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• Lubricaciones periódicas;
• Revisiones sistemáticas de equipos;
Estas acciones están destinadas a mantener la condición original del equipo, con el
objetivo de reducir la posibilidad de falla. Como este mantenimiento se basa en el
tiempo, algunos indicadores de los propios fabricantes de máquinas ya dirigen la
programación:
Tiempo
Es efectivo en situaciones relacionadas con la antigüedad del equipo y con todas las
fallas relativas al tiempo. Sin embargo, cuando se trata de comprender las
condiciones del funcionamiento en sí, la prevención no es la mejor opción. Aquí, es
necesario monitorear (mantenimiento predictivo) e identificar fallas potenciales.
Es decir, vale la pena evaluar en cuál equipo usar la estrategia del mantenimiento
preventivo.
Es útil en el caso de artículos que están sujetos a fallas, debido al tiempo de uso de la
máquina proporcionada para funciones operativas críticas. Y también, cuando las
posibilidades de falla aumentan con el tiempo, o aumenta la frecuencia de uso.
3. Funcionamiento de rodamientos
Los rodamientos son responsables del movimiento de alguna pieza, por lo que si
presentan ruidos o vibraciones pueden estar indicando potenciales problemas.
Mala lubricación, acumulación de polvo y desgaste son algunas de las causas más
comunes, así como el sobrecalentamiento de la carcasa de un rodamiento.
La corrosión también es un factor de riesgo que hay que evitar, por lo que se
necesita lubricar cada componente para protegerlo. Sin embargo, el exceso de
lubricación afecta los bobinados, por lo que el lubricante debe ser aplicado en su
justa medida.
5. Prueba el bobinado del motor
El sobrecalentamiento de un bobinado es un riesgo de daños graves. Para probar
un bobinado es necesario desmontar el motor. Así se pueden detectar averías o
fallas en los devanados.