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MÓDULO I
MARX – LA IDEOLOGÍA ALEMANA
Materialismo histórico: análisis de la relación de producción de la base material en un
momento histórico dado. Estudio de las leyes generales que explican el desarrollo de las
sociedades. Se trata de establecer cuáles son los mecanismos que permiten el nacimiento,
devenir y muerte de una sociedad.
La ley fundamental del Materialismo Histórico puede resumirse así: de acuerdo con las
condiciones materiales que lo rodean, es decir, de acuerdo, en último término, al nivel de
desarrollo de las fuerzas productivas el hombre organiza la producción de una determinada
forma, entra en determinadas relaciones de producción. El conjunto de las relaciones de
producción forma la estructura económica de la sociedad, base sobre la cual se levantan las
instituciones jurídicas y políticas, a las que corresponden determinadas formas de la conciencia
social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social,
política y espiritual en general. Dado el carácter eminentemente dinámico que tienen, las
fuerzas productivas siguen desarrollándose dentro del marco de las relaciones de producción
que le han dado origen, hasta llegar a un punto tal que, de formas de desarrollo, estas
relaciones se transforman en trabas suyas. Las fuerzas productivas sólo podrán seguir su
desarrollo cuando las viejas relaciones de producción sean cambiadas por unas nuevas y más
evolucionadas. En ese momento histórico se verifica el nacimiento de una nueva sociedad. Al
cambiar la estructura económica, se revoluciona más o menos rápidamente toda la inmensa
superestructura erigida sobre ella. Resulta importante destacar que ninguna sociedad
desaparece antes que se desarrollen todas las fuerzas productivas que encuentren campo de
acción en ella. Jamás aparecen nuevas y más perfectas relaciones de producción antes de que
las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad
antigua.
Clases sociales: Grupos sociales antagónicos. Uno se apropia del trabajo del otro a causa del
lugar diferente que ocupan en la estructura económica de un modo de producción
determinado. Este lugar está determinado fundamentalmente (no exclusivamente) por la
forma específica en que se relaciona con los medios de producción. Esta relación puede ser de
dos tipos: relación de propiedad y relación de no-propiedad. Los grupos sociales antagónicos
han existido siempre, afirma Marx: en la sociedad esclavista (amos y esclavos), en la sociedad
feudal (señores y siervos), y en la sociedad capitalista (burguesía y proletariado).
Mercancía: Objeto apto para satisfacer necesidades humanas, de cualquier tipo que ellas sean.
Estas necesidades pueden ser físicas o espirituales. La mercancía puede satisfacer las
necesidades humanas en forma directa o indirecta, vale decir como objeto de disfrute o como
objeto que sirve para fabricar nuevos objetos de disfrute, como medio de producción. El bien
solo se reconoce como mercancía en el proceso de intercambio. Podemos decir, en
consecuencia, que son mercancía todos aquellos bienes producidos para el intercambio (para
el goce de un destinatario anónimo, pero demandante, dentro del mercado) debe ser útil para
otros.
Valor de cambio: es una expresión del valor contenido en una mercancía (existen objetos que
pueden no tener valor). El valor de cambio es la expresión de un contenido diferenciable de él,
su “forma de manifestarse”. Se manifiesta en el intercambio; representando el “trabajo
humano socialmente necesario” contenido en él; en cantidades de otra mercancía; en el caso
de representarse en el “equivalente general” (oro) el V.C. deviene “precio”. El trabajo
contenido en la mercancía se mide por las cantidades (horas) empleadas en su fabricación. En
las condiciones medias de producción y grados promedios de destreza del trabajador.
Magnitud del valor: Magnitud del V.C. (Cantidad de Trabajo Humano Socialmente Necesario
contenida en la mercancía). Cuando sube la productividad desciende la magnitud de valor que
representa la mercancía (y viceversa).
Valor de uso: el valor de uso de un objeto reside en su materialidad misma. La utilidad lo
convierte en valor de uso, cuyo valor está definido por la utilidad que le da el poseedor. Este
valor se materializa en el uso.
Fuerza de trabajo: conjunto de facultades físicas y mentales que existe en la corporeidad del
hombre y que éste pone en acción para producir bienes de cualquier clase. Trabajo complejo:
Trabajo simple (de un productor) al que se le agrega la capacitación en un área específica. La
jornada laboral: es el valor objetivado en el producto, es el valor que le concede el trabajo + la
materia prima (insumos)+ los medios de trabajo (herramientas) = valor de la mercancía.
Plusvalía: se origina, cuando el valor de la mercancía supera el costo de esta, es decir, la suma
de trabajo + insumo + herramienta (medio de trabajo), es menor que ella le infiere a la
mercancía. El proceso de valorización es el proceso de trabajo entre materias primas,
maquinas o herramientas y el proceso laboral amalgamado en el producto. Un día de trabajo
se paga con el valor de medio día de trabajo; el producto se valorizó por un día, cuando su
costo es solo de medio. Mercancía “fuerza de trabajo”: es una mercancía cuyo valor de uso
posee la característica de ser fuente de valor. El valor de fuerza de trabajo se determina por el
tiempo socialmente necesario para la satisfacción de las necesidades básicas del trabajador, es
decir, el tiempo necesario para proveerlo de los medios de subsistencia. Para que el trabajador
pueda ofrecer su fuerza de trabajo (como mercancía): 1* este debe poseerla, es decir, ser un
individuo libre (propietario) de su corporeidad y las fuerzas que éste comprende. Ambos son
personas con mercancías, que acuerdan, son jurídicamente iguales. Para que un trabajador
siga siendo libre debe vender en partes (por determinado tiempo su mercancía –nunca
renunciando a su propiedad sobre ella-) sino sería eslavo y de poseedor de una mercancía a
simple mercancía. 2* el trabajador debe carecer de otras mercancías para vender, está exento
y desprovisto, desembarazado de todas las cosas necesarias para la puesta en actividad de su
fuerza de trabajo.
Proceso de Trabajo: El comprador consume la mercancía “fuerza de trabajo” haciendo trabajar
al obrero. El trabajador produce valores de uso, o bienes. Modifica la naturaleza, con sus
medios corporales [y su voluntad –atención-] para dominarla y obtener los recursos que
necesita para producir. En ella materializa el bien, que otrora fue ideal en su concepción
intelectual. Los elementos simples del proceso laboral son la actividad orientada a un fin (el
trabajo mismo), su objeto y sus medios. Toda materia prima es objeto de trabajo [pero no
siempre al revés].
Medios de trabajo: El medio de trabajo es una cosa (o conjunto) que el trabajador usa para
facilitar sus funciones sobre el objeto de trabajo, conforme al objetivo que se ha fijado. La
tierra proporciona los principales medios de trabajo [herramientas]. Cuando el trabajo se
acompleja, los medios de trabajo [herramientas] deben ser productos del trabajo, ser
elaborados con una mayor calidad y especificación. Dependiendo de su función un V.U. puede
ser materia prima [insumo], medio de trabajo [herramienta] o producto. El proceso de trabajo
es un proceso entre cosas que le pertenecen al capitalista, que él ha comprado. El valor de la
mercancía final se forma en parte por el costo de los medios de producción. Por otra parte, se
forma con cierta cantidad de trabajo social medio [cantidad de horas].
Capital constante: La masa de capital invertida en medios de producción (son las
herramientas, las maquinas) que pierden valor, al transferirlos a la mercancía, en el proceso de
valorización. Siempre transfiere la misma cantidad de valor al producto, hasta el punto (una
vez agotada su vida útil/amortiguado) de ya no agregar valor. No puede ceder valor que no
posee.
Capital variable: es la dependiente del desarrollo de la fuerza productiva (técnico, obrero).
Porción de la capital invertida en fuerza de trabajo; que tiene la capacidad de crear valor. Es
decir, de reproducir su propio valor y la plusvalía.
Centralización: consiste en el crecimiento del volumen del capital por la unión de varios
capitales en uno solo o por la absorción de uno de ellos por otro. Este proceso significa que
entre los capitalistas se redistribuyen capitales ya acumulados. Se diferencia de la
concentración de capitales precisamente en que sólo presupone la redistribución de los
capitales ya existentes y por tanto no depende del aumento absoluto de la riqueza social ni de
la acumulación. Al centralizarse el capital también se provoca una concentración de capital.
Sociología: una ciencia que pretende entender, interpretándola, la acción social para de esa
manera explicarla causalmente en su desarrollo y efectos.
Acción: una conducta humana siempre que el sujeto o los sujetos de la acción enlacen a ella un
sentido subjetivo.
Acción social: acción en donde el sentido mentado por su sujeto o sujetos está referido a la
conducta de otros, orientándose por ésta en su desarrollo.
Una acción con sentido no se da en muchos casos de procesos psicofísicos. El poder “revivir”
en pleno algo ajeno es importante para la evidencia de la compresión, pero no es condición
absoluta para la interpretación del sentido.
Toda interpretación de una acción con arreglo a fines orientada racionalmente posee el grado
máximo de evidencia.
Muchos de los “valores” y “fines” de carácter último que parecen orientar la acción de un
hombre no los podemos comprender a menudo, con plena evidencia, sino tan sólo, en ciertas
circunstancias.
Tendríamos que fijar cómo se hubiera desarrollado esa acción de haberse conocido todas las
circunstancias y todas las intenciones de los protagonistas y de haberse orientado la elección
de los medios de un modo rigurosamente racional con arreglo a fines.
La construcción de una acción rigurosamente racional con arreglo a fines sirve en estos casos a
la sociología como un tipo mediante el cual comprender mediante el cual comprender la
acción real como desviación del desarrollo esperado de la acción racional.
Los procesos y objetos ajenos al sentido entran en el ámbito de las ciencias de la acción como
ocasión, resultado, estímulo u obstáculo de la acción humana.
Permanecen ajenos al sentido todos los procesos o estados en que no se mienta un sentido, en
tanto que no aparezcan en la acción en la relación de “medio” o de “fin”, y sólo sean ocasión
estímulo u obstáculo.
Comprensión equivale en todos los casos a: captación interpretativa del sentido o conexión de
sentido:
Motivo: conexión de sentido que para el actor u observador aparece como el “fundamento”
con sentido de una conducta.
Una conducta que se desarrolla como un todo coherente es “adecuada por el sentido” en la
medida en que afirmamos que la relación entre sus elementos constituye una “conexión de
sentido” típica o correcta.
La explicación causal significa que, de acuerdo con una determinada regla de probabilidad a un
determinado proceso observado sigue otro proceso determinado.
Interpretación causal correcta de una acción concreta significa que el desarrollo externo y el
motivo han sido conocidos de un modo certero y al mismo tiempo comprendidos con sentido
en su conexión.
Interpretación causal correcta de una acción típica significa que el acaecer considerado típico
se ofrece con adecuación de sentido y puede también ser comprobado como causalmente
adecuado. Si falta la adecuación de sentido, nos encontramos ante una probabilidad
estadística no susceptible de comprensión.
Aun la más evidente adecuación de sentido sólo puede considerarse como una proposición
causal correcta para la sociología en la medida en que se pruebe la existencia de una
probabilidad de que la acción concreta tomará de hecho, con determinable frecuencia o
aproximación.
La interpretación de la acción sólo se interesa en tales hechos y leyes en igual forma y medida
en que lo hace respecto a cualesquiera otros hechos.
Leyes: son determinadas probabilidades típicas, confirmadas por la observación de que, dadas
determinadas situaciones de hecho transcurran en la forma esperada ciertas acciones sociales
que son comprensibles por sus motivos típicos y por el sentido típico mentado por los sujetos
de la acción. Son claras y comprensibles cuando el motivo subyacente en el desarrollo típico de
la acción es puramente racional con arreglo a fines y la relación de medio a fin, según enseña
la experiencia, es unívoca (es decir, los medios son “ineludibles”).
Deben eliminarse tanto el enorme equivoco implicado al pensar que un método individualista
significa una valoración individualista como la opinión de que una construcción conceptual de
carácter inevitablemente racionalista significa una creencia en el predominio de los motivos
racionales o simplemente una valoración positiva del racionalismo.
La sociología construye conceptos-tipo y se afana por encontrar reglas generales del acaecer.
En todos los casos, racionales como irracionales, se distancia de la realidad sirviendo para el
conocimiento de ésta en la medida en que, mediante la indicación del grado de aproximación
de un fenómeno histórico a uno o varios de esos conceptos, que dan tales fenómenos
ordenados conceptualmente.
Para que con estas palabras se exprese algo unívoco la sociología de formar, por su parte, tipos
puros ideales de esas estructuras que muestran en sí la unidad más consecuente de una
adecuación de sentido lo más plena posible.
Cuanto con más precisión y univocidad se construyan estos tipos ideales y sean más extraños
en este sentido, al mundo, su utilidad será también mayor tanto terminológica, clasificatoria,
como heurísticamente.
Una acción clara y con absoluta conciencia es un caso límite. Toda consideración histórica o
sociológica debe tener en cuenta este hecho en su análisis de la realidad. No debe impedir que
la sociología construya sus conceptos mediante una clasificación de los posibles “sentidos
mentados”.
La conducta íntima es acción social sólo cuando está orientada por las acciones de otros.
No toda clase de contacto entre los hombres tiene carácter social; sino sólo una acción con
sentido propio dirigida a la acción de otros.
La conducta estrictamente activa está más allá de muchas veces de lo que es la acción
consciente con sentido; puede ser una reacción sin trabas a un estímulo extraordinario, fuera
de lo cotidiano.
La acción afectiva y la racional son arreglo a valores se distinguen entre sí por la elaboración
consciente en la 2da de los propósitos últimos de la acción y por el planeamiento de esta.
Actúa estrictamente de un modo racional con arreglo a valores quien, sin consideración a las
consecuencias previsibles, obra en servicio de sus convicciones.
Actúa racionalmente con arreglo a fines quien oriente su acción por el fin, medios y
consecuencias implicadas en ella y para lo cual sopese racionalmente los medios con los fines,
los fines con las consecuencias implicadas y los diferentes fines posibles entre sí. En todo caso
pues quien no actúe ni a afectivamente ni con arreglo a la tradición.
La decisión entre los diferentes fines y consecuencias concurrentes y en conflicto puede ser
racional con arreglo a valores; en cuyo caso la acción es racional con arreglo a fines sólo en los
medios.
La orientación racional con arreglo a valores puede estar en relación muy diversa con respecto
a la racional con arreglo a fines. Desde la perspectiva de esta última, la primera siempre es
irracional.
Relación social: conducta plural que se presenta como recíprocamente referida, orientándose
por esa reciprocidad.
Siempre se trata de un sentido empírico inventado por los partícipes y nunca de un sentido
normativamente justo o metafísicamente verdadero.
La ausencia de reciprocidad sólo excluye la existencia de una relación cuando falte de hecho la
referencia mutua de las dos acciones.
Una relación social puede tener carácter enteramente transitorio o bien implicar permanencia
que exista en este caso la probabilidad de la repetición continuada de una conducta con el
sentido de que se trate.
El sentido que constituye un modo permanente una relación puede ser formulado en forma de
máximas cuya incorporación aproximada o en término medio pueden los partícipes esperar de
la otra u otras partes y a su vez orientar por ellas su propia acción. Lo cual ocurre tanto más
cuanto mayor sea el carácter racional de la acción.
El sentido de una relación social puede ser pactado por declaración recíproca. Los que en ella
participan hacen una promesa respecto a su conducta futura. Cada 1 de los partícipes cuenta
normalmente con que el otro orientará su acción por el sentido de la promesa tal como él lo
entiende.
Debe decirse que su uso está determinado por una situación de intereses cuando y en la
medida en que la existencia empírica de su probabilidad descanse únicamente en el hecho de
que los individuos orienten racionalmente su acción con arreglo a fines por expectativas
similares.
Validez de un orden significa para nosotros algo más que una regularidad en el desarrollo de la
acción social simplemente determinada por la costumbre o por una situación de intereses.
a) Orden cuando la acción se orienta por máximas que pueden ser señaladas.
b) Validez de este orden cuando la orientación de hecho por aquellas máximas tiene
lugar porque en algún grado significativo aparecen válidas para la acción es decir como
obligatorias o como modelos de conducta.
Un orden sostenido sólo por motivos racionales de fin es mucho más frágil que otro que
provenga de una orientación hacia él, mantenida únicamente por la fuerza de la costumbre,
por el arraigo de una conducta.
Pero todavía es mucho más frágil comparado con aquel orden que aparezca con el prestigio de
ser obligatorio y modelo, es decir, con el prestigio de la legitimidad.
No sólo puede estar orientada a la acción en la validez de una orden por cumplimiento de su
sentido; también en el caso en que ese sentido sea aludido o transgredido puede actuar la
probabilidad de su subsistente validez en extensión mayor o menor.
Las leyes imperfectas y las obligaciones naturales son formas del lenguaje jurídico que
manifiestan de modo indirecto, límites y condiciones en la aplicación de la coacción jurídica.
Un orden puede aparecer también como orden únicamente de una situación concreta.
La norma moral se impone a la conducta humana por una determinada creencia en valores,
pretendiendo aquella conducta el predicado de moralmente buena, de igual manera que
pretende el predicado de lo bello la que se mide por patrones estéticos.
Toda moral con validez efectiva suele estar garantizada ampliamente en forma convencional, o
sea por la probabilidad de una reprobación de la transgresión.
Los que actúan socialmente pueden atribuir validez legítima a un orden determinado.
El tipo más puro de una validez racional con arreglo a valores está representado por el derecho
natural. Cualquiera que haya sido su limitación frente a sus pretensiones ideales, no puede
negarse, sin embargo, el influjo efectivo y no insignificante de sus preceptos lógicamente
deducidos sobre la conducta; preceptos que hay que separar tanto de los revelados como de
los estatuidos o de los derivados del derecho tradicional.
Una relación social es de lucha cuando la acción se orienta por el propósito de imponer la
propia voluntad contra la resistencia de la otra u otras partes. Se denominan pacíficos aquellos
medios de lucha en donde no hay una violencia física efectiva. La lucha pacífica llámese
competencia cuando se trata de la adquisición formalmente pacífica de un poder de
disposición propio sobre probabilidades deseadas también por otros. Hay competencia
regulada en la medida en que está orientada, en sus fines y medios, por un orden
determinado. A la lucha por la existencia que tiene lugar tanto entre individuos como entre
tipos de estos, por las probabilidades existentes de vida y de supervivencia, la denominaremos
selección. Es elección social cuando se trata de probabilidades de vida de los vivientes, o
selección biológica cuando se trata de las probabilidades de supervivencia del tipo hereditario.
Toda lucha y competencia típicas y en masa llevan a la larga, no obstante, las posibles
intervenciones de la fortuna y del azar, a una selección de los que poseen en mayor medida las
condiciones personales requeridas por términos medios para triunfar en la lucha. Cuáles sean
esas cualidades es cosa que sólo pueden decir las condiciones de la competencia y de la lucha;
entre las cuales, aparte de todas las posibles cualidades tanto individuales como de masa, hay
que contar aquellos órdenes por los que la conducta, ya sea tradicional o racional, se orienta
en la lucha.
La selección es eterna porque no hay manera de imaginar medio alguno para descartarla de
modo total.
Una lucha selección entre ellas significa que una determinada clase acción ha sido desplazada
en el curso del tiempo por otra sea del mismo o de otros hombres.
Llamamos sociedad o una relación social cuando y en la medida en que la actitud de la acción
social se inspira en una compensación de intereses por motivos racionales o también en una
unión de intereses con igual motivación.
Comunidad sólo existe propiamente cuando sobre la base de ese sentimiento la acción está
recíprocamente referida y en la medida en que esta referencia traduce el sentimiento de
formar un todo.
Una relación social se llama abierto al exterior cuando y en la medida en que la participación
en la acción social recíproca que la constituye no se encuentra anegada por los ordenamientos
que rige esa relación a nadie que lo pretenda y está en situación real de poder tomar parte en
ella.
El carácter abierto cerrado puede estar condicionado tradicional afectiva o bien racionalmente
con arreglo a valores o fines.
Una relación social cerrada puede garantizar a sus partícipes el disfrute de las probabilidades
monopolizadas:
• libremente
• en forma racionada o regulada en cuanto al modo y a la medida
• mediante su aprobación permanente por individuos o grupos y plena o relativamente
inalienable.
Los partícipes en una relación social cerrada se consideran como iguales o compañeros y en el
caso de una regulación de esa participación que les asegure la apropiación de ciertas
probabilidades se consideran como compañeros jurídicamente protegidos.
• el mantenimiento de una alta calidad y por tanto del prestigio de las probabilidades
inherentes de honor y de ganancia.
• escasez de las probabilidades con respecto a la satisfacción de las necesidades.
• escasez en las probabilidades lucrativas.
Una relación social puede tener para sus partícipes las consecuencias siguientes:
✓ el que toda acción de cada uno de los partícipes se impute a todos los demás
(solidaridad).
✓ el que la acción de un partícipe determinado se impute a los demás (representación).
El poder representativo puede:
❖ la conducta legítima del cuadro administrativo mismo, que méritos de los poderes de
gobierno o de representación, se dirige a la realización del orden de esta.
❖ la conducta de los partícipes en la asociación en cuanto dirigida por las ordenanzas de
ese cuadro administrativo.
Una asociación puede ser:
- Autónoma o heterónoma
- Autocéfala o heterocéfala
Autonomía significa, al contrario de heteronomía, que el orden de la asociación u otorgado o
impuesto por alguien fuera de la misma y exterior a ella, sino por sus propios miembros y en
virtud de la cualidad de tales.
Una asociación de dominación debe llamarse asociación política cuando y en la medida en que
su existencia y la validez de sus ordenaciones, dentro de un ámbito geográfico determinado,
estén garantizados de un modo continuo por la amenaza y aplicación de la fuerza física por
parte de su cuadro administrativo.
Por estado debe entenderse un Instituto político de actividad continuada, cuando y en la
medida en que su cuadro administrativo mantenga con éxito la pretensión al monopolio
legítimo de la coacción física para el mantenimiento del orden vigente.
Una acción que está políticamente orientada cuando y en la medida en que tiende a influir en
la dirección de una asociación política.
Tipos de Dominación
No toda dominación se sirve del medio económico. Y todavía menos tiene toda dominación fines
económicos. Toda dominación sobre una pluralidad de hombres requiere de un modo normal,
un cuadro administrativo; es decir, la probabilidad en la que se puede confiar, de que se dará
una actividad, dirigida a la ejecución de sus ordenaciones generales y mandatos concretos, por
parte de un grupo de hombres cuya obediencia se espera.
La “legitimidad” de una dominación tiene una importancia que no es puramente “ideal” -aunque
no sea más que por el hecho de que mantiene relaciones muy determinadas con la legitimidad
de la propiedad.
Obediencia significa que la acción del que obedece transcurre como si el contenido del mandato
se hubiera convertido, por si mismo, en máxima de su conducta; y eso únicamente en méritos
de la relación formal de obediencia, sin tener en cuenta la propia opinión sobre el valor o
desvalor del mandato como tal.
Rige el principio administrativo de atenerse al expediente, aun allí de las declaraciones orales
sean de hecho la regla o estén prescritas.
El tipo más puro de dominación legal es aquel que se ejerce por medio de un cuadro
administrativo burocrático. Sólo el dirigente de la asociación posee su posición de imperio, bien
por apropiación, bien por elección o por designación de su predecesor.
La dominación burocrática se ofrece en forma más pura allí donde rige con mayor fuerza el
principio del nombramiento de los funcionarios.
DOMINACIÓN TRADICIONAL
Todos los delegados investidos con competencias permanentes son al principio funcionarios
domésticos del señor; su competencia no doméstica es una competencia agregada a su función
doméstica por afinidades objetivas de actividad, bastante superficiales a menudo, o por puro
arbitrio del señor.
Los tipos originarios de la dominación tradicional están constituidos por los casos en que no
existía un cuadro administrativo personal del imperante:
- Gerontocracia y
- Patriarcalismo originario
Por gerontocracia debe entenderse a la situación en que, en la medida en que exista una
autoridad en la asociación, ésta se ejerce por los más viejo en cuanto son los mejores
conocedores de la sagrada tradición
Patriarcalismo: situación en que dentro de una asociación, las más de las veces primariamente
económica y familiar, ejerce la dominación una sola persona de acuerdo con determinadas
reglas hereditarias fijas. El poder de los gerentes como el de los patriarcas, en el tipo puro, está
orientado por la idea mantenida por los dominados de que esta dominación es un derecho
propio tradicional del imperante, pero que se ejerce como un derecho preeminente entre
iguales y en su interés y no es de libre apropiación por aquél.
Los compañeros se convierten entonces en “súbditos”, ya que lo que fuera hasta ese momento
derecho preeminente entre iguales lo convierte el imperante en su derecho propio, apropiado
en igual forma que cualquier otro objeto de posesión y valorizable como cualquier otra
probabilidad económica.
- Limitación permanente de la libre selección del cuadro administrativo por parte del
soberano, en virtud de apropiación de los cargos o poderes políticos:
o Por una asociación
o Por una capa estamentalmente calificada
Frecuentemente, además significa, asimismo:
La apropiación estamental significa la apropiación de una parte por lo menos de los medios
administrativos por los miembros del cuadro administrativo. Mientras que en el patrimonialismo
puro tiene lugar una separación absoluta entre los administradores y los medios administrativos,
en el patrimonialismo estamental ocurre precisamente lo contrario: el administrador tiene la
propiedad de todos los medios administrativos o al menos de una parte esencial.
La dominación tradicional opera sobre la naturaleza de la economía, por regla general, ante todo
mediante un cierto fortalecimiento del sentir tradicional.
La acción sobre la economía depende de la forma típica del sistema fiscal de la asociación de
dominación que se trate.
El patrimonialismo puede ciertamente actuar en casos particulares de modo racionalizador
fomentando en forma planeada la capacidad tributaria y por la creación racional de monopolios.
La política fiscal en caso de división estamental de poderes tiene esta propiedad típica:
imposición de cargas fijadas por compromiso, o sea calculables por tanto, con la eliminación o
al menos limitación de la arbitrariedad del soberano en la creación de tributos y sobre todo de
monopolios.
El patrimonialismo normal no solamente impide la economía racional por su política fiscal, sino
sobre todo por la peculiaridad general de su administración. A saber:
Carisma: cualidad, que pasa por extraordinaria, de una personalidad, por cuya virtud se la
considera en posesión de fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas o como enviados del dios, o
como ejemplar y, en consecuencia, como jefe, caudillo, guía o líder.
Sobre la validez del carisma decide el reconocimiento por parte de los dominados;
reconocimiento que se mantiene por “corroboración” de las supuestas cualidades carismáticas.
El reconocimiento no es el fundamento de la legitimidad, sino un deber de los llamados, a
reconocer esa cualidad.
Si su jefatura no aporta ningún bienestar a los dominados, entonces hay la probabilidad de que
su autoridad carismática se disipe.
El profeta genuino, como el caudillo genuino, como todo jefe genuino en general, anuncia, crea,
exige nuevos mandamientos -en el sentido originario del carisma: por la fuerza de la revelación,
del oráculo, de la inspiración o en méritos de su voluntad concreta de organización, reconocida
en virtud de su origen por la comunidad de creyentes, guerreros, prosélitos u otra clase de
personas.
Tipos de soluciones:
FEUDALISMO
No todo feudalismo es feudalismo de feudo en el sentido occidental, sino que junto a él está,
ante todo:
Las asociaciones de dominación pertenecientes a uno u otro de los tipos puros hasta aquí
considerados son raras en extremo. El fundamento de toda dominación, por consiguiente de
toda obediencia, es una creencia: creencia en el prestigio del que manda o de los que mandan.
Esta raramente es unívoca en absoluto.
Para todo aquel que quiera romper una dominación, se requiere la creación de un cuadro
administrativo propio que haga posible su propia dominación, aunque sólo sea que crea contar
con la connivencia y co-operación del cuadro existente en contra del hasta entonces soberano.
La posibilidad para los individuos de sustraerse a esa solidaridad es diferente según la estructura.
Con la máxima dificultad en el caso de una separación plena de los medios administrativos en
las dominaciones puramente patriarcales, en las puramente patrimoniales y en las puramente
burocráticas. Y con la máxima facilidad en caso de apropiación estamental.
La realidad histórica es también y muy en particular una lucha constante, latente las más de las
veces, entre el señor y el cuadro administrativo por la apropiación o expropiación recíprocas.
El principio de elección, una vez aplicado a los imperantes, como reinterpretación del carisma,
puede ser aplicado al cuadro administrativo. Los funcionarios electivos, legítimos por confianza
de los dominados y, por tanto, destituibles por una declaración de desconfianza, son típicos en:
“democracias de determinada naturaleza” (EE.UU).
El funcionario electivo significa por todas partes la transformación radical de la situación de
mando absoluto del líder carismático en la de un “servidor” de los dominados. Pues ya que no
está nombrado por sus “superiores” y no depende de ellos en sus ascensos, sino que debe su
posición al favor de los dominados. Por tanto, no puede esperarse por lo general de un cuadro
de funcionarios electivos un rendimiento técnico de alta calidad.
Una dominación puede estar reducida y limitada por determinados medios, tradicional o
racionalmente. Trataremos relaciones y asociaciones sociales específicas, limitadoras de la
dominación.
- Investidura múltiple de un mismo cargo o varios cargos, que concurren entre sí por la
misma competencia, con derecho de veto recíproco. Se trata entonces de conseguir una
división técnica de poderes con el fin de aminorar la dominación
- Formación colegial de la voluntad: en este caso la producción legítima de un mandato
sólo es posible por la cooperación de varios, bien según el principio de unanimidad, o
bien según el principio mayoritario.
- La colegialidad de dirección puede tener su fundamento:
o En el hecho de que la asociación de dominación correspondiente descanse en
un proceso de “comunización” o “socialización”. De varias asociaciones de
dominación autocéfalas y todas exigen una participación en el poder resultante.
o En la ausencia de un jefe: por causa de los celos de los concurrentes a la jefatura
o por esfuerzos de los dominados por aminorar la dominación de uno solo.
o En el carácter estamental y “honorario” de la capa social que es la decisiva
cuando se trata de ocupar la dirección y que posee así su monopolio: ósea como
producto de una dominación aristocrático – estamental.
o En la lucha de los monarcas contra la expropiación creciente realizada por la
burocracia profesional.
o En el deseo de equilibrar por medio de un consejo colegiado la orientación de
los expertos y los intereses divergentes materiales y personales: ósea, en el
deseo de facilitar un compromiso.
Por tanto, la colegialidad, aun allí donde subsistía, se ha debilitado por doquier en los Estados
de Masas, con participación de estas en la alta política, en favor de la posición prominente de
un jefe o líder.
Partidos> formas de socialización que descansando en un reclutamiento libre, tienen como fin
proporcionar poder a sus dirigentes dentro de una asociación y otorgar por ese medio a sus
miembros activos determinadas probabilidades ideales o materiales.
El acento de su orientación puede inclinarse más hacia intereses personales o más hacia fines
objetivos.
La conquista de los puestos administrativos en favor de sus miembros suele ser por lo menos un
fin accesorio y los programas objetivos no es raro que sólo sean medio de reclutamiento para
los que están fuera.
Allí donde el gobierno depende de una elección (formalmente) libre y las leyes se hacen por
votación, son fundamentalmente organizaciones para el reclutamiento de votos electorales; y
puesto que se trata de votaciones dentro de una dirección predeterminada son así partidos
legales.
- Partidos carismáticos
- Partidos tradicionalistas
- Partidos doctrinales
- Partidos de mera apropiación
Según su organización, los partidos pueden pertenecer a los mismos tipos que las demás
asociaciones; ósea, estar orientados de un modo carismático-plebiscitario (fe en el caudillo) o
tradicional (apego al prestigio social del señor o vecino prominente) o racional (adhesión al
dirigente y a su cuadro administrativo nombrado “con arreglo a la ley”); y esto tanto por lo que
se refiere a la obediencia del partidario como a la del cuadro administrativo mismo.
Sobre las formas de organización de los partidos se tratará separadamente. A todas es común
lo siguiente: un núcleo de personas tiene en su manos la dirección activa, ósea la formulación
de las consignas y la elección de los candidatos; a estos se unen “correligionarios” con un papel
esencialmente más pasivo y por último el resto de los miembros de la asociación solamente
juegan un papel de objeto quedándole únicamente la elección entre los varios candidatos y
programas que ante ellos presenta el partido.
Pueden buscarse formas de asociación en las que se intente reducir en lo posible los poderes de
mando (inevitables en una cierta extensión mínima) unidos a las funciones ejecutivas
(aminoración de la dominación); y esto en la medida en que los agentes administrativos actúan
conforme a la voluntad de la asociación en “servicio” y por promoción de los demás miembros
de la misma. Los medios técnicos empleados son:
Dentro de las estructuras de dominación, la representación toma, sin embargo, varias formas
típicas:
Por otra parte, la dirección de una asociación pura de gobierno parlamentario puede también
estar constituida únicamente mediante elección de las autoridades por el Parlamento: gobierno
representativo puro.
El poder gubernativo de los órganos representativos puede, en amplia medida, estar limitado y
legitimado por la admisión de una consulta directa a los dominados: legislación de referéndum.
a) A las masas; predominantes cada vez más por su número, materialmente por medio de
la distribución de los mandatos a las distintas profesiones; o bien
b) A las capas de una situación económica de predominio, formalmente por medio de una
limitación del derecho electoral a las no poseedoras de esas características (estado de
consejos)
El carácter de las corporaciones representativas de esta clase, propende a producir una ausencia
de jefatura.
1- La representación con empleo del compromiso como medio de dirimir las cuestiones,
fue características de todas las corporaciones estamentales de otros tiempos. Domina
hoy en los “sindicatos obreros”.
2- Tratándose de estamentos, solamente es apropiada la papeleta de votación cuando la
corporación se compone de elementos sociales aproximadamente homogéneos.
MÓDULO II
GRAMSCI – NOTAS SOBRE MAQUIAVELO
El carácter fundamental de El príncipe no consiste en ser un tratado sistemático, sino un libro
“viviente” en el que ideología y la ciencia política se fundan en la forma dramática del “mito”.
El elemento doctrinal y racional se personificaba en un condottiero que representa en forma
plástica y “antropomórfica” el símbolo de la “voluntad colectiva”.
El príncipe moderno no puede ser una persona real, un individuo concreto; sólo puede ser un
organismo, un elemento de sociedad complejo en el cual comience a concretarse una voluntad
colectiva reconocida y afirmada parcialmente en la acción. Este organismo es el partido
político: la primera célula en la que se resumen los gérmenes de voluntad colectiva que
tienden a devenir universales y totales. En el mundo moderno sólo una acción histórico-
política inmediata e inminente, caracterizada por la necesidad de un procedimiento rápido y
fulminante, puede encarnarse míticamente en un individuo concreto.
El Príncipe moderno debe tener una parte destinada al jacobinismo, en cuanto ejemplificación
de cómo se formó y operó en concreto una voluntad colectiva que al menos en algunos
aspectos fue crear ex novo, original. Y es necesario que la voluntad colectiva y la voluntad
política en general sean definidas en el sentido moderno; la voluntad como conciencia activa
de la necesidad histórica, como protagonista de un drama histórico efectivo y real.
Las razones de los sucesivos fracasos de las tentativas de crear una voluntad colectiva
nacional-popular hay que buscarlas en la existencia de determinados grupos sociales que se
forman con la disolución de la burguesía comunal, en el carácter particular de otros grupos
que reflejan la función internacional de Italia como sede de la Iglesia y depositaria del Sacro
Imperio Romano. Esta función y la posición consiguiente determinan una situación interna que
puede denominarse “económica-corporativa”, es decir, la peor de las formas de sociedad
feudal, la forma menos progresiva y más estancada.
Las condiciones positivas hay que buscarlas en la existencia de grupos sociales urbanos,
convenientemente desarrollados en el campo de la producción industrial y que hayan
alcanzado un determinado nivel de cultura histórico-política. Es imposible cualquier formación
de voluntad colectiva nacional-popular si las grandes masas de campesinos cultivadores no
irrumpen simultáneamente en la vida política.
Una parte importante del Príncipe moderno deberá estar dedicada a la cuestión de una
reforma intelectual y moral, es decir, a la cuestión religiosa o de una concepción del mundo.
El Príncipe moderno debe ser, y no puede dejar de ser, el abanderado y el organizador de una
reforma intelectual y moral, lo cual significa crear el terreno para un desarrollo ulterior de la
voluntad colectiva nacional popular hacia el cumplimiento de una forma superior y total de
civilización moderna. Estos dos puntos fundamentales deberían construir la estructura del
trabajo.
Una reforma intelectual y moral no puede dejar de estar ligada a un programa de reforma
económica, o mejor, el programa de reforma económica es precisamente la manera concreta
de presentarse de toda forma intelectual y moral. El Príncipe moderno, al desarrollarse,
perturba todo el sistema de relaciones intelectuales y morales en cuanto su desarrollo significa
que cada acto es concebido como útil o dañoso, virtuoso o perverso, sólo en cuanto tiene
como punto de referencia al Príncipe moderno mismo y sirve para incrementar su poder u
oponerse a él. El príncipe ocupa, en las conciencias, el lugar de la divinidad o del imperativo
categórico, deviene la base de un laicismo moderno y de una completa laicización de toda la
vida y de todas las costumbres.
La ciencia de la política
La innovación fundamental introducida por la filosofía de la praxis en la ciencia de la política y
de la historia es la demostración de que no existe una “naturaleza humana” abstracta, fija e
inmutable, sino que la naturaleza humana es el conjunto de relaciones sociales históricamente
determinadas, es decir, un hecho histórico verificable, dentro de ciertos límites, con los
métodos de la filología y la crítica. Por lo tanto, la ciencia política debe ser concebida en su
contenido concreto (y también en su formulación lógica) como un organismo en desarrollo.
Elementos de política
El primer elemento es que existen realmente gobernados y gobernantes, dirigentes y dirigidos.
Toda la ciencia y el arte político se basan en este hecho primordial, irreductible (en ciertas
condiciones generales). Sus orígenes constituyen un problema en sí, que deberá ser estudiado
en sí.
Partiendo de este hecho habrá que analizar cómo dirigir de la manera más eficaz y por lo tanto
cómo preparar de la mejor forma a los dirigentes. Habrá que analizar, además, cómo se
conocen las líneas de menor resistencia o racionales para obtener la obediencia de los
dirigidos o gobernados.
Es necesario tener claro que la división entre gobernados y gobernantes, si bien en última
instancia corresponde a una división de grupos sociales, existe también en el seno del mismo
grupo, aunque este sea homogéneo desde el punto de vista social. En cierto sentido se puede
decir que esta división es producto de la división de trabajo: un hecho técnico.
Espíritu estatal: presupone que cada acto es un momento de un proceso complejo, que ya
comenzó y que continuará. La responsabilidad de este proceso, la de ser sus actores y de ser
solidarios con fuerzas “desconocidas” materialmente, pero que se las siente como activas y
operantes, se llama “espíritu estatal”.
El partido político
En la época moderna, el protagonista del nuevo príncipe es el partido político; el determinado
partido que, en cada momento dado y en las diversas relaciones internas de las diferentes
naciones, intente crear un nuevo tipo de Estado.
Las fórmulas que establecen la no-responsabilidad por los actos de gobierno del Jefe del
Estado y hacen recaer dicha responsabilidad en el gabinete, son la casuística del principio
general de tutela de la concepción de la unidad estatal, del consentimiento de los gobernados
a la acción estatal, cualquiera que sea el personal inmediato que gobierna y el partido al que
pertenezca.
Con el partido totalitario dichas funciones pasan a ser absorbidas por el partido, cuyo concepto
abstracto de "Estado" tratará de diversas maneras de dar la impresión de que la función de
"fuerza imparcial" es activa y eficaz.
Será necesario tener en cuenta el grupo social del cual el partido en cuestión es la expresión y
la parte más avanzada. La historia de un partido, en suma, no podrá ser menos que la historia
de un determinado grupo social. Pero este grupo no está aislado; tiene amigos, aliados,
adversarios y enemigos. Sólo el complejo cuadro de todo el conjunto estatal y social resultará
la historia de un determinado partido.
Un partido jamás está acabado, pero en ciertos partidos, se verifica la paradoja de que
terminan de formarse cuando no existen más.
Un partido se vuelve necesario históricamente cuando las condiciones para su triunfo, para su
ineludible transformarse en Estado, está en vías de formación.
Para que exista un partido es necesario que coexistan tres elementos fundamentales:
1. Un elemento indefinido de hombres comunes que ofrecen como participación su
disciplina y su fidelidad, mas no el espíritu creador y con alta capacidad de
organización.
2. El de cohesión principal, centralizado en campo nacional, que transforma en potente y
eficiente a un conjunto de fuerzas que abandonadas a sí mismo serían nulas. Este
elemento está dotado de una potente fuerza de cohesión, que centraliza y disciplina y,
sin duda a causa de esto, está dotado igualmente, de inventiva.
3. Un elemento medio, que articula el primero y el segundo, que los pone en contacto,
no sólo "físico" sino moral e intelectual.
Se puede decir que un partido no puede ser destruido por medios normales cuando existe
necesariamente el 2do elemento, cuyo nacimiento está ligado a la existencia de condiciones
materiales objetivas, aunque sea disperso y errante.
La vanidad de los partidos es peor que la vanidad de las naciones. Porque una nación no puede
dejar de existir y en el hecho de su existencia siempre es posible considerar que su existencia
está plena de destino y de significación. Un partido puede no existir en virtud de una
necesidad interna.
Industriales y agrarios
Los grandes industriales no pueden tener un partido político permanente porque su interés
corresponde a un determinado equilibrio que obtienen precisamente reforzando con sus
medios este o aquel partido.
Las posiciones del movimiento del libre cambio se basan en un error teórico cuyo origen
práctico reside en la distinción entre sociedad política y sociedad civil, distinción metódica que
es transformada y presentada como tal. Se afirma así que la actividad económica es propia de
la sociedad civil y que el Estado no debe intervenir en su reglamentación. Pero como en la
realidad efectiva sociedad civil y Estado se identifican, es necesario convenir que el liberalismo
es también una “reglamentación” de carácter estatal, introducida y mantenida por vía
legislativa y coercitiva.
Diferente es el caso del sindicalismo teórico en cuanto se refiere a un grupo subalterno al que
con esta teoría se impide convertirse alguna vez en dominante, desarrollarse más allá de la
fase económica corporativa para elevarse a la fase de hegemonía ético-política en la sociedad
civil y dominante en el Estado.
Previsión y perspectiva
Prever significa solamente ver bien el presente y el pasado en cuanto movimiento; ver bien, es
decir, identificar con exactitud los elementos fundamentales y permanentes del proceso.
Se puede decir mejor que sólo en la medida en que el aspecto objetivo de la previsión está
vinculado a un programa, adquiere objetividad.
Es cierto que en cada previsión está implícita una concepción del mundo y el hecho de que sea
una desconexión de actos arbitrarios del pensamiento o una visión rigurosa y coherente no
deja de tener importancia, pero la importancia la adquiere precisamente en el cerebro viviente
de quien hace la previsión y la vivifica con su firme voluntad.
Generalmente se piensa que todo acto de previsión presupone la determinación de leyes de
regularidad del tipo de las leyes de las ciencias naturales. Pero como estas leyes no existen en
el sentido absoluto o mecánico que se supone no se tiene en cuenta la voluntad de los demás
y no se “prevé” su aplicación. Se construye por lo tanto sobre una hipótesis arbitraria y no
sobre la realidad.
El científico debe moverse sólo en la realidad efectiva en cuanto mero científico. Pero
Maquiavelo era un hombre de partido, un político de acción que quiere crear nuevas
relaciones de fuerzas y no puede por ello dejar de ocuparse del “debe ser”.
Cuanto más subordinada a las relaciones internacionales está la vida económica inmediata de
una nación, tanto más un partido determinado representa esta situación y la explota para
impedir el adelanto de los partidos adversarios.
Se puede excluir que las crisis económicas produzcan, por sí mismas, acontecimientos
fundamentales; sólo pueden crear un terreno más favorable a la difusión de ciertas maneras
de pensar, de plantear y resolver las cuestiones que hacen a todo el desarrollo ulterior de la
vida estatal.
Los grandes Estados han llegado a serlo precisamente porque en todo momento estaban
preparados para insertarse eficazmente en las coyunturas internacionales favorables y éstas lo
eran porque ofrecían la posibilidad concreta de insertarse eficazmente en ellas.
Observaciones sobre algunos aspectos de la estructura de los partidos políticos en los períodos
de crisis orgánica
En cierto momento de su vida histórica, los grupos sociales se separan de sus partidos
tradicionales. Significa que los partidos tradicionales, con la forma de organización que
presentan, con los determinados hombres que los constituyen, representan y dirigen, ya no
son reconocidos como expresión propia de su clase.
Cuando esta crisis se manifiesta, la situación inmediata se torna delicada y peligrosa porque el
terreno es propicio para soluciones de fuerza y aparición de hombres providenciales o
carismáticos.
Los partidos nacen y se constituyen en organizaciones para dirigir las situaciones en momentos
históricamente vitales para sus clases; pero no siempre saben adaptarse a las nuevas tareas y a
las nuevas épocas, no siempre saben adecuarse al ritmo de desarrollo del conjunto de las
relaciones de fuerza.
Un movimiento político puede ser de carácter militar, aunque el ejército como tal no participe
allí abiertamente. Es el ejército, es decir, el Estado Mayor y la oficialidad, quien determina la
nueva situación y la domina. No es cierto que el ejército jamás deba hacer la política.
El ejército debe justamente defender la Constitución, esto es, la forma legal del Estado, con
sus instituciones conexas.
En una serie de países la influencia del elemento militar en la vida estatal no significa sólo
influencia y peso del elemento técnico-militar, sino también influencia y peso del estrato social
de donde el elemento técnico-militar extrae su origen.
El cesarismo
El cesarismo expresa siempre la solución “arbitraria”, confiada a una gran personalidad, de una
situación histórico-política caracterizada por un equilibrio de fuerzas de perspectiva
catastrófica.
Puede existir un cesarismo progresista y uno regresivo; el significado exacto de cada forma de
cesarismo puede ser reconstruido por medio de la historia concreta y no a través de un
esquema sociológico. El cesarismo es progresista cuando su intervención ayuda a las fuerzas
progresivas a triunfar, aunque sea con ciertos compromisos y temperamentos limitativos de la
victoria; es regresivo cuando su intervención ayuda a triunfar a las fuerzas regresivas, también
en este caso con ciertos compromisos y limitaciones, los cuales tienen un valor, una impronta
y un significado diferente que en el caso anterior.
En el mundo moderno, las fuerzas sindicales y políticas, con medios financieros incalculables
puestos a disposición de pequeños grupos de ciudadanos, complican el problema. Los
funcionarios de los partidos y de los sindicatos económicos pueden ser corrompidos o
aterrorizados, sin necesidad de acciones militares.
Los partidos políticos enteros y otras organizaciones económicas o de otro tipo deben ser
considerados organismos de policía política, de carácter preventivo y de investigación.
Error de método sería considerar que, en los fenómenos de cesarismo, tanto progresista como
regresivo o de carácter intermedio episódico, todo el nuevo fenómeno histórico se deba al
equilibrio de las fuerzas “fundamentales”.
Para que concluya la guerra basta con que el fin estratégico sea alcanzado sólo
potencialmente; basta con que no exista duda de que un ejército no puede combatir más y
que el ejército victorioso puede ocupar el territorio enemigo.
En la militancia política falta a sanción penal implacable para quien yerra o no obedece
exactamente, falta la ley marcial, sin contar con el hecho de que la disposición de las fuerzas
políticas no es ni de lejos comparable al encuadramiento militar.
En la lucha política es preciso no imitar los métodos de lucha de las clases dominantes, para no
caer en fáciles emboscadas.
La guerra de posición no está constituida sólo por las trincheras propiamente dichas, sino por
todo el sistema organizativo e industrial del territorio que está ubicado a espaldas del ejército;
y ellas es impuestas sobre todo por el tiro rápido de los cañones.
Otro elemento es la gran masa de hombres que constituyen las fuerzas desplegadas, de valor
muy desigual y que justamente sólo pueden operar como masa.
En lo que respecta a los Estados más avanzados, la sociedad civil se ha convertido en una
estructura muy compleja y resistente a las irrupciones catastróficas del elemento económico
inmediato.
Es preciso considerar la cuestión del pasaje de la lucha política de guerra de maniobra a guerra
de posición.
Hay que analizar a Pisacane porque fue el único que trató de dar al Partido de Acción un
contenido no sólo formal sino también sustancial: de antítesis superadora de las posiciones
tradicionales.
Este aspecto está ligado al otro, al de la “concentración”. La dificultad técnica contra la cual se
estrellaron siempre las iniciativas mazzinianas fue justamente la de la “concentración
revolucionaria”.
Si el desarrollo del proceso del Risorgimiento puso en evidencia la enorme importancia del
movimiento “demagógico” de masas, dirigido por jefes afortunados, improvisados, etc. En la
realidad fue retomado por fuerzas tradicionales, es decir, por los partidos políticos formados
desde hacía tiempo.
Sobre la burocracia
El hecho de que en el desarrollo histórico de las formas políticas y económicas se fuera
formando el tipo de funcionarios de “carrera”, técnicamente adiestrado en el trabajo
burocrático, tiene una importancia primordial.
Si es verdad que toda forma social y estatal nueva tuvo necesidad de un nuevo tipo de
funcionario, es verdad, también que los nuevos grupos dirigentes nunca pudieron prescindir, al
menos por un tiempo, de la tradición y de los intereses constituidos, es decir, de las
formaciones de funcionarios ya existentes y constituidos antes de su advenimiento.
Tal centralismo es orgánico porque tiene en cuenta el movimiento, que es la forma orgánica en
que se revela la realidad histórica y no se esteriliza mecánicamente en la burocracia; es
relativamente estable y permanente, se mueve en una dirección fácil de prever.
La preponderancia del centralismo burocrático en el Estado indica que el grupo dirigente está
saturado, que se ha transformado en una camarilla estrecha que tiende a perpetuar sus
mezquinos privilegios, sofocando el nacimiento de las fuerzas opositoras.
El centralismo democrático ofrece una formula elástica. Vive en cuanto es interpretada y
adaptada continuamente a las necesidades. Consiste en la búsqueda critica de lo que es igual
en la aparente disconformidad, y para organizarlo y conectarlo a lo que es similar.
Se puede afirmar que los partidos deben formar dirigentes capaces y representan la función de
masa que selecciona, desarrolla, multiplica los dirigentes necesarios para que un grupo social
definido, se articule y, de un caos tumultuoso, se transforme en un ejército orgánicamente
predispuesto.
Un partido que tiene muchos votos en las elecciones locales y menos en las de importancia
superior es cualitativamente deficiente en su dirección central.
Estado: todo el complejo de actividades prácticas y teóricas con las cuales la clase dirigente no
sólo justifica y mantiene su dominio, sino también logra obtener el consenso activo de los
gobernadores.
Todas las cuestiones esenciales de la sociología no son más que las cuestiones de la ciencia
política.
¿Cómo se forman las voluntades colectivas permanentes y de qué modo tales voluntades se
proponen fines concretos inmediatos y mediatos, es decir, una línea de acción colectiva?
Lo que importa es la crítica que los primeros representantes de la nueva fase histórica dirigen
a dicho complejo ideológico; a través de esta crítica se da un proceso de distinción y de cambio
en la importancia relativa que poseían los elementos de las viejas ideologías. Aquello que era
secundario, subordinado o aun accesorio, pasa a ser principal, se transforma en el núcleo de
un nuevo complejo ideológico y doctrinario y la vieja voluntad colectiva se disgrega en sus
elementos contradictorios puesto que se desarrollan socialmente aquellos elementos
subordinados,
La ciencia política abstrae el elemento voluntad y no tiene en cuenta el fin al cual se aplica la
voluntad determinada. El atributo utópico no es propio de la voluntad política en general, sino
de las voluntades particulares que no saben ligar el medio al fin y, por lo tanto, no son
tampoco voluntades sino veleidades, sueños o deseos.
Unidad del Estado en la distinción de los poderes: el Parlamento, más ligado a la sociedad civil,
el poder judicial, situado entre gobierno y parlamento, representa la continuidad de la ley
escrita. Estos tres poderes son también órganos de la hegemonía política, pero en una medida
diferente: Parlamento; magistratura; gobierno.
El Estado debe ser concebido como educador en cuanto tiende precisamente a crear un nuevo
tipo o nivel de civilización.
El Estado es un instrumento de racionalización, de aceleración y taylorización, obra según un
plan, urge, incita, solicita y castiga, ya que, una vez creadas las condiciones en las cuales es
posible un determinado modo de vida, la acción o la omisión criminal deben tener una sanción
punitiva, de importancia moral y no sólo un juicio de peligrosidad genérica.
Diferentes son las esferas del orden jurídico y del orden político.
Mientras la primera observa el organismo público bajo un punto de vista estático, la segunda
observa aquel mismo organismo desde un punto de vista dinámico, como un producto que
puede ser valorado en sus virtudes y en sus defectos, y que debe ser modificado según las
nuevas exigencias y las ulteriores evoluciones.
El orden jurídico es ontológico y analítico, ya que analiza y estudia las diversas instituciones
públicas en su ser real, mientras que el orden político es deontológico y crítico porque estudia
los diferentes institutos como deberían ser.
El “jefe” en política puede ser un individuo, pero también un cuerpo político más o menos
numeroso.
• Teoría
• Método: más debil → pocos los que rompieron el silencio que prevalece acerca de
cómo se maneja uno en el asunto del análisis funcional.
• Datos
El uso de un método implica lógica + problemas prácticos de alinear los datos según las
exigencias de la teoría.
Los vocabularios del análisis funcional
El punto de vista funcional en sociología ha caído en confusión terminológica. Se ha empleado
una misma palabra para simbolizar conceptos ≠, así como el = concepto ha sido simbolizado
por ≠ palabras [la claridad del análisis y la adecuación de la comunicación son víctimas de este
uso de palabras].
1. Uso popular: “función” refiere a una reunión pública o a una festividad acompañada
de resonancias ceremoniales. Esta acepción de la palabra es completamente extraña
al análisis funcional en sociología.
2. Ocupación: uso frecuente de la palabra de algunos economistas que se refieren al
“análisis funcional de un grupo” cuando exponen la distribución de las ocupaciones del
mismo. De todas maneras, podría ser más conveniente que se adoptará para esas
investigaciones la frase de “análisis ocupacional”.
3. Lenguaje popular + CP: a palabra función se usa con frecuencia para referirse a
actividades asignadas al que ocupa una determinada situación social (cargo/puesto
político) → origen a la palabra funcionario/empleado.
Pese aunque en este sentido función cubre el significado más amplio, lo mejor sería
excluirla porque distrae la atención del hecho de que sólo los ocupantes de
determinados puestos desempeñan funciones, sino también actividades
estandarizadas/procesos sociales/tipos de culturas/sistemas de creencias.
4. Matemáticas: “función” tiene aquí su significación más precisa: variable considerada
en relación con una o más variables respecto de las cuales puede ser expresada o de
cuyo valor depende el suyo.
5. AF de sociología/antropología social: acepción fundamental. Derivado del sentido
matemático nativo de la palabra, este uso se toma de las ciencias biológicas, donde se
entiende por “función” a los “procesos vitales/orgánicos, considerados en cuanto
contribuyen al sostenimiento del organismo. Corresponde al concepto clave de
función adoptado por funcionalistas antropológicos.
Radeliffe-Brown a la manera de Durkheim, sostiene que “la función de un proceso fisiológico
recurrente es una correspondencia entre él y las necesidades del organismo” → la esfera
social en que los seres humanos individuales/unidades esenciales, están conectados por
redes de relaciones sociales en un todo unificado, la “función de toda actividad recurrente,
es el papel que dicha actividad representa en la vida social como un todo y, por lo tanto, la
aportación que hace a la conservación de la continuidad estructural”. Malinowski se une para
convertir en núcleo del análisis funcional el estudio del papel que las actividades
sociales/culturales juegan en la sociedad.
De esas opciones de la palabra “función”, resulta claro que sí incluye muchos conceptos en la
misma palabra, invitando a la confusión. El uso indisciplinado de ≠ palabras para el concepto
de “función” lleva a distanciamientos cada vez más grandes del análisis funcional este
riguroso.
De la revisión de los postulados funcionales surgen varias consideraciones básicas que debe
ser comprendidas para codificar el análisis funcional:
1. Cosas a las que se atribuyen funciones: todo el campo de datos sociológicos puede
someterse a análisis funcional. El requisito fundamental es que el objeto de análisis
represente una cosa estandarizada.
2. Conceptos de disposiciones subjetivas: el análisis funcional supone invariablemente u
opera explícitamente con alguna concepción de la motivación de los individuos
implícita en un sistema social. Los conceptos de disposición subjetiva se mezclan
frecuentemente y de manera errónea con los conceptos relacionados con ellos.
3. Conceptos de consecuencias objetivas: 2 tipos de confusión que envuelven las
concepciones de “función”
A. Tendencia a limitar las observaciones sociológicas a las aportaciones positivas
de una entidad sociológica al sistema social/cultural en que está comprendida
→ exige un concepto de consecuencias múltiples y un saldo líquido de una
suma de consecuencias:
• Funciones: consecuencias observadas que favorecen la
adaptación/ajuste de un sistema dado
• Disfunciones: consecuencias observadas que aminoran la
adaptación/ajuste del sistema
Una cosa puede tener consecuencias funcionales y disfuncionales, originando el
problema de formular cánones para valorar el saldo líquido del agregado de
consecuencias.
Puesto que las valoraciones morales en una sociedad tiene a hacerse por consecuencias
manifiestas de una práctica/código hay que prepararse para ver que el análisis por funciones
latentes en ocasiones va contra valoraciones morales predominantes, las funciones latentes
no operan de la misma manera que las consecuencias manifiestas.
Desde el punto de vista funcional, de ordinario se espera que normas y estructuras sociales
que persisten realicen funciones positivas que en aquel momento no realizan en forma
adecuada otras normas y estructuras existentes, y se ocurre pensar que quizás esa
organización públicamente difamada satisface, en las presentes circunstancias funciones
latentes fundamentales.
1. Contexto estructural: hace difícil que estructuras con sanción moral realicen funciones
sociales esenciales, dejando abierta la puerta a las máquinas políticas para que
realicen aquellas funciones.
2. Subgrupos cuyas necesidades distintivas quedan insatisfechas (excepto por lo que
respecta a las funciones latentes que la máquina realmente efectúa).
La máquina política partidista como un aparato para satisfacer necesidades del grupo diverso
de la población que de otro modo no se satisfarían. Adoptar una actitud moral hacia la
corrompida máquina política es perder de vista las circunstancias estructurales que engendran
el mal en el que se ataca en forma tan vigorosa, PERO adoptar un punto de vista funcional es
proporcionar una base más sólida para modificar/eliminar la máquina, siempre que se hagan
arreglos estructurales específicos para eliminar demandas efectivas de la comunidad de los
negocios.
Todo intento de eliminar una estructura social existente sin suministrar otras estructuras
adecuadas para llenar las funciones que antes llenaba la organización abolida, están
condenadas al fracaso.
Buscar el cambio social sin el debido reconocimiento de las funciones manifiestas y latentes
desempeñadas por la organización social que sufre el cambio, es incurrir en ritual social y no
en ingeniería social. Los conceptos prácticos de funciones manifiestas y latentes son
elementos indispensables en el repertorio teórico del ingeniero social.
A la luz del análisis funcional, se apunta hacia un teorema general: “las funciones sociales de
una organización ayudan a determinar la estructura, así como la estructura ayuda a
determinar la eficacia con que se realizan las funciones”.
Observaciones finales
En la teoría funcional, despojada de los postulados tradicionales que la cercaban y la
convertían en una racionalización actual de prácticas existentes, la sociología comenzó con un
modo análisis sistemático y empíricamente relevante.
Con progresos más recientes, ese conjunto de concepciones sufrió una modificación
fundamental:
• Ya no es tan evidente que el individuo se levante contra la sociedad en una guerra
entre los impulsos biológicos y la coacción social.
• Las perspectivas sociológicas han entrado cada vez más en el análisis de la conducta
que se desvía de normas prescritas.
Tipos de metas culturales y de normas institucionales
Entre los ≠ elementos de la estructura social cultural 2 son de importancia inmediata
(separables pero mezclados):
¿Cuál de los procedimientos disponibles es más eficaz para aprehender el valor culturalmente
aprobado? → Desde el punto de vista técnico, este se convierte en el preferido para la
conducta institucionalmente prescrita: si este proceso de atenuación continúa, la sociedad se
asigna estable y se produce la anomia (falta de norma).
• Los padres sirven de polea de transmisión para los valores + objetivos del grupo de que
forman parte.
• Las escuelas son la agencia para la transmisión de los valores vigentes.
Fundamentales en este proceso de disciplinar a la gente para que mantenga sus aspiraciones
insatisfechas son los prototipos culturales del éxito. A esta importancia positiva, dada la
obligación de mantener metas elevadas, la acompaña una importancia correlativa dada al
castigo de quienes retroceden en sus ambiciones, ya que el delito no es el fracaso, sino las
aspiraciones bajas.
La cultura impone la aceptación de 3 axiomas culturales:
5 tipos de adaptación:
Esta categoría se refiere a la conducta que corresponde al papel social en tipos específicos de
situaciones. Son tipos de reacciones duraderas.
• Conformidad: en la medida en que es estable una sociedad, la adaptación de
conformidad es la más común y ampliamente difundida, ya que si no fuese así, no
podría conservarse la estabilidad y continuidad de la sociedad.
Las expectativas, que constituye todo orden social, se sostienen por la conducta modal
de sus individuos, representadas en conformidad con normas de cultura consagradas.
• Innovación: la importancia cultural concedida a la meta/éxito está dada mediante el
uso de medios institucionalmente proscritos, pero que sin embargo son eficaces.
Esta tiene lugar cuando los individuos asimilan la importancia cultural de la meta sin
interiorizar las normas institucionales que gobiernan los modos/medios para
alcanzarla.
• Ritualismo: este tipo implica el abandono/reducción de los altos objetivos culturales
del gran éxito pecuniario + de la rápida movilidad social a la medida en que pueda uno
satisfacer sus aspiraciones. Pero aunque se rechacen las obligaciones culturales de
“procurar salir adelante en el mundo”, se sigue respetando de manera compulsiva las
normas institucionales. La filosofía ritualista encuentra su expresión como “ambiciones
grandes exponen a uno al desengaño/peligro, mientras que las aspiraciones modestas
dan satisfacción y seguridad”.
Es un modo de adaptación que busca de forma individual un escape de los
peligros/frustraciones inherentes a la competencia para poder aferrarse lo más
estrechamente posible a las rutinas seguras de las normas institucionales.
• Retraimiento: este tipo es el menos común. Los individuos adaptados están en la
sociedad, pero no son parte de ella.
Al no compartir la tabla común de valores, pueden contarse entre los miembros de la
sociedad, pero solo en un sentido ficticio. Son aquellos que renunciaron a las metas
culturalmente prescritas y su conducta no se ajusta a las normas institucionales. Es
un modo privado de adaptación.
• Rebelión: esta adaptación lleva a los individuos que están fuera de la estructura
social a pensar + tratar de poner en existencia una estructura social nueva. Supone el
extrañamiento de metas + normas existentes consideradas como arbitrarias.
Los movimientos organizados de rebelión tratan de introducir una estructura social en
la que las normas culturales de éxito sean modificadas + buscando adoptar provisiones
para una correspondencia más estrecha e/mérito-esfuerzo-recompensa.
Rebelión debe ser distinguido del resentimiento, ya que este último no comprende
un verdadero cambio de valores. La rebelión implica una verdadera transvaloración,
en la que la experiencia directa de la frustración lleva a la acusación plena contra los
valores anteriormente estimados.
Tendencia a la anomia
La estructura social examinada produce una tendencia a la anomia + conducta divergente:
• Mientras que los sentimientos que apoyan al sistema competitivo no se limiten al
resultado final del éxito, la elección de medios permanecerá dentro del ámbito del
control institucional.
• Cuando la importancia cultural pasa de las satisfacciones de la competencia a un
interés exclusivo por el resultado, la tendencia favorece la destrucción de la estructura
reguladora.
Con la atenuación de los controles institucionales tiene lugar una aproximación a la situación
en la que los cálculos de la ventaja personal + miedo del castigo son las únicas agencias
reguladoras.
La tendencia hacia la anomia no opera igualmente en toda la sociedad.
El papel de la familia
Se necesita agrupar las implicaciones dadas en este discurso que precede al papel que
representa la familia en los tipos de conducta divergente.
La familia es la principal cadena de transmisión para la difusión de normas culturales a las
generaciones nuevas. Es la familia la que transmite aquella parte de la cultura que es accesible
al estrato social y a grupos en que se encuentran los padres. Es un mecanismo para disciplinar
al niño en relación con metas culturales y costumbres características del margen de grupos.
Es un proceso inadvertido.
Las normas del lenguaje proporcionan la prueba más impresionante + observable de una
manera clínica en que los niños, en el proceso de socialización, descubren uniformidades que
no fueron formuladas para ellos por mayores.
El niño está ocupado en descubrir + actuar de acuerdo con paradigmas implícitos de valoración
cultural + de jerarquización de personas/cosas + de concepción de objetivos estimables, así
como en asimilar la orientación cultural explícita, manifiesta en una corriente sin fin de
órdenes/explicaciones/exhortaciones de padres.
Observaciones finales
La coordinación imperfecta de unos y otros conduce a la anomía.
En la medida en que una de las funciones más generales de la estructura social es
suministrar una base para la previsibilidad de la regularidad, la conducta social se hace cada
vez más limitada en su eficacia a medida que se disocian los elementos de la estructura. EN
EL PUNTO EXTREMO, LA PREDECIBILIDAD SE REDUCE AL MÍNIMO Y SOBREVIENE LA
ANOMIA/CAOS CULTURAL.
DAHRENDORF – CONFLICTO SOCIAL MODERNO
Cap 2 – Ciudadanía y clase social
La cuestión “contractual” dominante será el gobierno mínimo suficiente para garantizar ley +
orden. Incluso aquellos que no abogan por un estado mínimo insisten en que hay que
encontrar razones que justifiquen a las instituciones sociales: el redescubrimiento del
contrato social surge de la búsqueda de estructuras fundamentales en una jungla de
superestructuras de muchas clases.
Los modos en que se produce el progreso de la humanidad no son tan simples: las cosas
suceden de acuerdo con razones no previstas en la teoría y en momentos en que no deberían
de haber sucedido.
LA DESIGUAL DISTRIBUCIÓN DE LAS OPORTUNIDADES VITALES ES RESULTADO DE LAS
ESTRUCTURAS DE PODER: algunos están en posición de fijar la ley con la arreglo a la que se
miden las posiciones de otros.
El N° de personas involucradas en la función de dictar la ley fue aumentando gradualmente,
AUNQUE durante mucho tiempo ésta fue administrada por una minoría: el nacimiento de la
modernidad se puede describir en términos de la expansión gradual de estas experiencias → a
medida que el poder de unos pocos fue cayendo bajo el control de la mayoría, las
desigualdades perdieron su carácter de fatalidad + el rol adscrito/posiciones sociales se
hicieron factibles de alcanzar/perderse.
↓
El poder genera desigualdad y conflicto: se crean intereses en el cambio del mismo modo que
intereses en el statu quo, PERO estos intereses encuentran ≠ expresiones en un mundo
contractual.
En el siglo XVIII comenzaron a entrar en escena los conflictos de clase: gran N° de personas +
conflictos se convierten en la fuerza motivadora del cambio.
EL ORIGEN DEL CONFLICTO DE CLASES SE ENCUENTRA EN LAS ESTRUCTURAS DE PODER QUE
YA NO TIENEN LA CUALIDAD ABSOLUTA DE JERARQUÍA ATRINCHERADA: el sujeto del
conflicto de clases son las oportunidades vitales/desigual distribución de
oportunidades vitales
↓
quienes están en el extremo menos ventajoso demandan más titularidades/provisiones a
quienes están en los puestos aventajados: la lucha latente/apenas visible para después
hacerse abierta/organizada conduce a un reparto mayor de ambas → TRANSFORMA LAS ≠
EN TITULARIDADES EN ≠ EN PROVISIONES (se mueve progresivamente desde posiciones de
desigualdad cualitativa a situaciones de desigualdad cuantitativa).
Desde el punto de vista histórico, la nación-estado fue una condición de progreso tan
necesario como habría de ser fuente de regresión/inhumanidad: la alianza del nacionalismo-
liberalismo significó una fuerza emancipadora durante las décadas revolucionarias de 1789 a
1848.
El monumento del principio de ciudadanía comienza con la creación de unidades políticas en
cuya constitución los derechos civiles + participación ciudadana se convierten en elementos
necesarios: NACIÓN-ESTADO.
Tanto los derechos como las obligaciones inherentes pueden varias con el tiempo: son
públicos + universales: es una cuestión importante que afecta a la libertad, el saber hasta
dónde pueden incluir pretensiones sobre lo que la gente hace.
Los derechos de ciudadanía son categóricos: LA CIUDADANÍA NO PUEDE SER OBJETO DE
COMERCIO.
No hay razón alguna para que la sociedad civil deje de ser deseable una vez que la burguesía
haya abandonado el escenario social/político: las distinciones efectuadas en el SXVIII han
desempeñado su papel, pero NO NECESITAN MANTENERSE.
La sociedad civil no es un juego privado de discurso inteligente separada de las instituciones
gubernamentales y menos contra ellas: ES EL CONCEPTO INCLUSIVO PARA LAS UNIDADES
SOCIALES EN EL QUE LA CIUDADANÍA ES EL PRINCIPIO GUÍA → todos los miembros:
• poseen ciertas titularidades = que tienen la misma cualidad de normas sociales
• están obligados por sanciones + protegidos por instituciones
Ambos resultan efectivos cuando hay estructuras de poder que las respalden.
LA BÚSQUEDA DE UNA SOCIEDAD CIVIL + UNA SOCIEDAD CIVIL MUNDIAL, ES LA BÚSQUEDA DE
DERECHOS = EN UN MARCO CONSTITUCIONAL QUE DOMESTIQUE AL PODER, DE MANERA QUE
TODOS PUEDAN DISFRUTAR DE LA CIUDADANÍA COMO FUNDAMENTO DE SUS
OPORTUNIDADES VITALES.
El caso de T.H. Marshall
Cuando se regresa de las fronteras externas/laterales de la ciudadanía a las internas/sociales
se encuentra una cuestión relacionada con la capacidad de ser miembro de la sociedad.
Uno de los temas del conflicto social moderno ha sido el de la extensión de la ciudadanía a más
miembros de la sociedad: una manera de describir este proceso consiste en contar la historia
del sufragio universal.
Muchas cuestiones de derechos civiles en el mundo desarrollado han sido cuestiones de
inclusión: son obstáculos culturales más profundos cara a la participación igualitaria +
requieren un cambio en las actitudes/normas en vigor: EL CAMINO DESDE LA REIVINDICACIÓN
DE LOS MISMOS DERECHOS QUE LOS HOMBRES A LA ACEPTACIÓN DE VALORES
COMPARABLES A LOS DE ELLOS ES LARGO.
El momento crucial del cambio en los 2 últimos siglos ha sido la extensión de la ciudadanía
a nuevas dimensiones de posición social.
Para la extensión de las titularidades de ciudadanía, el conflicto de clase es una condición
previa a la hora de ampliar el campo de los elegibles.
Hay que introducir en la Constitución normas que eviten la traducción de la riqueza en poder
para denegar los derechos de ciudadanía a los demás: para capacitar a todos los ciudadanos a
participar en el proceso económico/social/político hubo que diseñar otras medidas →
DOMESTICACIÓN DEL PODER.
La idea básica que permanece en todo este proceso es que las
desigualdades de provisiones son aceptables, SIEMPRE Y CUANDO no
puedan convertirse en desigualdades de titularidades.
Las desigualdades cualitativas son incompatibles con las sociedades libres, mientras que las
cualidades cuantitativas pueden constituir un estímulo para el desarrollo de las oportunidades
vitales.
Las estructuras sociales subyacentes han permanecido constantes de manera casi obsesiva,
como si fuera a colapsarse todo el planteamiento económico si cambiaban.
Los derechos civiles proporcionan acceso a los mercados + contribuyen a la expansión de los
mismo VS el incremento de las rentas constituye una condición necesaria para disfrutar del
derecho a una pauta de vida decente → una y otra vez se buscan los puntos en que las
titularidades + las provisiones se encuentran, ya que son las palancas en las que se puede
apoyar el cambio estratégico.
La creación de una base común de titularidades y la domesticación del poder complementan el
estudio del crecimiento económico
↓
CUALQUIERA QUE SEA EL MODO EN QUE LA CIUDADANÍA AFECTA A LA CLASE SOCIAL, NO
ELIMINA NI LA DESIGUALDAD NI EL CONFLICTO.
Los conflictos provocados por la titularidad no han concluido: la mayor parte de las ≠ de
estatus/ingresos se han hecho progresivas + permanecen viejas barreras + se han levantado
otras nuevas → en el mundo libre estas barreras que están formadas por privilegios siguen
siendo una cuestión principal.
LOS CIUDADANOS HAN GANADO UNA NUEVA POSICION VENTAJOSA EN LA LUCHA POR
CONSEGUIR MÁS OPORTUNIDADES VITALES.
Cap VII – El conflicto después de las clases
El paro
El elevado % de paro en pleno crecimiento económico plantea cuestiones de desarrollo
económico + de historia del trabajo + de ciudadanía: el crecimiento ha hecho poco por el
empleo, incluso se podría decir que se ha construido sobre el mismo desempleo
↓
existen 2 maneras de incrementar la productividad:
1. producir más con el mismo N° de manos
2. producir lo mismo con menos manos → EN LOS 80’ PREVALECIO ÉSTA.
Los gobiernos al concentrarse en la productividad, han hecho posible que los empresarios
reduzcan la fuerza de trabajo al mínimo indispensable: se consiguieron grandes incrementos
en las provisiones con un esfuerzo humano menor.
Los cambios que se han producido en la naturaleza del trabajo han sido profundos + han
afectado a las vidas de los individuos/estructuras sociales: EN LA ACTUALIDAD EL TRABAJO YA
NO ES LA SOLUCIÓN OBVIA A LOS PROBLEMAS SOCIALES, SINO…PARTE DEL PROBLEMA
MISMO.
Las sociedades modernas son sociedades basadas en el trabajo, construidas en torno a la ética
del trabajo + roles ocupacionales, PERO también parecen conducirse por la visión de la
perspectiva evidente de un mundo sin trabajo. Los empleos son los billetes de entrada que
permiten acceder al mundo de las provisiones, son los que determinan los ingresos de la
gente/posición social/autoestima/modo como organizan sus vidas.
El tiempo libre ha dado nacimiento a un nuevo conjunto de industrias: las personas
consiguen tanta satisfacción + reconocimiento social por sus pasatiempos como por su
trabajo.
El hecho de estar desempleado NO ES NORMAL: destruye el autoestima de las personas +
trastorna la rutina de sus vidas + hace dependientes del subsidio de paro → los define
negativamente + crea un nuevo problema de titularidad.
La distribución del trabajo se ha convertido en un problema en sí misma + no hay empleos
suficientes cuyos salarios alcancen para un “nivel de vida decente”.
El hecho de que se pueda producir más con menos esfuerzo humano significa que el trabajo
puede hacerse escaso, lo que supone que algunos puedan quedar fuera del mercado de
trabajo cuando se dan ciertas condiciones.
Las actividades primaria/secundaria/terciarias tradicionales constituyen “el núcleo de la
economía”: PUEDEN SER MANTENIDAS CON MENOS QUE PLENO EMPLEO
↓
si se quiere alcanzar el pleno empleo se tienen que crear puestos de trabajo
periféricos/superfluos.
Se ha sugerido que la sociedad de la información ha generado más información de la que nadie
puede utilizar + con ella, varios trabajos de especialización: abundan puestos de trabajo en el
servicio público que son estrictamente superfluos, surgiendo así todo un conjunto de puestos
de trabajo que en épocas buenas contribuyen a la prosperidad de los que tienen PERO de los
que se puede prescindir en momentos malos.
Los puestos de trabajo, en cuanto llaves de las oportunidades vitales dentro de la sociedad
trabajadora fueron:
• billetes que permitían entrar en el mundo de las provisiones
• condiciones para disfrutar de las titularidades de la ciudadanía
Los derechos de ciudadanía social estaban estrechamente ligados al empleo.
El sentido de no tener un apoyo en la sociedad parece haberse extendido más allá de los
grupos que se encuentran en el desempleo y la pobreza: Los jóvenes tienen tendencia a tomar
sus valores del margen social. EL HACER CASO OMISO DE LAS NORMAS/VALORES DE LA
SOCIEDAD OFICIAL SE HA CONVERTIDO EN UN HÁBITO MUY EXTENDIDO
↓
este hábito es la característica más expresiva de las sociedades en las últimas décadas del SXX
llevando el nombre de ANOMIA → hay una cuestión más importante que no es la incidencia
de las violaciones de las normas, sino la incapacidad de las sociedades para hacerles frente
↓
el área prohibida de los jóvenes es lo más significativo de todo, porque exime a los que se
supone que han de aprender de las normas que mantienen unida a la sociedad.
En el mundo contemporáneo permanecen muchos remanentes del anterior conflicto social:
incluye versiones de la antigua lucha de clases.
La relación e/ la clase mayoritaria-subclase plantea una cuestión que tiene serias
ramificaciones: ramificaciones: una sociedad que parece aceptar la continua existencia de un
grupo que no tiene un vínculo real con ella, se pone a sí misma en peligro.
La clase mayoritaria no confía ya en su propia posición: levanta barreras donde no debía
haberlas + vacila cuando tiene que hacer respetar sus reglas.
La anomia describe una situación en la que quedan sin castigo las violaciones de las
normas = ES UN FENÓMENO DE LA SUBCLASE.
La gente no se encuentra ligada a la sociedad y en consecuencia no se siente limitada por
sus normas.
La otra cara del cuadro es que la confianza de la sociedad en sus reglas se ha debilitado, las reglas
no se obligan a cumplir.
La continuidad histórica habla por todos los poros de la sociedad británica: los valores
dominantes de la solidaridad Y NO la competencia individual fomentan las ligaduras. Es la
idea de adhesión lo que constituye la base de identificación del individuo: las
sociedades muestran sus puntos débiles en sus puntos fuertes y viceversa.
La modernización primitiva + orgánica ha permitido a la sociedad británica conservar una
unión e/puntos de referencia-posibilidades selectivas que los demás le envidian.
▪ El ejemplo británico muestra que los objetivos deseables del proceso social (lo
que importa en la sociedad) no consiste en alternativas/opciones. Quizá la
sociedad inglesa continúa teniendo necesidad de incrementar sus opciones.
▪ El ejemplo alemán muestra que allí donde la modernización aparece
identificada con el aumento de opciones/posibilidades electivas, algo falta
↓
FALTAN LIGADURAS: los vínculos estables son puntos de referencia que
constituyen aspectos de las oportunidades vitales. No hay duda de que las
ligaduras pueden llegar a ser verdaderas cadenas.
Las ligaduras también son valores → su aspecto más importante es el hecho de que son
elementos constitutivos de sentido: historia/hogar/familia/fe son elementos típicos de las
vinculaciones sociales que protegen al individuo del vacío de una sociedad
competitiva/rendimiento optativo + la determinan en un sentido estricto.
2) La otra experiencia que ha llevado a acuñar el concepto de oportunidad vital a
Dahrendorf es la desvinculación de la sociedad moderna, o sea, las contradicciones de
la modernidad.
Las posibilidades humanas de decisión implican posibilidades humanas de libertad: la
posibilidad electiva aislada, no acompañada de una posición social determinada es
algo arbitrario → todo acto, por decisivo que pueda ser, sirve al objetivo de la
confirmación de la propia existencia.
LA POSIBILIDAD PURA DE ELECCIÓN SUPONE LA AUSENCIA DE MORAL, UN MUNDO DE
OPCIONES PURAS SE ENCUENTRA MÁS ALLÁ DEL BIEN Y EL MAL: las posibilidades de
elección pierden su contenido + se difunde una sensación de falta de sentido.
La anomia se convierte en un elemento de la vida de muchas personas, más de
aquellas que están por alcanzar la condición de miembros de derecho de la
sociedad: reducción del tiempo dedicado a la Historia + Iglesia se convierte en
oficina + la movilidad es un valor superior a la fidelidad al hogar + familias se
deshacen/mantienen sin ilusiones: SURJE UNA MODERNIDAD INCOMPLETA +
VACÍA.
EL HECHO DE QUE FALTEN LIGADURAS QUE LES DAN SENTIDO, NO FALSEA A LAS OPCIONES
↓
una posición liberal orientada a conseguir una ampliación de las oportunidades vitales
humanas tiene que prever la constitución de ligaduras + apertura de opciones.
La cuestión de cómo se constituyen las ligaduras afecta uno de los puntos más
difíciles de la compresión de la sociedad: tal constitución no puede hacerse por decreto,
pero esta es la única contestación que cabe dar con seguridad.
↓
oportunidades vitales es un concepto que pertenece a la lista breve de
conceptos científico-sociales: es un concepto clave que cumple función en 3 contextos
teóricos:
1) En la teoría social del cambio/conflicto es grande la tentación de dar preferencia a
enunciados formales en razón de la necesidad de exactitud.
La cuestión es si existen determinaciones de contenido que no superen las
aspiraciones teóricas desde el principio + conduzcan a la arbitrariedad → si hubiera
estas determinaciones la fuerza analítica sería MUY grande: POSIBLE QUE ÉSTA SEA LA
APORTACIÓN DEL CONCEPTO DE OPORTUNIDADES VITALES.
2) La teoría social del cambio tiene contornos inciertos cuando intenta hacer inteligible la
historia: se trata de emplear enunciados que hagan comprensible el proceso histórico.
EL CONCEPTO DE OPORTUNIDADES VITALES PUEDE AYUDARNOS A TRANSMITIR ESTE
CARÁCTER COMPRENSIBLE DE LA HISTORIA.
3) Es recomendable no confundir los límites e/objetivos legítimos de la acción
social/política de un lado VS búsqueda de un sentido vital vinculante para el individuo
del otro. Para poder determinar los objetivos legítimos de la acción social/política
sigue necesitándose de una categoría material, siendo este EL CONCEPTO DE
OPORTUNIDADES VITALES.
Un concepto que trata de dar cuenta de la dimensión de contenido del análisis del cambio
social se convierte automáticamente en una bisagra e/teoría social – filosofía de la historia –
teoría política.
Se trata de penetrar de modo sistemático el campo conceptual a través de aproximaciones
diferenciadas:
▪ Hay que determinar con mayor detenimiento el ámbito del concepto
▪ Se debe completar el concepto de oportunidades vitales a través de una
“autocorrección de trabajos” anteriores s/teoría del conflicto y del cambio
▪ Mayor acercamiento a un análisis conceptual puro
▪ Medición de oportunidades de vida/hacer eficaz el concepto
▪ Similitud con Merton de estructura social
▪ Atar cabos sueltos con respecto a la cuestión, fundamental para la teoría política de
relaciones e/oportunidades vitales-libertad
II – Algunas observaciones más sobre el ámbito teórico del concepto de oportunidades vitales
El concepto de oportunidades vitales permite la confluencia en un sólo contexto de significado
de 3 campos distintos:
• Teoría social
• Filosofía
• Teoría política
Las 2 partes tienen razón cuando se ocupan de los deseos del hombre + de la forma de
satisfacerlo: la verdad podría encontrarse en el punto medio de los 2 extremos porque:
• no todo puede comprarse: el dinero es extraño/sometido a sus propias leyes/sometido
a aquellos que lo administran-utilizan-aumentan-disminuyen.
• La felicidad no tiene nada que ver con el dinero, está vinculada al parecer del
individuo, a su libre albedrío/no es mensurable/no puede comerciarse/es un
sentimiento que se escapa a la intervención de la sociedad (incluso cuando está crea
las condiciones para hacerla posible).
Queda dibujado el horizonte dentro del cual se buscó una solución a la pregunta por lo
determinante de la sociedad/historia, el sustrato de la estructura social, la razón de los procesos
sociales, el contenido de relaciones de poder y la dialéctica e/ relaciones de producción-fuerzas
productivas.
Algo más que las oportunidades de supervivencia en la realidad de las sociedades humanas, un
punto de equilibrio e/ filosofía del dinero-filosofía de la felicidad, o sea, un equilibrio e/ el supuesto
de que todo puede medirse en dólares y el de que el individuo sabe lo que tiene valor.
↓
es una categoría que expresa las necesidades/intereses/esperanzas humanas, de tal manera que no
se oprime al elemento subjetivo, PERO deja claro que se trata de algo más que de una felicidad
individualmente percibida, o sea que se trata de los caminos socialmente estructurados de la vida
individual.
LA CATEGORÍA QUE REALIZA ESTOS COMETIDOS ES LA DE OPORTUNIDADES VITALES
↓
en la sociedad humana/historia lo determinante son las oportunidades humanas: importa
que sea el mayor N° de oportunidades vitales para el mayor N° de personas. Las
oportunidades vitales son las posibilidades medibles de realizar necesidades/intereses dentro
de un contexto social/en contra de él. Son el substrato de estructuras sociales en las cuales se
organizan las oportunidades vitales + también son el motor de los procesos sociales en los
cuales lo importante son las oportunidades vitales.
Según Marx, las clases son grupos que en razón del lugar que ocupan en la economía política,
se relacionan recíprocamente a través de un conflicto mortal: c/ clase defiende el statu quo de
normas jurídicas/poder político/reparto determinado de la riqueza económica VS de modo
igualmente inexorable, la otra clase defiende su propio lugar al sol, así como un cambio
fundamental de las relaciones sociales/políticas/económicas
↓
NINGUNA CLASE DEFIENDE SU CAUSA SIN FUNDAMENTO.
El análisis del conflicto de clase debe completarse con una referencia a los procesos objetivos,
o sea de una vinculación con una forma de desenvolverse de la estructura social que no es
producto de las relaciones de clase:
• Las clases dominantes se encuentran con ciertas estructuras que son las relaciones de
producción, las cuales constituyen el bastión que defienden: sistema de
propiedad/forma del salariado/tipo de responsabilidad frente a los demás
↓
las estructuras existentes constituyen el substrato de sus intereses.
• El otro aspecto de la relación entre la acción de clase + procesos socioeconómicos es
más importante, ya que Marx presupone que las clases oprimidas actúan:
▪ en función de un resentimiento contra su opresión (razones
negativas/protesta).
▪ en nombre de un nuevo potencial para la satisfacción de deseos/necesidades,
en nombre de nuevas fuerzas productivas.
Aunque esta idea describe los acontecimientos rusos de 1917 + también lo sucedido en
muchos otros países, no alcanza para describir lo ocurrido en Gran Bretaña/Francia/ en
cualquiera de los otros países que hoy se denominan como desarrollados
↓
1 de las razones reside en el hecho de que la perspectiva marxista se encuentra vinculada a su
época terminológicamente + en cuanto a su contenido: Marx pasó por alto la línea más general
de desarrollo dentro de la cual la revolución industrial no es más que un caso específico.
El potencial que las estructuras sociales dominantes pueden oprimir puede ser un potencial
de:
▪ producción
▪ distribución potencial de construcción social de la vida humana.
▪ organización
Weber afirma que las leyes del mundo social son/designan probabilidad de decursos típicos de
acciones sociales: su implantación comprende la posibilidad de que no llegue a producirse lo
que sería típicamente “comprensible”.
La probabilidad de comportamientos postulada en el concepto de probabilidad de Weber es:
• una probabilidad observada + calculable
• una probabilidad fundamentada en condiciones estructurales determinadas.
La probabilidad significa, probabilidad sobre la base de posibilidades de cálculo causal, una
probabilidad estructuralmente determinada.
El concepto más amplio oportunidades sociales en el que Weber elabora con motivo de la
definición es el de “situación de clase”, entendiendo por situación de clase al conjunto de
probabilidades típicas (provisión de bienes + posición externa + destino personal: derivan
dentro de un orden económico/de la magnitud-naturaleza del poder de disposición s/ bienes -
servicios + maneras de su aplicabilidad para la obtención de bienes/ingresos).
Un concepto amplio+ al tiempo que se precisa de las oportunidades vitales resulta esencial
para el análisis sociológico: este concepto proporciona el vínculo e/análisis sociológico-teoría
política + su aplicación remite a la profundidad de la teoría de la historia.
V – Tipologías y otros entretenimientos
Elementos de las oportunidades vitales:
Mientras que las ligaduras consolidan las posiciones sociales (y a los seres
humanos en cuanto titulares de estas), las opciones crean un arsenal
ilimitado de variaciones del comportamiento.
Las ligaduras son algo dado, las opciones, algo querido.
Las oportunidades vitales son funciones de las ligaduras + de las opciones: una a sociedad en la
cual la vida de los hombres es un mero vínculo, sin posibilidad de elección, ofrece tan pocas
oportunidades vitales como aquella otra, en la que hay elección pero ninguna vinculación →
entre ambos puntos hay una serie numerosa + infinita de posibilidades.
Al hacer una introducción del concepto de oportunidades vitales, se bosquejan 3 categorías de
desarrollo: surgimiento de oportunidades vitales + desarrollo + difusión
1. Surgimiento: proceso clave para la comprensión de la historia. La historia permanece
como algo abierto en la medida en que subsiste la posibilidad de surgimiento de cosas
nuevas.
La oportunidad vital surge en un sentido abstracto gracias a su descubrimiento: las
oportunidades vitales nuevas son algo que alguien ha pensado en algún momento +
cumple la función representativa de ciertas actividades.
2. Desarrollo: en este proceso opera la limitación de que la mayoría de lo que nosotros
experimentamos en nuestro medio social es un desarrollo lo existente.
En cuanto prosecución de lo existente, el desarrollo es algo que se aproxima bastante
al surgimiento de lo nuevo.
3. Difusión: consiste en el hecho de que las oportunidades vitales que se han
inventado/desarrollado se hagan extensibles a un N° mayor de personas.
Para poder medir a las oportunidades vitales, sería razonable utilizar un sistema de
coordenadas en el que queden reflejadas las opciones y las ligaduras: de este modo es
posible marcar la distancia entre las ≠ posiciones + también puede plantearse cuestiones s/ los
procesos de desarrollo.
Si se toma en consideración la posibilidad de fortalecimiento simultáneo de los 2 elementos
(opciones/ligaduras) a través de una dimensión temporal se hace posible una distinción de
importancia.
1. Es posible medir el horizonte de una oportunidad vital disponible en un momento
determinado en relación con el período anterior/posterior.
2. La posición del individuo/grupos/sociedades puede medirse en relación con el
horizonte de su tiempo.
VI – Estructura social y anomia
A lo largo de esta discusión conceptual Dahrendorf se ha ido acercando al concepto
durkheimiano de “anomia”: el enunciado de que un aumento de las opciones puede ir
acompañado de una disminución de las oportunidades vitales cuando se debilitan
demasiado las ligaduras recuerda a esta tradición sociológica.
Esta tradición ha sido desarrollada por Merton + son trabajos que contienen una ambigüedad
que puede ser aclarada con ayuda del concepto de “oportunidades vitales” → trata la relación
e/ estructura social - comportamiento desviado.
Merton comienza con una distinción: separa los “objetivos culturales” VS de “los medios
institucionales para alcanzar los objetivos” + también habla de la “estructura cultural” de un
lado VS la “estructura social” del otro → éstas pueden armonizarse + es por ello por lo que
aparece “el conformismo”.
Las 2 teorías que compiten e/sí en orden a las estructuras sociales son:
La tesis de la doble faz de la estructura social para análisis sociológico puede comprobarse en
todas las esferas del análisis: para toda categoría de la teoría de la integración puede
presentarse una categoría paralela en la teoría de la autoridad.
Unidad fundamental del análisis estructural: cometidos/funciones sociales
La teoría de las clases, parte del supuesto de que en la sociedad (concebida como asociación
de dominación) así como en cualquier otra unidad menor de la naturaleza, existen 2 conjuntos
mayores/menores de posiciones/funciones:
Para el análisis sociológico de clases sociales + del conflicto social, se admiten determinadas
orientaciones, estructuralmente establecidas en la conducta de los titulares de ciertas
posiciones: en analogía con las direcciones conscientes/subjetivas de la conducta, se utiliza el
término interés para explicar estas orientaciones.
LOS INTERESES “OBJETIVOS”, DADOS COMO SUPUESTOS, SÓLO PUEDEN CARACTERIZARSE
COMO INTERESES PARA LA CONSERVACIÓN/SUPERACIÓN, O SEA PARA LA MODIFICACIÓN DE
UN STATU QUO.
Desde el punto de vista del contenido de los intereses condicionados por la oposición, puede
precisarse el postulado de Dahrendorf en el sentido de que todas las posiciones, dentro de
toda sucesión de dominación, pueden considerarse divididas en 2 grupos:
1. posesión de autoridad + interés de la conservación de la estructura que crea
2. carencia de autoridad + interés de modificar la estructura que la establece
A su misma vez, también debe interpretarse esta categoría de los intereses dentro del marco
de la teoría de la dominación. Los intereses objetivos son intereses inherentes a la función:
son orientaciones de comportamiento dentro de una asociación de dominación ligadas a
funciones de autoridad. En este caso puede el individuo como titular de una función hacer
suyas, o no, estas esperanzas:
• El actor se comporta en consonancia con su función cuando contribuye a la integración
de un sistema estructural
• El actor se comporta en disonancia con su función cuando contribuye el conflicto con
los intereses opuestos.
Los intereses derivados de la función asignada son, desde el punto de vista del actor de una
función, INTERESES LATENTES, y bajo ciertas condiciones, estos pueden transformarse en
objetos conscientes, o sea en INTERESES MANIFIESTOS → los intereses manifiestos son
realidades psicológicas, ya que éstas califican el hecho de que el sentimiento/voluntad/deseo
una persona se orienten hacia una meta determinada.
El contenido especial de los intereses manifiestos sólo puede determinarse en relación con
ciertas situaciones sociales existentes + siempre constituyen la formulación de una pugna
estructuralmente producida del tipo de conflicto de clases: LOS INTERESES MANIFIESTOS
CONSTITUYEN EL “PROGRAMA” DE GRUPOS ORGANIZADOS.
• Los intereses manifiestos se asemejan al concepto sociológico de conciencia de
clase.
Mientras que los intereses latentes constituyen un postulado para fines analíticos (en este
sentido, no existen), los intereses manifiestos son realidades existentes en la mente de los
titulares de funciones de autoridad.
Cuasigrupos y grupos de intereses (I): las condiciones teoréticas de la formación de las clases
Hasta el momento ha quedado sin respuesta a qué tipo de agrupaciones pertenecen las clases
sociales: las clases constituyen agrupaciones reales/supuestas cuya determinación precisa se
realiza en el plano real de la estructura social → para esta determinación ocupan lugar las
categorías de los cuasigrupos/grupos de intereses.
Los grupos de intereses son SIEMPRE grupos secundarios, sus componentes sólo están en contacto
permanente a través de su pertenencia común, o sea, por medio de la vía indirecta de los
representantes elegidos/designados por ellos mismos.
• mientras que los cuasigrupos se definen como una pura construcción teorética
• los grupos de intereses que descansan en las estructuras de dominación, pueden
complementarse con una pluralidad de objetivos/orientaciones independientes.
↓
LOS GRUPOS DE INTERESES CONSTITUYEN “FENÓMENOS REALES”
La teoría de las clases se refiere a un elemento de los aspectos del contenido empírico de los grupos
de intereses: SU FUNCIÓN EN DETERMINADOS CONFLICTOS SOCIALES COMO UNIDADES DE
INTERESES MANIFIESTOS QUE PUEDEN SER EXPLICADOS A TRAVÉS DEL SUPUESTO DE LOS
INTERESES LATENTES Y DE LOS CUASIGRUPOS QUE ESTOS INTERESES ORIGINAN.
Es posible formular una teoría de las clases en la que el propio concepto de clase actúe sólo
como referencia histórica. La teoría de las clases tiene que contar con los 2 tipos de
agrupaciones: cuasigrupos + grupos de intereses.
Las clases refieren tanto a los cuasigrupos como a los grupos de intereses, aun cuando para
cada análisis especifico estas 2 categorías sustituyan a la de clase → se habla de conflictos de
clases/análisis de clases/teoría de clases.
Los cuasigrupos y los grupos de intereses (II): las condiciones empíricas de la constitución de
las clases
Las categorias del cuasigrupo y del grupo de intereses señalan los 2 puntos límite del análisis
de las clases, pero no determinan la línea de enlace e/ambos → averiguar como una “clase en
sí” se convierte en una “clase para sí”.
También hay que tener en cuenta el aspecto negativo del problema: la determinación de las
condiciones bajo las cuales la organización de los grupos de intereses, pese a la existencia de
intereses latentes, no tienen lugar en una asociación de dominación: Se trata de determinar las
posibles variantes que se producen + pretendemos abarcar en el concepto unificado de
condiciones estructurales de la organización.
Esta idea/modelo que entraña el armazón de una teoría de las clases, es en sí suficiente, y
basta para todos los objetivos del análisis teorético.
El que los grupos no pueden existir sin miembros que los integren, sin personal, constituye un
lugar común: se trata de un sector de miembros que pretende calificar un grupo rector.
Para que un grupo de intereses organizado surja de un cuasigrupo se
precisa la presencia de determinas personas que consideren tal
organización como “cosa suya” + que la establezcan prácticamente + la
dirijan → la existencia previa de organizadores/fundadores/dirigentes constituye un
supuesto técnico que debe realizarse antes de que los cuasigrupos (no organizados) se
transformen en grupos organizados de intereses: CONSTITUYEN UNO DE LOS FERMENTOS.
Aun cuando a los cuasigrupos se le pueden atribuir intereses latentes comunes + un grupo
rector + ideología para que se den las condiciones técnicas de la organización, no aparece
justificada la conclusión de que hayan de producirse grupos de intereses.
Otra categoría de supuestos que deben realizarse para que una organización sea posible son
designados como “condiciones políticas de la organización”. También existen condiciones de
carácter social como supuestos para la constitución de los grupos de intereses: la constitución
de una asociación de dominación como grupo organizado de intereses será empíricamente
imposible si aparece topológica + ecológicamente dispersa/dificultosa la comunicación regular
e/miembros.
Hay 2 grupos de factores que actúan como condiciones empíricas de la organización de las
clases + influyen en su existencia una vez que los grupos de intereses aparecen organizados:
• movilidad social
• psicología de los miembros de las clases
El problema de la movilidad social
La idea de una “sociedad sin clases” no ha desaparecido de la literatura sociológica:
• por parte de los científicos marxistas se aplica tal idea como categoría de validez
descriptiva a sociedades existentes.
• también e/sociólogos no marxistas se halla el concepto de sociedad sin clases aplicado
a ciertas situaciones empíricas sociales.
Se han elaborado materiales para examinar de manera general la categoría de sociedad sin
clases en su sentido sociológico: al hacerlo se plantea el problema de la movilidad social en
su acción sobre la estructura + conflictos de clase.
Si se toman como base las determinaciones históricas de las clases sociales expuestas, el
concepto de sociedad puede significar 2 cosas:
1. puede implicar que en una sociedad no existan estructuras de dominación que actúan
como punto de partida para la formación de clases: categoría sociedad sin clases
carece de significación sociológica.
El poder puede estar centralizado/descentralizado + ser absoluto/limitado
constituyendo un imperativo funcional de toda organización social: en la medida en
que las clases son reducibles a la causa determinante de la distribución de la
autoridad, las hipótesis de una sociedad sin clase carece, a falta de diferenciación, de
todo contenido sociológico.
2. Se puede imaginar una sociedad en la que existen posiciones provistas de ≠ grados de
autoridad: lo mismo podría aceptarse para otras asociaciones de dominación. Las
asociaciones de dominación pueden estar regida según un principio de jefatura
alterna.
La argumentación de que allí donde ningún grupo asume con carácter permanente ni
monopoliza posiciones de mando, no pueden producirse clases + esta sociedad carece
de ellas, parece incontrovertible. Una sociedad caracterizada por el constante cambio
de Jefatura resultaría una sociedad sin clases merced a la movilidad social.
La categoría de movilidad social es muy amplia para tener sentido por sí misma, por ello es por
lo que pueden distinguirse de diversas formas de movilidad:
• Movilidad que se producen varias generaciones (inter-generation): la situación social
del individuo permanece inalterable a lo largo de su vida + ocupan sus hijos posiciones
superiores/inferiores.
Una sociedad que solo conociera esta forma, asignaría a c/u de sus miembros en
determinado momento + conforme a su capacidad personal, un puesto en el que
habría de permanecer a lo largo de su vida.
En este caso puede defenderse la tesis de que es conciliable con la formación +
conflicto de clases: cuando la posición que ocupa un individuo dentro de la estructura
de autoridad de una asociación de dominación permanece inalterable, es posible su
pertenencia a un cuasigrupo + a un grupo de interés que del mismo surja → en la
medida en que el cambio de personas de una clase se produce por generaciones,
existe un grado de estabilidad que permite la formación de opuestos grupos de
intereses
Ambas formas de movilidad se refieren a sociedades en las que la pertenencia a una clase no
constituye un destino ineludible/heredado/heredable: la importancia + significación de
ambas formas de movilidad para la formación de las clases/conflictos de clase son ≠ + deben
ser examinadas por separado.
Las clases son grandes agrupaciones que, desde el punto de vista de la estratificación
social, pueden ser perfectamente diferenciadas.
La sociedad sin clases constituye como sociedad móvil una categoría sociológica de
importancia real, no obstante, es preciso formular una limitación: la “ley de la inercia”, y, como
toda generalización empírica debe ser tenida en cuenta → “TODAS LAS FUERZAS POLÍTICAS
TIENEN LA PROPIEDAD DE LA INERCIA, O SEA LA TENDENCIA DE PERMANECER EN UNA
SITUACIÓN DADA”.
La inexistencia de clases por razón de la movilidad social representa un valor límite del análisis
sociológico, algo que constantemente tiende a su desaparición + puede ser desatendido.
Aunque se elimine la movilidad social como obstáculo para la constitución de clases, no por
ello es menos la intensidad de su influencia en el conflicto e/ ellas.
Desde el punto de vista de la movilidad se distinguen formas de clases:
• Cuando la ocupación de posiciones de autoridad se basa en criterios de adscripción a
la persona + es hereditaria: CLASE CERRADA
• Cuando existen formas dadas con contenido cambiante, siendo estas escalonadas
según el grado de movilidad: CLASE ABIERTA.
El modelo teorético del análisis de las clases, ni implica/ni presupone la aceptación de alguna
hipótesis de carácter psicológico: EL COMPORTAMIENTO HUMANO FIGURA COMO UNA
CONSTANTE ESTRUCTURAL → solo la aplicación de este modelo a situaciones empíricas
determina, junto a condiciones sociológicas variables, algunos problemas psicológicos.
El supuesto principal de la teoría de las clases consiste en la reducción del conflicto de los
grupos de intereses a los cuasigrupos + cuya causa determinante en las estructuras de
dominación corresponde hallar.
Esta exposición critica está limitada a examinar 5 aspectos de la teorías de Pareto, Mosca y
Aron con la intención de precisar a base de una selección de problemas que estas plantean, las
características de las clases dominantes según la teoría por Dahrendorf elaborada:
1.
• Aron en su definición de clase dominante habla de la misma como de una
“minoría”.
• Mosca convierte esta tesis al afirmar que la clase dominadora es la menos
numerosa. Este autor complementa su clase política con otro sector más
numeroso que abarca a todos aquellos que son aptos para asumir puestos de
dirección.
• El concepto de elite de Pareto lleva consigo la representación de una selección
escogida de un restringido sector dirigente.
Las clases oprimidas no deben ser consideradas como masas desorganizadas, sin posibilidad
de actuación. Análogamente a las características señaladas para determinar las clases
dominantes pueden señalarse:
• No comprenden a la mayoría de los miembros de una asociación de dominación.
• Sus miembros no están forzosamente unidos por una cultura.
• Su existencia está referida a determinadas asociaciones de dominación: en una
sociedad pueden darse varias clases oprimidas.
Es posible que las clases oprimidas pese a exclusión del poder legítimo pueden hacer suyo un
cúmulo de indemnizaciones sociales sin que esto modifique su organización como clase/su
participación en el conflicto e/éstas.
Un proletariado aburguesado, puede actuar como clase oprimida, ya que las clases
sociales + conflictos de clase tienen su 1° fundamento en un criterio de
participación/exclusión de autoridad en determinadas asociaciones de dominación.
En base a la teoría de la formación de clases, Dahrendorf intentara una hipótesis que dé una
solución a tales objetivos (teniendo en cuenta la fundamentación de la teoría de la formación
de clases).
Para la formulación de los aspectos generales de la actuación de las clases se da como
supuesto la constitución de grupos organizados de intereses, con intereses manifiestos
articulados en asociaciones de dominación → ¿CÓMO ACTÚAN?
↓
hay que descomponer el problema general en 2 problemas parciales:
1. ¿Cómo debemos representarnos el conflicto e/clases?
Se ha aceptado que los grupos de intereses en su forma de clases se hallan siempre en
conflicto e/sí, siendo este un elemento irreductible de la teoría de las clases + como
tal, ni exige/ni permite su comprobación empírica inmediata: se da por hecho que los 2
grupos de intereses derivados de la distribución de la autoridad en las asociaciones de
dominación se hallan e/sí en conflicto.
Cuando se habla de un conflicto e/grupos de intereses, debe entenderse en un choque
e/ grupos de interés, uno de los cuales defiende del status quo, mientras que el otro
exige una modificación: los objetos del conflicto e/ grupos de intereses surgen de
determinadas situaciones.
La intensidad del conflicto de clases en una formación de clases separada está en
relación directa a la amplitud + efectividad de la regulación social de sus formas de
manifestación:
• en una sociedad que no intenta regular las pugnas e/ grupos de intereses por
medio de medidas rígidas establecidas, se adoptan pugnas en forma de recibir.
• cuanto mayor sea el ámbito de los intereses en pugna + en cuanto mayor
fuerza coactiva tengan las medidas rígidas/eficaces, más suave será una fuerza
en que se manifiesta el conflicto entre clases.
2. ¿En qué forma contribuye el conflicto e/clases a la modificación de estructuras
sociales?
El modelo de la teoría de las clases exige que las clases + conflicto entre éstas
constituya un factor del cambio endógeno de las estructuras sociales: la manera en
cómo se produce este cambio + mediante qué proceso se transforman las clases en la
agenda de este cambio, son cuestiones que sólo pueden ser generalizadas por un
procedimiento empírico/representadas en forma de relación de todas las formas
posibles.
El cambio de las estructuras puede examinarse sobre un plano analítico:
• Normativo/actuación
• Factico/institucional
Los intereses pueden ser valores y realidades: todo cambio estructural debe buscarse
en ambas esferas. Para las 2 tienen validez las 3 formas de influenciación de los
conflictos de clases en las estructuras sociales:
1) Los conflictos de clase pueden conducir a los cambios de estructura por medio
de una renovación total del personal que ocupa posiciones positivas de
autoridad.
2) El cambio estructural puede producirse como consecuencia de una
modificación parcial del personal que ocupa posiciones positivas de autoridad
determinable de un conflicto de clases.
3) Una regulación del conflicto de clases puede llevar, sin modificar el personal
que ocupa las posiciones de autoridad + incidencias del proceso democrático,
a provocar cambios en las estructuras sociales
En tanto se acepte la distribución de la autoridad en las
asociaciones de dominación como punto de partida + objeto
formal del conflicto de clases, el cambio que éste provoca es
siempre un cambio de las estructuras de dominación, o sea de su
personal: dominio + autoridad deben interpretarse sociológicamente como valores
instrumentales, o sea que su posición actúa en la teoría de las clases como posibilidad
para la realización de intereses materiales en c/caso.
El cambio del personal, que ocupa posiciones de dominio debe interpretarse como:
• rejuvenecimiento de una clase dominante/elite constante
• como el aspecto de un proceso que materialmente es ofrecido como un
cambio estructural.
La teoría de las clases es siempre una teoría de las clases + del conflicto e/ clases en las
asociaciones de dominación: los problemas referentes a la estructura de las clases de una
sociedad + las relaciones e/asociaciones de dominación + clases dominantes-dominadas +
intereses de una/otra → TODOS se convierten en problemas empíricos.
MÓDULO III
ALEXANDER – EL INTERACCIONISMO SIMBÓLICO
CAP XII: El interaccionismo simbólico: pragmatismo + el legado de Mead
El cuestionamiento de la hegemonía funcionalista por parte de teorías del intercambio/del
conflicto surgió en la escena de posguerra en determinados momentos a fines de los
50’/principios de los 60’: APARECIERON COMO TEORÍAS NUEVAS (aunque tenían raíces
clásicas).
Aunque la forma moderna del interaccionismo simbólico nació en los escritos de Blumer, se
debe retroceder a los 40’ para comprender el origen de esta corriente: surgió casi al mismo
tiempo que la teoría funcionalista de Parsons (en la posguerra fue Parsons quien asumió el
liderazgo teórico).
s
El individualismo moral de la sociedad norteamericana proviene del puritanismo +
protestantismo evangélico: apelaban a cuestiones de sentido de evaluación, basadas en la
capacidad de “discriminación”
↓
los individualistas religiosos vivían con la esperanza de que las organizaciones religiosas/nación
norteamericana, se pudieran reconstruir como una comunidad de creyentes voluntarios: si la
fe era suficiente, entonces habría una comunidad “autocontrolada” que podría prescindir de la
necesidad de instituciones opresivas: e/ las principales sociedades occidentales de su época,
USA eran la única nación donde el radicalismo nunca cobró una forma manifiestamente
colectivista.
↓
El individualismo epigramático de la filosofía pragmatista surge de James + Dewey
• James desarrolló una teoría del significado que afirmaba que un concepto significa
la experiencia a la cual conduce: el mandato del método pragmatista consiste en
verificar todas las creencias conceptuales abstractas comparándolas con la
experiencia práctica individual.
• Dewey profesaba una similar orientación hacia el aquí/ahora + se oponía a la idea
de una tradición predominante/de compromisos idealizados-apriorísticos: la
subjetividad para el autor es: iniciativa/invención/variedad de recursos/asunción
de la responsabilidad en la elección de creencias-conductas.
Dewey veía el orden social como algo que los individuos reinician constantemente:
SE CERRABA EL PASO A LA GENERALIZACIÓN SIMBÓLICA.
El científico social pragmatista se debe concentrar en la situación
particular/concreta/contingente de la acción: el nuevo método pragmatista cobra
efecto al sustituir la manipulación de nociones generales por la indagación de datos
específicos/relativos/cambiantes.
VS
Contra esta tendencia individualista del pragmatismo surgió el más colectivista/sintetizador
enfoque desarrollado por Peirce + Herbert Mead:
• Peirce procuraba conciliar la necesidad de una comunidad de ética + obligación con
énfasis pragmático en la experiencia individual en el mundo real: para obtener esta
síntesis, desarrolló una teoría compleja de símbolos/signos → argumentaba que los
sistemas de signos tienen una existencia previa a la experiencia del individuo PERO
aunque ellos brindan el contexto para c/acto de la experiencia, la experiencia +
acción práctica brindan los criterios de verdad
• Mead procuraba infundir al pragmatismo una orientación más colectiva + impulsó
la sociología pragmatista en una dirección sociológica.
La teoría social de Mead brinda una adecuada conclusión para la tensión e/
individualismo-comunidad en el pensamiento norteamericano: trata de explicar la
contingencia como un momento en la acción social colectivamente estructurado.
En la teoría individualista, el actor define el significado de los objetos con los cuales
interactúa, EN CAMBIO Mead argumenta a favor de la autonomía del significado
de cara a la acción: EL SIGNIFICADO SE ENCUENTRA EN LOS SÍMBOLOS
Mead creía que los sistemas simbólicos supraindividuales son los más importantes
creadores del significado de los objetos de un individuo.
La simbolización es lo que constituye objetos no constituidos antes: los objetos no
existirían excepto por el contexto de relaciones sociales donde acontece la
simbolización. EL SISTEMA SIMBÓLICO (lenguaje) PRECEDE A LA ACCIÓN.
Blumer + el interaccionismo siguieron la tendencia más individualista del pragmatismo, mientras
que Mead/Peirce, buscaban una fusión más sintética e/individualismo-comunidad.
↓
Mead sostenía que “el lenguaje posibilita la existencia/aparición de dicha situación-objeto,
porque forma parte del mecanismo por el cual se creó la situación/objeto: los objetos
dependen de estos significados/son constituidos por ellos”.
MEAD LLAMA INTERACCIÓN A LA “CONVERSACIÓN DE GESTOS”: los gestos se refieren a
múltiples movimientos/expresiones que realiza la gente.
Con la idea de gestos, Mead entra en el mundo pragmatista de la experiencia/activismo,
PERO lo hace de manera singular/sintetizadora
↓
el significado de los gestos para Mead adopta una estratagema de marcos simbólicos más
generalizados, AUNQUE no abandona la estrategia individual como componente empírico
decisivo.
Mead encara su teoría de los gestos como un medio para comprender cómo la
contingencia de la acción individual se integra a la estructura simbólica: cree que
los gestos posibilitan la simbolización de la experiencia dentro del campo del significado +
permiten que la gente relacione experiencias nuevas c/categorías sociales
Para enfatizar/desarrollar el carácter social de los gestos, Mead elaboró el concepto del
“otro generalizado”: c/persona actúa en referencia: al otro inmediato + a otro social más
generalizado → este otro generalizado es interno al actor, producto de su larga
socialización + su integración a la vida colectiva.
[El individualismo es engañoso ya que el individuo se experimenta a sí mismo
indirectamente, a partir de las perspectivas particulares de otros miembros individuales del
mismo grupo social/de la perspectiva generalizada del grupo social al cual pertenece]
≠ e/
• individualismo como compromiso presuposicional: se considera que el individualismo
define la naturaleza del orden social.
• individualismo como nivel del análisis empírico: si no se toma al individualismo como
una presuposición, se lo puede ver como la referencia a un nivel del análisis
empírico/al elemento abierto-no determinado que forma parte de c/acto individual
Según la teoría del conflicto, las instituciones son órdenes estructurados + objetivos. Mead,
EN CAMBIO, muestra que el orden colectivo se corresponde con la experiencia generalizada
de sus miembros: gestos individuales = instituciones sociales
↓
Mead se interesa en los gestos porque:
• indican cómo las situaciones individuales especifican lo social
• los usa para mostrar cómo se modifica lo social.
El gesto implica un elemento de individualidad + libertad porque involucra el paso del tiempo:
la temporalidad es la esencia de la contingencia + la “inhibición temporaria de la acción” es lo
que permite el pensamiento → c/ nuevo gesto tiene una propiedad emergente que lo
distingue de los anteriores: lo que sucede en la conducta orgánica presente es siempre un
emergente del pasado.
APORTE DE MEAD AL PENSAMIENTO TEÓRICO MODERNO: para ver qué está en juego en los
desarrollos interaccionistas modernos, se debe pensar 1°ero en la posible relevancia de Mead
para los contemporáneos
↓
Mead dejó un legado ambiguo pero importante para la teoría sociológica moderna: la
ambigüedad gira alrededor de la distinción e/nivel empírico de análisis-enfoque
presuposicional.
¿Debemos considerar que el intercambio se refiere a una dimensión empírica del orden
social o que identifica una presuposición acerca del orden mismo?: en la terminología de
Mead, el problema se puede expresar en términos de la relación e/actitud-respuesta →
• la respuesta es el segmento de una acción/gesto, que incluye al “yo” (parte
imprevisible/contingente de la personalidad)
• la actitud refiere al segmento culturalmente determinado del gesto de respuesta,
descripto como previo a la respuesta más estratégica/abierta
¿No sería correcto concluir que la teoría de Mead acerca de la interacción tiene el potencial
para hacer un aporte al debate teórico del período posparsoniano? NO LO HA HECHO PARA
ALEXANDER PORQUE EL INTERACCIONISMO CONTEMPORÁNEO SE HA ALEJADO DEL IMPULSO
INSTITUCIONAL/COLECTIVO DE MEAD.
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CAP XIII: Interaccionismo simbólico: individualismo + obra de Blumer/Goffman
Blumer argumenta que Parsons + funcionalistas trataban la conducta humana como si fuera
el mero producto de factores que “influyen” s/seres humanos: para ellos las acciones son
“meras expresiones/productos de lo que las personas traen a su interacción + como las
acciones de la gente quedan excluidas, se concibe que los sistemas sociales operan
automáticamente/sin ninguna referencia a los seres humanos reales → la tradición
parsoniana ignora el significado como tópico de la sociología.
Como Homans + toda la tradición individualista de la teoría contemporánea, Blumer se opone
a Parsons por razones ≠ de las empleadas por los teóricos del conflicto: Blumer argumenta que
Parsons no es suficientemente individualista + voluntarista.
• Se puede interpretar que los factores sociales influyen exteriormente sobre los seres
humanos si se pinta a los seres humanos como separados de la sociedad en la cual
viven.
• Se puede creer que los sistemas operan por encima de las personas si se considera que
las personalidades de las mismas se desarrollan al margen de su experiencia en la
sociedad.
• Se puede sostener que la sociología funcionalista no se interesa en el significado sólo si
se afirma que el significado emerge de decisiones/sentimientos personales.
Para comprender la caricatura de Blumer hay que examinar la teoría que él deseaba justificar:
Blumer se interesa en la comunicación: insiste en que las personas insertan la interpretación
e/estímulo-respuesta + tal interpretación corresponde con la “discriminación” de Homans.
↓
Aunque este reconocimiento de la interpretación es un elemento favorable para la teoría hay
ciertas desventajas en esta insistencia:
1. En primer lugar, es la otra cara de una tendencia normativa/idealista: Blumer enfatiza
la interpretación a expensas del intercambio → este idealismo puede alcanzar
extremos poco realistas.
Blumer sugiere: “la naturaleza de un objeto consiste en el significado que tiene
para la persona para quien es un objeto” PERO EQUIPARAR LA NATURALEZA
CON EL SIGNIFICADO ES UN ERROR
A Alexander le interesan más las presuposiciones de Blumer acerca del orden: sus supuestos
individualistas acerca de la construcción del orden social constituyen los obstáculos más
decisivos para su intento de elaborar una teoría de la interacción individual, obstáculos que
existen en el nivel del pensamiento mismo: no son producidos por observaciones empíricas
teóricamente independientes + establecen una lógica con la cual no puede romper el análisis
empírico.
En las situaciones en que las personas actúan unas hacia otras, tienen de antemano una
comprensión de cómo actuar + cómo actuarán los demás: comparten significados
comunes/preestablecidos acerca de lo que se espera en la acción de los participante + c/
participante puede guiar su propia conducta mediante tales significados
↓
Blumer reconoce la crucial importancia de los significados estructurados: Blumer reconoce la
importancia de las mismas estructuras supraindividuales que había procurado negar.
SIN EMBARGO, al continuar la lectura se ve que Blumer se arrepiente: su referencia a los
significados estructurados se llena de condiciones + adquiere un status residual.
Además, erosiona la dimensión estructurada ya que advierte que se tiene que reconocer que
aun en el caso de la acción preestablecida/repetitiva cada instancia de tal acción conjunta se
tiene que formar de nuevo, y, ¿cómo se la puede considerar preestablecida y repetitiva? sólo
si el esfuerzo contingente está siempre dirigido a la institucionalización de significado
preestablecidos → Blumer sugiere que la acción repetitiva + significado establecido son
determinados sólo si se ignora la interpretación.
Como reacción ante esa tensión, se han desarrollado 4 líneas de trabajo interaccionista:
1. Una sigue un “blumerismo” relativamente puro, insistiendo en significados negociados
+ adhiriendo al estudio de interacciones inmediatas.
Según este enfoque, más importante es la descripción teórica de la típica “carrera” del
desviado: implica elaborar una “historia natural” de cómo la gente se desvía → este
enfoque del desvío ha tenido gran influencia en la sociología: reconoce que a menudo
los actores tienen poder desigual + ha convergido con tendencias de la teoría del
conflicto.
2. Otra tendencia del interaccionismo reconoce (pese a tomar la negociación del orden
como tópico inmediato) la relevancia del contexto externo para la acción: la teoría de
la “conducta colectiva” es un buen ejemplo → intenta describir el cambio en términos
de patrones abiertos de interacción individual/grupal: concentrándose en la formación
de opinión + estrategias de construcción de consenso, estos teóricos intentan
desarrollar historias naturales del cambio.
Atribuyen importancia a los movimientos sociales + se concentran en propiedades
emergentes.
3. Hay una 3era tendencia del interaccionismo moderno que ha tratado de no rechazar el
aspecto colectivista del trabajo temprano de Mead → esta tradición se conoce como la
“escuela de Iowa”, en oposición a la escuela de Chicago.
La “teoría del yo” de Kuhn busca la fuente de la acción en la identidad individual
construida socialmente: este interaccionismo intenta elaborar teorías relativamente
complejas/deterministas acerca de cómo opera + cómo cobra existencia el self social
→ hay una propensión a adoptar un enfoque totalmente estructuralista de la
interacción individual.
4. Aquí se reconoce la relevancia de la dimensión colectiva de la acción social, PERO no se
renuncia del todo al énfasis en la iniciativa contingente: se realizan intentos
sistemáticos de franquear el abismo individuo/sociedad, y estos instintos, presentan
conceptualizaciones de este problema.
De todas las reacciones interaccionistas ante el dilema individualista, esta tendencia
parece la más interesante y productiva: el mayor teórico de esta línea ha sido
Goffman, el más importante “interaccionista” de la generación → sus estudios han
hecho más que ningún otro para legitimar esta tradición como una línea importante de
la teorización posparsoniana.
SIN EMBARGO, el individualismo de Goffman difiere mucho del de Blumer por su
visión biliosa de los motivos + su insistencia en la omnipresencia de la manipulación
↓
Los actores de Goffman están individuados + alienados; su yo verdadero nunca se
puede revelar → si actúan sobre la base de la fe, es esa “mala fe” que el
existencialismo define como producto de la insinceridad/engaño: en vez de una
sociedad libre/satisfactoria, enfrentamos una desesperanza que desiste totalmente de
la sociedad
Los signos permiten que un actor comprenda a una persona que conoce mediante una
comparación e/claves acerca de la conducta-apariencia con su experiencia previa de cómo
se comportan otras personas, SIN EMBARGO, ESTOS NUNCA SON CONCLUYENTES
↓
La “realidad” de la situación es totalmente individual: nadie puede conocer los datos
cruciales de la interacción salvo el individuo mismo.
Entonces, ¿cómo se produce la interacción? las personas que no se conocen, deben
aceptar la información como artículo de fe + a partir de esos datos inferir el resto. Se
deben crear impresiones que permitan hacer inferencias plausibles acerca de nuestras
intenciones/identidad: estas impresiones serán falsas/desorientadoras porque sólo un
actor puede conocerse a sí mismo.
Goffman pinta un cuadro estratégico de la vida social, en el cual los individuos utilizan la
astucia + falsa publicidad para hacer su voluntad: el orden social no se basa en motivos
sinceros/no implica solidaridad/ni refleja valores superiores → con el objeto de crear un
“venero de consenso”, tiene que haber la “supresión de sentimientos íntimos”.
El orden es sostenido por “cada participante que oculta sus propias necesidades detrás de
declaraciones que afirman valores a los cuales todos los presentes se sienten obligados a
respetar de los labios para afuera”.
¿Puede un sociólogo (uno sensible a los matices/estilo), aceptar el azar que implica una
concepción tan individualista del orden social?
Alexander sugirió que el interaccionismo simbólico oscila e/zar-categoría residual porque
siempre trata de contrarrestar el individualismo con una referencia colectiva → a medida
que se lee a Goffman se halla que en su teoría individualista introduce una concepción
colectivista del orden social.
Goffman, antes un individualista pragmatista, ¡ahora quiere modelar el orden social según
la conducta dogmática ritual!
Goffman escribe que la realidad es una “cosa frágil”: ha trascendido para explicar qué significa
el concepto funcionalista de “doble contingencia” → a través de la interacción se piensa en
sanciones + se ofrecen recompensas + se proyectan internalizaciones + c/matiz de ≠ está
sometido a un escrutinio/interpretación continuos.
Aunque Goffman ha abierto el “nivel del individuo” más incisivamente que cualquier otro
teórico contemporáneo, en la vena más colectivista de su obra no hay pruebas de que quiera
tomar una postura presuposicional que respalde el individualismo
Goffman va mucho más lejos + cede ante tensiones teóricas, produciendo inconciliables
descripciones de mundos sociales presupuestos de maneras antitéticas → Para Alexander los
vehículos de signos son relevantes/no lo son: Goffman no puede afirmar ambas cosas a la vez,
AUNQUE a veces quiere hacerlo/no puede/no quiere decidirse.
El dilema individualista no es algo que el teórico individualista pueda abandonar porque así lo
desea, una vez que abrazamos una tradición teórica, tenemos que mantenerla → mientras no
renunciemos del todo a nuestra lealtad, estamos obligados a ella nos guste o no = sus
percepciones originales nos benefician + sus flaquezas nos perjudican.
La tradición interaccionista moderna expone grandes zonas de la vida individual contingente a
nuestra inspección sistemática, PERO lo consigue sometiendo el interaccionismo a las
consecuencias esquizofrénicas del dilema individualista
BECKER – HACIA UNA SOCIOLOGÍA DE LA DESVIACIÓN
CAP 3 – Convertirse en un consumidor de marihuana
Una cantidad desconocida (probablemente grande), de estadounidenses consume marihuana,
y lo hacen a pesar de que es ilegal y está mal visto.
El consumo de marihuana ha recibido mucha atención por parte de psiquiatras y de
integrantes de la fuerza policial.
BECKER: No cree que esas teorías sirvan para explicar adecuadamente el consumo de
marihuana → este consumo ilustra el desarrollo de las motivaciones desviadas en el curso de
la experiencia de la actividad desviada misma.
↓
no son las motivaciones desviadas las que conducen al comportamiento desviado, sino al
revés: es el comportamiento desviado el que, con el tiempo, genera motivaciones desviadas.
Impulsos + deseos vagos que se transforman en patrones de comportamiento bien definidos
debido a la interpretación psicológica de una experiencia física (es en sí misma ambigua).
BECKER: propone reportar que esta investigación no fue diseñada para convertirse en una
prueba crucial de teorías que relacionan el consumo de marihuana con algún rasgo psicológico
del consumidor, sino que intenta demostrar que las explicaciones psicológicas son
insuficientes en sí mismas para dar cuenta del consumo de esa droga, y, hasta innecesarias.
Investigadores que intentan probar esas teorías psicológicas se han topado con 2 dificultades
que nunca resolvieron satisfactoriamente y que esta teoría intenta evitar:
1. teorías basadas en la existencia de una predisposición psicológica tienen problemas
para dar cuenta de ese grupo de consumidores que no exhiben el rasgo/s que se
consideran como la causa del consumo.
2. enfoques psicológicos tienen problemas para explicar la variabilidad que exhibe a lo
largo del tiempo la conducta de un individuo determinado respecto de la droga
↓
es posible que la misma persona que quizás en algún momento no logró consumir
droga por placer, en una instancia posterior pueda y tenga ganas de hacerlo, y luego
nuevamente no pueda consumir la droga con ese fin.
Esos cambios, difíciles de explicar desde una teoría basada en las necesidades de
"escape" del consumidor, son comprensibles si se los entiende como cambios en la
concepción que el consumidor tiene de la droga: si se piensa en el consumidor de
marihuana como alguien que ha aprendido a ver en ella una fuente de placer, no
tendremos dificultad alguna en aceptar la existencia de consumidores
psicológicamente "normales".
Al realizar este estudio, Becker utilizó como método la inducción analítica: se propuso llegar a
un postulado general de la secuencia de cambios de experiencia + actitud que se produjeron
en:
• individuo toda vez que pudo/tuvo ganas de consumir marihuana por placer
• personas en las que nunca se produjeron/no persistieron cambios ya que no querían
consumir marihuana por placer.
Para desarrollar y poner a prueba la hipótesis s/ génesis del consumo de marihuana por placer,
se hicieron 50 entrevistas a consumidores de marihuana: en las entrevistas con consumidores
hubo concentración en la historia de la experiencia de c/persona con la marihuana, haciendo
La teoría comienza con la persona que ha llegado al punto de tener ganas de probar la
marihuana → esa persona sabe que los demás consumen marihuana para "volarse", pero
no sabe concretamente que significa + siente curiosidad/desea experimentar, sin saber
bien cómo resultará, y teme que sea más de lo que esperaba.
Aprender la técnica
El novato no logra "volarse" la 1°vez que fuma marihuana, siendo necesarios varios intentos
para inducirle ese estado → hay mucha gente que no sabe fumar, así que es natural que no
sientan nada. Si no siente nada, es evidente que el consumidor no desarrollará una idea de la
droga como fuente de placer, y no volverá a consumir.
El 1°paso de la secuencia de eventos que deben producirse para que la persona se convierta
en consumidora es el aprendizaje de la técnica para fumar correctamente, para que el
consumo de la droga le produzca efectos que lo hagan cambiar su concepción de ella
↓
Ese cambio es el resultado de la participación del individuo en grupos que consumen
marihuana: el individuo aprende el modo correcto de fumar la droga, lo que puede ocurrir por
enseñanza directa.
Ninguno· de los entrevistados continuó consumiendo marihuana por placer sin aprender
una técnica que suministrara la dosis suficiente para que aparecieran los síntomas de la
droga + la idea de la droga como fuente de placer sólo surgió una vez aprendida esa
técnica → sin una idea de la marihuana como fuente de placer, el consumo no tenía
sentido y no continuó.
Aprender a percibir los efectos
Incluso después de aprender la técnica adecuada para fumar, puede ocurrir que el consumidor
no "se vuele", y que no se forme una idea de la droga como fuente de placer.
"estar volado" se compone de 2 elementos:
¿Son sensaciones placenteras? No está del todo seguro → para convertirse en un consumidor
de marihuana, deberá decidir que lo son (de lo contrario, aunque se sienta realmente volado,
será una experiencia desagradable que preferirá evitar): la 1° vez, los efectos de la droga
pueden resultar físicamente desagradables, o al menos ambiguos
↓
si el principiante interpreta ingenuamente lo que le está pasando, es probable que se
confunda/atemorice aún más, y peor aún si llega a la conclusión de que se está volviendo loco.
Si en las 1° experiencias el fumador tiene sensaciones de temor/displacer, no seguirá
consumiendo a menos que aprenda a redefinir esas sensaciones y considerarlas placenteras
→ EN NINGÚN CASO EL CONSUMO CONTINUÓ SIN QUE EL FUMADOR REDEFINIERA LOS
EFECTOS DE LA DROGA COMO PLACENTEROS: esa redefinición se produce en la interacción
con consumidores experimentados, quienes enseñan al principiante a encontrar placer en esa
experiencia en un principio atemorizadora.
ÉSTA ES UNA DE LAS CONDICIONES MÁS IMPORTANTES PARA QUE EL CONSUMO CONTINÚE.
• si esos vínculos son intensos: la persona es persuadida de que no hay razones para
temer los efectos del consumo de marihuana.
• si la experiencia fue inquietante: puede dar como consecuencia del incidente que la
persona corte toda vinculación con otros consumidores.
una persona no comenzará a consumir marihuana por placer a menos que aprenda a definir
sus efectos como placenteros + que la droga se convierta + siga siendo para ella una sustancia
capaz de producir placer.
El individuo será capaz de consumir marihuana por placer SÓLO cuando atraviese un
proceso en el que aprenda a concebir la droga como un elemento que puede ser usado para
esos fines.
Nadie se hace consumidor si:
Los controles sociales afectan la conducta individual a través del uso del poder, mediante la
aplicación de sanciones:
Existen fuerzas poderosas que operan para controlar el consumo de marihuana → es una
actividad ilegal/castigada con penas severas:
En ambos casos, la participación del individuo en esos grupos fue una condición necesaria
para que la marihuana estuviese disponible → también es condición para la siguiente etapa,
dé consumo ocasional (individuo fuma marihuana de manera esporádica e irregular).
Cuando las experiencias previas del individuo han hecho posible que sea capaz de consumir
marihuana por placer, el consumo depende al principio de la disponibilidad:
• consume la droga cuando está con personas que tienen acceso a ella
• cuando no es así, el consumo cesa.
El consumo fluctúa en función de la disponibilidad que genera su interacción con otros
consumidores.
Los cambios en los grupos de referencia del individuo conducen a cambios en su nivel de
consumo: se afectan las posibilidades de acceder a la marihuana en un entorno donde la
droga sólo se consigue de manera ilícita.
Secreto
El consumo de marihuana está limitado en la medida en que el individuo cree realmente que
es inconveniente/podría serlo: la mayoría de los consumidores de marihuana viven su
desviación en secreto.
Si bien el consumidor no sabe específicamente qué esperar en cuanto a los castigos, sus
temores son claros: teme ser rechazado por personas cuyo respeto/aceptación necesita en
términos prácticos y emocionales.
↓
el control se desarticula a medida que el consumidor se involucra c/ otros consumidores + su
experiencia con la droga aumenta→ comprende que aunque es posible que los no
consumidores lo sancionen si se enteran, no hay ninguna necesidad de que se enteren.
Los consumidores habituales toman en cuenta los efectos que tiene su consumo de marihuana
en la formación de nuevos vínculos con los no consumidores. Si la persona consume
marihuana de manera regular/rutinaria, es inevitable que tarde o temprano se encuentre en
situación de estar "fumada" en compañía de no consumidores a quienes no tiene intenciones
de revelar su secreto → se trata de aprender a controlar los efectos de la droga en presencia
de no consumidores, para engañarlos + poder seguir manteniendo relaciones con ellos sin
que el secreto salga a la luz
↓
consumidores sólo avanzan a la etapa de consumo regular si una experiencia determinada
cambia su evaluación de las posibilidades de quedar expuesto.
El problema es difícil para consumidores sofisticados que siguen las directivas de la "teoría"
psiquiátrica popular: SU CONSUMO LES PREOCUPA POR LO QUE REVELA RESPECTO DEL
ESTADO DE SU SALUD MENTAL → en este esquema de pensamiento, fumar marihuana se
convierte en un símbolo de debilidad psíquica y moral: estos prejuicios predisponen al
individuo en contra del consumo regular + provocan su regreso al nivel de consumo ocasional
(a menos que descubra un nuevo modo de pensarlo).
Cuando el consumidor no encuentra razones que justifiquen su práctica, sigue consumiendo
de manera ocasional + explica su consumo en función de la idea que tiene de la teoría
psiquiátrica.
Por lo tanto, nuestro cometido, aunque de carácter teórico, engrana con la apreciación de una
realidad que compone el objeto de la ciencia empírica de la sociología, vale decir, el mundo de
la vida cotidiana.
La vida cotidiana se presenta como una realidad interpretada por los hombres y que para ellos
tiene el significado subjetivo de un mundo coherente.
Dentro del marco de referencia que proporciona la sociología cabe tomar esta realidad como
dada.
Antes de emprender nuestra tarea principal debemos tratar de clarificar los fundamentos del
conocimiento en la vida cotidiana, a saber, las objetivaciones de los procesos y los significados
subjetivos por medio de los cuales se construye el mundo intersubjetivo del sentido común.
El método que consideramos más conveniente para clarificar los fundamentos del
conocimiento en la vida cotidiana es el del análisis fenomenológico, método puramente
descriptivo y empírico, pero no científico.
Entre las múltiples realidades existe una que se presenta como la realidad por excelencia es la
realidad de la vida cotidiana, también llamada suprema realidad. La tención de la conciencia
llega a su apogeo en la vida cotidiana, es decir, ésta se impone sobre la conciencia de manera
masiva, urgente e intensa en el más alto grado. Es imposible ignorar y aún más difícil atenuar
su presencia imperiosa.
La realidad de la vida cotidiana no se agota por estas presencias inmediatas, sino que abarca
fenómenos que no están presentes aquí y ahora.
El mundo de la vida cotidiana se impone por sí solo y cuando quiero desafiar esa imposición
debo hacer un esfuerzo deliberado y nada fácil.
La realidad de la vida cotidiana abarca los dos tipos de sectores, en tanto lo que parece un
problema no corresponda a una realidad completamente distinta. En tanto las rutinas de la
vida cotidiana prosigan sin interrupción, serán aprehendidas como no problemáticas.
No obstante, habré de encararlo como problema, antes que reintegrarlo sencillamente dentro
del sector no problemático de la vida cotidiana.
Todas las zonas limitadas de significado se caracterizan por desviar la atención de la realidad
de la vida cotidiana. Si bien existen desplazamientos de la atención dentro de la vida cotidiana,
el desplazamiento hacia una zona limitada de significado es de índole mucho más extrema. Se
produce un cambio radical en la tensión de la conciencia.
La misma estructura temporal es coercitiva. No puedo invertir a voluntad las secuencias que se
imponen.
Mí aquí y ahora y el suyo gravitan continuamente uno sobre otro, en tanto dure la situación
cara a cara. El resultado es un intercambio continuo entre mi expresividad y la suya.
Sin embargo, ninguna otra forma de relación puede reproducir la abundancia de síntomas de
subjetividad que se dan en la situación cara a cara.
En la situación cara a cara el otro es completamente real. Esta realidad es parte de la realidad
total de la vida cotidiana y, en cuanto tal, masiva e imperiosa.
El otro sí se me presenta directamente en la situación cara a cara. Por lo tanto, lo que él es, se
halla continuamente a mi alcance. Esta disponibilidad es continua y pre reflexiva.
Las relaciones con otros en la situación cara a cara son sumamente flexibles.
La pauta no puede sustentar la evidencia masiva de la subjetividad del otro que se me ofrece
en la situación cara a cara.
Yo aprehendo al otro por medio de esquemas tipificadores aún en la situación cara a cara, si
bien estos esquemas son más vulnerables a su interferencia que otras formas más remotas de
interacción.
La realidad de la vida cotidiana contiene esquemas tipificadores en cuyos términos los otros
son aprehendidos y tratados en encuentros cara a cara.
Los esquemas tipificadores que intervienen en situaciones cara a cara son recíprocos.
Las tipificaciones del otro son tan susceptibles a mi interferencia como lo eran las mías a la
suya. En otras palabras, los dos esquemas tipificadores entran en negociación continua cuando
se trata de una situación cara a cara.
Un aspecto importante de mi experiencia de los otros en la vida cotidiana es, por consiguiente,
qué tal experiencia sea directa o indirecta.
En las situaciones cara a cara tengo evidencia directa de mis semejantes de sus actos, de sus
atributos, etc. No ocurre lo mismo con mis contemporáneos: de ellos tengo un conocimiento
más o menos fidedigno.
La realidad de la vida cotidiana no sólo está llena de objetivaciones, sino que es posible
únicamente por ellas. Estoy rodeado todo el tiempo de objetos que proclaman las intenciones
subjetivas de mis semejantes, aunque a veces resulta difícil saber con seguridad que
proclaman tal o cual objeto en particular.
Un caso especial de objetivación, pero que tiene importancia crucial es la significación, o sea,
la producción humana de signos. Un signo puede distinguirse de otras objetivaciones por su
intención explícita de servir como indicio de significados subjetivos.
Los signos y los sistemas de signos son objetivaciones en el sentido de que son accesibles
objetivamente más allá de la expresión de intenciones subjetivas aquí y ahora.
Por lo tanto, la comprensión del lenguaje es esencial para cualquier comprensión de la realidad
de la vida cotidiana.
El lenguaje se origina en la situación cara a cara, pero puede separarse de ella fácilmente.
En la situación cara a cara el lenguaje posee una cualidad inherente de reciprocidad que lo
distingue de cualquier otro sistema de signos. La continua producción de signos vocales en la
conversación puede sincronizarse sensiblemente con las continuas intenciones subjetivas de
los que conversan.
El lenguaje hace más real mi subjetividad no sólo para mi interlocutor, sino también para mí
mismo. Esta capacidad que tiene el lenguaje de cristalizar y estabilizar para mí mi propia
subjetividad persiste cuando el lenguaje se separa de la situación cara a cara.
Por medio del lenguaje puedo trascender el espacio que separa mi zona manipulatoria de la
del otro; puedo sincronizar mi secuencia de tiempo biográfico con la suya, y dialogar con él
sobre individuos y colectividades con los que de momento no estamos en interacción cara a
cara. Como resultado de estas trascendencias, el lenguaje es capaz de hacer presente una
diversidad de objetos que se hallan ausentes del aquí y ahora.
Mi interacción con nosotros en la vida cotidiana resulta afectada constantemente por nuestra
participación común en ese acopio social de conocimiento que está a nuestro alcance.
El cúmulo social de conocimiento me proporciona los esquemas tipifica dores requeridos para
las rutinas importantes de la vida cotidiana, no sólo las tipificaciones de otros que se
mencionaron anteriormente sí notificaciones de toda clase de hechos y experiencias, tanto
sociales como naturales.
La distribución social del conocimiento arranca del simple hecho de que no sé todo lo que
saben mis semejantes y viceversa y culmina en sistemas de idoneidad sumamente complejos y
esotéricos.
MÓDULO IV
GIDDENS – LA ESTRUCTURA DE CLASES EN LAS SOCIEDADES MODERNAS
La estructura de clases en las sociedades avanzadas
Introducción:
Dos grupos de factores, relacionados entre sí, se encuentran implicados en la misma. Uno
consiste en los acontecimientos que han roto el modelo de la “política de consenso” en las
sociedades capitalistas
El segundo factor es la evidente pobreza de las formas teóricas dominantes en la sociología para
explicar estos acontecimientos.
Para apartarse de las premisas implícitas en el funcionalismo estructural, pero cada una de ellas
tiene también relación con el pensamiento marxista. La primera busca sustituir o complementar
el funcionalismo estructural con la teoría del conflicto.
Según este punto de vista, los textos de Parsons proporcionan una explicación poco satisfactoria
de los orígenes del orden social, porque no conceden importancia a los enfrentamientos de
intereses producidos por las divisiones sectoriales dentro de la sociedad global.
Tercera reacción ante los actuales problemas de la sociología, que encuentra la solución en una
aplicación narcisista de la sociología del conocimiento. Al igual que el intento de construir una
“sociología radical”, representa una protesta contra el supuesto de que la teoría social y la
investigación sociológica son “neutrales” en relación con los fenómenos sociales que pretenden
interpretar o explicar.
Si esto es cierto, simplemente abandonamos los problemas que han construido siempre los
principales estímulos de la imaginación sociológica.
Se pueden distinguir dos teorías sobre las fases principales de la evolución del pensamiento
social en el siglo XIX y a principios del XX, una asociada a la sociología académica, la otra al
marxismo. El punto de vista más ampliamente adoptado por la primera es el expuesto.
La gran divisoria del pensamiento social, de acuerdo con esta concepción, se encuentra en las
obras de aquellos autores cuyas ideas más características fueron elaboradas en el período
comprendido entre 1890 y 1920. Los que adoptaron este punto de vista han ignorado los
acontecimientos políticos y sociales que formaban el entorno en el que autores como Durkheim
y Weber elaboraron sus aportaciones a la sociología.
La interpretación marxista ortodoxa: según este punto de vista, el cause que separa la ideología
y la filosofía de la ciencia en la comprensión por parte del hombre de su sociedad se encuentra
en la obra de Marx.
La creación de una teoría general abstracta es considerada, entonces, como el objetivo básico
que debe alcanzar la sociología. Se admite un lugar para el estudio del desarrollo, este consiste
en examinar los procesos por los que una sociedad dada pasa de un tipo a otro. Y este es el
significado que el desarrollo tiene ahora en el discurso sociológico (analiza cómo una sociedad
pasa de pre-industrial a industrial).
Las corrientes dominantes dentro de la sociología académica y del pensamiento social marxista
han actuado tanto unas como otras para impedir cualquier progreso significativo en nuestra
comprensión de los problemas. Si la sociología se encuentra en un período de transición se debe
a que la principal orientación de la teoría social durante las tres últimas décadas no nos ha
proporcionado los medios adecuados para emprender el análisis de estos problemas.
Los EEUU como la sociedad tecnológica más sofisticada en el mundo de hoy, representan el
modelo hacia el que se dirigen las otras sociedades.
Pero esto, en realidad, es negar que la burguesía sea una clase media en el sentido de una clase
que se interpone entre otras dos en un sistema único de clases. La otra forma de enfrentarse
con la dificultad en la teoría de Marx es considerar como clase lo que, en realidad, únicamente
es un segmento de clase (ambas críticas al marxismo).
Los diversos planos de las dos formulaciones weberianas del concepto de clase no quedan
siempre definitivamente resueltos (crítica al concepto de clases de Weber).
La propiedad se refiere a derechos que están relacionados con ellos, y que a su vez confieren
ciertas capacidades al propietario.
En la estructura de mercado del capitalismo competitivo, todos los que participan en el proceso
de intercambio están en un cierto sentido en conflicto con los demás para acceder a los escasos
beneficios.
Hemos aludido ya, al referirnos a Weber, a la dificultad de identificar clase con capacidad común
de mercado. Aun cuando el concepto de Weber de situación de mercado logra evitar con éxito
alguna de las rigideces del esquema marxiano, tiende a implicar el reconocimiento de una
engorrosa pluralidad de clases. Se diría que existen tantas clases, y tantos conflictos de clases,
como diferentes posiciones de mercado. El problema, sin embargo, no estriba en reconocer la
diversidad de las relaciones y conflictos creados por el mercado capitalista como tal, sino en
llevar a cabo la transición teórica de dichas relaciones y conflictos a la identificación de las clases
como formas estructurales (identificar clases como formas estructurales).
Muchos han aducido que, dada la dificultad o imposibilidad de establecer las fronteras entre las
clases con un cierto grado de claridad, debemos abandonar la noción de clase como concepto
útil desde un punto de vista sociológico.
Al defender la necesidad de conceptualizar la estructuración de las relaciones de clase no deseo
en absoluto cuestionar la legitimidad de esta visión, sino más bien llamar la atención sobre los
modos en que las relaciones económicas se transforman en estructuras sociales no económicas.
Primero, no es una entidad específica y no posee una identidad sancionada públicamente. Del
mismo modo quizá sea erróneo hablar de afiliación a una clase, puesto que esto puede implicar
la participación en un grupo definido.
En segundo lugar, la clase ha de distinguirse del estrato y la teoría de las clases del estudio de la
estratificación.
Las divisiones entre clases no son nunca de este tipo: ni tampoco se prestan a una fácil
visualización en términos de cualquier escala ordinal de más alto y más bajo, como sucede con
los estratos. Finalmente debemos distinguir claramente entre clase y élite.
En cuanto mayor sea el grado de cierre de las posibilidades de movilidad, mayores son las
facilidades para la formación de clases identificables.
Factores localizados que condicionan o moldean la formación de la clase: existen tres fuentes
relacionadas de estructuración inmediata de las relaciones de clase: la división del trabajo
dentro de la empresa productiva; las relaciones de autoridad dentro de la empresa; y la
influencia de lo que llamará “grupos distributivos”
Marx solía utilizar la noción de “división del trabajo” en un sentido muy amplio para referirse
tanto a las relaciones de mercado como al lugar que ocupaban las tareas ocupacionales dentro
de la organización productiva
La división del trabajo puede ser la base de la fragmentación así como de la consolidación de las
relaciones de clase. Facilita la formación de clases hasta el punto de que crea grupos
homogéneos que se agrupan de modo análogo a aquellos que alienta la estructuración mediata.
La influencia más significativa sobre la estructuración inmediata en la división del trabajo es
indudablemente la de la técnica. El efecto de la técnica industrial es crear una separación
decisiva entre las condiciones de trabajo de los trabajadores manuales y la de los no manuales.
Este efecto de la división del trabajo se traslapa así estrechamente con la influencia de la
estructuración inmediata de las relaciones de clase a través de la distribución desigual de las
posibilidades de movilidad.
La tercera fuente de estructuración inmediata de las relaciones de clase nace en la Feria del
consumo. Las formas de consumo como una influencia de gran peso sobre la estructuración de
clase
Las naciones de Weber de status y grupos de status, como he señalado antes, confunden dos
elementos distintos la formación de grupos de consumo por una parte y la formación de tipos
de diferenciación social que se basan en alguna especie de valor no económico que proporciona
una escala de honor prestigio por otra si bien las dos pueden coincidir a menudo no tienen por
qué hacerlo de una forma necesaria y merece la pena distinguirlas terminológicamente.
Así llamaré grupos y distributivos aquellas relaciones que entrañan formas comunes en el
consumo de bienes económicos. El status se refiere a la existencia de semejantes evaluaciones
y un grupo de status es, entonces, cualquier conjunto de las relaciones sociales que deriva su
coherencia de la aplicación de estas
Los grupos distributivos más significativos son en este sentido aquellos formados a través de la
tendencia hacia la segregación por comunidades o barrios. Semejante tendencia no se basa,
generalmente, solo en las diferencias de ingreso sino también en factores tales como el acceso
a hipotecas sobre la vivienda, etcétera.
Pero el modo en que esos elementos se fusionan para formar un sistema de clases específico en
una sociedad nada difiere significativamente según las variaciones en el desarrollo económico y
político.
El problema de la existencia de diferentes fronteras de clase por tanto no es algo que pueda
definirse en abstracto: uno de los objetivos específicos del análisis de clase en relación con las
sociedades empíricas debe ser necesariamente al determinar en cualquier caso dado cuán
fuertemente establecido hasta “el principio de clase” como de estructuración. Más aún el
funcionamiento del “principio de clase” puede implicar Asimismo la creación de formas de
estructuración dentro de las principales de divisiones de clase un ejemplo de ello es lo que Marx
denomina la pequeña burguesía en función del análisis precedente es bastante fácil ver por qué
la posesión de una pequeña propiedad de los medios de producción puede llegar a diferenciarse
tanto de la clase alta como de la nueva clase media.
Si sucede que las posibilidades de movilidad, ya sean intergeneracionales o intergeneracionales,
desde una pequeña a una gran posesión de propiedades son escasas, esto probablemente
mantendrá ese lado al pequeño propietario de los miembros de la clase tan alta como tal pero
el hecho de que goce de un control directivo en una empresa por pequeña que sea sirve para
distinguirle de los que forman parte de una jerarquía de autoridad en una organización más
grande. Por otra parte los ingresos y los otros beneficios económicos de la pequeña burguesía
son bastante similares a los del trabajador de cuello blanco y, por tanto, pueden pertenecer a
grupos distributivos similares
Se puede establecer aquí una distinción inicial entre “reconocimiento de clase” y “conciencia de
clase”. Podemos decir que en tanto que la clase es un fenómeno estructurado existirá la
tendencia a un reconocimiento común y aceptar unas actitudes y creencias similares, ligadas a
un estilo de vida común entre los miembros de la clase. El “reconocimiento de clase”, en el
sentido en que se emplea el término aquí, no implica una aceptación de que esas actitudes y
creencias significa en una filiación particular de una clase o de que existan otras clases
caracterizada por actitudes creencias y estilos de vida diferentes; la conciencia de clase por el
contrario tal y como empleo está noción implica ambas.
Si bien cabe acordarse, no obstante, que las bases de la formación de las clases y de los grupos
de status son diferentes, aun así la tendencia a la estructuración de clases puede recibir un
considerable impulso siempre que la clase coincida con el criterio de pertenencia a un grupo de
status -en otras palabras donde la estructuración derivada de la organización económica que se
traslapa, o, en términos de Dahrendorf se super-impone, sobre la que se deriva de categorizar
categorizaciones valorativas basadas en diferencias étnicas y culturales. Cuando esto es así la
misma afiliación a un grupo de status se convierte en una forma de capacidad de mercado.
Donde las diferencias étnicas sirven como una capacidad de mercado descalificadora, de forma
que los pertenecientes a la categoría en cuestión se encuentran principalmente dedicados a las
preocupaciones peor paradas o entre los desempleos o semi empleados crónicos, podemos
hablar de la existencia de una infra clase
Se puede decir que, mientras que la estructuración de clases presupone la existencia del
reconocimiento de clase, la existencia de la conciencia de clase es problemática.
La relación con el primer nivel de conciencia de clase se puede expresar empleando un término
socrático como una relación mayéutica; en otras palabras, es fundamentalmente un proceso de
desarrollo y clarificación de ideas que están latentes en la en las percepciones de la identidad
de clase y de diferenciación de clase.
Marx no hace ninguna discriminación entre conciencia de clase como percepción de un conflicto
de intereses y lo que designa el autor como tercer nivel de conciencia -a saber, conciencia de
clase revolucionaria-. En contraposición a la conciencia del conflicto, éste implica un
reconocimiento de la posibilidad de una reorganización total en la mediación institucional del
poder y la creencia de que semejante a reorganización puede ser relevada a cabo a través de
una acción de clase
El autor utiliza la expresión conflicto de clases para referirse a una oposición de intereses de
clase: la conciencia de conflicto implica el reconocimiento de semejante oposición de intereses.
El término contradicción, sin embargo, lo empleará para designar una discrepancia entre un
modo existente y un modo inmanente de control industrial. Por control industrial entiende la
mediación del control dentro de la empresa en cualquier nivel específico de la estructura de
autoridad.
Asimismo, se propone exponer la tesis de que la conciencia del conflicto tiende a convertirse en
conciencia revolucionaria sólo cuando el conflicto de clases se origina en la contradicción
Se puede decir que se refiere a todo aquello que favorece la visibilidad o transparencia de la
estructura de clases.
La visibilidad se acentúa normalmente cuando existe una conciencia de clase y criterio del grupo
de status, especialmente donde este último implica una diferenciación étnica. La conciencia de
conflicto por supuesto no es no necesita ser recíproca.
En los sindicatos y en los partidos políticos, la conciencia de conflicto puede clasificarse y ser
más precisa de lo que normalmente es la conciencia de clase más difusa del trabajador de base.
Estos órganos se encuentran entonces en una posición desde la que pueden a su vez influir e
intentar dirigir la conciencia de clase de las masas.
El pensamiento funcionalista miró sobre toda la biología como aquella ciencia que ofrecía el
modelo más afín y compatible con la ciencia social. El pensamiento estructuralista se ha
manifestado hostil al evolucionismo y exento de analogías biológicas.
Tanto estructuralismo como funcionalismo insisten con vigor en la preeminencia del todo social
sobre sus partes individuales.
Una de mis principales ambiciones es poner fin a esas dos ambiciones imperiales. El dominio
primario del estudio de las Ciencias Sociales, para la teoría de la estructuración, son las prácticas
sociales ordenadas en un espacio y un tiempo.
Reflexividad no se debe entender como mera autoconciencia sino como el carácter registrado
del fluir corriente de una vida social.
Un ser humano es un agente intencional cuyas actividades obedecen a razones que es capaz, si
se lo pregunta, de abundar discursivamente sobre esas razones.
Conviene pensar la reflexividad fundada en el registro continuo de una acción tal como los seres
humanos lo muestran y esperan que otros lo muestren.
Lo que denomino modelo de estratificación del propio ser actuante lleva a tratar el registro
reflexivo, la racionalización y la motivación de la acción como conjuntos de procesos
inmanentes.
La racionalización de una acción es la base principal sobre la cual otros evalúan la competencia
generalizada de unos actores.
La línea que separa conciencia discursiva y conciencia práctica es fluctuante y permeable, tanto
en la experiencia del agente individual como por referencia a comparaciones entre actores en
diferentes contextos de actividad social.
Lo inconsciente incluye aquellas formas de cognición y de impulso que o bien están enteramente
reprimidas de la conciencia o bien aparecen en ésta sólo bajo una forma distorsionada.
El registro reflexivo de la actividad es un rasgo permanente de una acción cotidiana, que toma
en cuenta la conducta del individuo, pero también la de otros.
Por racionalización de la acción entiendo que los actores tienen una comprensión teórica
continua sobre los fundamentos de su actividad.
Pero agentes competentes se esperan de otros que, si son actores, sean por lo común capaces
de explicar, si se les pide, casi todo lo que hacen.
Sí razones denotan los fundamentos de la acción, motivos denotan los deseos que la mueven.
Motivación denota más un potencial de acción que el modo en que la gente lleva adelante una
acción inveteradamente.
Los actores competentes casi siempre pueden ofrecer un informe discursivo sobre las
intenciones y las razones de su actuar y no necesariamente podrán aducirlo sobre sus motivos,
Entre conciencia discursiva y práctica no hay separación; existen sólo las diferencias entre lo que
se puede decir y lo que en general simplemente se hace. No obstante, hay barreras, centradas
sobre todo en una represión, entre conciencia discursiva y lo inconsciente.
Obrar concierne a sucesos de los que un individuo es el autor, en el sentido de que el individuo
pudo, en cada fase de una secuencia dada de conducta, haber actuado diferente.
El efecto de composición es un resultado de una sumación de actos, cada uno de los cuales se
lleva a cabo intencionalmente. Pero el resultado final no fue buscado ni deseado por nadie.
Defino el entender intencional como lo propio de un acto del que su autor sabe, o cree, que
tendrá una particular cualidad y resultado, y en el que ese saber es utilizado por el autor del acto
para alcanzar esa cualidad o ese resultado.
En el individuo, deseos que son constitutivos de los impulsos motivacionales del actor generan
una relación dinámica entre motivación e intencionalidad.
Obrar y poder
Ser capaz de obrar de otro modo significa ser capaz de intervenir en el mundo, odia abstenerse
de esa intervención, con la consecuencia de influir sobre un proceso o un estado de cosas
específicos. Esto presupone que ser un agente es ser capaz de desplegar un espectro de poderes
causales, incluido el poder de influir sobre el desplegado por otros. Una acción nace de la actitud
del individuo para producir una diferencia en un estado de cosas o curso de sucesos
preexistentes.
Carecer de opción no significa que la acción haya sido reemplazada por una reacción.
Podemos decir qué acción implica lógicamente poder en el sentido de aptitud transformadora.
En esta aceptación de poder, el poder es lógicamente anterior a la subjetividad, a la Constitución
del registro reflexivo de la conducta.
Podemos expresarla dualidad de estructura en relaciones de poder del siguiente modo: recursos
son propiedades estructurales de sistemas sociales, qué agentes entendidos utilizan y
reproducen en el curso de una interacción. El poder mismo no es un recurso. Recursos son
medios a través de los cuales se ejerce poder.
Estructura, estructuración
Una de las principales tesis de la teoría de la estructuración es que las reglas y los recursos que
se aplican a la producción y reproducción de una acción social son, al mismo tiempo, los medios
para la reproducción sistémica.
Los tipos de reglas más significativos para la teoría social se alojan en la reproducción de
prácticas institucionalizadas, o sea, prácticas sedimentadas a la mayor profundidad en un
espacio tiempo.
Las principales características de reglas que interesan a cuestiones generales de análisis social
son:
Intensivas Superficiales
Tácitas Discursivas
Informales Formalizadas
Por reglas que son de naturaleza intensiva entiendo fórmulas que se invocan constantemente
en el curso de actividades cotidianas, que entran en la articulación de buena parte de la textura
de la vida cotidiana.
Los aspectos más importantes de estructura son reglas y recursos envueltos recursivamente en
instituciones. Instituciones por definición son los rasgos más duraderos de una vida social.
La dualidad de estructura
Estructura como conjunto de reglas y de recursos organizados de manera recursiva, está fuera
del tiempo y del espacio, salvo en sus actualizaciones y en su coordinación como huellas
mnémicas, y se caracteriza por una ausencia del sujeto. Los sistemas sociales en los que está
recursivamente implícita una estructura, por el contrario, incluso en las actividades situadas de
agentes humanos, reproducidas por un tiempo y un espacio. Analizar la estructuración de
sistemas sociales significa estudiar los modos en que esos sistemas, fundados en las actividades
inteligentes de actores situados que aplican reglas y recursos en la diversidad de contextos de
acción, son producidos y reproducidos en una interacción.
Los agentes humanos siempre saben lo que hacen en el nivel de una conciencia discursiva bajo
alguna definición.
Podemos discernir dos niveles en atención a los medios por los cuales ciertos elementos de
sistemidad se consuma en una interacción. Un nivel es el destacado en general en el
funcionalismo, donde la interdependencia se concibe como un proceso homeostático afín a
mecanismos de autorregulación que operan en el interior de un organismo.
Integración social significa sistemidad en el nivel de una interacción cara a cara. Integración
sistémica denota conexiones con quienes están físicamente ausentes en espacio y tiempo.
Formas de institución
Actores humanos no sólo son capaces de registrar sus actividades y las de otros en la regularidad
de una conducta cotidiana pueden también registrar ese registro en una conciencia discursiva.
Ser responsable de las propias actividades es tanto explicar las razones de ellas como ofrecer los
argumentos normativos que las puedan justificar.
Estructura de significación tienen que ser aprehendidas en todos los casos en conexión con
dominación y legitimación.
Yo veo los símbolos una dimensión esencial de la conglomeración de instituciones. Los símbolos
coagulan los excedentes de significados implícitos en el carácter polivalente de los signos.
Una dominación nace de movilizar dos tipos discernibles de recursos. Recursos de asignación
denotan actitudes que generan mando sobre objetos, bienes o fenómenos materiales. Recursos
de autoridad denotan tipos de actitud transformativa que generan mando sobre personas o
actores.
La esfera de lo económico está dada por el rol intrínsecamente constitutivo de los recursos de
asignación en la estructuración de totalidades societarias.
La vida cotidiana tiene una duración, un fluir, pero no conducen una dirección.
El hecho de que hablemos del ciclo de vida implica que existen elementos de repetición también
aquí. Pero el ciclo de vida es un concepto que pertenece a la sucesión de generaciones y a la
tercera dimensión de la temporalidad que indicamos en el esquema.
Dimensión de la temporalidad:
El tiempo reversible de las instituciones es tanto la condición como el resultado de las prácticas
organizadas en la continuidad de una vida diaria, la principal forma sustantiva de la dualidad de
estructura.
El cuerpo es el lugar del propio ser activo, pero el propio ser no es desde luego una mera
extensión de las características físicas del organismo que es su portador. Teorizar sobre el propio
ser lleva a formular una concepción de la motivación y a relacionar la motivación con los nexos
entre cualidades inconscientes y conscientes del agente. El propio ser no puede ser entendido
fuera de la historia, donde historia significa la temporalidad de prácticas humanas, expresada
en la interpolación mutua de las tres dimensiones distinguidas.
Totalidades societarias se descubren sólo dentro del contexto de sistemas Inter societarios
distribuidos a lo largo de bordes espacio temporales. Todas las sociedades son sistemas sociales,
pero todas, al mismo tiempo, están constituidas por la intersección de múltiples sistemas
sociales.
Sociedades son sistemas sociales que resaltan en bajorrelieve desde un fondo de un espectro
de otras relaciones sistémicas en las que están insertas. Ellas resaltan porque principios
estructurales definidos concurren a producir un conglomerado de instituciones global
especificable por un tiempo y un espacio. Ese conglomerado es el rasgo identificatorio primero
y fundamental de una sociedad.
Mientras mayor sea el distanciamiento espacio temporal de sistemas sociales, más resistentes
serán a su manipulación o cambio por parte de un agente individual. Este significado de
constreñimiento también va aparejado con una habilitación. Un distanciamiento espacio
temporal clausura ciertas posibilidades de experiencia humana al mismo tiempo que abre otras.
El poder nunca es un mero constreñimiento, sino que está en el origen mismo de las capacidades
de los agentes para producir resultados intencionales de una acción.
Cada una de las diversas formas de constreñimiento es, de manera distinta, una forma de
habilitación. Ellas contribuyen a abrir ciertas posibilidades de acción al mismo tiempo que
restringen o deniegan otras.
La teoría de la estructuración establece que una estructura se urden la misma libertad de acción
que en las diversas formas de sociología estructural aparece como una categoría residual e
inexplicada.
Constreñimiento cuando nos referimos a los aspectos restrictivos del cuerpo y su localización en
contextos del mundo material denota aquí límites que las aptitudes físicas del cuerpo humano,
más rasgos importantes del ambiente físico, imponen a las opciones practicables abiertas a los
agentes.
El poder como fuente de constreñimiento muy claramente habilita pero también constriñe. Los
aspectos constrictivos del poder son experimentados como sanciones de varias clases.
Donde la amenaza que una sanción pronuncia no sea tan letal, el acatamiento acasos dependerá
más de mecanismos de conciencia que del miedo a sanción alguna.
Constreñimiento material: constreñimiento derivado del carácter del mundo material y de las
cualidades físicas del cuerpo.
Sanción: constreñimiento derivado de respuestas punitivas por parte de algunos agentes hacia
otros.
Constreñimiento y reificación:
Reificación posee tres aceptaciones características. Una es una aceptación animista, en que
relaciones sociales resultan atribuidas con características personificadas.
En otra aceptación el término reificación se usa para denotar circunstancias en que fenómenos
sociales son dotados de propiedades cosificadas que ellos en realidad no tienen.
Por último, ratificación se emplea a veces para designar características de teorías sociales que
confunden conceptos con objetos que ellos denotan por la circunstancia de que atribuyen
propiedades a esos conceptos.
Conviene ver los referidos a formas de discursos que consideran objetivamente dadas esas
propiedades tal y como si fueran fenómenos naturales. O sea, un discurso rey ficado denota la
factibilidad con la que fenómenos sociales enfrentan actores individuales, con lo que se
desconoce que aquellos son en verdad producidos y reproducidos por un obrar humano.
El modo rey ficado se debe considerar una forma o estilo de discurso en que las propiedades de
sistemas sociales se miran como si se poseyeran la misma fijeza que se atribuye a las leyes de la
naturaleza.
El problema del orden en la teoría de la estructuración concierne al modo en que los sistemas
sociales logran ligar tiempo y espacio de suerte de consustanciar e integrar presencia y ausencia.
Principios estructurales se pueden comprender como los principios de organización que dan
lugar a formas discernible mente conscientes de distanciamiento espacio temporal sobre la base
de precisos mecanismos de integración societaria.
La sociedad dividida en clases se caracteriza por cierta descoordinación de las 4:00 esferas
institucionales distinguidas anteriormente (órdenes simbólicos o modos de discurso;
instituciones políticas; instituciones económicas; instituciones jurídicas). La vida política, con sus
funcionarios, está en cierta medida separada de los procedimientos de la actividad económica;
existen códigos formales de derecho y de castigo; y entran en escena modos de coordinación
simbólica, basados en textos escritos.
El capitalismo moderno es el primer tipo genuinamente global de organización societaria en la
historia.
El principio estructural específico de las sociedades de clase del capitalismo moderno se sitúa
en el desgajamiento, pero con interconexión, de instituciones estatales y económicas.
La vigilancia pasa a ser un mecanismo clave que promueve una ruptura entre integración
sistémica e integración social.
El creciente ascenso de las sociedades capitalistas occidentales, cuestionado sólo por las
sociedades socialistas de Estado en cuanto a su poder industrial y militar, ha destruido o corroído
implacablemente las sociedades tribales y divididas en clase, que quizás desaparecen para
siempre de la faz de la tierra.
En ambas aceptaciones, estructura es una categoría genérica implícita en cada uno de los
conceptos estructurales:
No existe un punto definido de separación entre los 3 niveles de abstracción que distinguimos
en el anterior esquema
Analizar de este modo la división del trabajo equivale a elucidar un eje de estructuración que
conecta la forma interna de la empresa con aspectos más generales de la totalidad societaria, al
mismo tiempo, que se indican contrastes con la división de trabajo en la sociedad.
Es preciso examinar todas las relaciones estructurales que acabamos de señalar como
condiciones de una reproducción sistémica.
Circuito de reproducción:
Todas las propiedades estructurales de sistemas sociales son el elemento y el resultado de las
actividades consumadas de manera contingente por actores situados.
Comprender las condiciones de una reproducción sistémica pasa a ser parte de aquellas
condiciones de reproducción sistémica como tales.
Por circuitos de reproducción entiendo itinerarios de procesos que hacen realimentación sobre
su fuente, sea o no sea esta realimentación registrada reflexivamente por agentes en posiciones
sociales específicas.
Contradicción
El concepto de contradicción estructural atañe a una caracterización específica del Estado. Salvo
en el caso de una sociedad tribal, el estado aparece como el foco de una contradicción
estructural primaria.
De los tres tipos de sociedad distinguidos, las sociedades tribales existen en la más estrecha
relación con la naturaleza.
En las sociedades tribales, los seres humanos viven en íntima proximidad bajo condiciones de
copresencia e inmersos en los ritmos de la naturaleza en su conducta cotidiana.
Si las sociedades tribales son culturas frías es porque esas instituciones se entreveran con la
naturaleza de una manera inmediata y general. Una contradicción existencial se expresa
directamente en esas instituciones, en virtud del papel decisivo del parentesco y la tradición.
La emergencia de sociedades de base estatal altera además el alcance y al ritmo de una historia
porque estimula contradicciones secundarias.
Una organización social humana deja de tener simetría con la naturaleza; la naturaleza pasa a
ser un medio para expandir la producción. La eliminación de cuestiones y problemas
existenciales no es ni puede ser total. Al contrario, estos son fundamentales para las
contradicciones estructurales introducidas por el capitalismo y son parte de lo que les confiere
su potencial especialmente explosivo.
Una contradicción secundaria en el nuevo orden global introducido por el advenimiento del
capitalismo moderno se concentra en la tensión entre la internacionalización del capital y la
consolidación interna de los Estados nacionales.
Por conflicto entiendo una lucha real entre actores o grupos, no importa el modo en que se lleve
adelante ni las fuentes desde donde se movilice.
La emergencia de una contradicción estructural enciende procesos de cambio social. Pero sólo
con el desarrollo del capitalismo moderno cuando esos procesos se ponen al rojo blanco.
Hacer la historia
Distinguiré dos tipos principales de colectividad según la forma de las relaciones que intervienen
en su reproducción.
La época moderna dominada por el ascenso del capitalismo en Occidente en un angosto periodo
de unos pocos siglos se señala por la prevalencia de una historicidad, una conciencia del
movimiento progresivo de la sociedad, configurado por esa misma conciencia.
El objetivismo constituye el mundo social como un espectáculo ofrecido el cuál adopta "un
punto de vista" s/ la acción + al importar al objeto de los principios de su relación con el
objeto, hace como si estuviera destinado al conocimiento/como si todas las interacciones se
redujeran en ello a intercambios simbólicos
↓
este punto de vista es el que se adopta a partir de las posiciones elevadas de la estructura
social desde las cuales el mundo social se da como una representación + desde las cuales las
prácticas son papeles teatrales/ejecuciones de partituras/aplicaciones de planes: la teoría de la
práctica recuerda que los objetos de conocimiento son CONSTRUIDOS + el principio de dicha
construcción es el SISTEMA DE LAS DISPOSICIONES ESTRUCTURADAS/ESTRUCTURANTES QUE
SE CONSTITUYE EN LA PRÁCTICA + ESTÁ ORIENTADO HACIA FUNCIONES PRÁCTICAS (contra el
idealismo intelectualista) → es posible abandonar el punto de vista a partir del cual el
idealismo objetivista ordena el mundo sin verse obligado a concederle un aspecto activo de la
captación del mundo al reducir el conocimiento a un registro: basta para ello con situarse en la
relación práctica con el mundo (presencia preocupada/activa en el mundo por la cual el
mundo impone su presencia)
↓
SE TRATA DE ESCAPAR AL REALISMO DE LA ESTRUCTURA AL QUE EL OBJETIVISMO (momento
necesario de la ruptura c/ la experiencia 1°era/construcción de las relaciones objetivas)
CONDUCE CUANDO HACE HIPÓSTASIS DE SUS RELACIONES AL TRATARLAS COMO REALIDADES
YA CONSTITUIDAS POR FUERA DE LA HISTORIA DEL INDIVIDUO/DEL GRUPO (sin recaer en el
subjetivismo, incapaz de dar cuenta de la necesidad del mundo social) → ES NECESARIO
RETORNAR A LA PRÁCTICA (dialéctica del opus operatum-modus operandi de los productos
objetivados/incorporados de la práctica histórica, de las estructuras/habitus).
Si no se excluye que las respuestas del habitus se acompañan de un cálculo estratégico que
tiende a cumplir en la modalidad consciente la operación que el habitus lleva a cabo de otra
manera (una estimación de las oportunidades que suponen la transformación del efecto
pasado en objetivo que se da por descontado), entonces no deja de ser cierto que ellas se
definen (fuera del cálculo) con relación a potencialidades objetivas, inscriptas de manera
inmediata en el presente, cosas por hacer/no hacer-por decir/no decir, en relación con un
porvenir probable que se propone con una urgencia + una pretensión de existir que excluye
la deliberación.
Al escapar a la alternativa de las fuerzas inscriptas en el estado anterior del sistema (exterior
de los cuerpos/fuerzas interiores) las disposiciones interiores (interiorización de la
exterioridad) permiten a las fuerzas exteriores ejercerse según la lógica de los organismos en
los cuales están incorporadas, o sea de manera duradera/sistemáticamente/no mecánica: en
este sistema adquirido de esquemas generadores, el habitus hace posible la producción libre de
todos los pensamientos/todas las percepciones/todas las acciones inscritas en los límites
inherentes a las condiciones particulares de su producción → a través de él, la estructura de la
que es el producto, gobierna la práctica a través de las coerciones/límites asignados a sus
invenciones.
Puesto que el habitus es una capacidad infinita de engendrar, con total libertad
(controlada), unos productos/pensamientos/percepciones/expresiones/acciones que
siempre tienen como límite las condiciones histórica-socialmente situadas de su
producción, la libertad condicionada/condicional que él asegura está alejada de:
• una creación de novedad imprevisible
• una simple reproducción mecánica de los condicionamientos iniciales
Es engañosa la ilusión retrospectiva que hace aparecer el conjunto de las huellas de una vida
como si fueran las obras de un artista/acontecimientos de una biografía/realización de una
esencia que les era preexistente:
Si la génesis del sistema de las obras/las prácticas engendradas por el mismo habitus no puede
describirse NI como desarrollo autónomo de una esencia única/siempre idéntica a sí misma NI
como continua creación de novedad, es porque:
A la visión dualista que sólo quiere conocer el acto de conciencia transparente a sí mismo/la
cosa determinada como exterioridad, se le debe oponer la lógica real de la acción que hace
presentes 2 objetivaciones de la historia:
son 2 estados del capital, objetivado-incorporado, por los cuales se instaura una distancia con
respecto a la necesidad/sus urgencias
↓
esta lógica puede verse como una forma paradigmática en la dialéctica de las disposiciones
expresivas/los medios de expresión instituidos: el virtuoso descubre en su discurso los
disparadores de su discurso, siendo este producido de acuerdo con un modus operandi que no
es dominado conscientemente, el discurso encierra una "intención objetiva" que sobrepasa las
intenciones conscientes de su autor aparente + ofrece nuevos estímulos pertinentes al modus
operandi del que es producto/que funciona como un "autómata espiritual" →
• expresión individual/colectiva
• improvisada/programada
• experiencias semejantes/idénticas
La homogeneidad de los habitus observada en los límites de una clase de condiciones de
existencia/de condicionamientos sociales es lo que hace que las prácticas/obras sean
inmediatamente inteligibles/previsibles + percibidas como evidentes/dadas por sentado →
el habitus permite ahorrarse la intención en:
• la producción
• en el desciframiento de las prácticas/de las obras
Las practicas ordinarias se presta a una comprensión automática/impersonal ya que la
reposición de la intención objetiva que expresan no exige NI la reactivación de la intención
vivida de que las realiza, NI la transferencia intencional al prójimo, NI siquiera la
interrogación tácita/explícita sobre las intenciones de los otros.
La homogeneización objetiva de los habitus de grupo/de clase que resulta de la
homogeneidad de las condiciones de existencia es lo que hace que las prácticas puedan estar
objetivamente concordadas por fuera de todo cálculo estratégico/de toda referencia
consciente a una norma/mutuamente ajustadas en ausencia de toda interacción directa +
con mayor motivo de toda concertación explícita (siendo que la interacción debe su forma a
las estructuras objetivas que han producido las disposiciones de los agentes en interacción +
través de ellas les asignan sus posiciones relativas en la interacción/fuera de ella)
↓
esto puede hacerse de 3 maneras:
TODO esfuerzo de movilización que apunte a organizar una acción colectiva debe contar
con:
• la dialéctica de las disposiciones/de las ocasiones que se efectúa en c/agente
singular, ya sea movilizador/movilizado
• también con la orquestación objetiva que se establece e/disposiciones
objetivamente coordinadas (ordenadas de acuerdo con necesidades
parcial/totalmente idénticas)
Es peligroso pensar la acción colectiva s/el modelo de la acción individual ignorando todo
lo que ella le debe a la lógica autónoma de las instituciones de movilización (con su
historia propia, su organización específica, etc.) + a las situaciones (institucionalizadas o
no), en las que ella opera.
La sociología trata como idénticos a todos los individuos biológicos que, siendo el producto
de las mismas condiciones objetivas, están dotados de los mismos habitus: clase de
condiciones de existencia + condicionamientos idénticos/semejantes
↓
[EJEMPLO] la clase social (en sí) es una clase de individuos biológicos dotados del mismo
habitus, como sistema de disposiciones común a todos los productos de los mismos
condicionamientos. Si se excluye que todos los miembros de la misma clase (o incluso dos de
ellos) hayan tenido las mismas experiencias y en el mismo orden, es cierto que todo miembro
de la misma clase tiene más posibilidades que cualquier miembro de otra clase de encontrarse
frente a las situaciones más frecuentes para los miembros de aquella clase
El principio de las ≠ e/los habitus individuales reside en la singularidad de las trayectorias sociales, a
las cuales corresponden determinaciones cronológicamente ordenadas/irreductibles las unas a las
otras: el habitus que (en función de las estructuras producidas por las experiencias anteriores)
estructura en c/momento las experiencias nuevas que afectan a esas estructuras en los límites
definidos por su poder de selección, realiza una integración única, dominada por las 1°eras
A experiencias/estáticamente
través de la opción de quecomunes él operaae/lugares/acontecimientos/personas
los miembros de una misma clase → el peso susceptibles
particularde
deser
frecuentados, el primitivas
las experiencias habitus tiende
resultaadelponerse
hecho de a cubierto de lastiende
que el habitus crisis/cuestionamientos
a asegurar su propia críticos
asegurándose un medio
constancia/defensa contraal el
que está aadaptado
cambio través de → un universo
la selección que relativamente constante de
él opera e/informaciones
situaciones apropiadas
nuevas, rechazando las para reforzar sus
informaciones disposiciones
capaces ofreciendo
de cuestionar el mercado
la información más favorable
acumulada + a
favoreciendo
sus productos la exposición a dichas informaciones.
↓
una vez más es en la propiedad más paradójica del habitus (principio no elegido de todas las
opciones) donde reside la solución de la paradoja de la información necesaria para evitar la
información: los esquemas de percepción/apreciación del habitus que se hallan en el principio
de todas las estrategias de evitación son el producto de una evitación no consciente/no
buscada cuya responsabilidad incumbe a adultos modelados en las mismas condiciones.
Cuando aparecen como la realización de fines explícitos, las estrategias que permiten hacer
frente a situaciones imprevistas/incesantemente renovadas producidas por el habitus no son
determinadas por el futuro → si es que parecen orientadas por la anticipación de sus propias
consecuencias se debe a que, al tender a reproducir las estructuras objetivas de las cuales son
el producto, ellas son determinadas por las condiciones pasadas de la producción de su
principio de producción
↓
el habitus contiene la solución de las paradojas del sentido objetivo sin intención subjetiva: se
encuentra en el principio de esos encadenamientos que se organizan objetivamente como
estrategias sin ser el producto de una verdadera intención estratégica: si c/u de los momentos
de la secuencia de acciones ordenadas/orientadas que constituyen las estrategias objetivas
puede parecer determinados por la anticipación del porvenir (en particular la de sus propias
consecuencias) es porque las prácticas que el habitus engendra + son comandadas por las
condiciones pasadas de la producción de su principio generador están adaptadas de
antemano a las condiciones objetivas SIEMPRE Y CUANDO las condiciones en las que
funciona el habitus hayan permanecido idénticas/similares a las condiciones en las cuales
ese habitus se ha constituido, puesto que el ajuste a las condiciones objetivas
perfecta/inmediatamente logrado proporciona la más completa ilusión de la finalidad del
mecanismo autorregulado.
La presencia del pasado en esta falsa anticipación del porvenir que el habitus opera se
aprecian bien cuando:
Las disposiciones tienden a asegurar, por fuera de todo cálculo racional/toda estimación
consciente de las posibilidades de éxito, la correspondencia inmediata e/probabilidad a
priori/ex ante que se acuerda a un acontecimiento (con el acompañamiento de experiencias
subjetivas) - probabilidad a posteriori/o ex post que puede establecerse a partir de la
experiencia pasada.
Sólo en la experiencia imaginaria que neutraliza el sentido de las realidades sociales, el mundo
social reviste la forma de un universo de posibles igualmente posibles para todo sujeto posible:
los agentes se determinan con relación a índices concretos de lo accesible VS lo inaccesible.
Los derechos de retracto sobre el futuro que el derecho define + así como el monopolio de
ciertos posibles que él asegura son la forma garantizada de todo ese conjunto de
oportunidades apropiadas por las cuales las relaciones de fuerza presentes se proyectan s/el
porvenir, comandan en contrapartida las disposiciones presentes (en particular las
disposiciones con respecto al porvenir) → la relación práctica que un agente particular
mantiene con el porvenir + comanda su práctica presente se define en la relación e/:
• su habitus
• ciertas estructuras temporales/disposiciones con respecto al porvenir que se han
constituido en la duración de una relación particular e/un universo particular de
probables-un estado determinado de las probabilidades que el mundo social le
asigna objetivamente.
La relación con los posibles es una relación con los poderes + el sentido del provenir probable
se constituye en la relación prolongada con un mundo estructurado según la categoría de lo
posible/de lo imposible + de lo que es apropiado de antemano por otros/para otros + de
aquello a lo que uno está asignado de antemano.
1. hay que cuidarse de reducir las relaciones objetivas constitutivas del campo al
conjunto de las interacciones, en el sentido del interaccionismo, es decir, al conjunto
de estrategias que en realidad él determina
2. por otra parte, habrá que precisar lo que quiere decir "socialmente reconocido": el
grupo que otorga este reconocimiento tiende a reducirse al conjunto de los sabios
(competidores) a medida que se acrecientan los recursos científicos
acumulados/autonomía del campo.
PERO ESTO tiene SIEMPRE 2 caras + lo mismo ocurre con las estrategias que tienden a
asegurar la satisfacción de este interés.
Análisis falsos:
• uno que tratara de aislar una dimensión puramente "política" en los conflictos por la
dominación en el campo científico/su contraparte
• un análisis que considera determinaciones puras/puramente intelectuales de los
conflictos científicos
De la definición rigurosa del campo científico como “espacio objetivo de un juego donde se
encuentran comprometidas posiciones científicas” se deduce que es inútil distinguir:
[EJEMPLO] La distinción que hace Merton e/conflictos sociales - los conflictos intelectuales
constituye una estrategia social/intelectual que tiende a imponer una delimitación del
campo de los objetos legítimos de discusión.
Una auténtica ciencia de la ciencia se constituye a condición de rechazar radicalmente la
oposición abstracta e/análisis inmanente-interno, que incumbiría a a la epistemología +
restituiría la lógica según la cual la ciencia engendra sus propios problemas/un análisis externo,
que relaciona sus problemas con sus condiciones sociales de aparición
↓
es el campo científico el que, como lugar de una lucha política por la dominación científica,
asigna a c/investigador, en función de la posición que ocupa, sus problemas/sus
métodos/sus estrategias científicas que, puesto que se definen expresa/objetivamente por
referencia al sistema deposiciones políticas/científicas constitutivas del campo científico,
son, estrategias políticas. No hay elección científica e/una publicación rápida de resultados
parcialmente verificados-publicación tardía de resultados plenamente controlados (que no sea
una estrategia política de ubicación al menos objetivamente orientada hacia la maximización
del beneficio propiamente científico, es decir al reconocimiento susceptible de ser obtenido de
los pares-competidores)
El campo científico debe su especificidad al hecho de que los competidores no pueden darse
por satisfechos sólo por distinguirse de sus antecesores ya reconocidos, sino que se ven
obligados a incluir sus logros dentro de la construcción ≠ que los excede.
En la lucha en la cual c/u de los agentes debe comprometerse para imponer el valor de
sus productos/su propia autoridad como productor legítimo, está siempre presente el
desafío de imponer la definición de la ciencia más conveniente para sus intereses
específicos, es decir, la más adecuada para permitirle ocupar con legitimidad la posición
dominante, asegurando la posición más alta en la jerarquía de los valores científicos, de
las capacidades científicas que el agente detenta a título personal o institucional.
Las discusiones políticas s/derecho de propiedad científica, son también debates científicos
s/el sentido de lo que es descubierto + las discusiones epistemológicas sobre la naturaleza del
descubrimiento científico, oponen a través de esos protagonistas particulares, 2 principios de
jerarquización de las prácticas científicas:
La ciencia oficial no es lo que en general hace de ella la sociología de la ciencia: esta visión
durkhemniana del campo científico podría ser la transfiguración de la representación del
universo científico que a los detentadores del orden científico les conviene imponer +
imponerlo a sus competidores.
Justamente porque la definición de lo que está en juego forma parte de la lucha, aun
dentro de ciencias es que nos encontramos todo el tiempo con las antinomias de la
legitimidad.
Ni en el campo científico ni en el campo de las relaciones de clase existe instancia alguna que
legitime las instancias de legitimidad: las reivindicaciones de legitimidad obtienen su
legitimidad de la fuerza relativa de los grupos cuyos intereses expresan: en la medida en que la
definición misma de criterios de juicio/principios de jerarquización refleja la posición en una
lucha.
El concepto de visibilidad que emplean los autores americanos expresa el valor diferencial,
distintivo de la especie particular de capital social: acumular capital es hacerse un
nombre/un nombre propio conocido/reconocido, marca que distingue a su portador,
recortándolo como forma visible del fondo indiferenciado, en el cual todo se pierde.
El mercado de bienes científicos tiene sus leyes (no tienen nada que ver con la moral) → con
el riesgo de hacer entrar en la ciencia de la ciencia, bajo diversos nombres, aquello que los
agentes llaman “valores/tradiciones" de la "comunidad científica", hay que saber reconocer
como tales las estrategias que, en los universos en los cuales se tiene interés en el desinterés,
tienden a disimular las estrategias: las estrategias de 2°do orden, por las cuales se pone en
regla transfigurando la sumisión a las leyes (que es la condición de la satisfacción de los
intereses), en obediencia electiva a las normas, permiten acumular las satisfacciones del
interés bien entendido + los beneficios universalmente prometidos a las acciones que no
tienen otra determinación aparente que el respeto puro/desinteresado de las reglas.
• su importancia
• su naturaleza
• de la importancia de su capital actual-potencial de reconocimiento
• de su posición actual-potencial dentro del campo
El hecho de que el campo científico comporte una parte de arbitrariedad social en la medida
en que sirve a los intereses de los que, dentro/fuera del campo, están en condiciones de
percibir sus beneficios, no excluye que, bajo ciertas condiciones, la lógica del campo/la lucha
e/dominantes VS recién llegados + la censura cruzada que de ello resulta, no ejerza un desvío
sistemático de fines que hace torcer la persecución de intereses científicos privados en
beneficio del progreso de la ciencia.
El campo de discusión que diseñan la ortodoxia/heterodoxia se recorta s/el fondo del campo
de la doxa, conjunto de presupuestos que los antagonistas admiten porque éstos constituyen
la condición tácita de la discusión
En el espacio abstracto de la teoría, todo campo científico puede situarse en alguna parte
entre 2 límites representados:
1. por un lado por el campo religioso en el cual la verdad oficial es la imposición
legítima (arbitraria/desconocida) de una arbitrariedad cultural que expresa el
interés específico de los dominantes
2. por otro lado hay un campo científico en el cual todo elemento de arbitrariedad (o
impensado) social sería descartado + cuyos mecanismos sociales realizarían la
LA CUESTIÓN QUE SEnecesaria
imposición PLANTEA deES las
LA DEL GRADO
normas DE ARBITRARIEDAD
universales de la razón. SOCIAL DE LA CREENCIA
QUE PRODUCE EL FUNCIONAMIENTO DEL CAMPO + QUE ES CONDICIÓN DE SU
FUNCIONAMIENTO/GRADO DE AUTONOMÍA DEL CAMPO/CONDICIONES SOCIALES DE ESTA
AUTONOMÍA
↓
el principio de las ≠ e/campos científicos capaces de producir + satisfacer un interés científico +
mantener un proceso dialéctico interminable VS campos de producción de discursos eruditos
en los cuales el trabajo colectivo tiene el efecto/función de perpetuar un campo igual a sí
mismo, produciendo la creencia en el valor autónomo de los objetivos/objetos que produce,
TODO ESTE PRINCIPIO reside en la relación de dependencia por la apariencia de la
independencia respecto de las demandas externas: los doxósofos, sabios aparentes/de la
apariencia legitiman todo a condición de imponer la creencia de que falsa ciencia es
independiente de las demandas sociales que no satisface + afirma su rechazo a servirlas.
↓
las estrategias de falsa ruptura expresan la verdad objetiva de campos que disponen de una
falsa autonomía:
• mientras que la clase dominante concede a las ciencias naturales una autonomía que
está en relación con el interés que encuentra en las aplicaciones a la economía de las
técnicas científicas
• no tiene nada que esperar de las ciencias sociales, apenas una contribución para la
legitimación del orden establecido + un reforzamiento del arsenal de instrumentos
simbólicos de dominación
La existencia de ciencias más avanzadas es lo que permite a la sociología oficial darse todas
las apariencias de la cientificidad: la exhibición de la autonomía puede tomar una forma sin
precedentes, cuyo carácter esotérico tomado de las viejas tradiciones letradas representa
una pobre anticipación.
La sociología oficial apunta a concretar la imagen oficial de la ciencia, que la sociología
oficial de la ciencia tiene por función proveerle a costa de una interpretación positivista
de la práctica científica de las ciencias naturales.
MÓDULO V
GIDDENS – CONSECUENCIAS DE LA MODERNIDAD
Introducción
Modernidad refiere a los modos de vida/organización social que surgieron en Europa
alrededor del siglo XVII: esto asocia a la modernidad a un tiempo + localización geográfica
determinada.
Muchos mantienen que recién hacia fines del siglo XX entramos en periodo de modernidad
con un nuevo tipo de sistema social al que responden las ciencias sociales + trasciende la
modernidad → "la sociedad de la información" o "la sociedad de consumo"
↓
la mayoría de los términos sugieren que el anterior estado de las cosas esta llegado a su fin: los
debates se concentran s/las transformaciones institucionales AUNQUE es más corriente que
esas controversias se centren en cuestiones filosóficas/epistemológicas → esta es la
perspectiva de Lyotard (principal responsable de la popularización de la noción de
postmodernidad)
↓
plantea a la postmodernidad como un desplazamiento del intento de fundamentar la
epistemología como al desplazamiento de la fe en el progreso humano.
La condición de postmodernidad se distingue por un desvanecimiento de "la gran narrativa"
mediante la cual se nos coloca en la historia como seres que poseen un pasado/un futuro
determinado.
Giddens postula que en vez de estar entrando en un periodo de posmodernidad, nos estamos
trasladando a uno en que las consecuencias de la modernidad se están
radicalizando/universalizando: afirma que más allá de la modernidad, podemos percibir los
contornos de un orden nuevo/≠ que es “postmoderno”.
Las formas de vida introducidas por la modernidad arrasaron sin precedentes todas las
modalidades tradicionales del orden social: las transformaciones que trajo la modernidad son
muy profundas → estas han servido para establecer formas de interconexión social, alterando
características de la cotidianidad: los cambios acaecidos durante los últimos 3/4 siglos han
supuesto un impacto espectacular , haciendo que nuestro conocimiento sobre anteriores
períodos de transición sea de limitada ayuda en el intento de interpretarlos significativamente.
[Una de las causas por las que el carácter discontinuista de la modernidad no ha sido
enteramente comprendido se debe a la influencia del evolucionismo social.]
La deconstrucción del evolucionismo social significa asumir que la historia no puede verse
como una unidad/reflejo de ciertos principios unificadores de organización-transformación.
¿Cómo podríamos reconocer las discontinuidades que distinguen a las instituciones sociales
modernas de los órdenes sociales tradicionales? → varias características
1. El simple “ritmo de cambio” que la era de la modernidad pone movimiento: la
celeridad del cambio de las condiciones de la modernidad es EXCEPCIONAL (evidente
con la tecnología).
2. El del “ámbito del cambio”: la interconexión e/ las ≠ regiones del mundo ha permitido
que las agitaciones de transformación social estén en la totalidad de la superficie
terrestre.
3. La “naturaleza intrínseca” de las instituciones modernas: algunas formas sociales
modernas, simplemente no se dan en anteriores periodos históricos.
El uso consolidado del poder político, puesto de relieve por los episodios de totalitarismo: a los
fundadores de la sociología les parecía que el uso arbitrario del poder político pertenecía
esencialmente al pasado: el “despotismo” parecía ser una característica propia de los estados
premodernos:
I - Las más destacadas tradiciones teóricas en sociología han mostrado una cierta tendencia a
interpretar la naturaleza de la modernidad fijándose en una única/predominante dinámica
de transformación.
• Para los pensadores influenciados por Marx, la principal fuerza transformadora que
configura el mundo moderno es el capitalismo: con el declive del feudalismo, la
producción agraria que tenía su base en el señorío local fue reemplazada por la
producción dirigida a mercados, con lo que se transformó en mercancía una gran
variedad de bienes de consumo + también la mano de obra.
El orden social que emerge de la modernidad es CAPTIALISTA (económico +
institucional): el agitado + cambiante carácter de la modernidad puede explicarse
como resultado del ciclo inversión-beneficio-inversión que provoca la disposición
expansionista del sistema
• Continuando la tradición establecida por Saint-Simon, Durkheim vinculó el origen de
las instituciones modernas al impacto producido por la industrialización: según él, la
competencia capitalista NO es el elemento crucial del emergente orden industrial +
características sobre las que insistía Marx, Durkheim las consideraba
marginales/transitorias.
El carácter rápidamente cambiante de la vida social moderna, no deriva
esencialmente del capitalismo sino del impulso propulsor de la compleja división del
trabajo que engarza la producción a las necesidades humanas a través de la
explotación industrial de la naturaleza: no vivimos en un orden capitalista, sino en
uno industrial
• Weber habló de “capitalismo” y no de la existencia de un orden industrial; no
obstante, en algunos aspectos clave su enfoque está más cerca del de Durkheim que
del de Marx.
El “capitalismo racional” (caracterizado por Weber) comprende los mecanismos
económicos especificados por Marx, incluso la cosificación de la fuerza del trabajo,
PERO “capitalismo” en esta acepción, es ≠ de los vocablos usados por Marx→ la idea
fundamental es “racionalización” en la manera en que se expresa en la tecnología + en
la organización de actividades humanas + en la configuración de la burocracia.
↓
GIDDENS PROPONE SOSTENER QUE LA MODERNIDAD ES MULTIDIMENSIONAL EN EL PLANO
DE LAS INSTITUCIONES + C/U DE LOS ELEMENTOS ESPECIFICADOS POR ESTAS TRADICIONES
DESEMPEÑA ALGÚN PAPEL
II – “Sociedad” ocupa una posición clave en gran parte del discurso sociológico, al ser una
noción ambigua puede referirse a:
¿Por qué habríamos de tener reservas sobre la noción de sociedad tal como se utiliza en el
pensamiento sociológico? Existen 2 razones para ello:
Giddens sostiene que no tiene utilidad concebir a los sistemas sociales de esta manera ya
que estos deberían reformular la cuestión del orden como un problema de como es que los
sistemas sociales cohesión el tiempo con el espacio.
Las sociedades modernas (estado nacional) tienen definidos sus límites; pero todas esas
sociedades están entretejidas c/lazos-conexiones que atraviesan el sistema sociopolítico del
estado-orden cultural de la “nación”: ninguna de las sociedades premodernas estuvo tan
delimitada como los modernos estados nacionales
↓
Bajo las condiciones de modernidad, el nivel de distanciamiento e/tiempo-espacio es mucho
mayor que en las civilizaciones agrarias más desarrolladas: hay más que una simple expansión
en la capacidad de los sistemas sociales para vincular el tiempo con el espacio → se debe mirar
al mundo en que las instituciones modernas se sitúan, en el tiempo-espacio para identificar
alguna de las características de la modernidad.
Todas las culturas premodernas tuvieron modos de cálculo del tiempo → por ejemplo el
calendario. La estimación del tiempo vinculaba el tiempo-espacio + era impreciso/variable.
Nadie podía saber la hora del día sin hacer referencia a otros indicadores socio-espaciales: el
"cuando" estaba conectado al "dónde"/identificado por los acontecimientos naturales
↓
el reloj mecánico + la disfunción a los miembros de la población fueron de crucial importancia
en la separación del tiempo-espacio: este cambio coincidió con la expansión de la
modernidad + no llegó a contemplarse hasta este siglo → TODOS SEGUIMOS EN LA
ACTUALIDAD UN MISMO SISTEMA DE DATACIÓN.
Otro aspecto a considerar es la estandarización del tiempo a través de ≠ regiones
Las ciencias sociales están más implicadas en la modernidad de lo que están las ciencias
naturales porque la arraigada revisión de las prácticas sociales, a la luz del conocimiento
s/esas mismas prácticas, forma parte del auténtico tejido de las instituciones modernas
Todas las ciencias sociales participan en esta relación reflexiva, PERO la sociología ocupa un
lugar central: la posición crucial de la sociología en la índole reflexiva de la modernidad le
viene dada por su papel como la forma más generalizada de reflexión de la vida social
moderna
↓
la comparación de las estadísticas ha sido esencial al poder del estado/otros medios de
organización social: el ordenamiento de las estadísticas oficiales es en si mismo una tarea
reflexiva conformada por los resultados de las ciencias sociales.
El discurso de la sociología, y los conceptos/teorías/resultados de las otras ciencias sociales,
circulan continuamente de lo que representan en sí mismos + reflexivamente restructuran el
sujeto de su análisis + a su vez ha aprendido a pensar sociológicamente: la modernidad es en sí
misma profunda + intrínsecamente sociológica.
¿Modernidad o postmodernidad?
El término “postmodernidad” es utilizado como sinónimo de postmodernismo/sociedad
postindustrial, etc.:
Hay que tener cuidado en cómo se entiende a la historicidad: historicidad significa la utilización
del conocimiento del pasado como medio para romper con él/manteniendo aquello que pueda
ser justificado como cuestión de principios.
La historicidad nos orienta hacia el futuro; el futuro se ve esencialmente abierto, no obstante
verse también como contra objetivamente condicionado por los cursos de acción que se eligen
considerando las futuras posibilidades → este es un aspecto esencial de la elasticidad que las
condiciones de modernidad hacen posibles + necesarias
Referirse a las transiciones como postmodernidad, es un error que obstaculiza la apropiada
comprensión de su naturaleza/implicaciones: LAS DISYUNCIONES OCURRIDAS QUE HAN
TENIDO LUGAR HAN DE VERSE COMO RESULTANTES DE LA AUTOCLARIFICACIÓN DEL
PENSAMIENTO MODERNO
↓
No hemos ido más allá de la modernidad, sino que estamos viviendo la fase de su
radicalización.
Se han distinguido 3 fuentes dominantes de la modernidad, c/u de ellas entretejida con las
otras:
• Separación e/tiempo-espacio: es la condición de distanciamiento de ámbito
indefinido e/tiempo-espacio + nos proporciona los medios para una precisa
regionalización temporal espacial.
• El desarrollo del mecanismo de desanclaje: al remover la actividad social de sus
contextos localizados permite la reorganización de las relaciones sociales a través
de enormes distancias e/tiempo-espacio.
• La apropiación reflexiva de conocimiento: la producción de conocimiento
sistemático sobre la vida social se hace integral al sistema de reproducción,
empujando la vida social fuera de los anclajes de la tradición.
La reflexiva apropiación del conocimiento, intrínsecamente estimulante/inestable, se
extiende hasta incorporar lapsos e/tiempo-espacio.
Los mecanismos de desanclaje proporcionan los medios para dicha extensión al remover
las relaciones sociales de su ubicación en lugares específicos.
Los mecanismos de desanclaje quedan representamos como:
• Las señales simbólicas + los sistemas expertos implican fiabilidad, distinguiendo ésta
de la confianza s/la que se sustenta el conocimiento inductivo débil.
• La fiabilidad opera en entornos de riesgo en los que se pueden alcanzar ≠ niveles de
seguridad
• La relación e/fiabilidad-desanclaje aún permanece abstracta
• El conocimiento (entendido en términos generales, como “pretensión de
conocimiento”) aplicado reflexivamente a la actividad social, es filtrado a través de 4
conjuntos de factores:
1. El poder diferencia: algunas personas/grupos están más capacitados que otros
para la apropiación del conocimiento especializado.
2. El papel que desempeñan los valores: los valores + conocimiento empírico van
entretejidos en una malla de influencias mutuas.
3. El impacto de las consecuencias involuntarias: el conocimiento s/la vida social
transciende las intenciones de aquellos que lo aplican en pos de fines
transformadores
4. La circulación del conocimiento social en la doble hermenéutica: el
conocimiento aplicado reflexivamente a las condiciones de reproducción del
sistema, altera intrínsecamente las circunstancias a las que originariamente se
refería
Estar o caer en el salariado era instalarse en la dependencia, quedar condenado a vivir "al día",
encontrarse en las manos de la necesidad.
No es fácil comprender de qué modo llegó el salariado a remontar estas desventajas fantásticas
para convertirse, en la década de 1960, en la matriz básica de la "sociedad salarial" moderna.
¿Qué es lo que distingue –es decir, que suponen a la vez de diferente y común– las antiguas
situaciones de vulnerabilidad de masas y la precariedad actual, generada por procesos de
pérdida de contacto con núcleos aún vigorosos de estabilidad protegida?
Volverse hacia el pasado con un interrogante que es hoy en día el nuestro, y escribir el relato
del advenimiento y las principales peripecias de lo actual. Esto es lo que intentaré, porque el
presente no es sólo lo contemporáneo. Es también un efecto de herencia, y la memoria de esta
herencia nos es necesaria para comprender y obrar hoy en día.
Las ideas que trato de elaborar adquieren sentido en el marco de una problemática de la
integración o de la anomia; de hecho, se trata de una reflexión sobre las condiciones de la
cohesión social a partir del análisis de situaciones de disociación.
Una fuerte correlación entre el lugar que se ocupa en la división social del trabajo y la
participación en las redes de sociabilidad y en los sistemas de protección que "cubren" a un
individuo ante los riesgos de la existencia. De allí la posibilidad de construir lo que yo llamaría
metafóricamente "zonas" de cohesión social.
A la inversa, la ausencia de participación en alguna actividad productiva y el aislamiento
relacional conjugan sus efectos negativos para producir la exclusión, o más bien, como trataré
de demostrarlo, la desafiliación. La vulnerabilidad social es una zona intermedia, inestable, que
conjuga la precariedad del trabajo y la fragilidad de los soportes de proximidad.
La composición de los equilibrios entre estas "zonas" puede entonces servir como indicador
privilegiado para evaluar la cohesión de un conjunto social en un momento dado.
En primer lugar, este esquema de lectura no coincide exactamente con la estratificación social.
Pueden existir grupos fuertemente integrados, aunque cuenten con pocos recursos.
Lo que habrá que subrayar son más bien las relaciones que existen entre la precariedad
económica y la inestabilidad social.
En segundo lugar, el modelo propuesto no es estático. Se trata menos de ubicar a los individuos
en estas "zonas" que de aclarar los procesos que los llevan de una zona a otra.
Buscar las relaciones entre la situación en la que se está y aquella de la que se viene, no
autonomizar las situaciones extremas sino vincular lo que sucede en las periferias y lo que llega
al centro.
Ella permite la estabilidad de la estructura social, sea en el marco de una sociedad unificada, sea
bajo la forma de una sociedad dual consolidada.
La zona de vulnerabilidad alimenta las turbulencias que debilitan las situaciones logradas y
deshacen las estabilidades aseguradas.
Se tratará de demostrar que, en primer lugar, las poblaciones que habitan en esas "zonas"
ocupan por este hecho una posición homóloga en la estructura social.
En segundo lugar, los procesos que producen estas situaciones son también comparables, es
decir homólogos en su dinámica y diferentes en sus manifestaciones.
La "cuestión social" pone de nuevo en cuestión la capacidad de una sociedad para existir como
un conjunto vinculado por relaciones de interdependencia.
Lo "social" consiste en sistemas de regulación que no son los del mercado, instituidos para tratar
de llenar esta brecha. En ese contexto, la cuestión social se convertía en la cuestión del lugar
que podían ocupar en la sociedad industrial las franjas más desocializadas de los trabajadores.
Los "supernumerarios" no son siquiera explotados: para serlo hay que tener pericias
convertibles en valores sociales.
Hay allí una profunda "metamorfosis" de la cuestión precedente, que consistía en encontrar el
modo de que un actor social subordinado y dependiente pudiera convertirse en un sujeto social
pleno. Ahora se trata más bien de atenuar esa presencia, hacerla discreta al punto de borrarla.
Si la redefinición de la eficacia económica y de la pericia social tiene que pagarse poniendo fuera
de juego a un 10, un 20, un 30 por ciento o más de la población, ¿se puede seguir hablando de
pertenencia a un mismo conjunto social? ¿Cuál es el umbral de tolerancia de una sociedad
democrática a la invalidación social? Esta es a mi juicio la nueva cuestión social.
La cuestión así planteada es también la cuestión del Estado, del papel que el Estado puede ser
llamado a desempeñar en esta coyuntura. El Estado social se constituyó en la intersección del
mercado y el trabajo.
La cuestión social tal como se plantea hoy en día a partir del derrumbe de la condición salarial.
La cuestión de la exclusión es un efecto de ese derrumbe, esencial sin duda, pero que desplaza
al borde de la sociedad lo que en primer término la hiere en el corazón.
El hilo conductor que ha inspirado toda esta construcción: aprehender la situación como una
desviación, buscar su inteligibilidad a partir de la distancia ahondada entre lo que fue y lo que
es.
El trabajo es más que el trabajo, y por lo tanto el no-trabajo es más que el desempleo.
La característica más perturbadora de la situación actual es sin duda la reaparición del perfil de
los "trabajadores sin trabajo".
Éste es un período incierto de transición hacia una inevitable reestructuración de las relaciones
de producción: habría que cambiar algunas costumbres para encontrar una configuración
estable. Se trataría de una mutación completa de nuestra relación con el trabajo y, en
consecuencia, de nuestra relación con el mundo.
De esta larga marcha se habrán desprendido algunas enseñanzas: el todo económico nunca
fundó un orden social; en una sociedad compleja, la solidaridad no es ya un dato sino un
constructo; la propiedad social es a la vez compatible con el patrimonio privado y necesaria para
inscribirlo en estrategias colectivas; el salario, para salir de su indignidad secular, no puede
reducirse a la simple retribución de una tarea; la necesidad de hacerle a cada individuo un lugar
en una sociedad democrática no se puede satisfacer mediante una mercadización completa de
esta sociedad, explotando algún "yacimiento de empleos", etcétera.
La historia demuestra que la gama de recursos de que disponen los hombres para enfrentar sus
problemas no es infinita.
Lo que ha hecho fundamentalmente "la crisis" haya sido barrer con una cierta representación
del progreso: la creencia en que el mañana sería mejor que hoy y en que se puede confiar en el
futuro para mejorar la propia condición.
Se trata sin duda de una herencia suavizada del ideal revolucionario de un dominio completo
del destino del hombre por el propio hombre, a través de la ambición de hacer entrar en la
historia el reino de los fines, aunque sea por la fuerza.
Esta representación de la historia es indisociable de la valorización del papel del Estado. Se
necesita un actor central que conduzca estas estrategias, obligue a los participantes a aceptar
objetivos razonables y vele por el respeto de los compromisos. El Estado social es ese actor.
Pero es en el ideal socialdemócrata donde el Estado social se postula como principio de gobierno
de la sociedad.
Independientemente de la realización del tipo, existen rasgos de esta forma de Estado que se
encuentran, con configuraciones más o menos sistemáticas, en constelaciones sociales
diferentes.
Hubo por lo tanto una reducción de la arbitrariedad patronal en materia de despidos. Pero en
esta disposición fundamental del derecho del trabajo no había reciprocidad entre empleadores
y empleados.
Los despedidos eran entonces poco numerosos, y el contrato de trabajo por tiempo
indeterminado llegaba a menudo hasta el límite, permitiéndole al asalariado hacer su carrera
completa en la empresa.
¿qué es lo que depende de una situación de hecho (el empleo casi pleno), y qué de un derecho
garantizado por la ley?
No se trataba de una relación intrínseca del [395] tipo "no hay crecimiento económico sin
protecciones". El crecimiento facilitó las cosas, pero no reemplaza a la voluntad política.
Pero se puede decir que, ya antes, eran virtualmente vulnerables: su destino estaba
concretamente ligado a un progreso del que ellos no controlaban ninguno de los parámetros.
La situación social y política al final de los años de crecimiento estaba signada por un malestar
profundo.
Traducen también una reserva de fondo en cuanto a la forma de gubernamentalidad del Estado
social. No se denunciaba tanto que el Estado hiciera demasiado, sino que hacía mal lo que tenía
que hacer.
Eran numerosas y variadas las críticas al modo en que el Estado conducía la necesaria liberación
respecto de las tutelas tradicionales y de las injusticias heredadas del pasado.
El período de promoción de la sociedad salarial fue también el momento del desarrollo de una
sociología crítica vigorosa en torno a tres temáticas principales: evidenciar la reproducción de
las desigualdades, sobre todo en los ámbitos de la educación y la cultura; denunciar la
perpetuación de la injusticia social y la explotación de la fuerza de trabajo; rechazar el
tratamiento reservado a ciertas categorías de la población, como indigno de una sociedad
democrática.
Tales críticas no cuestionaban el mar de fondo que parecía arrastrar a la sociedad salarial y
empujaba hacia lo alto al conjunto de la estructura social.
3. Pero quizás haya existido una contradicción más profunda en el funcionamiento del
Estado social de los años de crecimiento.
Por una parte, las intervenciones del Estado social tenían un poderoso efecto homogeneizador.
En cambio, ha sido menos advertido su correlato paradójico, a saber: que este funcionamiento
produce al mismo tiempo efectos individualizantes temibles.
El Estado social está en el núcleo de una sociedad de individuos, pero la relación que mantiene
con el individualismo es doble.
La intervención del Estado les permitía a los individuos conjurar los riesgos de anomia que están
inscritos en el desarrollo de las sociedades industriales. Pero, para hacerlo, ellos tenían por
interlocutor principal al Estado y sus aparatos. De modo que la vulnerabilidad superada del
individuo se llevaba a otro plano. El Estado se convertía en su principal sostén y su principal
protección, pero esta relación seguía siendo la que unía a un individuo con un colectivo
abstracto.
El Estado debía mantener sus protecciones mediante una acción continua. Si se retiraba, corría
el riesgo de que se quebrara el vínculo social. El individuo se encontraba entonces directamente
a merced de la lógica de la sociedad salarial librada a sí misma, una lógica que, junto con las
solidaridades concretas, había disuelto a los grandes actores colectivos cuyo antagonismo
cimentaba la unidad de la sociedad. En este contexto, se corría el riesgo de que la actitud
corporativa, dirigida a defender y prestigiar un estrato salarial que se diferenciaba de los estratos
inferiores y aspiraba a las prerrogativas de los superiores reemplazara al interés general.
Había una contradicción, o en todo caso fuertes tensiones, entre ese desarrollo del
individualismo, característico de la sociedad salarial, y la imposición de formas de socialización
de los ingresos y coacciones administrativas indispensables para el funcionamiento del Estado
social. Ese antagonismo había podido desactivarse mientras el costo de la solidaridad obligatoria
no era demasiado pesado, y las coacciones reglamentarias se veían recompensadas por
beneficios sustanciales cuyos dividendos llegaban al propio individuo.
La política social de un Estado resulta en realidad de un arbitraje difícil entre exigencias políticas
interiores (simplificando: mantener la cohesión social) y exigencias de política exterior: ser
competitivo y "poderoso". Pero, desde principios de la década de 1970, las reglas del juego han
cambiado.
Los supernumerarios
La precarización del trabajo es otra característica menos espectacular, pero sin duda la más
importante. El contrato de trabajo por tiempo indeterminado está perdiendo su hegemonía.
las formas particulares de empleo que se han desarrollado incluyen una multitud de situaciones
heterogéneas: contratos de trabajo por tiempo determinado, trabajo provisional, trabajo de
jornada parcial y diferentes formas de empleos ayudados, es decir, sostenidos por el poder
público en el marco de la lucha contra el desempleo.
No solo la mayoría de las nuevas contrataciones se realizan de esta manera, sino que también
se redujo la cantidad de los contratos por tiempo indeterminado
El énfasis en esta precarización del trabajo permite comprender los procesos que nutren la
vulnerabilidad social y generan el desempleo y desafiliación
Empieza a estar claro que la precarización del empleo y el desempleo se han inscrito en la
dinámica actual de la modernización. Son las consecuencias necesarias de los nuevos modos de
estructuración del empleo, la sombra de las reestructuraciones industriales y la lucha por la
competitividad, que efectivamente convierten en sombra a gran parte del mundo
Las nuevas formas particulares de empleo se asemejan más a las antiguas formas de
contratación de modo que el Estatuto del trabajador se desdibujaba ante las imposiciones del
trabajo.
El crecimiento permitía en cierta medida concertar las aspiraciones del personal y los objetivos
de la dirección, asegurando mejores ingresos y ventajas sociales, y facilitando la movilidad
profesional y la promoción social de los asalariados.
La crisis redujo o suprimió estos márgenes de maniobra y, los logros sociales se convirtieron en
obstáculos para la movilización general decretada el nombre de la competitividad máxima.
Los jóvenes realmente no calificados corren el peligro de no tener ninguna alternativa de empleo
puesto que los lugares a los que podrían aspirar son ocupados por otros más calificados que
ellos.
Llevar al nivel del bachillerato un 80% de un grupo etario son seudo soluciones del problema del
empleo. No hay actualmente, ni habrá en un futuro previsible, un 80% de empleos que exigen
ese nivel de educación. Es entonces posible que, más bien que una reducción de desempleo, se
desemboque en una elevación el nivel de calificación de los desempleados.
Una política que tenga por objetivo dominar los efectos de la degradación de la condición salarial
y yugular el desempleo no podría basarse exclusivamente en la dinámica de las empresas y las
virtudes del mercado.
Una voluntad política podría quizá encuadrar y circunscribir el mercado para que la sociedad no
sea triturada por su funcionamiento.
En una situación de subempleo y exceso de postulantes los dos mercados se encuentran, por el
contrario, en competencia directa.
El problema actual no es sólo el que plantea la Constitución de una periferia precaria sino
también el de la desestabilización de los estables. La precarización del trabajo es un proceso
central regido por las nuevas exigencias tecnológico-económicas de la evolución del capitalismo
moderno. es perfectamente lícito plantear una nueva cuestión social que tienen la misma
amplitud y centralidad que el pauperismo en la primera mitad del siglo 19 para sorpresa de los
contemporáneos.
Esta inutilidad social los descalifica también en el plano cívico y político. Lo que plantea
problemas es el hecho mismo de que existan. Es difícil que se los tenga en cuenta por lo que
son, pues su calificación es negativa. y ellos tienen en general conciencia del hecho. Los inútiles
para el mundo pueden optar entre la resignación y la violencia esporádica, la rabia que es casi
siempre se autodestruye.
En categorías cada vez más numerosas de la población activa y, con más razón, en las llevadas a
situaciones de inactividad forzada, se ha perdido la identidad por el trabajo.
En el periodo contemporáneo, resulta aún más difícil manejar estas relaciones, pues el Estado
social interviene como un personaje omnipresente.
Algunas familias están expuestas a un tipo totalmente distinto de amenazas. Son aquellas que,
por su débil estatus social y su precariedad económica, pueden beneficiarse con prestaciones
sociales condicionadas por la falta de recursos. La intervención del Estado toma también
entonces una forma muy diferente.
Lo mismo vale para la correlación entre la de grabación del Estatuto ligado al trabajo y el
debilitamiento de los sostenes relacionales que, más allá de las familias, aseguran una
protección cercana. La hipótesis parece considerablemente confirmada por las situaciones
extremas que vinculan la expulsión total del orden del trabajo y al aislamiento social.
Sería posible analizar lo que ha denominado el autor como “la desafiliación” para demostrar que
no necesariamente equivale a una ausencia completa de vínculos, sino también a la ausencia de
inscripción del sujeto en estructuras dadoras de sentido.
Es una paradoja que, en un periodo caracterizado por el ascenso del liberalismo y la celebración
de la empresa, las intervenciones del Estado, en particular en el ámbito del empleo, sean más
numerosas variadas e insistentes que nunca. Hay que ser sensible a la transformación de las
modalidades de su intervención. El cambio signa el pasaje de política llevada a cabo en nombre
de la integración hasta políticas conducidas en nombre de la inserción. El autor llama políticas
de integración a las animadas por la búsqueda de grandes equilibrios, de la homogeneización de
la sociedad a partir del centro.
A principios de la década del 70 se desdibujó la distinción entre Seguridad Social y ayuda social;
se pensaba que, entre ambas, complementándose, abarcaban el conjunto de las protecciones.
La multiplicación de los públicos puestos en foco y de las políticas específicas hizo dudar de la
capacidad del Estado para conducir políticas de integración de vocación universalista y
homogeneizadora.
El gran crecimiento de la categoría de los inadaptados sociales fue el efecto de esa operación
que circunscribía una población residual por sustracción, en relación con las nuevas coacciones
coma Por otra parte no definidas, de la sociedad moderna.
Antes incluso de pensarse la inserción con el sentido que tomó la década de 1980, la nueva
temática había comenzado a dibujarse con la reaparición de una vieja preocupación: la
precariedad de ciertas situaciones de trabajo. En el mismo contexto, apareciendo en los
primeros pactos para el empleo a fin de facilitar la contratación de los jóvenes y se realizaron
operaciones de hábitat y vida social sobre el marco de vida de algunos barrios de desfavorecidos.
Detrás de estas iniciativas se perfilaba una doble toma de conciencia: se advertía que la pobreza
podría representar no sólo islotes arcaicos en una sociedad consagrada al progreso, sino
también depender de procesos relacionados con el empleo; también se comprendía que los
problemas planteados por ciertos jóvenes no debían sólo interpretarse en términos de
inadaptación personal, y que era preciso tomar en cuenta la situación del empleo y las
condiciones de vida. La sociedad salarial comenzaba a perder su buena conciencia.
La cuestión que plantea una política local no es sólo de escala. Se trata sobre todo de la
naturaleza de los parámetros que puede controlar una acción concentrada en lo local. Una
política territorial se ve impulsada hacia una lógica sistémica: define un conjunto finito de
parámetros manejables en el aquí y ahora, y el cambio resulta de un reequilibrio amiento de
esas variables vivir bien circunscritas. El cambio consiste entonces en un reordenamiento de los
elementos internos del sistema, más bien que el en la transformación de los datos que
estructuran desde afuera.
Sí de la gestión del empleo se confía el nivel local, se debe a que no ha encontrado solución en
otra parte, en el nivel de las políticas globales. corre entonces el riesgo de convertirse en la
gestión del no empleo, a través de la creación de actividades que se inscriben en esa falta,
tratando de hacerlo olvidar.
Esas políticas no podrían tener el poder exorbitante de eliminar el desempleo. Hay que entender
que sería muy bueno que se pudieran administrar en el lugar las turbulencias sociales, creando
un mínimo de intercambio hacia actividades en esos espacios amenazados por una anomia total.
La apreciación que se puede comenzar a tener del ingreso mínimo de inserción es del mismo
tipo. Por primera vez en la prolongada historia de la protección social, se rechaza el corte entre
las poblaciones aptas para el trabajo y las que no pueden trabajar. se ubican en el mismo plano
y se benefician con los mismos derechos tomaban parte de la “handicapología” y quienes
deberían depender del mercado de trabajo.
Esta transformación decisiva de la ayuda social resultó de la toma de conciencia de que existía
un nuevo perfil de personas carecientes coma a las que ya no se les podía imputar la
responsabilidad de su condición desgraciada. Ella preciso ayudarlas a reencontrar un lugar
normal en la sociedad.
En primer lugar, desde el punto de vista cuantitativo, todas las evaluaciones atestiguan una
disparidad completa entre estos dos tipos de inserción.
Estado transitorio - duradero, posición de interino permanente o de insertado de por vida. los
beneficiarios del ingreso mínimo no tienen la exclusividad de estos Estados. esa es también la
situación de los jóvenes que vagan de pasantía en pasantía. La inserción intenta una socialización
secundaria, es decir vincular al individuo con un submundo institucional o basado en
instituciones. Pero las prácticas institucionales que sostienen la inserción son débiles e
intermitentes si se les compara con los otros submundos que estructuran la vida corriente, en
particular el mundo del trabajo. esta fragilidad es además acentuada por el hecho de que, en los
individuos que dependen de la política de inserción también suele faltar la socialización
primaria. Más bien que de socialización secundaria, quizá debería hablarse de asocial-
sociabilidad. Se denomina de tal modo a las configuraciones relacionales más o menos
evanescentes que no se inscriben, o se inscriben de manera intermitente y problemática, en las
instituciones reconocidas y que ubican a los sujetos que las viven en situaciones de ingravidez.
De modo que las políticas de inserción parecen no haber logrado conducir a una parte
importante de su clientela a través de la transición hacia la integración, según su vocación
original. Las políticas de inserción de las poblaciones en vías de exclusión se Detienen a la puerta
de las empresas. Por el momento contribuyen a evitar lo peor. Hay que añadir que esas políticas
tuvieron también otra función, que no era la manifiesta. Pero no entiendo es una expresión que
tiene sus títulos de nobleza sociológica, alguien dirá que contribuyeron a calmar al tonto.
Ese podría ser el sentido de las políticas de inserción: ocuparse de los validos inválidos por la
coyuntura. Las políticas de inserción se mueven en las zonas particularmente vulnerables de la
vida social en las que se han desconectado los normales inútiles, o están a punto de hacerlo.
La inserción es dada por añadidura. Cuando comienza a haber juegos entre los engranajes de la
sociedad salarial, la inserción aparece como un problema, y al mismo tiempo propone una
tecnología para resolverla. Designa la distancia a la integración, y al mismo tiempo el dispositivo
práctico que se considera que la cubre.
Si el futuro es una aventura cuyo argumento sólo es escrito por la historia, resulta en gran
medida imprevisible. El largo recorrido realizado hasta aquí permite identificar conexiones
fuertes entre la situación económica, el nivel de protección de las poblaciones y los modos de
acción del Estado social. Si podemos señalar las eventualidades que lo comprometen en sentidos
diferentes, según sea las elecciones que se realicen en materia de política económica, de
organización del trabajo y de intervenciones del Estado social. Para simplificar, el autor se
atendrá a 4 de estas eventualidades:
Desde esta perspectiva, la mayoría de las protecciones sociales son herencia de una época
caduca, en la que los compromisos sociales serán compatibles con los imperativos del mercado.
Hoy en día tienen un efecto de histéresis que bloquea la dinámica de la recuperación.
Hay también una hybris del mercado, qué hace ingobernable a una sociedad sometida a sus
leyes. El mercado autorregulado, forma pura de la lógica económica librada a sí misma, es en
sentido estricto inaplicable, porque no incluye ninguno de los elementos necesarios para fundar
una orden social. En cambio, puede destruir el orden social preexistente.
Las interacciones entre tejidas por el estado social han pasado a ser la principal componente de
su tipo de sociabilidad, y lo social constituyó en adelante el esqueleto de lo societal. Si se
permitiera que las leyes del mercado reinarán de modo absoluto, advendría una forma de lo
peor capital podemos perfilar.
Una de las principales razones de las dificultades con las que se lo piensan ciertos barrios es la
presencia débil de esos servicios.
Es posible que también nuestra sociedad esté perdiendo su mañana. No sólo las mañanas que
cantan, sino la representación de un futuro por lo menos un poco manejable la juventud no es
la única afectada, aunque ella sienta la amenaza de la manera más aguda. Perder el sentido del
futuro es asistir a la descomposición de la base a partir de la cual se pueden desplegar estrategias
acumulativas que harían la vida en el mañana mejor que la de hoy
- Tercera opción: reconoce que el trabajo ha perdido su posición central, que el salariado
se ha degradado, y trata de encontrarle escapatorias, compensaciones o alternativas.
En lugar de ver anomia en todas partes, también hay que saber reconocer las
mutaciones culturales que hacen a la sociedad más ágil, a las instituciones menos
coaguladas y a la organización del trabajo menos regida. la movilidad no es siempre
sinónimo de precariedad. De los servicios a la persona, se pueden distinguir por lo
menos dos grandes tipos. Algunos tienen que ver con los servicios de reparación. Estas
formas de intervención sobre otros son realizadas por especialistas con una
competencia técnica muy o relativamente refinada. Hay un tipo de ayuda a las personas
totalmente distinto; su necesidad surge de la ruptura de las formas de ayuda recíproca
informal. Hay allí, en efecto, yacimiento de empleos, o más bien de subempleos, que
son en realidad a la financiación de servicios de tipo doméstico. Están muy por debajo
de la relación salarial moderna. Estos famosos servicios de proximidad corren por lo
tanto el riesgo de Dios hilar entre una filantropía paternalista y formas modernas de
explotación de la mano de obra.
Es posible que existan servicios que intentan movilizar recursos monetarios y no monetarios,
articular la esfera pública y la esfera privada, las inversiones personales y las regulaciones
generales. Esta preocupación por promover una economía solidaria, es decir por ligar la cuestión
del empleo a la cuestión de la cohesión social, y crear vínculos entre las personas al mismo
tiempo qué actividades, es sumamente respetable. Entonces el empleo normal y la asistencia,
entre la inserción social y la recalificación profesional, entre el sector del mercado y el sector
protegido, hay un tercer sector, también llamado a veces de economía social. Estas actividades
están en vías de expansión, en particular a través del tratamiento social del desempleo; en ellas
suele ser difícil decidir si el objetivo perseguido es el retorno al empleo o la instalación en una
situación que es intermedia entre el trabajo y la asistencia
Una sociedad con plena actividad no es sin embargo una sociedad con plena dignidad.
Dos precisiones invitan a matizar estas apreciaciones, pero sin cambiar su orientación. Las
transformaciones tecnológicas en curso exigen también empleados calificados y altamente
calificados. Pero desde el punto de vista que nos interesa aquí, todo consiste en si es posible la
transferencia integral en los empleos nuevos de los trabajadores que perdieron el suyo en otra
parte. La respuesta es que no, aunque actualmente no se pueda medir la magnitud del déficit
Es cierto que están produciéndose transformaciones profundas en la relación que los sujetos
sociales mantienen con el trabajo.
- Cuarta opción: procurar una redistribución de los recursos escasos generados por el
trabajo socialmente útil. La sociedad salarial es la base sobre la que reposa cualquier
democracia de tipo occidental, con sus méritos y sus lagunas. En nombre de estos
valores cabe interrogarse sobre la mejor manera de no dilapidar esta herencia.
La alternativa más rigurosa exigiría que todos los miembros de la sociedad conservarán un
vínculo estrecho con el trabajo socialmente útil y con las prerrogativas ligadas a él. La fuerza de
esta posición se basa en el hecho de que el trabajo sigue siendo el fundamento principal de la
ciudadanía.
El desempleo es el riesgo social más grave hoy en día, el que tiene los efectos desestabilizadores
y de socializantes más destructores para quienes lo sufren. Sin embargo, a propósito del
desempleo se dan muestras del máximo de rigor, con una lógica contable, vaya a reducir los
impuestos y las modalidades de subsidio.
La insistencia en las principales imposiciones del mercado internacional suele servir de coartada
para prolongar prácticas que obedecen a una lógica social y no económica: permite la
reproducción de las situaciones creadas y de las burocracias institucionales, más bien que el
respeto de los fundamentos
Todas estas características de los fluidos implican que los líquidos, a diferencia de los sólidos,
no conservan fácilmente sus formas. Los fluidos no se fijan al espacio ni se atan al tiempo.
Los sólidos tienen una clara dimensión espacial, pero neutralizan el impacto del tiempo.
Los fluidos no conservan una forma durante mucho tiempo y están constantemente
dispuestos a cambiarla; por consiguiente, para ellos lo que cuenta es el flujo del tiempo más
que el espacio que puedan ocupar.
Los sólidos cancelan el tiempo; para los líquidos, por el contrario, lo que importa es el tiempo.
Emergen incólumes de esos encuentros con los sólidos, en tanto que estos últimos sufren un
cambio: se humedecen o empapan.
Consideremos que la fluidez o la liquidez son metáforas adecuadas para aprender la naturaleza
de la fase actual de la historia de la modernidad.
La famosa expresión “derretir los sólidos” acuñada hace un siglo y medio por los autores del
manifiesto comunista se refería al tratamiento con que el confiado y exuberante espíritu
moderno aludía a una sociedad que encontraba demasiado estancada para su gusto y
demasiado resistente a los cambios ambicionados.
Todo esto no debía llevarse a cabo para acabar con los sólidos definitivamente ni para liberar
al nuevo mundo de ellos para siempre, sino para hacer espacio en nuevos y mejores sólidos.
Los primeros sólidos que debían disolverse y las primeras pautas sagradas que debían
profanarse eran las lealtades tradicionales, los derechos y obligaciones acostumbrados que
ataban de pies y manos, obstaculizaban los movimientos y constreñían la iniciativa. Para
encarar seriamente la tarea de construir un nuevo orden era necesario deshacerse del lastre
que el viejo orden imponía a los constructores.
Esa clase de disolución de los sólidos destrababa toda la compleja trama de las relaciones
sociales, dejándola desnuda, desprotegida, desarmada y expuesta, incapaz de resistirse a las
reglas del juego y a los criterios de racionalidad e inspirados y moldeado por el comercio, y
menos capaz aún de competir con ellos de manera efectiva.
Las bases de la vida social infundieron a todos los otros ámbitos de la vida el estatus de
superestructura.
Ese nuevo orden debía ser más sólido que los órdenes que reemplazaba, porque era inmune a
los embates de cualquier acción que no fuera económica. Casi todos los poderes políticos y
Morales capaces de trastocar o reformar ese nuevo orden habían sido destruidos o
incapacitados.
Porque ese orden llegó a dominar la totalidad de la vida humana, volviendo irrelevante en
efectivo todo aspecto de la vida que no contribuyera a su incesante y continua reproducción.
La rigidez del orden es el artefacto y el sedimento de la libertad de los agentes humanos. Esa
rigidez es el producto general de “perder los frenos”.
La disolución de los sólidos adquirido un nuevo significado y sobre todo ha sido redirigida hacia
un nuevo blanco: uno de los efectos más importantes de ese cambio de dirección ha sido la
disolución de las fuerzas que podrían mantener el tema del orden y del sistema dentro de la
agenda política.
Los sólidos que han sido sometidos a la disolución son los vínculos entre las elecciones
individuales, los proyectos y las acciones colectivas.
Todos los moldes que se rompieron fueron reemplazados por otros; la gente fue liberada de
sus viejas celdas solo para ser censuradas y reprendidas si no lograban situarse en los nichos
confeccionados por el nuevo orden: en las clases, marcos que encuadran la totalidad de las
condiciones y perspectivas vitales, y condicionan el alcance de los proyectos y estrategias de
vida. Los individuos debían dedicarse a la tarea de usar su nueva libertad para encontrar el
nicho apropiado y establecerse en él, siguiendo las reglas y modalidades de conducta correctas
y adecuadas a esa ubicación.
La modernidad empieza cuando el espacio y el tiempo se separan de la práctica vital y entre sí,
y pueden ser teorizados como categorías de estrategia de acción mutuamente independientes
cuando dejan de ser aspectos entrelazados y apenas discernibles de la experiencia viva, Unidos
por una relación de correspondencia estable y aparentemente invulnerable. En la modernidad
el tiempo tiene historia gracias a su capacidad de contención.
Los poderes globales están abocados al desmantelamiento de esas redes, en nombre de una
mayor y constante fluidez, que es la fuente principal de su fuerza y la garantía de su
invencibilidad. Y el derrumbe, la fragilidad, la vulnerabilidad, la transitoriedad y la precariedad
de los vínculos y redes humanos permiten que esos poderes puedan actuar.
4. Trabajo:
Ambas creencias viven y mueren juntas y siguen vivas en tanto aquellos que ostentan el poder
de hacer que las cosas sucedan las confirmen a diario con sus acciones.
Para las personas que confían en su poder para cambiar las cosas el progreso es un axioma.
Para las personas que sienten que las cosas se les van de las manos, la idea de progreso resulta
impensable y resultaría risible si lo oyeran.
En primer lugar, la conspicua ausencia de un agente capaz de mover el mundo hacia adelante.
El agotamiento del Estado moderno es percibido quizás con mayor agudeza en tanto su poder
de instar a la gente al trabajo ya no reside en la política.
Mientras todos los agentes de la vida política permanecen todavía en el mismo lugar en el que
los encontró el arribo de la modernidad líquida, aferrados como antes a sus respectivas
parcialidades, hoy el poder fluye libremente, bien lejos de su alcance.
En segundo lugar, resulta cada vez menos claro qué es lo que es agente debería hacer para
mejorar la situación del mundo en el supuesto caso de que tenga suficiente poder para
hacerlo.
Todas las formas de planificación social han demostrado que producen tanta desdicha como
felicidad, si no más.
Hoy viajamos sin una idea de destino que nos guíe. Ni buscamos una sociedad mejor ni
sabemos con certeza qué elemento de la sociedad en la que vivimos nos hace indiferentes y
nos impulsa a escapar.
la modernidad no conoce otra vida más que la vida hecha: lo que hacen los hombres y
mujeres de la modernidad es una tarea, no algo dado, y una tarea siempre incompleta que
reclama cuidados incesantes y esfuerzos renovados.
Desregulado porque la oferta de opciones para mejorar las realidades presentes es muy
diversa y porque el tema de si una novedad en particular significa verdaderamente una mejora
respecto de otra ha quedado librado a la libre competencia.
Lo que importa ahora es el control de cada individuo sobre su propio presente. Y para muchos,
quizá la mayoría, el control individual que ejercen sobre su presente es por lo menos endeble,
cuando no directamente nulo.
Los puertos seguros para amarrar nuestra confianza son pocos y están alejados unos de otros,
y la mayor parte del tiempo ya flota vanamente a la deriva la búsqueda de un muelle a salvo
de las tormentas.
Poner las cosas en orden suelen terminar en más caos, informalidad y confusión.
El trabajo ha sido elevado a la categoría de máximo valor de los tiempos modernos por su
extraordinaria habilidad, casi mágica, para dar forma a lo informe y duración a lo efímero.
Gracias a esa habilidad el trabajo se ha ganado con justicia una función clave, incluso decisiva,
en la moderna aspiración a subordinar, doblegar y colonizar el futuro para reemplazar el caos
por orden.
El punto de partida de la gran transformación que vio nacimiento del nuevo orden industrial
fue el divorcio entre los obreros y las fuentes de sustento. Ese acontecimiento trascendental
fue parte de una transformación más integral: la producción y el intercambio dejaron de estar
inscriptos dentro de un modo de vida más general, indivisible y De hecho más abarcador, y
entonces fueron creadas las condiciones para que la mano de obra fuera considerada
meramente una materia prima y tratada como tal.
Las realidades, ahora disueltas y fluidas, parecían estar listas para ser recanalizadas y vertidas
dentro de moldes nuevos.
El nuevo orden en el que todos Los Cabos sueltos hasta ese entonces serían anudados otra vez
debía ser pensado para durar.
Lo que puso al capital y al trabajo frente a frente y los Unión fue la relación de comprar y
vender; cada una de las partes debió mantenerse en forma para esa transición.
El Estado benefactor era un artilugio para hacer frente a las anomalías, impedir las deserciones
a la norma y desactivar las consecuencias de las infracciones allí donde, de todos modos, éstas
se produjeran.
La mentalidad a largo plazo se correspondía con una expectativa fruto de la experiencia, y era
esa experiencia la que corroboraba, de manera convincente y siempre renovada, que los
destinos respectivos de las personas que compran trabajo y los de aquellas que los venden
estarían íntima e inseparablemente ligados durante mucho tiempo todavía, y que por lo tanto
encontrar una forma de convivencia soportable era tan importante para el interés de todos.
Del matrimonio a la convivencia
Ahora los más horrendos desastres arrecian al azar, y escogen a sus víctimas siguiendo una
lógica bizarra o sin lógica aparente, Haciendo imposible predecir quién está condenado y quién
se salvará. La incertidumbre actual es una poderosa fuerza de individualización.
Frente a las nuevas formas de explotación, favorecidas notablemente por la desregulación del
trabajo y el avance del trabajo temporario, las formas tradicionales de acción sindical resultan
inadecuadas.
Los cambios recientes han roto las bases de la antigua solidaridad y que el consecuente
desencanto va de la mano con la desaparición del espíritu de la militancia y la participación
política.
Hoy existen pocos incentivos para interesarse de manera seria y crítica por la importancia de
los emprendimientos colectivos y otros asuntos afines que también tienen un carácter
efímero.
Si permanecer juntos será el resultado del acuerdo recíproco y del compromiso mutuo, el
desprendimiento es unilateral.
Esa independencia no es completa y el capital no es todavía tan volátil como le gustaría intenta
ser.
La política de hoy es un tira y afloja entre la velocidad con la que el capital se mueve y la cada
vez más disminuida capacidad de acción de los poderes locales; son las instituciones locales las
que con frecuencia cada vez mayor sienten que se trata de una batalla perdida.
Implica una población dócil, indolente incapaz de oponer resistencia organizada a las
decisiones que el capital pueda tomar.
La única esperanza que tienen los gobiernos de que los capitales se queden radica en lograr
convencerlos de que tienen la libertad de irse cuando quieran y sin previo aviso.
El hecho de que el capital viaje liviano, solamente con su equipaje de mano, ha hecho que todo
compromiso se vuelva superfluo y desaconsejable a la vez: una vez asumidos, esos
compromisos podrían entorpecer nos el movimiento y privarnos de la tan anhelada
competitividad, coartando a priori nuestras posibilidades de aumentar nuestra productividad.
La principal fuente de ganancias es, cada vez más y a mayor escala, las ideas y no los objetos
materiales.
En consecuencia, el poder de holding que tienen las fuerzas de trabajo locales sobre el capital
se ha visto reducido considerablemente.
Los manipuladores de símbolos, gente que inventa las ideas y los modos de hacer las deseables
y atractivas para el mercado, constituyen la primera categoría de las personas insertas en la
actividad económica.
La tercera categoría comprende a las personas que se ocupan de brindar servicios personales,
que requieren un encuentro cara a cara con los destinatarios del servicio prestado.
La cuarta categoría incluye a las personas que durante el último siglo y medio formaron parte
del sustrato social del movimiento de trabajo.
En la actualidad tienden a ser las piezas más prescindibles, desechables e intercambiables del
sistema económico.
Saben que son descartables y, por ende, no tienen motivos para desarrollar un vínculo o
compromiso con sus tareas o para establecer vínculos duraderos con sus compañeros de
trabajo.
El desempleo en los países ricos se ha vuelto estructural: por cada nueva vacante laboral hay
varios empleos que se han desvanecido y, simplemente, no hay suficiente trabajo para todos.
El progreso tecnológico augura incluso menos empleos, no más.
En ausencia de una seguridad a largo plazo, la gratificación instantánea resulta una estrategia
razonablemente apetecible. La postergación de la gratificación ha perdido su encanto.
En un mundo en el que el futuro es, en el mejor de los casos, oscura y borroso y muy
probablemente peligroso y lleno de riesgos, fijarse objetivos remotos, sacrificar el interés
individual en pos de acrecentar el poder grupal y sacrificar el presente en nombre de la dicha
futura no resultan una propuesta atractiva ni sensata. Toda oportunidad que no se aprovecha
aquí y ahora es una oportunidad perdida; no aprovecharla es algo imperdonable, difícilmente
excusable y menos aún reivindicable.
Los vínculos y las asociaciones tienden a ser visualizados y tratados como objetos a ser
consumidos, no producidos. Están sujetos a los mismos criterios de evaluación de todos los
demás objetos de consumo.
Hay una conexión más entre el consumismo de un mundo precario y la desintegración de los
vínculos humanos.
Ninguna persona razonable puede pretender pasar toda su vida laboral o gran parte de ella en
una sola empresa. La mayoría de las personas razonablemente preferirían invertir los ahorros
de toda su vida en fondos de inversión que juegan en la bolsa bueno una compañía de seguros
antes que contar con las pensiones y retiros que la empresa para la que trabajan les pueda
proporcionar.
TEXTOS ADHERIDOS
CORCUFF – LAS NUEVAS SOCIOLOGÍAS
3. Interacciones en las estructuras sociales:
El recorrido por la problemática constructivista continua con varios autores que, si bien parten
de los individuos, tienen en cuenta entidades mayores que estos individuos y sus intercambios
cara a cara, que se convierten en constreñimientos en las actividades cotidianas de
construcción del mundo social.
Berger y Luckmann fueron alumnos de en EE. UU. de un autor clásico de las Cs. Sociales: Alfred
Schutz, iniciador de una sociología “fenomenológica”.
Inspirados por Schutz, parten del conocimiento en la vida cotidiana y de su activación en las
situaciones cara a cara. En esta perspectiva “la realidad de la vida cotidiana contiene pautas de
tipificaciones en función de las cuales los otros son aprehendidos y tratados en los
intercambios cara a cara”.
Estas tipificaciones recíprocas de los actores forman parte de una negociación continua en la
situación cara a cara. Esa negociación está predispuesta de una manera típica.
Para Berger y Luckmann, “la sociedad es una producción humana. La sociedad es una realidad
objetiva. Y el hombre es una producción social”.
La sociedad es para ellos tanto una realidad objetiva, es decir, exteriorizada (independiente de
los actores que la producen) como objetivada (constituida por mundos de objetos separados
de los sujetos). Es este doble proceso de exteriorización y objetivación, en la medida en que se
apoya en el conocimiento común tipificador y en las interacciones cara a cara, lo que alimenta
los procesos de institucionalización en sentido amplio.
Así pues, las instituciones adquieren cierta solidez y estabilidad merced a la acción de la
historia, a través de fenómenos de cristalización de las tipificaciones y los hábitos, y de su
sedimentación en el curso del tiempo.
Las instituciones deben especializarse en un proceso de división del trabajo, y los propios
actores desempeñan, en función de cada institución, roles sociales diferenciados. Para
mantenerse, los universos institucionales requieren legitimaciones de orden cognitivo y
normativo, esto es, formas simbólicas que permiten su conocimiento y que les confiere valor.
Para Berger y Luckmann, la sociedad también es una realidad subjetiva, es decir, interiorizada
a través de la socialización. Esta socialización se define como “la instalación congruente y
extensa de un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o de un sector de esta.”
Un constructivismo estructuralista
Esta doble dimensión, objetiva y construida de la realidad social, sigue concediéndose cierta
primacía a las estructuras objetivas.
Según Bourdieu, el principio de la acción histórica reside en la relación entre dos estados de lo
social, esto es, la historia objetivada en las cosas (en forma de instituciones) y la historia
encarnada en los cuerpos (en forma de ese sistema de disposiciones perdurables denominadas
habitus). Es la unión del habitus y del campo, de la “historia hecha cuerpo” y la “historia hecha
cosa”, lo que aparece como el mecanismo principal de producción del mundo social.
El habitus son las estructuras sociales de nuestra subjetividad, que se constituyen en virtud de
nuestras primeras experiencias y de nuestra vida adulta, más tarde. Es la forma en que las
estructuras sociales se graban en nuestra mente y nuestro cuerpo por interiorización de la
exterioridad.
Disposiciones, esto es, inclinaciones a percibir, sentir, hacer y pensar de una determinada
manera, interiorizadas e incorporadas de forma inconsciente por cada individuo, dependiendo
de las condiciones objetivas de su existencia y de su trayectoria social.
Para Bourdieu, la unidad y la continuidad de la persona, que suele ser efecto del habitus, son
una unidad y una continuidad en buena medida inconscientes, reconstruidas por el sociólogo.
Bourdieu concibe las instituciones no como sustancias, sino de manera relacional, como
configuraciones de relaciones entre actores individuales y colectivos. El campo es una esfera
de la vida social que ha ido cobrando autonomía a través de la historia en torno a relaciones
sociales, intereses y recursos propios, diferentes de los de otros campos.
Cada campo se caracteriza por relaciones de competencia entre sus agentes, aunque la
participación en el juego implica un mínimo de acuerdo sobre la existencia del campo.
Campo de poder: es ahí donde se enfrentas los dominantes de diferentes campos, “un campo
de luchas por el poder entre los que detentan distintos poderes”.
Según Bourdieu, es necesario que se cumplan ciertas condiciones sociales externas a las
representaciones y a los propios discursos para que éstos tengan cierta eficacia sobre la
realidad.
Las diversas formas de dominación, a menos que recurran exclusiva y continuamente a la
fuerza armada, deben estar legitimadas, esto es, cobrar un sentido positivo o convertirse en
“naturales” de forma que los propios dominados se adhieran al orden dominante.
Bourdieu opone una relación práctica con la práctica a esta relación teórica intelectual con la
acción, que numerosos filósofos y sociólogos atribuyen erróneamente al agente,
universalizando su propia posición de observador reflexivo.
Para él, actuamos en un mundo que “impone su presencia, con sus urgencias, las cosas que
hay que hacer o decir, las cosas que se hacen para ser dichas, que imponen directamente los
gestos o las palabras sin desplegarse jamás como un espectáculo”.
Bourdieu distingue dos posturas: la del observador, que reflexiona y razona sobre la acción, y
la del agente que actúa “apremiado” por el “fuego de la acción”.
Para él, la acción obedece a una “lógica que no es la de la lógica”, una lógica práctica en cierto
sentido “presa de aquello de lo que se trata”.
El tener en cuenta la relación práctica con la práctica lleva a Bourdieu a examinar una
competencia de los agentes que para él es fundamental: el sentido práctico, inscrito en el
cuerpo y en los movimientos del cuerpo, y que no se ejerce más que en la situación concreta,
ante problemas prácticos.
Parte integrante del habitus, el sentido práctico permite al actor economizar reflexión y
energía en la acción es un operador de la economía de la práctica.
La capacidad del sociólogo de tener en cuenta su relación con su objeto constituye uno de los
medios de mejorar la calidad científica de su trabajo. De ahí la importancia de lo que Bourdieu
denomina una “objetivación participante”, pues la observación de la relación subjetiva del
sociólogo con su objeto forma parte de los requisitos para que son análisis sea científico.
Así la sociología de Bourdieu es una sociología reflexiva que invita al sociólogo a un trabajo de
auto-socio-análisis.
Bourdieu pasa por alto el peso de la interacción cara a cara en los procesos de construcción de
la realidad social. Para él, las interacciones “ocultan las estructuras que se desenvuelven en
ellas” y, por tanto, no constituyen más que “la actualización coyuntural al de la relación
objetiva”.
El concepto de estructuración nos presenta las estructuras sociales desde el ángulo del
movimiento. Giddens lo define así: “proceso de las relaciones sociales que se estructuran en el
tiempo y el espacio a través de la dualidad estructural”.
La dualidad estructural
Estos aspectos estructurantes, a través de los cuales el investigador intenta captar de qué
manera se establecen las relaciones sociales en el tiempo y espacio, se distinguen de la acción
humana situada aquí y ahora, pero “no existen más allá de la acción” presente.
Cabe ver la idea de dualidad estructural desde otro ángulo: “lo estructural siempre constriñe y
posibilita al mismo tiempo” y, por lo tanto, remite conjuntamente a las nociones de
constreñimiento y competencia.
Esta competencia pone de relieve una capacidad reflexiva por parte de los actores que son
“capaces de comprender lo que hacen mientras lo hacen”.
Esta reflexividad sólo opera en parte a nivel discursivo y dentro de la competencia humana se
distinguen la conciencia discursiva y la conciencia práctica.
La conciencia discursiva remite a todo aquello que los actores pueden expresar de manera
verbal.
La conciencia práctica comprende todo aquello que los actores conocen tácitamente todo lo
que saben hacer en la vida social sin poder expresarlo directamente de manera discursiva.
Giddens habla de “criterios de credibilidad”, utilizados por los actores para dar cuenta de lo
que hacen, y de “criterios de validez”, a los que se refieren los investigadores de las Ciencias
Sociales para apoyar los resultados de sus trabajos o juzgar los de los demás.
Esta noción se convierte así en un mediador e incluso en una suerte de conductor de acciones
e interacciones cotidianas hacia contextos espaciotemporales más amplios.
Giddens dice que las explicaciones funcionales pasan por alto la competencia y la actividad
intencional de los actores y prefieren atribuir una lógica y una racionalidad autosuficiente al
propio sistema social.
El sistema social se define como “la formación, a través del espacio y tiempo, de modelos
regularizados de relaciones sociales concebidas como prácticas reproducidas”. Aunque rara
vez poseen la unidad interna que otros sistemas poseen.
La integración social designa lo que es propio de las situaciones de interacción, es decir, “la
reciprocidad entre actores en las circunstancias de copresencia”.
Pareciera más bien que los esquemas conceptuales de Giddens mantienen la tensión entre el
interés por las actividades cotidianas de los actores y el proyecto de concebirlas en función de
un todo que necesariamente se les impone.
Weber aspiraba a sentar los fundamentos de una teoría de la acción y ante todo de la acción
social como objeto de la sociología.
La sociología intentó desde sus orígenes plantearse y responder a la pregunta por el vínculo
social, por el lazo social.
La sociología nace como disciplina que se plantea esa pregunta y que intenta responder a ella:
¿por qué hay lo social?
Nace hacia fines del siglo XIX, porque, en esos años, lo social ha declinado porque hay en cierto
sentido una nostalgia de lo social y hasta una suerte de exaltación de las antiguas comunidades
medievales.
A Durkheim lo inquieta la crisis de los vínculos sociales de las formas de ser en conjunto.
Comprende que es necesario y urgente repensar lo social. Repensarlo y reinventarlo en el
horizonte de la nueva sociedad capitalista que nace y se desarrolla penosamente en medio del
ruido y la furia.
Coetáneamente con Durkheim, Weber intenta una aproximación a la vez más difícil compleja a
lo social.
La hipótesis según la cual la sociología tiene por así decir un doble y simultáneo origen
tendencialmente sistémico Durkheim y decididamente accionalista en Weber no parece
infundada.
Esa doble tendencia afectó desde sus comienzos y sigue marcando hasta hoy el desarrollo de
la teoría sociológica, generando en su interior una tensión entre el punto de vista del sistema y
el punto de vista de la acción.
A partir de una aproximación, en muchos aspectos inédita, de la obra de Weber, esboza una
modelización que engloba la forma y el contenido de la demostración weberiana, a través de la
noción de “afinidades electivas”.
Esa movilización define una pauta de análisis extensible al conjunto de las Ciencias Sociales y
humanas.
Charosky no se limita a postular ese aserto, sino que ofrece ilustraciones recurriendo para ello
autores poco weberianos.
La modelización que plantea no se limita a tomar nota de analogías en la lógica de la
demostración de que se valen los autores escogidos: ofrece de este modo un instrumento de
análisis aplicable a una amplia variedad de tópicos.
Ofrece una presentación de las tesis centrales de la teoría sociológica de sistemas y una crítica
a las teorías de la acción y del sujeto de raíz humanista.
Además, tiene la rara virtud de exponer con meridiana claridad una problemática (la de la
teoría de sistemas) y un autor (Luhmann) que suelen ser víctimas preferidas de los cultores
profesionales del hermetismo teórico.
Expone las etapas que jalonaron su pensamiento y analiza críticamente las principales
interpretaciones de que tal teorización ha sido objeto.
Si alguna continuidad existe entre esas etapas y sus correspondientes lecturas es que ellas
plantean como eje de discusión el sobrepasamiento de la oposición entre acción y sistema.
Giddens establece las bases de lo que será su propuesta de un nuevo paradigma sociológico: la
teoría de la estructuración.
El trabajo de Ana María se refiere al Giddens político, pensador y propulsor de la tercera vía.
Desde las producciones pioneras de la escuela Sociológica de Chicago y aun antes, hasta los
más recientes productos de la reflexión contemporánea sobre las modalidades de la acción
colectiva, estos nuevos estudios cargan el acento sobre el modo en que actores individuales e
institucionales se comprometen y enrolan en una empresa común de aprehensión y control de
una situación conflictiva principalmente a nivel local.
El análisis pragmatista se enfrenta a la pregunta clásica sobre los fundamentos del orden
democrático y republicano, pero no en términos abstractos, o no solo en esos términos, sino
procediendo al análisis de situaciones.
Ese análisis enfoca los dominios públicos en germen, en vías de constituirse como tales a
través de la creación de nuevos instrumentos de nuevas reglas y convenciones de objetos,
símbolos y discursos.
Teníamos claro la meta que nos proponíamos y el camino que debíamos recorrer para llegar a
ella: la discusión de las propuestas y luego la de los ensayos que, progresivamente, cada uno
de los autores fue proponiendo.