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ACERCAMIENTO A LAS LEYES DE LA IGLESIA

ACTIVIDAD N°6
(Síntesis final)

GUSTAVO ADOLFO VÉLEZ HENAO

GONZALO ANTONIO RENDÓN OSPINA

UNIVERSIDAD CATÓLICA DE ORIENTE

TEOLOGIA

TEOLOGÍA VIRTUAL

RIONEGRO-ANTIOQUIA

Noviembre 10 de 2021
INTRODUCCIÓN
La iglesia como depositaria y administradora de los bienes sempiternos de la salvación,
procura en todo tiempo y espacio, cumplir de manera alegre y consciente la misión
entregada por Jesucristo su fundador y maestro, llevando y distribuyendo la multiforme
gracia de la salvación a todos los pueblos y a cada cristiano en particular por medio del
evangelio que se realiza en la acción pastoral, la practica de la caridad y la celebración de
los sacramentos que son acciones de Cristo y de la Iglesia para realizar el plan de
salvación.
En este esquema o síntesis acerca de algunos aspectos del derecho canónico sobre los
temas a saber: La misión de enseñar, la forma de santificar, los bienes temporales y las
sanciones en la Iglesia, se podrá observar los aspectos principales y fundamentales para
un acercamiento al conocimiento del derecho y con ello a la edificación de una vida
cristiana de mayor compromiso eclesial y humano.

ACERCAMIENTO A LAS LEYES DE LA IGLESIA


SÍNTESIS FINAL
MUNUS DOCENDI
Inicio esta síntesis, hablando de la misión de enseñar en la Iglesia, expuesta en el libro III
del código de derecho canónico. A través de dicha función, la iglesia procura formar la
conciencia de los fieles por medio de su misión evangelizadora para que Cristo sea
conocido y amado por todos.
Esta función realizada por la iglesia por medio de sus pastores, tiene dos características
particulares que son: La infabilidad y la no infabilidad, la cual se refiere a aquellas
verdades reconocidas como verdaderamente reveladas y aquellas que son expuestas a
manera de exhortación y reflexión por parte del magisterio (c. 749).
Las declaraciones de infabilidad o preservación del error, en cuestiones de doctrina y de
costumbres, le es propia al romano pontífice en virtud de su oficio por ser el sucesor de
San Pedro y máximo jerarca de la iglesia (Const. Pastor aeternus 4); también al colegio de
los obispos cuando estos se reúnen en concilio ecuménico u obrando particularmente,
pero en comunión con el papa. Estas verdades decretadas, deben ser conocidas y
aceptadas de manera obligatoria por todos los fieles (c. 750).
La iglesia tiene el oficio y misión de anunciar por el ministerio de la palabra y por todos los
medios posibles, pero principalmente por la catequesis, la predicación, la cual es ejercida
por los obispos en todo lugar en derecho propio, (c. 763), los presbíteros y los diáconos
con autorización del ordinario del lugar (c. 764-765), y la homilía, el Misterio de Cristo, por
medio de la palabra, la liturgia y la caridad, que se nutren de la sagrada revelación, de la
tradición y del magisterio.
Todos los fieles católicos, tienen el derecho de recibir formación cristiana católica y la
iglesia dispone para ello de diversos centros de formación como lo son: las escuelas
católicas, las universidades católicas y universidades eclesiásticas las cuales basan su
enseñanza en las áreas de teología, filosofía y derecho canónico; las católicas incluyen
ciencias profanas y la titulación tiene efectos civiles (González, 2002). También exhorta la
iglesia a utilizar los medios de comunicación social para difundir el evangelio y está
vigilante a que las enseñanzas de la diversa literatura sean adecuadas a los principios y
valores católicos.
MUNUS SANCTIFICANDI
La iglesia tiene como especial misión, santificar por mandato de Cristo a todos los
hombres y mujeres de buena voluntad. Dicha función la realiza de manera especial a
través de la liturgia, aunque esta no agota dicha misión. Ella es regulada, orientada y
vigilada universalmente por la santa sede, regionalmente por las conferencias episcopales
y localmente por los obispos diocesanos. También, por medio los diversos actos de piedad
(C.839).
De los sacramentos
Los sacramentos son signos sensibles que comunican la gracia de Dios y comportan por su
sentido teológico la facultad de alimentar y fortalecer la fe de los fieles, expresándolos por
medio de palabras y cosas (sacrosanctum Concilium n 59). Son ellos acciones de Cristo y
de la iglesia (c.840), porque “la Iglesia es en Cristo como un sacramento, o sea signo e
instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano”
(Lumen Gentium 1).
En cánones preliminares (840-848), el código expone de manera sucinta, los elementos
esenciales o formas de como ejerce la iglesia su misión santificadora que es precisamente
a través de los sacramentos. En ellos se expresa tanto los deberes de la iglesia a
conferirlos, como las condiciones necesarias de quienes los han de recibir, y también los
elementos que conforman el sacramento. Con relación al fin de los sacramentos, Eloy
Tejero comenta al respecto que” por ser los sacramentos el ámbito más propio del munus
Sanctificandi, en torno a ellos gira toda la vida litúrgica” (Tejero, 2001).
Por ser los sacramentos acciones de Cristo y de la iglesia expresadas en la liturgia,
presentan diversas características necesarias que hacen de ellos verdaderos actos
santificantes: MATERIA: signo sensible (agua, crisma, óleo, luz, pan, vino, señal de la cruz
etc.), FORMA: palabras o fórmulas litúrgicas. MINISTRO: Quien confiere la acción
sacramental: obispo, presbítero, diácono, (esposos). SUJETO: Destinatario de la acción
sacramental y, además, VALIDEZ, INNTENCIÓN Y LICITUD.
Cada uno de los siete sacramentos, posee unos elementos que le son propios tanto en lo
teológico como en lo jurídicos y tienen que ver con los signos y símbolos que lo realizan.
Así en el BAUTISMO, (c.849-878) son: Materia: Agua, óleo, señal de la cruz, cirio
encendido, vestidura blanca, padres, padrinos (C. 872-874), ministro (c.861) y el sujeto
capaz del sacramento (c. 864-871). También se requiere un tiempo y un lugar que sea
digno del sacramento (c. 856-860).
CONFIRMACIÓN (879-896): Materia: crisma (c.880), ministro (c.882), sujeto capaz (889),
padrinos (c. 892-893). La FORMA: Imposición de manos y la fórmula litúrgica expresada
por el ministro.
EUCARISTÍA (897-958). Materia: Pan, vino de uvas y unas gotas de agua, ministro (c.900-
911), fieles. FORMA (c.902). La eucaristía como sacramento tiene en su estructura dos
partes bien definidas que son: la liturgia de la palabra y la liturgia de la eucaristía. La
primera consta de los ritos iniciales, lecturas y homilía, y la segunda desde las ofrendas
hasta la oración postcomunión. La confección del sacramento le corresponde al ministro
ordinario (obispo o presbítero) y en la distribución a los fieles, los ordinarios son el obispo,
el presbítero y el diácono; algunos laicos instituidos como ministros extraordinarios según
lo prescrito en el c. 230, pueden hacer en su ausencia.
PENITENCIA (c. 959-997). Materia: Corresponde a la manifestación externa de los
pecados. Forma: Corresponde a la fórmula de absolución. Existen tres formas de
celebración del sacramento: 1. Cuando se realiza de manera individual. 2. En la
celebración comunitaria con confesión y absolución individual. 3. Absolución general (en
inminente peligro de muerte).
El ministro del sacramento de la penitencia son el obispo y el presbítero y éste con la
facultad debida y las cualidades necesarias de su función.
Este sacramento conlleva la exigencia y la obligación gravísima de guardar el sigilo
sacramental bajo pena de graves sanciones como la excomunión.
UNCIÓN: (C. 998-1007).
La iglesia como administradora de la multiforme gracia de Dios, depositaria de los tesoros
de la salvación, puede a través del sumo Pontífice o de quien él autorice, otorgar
indulgencias, las cuales consisten en la remisión de la pena temporal por los pecados
cometidos ya perdonados en cuanto a la culpa.
MATERIA: Aceite natural (óleo infermus), ministro (obispo o presbítero). El sujeto es el
enfermo, a quien el ministro encomienda a la misericordia de Dios.
FORMA: Fórmula litúrgica e imposición de manos.
ORDEN: igual que el bautismo y la confirmación, este sacramento, imprime CARÁCTER. Es
destinado solo a varones, bautizados y confirmados, los cuales deben cumplir con los
debidos requisitos establecidos en el CIC; y que no tengan ninguna clase de impedimento
o irregularidad prescrita en el mismo, o sea canónicamente idóneos. El diaconado
permanente, se les confiere a sujetos que cumplan con los requisitos debidos establecidos
en el CIC.
En cuanto a la no admisión de mujeres al sacerdocio ministerial, (Gonzales, 2001)
comentando el c. 1024 dice que en la carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis, el papa Juan
Pablo II, expresa: “declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la facultad de conferir la
ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este dictamen debe ser considerado como
definitivo por todos los fieles de la Iglesia”.
El sacramento del orden se confiere en tres grados a saber: Episcopado, Presbiterado y
Diaconado.
MATERIA: Crisma, sujeto hábil, para lo cual debe tener ciertas cualidades como entender,
querer, ser consciente y responsable ante el sacramento, también debe ser útil para el
ministerio, estar debidamente preparado, vocación sincera, edad requerida (diacono 23,
presbítero 25, obispo 35) y demás según los c.1033-1039. El ministro ordinario, que es el
obispo. Presencia de fieles y de clero.
FORMA: Imposición de manos y oración consecratoria.
MATRIMONIO (C. 1055-1165)
El matrimonio es una alianza entre un hombre y una mujer para constituir un consorcio
para toda la vida (c 1055), ordenado a la procreación y educación de los hijos.
PROPIEDADES: La unidad y la indisolubilidad: intrínseca (por decisión de los esposos),
extrínseca: (por otros) (c. 1056).
MATERIA: El consentimiento y la entrega mútua de los esposos. En su comentario acerca
del canon 1057 Javier Hervada afirma: “El consentimiento es el elemento más decisivo del
pacto conyugal y aquel que contiene su eficacia causal propiamente dicha. Por contener el
matrimonio derechos personalísimos, que afectan a la disponibilidad sobre el propio
cuerpo, el consentimiento no puede ser suplido de ninguna manera por el ordenamiento
jurídico, ni por los padres de los contrayentes, ni por ninguna otra potestad humana”
(Hervada, 2001). El consentimiento puede presentar los siguientes requisitos: Persona
hábil y capaz, es un acto único, personal, voluntario y consciente. Presenta ciertas
incapacidades: Por uso de razón, decisión de juicio, por naturaleza psíquica (c. 1095),
ignorancia (desconocimiento de los fines) y error (de hecho, de dereche y doloso),
simulación (no coinciden el acto externo con el consentimiento), la violencia y el miedo:
(cohesión y presión para contraer matrimonio).
Todo matrimonio es válido en el derecho, hasta que no se demuestre lo contrario
(c.1060). Se le llama matrimonio rato al válido entre bautizados, rato consumado cuando
hay coito entre los cónyuges y rato no consumado cuando aún no ha tenido lugar la
primera relación sexual.
La preparación para el matrimonio debe ser un acto consciente y responsable, y debe
darse desde la infancia (remota), con el testimonio de los padres, en la juventud y
noviazgo (próxima) a través de los diversos procesos pastorales por medio de la familia,
párrocos, catequistas, agentes de pastoral, amigos, vecinos, profesores etc. Cursillos
prematrimoniales (inmediata).
En el matrimonio debe haber una certeza moral, la cual se da a través de los diversos
requisitos exigidos como lo son: el expediente matrimonial, el interrogatorio, las
proclamas y el certificado de soltería.
Existen dos clases de impedimentos matrimoniales: IMPEDIENTES (entre “vagos”, por
responsabilidades civiles, por obligaciones naturales, mixto, afectado por censura, entre
menores, por procurados. DIRIMENTES (afecta por ley la validez del matrimonio). Estos
son establecidos por la máxima autoridad de la iglesia (papa, concilio ecuménico).
Los impedimentos pueden ser: de edad (14 años la mujer, 16 el hombre), por impotencia,
por infertilidad bajo engaño, impedimento de vínculo (bigamia), por disparidad de cultos
(bautizado y no bautizado, c. 1086), de orden (consagrados. C. 1087), de voto (miembros
de IVC con votos perpetuos, c. 1088), por rapto (en contra de la voluntad, c. 1089), de
crimen (por asesinato, c. 1098), de consanguinidad (padres e hijos, hermanos, primos
hermanos, tíos con sobrinos, c. 1091), afinidad (c. 1092), pública honestidad (c. 1093), por
parentela legal (entre adoptante y adoptado, c.1094).
DE LOS BIENES TEMPORALES DE LA IGLESIA C.1254-1258
Son todos aquellos bienes materiales adquiridos por la iglesia en persona jurídica o
canónica cuyos fines son el de sostener el culto divino, sustentar al honestamente al clero
y realizar obras de caridad. Se clasifican en: Cosas y lugares Sagrados (1171) destinados al
culto divino y no se le pueden dar uso profano.
Los fieles están en el deber canónico de sustentar dichos bienes en solidaridad eclesial
(c.1260). Su adquisición se puede dar por donaciones voluntarias de los fieles o motivadas
por la autoridad competente, a través de colectas, tributos (diezmo y primicias), tasas o
pagos por servicios eclesiásticos administrativos (partidas, cementerio, etc.,), estipendios
por sacramentos y sacramentales. La adquisición de los bienes, esta regulada por la
legislación civil.
Algunos de los bienes temporales están destinados para fines piadosos a través de las
fundaciones PIAS, las cuales son creadas para atender ciertas necesidades de atención
solidaria y piadosa y cuya administración se puede otorgar a personas jurídicas públicas.
(Alarcón, 2001) expresa comentando el canon 1299 que “en toda causa piadosa hay
siempre una pía voluntad como acto generador de aquélla, que puede actuarse de
diversos modos: ora constituyendo una institución patrimonial (institución pía), ora
aportando bienes a una persona jurídica ya existente (fundación pía), con autonomía
administrativa o sin ella”. Con ello indica que los bienes temporales de la iglesia, pueden y
son en parte dados en administración a particulares (seglares), o jurídicos (fundaciones),
con el fin de ejercer la caridad.
LAS SANCIONES EN LA IGLESIA C. 1311-1399
En este aparte, se establece la diferenciación entre delito y pecado y se procura en su fin
la conversión del fiel. El delito es la transgresión externa de una ley o precepto; el pecado
se ubica en el campo de la moral y no de lo jurídico.
“Este c. recoge un principio general de Derecho público eclesiástico: la Iglesia, como
sociedad originaria e independiente que es, tiene su fin propio y los medios adecuados
para alcanzarlo; entre ellos, la potestad para crear leyes y hacerlas cumplir, también de
forma coercitiva con sanciones penales a aquellos delincuentes que violen dichas leyes o
normas jurídicas” (Pascual, 2001)
Para hablar del delito debe existir el elemento subjetivo y la imputabilidad. La
imputabilidad canónica presenta: El dolo (voluntad deliberada de violar la ley), la culpa
(omisión de la debida diligencia).
La iglesia sanciona al culpable con la privación de un bien espiritual, impuesto por la
autoridad legítima por medio de penas; MEDICINALES: buscan el arrepentimiento.
EXPIATORIAS: reparan el daño producido. PENITENCIAS. DETERMINADAS: expresada en la
ley. INDETERMINADAS: A decisión del juez.
CENSURAS.
 EXCOMUNIÓN: autoexclusión de los bienes espirituales con efectos jurídicos (c.
1331).
 ENTREDICHO: Prohibición del uso de algunos bienes espirituales.
 SUSPENSIÓN: De solo afectación para los clérigos.
PENAS EXPIATORIAS.
 Prohibición de residir en un lugar específico.
 La privación de la potestad.
 Expulsión del estado clerical.
REMEDIOS PENALES Y PENITENCIAS
 AMONESTACIÓN: se da de manera preventiva cuando se está próximo a delinquir.
 REPRENSIÓN: desaprobación de una conducta escandalosa.
La penitencia penal obliga a realizar una obra de religión de piedad o de caridad.
El cese de las penas se da cuando se cumple la expiación, por muerte o por prescripción,
por la remisión dada por la autoridad.
DELITOS PARTICULARES
 Delitos contra la Eucaristía: Profanación de las especies eucarísticas, atentar la
celebración litúrgica, simulación de la Eucaristía, concelebraciones indebidas ( con
clérigos sin sucesión apostólica), consagraciones sacrílegas.
 Delitos contra el sacramento de la penitencia: Absolución del cómplice, solicitación
del pecado contra el sexto mandamiento, violación del sigilo sacramental.
 Delito contra la moral: aquel que se comete por parte de los clérigos contra el
sexto mandamiento con menor de 18 años.
Atentar contra el papa, la consagración episcopal ilegítima, faltas contra la elección del
Sumo Pontífice: violación del secreto, simonía, hacer pactos; están reservados a la sede
apostólica.
Son también delitos: la apostasía, la herejía, el cisma, el aborto, maquinar en contra de la
iglesia, tienen especial repercusión en la vida de la iglesia y afectan gravemente la unidad
y la comunión.

CONCLUSIÓN
En conclusión, podemos expresar que estos cuatro temas a saber: La misión de enseñar, el
modo de santificar, los bienes temporales en la iglesia y las sanciones en la iglesia,
constituyen pilares fundamentales en la edificación de la iglesia como pueblo de Dios y
cuerpo místico de Cristo, partes de un todo que permite la realización del mandato divino
entregado por Cristo el gran maestro a su esposa la iglesia y en ella a cada hombre y mujer
de buena voluntad para hacer presente el REINO en medio del mundo.
En cada uno de estos temas, podemos descubrir como su eje principal el amor
misericordioso de Dios que quiere siempre que “todos los hombres se salven y lleguen al
conocimiento pleno de la verdad” (1 Tm 2, 4). Son muchos los elementos que podríamos
incluir en este esquema, pero que, por razones de brevedad, no podré mencionar y
mucho menos analizar de manera exhaustiva, pero que invito a escudriñar en el derecho
canónico y en el magisterio de la iglesia, con el fin de ampliar no solo el conocimiento de
los mismos, sino y de manera especial, nuestra responsabilidad en deber y en derecho
como miembros de la iglesia para que podamos participar alegres y conscientes del gran
amor con que Dios nos ama.
BIBLIOGRAFIA

Alarcón, M. L. (2001). De los bienes temporales de la Iglesia. En Juan Arias et al, Código de
derecho canónico (pág. 1408). Navarra: EUNSA.
Gonzales, J. M. (2001). Del sacramento del orden. En J. A. al, Código de derecho canónico
(pág. 1408). Navarra: EUNNSA.
Hervada, J. (2001). Del Matrimonio. En Juan Arias et al, Código de derecho canónico (pág.
1408). Navarra: EUNSA.
Pascual, J. B. (2001). De las sanciones en la Iglesia. En Juan Arias et al, código de derecho
canónico (pág. 1408). Navarra: EUNSA.
Tejero, E. (2001). Parte 1 "De los sacramentos". En e. a. Arias, Código de Derecho Canónico
(pág. 1408). Navarra: EUNSA.

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