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rama de la filosofía
El experimento mental del cerebro en una cubeta pretende poner a prueba distintas teorías acerca del conocimiento.
La gnoseología no estudia los conocimientos particulares, como pueden ser los conocimientos
de la física, de la matemática o del entorno inmediato, sino la naturaleza del conocimiento en
general. Muchas ciencias particulares tienen además su propia filosofía, como por ejemplo la
filosofía de la física, la filosofía de la matemática, la filosofía de la historia, etc. Otras disciplinas
también se ocupan del conocimiento en general, pero desde otros puntos de vista. La psicología
estudia los aspectos de la vida mental implícitos en el conocer, la lógica estudia la corrección o
incorrección de los razonamientos que pueden implicar nuevos conocimientos, y la ontología o
metafísica estudia la naturaleza de los objetos que se pueden conocer.
Tipos de conocimiento
Conocimiento proposicional
1. Si X es verdadero
2. Si cree en la verdad de X
Conocimiento práctico
Es frecuente la suposición de que la mayor parte de la teoría del conocimiento "clásica" —es
decir, aquella anterior al siglo XX— se ocupa principalmente del conocimiento proposicional. Sin
embargo, los problemas del conocimiento operacional gozan de una extensa historia en la
filosofía occidental. En la gnoseología contemporánea, sin embargo, la mayoría de los esfuerzos
se centran en el conocimiento proposicional (enunciado que afirma o niega algo).
Conocimiento directo
El conocimiento directo, u objetivo (de objeto), es el conocimiento que se puede tener de las
entidades. En español, el conocimiento directo se asocia a la expresión "conocer". Por ejemplo,
decimos que conocemos a Juan Pérez, que conocemos tal canción, que conocemos París.
Bertrand Russell trazó una distinción influyente entre conocimiento por familiaridad (en inglés,
knowledge by acquaintance) y conocimiento por descripción. El primer tipo de conocimiento es el
conocimiento de un objeto al que se tiene acceso directo, como puede ser una percepción o un
dolor. El segundo es en cambio el conocimiento de un objeto al que no se tiene acceso directo,
al que llegamos solo mediante una descripción definida que refiere unívocamente al objeto
siendo conocido. Por ejemplo, nuestro conocimiento del agua es un caso de conocimiento por
familiaridad, mientras que nuestro conocimiento del centro del Sol es un caso de conocimiento
por descripción.[7]
Sentidos: Es la información que se adquiere por contacto, visión, olfato, audición, gusto o
cualquier otro sentido como la propiocepción. Una variante elaborada de esta forma es la
transmisión de información entre personas, por ejemplo, comunicar lo que hizo una persona
cuando estaba sola.
Razón: Elabora la información e infiere una conclusión. Por ejemplo: si se ponen todas las
piezas de un juego de ajedrez en una bolsa oscura y se van retirando una por una, cuando
quede una sola pieza se podrá saber cuál es esta pieza sin necesidad de sacarla.
Problema de Gettier
Esta sección es un extracto de Problema de Gettier.[editar (https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Problema_de
_Gettier&action=edit) ]
Desde al menos el Teeteto de Platón,[10] la gnoseología contaba con una definición
generalmente satisfactoria del conocimiento proposicional: si S es un sujeto y p una
proposición, entonces S sabe que p si y sólo si:
S cree que p
p es verdadera
Por ejemplo, Newton sabe que de alguna manera tiene una manzana si y sólo si:
Frente a este problema, muchos filósofos contemporáneos intentaron y aún intentan reparar la
definición, dando lugar a nuevas corrientes gnoseológicas. Otros filósofos han propuesto
problemas ligeramente diferentes, que se han incorporado a los contraejemplos enunciados por
Gettier. El conjunto de estos problemas y el desafío que plantean a la cuestión ¿qué es conocer?
recibe el nombre de el problema de Gettier. Aunque se han dedicado cientos de artículos a esta
cuestión, no hay consenso respecto a la solución al problema general.[11] El problema de Gettier
es uno de los motores principales de la gnoseología contemporánea.
Justificación
Por ejemplo, el conocimiento de que «no todos los cisnes son blancos» es un caso de
conocimiento a posteriori, pues se requirió de la observación de cisnes negros para afirmar lo
establecido. Los juicios a posteriori se verifican recurriendo a la experiencia, son juicios
empíricos, se refieren a hechos. Tienen una validez particular y contingente. Ejemplos: «los
alumnos de filosofía son aplicados» o «los ancianos son tranquilos».
El hallazgo por Willem de Vlamingh de cisnes negros en Australia, en 1697, obligó a corregir la vieja creencia inductiva de
que todos los cisnes eran blancos. Lo mismo podría ocurrir en el futuro con otras generalizaciones científicas.
Presunción de que eventos en el futuro continuarán presentando la misma forma o que las
mismas causas ocasionarán los mismos efectos observados en el pasado (ver causalidad).
Lo que implica, por ejemplo, la creencia en que las leyes científicas serán válidas en el futuro.
John Stuart Mill llamó a esta asunción el principio de la uniformidad de la naturaleza.[18]
Dado que ambas son utilizadas, ya sea explícita o implícitamente, en forma generalizada para
proponer hipótesis —ya sea formales o no— a partir de observaciones empíricas, su
cuestionamiento pone en duda una gran parte, si es que no la totalidad, del conocimiento
humano. El problema adquiere especial relevancia en el ámbito científico, dado que
generalmente se pensaba que las asunciones necesarias para formular leyes científicas
requieren tanto generalizaciones como expectativas de que eventos en el futuro continuarán
exhibiendo los mismos comportamientos que en el pasado.[19] Esto se expresa generalmente
como el principio de simetría[20] [21]
[22]
o principio de invariancia[23] (véase también principio de
Curie[24] y teorema de Noether).
Consecuentemente Alfred North Whitehead describió la inducción como «el rompecabezas (the
despair) de la filosofía»[25] y el filósofo C. D. Broad sugirió: «La inducción es la gloria de la
ciencia, y el escándalo de la filosofía».[26]
Suponga que la proposición «la vida extraterrestre existe o no existe» está justificada a priori.
No se necesita recorrer el universo para saber que esa proposición es verdadera. Sin embargo,
según las técnicas estándar de la lógica contemporánea, si se quiere demostrar la verdad de
esa proposición, se debe demostrar que bajo cualquier interpretación de las partes de la
proposición, la proposición completa resulta verdadera. Pero este proceso de demostración
supone, necesariamente, la validez de al menos una regla de inferencia, generalmente el modus
ponens. Pero para demostrar la validez del modus ponens, es necesario recurrir al modus
ponens, o a reglas de inferencia cuya validez se demuestra por medio del modus ponens. Luego,
parece imposible dar una justificación última de la verdad de la proposición.
En 1895, Lewis Carroll publicó un breve ensayo titulado Lo que la tortuga le dijo a Aquiles, donde
por medio de un diálogo entre estos dos personajes, expone un problema de justificación de la
deducción. Carroll observa que para aceptar la verdad de una conclusión basada en un
argumento deductivo, es necesario aceptar tanto la verdad de las premisas como la validez del
argumento. Sin embargo, la validez del argumento puede ser considerada una premisa
adicional, que debe por lo tanto sumarse a las premisas que ya se tenía. Pero esto genera un
nuevo argumento, distinto al anterior, con n + 1 premisas, y si se quiere aceptar la conclusión
original con base en este nuevo argumento, entonces debe aceptarse que el nuevo argumento
con n + 1 premisas es válido. Pero aceptar esto, otra vez, es introducir una nueva premisa, que
genera un argumento con n + 2 premisas, distinto al anterior. Y así ad infinitum.
Paul Boghossian, en su trabajo titulado Knowledge of Logic, menciona otro posible camino de
justificación para la deducción: el camino no inferencial, según el cual es posible algo así como
una intuición racional de la verdad de las bases de la deducción (Boghossian se refiere en
particular al modus ponendo ponens).[34] Este camino, dice, aunque ha sido históricamente
influyente, parece más un nombre para el problema que una solución a él.[34]
El realismo es una doctrina filosófica según la cual el conocimiento humano está regido por el
ser de las cosas. La verdad de una proposición depende de que tal proposición concuerde
con el estado de las cosas. Esta doctrina ha sido defendida por Aristóteles, Tomás de Aquino
y muchos otros autores modernos y contemporáneos.
El escepticismo es una teoría filosófica opuesta al dogmatismo la cual duda de que sea
posible un conocimiento firme y seguro, en algunos ámbitos del saber (un escepticismo más
moderado) o en todos (un escepticismo radical). Esta postura fue defendida por Pirrón.
El relativismo es una corriente de pensamiento filosófica, defendida por los sofistas, que
niega la existencia de una verdad absoluta y defiende la idea de que cada individuo posee su
propia verdad, la cual depende del espacio y el tiempo. Un prototipo de sofista, al menos
como lo presenta Platón, sería Protágoras de Abdera.
El perspectivismo es una doctrina filosófica que defiende la existencia de una verdad absoluta
pero piensa que ninguno de nosotros podemos llegar a ella sino que llegamos a una pequeña
parte. Cada ser humano tiene una vista de la verdad. Dicha actitud fue defendida por José
Ortega y Gasset.
El racionalismo de René Descartes proponía que los seres humanos nacían con ideas, tales
como la idea de Dios, y que el conocimiento proviene del razonamiento.
El empirismo fue desarrollado por los filósofos ingleses John Locke, George Berkeley y David
Hume, los cuales, basándose y siguiendo las enseñanzas de Aristóteles, sostienen que todo
conocimiento proviene de la experiencia, y que el hombre es al nacer una tabula rasa, es decir,
como una tabla lisa, sin ninguna idea preconcebida y en la cual las experiencias van dejando
su marca, al contrario de lo que sostenía Descartes.
El idealismo desarrollado en 1781 por el filósofo alemán Immanuel Kant; publica la Crítica de
la razón pura, una obra muy influyente en la que critica tanto al racionalismo como al
empirismo y propone una alternativa superadora: el idealismo trascendental. Con ello propuso
un "giro copernicano" en la filosofía moderna, donde el sujeto ya no es pasivo frente al mundo,
sino que pasa a ser un sujeto activo que "construye" el objeto de su conocimiento. De este
modo, Kant propone que el mundo nouménico permanece incognoscible para el sujeto, que
solo puede conocer el mundo fenoménico, mediado por las intuiciones puras del espacio y el
tiempo, las categorías del intelecto y las ideas regulativas de la razón. A partir de entonces, la
gnoseología ha intentado volver a recuperar el conocimiento del mundo. La obra de Kant dio
inicio al idealismo alemán, escuela que tuvo a sus mayores exponentes, además del propio
Immanuel Kant, en Johann Gottlieb Fichte, Friedrich Wilhelm Joseph von Schelling y Georg
Wilhelm Friedrich Hegel.
El materialismo dialéctico es una postura filosófica, desarrollada por Karl Marx y Friedrich
Engels, que retoma el pensamiento dialéctico de Hegel, pero "dándole vuelta". Según estos
autores, existe una realidad material independiente de los sujetos, pero que solo es
comprendida por la actividad de los hombres. Es decir, que la realidad solo es realidad porque
es mediada por la práctica de los hombres concretos. La idea de que el hombre construye la
realidad, no obstruye que el hombre pueda conocer la realidad tal cual es, sino todo lo
contrario, solo así puede conocer tanto la realidad humana creada como la naturaleza.
Dentro de la gnoseología, una parte importante, que algunos consideran incluso una rama
independiente de la filosofía,[35] es la fenomenología. La fenomenología es el estudio de los
fenómenos, es decir de la experiencia de aquello que se nos aparece en la conciencia.[35] Más
precisamente, la fenomenología estudia la estructura de los distintos tipos de experiencia, tales
como la percepción, el pensamiento, el recuerdo, la imaginación, el deseo, etc.[35] Algunos de
los conceptos centrales de esta disciplina son la intencionalidad, la conciencia y los qualia,
conceptos que también son estudiados por la filosofía de la mente.[35]
Trilema de Münchhausen
Esta sección es un extracto de Trilema de Münchhausen.[editar (https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Trilema_
de_M%C3%BCnchhausen&action=edit) ]
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El barón de Munchausen se saca del lodo tirando de su propio pelo.
Un trilema es un problema que admite solo tres soluciones, todas las cuales parecen
inaceptables. El argumento discurre así: cualquiera que sea la manera en que se justifique una
proposición, si lo que se quiere es certeza absoluta, siempre será necesario justificar los medios
de la justificación, y luego los medios de esa nueva justificación, etc. Esta simple observación
conduce sin escape a una de las siguientes tres alternativas (los tres cuernos del trilema):[36]
Historia
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Edad Antigua
Edad Media
Renacimiento
Edad Moderna
En el siglo XVII, el inglés Francis Bacon escribe Advancement of knowledge y Novum organum,
donde reclama el apoyo de la monarquía para impulsar el conocimiento de tipo empírico. La
tradición empirista encontraría a sus principales defensores en John Locke, David Hume y
George Berkeley. Locke se ocupó de estas cuestiones en su obra Ensayo sobre el entendimiento
humano; Berkeley sigue parcialmente a Locke en su Tratado sobre los principios del conocimiento
humano, de 1710; y Hume, hizo lo propio en la primera parte de su Tratado de la naturaleza
humana y en su Investigación sobre el entendimiento humano.
Por otro lado, el francés René Descartes publica en 1637 el Discurso del método y en 1641 las
Meditaciones metafísicas, obras en gran parte dedicadas a plantear y resolver los problemas
fundamentales de la teoría del conocimiento. Descartes introduce la duda metódica como
método racional para obtener conocimiento seguro, y dio inicio a la tradición racionalista, que
será continuada por Spinoza y Leibniz, entre otros.
Ya en el siglo XVIII, en 1781, el alemán Immanuel Kant publica la Crítica de la Razón Pura, una
obra muy influyente en la que critica tanto al racionalismo como al empirismo y propone una
alternativa superadora: el idealismo trascendental. Con ello propuso un «giro copernicano» en la
filosofía moderna, donde el sujeto ya no es pasivo frente al mundo, sino que pasa a ser un
sujeto activo que «construye» el objeto de su conocimiento. De este modo, Kant propone que el
mundo nouménico permanece incognoscible para el sujeto, que solo puede conocer el mundo
fenoménico, mediado por las intuiciones puras del espacio y el tiempo, las categorías del
intelecto y las ideas regulativas de la razón. A partir de entonces, la gnoseología ha intentado
volver a recuperar el conocimiento del mundo. La obra de Kant dio inicio al idealismo alemán,
escuela que tuvo a sus mayores exponentes en Johann Gottlieb Fichte, Friedrich Schelling y
Georg Wilhelm Friedrich Hegel.
Edad Contemporánea
A principios del siglo XX, Husserl propuso un retorno "a las cosas mismas", expresión con la que
quedó fundada la fenomenología, que sería continuada, de distintos modos, por Heidegger,
Sartre y Merleau-Ponty, entre otros.
En la filosofía analítica, por el contrario, a mediados del siglo XX se inició a partir de un breve
artículo de Edmund Gettier una tradición de análisis del conocimiento en términos de
atribuciones de conocimiento, retomando las tres características que señalara Platón para todo
conocimiento: que sea una creencia, que sea verdadera y que esté justificada. A partir de este
análisis estándar han surgido a principios del siglo XXI diversas teorías sobre las atribuciones
de conocimiento como el invariantismo, el invariantismo sensible,[37] el contextualismo[38] y el
relativismo.
En 1963, Frederic Fitch publica un trabajo en lógica epistémica en el que demuestra que dados
ciertos supuestos básicos, "si toda verdad se pudiera conocer, entonces toda verdad sería
conocida". Pero como no toda verdad es conocida, se sigue que no es posible conocer todas las
verdades. Esta paradoja se conoce hoy como la paradoja de la concupiscibilidad de Fitch (Fitch's
Paradox of Knowability).[39]
Paralelamente, desde mediados del siglo XIX, quizá empezando con las reflexiones
metodológicas del astrónomo británico William Whewell, como a lo largo del siglo XX, se
dedicaron muchos esfuerzos filosóficos al estudio del conocimiento científico, dando lugar a la
filosofía de la ciencia. Este tipo de estudios pronto se ven complementados con otros sobre la
historia de la ciencia, y más tarde, la sociología de la ciencia.
Véase también
Notas y referencias
Enlaces externos
Bibliografía
Obtenido de
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title=Gnoseología&oldid=144568303»
Última edición hace 3 meses por PedroAcero76