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LUGARES SAGRADOS

1.- Los lugares sagrados


1.1.- Noción
1.2.-Autoridad competente para la dedicación
1.3.-Autoridad competente para la bendición
1.4.-La prueba de la dedicación o bendición
1.5.- Actividades permitidas y prohibidas en un lugar sagrado
1.6.- Profanación de un lugar sagrado
1.7.- Perdida de la dedicación o bendición
1.8.- La potestad sobre los lugares sagrados

2.- Las Iglesias


2.1.- Noción
2.2.- Las condiciones para construir una iglesia
2.3.- Criterios para construir o reparar las iglesias
2.4.- La dedicación o bendición de la iglesia
2.5.- El título de una iglesia
2.6.- Los ritos que pueden celebrarse en una iglesia
2.7.- Cuidados y ornato de la iglesia
2.8.- El libre acceso en la iglesia de los fieles
2.9.- La reducción al uso profano de una iglesia (la desacralización)

3.- Los oratorios y capillas privadas


3.1.- Noción de oratorio
3.2.- La licencia para crear un oratorio
3.3.- Celebraciones permitidas
3.4.- Noción de Capilla privada
3.5.- La capilla privada del Obispo
3.6.- Condiciones para celebrar en una capilla privada
3.7.- Bendición de los Oratorios y de las capillas privadas

4.- Los santuarios


4.1.- Noción
4.2.- Clasificación de los santuarios
4.3.- Los estatutos que rigen el santuario
4.4.- Los privilegios anejos al santuario
4.5.- Actividad en los santuarios

5.- Los Altares


5.1.- Noción y clases de altares
5.2.- La materia del altar
5.3.- Dedicación y bendición de los altares
5.4.- Execración de los altares
5.5.- Uso del altar
6.- Los cementerios
6.1.- Derecho de la Iglesia a poseer cementerios propios
6.2.- Quienes pueden poseer cementerios
6.3.- Prohibición de enterramiento en las iglesias
6.7.- El derecho particular para regular los cementerios

1.-Los lugares sagrados

1.1.- Noción

Can. 1205 - Loca sacra ea sunt 1205  Son lugares sagrados aquellos
quae divino cultui fideliumve que se destinan al culto divino o a la
sepulturae deputantur dedicatione sepultura
vel benedictione, quam liturgici libri
ad hoc praescribunt. de los fieles mediante la dedicación o
bendición prescrita por los libros

litúrgicos

El canon presenta los dos requisitos que deben presentarse simultáneamente, para
que un lugar sea denominado sagrado:
a.- Sea destinado (causa final) al culto divino o a la sepultura de los fieles.
b.- Tal finalidad se realice por una bendición o dedicación (causa eficiente).
Se podría dar el caso de un lugar que fuese destinado habitualmente al culto pero
que no haya sido ni dedicado ni bendecido, pero no el contrarrio.
El Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris n. 17, recordando la primera forma de
dedicación del altar, afirma: «Además, la eucaristía, que santifica los corazones de quienes
la reciben, consagra en cierta manera el altar y el lugar de la celebración, como afirman
repetidas veces los antiguos Padres de la Iglesia: “Este altar es admirable porque, siendo
piedra por su naturaleza, ha llegado a ser cosa santa después que recibió el cuerpo de
Cristo.”»
Lugares destinados al culto. Este culto es el culto público tal como lo entiende el
canon 834 §§1 y 2, es decir el que se realiza en nombre de la Iglesia, por personas
deputadas, con los actos aprobados por la misma.
Estos lugares tienen la finalidad de ser destinados al culto o al enterramiento de los
fieles. Así pues, lugares destinados al culto pueden ser los que se recogen en la misma
sistemática del Código: Iglesias, oratorios, capillas privadas, santuarios y altares. Sin
embargo, el Código no presenta otros “lugares” que se destinan al culto público, y que son
también bendecidos: el baptisterio, la capilla de la reserva o comunión, o el lugar de la
penitencia. Ni otros “lugares” celebrativos más pequeños en volumen, pero necesarios para
que la comunidad eclesial pueda realizar el culto público a través de la Sagrada Liturgia (c.
834) [como podrían ser la cátedra, el ambón, el tabernáculo, la puerta de la Iglesia, etc.]
todos estos lugares se encuadrarían dentro del Derecho Litúrgico, pero serían considerados
también lugares sagrados por la bendición.
El lugar destinado a la sepultura debe entenderse tanto la tumba como el entero
cementerio. Éste último es un verdadero lugar de culto donde al difunto cristiano se le
acompaña con la oración de la Iglesia hasta al sepultura. El De benedictionibus contempla
un rito de bendición del nuevo cementerio, así como el Ordo Exequiarum también ofrece
una oración de bendición de la tumba antes de depositar el cuerpo del difunto.
Por dedicación o bendición.
El canon 1154 del CIC 17 afirmaba: «Son lugares sagrados aquellos que se
destinan al culto divino o a la sepultura de los fieles mediante la consagración o la
bendición que a ese efecto prescriben los libros litúrgicos aprobados.»
En 1977 se promulga el Ordo Dedicationis Ecclesiae et altaris, que dejaba el
término consagración a las personas, y dedicación a los lugares y las cosas. Los
consultores encargados de redactar el nuevo Código se decantaron por dejar dedicación y
bendición, evitando el término consagración, para evitar una doble terminología, al mismo
tiempo que parecía más adecuado teológicamente hablando el termino dedicación.1
Con el término dedicación se intenta subrayar el acto o rito por el cual un
determinado lugar se convierte en lugar de reunión de la comunidad cristiana, así como
signo del verdadero templo de Dios que es la Iglesia, comunidad de fieles unidos a Cristo,
que forman las piedras vivas de un edificio espiritual edificado sobre la piedra angular.
Con el término se quiere huir de una concepción cosista (sacralización de las cosas),
pasando a una concepción de finalidad que arranca de los romanos, que tenían el acto
solemne oficial y público con el que se atribuía a la divinidad el título de propiedad de un
suelo o de una casa (dedicatio) y el acto religioso que concluía el acto jurídico
(consecreatio).

1
Cf. Communicationes 12 (1980) 325
Lo que se ha querido evitar es considerar al edificio como un contenedor donde se
han depositado una sacralidad que de cualquier modo se comunica a lo que se hace dentro
y los que en el se reúnan, sino que el edificio se dedica a la finalidad de reunir a los santos
dentro de sus muros, ser signo de su unidad, y permitir la celebración de los actos
sagrados.
Cuando hablamos de los sacramentales ya hablamos de las bendiciones como
signos sensibles por medio de los cuales se efectúan la santificación de los hombres en
Cristo, y la glorificación de Dios a la que tiende el culto de la Iglesia. Su eficacia, como la
de los sacramentales, viene del misterio Pascual de Cristo.
Las bendiciones pueden ser constitutivas (cuando las personas o cosas adquieren un
carácter sagrado permanente), o incoativas (las que piden que las personas o cosas reciban
un beneficio material o espiritual). Los efectos dependen de la oración y mediación de la
Iglesia y de las disposiciones del sujeto. Las bendiciones constitutivas sustraen la cosa o la
persona del uso común (bendición de vírgenes, abad, cáliz...) las segundas no cambian la
finalidad de la cosa o la constitución de la persona.
La dedicación y la bendición constitutiva mantienen una cierta semejanza. Pero hay
que tener en cuenta una distinción que hace el Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris y que
se hará patente en los cánones: «Conviene dedicar a Dios los lugares sagrados o iglesias
destinados de manera estable para celebrar los divinos misterios, según el rito de la
Dedicación de una iglesia (Cf. Pp. 34-56 ), que sobresale por la fuerza de los ritos y de los
símbolos.
En cuanto a los oratorios, capillas o edificios sagrados que por circunstancias
peculiares están destinados sólo temporalmente al culto divino, conviene bendecirlos
según el rito que aquí se describe.»2

1.2.-Autoridad competente para la dedicación

Can. 1206 - Dedicatio alicuius loci 1206  La dedicación de un lugar


spectat ad Episcopum corresponde al Obispo diocesano y a
dioecesanum et ad eos qui ipsi iure aquellos que se le equiparan por el
aequiparantur; iidem possunt derecho; tales personas pueden
2
Ritual de la dedicación de Iglesias y de Altares, Ritual de la bendición de un abad o una abadesa
reformados por mandato del Concilio Vaticano II y promulgados por su santidad el Papa Pablo VI,
aprobados por la Conferencia Episcopal Española y confirmados por la Sagrada Congregación para los
Sacramentos y el Culto Divino, Coeditores litúrgicos, Barcelona 31978. Ordo Dedicationis Ecclesiae et
Altaris, cap. V, n. 1.
cuilibet Episcopo vel, in casibus encomendar a cualquier Obispo o, en
exceptionalibus, presbytero munus casos excepcionales, a un presbítero, el
committere dedicationem peragendi encargo de realizar esa dedicación en
in suo territorio. su territorio.

El Obispo Diocesano y a los equiparados en Derecho (cf. c. 381 §2 y 368). Estos


pueden encomendar la dedicación a otros Obispos, e incluso, en casos excepcionales a un
presbítero.
El canon 1169 §1 reconocía como válidas las consagraciones o dedicaciones
realizadas por Obispos y por presbíteros a los que se les permitía por Derecho o por
concesión legítima.
La delegación en este caso tiene carácter excepcional y asume la naturaleza de
mandato especial.

1.3.-Autoridad competente para la bendición

Can. 1207 - Loca sacra 1207  Los lugares sagrados son


benedicuntur ab Ordinario; bendecidos por el Ordinario; sin
benedictio tamen ecclesiarum embargo la bendición de las iglesias se
reservatur Episcopo dioecesano; reserva al Obispo diocesano; pero
uterque vero potest alium ambos pueden delegar en un presbítero.
sacerdotem ad hoc delegare.

La bendición de las Iglesias está reservada al Obispo, la de los demás lugares


sagrados al Ordinario (cf. c. 134). El canon apunta la posibilidad de delegar en un
presbítero. Ésta delegación puede tener carácter ordinario.

1.4.-La prueba de la dedicación o bendición

En un primer canon se prescribe que realizada la dedicación o bendición de una


Iglesia o cementerio se debe levantar un acta, guardándose un ejemplar en el archivo de la
iglesia y otro en el de la Curia diocesana.
Debemos hacer notar que este acta se refiere a la dedicación o bendición de una
Iglesia o cementerio. Por tanto, si se trata de otros lugares sagrados no existe obligación de
realizarlo, aunque esto puede ser útil, porque constituye prueba.
El acta debería incluir al menos el nombre del Obispo del lugar, el que realiza el
acto, así como el título de la iglesia o del cementerio, el nombre de los santos de las
reliquias que se hayan depositado en el altar (si se ha realizado), fecha. Así como deberá
ser firmada por el Obispo, el responsable o rector del lugar y algunos fieles de la
comunidad.

Can. 1208 - De peracta dedicatione 1208  Se ha de levantar acta de la


vel benedictione ecclesiae, itemque dedicación o bendición de una iglesia,
de benedictione coemeterii y asimismo de la bendición de un
redigatur documentum, cuius cementerio; se guardará un ejemplar en
alterum exemplar in curia la curia diocesana, y otro en el archivo
dioecesana, alterum in ecclesiae de la iglesia.
archivo servetur.

Si no existe documento, o no es posible probar la dedicación o bendición el Código


prevé la posibilidad de la prueba testifical. Así pues el Código afirma que si no se causa
perjuicio a nadie puede probarse la dedicación o bendición por medio de un solo testigo
libre de toda sospecha.

Can. 1209 - Dedicatio vel 1209  La dedicación o bendición de un


benedictio alicuius loci, modo lugar, con tal de que no perjudique a
nemini damnum fiat, satis probatur nadie, se prueban suficientemente por
etiam per unum testem omni un solo testigo libre de toda sospecha.
exceptione maiorem.

Por el hecho de la bendición o dedicación de un lugar se siguen algunos efectos


jurídicos que se han visto ya en los cánones 1171 (tratar con reverencia las cosas sagradas
destinadas al culto por dedicación o bendición, así como no se pueden emplear para uso
profano), y en el canon 1269: «Las cosas sagradas, si están en dominio de personas
privadas, pueden ser adquiridas por otras personas también privadas, en virtud de la
prescripción, pero no es lícito dedicarlas a usos profanos, a no ser que hubieran perdido
la dedicación o bendición; si pertenecen, en cambio, a una persona jurídica eclesiástica
pública, sólo puede adquirirlas otra persona jurídica eclesiástica pública.» Por el hecho
de la dedicación o bendición existe también un derecho de vigilancia y de inspección de la
autoridad eclesiástica para que el lugar conserve su destino al culto y no a otros fines. Por
ello se añade la cláusula «con tal que no perjudique a nadie».
1.5.- Actividades permitidas y prohibidas en un lugar sagrado
Can. 1210 - In loco sacra ea tantum 1210  En un lugar sagrado sólo puede
admittantur quae cultui, pietati, admitirse aquello que favorece el
religioni exercendis vel ejercicio y el fomento del culto, de la
promovendis inserviunt, ac vetatur piedad y de la religión, y se prohibe lo
quidquid a loci sanctitate absonum que no esté en consonancia con la
sit. Ordinarius vero per modum santidad del lugar. Sin embargo, el
actus alios usus, sanctitati tamen Ordinario puede permitir, en casos
loci non contrarios, permittere concretos, otros usos, siempre que no
potest. sean contrarios a la santidad del lugar.

Por la dedicación o bendición el lugar sagrado queda destinado de manera exclusiva


a la realización de actividades que favorezcan el ejercicio y el fomento del culto, de la
piedad y de la religión, así como se prohibe todo aquello que es ajeno a la santidad del
lugar: mercado, teatro, bailes, mitines políticos, conciertos de musica profana, etc...
Excepcionalmente el Ordinario del lugar puede permitir no de modo habitual (per
modus actus) ciertos actos que no sean contrarios a la santidad del lugar y que no siendo
ordenados directamente al culto, a la piedad y a la religión, esten conectados con ella,
como por ejemplo conciertos de música profana o conferencias que busquen la promoción
humana con una inspiración cristiana...
Sin embargo, no es fácil establecer criterios válidos para distinguir lo que sirve para
promover el culto, la piedad y la religión, de lo que es ajeno a la santidad del lugar, poque
si ciertos actos son claramente enjuiciables como favorables o no a la santidad del lugar,
sin embargo otros no aparecen con tanta claridad.
La Congregación para el Culto Divino, el 5 de noviembre de 1987 emanó una
instrucción dando criterios para la ejecución de música en las Iglesias fuera de las
celebraciones litúrgicas. (cf. EV 10 1534-1541).
1.6.- Profanación de un lugar sagrado

1211  Los lugares sagrados quedan


Can. 1211 - Loca sacra violantur violados cuando, con escándalo de los
per actiones graviter iniuriosas cum fieles, se cometen en ellos actos
scandalo fidelium ibi positas, quae, gravemente injuriosos que, a juicio del
de iudicio Ordinarii loci, ita graves Ordinario del lugar, revisten tal
et sanctitati loci contrariae sunt ut gravedad y son tan contrarios a la
non liceat in eis cultum exercere, santidad del lugar, que en ellos no se
donec ritu paenitentiali ad normam puede ejercer el culto hasta que se
librorum liturgicorum iniuria repare la injuria por un rito penitencial
reparetur. a tenor de los libros litúrgicos.
El canon presenta las condiciones para que exista una violación de lugar sagrado:
1. Acción injuriosa realizada dentro del lugar sagrado.
2. Que provoque el escándalo de los fieles.
3. Que a juicio del Ordinario del lugar sea grave y contraria a la santidad del
lugar.
La tercera condición supone una valoración subjetiva de la gravedad contraria a la
santidad del lugar. Así pues, la suspensión del culto hasta que se repare la injuria por el
acto penitencial descrito en los libros litúrgicos, se dará dependiendo de la valoración que
haga el Ordinario del Lugar.
El Ordinario deberá tener en cuenta para su juicio tanto la ofensa realizada como el
escándalo producido en los fieles.
En la parte sexta capítulo vigésimo del Ceremonial de los Obispos se contemplan
las rogativas públicas que debe hacerse cuando se ha inferido una grave injuria a una
Iglesia. Allí se contempla una serie de indicaciones a tener en cuenta.
Lo primero es que cuando se atenta al lugar sagrado (la iglesia) se atenta
indirectamente a la comunidad cristiana de la que el edificio es signo (mentalidad que ha
dominado la reforma el lugar es sagrado porque alberga la comunidad de los santos y se
celebran en el los sagrados misterios, no porque el sea un contenedor que comunique su
sacralidad a los que están dentro o lo que se hace dentro).
También se ofrece un elenco meramente indicativo de profanaciones: «De este
género deben considerarse delitos y profanaciones que se comenten o contra los sagrados
misterios, especialmente contra las especies eucarísticas, u ocasionan grave injuria y se
cometen en desprecio de la Iglesia, o que ofenden gravemente la dignidad del hombre y de
la sociedad humana».
Con la profanación el lugar sagrado no pierde su dedicación o bendición, por tanto
no se deben repetir, siendo suficiente un acto penitencial de reparación.

1.7.- Perdida de la dedicación o bendición

Can. 1212 - Dedicationem vel 1212  Los lugares sagrados pierden su


benedictionem amittunt loca sacra, dedicación o bendición si resultan
si magna ex parte destructa fuerint, destruidos en gran parte o si son
vel ad usus profanos permanenter reducidos permanentemente a usos
decreto competentis Ordinarii vel de profanos por decreto del Ordinario o de
facto reducta. hecho.
La perdida de la dedicación o bendición se realiza cuando el lugar queda destruido
en gran parte, o se realiza la execración del lugar por decreto del Ordinario, reduciéndolo a
usos profanos.
La dedicación o bendición es un sacramental, que instituye la Iglesia, siendo ella
misma la que decide cuando un lugar deja se estar dedicado o bendecido para ejercer en el
culto.
La reducción de hecho a usos profanos plantea el problema de que alguien pueda
aprovechar con malicia la situación de hecho para execrar el lugar sagrado. El canon no
pretende valorar las intenciones de los que actúan de esta manera, o declarar la legitimidad
o ilegitimidad de los que así actúan, sino más bien constatar el hecho y establecer el efecto
jurídico que este tiene: la perdida de la dedicación o bendición cuando se da un uso
profano de modo permanente de un lugar sagrado.
Dos cánones conexos a tener en cuenta son el 1222 (perdida de la dedicación y
bendición de una Iglesia) y el 1238 §2 (si el altar fijo o móvil se traslada a otro lugar, este
no pierde su dedicación o bendición aunque lo pierda la Iglesia).

1.8.- La potestad sobre los lugares sagrados

1213  La autoridad eclesiástica ejerce


Can. 1213 - Potestates suas et libremente sus poderes y funciones en
munera auctoritas ecclesiastica in los lugares sagrados.
locis sacris libere exercet.

El c. 1160 del CIC 17 establecía: «Los lugares sagrados están exentos de la


autoridad civil y la autoridad eclesiástica legítima ejerce en ellos libremente su
jurisdicción.» Los lugares sagrados estaban exentos de la autoridad civil afirmándose en
ellos la autoridad eclesiástica, fundamento del derecho de asilo, que por siglos sirvió a la
Iglesia para impedir injusticias, evitando a tenor del c. 1179 que el reo que se había
refugiado dentro de una iglesia fuese capturado sin el consentimiento de la autoridad
eclesiástica.
La comisión codificadora teniendo en cuenta el cambio de mentalidad que se ha
operado, ha eliminado del canon la primera parte que hace referencia a la exención de los
lugares de la autoridad civil, dejando prácticamente igual la segunda. Así afirma que la
Iglesia ejerce libremente en los lugares sagrados sus poderes y funciones, es decir: su
potestad de gobierno, de santificación y magisterio, sin entrar en contraposición polémica
con la autoridad civil.
Las autoridades civiles suelen reconocer, dentro del marco de la libertad religiosa,
la autonomía necesaria a la Iglesia dentro de los lugares sagrados: «5. Los lugares de culto
tienen garantizada su inviolabilidad con arreglo a las Leyes. No podrán ser demolidos sin
ser previamente privados de su carácter sagrado. En caso de expropiación forzosa, será
antes oída la Autoridad Eclesiástica competente». (cf. Acuerdo entre el Estado Español y
la Santa Sede sobre asuntos jurídicos del 3 de enero de 1979 en BOE (300) 15 de
diciembre de 1979).

2.- Las Iglesias

2.1.- Noción

Can. 1214 - Ecclesiae nomine 1214  Por iglesia se entiende un


intellegitur aedes sacra divino cultui edificio sagrado destinado al culto
destinata, ad quam fidelibus ius est divino, al que los fieles tienen derecho
adeundi ad divinum cultum a entrar para la celebración, sobre todo
praesertim publice exercendum. pública, del culto divino.

Iglesia es el nombre con el cual se designaba al inicio del cristianismo a la


comunidad de los fieles. El lugar donde se reunían no se designaba templo huyendo de una
denominación pagana, sino más bien domus ecclesiae, martyrium, basílica... Sin embargo,
con el paso del tiempo el término que designaba a la comunidad se utilizó para nombrar
también el lugar donde esta se reunía.
Edificio sagrado destinado al culto divino. Por edificio se entiende una construcción
material de carácter estable, unida al suelo. Sagrado designa la dedicación o bendición que
es signo de la verdadera iglesia (los fieles) edificados sobre la piedra angular Cristo.
La característica que distingue a la Iglesia es que los fieles tienen derecho subjetivo
a entrar en ella, concretando el derecho de los fieles a participar del culto divino según el
rito al que pertenecen (c. 214) y en la medida de su comunión con la Iglesia (c. 205 y 208).
El destino de este edificio es el culto divino, sobre todo público. Esto distingue la
Iglesia de un oratorio privado al que acude un determinado grupo de fieles o personas
físicas, pudiendo admitirse a otros con el consentimiento del superior competente.
Las iglesias pueden ser:
1. Iglesia Catedral (puede designarse como patriarcal, primacial y
metropolitana) a la Catedral se equipara la iglesia del prelado territorial, del
vicario apostólico, la prefectura apostólica y la del Abad territorial.
2. Iglesia parroquial.
3. Iglesia rectoral. El canon 556 dice que el rector es un sacerdote al que se le
confía una iglesia no parroquial, ni capitular, ni aneja a la casa de religiosos
o sociedad de vida apostólica, para que celebre los oficios. El c. 559 dice
que también puede celebrar funciones solemnes sin que perjudique la vida
parroquial y no puede realizar a tenor del 558 las funciones parroquiales
especificadas en el c. 530, sin el consentimiento o delegación del párroco.
4. La iglesia religiosa, o de una Sociedad de Vida Apostólica.
5. La iglesia de una prelatura personal.
6. La iglesia colegiata.
7. El santuario.
8. Las basílicas mayores (cuatro en Roma: San Pedro, San Pablo, Santa María
la Mayor y San Juan; y dos en Asís: San Francisco y Santa María de los
Ángeles). Las menores son iglesias situadas en y fuera de Roma a las que el
Papa confiere este título en razón del especial papel que desempeñan en la
vida de la comunidad de los fieles. Este título le confiere un vínculo más
estrecho con la de San Pedro en el Vaticano. La naturaleza y privilegios de
estas iglesias se precisan en los decretos de la Santa Sede [cf. SACRA
CONGREGATIO RITUUM, Domus Dei decorem 6.6.1968 en AAS 60 (1968)
536-539 y CONGRETATIO DE CULTU DIVINO ET DISCIPLINA
SACRAMENTORUM, Domus Dei 9.11.1989, en AAS 82 (1990) 436-440.]

2.2.- Las condiciones para construir una iglesia

Can. 1215 - § 1. Nulla ecclesia 1215  § 1.    No puede edificarse una


aedificetur sine expresso Episcopi iglesia sin el consentimiento expreso
dioecesani consensu scriptis dato. del Obispo diocesano, dado por escrito.

§ 2. Episcopus dioecesanus  § 2.    El Obispo diocesano no debe


consensum ne praebeat nisi, audito dar el consentimiento a no ser que,
consilio presbyterali et vicinarum oído el consejo presbiteral y los
ecclesiarum rectoribus, censeat rectores de las iglesias vecinas, juzgue
novam ecclesiam bono animarum que la nueva iglesia puede servir para
inservire posse, et media ad el bien de las almas y que no faltarán
ecclesiae aedificationem et ad los medios necesarios para edificarla y
cultum divinum necessaria non para sostener en ella el culto divino.
esse defutura.
 § 3.    También los institutos religiosos
§ 3. Etiam instituta religiosa, licet deben obtener licencia del Obispo
consensum constituendae novae diocesano, antes de edificar una iglesia
domus in dioecesi vel civitate ab en un lugar fijo y determinado, aun
Episcopo dioecesano rettulerint, cuando ya tuvieran su consentimiento
antequam tamen ecclesiam in certo para establecer una nueva casa en la
ac determinato loco aedificent, diócesis o ciudad.
eiusdem licentiam obtinere debent.

El canon establece tres condiciones para la construcción de una Iglesia:


1.- El consentimiento expreso del Obispo Diocesano dado por escrito.
Al Obispo diocesano se equiparan el Vicario Apostólico, Prefecto Apostólico,
Administradores Apostólicos, los Abades y Prefectos territoriales (c. 368, 370, 371, 381).
El administrador diocesano no tendría esta competencia salvo que reciba de la Santa Sede
facultades especiales porque la sede vacante se prolonga en el tiempo.
Este consentimiento o licencia debe ser manifestado expresamente y por escrito,
por lo que expresado de una manera tácita o implícita es inexistente. El requisito escrito
ofrece prueba de la licencia y la expresión escrita hace visible con más claridad la
manifestación expresa de la licencia.
2.- Para dar la licencia debe oír previamente al Consejo Presbiteral y a los rectores
de las iglesias vecinas (párrocos, rectores de iglesias, santuarios etc...). Este parecer puede
recabarse de muchas formas, pero a efectos probatorios lo mejor es elaborar un acta de la
reunión del consejo presbiteral y el protocolo de la conversación del Obispo con el rector
de la iglesia.
Si el Obispo no oye los dictámenes de los mencionados su decisión es inválida (cf.
c. 127 §2, 2). Si el Obispo, después de oír los dictámenes, no sigue su parecer la decisión
sería válida, aunque el canon afirma que no debe apartarse del juicio expresado sin una
razón más poderosa.
El juicio previo del Obispo antes de dar la licencia tiene como contenido si esta
iglesia puede servir para el bien de las almas, y calcular si no faltarán los bienes para
construirla y para el mantenimiento del culto en ella. Para este juicio deberá tener presente
la preceptuada consulta a los dos entes mencionados.
3.- Los religiosos que deseen construir una iglesia también están sujetos al permiso
del Obispo diocesano, aunque hayan obtenido el permiso del mismo para establecerse en la
diócesis y fundar casa religiosa.
El canon especifica que deben solicitar este permiso para edificar una iglesia en
lugar fijo y determinado, puesto que el Obispo puede juzgar oportuna la fundación de una
casa religiosa, pero no una iglesia en este determinado lugar concreto.
A primera vista puede parecer que la norma entra en contradicción con lo que
dispone el canon 611, 3º: «El consentimiento del Obispo diocesano para erigir una casa de
un instituto religioso lleva consigo el derecho de: /.../ 3.º tener una iglesia los institutos
clericales, sin perjuicio de lo que prescribe el can. 1215, §3, y cumplir los ministerios
sagrados, de acuerdo con lo establecido por el derecho.» Un instituto clerical lo es porque
se haya bajo la dirección de clérigos, asume el ejercicio del orden sagrado y está
reconocido como tal por la autoridad de la Iglesia (c. 588 §2). Estos institutos necesitan
una iglesia para poder ejercer la tarea de pastoreo encomendada a los clérigos, por ello a
tenor del canon 611 el permiso de establecerse en la diócesis lleva consigo el derecho a
tener una iglesia, pero a tenor del 1215 necesitan el permiso para establecerla en este lugar
cierto y determinado. En otras palabras, es necesario un ulterior acto administrativo del
Obispo en forma de licencia relativa a la localización de la Iglesia. Esto hace que el
Obispo, por razones pastorales, después de haber consultado a los rectores vecinos, pueda
denegar el permiso a un instituto clerical para construir una iglesia en este concreto lugar
porque existen demasiadas iglesias.
En el consentimiento del Obispo para que se establezca en la diócesis un instituto
laical, no está anejo el derecho a tener una iglesia propia, aunque si de un oratorio donde se
pueda dar el culto del grupo privado (del instituto).

2.3.- Criterios para construir o reparar las iglesias

Can. 1216 - In ecclesiarum 1216  En la edificación y reparación de


aedificatione et refectione, adhibito iglesias, teniendo en cuenta el consejo
peritorum consilio, serventur de los peritos, deben observarse los
principia et normae liturgiae et artis principios y normas de la liturgia y del
sacrae. arte sagrado.
Se deben observar los principios y normas de la liturgia y del arte sagrado, así como
tener en cuenta los consejos de los peritos.
2.4.- La dedicación o bendición de la iglesia

Can. 1217 - § 1. Aedificatione rite 1217  § 1.    Concluida la construcción


peracta, nova ecclesia quam en la forma debida, la nueva iglesia
primum dedicetur aut saltem debe dedicarse o al menos bendecirse
benedicatur, sacrae liturgiae legibus cuanto antes, según las leyes litúrgicas.
servatis.  § 2.    Dedíquense con rito solemne las
iglesias, sobre todo las catedrales y
§ 2. Sollemni ritu dedicentur parroquiales.
ecclesiae, praesertim cathedrales et
paroeciales.

Dada la variedad de posibles iglesias el canon comienza afirmando en el parágrafo


primero que concluida la construcción la nueva iglesia debe al menos dedicarse o
bendecirse, con lo cual adquiere el estatus de lugar sagrado a tenor del canon 1205. En el
parágrafo segundo se prescribe que sobre todo debe dedicarse con rito solemne las iglesias
catedrales y parroquiales.
El rito de la dedicación o bendición debe realizarse según los libros litúrgicos.
Comentando el canon 1205 afirmábamos, según lo que decía el Ordo Dedicationis
Ecclesiae et Altaris, que era conveniente dedicar los lugares sagrados e iglesias destinados
de una manera estable para celebrar los divinos misterios, mientras que los oratorios y
capillas privadas que están destinados temporalmente al culto convenía bendecirlos. Este
número permitía establecer una diferencia en razón del lugar entre dedicación y bendición.
Así pues, parece que la dedicación tiene un carácter más estable, y la bendición más
transitorio. Pero además, la dedicación, a tenor de este canon, parece que sea el rito
ordinario, mientras que la bendición sea algo extraordinario en vistas a una futura
dedicación (cf. Ordo para una iglesia donde ya se celebran los sagrados misterios o bien
porque está bendecida sin dedicación, o bien porque se ha reformado en tan gran manera
que permite una nueva dedicación).
El inciso temporal del cuanto antes viene a establecer que este edificio sea utilizado
lo más pronto posible para el fin que se ha construido, evitando de este modo otros usos no
acordes al mismo a tenor del canon visto 1210.
La dedicación es solemnidad en la propia iglesia y se recuerda con el formulario
para la dedicación de la propia iglesia.
2.5.- El título de una iglesia

1218  Cada iglesia ha de tener su


Can. 1218 - Unaquaeque ecclesia propio título, que no puede cambiarse
suum habeat titulum qui, peracta una vez hecha la dedicación.
ecclesiae dedicatione, mutari
nequit.

Cada iglesia tiene que tener su propio título tomado de la Stma. Trinidad, de algún
misterio de la vida del Señor, de la Virgen María, de algún santo. Para que el titular sea un
beato debe recibirse el indulto de la Sede Apostólica (cf. Ordo Dedicationis Ecclesiae et
Altaris, cap. II, n. 4).
Explícitamente se prohíbe que se cambie el titular después de la dedicación de una
iglesia, nada se dice de una iglesia bendecida. Por tanto, podría darse un cambio de titular
de una Iglesia bendecida por el Obispo al dedicarla. Para cambiar el titular de una iglesia
dedicada debe pedirse el permiso a la Santa Sede.

2.6.- Los ritos que pueden celebrarse en una iglesia

Can. 1219 - In ecclesia legitime 1219  En la iglesia legítimamente


dedicata vel benedicta omnes actus dedicada o bendecida pueden realizarse
cultus divini perfici possunt, salvis todos los actos del culto divino, sin
iuribus paroecialibus. perjuicio de los derechos parroquiales.

Pueden celebrarse todos los ritos del culto divino (sacramentos, sacramentales,
liturgia de la Palabra, ejercicios espirituales, catequesis...), quedando a salvo los derechos
de las iglesias parroquiales. Estas funciones encomendadas al párroco están explicitadas en
el canon 530, y en consecuencia “normalmente” deben hacerse en la iglesia parroquial.
Así pues tener en cuenta la diferencia entre iglesia parroquial y la iglesia rectoral (c.
556 y 559), las capellanías (564 con sus facultades especiales c. 566).

2.7.- Cuidados y ornato de la iglesia

Can. 1220 - § 1. Curent omnes ad 1220  § 1.    Procuren todos aquellos a


quos res pertinet, ut in ecclesiis illa quienes corresponde, que en las
munditia ac decor serventur, quae iglesias haya la limpieza y pulcritud
domum Dei addeceant, et ab iisdem que convienen a la casa de Dios, y
arceatur quidquid a sanctitate loci evítese en ellas cualquier cosa que no
absonum sit. esté en consonancia con la santidad del
lugar.
§ 2. Ad bona sacra et pretiosa  § 2.    Para proteger los bienes
tuenda ordinaria conservationis sagrados y preciosos, deben emplearse
cura et opportuna securitatis media los cuidados ordinarios de
adhibeantur. conservación y las oportunas medidas
de seguridad.

El canon 1220 es una consecuencia de lo que se ha dicho sobre los usos a los que se
destina la iglesia (cf. c. 1219). Así pues:
1. Se debe mantener la limpieza y el decoro que corresponde a la casa de Dios,
por tanto al pueblo de Dios.
2. Se debe mantener alejados todo lo que es ajeno a la santidad del lugar y que
no favorezca el culto sagrado (cf. lo dicho en el c. 1210).
3. Se debe procurar el debido mantenimiento del lugar, mobiliario, objetos,
ornamentos.... si es necesario acudir a las oportunas medidas de
conservación.
4. Se debe hacer uso de los oportunos medios de seguridad ya sea para el lugar
como para los objetos que allí se custodian.

A todos aquellos a los que corresponde, se refiere a los párrocos y rectores de


iglesias, pero también a otras personas encargadas de la limpieza, mantenimiento y decoro
de la iglesia.

2.8.- El libre acceso en la iglesia de los fieles

1221  La entrada a la iglesia debe ser


Can. 1221 - Ingressus in ecclesiam libre y gratuita durante el tiempo de las
tempore sacrarum celebrationum sit celebraciones sagradas.
liber et gratuitus.

El derecho de entrada de los fieles que caracteriza a las iglesias (c. 1214) debe ser
gratuito. Se prohíbe, por tanto, una arbitraria limitación de la posibilidad de acceso a la
iglesia para los fieles que deseen participar en los actos de culto.
Sin embargo, esta prohibición no alcanza las visitas al margen del horario del culto,
de los lugares que son considerados artísticos, buscando sobre todo la conservación y
mantenimiento del edificio.

2.9.- La reducción al uso profano de una iglesia (la desacralización)

Can. 1222 - § 1. Si qua ecclesia 1222  § 1.    Si una iglesia no puede


nullo modo ad cultum divinum emplearse en modo alguno para el
adhiberi queat et possibilitas non culto divino y no hay posibilidad de
detur eam reficiendi, in usum repararla, puede ser reducida por el
profanum non sordidum ab Obispo diocesano a un uso profano no
Episcopo dioecesano redigi potest. sórdido.
§ 2. Ubi aliae graves causae  § 2.    Cuando otras causas graves
suadeant ut aliqua ecclesia ad aconsejen que una iglesia deje de
divinum cultum amplius non emplearse para el culto divino, el
adhibeatur, eam Episcopus Obispo diocesano, oído el consejo
dioecesanus, audito consilio presbiteral, puede reducirla a un uso
presbyterali, in usum profanum non profano no sórdido, con el
sordidum redigere potest, de consentimiento de quienes
consensu eorum qui iura in eadem legítimamente mantengan derechos
sibi legitime vindicent, et dummodo sobre ella, y con tal de que por eso no
animarum bonum nullum inde sufra ningún detrimento el bien de las
detrimentum capiat. almas.

A tenor del primer parágrafo del canon el Obispo diocesano puede dictar decreto de
clausura de una iglesia y de reducción de ésta a un uso profano no sórdido si se cumplen
las siguientes condiciones:
1. El mal estado de la misma que impida su reutilización para el culto divino.
2. La imposibilidad de poder reparar el edificio.
El uso sórdido al que hace referencia el canon se refiere a la utilización del edificio
para actividades contrarias a la moral o buenas costumbres.
Pero además el Obispo diocesano podrá reducir a uso profano no sórdido una
iglesia cuando otras causas graves aconsejen que una iglesia deje de emplearse para el
culto divino, pero deberá cumplir estas condiciones:
1. Oír el parecer del consejo presbiteral.
2. Recabar el consentimiento de las personas que legítimamente mantengan
derechos sobre la iglesia (por ejemplo una asociación de fieles que sea
propietaria).
3. Tener en cuenta que no sufra detrimento el bien de las almas a causa de esa
decisión.
A tenor del canon 127 §2, 1º y 2º sería inválido el acto adoptado sin cumplir los dos
primeros requisitos.
En caso de venta del edificio después de su desacralización deberán observarse
además los cánones sobre la enajenación de bienes eclesiásticos (cc. 1291-1294).

3.- Los oratorios y capillas privadas

3.1.- Noción de oratorio

Can. 1223 - Oratorii nomine 1223  Con el nombre de oratorio se


intellegitur locus divino cultui, in designa un lugar destinado al culto
commodum alicuius communitatis divino con licencia del Ordinario, en
vel coetus fidelium eo beneficio de una comunidad o grupo de
convenientium de licentia Ordinarii fieles que acuden allí, al cual también
destinatus, ad quem etiam alii pueden tener acceso otros fieles, con el
fideles de consensu Superioris consentimiento del Superior
competentes accedere possunt. competente.

El elemento que distingue al oratorio es su destino al culto divino favoreciendo a


una concreta comunidad o grupo de fieles, aunque con el permiso del superior puedan
tener acceso otros fieles.
El culto al que se refiere es el culto público (c. 834), por personas deputadas, en
nombre de la Iglesia y con fórmulas por ella aprobadas. Este culto público es el que motiva
la intervención de la autoridad, porque nada impide que un fiel dedique un lugar a su
oración privada.
En cuanto a los términos communitas y coetus fidelium hacen referencia a una
comunidad religiosa según las prescripciones del canon 608, como a una asociación
pública o privada de fieles, como a un grupo de personas que pertenezcan a una común
profesión, o un grupo de personas que participan en una actividad formativa, etc...
El superior al que se refiere el canon puede ser el religioso de la casa, o el rector del
oratorio.

3.2.- La licencia para crear un oratorio


Can. 1224 - § 1. Ordinarius 1224  § 1.    El Ordinario no debe
licentiam ad constituendum conceder la licencia requerida para
oratorium requisitam ne concedat, establecer un oratorio, antes de visitar
nisi prius per se vel per alium locum personalmente o por medio de otro el
ad oratorium destinatum visitaverit lugar destinado a oratorio y de
et decenter instructum reppererit. considerarlo dignamente instalado.
§ 2. Data autem licentia, oratorium  § 2.    Una vez concedida la licencia, el
ad usus profanos converti nequit oratorio no puede destinarse a usos
sine eiusdem Ordinarii auctoritate. profanos sin autorización del mismo
Ordinario.

La licencia la debe conceder el Ordinario (134), que debe visitar previamente


personalmente o por medio de otro el oratorio en cuestión, valorando si está dignamente
instalado.
Todos estos requisitos están en relación de hacer respetar las leyes litúrgicas (c.
1216), así como mantener el decoro que conviene a todo lugar sagrado.
Si se concede la licencia este lugar no puede ser destinado a usos profanos sin la
autorización del ordinario. Esta disposición no quiere decir que el lugar pase a se lugar
sagrado, ni que ese lugar pase a ser un bien eclesiástico. Para se lugar sagrado el oratorio
debe bendecirse (c. 1229), y sólo serán bien eclesiástico si pertenecen a alguna persona
jurídica pública.

3.3.- Celebraciones permitidas

1225  En los oratorios legítimamente


Can. 1225 - In oratoriis legitime constituidos pueden realizarse todas las
constitutis omnes celebrationes celebraciones sagradas, a no ser las
sacrae peragi possunt, nisi quae exceptuadas por el derecho, por
iure aut Ordinarii loci praescripto prescripción del Ordinario del lugar, o
excipiantur, aut obstent normae que lo impidan las normas litúrgicas.
liturgicae.

Las celebraciones impedidas en los oratorios podrían ser las que se contemplan en
el canon 530 (celebraciones que de forma ordinaria debe realizar el párroco), o las que
tengan que ver con las disposiciones referentes al matrimonio, o de las normas litúrgicas.

3.4.- Noción de Capilla privada


1226  Con el nombre de capilla privada
Can. 1226 - Nomine sacelli privati se designa un lugar destinado al culto
intellegitur locus divino cultui, in divino, con licencia del Ordinario del
commodum unius vel plurium lugar en beneficio de una o varias
personarum physicarum, de licentia personas físicas.
Ordinarii loci destinatus.

La capilla privada es un lugar destinado al culto divino (834) con licencia del
Ordinario del lugar (134) en beneficio de una o varias personas físicas.
Es conveniente que el lugar sea bendecido, aunque esto no es obligatorio. Sin
embargo debe ser destinado al uso del culto divino, siendo incompatible con otro uso
domestico (c. 1229).
La diferencia con las iglesias es clara, el libre acceso de los fieles, licencia del
Ordinario y la dedicación o bendición necesaria. La diferencia con los oratorios también,
puesto que éstos estaban constituidos a favor de grupos indeterminados de fieles en razón
de su pertenencia a una comunidad o grupo concreto, mientras que las capillas privadas en
razón de persona o personas físicas de algún modo determinadas.
Para la erección de una capilla privada se requiere la licencia del Ordinario del
lugar, no de la Sagrada Congregación para la Disciplina de los Sacramentos, como sucedía
antiguamente, por los abusos que se dieron a lo largo de la historia.

3.5.- La capilla privada del Obispo

1227  Los Obispos pueden tener una


Can. 1227 - Episcopi sacellum capilla privada, que goza de los
privatum sibi constituere possunt, mismos derechos que un oratorio.
quod iisdem iuribus ac oratorium
gaudet.

Los Obispos pueden constituir para sí una capilla privada que goza de los mismos
beneficios que el oratorio.

3.6.- Condiciones para celebrar en una capilla privada

1228  Sin perjuicio de lo que prescribe


Can. 1228 - Firmo praescripto can. el c. 1227, para celebrar la Misa u otras
1227, ad Missam aliasve sacras funciones sagradas en las demás
capillas privadas se requiere licencia
celebrationes in aliquo sacello del Ordinario del lugar.
privato peragendas requiritur
Ordinarii loci licentia.

Para celebrar la Eucaristía en una capilla privada, o para celebrar otras funciones se
requiere la licencia del ordinario del lugar, aunque sean capillas privadas de las casas de
los institutos religiosos.
Recordar junto a estos cánones el canon 932 que dictamina la necesidad de celebrar
la Eucaristía en lugar sagrado, salvo que en un caso particular la necesidad exija otra cosa
realizándose entonces en un lugar digno. En el parágrafo segundo se afirma que se debe
hacer en una altar dedicado o bendecido cuando se celebre en lugar sagrado, fuera de él
puede celebrarse en una mesa apropiada utilizando siempre el mantel y el corporal.
El canon 934 dice que para tener la reserva eucarística en las capillas y oratorios
(salvo la del Obispo), se necesita la licencia del Ordinario del lugar. El canon 935 prohíbe
que nadie conserve la eucaristía o la lleve consigo en los viajes, salvo que lo exija la
necesidad pastoral y con las prescripciones del Ordinario.

3.7.- Bendición de los Oratorios y de las capillas privadas

1229  Conviene que los oratorios y las


Can. 1229 – Oratoria et sacella capillas privadas se bendigan según el
privata benedici convenit secundum rito prescrito en los libros litúrgicos; y
ritum in libris liturgicis praescriptum; deben reservarse exclusivamente para
debent autem esse divino tantum el culto divino y quedar libres de
cultui reservata et ab omnibus cualquier uso doméstico.
domesticis usibus libera.

Conviene que estos lugares se bendigan. Por tanto no se dedican sino que se
bendicen. La razón estriba en la estabilidad. Así pues las iglesias se designan como
edificios (aedes), mientras que los oratorios y capillas se definen como lugares (locus).
Parece que esta bendición sea conveniente (convenit) por la norma del c. 932 que
indica la necesidad de celebrar la eucaristía en lugar sagrado.
Aunque la licencia del ordinario o del ordinario del lugar según el caso, destine los
oratorios o las capillas a la celebración del culto, ésta no los constituye en lugares
sagrados. Lugar sagrado es el que se dedica o bendice (cf. c. 1205).
4.- Los santuarios

No nos encontramos ante una nueva especie de lugar sagrado, sino una forma que
pueden adoptar cualquiera de las formas de lugar sagrado vistas hasta ahora. En efecto, el
Código ha presentado tres lugares: iglesias, oratorios y capillas privadas. Dentro de estos
cabe encuadrar el santuario, por ello el Código no dice nada de su dedicación o bendición,
puesto que esto lo supone porque el santuario es ante todo una iglesia u otro lugar sagrado.
Lo mismo cabe decir de los otros temas que nos han ocupado hasta ahora en los lugares de
culto: la construcción, las ceremonias que pueden darse en ellos, el uso que se hace...
Los cinco cánones que se ocupan de los santuarios son nuevos, presentando una ley
marco, que permitirá supuestos fácticos diferentes entre ellos.

4.1.- Noción

Can. 1230 - Sanctuarii nomine 1230  Con el nombre de santuario se


intelleguntur ecclesia vel alius locus designa una iglesia u otro lugar sagrado
sacer ad quos, ob peculiarem al que, por un motivo peculiar de
pietatis causam, fideles frequentes, piedad, acuden en peregrinación
approbante Ordinario loci, numerosos fieles, con aprobación del
peregrinantur. Ordinario del lugar.

El Código define el santuario como iglesia u otro lugar sagrado, al que por un
motivo peculiar de piedad, acuden en peregrinación numerosos fieles, con aprobación del
Ordinario del lugar.
Se trata de una iglesia u otro lugar sagrado. Es una primera condición para que
exista el santuario. Es necesario que exista una iglesia previa.
El Código habla de otro lugar sagrado porque muchas veces el santuario ha
comenzado con una pequeña ermita, que posteriormente se ha convertido con el tiempo y
la afluencia de fieles, en una gran iglesia.
La segunda característica que define el santuario es la peregrinación de fieles por
motivos de piedad, característica que lo distingue de los demás lugares de culto.
La aprobación del Ordinario del lugar tiene dos finalidades:
1. Llevar el hecho (la peregrinación por motivos de piedad) al marco del
Derecho.
2. Realizar un juicio de conformidad sobre los hechos que allí se dan y que
estos se encuadran dentro de la vida de fe de la Iglesia.
Esta aprobación puede ser en principio tácita, incluso bastaría la no oposición. Es
verdad también que en algún momento puede darse una aprobación explícita.
Nos encontramos con un problema. El CIC 17 no tenía cánones que regulasen estos
lugares y la realidad de los santuarios es anterior a los cánones del actual Código, ¿estos
cánones hacen cambiar el estatuto jurídico que estos lugares tenían? El estatuto jurídico
precedente al Código (leyes fundacionales, privilegios, titularidad, etc.), se mantiene en
vigor en la medida que se adapta a la normativa codicial, que por otra parte es lo
suficientemente amplia para poder abarcar las diferentes realidades con las que nos
encontramos. Solamente en los concretos puntos en los que alguna disposición sea
claramente incompatible con la actual legislación, deberá modificarse.

4.2.- Clasificación de los santuarios

Can. 1231 - Ut sanctuarium dici 1231  Se requiere la aprobación de la


possit nationale, accedere debet Conferencia Episcopal para que un
approbatio Episcoporum santuario pueda llamarse nacional; y la
conferentiae; ut dici possit aprobación de la Santa Sede, para que
internationale, requiritur approbatio se le denomine internacional.
Sanctae Sedis.

El canon afirma que para que un santuario sea denominado nacional debe aprobarlo
la Conferencia Episcopal, mientras que para recibir la denominación de internacional debe
intervenir la Santa Sede.
Nada se dice de los diocesanos en este canon, pero en el c. 1232 se dice que
corresponde al Obispo aprobar los estatutos de los santuarios diocesanos, con lo cual
tenemos la tercera clasificación. Pero el canon habla de aprobación de estatutos, la
clasificación de diocesanos se daría con la aprobación del Ordinario del lugar.
¿Qué criterio se puede seguir para solicitar la clasificación? El canon no lo
explicita, pero siendo el origen de los santuarios una realidad de hecho (afluencia de
peregrinos por motivos de piedad), ésta es la que nos puede proporcionar un criterio: el
origen y nacionalidad de los peregrinos que afluyen. Pero lo jurídicamente relevante es la
aprobación de los entes mencionados.
4.3.- Los estatutos que rigen el santuario

Can. 1232 - § 1. Ad approbanda 1232  § 1.    Corresponde al Ordinario


statuta sanctuarii dioecesani, del lugar aprobar los estatutos de un
competens est Ordinarius loci; ad santuario diocesano; a la Conferencia
statuta sanctuarii nationalis, Episcopal, los de un santuario nacional;
Episcoporum conferentia; ad statuta y sólo a la Santa Sede los de un
sanctuarii internationalis, sola santuario internacional.
Sancta Sedes.  § 2.    En los estatutos se han de
determinar sobre todo el fin, la
§ 2. In statutis determinentur autoridad del rector, y el dominio y
praesertim finis, auctoritas rectoris, administración de los bienes.
dominium et administratio bonorum.

Con la finalidad de evitar eventuales conflictos determinando la peculiar finalidad


del santuario, se indica que los responsables elaboren sus estatutos, que deben recibir la
aprobación de los entes mencionados en el canon.
No se indica de deben, pero el legislador pretende que se clarifique y se ofrezca un
cauce legal a una realidad importante como son los santuarios. La gran variedad y
diferencia entre los diversos santuarios puede encontrar en el derecho estatuario un marco
idóneo para su expresión y tutela. En efecto, los santuarios pueden pertenecer a una
familia, a una asociación de fieles, orden religiosa, parroquia... Estas realidades, así como
su historia y reglamentación consuetudinaria o escrita, debe reflejarse en sus estatutos que
deberán tener en cuenta esta amplia ley marco en la que se deben insertar.
Los estatutos harán referencia a la finalidad, la autoridad del rector y el dominio y
la finalidad de los bienes.

4.4.- Los privilegios anejos al santuario

1233  Se pueden conceder


Can. 1233 - Sanctuariis quaedam determinados privilegios a los
privilegia concedi poterunt, quoties santuarios cuando así lo aconsejen las
locorum circumstantiae, circunstancias del lugar, la
peregrinantium frequentia et concurrencia de peregrinos y, sobre
praesertim fidelium bonum id todo, el bien de los fieles.
suadere videantur.

El canon 76 dice que el privilegio es una gracia peculiar otorgada en función de una
persona física o jurídica, se concede por el legislador o por aquel que éste le haya
concedido tal facultad. El canon 78 dice además que este privilegio puede ser real (a las
cosas), y desaparece al destruirse totalmente la cosa, pudiendo revivir si se reconstruye en
el plazo de cincuenta años.
A los santuarios pueden concederse privilegios cuando así lo aconsejen las
circunstancias de lugar, la concurrencia de peregrinos y el bien pastoral de los fieles. Es
decir, la actividad pastoral que se desenvuelve en los santuarios es peculiar, siendo ocasión
especial de renovación espiritual de los que allí acuden por la predicación y celebración de
los sacramentos.
Estos privilegios pueden ayudar al bien de las almas.

4.5.- Actividad en los santuarios

Can. 1234 - § 1. In sanctuariis 1234  § 1.    En los santuarios se debe


abundantius fidelibus suppeditentur proporcionar abundantemente a los
media salutis, verbum Dei sedulo fieles los medios de salvación,
annuntiando, vitam liturgicam predicando con diligencia la palabra de
praesertim per Eucharistiae et Dios y fomentando con esmero la vida
paenitentiae celebrationem apte litúrgica principalmente mediante la
fovendo, necnon probatas pietatis celebración de la Eucaristía y de la
popularis formas colendo. penitencia, y practicando también otras
formas aprobadas de piedad popular.
§ 2. Votiva artis popularis et pietatis  § 2.    En los santuarios o en lugares
documenta in sanctuariis aut locis adyacentes, consérvense visiblemente y
adiacentibus spectabilia serventur custódiense con seguridad, los exvotos
atque secure custodiantur. de arte popular y de piedad.

El santuario es un lugar de peregrinación por motivos de piedad. El bien de las


almas de los que allí acuden debe ser cuidado de forma abundante con los medios de
salvación: la predicación diligente de la Palabra de Dios, fomentando la vida litúrgica
sobre todo con la celebración de la Eucaristía y de la penitencia, y practicando formas
aprobadas de la piedad popular.
Como podemos observar el canon es bastante amplio para que pueda insertarse las
finalidades de los diferentes santuarios, que siempre deberán buscar el bien de las almas.
El segundo parágrafo hace referencia a la conservación de los exvotos de arte
popular y de piedad, que son expresión de agradecimiento de las gracias recibidas. Para su
enajenación válida debemos tener en cuenta el canon 1292 §2: «Si se trata, en cambio, de
bienes cuyo valor es superior a la cantidad máxima o de exvotos donados a la Iglesia, o de
bienes preciosos por razones artísticas o históricas, se requiere para la validez de la
enajenación también la licencia de la Santa Sede».

5.- Los altares

5.1.- Noción y especies de altares

Can. 1235 - § 1. Altare, seu mensa 1235  § 1.    El altar, o mesa sobre la
super quam Sacrificium que se celebra el Sacrificio eucarístico,
eucharisticum celebratur, fixum se llama fijo si se construye formando
dicitur, si ita exstruatur ut cum una sola pieza con el suelo, de manera
pavimento cohaereat ideoque que no pueda moverse; y móvil, si
amoveri nequeat; mobile vero, si puede trasladarse de lugar.
transferri possit.  § 2.    Conviene que en todas las
iglesias haya un altar fijo; y en los
§ 2. Expedit in omni ecclesia altare demás lugares destinados a
fixum inesse; ceteris vero in locis, celebraciones sagradas, el altar puede
sacris celebrationibus destinatis, ser fijo o móvil.
altare fixum vel mobile.

El altar es el lugar donde el sacerdote, in persona Christi, celebra el sacrificio de la


nueva y eterna alianza, además de la mesa del Señor, del banquete eucarístico del que
participa el Pueblo de Dios.
El Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris lo define como: «/.../ el altar es mesa de
sacrificio y de convite en la que el sacerdote, en representación de Cristo Señor, hace lo
mismo que hizo el Señor en persona y encargó a los discípulos que hicieran en
conmemoración suya, /.../» (cf. ODEA cap. IV, n. 3). Un poco más adelante se afirma: «El
altar cristiano es, por su misma naturaleza, la mesa peculiar del sacrificio y del convite
pascual: - es el ara peculiar en la cual el sacrificio de la cruz se perpetúa
sacramentalmente para siempre hasta la venida de Cristo. – Es la mesa junto a la cual se
reúnen los hijos de la Iglesia para dar gracias a Dios y recibir el cuerpo y la sangre de
Cristo.» (cf. ODEA cap. IV, n. 4).
El altar se llama fijo si se construye formando una sola pieza con el suelo, de
manera que por la construcción del mismo no pueda moverse. Si se puede trasladar de
lugar se llama móvil.
No se entiende como altar móvil el ara de piedra que se transportaba, sino una mesa
o construcción que puede trasladarse.
El parágrafo segundo señala la conveniencia que en las iglesias exista un altar fijo,
y en los demás lugares destinados a las celebraciones sagradas, el altar puede ser fijo o
móvil.
La conveniencia no es obligatoriedad, aunque es una palabra que tiende a mostrar
lo mejor y preferible, puesto que significa más el significado teológico del altar. La
conveniencia se manifiesta para las iglesias, lugares destinados al culto por dedicación o
bendición, que tienen un carácter estable (característica que hemos visto no distinguía de
por sí a los oratorios y capillas privadas).
Otras indicaciones sobre el altar las encontramos en la IGMR y el ODEA.

5.2.- La materia del altar

Can. 1236 - § 1. Iuxta traditum 1236  § 1.    Según la práctica


Ecclesiae morem mensa altaris fixi tradicional de la Iglesia, la mesa del
sit lapidea, et quidem ex unico altar fijo ha de ser de piedra, y además
lapide naturali; attamen etiam alia de un solo bloque de piedra natural; sin
materia digna et solida, de iudicio embargo, a juicio de la Conferencia
Episcoporum conferentiae, adhiberi Episcopal, puede emplearse otra
potest. Stipites vero seu basis ex materia digna y sólida; las columnas o
qualibet materia confici possunt. la base pueden ser de cualquier
material.
§ 2. Altare mobile ex qualibet  § 2.    El altar móvil puede ser de
materia solida, usui liturgico cualquier materia sólida, que esté en
congruenti, exstrui potest. consonancia con el uso litúrgico.

La mesa del altar fijo debe ser de piedra natural y además de un solo bloque. Las
bases pueden ser cualquier otro material. La mesa, a juicio de la Conferencia Episcopal,
puede ser de otro material digno y sólido.
Siguiendo esta recomendación la Conferencia Episcopal Española ha determinado
que sobre todo sea de piedra natural, pero también puede utilizarse la madera natural y el
bloque de cemento dignamente elaborado3.
El altar móvil puede ser de cualquier materia sólida conveniente al uso litúrgico.

5.3.- Dedicación y bendición de los altares

3
Cf. II Decreto General de normas complementarias al CIC, en BCEe 6 (1985) 63.
Can. 1237 - § 1. Altaria fixa 1237  § 1.    Se deben dedicar los
dedicanda sunt, mobilia vero altares fijos, y dedicar o bendecir los
dedicanda aut benedicenda, iuxta móviles, según los ritos prescritos en
ritus in liturgicis libris praescriptos. los libros litúrgicos.
 § 2.    Debe observarse la antigua
§ 2. Antiqua traditio Martyrum tradición de colocar bajo el altar fijo
aliorumve Sanctorum reliquias sub reliquias de Mártires o de otros Santos,
altari fixo condendi servetur, iuxta según las normas litúrgicas.
normas in libris liturgicis traditas.

Los altares fijos deben recibir la dedicación según la normativa litúrgica que sobre
todo se haya en el Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (cf. Cap. II, III et IV).
Sin embargo los altares móviles pueden dedicarse o bendecirse.
El parágrafo segundo hace referencia a la antigua tradición de la Iglesia de venerar
a los Santos y de colocar sus reliquias bajo los altares fijos. Esto debe hacerse según las
normas litúrgicas (Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris cf. Cap. IV, 11):
1. Las reliquias deben evidenciar por su tamaño que son parte de un cuerpo
humano (evitar las excesivamente pequeñas).
2. Ha de constar la autenticidad de las reliquias.
3. El relicario debe colocarse debajo de la mesa del altar en su base (no encima
ni dentro de la mesa).

5.4.- Execración de los altares

Can. 1238 - § 1. Altare 1238  § 1.    El altar pierde su


dedicationem vel benedictionem dedicación o bendición conforme al c.
amittit ad normam can. 1212. 1212.
 § 2.    Por la reducción de la iglesia u
§ 2. Per reductionem ecclesiae vel otro lugar sagrado a usos profanos, los
alius loci sacri ad usus profanos, altares fijos o móviles no pierden la
altaria sive fixa sive mobilia non dedicación o bendición.
amittunt dedicationem vel
benedictionem.

El canon trata de la pérdida de la dedicación o bendición de los altares fijos y


móviles, remitiéndose a lo dicho en el canon 1212: destrucción, reducción a usos profanos
o por decreto del Ordinario o de hecho.
La destrucción del altar puede significar si se pierde o se rompe de una manera
enorme o en gran parte.
El parágrafo segundo nos permite decir que el altar es un lugar sagrado
independiente de la iglesia donde se haya, de manera que la reducción a uso profano de la
misma no implica que el altar quede reducido también (y viceversa). Esto permite que si se
traslada el altar a otra iglesia o lugar sagrado, no deba ser de nuevo dedicado o bendecido.

5.5.- Uso del altar

Can. 1239 - § 1. Altare tum fixum 1239  § 1.    El altar tanto fijo como
tum mobile divino dumtaxat cultui móvil, se ha de reservar solamente al
reservandum est, quolibet profano culto divino, excluido absolutamente
usu prorsus excluso. cualquier uso profano.
 § 2.    Ningún cadáver puede estar
§ 2. Subtus altare nullum sit enterrado bajo el altar; en caso
reconditum cadaver; secus Missam contrario, no es lícito celebrar en él la
super illud celebrare non licet. Misa.

Se excluye cualquier uso profano del altar reservándose exclusivamente para el uso
del culto divino. Así pues, si el canon 1210 permitía el uso de un lugar sagrado para usos
que fomentasen la religión, el culto y la piedad, el canon que nos ocupa excluye el altar de
cualquier uso que no sea el culto.
El parágrafo segundo afirma que no se pueden realizar enterramientos debajo del
altar y si se han realizado es ilícito celebrar en él la misa. Sin embargo, sigue vigente el que
exista debajo del altar una cripta que esté separada del mismo por una bóveda. 4 La razón de
la norma es que es distinto el culto debido a Dios, de la oración reverente por los difuntos.
Sin embargo, existe un caso en el que se ve una unión entre altar y tumba: el culto
de veneración a los mártires, santos y beatos que han sido declarados por la Iglesia.

6.- Los cementerios

6.1.- Derecho de la Iglesia a poseer cementerios propios

Can. 1240 - § 1. Coemeteria 1240  § 1.    Donde sea posible, la


Ecclesiae propria, ubi fieri potest, Iglesia debe tener cementerios propios,
4
Disposiciones de la Sacra Congregatio Rituum, del 27.7.1878 y del 18.7.1902.
habeantur, vel saltem spatia in o al menos un espacio en los
coemeteriis civilibus fidelibus cementerios civiles bendecido
defunctis destinata, rite debidamente, destinado a la sepultura
benedicenda. de los fieles.
 § 2.    Si esto no es posible, ha de
§ 2. Si vero hoc obtineri nequeat, bendecirse individualmente cada
toties quoties singuli tumuli rite sepultura.
benedicantur.

Donde sea posible, la Iglesia debe poseer cementerios propios, o espacios dentro de
los cementerios civiles que se destine a la sepultura de los fieles, siendo estos bendecidos
debidamente.
El cementerio es considerado por el legislador como un lugar sagrado que debe
bendecirse a tenor del canon 1205.
El Código no define que se debe entender por cementerio, sin que este concepto
quede limitado a un espacio para enterramientos, pudiéndose incluir también los así
llamados columbarios par depositar las cenizas (puesto que en otras culturas no se entierra
a los muertos sino que se les incinera).
El parágrafo segundo se sitúa en la perspectiva de que este lugar no exista, entonces
preceptúa la bendición individual de cada tumba.

6.2.- Quienes pueden poseer cementerios

Can. 1241 - § 1. Paroeciae et 1241  § 1.    Las parroquias y los


instituta religiosa coemeterium institutos religiosos pueden tener
proprium habere possunt. cementerio propio.
 § 2.    También otras personas
§ 2. Etiam aliae personae iuridicae jurídicas o familias pueden tener su
vel familiae habere possunt propio cementerio o panteón, que se
peculiare coemeterium seu bendecirá a juicio del Ordinario del
sepulcrum, de iudicio Ordinarii loci lugar.
benedicendum.

Las parroquias o grupos de parroquias pueden ser poseedoras de un cementerio. Así


mismo los institutos religiosos.
También pueden poseer un cementerio o panteón las personas jurídicas o familias.
Las personas jurídicas engloban las públicas y las privadas, con toda la gran variedad:
diócesis, cabildo, asociaciones de fieles....
Las sociedades de Vida Apostólica y de los institutos seculares no están
comprendidos en el parágrafo primero del canon, sin embargo quedarían dentro del ámbito
del segundo.
Si los cementerios pertenecen a las parroquias o institutos religiosos deberán
bendecirse a tenor del canon 1240. Sin embargo, cuando los titulares son personas jurídicas
y físicas, la bendición se somete al juicio del Ordinario del lugar. Esto es lógico, puesto
que la bendición los convierte en lugares sagrados con todos los derechos y obligaciones
que estos tienen expresados en los cánones 1205 al 1213.

6.3.- Prohibición de enterramiento en las iglesias

Can. 1242 - In ecclesiis cadavera 1242  No deben enterrarse cadáveres


ne sepeliantur, nisi agatur de en las iglesias, a no ser que se trate del
Romano Pontifice aut Cardinalibus Romano Pontífice o de sepultar en su
vel Episcopis dioecesanis etiam propia iglesia a los Cardenales o a los
emeritis in propria ecclesia Obispos diocesanos, incluso
sepeliendis. «eméritos».

No se deben sepultar cadáveres en las iglesias, salvo las excepciones del Romano
Pontífice, y de los Cardenales, Obispos Diocesanos y eméritos en sus propias iglesias. La
prohibición alcanza incluso a las criptas, si están destinadas al culto.
Pero se dice explícitamente en las iglesias sean del tipo que sean, por tanto podrían
haber enterramientos en los oratorios y en las capillas privadas.
En cuanto al Obispo diocesano parece que también los equiparados en Derecho
tendrían posibilidad de poder se enterrados (cf. 381 y 368). Sin embargo, parece que
quedan excluidos del Derecho los Obispos auxiliares y coadjutores, porque parece que la
enumeración del canon es taxativa.

6.7.- El derecho particular para regular los cementerios

Can. 1243 - Opportunae normae de 1243  Deben establecerse por el


disciplina in coemeteriis servanda, derecho particular las normas
praesertim ad eorum indolem oportunas sobre el funcionamiento de
sacram tuendam et fovendam quod los cementerios, especialmente para
attinet, iure particulari statuantur. proteger y resaltar su carácter sagrado.
Los cuatro cánones que el CIC dedica a los cementerios ofrecen una normativa
básica para que después se pueda concretar en las diferentes situaciones y circunstancias
que pueden existir en los diferentes lugares donde se encuentre la Iglesia. Por ello, el
último de los cánones dedicados a este lugar sagrado se ocupa de señalar la necesidad de
que la legislación particular se ocupe de emanar normas oportunas para el correcto
funcionamiento de los cementerios, especialmente para proteger y resaltar su carácter
sagrado.
Estas normas pueden ser ordenamientos, instrucciones etc. ... incluyendo
necesariamente mecanismos de control y de revisión del correcto funcionamiento del
mismo.
Pero además, los cementerios sería conveniente que tuviesen unos estatutos que
observen y expliciten la legislación.

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