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FUENTES Y BIBLIOGRAFIA
Docum
entos del Magisterio
Pablo VI:
- Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina, 01. 01. 1067, AAS
- Constitución Apostólica Sacram Untionem Infirmorum, el 30.11.1972, AAS 65 (1973)5-
9, AAS 59 (1967) 5- 24.
S. Paenitentiaria Apostolica:
2
- Instructio particularis Suprema Ecclesia bona de censuris et irregularitatibus et de
opportunitate et modo recurrendi ad S. Paenitentiariam Ap., 15 julio de 1984, LE VI n.
5070, col. 8874-8876; EV S1, p. 816-829
- Enchiridion Indulgentiarum. Normae et concessiones, cuarta edición del 16.07. 1999,
AAS 92 (1999)301- 302 (solo el Decreto Jesu humani generis), el texto en EV /18
pp. 762-801
Pontificio Consejo para la Familia, documento Cristo continua o Vademécum para los
confesores sobre algunos temas de moral que afectan a la vida conyugal, 12 de febrero
1997, OR 2 de marzo 1997 (suplemento)
KAISER M., Befugnis zur Entgegennahme der Beichten, AfkKR 154 (1985) 164-
182.
LOPEZ DORIGA E., Die Natur der Iurisdiction in Bussakrament, Zeitsch. f. Kt. The.
(1960)385-427.
I. Anotaciones preliminares.
1. Nociones.
La penitencia es el sacramento de la reconciliación con Dios y con la Iglesia 1. Fue
instituido por Cristo en la Iglesia al dar a los apóstoles y sus sucesores el poder de
perdonar los pecados: “la Iglesia posee en efecto el agua y las lágrimas, e.d. el agua
Los fieles obtienen el perdón de las ofensas que han hecho al Señor y al mismo
tiempo se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con su pecado, y la que con
pecado es una ofensa a Dios; pero también el pecado de uno daña a los otros. Por ello
2. Hacer penitencia:
1
Sobre el Sacramento de la Penitencia, Conc. Tridentino sess. XIV, de paenitentia. Para la evolución
Poschmann B., Poenitentia secunda, Bonn 1940; Rahner K., Das Sakrament der Busse als
Wiederversöhnung mit der Kirche, en Schiften zur Thrologie vol VIII, Einsiedeln 1967, 447-471; del
mismo, Frühe Bussgeschichte in Einzeluntersuchungen, en Schriften zur Theologie vol. XIV,
Einsiedeln 1973. Notable la posición de Mörsdorf K., Lehrbuch des Kirchenrechtes auf Grund des
CIC, vol. II, Paderborn 1958 (ed. 9ª), p. 69 (pero substancialmente ya en la ed. 7ª): “die pax cum
ecclessia… sakramental ursächlich ist für die pax cum Deo”.
2
S. Ambrosio Epístola. 41, 12, P. L. 16, 1116; OP 2,1.
3
OP 4, 2.
4
OP 5, ver también nn. 49, 50.
5
OP 52, 54.
5
- Es cuestión personal y responsable (libre): el proceso que trata de restablecer lo
pecados a través del ministerio de los sacerdotes: por medio del signo de la
absolución10.
los pecados que cometieron después del Bautismo, al mismo tiempo que se
también las líneas fundamentales que seguirá el legislador canónico: las formas de la
6
OP 51.
7
OP 51 y 4,1.
8
OP 51.
9
Conc. Tridentino sess. XIV, de paenitentia, capítulos III - V.
10
RP 6 y también nn. 61-65.
11
C. 959: "En el sacramento de la penitencia, los fieles que confiesan sus pecados a un ministro
legítimo, arrepentidos de ellos y con propósito de enmienda, obtienen de Dios el perdón de los
pecados cometidos después del bautismo, mediante la absolución dada por el mismo ministro, y, al
mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que hirieron al pecar”. Ver también el c. 960.
6
4. Necesidad y utilidad.
Cuando el fiel acude a confesar sus pecados debe confesar todos los pecados graves
muy diversa importancia. Para el estudio en profundidad del sacramento hay que
del sacramento, de otras cuestiones disciplinares menores. Para ello hay que atender
exigencias y presupuestos para una correcta recepción, todo lo cual hace que el fiel
12
El pecado se perdona también por el acto de contrición perfecta
13
C. 988 § 1: “El fiel está obligado a confesar según su especie y número todos los pecados graves
cometidos después del bautismo y aún no perdonados directamente por la potestad de las lleves de
la Iglesia ni acusados en confesión individual, de los cuales tenga conciencia después de un examen
diligente. § 2 Se recomienda a los fieles que confiesen también los pecados veniales”; RP 7.
7
penitencia comunitaria la cuestión, sino también su aplicación y uso por parte de los
regulación novedades importantes después del Concilio Vaticano II, y no está exenta
minuciosas.
3) Abusos
distintas circunstancias, en que por parte del ministro o del penitente se produce un
abuso del sacramento o que se producen en ocasión del mismo. También ciertos
1. Sentido y naturaleza.
La celebración de la penitencia es siempre una acción en que la Iglesia proclama su
fe, da gracias a Dios por la libertad, que Cristo nos consiguió, y mediante la cual la
Iglesia sale al encuentro de Cristo que se acerca y ofrece su vida como sacrificio
qué sentido se presentan las variaciones y cuales sean esos modos lo veremos en los
cánones siguientes.
graves; también los pecados leves pueden ser sometidos al perdón sacramental, c.
solo penitente17, que describe el ritual actual, hay que advertir que en la práctica se
usa sólo el rito abreviado, semejante al ritual único utilizado antes de la reforma.
17
Sobre el desarrollo del rito ver OP 15-21
18
Este rito puede verse en el OP 22-30. De él no habla el Código.
19
WERCKMEWISTER J., L´absolution collective. Evolution de la practique en France. RDC 34 (1984) 291-321;
CORDILEONE S.J., General absolution. A studi of the present norms in their theological and historical
context. Excerpta ex dissertatione ad doctoratum in Facultate Iuris Canonici PUG. Roma 1989.
20
Penitentiria Apostólica . Instrucción …………., AAS 36 (1944) 145.
10
común en el “Ordo Poenitentiae”21. Del Ritual pasó a los esquemas del futuro
pluribus insimul... impertiri non potest nisi…”23. Así pues solo se podrá impartir tal
del peligro, una tal interpretación haría inútil la frase siguiente, puesto que si se trata
de un peligro inminente no se podría hablar de tiempo para oír las confesiones del
bien dispuesto, es decir que repudie los pecados cometidos, tenga el propósito de
confesar a su debido tiempo los pecados que en el momento no pudo confesar 25.
21
OP 31 ss.
22
C. 961 § 1: “Absolutio pluribus insimul paenitentibus sine praevia individuali confessione, generali
modo impertiri non potest, nisi: 1° immineat periculum mortis et tempus non suppetat sacerdoti vel
sacerdotibus ad audiendas singulorum paenitentium confessiones; 2° adsit gravis necessitas,
videlicet quando, attento paenitentium numero, confessariorum copia praesto non est ad rite
audiendas singulorum confessiones intra congruum tempus, ita ut paenitentes, sine propria culpa,
gratia sacramentali aut sacra communione diu carere cogantur; necessitas vero non censetur
sufficiens, cum confessarii praesto esse non possunt, ratione solius magni concursus paenitentium,
qualis haberi potest in magna aliqua festivitate aut peregrinatione”.
23
El proyecto del nuevo Código de 1980, c. 915 § 1, hablaba non solo de “potest” como en los
documentos anteriores, sino daba un paso mas “immo et debet”. ¿Y el otro esquema?
24
C. 987, infra nota 123.
11
Además deberá exhortarse a los penitentes en cuanto sea posible, a que hagan un
acto de contrición26.
- En caso de no darse la absolución quedarían los fieles sin propia culpa privados por
mes).
peregrinación)28.
condiciones29.
25
C. 962 § 1: “Ut christifidelis sacramentali absolutione una simul pluribus data valide fruatur,
requiritur non tantum ut sit apte dispositus, sed ut insimul sibi proponat singillatim debito
tempore confiteri peccata gravia, quae in praesens ita confiteri nequit”. El c. 963 concretará este
punto.
26
C. 962 § 2 (in fine): “Christifideles, quantum fieri potest etiam occasione absolutionis generalis
recipiendae, de requisitis ad normam § 1 edoceantur et absolutioni generali, in casu quoque
periculi mortis, si tempus suppetat, praemittatur exhortatio ut actum contritionis quisque elicere
curet”.
27
OP 21 (in fine).
28
El OP 31, 3 advertía: "…la situación puede ocurrir principalmente en tierras de misión, pero
también en otros lugares y en reuniones de personas donde conste tal necesidad". Así pues basta
que la necesidad sea real.
29
C. 961 § 2. “Iudicium ferre an dentur condiciones ad normam § 1, n. 2 requisitae, pertinet ad
Episcopum dioecesanum, qui, attentis criteriis cum ceteris membris Episcoporum conferentiae
concordatis, casus talis necessitatis determinare potest”. Ver VO 32, 1.
12
El Ordinario puede determinar los casos mediante unas normas u orientaciones de
carácter general. Para ello deberá intercambiar su parecer con los demás miembros
Conferentae concordatis…”
Además de los casos previstos por el Obispo, si surgiera otra necesidad grave,
sería sin embargo lo más correcto o coherente, porque o supondría una imprudente
acción legislativa, que no hay que suponer, o dejaría sin sentido la proposición de esa
común.
daños y escándalos32.
30
OP 32, 2; ver también las orientaciones del OP 81.
31
Sobre la correcta celebración de esta fórmula puede verse también el OP nn. 31-35 y 76-8.
32
C. 987: “Christifidelis, ut sacramenti paenitentiae remedium percipiat salutiferum, ita dispositus
sit oportet ut, peccata quae commiserit repudians et propositum sese emendandi habens, ad Deum
convertatur”.
13
confesar33. Si, pues, el penitente no tiene intención de confesar individualmente sus
pecados, antes toma esta celebración sin confesión de los pecados como sustitutivo
puede considerar que sus pecados le han sido perdonados por la absolución
recibida34.
a los fieles sobre estos requisitos, y se completa la celebración exhortando a los fieles
a) Que con esta recepción del sacramento no han cumplido la obligación, que todo
b) Que, si no es por una causa justa, no han de recibir otra absolución general antes
de confesar individualmente los pecados37. Causa justa que hay que dar por supuesta
siempre que se den las circunstancias que hacen legítima una absolución general38.
33
C. 962 § 1: “Ut christifidelis sacramentali absolutione una simul pluribus data valide fruatur,
requiritur non tantum ut sit apte dispositus, sed ut insimul sibi proponat singillatim debito
tempore confiteri peccata gravia, quae in praesens ita confiteri nequit”; ver OP 33.
34
Como éste y el requisito anterior son actos internos, no serán fácilmente controlables en el fuero
externo. Cf. MK, comentario al c. 962, n. 1.
35
C. 962 § 2, supra nota 21. El canon exhorta a que se haga el acto de contrición incluso, si hay
tiempo, en peligro de muerte.
36
C. 989, infra nota 128. De este modo se urge la necesidad de confesar los pecados graves una vez
al año, MK comentario al c. 963, n. 3.
37
C. 963: “Firma manente obligatione de qua in can. 989, is cui generali absolutione gravia peccata
remittuntur, ad confessionem individualem quam primum, occasione data, accedat, antequam
aliam recipiat absolutionem generalem, nisi iusta causa interveniat.”; OP 34
38
El hecho de dejar pasar posibles oportunidades de confesión individual, será una cuestión
moral, con influjo en la sinceridad del arrepentimiento o de las disposiciones exigidas para la
recepción del sacramento.
14
3. Lugar de la celebración.
8El lugar propio para oír las confesiones sacramentales es la iglesia u oratorio 39. Por
lo que se refiere a la sede para oír las confesiones se establece en general que no
deben ser oídas fuera del confesionario a no ser por una causa grave, como podría
ser una enfermedad u otra necesidad 40. Un estricto deber, sin embargo, no parece
dará las normas oportunas, asegurando en todo caso, que haya en lugar patente un
confesionario con rejilla puesta entre el confesor y el penitente, que use libremente el
fiel que lo desee41, a ello tiene pues derecho; aunque también el confesor tiene
4. Tiempo.
La reconciliación puede celebrarse en cualquier momento del día. Es conveniente que
haya horas designadas para ello, que sean conocidas por los fieles. A este respecto se
establece en las normas litúrgicas, que los fieles han de acostumbrarse a recibir el
39
C. 964 § 1: “Ad sacramentales confessiones excipiendas locus proprius est ecclesia aut oratorium”.
Para el concepto de iglesia y de oratorio. cf. cc. 1214 y 1223.
40
C. 964 § 3: “Confessiones extra sedem confessionalem ne excipiantur, nisi iusta de causa”.
41
C. 964 § 2: “Ad sedem confessionalem quod attinet, normae ab Episcoporum conferentia
statuantur, cauto tamen ut semper habeantur in loco patenti sedes confessionales crate fixa inter
paenitentem et confessarium instructae, quibus libere uti possint fideles, qui id desiderent”.
42
Cf. la respuest2a del CPI, del 7. 7. 1998, Comm. 30 (1998) 27.
43
OP 13; e Instrucción "Eucharisticum Mysterium” 35. Esta disposición ha sido mitigada.
15
5. Facilitación de la confesión.
1) Obligación de quien tiene cura de almas
Todo el que tiene cura de almas debe, como obligación de su oficio, prever que se
razonablemente, así como dar oportunidad de confesar en días y horas que sean
cómodos para los fieles44. Este deber se corresponde con el derecho de los fieles bien
2) El caso de necesidad
En caso de necesidad urgente todo confesor está obligado a oír las confesiones de los
6. La confesión de un ausente.
1) La confesión por carta o por mensajero fue tenida por el Santo Oficio como falsa,
temeraria y escandalosa48.
44
C. 986 § 1: “Omnis cui animarum cura vi muneris est demandata, obligatione tenetur providendi
ut audiantur confessiones fidelium sibi commissorum, qui rationabiliter audiri petant, utque iisdem
opportunitas praebeatur ad confessionem individualem, diebus ac horis in eorum commodum
statutis, accedendi”.
45
C. 213: “Ius est Christifidelibus ut ex spiritualibus Ecclesiae bonis, praesertim verbo Dei et
sacramentis adiumenta a sacris Pastoribus accipiant”. Ver también el c. 843 § 1.
46
C. 986, § 2: “Urgente necessitate, quilibet confessarius obligatione tenetur confessiones
christifidelium excipiendi, et in periculo mortis quilibet sacerdos”. (CIC 17, c. 892 § 2).
47
C. 976, infra nota 66.
48
SO Decreto del 20 de junio de 1602, D. 1088
16
acerca de la posibilidad o no de la absolución por tales medios 49. La opinión de los
de revelación del secreto, puede y aún debe darse la absolución en esa forma.
1) La ordenación sacerdotal
Sólo el sacerdote es ministro del sacramento de la penitencia 52. Por el sacramento del
49
Según Cappello F.M., Tractatus canonico moralis de sacramentis, vol II De Paenitentia, Turin
Roma 1953, (6 ed.), p. 72, la Penitenciaría Apostólica no respondió a una pregunta en este sentido
en 1884.
50
Indecisos Conte a Coronata M., Institutionis Iuris Canonici. De Sacramentis. Tractatus Canonicus
I, (2 ed.) Turin 1952, p. 375, y rel citado Cappello (nota anterior). A favor de la posibilidad de la
confesión por telefono prácticamente sin restricciones, Weigand R., Handbuch des Katholischen
Kirchenrechts, p. 698 s.; por su parte el MK se inclina a favor, con matizaciones “wenn Büsser und
Priester einander bereits kennen und anhand der Stimme über ihre Identität sicher sind”, la razón
de la necesidad de una identificación no la creemos decisiva en el caso.
51
Kubiceck P., Il minitro del sacramento della penitenza sotto un profilo cononico-teologico contemporaneo ,
Roma 2002.
52
Conc. Tridentino sess. XIV, de paenitentia, c. 10. Can. 965: “Minister sacramenti paenitentiae est
solus sacerdos”. (CIC17, c. 871)
53
C. 1008: “Sacramento ordinis ex divina institutione inter christifideles quidam, charactere
indelebili quo signantur, constituuntur sacri ministri, qui nempe consecrantur et deputantur ut, pro
suo quisque gradu, in persona Christi Capitis munera docendi, sanctificandi et regendi
adimplentes, Dei populum pascant”.
17
es como el sacerdote reconcilia con la Iglesia y absuelve los pecados. Así son los
La ordenación es por una parte elemento radical, para poder recibir cualquier
potestad sacra55; pero por otra parte es ya en sí misma potestad sacra en el ámbito
fundamental, que justifica su existencia: en nuestro caso concreto tiene potestad para
absolver el Obispo siempre56, por el hecho de serlo, plenitud del sacramento del
muerte de cualquier fiel57. Esto es así no porque el derecho conceda “la facultad de
absolver”, sino porque pertenece a la esencia misma del orden sagrado, participación
caso, no seria potestad: si el sacramento del orden da potestad, esta tiene que ser
eficaz para el caso en que su ejercicio sea necesario para la salvación, que es la razón
ordenación o regulación eclesiástica, cualquiera que sea la explicación teológica que se quiera dar.
60
Ibidem.
61
Teológica y canónicamente esta relación ha recibido distintas explicaciones a través de la historia,
muy distintas y todavía necesitadas de clarificación, muy particularmente por la dificultad para
integrar el elemento jurídico, la regulación del ejercicio de la potestad en la esencia de la misma
potestad. Un paso importante es el haber dejado la concepción de dos potestades “ordo et
jurisdictio” en la explicación, y el haber reducido el concepto “potestas ordinis”, al concepto de
“facultas”, con ello el “ordo” adquiere una dimensión sacramental más clara, pero al mismo tiempo
la comprensión de la “potestas sacra” está más determinada desde su razón de ser (la “salus
animarum”) y su funcionalidad, la regulación jurídica previa y prevista en el ordenamiento
jurídico, que no es inmutable, pero sí permanente y fijado desde la Suprema Autoridad eclesiástica
según el sentido de la tradición viva de la Iglesia.
62
C. 966 § 2: “Hac facultate donari potest sacerdos, sive ipso iure sive concessione ab auctoritate
competenti facta ad normam can. 969”.
63
C. 144 § 2. Algunos autores considerando todo el Código una unidad afirmaron que toda
concesión de facultad dada por el Código es potestad ordinaria (Ojetti); para otros estas facultades
que se referían a ningún oficio eran consideradas como "delegatas a iure".
19
con la división de potestad ordinaria y delegada. Esto es distinto de la concesión
de la potestad por el derecho en peligro de muerte, que es por derecho divino,
puesto que se deriva intrínsecamente de la misma naturaleza de la potestad y de
la razón de su existencia. Si se da potestad de absolver los pecados, se tiene que
tener necesariamente la facultad de ejercerla in acto, cuando se trate del peligro
de muerte de un bautizado.
concesión por acto del ordinario personal religioso, para los que operan en las casas
Frente a ella la facultad “ipso iure” no tiene la misma clara contextura: parece
por una parte comprender la facultad que tienen el Sumo Pontífice, los Cardenales y
los Obispos; pero “ipso iure” también la tienen los sacerdotes en razón de ser
64
C. 969 § 1: “Solus loci Ordinarius competens est qui facultatem ad confessiones quorumlibet
fidelium excipiendas conferat presbyteris quibuslibet; presbyteri autem qui sodales sunt institutorum
religiosorum, eadem ne utantur sine licentia saltem praesumpta sui Superioris”.
§ 2. Superior instituti religiosi aut societatis vitae apostolicae, de quo in c. 968, § 2, competens est
qui facultatem ad excipiendas confessiones suorum subditorum aliorumque in domo diu noctuque
degentium presbyteris quibuslibet conferat”.
20
Es curioso que en el primer caso el Papa la tenga por su potestad episcopal
Pontífice; en ellos del modo más peculiar el Pontífice “apposuit manus”, lo que
Por su parte tienen dicha facultad, quienes la tienen por un oficio eclesiástico,
que la tenga anexa. Así la tienen también “ipso iure” el Ordinario del lugar, el
canónigo penitenciario y el párroco, así como todos los que están en lugar del
Obispo diocesano, todos los que presiden una comunidad que se asemeje a una
Iglesia particular, aunque no sean obispos, y la tienen los Vicarios generales y los
Esta facultad, sin embargo, que poseen por el oficio, la tienen en virtud del
65
C. 968 § 1: “Vi officii pro sua quisque dicione facultate ad confessiones excipiendas gaudent loci
Ordinarius, canonicus paenitentiarius, itemque parochus aliique qui loco parochi sunt”. La tienen
también los superiores de Institutos Religiosos y de Sociedades de Vida Apostólica como veremos,
c. 968 § 2: “Vi officii facultate gaudent confessiones excipiendi suorum subditorum aliorumque, in
domo diu noctuque degentium, Superiores instituti religiosi aut societatis vitae apostolicae, si sint
clericales iuris pontificii, ad normam constitutionum potestate regiminis exsecutiva fruentes, firmo
tamen praescripto”, c. 630 § 4.
66
C. 134 §§ 1 y 2.
21
967 § 2, la tienen para todo el mundo con las restricciones allí anotadas67. Los que son
Ordinarios la pueden conceder68, los que no son Ordinarios, como los párrocos, no la
ejecutiva o el oficio, sino que “ipso iure” se puede ejercer, como la del Obispo, que ha
Por el contexto hay que afirmar que se posee la facultad “ipso iure” o por la
67
La faultad “ex officio” viene completada en su extensión por una disposición “ex iure,” con lo
que se pierde un tanto el sentido unitario de una legislación.
68
Véanse las disposiciones de los cc. 967 § 2 al 971.
69
C. 967 § 2. “Qui facultate confessiones habitualiter excipiendi gaudent sive vi officii sive vi
concessionis Ordinarii loci incardinationis aut loci in quo domicilium habent, eadem facultatem ubique
exercere possunt, nisi loci Ordinarius in casu particulari renuerit, firmis praescriptis”, c. 974 §§ 2 y 3.
70
Ibidem.
71
C. 975: “Praeterquam revocatione, facultas de qua in c. 967, § 2 cessat amissione officii vel
excardinatione aut amissione domicilii”. Ver también el c. 1331 § 1, 1 y 2 y § 2, 1 y 2.
72
Habría que decir lo mismo respecta a la concesión de la dignidad cardenalicia, aunque hoy todos
lo cardenales por principio son también obispos, c. 351 § 1; si bien es cierto que los deberes y
derechos los tienen a partir del momento de la publicación del decreto de creación, § 2.
22
Detentan “ipso iure” la facultad de absolver ilimitada73:
- El Romano Pontífice.
- Los Cardenales.
- Los Obispos.
Éstos últimos, sin embargo, tienen una posible limitación para su lícito ejercicio: si el
Tienen la facultad por razón del oficio “ipso iure” en el ámbito de su jurisdicción:
- El Ordinario del lugar, e. d., a parte del Obispo diocesano y los que se le asimilan
en derecho, quienes interinamente han sido designados para regir una diócesis (o
73
C. 967 § 1. Praeter Romamum Pontificem, facultate christifidelium ubique terrarum confessiones
excipiendi ipso iure gaudent Cardinales itemque Episcopi, qui eadem et licite ubique utuntur, nisi
Episcopus dioecesanus in casu particulari renuerit.
74
Cc. 381 § 1 y § 2; 391; 392. Se incluyen también los que se equiparan al Obispo Diocesano a tenor
del c. 368 (cf. c. 134 § 3) y c. 427 § 1, que ni por la naturaleza del asunto ni por el mismo derecho
quedan excluidos (c. 381 § 2).
75
Cf. el texto el canon y el c. 381 § 1.
76
C. 357 § 2.
77
C. 968 § 1, supra nota 48.
23
comunidad asimilada), el Vicario General y los Vicarios episcopales de una diócesis y
el fuero interno de todas las censuras “latae sententiae” que no hayan sido
78
Cc. 134 §§ 1 y 2: “§ 1. Nomine Ordinarii in iure intelleguntur, praeter Romanum Pontificem,
Episcopi dioecesani aliique qui, etsi ad interim tantum, praepositi sunt alicui Ecclesiae particulari
vel communitati eidem aequiparatae ad normam Can. 368, necnon qui in iisdem generali gaudent
potestate exsecutiva ordinaria, nempe Vicarii generales et episcopales; itemque, pro suis sodalibus,
Superiores maiores clericalium institutorum religiosorum iuris pontificii et clericalium societatum
vitae apostolicae iuris pontificii, qui ordinaria saltem potestate exsecutiva pollent. § 2. Nomine
Ordinarii loci intelleguntur omnes qui in § 1 recensentur, exceptis Superioribus institutorum
religiosorum et societatum vitae apostolicae“.
79
C. 540 §§ 1, 2.
80
C. 508; Cf. excepciones, por reserva a la Santa Sede, en los cc. 1367, 1370 § 1, 1378, 1382, 1388.
81
C. 566 § 1: “Cappellanus omnibus facultatibus instructus sit oportet quas recta cura pastoralis
requirit. Praetere eas quae iuri particulari aut speciali delegatione conceduntur, cappellanus vi
officii facultate gaudet audiendi confessiones fidelium suae curae commissorum.”
24
1.1. Adquisición y pérdida
se pierde con la pérdida del mismo por cualquiera de las causas (penales o no) que
producen el cese del oficio82: transcurso del tiempo prefijado, por la edad, por
pontificio.
Tienen la facultad en virtud de su oficio para oír las confesiones de los súbditos y de
los que moran día y noche en la casa, los superiores de un instituto religioso o de una
Esa facultad la pueden ejercer “ipso iure” no solo en las casas donde residen sino en
coherencia con el c. 974 § 488, según el cual, si la facultad es revocada por el Superior
Mayor propio, el presbítero queda privado de la misma “en todas partes”, y sopor
otro Superior queda privado en el territorio de éste, con lo que, si no tiene la facultad,
concesión del Ordinario del lugar propio o el del domicilio) cesa por el mismo
firmo tamen praescripto, c. 630 § 4”. La cita del c. 630 recuerda que los superiores no deben oír las
confesiones de sus súbditos, a no ser que estos lo pidan espontáneamente.
87
C. 967 § 3: “Ipso iure eadem facultate ubique potiuntur erga sodales aliosque in domo instituti
aut societatis diu noctuque degentes, qui vi officii aut concessionis Superioris competentis ad
normam cc. 968, § 2 et 969, § 2 facultate confessiones excipiendi sunt instructi; qui quidem eadem et
licite utuntur, nisi aliquis Superior maior quoad proprios subditos in casu particulari renuerit”.
88
C. 974 § 4. “Si la facultad de oír confesiones es revocada por el Superior mayor propio, el
presbítero queda privado de la misma en todas partes, respecto a los miembros del instituto; pero si
es revocada por otro Superior competente, la pierde sólo para con los súbditos dentro del ámbito
de la potestad de éste”.
89
En general todo lo que se refiere a la facultad de oír confesiones de los presbíteros de Institutos
Religiosos y Sociedades de Vida Apostólica, clericales, de derecho pontificio, expuesto en los cc. 967
§ 3, 968 § 2, 969 y 974 § 4 no es del todo preciso. Recuérdese el c. 620, según el cual superiores
mayores son el que gobierna todo el Instituto (“Supremus Moderator”, el General), una provincia
de este u otra parte equiparada o una casa autónoma, así como sus vicarios...”. Así, un religioso o
un miembro de Sociedad de Vida Apostólica puede tener diversos superiores mayores
simultáneamente. Por otra parte en todos estos cánones sobre la facultad de confesar nunca se
menciona al Supremo Moderador o Superior General, sino de superior Mayor, del superior
competente, del Superior dotado de potestad ejecutiva o simplemente del superior.
26
pierde el domicilio, tratándose de aquellos a quienes les fue dada por el Ordinario no
propio90.
el tiempo determinado
afectado por penas canónicas o quien ha perdido el estado clerical), puede absolver
Apostólica, el enfermo, que sanare, debe una vez restablecido recurrir en el plazo de
90
C. 975, supra nota 52. Curiosamente el canon hace referencia únicamente al c. 967 § 2; opinamos
que será aplicable servatis servandis (y las constituciones) a la facultad por oficio o concesión
dentro del ámbito de Institutos Religiosos y Sociedades de Vida Apostólica, c. 967 § 3.
91
C. 976: “Todo sacerdote, aun desprovisto de facultad para confesar, absuelve válida y lícitamente
a cualquier penitente que se esté en peligro de muerte de cualesquiera censuras y pecados, aunque
se encuentre presente un sacerdote probado”; (así también el CIC17, c. 882).
92
C. 1357 § 3: “Tienen el mismo deber de recurrir, después de haberse restablecido de su
enfermedad, quienes, según el can. 976, fueron absueltos de una censura impuesta o declarada, o
reservada a la Sede Apostólica”.
27
los sacerdotes la facultad especial requerida para oír las confesiones de cualesquiera
fieles y absolver sus pecados93. Esta facultad sirve para oír las confesiones de todo
Los miembros de institutos religiosos, que obtengan la facultad del Ordinario del
lugar para oír confesiones, no deben usar de esa facultad sin licencia, al menos
de oír confesiones de sus súbditos y de aquellos que día y noche moran en sus
casas95.
Moderador, como cualquier Superior, que según las propias constituciones goce de
potestad ejecutiva, es decir el superior que sea considerado, a tenor del c. 134 § § 1 y
para conceder la comisión especial, con el que tiene la facultad por oficio (ordinaria);
sin embargo en el caso de los fieles en general no es así, sino que, entre todos los que
la tienen la facultad por oficio (ordinaria), sólo el Ordinario del lugar (no el canónigo
facultad. Es, sin duda, un signo de diferencia fundamental de los oficios, que
propio Ordinario del lugar o del Ordinario del lugar en donde tienen el domicilio de
sí se extiende a toda la Iglesia, como la de los que la poseen por oficio. Sin embargo el
una Sociedad de Vida Apostólica y de quienes viven en sus casas dada por un
Superior competente, la tienen para absolver a los mismos en cualquier lugar, como
oír las confesiones de los miembros y de cuantos habitan en su casa, y no tiene sentido la referencia
al c.630 § 4. Esta limitación del c. 630 § 4 solo tiene sentido si el superior por su oficio tiene ya la
facultad, que no deberá utilizar con sus súbditos más que si le pidieren espontáneamente confesión.
Ahora bien si el superior local tiene esa facultad ejecutiva, no solo tiene la facultad por oficio sino
que es competente también para otorgar a cualesquiera presbíteros esa facultad en relación a sus
súbditos y a los que moran en su casa.
97
C. 967 §§ 1 y 2 (CIC17, c. 873) y c. 974 § 2: “Si la facultad de oír confesiones es revocada por el
Ordinario del lugar que la concedió, del que trata el can. 967, § 2, el presbítero queda privado de la
misma en todas partes; si es revocada por otro Ordinario del lugar, queda privado de ella sólo en el
territorio del que la revoca”.
29
los que la tienen por su oficio; pero lo harán ilícitamente si un Superior Mayor se
a) Constancia de la idoneidad.
Para conceder la facultad, en consonancia con las funciones que ejerce el sacerdote,
ha de proveer a la salud de las almas, c. 978 § 1 100, debe constar, a quien la conceda,
ser un examen, pero no es ese el único ni necesario 102. Cualquier otro medio apto,
determinar los modos tanto para la concesión, como para la renovación, c. 972, o
examen no concede derecho alguno a obtener la facultad; sirve para que el Ordinario
menos en orden a recibir las licencias. Ni el Ordinario del lugar tiene limitada su
Esta es una medida preventiva, para evitar que un sacerdote, a quien el propio
licencia para usar la facultad, c. 969 § 1 (in fine), la reciba, sin más, de cualquier
Ordinario del lugar, y de este modo pueda también confesar en al propia Diócesis.
103
Puede estar incardinado en otra diócesis y tener su propio ordinario de lugar, pero también ser
miembro de un Instituto Religioso o Sociedad de vida Apostólica, o incluso de una Prelatura
personal (c. 266).
104
C. 971: ”El Ordinario del lugar no debe conceder a un presbítero la facultad de oír habitualmente
confesiones, aunque tenga el domicilio o cuasidomicilio dentro del ámbito de su jurisdicción, sin
haber oído antes al Ordinario del presbítero, en la medida en que sea posible”.
31
Ciertamente el Ordinario del lugar solo tiene que “oír”, le basta pues haber
todos modos las licencias serían válidas, puesto que no hay cláusula invalidante; y
4) Tiempo y limitaciones.
El que concede la facultad por comisión especial puede darla por tiempo indefinido o
Para los sacerdotes diocesanos existe todavía la praxis de concederles la facultad los
diócesis, sean del clero secular, que están en una diócesis no propia por un tiempo en
religiosos; sin embargo no se ve razón para que no se pueda limitar con causa justa el
La facultad se debe conceder por escrito108. El CIC 17, c. 879 § 1, exigía la forma
escrita o por palabras expresas: esto excluía la posibilidad de una concesión tácita o
coherente con la norma general del c. 37 sobre los actos administrativos que afectan
validez. Las licencias escritas son prueba de la posesión de la facultad, lo que dada la
6). Con estas normas se hacen inútiles las normas especiales para viajes marítimos
107
Nótese la diferencia que existe entre el “renuerit” del § 1 del canon, donde el sentido no es
invalidante sino solo afecta a la licitud (“licite utuntur”, lo contrario sería “ilicite utuntur”);
mientras que en el del párrafo segundo el sentido es de privación de la facultad a tenor del c. 974 §
2, “facultatem amittit”. y consecuentemente afecta a la validez.
108
C. 973: “La facultad de oír habitualmente confesiones debe concederse por escrito”.
33
6. Revocación
1). Dos notas previas
a) Como principio general hay que reconocer que puede revocar la facultad no
solo quien la concedió, sino también el superior Jerárquico del otorgante, según
un principio del ejercicio de la potestad ejecutiva.
b) Evidentemente una facultad concedida “ad casum”, una vez ejercida no se
revoca, se termina; sin embargo, si todavía no se ha ejercitado, también esa
facultad queda revocada, comunicada la revocación, por quien la ha
concedido109.
oír confesiones habitualmente sin causa grave110. Causa grave que se referirá a la
109
Cf. C. 142 § 1.
110
C. 974 § 1. “El Ordinario del lugar y el Superior competente no deben revocar sin causa grave la
facultad de oír habitualmente confesiones”. (CIC 17 c.880 § 1).
111
Prescindimos aquí de la privación de la facultad como consecuencia de un delito, que lleve aneja
la privación de esta facultad; en este caso la privación procederá a través de un proceso penal.
Téngase en cuenta que la acción del confesor de administrar el sacramento queda afectada por las
censuras, cc. 1331, 1332, 1333, pero que en ningún momento estas penas afectan a la posesión de la
facultad de confesar ni a la validez del uso de la misma. Téngase además en cuenta que no se trata
estrictamente de potestad de régimen sino de facultades habituales.
34
a) Retirada de la facultad por el Ordinario de lugar, que la concedió, el presbítero la
b) Retirada la facultad por otro Ordinario de lugar, queda sin efecto solo en el
4) El Ordinario del lugar que retire la facultad de confesar a un sacerdote, que no sea
propio ordinario deberá, en su caso, sacar las consecuencias oportunas, por otra lo es
Retirada a un párroco ¿?
112
C. 974 § 2 (primera frase): ”Si la facultad de oír confesiones es revocada por el Ordinario del
lugar que la concedió, del que trata el can. 967, P2, el presbítero queda privado de la misma en
todas partes… ”.
113
C. 974 § 2 (segunda frase): “…si es revocada por otro Ordinario del lugar, queda privado de ella
sólo en el territorio del que la revoca…”.
114
C. 974 § 3: “Todo Ordinario del lugar que revoca a un presbítero la facultad de oír confesiones
debe comunicarlo al Ordinario propio del presbítero por razón de la incardinación o, si se trata de
un miembro de un instituto religioso, a su Superior competente”.
115
MK, comentario al c. 974, n. 4
116
Se trata de la facultad que pueden conceder los Superiores competentes, tanto de Institutos
religiosos como de Sociedades de Vida Apostólica a tenor de los cc. 967 § 3 y 969 § 2 para confesar a
los miembros de sus institutos y a los que conmoran día y noche en sus casas.
117
C. 974 § 4 (primera frase): “Si la facultad de oír confesiones es revocada por el Superior mayor
propio, el presbítero queda privado de la misma en todas partes, respecto a los miembros del
instituto; pero si es revocada por otro Superior competente, la pierde sólo para con los súbditos
dentro del ámbito de la potestad de éste”, supra nota 64.
35
aquellos que gobiernan todo el instituto, una provincia de éste u otra parte
equiparada a la misma, o una casa independiente, así como sus vicarios” . Por otra
parte según el c. 622: “El Superior general tiene potestad, que ha de ejercer según el
derecho propio, sobre todas las provincias, casas y miembros del instituto; los
demás Superiores la tienen dentro de los límites de su cargo ”. Según esto parece
Moderador” puesto que se está refiriendo a que pierde la facultad respecto a todos
posesión de la facultad.
118
C. 974 § 4 (segunda frase), supra nota 64.
36
En ambos supuestos pues la Iglesia, el derecho, suple en el presbítero, que no posee
la facultad ni por oficio ni por concesión, la facultad necesaria para oír validamente
confesiones.
no es otra que el bien común de los fieles o de la Iglesia. El bien común exige certeza
meramente privados).
5.1. Error común de hecho se da cuanto son muchos (proporcionalmente) los que
públicamente se pone un acto capaz por si mismo de inducir al error a la mayor parte
5.2. La duda es positiva cuando la opinión está avalada por razones, no se trata pues
de duda basada en mera ignorancia; y es probable cuando tales razones son serias y
razones contrarias.
vigencia de la ley o norma; y es de hecho cuando, siendo la ley cierta, se duda sobre
la ley.
37
misericordia, para que procure el honor divino y la salvación de las almas 119. No es
confesor para condenar, sino para perdonar y para sanar. Así pues ha de juzgar, pero
2. Respeto al Magisterio.
El confesor en cuanto ministro de la Iglesia, en la administración de la penitencia, ha
sentido propio y subjetivo. Se pueden tener los propios criterios estrictos o laxos,
pero también tienen ese derecho los fieles, dentro de los límites de la enseñanza de la
Iglesia, hay que tener no ya generosidad o tolerancia, sino respeto a otros criterios u
119
C. 978 § 1: “Al oír confesiones, tenga presente el sacerdote que hace las veces de juez y de
médico, y que ha sido constituido por Dios ministro de justicia y a la vez de misericordia divina,
para que provea al honor de Dios y a la salud de las almas”. (CIC17, c. 888).
120
C. 978 § 2: “Al administrar el sacramento, el confesor, como ministro de la Iglesia, debe atenerse
fielmente a la doctrina del magisterio y a las normas dictadas por la autoridad competente. Al
administrar el sacramento, el confesor, como ministro de la Iglesia, debe atenerse fielmente a la
doctrina del magisterio y a las normas dictadas por la autoridad competente”.
38
orientaciones, sin que esto quite la posibilidad de diálogos constructivos. No será
pide la absolución, ésta no puede serle denegada ni diferida 121. Ello corresponde al
derecho de los fieles a recibir los sacramentos cuando los piden correctamente y
están dispuestos122.
4. Las penitencias
El confesor debe imponer al penitente penitencias saludables y convenientes según
vida nueva ante Dios y ante la Iglesia y en cuanto penitencia la unión a los
penitente, no solo como pecador, sino también de cultura, edad, salud y otras. De ahí
121
C. 980: “No debe negarse ni retrasarse la absolución si el confesor no duda de la buena
disposición del penitente y éste pide ser absuelto”. (CIC17, c. 886). Antes del Código algunos
moralistas sostenían la posibilidad de diferir la absolución; sin embargo, no habiendo razón de
dudar de las disposiciones, no se podrá diferir sin el consentimiento del penitente.
122
Cf. cc. 213 y 843 § 1.
123
Cf. OP n. 6 c); Pablo VI Const. Apost. “Penitemini,” del 17.2.1966, AAS 58 (1966) 177-198.
124
Cf. Exhortación Apost. “Reconciliatio et Poenitentia,” AAS 77 (1985) 257 ¿ , n. 31 III
39
también el deber del penitente de aceptar las penitencias que se le impongan y que
5. Preguntas y cuestiones.
Si el sacerdote ha de preguntar o pedir una aclaración, proceda con prudencia,
atendiendo las condiciones y la edad del penitente. Lo que a él importa es que las
disposiciones del penitente sean las mejores, otras cosas o curiosidades, no son del
sacramental, o con ocasión o pretexto de ella, solicite al que se acerca para confesarse
Este delito, precisamente por las variadas posibilidades que puede presentar
sí cierta y obligatoria, será castigado según la gravedad del delito con suspensión,
125
C. 981: “Según la gravedad y el número de los pecados, pero teniendo en cuenta la condición del
penitente, el confesor debe imponer una satisfacción saludable y conveniente, que el penitente está
obligado a cumplir personalmente”.
126
C. 979: “Al interrogar, el sacerdote debe comportarse con prudencia y discreción, atendiendo a la
condición y edad del penitente; y ha de abstenerse de preguntar sobre el nombre del cómplice ”,
CIC17, c. 888 § 2. La SCSO emitió una Instrucción acerca del modo de comportarse los confesores al
interrogar en materia de castidad el 16.5.1943 (no apareció en AAS, ver en Ochoa ¿????.
127
C. 1387 - Sacerdos, qui in actu vel occasione vel praetextu confessionis paenitentem ad peccatum
contra sextum Decalogi praeceptum sollicitat, pro delicti gravitate, suspensione, prohibitionibus,
privationibus puniatur, et in casibus gravioribus dimittatur e statu clericali”.
40
con prohibición o privaciones correspondientes y en casos más graves con la
Existe en consecuencia el delito cuando el confesor dice o hace algo que por su
profeso, sino también cuando su manera de actuar incita al pecado deshonesto, con
denuncia130.
solicitado; pero es evidente que una experiencia clara induce una grave
responsabilidad moral, por el bien de los cristianos, que se puede poner en peligro y
128
Las penas en el CIC17 eran más graves, c. 2368.
129
Las circunstancias de este delito están explicadas en la mencionada Instrucción de Benedicto XIV
“Sacramentum Poenitentiae”.
130
Impuso la obligación la Instrucción “Sacramentum Poenitentiae” § 2.
131
C. 1390 § 1: “Qui confessarium de delicto, de quo in can. 1387, apud ecclesiasticum Superiorem falso
denuntiat, in interdictum latae sententiae incurrit et, si sit clericus, etiam in suspensionem. § 2. Qui
aliam ecclesiastico Superiori calumniosam praebet delicti denuntiationem, vel aliter alterius bonam
famam laedit, iusta poena, non exclusa censura, puniri potest.§ 3. Calumniator potest cogi etiam ad
congruam satisfactionem praestandam.”
41
La falsa denuncia de solicitación constituye un crimen de falsedad del que
Por eso merece una especial protección, pues así como merece la protección del
legítima.
b) Las penas de la Iglesia contra el falso denunciador son graves y son “latae
la falsa denuncia y si está dispuesto a reparar los daños que hayan sido causados al
Aunque una denuncia anónima produce igualmente mucho daño, no creo que
en este caso se pueda hablar de penas, por faltar las formalidades de una denuncia.
Hará muy mal la autoridad en tomar en serio denuncias de este tipo dándoles el
valor de una denuncia. Sin embargo a una persona, que se acuse de una falsa
7. El sigilo sacramental
7.1. Obligación del sigilo
cualquier modo al penitente por palabra o de cualquier otro modo bajo ningún
Decisivo para que surja el deber del sigilo es la voluntad de confesión del
las profesiones en las que por la índole de las mismas el profesional adquiere
en c. 2363.
133
C. 983: § 1. “Sacramentale sigillum inviolabile est; quare nefas est confessario verbis vel alio
quovis et quavis modo de causa aliquatenus prodere paenitentem”, (CIC 17, c. 889 § 1).
43
sin el cual el mismo sentido de las profesiones y la confianza que necesariamente se
origina entre el profesional y la persona que requiere sus servicios entraría en crisis
con grave perjuicio del bien común y tutela de los derechos de las personas. De un
modo especial se verifica esto tratándose de la confesión de los pecados que afecta
sujetados al confesor precisamente como actos de los que toma distancia el actor en
Cualquier otra posición haría odioso el sacramento con irreparable daño para el bien
común eclesial.
134
Es cierto que la configuración del actual c. 1388 ha excluido estos supuestos del derecho penal;
pero para destruir la necesaria confianza que está en la raíz de la relación con el confesor, y en
consecuencia del aprecio al sacramento, son tan perjudiciales el uso de la ciencia adquirida por el
sacramento con perjuicio como el uso sin perjuicio del penitente. Lo que puede en un momento no
significar perjuicio puede objetivamente considerarse como una frivolidad por parte del confesor
por el mero hecho de estar comentando lo que con tanta intimidad viene expuesto y solo con un
sentido sacramental, no de perjuicios o no perjuicios mundanos.
44
No sólo se prohíbe delatar el pecado y al pecador sino también está absolutamente
penitente, (y en nuestra opinión, aunque sea sin gravamen del penitente y) incluso en
Están también obligados a guardar secreto el intérprete (si lo hay) y todos los demás
a quienes de un modo u otro hubiera llegado noticia del contenido de una confesión
de pecados136.
7.4. Sanciones
3) El que viola el sigilo sólo indirectamente sea castigado según la gravedad del
delito139.
135
C. 984 § 1: “Omnino confessario prohibetur scientiae ex confessione acquisitae usus cum
paenitentis gravamine, etiam quovis revelationis periculo excluso.” Fue impuesta en el Concilio
Lateranense IV de 1215. Existe una Instrucción de la SCSO de 9 de junio de 1915 según la cual se
prohibe hablar de los casos solo conocidos por confesión, aunque no haya peligro de quebrantar el
sigilo; y la Sagrada Penitenciaria emitió el 1.2.1935 AAS 27(1935) 962s. unas normas acerca del
modo como hay que dirigirse a ella para no violar el sigilo en los casos ocultos.
136
C. 983 § 2: “Obligatione secretum servandi tenentur quoque interpres, si detur, necnon omnes
alii ad quos ex confessione notitia peccatorum quoquo modo pervenerit”.
137
C. 1388 § 1: “Confessarius, qui sacramentale sigillum directe violat, in excommunicationem latae
sententiae Sedi Apostolicae reservatam incurrit; qui vero indirecte tantum, pro delicti gravitate
puniatur.” (CIC17, c. 2369 § 1: “praesumperit”).
138
C. 1388 § 2: “Interpres aliique, de quibus in can. 983, § 2, qui secretum violant, iusta poena
puniantur, non exclusa excommunicatione”, (CIC17, c. 2369 § 2).
139
C. 1388 § 1 (segunda frase) supra nota 142. (CIC17, c. 1269 § 1 segunda frase).
45
No existe sanción para la transgresión por uso indebido de la ciencia habida
tiempo140. Debe existir una clara división del fuero externo y del fuero sacramental141:
de otro modo a parte del abuso de utilizar para intereses humanos conocimientos
seguirá.
7. 6. Incompatibilidades.
socio, ni el Rector del Seminario o de otro Instituto de educación deben oír las
confesiones de los alumnos que viven con ellos en la misma casa; a no ser que los
140
C. 984 § 2: “Qui in auctoritate est constitutus, notitia quam de peccatis in confessione quovis
tempore excepta habuerit, ad exteriorem gubernationem nullo modo uti potest”. (CIC17 c. 890 § 2).
141
Cf. SCSO “Instrucción el 9,61915 (ver en Ochoa); y también el Monitum de la Sagrada
Penitenciaría de 12.2.1935, AAS 27 (1935) 62.
142
C. 985: “Magister novitiorum eiusque socius, rector seminarii aliusve instituti educationis
sacramentales confessiones suorum alumnorum in eadem domo commorantium ne audiant, nisi
alumni in casibus particularibus sponte id petant.“ (CIC17, c. 891).
143
Con esta norma hay que relacionar la de los cc. 239 § 2, 240, 246§ 4, 630 §§ 1, 2, 4.
46
peligro de muerte144.
más grave: excomunión “latae sententiae” reservada a la Sede Apostólica, c. 1378 145.
El sacerdote pues que pecó contra el sexto mandamiento con otra persona no la
norma (¡) o la inadvertencia no obsta para que la absolución sea inválida ( c. 15).
que se absuelve,146 o por inducir directa o indirectamente a que no confiese tal pecado
144
C. 977: “Absolutio complicis in peccato contra sextum Decalogi praeceptum invalida est,
praeterquam in periculo mortis.” (CIC17 cc. 884, 2367).
145
C. 1378: “Sacerdos, qui contra praescriptum c. 977 agit, in excommunicationem latae sententiae
Sedi Apostolicae reservatam incurrit.” El CIC17 c. 2367 imponía excomunión reservada de modo
especialísimo a la S. Sede a quien absolvía o fingía absolver (ver el comentario del Código).Y todo
ello estaba determinado en la Const. Sacramentum Penitentiae de Benedicto XIV 1 junio de 1741 (en
Código -1917 - comentado de la de la BAC como tercer documento). Ver también la declaración de
la SCSO de 16.11.1934; según la cual se incurría también en la pena, si el sacerdote absolvía de los
demás pecados, la primera vez que se confiesa el cómplice después de cometer la acción.
146
En la legislación vigente en efecto no se hace ninguna alusión al hecho de fingir la absolución,
como hacía el CIC17, ver nota anterior, y que aparecía todavía en el primer esquema, c. 55 § 1, 2 º,
Schema Documenti quo disciplina sanctionum seu poenarum in Ecclesia Latina denuo ordinatur , Typis
Poliglotis Vaticanis 1973, p. 28.
147
Tampoco el Código vigente no hace referencia a la Const. Apost. de Benedicto XIV Sacramentum
Poenitentiae, como hacía el CIC17 c. 884, que para determinar las característica del delito deja de
tener ya valor de referencia.
47
4. La ley, como penal y restrictiva, debe interpretarse estrictamente (c. 18):
castidad o el sexto mandamiento, como dice el canon, que comprende a todos los
- Ambas partes deben ser responsables de sus actos, lo cual requiere plena
- La prohibición de absolver no abarca a todos los pecados del cómplice, sino solo a
perpetuo149.
148
Esto aún en el supuesto de que el cómplice sometiera de nuevo el pecado a la potestad del
confesor; otra cuestión es la conveniencia o no de utilizar, precisamente con tal confesor, aquel
pecado como materia voluntaria de confesión.
149
MK, comentario al c. 977, n. 2
150
LG 37.
48
razonablemente y están debidamente preparados151. Si cualquier sacerdote está
muerte152, para lo que todo sacerdote tiene facultad sin limitación, algunos ministros
sagrados tienen especial obligación en razón de sus oficios de cura de almas 153. Este
horarios, que resulten asequibles a los fieles, en vano se puede pensar en el correcto
cumplimiento de este deber por parte de quien tiene la cura de almas. La obligación
VI. El penitente
Sacramento sus actos forman parte del mismo, el cual alcanzará la plena realización
151
C. 986 § 1, supra nota 43.
152
C. 986 § 2, supra nota 45.
153
Véanse p. e. los cc. 967 § 2 y 968, pero también cc. 528, 529, 540 § 1, 843 (ver supra el
comentario).
49
con las palabras de la absolución pronunciadas por el ministro en nombre de
Cristo154.
3. Disposiciones155
Para que los fieles reciban el remedio salvífico del sacramento de la penitencia es
la penitencia.
Y la contrición se expresa:
confesar todos los pecados graves158, de los que tenga conciencia después de diligente
individual.
Se recomienda a los fieles que confiesen también sus pecados veniales160. Esto supone
responsable de sus actos y tiene capacidad para distinguir y hacer el bien o el mal.
Así pues este precepto sólo obliga si el fiel ha cometido pecado grave y puede
5.2. La obligación de recibir la comunión una vez al año, sobre todo en tiempo de
Pascua, cc. 920 163 conlleva la obligación de la confesión, si el fiel ha cometido pecado
grave, como se sigue del precepto del c. 916, según el cual antes de celebrar o
Todo fiel puede confesar sus pecados con cualquier confesor legítimamente
aprobado, que fuera de su agrado, aunque sea de otro rito 164, se entiende católico. La
7. Uso de intérprete
163
Se puede también hablar de la obligación de recibir el viático en peligro de muerte, aunque el c.
921 hable de que “se debe administrar el viático,” puesto que si en alguna ocasión el alimento del
“viator” es necesario será cuando éste se encuentre en el discrimen de la vida y de la muerte.
164
C. 991: “Cuivis christifideli integrum est confessario legitime approbato etiam alius ritus, cui
maluerit, peccata confiteri.” (CIC17, c. 905).
165
Cf. supra p.
52
A nadie se prohibe que se confiese, en caso de no conocer el idioma del confesor ni
éste el suyo, por medio de intérprete. Habrá que procurar evitar abusos y escándalos
y supuesta la obligación del sigilo, que se deriva para el intérprete, como vimos166.
Esto no obstante hay que afirmar que nadie está obligado a utilizar un intérprete; la
c. 960, como sin duda se da en el caso. Bastaría por ello una confesión genérica o
ayudada con un formulario en que se repasen los preceptos de Dios y de la Iglesia 167,
confesión completa.
cánones. El Código vigente es mucho más austero y reduce el tema a seis cánones,
expuesta en dos documentos pos-conciliares, uno doctrinal y otro práctico, del Papa
Pablo VI168.
166
C. 990: “ Nemo prohibetur quominus per interpretem confiteatur, vitatis quidem abusibus et
scandalis atque firmo praescripto c. 983, § 2.”
167
La confesión específica sería suplida en la confesión posterior.
168
Los documentos son la Const. Apost. “Indulgentiarum Doctrina,” del 1.1.1967, AAS 59 (1967) 5-
24, y el “Enchiridion Indulgentiarum,” del 29.6.1968, AAS 60 (1968) 413-419, hoy en su cuarta edición
del 16 de Julio de 1999.
53
cuestiones peculiares respecto a la concesión de las mismas es competente la
Penitenciaria Apostólica169.
1. Concepto
Sin adentrarse en grandes disquisiciones el canon ofrece una descripción de los
1) Es una remisión ante Dios de la pena temporal por los pecados, ya perdonados en
cuanto a la culpa170.
gracia, la amistad con Dios. Subsiste sin embargo una pena temporal secuela del
2) Esta remisión se da por ministerio de la Iglesia, en quien Dios ha puesto los bienes
los Santos para satisfacción o remisión de las posibles penas temporales de los
pecados.
Aplicación que es posible por la Unión de los cristianos en Cristo y por Cristo,
formando una sola Iglesia viva de todos los creyentes. Vivos y muertos en la paz de
169
Enchiridion Indulgentiauym , 6.
170
C. 992: “Indulgentia est remissio coram Deo poenae temporalis pro peccatis, ad culpam quod attinet
iam deletis, quam christifidelis, apte dispositus et certis ac definitis condicionibus, consequitur ope
Ecclesiae quae, ut ministra redemptionis, thesaurum satisfactionum Christi et Sanctorum auctoritative
dispensat et applicat.”
54
3) La mediación de la Iglesia aplica estas satisfacciones previo el cumplimiento de los
convenientemente dispuesto.
Dios.
vida de la Iglesia y tutela del bien común de la misma y de los derechos propios del
cristiano; mientras que las indulgencias tienen por objeto el reparar o eliminar la
posible pena de sentido que pudieron merecer nuestros pecados perdonados. Es con
todo una facultad que pertenece a la potestad sagrada que es propia de la Iglesia, que
afectando a algo tan eminentemente personal exige un ordenamiento que evite toda
falsa visión de una realidad tan sencilla, y mucho más hasta la más mínima
indulgencias.
territorio a todos y a sus fieles aun fuera del territorio, desde el inicio de su
propia eparquía la bendición papal, con indulgencia plenaria, tres veces al año, al
patriarcado, y allí también en los lugares exentos; en las iglesias de su rito fuera
del territorio patriarcal, y a sus propios fieles en cualquier parte. Pueden también
por norma impartir la Bendición papal con indulgencia plenaria tres veces al año,
que por el bien especial de los fieles exija la indulgencia plenaria 174.
(Orientales)175.
indulgencia parcial en todas partes, que sin embargo solo puede ser ganada por los
172
Emquiridon Indulgentiarum 7, 1º; esto en las festividades que ellos designen y aunque no sean los
celebrantes de la misa sino solo asistan.
173
Ibidem. 8.
174
Ibidem. 9, § 1.
175
Ibidem. 9, § 2.
176
Ibidem. 10.
56
3) Ninguna autoridad inferior al Romano Pontífice, que por el derecho común o
puede delegar tal facultad a otros más que si la Santa Sede se lo hubiere otorgado
expresamente177.
3. Clases
La indulgencia puede ser parcial o plenaria, según su efecto liberador de la pena 178.
La indulgencia plenaria puede ser ganada al día una sola vez, la parcial sin embargo
varias veces179.
1) Capacidad
177
Todo lo que atañe a la concesión o uso de las indulgencia es, según la Const. Apost. Pastor
Bonus, n.117, de la competencia de la Penitenciaría Apostólica (Enchiridión Indulgentiarun 6),
mientras que lo referente a la parte doctrinal o dogmática de las mismas corresponde, ibidem n.
120, a la Congregación para la Doctrina de la Fe.
178
C. 993: “La indulgencia es parcial o plenaria, según libere de la pena temporal debida por los
pecados en parte o totalmente”.
179
Enquiridion Indulgentiarum, 18 § 1; aunque en peligro de muerte se puede volver a ganar si se
hubiera ya ganado el mismo día, ibidem § 2.
180
C. 994: “Todo fiel puede lucrar para sí mismo o aplicar por los difuntos, a manera de sufragio, las
indulgencias tanto parciales como plenarias”.
181
Ver nota anterior y c. 997: “Por lo que se refiere a la concesión y uso de las indulgencias, se han
de observar además las restantes prescripciones que se contienen en las leyes peculiares de la
Iglesia”.
182
Enquiridion Indulgentiarum, 17 § 1.
57
2) Requisitos para lucrarlas
El fiel capaz para poder lucrar las indulgencias 183 debe tener al menos intención
Para ganar una indulgencia plenaria además de excluir todo afecto al pecado
Penitencia el mismo día o en los días precedentes o siguientes, que servirá para
lucrar indulgencias diversos días; y deberá además por cada indulgencia recibirse la
Nuestro y el Credo186.
5. Publicación de Indulgencias
Para poder editar versiones del “Enquiridion Indulgentiarum” a cualquier lengua se
183
C. 996 § 2: “Sin embargo, para que el sujeto capaz las lucre debe tener al menos intención
general de conseguirlas, y cumplir las obras prescritas dentro del tiempo determinado y de la
manera debida, según el tenor de la concesión”; Enquiridion Indulgentiarum, 17 § 2.
184
C. 996 § 1: “Para ser capaz de lucrar indulgencias es necesario estar bautizado, no excomulgado,
y hallarse en estado de gracia por lo menos al final de las obras prescritas”.
185
Enquiridion Indulgentiarum, 20 §§ 1-3.
186
Ibidem, 19; y la visita esta prescrita para un día determinado, se podrá hacer desde el mediodía
de la víspera hasta la medianoche del día establecido, ibidem 14.
187
Ibidem, 11 §§ 1 y 2.