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El arbitraje internacional en Cuba.

“… la estabilidad de las instituciones de


ningún modo contradice el hecho de que estén en
cambio permanente.”

Douglass C. North
Instituciones, cambio institucional y
desempeño económico. (1999)

La Corte cubana.

Mas allá del cambio de denominación de la “Corte de Arbitraje de Comercio Exterior” 2,


como órgano adscrito a la Cámara de Comercio de la República de Cuba, por la de
“Corte Cubana de Arbitraje Comercial Internacional”3, (CCACI), la nueva normativa se
orienta, en lo fundamental, a la ampliación de su esfera de actividad, al fortalecimiento
de su organización, y al perfeccionamiento de sus reglas de procedimiento.

Quizás desconocida para muchos, con mas de 42 años de actividad arbitral, la Corte
cubana de arbitraje, adelantándose a su tiempo en la región, fue concebida como parte
del ordenamiento del comercio exterior, en los primeros años del triunfo revolucionario;
de ahí su permanente – y excluyente – vocación internacional4.

Esta exclusión del arbitraje doméstico, sin embargo, no ha impedido que la Corte
cubana mantenga una radicación relativamente alta de procesos5.

1
Narciso A. Cobo Roura, Vicepresidente de la Corte Cubana de Arbitraje Comercial Internacional y
Presidente de la Sala de lo Económico del Tribunal Supremo Popular.
2
Creada mediante la Ley 1184 “De la Corte de Arbitraje de Comercio Exterior”, de 15 de septiembre de
1965, posteriormente sustituida por la Ley 1303 de 26 de mayo de 1976, que rigió su organización y
funcionamiento hasta su reciente derogación.
3
Decreto Ley 250 “De la Corte Cubana de Arbitraje Comercial Internacional”, de 30 de julio de 2007,
Gaceta Oficial Extraordinaria no. 37, de 31 de julio de 2007, por el que se deroga la Ley 1303 de 1976.
4
Desde su creación en 1965, la Corte cubana de arbitraje ha conocido únicamente litigios de carácter
internacional. El arbitraje doméstico ha sido siempre objeto de un marco regulatorio diferente.
5
En los últimos diez años esta ha comportado como sigue: 1997 – 21, 1998 – 24, 1999 – 30, 2000 – 23,
2001 – 59, 2002 – 49, 2003 – 36, 2004 – 42, 2005 – 42, y 2006 – 49, para un promedio de 37,5 procesos
por año. En el primer semestre de 2007, al amparo de la ley anterior, se radicaron 32 nuevos procesos.
Marco legal.

El marco legal del arbitraje comercial internacional en Cuba debe entenderse integrado,
fundamentalmente, por el Decreto Ley 250, que instituye la Corte Cubana de Arbitraje
Comercial Internacional, y por el conjunto de Resoluciones aprobadas por la Cámara de
Comercio de la República de Cuba, por las que se aprueban y ponen en vigor la Reglas
de Procedimiento de la CCACI, sus Estatutos, los respectivos Códigos de Ética de
Árbitros y Mediadores, el Reglamento de Mediación, y el Reglamento de los Derechos
de Arbitraje, Gastos de Procedimiento y Costas de las Partes.

Las anteriores reglas de procedimiento de la Corte se contenían en el propio cuerpo de


la ley, lo que si por una parte contribuyó a su mayor estabilidad, por la otra ha hecho
mas difícil actualizar las mismas en la medida en que ha ido evolucionando la práctica
arbitral internacional, siendo necesario adaptarlas a las cambiantes exigencias de
nuestro comercio exterior. Hoy, las nuevas reglas de procedimiento, al ser objeto de una
normativa independiente, pueden contar con una mayor flexibilidad. Algo similar
sucede con los Estatutos de la Corte, que pasan a contener y regular, de manera
independiente, algunos aspectos anteriormente fijados por ley.

En este sentido el nuevo decreto ley ordenador de la Corte cubana, se contrae mas bien
a sus principales aspectos internos de organización y funcionamiento, determinando su
integración, fijando su nueva competencia, la que hace extensiva a los conflictos
asociados a cualquiera de las modalidades de la inversión extranjera directa (IED) en el
territorio nacional, y estableciendo y regulando, de manera general, los principios que
informan y rigen su actividad.

Este marco regulatorio habría que entenderlo complementado con el ordenamiento


procesal, que recientemente fuera objeto de una importante modificación 6 por la que se
incorporó a la Ley 7 “De Procedimiento Civil, Administrativo y Laboral”, de 1977, el
Procedimiento de las Salas de lo Económico7 de los Tribunales Populares.

6
Decreto Ley 241 de 26 de septiembre de 2006, Gaceta Oficial Extraordinaria 33, de 27 de septiembre de
2006. Modificó la Ley de Procedimiento Civil, Administrativo y Laboral, añadiendo a esta una cuarta
parte contentiva del Procedimiento de lo Económico.
7
Las Salas de lo Económico fueron creadas mediante Decreto Ley 129 “De extinción del sistema de
Arbitraje Estatal”, de 17 de agosto de 1991, Gaceta Oficial Extraordinaria 9, de igual fecha.
Principales convenciones.

En el orden externo, la República de Cuba, desde muy temprano dio pasos en dirección
a suscribir las principales convenciones internacionales en materia de arbitraje
comercial internacional, siendo signataria de la Convención de Ginebra, 1961, desde
19658, y de la Convención de Nueva York, l958, desde 19759.

Ninguna de las Convenciones Interamericanas en materia de Arbitraje10, Panamá, 1975,


y Montevideo, 1979, han sido suscritas por Cuba. Como tampoco Cuba es parte
signataria de la Convención de Washington, 196511

Tribunales ordinarios

En estrecha correspondencia con las citadas convenciones internacionales12, y dando


continuidad a la preceptiva legal precedente13, la nueva normativa en materia de
arbitraje comercial internacional14 impone a los tribunales la estricta observancia de la
cláusula compromisoria o pacto arbitral, lo que ha devenido en una práctica sostenida
por las salas de justicia en la aplicación de su propio ordenamiento procesal15

8
Paralelamente a la creación de la Corte mediante la Ley 1184 “De la Corte de Arbitraje de Comercio
Exterior”, de 15 de septiembre de 1965, Cuba suscribía la Convención de Ginebra, “Convención Europea
sobre Arbitraje Comercial Internacional”, de 21 de abril de 1961, siendo esta objeto de Proclama
Presidencial de 8 de agosto de 1965, entrando en vigor el 30 de noviembre del propio año.
9
La Convención de Nueva York, “Convención de NN.UU. sobre el Reconocimiento y la Ejecución de
Sentencias Arbitrales Extranjeras”, de 1958, fue objeto de Proclama Presidencial el 3 de febrero de 1975,
entrando en vigor el 30 de marzo del propio año. Cuba se adhirió también a la “Convención de Arbitraje
de Moscú” de 26 de mayo de 1971, que entró en vigor el 11 de mayo de 1977 .
10
Por mas de cuarenta años la República de Cuba ha sido excluida del seno de la Organización de
Estados Americanos (OEA), en cuyo marco han sido promovidas y adoptadas las expresadas
convenciones.
11
El sistema del CIADI (ICSID), por su íntima vinculación con el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional, ha sido siempre objeto de rechazo por la República de Cuba como foro para la solución de
conflictos en materia de inversión extranjera. Cuba, a pesar de haber suscrito más de 55 convenios
bilaterales de inversión (APRI´s), en ningún caso ha pactado el sometimiento al expresado Centro.
12
Convención de Nueva York, Artículo 2, 3er. Párrafo, y Convenio de Ginebra, 1961, Artículo VI.
13
Ley 1303 de 1976, artículo 55.”Los tribunales populares, a instancia de parte, se abstendrán de conocer
de aquellos litigios que a virtud de la existencia de un convenio de arbitraje, sean de la competencia de la
Corte, salvo que estimaren, a instancia de parte, que dicho convenio es nulo, ineficaz o inaplicable.”
14
Decreto Ley 250, artículo 15. “Los tribunales de la jurisdicción ordinaria se abstendrán de conocer de
aquellos asuntos en relación con los cuales exista un acuerdo o convenio por el que expresamente se
someta el mismo a una solución arbitral, salvo que estime, a instancias de parte, que dicho acuerdo o
convenio es nulo, ineficaz e inaplicable.”
15
Decreto Ley 241, artículo 739: “Se exceptúan igualmente del conocimiento de las salas de lo
Económico los litigios que se sometan expresa o tácitamente, o por disposición de la Ley o acuerdos
Igualmente, en materia cautelar, con independencia de facultar expresamente al tribunal
arbitral para adoptar medidas precautorias, el propio decreto ley reconoce el derecho
que asiste a las partes de solicitar éstas a los tribunales ordinarios16, lo que igualmente
se reconoce y es objeto de regulación en el ordenamiento procesal 17, con sujeción a las
previsiones contenidas al efecto en la Convención de Ginebra18.

A esta función tuitiva, ahora se suma la del auxilio que están llamados a prestar los
tribunales en caso de que le sea solicitada su intervención por el tribunal arbitral para la
práctica de una prueba19.

Por último, en lo que se contrae al control del laudo, los tribunales cubanos están
facultados tanto para disponer su ejecución forzosa20, como para conocer de la acción de
nulidad que autoriza el decreto ley21, sin que ésta última pueda ser objeto de renuncia;
siendo ambas formas de intervención judicial reguladas en la normativa procesal22.

Kompetenz – Kompetenz.

El natural corolario de esta independencia y de la forma en que históricamente se


relaciona la corte cubana de arbitraje con los tribunales ordinarios, lo es la facultad que
expresamente le confiere el decreto ley de resolver sobre su propia competencia.23

internacionales al arbitraje comercial internacional, sin perjuicio de la asistencia que deban prestar en
dichos procesos a solicitud de las partes o requerimiento del tribunal arbitral.”
16
Decreto Ley 250, artículo 35: “La solicitud de medidas cautelares por las partes ante los tribunales
ordinarios y su adopción por estos, con antelación o durante el proceso arbitral, no impide la continuidad
del mismo ante la Corte.”
17
Decreto Ley 241, artículo 799, 2do. Párrafo: “Asimismo podrá solicitar medida cautelar todo actor que
lo sea en proceso de arbitraje ante corte arbitral cubana.”
18
Convención de Ginebra, 1961, Artículo VI.4
19
Decreto Ley 250, artículo 33: “En su actuación el tribunal arbitral puede solicitar a los tribunales
ordinarios su intervención a los fines de ordenar la practica de pruebas requeridas o asegurar el desarrollo
del proceso arbitral.”
20
Decreto Ley 250, artículo 40: “ En caso de incumplimiento del laudo, su ejecución forzosa puede ser
solicitada por la parte a cuyo favor se haya dictado, ante los tribunales ordinarios, con sujeción a los
términos de la ley y de las convenciones internacionales de aplicación. A este fin el laudo arbitral se
equipara a la sentencia judicial.”
21
Decreto Ley 250, artículo 41: “Sin perjuicio de la ejecutoriedad del laudo, las partes, dentro de los 10
días siguientes al de su notificación, podrán solicitar la nulidad del fallo ante la jurisdicción ordinaria. Las
partes no pueden pactar la renuncia a su acción de nulidad.”
22
Decreto Ley 241, Capítulo XII “De la Ejecución de los Laudos Arbitrales”, artículos 820 al 824; y
Capítulo XIII “De la Declaración de Nulidad de Laudo Arbitral”, artículos 825 al 828.
23
Decreto Ley 250, artículo 13, 1er. Párrafo: “La Corte, o en su caso el tribunal arbitral, (…) decide sobre
la validez del acuerdo o convenio arbitral y resuelve sobre su propia competencia.”
Acuerdo Arbitral.

La existencia de un acuerdo o convenio arbitral de sumisión a la Corte es un


presupuesto necesario para su actuación24. En consonancia con ello todo acuerdo
arbitral, contenido en un contrato o en documento aparte de éste, se considera de manera
independiente de las restantes cláusulas del mismo25.

Sin embargo, la existencia de este, bajo una forma de cláusula compromisoria o


contenido en condiciones generales anexas a un contrato o en otro documento
independiente de aquél, no es la única forma de sometimiento al arbitraje de la Corte.
La tácita sumisión también lo es.26 Basta que la conducta procesal de las partes
evidencie este interés.

De igual manera el decreto ley reconoce como válido el sometimiento a ésta de aquellos
litigios que las partes vengan obligadas a someter a la misma en virtud de tratados
internacionales27, como no es infrecuente que tenga lugar en el marco de los acuerdos
de inversión o de colaboración económica internacional.

Competencia.

Aun cuando la Corte preserva su condición de corte de arbitraje comercial


internacional28, sujeta a los criterios de internacionalidad comúnmente reconocidos -
establecimiento o residencia habitual de las partes, nacionalidad de éstas, lugar de
concertación o cumplimiento de los contratos29 - es lo cierto, sin embargo, que la misma
extiende su esfera de actuación a otras relaciones anteriormente sujetas a la jurisdicción
imperativa de los tribunales.

24
Decreto Ley 250, artículo 12: “La Corte conoce de los litigios señalados en los artículos precedentes
cuando entre las partes involucradas exista un acuerdo o convenio arbitral de sumisión a la misma.”
25
Decreto Ley 250, artículo 13, 2do. Párrafo.
26
Decreto Ley 250, artículo 12: “… Esta conformidad podrá expresarse también mediante la realización
de actos procesales que muestren la voluntad de someterse a la Corte”.
27
Decreto Ley 250, artículo 12, 2do. Párrafo: “ La Corte conoce igualmente de los litigios que las partes
estén obligadas a someter a su decisión por haber quedado establecida su competencia en tratados
internacionales.”
28
Decreto Ley 250, artículo 9: “La Corte conoce y resuelve los litigios contractuales o extracontractuales,
de carecer internacional, surgidos en el ámbito de los negocios, que le son sometidos voluntariamente por
las partes.
29
Decreto Ley 250, artículo 10.
En este sentido la nueva normativa de la Corte atribuye también a ésta el conocimiento
de aquellos litigios en los que sean parte cualquiera de la modalidades de la inversión
extranjera en el territorio nacional: empresa mixta, contratos de asociación económica
internacional, contratos de producción cooperada, o cualquier otra forma de negocio
conjunto con participación de capital extranjero30, sin que ello implique una mayor
autonomía conflictual de las partes contratantes, las que continúan sujetas a la ley
cubana como única aplicable a dichas relaciones.

Árbitros.

A diferencia de otras cortes de arbitraje, la designación de los árbitros de la Corte


Cubana de Arbitraje Comercial Internacional, tiene un carácter honorífico. Estos no
perciben retribución alguna por su labor31. Son designados por el Presidente de la
Cámara de Comercio por el término de dos años, pudiendo ser designados por períodos
sucesivos32.

Se les exige independencia e imparcialidad como requisitos indispensables para su


nominación, sin que puedan ser considerados como representantes de los intereses de
las partes33. Su falta – real o aparente – los hace susceptibles de recusación34.

El Listado de la Corte lo integran 21 árbitros. Todos nacionales cubanos. Nada en la ley


ha impedido ni prohíbe que se designe un árbitro extranjero. La ley tampoco habla de
neutralidad. Los sostenidos resultados de la actividad de la Corte, sin embargo,
corroboran en los hechos que la invariable nacionalidad del tribunal arbitral en nada
afecta la independencia de su juicio ni la imparcialidad de su desempeño.

En su actuación profesional y en sus relaciones con las partes, los árbitros se rigen por
un Código de Ética35.

30
Decreto Ley 250, artículo 11.
31
Ley 1303 de 1976, artículo 4. Estatutos de la CCACI
32
Decreto Ley 250, artículo 5.
33
Decreto Ley 250, artículo 18. Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 1.
34
Decreto Ley 250, artículo 19. Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 6.
35
Resolución No. 17 de 13.9.2007, del Presidente de la Cámara de Comercio de la República de Cuba.
Lugar.

La Corte, desde su fundación, hace más de 40 años, tiene su sede en el mismo lugar en
el domicilio de la Cámara de Comercio de la República de Cuba. En esta sede se
constituye y sesiona el tribunal arbitral. No obstante, la nueva normativa autoriza a éste
a constituirse y sesionar en lugar diferente, si así fuera acordado por las partes, y sin
que ello afecte la nacionalidad del laudo que deba dictar36.

Idioma.

El idioma oficial de la Corte es el español37. No obstante, la parte que requiera de la


utilización de otro idioma – lo cual en realidad no es frecuente por su dominio por el
propio tribunal arbitral – puede solicitar lo concerniente a las labores de traducción e
interpretación.

De conformidad con el nuevo reglamento su costo debe ser imputado a gastos de


procedimiento y asumidos éstos por la parte que da lugar a los mismos38.

Tribunal arbitral.

Como corresponde a todo tribunal de derecho, el tribunal arbitral es enteramente


independiente y solo debe obediencia a la ley39. Este puede estar integrado por uno o
por tres árbitros, a elección de las partes40. Si las partes no lo determinaran, el tribunal
quedará siempre integrado por tres41.

Para su integración cada parte nomina un árbitro y ambos árbitros nominados, nominan
a un tercero, que actuará como Presidente42. En su elección un papel importante
corresponde a la Secretaría de la Corte.

36
Decreto Ley 250, artículo 31 2do. Párrafo: “Cualquiera que sea el lugar del arbitraje, el laudo dictado
por el tribunal arbitral se reputa como nacional.”
37
Decreto Ley 250, artículo 27.
38
Reglamento de Derechos de Arbitraje, Gastos de Procedimiento y Costas de las Partes, artículo 8.
39
Decreto Ley 250, artículo 17.
40
Decreto Ley 250, artículo 16.
41
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 2.
42
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 3.
La falta de nominación de un árbitro es suplida, en cualquier caso, por el Presidente de
la Corte, quien procede a su designación.

El tribunal arbitral solo puede decidir en equidad cuando expresamente ello haya sido
objeto de acuerdo por las partes.43

Ley aplicable.

La que hayan escogido las partes44, salvo que se trate de litigios asociados a las
diferentes modalidades de inversión extranjera, a los que le resulta de aplicación
imperativa la ley cubana.

En ausencia de pacto expreso sobre ley aplicable al fondo de la controversia,


corresponderá al tribunal arbitral aplicar la ley que determinen las normas de derecho
internacional privado del foro45.

Al proceso se aplicará supletoriamente la ley procesal cubana46.

Procedimiento.

El tribunal arbitral está obligado a aplicar las Reglas de Procedimiento de la Corte47,


aprobadas por el Presidente de la Cámara de Comercio, y solo podrá aplicar reglas
especiales de procedimiento abreviado en los casos en que así haya sido pactado por las
partes o éstas lo soliciten.48

43
Decreto Ley 250, artículo 22.
44
Decreto Ley 250, artículo 29: “La ley aplicable al fondo de los litigios de carácter comercial
internacional es la acordada por las partes.
45
Decreto Ley 250, artículo 30: “Cuando las partes, en su caso, no hubieren convenido la ley aplicable, el
tribunal arbitral aplica la ley que determinen las normas del Derecho Internacional Privado del lugar del
foro, así como, en su caso, los usos y principios del comercio internacional.”
46
Decreto Ley 250, artículo 26: “La Ley de Procedimiento Cubana de la jurisdicción ordinaria tiene
carácter supletorio en lo pertinente.”
47
Decreto Ley 250, artículo 23. Resolución Nro. 12 de 13.9.2007, del Presidente de la Cámara de
Comercio de la República de Cuba.
48
Decreto Ley 250, artículo 25: “El tribunal arbitral puede aplicar reglas especiales de procedimiento
abreviado en los casos en que las partes así lo hayan convenido o lo requieran de este, sujetándose para
ello a los plazos acordados.”
Las Reglas de Procedimiento, en esencia, regulan la constitución del tribunal arbitral,
comprendida la recusación de los árbitros así como de los peritos y traductores49 en su
caso, y la representación de las partes50, pudiendo participar éstas por su propio derecho,
sin necesidad de intervención letrada, o pudiendo ser ésta extranjera, si ese fuera el
interés de la parte.

En relación con la documentación a presentar a la Corte, se establecen los requisitos del


escrito de demanda51 que, en lo fundamental, son los mismos para el escrito de
contestación o de reconvención52 en su caso, estableciéndose la posibilidad de subsanar
los mismos y de extender los plazos para su presentación, regulándose la forma de
comunicarse el tribunal con las partes.

Constituida la relación procesal, las reglas contemplan la realización de una audiencia


preliminar53 a fin de esclarecer el objeto del proceso, y fijar, con la necesaria claridad,
las pretensiones de las partes y el alcance de los medios probatorios, pudiendo
asimismo, en ese marco, evaluar la posibilidad de resolver el conflicto por la vía de la
conciliación54.

Se regula asimismo la solicitud y adopción de medidas cautelares por el tribunal


arbitral, y la práctica de pruebas, con la participación, en su caso, de los tribunales
ordinarios, ordenándose la celebración de la vista arbitral, y reservando a las partes el
derecho a prescindir de la misma, o a autorizar que ésta se celebre sin su participación, o
a solicitar su aplazamiento, sin perjuicio de la facultad que asiste al tribunal arbitral de
celebrar la misma en caso de la incomparecencia injustificada de cualquiera de las
partes55.

49
Decreto Ley 250, artículo 21: “Los peritos y traductores pueden también ser recusados por las mismas
causas y la recusación es resuelta por el propio tribunal arbitral.”
50
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 8: “Las partes podrán comparecer en el proceso por su
propio derecho, o mediante apoderado o representación letrada debidamente acreditada.”
51
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 12.
52
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 15.
53
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 20.
54
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículos 21 y 22. Decreto Ley 250, artículo 24: “El litigio
sometido a la Corte puede ser objeto previo de un proceso de conciliación por el Secretario, o por un
árbitro designado por el Presidente del la corte, a elección de las partes, si lo hubiesen convenido o
convinieran en ello.”
55
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículos 28 al 31.
No obstante el principio de confidencialidad que rige la actuación de los árbitros56 y
disponerse la celebración de la vista en privado57, se deja abierta a la vez la posibilidad
de autorizar la asistencia de otras personas, a solicitud de cualquiera de las partes y en
consulta con la otra, posibilitando una transparencia y una determinada publicidad del
proceso arbitral que, en casos como los referidos al medio ambiente o determinados
servicios públicos, pueden ser aconsejables dado el interés común subyacente.

Finalmente se definen y regulan los diferentes tipos de resoluciones que pueden ser
adoptadas por el tribunal arbitral – laudos, autos y ordenanzas procesales – y se
establece el pago de los derechos de arbitraje, condicionando la eficacia del proceso al
pago previo de los mismos, lo que a su vez es objeto de una reglamentación particular58.

Laudo arbitral.

Los laudos arbitrales se formulan siempre por escrito59 y, en cualquier caso, deben ser
motivados, haciendo constar los fundamentos de la decisión del tribunal arbitral, y
resolver todos los puntos objeto del litigio60. En caso de haber quedado algún pedimento
sin resolver, puede dictarse un laudo complementario61, pudiendo a este fin disponerse
la celebración de una nueva vista, e incluso ordenar la práctica de prueba que pueda ser
requerida62

Si fuera necesario para el desarrollo del proceso de arbitraje, el tribunal arbitral está
facultado para dictar laudos interlocutorios o provisionales63.

Los laudos dictados por el tribunal son firmes, definitivos y de obligatorio


cumplimiento por las partes64, sin que contra los mismos pueda interponerse recurso
alguno ante los tribunales.

56
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 1.
57
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 27, 2do. Párrafo. “La vista se realizará en privado. No
obstante, a solicitud de cualquiera de as partes, y oído el parecer de la otra, el Tribunal podrá autorizar la
asistencia de otras personas.”
58
Resolución Nro. 19 de 13.9.2007 del Presidente de la Cámara de Comercio, “Reglamento de los
Derechos de Arbitraje, Gastos de Procedimiento y Costas de las Partes.”
59
Decreto Ley 250, artículo 36.
60
Reglas de Procedimiento de la CCACI, artículo 38
61
Decreto Ley 250, artículo 37.
62
Decreto Ley 250, artículo 38.
63
Decreto Ley 250, artículo 37.
Nulidad de laudo arbitral

No obstante hallarse contenida y regulada en la Convención de Ginebra, la nulidad de


los laudos arbítrales, fue objeto de regulación solo al adoptarse el Decreto Ley 223 de
200165, atribuyendo su conocimiento a la Sala de lo Económico del Tribunal Supremo
Popular, sin entrar a regular las causales ni la forma y oportunidad en que pudiera
ejercitarse esta acción ante la expresada Sala de Justicia.

Esta regulación, por demás necesaria, vino a cobrar expresión normativa en el Decreto
Ley 241, fijando para su promoción un plazo de diez días contados a partir de la
notificación del laudo arbitral, y estableciendo, puntualmente, las causales por las cuales
puede ser solicitada la nulidad del laudo en correspondencia con las establecidas en la
Convención de Ginebra66, y que no son otros que los criterios de anulación
internacionalmente admitidos.

A su vez, la expresada normativa dejó abierta al promovente la posibilidad de solicitar


la suspensión del cumplimiento del laudo objeto de impugnación67, sujeta a la caución
que pueda determinar el tribunal, y fijó el carácter meramente estimativo de la decisión
judicial, ordenando al tribunal limitarse a apreciar, y en su caso disponer, la nulidad
solicitada, sin entrar a conocer y resolver sobre el fondo del asunto68, sin que contra
dicha sentencia pueda proceder recurso alguno69.

Luego de transcurridos seis años de establecida legalmente la posibilidad de anular un


laudo de la Corte, y un año después de ser objeto de expresa regulación en el
ordenamiento procesal cubano, no se ha ejercitado nunca una acción de nulidad.

64
Decreto Ley 250, artículo 38.
65
Este Decreto Ley, derogatorio del Decreto Ley 129 de 1991 por el cual fueron creadas las Salas de lo
Económico de los Tribunales Populares, tuvo por objeto establecer la jurisdicción y competencia de las
mismas, sin entrar a introducir cambios de otro tipo en el ordenamiento procesal de aplicación por las
mismas.
66
Decreto Ley 241, Artículo 826. Convención de Ginebra, 1961, Artículo 9.
67
Decreto Ley 241, artículo 827, 1er. Párrafo: “La parte que solicite la nulidad de un laudo arbitral, podrá
solicitar que el tribunal disponga la suspensión de su cumplimiento.”
68
Decreto Ley 241, artículo 828, 1er. Párrafo: “Apreciada la nulidad del laudo arbitral, el tribunal se
limitará a disponer ésta por sentencia.”
69
Decreto Ley 241, artículo 828, 2do. Párrafo: “La sentencia disponiendo la nulidad del laudo arbitral es
definitiva y contra la misma no cabe recurso ni proceso de revisión.”
Ejecutoriedad del laudo arbitral.

Desde la regulación inicial del arbitraje comercial en Cuba, el laudo dictado por la corte
cubana ha estado equiparado a la sentencia judicial. Así lo dispuso la Ley 118470, así lo
mantuvo la Ley 130371, así lo preserva y declara expresamente el Decreto Ley 250 72, y
así se recoge en el ordenamiento procesal cubano73.

En tal sentido, ante el eventual incumplimiento voluntario del laudo dictado por la corte
cubana de arbitraje, “…su ejecución forzosa puede ser solicitada por la parte a cuyo
favor se haya dictado, ante los tribunales ordinarios, con sujeción a los términos de la
ley74 y de las convenciones internacionales de aplicación.”75.

En cualquier caso, la solicitud de ejecución debe ser presentada dentro del año contado
a partir la firmeza del laudo76, transcurridos los diez días contados a partir de su
notificación, plazo dentro del cual la ley autoriza a promover el correspondiente proceso
de nulidad.

Presentada la solicitud de ejecución de laudo arbitral dictado por corte de arbitraje


cubana o en proceso arbitral internacional realizado en Cuba, se lleva a efecto la
ejecución por la vía usual de apremio, como si correspondiera a una sentencia firme,
disponiéndose, en su caso, las medidas cautelares correspondientes, de conformidad con
la aludida ley de procedimiento.77

De tratarse de un laudo arbitral extranjero, este debe ser antes objeto de reconocimiento
por la Sala de lo Económico del Tribunal Supremo Popular78, conforme a lo dispuesto,
con carácter general, en relación con la sentencia extranjera.79

70
Ley 1184 de 1965, artículo 44.
71
Ley 1303 de 1976, artículo 52.
72
Decreto Ley 250 de 2007, artículo 39.
73
Decreto Ley 241, artículo 823.
74
Decreto Ley 241 de 2006, artículos 820 al 824.
75
Convención de Nueva York, 1958.
76
Este término, en sentido estricto, en nuestra opinión, debe apreciarse como un término de “caducidad”,
que, de conformidad con el ordenamiento civil cubano, no resultaría susceptible de interrupción o
suspensión. Ley 59 de 1987, Código Civil, artículos 125 y 126.
77
LPCALE, artículos 499 y ss.
78
Decreto Ley 241, artículo 824.
Derechos de arbitraje y mediación.

Los derechos de arbitraje se establecen y regulan por la Cámara de Comercio de la


República de Cuba80, conforme a la facultad que expresamente le confiere el decreto
ley81, diferenciándose los conceptos de derechos de arbitraje, gastos de procedimiento y
costas de las partes.

Los derechos, como es tradicional, se fijan en dependencia de la cuantía de la demanda,


y se reducen en los supuestos de desistimiento, transacción o solución por un árbitro
único, imputándose su pago a la parte vencida en el proceso82.

Los gastos de procedimiento, de carácter extraordinario, así como las costas en que
incurran las partes, deben ser asumidos, como regla general, por las mismas83. No
obstante, el tribunal puede exigir su pago a una sola de la partes en caso de actuación de
mala fe84.

A los derechos por los servicios de mediación se aplican las propias tasas establecidas
para el proceso arbitral, reducidas en un 50%85.

Conclusión.

La aprobación del Decreto Ley de la Corte Cubana de Arbitraje Comercial


Internacional, y de su normativa complementaria, constituyen pasos efectivos en el
fortalecimiento de la actividad arbitral, y contribuyen al perfeccionamiento del marco
legal contentivo de las necesarias garantías como foro para la solución de los conflictos
en el ámbito de las relaciones comerciales de carácter internacional.

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79
LPCALE, artículo 484.
80
Resolución Nro. 19 de 13.9.2007, del Presidente de la Cámara de Comercio, “Reglamento de los
derechos de arbitraje, gastos de procedimiento y costas de las partes.”
81
Decreto Ley 250, Disposición Final Tercera.
82
Reglamento sobre los derechos de arbitraje, gastos de procedimiento y costas de las partes, artículos 3 y
5.
83
Ibidem, artículo 11.
84
Ibidem, artículo 13.
85
Ibidem, artículo 14.

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