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Respuesta al hilo de Libertad y lo que Surja:


Sobre la forma abstracta que tiene la economía política burguesa para
la justificación de la remuneración más allá de sus necesidades
necesarias a la clase social personificadora de la relación social general
de la sociedad burguesa –el capital– como forma específica de
esconder la esencia sobre quiénes son los verdaderos productores
directos de la riqueza social del modo de producción capitalista 1

1. Introducción
El hilo de Libertad y lo que Surja2 (en adelante LYLQS), al cual me veo
obligado a responder como consecuencia de unas dudas respecto de mis
determinaciones como sujeto concreto del modo de producción capitalista,
es bastante más “avanzado” en lo que respecta a sus hilos previos atacando a
Marx y la forma concreta de analizar al capitalismo mediante el método del
conocimiento dialéctico, esto es, la reproducción de lo concreto por medio
del pensamiento.
A pesar de que en cierta medida ya hubo varias personas respondiendo al hilo
de LYLQS,3 en cierta medida éstas respuestas, desde mi punto de vista, no
criticaron de forma adecuada a las vagas explicaciones hechas por LYLQS y
al quid del asunto que aquí nos pone: ¿existe la “explotación” en relación a
que el trabajador realiza un trabajo más allá de sus necesidades? Y si la
pregunta es afirmativa, ¿el trabajo extra que ejerce el proletario es apropiado
por el capitalista para su propio consumo? Intentaré dar respuestas a estas
preguntas mediante una revisión y crítica del hilo de LYLQS en su totalidad.

2. El valor de LYLQS, esto es, la inversión idealista del valor


mediante su naturalización

1
Texto publicado el 03/04/2021. Twitter del autor: @Clearing_1. Página web del autor:
https://chinamaoista.home.blog/2020/11/08/recopilacion-de-escritos/
2
El hilo en cuestión: https://twitter.com/LibertadSurja/status/1377357498949115905
3
1) https://twitter.com/Perezguionhuet/status/1377742093448269824
2) https://twitter.com/LaikaOrbital/status/1377673080089235457
2

Siguiendo la exposición, esto es, la forma específica de presentar la síntesis


de un análisis personal previamente hecho, LYLQS nos dice que “el valor es
la cantidad horas socialmente necesarias para hacer un producto”.
Prescindiendo de la forma concreta en la que se organiza el proceso de
metabolismo social, todo objeto el cual el sujeto, o sea, el ser humano,
pretende apropiarse de sus potencialidades necesita como condición
necesaria un tiempo de trabajo socialmente necesario para apropiarse de las
potencialidades del objeto en cuestión mediante la realización de la necesidad
del objeto y de las propias potencialidades del sujeto.4 La forma específica en
la que se organiza el metabolismo social por base a la apropiación de las
potencialidades del objeto mediante la realización de nuestras propias
potencialidades es lo que nos interesa aquí. Mientras que en modos de
producción previos al capitalismo la organización de la producción se hacía
de forma directamente social, esto es, la realización del metabolismo social se
realizaba de forma en la que la producción no se dirigía al comercio, en el
régimen de producción capitalista la totalidad, o la mayoría, de la producción
se dirige para el intercambio de los productos creados, o sea, la producción
social no es directamente social sino indirectamente social.
Como se acaba de exponer brevemente, tenemos ante nosotros dos formas
específicas de organizar el proceso de metabolismo social: de forma
directamente social, esto es, en ausencia de una mediación entre producción y
consumo, y de forma indirectamente social, es decir, en presencia de una
mediación conocida como el intercambio de equivalentes.5 En este artículo
vamos a prescindir de las formas del valor que Marx desarrollo en la sección
3 del capítulo 1 de El Capital, sección donde se presentan a las distintas
formas donde la forma valor hace un desarrollo necesario para realizar una
necesidad inherente a las mercancías, o sea, su venta como objetivación de

4
Mandel (1969: pp. 57-9) documenta como en modos de producción pre-capitalistas la
producción en cierta medida se determinada según una media de tiempo social
5
Cabe aclarar algo: cuando se habla de “directamente” e “indirectamente” social no se está
hablando en relación a una manera “moral” de analizar la forma en la que se organiza el proceso
del metabolismo social, esto es, la forma en la que se produce un intercambio entre el organismo
humano y el organismo natural. La producción directamente social existió en modos de
producción como el feudalismo y el esclavismo; tanto el siervo era obligado a crear un excedente
para el feudo en ausencia de un intercambio al igual que un esclavo estaba obligado a dar una
parte de su producción al esclavista en ausencia de intercambio.
3

un trabajo abstracto socialmente necesario realizado de forma privada e


independiente.
Analicemos ahora a la forma elemental de la riqueza de la sociedad capitalista,
esto es, a la mercancía individual entendiéndola como objeto –o servicio– el
cual se intercambia, o sea, una forma particular del proceso de producción
cuya generalización no se presenta por primera vez en la humanidad sino
hasta en Inglaterra en el siglo XVIII y posteriormente se expande por toda el
mundo en los siglos posteriores. Antes que nada, ¿por qué surge la
mercancía? Mejor dicho, ¿cómo se crea una mercancía? Como se vio
previamente, la mercancía, esto es, la forma concreta que adopta un producto
de un trabajo concreto como consecuencia de su realización de forma privada
e independiente, aparece por primera vez en la humanidad como forma
peculiar de la ejecutar el proceso de metabolismo social, pero su consumo –
la realización de una necesidad inherente a todo objeto que sea valor de uso–
no se produce en ausencia de una mediación sino a través de una mediación.
Marx presentó que la mercancía es tal poseer dos aptitudes: valor de uso y
valor. Valor de uso porque tiene “propiedades [que] satisface necesidades
humanas del tipo que fueran” o también porque cada uno de los valores de
uso “es un conjunto de muchas propiedades y puede, por ende, ser útil en
diversos aspectos” (Marx, 1988a: pp. 43-44). A pesar de la importancia que
tiene el valor de uso de una mercancía para que ésta sea deseada por un
individuo ajeno a la producción directa de esa mercancía, y por tanto que
posea la capacidad de ser intercambiada, esta propiedad particular de la
mercancía no nos importa en el análisis actual debido a que “constituye el
contenido material de la riqueza, sea cual fuere a la forma social de ésta” (Marx,
1988a: ibid), por lo que ahora pasaremos a analizar la otra cara de la
mercancía.
Según nuestro análisis previo, LYLQS naturalizó el valor, o sea, hizo que su
generalización sea cosa común de la humanidad independientemente de la
forma concreta en la que ésta se organiza; presenta a la conciencia del
productor de mercancías como una conciencia abstractamente libre
vaciándola de su especificidad históricamente determinada. Volviendo al
tema que nos acoge, el valor, que LYLQS nos presenta como la forma
específica en la que se mide la reproducción necesaria de un objeto (o sea,
4

naturalizándolo, naturalizando así el modo de producción capitalista, cosa


común que realizan los economistas burgueses), es la propiedad que permite a
la mercancía intercambiarse, o sea, es la aptitud que tiene un objeto de ser objeto
para el intercambio. Con esto claro, es decir, entendiendo que un producto es
una mercancía por tener la capacidad de intercambiabilidad con otra mercancía –
por tener valor–, no nos queda de otra que descubrir que el valor de cambio es
la forma específica la cual tiene el valor para manifestar la cantidad total de
sustancia que éste posee. Nos enfrentamos pues a la magnitud del valor. Antes
de pasar a la magnitud del valor queda claro que un producto es mercancía
como consecuencia de que fue producto de un trabajo efectuado de forma
privada e independiente, esto es, materialización de un proceso ejecutado de
forma que el resultado de la objetivación del trabajo tenga la aptitud de
intercambiabilidad. Pero no estamos hablando de cualquier trabajo, sino que
estamos hablando del trabajo abstracto, esto es, “gasto de fuerza de trabajo
humana sin consideración a la forma en que se gastó la misma…. En cuanto
cristalizaciones de esa sustancia social común a ellas, [los productos] son valores” (Marx,
1988a: pp. 47. Énfasis agregado). Tenemos claro ahora que la sustancia, esto
es, la única forma específica de creación de una relación social la cual permite a
un producto/servicio la aptitud de intercambiabilidad, del valor es el trabajo
humano abstracto socialmente necesario. No obstante, aún nos falta algo más para
conocer en su totalidad por qué una mercancía tiene valor, es decir, posee la
propiedad o capacidad de intercambiarse con otra mercancía.
Como se vio al inicio de esta sección, un producto es intercambiado como
consecuencia de que su trabajo no es directamente social, es decir, el producto
fue realizado6 de forma indirectamente social, o sea, de forma privada e
independiente: “Sólo los productos de trabajos privados autónomos, recíprocamente
independientes, se enfrentan entre sí como mercancías” (Marx, 1988a: pp. 52).
Coloquemos un breve ejemplo para entender mejor este tema. En una familia
de cuatro ven necesario realizar la potencialidad de una necesidad: seguir
vivos. Hay distintas formas específicas de realizar esta necesidad inherente a
todo ser humano, necesidad cuya negación es otra necesidad: morir.
Prescindiendo de esto último tenemos claro que una forma específica de la
realización de la primera necesidad –seguir vivos– es mediante el consumo

6
También se puede decir: la realización del producto fue hecha de forma indirectamente social.
5

de alimentos. La realización de esta necesidad se efectiviza mediante la acción


transformadora, o sea, una actividad consciente y voluntaria, de la madre –o
cualquier otro individuo de la familia– para apropiarse de su medio al cual se
enfrenta: los productos alimentarios cuya potencialidad se presenta mediante
la realización en un delicioso caldo de pollo. Al medio día la potencialidad de
los productos alimentarios en cuestión ya fueron realizados mediante la
apropiación por medio de la acción transformadora de su productor. A las
12:30 p.m. ese producto del trabajo humano abstracto es consumido en
ausencia de una mediación. El producto del trabajo humano abstracto
socialmente necesario7 de la ama de casa es pues directamente social como
consecuencia de que la forma específica –no única– en que realizó su gasto
fisiológico –o gasto de cuerpo y mente– iba dirigido a unos consumidores los
cuales los unen lazos sociales, o sea, ser simple y llanamente familiares.8 Pasemos
nuestro campo de visión a otra situación donde en este caso el producto del
trabajo posea valor: un cocinero de un restaurante. Este cocinero realiza
también el mismo proceso que la ama de casa: apropiación del medio
mediante la realización de su potencialidad como una acción consciente y
voluntaria. Tras el fin de su proceso de trabajo el cocinero hizo un delicioso
caldo de costilla para unos clientes, pero para realizar la necesidad del caldo
de costilla –en este caso su consumo– el cocinero junto a sus clientes realizan
un intercambio, una mediación, de dinero –forma IV del valor– para la
realización del caldo de costilla. De esta forma es que el cocinero ejecutó un
trabajo abstracto socialmente necesario realizado de forma privada e independiente, y, al
ser hecho tal, el producto el cual se objetivizó el trabajo posee la capacidad de
intercambiabilidad, es decir, el producto se convirtió en valor cuya realización de

7
Nos estamos abstrayendo de los medios necesarios por los cuales se materializó el producto
del trabajo, o sea, de los medios de producción y su respectiva productividad que permite la
realización de un trabajo en un periodo de tiempo mucho menor que en ausencia de estos. Por
esa razón es que colocó “socialmente necesario”
8
Cabe recalcar: esta forma en la que se realizó su trabajo permitió que éste trabajo no sea trabajo
privado e independiente, de ahí su ausencia de mediación, pero también hay casos –cuya
totalidad y representación es de una porción muy mínima (de ahí su particularidad) por lo que carece
de importancia para el conocimiento de la estructura y dinámica del modo de producción
capitalista– en los que una familia puede ir al restaurante donde trabaja un miembro de la familia
y su almuerzo/cena sea realizado por su familiar, pero los familiares, para poder consumir el
producto, ven necesario pagar por el producto que se pretende consumir, por lo que el trabajo
del familiar que trabaja en el restaurante se convierte en un trabajo abstracto socialmente necesario
realizado de forma privada e independiente.
6

su necesidad se consiguió mediante el intercambio de mercancías, o sea, D-M para


el caso de los clientes y M-D para el caso del cocinero.
Volvamos a lo que dijo LYLQS en su primer tuit: “el valor es la cantidad horas
socialmente necesarias para hacer un producto”. LYLQS malinterpreta lo que
es el valor con la forma única en la que se cuantifica la forma de expresarse el
valor.9 Con esto claro, sabemos que el tiempo de trabajo abstracto socialmente
necesario realizado de forma privada e independiente es la forma específica única que tiene
el valor para su medición, es decir, la magnitud del valor. Para saber con plenitud
cómo medir la magnitud del valor se debe conocer primero cuál es la sustancia
del valor (¿cómo se pretender medir algo en ausencia del conocimiento de su
sustancia creadora?). Ya conocemos la sustancia del valor, por lo que nuestro
trabajo en esta sección ha terminado.

3. Plusvalía, es decir, la forma concreta en la que se presenta el


excedente bajo el capitalismo
LYLQS nos dice: “Marx opina que existe plusvalía porque al trabajador se le
paga una cantidad por su fuerza de trabajo distinta a lo que gana él al vender
el producto. Lo que paga lo es lo mismo que lo que le pagan, por lo tanto se
ha quedado un "sobrecoste" y a eso le podemos llamar plusvalía porque él no
ha añadido valor alguno al producto ya que éste solo se añade trabajando.”
Desconociendo el método de análisis que utilizó Marx para escribir El Capital,
LYLQS nos dice que Marx simplemente “opino”, es decir, buscó una necesidad
ideal de un concreto real para la exposición sistemática del concreto real al
cual pretendemos conocer: el modo de producción capitalista. En otras
palabras, LYLQS piensa que el método de Marx es la representación de las
formas reales construida siguiendo una necesidad ideal ajenas a ellas, la lógica.
Claramente éste no es el proceder de Marx. El método usado por Marx para
el análisis sistemático para la aprehensión del modo de producción capitalista
es simple y llanamente la reproducción de la necesidad inmanente a las formas

9
“el valor de cambio únicamente puede ser el modo de expresión, o «forma de manifestarse», de un
contenido diferenciable de él” (Marx, 1988a: pp. 45).
7

reales mediante el pensamiento.10 Dejando de lado la cuestión del método,


pasemos al análisis de la plusvalía.
¿Por qué existe la plusvalía? Para entender la plusvalía toca entender el
proceso que recorre la organización de la producción y realización del
contenido de relación social general del modo de producción capitalista, o
sea, el ciclo del capital: D-M-D', siendo el desplegado: D - M [FT (Fuerza de
Trabajo) + MP (Medios de Producción]...P... M' - D', donde M' y D' son M
y D acrecentados por el plusvalor11 y P es la producción o también llamada
la realización de M. En este ciclo el capital reviste tres formas: capital
dinerario, productivo y mercantil. El primero es el dinero que compra al
capital variable (FT) y constante (MP): D. El segundo es el valor de los
medios –fuerza de trabajo y medios de producción– los cuales son usados
para la creación de un producto[s]: D – M [FT + MD]…P. El tercero es
nada más y nada menos que el resultado del capital productivo: la mercancía
valorizada cuya potencialidad consta en la realización de su necesidad
mediante su intercambio por dinero: D – M [FT + MD]…P… M' + D'.
Todo este proceso se conoce como el ciclo del capital, esto es, la forma
necesaria que tiene el capital para su propia reproducción, es decir,
simplemente la valorización del valor, de la producción de plusvalía, por lo que
el único fin que tiene este proceso es el acrecentamiento del capital que abre
el ciclo con una porción mayor del capital que lo cierra. Tal es la forma
concreta y única que tiene el modo capitalista para organizar y reproducir la
producción social.12
La plusvalía, simplificada como consecuencia de que este texto no es una
tesis, es ' en D. Es el excedente de valor que obtiene el capital que cierra el
ciclo del capital. ¿Dónde se crea? En otras palabras: ¿dónde surge ese excedente
de valor? Es fácil la respuesta entendiendo que la única forma específica la cual se
puede crear valor (o sea, la capacidad que tiene una mercancía de

10
Véase Carrera, 2013: sección séptima, “El método dialéctico. Crítica de la teoría científica”
11
Marx, 1988b: pp. 29.
12
Puede haber casos en los que no haya plusvalía como consecuencia de que se gastó más tiempo
de trabajo abstracto socialmente necesario materializado en la mercancía de forma privada e
independiente para la producción de dicha mercancía. Esto se conoce como reproducción simple
o también simplemente la quiebra si es que se vuelve a iniciar el ciclo del capital con un capital
dinerario inferior al ciclo previo.
8

intercambiabilidad, forma específica que no es a su vez su forma de realizarse) es


pues el trabajo abstracto socialmente necesario materializado de forma privada e
independiente. Por lo que se tiene claro que la totalidad del proceso de
producción, y ciertas formas específicas del proceso de circulación,13 son las
creadoras de la capacidad de la mercancía para intercambiarse, y, por ser
justamente su sustancia, el tiempo de trabajo abstracto socialmente necesario
realizado de forma privada e independiente se presenta así como la forma
cuantificada de medir la magnitud del valor.
El plusvalor es, por tanto, el excedente que deja el cierra del ciclo del capital en
relación con el capital que abre el ciclo. El ciclo del capital es el único proceso
donde se crea el valor, pero no es todo el ciclo el que lo crea. El traspaso del
capital dinerario al capital productivo no crea ningún valor, simplemente se
compra la FT y los MP, formas específicas necesarias para crear y conservar
valor. Aquí pasamos ahora al proceso de producción, es decir, a la puesta en
acción del capital productivo. El capital constante, esto es, la composición
del capital fijo y circulante, son usados por el trabajador mediante un trabajo
concreto para la realización de un producto. Durante este proceso se desgasta
el capital constante y pasa a formar la materialidad del producto –o servicio–
, pero durante este proceso también hay un desgaste de cerebro, músculo,
nervio, mano, etc., del trabajador, esto es, se desgasta la fuerza de trabajo
humana, por lo que, al igual que el capital constante transfiere su valor al
nuevo producto, el trabajador también transfiere a la mercancía valor y a su
vez crea nuevo valor inexistente en el inicio del ciclo del capital.14 En ausencia
de la creación de este nuevo valor no existiría el ' al final del ciclo del capital
y, por tanto, no existiría plusvalía y apenas la realización del valor de la nueva

13
Marx escribe: “La circulación sólo puede crear valor en la medida en que requiere un nuevo
empleo -de trabajo ajeno- además del que se consume directamente en el proceso de producción.
Esto es entonces lo mismo que si se empleara más trabajo necesario en el proceso directo de
producción. Sólo los costes reales de circulación aumentan el valor del producto, pero disminuyen la
plusvalía” (Marx, 1973a: 548). La última frase aquí es un poco descuidada. Seguramente todos
los gastos, en tanto que costes, disminuyen la plusvalía. Pero los gastos son, sin embargo,
necesarios para la valorización del capital. Al poner dinero en la fuerza de trabajo, el capital
espera que este valor se conserve y aumente. Si el trabajo es a la vez creador de valor y explotado,
así será. Véase también: “La circulación o el intercambio de mercancías no crea ningún valor”
(Marx, 1988b: pp. 199).
14
Téngase en cuenta que el capital constante es a su vez trabajo muerto, esto es, trabajo pasado,
mientras que el capital variable, o sea, el valor de la fuerza de trabajo, es capital vivo o presente.
9

mercancía alcanzaría para subsanar el costo de producción de la realización


de los materiales necesarios para su producción. Este capital pronto caerá en
las garras de la competencia si es que no produce plusvalor. El plusvalor es,
por tanto, el motor del capitalismo.
Retomemos el párrafo previo. El plusvalor es la diferencia de valor excedente
entre el inicio del ciclo del capital con su cierre. El valor es creado por la
forma específica en que se realiza la potencialidad humana bajo el modo de
producción capitalista, por lo que el valor remanente, o sea, el plusvalor, es
creado por la forma específica en que se organiza el metabolismo social de la
sociedad burguesa. Pero hay algo que nos falta aún ver: el plusvalor nace de la
compra de la mercancía fuerza de trabajo, del contenido del capital variable. Del
capital constante no puede “nacer” debido a que los medios de producción
sólo aportan su valor, ni un ápice más ni un ápice menos. Al estar analizando
en términos cuantitativos, la forma específica en la que se cuantifica la
sustancia del valor es mediante el tiempo de trabajo abstracto socialmente
necesario ejecutado de forma privada e independiente. Marx en su análisis
descubre dos formas diferentes de la jornada laboral que son necesarias para
entender el surgimiento del plusvalor: trabajo necesario y trabajo excedente. La
primera es la determinación del capital variable, es decir, del salario de la
fuerza de trabajo. La determinación de la determinante, esto es, el trabajo
necesario, se determina, según Marx, “por el tiempo de trabajo necesario para la
producción, y por tanto también para la reproducción, de ese artículo
específico…. Por tanto, el tiempo de trabajo necesario para la producción de
la fuerza de trabajo se resuelve en el tiempo de trabajo necesario para la
producción de dichos medios de subsistencia, o, dicho de otra manera, el valor de
la fuerza de trabajo es el valor de los medios de subsistencia necesarios para la
conservación del poseedor de aquélla…. La suma de los medios de
subsistencia, pues, tiene que alcanzar para mantener al individuo laborioso en
cuanto tal, en su condición normal de vida. Las necesidades naturales mismas
—como alimentación, vestido, calefacción, vivienda, etc.— difieren según las
peculiaridades climáticas y las demás condiciones naturales de un país. Por lo demás,
hasta el volumen de las llamadas necesidades imprescindibles, así como la índole de
su satisfacción, es un producto histórico y depende por tanto en gran parte del
nivel cultural de un país, y esencialmente, entre otras cosas, también de las
condiciones bajo las cuales se ha formado la clase de los trabajadores libres,
10

y por tanto de sus hábitos y aspiraciones vitales. Por oposición a las demás
mercancías, pues, la determinación del valor de la fuerza laboral encierra un
elemento histórico y moral” (Marx, 1988: pp. 207-208. Énfasis en el párrafo y
agregado).15 En su contraparte, el trabajo excedente es ese pedazo de la jornada
laboral donde el trabajador trabaja más allá de la determinación de su fuerza
de trabajo. De ese “pedazo” es de donde surge el plusvalor. “Pedazo” cuya
realización es efectuada por el trabajador.
Volvamos a las palabras iniciales de LYLQS: “Marx opina que existe plusvalía
porque al trabajador se le paga una cantidad por su fuerza de trabajo distinta
a lo que gana él al vender el producto. Lo que paga lo es lo mismo que lo que
le pagan, por lo tanto se ha quedado un "sobrecoste" y a eso le podemos
llamar plusvalía porque él no ha añadido valor alguno al producto ya que éste
solo se añade trabajando.” Yendo más allá de lo que “opine” o deje de
“opinar” Marx, se tiene claro que al trabajador se le paga según su fuerza de
trabajo necesaria para la recomposición de esa misma fuerza de trabajo en
consideración con otros factores; al trabajador se le paga según la capacidad
que tiene de trabajar más otras determinaciones específicas de esta mercancía
peculiar que es. Lo que “no se le paga” al trabajador es el trabajo excedente,
esto es, el pedazo de la jornada de tiempo de trabajo abstracto socialmente
necesario realizado de forma privada e independiente que va más allá del
salario del trabajador.

4. La capitalización de LYLQS, o sea, la forma específica en la


que la economía política burguesa intenta justificar la
apropiación del trabajo excedente por parte de la personificación
del capital cuya forma concreta en la que participa en el proceso
de organización del metabolismo carece de la capacidad para la
objetivación de valor en una mercancía
LYLQS escribe:

15
Para una extensión del conocimiento de las determinaciones del salario del trabajador véase
Caligaris y Starosta, 2018; Fitzsimons y Starosta, 2019; Hirsch, 2020.
11

Ahora entendamos lo que es la capitalización. Los medios de


producción deben producirse. Se hacen mediante trabajo. Pero si se
hacen, es porque ahorran trabajo. Supongamos que cosechar trigo
durante 100 horas produce 100 unidades monetarias. Pero dedicar 100
horas a una cosechadora, consigue una herramienta que usándola 10
horas produce 100 unidades monetarias. El capitalista paga íntegras
las 100 horas de construcción de la cosechadora (100 unidades
monetarias), pero ahora da a su trabajador el medio de producción.
Éste ahora mismo si trabajase 100 horas, produciría 1000 unidades
monetarias.16 100 um [[unidades monetarias]] que producía antes, 17
más 900 um que se añaden a partir de las 100 um de los otros
trabajadores y que ha pagado el capitalista. El capitalista ha
coordinado 100 horas de unos trabajadores de la cosechadora y
las ha convertido en miles de horas de trabajo útil en manos de
un trabajador que sigue trabajando las mismas horas (por
simplificar). Así que el capitalista se estaría quedando en realidad el
aporte marginal del aumento de productividad que estaría haciendo en
el proceso productivo. No se estaría quedando nada del trabajador.

Es evidente la ininteligibilidad del anterior pasaje pero intentemos


entenderlo, aunque sea lo último que hagamos en esta vida.
Aclaremos mejor el pasaje previo: una sociedad donde no existen
cosechadoras, de ahí a que en 100 horas se produzcan 100 unidades
monetarias o, para simplificar, 10 kilos de trigo cuyo valor son las 100 um.
En presencia de una cosechadora en otra unidad de producción diferente a
la que analiza LYLQS, cosechadora con la misma potencialidad productiva
que la del ejemplo (esto es, 10 horas = 100 um), 100 horas de trabajo en una
unidad productiva ausentes de una cosechadora no equivaldrían a un valor
de 10 kilos de trigo de 100 um como consecuencia de la competencia. Como
consecuencia de esta incongruencia explicita vemos necesario suponer que se
está hablando de la sociedad en general. En esta sociedad no existen

16
Cada 10 horas de trabajo mediante el uso de una cosechadora sería el equivalente a 100
unidades monetarias.
17
Como consecuencia de la producción en ausencia de la cosechadora. Supongo.
12

cosechadoras en determinado sector, por lo que todos sus trabajadores ven


necesario trabajar 100 horas para conseguir 10 kilos de trigo valorizados en
100 um. De la nada en esta sociedad aparece otro sector productor de
cosechadoras. Para que el pasaje de LYLQS sea correcto, se supone que ex
ante de la aparición de este nuevo sector no existía trabajo asalariado, es decir,
solo existirían trabajadores con sus medios de producción. Estos trabajadores
ahora pasan a comprar una cosechadora que cuesta 100 um para aumentar su
producción de trigo. Para que el análisis de LYLQS carezca de errores ahora
vemos necesario la creación repentina e imaginaria de mano de obra
asalariada. Los capitalistas en este caso serían los campesinos que ahora
poseen cosechadoras. Estos capitalistas contratan mano de obra asalariada
para la producción. Ahora los 10 kilos de trigo no se producen en 100 horas
sino en 10 horas. En el ejemplo de LYLQS la demanda de trigo es creciente
y va a la par que el aumento del trigo, por lo que 10 kilos de trigo seguirían
valiendo lo mismo que antes de la aparición fantasiosa de la cosechadora.
Ahora en 100 horas se producen 100 kilos de trigo cuyo valor son 1000 um.
¿Por qué se le paga al capitalista o porque este “merece” el plusvalor no
productivo, o sea, el plusvalor que no va dirigido seguir el nuevo proceso de
producción sino que va directo al consumo del capitalista? Según LYLQS
porque el trabajo del capitalista es “productivo”, o sea, necesario. Productivo
no es porque el trabajo productivo es aquel creador de valor, esto es,
materialización en un producto/servicio de trabajo abstracto socialmente
necesario realizado de forma privada e independiente. ¿El capitalista participo
directamente en el proceso de producción de los 100 kilos de trigo?
Claramente no según el pasaje de LYLQS. El capitalista simplemente compró
los MP y por eso, según LYLQS, “merece” una remuneración mucho mayor
que la del productor directo del trigo. ¿El capitalista fue necesario para que
se produjeran 100 kilos de trigo en 100 horas? Sí, debido a que este poseía el
monopolio de los medios de producción. ¿El capitalista merece algo? El papel
necesario del capitalista es claro para que los trabajadores pudieran producir
100 kilos de trigo, pero necesario no implica creador de valor, o sea, trabajo
productivo.
13

Existe el trabajo improductivo bajo el modo de producción capitalista, esto


es, trabajo abstracto necesario18 el cual no crea valor: “si se considera en cuanto
tal el proceso laboral, sólo es productivo el trabajo que desemboca en un
producto (producto material, ya que aquí se trata únicamente de la riqueza
material)” (Marx, 1973b: pp. 86). Cabe recalcar aquí los usos que Marx da, en
general, al concepto “material”. En Teorías sobre la Plusvalía Marx señala
claramente las diferencias entre su criterio de determinación del trabajo
productivo y el de los fisiócratas y Adam Smith (Marx, 1974: I: pp. 39, 49, 51,
132 ss). En particular, insiste en que la materialización del trabajo abstracto
socialmente necesario realizado de forma privado e independiente no debe
tomarse “en un sentido tan escocés” como lo hacía Smith, porque “cuando
hablamos de la mercancía como materialización del trabajo –en el sentido de su
valor de cambio–, éste, por sí mismo, no es más que un modo de existencia
imaginado, es decir puramente social, de la mercancía, que nada tiene que ver con su
realidad corpórea. Se la concibe como una cantidad determinada de trabajo
social o de dinero. Es posible que el trabajo concreto del cual es resultado no
deje rastro alguno” (Marx, 1974: I: pp. 145). El concepto de trabajo
productivo no es pues ya la simple relación entre el trabajador y el producto
de su trabajo “sino que lleva además implícita una relación específicamente
social e históricamente dada de producción” (Marx, 1981: pp. 426). Esta
relación social queda más clara cuando Marx, a través de varios ejemplos
particulares, nos plantea cómo ciertos trabajadores “inmateriales” pueden ser
trabajadores productivos si su trabajo está enfocado en reproducir el capital
invertido del capitalista que lo emplea (Marx, 1981: pp. 426), esto implica que
el trabajo productivo se puede distanciar de la órbita del trabajo material. En
síntesis, no hablamos ya del trabajo simple, sino del trabajo inmerso en las
lógicas y condicionantes del relacionamiento capitalista, y, en consecuencia,
tampoco hablamos ya de trabajo productivo como aquel que únicamente
arroja concretos materiales, sino también de actividades productivas con
resultados intangibles inmersas en relaciones de producción capitalistas.
Volviendo a LYLQS, ahora toca respondernos el dilema del trabajo
productivo, improductivo y necesario para la realización del plusvalor. En el
ejemplo de LYLQS el capitalista solo “participa” en el ciclo del capital en

18
No en el sentido de “socialmente necesario”
14

relación a que solo compra los MP, es decir, no crea valor debido a que no
hay un gasto de fuerza de trabajo humana abstracta socialmente necesaria
realizada de forma privada e independiente materializada en un
producto/servicio. No obstante, su participación sí fue necesaria más no
productiva. El capitalista ejemplificado por LYLQS se diferencia de otros
trabajadores improductivos en gran medida. Marx19 notó que existen
trabajadores que están subsumidos al capital y que también reciben un salario
igual al valor de su fuerza de trabajo, sin embargo, realizan trabajos
improductivos y por ende no producen valor y mucho menos plusvalía. El
caso más típico y general es el de los trabajadores que están involucrados en
los cambios en las formas del capital mercantil a capital dinerario, esto es, M'-
D'. Se trata de un cambio de la forma del valor, que primero existe bajo la
forma de una mercancía, luego bajo la forma de dinero. En este acto no hay
generación alguna de valor. Los trabajadores que realizan el valor son trabajos
necesarios para la realización del valor pero no son productivos, y por eso la
retribución de esta fuerza de trabajo representa una deducción de la plusvalía
creada por los trabajadores productivos. En la medida en que aumente los
trabajadores improductivos, el capitalista dispondrá de menos plusvalía para
invertir y ampliar la escala de la producción. Naturalmente la cuestión no
cambia de contenido si el trabajo de venta es realizado por trabajadores
contratados por los capitalistas comerciales. El mismo criterio se aplica a los
trabajadores que llevan la contabilidad, cuentan y guardan el dinero, etc. Y
también para los que son contratados por el capitalista para ejercer
actividades de vigilancia dentro de la empresa.20 De la misma manera que
sucedía con el guardián de esclavos, el moderno personal de vigilancia no
agrega valor al producto que sale de la empresa y se realiza en el mercado.

19
En adelante sigo a Astarita (2011).
20
El servicio mismo de vigilar sí es creador de valor pero de forma peculiar. El vigilante ejerce
un trabajo abstracto socialmente necesario efectuado de forma privada e independiente, de ahí
a que su mercancía, su fuerza de trabajo, sea intercambiada por dinero, es decir, su mercancía
posea valor. No obstante, este trabajo no agrega nada de valor a las mercancías que produce la
fábrica que está vigilando. De ahí a que el pago al vigilante solo sea mediante una deducción del
plusvalor de la fábrica. Supongamos que este vigilante sea en realidad un trabajador asalariado
de una empresa de vigilancia. La fábrica compra a la empresa de vigilancia los servicios que
ofrece su mercancía: el vigilante. Al vigilante se le pagaría pues su trabajo necesario mientras que
el trabajo excedente efectuado por el vigilante es apropiado por el dueño de la empresa de
vigilancia.
15

Examinemos dos ejemplos. Supongamos que los trabajadores que están


dedicados a la venta, pertenecientes a una empresa que produce la mercancía
X, construyen un cartel para hacer publicidad. El cartel no agrega un ápice al
valor de la mercancía X, y por lo tanto el gasto de trabajo humano empleado
en construir el cartel fue directamente social, a la vez significa deducción del
tiempo de trabajo dedicado a la producción.21 Lo mismo sucede si la empresa
dedica un trabajador a fabricar armas para que las utilice el personal de
vigilancia: su trabajo fue directamente social y, por tanto, trabajo abstracto
socialmente necesario no realizado de forma privada e independiente, a
menos de que se le pague.
Hay otra cosa que cabe recalcar. Si una empresa contrata a un obrero para
que fabrique un arma, y esta arma se vende en el mercado, ese trabajo es
productivo, es decir, el trabajo efectuado por el obrero fue indirectamente
social y, por tanto, trabajo abstracto socialmente necesario realizado de forma
privada e independiente; lo mismo puede decirse del trabajo en una empresa
dedicada a fabricar carteles de propaganda. Son trabajos productivos, esto es,
generan plusvalía debido a que generan valor. Sin embargo, en el ejemplo
anterior, si la empresa que fabrica X destina a sus propios trabajadores a
producir carteles o armas, concluíamos que esos trabajadores no generan
valor y mucho menos la forma concreta en la que aparece el excedente del
valor: plusvalía. ¿Por qué? En primer lugar, señalemos que los resultados son
distintos porque en un caso el arma o el cartel son mercancías, y en el otro
no lo son. Esto se produce debido a que los obreros de las empresas de armas
y carteles vendieron su producto, esto es, su producto fue indirectamente social.
En el otro caso, los trabajadores de una fábrica que se dedicaron a construir
un cartel no fue productivo debido a que no se vendió dicho cartel; simple y
llanamente ese cartel fue producido para que hubiera un aumento de la
demanda desconociendo la efectividad de este método. En el caso de las
armas, esta fábrica decide fabricar esta arma para el trabajo de vigilancia, pero
el trabajo que creó esta arma fue producto de un trabajo directamente social, esto
es, ausente de una mediación y, ergo, improductivo o no generador de valor,

21
El cartel puede aumentar la demanda y por tanto hacer que aumente el valor del producto,
pero el trabajo creador de este producto sigue siendo el de los trabajadores implicados en el
proceso de producción de la mercancía.
16

pero esto no significa que el trabajo no fuese necesario para evitar que se
metieran ladrones a robar.
Ahora el dilema es el siguiente: ¿hay explotación de trabajadores
improductivos o no? Si no generan valor y ergo plusvalor… ¿“explotan” a
los trabajadores productivos? Desde el punto de vista global, no es trabajador
productivo, pero “[el trabajo en el sector comercial,] le reporta algo no por el
hecho de crear directamente plusvalor para él, sino porque lo ayuda a disminuir
los costos de la realización del plusvalor, en la medida en la que efectúa trabajo, en
parte impago” (Marx, 1975: pp. 384). Los salarios de estos trabajadores son, en
realidad, deducciones de la plusvalía producida por los trabajadores
productivos. Además los gastos de todo tipo necesarios (capital constante)
para esas funciones son también otras tantas deducciones, de manera que la
ganancia global de los capitales existentes en la sociedad debe soportar esas
deducciones del volumen de la plusvalía disponible para la realización del
valor. Al contrario que los trabajadores asalariados por el capital productivo,
los trabajadores del capital comercial (incluidos los bancarios) “no son
explotados”, pues no producen plusvalía, pero: “En un aspecto, tal trabajador
de comercio es un asalariado como cualquier otro. En primer lugar, en la medida
en que lo que compra trabajo es el capital variable del comerciante, y no el dinero
gastado como rédito por lo cual se lo compra también no para adquirir un servicio
privado, sino con el fin de la autovalorización del capital allí adelantado. Segundo,
en la medida en que el valor de su fuerza de trabajo y por ende su salario está
determinado, como en el caso de todos los restantes asalariados, por los costos de
producción y reproducción de su fuerza de trabajo específica, y no por el producto de
su trabajo” (Marx, 1975: pp. 375. Énfasis agregado). Por eso deben ser
considerados “explotados”, esto es, trabajar más allá del tiempo de trabajo
necesario: “el capitalista comercial hace ejecutar a sus trabajadores la propia
función en virtud de la cual el dinero de aquél es capital. El trabajo impago de
estos dependientes, a pesar de no crear plusvalor, crea empero para él apropiación
de plusvalor, lo cual es exactamente lo mismo para este capital, en cuanto a su
resultado; en consecuencia, es para él fuente de la ganancia” (Marx, 1975: pp. 376-
77).
En síntesis, tanto el trabajador productivo e improductivo sufren de
explotación, y, además, el trabajador improductivo realiza a su vez un trabajo
diferente al del capitalista del ejemplo de LYLQS. Ahora bien, volvemos al
17

inicio del asunto. ¿El capitalista de LYLQS merece una remuneración? En


relación a que este solo se le pague según su trabajo necesario para su
reproducción sí, al igual que cualquier otro trabajador improductivo pero
necesario. ¿El capitalista, esto es, el dueño de los MP, se le remunera según
su trabajo necesario? Claramente se le remunera más allá de su trabajo
necesario por lo que está implicado en un proceso de explotación del trabajo,
esto es, apropiación de una parte del plusvalor más allá de sus necesidades
para su reproducción.
Para finalizar pongamos lo último que escribe LYLQS:

Imaginaos un trabajador fabricando productos durante 10 horas.


Imaginaos una máquina que cuesta 100 horas en hacerse pero que
produce en su vida útil (10 horas) el equivalente a 10.000 horas de
trabajo humano. Ahora dadle a ese trabajador durante 10 horas esa
máquina. Producirá el trabajo de 10.000 horas. Los trabajadores en
total han trabajado 110 horas22 y el empresario ha pagado las 110
horas íntegras. Pero como él ha coordinado y ha tomado
decisiones de como producir que han hecho que el proceso
productivo aumente, él es el responsable de dicho aumento de la
producción. No ha robado nada. Podría decirse también, aceptando
las hipótesis de Marx. Que los trabajadores aportan 110 horas de
trabajo socialmente necesario y el capitalista 9.890. De ahí su parte
de los ingresos.

Diciendo disparate tras disparate LYLQS nos dice que la sustancia del valor
no es el trabajo humano abstracto socialmente necesario realizado de forma
privada e independiente sino que es…. ¡la persona que coordina y toma
decisiones en el proceso de producción mediante la realización de un trabajo
directamente social! ¿Qué los trabajadores han aumentado su productividad
como resultado de estar horas y horas pegados a su máquina (o sitio de
trabajo) perfeccionando así su trabajo y como consecuencia producen en una

22
Esto es, el capital variable -10 horas- y el capital constante -100 horas-, o sea, un capital
orgánico bastante alto.
18

hora más productos que hace un mes en su unidad de producción lo que


permite que se apropien de una plusvalía extraordinaria de la tasa de ganancia
de otra unidad de producción menos improductivo?23 No interesa para
LYLQS, lo que interesa es que se coordine y se tomen decisiones en el
proceso de producción. ¿Por qué merece el capitalista su remuneración más
allá del proceso de producción? Porque “él ha coordinado y ha tomado
decisiones de como producir que han hecho que el proceso productivo
aumente, él es el responsable de dicho aumento de la producción.”
Claramente esto es erróneo. El trabajo productor de valor no es aquel que
“coordina y toma decisiones de cómo producir”, si esto fuera así el valor se
volvería una categoría económica que ha existido desde siempre y de esta
forma lo naturalizaríamos a la forma específica en la que se organiza el
proceso de metabolismo social imperante, pero, como se vio previamente, el
valor es la aptitud que posee una mercancía de poder intercambiarse por otras
mercancías, aptitud que posee como consecuencia de que fue resultado del
trabajo abstracto socialmente necesario realizado de forma privada e
independiente. ¿La coordinación y la toma de decisiones es la sustancia
creadora de plusvalor? No. Es trabajo improductivo –gasto de mente, nervio
y musculo– pero necesario,24 a la vez que el trabajo de la ama de casa tampoco
crea valor debido a que este trabajo es directamente social. ¿Se le remunera al
dueño de los medios de producción según la cantidad de valor necesaria para
su reproducción, esto es, según el trabajo necesario? Tampoco. Se le
remunera más allá de su trabajo necesario para seguir vivo y demás
determinaciones del salario común y corriente del trabajador.
Volvamos al pasaje previamente citado: el tiempo de trabajo socialmente
necesario para la creación de la maquina que usó el obrero fueron 100 horas.

23
Véase los capítulos IX y X del libro III de El Capital.
24
De ahí a que se contraten personas para ejecutar este trabajo particular en grandes empresas.
No vemos a Jeff Bezos multiplicado a él mismo en todos los sitios de trabajo de Amazon donde
los trabajadores no pueden hacer sus necesidades básicas humanas como consecuencia de que
“disminuyen su productividad”. ¡Ahí está el gran aporte de Bezos al “coordinar y tomar
decisiones” para aumentar la productividad!. Sobre el tema véase:
https://www.vice.com/en/article/k7amyn/amazon-denies-workers-pee-in-bottles-here-are-
the-pee-bottles. En China durante la época de la reforma (post-1978) también se ha mostrado
que los dueños de los MP son personas caritativas las cuales se merecen toda la remuneración
del mundo debido a que aumentan la productividad del trabajo mediante medidas ausentes de
coerción directa o indirecta alguna (véase Salazar, 2020: pp. 865-889).
19

Pero, según la gran mente de LYLQS, la maquinaria que contiene objetivada


en ella 100 horas de trabajo abstracto socialmente necesario realizada de
forma privada e independiente TRANSFIERE 10,000 HORAS a la
mercancía. No paran los disparates de LYLQS. Es imposible que una
maquina transfiera multiplicado por CIEN su valor. Si en la maquina se
encuentra objetivadas 100 horas de trabajo abstracto socialmente necesario
realizado… esas 100 horas se transfieren al producto que la maquina crea
mas las horas de la jornada laboral, necesaria y excedente, del proletario.
Simplemente no hay manera. Es increíble.
Dejando de lado los malabares fantásticos para que una maquina pueda crear
por arte de magia 9,900 horas de trabajo que aparecieron por obra y gracia
del espíritu santo, cabe recalcar que la frase “el capitalista crea 9.890” es falsa.
Acomodando los errores diminutos de LYLQS queda claro que el capitalista,
siguiendo su lógica, aporta 100 horas de trabajo objetivadas en la máquina.
¿El las objetivó? Carece de importancia. Siguiendo a LYLQS, él compró la
máquina. Él no es la máquina, por lo que es imposible que aporte 100 horas
de trabajo objetivado en la máquina que se transfieren al producto creado por
esta máquina, pero sí dio esta máquina al obrero para que se objetivase el
valor de la máquina y del trabajo del obrero. ¿Se le debe dar una “prima” al
capitalista por permitir esto? Si se llegase a responder esto se vería necesaria
la siguiente respuesta: ¿se le debe dar una “prima” al trabajador por evitar la
desvalorización de la máquina? Él fue el que transfirió las 100 horas de trabajo
socialmente necesarias de la máquina a un producto mediante la realización
de la necesidad de su acción transformadora, esto es, de su potencialidad
como ser humano, mediante la apropiación de su medio para un medio para
sí, en este caso, un medio el cual se transforma en una mercancía la cual
domina al productor de mercancías, o sea, domina a la conciencia libre
provocando que esta conciencia libre sea la forma concreta de la conciencia
enajenada. Dejando esto último de lado, queda claro que sin el capitalista el
obrero no podría trabajar como consecuencia de que el trabajador carece de
sus condiciones objetivas de producción, mientras que el capitalista posee
estas condiciones objetivas de la producción. Esta disparidad, esta
desigualdad de poder, provoca la creación de dos clases específicamente
concretas que surgen en el marco de la forma concreta en la que se realiza el
producto del proceso de trabajo social como una potencia social del producto
20

que enajenan las potencias transformadoras del trabajador, siendo esta la


forma específica en la que se presenta la conciencia enajenada pero bajo el
manto de una conciencia abstractamente libre. El proletario no sobrevive sin
el capitalista como consecuencia de que nace escindidos de sus condiciones
de producción; el capitalista puede sobrevivir ya que posee las condiciones
objetivas de producción. El motor creador de ésta forma concreta
históricamente determinada tiene por condición la autovalorización del valor,
la creación del plusvalor, por lo que el capitalista se presenta ahora como la
clase social específica que compra la fuerza del trabajo del trabajador para
realizar esta necesidad inherente de la relación social general del modo de
producción capitalista: el capital.
Volvamos con la “prima”. Se supone que el capitalista se le remunera una
“prima”, más la remuneración del trabajo necesario, debido a que dio a los
trabajadores los medios de producción. Pero, siguiendo este juego, a los
trabajadores se le debe de dar de igual forma una “prima” debido a que estos
son los que poseen la única forma específica concreta que transfiere a un
producto/servicio la propiedad de intercambiabilidad; ellos son los que usan
su potencias que se objetiva como la sustancia creadora del valor. Esta aptitud
que poseen y ponen en acción, al igual que el capitalista pero éste no la pone en
acción, no es ni más ni menos que la forma concreta en la que el proceso del
metabolismo social, en la que los productos del trabajo se enfrenta a su
productor como una potencia enajenada que lo domina, tiene por realizar a
la necesidad de la acción consciente y voluntaria de la clase obrera mediante
la realización de su potencia como una necesidad teniendo como forma
históricamente determinada a sus potencias presentadas como el mero gasto
de trabajo humano (o sea, el desgaste de cerebro, músculo, nervio, mano,
etc.,) abstracto cuya forma específica de objetivación es hecha de manera
autónomamente privada e independiente. El problema es que no se les da
una “prima”, o sea, no se les da una remuneración a pesar de que los
trabajadores realizan sus potencias transformadoras como una forma
específica de la realización de una necesidad inherente a la clase capitalista –
parasitaria pero necesaria– como personas humanas: seguir vivos.
Curioso es que en el fin de los días del modo de producción capitalista, y en
el lapso de existencia de cada ser humano miembro de la clase que personifica
21

a las potencias del capital, tienen una última necesidad inherente a este –y a
cada ser vivo en realidad– cuya realización es mucho más tardía que la de la
clase obrera, necesidad la cual día a día se presenta mediante formas concretas
que evitan la realización de esta necesidad, o sea, el poder ser que se da la
realización de su necesidad, se presenta como un no poder ser. Para ser más
concretos: la muerte. Ésta necesidad específica e inherente a todo ser vivo se
presenta de forma tardía en los dueños de los medios de producción, pero se
presenta de forma temprana –en relación a los capitalistas– en la clase social
creadora de la riqueza material del modo de producción capitalista:

La riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producción


capitalista se presenta como un “enorme cúmulo de mercancías”, y la
mercancía individual como la forma elemental de esa riqueza. Nuestra
investigación, por consiguiente, se inicia con el análisis de la mercancía.
Marx, El Capital.

Bibliografía

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y Social en China Durante la Época Maoísta (1949-78). Descarga:
https://chinamaoista.home.blog/2020/11/08/recopilacion-de-escritos/

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