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La gnoseología no estudia los conocimientos particulares, como pueden ser los conocimientos
de la física, de la matemática o del entorno inmediato, sino la naturaleza del conocimiento en
general. Muchas ciencias particulares tienen además su propia filosofía, como por ejemplo la
filosofía de la física, la filosofía de la matemática, la filosofía de la historia, etc. Otras disciplinas
también se ocupan del conocimiento en general, pero desde otros puntos de vista. La psicología
estudia los aspectos de la vida mental implícitos en el conocer, la lógica estudia la corrección o
incorrección de los razonamientos que pueden implicar nuevos conocimientos, y la ontología o
metafísica estudia la naturaleza de los objetos que se pueden conocer.
Tipos de conocimiento
Conocimiento proposicional
Si X es verdadero
Si cree en la verdad de X
Se lo asocia a la expresión del lenguaje ordinario "saber que" (en inglés, know that) . Por
ejemplo, decimos que sabemos que la Luna orbita alrededor de la Tierra, que el texto que
tenemos delante de los ojos está en español, que padecemos de dolor de muelas, o que 2 + 2 =
4. Todos estos conocimientos son muy diversos entre sí, pero tienen en común que todos son
conocimiento de una proposición.
Conocimiento práctico
Es frecuente la suposición de que la mayor parte de la teoría del conocimiento "clásica" —es
decir, aquella anterior al siglo XX— se ocupa principalmente del conocimiento proposicional. Sin
embargo, los problemas del conocimiento operacional gozan de una extensa historia en la
filosofía occidental. En la gnoseología contemporánea, sin embargo, la mayoría de los esfuerzos
se centran en el conocimiento proposicional (enunciado que afirma o niega algo).
Conocimiento directo
El conocimiento directo, u objetivo (de objeto), es el conocimiento que se puede tener de las
entidades. En español, el conocimiento directo se asocia a la expresión "conocer". Por ejemplo,
decimos que conocemos a Juan Pérez, que conocemos tal canción, que conocemos París.
Bertrand Russell trazó una distinción influyente entre conocimiento por familiaridad (en inglés,
knowledge by acquaintance) y conocimiento por descripción. El primer tipo de conocimiento es
el conocimiento de un objeto al que se tiene acceso directo, como puede ser una percepción o
un dolor. El segundo es en cambio el conocimiento de un objeto al que no se tiene acceso
directo, al que llegamos solo mediante una descripción definida que refiere unívocamente al
objeto siendo conocido. Por ejemplo, nuestro conocimiento del agua es un caso de
conocimiento por familiaridad, mientras que nuestro conocimiento del centro del Sol es un caso
de conocimiento por descripción.7
Razón: Elabora la información e infiere una conclusión. Por ejemplo: si se ponen todas las piezas
de un juego de ajedrez en una bolsa oscura y se van retirando una por una, cuando quede una
sola pieza se podrá saber cuál es esta pieza sin necesidad de sacarla.
Problema de Gettier
Desde al menos el Teeteto de Platón,10 la gnoseología contaba con una definición generalmente
satisfactoria del conocimiento proposicional: si S es un sujeto y p una proposición, entonces S
sabe que p si y sólo si:
S cree que p
p es verdadera
Por ejemplo, Newton sabe que de alguna manera tiene una manzana si y sólo si:
Sin embargo, en 1963, Edmund Gettier publicó un artículo de tres páginas titulado ¿Es el
conocimiento creencia verdadera justificada? en el que argumentó que la definición clásica no
es suficiente. Gettier mostró que hay casos en los que una creencia verdadera justificada puede
fallar en ser conocimiento. Es decir, hay casos en los que los tres requisitos se cumplen, y sin
embargo intuitivamente nos parece que no hay conocimiento. Retomando el ejemplo anterior,
podría ser que Newton crea que tiene una manzana y esté justificado en ello (por ejemplo,
porque parece una manzana), pero que sin embargo la manzana sea de cera. En ese caso, según
la definición clásica, Newton no posee conocimiento, porque falta que sea verdad que tiene una
manzana. Pero supongamos también que dentro de la manzana de cera hay otra manzana, más
pequeña, pero real. Entonces Newton cumple con los tres requisitos: Newton cree que tiene
una manzana; Newton está justificado en su creencia; y de hecho tiene una manzana. Sin
embargo, intuitivamente nos parece que Newton no posee conocimiento, sino que solamente
tuvo suerte (lo que se llama suerte epistémica).
Frente a este problema, muchos filósofos contemporáneos intentaron y aún intentan reparar la
definición, dando lugar a nuevas corrientes gnoseológicas. Otros filósofos han propuesto
problemas ligeramente diferentes, que se han incorporado a los contraejemplos enunciados por
Gettier. El conjunto de estos problemas y el desafío que plantean a la cuestión ¿qué es conocer?
recibe el nombre de el problema de Gettier. Aunque se han dedicado cientos de artículos a esta
cuestión, no hay consenso respecto a la solución al problema general.11 El problema de Gettier
es uno de los motores principales de la gnoseología contemporánea.
Justificación
Por su parte, la exigencia de que solo puede considerarse que es conocimiento un conjunto de
proposiciones estrictamente verdaderas (demostrables), ha sido cuestionado. En su Lógica de la
investigación científica, Karl Popper propuso el falibilismo, según el cual incluso la mejor clase
de ciencia empírica es falible. Una posición semejante puede rastrearse ya en René Descartes.
Las locuciones latinas a priori12 (‘previo a’)1314 y a posteriori12 (‘posterior a’) se utilizan para
distinguir entre dos tipos de conocimiento: el conocimiento a priori es aquel que, en algún
sentido importante, es independiente de la experiencia;15 mientras que el conocimiento a
posteriori es aquel que, en algún sentido importante, depende de la experiencia.
Por ejemplo, el conocimiento de que «no todos los cisnes son blancos» es un caso de
conocimiento a posteriori, pues se requirió de la observación de cisnes negros para afirmar lo
establecido. Los juicios a posteriori se verifican recurriendo a la experiencia, son juicios
empíricos, se refieren a hechos. Tienen una validez particular y contingente. Ejemplos: «los
alumnos de filosofía son aplicados» o «los ancianos son tranquilos».