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GLOSARIO DE TERMINOS

Aborto
La medicina entiende el aborto como la expulsión del feto, que puede ser provocada o
natural, durante el período no viable de su vida intrauterina. Si la expulsión se realizara
en período viable pero antes del final del embarazo se consideraría ya un parto
prematuro aun en el caso de que el feto no sobreviviera. El derecho español, también el
derecho canónico, considera el aborto como la muerte del feto mediante su destrucción.
Para ampliar de manera más completa este concepto y para obtener una orientación ética
remitimos remitimos al punto "Defensa de la vida" del CD, el artículo sobre la DSI en el
ámbito sanitario y el documento El aborto. 100 cuestiones y respuestas sobre la defensa
de la vida humana, de la Conferencia Episcopal Española, del año 1991, que muestra
aclaraciones básicas en su primera parte y el pensamiento de la Iglesia en su último
apartado.

Acción Católica
Se debe a una decisión de Pío XI, en 1928, como “participación de los seglares en el
apostolado jerárquico”, al darle una nueva estructura a las organizaciones católicas
seglares ya existentes. El fin de la A. C. se identificó con el de la jerarquía, para
proteger el apostolado seglar italiano de las posibles represalias procedentes del
fascismo totalitario. Por otra parte, a finales de la década de los veinte, aparecieron en
Francia y Bélgica nuevos movimientos apostólicos especializados en ambientes
sociales, sin las dificultades políticas de la dictadura italiana. El primer movimiento y
más conocido fue la JOC (Juventud Obrera Cristiana), fundada en 1925 por J. Cardijn.
En los orígenes del laicado cristiano asociado, la iglesia optó por la organización y
movilización de los católicos para hacer frente a las agresiones procedentes de algunos
movimientos sociales de emancipación, y de las corrientes culturales laicistas. En lugar
del término “participación”, Pío XII (1957) usó “cooperación”, ya que el apostolado de
los laicos no equivale a un acceso de los seglares a la jerarquía y carece del monopolio
del apostolado libre.
En España la A. C. española ha tenido, tres etapas:
a) la de “pastoral de segregación” (iglesia replegada, derechos de la iglesia”. El
cardenal Reig redactó (1926) los Principios y bases de la Acción Católica Española,
queriendo unir en “un organismo único nacional” las organizaciones católicas
existentes. La Conferencia de Metropolitanos aprobó (1931) unas Nuevas bases para
la reorganización de la Acción Católica Española, con una “Junta Central” e
instituciones adyacentes (Casa del Consiliario, Escuela de Propagandistas, etc.).
b) La de una “pastoral de autoridad”, de ambiente nacional-católico y triunfal. El
cardenal Gomá, por medio del Estatuto (1939) reorganizó y completo la A. C., con el
matiz fundamental de “parroquial y diocesana”.
c) La de “pastoral de testimonio” (1959). Se inspira en el modelo franco-belga,
caracterizado por los movimientos apostólicos (especialización por ambientes), la
formación por la acción, la aceptación de los métodos “ver-juzgar-actuar” y revisión
de vida, el empleo de la “encuesta-campaña”, etc. Con la aparición de los
movimientos –obrero. estudiantil, independiente y rural— se desarrolló una nueva
concepción del compromiso cristiano y una opción por la democracia en todas las
organizaciones católicas internacionales. La eclesiología y la teología del laicado
(1950-1960), respaldaron la A. C. e influyeron en el Vaticano II. Se inicia la crisis de

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la A. C. (1966-1968). La tutela excesiva de la jerarquía chocó con el ansia de
autonomía del laicado, y casi todos los movimientos apostólicos se desmoronaron.
Las Orientaciones pastorales sobre apostolado seglar (1972) y El apostolado seglar
en España (1974) quisieron restablecer la confianza y reiniciar una nueva fase de la
A. C. En relación al Sínodo de Obispos sobre los laicos se ha publicado un
documento: Los cristianos laicos, iglesia en el mundo (1991) con líneas de acción y
propuestas para promover la corresponsabilidad y participación de los laicos en la
vida de la Iglesia y en la sociedad civil.

ACNdeP o AcdeP: Acción Católica Nacional de Propagandistas o Acción Católica de


Propagandistas.
Asociación apostólica fundada en Madrid (Alberto Aguilera 23) el 3 de diciembre de
1909 por el jesuita P. Ángel Ayala. Su primer Presidente fue el futuro cardenal D. Ángel
Herrera Oria. En las biografías de ambos personajes (en Referencias biográficas) se
recoge lo más importante de la historia inicial de esta Asociación.

Acuerdos Parciales (Véase también Concordato)


Los acuerdos menos solemnes, y que sólo se ocupan de algunos aspectos concretos
particulares y más provisionales, suelen llamarse convenios o convenciones, acuerdos,
protocolos, etc. Estos son los acuerdos parciales. La terminología, sin embargo, no es
siempre constante.
Agnosticismo
Término derivado del griego, etimológicamente (gnósis: conocimiento) significa
doctrina de la incognoscibilidad de la realidad. Semánticamente adquirió el significado
de la imposibilidad del conocimiento de verdades metafísicas y sobrenaturales.

Alianza
A diferencia de otras religiones, que encuentran a Dios a partir de la Creación, Israel
concibió a Dios como el Dios de la Alianza. “Alianza” equivale a pacto o contrato. Dios
se acerca a su pueblo y hace un pacto con él. En realidad el pacto es un pretexto para
hacer un regalo. A diferencia de los contratos humanos, Dios no tiene nada que recibir en
la Alianza: lo tiene todo. El pueblo recibe una tierra espléndida y Abraham descendencia
fuera de toda esperanza. Dios recibe un pueblo, que ya era suyo. La alianza muestra a un
Dios no solo poderoso y sabio (Creador), sino Generoso, con predilección por su pueblo
y Fiel: cumple la alianza incluso cuando Israel falla.
La Alianza se fue renovando y el pueblo fue tomando conciencia gradualmente de ella.
Se pueden hablar de cuatro etapas en el Antiguo Testamento:
 Noé: Es una Alianza con toda la humanidad. No habrá un nuevo diluvio. El arco, señal
de guerra, se convierte en señal de paz. Es la “bóveda” que protege a la tierra del diluvio,
son los “brazos multicolores” de Dios, que abrazan a toda la tierra.
 Abraham: Alianza con Israel. Abraham descubre que hay un solo Dios y se fía de él.
Recibirá descendencia y la promesa de una tierra para sus descendientes.
 Moisés: Con él la Alianza abarca facetas nuevas. Dios aparece como Grande y
Libertador, que libera a su pueblo de la esclavitud de Egipto. Encarga una tarea al
pueblo: salir de Egipto porque Dios cuenta con la colaboración del hombre.
Inevitablemente Dios es un partidista: con Israel contra Egipto. Jesús corregirá esta
visión.
 David pretende hacer un Templo a Dios. Yaweh le hace ver que será Él quien haga una

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“casa” (dinastía) a David, que Dios es generoso.
En el Nuevo Testamento (o Nueva alianza) Jesús muestra que:
 Dios es de todos: Jesús hace ver que los paganos son también hijos de Dios y que Dios
es Padre que da el sol y la lluvia a buenos y malos
 Dios cuenta con nuestra colaboración libre, no nos suplanta: nos quiere hijos adultos,
que tenemos una tarea que hacer.
La Moral de la Alianza se opone a la Moral de la Ley. Ante Dios estamos invitados a
responder no sólo cumpliendo los Mandamientos, sino siendo generosos con un Dios
que merece todo porque da todo.

Alienación
El término viene del latín alienare (convertir en otro, separar, apartar, alejar). Para su
justa comprensión y referencia, conviene tener en cuenta que puede referirse al área
existencial, psicológica, social, religiosa, laboral, política, etc. Es una categoría básica de
la antropología socio-histórica. Describe el lado negativo de la situación en que se
encuentra históricamente la condición humana: de extrañamiento, porque la persona ha
perdido su propia identidad y se ha convertido en extraña para sí misma. En cierta
medida, la historia se identifica con la sucesión de las formas en que se ha ido
concretando la alienación humana. El análisis y la denuncia de la alienación humana
recorren todas las obras de Marx. Es como el eje de toda su concepción del hombre y
con este concepto expresa la situación del hombre. La alienación descubre Marx al
analizar la sociedad capitalista: el obrero está alienado en su trabajo que le ofrece el
capital. Esta alienación radical es el origen del resto de las alienaciones. Por eso utiliza
este concepto para hablar de la deshumanización por la que ha pasado históricamente el
hombre, alienación esencial de carácter económico y alienaciones derivadas: social,
política, filosófica, religiosa.
Se concreta en cuatro direcciones:
a) el trabajador se encuentra ante los productos de su trabajo como ante objetos
extraños que no le pertenecen: no son para cubrir sus necesidades; en ellos pierde la
vida; no manifiestan su capacidad creadora;
b) en la sociedad capitalista, el trabajo deja de ser del obrero que queda enajenado en la
actividad misma, porque el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a
su ser, hombre vende su trabajo. Por eso mismo, no puede ser feliz en su actividad;
c) al alienar la actividad de su trabajo, pierde su relación universal (genérica) con la
naturaleza, pues, al tener que trabajar para subsistir, se reduce la actividad humana a
ser simple medio,
d) la alienación impide que las relaciones sociales se midan por el grado del desarrollo
humano de los que se relacionan. Si el hombre está alienado, las relaciones humanas
tienen que padecer necesariamente la misma alineación: el enfrentamiento de clases.
La alienación describe la prehistoria de la sociedad humana. El hombre puede superarla
y, de este modo, hacer que aparezca la verdadera sociedad humana. Se abre al
optimismo. Trata de descubrir las condiciones que posibilitan el cambio hacia una
nueva situación, de la sociedad futura. Desde la perspectiva ética, la alienación es una
deficiencia o un fallo fundamental que impide el pleno desarrollo del ser humano. Un
hombre alienado es el que ha perdido el contacto consigo mismo y con la realidad que
le rodea. La alienación ha de ser superada por las exigencias éticas de la autenticidad, la
toma de conciencia de la emancipación.

Antropología

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Aristóteles dice que el anthropólogos es el que habla del hombre (Et. Nic., 4,8) y
antropología fue empleado por a comienzos del siglo XVI. Designa un conjunto
sistemático de las afirmaciones sobre el hombre, una reflexión articulada
metódicamente al mismo, tal como lo expresan las diferentes culturas y la historia.
Tiene identidad propia dentro de las ciencias. Las ciencias de la naturaleza y las
ciencias del espíritu necesitan métodos diferentes (W. Dilthey 1833-1911) y las
afirmaciones de las primeras y de las segundas no son transferibles. Por eso la
antropología escapa al conocimiento exacto y a la observación empírica: el hombre no
puede ser “explicado” (por causas), sino sólo “entendido”.
Desde la Biblia y desde la filosofía hay articulaciones muy logradas. La reflexión
antropológica inicial fue de carácter bíblico-teológico, en diálogo con las grandes
antropologías precristianas. En la Edad Media, los contenidos de la antropología se
encuentran dispersos en diferentes tratados. La Edad Moderna representa el cenit del
hombre que se autoentiende como sujeto. Hoy las antropologías existencialistas se
mueven en el terreno de la subjetividad y de la existencia, las estructuralistas y
neopositivistas sitúan al hombre en el mundo de los objetos. (J. Monod y E. Morin lo
reducen a biología) y la corriente antropo-biológica (Portmann) se ocupa en
profundidad del significado antropológico de tales hechos. El determinismo
neurofisiológico está más por el cerebro que por la mente. La teología católica
desarrollará también un giro antropológico, con dos polos (Dios y el hombre) para
superar dialécticamente reducción antropológica de Feuerbach y la radicalidad teológica
de Barth y asumiendo nuevas aportaciones científicas cuestionando otras,
unidimensionales y reductivas e instrumentales.

Ateísmo
Afirmación rotunda de la no existencia de Dios. En sentido menos riguroso: la negación
de un Dios Personal.
Actualmente suele ser sistemático. Pretende la autonomía humana total del hombre
respecto de Dios. Afirma que la esencia de la libertad consiste en que el hombre e es el
fin de sí mismo, el único artífice y creador de su propia historia.
Niega la posibilidad de conciliarse con un reconocimiento de Dios, autor y fin de todo,
y que tal afirmación de Dios es completamente superflua. El sentido de poder que el
progreso técnico actual da al hombre puede favorecer esta doctrina.
Entre las formas de ateísmo moderno cabe la que pone la liberación del hombre
principalmente en su liberación económica y social. Defiende que la religión, en sí
misma, obstaculiza esa liberación, porque la orientación hacia una vida futura ilusoria,
aparta al hombre del esfuerzo por levantar la vida temporal. Cuando han logrado el
dominio político del Estado, han atacado violentamente a la religión, han difundido el
ateísmo usando todos los medios del poder público.
Pero el reconocimiento de Dios no se opone a la dignidad humana, que tiene a Dios
como su fundamento y plenitud. Es Dios creador el que constituye al hombre inteligente
y libre en la sociedad. Y, sobre todo, el hombre es llamado, como hijo, a la unión con
Dios y a la participación de su felicidad. La esperanza futura proporciona motivos para
ejercitarse en las tareas temporales. Todo hombre resulta para sí mismo un problema no
resuelto, percibido con cierta oscuridad. Nadie, en ciertos momentos, sobre todo en los
acontecimientos más importantes de la vida, puede huir del todo del interrogante
referido. A este problema sólo Dios da respuesta plena y totalmente cierta; Dios, que
llama al hombre a pensamientos más altos y a una búsqueda más humilde de la verdad.
Una exposición inadecuada de la doctrina y de la Iglesia y sus miembros puede
favorecer el ateísmo. Pero todos los hombres, ateos y creyentes, deben colaborar en la

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edificación del mundo en el que viven, con prudente y sincero diálogo, sin
discriminación entre creyentes y no creyentes.

Autogestión
Sistema de organización de la empresa según el cual los trabajadores son quienes eligen
a la dirección, participando activamente, a todos los niveles, en las decisiones técnicas y
económicas. Forma parte del programa político de algunos partidos socialistas de
Europa occidental, pero de forma generalizada no ha llegado a promoverse por ninguno
de ellos

Beneficencia
Ante el problema del hambre, por razones de escasez de grano, mal tiempo, deterioro
del campo por la emigración de los agricultores a América, la necesidad de personal
para el ejército y la dedicación de las tierras al monocultivo, aparecen disposiciones
reales sobre la mendicidad ( 1540), que queda regulada. Con frecuencia se consultaba a
los teólogos especialistas sobre la moralidad de estas normas. La Iglesia orientaba a
gobernantes, mercaderes y pueblos a través de ellos. Pretende nivelar las clases sociales,
defender a los humildes, adoctrinar a los poderosos, defender a los agricultores,
empobrecidos e indigentes de poderosos, ricos, avaros y usureros. Incluso procura
salvar la agricultura en una sociedad eminentemente agrícola.
La Beneficencia, como intervención del Estado a favor de los ciudadanos, está teorizada
por vez primera con el humanista Juan Luis Vives. Escribe: "la presencia en las grandes
ciudades europeas de una masa de vagabundos y mendigos que no encuentran otro
modo de ganarse la vida le inspiró un librito sobre la necesaria reforma de la asistencia
y de la caridad: había que proporcionar trabajo y empleos a los menesterosos para que
pudiesen mantener se, ellos y su familia, y al mismo tiempo contribuir a mejorar el
progreso material de la sociedad".
Durante el reinado de Felipe III (1598-1621) es país está sumido en una crisis
permanente. La miseria afecta a capas cada vez más amplias de la población. La Iglesia
reacciona activamente, con tareas de asistencia social, hasta que el Estado vaya
asumiendo poco a poco su responsabilidad de atender a los ciudadanos menos
afortunados. Mientras tanto numerosos conventos reparten desde 1617 la comida entre
los pobres, la llamada sopa boba. Porque no existía "la cuestión social", se hablaba de
"caridad" y de "obras de misericordia". Las Ordenes y Congregaciones religiosas fueron
eco y dieron salida, a través de la "caridad" y de la "misericordia”, a personalidades
excepcionales. de órdenes religiosas para atender a los pobres, enfermos y
minusválidos, creándose hospitales, hospicios, escuelas, psiquiátricos, etc.

Clonación
La etimología griega del término nos remite a retoño, brote o rama. En el lenguaje
científico se entiende por clonación la reproducción por vía asexual que consigue una
identidad perfecta en los aspectos fisiológico y bioquímico de la célula originaria, es
decir, que a partir de una célula de un individuo se crea otro exactamente igual. La
actualidad del tema viene dada desde que en febrero de 1997 se anunció que un grupo de
genetistas guiados por Ian Wilmut, del Instituto Roslin de Escocia, había clonado una
oveja llamada Dolly, que era exactamente igual que su madre.
Para una aclaración más completa y una orientación ética remitimos remitimos al punto
"Defensa de la vida" del CD, el documento Reflexiones sobre la clonación, de la
Academia Pontificia para la Vida.

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Cogestión
Dirección y administración de una empresa que se lleva en común por sus propietarios y
los representantes de los trabajadores. Se ha desarrollado muy especialmente en la R.F.
Alemana y en menor medida en Francia.

Colectivismo
Término acuñado en el Congreso de Basilea en 1869 que expresa un sistema donde el
Estado dispone de los factores productivos, los cuales son distribuidos por el mismo
Estado según su criterio, lo que supone la negación de toda propiedad privada.
Entendido con las pautas de hoy, este sistema resulta tanto de la utopía socialista, como
del anarquismo o del sindicalismo revolucionario y en ninguno de los casos tiene en
cuenta la libertad de la persona.

Compañía de Jesús (Véase San Ignacio de Loyola)

Concilio
El concilio ecuménico congrega a toda la iglesia y usualmente es convocado por el
Papa, aunque basta con que éste lo asuma y acepte sus decisiones con toda la iglesia
universal para que sea ecuménico. El concilio muestra la unidad y pluralidad de la
iglesia, es autoridad suprema en la iglesia (que también puede expresarse personalmente
mediante el Papa) y refleja la comunión eclesial a través de los obispos que representan
a sus diversas iglesias. Consiste en una reunión de los obispos católicos de toda la
cristiandad, legítimamente convocada por el Sumo Pontífice, a quien corresponde
también señalar las grandes líneas de los temas que se han de tratar, confirmar y
publicar los decretos o constituciones aprobadas por los padres conciliares y presidir el
Concilio, o nombrar y enviar su legado al mismo. Toman su nombre de la localidad en
que se celebra la junta. Entre los concilios ecuménicos más importantes se pueden
destacar: el de Nicea, que fue el primero (325), el de Trento (1545-1563). La larga
tradición de concilios parecía haber llegado a su fin con la declaración de la infalibilidad
papal en el Concilio Vaticano I. Pero recientemente el Concilio Vaticano II (1962-1965)
ha demostrado la eficacia de esta institución de la Iglesia Católica.

Cónclave o Conclave
Lugar y acción de reunirse los cardenales para elegir al Papa. El Colegio Cardenalicio
fue instituido en su forma actual en 1150. Ahora, según el canon 349, “los Cardenales
de la Santa Iglesia Romana constituyen un Colegio especial cuya responsabilidad es
proveer a la elección del Romano Pontífice...”. Su número ha variado mucho, desde 24,
máximo permitido en los Concilios de Constanza y Basilea (s. XV), hasta los más de
150 en la actualidad.
Desde 1059, los cardenales han sido los únicos electores del Papa. El cónclave ha sido
objeto de muchas reglamentaciones. La última es de Juan Pablo II (1996). Actualmente
deben reunirse en cónclave todos los cardenales que en el momento no hayan cumplido
los 80 años.

Concordato
Convenio entre la Iglesia Católica y un Estado. El concordato constituye hoy un
verdadero tratado internacional de carácter normativo por el que se regulan materias que
interesan a la Iglesia y al Estado partes. Se funda en el Derecho Natural y de Gentes.
Las cláusulas contractuales crean en las dos partes una obligación jurídica de atenerse a

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lo pactado, que engendra el derecho subjetivo a exigir el cumplimiento. Las cláusulas
normativas establecen unas normas objetivas de derecho, válidas y aplicables a los
ordenamientos jurídicos de ambas partes contratantes.
La norma concordada tiene un rango superior al de cualquier norma de derecho interior
o interno, sin que se transforme en derecho interno, a no ser que el concordato se
publique oficialmente. En la iglesia sólo la Santa Sede es sujeto capaz de concordatos.
Es la Santa Sede la única persona jurídica pública que ejerce, con el reconocimiento y la
aceptación de la comunidad internacional, el ius legationis. Con la Santa Sede, única
persona jurídica internacional en la iglesia, y representante de la misma, estipulan
concordatos los Estados. Es, pues, toda la comunidad política, constituida en Estado, la
que queda vinculada y a la que afectan los derechos y obligaciones que se derivan del
acuerdo solemne establecido. Por tanto, un puro cambio de gobierno no hace cesar los
concordatos. Normalmente el concordato adopta la forma de un tratado solemne
bilateral. Los concordatos, como las leyes, tienden a ser estables, pero estabilidad no es
sinónimo de perpetuidad. Es claro que sólo puede ser derogado o transformado un
concordato por el mutuo acuerdo de las partes. Históricamente se han utilizado también
otras formas: el doble documento, la bula pontificia, etc.
Tres son los momentos fundamentales en la elaboración de un concordato: negociación,
firma y ratificación. La negociación suele hacerse a través de ministros
plenipotenciarios. Puestos de acuerdo, se procede a la firma. Viene después la
ratificación y aprobación definitiva, competencia exclusiva del romano pontífice y del
jefe del Estado. En los Estados democráticos, antes de la ratificación por el jefe del
Estado se requiere la aprobación de las cámaras o del parlamento, que suelen hacer por
ley. De esta forma, el concordato cae bajo el control del poder legislativo. En la iglesia,
en la que todos los poderes convergen en el romano pontífice, no se requiere aprobación
de otros Órganos.
Para la entrada en vigor del concordato, se requiere el intercambio de instrumentos de
ratificación, que realizan los ministros plenipotenciarios en el lugar y tiempo
preestablecidos. Pero la plena eficacia como ley estatal la adquiere, ordinariamente, con
su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
El concordato necesita ser interpretado. Su más plena y eficaz interpretación es la
auténtica bilateral. Es la definitiva. En cuanto al modo, tenemos un ejemplo en los
Acuerdos entre la Santa Sede y el gobierno español (1979), en los que se establece que
la Santa Sede y el gobierno español procederán de común acuerdo en la resolución de
las dudas o dificultades que pudieran surgir en la interpretación o aplicación de
cualquiera de las cláusulas, inspirándose en los principios y en el espíritu que las
informan.

Conferencia Episcopal
Representan una manifestación de la colegialidad de los Obispos. De acuerdo con las
prescripciones del Concilio Vaticano II, las describe así el Código de Derecho
Canónico: “La Conferencia Episcopal, institución de carácter permanente, es la
asamblea de los Obispos de una nación o territorio determinado, que ejercen unidos
algunas funciones pastorales respecto de los fieles de su territorio, para promover,
conforme a la norma del derecho, el mayor bien que la Iglesia proporciona a los
hombres, sobre todo mediante formas y normas de apostolado convenientemente
acomodados a las peculiares circunstancias de tiempo y lugar”.
Como regla general, las Conferencias Episcopales son nacionales, aun cuando la
normativa canónica contempla la posibilidad de erigir una Conferencia Episcopal en un
territorio de extensión mayor o menor, asunto reservado a la Sede Apostólica.

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Cada Conferencia Episcopal debe comprender todos los obispos diocesanos del
territorio, así como los Obispos coadjutores, los auxiliares y los titulares. Y cada una
elabora sus propios estatutos, que deben tener la revisión (recognitio) de la Sede
Apostólica.
La Conferencia Episcopal Española es “una institución permanente integrada por los
Obispos de España, en comunión con el Romano Pontífice, para el ejercicio conjunto de
algunas funciones pastorales del Episcopado Español" (Estatutos, Art 1,1). Fue
constituida por rescripto de la Sagrada Congregación Consistorial (3-10-1966), obtuvo
su reconocimiento definitivo por decreto de la Sagrada Congregación para los Obispos
(5-2-1977) y goza de personalidad jurídica pública eclesiástica (Art. 1,3) y civil en
virtud del Acuerdo sobre Asuntos Jurídicos entre la Santa Sede y el Estado Español (3-
1-1979)..
Todos los Obispos españoles con cargo pastoral tienen voz y voto en las Asambleas
Plenarias; los Obispos Eméritos (jubilados), sin cargo pastoral, solamente voz. Los
cargos se eligen por tres años, no pudiendo sobrepasar tres mandatos, excepto el
Secretario General, que es elegido para cinco años. Los últimos nombramientos,
actualmente en vigor, se efectuaron en la LXV Asamblea Plenaria del 12-16 de febrero
de 1996, y el del Secretario General en 1998.
Las diversas funciones de la Conferencia Episcopal Española se organizan en los
siguientes organismos: Presidencia, Comisión Permanente, Comité Ejecutivo,
Secretario General y Comisiones Episcopales. 14 son las que conforman estas últimas:
Apostolado Seglar, Liturgia, Obispos-Superiores Mayores, Clero, Medios de
Comunicación Social, Pastoral, Relaciones Interconfesionales, Doctrina de la Fe,
Migraciones, Pastoral Social, Seminarios y Universidades, Enseñanza y Catequesis,
Misiones y Cooperación entre las Iglesias, Patrimonio Cultural.

Congregación para la Doctrina de la Fe


La Congregación para la Doctrina de la Fe, originalmente llamada Sagrada
Congregación de la Universal Inquisición, fue fundada por Pablo III en 1542 para
defender a la Iglesia de las herejías. Es la más antigua de las nueve Congregaciones de
la Curia. Anterior a esta fecha es la Secretaría de Estado, fundada por Inocencio VIII en
1487, con el nombre de Secretaría Apostólica.
Pío X le cambió el nombre, en 1908, por el de Sagrada Congregación del Santo Oficio.
Finalmente, en 1965, recibió el nombre actual bajo el Pontificado de Pablo VI. Hoy,
según la Constitución Apostólica sobre la Curia Romana 'Pastor bonus', de Juan Pablo II
en 1988, la tarea propia de la Congregación es promover y tutelar la doctrina de la fe y
la moral en todo el mundo católico. Todo lo que, de alguna manera toca este tema, cae
bajo su competencia. La Congregación tiene Presidente, Secretario y Subsecretario.
Cuenta con un equipo de 32 personas y tiene también 23 Miembros —Cardenales,
Arzobispos y Obispos— y 27 Consultores.
El trabajo de la Congregación está dividido en cuatro secciones distintas: la doctrinal, la
disciplinar, la matrimonial y la sacerdotal. Además, promueve colegialmente encuentros
e iniciativas para "difundir la sólida doctrina y defender aquellos puntos de la tradición
cristiana que parecen estar en peligro, como consecuencia de doctrinas nuevas no
aceptables". Publica, en colaboración con la Librería Editora Vaticana, y los trabajos
aparecen en la edición diaria de "L'Osservatore Romano".
Todos los años celebra su asamblea plenaria. Cuando los Obispos vienen a Roma para
realizar su visita "ad limina" cada cinco años, pasan por la Congregación para la
Doctrina de la Fe, y también por otros dicasterios de la Curia Romana, "para
intercambiar información y preocupaciones recíprocas". Se da también una amplia

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colaboración con la Pontificia Comisión Bíblica y la Comisión Teológica Internacional.
El Presidente de ambas Comisiones es el Cardenal-Prefecto de la Doctrina de la Fe.
Todas las semanas —normalmente los miércoles— se celebran reuniones de la
Congregación en las que participan sus oficiales y consultores.

Consistorio
Órgano a través del cual los Cardenales ayudan colegialmente al Papa en el ejercicio del
supremo ministerio de la Iglesia (CIC, can. 353 § 1). Los consistorios se reúnen por
mandato del Romano Pontífice y bajo su presidencia.
Según las materias que se traten, los Consistorios son ordinarios —en los cuales se
consulta a los Cardenales sobre cuestiones graves pero que se presentan más
comúnmente, o para realizar actos de máxima solemnidad— o extraordinarios —que se
reúnen cuando lo aconsejan necesidades especiales de la Iglesia o la gravedad de los
asuntos a tratar—. A los Consistorios ordinarios deben ser convocados al menos los
Cardenales presentes en Roma; a los extraordinarios deben ser convocados todos los
Cardenales. Los Consistorios ordinarios para asuntos de máxima solemnidad son
públicos, el resto secretos.

Curia Romana (Véase también Dicasterio)


El Código de Derecho Canónico de 1983, canon 469, define la Curia eclesiástica como
el conjunto de instituciones y personas que prestan su colaboración al gobierno, la
acción pastoral, la administración y el ejercicio de la potestad judicial, bien de la Iglesia
universal (Curia Romana), bien de una Iglesia particular (Curia patriarcal, diocesana o
similar).
La Curia romana ha sufrido una lenta transformación a través de los siglos. Pero fue el
Concilio de Trento el que la dotó de una estructura que, con los sucesivos retoques
efectuados posteriormente, ha permanecido hasta nuestros días: Personas: Cardenales,
Prelados oficiales mayores y Oficiales menores. Dicasterios: Congregaciones,
Tribunales y Oficinas.
La última reorganización la ha llevado a cabo el Papa Juan Pablo II con el fin de
adaptarla al Código de Derecho Canónico de 1983. Queda, así, estructurada en 9
Congregaciones: Doctrina de la Fe (antes Santo Oficio), Iglesias Orientales, Culto
Divino y Disciplina de los Sacramentos, Causas de los Santos, Evangelización de los
Pueblos, Clero, Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica,
Educación Católica (para los Seminarios e Institutos de Estudio) y Obispos. Los tres
Tribunales son: Penitenciaría, Signatura y Rota. Más 12 Consejos, 3 Oficinas, 8
Comisiones, 2 Comités, 7 organismos con competencias muy diversas, 1
Administración Apostólica y 9 instituciones englobadas en la Santa Sede. Las
Congregaciones son órganos preferentemente ejecutivos integradas por cardenales, a las
órdenes de un prefecto. Las Congregaciones, los Tribunales, los Consejos y las Oficinas
constituyen los llamados Dicasterios.

Democracia Cristiana
La democracia cristiana tiene su origen histórico y político en las sociedades
occidentales del siglo XIX como resultado de la revolución industrial, del triunfo de la
burguesía como fuerza social y del ascenso del liberalismo. Los desajustes provocados
por la implantación de un modelo económico capitalista, sin correctivos, y la aparición
del marxismo como ideología dispuesta a implantar un modelo alternativo al defendido
por el liberalismo facilitan el surgimiento y desarrollo de la Democracia Cristiana.

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El término comenzó a ser utilizado por Federico Ozanam, fundador de las Conferencias
de San Vicente de Paúl, a mediados del siglo XIX. La primera etapa del desarrollo de la
democracia cristiana abarca el periodo que abarca desde 1820 hasta 1880. En esos
momentos, el problema se refería a la aceptación de los modelos liberales. Las
orientaciones de la Democracia Cristiana no diferían de las que en 1901 había dado
León XIII, en su Encíclica Graves de Communi. Este Papa optó por definir el concepto
democracia cristiana como la acción social de los católicos, para frenar la controversia
existente entre la llamada democracia social y la democracia cristiana, ante el
surgimiento del socialcristianismo y la conversión de la llamada democracia cristiana en
una fuerza política capaz de recrudecer los debates entre los católicos. León XIII
pretendía la unidad de acción de los católicos, promoviendo la llamada unión de las
voluntades, en cuestiones que debían y podían ser compartidas por todos, evitando las
discusiones estériles. Eso permitía dejar el juego estrictamente político a la decisión
libre y personal de los católicos.

Derecho Natural. (Véase Ley Natural)

Desamortización
En derecho general, es la liberación de las fincas o propiedades para disponer de ellas
con arreglo a las leyes. Recibe el calificativo de eclesiástica cuando afecta a bienes del
clero, cofradías, monasterios, parroquias, santuarios, etc. Las donaciones a las llamadas
manos muertas se multiplicaron en el s. XIV, y durante el XV se llevaban todavía a
efecto con bastante intensidad.
En el s. XVII se llevó a cabo en España lo que podría llamarse "desamortización
voluntaria". Por ella la Iglesia contribuyó con sus bienes a aliviar al Erario público. En
el siglo siguiente continuaron las desamortizaciones ilegales de tipo regalista, no sólo en
lo eclesiástico, sino también en lo civil. Carlos III, impulsado por sus ministros, acentuó
notablemente la tendencia económica antieclesiástica, que ya no cesó en todo el siglo.
Los bonapartistas siguieron por el mismo camino, primero, reduciendo los conventos a
una tercera parte, y luego suprimiendo todas las Órdenes Religiosas, porque tomaron
parte en su lucha contra el invasor.
En las Cortes de Cádiz (1812) se declaró que no se privaría a las comunidades del
derecho de propiedad, pero en la práctica este derecho apenas si podía ejercer por las
continuas restricciones a las que se sometía. Se acentuó la gravedad de la cuestión
durante el periodo liberal (1820-1823) y principalmente con ocasión de la subida de
Mendizábal al poder, porque facilitó la incautación de los bienes eclesiásticos por parte
del Estado mediante las leyes desamortizadoras de 1835 (julio-octubre), 1836 (febrero-
marzo) y 29 de julio de 1837. Según una disposición de septiembre de 1841, pasadas ya
las primeras luchas carlistas, se exceptuaban de la desamortización los bienes de las
capellanías, prebendas, beneficios y patronatos familiares, cofradías, establecimientos
de Beneficencia e Instrucción, y las casas, huertas, jardines de los prelados y de los
párrocos. Cesó la desamortización con el Concordato de 1851, aunque no del todo, pues
durante los años siguientes, esta cuestión pasó por diversas alternativas. Una ley del 11
de julio de 1856 estableció como principio general que sin la previa cesión por parte de
la Iglesia (recibidas las correspondientes inscripciones) no puede desamortizarse
ninguna clase de bienes de carácter eclesiástico. Años después se dictaron
numerosísimas disposiciones en materia de desamortización, casi siempre en la
tendencia general al acaparamiento, por el Estado, de todos los bienes, religiosos y
civiles, públicos y privados.

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La crítica contra la desamortización es abundante y, en general, ha sido juzgada siempre
muy desfavorablemente, no sólo por polígrafos como Menéndez y Pelayo, que la
califica de "inmenso latrocinio", sino por elementos de las más diversas tendencias
como el protestante inglés Lord Carnavon y el ateo Proudhon.

Determinismo
En ciencias sociales, dícese de las corrientes de pensamiento que tienden a considerar
que la evolución política y económica de un pueblo, o de la sociedad humana en
general, se ve enteramente influida por uno o unos pocos factores concretos. Se han
calificado de deterministas las doctrinas de Schumpeter y Colin Clark sobre la
trascendencia de la tecnología, de Marx sobre el predominio de lo económico, y de Max
Weber sobre cómo la ética protestante marcó al capitalismo. También se ha hablado del
determinismo geográfico de Vidal de la Blache, del demográfico de Malthus, etc.

Dicasterio (Véase también Curia Romana)


Organismo que integra la Curia Romana para colaborar con el Papa en el ejercicio de su
supremo ministerio pastoral al servicio de la Iglesia universal y de las Iglesias
particulares. De acuerdo a la Constitución Apostólica "Pastor Bonus" del 28 de junio de
1988, con el nombre de dicasterios se entienden: la Secretaría de Estado, las
Congregaciones, los Tribunales, los Consejos y ciertas oficinas como la Cámara
Apostólica, la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica y la Prefectura
para los Asuntos Económicos de la Santa Sede (art. 2 § 1). Los dicasterios se
caracterizan por su estructura y composición: están presididos por un Cardenal Prefecto
o un Arzobispo Presidente, integrado por una Asamblea de Padres Cardenales y por
algunos Obispos con la ayuda de un Secretario y asistidos por un grupo de consultores.
(Art. 2 § 2). Los dicasterios participan de la potestad de gobierno —ejecutiva y judicial
— ordinaria que ejercen en nombre y bajo la Autoridad del Romano Pontífice a
excepción de algunos que sólo tienen una competencia de estudio y promoción.
Destacamos para nuestro estudio: la Congregación para la Educación Católica, el
Pontificio Consejo " Iustitia et Pax" , la Congregación para la Doctrina de la Fe, el
Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, etc.

Economicismo
La actividad económica es una componente básica del conjunto de actividades humanas,
junto a las actividades socioculturales y la actividad política. El propósito fundamental
de la actividad económica es satisfacer las necesidades básicas de la comunidad, tales
como alimentación, vivienda, salud, educación y cultura, y aumentar en lo posible el
bienestar humano. La Ciencia Económica debería tener como fin ayudar a la sociedad a
conseguir estos objetivos, formulando propuestas que sirvan para crear, distribuir y
consumir racionalmente la riqueza. Su utilidad se basa en dos supuestos: la escasez de
recursos y la competición entre la asignación de recursos. Por ello, toda propuesta
económica va emparejada, en última instancia, con una decisión política, en la que se
han de tener en cuenta, entre otras, las componentes ética y social.
El economicismo es una forma de pensamiento, basada en la creencia de que la Teoría
económica puede por sí sola solucionar los problemas económicos en sentido amplio, al
margen de decisiones políticas y consideraciones ético-sociales. Se presenta como una
teoría objetiva, libre de juicios de valor, y que debemos aceptar necesariamente. Sin
embargo, es imposible eliminar los juicios de valor en economía, pues siendo el
objetivo último de ésta aumentar el bienestar humano, es éste un concepto resbaladizo
que incluye factores, como la salud, la calidad ambiental, la satisfacción personal,

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familiar y comunitaria, etc., difíciles de valorar económicamente. La economía solidaria
asume que toda propuesta económica debe tener en cuenta consideraciones éticas,
sociales y medioambientales y que debe, por tanto, decidirse políticamente, es decir de
acuerdo con los valores y reglas de la comunidad.

Escepticismo
Es la actitud del pensamiento que convierte la duda en un sistema. Si es sólo
metodológica puede ser un camino a la verdad; si la duda es metafísica pretende ser
justificada, lo cual es contradictorio en sí mismo; si es total es duda radical; si es parcial
puede ser un probabilismo. Los sofistas son escépticos, como Protágoras (440 a.C) que
habla de un doble razonamiento cuyas proposiciones inconciliables entre sí llevarían a
la verdad. Pero en rigor es Pirrón (365-275) el que comienza la escuela escéptica. Sexto
Empírico (s III) distingue entre los fenómenos que aceptamos y lo incomprensible a lo
que pretendemos llegar, sin éxito, por nuestro razonamiento, por lo tanto la verdadera
sabiduría sería la que acepta lo incomprensible de la verdad y renuncia a la afirmación o
negación objetivas. En el mundo griego, medieval y renacentista hubo escépticos
parciales; pero el maestro del escepticismo moderno antirracional es D. Hume (1711-
1776) con su Tratado sobre la naturaleza humana, donde dice que todos nuestros
razonamientos sobre causas y efectos son hábitos, fruto de nuestra sensibilidad; llama
ideas propias de la mente del hombre a las de las ciencias matemáticas, que son
independientes, según él, de la realidad exterior. Hay, dice, ciencias instintivas,
asociación de ideas que se presentan como solución de dudas.
Escépticos son también Descartes (1596-1650), pues su duda es radical, y también los
pragmáticos, aunque su actitud escéptica se refiere al actuar y su eficacia: Diderot
(1713-1784) y Voltaire (1694-1778). Kant (1724-1804) es un escéptico crítico, niega la
cognoscibilidad de la cosa en sí.
Hoy el escepticismo se presenta como negación de las verdades metafísicas
reemplazadas por el "consenso" que se extrae de aquello que resulta significativo en un
medio social

Estado de Bienestar
Estado de bienestar, proyecto y modelo de sociedad que constituye el principal punto
programático de gran número de ideologías y partidos políticos actuales. El concepto,
surgido en la segunda mitad del siglo XX, parte de la premisa de que el gobierno de un
Estado debe ejecutar determinadas políticas sociales que garanticen y aseguren el
“bienestar” de los ciudadanos en determinados marcos como el de la sanidad, la
educación y, en general, todo el espectro posible de seguridad social. Estos programas
gubernamentales, financiados con los presupuestos estatales, deben tener un carácter
gratuito, en tanto que son posibles gracias a fondos procedentes del erario público,
sufragado a partir de las imposiciones fiscales con que el Estado grava a los propios
ciudadanos. En este sentido, el Estado de bienestar no hace sino generar un proceso de
redistribución de la riqueza, pues, en principio, las clases inferiores de una sociedad son
las más beneficiadas por una cobertura social que no podrían alcanzar con sus propios
ingresos.

Eugenesia
La Eugenesia es una preocupación ya del siglo XIX que se preocupa del fomento de la
salud en la descendencia y busca mejorar las potencialidades genéticas de la especie
humana. Históricamente la eugenesia, en su finalidad más negativa, racista, trata de
modificar y controlar la fecundidad para mejorar las características hereditarias de una

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raza o de un pueblo dando por supuesto que unos individuos son más deseables que
otros. También puede haber una finalidad más terapéutica siempre que su
intencionalidad esté al servicio de la dignidad humana.

Eutanasia
La etimología nos remite a buena muerte. Pero en el significado que actualmente tiene
permite la muerte por compasión, es decir, causar la muerte del otro ante su sufrimiento
o atendiendo su deseo de morir por diversas razones. Aunque también es cierto que en el
debate actual no siempre se presenta la eutanasia con este significado tratando de
suavizar el contenido a favor del derecho a una buena muerte. Desde una comprensión
ética no se obliga a utilizar medios desproporcionados para mantener la vida.
Para ampliar este concepto y otros términos referidos al mismo tema como distanasia y
ortotanasia véase el punto "Defensa de la vida" del CD, donde se encontrarán las
aclaraciones terminológicas y una orientación ética en el artículo sobre la DSI en el
ámbito sanitario y el documento La eutanasia. 100 cuestiones y respuestas sobre la
defensa de la vida humana, de la Conferencia Episcopal Española, del año 1993, que
muestra aclaraciones básicas en su primera parte y el pensamiento de la Iglesia en su
último apartado.

Fundamentalismo religioso
Tomado del islamismo, en general es la posición extremista que sólo acepta como
ortodoxo lo que atañe a las fuentes de su pensamiento. Surge en Irán como movimiento
de afirmación ideológica dirigido contra la cultura occidental. En el mundo anglosajón
se aplica a grupos religiosos que tuvieron auge después de la Primera Guerra Mundial y
profesan una estricta adhesión a la Biblia interpretada literalmente. En este contexto las
explicaciones intelectuales se consideran innecesarias y peligrosas. Por extensión se usa
el término para expresar cualquier tipo de extremismo ideológico: religioso, político,
social o de una cultura determinada

Hedonismo
Es la identificación del bien con el placer. Sócrates, Platón y Aristóteles criticaron el
hedonismo de los filósofos morales anteriores a ellos. La ética de Aristóteles supera el
hedonismo dado que su concepción de la felicidad como fin del hombre supone el acto
virtuoso. El cristianismo comprehende la totalidad materio-espiritual del hombre y su
felicidad terrenal unida a la eterna. Con su concepción positiva del dolor, a propósito de
la participación en la Cruz de Jesucristo, tiene la más clara posición antihedonista. Con
el Humanismo vuelve una cierta concepción hedonista de la vida. En la modernidad
Kant (1724-1804) critica el placer de la misma manera que se opone a todo sentimiento,
también al dolor presentando la postura opuesta al cristianismo. El hombre
contemporáneo vuelve al hedonismo materialista con la negación de Dios.

Humanismo
Concepción de la cultura que pone en su centro a la persona humana. En el ámbito
educativo subordina los aspectos científicos y técnicos al desarrollo de la persona. El
humanismo de suyo debería ser integral. Sin embargo, de hecho hay corrientes llamadas
humanistas que son reduccionistas. Este término, acuñado en el siglo pasado, se utilizó
principalmente para designar el movimiento cultural del renacimiento italiano que
acentuó la importancia del estudio de los autores clásicos y exaltó el ideal de la dignidad

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humana. Erasmo (1467-1586) y Comenio (1592-1671) fueron autores definitorios para
una visión humanista del mundo.
En el cristianismo se funda en la dignidad del hombre que proviene de considerarlo
como imagen de Dios, su creador, como hijo suyo, participante de su naturaleza por la
gracia de Cristo. Contemporáneamente se han atribuido el término humanismo diversas
corrientes de pensamiento: existencialistas (M. Heidegger, J.P. Sartre, ateos; S.
Kierkegaard, K. Jaspers, G. Marcel, teístas); personalistas (J. y Raissa Maritain, E.
Mounier, Lacroix, “Témoignage chretien”…), marxistas (T. Adorno, L. Althousser, G.
Lukacs, A. Gramsci, E. Bloch, H. Marcuse), estructuralistas (L. Strauss, M. Foucault, R.
Barthes, miembros de la Escuela de Praga y Copenhague, entre otros); psicología
humanista (A. Allport, A. Maslow, C. Rogers, G. Murphy, P. Lersch, V. Frankl).

Idolatría
Es una forma de superstición, que niega a Dios el culto que le pertenece en exclusiva, y
lo tributa, en cambio, a criaturas animadas o inanimadas, materiales o espirituales,
simbolizadas o no por los ídolos. Se extiende el concepto a lo que considera Juan Pablo
II en Sollicitudo rei socialis una absolutización de actitudes humanas, como el afán de
ganancia exclusiva y la sed de poder, todo ello a cualquier precio

Inculturación
Es un neologismo utiliza la antropología cultural, equivalente a socialización: complejo
proceso socio-cultural por el que un individuo llega a ser miembro de la socio-cultura a
la que pertenece. En el ámbito religioso es más reciente: significa el complejo proceso
por el cual el cristianismo se inserta en una cultura determinada. En los últimos Sínodos
de Obispos ha estado muy presente en la discusión de los temas de la evangelización, de
la catequesis y de la familia, para referirse a los procesos de encarnación socio-histórica
del cristianismo. significa el complejo proceso por el cual el cristianismo se inserta en
una cultura determinada.
Con el paso del cristianismo de un régimen monocultural a otro de signo pluricultural,
la inculturación habla de la importancia de las Iglesias “nuevas” de América, de África
y de Asia para que reformulen la fe en contextos no europeos y para que expresen de
forma adecuada que es necesario que la fe germine y crezca en el interior de las
culturas, como dice el evangelio al hablar de la semilla. Otras denominaciones utilizadas
anteriormente, “adaptación”, “acomodación”, “indigenización”, “contextualización”,
etc., no expresaban con suficiente claridad la relación estrecha entre fe y cultura.
La inculturación se puede reducir a un proceso con dos momentos:
a) es “ruptura” que subraya la originalidad del mensaje cristiano, la irrupción de la
novedad evangélica como fecundación de la cultura, la valoración de una crítica
permanente, la universalidad del evangelio que supera los particularismo, la
trascendencia supracultural de los valores cristianos, y la orientación evangélica. Y
b) es “integración” porque pone de relieve la importancia del encuentro real con la
historia, la necesidad de que la fe se deje interpelar por la cultura, la exigencia de
diversificar la experiencia cristiana según el genio de cada cultura, y la aceptación
del “escándalo” de la debilidad histórica.

Inmanencia
Este vocablo designa toda actividad cuyo término no sale del sujeto actuante (como el
pensamiento) por oposición a la que tiene su término fuera de él (como la construcción
de una casa). Parece que los primeros que lo usaron, como opuesto al de trascendencia,
fueron los tomistas del siglo XVII. Pero poco después recibe un sentido más radical al

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definir la inmanencia como la actividad que encuentra toda su explicación en el interior
del sujeto (Spinoza). Así entendida, la inmanencia excluye, por definición, la
trascendencia. La ambigüedad y los malentendidos terminológicos explican recientes e
interminables controversias (s. XIX y XX).
La insistencia de pensadores modernistas y de protestantes liberales, en el principio de
inmanencia, terminó prácticamente excluyendo la posibilidad de toda revelación de
Dios o de todo lo sobrenatural. La inmanencia coloca la esencia de la religión en el
sentimiento religioso mismo, y carece de sentido buscarlo en un más allá, en la realidad
objetiva de un Dios trascendente al hombre mismo, porque Dios y las realidades
divinas, en su trascendencia, escapan totalmente al alcance de nuestro espíritu.
Pronunciarse sobre ellas tiene sólo un valor simbólico, limitado exclusivamente a la
propia experiencia religiosa y sólo a ella.
Otros, —Blondel y sus seguidores— tratando de superar a Spinoza, Kant y Hegel, ante
la pretensión de prohibir al pensamiento humano cualquier afirmación sobre una
realidad religiosa que le exceda, analizan el espíritu humano, disponiéndolo a reconocer
la existencia de un Dios al que se debe referir toda la vida moral, y a aceptar una
comunicación más íntima con Él, si llegara a proponerla.
Esta doble verdad, tradicional en la Iglesia después de san Agustín, reconoce:
1º)que además de la consideración del mundo físico, también la consideración del alma
humana debe conducir hasta la afirmación de un Dios trascendente; y
2º)que la experiencia, especialmente del pecado y de la muerte, junto con el
descubrimiento de la limitación de las aspiraciones humanas, pueden preparar al
hombre para acoger una revelación sobrenatural y gratuita.

Islamismo
Religión predicada por Mahoma (s. VII) a las tribus árabes paganas. El islamismo (de
Islam: abandono de los fieles en Alá) se presenta como reforma monoteísta contra el
politeísmo de las tribus. Mahoma (de hamada: glorificado) fue un esposo fiel e inició su
prédica en edad madura. Tuvo la convicción de estar inspirado por una voluntad
superior que le exigía predicar un solo Dios contra los dioses adorados en la Kaaba (la
Meca) y ayudar a nivelar las distinciones económico-sociales de su tiempo. Un grupo de
hombres de la tribu Coreicista hizo unir a Mahoma a Sathrib que luego se llamó ciudad
del profeta (Medina). Mahoma destruyó a los ídolos, pero no fustigó a las personas, sólo
sometió a las tribus que no aceptaban la fe en un solo Dios. Su poder se extendió hasta
los confines de Arabia y dio una rústica pero fuerte organización política a los árabes y
sometió a las tribus anárquicas. Murió en el 632 y fue sepultado en Medina. El
islamismo se difundió por Siria, Persia, Turquestán y Egipto y por la costa septentrional
de África. Llegó a España y desde Asia occidental a distintos países de Europa y a
China. La unidad de Dios y la oración con el Corán son el centro de la doctrina y del
culto. Luego se dividió en sectas: los chiítas y sunnitas son las más importantes.

Justicia y Paz (Véase Pontificio Consejo “Justicia y Paz”)

Laico / Laicismo
Desde el punto de vista filosófico es la manifestación de la autosuficiencia del
entendimiento para conocer toda la realidad y el recto actuar humano. Coincide con el
racionalismo esencial y lo existencial y con el inmanentismo. La diferencia entre
creyentes y no creyentes está en distinguir entre hombre racional y hombre de fe. Para
aquél la razón se subordina a la fe. Para éste valen exclusivamente los argumentos
racionales. Desde el punto de vista de la política educacional se opone a la presencia

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activa de las iglesias en la escuela estatal. Es una discriminación en materia educativa.
Pero según el principio de libertad que distingue una sociedad abierta de una sociedad
cerrada, el verdadero laico tiene que respetar al que profesa cualquier religión. Pero si el
laicismo necesita armarse y organizarse puede convertirse en una iglesia enfrentada a
las demás iglesias. Si una cultura laica se transforma en laicismo, pierde su inspiración
fundamental, al cerrarse en un sistema de ideas y de principios definitivos de una vez
por todas. Es más bien un método que un contenido, no pretende que los demás piensen
como él y rechaza el brazo secular para defenderlo.

Ley natural
Permite establecer y garantizar un orden social y político éticamente correcto, porque
surge de un sistema de normas impresas por Dios en la naturaleza humana, que el
hombre, mediante su propia razón es capaz de descubrir. Esta ley natural es la misma
ley divina y eterna. Los Papas han acudido a ella explícitamente, muchas veces, para
justificar gran parte de sus enseñanzas sobre las exigencias morales. Se trata de la
dimensión moral natural de la actividad humana social, en su significado más amplio,
de validez universal, sin referencia exclusiva a una determinada concepción concreta del
derecho natural, al estilo de las que se encuentran en las escuelas.
Actualmente la ética civil ha tomado el relevo de un viejo sueño: construir una moral
común para toda la Humanidad. Tal sueño, en su momento intentó realizarse mediante
la teoría de la "ley natural". Venida la secularidad y criticado el positivismo jurídico, el
derecho natural se quiere suplir por una "ética civil"

Librecambio
Intercambio entre países de bienes y materias primas sin restricciones del tipo de
aranceles, cuotas de importación, o controles fronterizos. Esta política económica
contrasta con el proteccionismo o el fomento de los productos nacionales mediante la
imposición de aranceles a la importación u otros obstáculos legales para el movimiento
de bienes entre países

Librecambismo
Contrario al proteccionismo, este sistema propugna la más absoluta libertad para la
importación de productos, basándose en el principio de que la especialización de cada
país en la producción de determinados bienes permite producir mejor y a precios más
ventajosos.

Libro del Génesis


Primer libro del Pentateuco (los cinco libros atribuidos a Moisés). En la Biblia judía y
en la cristiana aparece en primer lugar. En sus once primeros capítulos recoge leyendas
judías sobre el origen del universo y del género humano. A continuación se ocupa de la
historia de Israel desde Abraham hasta la ida, esclavitud y salida de Egipto, que son el
tema del segundo libro, el Éxodo. En las dos partes del Génesis subyacen creencias
judías, compartidas por el cristianismo: Dios es el origen del universo y de la vida, el
ser humano es libre y cuenta con la ayuda de Dios para vencer al mal que existe en sí y
en el mundo, las tareas que Dios encarga a la pareja humana son transmitir la vida y
trabajar cuidando el universo, es decir, continuar lo que Dios comenzó. Por eso, a partir
de la aparición del ser humano, Dios “descansa”, pues tiene ya quien continúe su tarea
en el mundo.

Maltusianismo (Véase Malthus, Tomás Roberto en Referencias Histórico-biográficas)

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Manipulación genética
Esta terminología nos predispone negativamente hacia cualquier actuación en el campo
de la genética. Quizás sería más recomendable hablar de intervención genética. Esta
terminología más amplia hace referencia a la cirugía genética, cuando es en clave de
terapia; y a la ingeniería genética, cuando lo es en clave de transformación.
Para una aclaración más completa y una orientación ética remitimos al punto "Defensa
de la vida" del CD, el artículo sobre la DSI en el ámbito sanitario y el documento El
respeto a la vida humana naciente y la dignidad de la procreación, Instrucción de la
Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe.

Materialismo
Doctrina que pone la materia como principio primero de toda la realidad y considera
toda forma como derivada de la materia misma. Niega la espiritualidad y la
inmortalidad del alma humana así como la causa primera y las leyes metafísicas.
Implica una concepción del hombre biológico-material y por lo tanto una educación
centrada en el poder transformador del mundo material y en la satisfacción de las solas
necesidades materiales tanto individuales como sociales. (ver Marx, Karl en
Referencias Biográficas)

Naturalismo
Postura filosófica que afirma como única realidad en el hombre, la natural, con
exclusión de la realidad sobrenatural y en cierta oposición con la dimensión social de
esa naturaleza. Sustenta un optimismo pedagógico respecto de las inclinaciones
naturales consideradas como espontáneamente rectas. (Ver también Trascendencia e
Inmanencia)

Neocapitalismo
Capitalismo moderno que admite la intervención del Estado en ciertos dominios tales
como el sector público, la planificación etc. buscando garantizar la igualdad de
oportunidades.

Neomaltusianismo (Véase Malthus, Tomás Roberto en Referencias biográficas)

Nihilismo moral
Es la negación de toda norma moral, el rechazo de todo principio o criterio de acción.
Uno de los máximos representantes es Nietzsche. Este divide al nihilismo en activo y
pasivo. El primero destruye toda jerarquía objetiva de valores. El segundo es más bien
un conformismo y resignación con los valores que se dan en el medio.
Contemporáneamente el nihilismo moral se deduce del relativismo y escepticismo
gnoseológico y metafísico.

Padres de la Iglesia
Los Padres de la Iglesia son conocidos, no sólo como intrépidos defensor es de los
pobres y de los oprimidos, sino también como promotores de instituciones asistenciales
(hospitales, orfanatos, hospederías para peregrinos y forasteros), y de concepciones
socio-culturales que han inaugurado la era de un nuevo humanismo radicado en Cristo.
Se trata, la mayor parte de las veces, de obras supletorias, determinadas por la
insuficiencia y por las lagunas en la organización de la sociedad civil, que demuestran

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de cuantos sacrificios y de cuánta creatividad son capaces las almas penetradas de los
ideales del Evangelio. (Véase Santos Padres, SS.PP.)

Paz
“En el A.T. la paz era mucho más que la tranquilidad en el orden. La palabra hebrea
shalom deriva de shalam: ‘estar acabado, completo, perfecto’, y significaba, por tanto,
plenitud, la salvación radical. Parte de esta riqueza de significado se perdió a partir del
s. III a. C., cuando se tradujo el A.T. al griego. El griego no tiene ningún término que
equivalga exactamente a shalom; por eso los LXX llegaron a utilizar más de veinticinco
términos deferentes para expresar su significado. El término que aparece con más
frecuencia es eirênê, que en el griego clásico designa una situación de tranquilidad
pública, y se contrapone tanto a polemos, ‘guerra’, como a stasis, ‘conflictividad civil’.
Eirênê equivale al latín pax y al castellano paz, que viene de la misma raíz que ‘pacto o
sea, un acuerdo para no luchar. Así acabó confundiéndose el shalom bíblico con la
simple ausencia de guerra

Pontificio Consejo “Justicia y Paz”


Creado "ad experimentum" por Pablo VI (1967) para cumplir los deseos expresados por
el Vaticano II y lo hizo Dicasterio de la Santa Sede en 1976. El nombre actual se lo da
Juan Pablo en 1988. Su tarea es promover en el mundo la justicia y la paz, siguiendo el
Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia; profundizar y difundir esa doctrina,
especialmente todo lo que concierne al mundo del trabajo; despertar la conciencia de
todo el pueblo de Dios para promover el desarrollo mundial, la justicia y la paz. Recoge
noticias e información sobre estas cuestiones, sobre el progreso de los pueblos y las
violaciones de los derechos humanos. Promueve iniciativas mundiales, en pro de la
justicia, de la paz y de los derechos humanos en el seno de la Iglesia Católica. También
promueve la colaboración con personas de toda religión e ideología y coopera con
organismos civiles al servicio de toda la familia humana. Y en particular con el Consejo
Mundial de las Iglesias (WCC), con el que han creado un Comité conjunto sobre el
Desarrollo, la Justicia y la Paz, (SODEPAX), cuyo Secretariado tiene su sede en
Ginebra.
En el Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz, colabora este Consejo.
También el Santo Padre le encargó (25 enero 1986) a este Consejo la organización y
promoción de la Jornada Mundial de Oración por la Paz, ahora anual, al anunciar su
deseo de "promover un encuentro especial de oración por la paz en la ciudad de Asís" al
que invitaría a representantes de distintas Iglesias y comunidades cristianas y de otras
Religiones. Organiza reuniones y simposios en el Vaticano y en el extranjero en
colaboración con quienes promueven la justicia y la paz.
En los últimos años el Cardenal Etchegaray, en calidad de Enviado especial del Santo
Padre o por invitación de una Conferencia Episcopal, ha realizado varias visitas
pastorales y humanitarias a los Balcanes, Cuba, Ruanda, Zaire, Togo y Liberia.
Las Conferencias Episcopales, regionales y nacionales, de Obispos Católicos de todo el
mundo, suelen contar con organismos semejantes a la Comisión de Justicia y Paz,
dentro de sus respectivos territorios. Y los Obispos, durante sus visitas "ad limina",
acuden al Pontificio Consejo para intercambiar opiniones sobre la promoción de la
justicia, la paz y los derechos humanos

Positivismo y Positivismo Jurídico


Sistema filosófico que pretende atenerse a los hechos y a su observación como único
criterio científico. Surgió en Francia con A. Comte (1798-1857) y hoy tiene distintas

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formas. Sus tesis comunes son: el conocimiento de los hechos es el único fecundo; el
tipo de certezas está dado por las ciencias experimentales; el espíritu humano —en la
filosofía, en la ciencia— evita el verbalismo o el error sólo a condición de permanecer
constantemente en contacto con la experiencia y renunciar a todo "a priori"; el campo de
"las cosas en sí" es inaccesible, y el pensamiento no puede alcanzar más que relaciones
y ciertas normas.
Es en definitiva una concepción que reduce lo real a lo dado de hecho, por oposición
tanto al ser y naturaleza de las cosas, cuanto al deber ser. También está presente en E.
Spencer (1820-1903) y en el naturalismo positivista de C.R. Darwin (1809-1882) y en J.
Stuart Mill (1843), L. Weber (1864-1920), etc.
Le sigue el neopositivismo del Círculo de Viena: Carnap y Wittgenstein, entre otros.

Pragmatismo
Etimológicamente del griego pragma (hecho, acción). Doctrina según la cual la verdad
es una relación enteramente inmanente a la experiencia humana; el conocimiento es un
instrumento al servicio de la acción, el pensamiento tiene un carácter esencialmente
teleológico práctico. La verdad de una proposición consiste, por lo tanto, en el hecho de
que es "útil", que "tiene éxito", que "satisface".

Profetas y profecía
En Israel, el profeta es simplemente el que habla en nombre de Dios para expresar sus
exigencias o sus promesas (oráculo del Señor). La palabra profeta no significa “el que
muestra con anticipación” (de phaino), como han dicho muchos antiguos y medievales,
sino “aquel que habla por otro” (de phemi). Los griegos empleaban habitualmente este
término para referirse a quienes daban consejos (los oráculos), más que a los que hacían
predicciones.
La enseñanza del s. XIX oponía sistemáticamente los profetas a los sacerdotes, pero
generalmente hoy se admite sínodoque la profecía en Israel es de origen sacerdotal.
Parece que los primeros profetas pertenecían a comunidades que servían en los
santuarios, y que las profecías más antiguas fueron oráculos (toroth) dados al realizar la
ofrenda de los sacrificios rituales y en relación con su celebración.
Muchos profetas, incluso entre los más tardíos, como Jeremías o Ezequiel, pertenecían a
la casta sacerdotal, o sus profecías, están estrechamente ligadas al culto (cf. Is. 6, que
relata su vocación).
Todas las profecías en Israel hablan del designio de Dios sobre su pueblo. Por eso los
profetas se dirigen hacia el porvenir, y sus oráculos contienen siempre un elemento de
predicción. Pero más que de predecir unos acontecimientos particulares, se trata de
orientar positivamente el desarrollo del pueblo hacia el cumplimiento de la voluntad
divina. Así alcanzará bienestar y esplendor, mientras que, si se opone a ellos, caerá en la
derrota y será aplastado.
Una de las señales más características de la autenticidad sobrenatural de la inspiración
profética está en la continuidad de las profecías de los profetas más dispares y en la
concordancia general de la historia en la que intervienen con la visión global que se
desprende de sus oráculos. Se oponen a los mentirosos oráculos de los falsos profetas
(cf. Ez. 13).
En el Nuevo Testamento, Juan Bautista aparece como el último profeta y el profeta por
excelencia, porque anuncia la realización inmediata y última del designio de Dios, que
va a cumplirse en el Mesías que él saludará (cf. Lc 1; 3 y lugares paralelos a ese cap. 3
en Mt y Mc). Jesús también parece que es reconocido como el profeta por excelencia,

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porque en Él todas las palabras preparatorias encuentran su cumplimiento definitivo
(p.e. el profeta prometido por Moisés (Dt 18, 15)).
Que la predicación primitiva lo aplique a Jesús (Act 3, 22 y 7, 37), puede explicar que la
profecía cese después del Apocalipsis cristiano y le sucede la enseñanza apostólica, que
se limita a difundir y a profundizar la enseñanza de Jesús por todo el mundo.

Proteccionismo
Política económica que preconiza la salvaguardia de la actividad económica nacional
frente a la competencia internacional, a través del establecimiento de procedimientos de
control del comercio exterior
Asociado inicialmente al mercantilismo del siglo XVII, el pensamiento de la economía
clásica lo arrinconó durante las primeras décadas del siglo XIX. Las diferencias
cronológicas en el inicio de los distintos procesos de industrialización de los países
europeos originó un nuevo concepto de proteccionismo: la pujante competitividad de
los países ya industrializados condenaría al estancamiento a los que estaban en el curso
de las primeras etapas de su proceso de industrialización. Este argumento se empleó
después con relación a los países subdesarrollados.
Racionalismo
Es el carácter general de todo pensamiento especulativo que únicamente admite la razón
como criterio de verdad. En sentido metafísico es la doctrina según la cual no existe
nada que no tenga una razón de ser, de modo tal que de derecho, si no de hecho, no hay
nada que no sea inteligible. En sentido gnoseológico es una doctrina según la cual todo
conocimiento cierto se funda en principios a priori, evidentes, de los cuales es la
consecuencia necesaria ya que los sentidos no pueden aportar más que una visión
confusa y provisoria de la verdad (R. Descartes (1596-1650), B. Spinoza (1632-1677),
G.W.F. Hegel (1770-1831).
Desde el punto de vista de la disciplina intelectual es una fe en la razón, en la evidencia
y la demostración, y una creencia en la sola eficacia de la luz racional. Se opone, en este
sentido, al irracionalismo en todas sus formas.
En oposición al conocimiento y valoración religiosos esta doctrina afirma que no hay
que fiarse más que en la razón y admitir en los dogmas religiosos sólo lo que ella
reconoce por lógico y satisfactorio. En cuanto concepción educativa, implica la
prioridad de los hábitos formales lógico-matemáticos en la formación del intelecto y la
reducción de la educación moral a la captación de la racionalidad de las normas. Deja de
lado toda educación valorativo-afectiva, así como de la sensibilidad.
Reino de Dios
Según los evangelios Sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas), Jesús comenzó predicando
la Buena Noticia: está cerca el Reinado de Dios. (Mt 4,17; Mc 1,15). Literalmente
Jesús dijo “reino de los cielos”. Por respeto los judíos de entonces y de hoy evitan
pronunciar el nombre de Dios. “El cielo” o “Los cielos” sustituyen a Dios.
Los judíos entendían muy bien lo que quería decir. Dentro de cada ser un humano
actúan dos fuerzas contrarias: el Bien y el Mal. Cambia mucho la vida si triunfa una u
otra, si domina el egoísmo o la generosidad, el odio o el amor. A personas que son
conscientes de esto Jesús les anuncia una Buena Noticia: el Bien puede dominar en tu
vida, el Bien puede vencer, Dios puede reinar. Desde que Jesús se hizo hombre, el
Reinado de Dios está más cerca, porque Dios se ha hecho más cercano. No es el que
manda desde lejos, sino el que se ha acercado para que podamos entenderle y quererle,
para que nos sea más fácil dejar que Él reine, sea el primero en nuestra vida.

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Jesús piensa que el reinado de Dios debe ser en este mundo. Se ve claro en las
parábolas, cuentecillos orientales con los que explica qué es el reinado de Dios. La
parábola de la cizaña (Mt 13,24-30) al hablar de un campo en el que hay trigo y cizaña
nos hace ver que el Reino tiene lugar en la tierra: en el cielo no hay cizaña. Lo mismo
otras parábolas: los contratados para trabajar en la viña a distintas horas del día (Mt
20,1-16), los invitados a la boda que rehusan la invitación (Mt 22,1-14) o los talentos
(Mt 25,14-30) indican situaciones que se dan en este mundo no en el cielo.
Con todo, en algún momento el Nuevo Testamento habla también de que el Reinado de
Dios será total en el Más Allá, cuando Dios sea todo para todos: 1 Cor 15,24-28. Pero el
Más Allá se gesta en este mundo, eligiendo libremente que Dios reine en nuestra vida,
que es lo mejor para nosotros

Relativismo
Concepción que no admite principios absolutos en el campo del conocer y del actuar.
En el ámbito gnoseológico implica la negación de la posibilidad de alcanzar verdades
universales y objetivas. Las formas principales son: el relativismo subjetivista,
historicista y sociologista. En el ámbito moral es la negación de poder llegar a conocer
los valores y bienes objetivos y actuar en consecuencia.

Revelación
En el AT, la relación cognoscitiva entre Dios y los hombres nunca es a través del
raciocinio o de la filosofía, porque siempre se atribuye a Dios la iniciativa de esa
relación.
Siempre se habla de que Dios se revela a los hombres. Esta revelación divina se realiza
de múltiples maneras: personalmente, en visita, actuando como un ser humano… Lo
más corriente es que Dios se manifieste por la palabra, que palabra reviste la forma de la
ley, del oráculo profético o de la máxima de sabiduría.
Quizá la marca característica de la religión de Israel es la revelación de Dios en la
historia. Unos acontecimientos mayores sirvieron para los testigos de ello captaran en
vivo la acción de Dios (el éxodo, la huida de los ejércitos asirios ante Jerusalén… como
prueba de la intervención directa de Dios. Pero la intervención de Dios en la historia
también se ejerce de manera continua, con los acontecimientos según un plan hacia a un
objetivo determinado: instaurar en la tierra el reinado de Dios. Sin embargo, jamás en el
A T la revelación está vinculada de una forma particular a la palabra escrita.
Desde muy temprano se expresa el respeto a la palabra de Dios poniéndola por escrito.
La reforma del rey Josías en el año 621 marca el punto de partida de la noción de
Escritura Sagrada (Dt 30, 11-14), y el argumento del “está escrito” implicando el
carácter fijo e intangible de la letra, no se utiliza en el AT. En el NT, la revelación es el
acontecimiento por el que Dios se da a conocer a los hombres: la venida de Jesucristo al
mundo.
Es san Pablo el que desarrolla plenamente el concepto y el alcance de la revelación,
sobre todo en los tres primeros capítulos de su carta a los Romanos. Para Pablo las
relaciones que el hombre ha tenido con Dios, estaban envueltas en la atmósfera de la
gracia, del don de Dios. Los teólogos expresaron, en una fórmula condensada, que “el
estado de naturaleza pura es una mera hipótesis”. Pero Pablo hace una clara distinción
entre la manifestación de Dios al mundo pagano y al pueblo judío. Para ello utiliza una
doble terminología coherente: manifestación (fanerosis) y revelación (apokálypsis). La
primera es una especie de primer grado, pero en todo caso es Dios quien tiene la
iniciativa; y para ello le ha bastado interpelar a los hombres en el vasto recinto de la
creación: “Desde la creación del mundo, lo que él tiene de invisible, o sea su fuerza

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eterna y su señorío divino, puede ser contemplado, reflexionando sobre sus obras”. Esta
presencia de Dios en el mundo puramente humano no es como una pura relación
filosófica o cognoscitiva de sujeto a objeto, sino como una interpelación de un Dios
personal al hombre. Es el Dios vivo de Abrahán, de Isaac y de Jacob, no es el Dios-idea,
puro objeto de una especulación filosófica.

Rico-Pobre (Adam Smith)


“Esta disposición a admirar y casi venerar al rico y al poderoso y a menospreciar o, al
menos, desdeñar a las personas de condición pobre y humilde, si bien necesaria para
establecer y mantener la distinción de rangos y el orden de la sociedad, es, al mismo
tiempo, la causa mayor y más universal de la corrupción de nuestros sentimientos
morales.
Que la riqueza y la grandeza sean consideradas a menudo con el respeto y la admiración
con que deben contemplarse solamente la sabiduría y la virtud, y que el desprecio, que
sólo debe tener por objeto el vicio y la insensatez, sea a menudo la actitud con que
injustamente se contemplan la pobreza y la debilidad, ha sido motivo de queja por parte
de los moralistas de todas las épocas…
Con frecuencia vemos cómo la respetuosa atención del mundo, va dirigida con mayor
fuerza hacia el rico y el grande que hacia el sabio y el virtuoso. A menudo
contemplamos cómo los vicios e insensateces del poderosos se consideran menos
despreciables que la pobreza y la debilidad del inocente. Merecer, adquirir y disfrutar
del respeto y la admiración de la humanidad son objeto de ambición y emulación. Se
nos ofrecen dos caminos diferentes que conducen por igual a la consecución de este
objetivo tan deseado: el uno, a través de la aplicación en la sabiduría y la práctica de la
virtud; el otro, a través de la consecución de riqueza y grandeza… A igualdad de
méritos, raro será el hombre que no respete más al rico y poderoso que al pobre y
humilde. La mayoría de los hombres admiran mucho más la presunción y vanidad del
primero que el mérito efectivo y real del último…
Para alcanzar esta envidiada situación, los que aspiran a la fortuna abandonan
frecuentemente el sendero de la virtud; por desgracia, los caminos que conducen a
aquélla y a ésta siguen a veces direcciones opuestas. Pero el hombre ambicioso se hace
la ilusión de que, cuando esté en la espléndida situación a la que aspira, tendrá tantos
medios de atraer el respeto y admiración de la humanidad y podrá actuar con tan
soberano decoro y elegancia que el lustre de su conducta futura cubrirá por completo o
borrará la indignidad del camino seguido para llegar a tan elevada posición

Santo Oficio (Véase Congregación para la Doctrina de la Fe)

Santos Padres (SS.PP.)


La patrología, como el estudio o ciencia de los padres de la Iglesia, se extiende a
escritores ortodoxos y heterodoxos, si bien se ocupa con preferencia de los llamados
padres y doctores de la Iglesia (la doctrina eclesiástica tradicional).
En occidente autores hasta san Gregorio Magno (604); en oriente hasta san Juan
Damasceno (749). Como rama de la teología, es relativamente reciente, pero sus
orígenes remontan a los primeros siglos de la Iglesia. Eusebio (265-340) fue el primero
en tratar sobre quienes “de palabra, o por escrito, fueron los mensajeros de la palabra de
Dios en cada generación”. Le siguieron san Jerónimo y san Isidoro con sus respectivas
obras De viris illustribus.
En oriente fueron Focio (s. IX) y Suidas de Constantinopla (hacia el año 1000); el
primero, con su Biblioteca o Myriobiblon, y el segundo con su Diccionario, monumento

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de erudición bizantina, que nos brindan importantes datos sobre gran número de obras
patrísticas. El humanismo se interesó por la literatura cristiana antigua, coleccionando y
editando textos patrísticos, a lo largo de los siglos XVI-XVII.
En el siglo XIX se descubren nuevos textos, sobre todo orientales y se inician nuevas
ediciones críticas en series latina y griega. Después colecciones de literatura cristiana
oriental y cátedras de patrología en universidades y en centros eclesiásticos.
Hoy se consideran “padres de la Iglesia” solo a los que reúnen estas cuatro condiciones:
ortodoxia de doctrina, santidad de vida, aprobación eclesiástica y antigüedad. Todos los
demás escritores son conocidos con el nombre de escritores de la Iglesia o escritores
eclesiásticos, tal como los llamara ya san Jerónimo. El título de “doctor de la Iglesia” no
equivale al de “padre de la Iglesia” porque les falta la nota de antigüedad. Tienen, en
cambio, los requisitos de erudición eminente y expresa declaración de la Iglesia.
Por declaración de Bonifacio VIII (1298), los santos Ambrosio, Jerónimo, Agustín y
Gregorio Magno fueron considerados “doctores egregios de la Iglesia” y reconocidos
como “los grandes padres de la Iglesia”. La Iglesia griega venera solamente a tres
grandes maestros ecuménicos: Basilio cl Grande, Gregorio de Nacianzo y Crisóstomo.
A estos tres añade la Iglesia romana a Atanasio, contando de esta manera cuatro grandes
padres de oriente y cuatro de occidente. La autoridad de los padres en la Iglesia católica
se basa en la doctrina de la Iglesia, que considera la tradición como fuente de fe. La
Iglesia considera infalible el “unánime consenso de los padres” cuando versa sobre la
interpretación de la Escritura. La literatura patrística está escrita en griego, latín,
armenio, copto, siríaco.

Secularidad
Expresa una condición de lo humano. Así se entiende en el momento actual, sobre todo
dentro de la cultura occidental. Esta “condición” no es sólo exterior y condicionante,
sino que se trata de una estructura de lo humano, de una forma existencial de ser el
hombre y su historia. Decir “secular” es hacer una afirmación muy compleja, porque
puede referirse a un proceso de la cultura occidental, a la mentalidad secularizada que
ignora a Dios (pragmatismo, cientificismo ), o a una ideología que justifica y hasta
mitifica la secularización. Pero la autonomía de la realidad humana (lo secular) hace que
lo humano siga siendo humano incluso después del advenimiento de lo cristiano.

Sincretismos
Son mezclas culturales que surgen de la aculturación o encuentro entre diversas culturas.
Por ejemplo, la mezcla de santos y deidades de África, de los indios americanos y del
catolicismo romano, que se dan en las culturas vudú del Caribe; o la mezcla de creencias
melanesias y cristianas de los cultos “cargo”. El “cristianismo a la carta” constituye
también una forma clara de sincretismo.

Sínodo
El término procede del griego sin- hodós ( reunión, convenio, caminar juntos hacia una
meta) que interesa a todas las partes implicadas. El fenómeno sinodal aparece en el s. II
y se extiende por toda la iglesia en los s. III y IV. De este modo, se muestra la iglesia
como comunión de iglesias locales, al mismo tiempo que se revisa la fe y se denuncian
las desviaciones. En un sentido general, sínodo es la reunión de representantes
cualificados de una iglesia o de varías para poner en común experiencias y problemas, y
lograr soluciones comunes.
Las Iglesias cristianas orientales han vivido más la realidad sinodal. En Occidente se ha
revitalizado esta institución a partir del Concilio Vaticano II.

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El Sínodo de Obispos “es una asamblea de obispos escogidos de las distintas regiones
del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas para fomentar la unión estrecha
entre el Romano Pontífice y los obispos, y ayudar al Papa con sus consejos” (canon
342) respecto de la fe y las costumbres, la disciplina y la acción de la Iglesia en el
mundo.
El Vaticano II lo ha revalorizado, “como representación de todo el episcopado católico”,
para ayudar al Papa en “la solicitud de la iglesia universal” (LG 22 y CD 5). Así el
Concilio se prolonga en una especie de Sínodo permanente como “signo de
colegialidad”. Pablo VI plasmó con el “motu proprio”, Apostolica Sollicitudo (15. 9.
1965) la realización del Sínodo de Obispos. Desde entonces, el Sínodo se ha reunido
varias veces, ha abordado temas importantes y ha emitido algunos documentos de
relieve.

Sociologismo
Corriente contemporánea que sistematiza la realidad de acuerdo a la función social.
Deriva la jerarquía de valores de aquellos que están socialmente vigentes y que se
entienden como significativos. La interacción social y la "negociación de significados"
legitima y da validez al conocimiento. Por ello establece como el criterio de la verdad y
de la ética la vigencia (Foucault, Habermas, etc.).

Tecnocracia
El término tecnocracia se refiere al papel de la técnica en la política y al ejercicio del
poder por los tecnócratas. Estos son personas especializadas en economía o
administración, desligados de la maquinaria de los partidos políticos, que ejercen su
cargo político con tendencia a hallar soluciones en las que prime la eficacia, frente a
otras consideraciones más ideológicas. Este modo de hacer política cobra un vigor
especial en la década de los años sesenta, ligado a las políticas de desarrollo. Una de las
claves para entender el ideal político de los tecnócratas es la idea de desarrollo y
bienestar —GS 64-65, PP 14, 20, SRS 20 aportan una visión integral de desarrollo que
va mucho más allá de los indicadores económicos—, y el papel que lo económico tiene
en la consecución de estos dos objetivos. La tecnocracia se basa en una política
orientada a la gestión de los recursos económicos desde una concepción básicamente
materialista —LE 7 advierte que este es un riesgo que corre tanto el capitalismo como el
comunismo— que puede caer en el pragmatismo —OA 38, 41 lo apunta al plantear
visiones reduccionistas del progreso humano—. Este modo de hacer y concebir la
política se desarrolló en la España de finales de los cincuenta debido a la entrada en el
Gobierno de un grupo de ministros tecnócratas —los artífices de la liberalización
económica de nuestro país— y de la implantación de los Planes de Estabilización
(1959) y Desarrollo (1963, 1969-1971, 1972-1975). Estos planes indicativos —
persiguen la liberalización económica, aunque con un margen de participación del
Estado— consiguieron el cambio de la sociedad española, aunque no contaron, pese a
las ansias de libertad de una sociedad que mejora económicamente, con un programa
similar para promover el desarrollo político de España.

Teología de la Liberación (TL)


La TL expone la realización y la verificación del encuentro entre Cristo, los cristianos y
los problemas socio-históricos. Se esfuerza por presentar la fe enfatizando su dimensión
socio-política, que, de forma inexcusable y desmedida, pide respuestas. A veces la TL
se presenta como un discurso religioso que identifica la fe con una categoría crítico-
social, en apariencias poco respetuoso con la autonomía de las ciencias y leyes

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humanas. “Este hecho ha conducido, por una parte, al desconocimiento practico de la
autonomía propia de la tarea liberadora como tarea secular; y, por otra a la reducción
ética de la fe, así como a la utilización de la ‘teología de la liberación’ como una
ideología legitimadora del cambio social revolucionario. Por lo tanto, la buena salud de
la propia teología de la liberación está exigiendo la mediación de una ética autónoma y
adulta... Y también la buena salud de la propia fe”. A veces algunos rechazan la ética
social propuesta por la doctrina pontifica clásica y, otros, asumen acrítica de la
afirmación marxista de que la opción revolucionaria resulta del análisis “científico” de
la dinámica social. Sobre la TL la Congregación para la Doctrina de la Fe ha publicado
dos Instrucciones. Juan Pablo II postula una TL integral.

Totalitarismo
Filosofía política que defiende la bondad de un Estado en el que el poder es ejercido por
un grupo, considerado como único poseedor de la verdad y único garante del bien
común nacional. Aunque sus antecedentes teóricos y prácticos son muy antiguos y
también recientes, el concepto de Estado Totalitario y su concreción política son obra
del siglo XX. Básicamente se han dado dos tipos de Estado Totalitario: el fascista y el
comunista; si bien, el término "totalitario" con frecuencia sólo se aplica a su variante
fascista o nacionalsocialista.
En virtud de esta pretendida verdad y bien nacional, el Estado (controlado por el grupo
dominante) se considera también el creador y poseedor de todos los derechos. Por tanto,
la ley positiva emanada del Estado es igualmente ley moral (positivismo jurídico), de tal
forma que llega a usurpar el papel de Dios y se convierte así en el regidor de las
conciencias. Estas mixtificaciones religioso-políticas ya fueron claramente
desenmascaradas y condenadas por el Papa Pío XI en su encíclica Mit brennender Sorge
(1937), en el caso concreto del nacionalsocialismo hitleriano.
Es también propio del Totalitarismo el considerar a los ciudadanos como meras células
del cuerpo social. El Estado, como cabeza de este cuerpo, es quien determina la función
de cada cual, la pertenencia o no a este cuerpo, incluso si merece la pena que siga
existiendo (campos de concentración, eutanasia, eugenesia, etc.).
La Iglesia ha condenado repetidas veces toda clase de totalitarismo, en general y en
particular. Los documentos más importantes y específicos son la ya citada encíclica Mit
brennender Sorge, Non abbiamo bisogno (1931, contra el fascismo de Mussolini) y
Divini Redemptoris (1937) contra el comunismo ateo (Ver Marx, Engels, Lenin y
Stalin). Las tres encíclicas son obra de Pío XI.
Para condenar todo tipo de totalitarismo, Juan Pablo II sigue dos caminos: por una
parte, recurre a la historia reciente para poner de manifiesto sus catastróficas
consecuencias (Redemptor Hominis 17, Centesimus Annus 17). Por otra parte,
profundiza en la raíz última de su maldad: la negación de Dios, que redunda en la
negación de la dignidad de la persona humana, a la que se priva de su mayor gloria: ser
imagen de Dios; y, por consiguiente, se la despoja también de todo derecho (Centesimus
Annus 13, 22, 44).

Trascendencia
El concepto de transcendencia habitualmente se ha definido, se ha relacionado y ha
evolucionado junto al de inmanencia. La transcendencia hace alusión a la acción que
realiza un sujeto y que termina fuera del mismo. Prohíbe confundir el ser de Dios con el
ser del mundo (panteísmo en sus diversas formas) y no permite situar la acción divina al
mismo nivel que la acción de los seres humanos.

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En la concepción tradicional judía y cristiana, el sentido que tiene la transcendencia no
excluye la realidad de la inmanencia. Es decir, la presencia y la acción de Dios se hace
presente en el mundo y especialmente en las criaturas espirituales.
Puede decirse que una concepción verdadera de la trascendencia divina hace posible la
inmanencia, sin que ésta derive hacia una confusión entre Dios, el mundo y el espíritu
creado. Filosóficamente ha sido Santo Tomás, en su noción sobre la analogía del ser, el
que ha proporcionado los principios más equilibrados para la inteligencia de esta
conexión necesaria entre el ser transcendente (Dios) y el ser inmanente (Mundo).

Utilitarismo
Doctrina ético-filosófica surgida en los siglos XVIII y XIX, representada por J.
Bentham (1747-1832) y J. Stuart Mill (1806-1873), que considera la utilidad como
principio de la moral. Tiene precedente inmediato en el hedonismo de Helvetius (1715-
1771) porque concibe la utilidad como principio de la mayor felicidad y la identifica
con el placer o el bienestar y la ausencia de dolor. Contemporáneamente se distingue
entre utilitarismo de los actos y utilitarismo de las reglas.

Utopía
La utopía es un género literario mediante el cual se hacen propuestas del ideal de la
sociedad humana describiendo situaciones no localizables en lugares reales (de ahí
viene el término “utopía”: sin lugar). Dentro de este género literario sobresalen las
utopías del Renacimiento y, entre éstas, la de Santo Tomás Moro (1478-1535) con el
clásico libro de la Utopía; la de Tomás Campanella (1568-1639) con La ciudad del sol;
y la de Francisco Bacon (1561-1626) con la Nueva Atlántida. Ha desempeñado un papel
importante en la historia de la moral, como dimensión de la existencia humana. Es un
elemento imprescindible para la ética, especialmente de la ética social) porque está
cargada de intención crítica a la situación social existente, que mira tanto la afirmación
positiva de lo que se quiere como en la afirmación negación de lo que no se quiere. La
realidad social niega una realidad mejor que desentraña la utopía. La utopía pierde su
funcionalidad cuando se convierte en un modo de evasión de la realidad y se convierte
con frecuencia un cómodo pretexto para quien desea rehuir las tareas concretas,
refugiándose en un mundo imaginario ven en el orden existente el mal mismo pretende
convertir la utopía en realidad histórica, iniciando el espectro del totalitarismo.

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