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Cómo Sanar Las Heridas Del Alma Y Lidiar

Con Las Emociones


Cuando alguna persona reconoce a Jesús como su Señor y Salvador
personal, viene a ser un hijo de Dios, lavado con su sangre, y que si
muere, irá directo al cielo. Esto no significa que el creyente es
totalmente libre y que todos sus problemas hayan terminado.
Existen creyentes que poseen muchas ataduras del pasado, tales
como: heridas del alma, amarguras y complejos.
La primera pregunta que se nos puede venir a la mente es, ¿por
qué si somos creyentes aún arrastramos con cosas del pasado?

La razón de esto es, que lo que nació de nuevo fue nuestro espíritu,
pero nuestra alma debe ser renovada y transformada; por lo tanto,
es en esta área donde necesitamos liberación y sanidad interior.

Nuestra vida cristiana es superar los obstáculos continuamente,


sobreponerse a todas las circunstancias y no dejar que la
adversidad nos hunda, sino dar lugar a Jesús, por medio de la
transformación y la renovación que obra en nuestro
entendimiento, dejar que sea Cristo quién resuelva nuestras
dificultades y neutralice su efecto en nuestra vida.

(Romanos 12:2) “No os conforméis a este siglo, sino transformaos


por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y
perfecta.”
Dios considera que cada uno de nosotros es responsable de las
reacciones ante cualquier situación en la que nos vemos afectados.
Ha dado a cada una de las persona libre albedrío, libre
determinación. Nos pide que constantemente tomemos decisiones
las cuales sean acertadas y que procedamos rectamente. Y cuando
lo hacemos, él nos ayuda a salir adelante.
¿Que son las heridas del alma?
Las heridas del alma son traumas que las personas sufren a medida
que van pasando por ciertas experiencias que marcan su historia.

Todas las experiencias van conformando lo que eres ahora, algunas


veces te sentirás feliz y en otras profundamente decepcionado. En
estos momentos que sientes un profundo desanimo, decepción y
tristeza; nuestras heridas suelen irse abriendo.

Las heridas del alma son causadas por un daño  bien sea por un
dolor, una traición, hasta una humillación, cada dolor que sufrimos
en nuestras vidas nos van haciendo heridas profundas en nuestra
alma, las cuales el enemigo usa para traer a nosotros un sinfín de
espíritus inmundos que se apoderen de nuestras emociones.

Síntomas de una herida en el alma.


Todos los seres humanos poseen heridas en su alma, en el
transcurrir de nuestras vidas esta heridas suelen formarse por
nuestras vivencias, lo que diferencia, es que algunos suelen obtener
heridas más grandes que otros, porque no todos pasamos las
misma situaciones. Como saber que tienes heridas en tu alma muy
profundas.

1. Tristeza sin una causa aparente


2. Rechazo de sí mismo y de los demás.
3. Baja autoestima
4. Sentimientos obsesivos de culpa,
5. Amargura, ira injustificada, inconformismo ante todo.
6. Temor obsesivo
Consecuencias de las heridas del alma
Cuando nos acercamos a Jesús creemos que todo ha quedado
resuelto en nuestra vida, que no tenemos más problemas, pero
tarde o temprano nos damos cuenta que aún existen ciertas áreas
de nuestra alma que no han sido regeneradas y que hay
sentimientos negativos o actitudes que no son favorables, las
cuales el enemigo usara para que en el andar que tenga con Jesús,
Usted no pueda fluir correctamente. Y Empezará a traer recuerdos
amargos del pasado para perturbar las heridas que no han sido
sanadas en su interior.

Las heridas del alma producen incapacidad de disfrutar una vida


interna en la paz de Cristo.

Producen emociones negativas en el corazón que logran


perturbar la mente de las personas, trayendo estados de depresión,
ansiedad, ira, tendencia al suicidio, violencia, rechazo y
pensamientos muy destructivos.

Muchos creyentes viven atados a las heridas del alma que son
arrastradas del pasado, lo cual no los deja crecer espiritualmente,
ni vivir una vida de victoria, entonces vemos a Dios como que no
cumple sus promesas descritas en los libros de la biblia, en nuestra
vida; pero la razón de no cumplirse son las ataduras que poseemos
en el alma.

Algunos personas suelen guardar estás heridas  en sus corazones


como cicatrices, estos son recuerdos del pasado que hacen dudar
del presente y tener miedo del futuro.
Cuando nos ponemos confiadamente en las manos de Dios, él
comienza su obra en nosotros de una forma progresiva para
sanarnos.

(Filipenses 1:6)”Estando persuadido de esto, que el que comenzó en


vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.”
Gradualmente Dios nos lleva a la perfección, es un desarrollo que
se va produciendo lentamente y avanza a la perfección de acuerdo
a nuestra búsqueda continua hacia su presencia.

Cómo hacer para sanar las heridas del alma


Primeramente para sanar las heridas que están en el alma,
debemos conocer la función de la misma y lo que ésta representa
en el mundo espiritual. Tenemos que conocer que el hombre es un
espíritu, que tiene un alma, el cual está dentro en un cuerpo físico.

¿Qué es el alma?
 Es el asiento de la voluntad, de nuestras emociones y de la mente.
Ésta es la parte del creyente que no nace de nuevo, sino que
necesita ser transformada y renovada.

Cómo opera nuestra alma.


(Santiago 1.22) «Pero sed hacedores de la palabra, y no tan
solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos».

 La obra de Cristo en nuestro espíritu es perfecta, cuando nacemos


de nuevo. Somos hijos de Dios, por lo tanto vamos al cielo, en el
libro de la vida está escrito nuestro nombre, pero nuestra alma no
es cambiada. Bien ahora, como el alma (voluntad, emociones y
mente) no nació de nuevo, surge una interrogante y es: ¿Qué
hacemos con el alma?
2.- Cosas necesarias: ser renovada y ser
transformada.
(Romanos 12.1-3) «Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio
vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la
renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Digo, pues,
por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros,
que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino
que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios
repartió a cada uno».
Por esta razón, existen muchos creyentes que todavía tienen
heridas emocionales, malos pensamientos y deseos de no hacer la
voluntad de Dios; esta última viene siendo rebeldía.

Muchas personas suelen confundirse porque no saben si han


nacido de nuevo, porque aún arrastran cosas del pasado, las cuales
no han podido vencer. Y lo que realmente necesitan es renovar su
alma, y esto se puede lograr a través de la Palabra de Dios, la
sanidad interior y la liberación.

La mayor parte de los problemas de todos los cristianos están en su


alma, es decir, en su voluntad, en sus emociones y en su mente.

Características del alma


Las características del alma son comparadas a las del asno. El asno
es: testarudo, desobediente, egoísta, voluntarioso, ególatra,
jactancioso, rudo, inseguro, rebelde, arrogante y orgulloso.
Esta naturaleza necesita ser transformada y renovada. Existen dos
tipos de vida: La vida del Espíritu, que en el griego original es la
palabra "zoe" y la vida del alma que es "psuke". Es necesario que el
alma sea cambiada o no vamos a poder disfrutar de la vida
abundante de Dios.

Tenemos que aprender a tener control sobre el alma. El salmista


dijo:

(Salmos 103.1 3) «Bendice, alma mía a Jehová, y bendiga todo mi


ser su santo nombre. Bendice, alma mía a Jehová, y no olvides
ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus
iniquidades, el que sana todas tus dolencias».
Nuestra alma debe estar siempre bajo el control del espíritu
renovado en Cristo. Es por ello, que debemos someter nuestra
voluntad a Dios, y ¿que es la voluntad?.

La Voluntad.
 Es la faceta de las persona donde reside la capacidad de decidir. El
ser humano es el representante moral, libre de escoger entre el
bien o el mal.

La Voluntad es la fuerza que cierra o abre todo acto de elección en


nuestras vidas, incluyendo nuestros pensamientos, las emociones y
las pasiones. Esta área trabaja conjuntamente con nuestra mente y
emociones. Es donde se nos da la capacidad de decidir lo que
queremos ser y hacer. El ser salvos no depende de Dios, sino de la
elección que el hombre haga a través de la voluntad. Pues el
hombre posee soberanamente la voluntad de escoger servir al
diablo o a Dios.
Por ejemplo, la desobediencia es un acto que surge de nuestra
propia voluntad. La palabra de Dios dice: "el alma que pecare
ciertamente morirá".

¿Por qué nos cuesta dejar de hacer algo si somos


dueños de nuestra  voluntad?
Porque nuestra mente la cual no está renovada envía pensamientos
constantemente a nuestras emociones que no están sujetas al
espíritu. Entonces, las emociones y la mente tratan de seducir la
voluntad humana. Por esta razón, el hombre no puede dejar de
hacer las cosas que sabe que son desagradables ante Dios.

¿Cómo lidiamos con nuestra voluntad?


 Rindiéndola
 Quebrantándola
 Vaciándola
 llenándola con la voluntad de Dios

¿Cómo rendimos nuestra voluntad?


La palabra de Dios nos habla de ciertos términos los cuales nos
enseñan que el rendir nuestra voluntad es un acto de elección. La
Escritura usa términos, tales como:

1. Renunciar - Esta palabra significa: "estar muerto a"


2. Despojarse. Esto se refiere, a deshacerse de todo lo malo,
como es el viejo hombre.
3. Quitarse (Efesios 4:3)
4. Hacer morir (Colosenses 3.5)
(Efesios 4.22-24) «En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos
del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos
engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del
nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la
verdad».
Dios no nos obliga a hacer ninguna de estas cosas, simplemente
somos nosotros los que debemos tomar la iniciativa de renunciar a
todo lo que está en diferentes áreas de nuestra vida que no le
agradan a Dios. Tenemos que hacer morir lo malo, quitar todo
aquello que nos impide tener un crecimiento espiritual.

Desde hoy, Usted debe empezar a renunciar a la amargura, a la ira,


al pasado y a todos los deseos de la carne. Cuando el ser humano
toma la determinación y la decisión de hacer la voluntad perfecta
de Dios, todas sus promesas serán un sí y amén.

¿Cómo las emociones afectan nuestra vida?


1.Influyen en nuestras relaciones con los
demás.
Nosotros solemos ser el producto de nuestras experiencias
pasadas, y nuestras reacciones surgen de acuerdo a las heridas que
hemos experimentado en el pasado.

Como por ejemplo, una mujer que fue abusada por su pareja estará
siempre a la defensiva en cualquier otra relación. Otro es el de una
persona que posee una raíz de rechazo, esta le impide manifestar
sus emociones y, como consecuencia, crea una baja estima.

2.Serán un obstáculo para nuestra fe.


Si nos dejamos guiar por nuestras emociones, será muy difícil creer
en la palabra de Dios. Esto nos hará querer ver primero para
después creer. Todos los creyentes hijos de Dios tenemos que
caminar por convicción y no por emoción.

Las heridas emocionales nos impiden entregarnos al cuerpo de


Cristo para convivir en amor y sin temor a ser rechazado. Las
heridas del alma por causa del pasado dañan su presente y su
felicidad.

(2 Corintios 5) «Porque por fe andamos, no por vista».


(Juan 20:24-25) «Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no
estaba con ellos cuando Jesús vino. Le dijeron, pues, los otros
discípulos: Al Señor hemos visto. Él les dijo: Si no viere en sus manos
la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y
metiere mi mano en su costado, no creeré».

Mecanismos de defensa que usamos cuando


estamos heridos
Muchas personas que han sido heridas, ocultan el dolor en lo más
profundo de su alma y evitan por todos los medios hablar de ello.
Otras personas utilizan mecanismos de defensa, tales como:

 Proyectar rechazo: En este caso, la persona siente y


muestra un rechazo al reconocer que ha sido herida,
entonces prefiere negarlo (rechazar la idea) antes que
enfrentarse a ella y hacer algo para sanarse.
 Autojustificación: Este es un mecanismo de defensa, el
cual es utilizado por las personas heridas cuando se
sienten incapaces de aceptar la responsabilidad sobre sus
actos que le corresponde. Prefiere poner cualquier
excusa, por más inverosímil que sea, antes de reconocer
que algo no está bien en su vida.
 Aislamiento: Esto suele suceder cuando las personas
heridas deciden apartarse del resto, rechazando toda
posibilidad de ser ayudados, y prefirieren de esta
manera, permanecer aferrado a sus heridas.

¿Cómo lidiar con las heridas del alma y sanar


nuestras emociones?
1. Debemos enfrentar la verdad.
Muchas veces, confrontar la verdad es algo muy doloroso; pero
debemos tener en cuenta que la puerta por donde entró el dolor,
es la misma puerta por donde tiene que salir.

(Juan 8.32) «Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres».


Las heridas ocultas, la falta de perdón, los traumas, los abusos de
todo tipo y los pecados, son como una comida podrida en un
refrigerador.

 Muchas veces, percibimos el mal olor y no sabemos de dónde


proviene; pero luego, nos encontramos que existe algo podrido en
el refrigerador que lo está contaminando todo.

Cuando nos ocultamos detrás de una puerta de dolor, debemos


que regresar por la misma puerta para ser libres; tenemos que
enfrentarnos a la verdad.

2. Confesando que nos duele.


Hablar de lo que nos pasa o como nos sentimos con alguna persona
que sea de confianza, nos ayuda a drenar lo que está dentro de
nuestra alma, es necesario que confesemos lo que sentimos. Algún
hermano de la congregación, un líder, anciano(a), que este acto
para dar consejos sabios, y ayuden en oración ante esa situación
que esté viviendo.

(Santiago 5:16) «Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad


unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo
puede mucho».

3. Perdonando y olvidando.
El perdón no es un sentimiento que debemos manifestar, es una
decisión. Tenemos que aprender a perdonar a todas  aquellas
personas que alguna vez nos han ofendido.

(Marcos 11:25) «Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo


contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los
cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas»

4. Desarrollando dominio propio.


Tomemos la decisión y determinación firme de caminar de acuerdo
al espíritu y no por las emociones. "Y sobre todas las cosas,
desarrollemos dominio propio".

Gálatas 5:16 «Digo, pues: Andad en el Espíritu y no satisfagáis los


deseos de la carne».

5. Haciendo un compromiso.
Hacer un verdadero compromiso de no vivir por medio de las
emociones sino por los principios de la palabra de Dios.
6. Dandole prioridad a la intuición del Espíritu
Santo.
Conocimiento inmediatamente la verdad que nos ofrece el Espíritu
Santo sin necesidad de razonarla.

Si realmente quieres ser libre de las heridas del alma;


primeramente tienes que reconocer las  heridas que están dentro
de ti, luego debes someter tu voluntad a la palabra de Dios; y dejar
que sea el Espíritu santo quien te guíe en todo momento. Esto no
es tan fácil pero de la mano de Dios es posible.

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