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Forma simple M-D-M

No todo dinero es capital, ¿Cómo se distingue el dinero que no es capital del dinero que lo
es? Para explicar esto, Marx parte de la circulación específicamente del modo simple de
circulación, denominado la metamorfosis de las mercancías, un individuo llega al mercado
con una mercancía, la vende o la cambia por dinero, y luego usa el dinero para adquirir otra
mercancía mediante la compra. Es una metamorfosis porque el valor, que se mantiene,
cambia su forma de valor de uso. Primero es mercancía, luego es dinero y luego es
mercancía.
Ejemplo.
Un carpintero trae una silla porque quiere traer leche, pan y huevos, o un alfarero leva sus
ollas para comprar un libro. En este modo de circulación, los bienes se intercambian por
dinero y el dinero por otros bienes. En términos de valor de uso, se ha cambiado lo que
tenían los individuos, se llega con satisfactores de unas necesidades y acabas con otras. En
términos de valor, por lo general no hay cambios. Los bienes se intercambian por dinero
equivalente y este dinero por bienes equivalentes.
Si nadie ha engañado a nadie, el valor en las tres fases de circulación, es decir, el tiempo de
trabajo socialmente necesario, debe mantenerse constante. En otras palabras, el dinero que
gana la persona que va al mercado vendiendo su mercancía debe tener el mismo valor que
la mercancía que lleva, y ambos deben tener el mismo valor que la mercancía que compra y
sale del mercado. Esto se debe a que, en la forma directa de circulación, la intención es
tomar el valor de uso que se posee y cambiarlo por otro valor de uso, manteniendo el valor.
Forma Capitalista D-M-D
Por otro lado, desde el punto de vista de la circulación, el dinero como capital se mueve de
una manera distinta, llega como dinero en circulación, se convierte en mercancía por la
compra y luego se vuelve a transformar en dinero por la venta.
Los dos procesos se componen de compra y venta, ¿Cuál es la diferencia si se inicia ciclo
con dinero en lugar de mercancías?, ¿Qué importa si se comienza con la compra y termina
con la venta, en lugar de comenzar con la venta y terminar con la compra?, La diferencia es
compleja, en términos de circulación, Marx se pone en el lugar de las personas que como
agentes libres acuden al mercado a intercambiar. Y es que, quien llega al mercado con una
mercancía y la vende para comprar otra mercadería, lo que busca obtener es un valor de uso
diferente.
Sin embargo, en el modo de circulación capitalista las cosas son muy diferentes. En ambos
polos de esta circulación encontramos el mismo valor de uso: el dinero. ¿Por qué un
individuo compraría algo y luego lo vendería si terminaría con lo mismo? Bueno, a
diferencia de la circulación simple, en la circulación capitalista el valor sí cambia. La única
razón por la cual la gente participa en la circulación capitalista, aportando dinero para
obtener dinero al final, es porque la suma final de dinero es mayor que la suma inicial,
porque cambió su valor. Mientras que en la circulación simple hay un cambio de valor de
uso y un valor constante, en la circulación capitalista hay un valor de uso constante pero un
cambio de valor.
Por ende, Marx rectifica la fórmula de circulación capitalista que pone al principio del
capítulo, ya que esta es errónea, y estipula la siguiente:
Forma Capitalista D-M-D´
El apóstrofe que se agregó indica que la segunda suma de dinero es igual a la primera más
un incremento. Y ese aumento se llama... ¡plusvalía! Y ahí está el problema, la circulación
capitalista no tiene el objetivo de obtener valores de uso distintos de los que se tienen, sino
de aumentar el valor del dinero con el que se llega, de VALORIZARLO. Y cuando el
dinero pasa por este proceso, cuando se valora, se transforma en Capital. El capital es
dinero que se valoriza.

Esta diferencia en la circulación implica diferencias fuera de ella. Por ejemplo, la forma
simple de circulación implica que antes de ella se produce la primera mercancía y después
se consume la segunda. Mientras que la forma capitalista de circulación comienza y termina
con dinero, ¿qué hay en medio de estos puntos?, Necesariamente más circulación. El dinero
aumentado vuelve a entrar en la circulación capitalista para volver a aumentar y volver a
entrar y volver a aumentar y volver a entrar... etc. Etc. Así, la circulación mercantil simple
tiene su finalidad fuera de sí misma, que es la satisfacción de las necesidades. Mientras que
la forma capitalista tiene su finalidad en sí misma, la valorización. Y como la magnitud del
valor cambia dentro de un mismo ciclo, la valoración es interna, es autovaloración. El
vehículo consciente de este movimiento, el dueño del dinero que se transforma en capital,
es el capitalista, cuyo fin subjetivo es el contenido objetivo de esta circulación. El
capitalista es el que entra en circulación no para buscar satisfactores de sus necesidades,
sino para valorar el dinero que tiene, para convertirlo en capital (Plusvalor).
¿Cómo se valora el capital? ¿De dónde viene el nuevo valor? Antes de darnos la
explicación correcta, Marx, de manera muy amable da las explicaciones equivocadas.
Etienne Bonnot de Condillaq solía decir que el valor aumenta en el comercio. Según él,
todo el mundo recibe más de lo que pone en circulación. Sin embargo, Marx enfatiza que
Condillaq estaba confundiendo valor con valor de uso. Aunque los comerciantes van a
conseguir algo que no tienen, la ganancia es sólo en términos de valor de uso, el
intercambio mantiene el valor de las cosas. Pero, ¿y si no es cierto que en el intercambio los
bienes son equivalentes? ¿Qué hay de los vendedores que venden sus productos por encima
de su valor? Por ejemplo, los vendedores pueden vender por un 10% más que su valor. Esto
generaría una ganancia del 10% al momento de la venta. El problema con esto es que al
momento de comprar tendrán que comprar 10% más caro, cualquier ganancia que se obtuvo
al momento de la venta se perdió al momento de la compra y terminaron con mercadería
del mismo valor como aquel con el que empezaron. Si todos se venden su mercancía por un
10% más de su valor termina siendo lo mismo, como si no se hiciera, existe un cambio
nominal en la moneda, pero no un cambio real en el valor. Otra objeción que presenta Marx
es la de Robert Torrens, quien en “An Essay on the Production of Wealth” afirma que la
ganancia proviene del hecho de que los consumidores dan a cambio de las mercancías una
porción mayor de los ingredientes del capital que la que se gasta en la producción. de lo
mismo. En otras palabras, la ganancia proviene del hecho de que los consumidores pagan
más que los productores. Así como en la objeción anterior consiste en imaginar vendedores
que no compran, en ésta consiste en imaginar productores que no consumen. Toda
producción es consumo y todo consumo es producción. La distinción depende del punto de
vista de la mercancía específica, pero no del mercado general o de la circulación. Los
consumidores de madera son productores de sillas. Y los consumidores “finales” son
productores de todo. Otra opción sería que uno de los que participa en el proceso de
circulación engañe a los demás. Marx da el ejemplo de alguien que vende vino por £ 40 y
compra el equivalente a £ 50 de trigo con lo que gano. Marx afirma que en este proceso lo
que ha pasado es que ha robado dinero, ya sea al que vendió el vino o al que compró el
trigo. Esta explicación, admite Marx, es muy tentadora. Sobre todo, porque las primeras
formas en que aparece el capital es como capital comercial y como capital usurero. Pero
como Marx expreso anteriormente, las formas históricamente anteriores no son
necesariamente las formas básicas. Así como en la forma de producción esclavista y feudal
se ocultaba la naturaleza del valor como trabajo abstracto, en el capital comercial y usurero
se oculta la verdadera naturaleza del capital. Por eso es natural pensar, como Benjamin
Franklin, a quien cita Marx, que el comercio es un fraude. ¿cómo es posible que un valor
se autovalore si lo único que ha ocurrido es la compraventa? Ante esta forma primitiva de
capital, la única explicación es que los comerciantes han comprado barato y vendido caro,
defraudando a sus vendedores, compradores o ambos. Lo que esta situación revela es que,
en la circulación, no puede surgir el plusvalor. Este surge de la circulación, donde los
participantes interactúan con su propia mercancía. Sabemos que el propietario de los bienes
puede crear valor a través de su trabajo. Puede relacionarse con los bienes a través del
trabajo y valorarlos. Así funciona el trabajo artesanal, ya que los artesanos obtienen bienes
en forma de materias primas, los trabajan convirtiéndolos en valores de uso distintos e
inyectándoles valor, para luego venderlos por más dinero del precio que les costó las
materias primas. Aquí no hay fraude. Una silla vale más que las maderas y los clavos de los
que está hecha porque tiene más tiempo de trabajo socialmente necesario en ella. Pero no se
confundan, los artesanos no son capitalistas porque los bienes que han pasado por este
proceso no son capital. El capital es una mercancía que se valora a sí misma, no una
mercancía que es valorada por su propietario. Y es que, al hacer esta distinción, el capital
suena aún más extraño. El capital brota al mismo tiempo en la circulación y no en ella. Para
que se desarrolle tiene que ocurrir dentro de las leyes del intercambio de bienes como
intercambio de equivalentes.
Como dice Marx: "El poseedor del dinero tiene que comprar las mercancías por su valor,
venderlas por su valor y, sin embargo, obtener al final del proceso más valor del que le ha
puesto". Parece una tarea imposible. En circulación, el dinero es un medio de compra y de
pago, en el que sólo puede efectuarse el precio de las mercancías. Por lo tanto, en forma de
dinero, no puede cambiar su valor. Ni en la circulación misma puede aumentar el valor, ya
que en la compraventa se conserva. Marx expresa que donde tiene que ocurrir ese aumento
de valor es en la propia mercancía, y como no puede hacerlo a través de su valor, tiene que
ser a través de su valor de uso, a través de su consumo. El poseedor de dinero tiene que
encontrar una mercancía maravillosa y fantástica, una mercancía cuyo valor de uso tenga la
peculiar propiedad de ser una fuente de valor. Una mercancía que, al ser consumida, apunta
al trabajo y crea valor. Esta mercancía no es otra que la FUERZA DE TRABAJO.
“Por fuerza de trabajo o capacidad de trabajo entendemos el conjunto de facultades físicas y
mentales que existen en la corporeidad, en la personalidad viva de un ser humano y que
pone en movimiento cuando produce valores de uso de cualquier tipo.
La fuerza de trabajo no es nueva, desde que la humanidad ha sido la humanidad ha tenido
mano de obra, todos al poder producir un valor de uso a favor de las facultades físicas y
mentales, poseen fuerza de trabajo. Lo interesante del capitalismo, y lo esencial para
capitalismo, es que en este modo de producción la fuerza de trabajo aparece como
mercancía, ¿qué quiere decir esto?, los artesanos que he puesto como ejemplo, compran
materias primas como mercancías, utilizan su fuerza de trabajo para convertirlas en otras
mercancías con más valor y venden estas mercancías, en este proceso son los únicos dueños
y usuarios de su propia fuerza de trabajo , en el mercado sólo se venden los objetos que
crean con ella, pero al convertir la fuerza de trabajo en mercancía, un objeto externo no es
enajenado sino la propia actividad de trabajo. ¿Qué debe ocurrir para que exista un mercado
de fuerza de trabajo?; Marx dice que, para ello, los poseedores de la fuerza de trabajo deben
ser libres de venderla y disponer de ella. Tienen que ser personas jurídicamente iguales a
aquellos que podrían comprarlo. Esto también implica que la venta de la fuerza de trabajo
es por un período específico, lo que distingue el trabajo como mercancía de la esclavitud.
Ahora, quienes venden su fuerza de trabajo, además de ser libres e iguales, deben ser
incapaces de vender otra cosa en el mercado, ya que carecen tanto de los medios de trabajo
como de los medios de subsistencia. Esto los distingue de los artesanos, ya que no están en
el mercado para vender su fuerza de trabajo, están para vender los bienes que elaboran, ya
que tienen los medios de producción para objetivar su trabajo. Por eso Marx dice que “Para
la transformación del dinero en capital, el poseedor del dinero, entonces, tiene que
encontrar al obrero libre en el mercado de mercancías; libre en el doble sentido de que por
un lado tiene, como hombre libre, su fuerza de trabajo como su mercancía, y que, por otro
lado, le faltan otras mercancías para vender, está exento y desprovisto, desembarazado de
todas las cosas necesario para poner en actividad su fuerza de trabajo”.
La razón por la cual existen, por un lado, poseedores de dinero y mercancías y, por otro,
personas que sólo tienen fuerza de trabajo, es una razón histórica. Además, el hecho de que
el trabajo se objetive como mercancía y que la satisfacción de las necesidades se busca a
través del mercado, Marx señala que tales cosas llevan la marca de la historia.
Si la fuerza de trabajo se presenta como una mercancía, su valor debe determinarse como se
determina el valor de todas las mercancías, por el tiempo de trabajo socialmente necesario
para ser producida o, en este caso y más específicamente, para reproducirse. ¿Qué trabajo
se necesita para producir fuerza de trabajo?, la fuerza de trabajo existe en el individuo, y su
existencia requiere medios de subsistencia. Por lo tanto, el tiempo de trabajo necesario para
producir fuerza de trabajo es el tiempo de trabajo necesario para la producción de estos
medios de subsistencia. O como dice Marx es: "El valor de la fuerza de trabajo es el valor
de los medios de subsistencia necesarios para la conservación de su poseedor.” ¿Cuáles son
estos medios de subsistencia? ¿Cuál es su magnitud? Esto, indica Marx, depende de las
condiciones históricas. Se establecen para un país específico en un período específico.
Incluye no solo los alimentos que se consumen diariamente, sino también aquellos medios
que se consumen en periodos de tiempo más prolongados, como el vestido o la vivienda.
Además, dado que los dueños de la fuerza de trabajo son mortales, deben ser reemplazados
cuando mueren. En otras palabras, en la suma de los medios de subsistencia necesarios para
la producción, es necesario incluir los medios de subsistencia de los suplentes, es decir, de
los hijos de los trabajadores. Adicionalmente, se deben incluir los costos de aprendizaje
necesarios para producir la fuerza laboral.
Marx aclara que, para simplificar la explicación, supondrá que la fuerza de trabajo, como
las mercancías en general, se paga y luego se consume. Sin embargo, se tiene en cuenta
que, en efecto, los capitalistas hacen uso de la fuerza de trabajo y al cabo de la semana, la
quincena o el mes, la pagan. Pero, ¿qué entiende Marx por consumo? El consumo de la
fuerza de trabajo es el proceso de producción de la mercancía y de la plusvalía. El poseedor
del dinero compra en el mercado la materia prima y la maquinaria que falta, así como la
fuerza de trabajo. Luego, fuera del mercado, estos bienes son consumidos. Este consumo
consiste en la producción de nuevas mercancías cuyo valor total es mayor que el valor de
las mercancías originales. Estas nuevas mercancías salen al mercado y se venden por una
suma de dinero mayor que la cantidad original de dinero. Esto es auto valorización porque,
a diferencia de la circulación simple, el valor mismo se valora sin la intervención de su
propietario. El dinero se convierte en mercancía, y una de estas mercancías tiene la cualidad
de producir valor, pero desde el punto de vista del capitalista que es sólo comprador y
vendedor de mercancías, este proceso se da de manera autónoma.
Antes de que Marx diera el concepto de fuerza de trabajo, se hablaba sólo de trabajo, sin
distinguir los dos momentos, el de la fuerza de trabajo, la potencia, y el trabajo mismo, el
acto. Lo que permite esta distinción es entender que el valor de la fuerza de trabajo no es
igual al valor producido por el trabajo. Marx descubre que el valor ejercido sobre el trabajo
es mayor que el valor de la fuerza de trabajo, el valor necesario para producirla. En otras
palabras, el trabajo mismo, la fuerza de trabajo, tiene un valor, y el trabajo por sí mismo, de
hecho, el trabajo mismo, tiene otro valor. El hecho de que la fuerza de trabajo se presente
también como mercancía, provoca que haya una mercancía que tiene dos valores, el que es
necesario para adquirirla y el que produce. Y es sobre tal distinción que descansa la
posibilidad del valor propio del capital.

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