Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
En nuestro camino profesional y empresarial siempre encontraremos obstáculos que nos dificultan
e, incluso, impidan que cumplamos nuestros objetivos. Aunque las cosas que más nos detienen
no son los obstáculos en sí mismos sino nuestra aptitud ante ellos para afrontarlos.
Vamos a examinar algunas de las actitudes más negativas y que nos roban nuestro potencial para
vencer tantas dificultades como se nos presentan.
1. Temor
Temor al fracaso. No se intenta o se arriesga en algo por miedo a que nos salga mal
Temor al qué dirán o qué pensarán tanto si triunfamos como si fracasamos (temor al
rechazo)
Temor al éxito. Éste es también temor al rechazo. Algunas personas temen alcanzar el
éxito porque creen que pueden ser rechazadas por sus seres cercanos si son muy exitosas.
Puede darse, por ejemplo, el pensar que si se tiene mucho éxito, éste consumirá gran
espacio y tiempo a lo personal y afectará a su vida familiar.
2. Búsqueda de la perfección
Esto es parte del temor al fracaso. El fracaso es parte de la vida y parte del éxito. No se
puede vivir sin cometer errores y enfrentar fracasos y es preferible cometer errores a dejar
de vivir por tratar de evitarlos.
3. Tiempo perfecto
No hay un tiempo perfecto, ni una situación perfecta, ni una vida perfecta. Esto no significa
que se deba actuar por impulso sin pensar y sin esperar cuando es necesario hacerlo.
Significa que el tiempo perfecto difícilmente vendrá y no hay que esperarlo.
4. Pensamientos de fracaso
5. Otras personas
A veces, son otras personas las que nos bloquean e impiden que avancemos. Puede ser tu
jefe, clientes, algún o algunos familiares, tu pareja, amigos, etc.
Éste sabotaje lo hacen con un amplio abanico de acciones: chantaje emocional,
menosprecios, descalificaciones, etc. No podemos cambiar a las personas, pero sí tu
actitud y comportamiento. Tendrás que aprender a desinhibirte de ellos, de sus comentarios
o alejarlos de ti.
A veces las cosas no salen como esperábamos o lo que antes nos había llevado al éxito
ahora ya no nos da resultados. En muchos casos se sigue insistiendo en seguir haciendo las
cosas como antes. No cambiamos nuestro plan de acción, no cambiamos nuestro marketing,
nuestro nicho de mercado, nuestros productos o servicios, nuestra forma de interactuar con
los clientes, con los socios, etc.
Nos obstinamos en seguir haciendo las cosas como las llevábamos haciendo y eso puede
convertirse en nuestra final condena al fracaso.