la muñeca: nes corporales que, si bien son visibles para quien quiera leerlas,
«La aguja se clava un segundo y el muchacho se estremece como su verdadero significado sólo puede ser entendido por el que las
¡1 un potro» (p. 155). vivenció. Sarduy nos presenta la idea de una piel en tanto «envol-
La importancia de llevar un tatuaje para siempre se ve aquí no- tura cifrada», en cuyo relieve se revelan las instancias clave de la
tablemente. trastocada en la reflexión de la narradora, que se ve vida. Desde esta perspectiva, el cuerpo cobra sentido a partir de
muy impactada por lo que observa a la par de evidenciar su recha- sus marcas o tatuajes, esto es, cuando se convierte en un cuerpo-
'11
zo: «Menudo problema si me cansara de mi piel antes que del ves- texto con una función narrativa propia. ·
tido del año pasado» (p. 156): Finalmente, el relato arroja una inte- En su ensayo «Escrito sobre un cuerpo» (Sarduy/ 1999, t. II), se
resante línea en torno a la fantasía de asociar tatuaje y erotismo en ocupa del libro Compacto de Maurice Rache, cuya trama gira alre-
la mujer. En efecto, la.narradora había supuesto que la esposa de dedor de un médico coleccionista de pieles humanas y su asisten-
Carmey estaría tan tatuada como él y se sorprende cuando éste co- te, quienes tras haber comprado la piel cubierta de tatuajes de un
menta que «sigue tan blanca como el día en que nació» (p. 157). La viejo enfermo, se hallan junto a él a la espera de su muerte. Mien-
blancura -estar limpia de tatuajes-, vinculada a la piel del recién tras esto ocurre, ambos «giran a su alrededor, codiciando el aper-
nacido, remite al lienzo inmaculado y la página en blanco, pero gaminado trofeo, las exquisitas texturas del pellejo, recorridos de
también alude a la inocencia y a la pureza. En contraste, la narra- inscripciones que interrumpen pictogramas y jeroglíficos de todas
セZW_B@
1 r:··
1:
[ 92 SILVIA REISFELD TATUAJE Y ESCRITURA 93

f las épocas» (p. 1153). Libro que le sirve de pretexto para tomar a oscurecida y torpe. La tortura y el tatuaje pertenecen a ese mismo
,, ,, ' 1
los tatuajes como una metáfora para concebir una nueva forma de 1 registro del desmembramiento de la fragmentación facticia [... ]. Só-
hacer literatura. Así, al opinar sobre lo que él llama «autor tatua- lo el fragmento cubierto por el tatuaje -iniciales, anclas y corazones
t
dar», afirma: «La literatura es, como el que practica nuestro colec- セャ@ 1
vienen siempre a inscribirse, como por casualidad, sobre los bí-
[セG@ ! cionista, un arte del tatuaje: inscribe, cifra en la masa amorfa del
1
ceps, los músculos más eréctiles-, realzado por la tinta minuciosa o
: ·''
'11
111 lenguaje informativo los verdaderos signos de la significación. Pe- !
1
sometido a la torsión, al dolor, tiene acceso al endurecimiento, a la
·1
ro esta inscripción no es posible sin herida, sin pérdida. [... ] para erección notoria[ ... ]. El resto no merece más que pudor: flaccidez y
1
que la pala.bra comunique, el escritor tiene que tatuarla, que in- aburrimiento» (p. 1295).
:1,:' , sertar en ella sus pictogramas» (p. 1154). Es decir, no hay creación 1 Al referirse a su práctica actual, en «¿Quiénes son los tatuados?»
¡,
1

sin dolor y la literatura es un arte donde la agresión también se afirma: «El tatuaje, pues, hoy, con su auge y automatización, ha in-
hace presente. vertido su signo: ya no es un acto sagrado que exige el consenti-
En su ensayo «La simulación» (Sarduy, 1999, t. II), donde se ocu- miento de las divinidades, ni el testimonio de umi. prueba iniciáti-
pa del tema del cuerpo en conexión con diversas expresiones de ca, ni la garantía de pertenencia a una tribu, a una varonía o a un
pintura corporal y travestismo, retoma ambas ideas: «Con el dolor clan, ni el simulacro ideográfico que da al guerrero un aspecto te-
o con la tinta se delimita una parte del cuerpo y, a fuerza de "traba- rrible y rememora sus hazañas, ni el signo indeleble que protege
jo", se la separa de la imagen del cuerpo como totalidad» (p. 1295). de toda agresión: así lo empleaba un emperador chino, como pasa-
11 Para llevar a cabo el tatuaje debe punzarse la piel, herirla, de modo porte o salvoconducto para atravesar los países enemigos: no; ro-
que penetre la tinta y se forme la imagen. Es esta herida la que, se- bustece al tatuado en tanto que propietario, acumulador taimado
gún el análisis de Leonor A. Ulloa y Justo C. Ulloa (ibíd: 1626- de ornamentos que sólo la escaramuza agresiva hace viriles, que
1643), dirige la atención del lector de Sarduy y lo lleva a fijarse en no conmemoran el coraje -si de verdad la inscripción es indolora-
un detalle que, si bien aislado, termina «filtrándose, expandiéndo- de ningún sacrificio, la sangre de ningún pacto, el horror de ningu-
se y modificando la textura misma de la obra» (p. 1636). Un ejem- na escarificación. Proliferación y vaciamiento: esta contradicción
plo es el primer relato de De donde son los cantantes (1967), en el que que atraviesa el tatuaje ... » (p. 1302). ·
aparece un minúsculo detalle que reviste un alto grado de signifi- Ahora bien, quizás por mera coincidencia o teniendo algún co-
¡r.
cación erótica: un pequeño paisaje tatuado en el cuerpo de uno de nocimiento de este autor, la película de Greenaway, Escrito en el
il',
sus personajes y que, a la manera de un ideograma, condensa los cuerpo (véase el capítulo 3), confluye en la misma dirección: la no-
1
contenidos de la cultura tradicional china en relación con el cuer- ción de una «arqueología de la piel» y, en especial, la idea del cuer-
1¡· po, el cosmos y la naturaleza y que a la vez gue remite a otros tex- po-texto, donde la inscripción -trátese de tatuajes, letras o frases
1 !
tos chinos. Los autores concluyen que el tatuaje funciona como ese pintadas en el cuerpo- remite en última instancia a las huellas
detalle inesperado que atrae y modifica la manera de leer el texto. mentales de una historia singular.
Vale decir, resulta un componente visual indispensable a la estruc- Desde una perspectiva diferente, reencontramos esta idea en
turación del relato. el sobrecogedor cuento de Kafka, «En la colonia penitenciaria»
Es a propósito de estas elaboraciones que en el ensayo mencio- (1919). Aquí tatuaje y escritura también implican una tarea de des-
nado Sarduy nos sorprende por su aguda comprensión psicoanalí- ciframiento, pero con consecuencias mortíferas. Una rastra adosa-
tica al hablar del tatuaje, el cual, a la manera de un fetiche, fascina da a una compleja maquinaria (símbolo de la tortura y del autori-
precisamente por presentarse siempre como «fantasma de lo sepa- tarismo que instala su propia ley) tatúa durante horas el cuerpo
rable, de lo que se puede arrancar» (p. 1294), es decir, de la castra- del condenado con todo tipo de trazos, aunque sólo una franja lle-
ción. Veamos cómo lo explica: «Esa iluminación sectaria relega el vará inscripta la razón de su sentencia; he ahí lo que el sujeto debe
resto del cuerpo -un resto paradójico- a una zona anónima y leja- develar: «es fácil descifrar la escritura con los ojos; sin embargo,
,¡. na, excluida de la representación y del deseo: sin valor de erección, nuestro hombre lo descifra con sus heridas» (Kafka, 1989: 142).
i

i:'
94 SILVIA REISFELD

Por último, en el relato El hombre ilustrado (1951), donde dos su- 8


jetos se encuentran en una ruta y comparten una noche solitaria,
Ray Bradbury nos presenta la inquietante imagen de tatuajes que Tatuaje y erotismo
cobran vida en la oscuridad y que si bien ejercen un efecto de fasci-
nación, al mismo tiempo adquieren una cualidad ominosa para
quien se detenga a mirarlos.

COMENTARIO

Este breve recorrido a través del talento imaginativo de los au-


tores referidos ilustra la fecundidad de ideas a que da lugar el te-
ma del tatuaje. Me limito entonces a una de ellas, a saber, su.con-
cepción como un tipo de inscripción que, más allá de suscitar un
impacto visual, se revela como un texto a descifrar. Esta idea es
congruente con lo planteado en el capítulo anterior, donde se deli-
nean una s.erie de aspectos presentes en un tatuaje; es decir, que 1
conforma una dimensión oculta.
1

l Preguntado acerca de la vertiente sensual que muchos buscan con-


notar al hacerse un tatuaje, Sergio Villagrán 1 responde:

«Siempre hay un «Valor agregado» de un tatuaje sobre alguna zona es-


pecial del cuerpo. Los clásicos trabajos en los brazos y piernas ahora van
acompañados de diseños en la parte baja de la espalda, nalgas, pechos, ge-
nitales, cuello, etcétera. Donde el tatuaje pasa de ser un simple dibujo a
'1
1: una suerte de demostraCión de erotismo o sensualidad.[ ... ] La parte eróti-
ca de esto puede ir tanto en la imagen realizada como en la ubicación ... »

Ahora bien, ¿qué es este «valor agregado»? N o se trata de una es-


tética determinada únicamente por la belleza de un diseño y, por
otra parte, la noción de erotismo en cada sujeto es susceptible de
las más variadas respuestas. Ateniéndonos a una lectura general,
hemos visto que el tatuaje mantuvo durante siglos uri sesgo margi-

ji 1. Tatuador radicado en Santiago, Chile. Fragmento extraído de Internet, re-


! portaje de la revista Turbiedades (www.turbiedades.cl/ reportajes/ anteriores/ ta-
セ@ '1
tuaje /htm).

1
96 SILVIA REISFELD TATUAJE Y EROTISMO 97

nal, hecho que de por sí lo inviste de un atractivo especial. Tam- Laura dice:
bién cabe considerar que cada época define ciertos códigos de se-
ducción y lo que entiende por estímulo erótico. En los últimos de- «Lo de sentirte más sexy se da ... estás en un boliche, alguien te ve y te
cenios se han operado cambios importantes en el uso de la dice: "Ay, tenés un tatuaje, dejame ver. Me encantaría ver por dóndeter:-
vestimenta y la mostración del cuerpo. Conjuntamente, se modifi- mina el caballito, por qué camino va". Creo que para la gente despierta un
caron los modos de concebir la apariencia en cuanto a las diferen- montón de cosas».
cias de género (véase el capítulo 1), y la televisión, por caso, ha fa-
cilitado la contemplación de todo tipo de escenas y conductas El segundo ejemplo se refiere a Daniel, de 20 años. Tiene un ta-
sexuales. Esto es interesante porque la idea misma de transgresión, tuaje de color negro en la pierna, un diseño complejo dividido en
que participa del erotismo, forzosamente ha debido ampliar sus tres partes: en la superior, una tlor que representa una vagina
formas de expresión. Me refiero al hecho de que una mayor desnu- abierta; en el medio una parca con fuego; y en la zona inferior, una
dez o libertad de exhibir el cuerpo puedan no suscitar el mismo in- mujer desnuda arrodillada. A la pregunta de si siente diferente su
terés, requiriéndose un nuevo estímulo que despierte un efecto cuerpo portando el tatuaje, él responde:
sensual.
Por otra parte, la seducción desde la imagen ya no toma al cuer- «Me sentía más ancho, como que caminaba de otra manera y llamaba
po en su totalidad o una parte de éste en sus atributos comúnmen- la atención. Sobre todo las chicas, venían y se fijaban en mi tatuaje. Estar
te reconocidos, sino algo más fragmentario aún, como lo es un ta- tatuado era que mi cuerpo tenía algo más».
i 1
tuaje. Aquí ha ocurrido un sutil desplazamiento. En efecto, en las
"iセ@ 1 revistas dedicadas al tema, lo que se suele ver son partes del cuer- Marcos, de 28 años, y un ojo tribal en la pierna, dice:
'
po tatuadas.
1 «Cómo te puedo decir. A todos nos gustaría eso de tener una espalda
Veamos cierto material ilustrativo. El primero concierne a Bea y grande y estar con tu tabla de surf Tengo amigos que cuando estamos to-
a Laura, ambas de 27 años, profesionales, que fueron juntas a ta- mando sol tienen una espalda que parecen Rambos ... y sí, a quién no le
tuarse el mismo diseño, un caballito de mar de color negro ubicado gustaría tener más lomo. Creo que el tatuaje complementa, ayuda. A mí
en la zona baja de la cintura. me sirve, pienso: ''Bueno, no tengo lomo pero sí un dibujo"».
Bea expresa:
Estos comentarios sugieren una misma ideación: la de un atri-
«Quería uno pero que se viera cuando yo quisiese ... Vi un video de buto sexual que se agrega al cuerpo. El tatuaje aparece como un re-
Britney Spears y ella tenía uno en ese lugar, le quedaba muy sexy. Des- fuerzo que confiere al sujeto la vivencia de contar con algo miste-
pués, todo el mundo nos preguntaba por el tatuaje. Íbamos a bailar, nos rioso a ser descubierto/ es decir, funciona como un señuelo.
poníamos remeritas sin espalda para que se viera y bueno, fascinó. Diga-
mos que los hombres lo primero que ven es el tatuaje y les encanta. Lo que
!•· llamaba la atención era que teníamos el mismo y nos poníamos de espalda 2. En contraste, menciono la opinión de Lyle Turtle, tatuador reconocido y
porque no miran para el mismo lado. Cuando fuimos a veranear a la cos- pionero de esta práctica en los Estados Unidos. A propósito de su difusión, afir-
ma que, si tuviera hoy en día 14 años, no sabría si se sentiría atraído hacia el ta-
ta, incluso se ponían a comparar si eran iguales ... La mayoría con los que
tuaje; que en su momento sintió atracción porque se trataba de algo clandestino.
he salido, lo primero que quieren hacer es besar el caballito de mar... Creo Era difícil ser un tatuador, no existían revistas y la práctica se desplegaba como
que para muchas chicas pasa por un tema de llamar la atención y el efecto una organización secreta. Veinte o treinta años atrás, había que ir a un puerto o a
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.
que causa en los hombres ... Inevitable que un hombre no deje de ver un ta-
tu·aje, le guste o no, porque "conozco gente que no le gusta, pero te hacen
un comentario del tatuaje que tenés».
una ciudad grande para hacerse un tatuaje. En lo que a él concierne, había perdi-
do mucho de su encanto (Fragmento reseñado y traducido del inglés, revista Skin
Deep, no 71, abril2001, Inglaterra, Jazz Publishing).
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¡, 98 SILVIA REISFELD TATUAJE Y EROTISMO 99
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t" Hay que subrayar que este atributo que se agrega al cuerpo co- pia muerte». La voluntad de la joven de seguir adelante («No
' rno tatuaje también representaría tanto un modo de elaborar corno quiero ser vencida>>) responde al deseo de su amante Fujieda, un
de contrarrestar fantasías de castración, lo cual asume distintas funcionario abocado a su trabajo, mucho mayor que ella, que
gradientes según cada individuo. Así, de manera muy explícita, en muestra una singular atracción por los tatuajes, específicamente,
1!
un segmento de un programa emitido por el canal I-Sat3 dedicado por la piel tatuada de una mujer. Así, cuando Akane pregunta:
al tatuaje y el piercing, una mujer que aparecía prácticamente des- «¿Qué te atrae de mí?», él le dirá: «Adoro tu piel. No hay otra chi-
nuda hablaba de su tatuaje (uno colorido que bajaba por un costa- ca con piel tan maravillosa. Tu piel merece un tatuaje». Fujieda es-
do de su cintura hasta el muslo) corno de «Un órgano especial», sin tá dispuesto a dejar a Haruna y formalizar esta relación siempre y
el cual ella se sentiría «desnuda». Este ejemplo ilustra cómo el ta- cuando ella se tatúe.
tuaje puede revestir el carácter de un pene imaginario que otorga Haruna, bastante mayor que él y en otros tiempos tatuadora, lle-
una vivencia de completud. va un tatuaje en la espalda desde «hace veinte años» (medida del
En lo que sigue, me ocuparé de una película en la que la dimen- tiempo que duró su vínculo con Fujieda). Se dice que algm1a vez
sión del erotismo en el tatuaje cobra un relieve singular. Si bien se estuvo casada y que fue abandonada con un hijo. Una breve escena
trata de una ficción, nos permite de destacar algunos componentes los reúne a los tres: Fujieda espera que Haruna convenza a la joven
específicos. de tatuarse. Así, desde su mirada de experta, la mujer aprecia las
magníficas condiciones de la piel de Akane y la incita a dar el paso.
Ante el temor de Akane a ser dejada («Cuando envejezca te busca-
1REZUMI1 LA MUJER TATUADA rás otra mujer»), Fujieda replica suplicante: «No creo en la belleza
eterna. Adoro el tatuaje. Es efímero como la belleza del cuerpo. Es
La práctica tradicional del tatuaje, desarrollada en Japón, es el una jóya que no puede ser reproducida. Una belleza que sólo exis-
eje de esta trama en la que el cuerpo, trabajado corno lienzo, nos te en el ser humano. Ya ves ... si no te hubiese encontrado, habría vi-
1
descubre un arte sumamente refinado, en este caso, de reproduc- vido toda mi vida con Haruna. No es por amor, no tenía otra opción»
¡,
ción de pinturas originales. El filme, dirigido por Yiochi Takaba- (la cursiva es mía). Otro personaje de importancia es Harutsune, un

!
li yashi, complejo en su argumento, toca cuestiones referidas a la
identidad y la filiación, las relaciones triangulares, el erotismo y los
joven que vive en casa de Kyogoro y es su asistente, quien fuera
enviado por su madre para ser tornado como aprendiz.
l impulsos tanto creativos como destructivos, todas ellas enhebradas En la sesión de tatuaje, Akane -que lleva solamente un kimo-
alrededor del tatuaje. Más que hacer un relato lineal, solamente me· no-, se entera del «método personal» del maestro: debe yacer con
i referiré a aquello que considero esencial a nuestro tema. el torso desnudo sobre Harutsune, a la par que Kyogoro se ubica
1
El punto de partida es un tatuaje que el maestro Kyogoro, pres- en cuclillas detrás de ella. Ante las primeras y dolorosísirnas pun-
tigioso tatuador, va a llevar a cabo. en la espalda de Akane, una zadas, el joven, obedeciendo a una señal del maestro, procede au-
hermosa joven que solicita sus servicios. En un primer encuentro, tomáticamente a acariciarla hasta -queda sugerido- llegar a la pe-
f· Kyogoro la previene de un procedimiento no sólo largo y doloroso netración. Luego del desconcierto y la resistencia inicial de Akane,
-durará entre uno y dos años-, sino también de su «método perso- la vernos no sólo gemir de dolor sino también por una excitación
nal» (sin aclarar en qué consiste). Al mismo tiempo, introduce su que culmina en el orgasmo. Así, con el correr de las escenas, de
pensamiento: «Un tatuaje no significa su felicidad ... No se hace pa- fuerte impacto visuat Akane se entrega a una doble experiencia:
:1 i
ra mostrárselo a otros. Queda pegado en la piel para toda la vida. por un lado, al sufrimiento ocasionado por el tatuaje; por el otro, a
No se puede quemar ni destruir. Cuando se borra, significa la pro- un placer del cual termina participando.
Uno tiene la ocasión de ver la usanza tradicional para tatuar:
punzones de distinto tamaño, un martillito, la limpieza de la san-
3. Me refiero al programa SexTv, del19 de junio de 2003. gre y el despliegue del hermoso y colorido diseño de Lady Tachiba-
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i 100 SILVIA REISFELD ,'·.¡' . TATUAJE Y EROTISMO 101
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セ@ na, una aguerrida princesa en lucha con un dragón, reproducido
1
tica polimorfa de la sexualidad infantil no comporta una fantasía
1 u
directamente sobre la piel.
Una segunda línea argumental es el pasado del maestro, el ori-
·, .J destructiva y responde a las tensiones suscitadas por los celos y la
situación de exclusión, donde el niño emplea experimentalmente
p
gen de su estilo y su vocación por el tatuaje, y lo que será para ·¡ sus zonas erógenas para descargar su excitación. Para Meltzer, «la
Harutsune el develamiento de su filiación paterna. :1 gratificación sensual no es un fin primario sino que surge secunda-
¡¡
riamente, en compensación, cuando los fines creativos fracasan y
son eventualmente abandonados en aras al placer» (p. 145). Esta
1 COMENTARIO parte destructiva puede evolucionar hacia una «tendencia a desa-
' セ@ rrollar cultos» (fanatismos) y la actuación de «teorías arrogante-
Un aspecto original e interesante de Irezumi, la mujer tatuada es la mente afirmadas» (ibíd). En suma, la perversidad neurótica es
セ@
"
doble mirada que propone al espectador: el tatuaje no sólo es vehí-
culo de impulsos creativos sino, al mismo tiempo, el centro donde
transitoria y debida a factores externos; en cambio, la sexualidad
perversa involucra «fantasías eróticas o actividades en las cuales el
confluyen distintas mociones psíquicas. En particular, aquellos sufrimiento mental o físico que inflige es el centro de la excitación»
componentes del desarrollo sexual infantil que, como sostuvo (Meltzer, 1974: 175).
1 !j
Freud (1905), de permanecer activos en el inconsciente -de quedar Veamos estas nociones a la luz de las distintas significaciones
el sujeto fijado a ellos- inciden ulteriormente en el tipo de elección que reviste el tatuaje para los protagonistas. El deseo de Akane de
i :í
amorosa y en la cualidad del erotismo. En el contexto de la pelícu-
la/ la piel adquiere suma importancia, no sólo por sus aptitudes de
tatuarse para conservar a Fujieda (representativo de una figura pa-
terna) irnpli_ca un triunfo sobre Haruna (imago materna); de ahí su
1•! セ@ lienzo sino también como fuente de erogeneidad: las pulsiones par- respuesta a Kyogoro: «No quiero ser vencida». En cuanto a Fujie-
ciales de ver y tocar se muestran exacerbadas, así corno también la da, sti capacidad de mantener un compromiso afectivo, o más bien
1
' Nセ@
canalización de impulsos de crueldad (sadismo) y ciolor (masoquis- su erotismo, depende no sólo de la atracción que le suscite la piel
mo). La piel comporta, junto al tatuaje, una cualidad fetichista. ¡ de la mujer, sino de que esté tatuada. No se trata de amor -corno él
En e!"Hfme se yuxtaponen principalmente el acto de tatuar o lo mismo explica-, sino de fijación a un aspecto parcial altamente
que el tatuaje representa, y todo lo que hace al erotismo; es decir, 1 idealizado y dotado de perfección: el tatuaje erigido como un feti-

,,
nos muestra su raigambre sexual. Utilizaré algunos aportes de Do-
nald Meltzer (1974) sobre la sexualidad adulta. Lo esencial es el ti- ¡ che. Esta sustitución de Haruna por Akane respondería al deseo de
seguir gratificándose con una piel joven, acaso evocativa de la piel
po de fantasía que subyace a cierta conducta -no la conducta ob- materna primordial.
servable- para diferenciar cuándo hablamos de un compromiso 1 Con respecto a Haruna y su renuncia a Fujieda al apreciar la
perverso y cuándo de tendencias polimorfas propias de la sexuali- piel de Akane, señalaré sólo un aspecto: que vía una identificación
dad infantil que pueden persistir en la vida adulta. Estas fantasías proyectiva, Haruna se ve a sí misma de joven, en el lugar que Aka-
capturan y dominan la vivencia inmediata del self del sujeto, lo que ne ocupa ahora para Fujieda. Su self está fuertemente identificado
1
incide en su modo de relacionarse con el objeto. Meltzer habla de t con ese aspecto juvenil y atractivo de la piel de Akane (aún no ta-
«perversidad de los propósitos» (p. 150) cuando predomina una tuada, es decir, virgen). Una fugaz escena la mostrará después pe-
fantasía sádica que atenta contra la esencia misma de la creativi- gándose un tiro, y sólo entonces uno se percata de cuán terrible le
dad. Creatividad que -a su entender- deriva de la significación resultó perder a Fujieda. Dicho en otros términos, el haber perdido
que el niño otorga a la sexualidad parental (la escena primaria) én su única cualidad deseable, una piel lozana y tatuada, sin la cual
tanto acto amoroso y fecundo (fantasía de preservar los bebés ima- ya no es nada.
ginados en el interior del cuerpo materno). La capacidad de vivir También es significativo el lugar que Kyogoro ocupa en la fanta-
creativamente un trabajo es correlativa a una sexualidad adulta sía de Fujieda: el tatuaje debía realizarlo «ese gran maestro». Así, el
que deriva de esta temprana constelación. En cambio, la caracterís- día que Akane acude a su primera sesión (irá siempre sola), Fujie-
102 SILVIA REISFELD TATUAJE Y EROTISMO 103

da exclama excitado: «¡Qué gran día! ¡Hoy recibirás el primer pin- de Harutsune (historia que este último desconoce). En suma, lo
chazo!». Esta iniciación representaría la escena de un coito por la que me interesa destacar es el proceso de fetichización de un modo
desfloración de la piel virginalmente blanca. En este sentido, el he- de trabajo. De ahí en más, este «estilo» se cristaliza en una creencia
cho de depositar a Akane en manos del maestro (otra irnago pater- (convicción cuasidelirante) de que la consecución de un tatuaje al-
na idealizada) no parece suscitar conflicto sino complacencia, por- canza verdadera expresión si se acompaña de placer sexual. No
que Fujieda está más interesado en esa «joya» que Akane llevará hay límite que lo detenga, ni siquiera tratándose de su propio hijo.
en su espalda. Su conducta es ilustrativa de una relación narcisista En efecto, siendo un aprendiz, Harutsune lleva un tatuaje en el pe-
de objeto: poco importa el dolor que le implique a Akane tatuarse cho realizado por Kyogoro. Vemos entonces la actuación de ten-
ni el largo proceso de realización. Al mismo tiempo, se ubica en el dencias que hacen a modos perversos de gratificación (en este ca-
lugar de un voyeur que habrá de presenciar la escena primaria so, el incesto).
(«Quiero ver», le dice a Akane. «Muéstrarne los "primeros toques" De las sesiones de tatuaje de Akane hay varias lecturas. La más
del maestro»). significativa concierne al masoquismo y cómo el dolor puede ser
Por su parte, Kyogoro también queda extasiado cuando Akane ligado al servicio de uri goce sexual. Luego, esta forma de escena
exhibe su piel desnuda: la toca en actitud casi reverencial. Esta po- primaria en la que todos tienen su parte. Kyogoro participa corno
sibilidad de contemplarla y tocarla traduce sensualidad y disfrute. voyeur y pone en acto una fantasía sádica de penetración (recorde-
La condición de blancura y pureza se refleja en sus propias pala- mos que se ubica detrás de Akane y que, aguja en mano, él mismo
bras: «realmente maravilloso ... la piel de la nieve». Que el hecho de se considera «Un pecador»). Que los dos hombres -esto es, el hijo y
tatuarla adquiera la equivalencia de un acto sexual es observable el padre- sometan, por así decir, a la mujer (mayor que Harutsune
i '¡
cuando previamente va desplegando sus instrumentos. Kyogoro y representativa de una figura materna) también indica el total bo-
los mira y dice: «¡Qué pecado! ¡Soy un pecador! Nuevamente una rramiehto de límites: no hay interdicción que impida la consecu-
aguja en mi mano ... ». Los distintos punzones adquieren un claro ción de un incesto simbólico. Por cierto, Akane se suma: nunca co-
simbolismo fálico. Así, el trabajo (el tatuaje corno creación) y el ac- menta en qué consisten estas sesiones. Es la transgresión misma lo
to sexual son uno solo y confluyen en un mismo goce. que la concita a aceptar. Akane encuentra satisfacción al cumplir
¡, Tornemos algunos datos que el filme provee: una serie de fantasías que, siguiendo a Meltzer, podríamos consi-
:•;: a) la iniciación sexual de Kyogoro con una prostituta coincide derar como expresión de una perversidad neurótica: ser maltrata-
1
1

'
con el descubrimiento del tatuaje (ella lleva uno en la espalda), de da y forzada sexualmente (masoquismo), la vivencia de prostituir-
manera que ambas experiencias parecen fundirse en una. Kyogoro se, ser observada durante el coito (exhibicionismo), participar en
recurrirá siempre a ella hasta que un día ésta desaparece. Es ahí una escena donde dos hombres la «penetran»: uno, infligiendo do-
cuando surge su deseo de formarse corno tatuador. Señalo, de pa- lor; el otro, proporcionando placer. El ocultamiento a Fujieda tam-
so, dos aspectos. Por un lado, el sesgo transgresor con el que se sig- bién respondería a una retaliación por haber sido degradada a un
nifica al tatuaje al vinculárselo inicialmente a un contexto de pros- objeto-piel cuya importancia se ciñe a estar tatuada.
titución y, por otro, similarmente a lo que sucede con Fujieda, es el Esto último incide en que Fujieda no perciba los cambios opera-
tatuaje lo que le da valor a la mujer y en particular aquello que le dos en su conducta y apariencia exterior conforme avanza su ta-
otorga su dimensión sensual. tuaje. La transformación de Akane, que se vuelve más sensual
'11
1 :
b) Kyogoro concibe su «método» aplicándolo a su joven esposa -maquillaje y vestuario mediante- y distante afectivamente, resal-
j
(que no es otra que Haruna): la tatúa en la espalda contra su vo- ta la idea de un componente iniciático inherente al tatuaje en el
lt:
luntad, mientras la fuerza a un coito a tergo. La resistencia inicial que, por un lado, habría una liberación de ataduras morales (aquí
,,.
1

de Haruna, para después dejarlo continuar, esa mezcla de sufri- a favor de un goce sexual sin límites) y, por el otro, como algo que
1
1 .
:1
miento y goce, devienen para él una situación intensamente sen- facilita una apropiación distinta del cuerpo y la consiguiente modi-
sual. Esto deriva en que Haruna lo abandone estando embarazada ficación de la vivencia subjetiva de la propia feminidad. He ahí la
,,,
. tセ@
i
¡
104 SILVIA REISFELD

gratitud que ella conserva para con el maestro y Harutsune. Por 9


otra parte, finalizado su tatuaje y a petición de Kyogoro, elige un
lugar particularmente doloroso -la 。クゥャセ@ para que Harutsune fir- El tatuaje y la experiencia
me su participación con un pequeño tatuaje. Estó sugeriría que h,a J¡ del dolor
hecho suya la experiencia de otorgarse placer a través del dolor. !
En síntesis: la película muestra muy bien las distintas expresio-
nes que puede adoptar el masoquismo erógeno, sea en un plano
t'
meramente representacional (fantasías) o a través de una puesta en
acto (el descubrimiento de Kyogoro de que el dolor físico puede
transformarse si se lo combina con un placer sexual, o en el caso de
Akane, de cuán significativa puede ser la experiencia del dolor, e
incluso, cómo esto puede plasmarse en una vivencia de enriqueci-
miento de su selj). ᄋセ@

No quiero terminar sin hacer alguna mención respecto a los J


personajes que conforman el grupo familiar. Hari.ma le niega du-
rante años a Harutsune el develamiento de su identidad y lo envía
a descubrirla en el marco de una formación como tatuador, a sa- 1
biendas de en qué consistiría. Tras ser tatuada por Kyogoro, ella
1
misma deviene en tatuadora. Ast la única vez que Harutsune 1
1
'1 aparece con el torso enteramente desnudo -cuando se entera de 1
1 que Kyogoro es su padre y ocurre una fuerte confrontación de trá- 1 Bajo la consigna «Ponele color y dolor a tu piel», difundida en Inter-
gicas consecuencias- exhibe un tatuaje en la espalda, lo que signi- 1 net durante los días 25, 26y 27 de octubre de 2002, se llevó a cabo
;
ficaría que también Haruna consumó un incesto simbólico con su ' en Buenos Aires la primera Convención Internacional de Tatuajes
hijo. ¿Qué lugar ocupa este hijo en la mente de ambos padres, ¡ y Body Piercing. De características singulares, el encuentro fue
concebido en el transcurso de un tatuaje? Kyogoro lo explica: «Tu
destino es el tatuaje. Eres mi hijo. Mi sangre corre por tus venas.
¡ una ocasión para interiorizarse sobre las distintas prácticas de
body modification. 1 Lo interesante es que todas estas prácticas pre-
Deberás continuar con mi estilo personal». Se puede pensar que el suponen, en grados variables, la experimentación de dolor. En
niño que nace, más que advenir como hijo, es dado a luz como un
tatuaje-hijo. Cualquier creación o trabajo reviste para el psiquismo
la equivalencia de un «hijo simbólico». Pero aquí, tatuaje e hijo
aparecen confundidos, de tal suerte que el nacimiento de ambos l. Movimiento que incluye no sólo los tatuajes y las perforaciones, sino tam-
bién las escarificaciones (trazado de la piel con bisturí), el branding (delineado de
1 simboliza una vida que se gesta en una piel-lienzo. La identidad un dibujo raspando trozos de piel) y los implantes (introducción de bolas de tita-
de Harutsune lleva la marca de los tatuajes que cada progenitor nio o acero quirúrgico dentro de la piel). También comprende el procedimiento
:1 efectuó en él. Ese «deberás continuar con mi estilo personal» de <<Suspensión", que, sin que se trate de una alteración corporal permanente,
muestra un imperativo paterno que se autoafirma desde la per- consiste en ser atravesado por ganchos en distintos puntos del cuerpo -ganchos
versidad. No es al hijo al que Kyogoro intenta preservar, sino a su de acero quirúrgico similares, aunque de menor tamaño y grosor, a los utilizados
1
en las carnicerías- a fin de pasar por la experiencia de ser colgado. En una ver-
propia creación, a su «estilo», siendo eso lo que adquiere sentido
tiente extrema, hay quienes llegan a la mutilación de ciertas partes del cuerpo
de trascendencia para él. (los dedos o incluso los genitales). Sobre todas estas prácticas, se pueden leer las
revistas Piel, n° 4 (noviembre de 2002) y Addiction Tattoo, no 4 (noviembre de
2002), ambas publicadas en la Argentina.
lOó SILVIA REISFELD EL TATUAJE Y LA EXPERIENCIA DEL DOLOR 107

,.1 ti efecto, ya desde la convocatoria nos encontramos ante un fenóme- 3) La instancia de reacción, donde el yo opera como un órgano
!'.
no nuevo que exalta y otorga un lugar espedalal dolor. ¿Cómo que detecta las variaciones que ocurren internamente. -
'11¡ explicar esta propuesta en el marco de una cultura de grupo? 1Jn cuarto momento hace a la relación del yo con la memoria in-
,:
: ¡·!,

¿Cuál es la función que cumple el dolor? Por otra parte, al hablqT consciente. Es decir, la asociación entre el hecho presente y otios
¡: de dolor entramos en un terreno complejo: hay que considerar el quepertenecen al pasado olvidádo del sujeto. Nasio diferencia la
:r'
dolor físico, puntual, provocado en determinada parte del cuerpo, repercusión somática de la vivencia subjetiva. Así, el dolor como
afecto no se origina por la lesión en sí, «está en el cerebro para la
/
y al mismo tiempo aquello quehace a la vivencia en sí. También
es cierto que hay un umbral de tolerancia para cada individuo y sensación dolorosa [vía mecanismos neurobioquímicos] y en las
que está condicionado por factores emocionales. bases del yo -en el ello- para la emoción dolorosa» (p. 87). Esto es:
Mi interés entonces es ahondar en esta «nueva subjetividad» la lesión produce una ruptura del equilibrio psíquico, quedando el
que rescata la experiencia de dolor como algo inherente a un modo principio de placer transitoriamente abolido; el yo percibe esta per-
de vida y, a partir de cierto material ilustrativo, destacar la inter- turbación y reacciona con una emoción dolorosa cuyo anclaje esta-
vención de algunos aspectos a tomar en cuenta. ría en el inconsciente. N·asio-nos habla de «un cuerpo dotado de
11 1 memoria» (p.l22) que conserva las huellas de sus primerísimas ex-
,1
periencias dolorosas (sean orgánicas o de separación y pérdida),
ALGUNOS APORTES PSICOANALÍTICOS EN TORNO AL DOLOR que son susceptibles de reactivarse y reaparecer en forma transfi-
gurada en conexión con diferentes situacíonés de la vida cotidiana.
i
En un trabajo avanzado para la concepción de su época, el Desde esta perspectiva, el sujeto repite un sufrimiento sin saber
ᆱpイッケ・」セ@ de una psicología para neurólogos» (1895), Freud ex- por qué lo repite. 1' J, ... : ,;., · . ,

pone un modelo energético del funcionamiento del aparato psí- Ahorá bien, tal como se desprende del título de la convocato-
quico a partir de la clasificación de tres tipos de neuronas. Un as- ria, el dolor y el placer como correlato nos conducen ineludible-
,, , r pecto importante es su descripción acerca de cómo opera un mente al tema del masoquismo. En «El problema económico del
estímulo somático doloroso y su in_mediato ...sNc_Aセ。@ mental (el masoquismo» (1924), Freud postuló tres formas distintas de ex-
j afecto de dolor). Apoyándose en dicho texto, Juan D. Nasio presión. La primera, que vehiculiza las siguientes, es el «maso-
(1999) estudia el dolor corporal a la luz de sus distintas conexio- quismo erÓgeno», cuyo fin es procurarse placer en el dolor. De
il·; ,1 nes con lo psíquico. Plantea que una lesión física comprende tres origen primario, nace por un efecto de intrincación (mezcla) de la
tiempos: pulsión de vida (Eros) y la pulsión de muerte (Tánatos). El ejem-
¡•. 1) La lesión en sí, a partir de la cual el yo imprime en la concien- plo más cabal es su inclusión como componente erótico de la vida
c;ia una imagen mental de la parte del cuerpo lesionada. No hay sexual. La segunda, el «masoquismo femenino»,· se manifiesta a
dolor corporal que no sea representado psíquicamente. Esto expli- través de fantasías vinculadas a la femineidad, esto es, ser castra-
ca por qué se puede experimentar dolor sin que medie un daño do, tolerar el coito o parir, fantasías que subyacen a la consecu-
real: «la sensación dolorosa resulta así reavivada por el surgimien- ción del accionar perverso masoquista. Por último, el «masoquis-
to de la representación mental de la herida» (p. 86). Además, se mo moral» como rasgo de conducta que va en pos del sufrimiento
lt¡
1 trate de una herida externa ocurrida en la superficie del cuerpo o mismo y sin importar de dónde provenga: por caso, quienes se re-
de una proveniente de los órganos internos, la lesión será imagina- sisten a la cura durante un tratamiento aferrándose a sus sínto-
イゥ。ュセョエ・@ sentida p_or el yo co1llo algo acontecido en la periferia del mas (la «reacción terapéutica negativa») o quienes no pueden dis-
cuerpo, es 、・cゥイセ」ッュ@ algo ajeno a él. frutar de sus logros («los que fracasan al triunfar»). Freud lo
- 2) Unestado de conmoción que trastorna al yo. Se produce un explica en términos de un sentimiento inconsciente de culpa y la
aflujo de energía que se concentra en el yo, en particular, sobre la consiguiente necesidad de castigo, resabio de una fallida resolu-
representación mental de la herida. ción edípica.
108 SILVIA REISFELD EL TATUAJE Y LA EXPERIENCIA DEL DOLOR 109

Desde estos lineamientos, Benno Rosenberg (1995) plantea un ilustran cómo el sujeto procura configurarse una nueva envoltura
enfoque sumamente original, cuyo eje central es privilegiar el lu- que lo sostenga, aun cuando se trate de una signada por el sufri-
gar del masoquismo en la constitución y posterior evolución del miento. En particular, la provocación de un dolor físico puntual
psiquismo. Es decir, lo novedoso es que presenta una visión del ー・イュゥエセ■。@ ャゥァセイj」ュエ・ョI@ estados de tensión o angustia difusa.
masoquismo como opuesta al sentido común del término, y no co-
mo algo auto destructivo. Hay pues un «masoquismo gua_rcUán de
la vida», absolutamente necesario, que acompaña todo el espectro MATERIAL DE ILUSTRACIÓN
de_nuestro funcionamiento mental, y que se contrapone a un «ma-
soquismo mortífero». Siguiendo la descripción de Freud del maso- Los fragmentos citados están referidos únicamente al interrogante
quismo erógeno primario, el autor destaca ese momento en que la del dolor en los tatuajes. En algunos casos transcribo comentarios
i ,(,1
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pulsión de muerte queda anudada a la pulsión de vida a través de más extensos porque permiten una ampliación del terna.
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la coexcitación libidinal. Esta ligadura posibilita la constitución del
aparato psíquico, en tanto que el dolor y el displacer quedan pri- 1. Luis (24 años): Lleva nueve tatuajes. En relación con el prime-
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mariamente erotizados al servicio de una tendencia protectora que ro, hecho a los 16 años, refiere:
i los vuelve tolerables. Por tanto, existe un núcleo masoquista eróge-
no que participa de la estructuración del yo arcaico y que perdura - Me hice mi inicial, una L. .. quería saber qué se senUa. Me lo hice
-... toda la vida. Más aún, funda la subjetividad en la medida en que
セ@ !"
-- yo. Con tres agujas de coser muy finas, se le pone el hilo de coser y pin-
«el sujeto se reconoce como sujeto sólo a partir de la vivencia ma- chás, juntás las tres agujas porque se reqúiere un espesor mínimo. No me
soquista» (p. 96). En esencia, aprender a soportar las tensiones dolió para nada. Bueno, como es muy finito hay que pincharlo muchas ve-
(aplazar la descarga) es básicamente un aprendizaje masoquista. ces. Eso sí dolió. Es como si alguien está preso y se lo hacen ellos mismos.
Cuando estas tensiones se tornan excesivas o desbordantes, se pro-
ducen maniobras defensivas que buscan restablecer un equilibrio -¿No es extraño tatuarse sabiendo que va a doler?
i
i masoquista necesario para la autoconservación. Uno de los tantos
1
1 ¡·;·,:! ejemplos clínicos aportados en su libro es el papel contradepresivo - Sí, a veces sí. Porque a veces duele bastante ... pero si uno está den-
de la conducta masoquista. Por lo ta.nto, el masoquismo erógeno tro es porque está decidido a aguantarse cualquier cosa. Vos entrás, ponés
1'
! primario da cuenta de los problemas de la destructividad y la au- el brazo ... Qué puedo decir, ¿me duele? No. Ya estás y te lo bancás.
¡1
todestructividad. Rosenberg postula que el sadismo debe ser con-
;: t
:! 1'
siderado como un masoquismo proyectado (p. 86), vale decir, co- -Sin embargo, se dice que no duele.
mo resultado de una identificación con el objeto sadizado que
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permite gozar de la crueldad o el sufrimiento que en realidad es - No. Yo siempre dije que doler, duele ... Los pinchazos, la rapidez con
propio. Si el masoquismo precede al sadismo, también evidencia que entra la aguja, es como una quemazón, como si uno se cortara. Pero
su carácter vincular por la misma presencia del objeto sadizado. eso es al principio, después por el dolor es como si esa parte se durmiera.
Si falla la proyección, esta carga masoquista retorna masivamente Después hay que tener mucho cuidado, tratar de no mojarlo durante 2
en forma de sadismo -autosadismo, como dice Rosenberg-, y es días para que se seque y se forme la cáscara. Esa cáscara no hay que tocar-
entonces cuando adquiere potencialidad mortífera. En suma, la, no le puede caer sol, tenés que echarte crema, vaselina ...
«... hay siempre una dimensión masoquista de la existencia huma-
na que se sigue de la dimensión masoquista de toda sexualidad» 2. Martín (21 años): Tiene cuatro tatuajes (véase el capítulo 6).
(p. 179). La realización de uno de ellos, el dibujo de un indio, demandó
Por último, la noción del yo-piel de Anzieu (1994) y las posibles unas once horas repartidas en dos sesiones de cinco y seis horas
consecuencias de un déficit en su constitución (véase el capítulo 2) de trabaio.
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t:. 110 SILVIA REISFELD EL TATUAJE Y LA EXPERIENCIA DEL DOLOR 111
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-¿Duele tatuarse? -¿Dolió?

- No. El delineamiento duele un poquito y después, cuando la piel se -No, en absoluto. Apenas una pequeña molestia. El tatuaje no duele.
te endurece, porque los músculos se cansan, pero eso te pasa después de Ahora me molesta un poco pero no es algo que no se pueda soportar.
las seis horas, como me pasó con el indio, que ya tenía el brazo cansado.
7. Nahuel (25 años): Tiene seis tatuajes.
3. Iván (24 años), quien será presentado en el capítulo 10, res-
ponde: - Duele pero es un dolor diferente. Me lo banco. Es como... si me pon-
go a pensar, es como si fuera un placer del dolor, como si pagaras por un
- Duele en el momento que te lo están haciendo, depende del lugar placer prohibido.
y del nivel de concentración que tengas. Te puedo asegurar que si estás
bien concentrado y tranquilo, podés llegar a soportarlo con tranquili- -¿Y qué es para ti un placer prohibido?
dad.
- Bueno, es como si pagaras por un servicio, como cuando vas y pa-
4. Lucas (30 años): Tiene un tatuaje. gás para estar con una prostituta. Acá sería parecido. Además, ¿qué tiene
de malo o raro tatuarse? Es una forma de ser como uno quiere. Las muje-
- No duele. La aguja entra en la primera y segunda capa de la piel, res se ponen faldas re-cortas, remeras re-apretadas o tacos altos y... ¿quién
se siente como un raspón, algo así, no un raspón doloroso. También de- les dice algo?
pende dónde, hay zonas que duele más, bajo el brazo, en el estómago,
donde hay músculos fláccidos, ahí se siente más. Yo charlaba con mi -¿Vienes siempre al mismo local?
amigo mientras me tatuaba. En general trabajan así con el cliente, un
trato familiar, para que no piense tanto que duele y se le habla para dis- - Sí. Ya les tengo confianza. Es una relación muy especial la que ha-
1 i traerlo. cés con el que te tatúa ... es como parte de tu cuerpo.
;, r
,, 1 5. Facundo (24 años): Citado en el capítulo 10. Uno de sus tatua- 8. Testimonio obtenido de Internet:
¡ jes es el nombre de su ex novia hecho en la nuca:
:1' :.
L•
-No siempre me siento aburrido y, por eso, por unos tres años no me
- Lo hice para demostrarle que la quería. Ahí me dolió, pero creo que tatué ni me hice un piercing ... Pero ahora vlaneo hacerme otro tatuaje
l. grande. Extraño el dolor y la anticipación de ser tatuado, la novedad de
porque estaba peleado con ella. Si hubiese estado bien con ella, no me hu-
biese dolido ... Cuando me lo hice estaba mal, triste y me dolió. verme diferente por un rato ... Además, me gusta coleccionar cicatrices.

-¿El ánimo influye en que se sienta dolor?


ANÁUSIS
- Para mí depende mucho y que estés decidido. Si vos estás decidido,
venís, te sentás y te lo bancás. Como se puede observar, el abanico de respuestas es variado. No
obstante, es posible rescatar algún denominador común, como lo
6. Valeria (24 años): La entrevista ocurre a poco de hacerse su es el hecho de que la experiencia de ser tatuado conlleva una sen-
octavo tatuaje, una especie de rama frondosa que desciende de la sación dolorosa que, más o menos intensa según cada caso, se in-
1.,)
mitad de la pierna derecha hasta el pie. Hace una mueca de dolor tenta «Soportar». Es decir, el acento está colocado en que, puesto
mientras me lo muestra. en la situación, finalmente uno «Se lo banca». Éste es un punto im-

l
112 SILVIA REISFELD EL TATUAJE Y LA EXPERIENCIA DEL DDLDR 113

portante porque se admite una repercusión somática objetivamen- Aquí encontramos otra línea afín a Rosenberg, para quien la sub-
te dolorosa. jetividad se funda en la vivencia masoquista. Por lo tanto, parecie-
Veamos algunos comentarios. Para Luis: «A veces duele bastan- ra que estamos en presencia de nuevas formas de subjetivación y
te pero si uno está dentro es porque está decidido a aguantarse de consolidación de la identidad, tema del cual se han ocupado
cualquier cosa»; Iván, que tiene buena parte de su cuerpo tatuado, los autores que hablan del posmodernismo (véase el capítulo 2).
afirma: «Duele en el momento que te lo están haciendo», pero «po- Ya hemos visto cómo el tatuaje cumple, entre diversas funciones,
dés llegar a soportarlo con tranquilidad>>; Nahuel dice: «Duele pe- la de procurar un sentimiento de autoafirmación. Ligado a ello,
ro es un dolor diferente. Me lo banco». este dolor compartido inaugura toda una red de vínculos por la
Aun cuando se afirme que no hubo dolor, aparecen otros indi- pertenencia al grupo de personas tatuadas. Éste es un punto im-
cadores que expresan lo contrario. Por ejemplo, Martín refiere portante durante la adolescencia por tratarse de una etapa en la
que no hay dolor pero luego detalla que «el delineamiento duele que se observan crisis de desorganización y de reorganización y
un poquito» y que importa la cantidad de horas destinadas al ta- se recurre a modelos identificatorios y a conductas imitativas que
tuaje porque los músculos se entumecen. Valeria responde: «no, contrarresten la vivencia de «difusión de la identidad» (Erickson,
en absoluto», o que se trata de «apenas una pequeña molestia». 1974). Asimismo, vemos cómo el dolor cumple un papel iniciático
Sin embargo, mientras enseña su reciente tatuaje, lo hace con una al momento de tatuarse, dado que el poder «soportarlo» adquiere
mueca ostensible de dolor. Lucas sostiene algo similar, pero en el la significación de una prueba de virilidad o, en líneas generales,
último tramo menciona que la charla distractiva o el «trato fami- la de una apropiación del cuerpo, que, en el caso de las mujeres,
1 apunta a una fantasía de liberación (como el despertar de un ero-
liar» dispensado al cliente posibilitan que «no piense tanto que
;!¡ duele». Además, aporta otro dato, el lugar elegido para tatuarse,
porque hay zonas del cuerpo que al ser fláccidas resultan más do-
tismo que no necesita ocultarse). Por tanto, cabe pensar la expe-
riencia como un rito de castración simbólica -similar al de la cir-
lorosas. cuncisión-, pero sin un sentido mutilatorio (como lo sería en el
Asimismo, diversos factores inciden en el aumento de dolor: de- caso de una fantasía de castración fálica). También hay que consi-
penderá de la convicción para hacerlo (Luis), del grado de concen- derar que el tatuaje comporta un componente transgresor (a veces
tración (Iván) o del estado de ánimo (Facundo). Incluso de la signi- expresado explícitamente) y que el precio a pagar sea precisamen-
ficación que se atribuya a la sesión de tatuaje en sí (Nahuel). te una cuota de dolor.
Otra cuestión a tratar concierne al testimonio tomado de Inter- Por otra parte, esta cualidad masoquista que participa del ta-
net, porque plantea una conexión entre la vivencia de aburrimien- tuaje se constituye en un medio de procesar un amplio espectro
to, el dolor y la necesidad de introducir alguna modificación en la de conflictos, así como de ligar estados de tensión o angustia que,
apariencia exterior. al no encontrar expresión verbal, se canalizan a través del cuerpo.
Desde esta primera aproximación, veamos algunas hipótesis Aquí conviene subrayar dos cuestiones: 1) El dolor psíquico es
explicativas. La primera retoma la concepción de Rosenberg, transferido a un dolor somático, lo cual nos habla de un proceso
quien postula una dimensión masoquista inherente al funciona- de drenaje de la tensión. 2) Se posibilita una descarga dosificada y
miento mental que puede revestir distintas modalidades en el cur- limitada al tatuaje, lo cual sirve al propósito de un objetivo estéti-
so de la vida. Esta idea permite comprender por qué una práctica camente valorado. Por tanto, el dolor cumple funciones específi-
alcanza tanta relevancia aun cuando conlleve cierta experimenta- cas para el equilibrio de una economía libidinal y psíquica en ge-
ción de dolor. El tatuaje, hoy en día mayormente aceptado, posibi- neral.
lita, a mi entender, la expresión de un masoquismo grupalmente Desde esta perspectiva, operan distintas fantasías. El procurar-
compartido. El ejemplo más ilustrativo es la propuesta de «ponele se activamente una experienéia de dolor puede representar una
color y dolor a tu piel», que sugiere que la inscripción de dolor en forma de obtener dominio sobre el dolor ·mismo (una reacción
la piel resulta de por sí una experiencia que vale la pena transitar. contrafóbica). Ast frente a lo imprevisiblemente doloroso, sea de
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SILVIA REISFELD EL TATUAJE Y LA EXPERIENCIA DEL DOLOR


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114 115


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1
. origen interno o externo, la fantasía es la de controlar el sufrimien- cumplir una finalidad de ligadura. 2 Corno correlato externo de es-
¡: to porque uno mismo se lo administra. Me refiero a una forma de ta dinámica interna, consideremos el cuidado que requirieron ini-
ejercitar cierto control sobre posibles desorganizaciones de orden cialmente sus tatuajes, es decir, el proceso de «curarlos». Por otra
psíquico, algo relevante si consideramos que el tatuaje ocurre pre-, parte, el uso habitual del término «curar» parece implicar una
ferentemente en una población adolescente. Aquí parecen ayudar creencia (inconsciente) de que algo con relación al acto de tatuarse
varios factores. En primer lugar, el dolor que ocasiona un tatuaje -en este caso, el dolor- comporta algún efecto curativo. También
es transitorio, tiene un inicio y un final; luego, es esencialmente hemos visto cómo el mostrarse capaz de tolerar el dolor -y Luis
manejable e incluso permite una anticipación (el poder hablar del nos habla de ello- contribuye a una vivencia de fortalecimiento del
tema con quienes ya se tatuaron). Por último, durante los prime- self.
ros días, el sujeto se ocupa de «curar» su tatuaje (se denomina así El dolor que acompaña un tatuaje puede devenir en una situa-
al cuidado de una correcta cicatrización). En suma, se trata de un ción placentera en sí, es decir, como expresión de un masoquismo
dolor que culmina en una realización concreta y visible, en tanto erógeno. La respuesta de Nahuel ilustra al respecto: «Es como si
que imprime en la piel determinados contenidos que se viven au- fuera un placer del dolor, corno si pagaras por un placer prohibi-
ténticamente como propios (vale decir, hay un diseño sentido co- do». Este pagar se vincularía a la consecución de un acto vivido
mo realidad elegida y no impuesta). En todas estas fantasías cabe con culpa y la correspondiente necesidad inconsciente de castigo.
destacar un aspecto regularmente observable en la clínica, a saber, En particular, por la activación de una fantasía sexual en la que la
el papel contradepresivo del dolor. figura del tatuador es asociada al servicio ofrecido por una prosti-
Veamos estas ideas en conexión con el material de Luís. Su pri- tuta. No me detendré en otros posibles aspectos, salvo en un pun-
mer tatuaje, hecho por él mismo a los 16 años, es entendido en tér- to. Si en general se suele decir que un tatuaje pasa a formar parte
minos de una vivencia nueva y diferente («Quería saber qué se del cuerpo, aquí lo incorporado a nivel de piel es su manera de vi-
sentía»). Los sucesivos pinchazos comportan un dolor que, frag- vir toda la experiencia con el tatuador («Es una relación muy espe-
i mentado en pequeñísimas heridas, deviene soportable. La clave es- cial la que hacés con el que te tatúa ... es como parte de tu cuerpo»).
•'
tá en su comentario: «Es como si alguien está preso y se lo hacen El comentario de Facundo aporta otra perspectiva. Me refiero a
¡' '1.'' .. ellos mismos»: el propio self es representado como una cárcel, im- la inclusión del dolor físico como un medio para expresar senti-
'
plicando con ello sentimientos de soledad y aislamiento. A la ma- mientos de amor. Así, el acto de tatuarse el nombre de la novia en
i
tセ@ nera de un preso, Luis se siente condenado a permanecer dentro un lugar particularmente sensible al dolor, como lo es la nuca, ad-
1
'
i!
: de los estrechos muros de su interioridad (la «L» del diseño). Aca- quiere el significado de una ofrenda; el sentido sería una suerte de
so esté aludiendo a un mundo interno falto de contenidos signifi- «más me duele, más te quiero», prevaleciendo una ideal::zación del
cativos (esa «L» no lo singulariza, puesto que se trata de una ini- sufrimiento. Otra posible lectura es la fantasía de pagar con dolor
cial), razón por la cual atraviesa por estados de ansiedad que no el hecho de sentirse amado sin ser merecedor de ello.
adquieren cabal representación. ¿Cuál es la función del dolor en Por último, el testimonio de Internet introduce un aspecto signi-
dicho tatuaje? En primer lugar, hay un sufrimiento psíquico que ficativo, esto es, la mención del aburrimiento como un factor que
¡'1'1
1
deriva en un dolor corporal concreto y asible. Luego, la experiencia incide en la realización de un nuevo tatuaje o piercing. La experien-
es buscada como un modo de capturar una dimensión subjetiva,
esto es, la. posibilidad de sentir a través del dolor. Tomando en
cuenta que ya tiene nueve tatuajes y que como él mismo lo expresa
2. Término que Freud utiliza para referir a una operación del aparato psíqui-
«a veces duele bastante», cabe pensar en una tendencia masoquis-
co que limita la libre circulación de energía (monto de excitación) al unirla a una
ta que opera como un regulador psíquico. Si, de acuerdo con o varias representaciones. Acerca de los distintos usos a lo largo de su obra, véa-
Freud, no existe lesión corporal sin que el yo se forme una repre- se Diccionario de Psicoanálisis, J. Laplanche, y J.-B.Pontalis, Buenos Aires, Labor,
sentación mental de ella, estas nuevas representaciones parecen 1974.
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116 SILVIA REISFELD

cia clínica indica que este tipo de aburrimiento remite a vivencias 10


depresivas y, correlativamente, a un sentimiento de empobreci- 1
\ Tatuajes múltiples*
miento del mundo interno. Lo impactante es que esta persona ma-
nifieste extrañar «el dolor y la anticipación de ser tatuado». Esta
l
expectativa masoquista reorganiza al self, a la vez que le otorga un 1
objetivo al cual abocarse, como es el proyecto de un «tatuaje gran- 1
1

de». Aquí entra a tallar otro aspecto. Un tatuaje de ese tipo implica
un tiempo considerable y muchas sesiones de trabajo. Por tanto, el
dolor de cada sesión de tatuaje le posibilitaría una forma de cone-
xión con la realidad por la intervención misma del cuerpo. Otro as-
pecto singular es su afirmación de «coleccionar cicatrices». Es posi-
ble que con ello esté aludiendo a marcaciones que incluyan otras
prácticas además del tatuaje. Sin embargo, vale la pena retomar la
observación porque estas cicatrices corporales -que nacen del do-
lor- otorgarían al self un sentimiento de continuidad histórica (véa-
se el capítulo 10). En este sentido, resulta sugestiva la idea de Na-
j sio (1999) acerca de «un cuerpo dotado de memoria», como

セQ@
soporte de la reactivación de primerísimas experiencias dolorosas
que permanecen en el inconsciente.
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¡
Mi interés en este capítulo es ocuparme de una franja de adoles-
centes para quienes el acto de tatuarse, lejos de ser respuesta a una
moda imperante o deberse a conductas imitativas de grupo, se ha
¡,¡,
セ@ i convertido en el medio privilegiado para construir una identidad
diferenciada. Mi intención es dar cuenta de ello esbozando algunas
hipótesis sustentadas en el desarrollo temprano y el papel que
cumple la piel en la primigenia relación del bebé con la madre.
Se trata de jóvenes que tienen o aspiran a cubrirse casi todo el
cuerpo con tatuajes, siendo notable cómo algunos manifiestan ha-
ber perdido la cuenta de cuántos tatuajes llevan hechos. Por lo co-
mún, empiezan a tatuarse alrededor de los 18 años y este primer
tatuaje parece convertirse en el disparador de conflictos psíquicos
más severos, toda vez que el acto de tatuarse se transforma en una
compulsión. Esta actitud suele ser asociada a un «Vicio» compara-
ble al consumo de drogas, predominando en muchos casos la nece-
I' sidad de tatuarse más que la motivación por un diseño elegido y
¡
1
11
*Una primera versión de este capítulo se publicó en la Revista de Psicoanálisis,
: セ@ 'l
t. LVI, 11° 2, 1999.
11 1

118 SILVIA REISFELD


TATUAJES MÚLTIPLES 119

su significado simbólico. Tampoco es infrecuente la colocación de un acuerdo entre mociones inconscientes y ciertas fuerzas que se
1 aritos en la nariz, cejas, ombligo o tetillas. oponen a su libre expresión (la represión). Así, el sujeto que em-
Una nueva identidad los lleva a nuclearse en grupos, formándo- plea un símbolo no es consciente de su significación oculta.
se una especie de subcultura alrededor del tatuaje: frecuentan so- En su clásico trabajo, «La teoría del simbolismo» (1918), Ernest
cialmente locales donde se tatúa, recurren a amigos tatuadores que Jones amplía este enfoque y refiere el origen de los símbolos a par-
ya no les cobran por seguir tatuándolos, proyectan futuros diseños tir de un proceso de desplazamiento o extensión del interés y del
a tatuarse y, por último, encuentran una importante limitación en conocimiento humano, que va desde la idea más simple y concreta
su despliegue laboral. del hombre primitivo, hasta la aparición en el tiempo de ideas más
El ser portador de un cuerpo cubierto de tatuajes puede, en complejas y abstractas que conservan alguna relación asociativa
ciertos casos, devenir en un medio de sustento. Son sujetos que se con aquélla y la representan. Según Jones: «La característica básica
exhiben como «muestras raras de exposición» y, como tales, apare- de todas las formas del simbolismo es la identificación» (p. 64). La
cen en revistas, programas de televisión, promocionan locales o tendencia a identificar -una de las más tempranas de la mente hu-
son convocados como parte de eventos referidos al tatuaje (véase mana- respondería a dos factores interrelacionados: en primer lu-
la entrevista del anexo). gar, cuando se hace concordar lo nuevo con experiencias previas
placenteras (lo que activa el interés) y, luego, por atribución de se-
mejanzas. Hasta aquí hablaríamos de equivalentes simbólicos. El
VERTIENTES TEÓRICAS verdadero símbolo adviene cuando la nueva idea sustituye a la ori-
ginaria (recibe parte de su significación) y la representa; esto es, si
Hemos visto que en tanto marca o inscripción de carácter irreversi- ha mediado «una inhibición afectiva» vinculada a la idea origina-
ble, el tatuaje implica una alteración en la piel y un cambio en la ria. Así, más allá de las diferencias culturales, históricas o étnicas,
exterioridad del sujeto, aspectos que inciden no sólo en una modi- las ideas comúnmente representadas están referidas al propio
ficación de la vivencia subjetiva de la imagen corporal, sino tam- cuerpo, los padres y los fenómenos del nacimiento, el amor, la se-
bién en efectos que repercuten en la propia identidad. La profusión xualidad y la muerte (p. 66).
de tatuajes adquiere la equivalencia de un cambio de piel, es decir, A partir de Melanie Klein (1983), se subraya la importancia de
un profundo cambio en la figuración del propio self tolerar la ausencia del objeto (la madre) y de recrearlo en el mundo
Me referiré a algunos autores cuyos aportes sirven de soporte al interior. El uso de símbolos implica una adecuada elaboración de
desarrollo de este capítulo. Como parte de ellos fueron citados ex- la posición depresiva. En el marco de esta escuela, Bion (1996)
!1: 1 tensamente al abordarse la temática del cuerpo y de la piel (véanse
1 plantea su teoría del origen del pensar al postular la idea de un
los capítulos 2 y 3), presentaré otras contribuciones que permiten psiquismo que desarrolla la aptitud de contener y transformar sus
ampliar la discusión. sensaciones más inmediatas en rudimentos de pensamientos. Esto,
Jack Doran (1990), siguiendo a Anzieu, sostiene que se puede como se dijo, depende en sus inicios de la capacidad materna de
«pensar el hecho psíquico con palabras, habladas o escritas pero réveríe (véase el capítulo 3). El fracaso de esta adquisición da lugar
también con formas». Introduce la noción de «operador psíquico», a un funcionamiento mental evacuat!-vo que apunta a desentender-
como un objeto creado por el sujeto u otros, soporte de proyeccio- se de todo tipo de tensiones o sentimientos desagradables. Por tan-
nes que relaciona el adentro y el afuera y cuyo empleo permite la to, la simbolización también presupone un proceso de metaboliza-
simbolización. ción de la experiencia (es decir, el pensar).
A propósito del concepto de simbolización, cabe hacer algunas
precisiones en cuanto a su uso. Desde el psicoanálisis -me remito a
Freud-, el símbolo surge como derivado sustitutivo (y deformado)
de un complejo de ideas y sus afectos reprimidos. Es decir, como
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r• 120 SILVIA REISFELD TATUAJES MÚLTIPLES


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PIEL E IDENTIDAD habla» (véase el capítulo 2). Diría, entonces, que se trata deperso-.
ñas p-ara quienes toda la experiencia de tatuarse ha adquirido la
En términos generales, la piel es tratada en el tatuaje como una significación de procurar llenar carencias muy primarias, donde
superficie o pantalla donde proyectar una amplia gama de fanta- el componente vivencia! de la piel junto con la mirada, la voz, las
sías, afectos o situaciones conflictivas fundamentalmente incons- palabras y los cuidados del tatuador -su presencia y la privacidad
cientes. Lo que quiero destacar es que en los adolescentes sobreta- de la sesión de tatuaje- configuran una situación de característi-
tuados estas vivencias no alcanzan a ser procesadas mentalmente, cas tempranas.
requiriéndose el elemento visual -representación concretizada en A partir del primer dibujo tatuado y de la secuencia de los si-
la piel- para un intento más logrado de ligadura representacional. guientes, algunos sujetos llegan a historizar su vida y las épocas en
De esta forma, el tatuaje resulta el medio más efectivo para recor- que los llevaron a cabo. Cualquier experiencia emocionalmente
dar y 1o elaborar lo que se ha vivido en un momento particular- significativa tiende a ser fijada y perpetuada a través del tatuaje,
mente significativo. Sugiero la hipótesis de que en estos jóvenes que opera a la manera de un banco de memoria; es decir, impide el
existiría un déficit en su capacidad de lograr una representación olvido de experiencias y de aspectos del self y de los objetos vincu-
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psíquica, por cuya razón el cuerpo pasa a elaborar conflictos o tra- lados a ellas. La necesidad permanente de llevar consigo estas vi- ' セ@
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mitar afectos, sin que ello excluya un eventual trabajo psíquico me- vencias en lugar de evocarlas nos remite a la idea del yo-piel cola-
diante la percepción del dibujo tatuado. En este caso, el tatuaje ad- dor de Anzieu y a la necesidad de crear una nueva envoltura -el
quiere la connotación de un necesario «operador psíquico» que tatuaje- siempre presente, que suple una envoltura psíquica no
posibilita un tramo a la simbolización. consistente y que permite fijar recuerdos y afectos, que de otro mo-
La piel llena de tatuajes deviene, siguiendo a Bick (1970), en una do se siente no poder retener.
«segunda piel» que sustituye una función primariamente no ad- Por· otra parte y tal como vimos, la experiencia del dolor físico
quirida y que asume un rol de sostén y contención de las proyec- puede en sí misma resultar importante: por un lado, porque los
ciones, organizándolas en alguna forma coherente a través de los «estados de excitación pulsional» (Anzieu, 1994) vividos de mane-
distintos dibujos. La percepción de cada tatuaje y la vivencia de ra intensa y difusa pueden focalizarse a través de una acción pro-
consustancialidad con éste devolverían al sujeto una versión me- vocada y, por otro, porque el dolor en el cuerpo es un indicador de
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nos aterradora, quizás más atenuada y controlada, de sus angus- existencia real.
tias más tempranas. Así, en vez de un espacio psíquico capaz de La piel, en su dimensión concreta a la vez que subjetivante, y el
il .; contener, nos hallamos frente a un espacio delimitado en la piel, sentimiento de identidad resultante se encuentran estrechamente
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depositario de afectos y pensamientos. Es posible que todo esto ligados. En efecto, es la piel en el cuerpo la que pasa a contener los
1' "
1· 1 constituya una poderosa defensa contra vivencias muy tempranas momentos plasmadores de una nueva identidad, al punto quepo-
!
de fragmentación, _ dría decirse que es precisamente aquélla quien asume la identidad
El acto continuo de tatuarse y la relación tan estrecha que se es- del sujeto: yo soy mis tatuajes. Mirar otros tatuajes y ser mirado
tablece con el tatuador parecen expresar un intento de recrear un por los propios remite no sólo al placer de ver y exhibirse, sino
1'· i vínculo dual donde se espera ser mirado, tocado, atendido y reci-
! también, y fundamentalmente, a la búsqueda de aquello que per-
bir una marca, esta vez nombrada y concreta. El cuerpo en su to- mita constituir una identidad.
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talidad se constituye en fuente de erogeneidad, pero como expre- Así, en pos de futuros tatuajes, emerge un cuerpo «decorado»,
sión de tempranos esbozos que se apoyan en una primigenia gradual anulación del ser anterior y asunción de una identidad ori-
- erotización de la piel y que requieren el marco de una relación de ginal en cuyo trasfondo subyacen fantasías de resurrección o au-
objeto que canalice y otorgue una dimensión afectiva dotada de toengendramiento. , ,
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sigrüficación para el sujeto. Estos aspectos evocan la idea de Piera
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Aulagnier acerca de «el cuerpo hablado y el placer por quien lo
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1:1' 122 SILVIA REISFELD TATUAJES MÚLTIPLES 123
1
. i: MATERIAL DE ILUSTRACIÓN En vez de contar con un espacio psíquico donde ubicar y conte-
.[i ner sus afectos, Pedro utiliza el tatuaje como un medio necesario
l. Pedro, de 26 años, tiene tatuajes en las manos, los brazos, el para la expresión de todo tipo de sentimientos y pensamientos que
cuello, la cara, la espalda, el pecho y las piernas. Lleva un arito en le resultan emocionalmente significativos. La dificultad para pro-
la ceja y otro en la nariz. Es afable y muy cálido en su forma de ha- cesar mentalmente sus experiencias, ligarlas y mantenerlas en un
blar. En el cuello, entre otros tatuajes, hay un signo de interroga- mundo representacional psíquico, es dramáticamente ilustrada en
ción. Se tatuó por primera vez a los 18 años. Él dice: el duelo por la muerte de su padre, en el que se ve claramente có-
f,, ' (
1 mo recurre a representaciones concretizadas en la piel a fin de con-
¡ «Me gustan los tatuajes y bueno, te querés hacer... empezás con un di- tener, delimitar y tramitar el impacto emocional de la pérdida.
11: bujito y después la seguís. Mi primer tatuaje fue de "Helio Kitty", un ga- El hecho de que «lleve» a su padre bajo esta modalidad revela el
1 tito. Me gustaba, diez años atrás todo era mucho más inocente. Yo entré déficit de un espacio interno continente. Estos tatuajes parecen
en mi primer tatuaje sin ser, me lo quise hacer porque sí, una calentura. funcionar a la manera del «operador psíquico» descrito por Doron,
Después me tatué una rosa, una pantera ... Te digo la verdad, no sé cuán- en la medida que comportan una intencionalidad elaborativa. El
1
1,,
tos tatuajes me he hecho. Tenía un amigo que me decía: "mañana nos ha- proceso de duelo es graficado tanto en su significado de acto de re-
cemos un tatuaje", y a mí me agarraba un nervio, era como medio, no en- paración, cuanto en su aspecto de compleja elaboración. Así, el he-
fermizo, pero yo sentía que me gustaba y me hacía bien. Cuando murió mi cho de tatuarse el retrato del padre en el muslo tendría como signi-
padre me hice su retrato en el muslo y puse la fecha de su muerte. Es para ficado el deseo de hacerlo resucitar o renacer, pues nos evoca el
dejar algo marcado. Tengo una pequeña lágrima tatuada en la cara y la mito del nacimiento de Dioniso (quien terminó su gestación al ser
palabra "padre" en la parte interna del labio. Eso lo voy a llevar toda la cosido al muslo de su padre Zeus, que reemplazó al útero de la fa-
vida y con tatuarlo es como si en cierta parte yo dijera "lo hice carne de llecida Séleme). Por esta razón, a Dioniso se lo llama el «nacido dos
nuevo". Cualquier persona diría "no necesitás tatuarte el labio para llevar veces» (Graves, 1985). La lágrima tatuada en su cara sería indica-
., : L a tu padre", pero es una sensación muy fuerte». dora del duelo normal. Pero lo más llamativo es el tatuaje de lapa-
! labra «padre» en el interior del labio. Esto nos permitiría pensar
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Pedro ingresa al mundo del tatuaje «sin ser» o queriendo hacer- que el padre retratado va ascendiendo desde el muslo hasta dentro
se a sí mismo, vale decir, sin contar con un self capaz de proveerle de su boca, lo cual significaría que, por un lado, está en situación
1
una vivencia de identidad. La «calentura» por tatuarse aparece co- de ser ingerido-introyectado como un modo de consustanciación
mo un intento de canalizar, de dar forma a un estado interno de para hacerlo revivir; pero por otro, la palabra «padre» implicaría
1
sensaciones imperiosas y difusas que incluyen un fuerte tinte au- que de él ya sólo queda su símbolo, es decir, que habría procesado
toerótico, y también erótico pasivo, que no ha podido significarse a el duelo.

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1 nivel representacional. Su primer tatuaje -el gatito de «Hello
Kitty»- y los dos siguientes -la rosa y la pantera- parecen イ・ヲャェセ@ 2. Iván, de 24 años; tiene los brazos, las piernas, el pecho y la es-
1 una transición de tendencias pasivo femeninas a la búsqueda de palda tatuados casi por completo. Al hablar, se muestra desafecti-
セ@
11
identificación con una figura más aguerrida y agresiva, representa- vo y distante:
da por la pantera, aun cuando estos distintos aspectos sugieran
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provenir de una imago materna. «Yo empecé a los 21 para no tener problemas con mi familia y voy a se-
Pero no se detiene ahí. Estos primeros tatuajes activan en él una guir hasta cubrirme todo el cuerpo, hasta que no se me vea la piel. Me pa-
compulsión a tatuarse, perdiendo incluso noción de cuántos tatua- rece muy monótono tener el mismo color de piel como todos los demás. Te-
jes lleva hechos, lo cual indica que toda la situación del tatuaje ha niendo la posibilidad de tener la piel decorada, no veo por qué la tenga que

,¡ adquirido una significación más profunda y en torno a carencias tener de un solo color... Mis primeros tatuajes fueron duendes que me los
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mucho más tempranas. hice uno tras otro. Sé que no existen, pero para mí representan mucho. Vi-
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124 SILVIA REISFELD ...... ,: TATUAJES MÚLTIPLES 125
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ven en una completa armonía, sólo se molestan con los que vienen amo- do. Como él mismo expresa: «Mis tatuajes son lo que yo sentía en el
i lestarlos, nadie le dice al otro lo que tiene que hacer... Luego pasé a los momento del tatuaje». Así, el feto resulta el ejemplo más ilustrativo
Alíen. Me gusta del Alíen cómo fue creado, la originalidad de Hears, el di- de la concretización de «una ilusión que no se dio», un contenido
1
¡.:· bujante, para inventar un ser superior al humano prácticamente perfecto mental-algo ideal- que en él no se cumplió y que fue abortado.
tr
e indestructible. También tengo tatuado un jeto, de un momento bastante Otro punto a destacar es la idea de seguir tatuándose como si se
i', significativo para mí, una ilusión que no se dio. Esta hada representa un tratara de un proyecto de vida. La aspiración de crecimiento psí-
1' 1

fin de semana que marcó una trayectoria en mi vida. Mis tatuajes son lo quico y de ser capaz de producir cambios en la personalidad, as-
ti¡ que yo sentía en el momento del tatuaje. Tengo proyectado prácticamente pectos que apuntan a consolidar la identidad, se convierte en un
1 (:
casi todo mi cuerpo, sé qué dibujos me voy a hacer, después los iré varian- proyecto de futuros tatuajes o de mejorar y variar los ya hechos. Es
セG@
1;
1
do, los retoco ... tengo para rato». decir, no se trata de una interioridad a enriquecer, sino de un ideal
que se vuelca en la exterioridad, en tanto sujeto que es y se recono-
Iván explicita abiertamente el deseo de erradicar su piel, igual a ce a sí mismo a partir de sus tatuajes.
la de los otros, para tornarla en una piel decorada y «Creada por
él». Desde esta perspectiva, pone en acto la fantasía de anular su 3. Gerardo, de 23 años, es simpático, alegre y trabaja «en lo que
ser anterior y dar origen a una nueva identidad que, a partir de pueda». Tiene los brazos, las piernas, el pecho y la espalda tatua-
sus tatuajes, lo distinga visiblemente de los demás y le otorgue el dos. Lleva aros en la ceja, las tetillas y el ombligo. Él dice:
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,l, .,
¡¡ sentimiento de tener una identidad diferenciada. La idea de no te-
ner «un solo color de piel», representativa de un estado de integra- «A los 18 ar1os ten(a la idea de hacerme un solo tatuaje pero después,
ción del self, es sustituida por la posibilidad de tener la piel deco- no sé, es como que te agarra un vicio. El dibujo te hace recordar ese mo-
rada, lo cual nos remite a un mundo subjetivo fragmentado que se mento, pasa el tiempo, mirás el tatuaje y decís: "¿te acordás de esa épo-
concretiza en una piel de varios colores. El cuerpo cubierto de ta- ca?". Yo supongo que con el tiempo iré encontrando la respuesta a por qué
'
l,·,i¡ t tuajes se constituye en una nueva envoltura o una «segunda piel» me tatúo».
セA@ 1¡
que asume el rol de contener así como de iier soporte de sus pro-
l,J ¡; ! yecciones. Lo que quiero resaltar es cómo la percepción del tatuaje posibi-
De esta manera, Iván nos muestra un mundo poblado de duen- lita que Gerardo adquiera un sentido de historicidad de las expe-
1 11

.J 1
des que personifican sentimientos y pensamientos que idealmente riencias vivídas y de su self vinculado a ellas. En este sentido, la vi-
ᄋセゥャ@ .·., t1 armonizan entre sí («no se molestan unos a otros»), en tanto per- vencia de un yo-piel colador determina la conformación de una
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'
manecen como aspectos disociados, y la mágica conciliación a tra- nueva envoltura, en la que los sucesivos tatuajes operan a la mane-
•,1
vés de estos duendes. Asimismo, lo vemos identificándose simul- ra de un «banco de memoria» que permite retener los recuerdos y
táneamente con el creador Hears (representación de un Dios mantenerlos «vivos» en el espacio delimitado de la piel.
padre) y con el Alíen (el hijo), que es parido bajo el imperio de la
omnipotencia como un ser «prácticamente perfectÓ, indestructible 4. Facundo, de 25 años, tiene los brazos, las piernas y la espalda
y superior al ser humano», es decir, como una divinidad. Lo nota- tatuados y en la nuca lleva el nombre de su ex novia:
i
' ble es que el Alien de la versión cinematográfica es básicamente un
ser violento y asesino. La utilización del nombre Alíen también nos «Cuando me hice ese tatuaje estaoamos peleados y fue para demostrar-
sugiere un estado de alienación o enajenación. le que la quería. Hace dos años tuve problemas, me quería matar y en vez
¡¡
Aquí, como en el caso anterior, las vivencias emocionalmente de pegarme un tiro preferí hacerme un agujero en el estómago. O sea, lle-
¡j significativas son concretizadas de inmediato en la superficie de la vo un arito en el ombligo. Me pareció más sano. No sé si me ayudó pero
セ@
1
piel, lo que nos sugiere una dificultad para simbolizar y acceder a la fue como un cable a tierra, sirvió para salir del momento».
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representación mental sin que medie la .percepción del dibujo tatua-
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T·. セLZ@ «El cable a tierra», al decir de Facundo, muestra. de un modo 11
l. .
' ¡: impactante la importancia de la experiencia puntual de provocarse
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un dolor físico. Por un lado, la vivencia a través del cuerpo es en sí Tatuaje y adicciones
misma indicio de existencia real y, por otro, resulta un intento de
.•¡ dominar el intenso sufrimiento psíquico al ser focalizado (y contro-
lado) en una parte del cuerpo. Esta tentativa de autocuración tiene
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un efecto eficaz en su momento, en la medida en que la idea de pe-
garse un tiro alcanza un nivel de representación y ligadura por la
H:
acción concreta de «hacerse un agujero en el estómago», o sea, co-
lo'carse un aiito.
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'• 1:
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En este capítulo enfocaré el tatuaje como parte de una problemáti-


ca más abarcativa y compleja como lo son las adicciones. A los fi-
li
nes de cierta delimitación, me remito al DSM IV, que, bajo la nomi-
11: jil nación de «trastornos relacionados a sustancias», describe aquellos
¡:¡セ@:: 1.,::.
:' ' ' ' derivados del consumo reiterado de droga, los efectos secundarios
!,, de un medicamento y la exposición a tóxicos. La dependencia y la
¡' «necesidad irresistible de consumo» dan lugar a un conjunto de
i síntomas conductuales, cognoscitivos y fisiológicos: el sujeto va
1•
1

';, ¡i circunscribiendo sus intereses en detrimento de otras áreas de su


personalidad, se producen un aumento de su umbral de tolerancia
1
1
¡'' y efectos de abstinencia (irritación, ansiedad, pérdida de memoria,
! ' etcétera) y, por último, el individuo no puede abandonar la pauta
11 ' \ セ@ adictiva pese a reconocer las dificultades que le acarrea.
El material que presento corresponde a una muestra extraída de
1: mis visitas a una comunidad terapéutica, 1 cuya población -unos
veinte pacientes internados de sexo masculino- comprende jóve-
r, .•
1.
1 ,¡
•·1 l. Agradezco a la Fundación Plural el haberme facilitado la consecución de
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las entrevistas; en particular, a las personas que generosamente se brindaron a
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n· !\1w BZGヲエ{セᄋ@
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128 SILVIA REISFELD ;:7::
TATUAJE Y ADICCIONES 129
¡- ·i
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t
nes y adultos entre los 16 y 35 años, que provienen principalmente del tratamiento, se contempla la posibilidad de que eventualmen-
·:,. de un contexto socioeconómico bajo. Algunos son enviados por el te un médico los «borre». Aun cuando no tuve ocasión de corro-
¡:, juzgado (por robo, portación de armas, actos de violencia) para borar este procedimiento -es comúnmente conocido que un tatua-
evitar una condena penal y la mayoría pasó por tratamientos falli- je no llega a removerse del todo y que la piel queda afectada-, se
dos en otros centros. La institución también funciona como una clí- trata de una cuestión mucho más compleja. Tal como veremos, di-
nica de día y realiza tratamientos ambulatorios de seguimiento y chos tatuajes en su momento cumplieron funciones muy impor-
tareas de prevención. tantes para la economía psíquica de estas personas y por tanto su
Por lo general, la adicción se desencadena tempranamente a abordaje amerita distintos niveles de conceptualización.
través del alcohol, muy facilitado por un entorno acostumbrado a Algunas precisiones antes de entrar en el material. Sobre un to-
su ingesta, y se extiende luego al consumo de marihuana, cocaína, tal de ocho entrevistas, he seleccionado tres. Se trató de entrevistas
inhalantes y medicamentos (sedantes, hipnóticos, ansiolíticos). Un abiertas en las que, si bien no hubo un orden preestablecido, el te-
rasgo común de estos sujetos es el haber crecido en un clima en el l.
ma del tatuaje ocupó un lugar central. No voy a hacer un diagnós-
que prevaleció una relación parental conflictiva (abandono de la tico psicopatológico, puesto que la indagación no estuvo dirigida a
figura paterna, infidelidad conyugal o separación y conformación factores psicológicos sino a la asociación entre adicciones y tatuaje.
de nuevas parejas e hijos por parte de ambos), el déficit de roles Por tanto, la transcripción del material ha sido condensada y se
parentales o una comunicación escasa, todos factores que incidie- omiten datos que atañen más a un historial clínico. En cambio, a
i ron en una dificultosa integración escolar que culminó en deser-
ción.
los fines de un análisis posterior, sí tomaré en cuenta aspectos psi-
copatológicos que hayan resultado muy ostensibles durante la en-
1
セ@ Aquí la motivación a tatuarse es una vicisitud más que surge trevista. La descripción de los tatuajes siguió, en lo posible, un cri-
l
>.
de una adolescencia que se va forjando en la calle y adquiere ca- terio secuencial a partir del primer tatuaje.
¡ racterísticas marginales. El núcleo familiar es reemplazado por la
inclusión en pandillas o la dependencia de nuevas figuras mayo- • Raúl (36 años): Tiene seis tatuajes caseros. Fue dado de alta
res que consumen drogas y se las facilitan. La práctica del tatuaje, hace tres años. Trabaja en una agencia de remises y posee estudios
en este contexto, dista mucho de ser la que realizan los jóvenes primarios. Consumió psicofármacos y alcohol desde los 15 años,
que concurren a un moderno local de tatuajes. Suele ser «casera», marihuana y cocaína. En cierta época, también se inyectaba un
la mayoría de las veces realizada en precarias condiciones de hi- anestésico usado en veterinarias.
giene, pudiendo estar el sujeto o el tatuador, o ambos, drogados o
consumiendo drogas. Tampoco es infrecuente el hecho de tatuarse 1) Lleva tatuada la palabra MADRE: En el brazo, con letra de im-
en grupo. Se utilizan agujas de coser y tinta china, los diseños son prenta, baja verticalmente. Es un diseño rústico.
simples y en color negro, los trazos son gruesos. En rigor, estos ta-
tuajes no pueden ser considerados desde una perspectiva estética - Fue antes de hacer la calimba, a los 16 o 17, no soy bueno para re-
o como fruto de un trabajo artístico. Más aún, a menudo se refie- cordar, no tengo buena memoria. Sé que todo el mundo se tatuaba. Yo lo
1¡·
1'
ren a ellos con el término «escrache». comparo con lo de ahora pero los tatuajes son mucho mejor armados. Ta-
Cabe mencionar la posición que asume la institución respecto tuarse se usaba mucho en el ambiente que me movía, era una moda. Era
¡, al エ。オェ・セ@ lo desaprueba y considera como un síntoma derivado un ambiente de consumo, había mucho alcohol. Me salió lo de «madre»
¡· del cuadro adictivo, una forma de maltrato corporal. Así, dentro porque era lo que más sentía en ese momento. Yo me fijaba mucho en los
tatuajes ...
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ellas. Pese a contar con su consentimiento, he optado por cambiar los nombres y -¿Quién hizo el tatuaje?
,,
1 algunos datos a fin de preservar su anonimato.
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¡
130 SILVIA REJSFELD TATUAJE Y ADICCIONES 131

- Me lo hicieron. Me acuerdo que me dolió y me sangraba mucho, pe- 6) Tiene tatuadas las letras R y A (en los dedos):
ro era como que estaba todo bien, no importaba. En realidad, todos mis ta-
tuajes me dolieron. Yo lo quería mostrar pero no tengo idea de por qué me -Me iba a poner Raúl. Fue durante la calimba, una noche estábamos
pasaba eso. jugando a las cartas y por ahí tomando alcohol. Habíamos conseguido pa-
ra tatuarnos y lo empecé a hacer y justo apareció un suboficiat nos vio y
-¿Cómo era la relación con tus padres en esa época? nos sacó rajando.

- Con mi madre hasta ahora es difícil, pero no porque nos llevemos a -Te tatuaste dos veces tu nombre, en el brazo y en los dedos ...
las patadas sino porque no tenemos un diálogo. No.quería que consuma,
mé junte con cierta gente o que tome alcohol, pero se equivocaba en la ma- - Tres veces iba a ser. No sé por qué. Por tener mi nombre, pero no sé
nera. No hablaba conmigo, pero no hablar, de hablar de la vida, preguntar- por qué tantas veces. Más que nada yo lo hacía porque me gustaba el ta-
me cómo estaba. Lo único, si hiciste la tarea o un castigo porque había he- tuaje en sí, todos lo hacían y yo no podía estar sin hacerme un tatuaje.
cho algo mal. Con mi viejo no tenía una buena comunicación, lo que hacía
era castigarme o pegarme o me ponía de rodillas en un rincón. -¿Cuándo decidiste no tatuarte más?

2) Lleva tatuado su NOMBRE (brazo): - El último me lo hice cuando tenía unos 20 años, por la época que
i me casé. Pero no fue porque no me gustaba hacerlo, yo veía tatuajes y ha-
- De este tatuaje sí me acuerdo. Yo estaba en mi Nセ。ウ@ en una tarde co- bía tatuajes que me gustaban. Lo que pasa es que se me pasó el raye ése de
·,
1 i• mo ésta que llovía y salí de mi casa y me fui y en la esquina donde nos que están todos tatuados y, bueno, yo me tengo que tatuar.
·:'1
juntábamos nosotros no había nadie. Me fui a la parada de colectivos, me
quedé así sentado un rato y después volví a casa y me lo hice yo solo. No -¿Qué piensas de tus tatuajes?
i' sé por qué. Tampoco sé por qué mi nombre.
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·11 ' ' ; ¡
- No sé, a veces me molestan y me los quiero tapar... por ejemplo, es-
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toy trabajando en remera y hay gente que uno ve que piensa ¡ahh ... ! Y
'F'fl セ@ ;)
3) Lleva tatuada la palabra LOVE: Tapó su nombre porque «no se
':,'¡r¡ marcó bien». No recuerda por qué eligió ese diseño. cuando veo esa gente es como que trato de ocultarlo, pero si no, no me mo-
'! • lesta. En ese momento no pensé si eran para siempre... A veces vienen los
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1'セ@
1,
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4) Tiene tatuados UNOS PUNTOS (antebrazo): chicos y te preguntan. Tengo dos hijos, uno tiene 15 y el otro 13. Les he
explicado que no es lindo, que no es bueno, más allá que los tenga. Estoy
- Me los hice para hacerme algo ... uno gordito y otros chiquititos. tratando de tener más diálogo con ellos ... puedo hablarles de tatuajes, de la
Hay unos puntos que significan algo pero éstos no significan nada. Me lo droga, del HIV, porque soy portador... Yo creo que lo tuve inyectándome,
hice porque me salió. porque era común compartir la jeringa.

5) Lleva EL LOGO DE UN FESTIVAL DE ROCK: Un sol con una cara -¿Por qué crees que ahora se tatúan?
sonriente y debajo la palabra «rack» (antebrazo).
- En mi época era una forma de no ser menos, pero ahora muchos lo
- Lo hice porque me gustaba, había visto el dibujo. Lo que no me gus- hacen porque les gusta, no piensan en el futuro, que te puede llegar amo-
tó fueron las letras, me parecen feas. En ese momento donde yo trabajaba lestar. A mí me gustaría tatuarme esto (el diseño de ROCK). No me gus-
había un pibe que tenía un par de tatuajes y él los dibujaba muy bien, no tan las letras. Sacarme no, porque me quedaría muy marcado el brazo. No
,,i los hacía. Él me hizo el dibujo. sé si porque me gustan los tatuajes pensaba tapármelo con otro. Yo creo ...
¡
:1 ¡sí que me volvería a hacer un tatuaje! No lo hago, no lo voy a hacer. A
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í !f 132 SILVIA RE!SFELD TATUAJE Y ADICCIONES 133


セ@ . i:! セ@
¡ 11 veces no me gustan, reniego de ellos, pero veo un tatuaje, un escudo de Tapó el primero, que no me gustaba más. Es medio caserongo porque
,[r ¡¡ Boca, y me encanta. no era una máquina de estas sofisticadas sino un motorcito de grabador
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en una lapicera y una aguja de coser.
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• Felipe (37 años): Obtuvo el alta hace un año. Es periodista. -¿Por qué un escorpión?

Empecé consumiendo alcohol desde los 12 .años, después cocaína, ma- - Soy de Escorpio. Quizás también porque me identifique ... como en
1 ¡' rihuana. En casa no se tomaba, al menos donde mi vieja, porque mis pa- el cuento del escorpión y la tortuga. El escorpión quería cruzar el río y en
dres estaban separados (desde sus 6 años). Tenía fantasías con el consu- la mitad le clava el aguijón y se hunden los dos. Como que es mi natura-
mo antes de empezar a consumir. Medio esto de descubrir el rack y toda leza, no es del todo así, pero sirvió para tapar cosas de las que no me que-
esa historia ... sobre todo el último año de la primaria. Como que había un ría hacer cargo. Tomó casi una semana. Es un tatuaje que si alguien lo
vínculo con eso ... rack, alcohol y droga. Como que me había armado una l, pensó, lo pensó para una pierna y no para un brazo, pero yo lo quería en
: el brazo.
imagen ... ,¡

i
-¿Cómo es lo de la imagen? i -¿Dolió?
i
¡,1
- Para llamar la atención, resaltar en algo ... Una imagen del más lo- - No ... bueno sí, doler duele, pero soy un tipo bastante bancador. To-
co o del más raro. Soy un tipo muy tímido, he roto con algunas cosas pero mé alcohol y me acuerdo que estábamos en un lugar que no era muy hi-
tengo eso, de haberme armado una imagen, funcionar mucho con esa ima- giénico y me lo limpiaba con el mismo alcohol que tomaba, cuando supu-
gen y en el fondo ser un tipo bastante solo y no tan loco. Yo había elegido raba tantbién, y hada alarde de <<mirá, yo esto me lo banco».
vivir en una zona marginal donde hay boliches, mucha delincuencia, co-
mo buscando también esa magia de lo marginal... -¿Pensaste que era para siempre?

Tiene tres tatuajes: - No. Me sentía jugado, como que ya no tenía cura y, bueno, qué im-
portaba. Ya había pasado por una experiencia de internación y había fra-
1) UNA SERPIENTE CLAVADA POR UNA ESPADA: Se lo hizo él mismo a 1 casado. Vivía con angustias y depresiones. Es un tatuaje grande pero todo
los 27 años. ¡ era muy loco en ese momento, tenía el pelo largo, estaba más gordo, más
1 agresivo conmigo y con los demás. Recién ahora me está empezando a mo-
Tenía un significado de la calle, muerte a la policía. Una rebeldía medio lestar, si me vinculo con gente que me conoció sin el tatuaje ... Bueno, es
adolescente, pero reconozco que hasta mis 30 y pico fui adolescente. 1 difícil. Lo mismo con gente nueva cuando me ven en remera, medio que es
chocante. Creo que tengo que empezar a aceptarlo. No me lo taparía, por
2) TAPA: A los 32 años, en letra de imprenta. otro lado.
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1
1
1 ! Me lo hice un día por hacérmelo ... una identificación. Yo, en el río, en de- -¿Qué te llevó al primer tatuaje?
¡
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terminado momento me había convertido en el Taja, la gente me conocía así.
- Creo que por una identificación con lo marginal que siempre me si-
Qセ@ 3) UN ESCORPIÓN TRIBAL: A los 33 años. Es muy llamativo, bien guió. Yo soy de una generación donde los tatuajes que existían eran más
hecho y ocupa casi todo el brazo. tumberos, tenían que ver con la cárcel y el puerto, con los barrios más ba-
jos. Económicamente nunca fui un chico bien, pero a los 13 fui a vivir con
mi papá a una zona más paqueta. Él me hizo romper con una imagen que
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!1 134 SILVIA REISFELD TATUAJE Y ADICCIONES 135
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セ@ yo tenía, en esa época decíamos «rockeros», no me deja identificarme con tad arrastrando las palabras. Actualmente está internado. Historia
:;¡ un tipo de pilcha, pelo largo, determinada música ... de consumo: alcohol desde los 12 años, marihuana, cocaína y pas-
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tillas (no especifica de qué clase).
·:
-¿Cuándo decidiste no tatuarte más?
1) Dos tatuajes hechos al mismo tiempo (los primeros, alrededor
- Estuve por hacerme otro en la espalda cuando cumplí 34, pero co- de los 15 años):
! mo yo no estaba bien, no confié en quien me lo iba a hacer, tenía mucho
¡ temor de que no podía ver lo que me estaban haciendo. Cuando la otra a. LA CARA DE UNA MUJER ATRAVESADA EN LA CABEZA POR UNA ESPA-
1:
' '
vez la coordinadora nos hablaba de los tatuajes, me encontré con un DA (en el brazo):
:
montón de cosas que yo no había dicho y a veces recordaba ... Porque esto
de los tatuajes no sólo son los dibujos sino toda la situación, con cosas - Quería que me salga monstruosa pero me salió normal.
que pasaban alrededor, de maltrato. Dentro del tratamiento hay momen-
tos que me pasa eso de mostrarlo, como para identificarme, que en el fon- -¿Por qué monstruosa?
do alguna vez fui loco.
- Como que me rebelaba de algo, de mi familia, de la gente, como que
-¿Puedes describir tu familia? me sentía más poderoso.

- A mi viejo siempre lo vi como el gran /imitador y a mi vieja como la -¿Por qué una espada le atraviesa la cabeza?
'1'
gran permisiva. Cuando empecé con el alcohol, estaba bastante pirucha,
loca ... Soy el mayor, el único hijo varón y me siguen tres hermanas, una - No me gustó cómo quedó, tenía más pinta de un payaso y, cuando
del primer matrimonio con mi viejo y las otras dos del segundo de mi vie- le puse la espada, eso salía de una espada y una serpiente que significa
ja. Mi viejo viene de una familia más conservadora, pasó por la universi- muerte a un policía.
dad ... Yo ni terminé el secundario. Empecé a trabajar en la radio desde
muy pibe y pensé que mi vida iba a ser así. .. -¿En tu grupo se tatuaban?

-¿Por qué crees que se ha vuelto común tatuarse? - Todos. Eran gente mayor que yo y estar tatuado era como ... te forta-
lecía más, te daba una cierta imagen estar tatuado, como que tenía cierto
- Tiene que ver con esto de la identificación. A lo meior me vuelo pero maneio para lastimarme yo, sería, que me lastimé con esto.
es como mostrar algo primitivo. También pienso en los campos de concen-
tración. Siento que volvemos para atrás. Hoy puedo verlo como una agre- -¿Te los hiciste solo?
sión, cada día nos metemos más cosas, necesitamos engancharnos con más
cosas para no perdernos, nos hacemos más cargo de las imágenes que de lo - No. Un chico que tatuaba pero no era tatuador, no cobraba.
interno o crecer desde otro lugar y que tiene que ver con lo que vivimos ...
vivimos en un mundo virtual. Los chicos consumen cada vez más, está to- b. UN CORAZÓN Y ENCIMA PARTE DE UN SOL (en el pecho): El cora-
do muy enfermo ... Creo que el tatuaje tiene que ver con el no decir y el zón está dividido en tres: arriba están las· iniciales del nombre de
agarrarse de una imagen para no hacerse cargo. su padre y del suyo; abajo, en el medio, la inicial del nombre de su
madre (que a su vez es la inicial del apellido paterno).

• Mariano. (26 años): Tiene once tatuajes; la mayoría impresio- - Este dibujo cuando lo vi tatuado en otro chico como que me gustó.
nan corno «escraches». Se mostró asustado y hablaba con dificul-
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1, 136 SILVIA REISFELD TATUAJE Y ADICCIONES 137
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2) PADRE YMADRE (brazo). El diseño es: 5) MADRE (en letra gótica, baja verticalmente):

p - Este tatuaje tapó los 5 puntos.


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MADRE 6) CINCO PUNTOS (antebrazo):
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E -¿Por qué te volviste a tatuar cinco puntos?

- Un reconocimiento a mis viejos. Igual, no estoy seguro del signifi- -Fue una época que tuve problemas muy seguido, un par de situacio-
cado, porque cuando me hice éste y el del pecho no estaba muy consciente. nes que tuve con la policía, como demostrar un sentimiento hacia ellos.
En realidad no estuve consciente de ninguno. Pero ahí ya estaba bastante
mal, había tomado pastillas. Siempre que me tatuaba tomé pastillas (Ro- 7) UN CRUCIFIJO, LA LETRA M YOTROS CINCO PUNTOS (en los dedos),
hipnal, Artane). El chico que me lo hizo también y como que quedó así. hechos al mismo tiempo.

3) UN PUNTO (en la cara, visible): - Quería algo en los dedos ... no sé, quería hacerme un anillo pero no
llegué a hacerlo, y M por mi vieja. En realidad cuando me lo hago como
- Me miro en el espejo y me lo hago. que busco tener toda la mano cubierta.
l -¿Por qué en la cara? -¿Por qué?
1
- El punto en la cara es un punto tumbero, de alguien que estuvo - Porque en el ámbito donde me juntaba era demostrar cierto ... como
preso. ser todo un tipo, no sé cuál es la palabra exacta, estoy un poco nervioso.

-¿Estuviste preso? -Los tatuajes en la mano no se pueden ocultar.

- Detenido sí, varias veces, como una semana, pero preso no. - No pensé en eso.

-Pero, ¿por qué llevarlo en la cara? -¿Qué te detuvo?

-Me tenía que sentir más poderoso hacia los demás, algo así. Cada - Me veía con demasiados tatuajes, cuando estaba mal como que ya
uno de mis tatuajes es como que me rebelaba contra todos. Por ahí, cuan- no me servía.
do me hice el primer tatuaje mi viejo me dio una repaliza y yo decidí se-
guir haciéndome tatuajes. 8) EL NOMBRE DE SU SOBRINA (en la pierna): a los 16 o 17 años.

4) CINCO PUNTOS: El diseño es: - Mi primera sobrina. Me lo pongo porque mi hermana tuvo un pro-
blema, que no podía tener hijos y yo lo siento como un reconocimiento.
Por ahí, en ese tiempo, yo andaba con ganas de tener un hijo y no tenía la
oportunidad.

- Significan cuatro ladrones y un policía en el medio.

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138 SILVIA REISFELD TATUAJE Y ADICCIONES 139

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'!! 9) EL SANTO DE LA «TUCA» (pierna): a los 19 años. El diseño es la - Para mí es una persona que aguantó mucho lo que pasaba en mi ca-
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1¡ figura de un hombrecito de palotes que sobre su cabeza lleva el aro sa, pero mi viejo nunca le pegó a ella. Mis viejos se separan cuando era
!1 de un santo. chico (6 años) y yo me voy a vivir a casa de mi tía. En ese tiempo me
echan como cinco veces del colegio. Siempre quería demostrar algo, mi
- Tuca es la marihuana cuando está chiquita, como que nunca me iba enojo, y era de hacer lío. Después mis padres se vuelven a juntar, tenía 11
afaltar la marihuana. años, yo regreso, pero ya no quería que estuvieran juntos.
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i,' 1: ¡ -¿Fue el último?
1 COMENTARIO
- Yo me hubiera hecho otro en la espalda, un salamuerte, la muerte
con la guadaña, porque en una época ... Hoy en día no me tatuaría, es más, En el capítulo anterior dijimos que, una vez franqueada la línea
estoy hablando con la coordinadora para poder sacármelos todos. del primer tatuaje, podía activarse una tendencia a seguir tatuándo-
li
se, situación que podíamos asociar con una predisposición similar a
-¿Por qué? la que existe en la drogadicción. Acá confluyen ambas y la práctica
r. del tatuaje comporta aspectos que responden a una vertiente más
- Me incomoda, es algo que me dañó, por esto de rebelarme contra la patológica. Estas entrevistas reflejan historias muy penosas, en las
gente. Por ahí tenía mucho con jugar con quemarme con cigarrillo ... Lo cuales las carencias son múltiples. Se pueden hacer muchas lecturas
セ@ '
hacía cuando me sentía mal, cuando algo malo pasaba en mi casa o yo me pero me ceñiré a cuestiones vinculadas a nuestro tema.
sentía depresivo. Cuando falleció mi viejo me lastimé el brazo (tenía 17 En primer lugar, los conflictos aparecen desde la infancia debi-
años). Después muchas veces lo hacía por apuesta, una competencia con do a un entorno que falla sustancialmente en proveer un soporte
otros chicos, como que yo podía ... Lo prendía y lo apagaba y así. Ya no al- emocional. Impresionan la falta de calidez y un abandono que re-
canzaba con tatuarme, estaba muy malla cosa conmigo, como que reem- viste distintas modalidades. Hay que considerar el contexto socioe-
placé el tatuaje con quemarme con cigarrillo. Me hice un ancla, la hoja de conómico y el hecho de que las condiciones de vida son de por sí
la marihuana ... difíciles. La interacción con los padres evidencia un enorme déficit
de comunicación, donde las palabras, más que transmitir afecto o
-¿Y el dolor? cuidado, fueron experimentadas como imposiciones. El entendi-
miento verbal es reemplazado por acciones concretas, a saber, lími-
- Ahí ya me lo hacía y no era consciente. No era con pastilla ni nada, tes colocados como prohibiciones o castigos a menudo corporales.
me lo bancaba, por ahí no lo sentía. Por ahí muchas veces cuando mi vie- Por un lado, la figura materna aparece como agresiva (Raúl), «lo-
!'
1 jo me golpeaba yo no reaccionaba, no podía ... Y cuando después me fui, mi ca» y permisiva (Felipe) o sufriente (Mariano); por el otro, una
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viejo ya había fallecido y me junté con una chica, el viejo de ella consumía figura paterna que ejerce·su autoridad con una violencia real o
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y consumía conmigo, era una familia enferma ... simbólica. Aquí se vislumbra el germen de los sentimientos de re-
1'
\. beldía y los conflictos con la autoridad que tan explícitamente apa-
-¿Puedes describir tu familia? recen en las respuestas, en particular, en relación con un padre te-
mido y odiado, situación que se desplaza a la figura del policía (el
- Soy el menor de tres. En casa por momentos la cosa iba bien, pero tatuaje de los cinco puntos). También quedan delineadas las identi-
cuando se ponía muy violento había mucho golpe de por medio. Mi viejo ficaciones tanto sádicas como masoquistas. La necesidad de llamar

no era un tipo que tomaba pero era violento. Mi viejo fue boxeador. la atención asume tempranamente la forma de conductas asociales:
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-Veo que te tatuaste varias veces «madre».
en esto vemos la compleja asociación entre agresión, culpa y nece-
sidad inconsciente de castigo. Estos sujetos, ni bien pudieron, opta-

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140 SILVIA REISFELD TATUAJE Y ADICCIONES 141

ron por buscar refugio en las calles. El tinte de marginalidad que Hasta aquí algunas consideraciones: el primer tatuaje se acom-
recorre los relatos no sólo es consecuencia de la droga o la caída en paña de una vivencia mágica de cambio en el self(como un regula-
actos delictivos para proveerse de ella, sino también es expresión dor de la autoestima) y luego de la importancia de exhibirlo y ha-
i
1' de un modo de vida. El hábito de ingerir alcohol, por ejemplo, apa- ber sido capaz de resistir el dolor. De cara hacia el grupo, existe
rece a una edad poco frecuente en medios socioeconómicos más algo en común que los identifica, una misma marca investida de
i, elevados. valor; vueltos hacia la sociedad, se trata de una marca de la margi-
Veamos qué ocurre con el tatuaje: es fundamentalmente una nación. Desde otro ángulo, ellos mismos manifiestan una relación
práctica marginal. El llevarlo a cabo en forma casera va más allá ambivalente respecto a sus tatuajes, toda vez que si bien son algo
de la falta de dinero. Acá interviene un componente ideológico idealizado por el grupo, también suelen nominarlos corno «escra-
que concede una valoración muy precisa al hecho de soportar el ches», a la manera de un estigma corporizado.
dolor y no demostrar miedo. El primer tatuaje posibilita una inte- Este primer tatuaje y los que siguen ocurren en una estrecha co-
gración social y la inclusión en un grupo que otorga un claro nexión con la problemática adictiva. En efecto, el consumo reitera-
marco de referencia: no sólo contiene sino que también permite do de droga deviene en un ataque al pensamiento y a las funciones
externalizar conflictos y mitigar ansiedades. Este aspecto reviste asociadas a él (percepción, memoria, atención, juicio de realidad,
particular importancia en la medida en que el grupo es la familia. etcétera). Veamos cómo esto incide en los tatuajes:
En consecuencia, se trata de una inserción que adquiere un tinte 1) La dificultad de recordar y ordenar sucesos que hacen al con-
fuertemente endogámico. También contribuye el hecho de que al texto que acompaña la decisión de tatuarse, el olvido del significa-
no ser el grupo homogéneo en edades, los jóvenes más grandes do del diseí'í.o o sencillamente un vaciamiento de significado. Así,
asumen un sesgo parental a la vez que encarnan un ideal omni- Raúl se tatúa LOVE pero no recuerda por qué, o precisa que el si-
potente donde todo vale. La cultura de grupo permite y refuerza guiente, unos puntos, «uno gordito y otros chiquititos», carecen de
una fascinación por lo destructivo y marginal. En este ámbito, la significado. De este último tatuaje, se observa cómo el deterioro de
iniciación en el tatuaje representa una manifestación de hombría las funciones intelectuales repercute en un notorio empobrecimien-
e implica un cambio de condición bien recibido por todos los to de la capacidad de simbolizar. Felipe expresa que no habló du-
1 miembros. Una vez tatuado, el individuo inspira respeto y reco- rante mucho tiempo de sus tatuajes, como una forma de evitar
í
¡ nocimiento. La elección del diseño de este primer tatuaje puede tomar conciencia de todos los aspectos vinculados a su consecu-
incluso revestir las características de una transmisión por parte ción. Esto hubiera implicado historizar su enfermedad. Pero cabe
¡ de otros miembros ya tatuados, marcando así una clara pertenen- suponer que sus lagunas mnémicas fueran consecuencia del estado
cia al grupo; por ejemplo, diseños que simbolizan la muerte a un de intoxicación. Por último, algunos tatuajes de Mariano, como el
' policía. punto en la cara, responden más a una conducta automática y
Vayamos al material en sí. Raúl refiere que «todo el mundo se compulsiva. Incluso dirá que no estuvo consciente en la ejecución
tatuaba» (un fenómeno de contagio), que «era una forma de no ser de ninguno de sus tatuajes (ni de sus significados) porque había
menos»; su primer tatuaje («Madre») le dolió y sangraba mucho ingerido pastillas.
pero «como que todo bien, no importaba»; lo decisivo era que «lo 2) El hecho de realizarlo en condiciones precarias e incluso peli-
quería mostrar». Felipe incursiona con «una serpiente clavada por grosas, lo que de por sí habla de una pérdida de la función de au-
una espada» cuyo significado es muy jugado: muerte a la policía. toconservación. Es notable cómo el umbral de resistencia al dolor
Es un tatuaje ·«tumbero» que conlleva la fantasía de asunción de un físico se contrapone a una extrema fragilidad para tolerar el dolor
nuevo self identificado con «lo marginal». Al hablar de su escor- psíquico. Éste es un punto sumamente importante no sólo en lo
pión, dirá que pese al dolor él hacía alarde de «mirá, yo esto me lo que atañe a la adicción; a la luz de los relatos, el acto de tatuarse
banco». Los primeros tatuajes de Mariano lo hacen sentir «más po- parece un tema menor frente al hecho de cómo lo hicieron. Aquí se
deroso, te daba una cierta imagen». hace evidente un despliegue de componentes sadomasoquistas.
142 SILVIA REISFELD TATUAJE Y ADICCIONES 143

1 3) La pérdida de un criterio estético. El tatuaje puede quedar co- permite sentir que finalmente es alguien. Aún hoy, incluso en se-
J mo un «escrache» (la mujer, en el caso de Mariano) o perder toda sión grupal, experimenta el impulso de mostrar su escorpión («pa-
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d proporción, como el enorme escorpión que porta Felipe en el brazo ra identificarme, que en el fondo alguna vez fui loco»). La imagen
セᄋ@ («que si alguien lo pensó, lo pensó para una pierna»). El tamaño de armada en función del escorpión (peligrosa y destructiva) le per-
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su tatuaje evidencia en sí una alteración en la percepción de la ima- mite contrarrestar sentimientos de timidez y fragilidad. Volviendo
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( lt gen del cuerpo. Por otra parte, tatuarse uno mismo sin tener expe- a Raúl, el recuerdo de las circunstancias que propiciaron la prime-
riencia o recurrir a cualquiera, permitir que quien los tatúa esté dro- ra vez que se tatuó su nombre reflejan un profundo sentimiento de
·¡ltr.
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1 gado, son todos factores que remiten no sólo a un maltrato vacío existencial.
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¡ló¡ corporal: opera una disociación mente/ cuerpo con total prescin- Un tercer tema refiere a la inscripción de palabras cuya signifi-
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,dencia del resultado. cación abarca aspectos tanto diádicos como edípicos. Tal es el caso
セ[N@ de «madre», que expresaría el deseo de unión con un objeto ideali-
4) Existe un déficit del juicio de realidad y la consiguiente des-


セA@ zado proyectado en el cuerpo. Así, para Raúl, este primer tatuaje
conexión respecto a las consecuencias que acarrea la elección de
••
'セ@ 1' ciertas partes del cuerpo a tatuar. Ninguno pensó en ello al mo- era «lo que más sentía en ese momento». Respecto a Mariano, la
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mento de tatuarse. El antebrazo de Raúl y sus dedos muestran ta- reiteración de «madre» remite tanto al aspecto idealizado como a
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;¡t¡' tuajes, el escorpión ocupa casi todo el brazo de Felipe, mientras la identificación con una madre sufriente. También se suman los
que Mariano comprometió su rostro e iba en pos de cubrirse la ma- tatuajes del corazón y el de la intersección de «padre» y «madre»
"' ¡,セZ@ . ·¡' . no. Este desconocimiento de cómo serán percibidos por un entorno en la letra «d». En el primero, la inicial del nombre del padre y la
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1 más amplio también nos remite a un empobrecimiento de lo social, del suyo, ubicadas en la parte superior del corazón, sugieren la ri-
i ᄀセ@ que queda limitado al grupo. Significativamente, al tratarse la validad por la figura materna, ubicada centralmente en la parte in-
セZ@
1

adicción, reaparece la capacidad de ser consciente de la mirada del ferior. La madre, en tanto ocupa un lugar mayor, representaría el
otro así como de sus implicancias en el terreno laboral. aspecto más vital del triángulo (el corazón, de por sí, simboliza los
Al considerar los temas más recurrentes en los diseños, mencio- sentimientos amorosos). También es interesante que ella esté deba-
namos el de la muerte al policía. El odio y el desafío a la autoridad jo, es decir, en actitud de sometimiento a ambas figuras masculi-
ponen de relieve la intensidad del conflicto con la figura paterna. nas. En el segundo, se significa la escena de los padres combina-
Esto es muy ilustrativo en el caso de Mariano, para quien, más allá dos2 y sus sentimientos de exclusión. Una última marcación está
del diseño en cuestión, el mero hecho de tatuarse constituye una referida al nombre de su primera sobrina, observándose un despla-
rebeldía: «Cada uno de mis tatuajes es como que me rebelaba con- zamiento de los deseos incestuosos hacia la figura de la hermana.
tra todos». El tatuaje es connotado como una transgresión cuyo Prevalece aquí una indiscriminación entre el cuñado y su persona,
propósito es la autoafirmación. siendo el tatuaje la expresión del deseo de hijo («Me lo pongo por-
Otro aspecto relevante está referido a la noción de identidad. que mi hermana tuvo un problema, que no podía tener hijos y yo
Así, el acto de tatuarse sugiere un intento de procurarse un sentido
cohesivo de identidad a partir dé una nueva inscripción en la piel.
Lo que prevalece es un fin reparatorio. Al respecto, los tatuajes del 2. Según M. Klein, el niño concibe inicialmente el coito como algo destructivo
nombre, las iniciales o el apodo son un modo de autorreconoci- y no como un acto amoroso donde ambos padres se proporcionan placer; la dife-
miento o reaseguramiento de ser alguien, no sólo para sí sino esen- rencia de los atributos sexuales se borran y entremezclan en una sola figura de
セ@ 1
cialmente para la mirada del otro. Por tanto, lo que también está en características peligrosas/ generándole una ansiedad típicamente persecutoria.
0 juego es una vivencia que confirme la continuidad de existencia. Esto ocurre por la proyección de sus propios sentimientos hostiles debidos a los
i ' celos y a su exclusión. Klein remite esta fantasía al origen de las figuras mons-
En los casos de Raúl y Mariano, esto implica la necesidad de ta-
セ@ セ@
1
tuarse más de una vez el nombre o sus iniciales; en cuanto a Felipe,
truosas o seres deformados comunes en el juego, laspesadillas y la mitología.
Véase Klein, M.: "La personificación en el juego de los niños" (1929), O. C., t. 1,
セ@ :. la importancia asignada a Tafa, un apodo acuñado por otros, que le Buenos Aires, Paidós, 1990.
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lf 144 SILVIA REISFELD TATUAJE Y ADICCIONES 145
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lo siento como un reconocimiento. Por ahí, en ese tiempo, yo anda- ba deprimido. El trabajo de Storolow (véase el capítulo 3) acerca
ba con ganas de tener un hijo»). de los diferentes fines de la conducta masoquista, subraya la nece-
·.·.l.!·..:
1
t. ··:f La cualidad adictiva puede manifestarse en un diseño o desde sidad de una estimulación erótica y cálida a través de la superficie
la situación que impulsa el acto. Un ejemplo acabado es el «Santo de la piel, el destacar los límites de la imagen corporal y, en un ni-
de la tuca» de Mariano, tatuaje que simboliza su extrema adicción vel más primitivo, restaurar un sentimiento cohesivo del self.
y que equivale a un pecho inagotable que suministra alimento La decisión de dejar de tatuarse no tiene tanto que ver con una
(«como que nunca me iba a faltar la marihuana»). Es decir, hay una apreciación del tatuaje en sí, sino que adviene como consecuencia
intensa oralidad desplazada a la piel. Por su parte, y en relación del deterioro psíquico, o sea, cuando el tatuaje entra de lleno a pa-
,,,
con las iniciales que lleva en la mano, Raúl relata que, estando en tologizarse. Raúl expresa: «no podía estar sin hacerme un tatuaje»
un contexto grupal bebiendo alcohol, «habíamos conseguido para (otra manifestación adictiva), pero se detiene por la época en que
tatuarnos», como si se tratara de drogarse. La vinculación que Feli- se casa («se me pasó el raye ése de que están todos tatuados y, bue-
pe hace entre «rock, alcohol y droga» también es significativa por- no, yo me tengo que tatuar»). Es posible suponer que bajo la in-
que alude a un ambiente de consumo; de hecho, el tatuarse es una fluencia de este vínculo amoroso obtuviera un suministro narcisis-
IL. i
práctica muy extendida entre los cantantes de rock.
Otra función que cumple el tatuaje es la de dar expresión a vi-
ta lo suficientemente importante para sostener su identidad. Por su
parte, Felipe cuenta que iba a hacerse un cuarto tatuaje, en la espal-
vencias sumamente perturbadoras. Es decir, cómo sirve al propó- da, pero ya no confiaba en nadie y temía no ver qué le hacían: aquí
sito de ligar estados de tensión o angustia que de otra manera hu- emergen ansiedades paranoides y, más subyacentemente, cabría
11 bieran ocasionado una inundación en el aparato psíquico y el pensar en fantasías de agresión homosexual. Mariano también
1

consiguiente efecto desintegrador (la posible eclosión de un episo- pensó en uno más («un salamuerte») y, aunque no explica por qué
dio psicótico). El gráfico es un intento de configurar una represen- 、・ウゥエ￳セ@ se puede entrever que este coqueteo con la muerte (un
tación que contenga (y dé un límite) a lo que se está experimentan- triunfo de los aspectos más destructivos de la personalidad) deja
do. Un ejemplo es «la cara de una mujer» de Mariano, cuyo diseño de funcionar en sus aspectos mágicos de protegerlo contra un esta-
presenta un tinte marcadamente bizarro. O marcas que ni siquiera do de desintegración mayor (como si se tratara de un amuleto).
logran ser un dibujo (el punto en el rostro de Mariano, los puntitos Por otra parte, tampoco se cubre toda la mano porque se veía con
de Raúl en la mano), y donde la idea es tatuarse sin importar qué, «demasiados tatuajes», y además «ya no le servía». Así, el acto de
a veces como mera repetición de lo ya realizado (los cinco puntos, tatuarse es sustituido por dibujos que lleva a cabo アセ・ュ£ョ、ッウ@
nuevamente, en ambos casos). Se puede inferir que en dichos mo- con cigarrillos. Esta opción masoquista y fuertemente tanática apa-
r. mentos lo predominante parece ser un pasaje al acto con escasa rece a propósito del fallecimiento de su padre y opera no sólo co-
contrapartida simbólica. rno un autocastigo (por intensos sentimientos de culpa), sino tam-
Aquí debemos retomar el tema del dolor y hacer otras conside- bién como descarga de impulsos violentos dirigidos contra sí
raciones. En efecto, procurarse un dolor físico y puntual puede ser mismo, donde un aspecto de su self está identificado con la figura
mucho más tolerable que verse desbordado por un dolor mental del padre violento.
inconmensurable. Vuelvo a Anzieu cuando plantea que el dolor Por lo tanto, cuando el tatuaje no cumple las diversas funciones
puede resultar un indicador de estar vivo, adquiriendo así un sen- descritas y adquiere un sesgo peligroso para el sujeto, es dejado
tido de «sufro, luego existo». El cuerpo recupera vía el sufrimiento de lado. Si nos atenemos a las respuestas de cómo concibe cada
su condición de objeto real. Desde una variante más dramática, uno en la actualidad sus tatuajes, veremos cómo interviene este
Mariano nos ilustra cómo el dolor físico puede anularse, de mane- aspecto. La posición de Raúl es francamente ambivalente: no vol-
ra que el dibujo en la piel marcado con cigarrillos aparece como un vería a tatuarse porque esto queda asociado al «ambiente de con-
11 último recurso de supervivencia psíquica (de modo notable, el di- sumo» y a la enfermedad. Sin embargo, los tatuajes le gustan.
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bujo del ancla). Él mismo comenta que recurría a esto cuando esta- Querría uno que represente algo verdaderamente placentero para

146 SILVIA REISFELD
TATUAJE Y ADICClONES
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147
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él y no compulsivo, como lo sería el escudo de Boca (una marca inconscientemente, intenta preservar ante otros. Por otra parte,
de pertenencia integrada al conjunto social). El deseo de retocar entre los diversos fines que cumple el tatuaje, uno es otorgar un
las letras del diseño de «ROCK» y mejorarlas implicaría una reins- sentimiento de fortaleza y mayor completud. Felipe va más lejos y
cripción que contempla un criterio claramente estético. Nueva- afirma: «Creo que el tatuaje tiene que ver con el no decir yel aga-
mente aparece una finalidad inconsciente de reparación, aunque rrarse de una imagen para no hacerse cargo». Por un lado, este
esta vez al servicio de un «embellecimiento»; por lo que ya no se «no decir» implica cómo las palabras son sustituidas por una
trataría de un «escrache» en la piel. También es probable que se i'
puesta en acto; por el otro, «el agarrarse» evoca la idea de un sal-
1
hiciera un tatuaje que pueda mantener oculto, porque ahora sí es vavidas que permite mantenerse a flote.
co¡;tsciente de la mirada crítica del otro. Es cierto que en él siguen Otro punto es su consideración del contexto que acompaña al
vigentes el tema de la identidad (todavía apuntalada desde una hecho de tatuarse: «porque esto de los tatuajes no sólo son los di-
dimensión corporal) y una necesidad de identificación, pero es bujos sino toda la situación». El tatuaje no se reduce al diseño en sí,
importante rescatar esta progresión psíquica a la luz de sus consi- sino que condensa al sujeto en su situación existencial. Tal como lo
deraciones sobre el tatuaje. Hay un punto más y es el reconoci- expresara Ortega y Gasset al definirse a sí mismo: «yo soy yo y mi
miento de un registro temporal, mayormente no tomado en cuen- circunstancia», aquí intervienen una serie de factores que histori-
ta por quienes se tatúan: «[ahora muchos] no piensan en el futuro,
que te puede llegar a molestar». En el presente, Raúl tiene hijos 1 zan al individuo en un momento determinado.
Por último, su referencia a una cultura de consumo («cada día
adolescentes y debe responder acerca de sus tatuajes. En el caso nos metemos más cosas») que incentiva la oralidad a través de los
de Mariano, la idea de sacárselos todos, en cierta medida, sugiere
una fantasía mágica de limpiarse de todo lo enfermo y dañino que
existió en él. El cuerpo sin tatuajes es equiparado a otra imagen,
esta vez, de salud mental.
' ojos, la boca o la piel, a la vez que provee de medios que posibili-
tan eludir situaciones de frustración y dolor psíquico.

En cuanto a Felipe, su pensamiento condensa con suma agude-


za lo que en otro lugar (véase el capítulo 6) referí como el compo- ,,i¡
nente ideológico inherente al tatuaje. De su testimonio se pueden 5
destacar varios puntos. En primer lugar, la enorme importancia #
'1
asignada a la imagen como forma de obtener reconocimiento so-
cial. Prevalece la consecución de un ideal que se nutre esencial-
mente de la exterioridad, de un vivir de la apariencia. Aun cuan-
do Felipe está hablando de sí mismo, su opinión refleja en gran
medida una tendencia actual: «nos hacemos más cargo de las imá-
genes que de lo interno o crecer desde otro lugar... vivimos en un
mundo virtual». Esto también funciona a menudo como una cora-
za defensiva que permite (ilusoriamente) contrarrestar temores o
inseguridades. Tal como lo explica: «tengo eso, de haberme arma-
do una imagen, funcionar mucho con esa imagen y, en el fondo,
ser un tipo bastante solo». Se produciría entonces una suerte de
paradoja: si el tatuaje conlleva un sentimiento de libertad de dis-
poner de uno mismo a través del cuerpo, permite romper atadu-
ras o da cuenta de una transgresión, al mismo tiempo parece suje-
tar al individuo a una determinada imagen que, consciente o
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Desde una perspectiva general, la difusión del tatuaje se vio influi-


da por condicionamientos propios de esta época (la posrnoderni-
dad, y en particular, el lugar asignado al cuerpo y la imagen, trata-
,.
dos en el capítulo 2). Más específicamente, mi interés aquí es
,.:i i'j. enfocar la repercusión que alcanzó en nuestro medio, esbozar cier-
,r tas hipótesis explicativas y, en función de ello, centrarme en el pa-
!セ@
1

;t pel que cumplieron los medios de comunicación.


.i:,¡ i Una primera aproximación sería asumir que el tatuaje fue adop-
tado siguiendo el decurso de países corno Estados Unidos y Brasil
(veáse el capítulo 1). Pero también podrían mencionarse algunos
aspectos relevantes que atañen a la propia realidad argentina y que
favorecieron su difusión:
,:1 ;, 1

1
1) Desde una vertiente sociopolítica -y me limito a los años de
1
la última dictadura en adelante-, el país viene atravesando una si-
tuación crítica tras otra. Por tornar un hecho gravitante, la sociedad
-o, al menos, gran parte de ella- hubo de transitar por un duelo de
,¡) i carácter colectivo por la desaparición de miles de personas (huella
que retorna permanentemente y que habla de una elaboración in-
conclusa).
150 SILVIA REISFELD
TATUAJE Y DISCURSO DE LOS MEDIOS 151

2) La sucesión de gobiernos democráticos, siempre promisorios mo de la televisión. Mi intención es mostrar no sólo lo que a mi
y luego decepcionantes, han contribuido a ahondar una crisis sin entender ha sido una especie de bombardeo informativo, sino
precedentes. Sólo voy a resaltar el factor de desilusión operado en también la manera en que fue presentado el terna del tatuaje. To-
la población por la pérdida de credibilidad hacia el marco institu- maré como punto de partida un personaje de historieta amplia-
!¡: cional (y sus figuras representativas) y, conjuntamente, el paulatino mente conocido. Me refiero a Clemente (Clarín, 27 de marzo de
1
'( deterioro de valores esenciales al sostenimiento de una estructura 2000):
il: social cohesiva.
3) En función de lo anterior, surge un interrogante: hasta dónde
se ha visto afectada la dimensión de los ideales y, ligada a ello, la
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ih
11
noción de temporalidad (en términos de proyección futura).
4) Una última cuestión, que sigue siendo materia de discusión,
está referida a la identidad argentina, que ha dado lugar a una pro-
fusa bibliografía.l Se trata de un tema complejo que excede los fi-
nes de este capítulo. Sin embargo, importa señalar que la noción de
identidad, en este caso de identidad nacional, implica, entre otras
cosas, la posibilidad de disponer o apropiarse del pasado histórico,
,' i'
es decir, de guardar una memoria respecto a los hechos acontecidos. La observación de Clemente ilustra de manera ingeniosa la ten-
Así, ateniéndonos a los aspectos enumerados, cabe destacar que dencia a idealizar una práctica debido a su procedencia misma. Se
la dzfusión del tatuaje en la última década ha ocurrido en un contexto de la describe como una moda, subrayándose un motivo vinculado al
·! agravamiento de las crisis económica y de descomposición social. Esta proceso de elaboración propio de la adolescencia: el sentimiento de
mirada macroscópica permite establecer un nexo con dos ejes su- apropiación del cuerpo (véase el capítulo 6).
brayados a lo largo del libro, esto es, la consideración del duelo y De esta perspectiva pasamos a otra donde aparece una segunda
la identidad en la temática del tatuaje. Es sobre este telón de fondo cuestión significativa: la utilización del tatuaje en circunstancias
que se instala un determinado discurso mediático que no hace más puntuales de conflicto. El ejemplo corresponde a la tira diaria «El
que ilustrar la incidencia de ambos ejes. Nene Montanaro» (Clar(n, 10 de mayo de 1996):

MEDIOS Y TATUAJE: UNA INTERPRETACIÓN

En lo que sigue, se hará un rápido recorrido a través de distin-


h 1
tos fragmentos provenientes tanto de los diarios y las revistas, co-

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1 ¡:
ji¡: l. Por citar algunos textos, Aguinis, Marcos: Un país de novela. Viaje hacia lamen-
11) l
.1 セᄋ@
talidad de los argentinos, Buenos Aires, Planeta, 1988; El atroz encanto de ser argenti-
·¡! r ,nos, Buenos Aires, EMECÉ, 2001; Martínez, Tomás Eloy: El sueño argentino, Buenos
l,l! \''i· Aires, EMECÉ, 2002; Réquiem por un país perdido, Buenos Aires, AguiJar, 2003; Giar- Lo interesante es que ambos chistes reflejan muy bien un com-
1'

;¡' セ@ dinelli, Mempo: Diatriba por la patria. Apuntes sobre la disolución de la Argentina, Bue- ponente ideológico inherente al tatuaje, es decir, muestran un mo-
J
11
rf·' nos Aires, Vergara, 2002; Feinman, José Pablo: Escritos imprudentes, Buenos Aires, do de pensar y actuar representativos de esta época.
NGセᄋ@ Norma, 2002; La sangre derramada. Ensayo sobre la violencia política, Buenos Aires, Veamos ahora un suplemento publicado por la editorial Perfil
:1
Planeta, 2003; Bleichmar, Silvia: Dolor país, Buenos Aires, Libros del Zorzal, 2002. («Tribus de fin de siglo», 7 de junio de 1998) para promocionar un
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111.
152 SILVIA REISFELD

libro referido al tatuaje. 2 Nos centraremos en uno de sus artículos,


r TATUAJE Y DISCURSO DE LOS MEDIOS 153

q: ¡1 1 Puntualicemos algunas conclusiones de la nota: 1) Tatuarse


i Ji «La imborrable experiencia de hacerse grabar la piel», relato testi- «duele menos que una visita al dentista» (aspecto que se retornará
·1¡11
1!! 1 monial de una periodista que se realiza un tatuaje a los fines de es- más adelante). 2) «Lo importante es cómo esos simples arabescos
QセᄀG@ ., cribir su nota (dado que analizo los comentarios personales que me van transformando». 3) De sentirse «triste o desalentada» o
·¡r acompañan su relato, omitiré citar el nombre). Citaré entonces al- pensar «que todo es al divino botón», el mirar su tatuaje le permi-
'!
¡f gunos pasajes, no sólo porque en ellos se tocan aspectos ya trata- tiría reencontrar un aspecto vital de sí misma: «esas ganas, a pesar
tl
.. ·¡li. dos, sino también por ser un ejemplo de una especie de contagio de los años y de las decepciones, de querer seguir poniéndome en
.!'
' ¡,¡ por tatuarse. el lugar del otro, de entender este mundo que va cambiando». Este
Una joven que acude al local para colocarse un arito en la len- ponerse en el lugar del otro (un otro que es joven), sugiere un pro-
,.)·¡·i)'·
' !f
,l. gua (tiene dos tatuajes), abre el relato con un interrogante: «Estás
segura de que sólo te vas a tatuar para hacer una nota periodísti-
cesamiento del paso del tiempo y del cambio generacional a través
del cuerpo.
.ji¡f ca?». La observación es importante porque destaca la presencia de
d
'illl otros factores (véase el capítulo 6) que inciden en la motivación a Otro medio dedicó dos páginas enteras al terna (diario Pub,lime-
1".¡¿.
! セ@

fi·l tatuarse y que son desconocidos para el sujeto. Por otra parte, hace tro del20 de marzo de 2001). Bajo el título «Cuando el arte se im-
' セ@ 1
mención a que la experiencia de tatuarse será vivida como una prime en la piel», Gastón Oliva, tatuador del estudio Freedorn, ex-
ip¡' transgresión; en este caso, por su filiación religiosa de origen -el ju- plica cómo se llega a dominar el oficio de tatuar. Asimismo,
ᄋセ@ 1'
daísmo-, además del recuerdo de los judíos tatuados de los cam- Leandro Praga, de Alemán Tattoo, describe los cuidados de un ta-
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pos de concentración. tuaje: «no hay que tornar sol por quince días, no ir a la pileta o ha-
¡ 1
.,
A pesar de estas inquietudes, ella afirma que lo que prima es su cer baños de inmersión, no podés rascarte, tenés que lavarte dos
deseo de formar parte de un «actual neopaganisrno juvenil». Res- veces· por día con jabón neutro y pasarte una crema antiséptica».
pecto al diseño, la primera elección es una bruja, por asociación al En otro recuadro, «Las claves para neutralizar los principales ries-
origen del propio nombre («Una hechicera que fue la enamorada gos», se lee una serie de recomendaciones para el tatuador. Por úl-
del mago Merlín»); sin embargo, la decisión recae en algo peque- timo, otro fragmento informa: «los dibujos multicolores son los
ño, un dibujo tribal: «el miedo no es sonso: escogí uno que sólo re- más difíciles de borrar completamente. A veces pueden quedar ci-
quiere siete minutos de realización». El tatuador infunde tranqui- catrices. Por eso, los especialistas proponen tatuarse en las partes del
lidad («no te va a doler nada») y aquí la autora nos hace saber qué cuerpo menos visibles» [la cursiva es mía].
siente: «Estoy casi blanca de miedo. Tengo 5 años, no 47. Estoy Ahora bien, hay una analogía recurrente respecto a cómo enca-
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1
muy asustada. Mentalmente, anoto que el miedo que sentís debe rar la experiencia de un tatuaje. Así, en una entrevista publicada en
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ser parte del encanto. [... ]Me habla de los guantes, de la máquina el suplemento «Radar» (Página 12, 27 de mayo de 2001), Fernando
¡ de tatuar, que sé que es chica pero que en mi imaginación es una Colombo, dueño de Face Tattoo, 3 afirma: «Ahora tatuarse es corno
t mezcla rara de torno con sierra mecánica». ir a un estudio odontológico». Esta alusión apunta desde lo mani-
No voy a entrar al contenido de la fantasía; basta señalar el fiesto a un procedimiento rápido y aséptico. Sin embargo, no en
componente regresivo que se activa durante la experiencia del vano se apela a una situación (ir al dentista) que, en esencia, suele
tatuaje. A propósito del tatuador, se afirma: «Probablemente, ma- ser muy temida en la infancia y aun en muchos adultos, por ser
ñana ni rn_e acordaré de su nombre, pero en este mismo instante evocativa de fantasías de castración. Con respecto al público que
es la persona más importante en mi vida». Es decir, la entrega es acude, refiere: «La gente que se hace tatuajes ya no tiene el perfil
total.

:\'' 3. Titular de la Asociación de Tatuadores Argentinos Profesionales y ex tatuador de la


2. Paula Croci y Mariano Mayer: Biografia de la piel, 1998, Buenos Aires, PerfiL Galería Bond Street.
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154 SI LVI A REISFELD TATUAJE Y DISCURSO DE LOS MEDIOS 155

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que solía tener hasta hace unos años. Ahora hay gente "culta", pro- angelito con el nombre de sus hijos[ ... ]. Pero también tiene una ro-
fesionales de todo tipo ... Incluso madres y padres que antes no sa, un dragón y una imagen del Che Guevara» (Revista Viva, Clarín,
querían saber nada del tema y que, al ver los de sus hijos, se copan 10 de marzo de 2002). El segundo ejemplo trae a cuenta los tatuajes
y quieren tener uno ellos también». Subrayo el desdibujamiento de múltiples: «El hijo de Lebon lleva sus ideas tatuadas en la piel»
roles, ahí donde los modelos identificatorios -los padres- «Se co- (Clarín, suplemento Espectáculos, 23 de setiembre de 1998), tam-
pan» con la movida de sus hijos. Colombo lo ejemplifica: «El chico bién acompañado de una foto. Se consigna: «"Me gustaría tatuarme
más chico que tatué tenía once años y vino con toda la parentela. todo el cuerpo, menos el pene[ ... ]". A los 23 años, T. -músico como su
Eran cuatro hermanos, y los padres, que querían tener todos un papá- tiene tatuado un dragón en el pómulo izquierdo: "porque me
solcito en la piel». Por su parte, la cronista agrega un dato signifi- fascinan tanto como las serpientes". En uno de sus brazos lleva: "un
cativo: «A pesar de que la cultura del tatuaje ya no está reducida a chabón, que es un graffitti mío"; en el otro, "un tipo que representa el
ambientes marginales, son muchas las leyendas que surgen en tor- estado de ánimo negativo de hoy en día", detalló, antes de explicar que
no a ella. La más conocida, por ejemplo, advierte que es de mala se tatúa porque es una forma de arte grabado en la piel». La refe-
suerte tener un número par de tatuajes, motivo por el cual el consu- rencia a ambos, quienes son modelos identificatorios afines a un
midor corre a hacerse, aunque tan sólo fuera, un pequeño sol, flor, universo joven, destaca esencialmente el tema del tatuaje.
águila o tribal para escapar a la profecía» [la cursiva es mía]. «Yo También hemos accedido a noticias pintorescas, tales como «Un
no creo eso -dice Colombo- pero tengo cinco». Esta vigencia de un récord a flor de piel» (La Nación, Espectáculos, 12 de enero de 2003):
pensar típicamente mágico (la cábala del número par), que coexis-
te con un aprovechamiento de los recursos tecnológicos (la agiliza- Un hombre de Texas asegura haber establecido un récord
ción del procedimiento para tatuar, la-presentación de muchos lo- mundial al tatuar la piel de uno de sus amigos, sin parar, du-
cales de tatuaje), nos muestra una contradicción. Tampoco es un rante más de 30 horas seguidas. El artista de tatuajes Bobby
dato menor que se hable directamente de un «consumidor». Doran trabajó sobre la piel de Bill Davis y, después de nada
menos que 30 horas y 15 minutos, cubrió su cuerpo con imá-
ifli Ahora bien, para quienes no se avienen a pasar por la experien-
genes de cráneos, dragones, nubes y de Jesús. «Así, puedo
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1
cia, sea por el dolor o por el temor de llevar para siempre algo en
la piel, apareció el «tatuaje express»: se hace con henna, una tintu-
difundir el Evangelio entre la gente», le explicó el excéntrico
Doran a la agencia Reuters. Según el registro de récords
セZ@
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ra natural que dura 15 días y que, entre otras cosas, resiste el agua
de mar sin alterarse. Cito dos ejemplos: «Este verano, a la belleza
Guinness, la sesión continua y más larga de tatuajes había si-
"1:. do de 27 horas y 12 minutos, realizada en Gran Bretaña hace
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Í: *
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1 de una piel tostada se suman dibujos y exóticos motivos que llevan dos años.
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¡¡ 1' sobre la piel. El tatuaje es el protagonista indiscutido de la tempo-
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¡,
rada» (Clarín, suplemento Mujer, 29 de enero de 2002). El otro se La práctica también obtuvo su espacio para un público de me-
acompaña de la foto de una tatuadora trabajando en una playa re- diana edad. Veamos un artículo titulado «Tatuarse a los 40» (La Na-
pleta de jóvenes: «Escrito en el cuerpo. Los tatuajes temporarios ción, Revista, Cultura, 9 de febrero de 2003), cuya leyenda dice:
hacen furor: cuestan poco, no dañan la piel y duran una semana [la cur- «Los tatuajes ya no están mal vistos ni son una moda adolescente;
siva es mía]» (Clarín, 12 de enero de 2000). Llamativamente, aquí sí son cada vez más los adultos que llevan el cuerpo dibujado». Al
se menciona un posible daño en la piel. pie de una foto de un patio escolar con chicos jugando, se reseña:
En los medios, el tatuaje fue mostrado ya sea a través de títulos «A M. L., docente de 50 años, sus al.!.J.mnos la escuchan atentamen-
que no guardan ninguna relación con esta práctica o como si fuera te durante la clase, pero en el recreo comentan: ¡Uh, la pro fe está
importante anoticiarse de alguna figura significativa que se haya tatuada!». ¿Qué se nos dice acerca de sus tatuajes? «El primer tatua-
tatuado. El primer caso concierne a un recuadro titulado «El corra- je se lo hizo hace dos años y hace un mes, el último» [la cursiva es mía].
lito es una vergüenza», cuyo texto nos informa en sus primeras lí- Son tres y todos representan algo para ella. La atrevida Betty Boop
neas que: «Verón tiene cuatro tatuajes en su cuerpo. El último es un es un personaje que le gustó toda la vida y se lo hizo en la espalda;
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156 SILVIA REISFELD
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TATUAJE Y DISCURSO DE LOS MEDIOS 157

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en el tobillo se tatuó la firma de su papá (... ), después de encontrar- - La dermabrasión: se rocía el área con una solución congelante,
セ@ ¡ r: .1 la en una cédula». La entrevistada explica: «Mi padre murió hace y luego, con un instrumento rotatorio y abrasivo, se descama
r.¡'¡ 20 años, pero lo tengo muy presente, yo soy obra de mi papá y ésa la piel. Cuesta entre 200 y 300 pesos.
¡
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)· es la firma del autor en su lienzo». Su último tatuaje son las inicia- - La escisión: se realizan un par de tajos en los bordes y se «le-
¡: セ@ les del nombre de sus hijos: «No me los hago por moda, sino para vanta» la piel comprendida en esa zona. Se utiliza anestesia lo-
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1 ᄀセ@

tener un sello perpetuo de lo que más amo». En esencia, hay un cal. Suele contemplar el implante de piel. Su costo supera los
, : l·¡: discurso -proveniente de una figura investida de autoridad- que 300 pesos.
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, avala como algo natural la grabación en el cuerpo. La explicación La salabración: es uno de los métodos más antiguos. Se utiliza
l l'i 1'!¡ acerca de los diseños elegidos sugiere un renovado intento de pro- anestesia local, luego se aplica agua con sal y, con un instru-
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1 ¡·,,

cesamiento edípico: la identificación con un personaje femenino mento similar al de la dermabrasión, se frota enérgicamente la
,. r._r セャ@
Jt:}l «atrevido», la inscripción concretizada de la imago paterna y el zona tatuada hasta llegar a un tono rojo intenso. Ese paso se rea-
k'.·t'•' ,
L¡ «sello perpetuo» de las iniciales del nombre de sus hijos. liza entre tres y cuatro veces. Es el menos efectivo. Ronda los
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1
Por su parte, la televisión dedicó muchos programas alusivos al 100 pesos.
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r, tema. Uno de ellos, de bastante repercusión, conducido por Fabián - El láser: es el más doloroso, el más caro (entre 50 y 500 dólares,
セイZp@ 1'
Gianola, promocionaba un concurso para mujeres jóvenes en el
que se premiaba con una suma de dinero el tatuaje mejor ubicado
de acuerdo con el tamaño), pero al mismo tiempo es el más
efectivo. No deja vestigios.
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:1 en alguna zona erógena. En realidad, ningún segmento de la po-


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blación quedó excluido de participar de esta fascinación por el ta- Es indudable que esto inaugura otro negocio lucrativo. De los
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tuaje. Durante el último mundial de fútbol (Corea y Japón, 2002), procedimientos aludidos, el láser aparece garantizando una com-
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¡ un emotivo spot publicitario de Sprite, ambientado en el futuro, pleta remoción (véase, en cambio, la opinión de una dermatóloga
':j¡ ¡ ' mostraba a unos simpáticos y juveniles «abuelos y abuelas» que citada en el capítulo 1, nota 3). Curiosa paradoja: eliminar un ta-
' 1 1
compartían con sus nietos no sólo el gusto por la gaseosa, sino tuaje termina costando más que hacerse uno. Además, todos son
. [,,
1.'1 también los tatuajes y pier.cings que se habían hecho antaño, o sea, métodos dolorosos. Últimamente el foco de atención se desplazó
, : en el presente de hoy. El temor al paso del tiempo quedaba aquí al piercing. 4 Y sólo de manera reciente, tanto uno como otro son re-
' '

f j conjurado por la inmortalidad atribuida a ambos productos. El feridos como una «moda riesgosa» (véase Revista Viva, Clarín, 27

mensaje traduce la idea de una «misma movida divertida» (en cier- de julio de 2003).
to momento, una señora mayor le saca la lengua a una joven, mos-
trando que lleva un arito). Por otra parte, hace tiempo que existen
propagandas donde ciertos productos de consumo típicamente in-
fantil traen como premio tatuajes removibles.
Finalizo con un tipo de información que va adquiriendo mayor 4. Véase el artículo: «Perforarse el cuerpo, una moda que crece entre los jóve-
nes>>, y su leyenda: «Narices, ombligos, zonas genitales: todo sitio vale para po-
espacio: los métodos para eliminar un tatuaje. Vale la pena trans- nerse un aro, pagando entre 30 y 100 pesoS>> (Clarín, Informe Especial, 20 de fe-
cribir íntegramente el fragmento publicado en Clarín (Informe Es- brero de 2000).
pecial, 30 de marzo de 2003 ): Respecto a esta práctica, tan difundida ahora, merece consignarse que fue un
video clip del grupo musical Aerosmith el que mostró por primera vez en panta-
Como los métodos de eliminación de un tatuaje suelen ser dolo- lla una escena completa de piercing, donde a una joven se le coloca un aro en el
rosos, caros y no siempre efectivos, poco y nada se habla de los sis- ombligo. El video clip en cuestión constituyó un boom y obtuvo un premio. En
palabras de Paul King, quien aparece como el perforador, "creó la demanda". Lo
:¡ temas que pueden borrar las huellas del dibujo, pero los hay: notable es que también agregó, cuando fue entrevistado, que se trató de una es-
¡1·!¡
cena hábilmente simulada; es decir, no efectuó ninguna perforación. (Canal
MTV, La historia del piercing, 5 de febrero de 2004.)
158 SILVIA REISFELD TATUAJE Y DISCURSO DE LOS MEDIOS 159
1

CONSIDERACIONES FINALES tos. Asimismo, el agravamiento de las problemáticas socioeconó-


1 micas junto con la dificultad de operar cambios externos han de-
Este sucinto recorrido mediático pretende abarcar algunas reflexio- sembocado en un repliegue hacia una realidad más inmediata y

1¡'1
"'ql tangiblemente modificable como lo es el cuerpo.
1
',¡' 1
nes, a saber:
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.:q,¡ 1) Cómo un tipo de discurso puede servir al propósito de legiti- 5) El ejemplo del joven músico «que lleva las ideas tatuadas en
1, ., セ@ !'
セ@ . ' !
'
mar o naturalizar, como diría Bourdieu, una determinada práctica. la piel», aunque no fuera más que una expresión de quien escribió
Hay un mensaje tendiente a incentivar la experiencia toda vez que dicha nota, nos lleva a pensar sobre un posible cambio en las for-
se exponen figuras de distintos ámbitos que han pasado por ésta. mas actuales de comunicación. Me refiero a cierto viraje en cuanto
,, セ@ j' 2) Cómo la incorporación de un objeto de consumo como lo es al papel que antes cumplían los graffitti de la calle en contraposi-
セ@ 1
ción con el recurso de la utilización de graffitti corporales. De ser

''t'· el tatuaje conviene a una «utilización económica de los cuerpos»


セ@ ¡: (Foucault, 1988). así, el sesgo de la mirada también evidenciaría un cambio: no es lo
3) La gravitación del tema de la identidad asume una dimen- 1 ..
mismo «mirar» algo compartido por cualquier transeúnte que ofre-
イセ@ ·11 sión de índole general (como expresión de una época, y de la cul- cer el propio cuerpo para «ser mirado».
tura globalizada liderada por ciertos países), al tiempo que se in- 6) Un hecho llamativo es la creciente sustitución de un plano
,11'1
Gᄀᄋセ@
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serta y refuerza a partir de un contexto histórico-social como el que meramente representacional (ideativo) por otro de índole corporal.
1 セG@ atraviesa la Argentina. Asimismo, este aspecto adquirirá un sesgo Es decir, la tendencia a emplear la piel (concreta, objetiva) en con-
JI!
:1
específico según el momento vital de cada individuo. Un punto
importante radicaría en el hecho de la necesidad de prolongar la
traposición a una piel mental en su función de contención. Este as-
pecto, que no remite únicamente a situaciones individuales, nos
'.1·,;. 1
adolescencia en cuanto etapa de maduración, así como de su idea- habla de un déficit en las funciones de contención social (de un fa-
i セᄋ@ i lización por parte de los adultos; esto último parece tornar más di- llido yo-piel social, si extendiéramos el concepto de Anzieu), cues-
r'l fícil la aceptación de los límites impuestos por el paso del tiempo. tionamiento que parece también abarcar las grandes creencias reli-

'· '; エセOLᄋ@


Del material se desprende que la identid.ad puede verse afectada giosas. Al respecto, tomo como ejemplo la alusión al revival de un
en diferentes períodos de la vida, resultando, a mi entender, uno «neopaganismo», que implicaría un parcial retorno a modalidades
¡,,,·'. :·.,,:,;! más primitivas o arcaicas de expresión. 6 Además, como he sosteni-
セᄋ@ de los motivos de la incursión adulta en el tatuaje. 5
4) Con respecto a las condiciones que aquí favorecieron su acep- do a lo largo del libro, el tatuaje comporta para muchos la vivencia
11 ':1
•...:·: ...:'.' '(f.l: tación, la mayor incidencia recae en la dimensión de los ideales y de integrar una suerte de hermandad (los tatuados), cuando no, un
'1 ·''!l
' '"i' en el hecho de que fuera adquiriendo una cualidad más concreta. culto propio al que se le otorga un sentido de espiritualidad.
:¡ セイ@
; !:¡,
':¡. La noción de temporalidad, afectada en términos de proyección fu-
' .j.'
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tura, se encarna en el tatuaje: por un lado, «es para siempre»; por
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1
otro, recorta un tiempo presente. Pero también hay un aspecto que
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1'
1
atañe a la fijación de un momento significativo y que es paralelo a
una problemática más abarcativa: no en vano reaparece constante-

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:¡;:;セᄋ@ 11

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mente, y a la manera de uri síntoma social, la referencia a la «falta
de memoria» de los argentinos en relación con sus acontecimien-
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11
1.¡ ,,, ¡'
6. Al respecto Freud sostiene, en «El malestar de la cultura>>, cap. I: <<[ ... ] en el
:j¡ セZ@

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5, E. Jaques (1974) se refirió a la llamada «crisis de la edad media de la vida»,
ubicándola alrededor de los cuarenta años, época en que se requiere elaborar
ámbito del alma es frecuente la conservación de lo primitivo junto a lo que ha
nacido de él por transformación ... Este hecho es casi siempre consecuencia de
i)
1, ,, 1
'¡.·· ,l ciertos duelos, a saber: la distancia que media entre logros y aspiraciones, la elec- una escisión del desarrollo. Una porción cuantitativa de una actitud, de una mo-
:¡1: ,¡:1
il·.· ción que se hizo de los objetos amorosos y la persistencia de los lazos edípicos y, ción pulsional, se ha conservado inmutada, mientras que otra ha experimentado
por último, el percatarse de la proximidad de la muerte. el ulterior desarrollo>>.
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Anexo
Entrevista al "Mago Ilustrado"

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«Tengo arriba de 1.200 tatuajes. Tengo que cubrir todo el cuerpo,
1
quiero llegar al libro de récords mundiales, al Guínness.»
¡,, EL MAGO ILUSTRADO

1,,
ENTREVISTA AL "MAGO ILUSTRADO" 163

mismos ... ¡no sé!, locuras del momento. Al año me arrepentí, eran
feos. Decidí taparlos con colores y me gustó. Como salía en televi-
sión, en las revistas me llamaban el «Mago Ilustrado» por los ta-
tuajes. Fue todo una cadena, la prensa me buscaba, tenía más tra-
bajo y vi que ganaba más dinero. Entonces me dije, «voy a ser el
Mago Ilustrado». Y me tatué un poquito todos los meses. Cada
vez que salía en revistas y veía un pedazo en blanco, después me
tenía que tatuar. Y como todavía laburaba en un circo, lo hice en
la cara, la cabeza, la boca ... Cuando empecé, tenía 35 años. Han
pasado diez y ahora tengo arriba de 1.200 tatuajes. Tengo que cu-
brir todo el cuerpo, quiero llegar al libro de récords mundiales, al
Guinness.

- ¿Cómo se logra?

-Te contactás por Internet, están por todas partes del mundo.
La prensa está conectada con ellos y durante un año aparecés en el
libro. Te pagan por uno o dos años, después van renovando las fo-
tos. Por ahora me gana el «Hombre Leopardo» de Inglaterra pero
algún día lo pienso superar. Él ya está en el Guinness, tiene menos
Verano de 2000, un domingo en Punta Carrasco. En el fondo de un dell% descubierto, casi nada, todo cubierto de manchas anaranja-
paisaje de gente, sombrillas y reposeras, se recorta la figura de un das y negras. Pero no es lo mismo, porque mis tatuajes son dibujos
iJ hombre con el rostro, la cabeza y el cuerpo enteramente tatuados, individuales. A mí me faltan unos baches, en las palmas de las ma-
que se abre paso a las miradas que inevitablemente recaen en él. nos, algo en las piernas y debajo de mis pies.
Solo, y ajeno a la atención que concita, termina ubicándose en un
sector destinado a un público adulto. - Un cambio radical de vida ...
Tiempo después, tuve conocimiento de que se lo encontraba
diariamente en la calle Lavalle, frente a la Galería Luxor, publici- - La verdad que sí. Siempre trabajé mucho pero cuando empe-
tando un local de tatuajes y venta de CD. La entrevista que trans- cé a tatuarme, le encontré más el lado por los tatuajes que por los
cribo es una síntesis de dos encuentros con Alberto, quien es cono- shows que hacía. Hay gente que dice: «Me hago un tatuaje y me
cido en cierto ámbito artístico como el «Mago Ilustrado». echan de todos lados». Para mí fue lo contrario, del espectáculo pa-
sé al comercio, porque esto se promociona. Ahora los shows los ha-
go sólo el fin de semana. Trabajo en dos o tres boliches por noche,
INICIOS hago puerta, un show de magia y después me quedo bailando arri-
ba de la barra.
- Empecé haciéndome tatuajes tumberos con tinta china y
aguja por una piba con la que salía. Me empecé a escrachar a lo - ¿Cómo eras en tus épocas del Mago Fornés?
largo de ese año ... Entre el '91 y el '92, laburaba en televisión co-
mo el «Mago Fornés» y lo hacía con manga larga. Ella tenía esos - Tenía pelo largo, usaba chivita, era totalmente diferente. Pero
dibujos porque se crió en un colegio pupilo y yo quería tener los por dentro sigo igual. Siempre me gustó ser mago porq1;1-e es un
f"
164 SILVIA REISFELD ENTREVISTA AL "MAGO ILUSTRADO" 165

trabajo donde no dependo de otros. Hacía lo mismo que ahora, ilu- los Expedientes X. En ese programa hay unos personajes rarísimos.
'!'
':: !11 sionismo, prestidigitación, escapismo ... el espectáculo siempre fue Una vez apareció en la serie el «Hombre Rompecabezas», yo loco-
ll
.. . ·r¡: parte de mi vida. Ya mi padre era cantante y llegó a sacar un disco . nocía del circo, estaba pelado, y bueno, ahí me saqué el pelo y me
,,¡;n· Yo era duro con la guitarra pero le di el gusto de ser artista mágico. tatué la cabeza.
'¡ Me iba bien pero me entusiasmé más con los tatuajes ... yo quería
1 セ[@ JI ser la persona diferente del show. Era una buena forma de meter - ¿Usaste algún anestésico?
' 1
más gente, por la publicidad que me hacían. A mí siempre me pre-
i -No, no duele, es una molestia.
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sentan como «el hombre más tatuado de Sudamérica».
'1'

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1 ¡·
- ¿No decías que hay partes dolorosas?
los TATUAJES
- Sí, es cierto, hay que aguantarse, pero al que le gusta ... des-
- ¿Recuerdas tu primer tatuaje? pués los lucís de por vida.

-El de color, una rosa. Me lo hice el día martes 13 del lO del - Tengo entendido que no está permitido tatuarse la cara ...
'92. De ahí, seguí todos los meses ... un dragón, un león, tribales,
animales, dibujos que no comprometan a la policía ni a las leyes -No lo está, es desfiguración del rostro. Yo saqué un permiso
del país. Hay tatuajes como los «cinco puntos», «la espada con la de la comisaría donde dice que lo hago para espectáculos públicos
víbora toda girada», que están en contra de la policía. Prefiero ha- y televisivos. Si la policía me detiene, muestro el permiso, explico
cerme cosas que tengan un sentido bueno. Pero a cierta altura me que hago un personaje raro y que ésa es la atracción.
hago cualquier cosa. Saco dibujos de revistas, de fotos, y me los
tatúo. - ¿Y cuando vas por la calle?

- ¿Hay zonas del cuerpo donde más duele tatuarse? - Hay gente que no le gusta y me manda a la miércoles, pero
las cosas malas entran por un oído y salen por el otro. Por ahí algu-
-La cara, en la costilla, donde hay hueso. Pero es un momento, no que no te conoce, se aparta o pega un saltito porque se asustó. Y
se aguanta ... hay otra que te felicita, saca fotos y te pide autógrafo. Casi a todos
los lugares donde voy me invitan. Hace poco fui al Sheraton, tres
- ¿Cuánto tiempo llevó tatuarte la cara y la cabeza? 1 días de fiesta, y bueno, ahí estaba con traje y todo el mundo se
quedaba asombrado. Hay de todo. Es así todos los días pero me
-Muchas horas ... La cara duele tanto que primero me hice me- siento bien, soy feliz, con ganas de luchar la vida. Excepto algunos
dia cara y a los dos años la otra mitad. La cabeza la hacía todos los vicios como el alcohol y el fumar, lo normal de toda la gente, vivo
miércoles ... un miércoles seis manchas, el siguiente tres, sesiones tranquilo. Tengo una casa en Mar del Plata y cuando puedo me es-
de una hora y pico. Tenés que hacerlo despacito y con un buen ta- capo para allá. Si vos vas a la playa, el que no tiene un tatuaje, tie-
tuador. Material descartable, agujas esterilizadas, guantes, vaseli- ne dos, en la pierna o el brazo. Cada vez que voy parezco la mosca
na, todas cosas que después se lleve el cliente. La idea la tuve por que alegra la leche ... es el destino que busqué o se me vino solo.

(Me enseña una serie de fotos, algunas artísticas. Luce como un mode-
l. En la frente y el rostro, lleva dibujos tribales. El diseño de la cabeza es abs- lo que despliega un cuidadoso trabajo corporal. En unas, exhibe parcial o
tracto, una serie de manchas negras. totalmente su cuerpo tatuado. En otras, está acompañado por alguna mu-
166 SILVIA REISFELD ENTREVISTA AL "MAGO ILUSTRADO" 167

jer, y las posiciones -además de la vestimenta de cuero negro y con ta- -Dos, un varón y una nena, de un matrimonio que no anduvo.
chas- sugieren un clima sadomasoquista). Tienen la misma edad que mi señora actual. Hace años que no los
veo, los cuidaba la abuela. Yo viajaba con el circo, ellos se mudaron
Algunas me las sacaron para distintas revistas de afuera. En el y perdí todo contacto. Los he buscado por medio de la televisión y
pene me tatué una víbora que empieza en la pierna y después son las revistas, siempre los anuncio, pero nunca se contactaron.
todas arañas alrededor.
- ¿Creés que tenga que ver que estés todo tatuado?
- No debe de haber sido fácil...
-No sé. Ni idea. Mi tía los encontró un par de veces, invitó a la
-No, pero después de tantos pinchazos te acostumbrás. Algu- nena a su casa. Ella tiene una carpeta de presentación con todas las
nos me dicen: «SOS masoquista»; otros dicen que no. A mí me gusta notas que me hicieron y se la mostró, «éste es tu padre y ¡es un
el tatuaje pero no el dolor, yo trato que no me duela tanto. monstruo!», pero lo dijo con buena onda. Después no aparecieron
más ...
,' セZゥ@ - ¿Cuánto dinero llevas invertido?
' 1 - ¿Alguna vez te arrepentiste?
セ@ :. 1('
-Ni idea, perdí la cuenta. Calculá, un tatuaje mínimo, chiquito,
de 4 x 4, vale entre 30, 35 o 40 pesos. A esta altura me los hacen -Al contrario, me quiero hacer más y más. Llevo el trabajo de
!!1:1 gratis pero acá llevo una fortuna. Todo lo que ganaba en los shows unos 55 tatuadores, gente de Mar del Plata y Buenos Aires. A to-


Zイ@
.1' lo invertía en tatuajes. Es la mejor plata que pude gastar porque la dos lados que voy me hago un tatuaje, un recuerdo de todos los ta-
11
1; .. Gセ@
pareja, la ropa, envejece o te separás, pero un tatuaje te queda de tuadores. También de dos que me tatuaron al mismo tiempo. Una
! f¡ por vida. vez, por un concurso, quién terminaba primero. Me hicieron un
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pescadito de cada lado. Terminaron empatando después de unos
·; 1'' -¿Lo de la pareja ha sido difícil? 20 minutos. La otra, en Mar del Plata, un español y un argentino,
\¡セ@ ¡¡·.j\, me tatuaron Argentina y España en la espalda. Hay que aguantar
セ@
-Tuve muchas ... a veces 2 o 3 a lo largo de un año. La primera dos máquinas tatuando, ahí me dolió un poquito más pero me aga-
1
ᄀセャG@ ,, que tuve me duró cinco años, otra tres, y hubo otra de siete años. rré fuerte a la mesa y adelante ... Yo estoy orgulloso porque fui uno
' Ahora tengo una que me está durando, estoy de novio hace cinco de los primeros que se empezó a tatuar en la Argentina y llegué a
J¡ll¡:l'
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meses ... tiene 18 años, va a cumplir 19. Lo que pasa es que es muy ser el más tatuado de Argentina. Fue una cosa que me cambió la
jodido salir conmigo porque si vamos por la calle todo el mundo te vida, si no tuviera tatuajes, no sé qué sería, solamente el Mago For-
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mira. Me acuerdo que con esta piba, la que está saliendo conmigo, nés ... un mago con tatuajes es un personaje distinto.
¡! :·t la invité a cenar a un Tenedor Libre. Yo comí siete platos y ella no
1 ¡·
·:'¡ ;.'
jlt comió ni uno. La quería matar y ahí fue la primera pelea. Ella me
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dijo, «Si todo el mundo nos miraba, qué querés». Tiempo después LA ACTUALIDAD
volvimos al mismo restaurant, yo comí cuatro platos y ella comió
uno pero comió algo. Yo estoy acostumbrado a que me miren, por- - ¿Qué te pareció la Convención Internacional que se llevó a cabo en
que vos en el circo tenés 3.000 o 4.000 personas de público y perdés Buenos Aires?
la vergüenza sí o sí.
-Fue muy buena, no me lo esperaba. Ahí no me tatué porque
- ¿Tienes hijos? fui como invitado. Vino gente muy «grossa», los mejores tatuado-
res, hacía falta una cosa así en la Argentina. Por lo menos me sentí
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más cómodo en ese ambiente con tanta gente tatuada, no tanto co- - ¿Aquí hay muchos que se tatuaron la cara?
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1: mo yo, pero quedé flasheado con las cosas que se hacían en la piel.
1 . 1
Es cuestión de gustos. Hay gente que se pone clavos en la cabeza, -No. Uno es el hijo de David Lebon, que se tatuó un dragón.
l¡·:¡i
·.·. j colocan dentro de la piel una planchuela y los clavos quedan para- Hay otro que tiene media cara tatuada y está Marcelo de Monte
i )l dos, otros se hacen quemaduras o implantes que se ponen en la Grande que también tiene media cara pero no tantos tatuajes corno
!;'' ¡'j frente, unas bolitas; eso, como los tatuajes, tampoco te lo podés sa-
l· 1' yo. Y después gente que vino a la convención, pero eran de Vene-
¡1 rj
car... pero acá todavía no existe esa mentalidad.
セᄀᄋイZNG@ zuela, Estados Unidos ... La convención ayudó a que la gente se ta-
l. [!'¡; tuara en la cara, porque además los medios venían a hacer notas .
i '¡'. -Y qué opinas de esas prácticas, colocarse clavos, quemarse la piel...
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'セ@ ll
- ¿Hay gente arrepentida de haberse tatuado?
1 !f. - Todo depende dónde labures, porque si vos trabajás en una
イ[セャ@ oficina no te vas a poner fierros. Mi profesión era ser mago artístico. - Sí, mucha ... lo tapan con otro o se tienen que aguantar. Hay
que estar muy convencido. A mí me trajo suerte, a veces me lo ha-
n.f
qt. - ¿Entonces es sólo por trabajo? go corno cábala, un amuleto, pero otra gente lo hace como, no sé,
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i'·:! 1
1
que le gustó una cosa, le gustó otra ... Yo tengo desde Cristo hasta
-No ... yo me hice los tatuajes pero no sólo por laburo, la fama el diablo, animales, puntos, de todo un poco. También me pongo el
me vino después. Los hice porque me gustaban. Bueno, capaz que nombre de la chica con la que ando en el momento y cuando ter-
me tatuaba la cara y no tenía más laburo, pero ni lo pensé. Yo lo hi- mino me lo tapo con un tribal o una cosa negra ... No, no lo guardo
ce y, al contrario, tuve más laburo. de recuerdo porque si no tendría como 50 ...

- ¿Tus urias también están tatuadas? - ¿No resulta un negocio?

- Siempre las llevo de negro, tipo «dark», como Charly García - Y sí, a los locales no les importa, cuanto más vienen mejor.
que las tiene rojas. Me las han querido tatuar pero prefiero pintar- Ganan los tatuadores, los promotores, es un buen negocio. Para un
las. Si me las tatúo, la uña crece y hay que cortar los bordes. tatuaje gastás tinta, agujas, vaselina ... De cada tatuaje, la mitad se
lleva el local y la otra el tatuador. En mi caso, la disquería y el tatua-
- ¿Te has dedicado a tatuar? dar me pagan por estar presente y promocionar el lugar. Se abrie-
ron muchos locales, algunos te sacan la cabeza y cobran mínimo 40,
- En un tiempo lo hacía pero me interesa más hacer shows, rela- 50 pesos. Acá se cobraba 25 pero ahora subió a 30 por el dólar.
ciones públicas y promociones. No me gusta tatuar. También prefie-
ro que el tatuaje me lo haga otro, para que quede mejor y perfecto. - ¿Y si pasara como moda?

- ¿Por qué crees que el tatuaje se impuso en la Argentina? - Los tatuajes van a seguir estando. En la convención había 40
stands, pero si vas a San Pablo, ya hace años una convención reunía
-Y, un poco culpa mía, porque siempre me sacaban como bi- 150. En otros lugares las convenciones son gigantes. Cada vez hay
cho raro en la televisión y a raíz de eso se empezó a tatuar gente. más tatuados. Acá, en invierno, mínimo se hacen 2 o 3 tatuajes por
También al conocerme con la cara tatuada ... Muchos lo hacen por día. Pero ahora la mayoría viene por un piercing. El piercing se im-
moda, pero no es moda porque el tatuaje dura para siempre. Lo pone porque te lo podés sacar.
podés sacar con láser pero cuesta mucho, la piel te queda quemada
y con cicatriz, no es conveniente.
170 SILVIA REISFELD

- ¿Lo consideras una forma de arte?


Bibliografía
- Es arte pero hay que buscarse un tatuador que no sea co-
merciante, que se tome su tiempo y lo haga bien. Hay tatuadores
que son un desastre, lo hacen por plata, y otros lo hacen por a:lte
y con el tiempo ganan mucha plata. Acá hay muy buenos. Está
Sanca de Munro, que es el mejor de la Argentina. También están
las convenciones donde se busca al mejor tatuador, se premia el
mejor tatuaje ...

セ@ QZセ|@ - ¿Es frecuente el comercio de pieles tatuadas?


l!i:,

-En Estados Unidos, Japón, Alemania, se hace en muchos lu-


gares. Te hacés un tatuaje, lo sacan, encuadran, y te ponen piel de

'1'
otro lado. Eso se paga muy bien. Por una piel entera pagan una
fortuna. Se la da en vida y después la entregan los parientes delta-

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tuado. No sé, el día que yo muera, si acá hay un especialista que
:.11· i los pueda sacar... Yo espero que con el tiempo y los concursos que
.il .
1¡ ', ahora son de carácter internacional, el asunto sea más próspero.

Z@. :i•.
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