Puntos de contacto entre las normas jurídicas y los convencionalismos Uno de los problemas más arduos de la filosofía del derecho es el que consiste en distinguirlas normas jurídicas y los convencionalismos sociales como ejemplos más importantes de esta clase de reglas podríamos citar el precepto del decoro y la cortesía, las exigencias de la etiqueta y la moda y, en general, todas las normas de origen consuetudinario estructura unilateral. Los teóricos no han logrado siquiera ponerse de acuerdo en la denominación que debe darse a dichas reglas. el primer autor que se ocupó de estudiar las nos referimos a Austin las llama muy impropiamente, por cierto, moralidad positiva. En un segundo punto de contacto nos encontramos en la exterioridad de las dos especies de preceptos. La oposición exterioridad interioridad, a que aludimos al tratar de distinguir derecho y moral, se da también entre las reglas convencionales y las normas éticas. Las exigencias de la moda verbigracia, refiéranse a un aspecto puramente externo de la conducta en las reglas de urbanidad y cortesía descubrimos la misma característica que saluda de acuerdo con los dictados de la buena crianza, cumple con ellos, aun cuando la manifestación exterior de afecto o respeto no coincida con los sentimientos de la persona que hace el saludo o hace expresión sincera de la opinión que esta tiene acerca de la otra. La actitud humana dice el urista italiano puede hallarse sujeta a obligaciones que algunas veces tienen una índole típicamente morar y otra asume carácter jurídico. Las normas creadoras de las primeras son siempre unilaterales; las que establecen las segundas poseen estructura bilateral lógicamente, no es posible admitir la existencia de una regla de conducta que no pertenezca a alguna de las dos categorías que hemos citado, es decir, que no sea imperativa simplemente o imperativa-atributiva. En el mundo real encontramos, sin embargo, una larga serie de preceptos de aspecto indefinido relativamente a los cuales resulta difícil la determinación de su naturaleza. Estas reglas de perfil equivocado pueden ser normas imperativas-imperativa que an perdido su estructura bilateral o, por el contrario, preceptos morales que aspiran a convertirse en reglas de derecho. [Tesis de Gustavo Radbruch]-El profesor alemán Gustavo Radbruch niega también, como del v Vecchio, la posibilidad de discutir conceptualmente las normas jurídicas y las reglas del trato social. Todos los productos de la cultura caracterizarte, según el maestro germánico, por constituir una cogerie de obras orientadas hacia concesión de lo valioso. El arte de un país o de una época, por ejemplo, es el conjunto de producciones en que late el anhelo de alcanzar la belleza; aun cuando muchas de ellas representen intentos fracasados o relaciones imperfectas. El derecho, la moral, la religión, en una palabra, todas las formas de la cultura, poseen orientación analógica y tienen siempre al logro de valores: justicia, bondad, santidad, etc. Pero si inquiriéramos cuales sirven de meta a los convencionalismos no lograremos descubrirlos, sencillamente porque no existen. En nuestro concepto, la distinción entre regulación jurídica y convencionalismos sociales debe hacerse atendiendo al carácter bilateral de la primera y la índole unilateral de los segundos. A diferencia de las normas de derecho que poseen siempre estructura imperativo-aperitivo, los convencionalismos son, en todo caso unilaterales. Él significa que obligan mas no facultan. Resumiendo, los desenvolvimientos que anteceden podemos declarar que los convencionalismos coinciden con la norma jurídica en su índole externa, pero difieren de ellas en su unilateralidad. En cambio, coinciden con la moral en su unilateralidad, pero se distinguen de ellas en su unilateralidad. La misma idea podría expresarse diciendo que las sanciones jurídicas poseen carácter objetivo ya que son previsibles y deben aplicarse por órganos especiales, de acuerdo con un procedimiento fijado previamente