Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
que escapa, pero si que interviene bajo una incidencia cuyo modo de perturbación es
precisamente el que estudiamos este año. La más patente manifestación, la señal de la
intervención del objeto a, es la angustia.
Ello no equivale a decir que el objeto a es sólo el revés de la angustia, que sólo interviene,
que sólo funciona en correlación con la angustia. La angustia, nos ha enseñado Freud,
cumple, con relación a algo, la función de señal. Yo digo: es una señal en relación con lo
que sucede en lo referente a la relación de un sujeto, de un sujeto que además no podría
entrar en dicha relación sino en la vacilación de cierto fading, la que designa la notación de
sujeto por una S/ la relación de dicho sujeto, en ese momento vacilante, con aquel objeto
9 de Enero de 1963 en toda su generalidad.
La angustia es la señal de ciertos momentos de esa relación. Nos esforzaremos hoy por
mostrarlo con mayor profundidad, y esto supone un paso más en la situación de precisión
gráfico(18) de lo que entendemos por objeto a. Quiero decir que a dicho objeto lo designamos
precisamente por a. Hago observar que tal notación algebraica tiene su función. Es como
un hilo destinado a permitirnos reconocer, bajo las diversas incidencias con que se nos
presenta, su identidad. Su notación es algebraica, a, precisamente para responder a esa
El interés que esto ofrece es indudable, porque o bien es válido o bien no lo es; y resulta Dije entonces muchas cosas, bajo la forma ciertamente más apropiada, es decir, bajo una
cierto que de alguna manera debe intervenir la función del Otro. forma en parte velada. Cierto es que antes, en ese trabajo sobre la trasferencia al que
recién aludí y que aportó una división tan genial como la de la oposición entre lanecesidad
En todo caso, puesto que una parte importante de nuestras especulaciones conciernen a de repetición y la repetición de la necesidad (trabajo de Lagache), ven que el recurso al
la llamada elección del objeto de amor, dado que en las perturbaciones de la vida amorosa juego de palabras para designar cosas —no sin interés, por lo demás— no es simplemente
yace una parte importante de la experiencia analítica, y que en ese campo se considera privilegio mío. Pero creo que la referencia a la transferencia, al limitarla únicamente a los
capitel la referencia al objeto primordial, la madre, se impone distinguir dónde hay que efectos de repetición, a los efectos de reproducción, es algo que merecería ser oído, y que
situar esa incidencia acribillante, debido a que para algunos de ella resultará que sólo la dimensión sincrónica arriesga, a fuerza de insistir sobre el elemento histórico, sobre el
podrán funcionar para el orgasmo con prostitutas, y que para otros lo será con otros elemento repetición de lo vivido, en todo caso arriesga dejar de lado toda una dimensión
sujetos elegidos en otro registro. no menos importante que es precisamente lo que puede aparecer, lo que esta incluido,
latente en la posición del analista, y por lo cual yace en el espacio que él determina la
Sabemos, gracias a nuestros análisis, que la relación con la prostituta se halla casi función de ese objeto parcial.
directamente encastrada en la referencia a la madre. En los otros casos, los deterioros, las
degradaciones de la Liebesleben; le vida amorosa, están ligadas a la oposición del cuerpo Es lo que al hablarles de la transferencia, si lo recuerdan, yo designaba con la metáfora,
materno del que evoca cierto tipo de relación con el sujeto a la mujer de cierto tipo bastante clara en mi opinión, de la mano que se tiende hacia el leño y en el momento de
diferente en tanto que ella se convierte en soporte, en tanto que es el equivalente del alcanzarlo ese leño se inflama, y en la llama aparece otra mano que se tiende hacia la
objeto fálico. primera.
¿Cómo se produce todo esto? El esquema que he reproducido une vez más en la parte Lo designé igualmente, al estudiar el Banquete de Platón, por la función denominada del
superior del pizarrón, nos permite indicar lo que quiero decir. ¿Acaso el mecanismo, la AGALMA en el discurso de Alcibíades. Pienso que la insuficiencia de tal referencia
articulación se produce a nivel del atractivo del objeto, que aparece para nosotros sincrónica a la función del objeto parcial en la relación analítica, en la relación de
revestido o no de ese encanto, de ese brillo deseable, de ese color —así es como se transferencia, establece la base de la apertura de un expediente relativo a un dominio que
designa en chino a la sexualidad— que hace que el objeto devenga estimulante me sorprendió y no me sorprendió a la vez; al menos no me sorprendió que se lo dejara en
precisamente al nivel de la excitación? la sombra, a saber que determinado número de cojeras de la función sexual pueden
considerarse como distribuidas en cierto campo de lo que puede llamarse resultado
¿Dónde se situará ese color preferencial?: yo diría que en el mismo nivel de señal que post-analítico.
también puede ser el de la angustia, o sea en el nivel i'(a). Entonces se tratará de saber
por qué. y lo indico de inmediato para que vean a dónde quiero llegar, por la ramificación Creo que este análisis de la función del analista como espacio del campo del objeto parcial
del investimiento erógeno original de lo que hay aquí en tanto que a, presente y oculto a la es precisamente aquello ante lo cual, desde el punto de vista analítico, nos detuvo Freud
vez. en su artículo Análisis terminable e interminable; y si se parte de la ide a de que el límite de
Freud fue —aparece en todas sus observaciones— la no percepción de lo que
O bien lo que funciona como elemento de selección en la elección del objeto de amor se efectivamente había que analizar en la relación sincrónica del analizado con el analista con
produce a nivel del marco por une Einschränkung, por ese estrechamiento que Freud respecto a la función del objeto parcial veremos en ello el resorte mismo de su fracaso, del
refiere directamente al mecanismo del yo, por esa limitación del campo de interés que fracaso de su intervención con Dora, con la mujer del caso de homosexualidad femenina, y
excluye cierto tipo de objeto precisamente en función de su relación con la madre. veremos, sobre todo, por qué Freud nos designa en la angustia de castración lo que él
llama el limite del análisis, precisamente en la medida en que él mismo resultaba para su
Ambos mecanismos se encuentran, como ven, en los dos extremos de esa cadena que analizado el asiento, el lugar de ese objeto parcial.
comienza en Inhibición y acaba por Angustia, cuya línea diagonal marqué en el cuadro que
les dí al comienzo de este año. Entre la inhibición y lo angustia es conveniente distinguir Si Freud nos dice que el análisis deja a hombre y mujer con las ganas, uno en el campo de
dos mecanismos diferentes, y comprender en qué pueden intervenir uno y otro de arriba lo que entre los varones se llama propiamente "complejo de castración", y la otra en el
abajo en toda manifestación sexual. "penis-neid", no es este un límite absoluto es el límite donde se detiene el análisis
terminado con Freud, límite que sigue el paralelismo indefinidamente aproximado que
carácteriza a la asíntota. El análisis que Freud llama indefinido, ilimitado (y no infinito), lo
es en la medida en que algo de lo que al menos puedo preguntar de qué modo es
analizable, yo no diría no analizado, sino revelado de una manera solamente parcial donde
se instituye ese límite.
No crean que al decir esto aporto algo que deba considerarse como completamente fuera
de los límites de los esquemas ya trazados por nuestra experiencia; después de todo, y
me refiero a trabajos recientes y familiares en el campo francés, fue alrededor de la
envidia del pene que un analista, durante años que constituyen el tiempo de su obra, hizo
girar muy especialmente sus análisis de obsesivos. Cuántas veces, en los últimos año, La segunda es la transformación que puede producirse en lo relativo al cuello y al borde. A
comenté ante ustedes esas observaciones, y lo hice para criticarlas, para mos trar, con lo partir de aquí, será manifiesta para ustedes la oportunidad de la prolongada insistencia
que entonces teníamos en mano, lo que yo consideraba la piedra de toque. Formularé que el año pasado dediqué a consideraciones topológicas concernientes a la función de la
aquí de manera más precisa, en el punto de explicación al que llegamos, de qué se trata, identificación a nivel del deseo, o sea el tercer tipo designado por Freud en su artículo
qué quise decir. De qué se trataba —lo vemos en la detallada lectura de las sobre la identificación, aquél cuyo ejemplo mayor encuentra en la histeria.
observaciones— sino de llenar ese campo que yo designo como la interpretación de la
función fálica a efectuar a nivel del gran Otro cuyo lugar ocupa el analista, y de cubrir, Estos son la incidencia y alcance de tales consideraciones topológicas. Les dije que
digo, ese lugar con el fantasma de fellatio, especialmente referido al pene delanalista. dediqué tanto tiempo el cross-cap para darles la posibilidad de concebir intuitivamente lo
que es preciso llamar distinción del objeto del que hablamos, a, y del objeto creado,
Indicación muy clara. El problema fue perfectamente localizado y déjenme decir que no por construido a partir de la relación especular, del objeto común justamente relativo a la
azar, quiero decir por azar con relación a lo que estoy desarrollando. Sólo que observaré imagenespecular.
que este no es más que un sesgo, y un sesgo insuficiente; en realidad, dicho fantasma,
utilizado para un análisis de la cuestión que no podría ser exhaustivo, no hace más que ir a Lo recordaré en términos cuya simplicidad habrá de bastar dado todo el trabajo cumplido
dar a un fantasma sintomático del obsesivo. anteriormente.
Y para dar precisión a lo que quiero decir, me remitiré a una referencia verdaderamente ¿Qué cosa hace que una imagen especular sea distinta de lo que representa? Que la
ejemplar en la literatura, a saber, el bien conocido comportamiento nocturno del Hombre derecha se convierte en la izquierda e inversamente.
de las Ratas, cuidando después de haber obtenido de sí mismo su propia erección ante el
espejo, va a abrir la puerta que da al pasillo, y la abrirá al fantasma imaginado de su padre Dicho de otro modo, si damos crédito a la idea —por lo común somos recompensados por
muerto para presentar, ante los ojos del espectro, el estado actual de su miembro. el hecho de dar crédito a las cosas de Freud, incluso a las más aforísticas— de que el Yo
es una superficie, será en términos topológicamente de pura superficie que el problema ha
Analizar la cuestión únicamente a nivel del fantasma de fellatio del analista, a tal punto de plantearse: la imagen especular, con relación a lo que ella duplica, es exactamente el
ligado por el autor a lo que éste llamo técnica de acercamiento con relación a la distancia paso del guante derecho al guante izquierdo, lo que puede obtenerse sobre uno simple
considerada esencial, fundamental en la estructura obsesiva, particularmente en sus superficie dando vuelta el guante.
relaciones con la psicosis, es; creo, solamente haber permitido al sujeto y hasta haberlo
alentado a tomar, en la reacción fantasmática del Hombre de las Ratas, el rol de ese Otro Recuerden que hace tiempo que les hablo del guante y de la caperuza. La mayor parte del
en el modo de presencia que aquí se halla constituido justamente por la muerte, de ese sueño citado por Ella Sharpe gira, alrededor de este modelo.
Otro que mira, impulsándolo incluso, yo diría fantasmáticamente, por la fellatio, un poco
más adelante. Hagan ahora la experiencia con lo que les enseñé a conocer —espero que no sean
muchos quienes todavía no lo conocen— en la banda de Moebius, es decir —lo recuerdo
Es evidente que este último punto, este último término sólo se dirige a aquellos a quienes para quienes todavía no han oído hablar de ella— que la obtendrán muy fácilmente, no
su práctica permite colocar enteramente en su lugar el alcance de estas observaciones. importa cómo si toman este cinturón. y después de haberlo abierto, vuelven a anudarlo
consigo mismo haciéndole dar, en el transcurso, una media vuelta; así obtendrán una
Concluiré abordando el terreno en el que nos adentramos la próxima vez, y para dar su banda de Moebius, es decir algo donde si una hormiga se paseara, pasaría de una de las
sentido a las dos imagenes que les señalé en el ángulo inferior derecho del pizarrón la aparentes caras a la otra sin necesidad de pasar por el borde; en otros términos, una
primera representa un florero, con su cuello. En realidad, esto no se ve de primera superficie de uno sola cara.
intención, puse frente a ustedes el agujero de ese cuello para indicar, pera remarcar que lo
que importa es el borde. gráfico(21)
he puesto entre los manos. Queda, adjunto a i(a) el resto, es decir, una banda de Moebius;
Una superficie de una sola cara no puede ser dada vuelta. Pues efectivamente, tomen una dicho de otro modo, es lo mismo que si hacen partir del punto opuesto del borde del florero
banda de Moebius; verán que hay dos maneras de hacerla, según de qué modo se dé la una superficie que se une, como en la banda de Moebius. Porque a partir de ese
vuelta. Si se le da la media vuelta de que recién hablé, a la derecha o a la izquierda, sus momento, todo el florero se convierte en una banda de Moebius, ya que una hormiga que
caras no se recubren(22) ; pero si vuelven una sobre ella misma, será siempre idéntica a sí se paseara por el exterior entraría, sin dificultad alguna, al interior. La imagen especular se
misma. A esto le llamo no tener imagen especular. convierte en la imagen extraña e invasora del doble, se convierte en lo que ocurre poco a
poco al final de la vida de Maupassant, cuando comienza a dejar de verse en el espejo o
Por otra parte, y con respecto al cross-cap, les dije que cuando por una sección, un corte, advierte en una habitación algo que le de vuelta la espalda y de lo que inmediatamente
que no tiene otra condición que la de reunirse consigo mismo, después de haber incluido sabe que él mismo no deja de tener cierta relación con ese fantasma: cuando el fantasma
en él el punto agujero del cross-cap, cuando aíslen una parte de éste quedará una banda se da vuelta ve que es él mismo.
deMoebius.
De esto se trata en la entrada de a al mundo de lo real, adonde no hace más que volver. Y
observen, para terminar, de qué se trata.. Puede parecerles extraño, raro, como hipótesis,
que algo se parezca a eso. Sin embargo, observen que si nos pusiéramos fuera de la
operación del campo visual como a ciegas, cierren los ojos por un instante, y a tientas
sigan el borde de ese florero transformado. Pero es un florero como cualquier otro, sólo
tiene un agujero, puesto que no tiene más que un borde. Parece tener dos. Y con respecto
a tal ambigüedad entre el uno y el dos, pienso que aquellos que tienen simplemente un
poco de lectura saben que se trata de una ambigüedad concerniente a la aparición del falo
en el campo de la aparición onírica —y no solamente onírica— del sexo, donde
aparentemente no hay falo real. Su modo ordinario de aparición es el de presentarse con
Aquí tienen la parte residual. La construí para ustedes y la hago circular. Ofrece su
la forma de dos falos. Y bien, por hoy es suficiente.
pequeño interés porque, déjenme decirlo: esto, es a. Se los doy como una hostia, pues
luego se servirán de ella; a está hecho así. Así está hecho cuando se ha producido el corte
cualquiera que sea, sea el del cordón, el de la circuncisión, y cualesquiera otros que
tengamos que designar.
Después de ese corte, cualquiera que fuese, queda algo comparable a la banda de
Moebius, algo que no tiene imagen especular. Entonces, vean bien ahora lo que quiero
decirles.
Primer tiempo, el florero que hay aquí tiene su imagen especular, el yo ideal, constitutivo
del mundo del objeto común.