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Estudiante: Dayana Melisa Arciniegas Guerrero

Docente: Julián Sabogal Tamayo


Capítulo 7
TIEMPO DE ROTACION Y NUMERO DE ROTACIONES.
La valorización del valor desembolsado D y al mismo tiempo el retorno del capital
a esta forma (a la forma dinero) aparecen tangibles en la fórmula D... D'. Pero lo mismo
sucede en la segunda fórmula, pues el punto de partida de P es la existencia de los
elementos de producción, o sea, de mercancías de un valor dado. La fórmula implica la
valorización de este valor (M' y D') y el retorno a la forma originaría, toda vez que en la
segunda P el valor desembolsado reviste de nuevo la forma de los elementos de producción
en que originariamente se desembolsó.
Este párrafo a mi modo de ver es importante dado que, explica el proceso de
circulación del dinero señalando que se obtiene una valorización tras haber sufrido un
proceso de cambio en la formula, la formula siempre implicará valorización, la cual se verá
reflejada en el retorno a la forma originaria.

Las tres fórmulas: I, D... D'; II, P... P, y III, M'... M’ se distinguen en lo siguiente:
en la fórmula II (... P) la renovación del proceso, el proceso de reproducción, se expresa
de un modo real, mientras que en la fórmula I sólo se expresa como posibilidad. Pero
ambas se distinguen de la forma II en que el valor–capital desembolsado –ya sea en dinero
o en forma de los elementos materiales de producción– constituye el punto de partida y
también, por tanto, el punto de retorno. En D... D' el retorno es D' = D + d. Si el proceso
se renueva en la misma escala, D vuelve a servir de punto de partida y d no se incorpora a
él, sino que indica solamente que D se ha valorizado como capital, engendrando, por
tanto, una plusvalía, pero eliminándola después de engendrarla. En la fórmula P... P, el
valor–capital desembolsado en forma de elementos de producción, P, constituye asimismo
el punto de partida. Esta fórmula implica su valorización. Si el proceso es de reproducción
simple, el mismo valor capital renueva su proceso en la misma forma, P. Si es de
acumulación, el nuevo proceso se inicia con P' (que en cuanto a su magnitud de valor = D'
= M') como un valor capital incrementado. Pero vuelve a iniciarse con el valor capital
desembolsado en su forma inicial, aunque sea con un valor capital mayor que antes.
En este párrafo el autor hace un resumen sobre las tres fórmulas en las cuales se
presenta el proceso de generación de valor adicional, es decir, el cómo se produce la
valoración, iniciando ya sea por la producción, el dinero o la mercancía, señalando una vez
más que siempre se retorna hacia donde se ha iniciado el ciclo, pero con la respectiva
valorización dispuesto a iniciar nuevamente el ciclo.

El ciclo del capital, considerado no como un fenómeno aislado, sino como un


proceso periódico, se llama su rotación. La duración de ésta se determina por la suma de
su tiempo de producción y del tiempo durante el cual describe su ciclo. Los dos sumandos
dan el tiempo de rotación del capital. Esta suma constituye, por tanto, el intervalo entre un
período cíclico del valor capital en conjunto y el siguiente, la periodicidad que existe en el
proceso de vida del capital o, si se quiere, el tiempo de renovación o de repetición del
proceso de valorización o de producción del mismo valor– capital.
En este punto se define el proceso de rotación entendiéndolo como el ciclo del
capital cuya duración es definida por la suma del tiempo de producción y del tiempo en el
cual se describe el ciclo, vale añadir que, también la periodicidad es dada por las veces
donde el capital retorna y se dispone a iniciar nuevamente el proceso.

Tomando el año como unidad de medida y llamando al tiempo de rotación R, al


tiempo de rotación de un determinado capital r y al número de sus rotaciones n, tendremos
que n = R/r.
En este punto, se dispone la formula a partir de la cual se puede calcular el número
de rotaciones que realiza un capital determinado en un periodo de tiempo, recordando que
es un año el periodo que se tiene establecido para dicha tarea, es decir, la medida de los
ciclos, tiempo durante el cual el capitalista espera su capital ya valorizado.

Capítulo 8. CAPITAL FIJO Y CAPITAL CIRCULANTE


Epígrafe 1. I. Diferencias de forma.
Tal acontece, por ejemplo, con los edificios en que se trabaja, con la maquinaria,
etc., en una palabra, con todo lo que englobamos bajo el nombre de medios de trabajo.
Esta parte del capital constante transfiere valor al producto en la misma proporción en
que pierde, con su valor de uso, su propio valor de cambio. Esta transferencia de valor de
los medios de producción de qué hablamos al producto que contribuyen a crear se
determina por un cálculo medio: se mide por la duración media de su función desde el
momento en que el medio de producción entra en el proceso de ésta hasta el momento en
que queda completamente agotado, muerto, teniendo que reponerse o reproducirse
mediante un nuevo ejemplar de la misma clase.
Este párrafo es importante porque se comienza hablar de los medios de trabajo
como capital constante transferible al producto, es decir, que pierde valor de uso en la
medida en que este se convierte en valor de cambio, de tal modo que, la duración media del
proceso se ve afectada por uso de los medios de trabajo.

En primer lugar, no circula en su forma útil, pues lo que circula es simplemente su


valor, y circula, además, gradualmente, fragmentariamente, a medida que se va
transfiriendo al producto que circula como mercancías. Durante todo el tiempo que
funciona, una parte de su valor permanece fijada en él, con existencia independiente frente
a las mercancías que contribuye a producir. Esta característica peculiar da a esta parte
del capital constante su forma de capital fijo. Todos los demás elementos materiales
integrantes del capital desembolsado en el proceso de producción forman, por oposición a
aquél, el capital circulante.
Ahora bien, es necesario realizar la aclaración entre capital fijo y circulante,
entendiendo al primero como aquello que fija su valor pese a las variaciones presentadas en
la forma mercancía (ejemplo, medios de trabajo) y al segundo como, aquel que sufre las
variaciones en el proceso de circulación (ejemplo, materias primas).

Una parte de los medios de trabajo, incluyendo en ella las condiciones generales de
trabajo, se incorpora y adhiere unas veces localmente, al entrar como medio de trabajo en
el proceso de producción o al ponerse en acción para realizar la función productiva, como
ocurre, por ejemplo, con las máquinas. Otras veces, se produce de antemano bajo esta
forma vinculada localmente, como sucede, v. gr., con las mejoras de la tierra, los edificios
fabriles, los altos hornos, los canales, los ferrocarriles, etc. La vinculación constante del
medio de trabajo al proceso de producción dentro del cual debe actuar se halla
condicionado aquí, al mismo tiempo, por su modalidad material. Y, por otra parte, puede
ocurrir que un medio de trabajo cambie físicamente de lugar a cada paso y, sin embargo,
se encuentre constantemente dentro del proceso de producción, que es el caso de las
locomotoras, los barcos, el ganado de labor, etc.
A mi modo de ver este párrafo es importante porque señala y aclara los elementos
útiles y que forman parte del denominado capital fijo reconociéndolos como medio de
trabajo capaz de sufrir modificaciones pero sin esto afectar su función en el proceso de
producción.

La parte de valor del capital productivo invertida en fuerza de trabajo se transfiere,


por tanto, integra al producto (aquí, prescindimos constantemente de la plusvalía),
experimenta con él las dos metamorfosis propias de la órbita de la circulación y, a través
de esta renovación constante, queda incorporada continuamente al proceso de producción.
Por consiguiente, por muy distinto que sea el modo como la fuerza de trabajo se comporte
en otros aspectos; en lo tocante a la creación de valor, con respecto a los elementos del
capital constante que no constituyen capital fijo, este tipo de rotación de su valor es común
a una y otros, por oposición al capital fijo. Estos elementos del capital productivo –las
partes de valor del mismo invertidas en fuerza de trabajo y en medios de producción
distintos del capital fijo– se enfrentan al capital fijo como capital circulante y se distinguen
de aquél por el carácter común de su rotación.
En este párrafo se señala ya la fuerza de trabajo hacia la cual se debe destinar
capital para su compra siendo de esta forma capital productivo, la fuerza de trabajo se
integrará entonces ya al producto. Es necesario añadir que la fuerza de trabajo crea valor y
es capital constante esto debido a su periodo de rotación.
El valor del capital circulante –el invertido en fuerza de trabajo y medios de
producción– sólo se adelanta por el tiempo durante el cual se elabora el producto, con
arreglo a la escala de la producción, la cual depende del volumen del capital fijo. Este
valor se incorpora íntegramente al producto y, por tanto, al venderse éste retorna en su
totalidad de la circulación, pudiendo de este modo volver a desembolsarse. La fuerza de
trabajo y los medios de producción que forman el capital circulante son sustraídos a la
circulación en la medida necesaria para la elaboración y la venta del producto terminado,
pero necesitan ser repuestos y renovados constantemente mediante nuevas compras,
mediante la reversión de la forma dinero a los elementos de producción. Son sustraídos de
golpe al mercado en masas menores que los elementos del capital fijo, pero, en cambio, se
sustraen a él con mayor frecuencia y el desembolso del capital invertido en ellos se
renueva en períodos más cortos.
El capital circundante posee la habilidad de recuperarse del mercado por lo que
cuando el producto se vende puede retornar en su totalidad y repetir el ciclo infinitas veces.
Vale aclarar que la fuerza de trabajo y los medios de producción se contratan en la medida
que se demandan y se renuevan cuando se da un cambio en la forma del dinero, recalcando
que, estos poseen periodos más cortos y con mayor frecuencia siendo estos extraídos de
masas menores.

A modo de recopilación final, es prudente mencionar los distintos términos que


surgen a lo largo del capítulo y del epígrafe como lo es el de capital fijo, productivo y
circulante con las respectivas variaciones que presenta, del mismo modo, es necesario saber
dónde se hacen presentes, y como estos vuelven al proceso de circulación permaneciendo
ya sea de forma modificable (añadiendo valor) o inmodificable.

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